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Reporte de lectura

Alumno: Anghello Cristopher González Hernández


Grupo: Latín III
Título: Bucolica
Género literario: Lírica
Autor: Publio Virgilio Marón
Fecha de nacimiento y muerte: 15 de octubre del 70 a. C. al 21 de septiembre del 19 d. C.
Lugar de nacimiento: Andes

I. Breves datos biográficos del autor

Virgilio nació en Andes, una pequeña provincia cercana a Mantua, el 15 de octubre del año 70 a.
C. “Transcurridos en Mantua los primeros años de su infancia, la familia se trasladó a Cremona
cuando Virgilio tenía alrededor de doce años (…), allí permaneció hasta su mayoría de edad, es
decir, hasta que tomó la toga viril, a los quince años” (Vidal 31). Tras este hecho, Virgilio pasó
unos años en Milán y posteriormente en Roma donde tendría su formación; en Roma empieza a
escribir poesía: sus primeras composiciones que son las Bucólicas y las Geórgicas.
Realizó diversos viajes a Nápoles durante su estancia en Roma. Vivió un contexto político
bastante bélico marcado por el final del período de la República. Es curioso que en este contexto
conflictivo “Virgil’s life was devoted entirely to his poetry and to studies connected with it; his
health was never robust, and he played no part in military or political life” (Derick Williams,
Britannica Academic). Los últimos años de su vida los dedicó a la escritura de su obra más
ambiciosa que es la Eneida, la cual le tomó once años de su vida y realizó diversos viajes a
Grecia y Asia Menor para su elaboración; sin embargo, nunca estuvo satisfecho con el trabajo
invertido en la Eneida, lo cual lo llevó a intentar destruirla y a pedir que no se publicará. Falleció
en Bríndisi el 21 de septiembre del año 19 d. C.

II. Producción literaria abreviada1

Son tres las grandes obras que conservamos de Virgilio: las Bucólicas, las Geórgicas y la Eneida.
Las compuso en un período de tres, siete y once años respectivamente. Las primeras en aparición
son las Bucólicas, las cuales serán explicadas a profundidad en el siguiente apartado.
1
Se omite la mención en el texto del Appendix Vergiliana puesto que su autenticidad “es uno de los problemas más
difiíciles de la filología latina y de los más debatidos dentro de su campo” (Recio García y Soler Ruiz 397); es un
conjunto de poemas menores atribuidos a Virgilio; se omite puesto que su génesis es dudosa y no existe suficiente
prueba que se pueda atribuir a Virgilio.
Posteriormente en las Geórgicas “Virgilio crea el magno poema de la vida rustica de Italia,
poniendo el filo de su atención en la pequeña propiedad de la tierra” (Bonifaz Nuño XI). Sigue la
inspiración de Hesíodo en Los trabajos y los días para crear un poema didáctico: “un tratado de
agricultura y ganadería de carácter doctrinario” (Recio García y Soler Ruiz 232). Consta de un
total de cuatro libros y alrededor de 2,000 versos.
Por otro lado, la Eneida es un poema épico en el que narra la llegada de los troyanos a
Cartago después de la guerra; el viaje de Eneas al Hades, su relación con Dido; y su viaje de
regreso a casa. El poema es una relectura de los grandes poemas homéricos:
Virgilio evoluciona ideológica y estéticamente a lo largo de su carrera; en segundo lugar, la
literatura augústea en su conjunto parte de formas menores de tipo alejandrino (epilio, elegía,
epigrama, égloga), con intensa participación individual del poeta, para llegar a formas
mayores, en las que el poeta ha adquirido una voz pública y un tema que interesa a la
comunidad en su conjunto (Fernández Corte 177-178).
Virgilio evoluciona la literatura latina para darle paso de la poesía lírica a la épica; es decir, a los
modelos que serán imitados en la posteridad por otros poetas épicos.

