Está en la página 1de 23

Guía de estudio.

Método en la
Ciencia Jurídica
Profesor Adrián Castillo Sámano

Bloque IV. Método en la Ciencia Jurídica 2


4.1. Concepto y encuadramiento del método en la ciencia jurídica 2
4.2. Metodología jurídica 3
4.2.1. Métodos lógicos 3
4.2.2. Métodos epistemológicos 6
Referencias 19
Bloque IV. Método en la Ciencia Jurídica

4.1. Concepto y encuadramiento del método en la ciencia


jurídica

Un método es un procedimiento regular, explícito y repetible para lograr algo, sea


material conceptual (Bunge, 2014, p. 34). Proviene de meta (largo) y odos (camino),
es decir, viene a ser el camino a recorrer para alcanzar un objetivo o propósito
previsto (López, 2014, p. 75). En el caso del método científico, puede
comprenderse como aquel proceso sistemático y razonado que el investigador de
la ciencia sigue para la obtención de la verdad científica, siendo sus etapas
principales (Ponce, pp. 75-82):

(a) Observación de hechos y fenómenos. Proporciona datos preliminares,


descubre relaciones constantes en los hechos, al mismo tiempo que ayuda
al establecimiento de observaciones más precisas que deberán ocupar una
fase posterior de la investigación.
(b) Hipótesis. Es el elemento fundamental del método científico. Una respuesta
inmediata de problemas derivados de observaciones simples o
estructuradas. Es una aceptación provisional de una afirmación acerca de
algún hecho o de alguna relación funcional como cierta, aun cuando no tenga
base experimental adecuada y suficiente.
(c) Diseño de la prueba. El modelo destinado a comprobar o disprobar la
hipótesis.

El método científico no es ni más ni menos que la manera de hacer buena ciencia,


natural o social, pura o aplicada, formal o fáctica. El método no debe entenderse
como un manual con resultados infalibles y el resultado depende no sólo de la
táctica sino de la elección del problema, medios conceptuales, medios empíricos y
talento del investigador (Bunge, 2014, p. 49).

4.2. Metodología jurídica

Entenderemos por metodología, una disciplina que estudia, analiza, promueve y


depura el método, mismo que se va multiplicando y particularizando de conformidad
con las ramas de las disciplinas científicas existentes (Gutiérrez, 1984, p. 159).
Como apunta López Durán, la metodología es el estudio del método o de los
sistemas generales de conocimiento y de su aplicación en la investigación científica,
siendo la metodología jurídica la disciplina que estudia la aplicación de los métodos
de conocimiento a los diferentes ámbitos del derecho (López, 2002, p. 173 y 175).

4.2.1.Métodos lógicos

La lógica nos ayuda a estructurar el pensamiento determinando argumentos


falaces, falsos o verdaderos. Esto es, se ocupa de las reglas de inferencia y
demostración correcta. Tiene un basamento matemático que nos ayuda a
determinar si un argumento es falaz, paradójico o verdadero. Busca que el
pensamiento no se base sólo en opiniones (doxa) sino que se defienda el
pensamiento mediante argumentación convincente para dar conclusiones (Cfr.,
Garvey y Stangroom, pp. 10-11).

4.2.1.1. Deducción

La deducción es una fuente del conocimiento. Podríamos atribuir a los filósofos


griegos esta contribución que tiene como objetivo la búsqueda de la verdad.
Aristóteles utiliza esta forma de razonamiento como un proceso del pensamiento en
que de afirmaciones generales se llegan a afirmaciones específicas aplicando las
relgas de la lógica. Es un sistema para organizar hechos conocidos y extraer
conclusiones, lo cual se logra mediante una serie de enunciados que reciben el
nombre de silogismos (ej. premisa mayor: todos los hombres son mortales; premisa
menor: Sócrates es hombre; y conclusión: Sócrates es mortal) (Dávila, 2006, p.
184).

El método deductivo consiste en tomar conclusiones generales para obtener


explicaciones particulares. Comienza con el análisis de los postulados, teoremas,
leyes, principios, etc., de aplicación universal y de comprobada validez para
aplicarlos a soluciones o hechos particulares (Bernal, 2010, p. 59).

Siguiendo el planteamiento explicativo de Dávila, tenemos las siguientes


características (Dávila, 2006, pp. 184-186):

(a) Si las premisas del razonamiento deductivo son verdaderas, la conclusión


también lo será.
(b) Es necesario partir de conclusiones verdaderas para llegar a conclusiones
válidas. Se parte de axiomas (verdades que no requieren demostración).
(c) La conclusión de un silogismo nunca puede ir más allá de las premisas.
(d) Las conclusiones deductivas son necesariamente inferencias hechas a partir
de un conocimiento que ya existía. En consecuencia, la investigación
científica no puede efectuarse sólo por medio del razonamiento deductivo,
pues es difícil establecer la verdad universal de muchos enunciados que
tratan de fenómenos científicos.
(e) El razonamiento deductivo puede organizar lo que ya se conoce y señalar
nuevas relaciones conforme pasa de lo general a lo específico, pero sin que
llegue a constituir una fuente de verdades nuevas.
(f) Ofrece, a pesar de sus limitaciones, recursos para unir la teoría y la
observación, además de que permite a los investigadores deducir a partir de
la teoría los fenómenos que habrán de observarse.
4.2.1.2. Inducción

La lógica tradicional aristotélica presta poca atención en el proceso inductivo


(observar circunstancias particulares de la experiencia y a partir de ellas generar
una conclusión general) y se concentra en el silogismo que, si bien sirve para
argumentar no es un instrumento de investigación. El silogismo es una aclaración,
no un descubrimiento.

