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UNIDAD TRES. PRIMERA PARTE.

PERIODISMO DE INVESTIGACION UNLP

EL TEMA

Clase UNO. Punto A

Unidad 3. Los temas de investigación: entre la elección y la imposición.

a) Los límites profesionales y empresariales que rodean al periodista. La gravitación de los


medios, la concentración, el poder político. Posibilidades de la práctica periodística y de
investigación. La elección y la imposición de los temas por dueños de medios o editores. La
cláusula de conciencia. El caso Fundación Madres de Plaza de mayo. La autocensura. Las
condiciones que imponen las lógicas del mercado. Cómo vencerlas.

No como un fantasma, sí como una cuestión que condiciona al periodista o al estudiante


de Comunicación, la siguiente reflexión inicial “¿Cómo elegir el tema o la historia a
investigar?1 recorre la hoja en blanco.

En la llamada cátedra periodística, las más diversas y divertidas respuestas se mueven


entre los manuales y recomendaciones. Sin embargo, una gran “olvidada” reaparece a la
hora de la elección del tema: la profunda relación entre conciencia política y elección del
tema a investigar.

Es allí, en el campo de las ideologías, donde se produce la primera gran selección de


temas y donde los dichos de Camilo Taufic recobran su vigencia: si el periodista es un
actor político, y el periodismo cumple un rol político, también la elección del tema
responde a las convicciones ideológicas del elector.

¿Por qué no abundan entre los temas de investigación de los medios de comunicación
todo lo relacionado a la explotación del trabajador? ¿Por qué no las enormes ganancias de
los empresarios o dueños de las multinacionales?

Decenas de estos interrogantes sirven para explicar la monotonía de ciertos temas de


investigación en el periodismo mundial y el malnacido concepto de que la corrupción es el
objeto central del llamado Periodismo de Investigación.

Pero también es cierto que, donde supuestamente se produce este acto libre (elección),
no se produce un acto tan libre.

Si la única verdad es la realidad, pues la realidad del desempeño periodístico es


directamente proporcional al medio en el que se trabaja. Por lo tanto, dado un medio de
comunicación conservador, hegemónico o de derechas, los temas a investigar transitarán
bajo esa línea editorial del medio.

Y viceversa.

A ello llamaremos “los límites laborales” que rodean la actividad del periodista. Estos
límites no sólo son marcados claramente por el dueño/patrón del medio de comunicación
sino por su extensa cadena de personal jerárquico (jefes, editores) que con expresas
instrucciones, o sin ellas, ejercen el poder de veto ante la propuesta de diversos temas de
investigación que sugieren los/las periodistas.

1
Citado en el Manual de Periodismo de Investigación de la UNESCO, 2013. Página 13: “Muchos periodistas
principiantes suelen preguntar ¿Cómo elijo una historia para investigar? Luego, en las recomendaciones de la
misma página se aconseja: “dejénse guiar por su pasión…” y en la página siguiente se reflexiona acerca de las
historias “que valen la pena”.

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Se suman los límites personales, ya no motivados por nuestro pensamiento político sino
por las restricciones que nuestros miedos y temores individuales rodean a las
circunstancias. No haremos aquí distinciones entre un trabajador en relación de
dependencia o quien no lo es.

Finalmente, y reservándole el último lugar, porque estamos convencidos de que la


vitalidad del periodismo de investigación no se vincula ni al dinero ni a la logística, se
encuentran los límites estructurales que pueden condicionar los tiempos y los formatos o
difusiones de una buena investigación.

Existen entonces:

- Límites laborales que debemos transgredir a partir de nuestras propias convicciones


políticas y de las condiciones gremiales a las cuales estaremos sometidos. Ello marca
territorio alrededor de los temas que vamos a investigar o que proponemos investigar.

- Condicionamientos personales que impiden la elección del tema, ya sea por una
autocensura impuesta, por el accionar de la censura, o por la falta de interés en el
periodista para desarrollar a fondo sus convicciones políticas en la elección de los
temas.

- Límites estructurales relacionados con la capacidad de trabajo, herramientas, tiempos


y medio que publicará o editará nuestra investigación.

De todas maneras existen algunas maneras de saltear, muy cada tanto, los obstáculos que
se generan en las redacciones relacionados con la libertad de elección de temas por parte
del periodista que ha decidido iniciar una investigación.

Los medios hegemónicos pretenden que no existan las resistencias individuales y mucho
menos las resistencias colectivas y/o gremiales en la cotidiana relación laboral del
periodista. Si el Jefe o la empresa ordenan investigar tal asunto, resulta natural que “la
directiva debe cumplirse”. Lo mismo cuando el filtro que detiene los temas propuestos
funciona sin descanso y el periodista se pasa la vida completando listas de sumarios y
sumarios. De esa manera la elección de temas o historias a investigar quedan
condicionadas a la elección política, disfrazada de gustos personales, del jefe, director del
medio, o empresario dueño de los medios.

