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DÍAZ, PAULA.

FILOSOFIA DEL DERECHO – PRIMER PARCIAL.

FILOSOFÍA, CIENCIA, FILOSOFÍA DEL DERECHO.

El término FILOSOFÍA proviene del griego: PHILOS= amor y SOPHYA= sabiduría. Asimismo, el
verbo PHILEO no sólo significa amor, sino también tender, aspirar, tener vocación a saber.

El desarrollo de la filosofía tiene lugar a través de preguntas, no se parte aquí de respuestas


dogmáticas sino de formular interrogantes que inquietan, incluso perturban y molestan. Su
presencia nos obliga a una búsqueda de una salida, una solución.

Filosofía como ciencia madre es el amor a la sabiduría. En filosofía siempre vamos a partir de
un interrogante el por qué? Para qué? Vamos a estudiar al Hombre su esencia, la vida, muerte,
la relación que tiene con el derecho y porque al hombre se le da ese ordenamiento jurídico
En la filosofía nunca vamos a tener una verdad absoluta o respuesta. Y siempre vamos a partir
de un interrogante. Lo interesante es cuando se junta la Filosofía con la Teología ya que la
teología si parte de una respuesta o una afirmación.

CIENCIA se va a caracterizar siempre por un conocimiento racional, sistemático, exacto,


verificable y falible.

SISTEMATICO: Sistemático porque necesita un método para llegar al resultado


VERIFICABLE: porque se puede comprobar y puede fallar

Con la filosofía el hombre lo que va a buscar es el conocimiento global, el todo.


Con la ciencia lo que va a buscar es el conocimiento de un tema especifico Ej. Matemática,
Física no tenemos la verdad del todo.

Cuando la ciencia se aplica a la investigación y a la manufacturación de bienes materiales y


culturales para la sociedad, la ciencia se va a convertir en tecnología.

Si hablamos de un orden o un conjunto de ideas establecidas estamos hablando de un


conocimiento científico.

Si estamos hablando de una actividad productora de esas ideas estamos hablando de


investigación científica.

La FILOSOFÍA DEL DERECHO pretende sacar a la luz los cimientos del Derecho, sus bases y
fundamentos profundos, trascendiendo las fronteras políticas.

En filosofía del derecho vamos a estudiar la relación que existe entre el hombre y el derecho.

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EL HOMBRE.

Antes de la llegada del hombre estaban los planetas, las estrellas, después las plantas, los
animales. La llegada del hombre es posterior.

La aparición del hombre significó una modificación CUALITATIVA además de CUANTITATIVA.

El hombre trajo consigo la incorporación del PRINCIPIO DE LIBERTAD. El Ser Humano posee
una libre aptitud transformadora. Hasta su llegada todo respondía a las leyes de la causalidad,
en las que la causa y el efecto se comprometen recíprocamente. Las series causales son
siempre idénticas.

Esto no quiere decir que desaparecieran, en lo subsiguiente permanecieron y coexistieron con


el hombre, pero ahora el efecto está previamente contenido en la causa.

Con la llegada del hombre y de la libertad aparece la esperanza porque en un mundo de causa
y efecto no hay esperanza. En un mundo de seres personales, la esperanza es lo que nos
sostiene a todos los que estamos aquí, esperamos la persona amada, el hijo, al amigo, el
perdón, la compresión. Aparece la ética el sentido de lo bueno y de lo malo. Por ello la
modificación es cualitativa. Sucede también que el hombre está modificando con su actividad
libre, lo que estaba, es decir que el hombre es un gran transformador.

Hasta aquí definimos todo lo anterior al hombre como NATURALEZA.

Lo novedoso es que consecuentes de la libertad, se produjo la aparición de fenómenos


desconocidos, distintos de la regularidad de la causalidad. El hombre es incertidumbre, se
desconoce la gama total de conductas y ocurrencias derivables del principio de libertad y eso
es precisamente lo que nos hace únicos, incomparables e irrepetibles, unos de otros.

Desde este instante, llamaremos a todo aquello que la mano del hombre ha modificado,
CULTURA.

Etimológicamente la palabra cultura proviene del latín, y su significado es alusivo al cuidado de


los campos. Significa cultivo, crianza.

El vocablo recibió una interesante evolución porque se la utilizó para nombrar a la tierra
sembrada, a la acción de cultivar la tierra, pero más tarde al cultivo de una facultad intelectual,
el espíritu. Se entiende por cultura el estado de un espíritu cultivado. Pero después, la cultura
va evolucionando más y el hombre empieza a transformar no solo a la naturaleza sino sus
propias obras culturales. Es decir el hombre comienza a hacer transformaciones de sus propios
productos culturales.

Casi podríamos afirmar que ya no queda naturaleza, todo alrededor es cultural.

características del hombre

1) Unicidad Personal (Único e Irrepetible)


2) Finito (Tenemos un principio y un fin, podemos partir de una pregunta ¿Es el fin la
muerte? Esta depende de nuestras creencias ya sea religiosa o no

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3) Situado (Depende de la situación en que nos encontramos podemos llegar a ver las
cosas de una determinada manera.