La inducción es un razonamiento que pasa de la observación de los fenómenos a


una ley general para todos los fenómenos de un mismo género. Si la deducción se
basa en la certidumbre y exactitud a partir de la construcción de axiomas y modelos,
la inducción implicará probabilidad: una observación limitada a una generalización
ilimitada. (Ej. cuando Galileo subió a la torre de Pisa para echar distintos cuerpos y
verificar la ley de la caída de los cuerpos procedió con un número limitado de casos
y después, mediante una generalización, aplicó su ley a todos los cuerpos físicos).
(Cfr., Xirau, 2017, p. 248-254):

El método inductivo, pues, utiliza el razonamiento para obtener conclusiones que


parten de hechos particulares aceptados como válidos, para llegar a conclusiones
cuya aplicación sea de carácter general. Comienza con un estudio individual de los
hechos y se formulan conclusiones universales que se postulan como leyes,
principios o fundamentos de una teoría (Bernal, 2010, pp. 59-60).

Algunas características que podemos extraer del proceso inductivo, son (Dávila,
2006, pp. 185-187):

(a) Busca los hechos en lugar de basarse en la autoridad (expertos) o en la mera


especulación (v. gr., si en el método deductivo partíamos de: todos los
mamíferos tienen pulmones; todos los conejos son mamíferos; conclusión:
todos los conejos tienen pulmones; el método inductivo, establecería: todos
los conejos que fueron observados tienen pulmones, luego entonces, todos
los conejos tienen pulmones).
(b) La conclusión se alcanza observando ejemplos y generalizando de ellos a la
clase completa (v. gr., para asegurarse de que todos los conejos tienen
pulmones, necesita observar todos los conejos vivos. En la práctica esto no
suele ser factible, por lo que deberá confiarse en la inducción imperfecta que
se basa en observaciones incompletas).
(c) Se le conoce como “experimental”, siendo sus pasos: (i) observación; (ii)
formulación de hipótesis; (iii) verificación; (iv) tesis; (v) ley; y (vi) teoría.
(d) Las conclusiones inductivas sólo pueden ser absolutas cuando el grupo a
que se refieran es pequeño.

Ahora bien, en el método científico no está constreñido a la inducción o deducción.


Busca su complementariedad. Ejemplo de lo anterior, es el caso de Darwin (Teoría
de la evolución) quien basó sus primeros estudios sólo en la observación, esto, fue
improductivo hasta que la lectura y razonamientos posteriores le permitieron
formular una hipótesis provisional para explicar los hechos que había recopilado
mediante la observación. Procedió a comprobar haciendo deducciones y
recopilando datos adicionales con objeto de determinar si éstos podrían respaldarla.
Los razonamientos deductivo e inductivo caracterizan a las modernas
investigaciones científicas, que consideran el método de mayor confiabilidad para
obtener conocimiento (Dávila, 2006, p. 189).

4.2.2.Métodos epistemológicos

De acuerdo con Bunge, la epistemología, también conocida como filosofía de la


ciencia (del griego episteme: conocimiento; y logos: razón o explicación) es una
rama de la filosofía que estudia la investigación científica y su producto: el
conocimiento científico (Bunge, 2014, p. 21). Briones, por su parte, señala dos
ámbitos generales de entendimiento de la epistemología: (a) en términos generales,
es el análisis y naturaleza del conocimiento científico; (b) en términos específicos,
entenderemos un análisis y reflexión filosófica del objeto de estudios de las ciencias,
su estructura, valores implícitos en la construcción de conocimiento, interpretación
de resultados y refutabilidad de sus teorías (Briones, 2002, p. 13).

Un presupuesto en la indagación científica es lo que ya sabemos, mientras que la


hipótesis — una proposición para responder tentativamente a un problema; o dicho
de otro modo, la(s) respuesta(s) que damos a un problema antes de saber si los
hechos o datos observados la confirmarán o desecharán (Pardinas, 2017, p. 27 y
151)—será aquel conocimiento que se desea fundamentar. Por ejemplo, en una
investigación jurídica la eficacia y validez del ordenamiento jurídico (constitución,
códigos, reglamentos, etc.) serán el presupuesto; mientras que la hipótesis recaerá
en las preguntas concretas que formulemos respecto al contexto, ambigüedad o
vaguedad de alguna norma en específico.

