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LECCIÓN XI

LA CANCELACIÓN
DE ANTECEDENTES DELICTIVOS Y LA RESPONSABILIDAD CIVIL

SUMARIO DE CONTENIDOS:
1. PLANTEAMIENTO GENERAL
2. LA CANCELACIÓN DE ANTECEDENTES DELICTIVOS
3. LA RESPONSABILIDAD CIVIL DERIVADA DE DELITOS
3.1 Contenido de la responsabilidad civil
3.1.1 La restitución
3.1.2 La reparación
3.1.3 La indemnización
3.2 Personas civilmente responsables
3.2.1 Responsabilidad civil y responsabilidad penal
3.2.2 Responsabilidad civil
3.2.3 Responsabilidad subsidiaria
3.3 Cumplimiento de la responsabilidad civil y demás responsabilidades pecuniarias
LECCIÓN XI: LA CANCELACIÓN DE ANTECEDENTES DELICTIVOS Y LA RESPONSABILIDAD CIVIL

1. PLANTEAMIENTO GENERAL

Esta lección estará dedicada a dos de los principales efectos derivados de la comisión de
un delito: los antecedentes penales y la responsabilidad civil. Con el tratamiento de ambas
instituciones se darán por concluidas la revisión y el estudio del sistema de consecuencias jurídicas
del delito en esta asignatura.

2. LA CANCELACIÓN DE ANTECEDENTES DELICTIVOS

Una de las consecuencias de que una sentencia condenatoria adquiera firmeza es la


inscripción de dicho pronunciamiento judicial en el Registro Central de Penados y Rebeldes del
Ministerio de Justicia. Tal inscripción no tiene un carácter público, de modo que sólo se emitirán
certificaciones con las limitaciones y garantías previstas en las normas específicas de dicho Registro,
así como en los casos señalados por la ley. De cualquier forma, se librarán las certificaciones que
soliciten los jueces o tribunales, estén referidas o no a inscripciones canceladas, haciendo constar
expresamente si se da esta última circunstancia (art. 136.4 CP).

La vigencia de la inscripción arriba indicada da lugar a una serie de efectos sobre el penado,
incluso luego de extinguirse su responsabilidad penal (Lección X); efectos que pueden restringir sus
posibilidades de reinserción en la sociedad. A fin de hacer frente a esta suerte de «desocialización»
que puede derivarse colateralmente de los antecedentes penales, la legislación penal regula los
requisitos, las formas y los plazos para cancelar la inscripción de la sentencia condenatoria.

Así, conforme a lo establecido en el art. 136.1, reformado por la L.O. 1/2015, los condenados
que hayan extinguido su responsabilidad penal tienen derecho a obtener del Ministerio de Justicia, de
oficio o a instancia de parte, la cancelación de sus antecedentes penales, cuando hayan transcurrido
sin haber vuelto a delinquir los siguientes plazos:

a) 6 meses para las penas leves,


b) 2 años para las penas que no excedan de 12 meses y las impuestas por delitos
imprudentes,
c) 3 años para las restantes penas menos graves inferiores a tres años.
d) 5 años para las restantes penas menos graves iguales o superiores a tres años.

El cómputo de estos plazos se realizará desde el día siguiente a aquel en que quedara
extinguida la pena. Si ello ocurre mediante la remisión condicional, el plazo, una vez obtenida la
remisión definitiva, se computará retrotrayéndolo al día siguiente a aquel en que hubiere quedado
cumplida la pena si no se hubiere disfrutado de este beneficio. En este caso, se tomará como fecha
inicial para el cómputo de la duración de la pena, el día siguiente al del otorgamiento de la suspensión
(art. 136.2 CP).

Si pese a la concurrencia de estos requisitos anteriores, bien por solicitud del interesado,
bien de oficio por el Ministerio de Justicia, la cancelación de los antecedentes no se ha producido, el
juez o tribunal, acreditadas tales circunstancias, no tendrá en cuenta dichos antecedentes (art. 136.5
CP).