El hombre es un ser haciéndose, cuando nos encontramos con el otro nos hacemos personas a
través del dialogo del encuentro con el otro, somos seres haciéndonos porque ninguno sabe
cuándo va a terminar su existencia.

El hombre muchas veces quiere estar solo, esta soledad que precisa el hombre es justamente
para perfeccionarse, para reflexionar, para crecer, ir construyendo, formándose para
mejorarse e ir al encuentro del otro.

El derecho es universal porque no tiene fronteras por más que uno se encuentre con otra
persona en otro país y no hablemos el mismo idioma, por el solo hecho de ser persona, lo
vamos a respetar.

LAS LEYES NATURALES Y LA LIBERTAD.

La ley natural supone una ontología y una antropología filosófica, para desde allí dar base a la
ética y al derecho.

La libertad constituye uno de los presupuestos del ser humano y con base en ella, pero al lado
de la dignidad humana, se ha construido la esencia de los derechos de la persona.

NATURALEZA Y CULTURA.

Naturaleza.

Conjunto de todos los seres naturales en los cuales no se ha puesto la mano del hombre. La
naturaleza es innata, nace con nosotros, la tenemos al nacer

Cultura.

Es toda creación humana que aparece con la libertad del hombre, cultura viene de cultivar,
todo lo que hombre transforma por medio de sus saberes, destreza, procedimientos, todo lo
que el hombre cambia con su trabajo. Pues cultura es una expresión de libertad. Y el mundo
cambia con la llegada de la libertad al hombre

Respeto la naturaleza del hombre, es respeta , reconocerlo como tal, como persona,
respetarlo,

Respecto a la naturaleza de las cosas, es respetar la esencia para lo que fue creado. Yo veo
muebles e inmuebles en darle el uso que corresponde a cada cosa. Ej. Si yo a un cuchillo lo uso
para cortar una naranja estoy respetando la naturaleza de la cosa, pero si lo uso para tajear a
una persona ese uso no es el correspondiente.

VALORACIÓN.

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Quien valora es el hombre y pasa ¿por quien valora? ¿Cuando valora? y ¿donde valora? Cuál es
la finalidad? Siempre es llegar al conocimiento hay que preguntarse qué nuevos valores hay en
la sociedad actual?

LA ALTERIDAD DE LA EXISTENCIA.

Como alteridad se denomina la condición o estado de ser otro o de ser diferente. Como tal, se
aplica al descubrimiento que del otro hace el él y a toda la amplia gama de imágenes y
representaciones del otro y del nosotros que esto trae consigo.

La palabra, como tal, proviene del latín alterĭtas, alteritātis, que a su vez deriva del latín alter,
que significa ‘otro’.

Para la filosofía, la alteridad es lo contrario a la identidad y, en este sentido, puede ser definida
como la relación de oposición que se registra entre el sujeto pensante, es decir, el yo, y el
objeto pensado, o sea, el no yo. Así, la alteridad es el principio filosófico que permite alternar o
cambiar la propia perspectiva por la del otro.

En este sentido, la alteridad implica que un individuo sea capaz de ponerse en el lugar del otro,
lo cual posibilita que pueda establecer relaciones con el otro basadas en el diálogo y la
conciencia y valoración de las diferencias existentes.

Así, según la alteridad, para constituir una individualidad es necesaria, primero, la existencia de
un colectivo, pues el yo existe a partir del otro y de la visión de este. El otro permite que el yo
pueda comprender el mundo a partir de una mirada diferente en relación con la propia.

De hecho, uno de los principios de la teoría de la alteridad es que el yo, en su forma individual,
solo puede existir a través del contacto con el otro, pues el ser humano, como sujeto social,
tiene inherentemente una relación de interacción y dependencia con el otro.

De allí que se afirme que la diferencia constituye la base de la vida social y de sus dinámicas y,
al mismo tiempo, la fuente de sus tensiones y conflictos.

EL ENCUENTRO.

El hombre es un ser dialógico, se constituye a través del encuentro con sus semejantes.
Comprendiéndolos y siendo comprendido por ellos.

Según Henkel, el hombre al salir del umbral de su interioridad comienza a vincularse con sus
semejantes en un continuo necesitar y ser necesitado, es por ello que la vida social se presenta
como una intrincada trama de innumerables y variadas relaciones interhumanas. Tal es así que
resulta necesario establecer modos de orden social como modos diversos de resolver la
existencia, verificables en todas las sociedades humanas. Son formas de convivencia humana
que han sido delimitadas de modos diversos por diversos sociólogos. En un sentido formal

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significa una adecuación reciproca de personas o cosas, y en un sentido material indica


una dirección de crecimiento, de perfeccionamiento, de sentid

CONSTITUCIÓN DE LA PERSONALIDAD.

