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TEMA 7.

LA LLAMADA ACCIÓN CIVIL “EX DELICTUM”


1. LA LLAMADA ACCIÓN CIVIL “EX DELICTUM”

Según el art. 1092 CP hay acciones civiles que nacen de los delitos y se rigen por el CP. El CP determina en qué consiste
esa responsabilidad civil quiénes son las personas civilmente responsables.

Por su parte, la LECr dispone en el art. 100 que: “De todo delito o falta nace acción penal para el castigo del culpable,
y puede nacer también acción civil para la restitución de la cosa, la reparación del daño y la indemnización de perjuicios
causados por el hecho punible”.

En cuanto a la naturaleza jurídica de la llamada acción civil ex delictum, o derivada de hecho delictivo: debe resaltarse
que la acción civil que cabe ejercitar en el proceso penal deriva de unas acciones u omisiones ilícitos que han provocado
una indebida pérdida de la posesión de una cosa, o hayan ocasionado daños y perjuicios.

En esta línea el art. 118 CP dispone que “la exención de la responsabilidad criminal declarada en los números 1.º, 2.º,
3.º, 5.º y 6.º del artículo 20, no comprende la de la responsabilidad civil”.

Lo que diferencia a las acciones civiles nacidas de comportamientos ilícitos no delictivos y estas acciones reparatorias
originadas por comportamientos que aparecen dentro de la esfera de ilicitud criminal, es su tratamiento procesal.
Estas últimas acciones pueden ser objeto de un proceso penal al ejercitarse conjuntamente con la acción penal.

Por último, decir, que estas acciones civiles pueden ser renunciadas (art. 106.2. LeCrim) siempre que se cumplan los
presupuestos que establece el nº2 art. 6 CC, es decir, que la renuncia no sea contraria al orden o interés público y no
perjudique a terceros.

2. RÉGIMEN PROCESAL DE LA RESPONSABILIDAD DIAMANANTE DE CONDUCTA ILÍCITA DE APARIENCIA DELICTIVA

• Art. 100 LeCrim: “De todo delito o falta nace acción penal para el castigo del culpable, y puede nacer también
acción civil para la restitución de la cosa, la reparación del daño y la indemnización de perjuicios causados por
el hecho punible”.
• Art. 112 LeCrim: “Ejercitada sólo la acción penal, se entenderá utilizada también la civil, a no ser que el dañado
o perjudicado la renunciase o la reservase expresamente para ejercitarla después de terminado el juicio
criminal, si a ello hubiere lugar. Si se ejercitase sólo la civil que nace de un delito de los que no pueden
perseguirse sino en virtud de querella particular (delitos privados), se considerará extinguida desde luego la
acción penal (porque la acción penal por delitos privados sí se puede renunciar).”
• Art 108 LeCrim: “La acción civil ha de entablarse juntamente con la penal por el Ministerio Fiscal, haya o no en
el proceso acusador particular; pero si el ofendido renunciare expresamente su derecho de restitución,
reparación o indemnización (habla de renuncia al ejercicio de la acción civil), el Ministerio Fiscal se limitará a
pedir el castigo de los culpables”.
• Art. 111 LeCrim: “Las acciones que nacen de un delito o falta podrán ejercitarse junta o separadamente; pero
mientras estuviese pendiente la acción penal no se ejercitará la civil con separación hasta que aquélla haya
sido resuelta en sentencia firme, salvo siempre lo dispuesto en los arts. 4.º, 5.º y 6.º de este Código”. Primero
se resuelve la acción penal porque si no he cometido un delito no hay acción civil.

Las acciones civiles ejercitadas en el proceso penal son, como cualquier otra acción civil, derechos subjetivos públicos
(derecho que tenemos las personas, y que lo tenemos todos, subjetivo y universal) a obtener tutelas jurisdiccionales
concretas (a acceder a la justicia). Estas acciones se identifican, como toda acción civil, por tres elementos básicos: 1)
los sujetos 2) el objeto de la pretensión (en qué consiste la pretensión, qué es lo que podemos pedir en el proceso
penal como acción civil) 3) la causa de pedir (motivo que nos perite pedir en el proceso penal).

