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PEDRO PÁRAMO (JUAN RULFO)

(Apulco, Jalisco, 1918 - Ciudad de México, 1986) Escritor mexicano. Un solo libro de
cuentos, El llano en llamas (1953), y una única novela, Pedro Páramo (1955), bastaron
para que Juan Rulfo fuese reconocido como uno de los grandes maestros de la
narrativa hispanoamericana del siglo XX. Su obra, tan breve como intensa, ocupa por
su calidad un puesto señero dentro del llamado Boom de la literatura
hispanoamericana de los años 60, fenómeno editorial que dio a conocer al mundo la
talla de los nuevos (y no tan nuevos, como en el caso de Rulfo) narradores del
continente.
Juan Rulfo
Nacido en Apulco, en el distrito jalisciense de Sayula, Juan Rulfo creció entre su
localidad natal y el cercano pueblo de San Gabriel, villas rurales dominada por la
superstición y el culto a los muertos, y sufrió allí las duras consecuencias de las luchas
cristeras en su familia más cercana (su padre fue asesinado). Esos primeros años de su
vida habrían de conformar en parte el universo desolado que Juan Rulfo recreó en su
breve pero brillante obra.
En 1934 se trasladó a Ciudad de México, donde trabajó como agente de inmigración en
la Secretaría de la Gobernación. A partir de 1938 empezó a viajar por algunas regiones
del país en comisiones de servicio y publicó sus cuentos más relevantes en revistas
literarias. En los quince cuentos que integran El llano en llamas (1953), Rulfo ofreció
una primera sublimación literaria, a través de una prosa sucinta y expresiva, de la
realidad de los campesinos de su tierra, en relatos que trascendían la pura anécdota
social.
En su obra más conocida, Pedro Páramo (1955), Juan Rulfo dio una forma más
perfeccionada a dicho mecanismo de interiorización de la realidad de su país, en un
universo donde cohabitan lo misterioso y lo real; el resultado es un texto
profundamente inquietante que ha sido juzgado como una de las mejores novelas de
la literatura contemporánea.
El protagonista de la novela, Juan Preciado, llega a la fantasmagórica aldea de Comala
en busca de su padre, Pedro Páramo, al que no conoce. Las voces de los habitantes le
hablan y reconstruyen el pasado del pueblo y de su cacique, el temible Pedro Páramo;
Preciado tarda en advertir que en realidad todo los aldeanos han muerto, y muere él
también, pero la novela sigue su curso, con nuevos monólogos y conversaciones entre
difuntos, trazando el sobrecogedor retrato de un mundo arruinado por la miseria y la
degradación moral. Como el Macondo de Cien años de soledad, de Gabriel García
Márquez, o la Santa María de Juan Carlos Onetti, la ardiente y estéril Comala se
convierte en el espacio mítico que refleja el trágico desarrollo histórico del país, desde
el Porfiriato hasta la Revolución Mexicana.
Desde el punto de vista técnico, Pedro Páramo se sirve magistralmente de las
innovaciones introducidas en la literatura europea y norteamericana de entreguerras
(Proust, Joyce, Faulkner), línea que en los años 60 seguirían Mario Vargas Llosa, Julio
Cortázar, Ernesto Sábato, Carlos Fuentes y otros autores del Boom. De este modo,
aunque la novela se plantea inicialmente como un relato en primera persona en boca
de su protagonista, pronto se asiste a la fragmentación del universo narrativo por la
alternancia de los puntos de vista (con uso frecuente del monólogo interior) y los
saltos cronológicos. Rulfo escribió también guiones cinematográficos como Paloma
herida (1963) y otra excelente novela corta, El gallo de oro (1963). En 1970 recibió el
Premio Nacional de Literatura de México, y en 1983, el Príncipe de Asturias de la
Letras.

El boom fue un fenómeno esencialmente editorial y centrado sobre todo en el género


de la novela. Se destacaron los proyectos novelísticos que tendían a la
experimentación formal, a la innovación del lenguaje y a ciertos atrevimientos sociales
y políticos.

Un rasgo común de estas novelas es su deseo de vanguardia: tratamientos


del tiempo de forma no lineal, apuesta por la polifonía o la aparición de múltiples
voces en el relato, uso abundante de neologismos y juegos de palabras. Se enfatizaba
cierto internacionalismo o identidad regional y nacional que no se alejaba del relato
histórico, sino que lo usaba de telón de fondo.

Sus temáticas y perspectivas renovaron un notorio estancamiento en


el realismo literario de la época, y supusieron la emergencia de nuevos nombres a la
palestra editorial hispana. Por otro lado, el boom ha sido criticado por consistir en su
totalidad de escritores varones, en cuyas novelas el tratamiento de lo femenino
evidencia el machismo imperante en América Latina.

Pedro Páramo es una novela escrita por el mexicano Juan Rulfo en el año 1955, que se ha
convertido en un clásico de la literatura. Se enmarca en un tópico literario universal: el hijo
que busca a su padre para reclamar su lugar. Encarna también una realidad propia del mundo
latinoamericano del siglo XX: el papel del caciquismo y la violencia en la conformación social.

Ambos aspectos no se excluyen sino que se implican, resumen la construcción de un


imaginario patriarcal. Pero ¿qué interpretación podemos darle a esta obra? ¿En dónde radica
su importancia? ¿Qué la hace una obra de valor universal?