ALGUNAS HERRAMIENTAS PARA SALTAR LOS LÌMITES

EL DESARROLLO DE LA CLÁUSULA DE CONCIENCIA:

Una posibilidad para dar pelea por una mayor libertad de expresión en las redacciones, es
la llamada Cláusula de Conciencia.

Qué significa.

Es la cláusula legal contenida en una Constitución, ley, Estatuto del Periodista o Convenio
Colectivo que tiene por fin salvaguardar la libertad ideológica, la conciencia del periodista
y su libertad de opinión o de elección de temas.

Esta cláusula no ha sido consagrada en la Argentina en un texto legal y debería formar


parte de la lucha sindical. Pero como la lucha sindical-profesional ha sido prácticamente
abandonada por los gremios las esperanzas de conseguir espacios para nuestros temas o
simplemente que no seamos obligados a investigar temas ajenos a nuestras ideologías,
quedan reducidas a las acciones individuales o colectivas espontáneas.

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La cláusula de conciencia reconoce antecedentes jurídicos en Europa, como la ley francesa
de 1935, o las disposiciones de 1914 en Hungría.En España, en 1997 entró en vigencia la
Ley Orgánica 2/1997 reguladora de la cláusula de conciencia de los profesionales de la
información.-

El fundamento para instituir la libertad de conciencia del periodista era considerar que no
se trataba de un bien jurídico individual necesitado de protección, sino que el periodista
era portador poseía una dimensión especial y trascendente para el resto de la sociedad.

Así lo sostuvo en el debate de la ley española el diputado socialista Zapatero Gómez en la


Comisión Constitucional cuando señaló que el trabajo del periodista «no interesa
solamente a los patronos del diario, sino que interesa a toda la sociedad, puesto que en
toda la sociedad ejerce su influjo”.

En la ley francesa de 1935 el periodista tenía la facultad de dejar sin efecto su relación
laboral; podríamos llamarlo el derecho a huir de un medio. En algunos países otorga
derechos a lograr una indemnización igual a la estipulada para un despido laboral y se
invoca cuando se haya producido un cambio notable en la orientación del medio de
comunicación y este cambio afectase “al honor, reputación o intereses morales del
periodista”.

En España encontramos a la Cláusula de Conciencia en la Constitución y como garantía del


derecho humano de comunicar y recibir información que si bien parece un derecho
individual, tiene enorme trascendencia en el resto de la sociedad. La cláusula se encuentra
en el artículo 20.1 d de la Constitución española de 19782

La jurisprudencia internacional contiene un llamativo caso de 1995, en España. Un


periodista que trabajaba en el DIARIO 16, publicación que desde 1982 había nacido como
un medio de comunicación con estrechas relaciones con sindicatos y el llamado mundo
del obrero, vio como el diario cambiaba su orientación y se volcaba más a las finanzas.
Solicitó una indemnización apoyándose en la clausula de conciencia.

El Tribunal Constitucional desestimó la demanda porque el artículo 8 del convenio


colectivo español había establecido este tipo de privilegio a los y no a los diseñadores
como él. Se dijo que no había forma de que un cambio ideológico del medio le
perjudicase ya que no se vería en la obligación de escribir en contra de sus propias
opiniones. Si hubiese sido periodista, el beneficio le hubiese sido concedido.

En la Argentina existen dos proyectos para lograr la inclusión de la Cláusula de Conciencia.


El primero es del diputado Héctor Recalde.
El proyecto de ley de protección de la Cláusula de Conciencia de Recalde tiene un fuerte
componente laboral dada la ideología y la trayectoria del diputado-abogado, un militante
siempre volcado a la defensa de los derechos de los trabajadores. Recalde ha señalado
que la Cláusula se justifica: “Cuando la empresa les traslade a otro medio del mismo grupo

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Artículo 20

1. Se reconocen y protegen los derechos:

a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.

b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.

c) A la libertad de cátedra.

d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el
derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.