En función de lo anterior, la epistemología en el terreno científico buscará


deshilvanar presupuestos filosóficos implícitos en las hipótesis y metodología para
la resolución de problemas de carácter científico. Responderá a las preguntas:
¿cómo se genera y justifica el conocimiento?, ¿hasta dónde es posible conocer?,
¿cuáles son los fundamentos de aquello que conocemos? Al respecto, señala
Briones (Briones, 2002, p. 21) que, si bien el contenido mismo de las ciencias
sociales no comprende conceptos filosóficos como tal, éstos son el soporte de los
supuestos básicos referidos a la naturaleza de los objetos a los cuales refieren y las
posibilidades y niveles de conocimiento que se pueden lograr. Es decir, se trata de
un estudio en torno a la naturaleza y justificación de aquello que podemos conocer,
más específicamente (Akal, 2004, pp. 292-293):

(a) Las características definitorias del conocimiento;


(b) Sus condiciones sustantivas; y
(c) Los límites del conocimiento y justificación.
Habrá que tener en claro que la tarea del científico social radica en explicar, no
en realizar juicios de valor o argumentar sobre un hecho o fenómeno. Ahora bien,
ya con un panorama respecto al papel de la epistemología en las ciencias sociales,
habrá que señalar que los supuestos del conocimiento parten de diferentes escuelas
de pensamiento (materialismo, racionalismo, empirismo, realismo, idealismo,
positivismo, fenomenología, hermenéutica, etc.). Nos detendremos en analizar las
que forman parte de nuestro programa del curso en los puntos subsecuentes.

4.2.2.1. Hermenéutica jurídica

La palabra hermenéutica proviene del término hermeneuein (interpretar) y refiere


a la técnica y arte de la interpretar textos (Conde, 2008, p. 17). Los textos a los que
hace referencia la hermenéutica, de acuerdo a Mauricio Beuchot no son sólo
escritos, sino también los hablados, los actuados y aun de otros tipos; un poema,
una pintura y una pieza de teatro son ejemplos de textos pues van más allá de la
palabra y del enunciado, los cuales deberán contar con la característica polisémica
o significación múltiple a fin de ser objeto de la hermenéutica (Beuchot, 2016, p. 14).

Siguiendo a Beuchot, los elementos del acontecimiento hermenéutico son: (1) el


texto; (2) el autor; (3) el código de contenido significativo que le da el autor; (4) el
intérprete o lector; y (5) el contexto. Son los primeros cuatro elementos enunciados
los que propician la contextualización que es sin duda la característica fundamental
de la hermenéutica. Un contexto es una plataforma de encuentro de espacialidades
y de temporalidades concretas, esto es, cuando hablamos de contexto nos
referimos a la ubicación del texto, cualquiera que sea su naturaleza, siempre y
cuando presente una significación múltiple, dentro de un contexto propiciando una
mejor comprensión del texto (Beuchot, 2016, pp. 14-16).

En el caso de las ciencias sociales advierte un panorama de complejización, de


acuerdo con Moreno Aponte, en función de que sus desarrollos conceptuales son
llevados al campo científico y la investigación cualitativa1 que subyace a esta. Así,
pues, se pueden encontrar elementos de la hermenéutica en métodos para acceder
al conocimiento de las ciencias sociales, como son el estudio de caso, la cartografía
social, la etnografía, la fenomenología, la teoría fundamentada y la investigación por
acción participativa (Moreno Aponte, 2017, p. 206).

Siguiendo el planteamiento de Moreno Aponte, podemos distinguir algunas


aplicaciones de la hermenéutica filosófica —atribuida a Gadamer y cuyo punto
neurálgico es la comprensión del texto— en el terreno científico participativa
(Moreno Aponte, 2017, p. 207-210):

(a) Es una perspectiva que permite que las ciencias se “piensen a sí mismas” y
a sus prácticas de investigación. Esto es, engloba las preguntas: ¿qué es lo
que se quiere comprender? Y ¿qué es lo que se ha comprendido?
(b) En su tarea de comprensión de textos, la hermenéutica unifica y apertura el
estudio de manera interdisciplinaria (desde aspectos metodológicos a
dimensiones de comprensión de lo humano: sabiduría, saberes ancestrales,
ciencia, tecnología, espacio, tiempo, etc.)
(c) Se distancia de la metodología racionalista sujeto-objeto de las ciencias
exactas. Esta ruptura descansa en una serie de preguntas en torno a la
comprensión de fenómenos sociales, como son: ¿podemos dominar el hecho
social acudiendo a nuestra objetividad sin dejarnos permear por esa
realidad?, ¿deben mezclar los investigadores sociales su realidad con el
hecho social?, ¿pueden estar estos dos estadios presentes?
(d) Posturas conciliadoras evidencian que la influencia hermenéutica en las
ciencias sociales invita a que se encuentre un punto medio en el que se
llegue a un tipo de generalidad para que, de esta manera, se quite el mote
del relativismo radical de la hermenéutica.