Esta está compuesta por: La constitución corporal, el temperamento, la inteligencia, el


carácter y la experiencia religiosa.

a) Constitución corporal. Las relaciones de ésta en la integración de la personalidad han sido


investigadas desde hace mucho tiempo y se continúan aportando importantes contribuciones.
Se discute en este sentido la influencia de la herencia. "nadie ha probado la presencia de un
mecanismo positivo para la herencia, por los genes, de cualidades humanas, tales cerno la
conducta moral consecuente y el espíritu de iniciativa o industria personal". Se cree más bien
que tales cualidades son efectos de situaciones estimulantes primitivas, favorables en el
sentado social-psicológico a la producción de estas reacciones.,

b) El Temperamento. Entre los factores de la personalidad que hemos mencionado, está el


formado por las cualidades emocionales, las cuales hacen lo que se llama el Temperamento.

c) Inteligencia: Se presentan problemas al definirlas, ya que es subjetivo.

d) el carácter. El carácter es, por sus motivos históricamente dados el producirse del hombre
en el tiempo, no sólo la acuñación de un ser.

e) la experiencia religiosa. Es como componente de la personalidad y habla de la "filosofía


cósmica" que es como la religión sin la abundancia de credo, dogma y teología

LA DIALÓGICA.

La dialógica es aquella cuyo punto fundamental es dejar de lado el monólogo de la visión


individualista y su soledad, para pasar al diálogo con un Tú. Para que termine la angustia en
que el YO ha nacido, es necesario descubrir al otro en cuanto TU, es decir, como un ser que ha
pasado como uno, por la prueba de soledad y ha realizado su YO, y de esta manera
arribarmediante el dialogo a un NOSOTROS. Solo cuando el otro haya sido captado en su
totalidad se convertirá para mi en un TU. Y del encuentro de dos YO que son TU el uno para el
otro, resultara una nueva realidad existencial, el NOSOTROS. Y cuando el NOSOTROS haya
nacido, la soledad quedara superada y trascendida. La palabra OTRO no implica el “no yo”,
sino que es aquel que por su propia naturaleza es susceptible de acogerme para que los dos
formemos juntos una nueva realidad existencial, el Nosotros. Como yo soy una espera del
Otro, asi el Otro es una espera de mi.

Lo que no quiere decir, sin embargo, que el otro solo existe por esta espera, que el otro carece
de realidad independientemente de mi YO.

EL DIÁLOGO.

El origen del diálogo fue el origen de la filosofía.

En la Filosofía del Diálogo solo podemos hablar de existencia como encuentro, descubrir al
otro no racionalmente sino en virtud de su “presencia originaria”, que no necesita ser

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producto de ciclos de razonamiento, por el contrario, el otro es una verdad que se nos anuncia
por sí misma.

Encontrar es descubrir al otro, develar la inefable novedad de su existencia. El mundo


moderno exhibe otro universal enajenado, marginado y olvidado, y el reclamo por su
reconocimiento va en creces. Aquí dejamos inicialmente plasmada una diferencia entre la
Dialéctica (encuentro de ideas – Platón) y la Dialógica (encuentro de personas – Sócrates), lo
que implica rechazar palmariamente la denominada interferencia intersubjetiva.

El diálogo permite desituarnos, hace al hombre abierto a todo hombre, no admite


sectorizaciones. En todo momento y lugar puede haber diálogo, goza de universalidad,
carácter que lo acerca y mucho, al derecho. Las personas por nacer son testimonio constante
de que la esperanza del diálogo tiende a perpetuarse y no a concluir.

Asimismo contribuye a la integración de perspectivas reduccionistas de manera tal de


conformar un todo con propiedades nuevas. Implica, ciertamente, una transacción: ceder
parte de la verdad propia y aceptar que el otro tiene también una cuota de verdad.

Esto puede alcanzarse siempre que tenga vigencia, como principio dialogal, la predisposición
permanente a la escucha consiente del otro. Es decir, el diálogo es abierto, participativo y
artífice del encuentro. La Real Academia Española lo define como “Plática entre dos o más
personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos”.

De ser aristocrático o elitista, perdería instantáneamente su esencia. Nótese en la definición


del uno del adverbio de modo “alternativamente”, bien interpretado incompatible con la
jerarquía y el monólogo.

La idea de coerción está radicalmente alejada de la filosofía del diálogo, la predisposición


mencionada jamás puede ser coactivamente impuesta. En este sentido, el diálogo no se
efectiviza solo a través de la palabra, sino también con el silencio, siempre que no sea
resultado de la coacción.

El monólogo, por su parte, suele estar asociado a una manifestación de poder, por lo que
difícilmente se constituya en dialogal, salvo el caso excepcional de tratarse verdaderamente de
una exposición previa como invitación al diálogo. Cipriano nos los explica perspicazmente:

“El monólogo no existe, sólo es un diálogo demorado”

Absolutamente nadie puede ser forzado a dialogar, el diálogo no es coactivo sino persuasivo,
por lo que hay plena libertad de respuesta al llamado del otro para que se consume el
encuentro.