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que por su género o línea suponga una ruptura patente con la orientación profesional del
periodista o del medio en el que prestaba servicios”. Y fundamenta sobre la labor del
periodista: “Su trabajo está presidido por un indudable componente intelectual, que ni los
poderes públicos ni las empresas de comunicación pueden olvidar y cuya honestidad es
menester preservar. La información no puede ser objeto de consideraciones mercantilistas,
ni el profesional de la información puede ser concebido como un mercader para quien no
existe un particular mandato ético de búsqueda de la verdad, defensa de los valores
democráticos y el pluralismo, siempre desde la visión del periodista, quien se debe
sinceridad -en primer lugar- a sí mismo. Debe considerarse un derecho fundamental de los
periodistas en el ejercicio de su profesión la existencia de una cláusula de conciencia como
elemento sustantivo destinado a garantizar la indemnidad intelectual, de principios y de
pluralismo”.
El diputado cita a la española Llamazares Calzadilla 3 quien señala: "Desde su surgimiento
hasta nuestros días, la empresa informativa ha sufrido una enorme evolución que nos
lleva desde la idea de empresa informativa con la finalidad meramente de lucro, en que la
información es concebida como una pura mercancía, hasta la atribución a dicha empresa
de una función pública, la de informar y cooperar a la formación de la opinión pública. Ya
no funciona en razón de criterios puramente económicos, sino que cumple una función
social en la que cobran especial trascendencia elementos de carácter ideológico, dado que
contribuye a la formación de una opinión pública libre y plural. Así, la empresa informativa
pasa a formar parte del grupo de empresas que la doctrina califica como empresas
ideológicas o de tendencia, en las que la actividad empresarial viene regida de manera
muy acentuada, por criterio de carácter ideológico".
“En tanto y en cuanto el periodista reconozca al público como titular del derecho a la
información, y a la información como un producido intelectual con función social, la
cláusula de conciencia resulta imprescindible para garantizar la independencia de criterio
del profesional en el seguimiento, obtención y tratamiento de la información”, sostiene el
texto de Recalde.
La propuesta de una Cláusula de Conciencia, por lo tanto, debe ser comprendida desde
una óptica que abarque tanto el derecho laboral y personal del periodista como la defensa
de la libertad de expresión, teniendo como sustento el mandato social del trabajador de
prensa en la materia.
El otro proyecto de ley fue presentado por FOPEA (Foro de Periodismo Argentino) 4en
2011. En el artículo primero del proyecto se dice que la Cláusula de conciencia es un
derecho de los periodistas, cuyo ejercicio le permite proteger su independencia e
integridad moral, deontológica y profesional frente a hechos producidos por el empleador
periodístico que lo afecten gravemente. La finalidad es preservar el derecho de todos los
ciudadanos a recibir una información adecuada y veraz, atento lo normado en las
clausulas constitucionales.
En el artículo tres señalan las causales en las que se puede invocar esta cláusula:
A) Cambio notable de la línea editorial o deontológica del medio en el que trabaja que
afecte directa y gravemente la libertad de conciencia del periodista.

3
Mari Cruz Llamazares Calzadilla, consejera de la Corporación española de Radio y Televisión, RTVE por designación de Izquierda Unida y elegida
por el Senado. Nacida en Oviedo el 11 de agosto de 1966, es licenciada en Derecho por la Universidad de Valladolid y doctora en Derecho por la
Universidad Carlos III de Madrid. Docente e investigadora en diversas universidades españolas y europeas. Es autora de los libros “Las libertades de
expresión e información como garantía del pluralismo democrático” y “La libertad de conciencia en el sistema educativo inglés”. Además, es fundadora
y secretaria de la asociación Derecho, Laicidad y Libertades y editora de la revista Laicidad y Libertades. Escritos Jurídicos.
4
FOPEA, creado en 2002, se denomina como “Un grupo de profesionales de medios y profesores de periodismo hemos resuelto impulsar la creación
de un espacio de reflexión, de diálogo y de promoción de la calidad de la profesión periodística movilizados por el próximo 20° aniversario de la
recuperación de la democracia y ante nuestra certeza de que la calidad del periodismo es decisiva para la calidad de la democracia”. Según redacta en
su página web: “FOPEA se ha planteado como misión contribuir a mejorar la calidad del periodismo a través de la capacitación profesional, la elevación
de los stándares éticos y la defensa de la libertad de expresión. No nace para ocupar el espacio de otras asociaciones, entidades o sindicatos, sino
para trabajar en conjunto con todas, sin ninguna exclusión”-

