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En Hombre en la Modernidad:

Mientras que en la antigüedad y durante la Edad Media había prevalecido un


pensamiento objetivo, con el que el hombre tenía una conciencia clara de su posición
absoluta y de su seguridad en el conjunto del ser, ahora se impone una mentalidad
subjetiva que pretende, lograr un conocimiento seguro partiendo únicamente de la
inmanencia de la subjetividad.
Este cambio está estrechamente relacionado con los múltiples factores que impulsan el
paso de la edad media a la edad moderna:
-El Nominalismo: delo últimos tiempos medievales. Con él, el pensamiento metafísico-
sistemático de la escolástica entra en crisis y se hace problemático, ya que el
nominalismo llega a cuestionarle temas centrales como lo de la demostración de la
existencia de Dios.
-El Humanismo: brinda un nuevo sentimiento vital, se vuelve al hombre situado en este
mundo, le da nueva vida a la antigüedad clásica y la convierte en norma ideal de la vida
humana y de la formación espiritual. Esto provoca un viraje de lo sobrenatural a la
naturaleza y de la trascendencia a la inmanencia.
- Con la reforma protestante (siglo XVI), se rompe la unidad de la fe. El
Renacimiento (entre los siglos XV y XVI) y la Reforma, tienen en común su deseo de
retomar a un origen auroral, que en un caso es la antigüedad clásica, y en otro el
cristianismo primitivo, concebidos a través de un prisma anti medieval.
-La Revolución Copernicana (siglo XVI): que afecta al hombre directamente y a su
posición en el universo. Hasta ahora el hombre se había ubicado en el epicentro de un
mundo perfectamente ordenado. Su tierra, era el centro del universo que se completa en
el hombre. Pero ahora, con la teoría copernicana, cuando la tierra deja de ser el
epicentro, el hombre siente que ha perdido orientación y seguridad. Ya no tiene un lugar
asegurado en el mundo. Esto hace que se retraiga cada vez más sobre si mismo, como
sobre el único punto seguro que le es dado, lo cual le obliga también a reflexionar sobre
sí mismo, suscitando así la cuestión acerca del ser del hombre y del sentido de su
existencia.El hombre pasa a ocupar el centro.
Descartes nos habla del “dualismo cartesiano”; cuerpo y alma; espíritu y materia,
conciencia pensante y mundo corporal extenso constituyen realidades totalmente
distintas, que nada tienen en común entre sí. Con la ruptura entre alma y cuerpo, entre
espíritu y materia se desencadena una tensión que recorre toda la edad moderna. El
explica la pura autocerteza de la conciencia, ese yo que cobra conciencia y está seguro
de sí mismo antes que todas las demás cosas. Desde “ideas innatas”, puede alcanzar
toda la verdad.

Mientras que en Europa occidental se desarrolla el racionalismo (corriente de la


filosofía que defiende la primacía de la razón para conocer la verdad), en Inglaterra
crece una rama de la filosofía moderna llamada empirismo. Según el empirismo el
conocimiento funda en la experiencia (información de tipo sensorial). Para el empirista
no existen ideas innatas, la conciencia es una tabula rasa por escribir y quien escribe es
la experiencia.
Este empirismo reduce el conocimiento humano y las percepciones de los sentidos,
preparando así el camino a un materialismo.