Finalmente, tratándose de las anotaciones correspondientes a la imposición de medidas de


seguridad, la cancelación se llevará a cabo una vez que éstas fueron cumplidas o prescribieron.
Mientras tanto, sólo figurarán en las certificaciones que el Registro expida con destino a jueces o
tribunales o autoridades administrativas, en los casos establecidos por la ley (art. 137 CP).

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3. LA RESPONSABILIDAD CIVIL DERIVADA DEL DELITO

PRESUPUESTOS Los delitos, además de una responsabilidad de índole penal, pueden generar
una responsabilidad de carácter privada o civil, la misma que, a pesar de su naturaleza, se rige
por las disposiciones del Código penal (art. 1092 CC).

Al respecto, la legislación penal establece que la ejecución de un hecho descrito por la Ley
como delito obliga a reparar, en los términos previstos legalmente, los daños y perjuicios por él
causados (art. 109.1 CP). De este modo, la existencia de efectos nocivos (daños y perjuicios)
derivados de un ilícito penal hace que una persona sea, al mismo tiempo, responsable criminal y
civilmente (art. 116 CP). Siguiendo tal criterio, por ejemplo, un delito de peligro o una tentativa
puede acarrear responsabilidades penales, pero no necesariamente civiles si es que no se
constata un daño.

Sin perjuicio de tales disposiciones, el Código penal prevé en ciertos casos particulares la
obligación de reparar, tal como sucede tratándose de los delitos que lesionan la libertad e
indemnidad sexual (193 CP); el patrimonio histórico (321 y 323 CP) o el medio ambiente (339
CP). Asimismo, tratándose de ciertos delitos, la ley penal reconoce la existencia de un régimen
particular de responsabilidad civil situado en una norma extrapenal (art. 272 CP y la Ley de
Propiedad Intelectual).
VÍA PROCESAL La responsabilidad civil y la penal se tramitan de forma conjunta y se
resuelven en la misma sentencia (art. 112 LECRM), salvo que el perjudicado opte por exigir la
primera en la jurisdicción civil (art. 109.2 CP). En este último caso, el órgano jurisdiccional civil
deberá aguardar a la conclusión del proceso penal, aunque dicha sentencia es vinculante en tanto
declare la inexistencia objetiva o subjetiva del hecho, dejando a salvo el cálculo o medición de la
responsabilidad civil.
IMPORTANCIA Dejando de lado el derecho de las víctimas a ser resarcidas por los daños y
perjuicios que se derivan del delito, la satisfacción (total o parcial) de la responsabilidad civil
constituye un requisito para la aplicación, entre otros, de la circunstancia atenuante de reparación
del daño (art. 21.5 CP); la suspensión de la ejecución de la pena (art. 80.2.3ª CP); el acceso al
tercer grado de tratamiento penitenciario (art. 72.5 y 6 LOGP) o la concesión de la libertad
condicional (art. 90.1.CP).
3.1 Contenido de la responsabilidad civil

Según el art. 100 LECRM de todo delito nace la acción penal para el castigo del culpable, y
puede nacer la acción civil para la restitución de la cosa, la reparación del daño y la indemnización de
perjuicios causados por la ejecución de un hecho descrito por la ley como delito o . De forma coherente
con la LECRM, el art. 110 CP señala que la responsabilidad civil comprende las mismas obligaciones
que constituyen el contenido (o extensión) de la responsabilidad civil derivada de un delito.

3.1.1 La restitución (art. 110.1º y 111 CP)


CONCEPTO Consiste en la restauración de la situación existente con anterioridad a la infracción
penal, devolviendo al afectado por el delito el bien del que se vio privado.
ALCANCE La restitución alude a una cosa, pero en general, puede recaer tanto en bienes
muebles como inmuebles. Según el art. 111.1 CP, deberá restituirse siempre que sea posible el
mismo bien, con abono de los deterioros y menoscabos que el Juez o Tribunal determinen.
Asimismo, la restitución tendrá lugar aunque el bien se halle en poder de tercero y éste lo haya
adquirido legalmente y de buena fe, dejando a salvo su derecho de repetición contra quien
corresponda y, en su caso, el de ser indemnizado por el responsable civil del delito. Tal
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disposición no puede llevarse a cabo cuando el tercero haya adquirido el bien en la forma y con
los requisitos establecidos por la Leyes para hacerlo irreivindicable (art. 111.2 CP).