1 Debemos tener presente que las variables se expresan en valores numéricos (cuantitativas); o
bien, en categorías o tipos ideales (cualitativas). Por ejemplo, si nuestra hipótesis fuera “La edad y
el nivel de ingreso son factores que influyen en la elección de licenciatura”, la edad sería la expresión
cuantitativa, mientras que la elección de profesión será expresión cualitativa de la hipótesis.
(e) Permite un autoexamen y autorreflexión que permiten comprender el
horizonte de los fenómenos que se busca estudiar, no como un saber
totalizador, mucho menos fragmentario, sino más bien unificador. Será un
mal hermeneuta, en opinión de Gadamer, aquél que crea que puede o debe
quedarse con la última palabra.

En el campo científico, la hermenéutica —en tanto rama de la filosofía— permite un


saber interdisciplinario, esto es, que diferentes disciplinas (ej. medicina, derecho,
antropología, comunicación, etc.) interactúen de manera integral para proporcionar
un conocimiento del objeto holístico. De esta forma, y bajo una perspectiva de
analogicidad interpretativa, se evitan interpretaciones multívocas o unívocas del
objeto de estudio. Es decir, un estudio equilibrado, mesurado que evite la dispersión
u homogeneización cognitiva. A modo de imagen, tendríamos una orquesta
sinfónica en donde el esfuerzo va encaminado a una colaboración unificadora de
una pieza musical, no solo a la portación de perspectivas propias. Es decir, no se
puede dejar que cada quien ejerza sus capacidades y habilidades por sí solo, o para
sí mismo, sino en el concierto del equipo, y a veces sacrificando sus habilidades
para apreciar de forma equilibrada todos los matices de la obra. Puede existir una
disciplina que puede tomar la dirección, pero no para controlar, sino para orientar.
(Beuchot, 2011, pp. 138 y 143).

4.2.2.2. Jus-positivismo

Toda ciencia tiene la pretensión de formular juicios universales, el derecho aparece


una particularidad: cada país, si es que no cada provincia y hasta cada municipio,
dicta su propio derecho. Si algo lo caracteriza, entonces, es su contenido variable.
No es posible conocimiento universal, aunque sí, su conocimiento empírico,
casuístico, que es precisamente la forma en que se estudia y enseña el derecho
positivo.
El enfoque del positivismo jurídico lo podemos abordar, desde una perspectiva
panorámica, a través de la propuesta por Norberto Bobbio, quien sostiene que dicha
expresión denota tres significados (Bobbio, 1993)2:

(a) Jurídico teórico (Doctrinario):


o Esta acepción se coloca en un ámbito específico de las construcciones
teóricas, es decir en la pretensión de estas de percibir los factores
fundamentales que permitan la descripción de la realidad. Bobbio
habla aquí de seis elementos:
o (1) Primer grupo: el carácter coactivo del derecho, la legislación como
fuente de derecho y la vocación normativa- prescriptiva del derecho; y
(2) Segundo grupo: el ordenamiento jurídico y su completitud, la
coherencia del ordenamiento normativo y la interpretación como
actividad lógico-mecanicista y formal (Rentería, 2018, p. 58).
o Se aplica a ciertas teorías que proveen un aparato conceptual técnico
que pueda servir para la sistematización, explicación, comprensión y
descripción dogmática del ordenamiento jurídico, dejando de lado o
entre paréntesis los juicios de valor y las preferencias morales del
observador. (ej. La teoría pura del derecho kelseniana) (D’Auria, 2016,
pp. 16-17).

(b) Como método (Metodológico):


o Consiste simplemente en estudiar al derecho como un fenómeno
fáctico, o sea, en exclusiva y efectiva positividad (D’Auria, 2016, pp.
16-17).
o Es una aproximación al derecho positivo como objeto de estudio
(leyes, códigos, reglamentos, etc.). Para el iuspositivismo
metodológico el único derecho es el derecho positivo, cuyo estudio se
cumple a partir de la idea de que para conocerlo existe el riesgo de

2La división semántico-analítico corresponde a Bobbio, Norberto, El positivismo jurídico, Debate,


Madrid, 1993; los comentarios citados sobre dicha sistematización: D’auria, Aníbal, La crítica radical
del Derecho, Eudeba, 2016, pp. 16-17 y Rentería Díaz, Op. Cit., pp. 57-58.
confundirlo con nuestras expectativas acerca de lo justo. Es una
separación entre el derecho y la moral, entre el derecho que es y el
derecho que quisiéramos que fuera. (Rentería, 2018, p. 57).