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- B) Objeciones de conciencia por cuestiones éticas y de principios en el contenido o el
enfoque en los artículos y notas periodísticas que le asignen.
- C) Afectación moral por la alteración de una nota propia que vaya a difundirse con su
autoría. Las modificaciones realizadas en los procesos de edición, los cambios de
sentido del artículo o la sustitución de firma son situaciones abarcadas por esta
disposición. El periodista puede exigir que se le retire su nombre en el caso de que el
sentido del artículo haya sido modificado notablemente o que se hayan omitido
aquellos elementos que daban el sentido original de la nota, en forma deliberada. El
ejercicio de este derecho reconoce la potestad del editor de modificar una nota, según
su criterio y buena fe y siempre que ello no implique que incurra en las causales antes
mencionadas. En este supuesto, no deberá incluirse la firma del autor original.
También el periodista puede invocar este derecho cuando esté en riesgo su integridad
física, moral o laboral.
- D) Presión para que se le atribuya una nota que no es propia.
- E) Modificación de la situación laboral del periodista, imponiéndole tareas que no
hacen a su función como tal y que menoscaben en forma significativa su dignidad
como trabajador. Entre ellas, por ejemplo, está la acción de obligar al periodista a
publicar “información” que en realidad es publicidad encubierta, o salir a vender
publicidad de forma explícita o solapada.
- F) Violación del secreto de fuente. Ante el pedido de sus jefes y siempre que se
garantice por los superiores la preservación del pacto de confidencialidad solicitado
oportunamente, un periodista debe informarles cuáles son las fuentes consultadas
para una nota. El secreto de fuente debe ser respetado por el periodista y por los
editores del medio; en caso de estar amenazado, el periodista puede apelar a esta
cláusula para evitar que se violente ese acuerdo.
Finalmente establece el mecanismo que debe usar el periodista para poner en práctica
dicha cláusula. Primero se lo debe solicitar al empleador, luego puede solicitar la
intervención de la Justicia si el empleador se niega y finalmente puede considerarse
despedido y reclamar una indemnización por despido con justa causa.
También dice el proyecto que si el empleador fuese condenado debe publicar o difundir
en espacio destacado la parte resolutiva de la sentencia. De no cumplir con esta
resolución, el juez podrá imponer una sanción pecuniaria diaria (astreintes) que será
donada a una entidad de bien público determinada por el damnificado.-
Un aspecto interesante del proyecto, que jamás fue tratado y mucho menos discutido en
el gremio de prensa, es la aparición de una herramienta histórica que es la Cláusula
colectiva. Por esta cláusula, se dice que en caso que la afectación por el cambio de la línea
editorial o por el contenido de determinados artículos violente gravemente la conciencia
de la mayoría de los periodistas, los mismos podrán exigir la difusión en el mismo medio
de su posición crítica sobre la cuestión, siempre que haya una voluntad en tal sentido de al
menos la mitad más uno de los periodistas.
Esta mención nos lleva a un recuerdo histórico en Latinoamérica, lo ocurrido en Bolivia en
1970 cuando se sancionó el Decreto Supremo 9113, del 19 de febrero. Dicho decreto tenía
tres aspectos fundamentales:

.- Otorgó a los periodistas un espacio diario equivalente a un editorial para que puedan
expresar libremente sus opiniones.
.- Concedió el descanso dominical y permitió a los periodistas editar semanarios que
circulen, de forma exclusiva, los días lunes
.- Prohibió a las empresas sancionar o despedir a los periodistas a causa de la emisión de
sus opiniones.
Uno de los pocos antecedentes de rebelión masiva en las redacciones argentinas basado
en la lucha por expresas sus opiniones, o no colaborar para que otras expresiones
totalmente ajenas a sus convicciones políticas sean publicadas con su ayuda casi forzada,

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fue lo ocurrido en 1987 en el diario Clarín con el intento de publicar una solicitada de
apoyo al genocida Jorge Rafael Videla.
Algunas leyes en vigencia, sin mencionar la cláusula de conciencia, darían apoyo por
medio de principios legales a la mencionada Cláusula de conciencia son:
ARTICULO 66 de la Ley de Contrato de Trabajo: “ El empleador está facultado para
introducir todos aquellos cambios relativos a la forma y modalidades de la prestación del
trabajo, en tanto esos cambios no importen un ejercicio irrazonable de esa facultad, ni
alteren modalidades esenciales del contrato, ni causen perjuicio material ni moral al
trabajador. Cuando el empleador disponga medidas vedadas por este artículo, al
trabajador le asistirá la posibilidad de optar por considerarse despedido sin causa o
accionar persiguiendo el restablecimiento de las condiciones alteradas. En este último
supuesto la acción se substanciará por el procedimiento sumarísimo, no pudiéndose
innovar en las condiciones y modalidades de trabajo, salvo que éstas sean generales para
el establecimiento o sección, hasta que recaiga sentencia definitiva”.
¿Por qué solamente los periodistas gozarían de este beneficio y no podría extenderse a los
ciudadanos/as en general?
Uno de los autores que defiende esta teoría del periodista como “delegado” de los
ciudadanos es el español, Martínez Albertos, quien en su libro "Formación del periodista"
dice que “la comunicación social, dadas sus características, requiere procesos y fases de
más o menos complejidad —desde poner en forma los mensajes hasta producir los
medios informativos o comunicar la información-, que escapan generalmente a las
posibilidades reales del público. Lo normal será, por eso, que el público carezca de tiempo,
organización, medios materiales, o capacidad adecuada para ejercitar dos de las tres
facultades que integran el derecho a la información: la facultad de investigar y la facultad
de difundir información. La plenitud, por tanto, del derecho a la información del público
sólo se alcanza por mediación de las organizaciones informativas y de los profesionales de
la información. Y así esta idea de mediación, de intermediación natural, permite hablar de
una delegación tácita del ejercicio de las facultades de investigar y difundir, y abre la vía
para la adecuada construcción del deber profesional de informar”.
Otro autor español Carlos Soria5 sostiene en el mismo sentido (tácitamente incorporado
por la mayoría de Institutos de Enseñanza de periodismo en la Argentina) que : “La
información es, así, un acto de justicia por un doble título. Al investigar y difundir
información, se da a cada uno lo suyo. Pero, además, es un acto de justicia porque al
investigar y difundir información se está cumpliendo el mandato general y tácito de la
comunidad. De esta forma, y a partir de esta doble raíz, la actuación informativa
profesional —no hay que olvidar que todo derecho origina un deber, y todo mandato
aceptado también— se hace paradigmática por referencia a un deber: el deber
profesional de informar. Es verdad que el público —titular del derecho a la información-
puede y debe participar como hombre y como ciudadano en la actividad informativa. Pero
otra cosa bien distinta es ejercitar las facultades de investigar y difundir información a
título de experto, de modo habitual, con un determinado nivel de idoneidad y
competencia. Con otras palabras: cosa bien distinta es actuar en el campo informativo
como hombre o como ciudadano, que hacerlo cumpliendo libremente el deber de
informar”.
Esta explicación elitista es la que predomina en los pocos países que han receptado la
Cláusula de conciencia.- Predomina en ella el protagonismo que se otorga a la figura del
periodista. Al no estar de acuerdo con este criterio, pero reconociendo que toda Cláusula
de Conciencia limita los abusos y las arbitrariedades de los empresarios, los gerentes y los
jefes y editores de un medio de comunicación, sostenemos que entre las condiciones para