3.1.2 La reparación del daño (art. 110.2º y 112 CP)


ALCANCE La reparación del daño podrá consistir en obligaciones de dar, de hacer o de
no hacer que el órgano jurisdiccional establecerá en atención a la naturaleza de aquél y a las
condiciones personales y patrimoniales del sujeto civilmente responsable (el art. 112 CP se refiere
al culpable). Asimismo, el juez o tribunal determinarán si éste último debe cumplir tales
obligaciones por sí mismo o ejecutadas a su costa (art. 112 CP).

En ocasiones, el Código penal precisa, tratándose de algunos delitos, la forma o el alcance


de la reparación civil. Así sucede, entre otros, en los delitos contra el honor (art. 216 CP); delitos
de abandono de familia, menores o incapaces (art. 227.3 CP); delitos contra el medio ambiente
(art. 339 CP).

3.1.3 La indemnización (art. 110.3º y 113 CP)


ALCANCE La indemnización de perjuicios materiales y morales comprenderá no sólo los
que se hubieren causado al agraviado, sino también los que se hubieren irrogado a sus familiares
y terceros (art. 113 CP). La amplitud de esta fórmula permite considerar como perjuicio tanto al
daño emergente o afectación real experimentada, como al lucro cesante o beneficio que se no se
obtuvo y, de forma adicional, al propio daño moral.

Ahora bien, como es lógico la indemnización requiere de modo previo acreditar la existencia
de los daños y la cuantificación de los mismos. Esto último constituye, a juicio de la mayoría de
la doctrina, un problema de difícil solución -sobre todo en el caso de daños morales- que el Código
penal aborda facultando a los jueces o tribunales a establecer razonadamente en sus
resoluciones las bases en que fundamenten la cuantía de los daños e indemnizaciones, pudiendo
fijarla en la propia resolución o en el momento de su ejecución (art. 115 CP). Además de este
precepto, fuera del Código penal se encuentran algunas disposiciones que contienen criterios
que, si bien no tienen un carácter vinculante para el órgano jurisdiccional, al menos indican cómo
valorar los daños y perjuicios causados, así como las indemnizaciones de los mismos. Así sucede
con la Ley sobre Responsabilidad Civil y Seguro en la circulación de vehículos a motor, de 21 de
marzo de 1968 y modificada por la Ley 30/1995, de 8 de noviembre, de Ordenación y supervisión
de seguros privados.

Por otra parte, se ha visto que el agraviado (sujeto pasivo del delito) o aquellos de sus
familiares o terceros afectados directamente por el delito pueden ser resarcidos por la
indemnización. Al respecto, cabe añadir que, si la víctima hubiere contribuido con su conducta a
la producción del daño o perjuicio sufrido, los jueces o tribunales podrán moderar el importe de
la indemnización (art. 114 CP).

3.2 Las personas civilmente responsables (arts. 116-122 CP)

En lo que sigue revisaremos las reglas aplicables a los casos en los que la responsabilidad
criminal y la responsabilidad civil coinciden en la misma persona; la responsabilidad civil concurre sin
la penal y, finalmente, los casos de responsabilidad civil subsidiaria.

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3.2.1 Concurrencia de responsabilidad civil y penal (art. 116 CP)
Como regla general, toda persona criminalmente responsable de un delito lo es también
civilmente si del hecho se derivaren daños o perjuicios. Ahora bien, si se tratase de dos o más
responsables de un delito, el órgano jurisdiccional señalará la cuota que deba corresponder a cada
uno (art. 116.1 CP).