III.Obra representativa

Recio García dice: “El poeta es el cantor interprete de la vida humana, cuya manifestación
aparece progresivamente en sus tres obras. En las Bucólicas canta la vida del adolescente con
acentos no escuchados hasta entonces” (53). En la literatura clásica el término bucólico significó
toda composición poética donde intervinieran pastores y cuyo eje estuviera en la vida rural. Son
diez las composiciones poéticas que reúnen el corpus de las Bucólicas, que en suma tienen casi
900 versos. Cada uno de estos poemas tienen una unidad y son independientes entre sí.
Los poemas que son meramente pastoriles y que expresan sentimientos amorosos son las
églogas II, III, V y VII. El grupo conformado por la I, IV y IX son de carácter más personal e
incluyen reflexiones políticas del momento histórico en que fueron compuestas. Las églogas VI,
VIII y X se separan del primer grupo por ser posteriores en composición, pero retoman la misma
naturaleza pastoril2. Cada uno de estos poemas parece independiente, pero existen menciones de
personajes entre las distintas épocas y en general: “The fact that there is one consistent landscape
underlaying all the Eclogues reinforces the impressions (…) that the Eclogues should not be

2
Se toma la clasificación y periodización marcada por Tomás de la Asención Recio García y Arturo Soler Ruiz en su
edición.
regarded as a series of separate poems but as something more like a cycle of poems with a deep
underling unity” (Flintoff 846).

IV. Resumen esquemático de la obra3

La primera égloga inicia con el pastor Títiro al pie de un árbol, cuando llega Melibeo y le reclama
al primero cómo puede estar cantando al amor que le tiene a Amarilis, mientras él y varios
pastores más fueron exiliados. Melibeo contesta que fue gracias a un muchacho, que conoció en
Roma, que consiguió su libertad. Posteriormente, Melibeo se lamenta por sus penas, mientras
Títiro canta a su dama; finalmente Títiro invita a Melibeo a pasar la noche con él. En la segunda
no existe diálogo, el poema se conforma por el lamento del pastor Coridón a su enamorado
Alexis el cual es indiferente ante su amor y concluye Coridón que, si Alexis no lo ama,
encontrará otro enamorado. La tercera relata la historia de Menalcas y Dametas, los cuales, tras
algunos reproches, ocasionados por la opinión negativa que tiene Menalcas de Eón, se desafían a
un canto amebeo, a lo cual invitan a Palemón a ser juez y concluye que es imposible decidir al
ganador.
La égloga IV, por el contrario, a las anteriores, solo es un canto nostálgico de un joven
que quiere volver a la Edad mitológica de oro, en la cual “sin responsable alguno, por propia
iniciativa, sin leyes cultivaba la lealtad y la rectitud. El castigo y el miedo estaban ausentes (…).,
los pueblos estaban en apacible ocio” (Ovidio, Metamorfosis, I, vv. 89-110)4. Finalmente, en la
VIII se narra el canto amebeo de Damón y Afasebio.

V. Trascendencia del autor y de la obra para nuestros días

Martha Lilia Tenorio apunta que:


la tradición [clásica], pues, puede proyectarse de dos formas principalmente. Una es a través
de sus constructos mitológicos: ideas, historias, leyendas, que constantemente están como
hipotextos de buena parte de la literatura occidental (…); la otra manera es dentro del tejido
textual (…): temas, giros, evocaciones, homenajes (118).