5
Carlos Soria, es autor de Derecho a la información y Derecho a la honra (Barcelona 1981), Desarrollo legislativo del Derecho a la Información
(Pamplona 1986), Derecho a la Información: análisis de su concepto (San José de Costa Rica 1987) y coautor de Prensa, paz, violencia y terrorismo
(Pamplona 1987), y de “ La crisis de identidad del periodista”,  donde ha instalado el interesante aspecto: “la íntima conexión existente entre Justicia y
actos informativos lo que resuelve adecuadamente el eterno problema de la identidad del informador, porque ”al dar información está dando a todos y a
cada uno lo que es suyo, aquello a lo que tiene derecho”.

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proteger y defender el pluralismo informativo y las libertades de pensamiento o libertad
ideológica, debemos concebir estrategias diversas que garanticen la posibilidad de
investigar todos los temas.-
Relacionado con el Periodismo de Investigación y en particular con la elección del tema,
nos parece adecuado lo señalado por el docente y autor argentino Miguel Julio Rodríguez
Villafañe6: “El periodista debe tener la libertad para no escribir una nota, o no participar
en la investigación o producción de un tema, o no firmarla o hacerlo con seudónimo, en la
medida que fundamente sus motivos. Hoy, con el avance del periodismo en todos los
planos, incluido el tecnológico, pasó de ser una cláusula ‘ideológica’ como en sus orígenes,
a una cláusula ‘deontológica’. El objetivo, en cualquier caso, debe ser proteger al
periodista”.
En la Argentina, quien ha sido abogado de los sindicatos de periodistas y de los
trabajadores de la Televisión y además es uno de los principales autores de la ley de
Servicios de Comunicación Audiovisual, Damián Loreti sostiene que “la cláusula de
conciencia es la vía legal, según Carlos Soria, por el cual el periodista puede abandonar en
forma voluntaria la empresa, percibiendo igual indemnización que si hubiera sido
despedido injustamente. Esta fórmula legal puede invocarse en el caso de un cambio
notable en el carácter u orientación de la publicación o programa, si este cambio genera
para el periodista una situación susceptible de afectar su honor, reputación o intereses
morales”.
Históricamente la Argentina no incluyó la Cláusula en la Asamblea Constituyente de 1994.
Sin embargo, al incluir ese año en nuestra Constitución el reconocimiento a los Pactos
Internacionales que tienen rango constitucional y contar con el Estatuto del Periodista
Profesional ley nacional 12.908 contamos con derechos colectivos que se suman los
propios del periodista, y nos permiten defender a libertad de expresión y de opinión del
periodista y defender también la garantía a todo el pueblo del acceso a una información
“veraz y adecuada”, a través de los medios.-
Los Tratados Internacionales, incorporados a nuestra Constitución que dan marco a este
reclamo son:
a.- Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (aprobada en la IX
Conferencia Internacional Americana, en Bogotá, Colombia, 1948). Artículo IV: “Toda
persona tiene derecho a la libertad de investigación, de opinión y de expresión y difusión
del pensamiento por cualquier medio”.
b.- Declaración Universal de Derechos Humanos (Adoptada y proclamada por la
Resolución 217 A (III) de la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre
de 1948) sostiene en su Preámbulo “Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el
mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos
iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana; considerando que el
desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de
barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad; y que se ha proclamado, como la
aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres
humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la
libertad de creencias”.
En su Artículo 18, la misma Declaración manifiesta: “Toda persona tiene derecho a la
libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de
cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su
creencia, individual y colectivamente. Tanto en público como en privado, por la
enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.
Artículo 19: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este
derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir

