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1. Noción
Ante la identidad del bien jurídico lesionado, el CPP autoriza a que
en el proceso penal se ejercite también la acción civil tendiente a lograr
la restitución del objeto materia del delito, o la indemnización del
daño material (daño emergente, lucro cesante) y moral causado por
aquel ilícito, siempre que se trate de delitos dolosos o de homicidio o
lesiones gravísimas culposas (art. 24). La acción civil es la que nace de
los delitos incriminados en el Código Penal, cuyo fin es la reparación del
daño causado, a través de la restitución o de la indemnización en dinero
(arts. 1077, 1083 y 1109, CC).
El ejercicio de la acción resarcitoria amplía el objeto del proceso,
pues el hecho que lo motiva será considerado no sólo en orden a sus
connotaciones relevantes para su calificación legal desde la óptica del
derecho penal, sino también en sus connotaciones relevantes para el
resarcimiento de los daños que ha ocasionado desde el punto de vista
del derecho civil.
Esta ampliación podrá llegar a comprender hechos extraños al
delito, pero generadores de responsabilidad extracontractual, como son
los vínculos jurídicos que unen al imputado con terceras personas y que
determinan la obligación de éstas de afrontar la reparación del daño
(civilmente responsables), y también circunstancias que pueden ser
penalmente irrelevantes, pero interesantes para la reparación civil (v. gr.,
ganancias de la víctima del homicidio para calcular la indemnización del
lucro cesante de los herederos menores de edad).
2. Fundamento
Esta autorización encuentra sustento en el art. 29 del Código
Penal que, al disponer que la sentencia condenatoria podrá ordenar la
indemnización del daño material y moral causado y la restitución de la
cosa obtenida por el delito, autoriza al damnificado a reclamar en sede
penal, mediante una acción civil “independiente de la acción criminal”
(art. 1096, C. Civil).
3. Justificación y fines
Por estar prevista en el art. 63 punto 1 de la CADH, la “justa
indemnización” de la víctima de un delito ha adquirido nivel
constitucional (art. 75 inc. 22, CN). Esto exige facilitar el ejercicio de ese
derecho, pues los órganos regionales de protección de los derechos
humanos han señalado que para garantizarlo plenamente “no es
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4. Titularidad
La acción civil sólo podrá ser ejercida por la víctima, por sus
herederos en los límites de su cuota hereditaria o por otros damnificados
directos, contra los partícipes del delito y, en su caso, contra el
civilmente responsable (art. 24).
La legitimación para ejercer la acción civil dentro del proceso
penal, no corresponde a todos aquellos que, conforme a las leyes
civiles, tienen derecho a la reparación por delitos o cuasidelitos, sino,
entre ellos, solamente a la víctima o bien a sus herederos y otros
damnificados directos. Estas personas tienen entonces derecho a optar
entre ejercer la pretensión resarcitoria dentro del proceso penal o bien
ante un tribunal civil, mientras que los demás damnificados (los
indirectos) carecen de esta opción de competencia (solo pueden acudir
a la sede civil).
No se encuentran legitimados para ejercer la acción civil en el
proceso penal los damnificados indirectos, es decir, aquellos que por
causa del delito y debido a una vinculación contractual con la víctima,
deben efectuar en su favor erogaciones dinerarias (por ejemplo, el
asegurador de la víctima de un delito de tránsito que sufraga los gastos
médicos).
Pueden ser sujetos pasivos de la acción civil en el proceso penal
los partícipes del delito y los terceros civilmente responsables. La acción
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NORMAS RELACIONADAS
CODIGO PENAL
CPP
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