3
Para el resumen se tomó en cuenta solo las primeras cuatro églogas y la número VIII, que fueron las seleccionadas
para su lectura.
4
La razón para incluir la cita de Ovidio es que sintetiza de manera más concreta al hipotexto mitológico referido por
Virgilio en la Égloga.
Lo que Virgilio ha heredado a la literatura occidental a través de las Bucólicas es esta segunda
forma de proyección: los temas, formulismos, evocaciones, etc. Tal es su nivel de trascendencia
que una reinterpretación suya es la que abre los Siglos de Oro. El inicio de la Eneida dice:
Yo que en la tenue flauta campesina
toqué de joven, y al dejar mis sotos
hice que el campo obedeciese dócil
al ávido labriego, con que supe
ganar su amor, de Marte hoy las erguidas
armas canto. (vv.1-4)
Mientras tanto, Garcilaso de la Vega inicia una de sus más reconocidas liras (Ode ad florem
Gnidi) de la siguiente manera:
Si de mi baja lira con el suave canto enterneciese
tanto pudiese el son que en un las fieras alimañas,
momento los árboles moviese
aplacase la ira y al son confusamente los trujiese:
del animoso viento no pienses que cantado
y la furia del mar y el movimiento seria de mí, hermosa flor de Gnido,
y en ásperas montañas el fiero Marte airado (vv. 1-12)
La forma de iniciar Virgilio nos dice que ya ha cantado la flauta campesina, haciendo referencia a
las Bucólicas y a las Geórgicas y que ahora tornará a cantar sobre las armas de Marte, es decir
pasará a la materia de la épica. Mientras que Garcilaso dice que tomará ese mismo instrumento
no para cantar a Marte, sino para regresar a esa misma materia: el amor pastoril. “[E]l pastor
bucólico se fusiona con la naturaleza a través del cuento y del canto, como sucede en la tradición
clásica desde las Bucólicas de Virgilio hasta L’Arcadia de Sannazaro, con la que Garcilaso toma
contacto después de su llegada a Nápoles, a partir de 1532, cuando escribe las tres églogas ”
(Gómez 174).
Las églogas de Garcilaso, igual que las de Virgilio contienen el ya mencionado canto
amebeo: “una composición lírica alternante que mezcla las voces de dos personajes en algo que
recuerda o remeda un dialogo rudimentario, pero de gran lirismo” (Escudero Martínez 255). Se
mencionó en el resumen que este procedimiento era trascendente en las églogas virgilianas,
donde los personajes cantan al mismo tema con enfoques similares. Garcilaso lo hace presente en
la Égloga I; sin embargo, la estructura del canto de Garcilaso le da primero la voz a un pastor y
luego al otro: “Aquí dio fin a su cantar Salicio, / y sospirando en el postrero acento, / soltó de
llanto una profunda vena” (Égloga I, vv. 225-226) “Lo que cantó tras esto Nemeroso, decidlo
vos Piérides” (vv. 235-236). Sin embargo, el canto Virgiliano se caracteriza por ese intercambio
recíproco y con los mismos recursos, tal como en este ejemplo de la Égloga III:
Dametas: Comencemos por Júpiter, oh Musas: de Júpiter están todas las cosas llenas, él
protege las tierras, él cuida de mis cantos.
Menalcas: Y a mí a Febo me ama; Febo tiene siempre por mi parte sus ofrendas; los laureles y
el jacinto de rojo suave (vv. 60-63).
En ambos hay una invocación a los dioses que adoran para recibir sus favores: el tema y los
recursos son compartidos. Fue el cordobés Luis de Góngora que en su Soledad segunda recibió
esa herencia del canto amebeo:
LICIDAS: Las rugosas veneras, MICON: Distinguir sabia apenas
fecundas no de aljófar blanco el seno, el menor leño de la mayor urca
ni del que enciende el mar tirio veneno, que velera un Neptuno y otro surca,
entre crespos buscaba caracoles, y tus prisiones ya arrastraba graves;
cuando de tus dos soles si dudas lo que sabes,
fulminado ya, señas no ligeras lee cuanto han impreso en tus arenas
de mis cenizas dieron tus riberas (a pesar de los vientos) mis cadenas. (vv.556-
569)
En este canto ambos pescadores, remiten a su edad tierna cuando se enamoraron y ambos refieren
a señales distintas de su amor con metáforas que remiten a sus acciones. Ese tipo de
construcciones llegaron a la literatura española por las Bucólicas. Finalmente, en esa influencia
de las formas de los poemas, interesa el caso de la Bucólica VIII en la Fábula de Polifemo y
Galatea5. El modelo de agradecer el mecenazgo que utiliza Virgilio es el siguiente:
Oh tú, ora me franquees ya los peñascos del gran Timavo, ora recorras la orilla del mar
Ilírico, ¿llegarás por fin el día en que sea permitido cantar tus gestas? ¿Llegará cuando pueda
difundir yo por el orbe entero tus versos, únicos dignos del coturno Sófocles?
De ti el principio de mi canto contigo cesará; recibe este poema comenzando siguiendo tu
mandato y deja que tu alrededor de tus sienes trepe esta hiedra mezclada con los laureles de
tu victoria. (vv. 6-13)
En esta dedicatoria, existe primero la invocación al que recibe la dedicatoria, las funciones que
desarrolla comúnmente este destinatario; la promesa de cantar en un futuro sus hazañas y la
petición de atención (Béhar 67-68). Este modelo será usado por Garcilaso, Fernando de Herrera,
fray Luis de León, etc. hasta llegar su máximo esplendor en el Polifemo:
Estas que me dictó rimas sonoras, el generoso pájaro en su pluma,
culta sí, aunque bucólica Talía, o tan mudo en la alcándara que en vano
¡oh excelso conde!, en las purpúreas horas aun desmentir al cascabel presuma;
que es rosas la alba y roscicler el día, tascando haga el freno de oro, cano,
ahora que la luz de Niebla doras, gima el lebrel en el cordón de seda,
escucha al son de la zampoña mía, y al cuerno, al fin, la cítara suceda.
si ya los muros no te ven, de Huelva, Treguas al ejercicio sean robusto
peinar el viento, fatigar la selva. ocio atento, silencio dulce, en cuanto
Templado, pula en la maestra mano del músico jayán el fiero canto.
5
A continuación se hace una pequeña síntesis de lo presentado en el artículo “ "Tu mihi...": variaciones bucólicas
sobre un ritual de dedicatoria, de Virgilio a Góngora” de Roland Béhar donde explora la evolución de las
dedicatorias desde la bucólica VIII, pasando por la Égloga I de Garcilaso, la poesía de Fernando de Herrera, las
Soledades y el Polifemo.
Alterna con las Musas hoy el gusto tu nombre oirán los términos del mundo.
que si la mía puede ofrecer tanto (vv. 1-24)
clarín (y de la Fama no segundo)
El procedimiento retórico utiliza los mismos elementos y es ahí donde también está la herencia de
la tradición clásica, en las técnicas para poetizar la dedicatoria.