Resta que describamos a la soledad y la intimidad, dos problemáticas relacionadas con la


existencia como encuentro. Ya hemos hecho referencia al carácter negativo de la soledad e
intimidad, una falsa autosuficiencia del yo. En su expresión máxima, pueden derivar en el
suicidio, acto de libertad, pero que representa la negación final de la existencia y encuentro.
No podemos eliminar al otro sin la consecuencia natural de la pérdida de nuestra existencia.
Eliminando todo otro sin siquiera conservar el recuerdo, se acaba el existir.

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Nos interesa ahora destacar un elemento positivo, que consiste en ver la soledad e intimidad
como un estado de preparación para el encuentro, ya que desprovista de horizonte, finalidad y
sentido, la soledad es la muerte.

La idea de diálogo no excluye las dimensiones soledad e intimidad, las revaloriza en cuanto
hacen a la integración del otro en espera.

Aprehendido todo lo presentado hasta aquí, se advierte fácilmente que una interpretación
diferente del hombre lleva inexorablemente a una interpretación diferente del derecho.

En el derecho al individualismo, el bien individual rompe con el encuentro. Al yo le falta el otro,


el contrato y la pena no son formas de encuentro verdadero. Adolece la humanidad de una
revolución que se proponga instaurar una política cuya finalidad primordial sea el bien común,
quien consiste en la creación de las condiciones de base económicas y sociales necesarias para
el encuentro a través del diálogo.

Reinante el bien común, la eficacia del diálogo asegura la calidad de la interrelación (no
interferencia) entre los hombres. Vigente el principio de libertad, la creatividad e innovación
humanas confluyen en la expresión del pensamiento para el encuentro con el otro.

Como sostuvimos, con el otro existo, sin el otro muero, de ahí que la idea del diálogo nos
impone el cuidado, comprensión, ayuda y escucha al otro por ser constitutivo de nuestra
existencia. Prácticas humanas tan terribles, como ha de ser la del aborto, no son más que la
ceguera y negación del otro.

La negación del otro, llevada al extremo, quedó inmortalizada como página negra de la historia
de varios países: nos referimos a los planes sistemáticos que en los diferentes contextos
tuvieron como objetivo la aniquilación y el exterminio del otro. Así matanzas, genocidios,
persecuciones y en el mundo moderno gobiernos autoritarios que procuraron aniquilar aquel
otro considerado enemigo por subversivo.

La incertidumbre es quizá una de las virtudes más preciadas del diálogo: el diálogo forma en lo
inesperado, nunca se sabe cuándo empieza, puede ser en cualquier momento y lugar, y nunca
termina ya que siempre hay un mañana para un nuevo diálogo, de terminarse se alcanzaría la
verdad. Esta es su gran fuente de riqueza, coadyuvar desde lo aún desconocido al crecimiento
y formación de ese ser irresuelto que es el hombre.

El diálogo, origen de la filosofía y núcleo del derecho, habilita la construcción de una visión
humanista del derecho. Ninguna de las revoluciones a las que hicimos referencia han
incorporado la idea de diálogo, una deuda de la humanidad para consigo misma que aún no ha
conseguido saldar y que deberá hacerlo si desea alcanzar definitivamente la vigencia plena del
derecho.

El derecho debe ser el gran fomentador del dialogo y posibilitador del campo para la armonía
social y respeto a la dignidad de la persona, no hay razón para que esto tenga que ser
positivizado, bastaría con comprender que el otro nos constituye, y que cada derecho
consagrado a favor nuestro, a más de permitirnos gozarlo, nos impone reconocer al otro, dado

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que si nos constituye en definitiva también fue consagrado, aun que indirectamente, a su
favor.

Dicho esto, concluimos que el diálogo es al menos un principio superador de los


reduccionismos que nos rodean por tres razones:

1) Es humanista, y el derecho está hecho para hombres.

2) Es conciliador, permite desituarnos y ver que no hay “solo yo” o “solo todo”, sino
numerosísimos encuentros.

3) Permite una justicia basada en el encuentro, en el reconocimiento del otro. Reconocer


al otro trae aparejada potencialidad de que los otros nos reconozcan.

El diálogo nos permitirá recuperar el verdadero sentido de la ley y dejar de lado las
arbitrariedades individuales.

Pero, obviamente, implica un hacer permanente y no la clásica pasividad del paradigma


respeto que ha imperado por años para lograr una sociedad bien organizada que sea “sociedad
de encuentros” y con el hombre como “portador del diálogo”. Es esta la Revolución Faltante o
Revolución del Diálogo.

SÓCRATES. ¿QUÉ ES? ¿CUÁNDO COMIENZA, CÓMO SE DESARROLLA, ENTRE QUIÉNES?.

