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UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE MÉXICO

FACULTAD DE DERECHO CANOŃICO

«SEMINARIO DE JURISPRUDENCIA
MATRIMONIAL»

Dr. Luis de Jesús Hernández Mercado


«Elementos esenciales constituyentes de la forma canónica al contraer
matrimonio y la suplencia de la facultad de asitir el matrimonio en saco de
error común»

Presenta:

Tomás de Jesús Gómez Robles

03/11/2022
Elementos esenciales constituyentes de la forma canónica al contraer matrimonio. Está
contenido y regulado en el código de derecho canónico actual, elementos esenciales que
simplemente no pueden faltar en la celebración de los matrimonios entre hombre y mujer en
la Iglesia Católica, por tanto, la ausencia de uno de estos elementos puede ser causa de
nulidad del sacramento pretendido.

Entre estos elementos fundamentales están en primer lugar: los contrayentes, personas que
deben estar presentes físicamente, dos testigos comunes, hoy en día podríamos conocerlos
como los padrinos develación por ejemplo, un otras personas que cuenten con sus facultades
suficientes para dar razón del acto presenciado; el ministro sagrado con facultad para asistir
ese matrimonio, el día y con las personas explícitamente señaladas; y la manifestación
pública del consentimiento de las partes de querer contraer matrimonio.

Sin embargo, ante estos eventos en su mayoría programados no siempre resulta como se tiene
planeado, de tal forma que, al faltar uno de estos elementos, por ejemplo: ya sean los testigos
comunes o el ministro sagrado, el matrimonio puede ser contraído inválidamente. Cuando
hay riesgo de contraer inválidamente por error común de hecho o de derecho, se dice que la
iglesia suple. En los casos cuando un sacerdote está presente en cierto lugar en el que se
celebrará la santa misa, así como el sacramento del matrimonio, puede ser que este ministros
sagrados esté ahí por casualidad, o porque celebró otras misas, pero no está ahí delegado ni
para celebrar la eucaristía, ni para administrar el sacramento del matrimonio de los
contrayentes. Sin embargo, en vista que quien estaba delegado no llegó por las razones que
haya sido, el pueblo presente puede dar por hecho que el ministro ahí presente es quien
presidirá la ceremonia. Y, de hecho, el ministro debe asistirlo por la facultad de la Iglesia y
no de la autoridad competente en esa jurisdicción, no por abuso de confianza, sino en razón
a que se contraiga válidamente el matrimonio. En este sentido es cuando se aplica el derecho,
el cual reza que la Iglesia suple (Cfr. c. 144) por el bien de los cónyuges y por el bien común.
En suma, la suplencia de la Iglesia, no sana actos nulos, sino que los previene.

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