VI. Opinión

El apunte que realiza Martha Lilia Tenorio sobre la tradición clásica resulta muy trascedente en
autores como Virgilio. Las Bucólicas no nos hereda un trasfondo mitológico en el cual podamos
operar el primer tipo de herencia del hipotexto que pueda ser relacionado en términos de
transtextualidad. Sin embargo, hereda algo casi igual de importante: tópicos, formulismos y
modos de poetizar que construyen de igual manera la literatura. En palabras del clasicista Gian
Biago Conte:
the Virgilian act of writing—the formation of the new text—is incorporated horizontally in
the cultural spectrum, in the system of demands which a given culture makes upon the texts
of the past, precisely within the boundaries of its own current needs. Clearly this involves a
recodification of the past text according to the categories and requirements of a new cultural
epoch. (203-204)
Reinterpretar es saber utilizar las herramientas del pasado, para que en su nuevo uso cumplan con
un papel específico. La reinterpretación dota de universalidad, dialoga con lo ya conocido, lo
invoca y permite que el nuevo texto se impregne de su naturaleza inicial.
En el Siglo de Oro, la reinterpretación sirve para llevar al lenguaje a su grado máximo de
poetización, permitirle a la palabra poética que tenga vida por si misma, que pueda construir un
mundo, un sistema de configuraciones complejas, en la cual la palabra no solo sea expresión de sí
misma, sino imitación de los sonidos y de las experiencias del mundo. Por eso Virgilio en las
Bucólicas, hereda a la tradición un motivo tan extenso como el pastoril que llega incluso a
nuestros días de manera activa, con una idealización constante de la naturaleza y de tópicos como
el locus amoenus que es expresión universal del amor que tiene mucha relación con las
Bucólicas.