6
Rodríguez Villafañe es presidente de la Asociación Iberoamericana de Derecho a la Información, docente en la Facultad de Derecho de la
Universidad Nacional de Córdoba, y en la UBA. Ex Juez Federal en Córdoba, en 1987 detuvo al criminal nazi Josef Schwammberger. En 1989 declaró
la inconstitucionalidad del indulto al genocida Luciano Menéndez en Córdoba.

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informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier
medio de expresión”.
c.- Convención Americana Sobre Derechos Humanos (suscripta en San José, Costa Rica, el
22 de noviembre de 1969 y aprobada por la República Argentina mediante la ley 23.054)
también hace hincapié en estos derechos colectivos. Artículo 12 (que habla de Libertad de
conciencia y de religión), señala en su punto 1: “Toda persona tiene derecho a la libertad
de conciencia y de religión. Este derecho implica la libertad de conservar su religión o sus
creencias, o de cambiar de religión o de creencias, así como la libertad de profesar y
divulgar su religión o sus creencias, individual o colectivamente, tanto en público como en
privado”.
En el segundo punto señala: “Nadie puede ser objeto de medidas restrictivas que puedan
menoscabar la libertad de conservar su religión o sus creencias o de cambiar de religión o
de creencias”. Tercer punto: “La libertad de manifestar la propia religión y las propias
creencias está sujeta únicamente a las limitaciones prescritas por la ley y que sean
necesarias para proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral públicas o los derechos
o libertades de los demás”.
En el Artículo 13 (sobre Libertad de pensamiento y de expresión) avanza en su punto 1:
“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho
comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole,
sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o
artística o por cualquier otro procedimiento de su elección”.
En el punto 2 manifiesta: “El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no
puede estar sujeto a previa censura sino a responsabilidades ulteriores, las que deben
estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar el respeto a los
derechos o a la reputación de los demás, o la protección de la seguridad nacional, el orden
público o la salud o la moral públicas”.
Y en el tercer inciso explica: “No se puede restringir el derecho de expresión por vías o
medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para
periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión
de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y
la circulación de ideas y opiniones”.
Además, contamos con el Artículo 14, (que habla sobre el Derecho de rectificación o
respuesta), señala en su punto 1: “Toda persona afectada por informaciones inexactas o
agraviantes emitidas en su perjuicio a través de medios de difusión legalmente
reglamentados y que se dirijan al público en general, tiene derecho a efectuar por el
mismo órgano de difusión su rectificación o respuesta en las condiciones que establezca la
ley”. En el segundo inciso subraya: “En ningún caso la rectificación o la respuesta eximirán
de las otras responsabilidades legales en que se hubiese incurrido”. Y en el tercero; “Para
la efectiva protección de la honra y la reputación, toda publicación o empresa periodística,
cinematográfica, de radio o televisión tendrá una persona responsable que no esté
protegida por inmunidades ni disponga de fuero especial”.
d.- Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (suscripto en la ciudad de Nueva
York, Estados Unidos, 19 de diciembre de 1966), Artículo 18: “1. Toda persona tiene
derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la
libertad de tener o de adoptar la religión o las creencias de su elección, así como la
libertad de manifestar su religión o sus creencias, individual o colectivamente, tanto en
público como en privado, mediante el culto, la celebración en los ritos, las prácticas y la
enseñanza. 2. Nadie será objeto de medidas coercitivas que puedan menoscabar su
libertad de tener o de adoptar la religión o las creencias de su elección. 3. La libertad de
manifestar la propia religión o las propias creencias estará sujeta únicamente a las
limitaciones prescritas por la ley que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden,
la salud o la moral públicos, o los derechos y libertades fundamentales de los demás”.