En el caso de que concurran varios autores, cada uno de dentro de su respectiva clase, será
responsable de forma solidaria entre sí por sus cuotas. Lo mismo sucede en el caso de que exista una
pluralidad de cómplices. Ahora bien, la responsabilidad solidaria al interior de los grupos de autores o,
en su caso, de cómplices, está complementada por una responsabilidad subsidiaria «por las (cuotas)
correspondientes a los demás responsables». Así, la responsabilidad subsidiaria se hará efectiva,
primero en los bienes de los autores y, luego, en los de los cómplices. Tanto en el caso de que se
haga efectiva la responsabilidad solidaria como la subsidiaria, quedará a salvo la repetición del que
hubiere pagado contra los demás por las cuotas que corresponda a cada uno (art. 116.1 CP).

Como consecuencia de la LO 5/2010, se añadió un número 3 al art. 116, señalándose que


“la responsabilidad penal de una persona jurídica llevará consigo su responsabilidad civil en los
términos establecidos en el art. 110 del CP de forma solidaria con las personas físicas que fueren
condenadas por los mismos hechos.

3.2.2 Responsabilidad civil (arts. 117-119 CP)


En primer lugar, las compañías aseguradoras que hubieren asumido el riesgo de las
responsabilidades pecuniarias derivadas del uso o explotación de cualquier bien, empresa, industria
o actividad, cuando, como consecuencia de un hecho previsto en el Código Penal, se produzca el
evento que determine el riesgo asegurado, serán responsables civiles directas hasta el límite de la
indemnización legalmente establecida o convencionalmente pactada, sin perjuicio del derecho de
repetición contra quien corresponda (art. 117 CP).

En segundo lugar, la exención de responsabilidad criminal declarada en los números 1º, 2º, 3º,
4º, 5º y 6º del art. 20 CP no comprende la exención de la civil, la misma que se hará efectiva conforme
a una serie de reglas:

 En el caso de los números 1º (anomalía psíquica y trastorno mental transitorio) y 3º (alteración


en la percepción) del art. 20 CP, son también responsables por los hechos que ejecuten los
declarados exentos de responsabilidad quienes los tengan bajo su potestad o guarda legal o
de hecho, siempre que haya mediado culpa o negligencia por su parte y sin perjuicio de la
responsabilidad civil directa que pudiera corresponder a los imputables. En tales hipótesis, los
jueces o tribunales graduarán de forma equitativa la medida en que deba responder con sus
bienes cada uno de dichos sujetos (art. 118.1. 1ª CP).
 Son igualmente responsables el ebrio y el intoxicado que se mencionan en el número 2º del
art. 20 CP (art. 118.1. 2ª CP).
 En el caso del número 5º (estado de necesidad) del art. 20 CP serán responsables civiles las
personas en cuyo favor se haya precavido el mal, en proporción al perjuicio que se les haya
evitado, si fuera estimable o, en otro caso, en la que el juez o el tribunal establezca según su
prudente arbitrio.
Cuando las cuotas de que deba responder el interesado no sean equitativamente asignables
por el juez o tribunal, ni siquiera por aproximación, o cuando la responsabilidad se extienda a
las Administraciones Públicas o a la mayor parte de una población y, en todo caso, siempre
que el daño se haya causado con asentimiento de la autoridad o de sus agentes, se acordará,
en su caso, la indemnización en la forma que establezcan las leyes y reglamentos especiales
(art. 118.1. 3ª CP).

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 En el caso del número 6º (miedo insuperable) responderán principalmente los que hayan
causado el miedo, y en defecto de ellos, los que hayan ejecutado el hecho (art. 118.1. 4ª CP).

En los casos anteriores, el juez o tribunal que dicte una sentencia absolutoria por estimar la
concurrencia de alguna de las causas de exención citadas, procederá a fijar las responsabilidades
civiles salvo que se haya expresa reserva de las acciones para reclamarlas en la vía que corresponda
(art. 119 CP).

En tercer lugar, en el caso del art. 14 CP (supuestos de error), serán responsables civilmente
los autores del hecho (art. 118.2 CP).

3.2.3 Responsabilidad subsidiaria (arts. 120-122 CP)

Los arts. 120 a 122 CP regulan los casos en los cuales determinadas personas (físicas o jurídicas
no públicas), el Estado u otras instancias públicas son responsables civilmente, en defecto de los que
lo sean criminalmente.