(c) Ideológico político o ético:


o Se establece al positivismo como corriente de pensamiento. Con esta
esta acepción se señala, para Bobbio, la idea de que el ius-positivismo
incluye también un programa de acción, un conjunto de directivas, que
en este caso no son otra cosa sino la indicación general de que el
derecho positivo debe ser obedecido.
o De acuerdo a Bobbio, se puede distinguir en dos versiones, una
extrema, un legalismo ético sin más dentro del cual si una norma es
válida debe ser obedecida independientemente de que su contenido
pueda ser moralmente reprobable, y una moderada, en la cual se
postula que la obediencia a la norma jurídica se debe exclusivamente
sólo si constituye un medio idóneo para alcanzar el fin que
habitualmente se le atribuye al derecho, o sea, mantener el orden en
la convivencia social (Rentería, 2018, p. 58).
o En este caso se emplea “iuspositivismo” para designar ciertas
posiciones políticas que identifican el deber moral con el derecho
positivo. Se trata de legalismo moral o “positivismo ético” que
entendido de esta manera es proclive a cometer el mismo sofisma que
el iusnaturalismo como falacia, sólo que en dirección opuesta. Esto
es, mientras que el iusnaturalismo como falacia tiende a desconocer
el carácter del derecho en nombre de ciertas convicciones morales, el
iuspositivismo ético desconoce toda preferencia moral diferente de lo
que ordene el derecho vigente: el primero pretende deducir el “es
jurídico” del “deber ser moran tanto que el segundo pretende deducir
el de “debe ser moral”, el del “es jurídico”. (D’Auria, 2016, pp. 16-17).

4.2.2.3. Jus-naturalismo
El jus-naturalismo constituye una metafísica jurídica. El supuesto metafísico es la
existencia de una naturaleza humana, que de una u otra forma funda los derechos
“naturales” (Correas, 2000, p. 23). Dos de los sentidos más comunes de la
comprensión de la palabra naturalismo en el terreno jurídico, tenemos (D’Auria,
2016, pp. 13-14):

(a) Jus-naturalismo como discurso normativo del deber ser (jurídico o


político). Bajo este enfoque se induce a la confusión puesto que todos
poseemos una ideología respecto al derecho o la política, incluso los
positivistas excluyentes tienen preferencias políticas, democráticas y
jurídicas y sería absurdo considerar a autores como Hans Kelsen 3 como
naturalistas por el hecho de expresar dichas preferencias.
(b) Jus-naturalismo como pensamiento abstracto e idealista en torno al
derecho. Dentro de esta segunda acepción, se reconoce la existencia de un
orden moral suprahistórico, perenne y trascendental, esto es, un “verdadero
derecho”.

Una división clásica del jus-naturalismo es la distinción entre la visión teológica y


la postura racionalista (Mas, 2008, p. 121):

(a) Jusnaturalismo teológico. El jus-naturalismo teológico lo encontramos


en la filosofía medieval. Éste considera lo legal como una manifestación
metafísica o espectral que ha de expresarse a través de su positivización.
Destacan dentro de esta variante de jus-naturalismo principios prácticos que
considera inmutables y universales, como procurar el bien y evitar el mal.
Agustín de Hipona, ya habla de que la legalidad depende de la justicia o al
menos de la apariencia justa que la legalidad tenga (no parece que no sea
ley la que justa no fuese). Para Tomás de Aquino el Estado tiene una misión

3 Dichas preferencias morales o políticas pueden observarse en textos tales como “¿Qué es la
justicia?”
ética y es conservar y respetar la libertad del hombre de otra forma es
ilegítimo, para ello hace uso del derecho. Asimismo, distingue cuatro tipos de
leyes: ley eterna (dios como soberano del universo); ley divina (regula la
relación del hombre con dios); ley natural (parte de la ley eterna que
corresponde a los seres humanos dotados de libertad); y ley humana (deriva
de la ley natural, es creada por un ser humano para solucionar problemas
sociales como condición de validez y para ser reconocida como Derecho
debe ser justa).

(b) Jus-naturalismo racional. Sustituye lo divino por la razón humana y lo


comprendemos dentro de modernidad. De acuerdo con el pensamiento
naturalista de este tipo, el ser humano es capaz de descubrir leyes
inmutables y universales a través de la razón. Los exponentes de este tipo
de jus-naturalismo serán autores como Francisco de Vitoria (1483-1546),
Hugo Grocio (1583-1645), Immanuel Kant (1724-1804), por mencionar
algunos.

Algunas características sobre el jus-naturalismo, desde una lectura Crítica son


(Cfr., Correas, 2000, pp. 23-25):

 Es una doctrina cuyo objetivo es, de alguna manera, la crítica del derecho
positivo (una crítica al derecho positivo tal cual es). Es decir, postula que las
normas “pueden ser injustas” y en este caso, deben derogarse.
 Entonces, el conflicto entre juspositivistas y jusnaturalistas, ¿se debe a su
confesa actitud metafísica o por su actitud crítica?
 El jusnaturalismo es un fundamento extranormativo para la lucha por los hoy
llamados “derechos humanos” (¿Por qué y cómo se justifica la tortura,
explotación?) De nuevo se trata de notas ético-políticas en una sinfonía
científica.
 Toda lucha supone un imperativo ético y en todo imperativo ético habrá casi
siempre un residuo naturalista (incluso con Marx, que a pesar que demuestra
la cientificidad de la explotación de clase, tiene textos con fuertes rasgos
naturalistas de acuerdo con Correas).
 ¿Se trata entonces de conocer el mundo o de transformarlo? Es decir, ¿el
derecho debe inclinarse por la objetividad (validez y eficacia) o admitir
perspectivas ético-políticas?