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Artículo 19, “Nadie podrá ser molestado a causa de sus opiniones”. Además expresa “Toda
persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la libertad de
buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de
fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier
otro procedimiento de su elección. El ejercicio del derecho previsto en el párrafo 2 de este
artículo entraña deberes y responsabilidades especiales. Por consiguiente, puede estar
sujeto a ciertas restricciones que deberán, sin embargo, estar expresamente fijadas por la
ley y ser necesarias para: a) asegurar el respeto a los derechos o a la reputación de los
demás; b) la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral
públicas”.
OTROS MECANISMOS JUDICIALES, LA ACCION DE AMPARO
Puede llevarse el planteo a la Justicia laboral, por medio de una acción de amparo,
basándonos en el artículo 43 de la Constitución Argentina: “Toda persona puede
interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no exista otro medio judicial
más idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de particulares, que en
forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o
ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o
una ley”.
En Argentina también se puede tomar como referencia para la acción de amparo, el
Estatuto Del Periodista Profesional (Ley 12.908)
Artículo 5: “La libertad de prensa y la libertad de pensamiento son derechos inalienables, y
no podrá negarse el carnet profesional, o ser retirado, o cancelado, como consecuencia de
las opiniones expresadas por el periodista”. También subraya, en su Artículo 29: “La
circunstancia de que el periodista sea afiliado a un sindicato o asociación gremial o a un
partido político no podrá ser motivo para que el empleador impida su ingreso, como
tampoco causal de despido”. Y en el 38: “La estabilidad del periodista profesional,
cualquiera sea su denominación y jerarquía, es base esencial de esta Ley"

LA CLAÚSULA DE CONCIENCIA EN LATINOAMERICA.

Países que, de alguna manera han incorporado la Cláusula de Conciencia:

Figura en las constituciones Paraguay, Bolivia y Ecuador, pero aún no fueron


reglamentadas. En Ecuador, en particular, se ha discutido una ley sobre “objeción de
conciencia” en general, con un apartado especial referido a los periodistas.

1.- Colombia: Por medio del Código de ética en 1996, elaborado por la Comisión de Ética
del Círculo de Periodistas de Bogotá. El artículo 10 expresa: “El periodista tiene obligación
moral de actuar de acuerdo con su conciencia y no puede ser sancionado por ello. En
consecuencia las empresas periodísticas no podrán aplicar sanción o desmejoramiento
laboral por el incumplimiento de este deber ético en el espacio profesional. La cláusula de
conciencia, reconocida internacionalmente debe ser incluida en el derecho laboral
colombiano.”

2.- Bolivia: Código de ética de la Asociación Nacional de la Prensa de BOLIVIA. Aprobado


en 2007. Tiene a la Cláusula de conciencia como un derecho de los trabajadores de la
prensa. Artículo 14: “Los medios deberían mantener y alentar la suscripción de una
cláusula de conciencia y respetar, tras analizar, los argumentos de los periodistas para
abstenerse de realizar alguna cobertura que le implique un conflicto de interés”.

El Congreso Nacional de Bolivia aprobó en 2008 la Nueva Constitución Política. Y junto a la


garantía en los trabajadores y trabajadoras de la prensa de estos derechos, reconoce la
cláusula de conciencia de los trabajadores de la información, artículo 106. Máximo rango
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de este derecho y con la más amplia protección de su legitimación a favor de cualquier
persona física que dedique su actividad laboral en la información, sin limitación por su
función.

3.- Chile: Código de 2008 del Colegio de Periodistas: “En el ejercicio profesional el
periodista deberá actuar siempre de acuerdo con su conciencia y no podrá ser sancionado
por ello. Consecuentemente, deberá luchar por el establecimiento de la cláusula de
conciencia plena en su relación con los empleadores. Una vez alcanzado este objetivo,
deberá velar por su estricto cumplimiento. Art. 23”.

“El periodista rechazará y denunciará cualquier intento de presión que tenga por finalidad
hacerle transgredir las normas del código ético.” Artículo 24.

LA ELECCION DEL TEMA

Toda elección del tema entonces, se encuentra basada en nuestra conciencia y en


nuestros objetivos.

Si bien podemos aconsejar el descarte de ciertos temas ante su banalidad, también


debemos preguntarnos ¿hay temas banales? ¿quién determina la banalidad de ciertos
temas?

Lo mismo ocurre con una ciertas respuestas que encontramos en editores de medios de
comunicación que ante la entrega de propuestas de temas o temas de investigación
desarrollados, nos responden, “éste es un tema pequeño”, “éste tema ya ha sido
publicado”, “esto no le interesa a nadie”. Por ello es interesante desarrollar la discusión
sobre “temas pequeños” ¿temas grandes?”, “interés de los lectores, oyentes,
televidentes”, “temas publicados, gastados, ya vistos”.