VII. Elige 10 frases que te hayan gustado y registrarlas de manera interlineal en latín y
en español 6

6
El texto latino y las traducciones fueron tomadas de la edición bilingüe de Rubén Bonifaz Nuño.
1. “tu, Tityre, lentus in umbra, / formosam resonare doces Amaryllida silvas” (I, vv. 4-5)
1. Tú, Títiro, lento en la sombra, a resonar: "Amarilis hermosa", a las selvas enseñas.
2. “Libertas, quae, sera, tamen respexit inertem, / candídior postquam tondenti barba cadebat”
(I, 27-28)
2. “La libertad que, aun tardía, volvió́ al indolente los ojos, cuando ya, al rapármela, caía más
blanca mí barba”.
3. “Formosum pastor Corydonardebat Alexim, / delicias domini, nec quid speraret habebat” (II,
1-2)
3. “Al hermoso Alexis, delicia de su dueño, adamaba el pastor Coridón, y qué cosa esperar no
tenia”.
4. “«O crudelis Alexi, nihil mea carmina curas? / nil nostrí miserere? Morí me denique coges”
(II, 7-6).
4. “"Oh cruel Alexis, ¿en nada de mis cantos·te curas? De nosotros, ¿nada te apiadas? Harás, por
fin, que yo muera”.
5. “At mecum raucis, tua dum vestigía lustro, / sole sub ardentí resonant arbusta cicadis” (II, vv.
12-13).
5. Pero los plantíos conmigo, mientras sigo tus huellas, bajo el sol ardiente resuenan con las
roncas cigarras.
6. “Despectus tibí sum, nec qui sím quaeris, Alexi, /quam díves pecoris, niveí quam lactis
abundans” (II, vv. 19-20).
6. “Te soy despreciado, y no preguntas, Alexis, quién sea. Qué tan ricos en rebaños, qué tanto en
nívea leche abundante”.
7. “Huc acles, o formose puer: tíbi lilia plenís / ecce ferunt Nymphae calathis;” (II, vv. 45-46).
7. "Ven aquí, oh hermoso niño; mira: las ninfas te traen lilios en plenos cestillos”
8. “Et vitula tu dignus, et hic, et quísquis amores / aut metuet dulces, aut experietur ámaros” (III
vv. 109-110).
8. “Tanto eres tú digno de la ternera corno éste, y cualquiera que o tema los dulces o pruebe los
amargos amores”.
9. “Sicelides Musae, paulo majara canamus:/ non orones arbusta juvant humilesque myricae: / si
canimus silvas, sílvac sint consule dignae” (IV 1-3).
9. “sicilianas musas. algo más alto cantemos. No a todos florestas placen y tamariscos humildes:
si cantamos selvas, selvas sean dignas del cónsul”.
10. A te principíum; tiibi desinet: accipe jusis / carmina coepta tuis, arque hanc sine tempora
circum / inter victrices hederam tibi serpere laurus. (VIII, 11-13).
10. “De ti, el principio; para ti cesará. Acepta los cantos por tu mandato iniciados, y en torno a tus
sienes permite que para tí entre lauros triunfales esta hiedra serpee”.

VIII. Referencias
Béhar, Roland. “ ‘Tu mihi…’: variaciones bucólicas sobre un ritual de dedicatoria, de Virgilio a
Góngora”. Nueva Revista de Filología Hispánica, vol. 61, núm. 1, 2013, pp. 65-98.
Biago Conte, Gian. The poetry of Pathos. Studies on Virgilian epic. Editado por S. J. Harrison,
Oxford University Press, 2007.
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Rubén Bonifaz Nuño, Universidad Nacional Autónoma de México, 1963, pp. XVII–
XXXVIII.  
Derick Williams, Robert. “Virgil”, Britannica Academic, Encyclopedia Britannica, 2019,
https://academic-eb-com.pbidi.unam.mx:2443/levels/collegiate/article/Virgil/108776.
Consultado el 30 de abril de 2022.
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Flintoff, Evard. “The setting of Virgil’s Eclogues”. Latomus, vol. 33, núm. 4, 1974, pp. 814-846. 
Garcilaso de la Vega. Poesías Castellanas Completas. Editado por Elías L. Rivers,  2a edición,
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Gómez, Jesús. “El desarrollo de la bucólica a partir de Garcilaso y la poesía pastoril (siglo XVI)”.
Dicenda. Cuadernos de filología hispánica, núm. 11, 1993, pp. 171-195.
Luis de Góngora. Fábula de Polifemo y Galatea. Editado por Jesús Ponce Cárdenas, 8a edición,
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––––––––– Soledades. Editado por Robert Jammes, Castalia, 2016. 
Publio Ovidio Nasón. Metamorfosis. Traducido y editado por Consuelo Álvarez Rosas y Rosa
María Iglesias, 10a  edición, Cátedra, 2011. 
Publio Virgilio Marón. Bucólicas y Geórgicas. Introducción de José Luis Vidal, editado y
traducido por Tomás de la Asención Recio García y Arturo Soler Ruiz, Gredos, 2008. 
––––––––– Bucólicas. Editado y traducido por Rubén Bonifaz Nuño, Universidad Nacional
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––––––––– Eneida. Traducido y editado por José Carlos Fernández Corte, 15 a edición, Cátedra,
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Recio García, Tomas de la Ascensión. “El único Virgilio. Evolución del poeta y conexión de las
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Tenorio, Martha Lilia. “Algunos apuntes sobre la tradición clásica en los Siglos de Oro”. Nova
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