En primer lugar, Los curadores con facultades de representación plena que


convivan con la persona a quien prestan apoyo, siempre que haya por su parte culpa
o negligencia (art. 120.1ª CP) (este punto 1 fue modificado por la Ley 8/2021, de 2
de junio)

En segundo lugar, las personas naturales o jurídicas titulares de editoriales, periódicos, revistas,
estaciones de radio o televisión o de cualquier otro medio de difusión escrita, hablada o visual, por los
delitos cometidos utilizando los medios de los que sean titulares, dejando a salvo lo dispuesto en el
art. 212 CP (art. 120.2ª CP).

En tercer lugar, las personas naturales o jurídicas, en los casos de delitos cometidos en los
establecimientos de los que sean titulares, cuando por parte de los que dirijan o administren, o de sus
dependientes o empleados, se hayan infringido los reglamentos de policía o las disposiciones de la
autoridad que estén relacionados con el hecho punible cometido, de modo que éste no se hubiera
producido sin dicha infracción (art. 120.3ª CP).

En cuarto lugar, las personas naturales o jurídicas dedicadas a cualquier género de industria o
comercio, por los delitos que hayan cometido sus empleados, dependientes, representantes o
gestores en el desempeño de sus obligaciones o servicios (art. 120.4ª CP).

En quinto lugar, las personas naturales o jurídicas titulares de vehículos susceptibles de crear
riesgos para terceros, por los delitos cometidos en la utilización de aquellos por sus dependientes o
representantes o personas autorizadas (art. 120.5ª CP).

En sexto lugar, conforme al art. 121, el Estado, la Comunidad Autónoma, la provincia, la isla, el
municipio y demás entes públicos, según los casos, responden subsidiariamente de los daños
causados por los penalmente responsables de los delitos dolosos o culposos, cuando éstos sean
autoridad, agentes y contratados de la misma o funcionarios públicos en el ejercicio de sus cargos o
funciones siempre que la lesión sea consecuencia directa del funcionamiento de los servicios públicos
que les estuvieren confiados, sin perjuicio de la responsabilidad patrimonial derivada del
funcionamiento normal o anormal de dichos servicios exigible conforme a las normas de procedimiento
administrativo, y sin que, en ningún caso, pueda darse una duplicidad indemnizadora.

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Además, si se exigiera en el proceso penal la responsabilidad civil de la autoridad, agentes y
contratados de la misma o funcionarios públicos, la pretensión deberá dirigirse contra la Administración
o entre público presuntamente responsable civil subsidiario (art. 121 CP).

Finalmente, el Código penal establece que el sujeto que por título lucrativo hubiere participado
de los efectos de un delito, está obligado a la restitución de la cosa o al resarcimiento del daño hasta
la cuantía de su participación (art. 122 CP).

3.3 El cumplimiento de la responsabilidad civil y demás responsabilidades


pecuniarias (arts. 125-126 CP)

Cuando los bienes del responsable civil no sean bastantes para satisfacer de una vez todas las
responsabilidades pecuniarias, el juez o el tribunal, previa audiencia al perjudicado, podrá fraccionar
su pago, señalando, según su prudente arbitrio y en atención a las necesidades del perjudicado y a
las posibilidades económicas del responsable, el período e importe de los plazos (art. 125 CP).

De cualquier forma, los pagos que efectúe el penado o el responsable civil responderán a un
orden determinado en el art. 126.1 CP: 1º A la reparación del daño causado e indemnización de los
perjuicios. 2º A la indemnización del Estado por el importe de los gastos que se hubieran hecho por
su cuenta en la causa. 3º A las costas del acusador particular o privado cuando se impusiere en la
sentencia su pago. 4º A las demás costas procesales, incluso las de la defensa del procesado, sin
preferencia entre los interesados. 5º A la multa.

Cuando el delito hubiere sido de los que sólo pueden perseguirse a instancia de parte, se
satisfarán las costas del acusador privado con preferencia a la indemnización del Estado.

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