4.2.2.4. Crítica Jurídica (Jus-marxismo)

Las inquietudes de juristas ganados por el espíritu crítico de la sociedad injusta, han
generado estudios críticos, de muy diversa naturaleza, que podrían llegar a
convertirse en el bagaje inicial de una disciplina. Estos esfuerzos han tenido
distintos nombres (Critique du Droit, en Francia; Critica del Diritto, en Italia; Critical
Legal Studes, en Estados Unidos, etc.) (Correas, 2011, p. 169).

Desde un punto de vista etimológico, el vocablo crítica proviene del verbo griego
kritein (discernir, juzgar o evaluar), en este sentido una de sus características
fundamentales es la constatación de diferencias entre lo fáctico y lo posible.
Podemos encontrar diferentes sentidos del vocablo crítica, que van desde la
significación vulgar en un sentido disvalioso, hasta la comprensión Crítica en un
sentido técnico-filosófico (D’Auria, 2016, pp. 18-21):

(a) La palabra “crítica” como discurso de valor negativo. Es el sentido


más amplio y vulgar de la palabra, refiere a un juicio emitido respecto
a aspectos morales o estéticos. Aquí́ la critica se reduce a una
expresión de preferencias (normativas o valorativas) respecto de algo
o alguien en sentido negativo.
(b) La palabra “crítica” como objeción fundamentada. Son los
diferentes argumentos en torno a una acción o discurso, haciendo
evidente a terceros las inconsistencias argumentales o
contradicciones teóricas. Este tipo de crítica no puede ser objeto de
ninguna tradición o escuela filosófica debido a que es la actitud
esperada en cualquier encuentro argumentativo razonable por parte
de cualquier adversario en terrenos académicos o extraacadémicos.
(c) La palabra “critica” como análisis criterioso. Es un análisis
interpretativo de algo, por ejemplo, de una obra de arte. No es
necesariamente un juicio disvalioso o una objeción fundamentada.
(d) La palabra “crítica” como discurso heterodoxo. Este tipo de crítica
refiere a un punto de vista, manifestación contraria o alternativa frente
a otro discurso que sea denominado hegemónico.
(e) La palabra “Crítica” como en sentido técnico-filosófico. Refiere a
una reflexión filosófico y científica que advierte la visibilización de
ciertos discursos (en sentido positivo o negativo).

A modo de ejemplo de aplicación pensamos en la Crítica de la economía política


marxista4, que, aplicada a al derecho visibilizan condiciones de posibilidad en la
realidad social. Es decir, se trata de una Crítica en sentido técnico filosófico. Parte
del espectro que es posible visualizar a través de la batería conceptual marxista
aplicada al derecho es (Cfr., Conde, 2015, pp. 181-191):

(a) Se opone a la fragmentación que consiste en proponer la parte por


encima del todo. El marxismo es contrario a la modalidad de parcelación y
fraccionamiento, ya que aspira a presentar un enfoque general y ecuménico,
estableciendo un punto de vista económico, político, social, ideológico,
cultural y simbólico del derecho. Privilegiar el segmento, constituiría tan sólo
resaltar la norma escrita, o la decisión judicial o legislativa; desde una
perspectiva iusmarxista se tiene que vincular con lo ético, ontológico,
estético, antropológico, ideacional, etc.