Kant intenta superar la oposición entre racionalismo y empirismo. Pero no logra


una imagen filosófica que puede abarcar la unidad y totalidad del ser humano. Los
contrastes entre intuición sensible y pensamiento conceptual, entre conocimiento teórico
y actuación práctica, entre ciencia y fe no consiguen formar una unidad.
Para Kant la razón humana está condicionada por la finitud y ligada a la sensibilidad.
De donde se síguela limitación del conocimiento a la experiencia posible y al simple
fenómeno.
Después de Kant, el Idealismo Alemán luchará por derribar esa autodeterminación de la
razón humana y por recuperar un horizonte absoluto de conocimiento.
Con Hegel el sujeto finito se convierte en el lugar de la manifestación y en elemento
de desarrollo del Espíritu Absoluto. El hombre aparece primordialmente como un
puro ser racional.
La totalidad concreta del hombre en el mundo y en la historia vuelve a quedar absorbida
por un “saber absoluto”, capaz de aprehender la realidad total desde su origen absoluto
como un auto despliegue dialéctico del absoluto.
Contra el estrechamiento racionalista e idealista de la imagen del hombre reaccionarán
las corrientes filosóficas características del siglo XIX. MATERIALISMO, Y
EVOLUCIONISMO, POSITIVISMO, EXISTENCIALISMO, PERSONALISMO.
Surge la idea del “HOMO FABER”. Esta idea comienza por negar una “facultad
racional”, separada, específica en el hombre. Entre el hombre y el animal no hay
diferencia de esencia, sino sólo diferencia de grado. En el hombre actúan los mismos
elementos, fuerzas y leyes que en todos los demás seres vivos, sólo que con
consecuencias más completas. Entonces, el hombre no es en primer término un “ser
racional”, un homo sapiens, sino un ser instintivo.
Lo que se denomina espíritu, razón no tiene un origen metafísico y separado, sino que
representa una evolución prolongada de las mismas facultades, psíquicos superiores que
ya encontramos en los menos antropoides, un perfeccionamiento de la inteligencia
técnica. Dicha inteligencia técnica tiene por fin la satisfacción de los mismos instintos
fundamentales que en la especie y el individuo pertenecen también al animal.
Que es en esta teoría el hombre: un animal de señales, (idioma), el animal de
instrumentos, es un ser cerebral (es decir que consume mucha más energía en el cerebro
que los otros animales.
En esta idea encontramos doctrinas tales como el sensualismo griego de Demócrito y
Epicuro, Positivismo (desde el Empirismo de Bacon, Hume hasta Mill, Comte,
Spencer), y después sobre todo con la teoría evolucionista (Darwin, Lamarck,
Pragmatistas, Psicólogos del instinto (Feuervach, Schopenhauer, Nietzsche, Freud y
Adler)
Las consecuencias de sostener esta idea de Homo Faber, se encuentran en las
concepciones que sobre la historia se han elaborado en base a ellas.
1) La concepción llamada económica marxista: La Historia es ante todo lucha de
clases y cree poder considerar el sistema de instintos como el resorte
determinante de todo el acontecer colectivo. Toda clase de contenido espiritual
es un complicado rodeo para la mejor satisfacción del instinto nutritivo.
2) En la concepción naturalista de la historia, el instinto primordial es el de
reproducción y sus efectos cualitativos y cuantitativos (Freud)
3) La concepción del poderío político, considera que el resultado de las luchas por
el poder político constituye el factor que determina las líneas fundamentales para
toda la realidad. (Nietzsche)
En conclusión, la modernidad tiene una concepción ANTROPOCÉNTRICA
(hombre como centro, no dios), MENOS RELIGIOSA y MÁS PROFANA. Aquí la
auténtica vida es la TERRENAL y el cuerpo recupera su lugar al lado del alma.

NOTAS DE LA PERSONA:

SINGULARIDAD: es lo que hace a la persona única e irrepetible y diferente a los


demás, Hay que distinguir entre singularidad e individualidad. Este último término se
refiere al ser como uno.
TRASCENDENCIA: Es la capacidad de la persona de relacionarse con los demás
hombres con las cosas y con Dios.
El término trascendencia en su etimología significa primariamente el hecho o la
posibilidad de sobrepasar algo. En este caso se trata de que el hombre debe sobrepasar
la barrera de su propio ser y tener una apertura.
Ante la radical contingencia, limitación, insuficiencia, la persona, no puede bastarse a sí
misma: de ahí la tendencia innata a buscar la seguridad de su ser fuera de su ser.
Negar la trascendencia en la persona humana, es negar las experiencias más
elementales, así como las más vitales y profundas de la existencia humana.
LIBERTAD: Es una propiedad de la voluntad del ser humano que le da la capacidad
de elegir y de actuar.
La esencia de la libertad consiste en la autodeterminación. No basta que el sujeto no este
determinado por nada, es necesario que él mismo se determine, que sea el autor de su
acto.
La libertad humana no es absoluta. Ella tiene los mismos condicionamientos personales
y circunstanciales que posee el ser humano.
Condicionamientos personales:
Fisiológicos: la estructura somática y el temperamento de las personas tienen una
influencia importante, pero no decisiva, en los actos libres de las personas.
Psicológicos: En cada uno hay una influencia de las fuerzas psíquicas de origen
inconsciente, pero no imposibilitan la libertad de nuestros actos: la condicionan, pero no
la determinan.

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