Los diálogos socráticos forman parte de un género en prosa literaria desarrollado en la Antigua
Grecia a finales del siglo IV a. C.. Fueron preservados en los diálogos platónicos y la obra
socrática de Jenofonte - tanto dramática como narrativa -, en los cuales los personajes
discuten problemas morales y filosóficos para ilustrar el método socrático.

El diálogo socrático como género filosófico-literario inventado por Platón es deudor del teatro
antiguo (comedia y tragedia) adaptado a la filosofía, motivo de que se aprecien diálogos en la
obra de comediógrafos como Aristófanes y Luciano de Samosata.

¿Qué es? ¿cuándo comienza, cómo se desarrolla, entre quiénes?.

El método socrático o debate socrático es un método de dialéctica o demostración lógica para


la indagación o búsqueda de nuevas ideas, conceptos o prismas subyacentes en la
información. Este método fue aplicado ampliamente para los escritos orales de los conceptos
morales clave. Fue descrito por Platón en los diálogos Socráticos. Por esto, Sócrates es
habitualmente reconocido como el padre de la ética occidental o filosofía moral.

Es una forma de búsqueda de verdad filosofal. Normalmente concierne a dos interlocutores en


cada turno, con uno liderando la discusión y el otro asintiendo o concordando a ciertas
conjeturas que se le muestran para su aceptación o rechazo. Este método se le acredita a
Sócrates, quien empezó a enzarzarse en dichos debates con sus compañeros atenienses
después de una visita al oráculo de Delfos.

Un diálogo socrático puede pasar en cualquier momento entre dos personas cuando éstas
buscan la respuesta a una pregunta si ésta la admite mediante su propio esfuerzo de reflexión
y razonamiento. Se empieza haciendo todo tipo de preguntas hasta que los detalles del

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ejemplo son evidenciados para luego ser usados como plataforma para alcanzar valoraciones
más generales.

LA UNICIDAD DEL SER PERSONAL.

Término con el que nos referimos al carácter de "ser único" que puede poseer un ente.
Tradicionalmente se han distinguido dos tipos de unicidad: la de hecho y la metafísica.

La unicidad de hecho se puede dar, aunque raramente, en cualquier ser natural (como cuando
nos referimos a un paisaje como "único") pero es propia del ser humano. Al ser personas, se
considera a los seres humanos como individuos únicos, irrepetibles e insustituibles.

La unicidad metafísica (que consiste en que no puede haber más de un individuo de la misma
especie) se da sólo, según Sto. Tomás de Aquino, en los seres espirituales, como los ángeles y
Dios. Pero sólo la unicidad de Dios es absoluta, al ser imposible la existencia de otro ser como
él.

PALABRAS GENÉRICAS.

Cuando uno se refiere al género esta agrupando cuando hablo de algo por su género me estoy
olvidando de alguien, características particulares

Cuando hablo genéricamente del hombre abarca a hombres, mujeres, niños, niñas, abuelos,
abuelas. Abarco todo ser pasado

Cuando hablo de hombre me estoy olvidando de características particulares que tienen las
personas. Ej. De la silla: la esencia que tiene una silla es para poder sentarse. Sin embargo la
esencia que tiene el hombre es totalmente diferente, la esencia está determinada en la
existencia.

Aparece una palabra alternativa = PERSONA intenta referir al hombre pero para alejarlo del
genero, aunque es genérica pero para referirme a los seres personales.

Estoy utilizando una palabra que puede en todo caso hacer recordar que refiero a seres
personales que tienen determinadas características, dolencias, afectos, historias, pero no
estoy saliendo del todo lo que es el género. Una manera para poder salir del género de una
persona es mencionarla por su nombre. El nombre es una palabra originaria porque nos
remonta al origen. ¿Quién nos pone el nombre? Nuestros padres. Nosotros antes de nacer
estamos en el género y alguien nos rescata del genero, nos rescata con amor otorgándonos un
nombre es la palabra originaria. Con el nombre al mencionarlo me estoy refiriendo a una
persona específica y no a otra. DEL GENERO SOMOS RESCATADOS A TRAVES DEL AMOR Y A
TRAVES DE ESTA PALABRA ORIGINARIA Y NUESTRO MIEDO ES QUE NUEVAMENTE SEAMOS
REDUCIDOS AL GENERO POR LA MUERTE, TODOS TEMEMOS QUE AL MOMENTO DE MORIR
SEAMOS OLVIDADOS.

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La ciencia recurre al género para establecer principios generales, no se podría hablar de una
biología, de una estadística, refiriéndonos a una cosa en particular, sería imposible porque
todas las cosas son diferentes por eso hay que usar las palabras genéricas.

EL PROBLEMA DEL GÉNERO.

La tensión hombre-persona fue recogida recurrentemente en la teoría jurídica. Es cierto que


hubo épocas de acentuado legalismo (la del racionalismo iluminista, por ejemplo), que
asignaron tal prioridad a la idea de género que soslayaron por esa vía tratamiento del
conflicto. Pero fueron en todo caso situaciones pasajeras.