4 “Por ejemplo, cuando Marx hace Crítica de la economía política clásica no está simplemente
refutándola o desmintiéndola, sino mostrando sus condicionamientos sociohistóricos, sin los cuales
no hubiera sido posible, pues sólo podría surgir cuando y donde surgió, como ciencia económica de
la economía capitalista (es decir, como ciencia que puede ser “verdadera” sólo en el contexto
histórico-social de la sociedad capitalista moderna); por lo tanto, las “verdades” de la economía
clásica no son atemporales sino históricas.” (D’Auria, La crítica radical [...], p. 20).
(b) Visualiza el derecho desde un horizonte económico. Lo económico es
la conjunción entre la producción, distribución, intercambio, consumo y
gestión de los bienes materiales. Tiene que ver con la riqueza de una
sociedad, con la situación de las clases sociales para acceder a la
alimentación, el trabajo, la vivienda y demás condiciones materiales.
Establece Marx que el derecho no es más que la voluntad de la clase
dominante erigida en ley, cuyo contenido está determinado por las
condiciones materiales de existencia de la clase dominante. Para Marx, el
derecho es la expresión concentrada de la economía, pues las disposiciones
jurídicas son elaboradas por los empleados directos e indirectos de los
agentes humanos que detectan el poder de los medios de producción. No
hay derecho al margen de los propietarios y dueños de la industria, los
bancos, el comercio, la agricultura, la ganadería y demás áreas prioritarias
de riqueza de un país.
(c) No existe derecho fuera de la política. Las leyes, códigos y decretos
preservan, sancionan, castigan, penalizan, aprueban o desaprueban la
estructura política de la sociedad. Ellos deciden el contenido de los
dispositivos jurídicos conforme a sus intereses de clase. La plasmación de
los intereses económicos, de los grupos humanos en contradicción, en la
materialización de las aspiraciones históricas de las clases sociales en
conjunto, en la objetivación de las asociaciones, partidos y grupos judiciales,
legislativos y del llamado ejecutivo en pugna son las formas en las que se
manifiesta la política en el Derecho para Marx.
(d) Entiende el derecho como un dispositivo emanado de las relaciones
ideológicas. Desde nuestra perspectiva, la base económica es lo vertebral,
pues es el cimiento a partir del cual, los hombres elaboran, contienen y
construyen lo superestructural (espiritual, ideacional y representativo). Lo
rescatable de la visión marxista es que el verdadero sujeto en el derecho es
el capital y los seres humanos son simples mercancías. De una u otra forma,
el dispositivo normativo de una sociedad clasista, visualiza mediante el
derecho penal la dominación de clase, tratando el estado a sus opositores
políticos como delincuentes y en el caso del derecho privado, generando el
fetichismo mercantil.
(e) El método para entender el derecho es dialéctico. La dialéctica es una
propuesta metodológica conveniente para el derecho, ya que va de lo
abstracto a lo concreto y de lo concreto a lo abstracto
(f) Ubica el papel de la praxis en la teoría y práctica del derecho. La praxis
invita a una actividad desalienante, ante un proceso ininterrumpido y
continuado, de inserción del sujeto en la historia, orientada hacia la
transformación del derecho. La dimensión práctica presenta una apertura
radical antropológica y ontológica, superadora de los hechos en la expresión
comteana, los hechos sociales en la vía de Durkheim, o la razón weberiana.
Referencias

AMAT-GARCÍA, German; Farías Camero, Diana María; y Arenas Salazar, José

Robel, “El panorama del conocimiento o la clasificación de las ciencias” en

Ciencia al Viento, Número 17, febrero 2017, Facultad de Ciencias, Universidad

Nacional de Colombia.

BERNAL, César A., Metodología de la investigación, Pearson, Colombia, 2010.

BEUCHOT, Mauricio, Hechos e interpretaciones. Hacia una hermenéutica

analógica, FCE, México, 2016.

-----------------, “La hermenéutica analógica en la interdisciplinariedad de las ciencias

humanas”, Franciscanum, Volumen LIII, No. 155, enero-junio de 2011, pp.

127-144.

BUNGE, Mario, Diccionario de Filosofía, Siglo XXI, México, 2005.

--------------, “El planteamiento científico” en Revista Cubana de Salud Pública, vol.

43, núm. 3, julio-septiembre, 2017, pp. 1-29, La Habana, Cuba.

--------------, Epistemología, Siglo XXI, México, México, 2014.

--------------, La investigación científica. Su estrategia y su filosofía, México, 1987.

--------------, La ciencia, su método y su filosofía, Siglo Veinte-Nueva Imagen,

(Versión digital de consulta:

http://www.posgrado.unam.mx/musica/lecturas/LecturaIntroduccionIn

vestigacionMusical/epistemologia/Mario-Bunge-la-Ciencia-su-

Metodo-y-Filosofia.pdf, fecha de consulta agosto 2021).

--------------, ¿Qué es un problema científico?, In Octavo, Buenos Aires, 2010.


BRIONES, Guillermo, Epistemología de las ciencias sociales, Instituto Colombiano

para el Fomento de la Educación Superior (ICFES), Bogotá, 2002.

CASAS ANGUITA, J.; Repullo Labrador, J.R.; y Donaldo Campos, J., “La encuesta

como técnica de investigación. Elaboración de cuestionarios y tratamiento

estadístico de los datos (I)”, en Aten Primaria 2003;31 (8): 527-38.

CAZAZU, Pablo, Introducción a la investigación en ciencias sociales, Edición digital,

Buenos Aires, 2006.

CHINOY, Ely, La sociedad. Una introducción a la sociología, FCE, México, 2004.

CORREAS, Óscar, Introducción a la Crítica del Derecho Moderno, Fontamara,

México, 2000.

--------------, Metodología Jurídica II. Los saberes y las prácticas de los abogados,

Fontamara, México, 2011.

--------------, Metodología Jurídica I. Una introducción filosófica, Fontamara, México,

2012.