El año pasado, un buen libro de investigación “Malcomidos” de Soledad Barruti 7, ingresó a


un tema que años atrás se hubiese considerado ultrabanal: la composición de los
alimentos que consumimos. Su justificación de la búsqueda del tema nos parece
interesante para ayudar a debatir en el mar de estas dudas: “¿Es posible que detrás de los
pollos y los huevos se esconda todo eso? ¿Qué estamos comiendo realmente?:
¿hormonas, antibióticos, probióticos, cloro, crueldad?, ¿o lo mejor de la ciencia moderna
bien conjugada para dar más comida de un mismo animal? ¿Qué fue de los Don Vittorio
que criaban animales como los que solía preparar mi abuela? ¿Quiénes son los que hoy
nos proveen esos alimentos? ¿De qué modo se modernizaron las granjas? Mi abuela no
encuentra respuestas para explicar por qué sus pollos nunca volvieron a ser los mismos.
Incluso hace un tiempo me dijo: “Prefiero ni enterarme”. Si fuera por ella, ya no cocinaría
más pollo. Un día, cansada de que le prometieran que ahora sí se estaba llevando un pollo
como la gente en su compra, dejó de comerlo, y lo mismo hice yo. Pero mi hijo de diez
años, que no conoció el sabor perdido de esa carne, y que no concibe que haya habido un
pollo mejor que el que ella le cocina, cada tanto le pide que le haga uno.
¿Es razonable que nos hagamos tantas preguntas alrededor de la comida? ¿Es lógico que
la comida esté teñida de semejantes sospechas? ¿Cuándo naturalizamos una situación tan
descabellada?

UNA PRIMERA AYUDA

Sin considerar al siguiente listado como “la guía de elección de temas”, es bueno que
tengamos un panorama más general de las temáticas que nos aparecen en el horizonte
para indagar las razones por las cuáles ciertos temas no se abordan en el llamado
Periodismo de Investigación:
7
Soledad Barruti (Buenos Aires, 1981) es periodista y escritora. Ha escrito y trabajado sobre temas
vinculados a la alimentación, y colabora en diferentes medios, como Radar, el suplemento cultural del
diario Página/12, Las 12, el suplemento femenino del mismo diario, y las revistas Bacanal y Traveler.

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Debemos investigar:

PODER POLÍTICO.- Ejecutivo, legislativo. Nacional, provincial, municipal.

PODER ECONÓMICO: empresas, empresarios, gerentes.

PODER RELIGIOSO:

PODER DE LA PRENSA. Medios, dueños de medios, periodistas.

PODER JUDICIAL. Integrantes de la Corte, jueces, fiscales, defensores.

PODER MILITAR O POLICIAL.

PODER DEPORTIVO. Dirigentes de asociaciones internacionales, nacionales, dirigencias de


clubes.

PODER EN ESPECTÁCULOS. Empresarios, representantes.

EL PODER EDUCATIVO. La institucionalidad.

PODER SINDICAL. Dirigentes sindicales burocráticos.

INVESTIGACIONES HISTÓRICAS. La revisión de hechos ya trabajados por historiadores, o la


inserción en hechos o razones de los hechos ya sucedidos.

LA VERIFICACIÓN DE LOS HECHOS:

La premisa que sostenemos es: todos los hechos son comprobables y verificables.

De todos modos no consideramos que existan métodos seguros para comprobar la


veracidad de nuestras fuentes, aún de las documentales. Será la formación política del
periodista, y su obsesión por la búsqueda de la verdad que nos llevará al mayor grado de
certeza posible cercano a la perfección.

Si tomásemos con humor estos asuntos, recomendaríamos el método del investigador


alemán Marc Reinard quien luego de un estudio en la Universidad de Manhein llegó a la
conclusión que quienes resuelven rompecabezas durante 3 minutos, tienen mayor
capacidad para detectar mentiras que aquellos que han descansado su actividad cerebral
y neurológica en esa misma etapa.

Por supuesto la gran tentación de la verificación en estos tiempos reside en el verbo


Googlear, y debemos enseñar a someter a Google a un googleo particular. Sin llegar al
extremo del experimento del diario inglés The Guardian 8, debemos estar atentos a los
usos de la tecnología en la elección de temas a la manera de ratings que condicionan la
agenda en base a un supuesto “voto masivo de los lectores” o rating.

PRACTICOS SUGERIDOS:

Trabajar con páginas de diarios de actualidad, revistas o libros y determinar allí qué tema
les parece, según sus convicciones, que podrían investigar.

8
The Guardian puso en marcha un periódico impreso confeccionado a partir de los artículos con más repercusión en
las redes sociales. La selección de notas (y por ende de temas) está a cargo de un algoritmo creado por el diario en base
a directivas empresarias.

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Recomendamos que luego de la elección del tema se precise el foco de la investigación,
evitando que la dispersión sea de tal magnitud que el trabajo se vuelva inabarcable. No es
recomendable trabajar sobre investigaciones amplias, a no ser que se pueda transmitir la
centralidad de la investigación en forma seriada (Capítulos, bloques)

Manejar el concepto de que todo es investigable y que todo aspecto de la realidad está
sujeto a verificación, comprobación, investigación.

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