Los requerimientos personales difícilmente pueden desoírse en forma total cuando se trata de
un orden destinado a configurar condiciones de armonía en el encuentro.

Por eso lo frecuente ha sido lo contrario: no soslayar el conflicto sino incorporarlo a la


temática jurídica, tratando de hallar caminos que permitieran su atenuación.

La dirección de ese esfuerzo estuvo orientada, por lo común hacia la actividad judicial.

Por eso desde épocas muy antiguas se ha reconocido en el juez una especial posición. El juez
no es el mero ejecutor de los mandatos jurídicos, sino, además, el verdadero curador y
protector del derecho.

Es quien trata, precisamente, de lograr que esa delicada convergencia de lo general en lo


personal no termine, en el momento de su aplicación destruyendo el valor de la justicia
jurídica.

Es lo que se conoce con el nombre de equidad (o con el de su antecedente moral inmediato,


epiqueya): el juez está dispensado del cumplimiento literal de la ley no para violarla sino,
contrariamente, para ser fiel al sentido último de su referencia a seres personales. Por eso una
actitud sostenida en la filosofía del derecho ha asociado con tanta frecuencia la equidad con su
labor como juez: y ha visto en ella el espíritu vivificador de las mismas leyes, la fuente original
que permite atenuar el rigor del esquematismo del género.

Toda una cuidadosa doctrina ha puesto, desde antiguo, el acento en este punto, destacando
que la aplicación judicial de la ley debe tener en cuenta especialmente los momentos
concretos a los que se refiere. Y que las menciones abstractas de su letra deben amoldarse a
las circunstancias particulares del caso.

Sin embargo y sin descuidar su inmenso valor, esta doctrina que ha desplegado acaso como
ninguna otra en la historia de la cultura el planteo de la tensión hombre-persona) no hace sino
poner de resalto una contradicción que se presenta como insoluble.

No sólo porque al juez le toca intervenir únicamente en situaciones de conflicto (que no


agotan todas las posibles instancias de aplicación de la ley), sino porque, además, la equidad
no recusa el valor de la norma abstracta.

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Es decir, que si bien por un lado la equidad alivia el peso de la su aplicación estricta, por otro la
ley la condiciona y circunscribe, de modo tal que con ella no cesa la aplicación del género, ni se
sustituye la justicia reglada por una justicia personal.

La interna necesidad del derecho de expresarse en fórmulas no resulta modificada por la


equidad. El conflicto género-persona sólo se atenúa.

EL HOMBRE.

El hombre es un ser haciéndose, cuando nos encontramos con el otro nos hacemos personas a
través del dialogo del encuentro con el otro, somos seres haciéndonos porque ninguno sabe
cuándo va a terminar su existencia.

El hombre muchas veces quiere estar solo, esta soledad que precisa el hombre es justamente
para perfeccionarse, para reflexionar, para crecer, ir construyendo, formándose para
mejorarse e ir al encuentro del otro.

El derecho es universal porque no tiene fronteras por más que uno se encuentre con otra
persona en otro país y no hablemos el mismo idioma, por el solo hecho de ser persona, lo
vamos a respetar.

Racional, situado, finito: no tenemos un conocimiento total de la verdad, finitud proviene del
término angosto y angosto de de angustia. ¿Por qué el hombre podría llegar a sentir angustia?
Por temor a quedarse solo y no ser recordado por los demás, a ser olvidado.

PALABRA ORIGINARIA (MAX PICARD)

La palabra, en la cultura moderna, parece estar presente preferentemente en formas pasivas y


despersonalizadas, como la palabra escrita en los consejos publicitarios, en los libros o en los
periódicos

Quienes, además, por definición profesional o vocacional, actuamos en contacto permanente


con las palabras de la ley, nos hemos familiarizado hasta tal punto con su forma objetiva de
definir y resolver, que nos parece por momentos que el modo impersonal y abstracto de sus
fórmulas agotara las dimensiones y significados de la palabra misma.

Este subrayar el sentido objetivo de la palabra presenta el riesgo de absolutizar una dimensión
que si bien le concierne, no agota para nada su realidad.

Es verdad que cada palabra guarda ciertos significados disponibles, que se han ido
depositando en ella a lo largo de los siglos: y que quien la conoce goza de su posesión como de
una fortuna adquirida.

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Pero también es cierto que toda palabra procede, en último análisis, de un sujeto personal y
va dirigida a otro sujeto personal. Que el espíritu objetivo no es una realidad que exista con
independencia del hombre (en este caso, del hombre que habla). Y que cualquier objetivación
sólo es comprensible dentro del ámbito general de la existencia, en el encuentro y el diálogo
intersubjetivo.

Esto importa decir que cada palabra está en algún momento renovada en sus significados por
el hombre que habla. Que más allá de las objetivaciones, cada hombre inaugura en ella una
significación que renueva su estado naciente. Que hay matices, tonalidades que se incorporan
y crean, que expresan más allá de la abstracta impersonalidad de una cultura, la dimensión
originaria y única de cada diálogo.