COLMENARES E., Ana Mercedes; Piñero M., Ma. Lourdes, “La investigación

acción. Una herramienta metodológica heurística para la comprensión y

transformación de realidades y prácticas socio-educativas” Laurus, vol. 14,

núm. 27, mayo-agosto, 2008, pp. 96-114 Universidad Pedagógica

Experimental Libertador Caracas, Venezuela

COLMENARES E., Ana Mercedes, “Investigación-acción participativa: una

metodología integradora del conocimiento y la acción” en Voces y Silencios:

Revista Latinoamericana de Educación, Vol. 3, No. 1, 102-115, 2012.

CONDE Gaxiola, Napoleón, La hermenéutica dialéctica transformacional y la

cuestión jurídica, IPN, México, 2008


GABUCIO Cerezo, Fernando (Coordinador), Psicología del pensamiento, Editorial

UOC, Barcelona, 2005.

D’AURIA, Aníbal, La crítica radical del Derecho, Eudeba, Buenos Aires, 2016.

--------------, Teoría y Crítica del Estado, Eudeba, Buenos Aires, 2016.

FUSCO, Giannina, “La investigación histórica, evolución y metodología” en Revista

Mañongo No. 32, Vol. XVII, enero-junio 2009, pp. 229-245.

GARVEY, James y STANGROOM, Jeremy, La historia de la filosofía occidental.

Una historia del pensamiento occidental, Taurus, México, 2012.

LÓPEZ BETANCOURT, Eduardo, La investigación jurídica, Porrúa, México, 2014.

LÓPEZ DURÁN, Rosalío, Metodología Jurídica, Iure, México, 2002.

MENDENHALL, William; Beaver, Robert J.; y Beaver, Barbara M., Introducción a la

probabilidad y la estadística, Cengage Learning, México, 2010.

MORENO APONTE, Rodrigo, “Hermenéutica y ciencias sociales: a propósito del

vínculo entre la interpretación de la narración de Paul Ricoeur y el enfoque de

investigación biográfico-narrativo”, Análisis, ISSN: 0120-8454, Vol. 49/No. 90,

Bogotá, ene-jun./2017, pp. 205-228.

OTZEN, Tamara y Manterola, Carlos, “Técnicas de muestreo sobre una población

de estudio” Int. J. Morphol., 35(1):227-232, 2017.

PARDINAS, Felipe, Metodología y técnicas de investigación en ciencias sociales,

Siglo XXI, México, 2017.

PENICHE BOLIO, Francisco J., Introducción al estudio del derecho, Porrúa, México,

2004.

PÉREZ VALERA, Víctor Manuel, Teoría del Derecho, Oxford, México, 2009.
PLASCENCIA MARTÍNEZ, Fernando; Padilla, Lozano, Fernando; y Díaz Cortés,

Martín, “La fenomenología en las ciencias sociales como hermenéutica

instaurativa”, en Caleidoscopio, no. 24, Universidad de Aguascalientes, julio-

diciembre 2008, pp. 87-114.

RUÍZ BUENO, Antoni, La observación: Parte II. Sistemas de registro y

almacenamiento de datos, (Documento digital disponible en:

http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/67610/1/LA_OBSERVACION__P

arte_II.pdf, Fecha de consulta: 01/11/2020)

RUÍZ LIMÓN, Ramón, Historia de la ciencia y el método científico, Versión digital,

Atlanta, 1999.

SALDIVIA M., Zenobio, “La antigua tarea de ordenar y clasificar a las ciencias” en

Universum. Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, vol. 1, núm. 24,

2009, pp. 206-216, Universidad de Talca, Chile.

SANDOVAL Barros, Ricardo Enrique, “El debate en torno a la Ciencia y las Ciencias

Sociales” en Escenarios, Vol. 10, No. 2, julio-diciembre 2012, pp. 57-61.

TAMAYO, Mario, El proceso de investigación científica, Limusa, México, 2002.

TORRES MUÑÓZ, Melchor, La investigación científica: cómo abordarla,

Universidad Autónoma de Chihuahua, México, 1992.

VEIGA DE CABO, Jorge; De la fuente Díez, Elena; y Zimmermann Verdejo, Marta,

Modelos de estudio en investigación aplicada: conceptos y criterios para el

diseño, Med. Segur. Trab. 2008; Vol. LIV, No. 210:81-88.

VV.AA., Diccionario Akal de Filosofía (Trad. Huberto Marraud y Enrique Alonso),

Akal, Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, 2004).

WITKER, Jorge, Técnicas de investigación jurídica, McGrawHill, México, 1996.


WITKER, Jorge, Técnicas de la enseñanza del derecho, Editorial PAC-IIJ UNAM,

México, 1985.

XIRAU, Ramón, Introducción a la historia de la filosofía, México, Universidad


Nacional Autónoma de México (Textos Universitarios), 2017, 572 pp.
YOUNG, Pauline V., “Investigación Social. Capitulo VII: La Cédula y el Cuestionario

como Auxiliares de la Exploración en el Terreno”, en Revista Mexicana de

Sociología. Vol. 11, No. 1 (Jan. - Apr., 1949), pp. 107-146 (42 pages)

También podría gustarte