1) En cuanto a los sujetos, la legitimación activa la tiene el ofendido o perjudicado al que se le hayan inferido
daños o perjuicios o haya perdido la legítima posesión de una cosa a consecuencia de una conducta
aparentemente delictiva (el robo de un rolex, el que ha perdido ese reloj necesita una indemnización o que le
devuelvan el dinero). La legitimación pasiva recaerá en los responsables civiles que pueden ser directos o
subsidiarios.
Responsable directo normalmente es: el autor del acto delictivo en base al art 116 CP, el asegurador art. 117
CP, a título lucrativo hayan participado de los efectos del delito, art. 122 CP y los subsidiarios son en defecto
del directo son los señalados en el art. 120 del CP y los entes públicos de acuerdo con el art. 1212 CP.
2) El petitum u objeto de la pretensión, art. 109: “1. La ejecución de un hecho descrito por la ley como delito
obliga a reparar, en los términos previstos en las leyes, los daños y perjuicios por él causados. 2. El perjudicado
podrá optar, en todo caso, por exigir la responsabilidad civil ante la Jurisdicción Civil”
La responsabilidad establecida en el art. Anterior comprende 1) la restitución 2) la reparación del daño 3) la
indemnización de perjuicios materiales y morales.
- La restitución de la cosa deberá restituirse siempre que sea posible el mismo bien con abono de los
deterioros y menoscabos que el juez o tribunal determinen. Tendrá lugar, aunque el bien se halle en poder
de tercero y este lo haya adquirido legalmente y de buena fe, dejando a salvo: su derecho de repetición
contra quien corresponda y, en su caso, el de ser indemnizado por el responsable civil del delito. Esta
disposición no es aplicable cuando el tercero haya adquirido el bien en la forma y con los requisitos
establecidos por las Leyes para hacerlo irreivindicable (ej. un bien inmueble es irreivindicable cuando se
ha inscrito en el registro de la propiedad, entonces ya no se les podrá quitar).
- La reparación del daño podrá consistir en obligaciones de dar, de hacer o de no hacer que el Juez o
Tribunal establecerá atendiendo a la naturaleza de aquél y a las condiciones personales y patrimoniales
del culpable, determinando si han de ser cumplidas por él mismo o pueden ser ejecutadas a su costa.
- La indemnización de perjuicios materiales y morales comprenderá no sólo los que se hubieren causado al
agraviado, sino también los que se hubieren irrogado a sus familiares o a terceros. Cuando no sea posible
la restitución de la cosa se indemniza a la persona.
- Si la víctima hubiere contribuido con su conducta a la producción del daño o perjuicio sufrido, los Jueces
o Tribunales podrán moderar el importe de su reparación o indemnización. Los Jueces y Tribunales, al
declarar la existencia de responsabilidad civil, establecerán razonadamente, en sus resoluciones las bases
en que fundamenten la cuantía de los daños e indemnizaciones, pudiendo fijarla en la propia resolución o
en el momento de su ejecución.

3. LAS CUESTIONES PREJUDICIALES

Surgen en ocasiones en el proceso penal cuestiones de naturaleza ajena (civil, administrativo…) que necesitan ser
depuradas de forma previa pues constituyen un punto de partida necesario para resolver la cuestión penal. En
definitiva, el problema que plantean estas cuestiones denominadas prejudiciales es el de decidir qué órgano
jurisdiccional debe conocer de ellas.

La doctrina diferencia dos sistemas:

- El de prejudicialidad no devolutiva, que consiste en que el propio Tribunal conoce de la cuestión que no
corresponde a su orden jurisdiccional
- Y el sistema de prejudicialidad devolutiva, (enviamos una cuestión al juez y él nos lo devuelve) que implica
que el Tribunal en cuestión se abstiene de resolver sobre la cuestión ajena a su orden jurisdiccional y se
limita a esperar a que esta cuestión sea resuelta por el órgano competente.

La LeCrim contiene una regulación de esta materia en los art. 3 a 7 (diferente de la regulación establecida por la LOPJ)

❖ La regla general la anuncia el Art. 3 LeCrim: “Por regla general, la competencia de los Tribunales encargados
de la justicia penal se extiende a resolver, para sólo el efecto de la represión, las cuestiones civiles y
administrativas prejudiciales propuestas con motivo de los hechos perseguidos, cuando tales cuestiones
aparezcan tan íntimamente ligadas al hecho punible que sea racionalmente imposible su separación”.
Establece el sistema no devolutivo.

Los art. 3 y 4, sin embargo, por un sistema de prejudicialidad devolutiva, relativa en el primer caso, y absoluta en el
segundo:

❖ Art. 4: “Sin embargo, si la cuestión prejudicial fuese determinante de la culpabilidad o de la inocencia, el


Tribunal de lo criminal suspenderá el procedimiento hasta la resolución de aquélla por quien corresponda; pero
puede fijar un plazo, que no exceda de dos meses, para que las partes acudan al Juez o Tribunal civil o
contencioso-administrativo competente. Pasado el plazo sin que el interesado acredite haberlo utilizado, el
Secretario judicial, mediante diligencia, alzará la suspensión y continuará el procedimiento”.
❖ Art. 5: “No obstante lo dispuesto en los dos artículos anteriores, las cuestiones civiles prejudiciales, referentes
a la validez de un matrimonio o a la supresión de estado civil, se deferirán siempre al Juez o Tribunal que deba
entender de las mismas, y su decisión servirá de base a la del Tribunal de lo criminal”.
❖ Art. 6: “Si la cuestión civil prejudicial se refiere al derecho de propiedad sobre un inmueble o a otro derecho
real, el Tribunal de lo criminal podrá resolver acerca de ella cuando tales derechos aparezcan fundados en un
título auténtico o en actos indubitados de posesión”.
❖ Art. 7: “El Tribunal de lo criminal se atemperará, respectivamente, a las reglas del Derecho civil o
administrativo, en las cuestiones prejudiciales que, con arreglo a los arts. anteriores, deba resolver”. Si atiende
un asunto civil atiende al código civil.

En contraste con la normativa de la LECrim, la LOPJ 1985 contiene un problemático precepto, en el artículo 10 dedicado
al tratamiento de la prejudicialidad de todo tipo, y por tanto, también de la no penal en proceso penal: “1. A los solos
efectos perjudiciales, cada orden jurisdiccional podrá conocer de asuntos que no le estén atribuidos privativamente. 2.
No obstante, la existencia de una cuestión prejudicial penal de la que no pueda prescindirse para la debida decisión o
que condicione directamente el contenido de ésta determinará la suspensión del procedimiento mientras aquélla no
sea resuelta por los órganos penales a quienes corresponda, salvo las excepciones que la Ley establezca”.

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