Y así: con la palabra, es el otro el que personalmente se anuncia y expresa, comunicando su


propia riqueza, su misterio y la inconfundible novedad de su existencia.

Gozos y esperanzas, la alegría y la angustia, el amor y la fe, a cada momento, modifican y


renuevan el sentido de palabras que de otro modo yacerían quietas, aprisionadas bajo el peso
de su propia objetividad.

De otro modo: la palabra no es sólo significación del mundo y de las cosas sino, también y
esencialmente, revelación de la persona. Es decir, un ámbito, en el que el hombre se vuelve
consciente de sí mismo, de su encuentro con el otro.

La filosofía del diálogo ha tratado con especial atención esta dimensión originaria dinámica,
creadora (poética en estricto sentido) de la palabra, cuidando de contraponerla a sus
dimensiones meramente objetivas.

Los ejemplos en este aspecto son muchísimos.

Quisiera, sin embargo, por un momento, detenerme en una obra especialmente intensa de
Max Picard, en la que el carácter originario de la palabra se funde con la inagotable dimensión
de cada ser personal: El matrimonio inquebrantable

NEGACIÓN DEL CARÁCTER DIALÓGICO DE LA EXISTENCIA.

Hegel expone la idea de que no es cosa de la razón dialéctica el encontrar contradicciones en


una realidad que es idéntica a sí misma, sino que la negación y contradicción de la razón es al
mismo tiempo negación y contradicción de la realidad.

ANTROPOLOGÍAS: RASGOS, EXPRESIONES Y FRACASO DE LAS INTERPRETACIONES


INDIVIDUALISTA Y TOTALIZANTE.

ANTROPOLOGIA INDIVIDUALISTA

La antropología es una rama de la filosofía encargada de estudiar al hombre.


Hacia el 1600 hubo un filosofo llamado Descartes, Descartes decía “Yo pienso luego existo”
pienso luego soy. Descarte basa la existencia del hombre en la Razón ¿Tiene relación con los
otros? Una de los rasgos característicos de esta Antropología Individualista es el YO.

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El yo lo encontramos en la soledad, en una soledad absoluta no tiene relación con los otros, no
los tiene en cuenta y no los necesita ¿Por qué? Descarte basa la existencia del hombre en la
Razón en una soledad absoluta tiene relación con la ciencia, con la tecnología con el capital,
con la modernidad y no va a necesitar al otro. YO cuando tengo más conocimiento, cuando
conozco mas de la tecnología, tengo más capital tengo PODER

Este YO tiene relación con el otro NO con las cosas SI cuanto más tengo, mas autosuficiente
voy a ser, no voy a necesitar el otro y voy a tener más PODER,

ANTROPOLOGIA INDIVIDUALISTA es un YO para sí mismo, no tengo relación con los otros es


mas no lo veo.
ANTROPOLOGIA EGOLOGICA

En la Antropología Egologica el hombre se encuentra solo en una soledad absoluta, no tiene


relación con los otros pero si con las cosas, con la tecnología, con el conocimiento, es
autosuficiente es un YO absoluto y por lo tanto tiene más poder. Al hablar de esta
antropología nos podemos retrotraer a la actualidad si bien no toda la sociedad está
caracterizada por el individualismo hay parte de la sociedad que es individualista porque no
reconoce al otro.

Descarte basa su existencia en un yo absoluto con un poder absoluto que al otro no lo tiene en
cuenta.

El REDUCCIONISMO se utiliza en filosofía y es la parcialización o la distorsión de la realidad,


esta antropología es reduccionista porque nos muestra solo una parte de la realidad.

Los disputa de Descartes nacen en razonamiento por analogía


El razonamiento por analogía por Malbran ¿Qué nos dice? Desde esta perspectiva
antropológica, no tengo relación con el otro, el otro no existe, soy solamente YO
Descartes decía cuando pasaba por algún edificio que mucho más bello seria ese edificio, si lo
hubiera realizado una persona sola.
Descartes fue un reduccionario porque la antropología de base es el individualismo, el
individualismo llega con Descartes 1600/1620.
La antropología de base de la historia de la humanidad fue el hombre se manejaba en grupos,
tubo que pasar mucho tiempo para que el hombre se diera cuenta que fuera del grupo iba a
poder tomar decisiones propias.
La antropología de base de la antigüedad es la antropología de la totalidad es el polo opuesto,
porque en la totalidad el YO en ser un yo para sí mismo, pertenezco al todo.

El razonamiento que hace por analogía Malbran es el razonamiento que hacen los discípulos
de Descartes. Para Descartes los otros no existían, y no lo necesitaban, los discípulos hacen un
razonamiento por analogía, algo análogo significa parecido, similar. Ellos hasta ese momento al
otro no lo tenían en cuenta y no lo necesitaban yo veo en el fondo algo, no puedo llegar a decir
todavía alguien porque se mueve, gesticula, habla, camina hace cosas análogas a mí.

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DÍAZ, PAULA.

Al otro lo percibo, encuentro a alguien que es haciendo cosas análogas a las que hago yo, lo
estoy razonando y luego admito recién que el otro existe.

YO existo por analogía, porque ustedes me pensaron primero

Veo, lo pienso, lo razono y recién capto, digo que el otro existe. Descartes basa la existencia a
la razón.
Nuestra sociedad es individualista, porque nos olvidamos del otro, el avance de la tecnología,
la informática es buena para el hombre pero vuelve al otro más individualista.

ANTROPOLOGIA DE TOTALIZANTE

Es una Antropología que se basa en la historia de la humanidad, desde esta perspectiva


pertenezco a un todo a una maza, a un engranaje, NO se ve al YO. En esta perspectiva se
pierde el ser personal, el ser personal que somos cada uno de nosotros. Vivo y me muevo en
función de ese todo, fuera de él no soy nada.

Santo Tomas de Aquino trato de llegar a justificar la pena de muerte ¿Por qué? El hacia la
comparación del cuerpo cuando tenía en gangrenada uno de los miembros se amputo. Un
miembro de la sociedad que no cumple con las reglas divina y de la sociedad (Lo

Gobierno totalizante o totalitario, fascismo, Mussolini (dictadura) gobierno de facto

LA INTERPRETACIÓN DIALOGAL.

Yo existo interactuando con el otro. Desde las características del hombre, el hombre es un ser
sociable, finito, siempre necesitamos del otro, desde que nacemos hasta que morimos. Somos
seres haciéndonos, nos hacemos mejor, pero no en soledad, dialogando interactuando. Somos
seres haciéndonos porque lo que nos hacemos con el otro a lo largo de toda nuestra vida es
una persona. Un recién nacido necesita del otro, de sus padres del amor de los mismos, a lo
largo de su vida va a tener distintos tipos de encuentro donde va a construir su existencia
hasta el final.

En la perspectiva dialógica mi existencia se constituye en el encuentro personal con el otro, en


los distintos tipos de encuentro que tengo a lo largo del día y de la vida. El encuentro no
deviene de un determinismo natural, sino de la libertad. Desde esta perspectiva dialógica mi
libertad no comienza donde termina, la libertad de los demás, sino cada uno tenía un
obstáculo. Desde esta perspectiva dialógica una verdadera libertad debe ir junta de la mano
con la de los otros. La libertad es un derecho fundamental inherente a nuestra condición
humana, nace con nosotros. Cuando los derechos colisionan se corta el dialogo en esta
perspectiva el yo va acompañado del tu para formar un nosotros. En esta perspectiva la
existencia del hombre se basa en el encuentro personal con el otro. Una se constituye como

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DÍAZ, PAULA.

alumno porque el profesor esta aquí y el profesor se constituye en tal porque el alumno esa
aquí.

Mi existencia se constituye en los distintos roles y en los distintos encuentros que tengo a lo
largo de la vida.

Para esta perspectiva la soledad no es un problema, porque es una forma de preparación para
el encuentro. En soledad puedo pensar, razonar en que hice bien, conocerse uno mismo para
prepararme mejor para el encuentro con el otro.

EL DERECHO EN EL ESTADO DE DERECHO.

El estado de derecho propone un modelo de organización política en la cual junto a posiciones


de poder, rigen principios jurídicos

Es una propuesta de coexistencia de dos proyectos (derecho y poder) ligados a paradigmas


diferentes. Al hacérselos confluir, uno y otro sufren diversas modificaciones. Por lo común, la
teoría del estado y la teoría general del derecho al describirlos como objeto de sus respectivas
reflexiones, los muestran ya modificados, a partir de esa convergencia recíproca.

Es decir, exhiben un estado limitado por el derecho (en el que las posiciones de poder se
encuentran sujetas a diversas restricciones y controles de naturaleza jurídica) y a un derecho
en el que la participación estatal es decisiva tanto en orden a su formulación como su
aplicación. Sobre esta base cabe concluir que la vigencia práctica del estado de derecho ha
llevado a conformar un núcleo conceptual e ideológico desde el cual estado y derecho se
muestran como aspectos convergentes y parciales de una totalidad única.

Esta perspectiva integrada de estado y derecho si bien por un lado sirve para definir aspectos
especialmente técnicos de la propuesta, por otro debilita el examen de las tensiones internas a
las que la misma se halla esencialmente expuesta. Y más aun, concluye dando una visión del
poder y del derecho en donde los rasgos de uno y otro terminan confundiéndose.

De ese modo, y en particular en orden al derecho, la ley del estado, la actividad judicial, el
control constitucional, la coacción (por no citar sino algunos ejemplos), se asumen como
expresiones genuinas de la propuesta del derecho, cuando en rigor son el resultado de su
ulterior integración con el poder

st

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