Análisis de Pedro Páramo

Paramo: El relato de Pedro Páramo no es simple. Múltiples voces se entrelazan en un universo


donde pareciera que las acciones se sobreponen unas a otras en un tiempo circular y mítico.

De acuerdo con Alberto Vital en un texto titulado Pedro Páramo, esta novela logra sintetizar
dos corrientes que buscaban un lugar en la literatura mexicana de principios del siglo XX. Por
un lado, la corriente nacionalista, anclada en el imaginario del campo y/o la revolución. Por el
otro, la universalista, ansiosa por la experimentación literaria.
Por ende, Rulfo capta dos procesos de transformación: uno estético en lo que a literatura se
refiere; y otro sociocultural en cuanto a la historia narrada, el cual trasciende cualquier sesgo
ideológico.

Estructura narrativa y estilo de la novela Pedro Páramo

la obra presenta dos grandes líneas de acción: una volcada sobre el destino de Juan Preciado y
otra sobre el destino de Pedro Páramo. Pero ¿cómo se exponen en el texto?

Pedro Páramo se estructura en sesenta y nueve pasajes que se intercalan sin seguir un orden
cronológico. Cada fragmento es un hilo narrativo distinto en la voz de diversos personajes. Las
superposiciones temporales, saltos y elipsis son imagen de los ecos fantasmagóricos que,
como el flujo del pensamiento, se atraviesan unos a otros sin un orden aparente.

La primera de esas voces es la de Juan Preciado, quien cuenta la motivación y la historia de su


viaje a Comala, aunque desconocemos el tiempo de su enunciación. El relato de Juan Preciado
cede espacio a otras voces narradoras.

No sabemos si estas voces solo podrían ser silenciadas con la muerte del último de los
descendientes de Pedro Páramo. Lo que sí sabemos es que Juan Rulfo hace que estas voces
espectrales, pertenecientes al mundo de los muertos, convivan con el mundo de los vivos con
la mayor naturalidad, lo que nos introduce en el estilo del realismo mágico.

El lenguaje y las expresiones populares

El escritor se ancla en los giros del lenguaje popular y el horizonte cultural mexicano y, por qué
no, latinoamericano. Pero su estilo narrativo le confiere tal fuerza significante que logra darle a
este mundo universalidad.

el centro de cada episodio se desarrolla a partir de frases tomadas de la tradición literaria o


propias del idioma.

Así, Juan Rulfo acude al lenguaje popular y desarrolla núcleos narrativos sobre la base de
diversos recorridos figurativos. Bastos expone algunos tópicos construidos a partir de giros
populares del lenguaje: «"ir muy lejos" y sus variantes; "el hilo de la vida" y sus variantes; "la
edad de oro"; "el Edén primordial"».

A propósito de la frase “ir muy lejos” y sus versiones, Bastos señala las acciones de Pedro
Páramo y sus hijos. Por ejemplo, Miguel es un criminal de apetitos desbordados, que muere al
sobrepasar literalmente los límites impuestos por su padre; mientras que Juan Preciado muere
en su pretensión de “llegar lejos” para reclamar el lugar del padre.

Para María Luisa Bastos, la frase y el principio “el hilo de la vida” se expresa también en otras
variantes como “la luz” o “la llama”, y encarna diversas significaciones fundamentales en el
texto. A veces, es la débil luz que guía a los personajes; otras, presagios funestos.

La edad de oro y ese edén primordial están representados en el mundo de las ilusiones y
ensimismamientos de los personajes, especialmente de Dolores y Susana, aunque podemos
decir que también de Pedro. La primera, anhelante de una Comala primaveral y vivaz, incapaz
de advertir o concebir sus nuevos derroteros.
La segunda, Susana, vive en los delirios de su pasado. Pero además, ella es en sí misma la
ilusión de Pedro Páramo, que recuerda su infancia con ella como un tiempo primordial y mítico
al que anhela volver. En palabras de Bastos, “Susana ha sido eje secreto de la vida del hombre
Pedro Páramo”, y es, de hecho, el móvil principal de sus acciones.

Caciquismo y tiranía

La historia de Pedro Páramo resulta para mi la imagen metafórica del dilema universal del
ordenamiento patriarcal. Al mismo tiempo, es la imagen historizada de un pueblo transido por
el caciquismo, el autoritarismo, la violencia, la arbitrariedad, la complicidad con el poder y la
superstición, y que está condenado a su destrucción.

El personaje de Pedro Páramo es el arquetipo del tirano que concentra el poder y los medios
para controlar el destino colectivo a su servicio. Incluso, pretende controlar el orden del más
allá, es decir, del trasmundo, por medio de sus relaciones intimidantes con la Iglesia.

Pero el cacique es también un hombre y no más que un hombre desamado, cuyo poder resulta
inútil para alcanzar la trascendencia. No la logra por medio del amor de Susana ni tampoco de
la memoria colectiva. Su violencia descarnada borra a Comala y, con Comala, Pedro Páramo es
borrado.

Trascendencia y olvido

La autarquía de Pedro es, de alguna manera, un orden autofágico, destinado a comerse a sí


mismo. Pedro Páramo consume todo a su paso incluso después de morir.

Pedro es un progenitor y un proveedor, pero no es un padre en el sentido entrañable del


término. Sus hijos no pueden, por lo tanto, ni ser hijos ni ser hermanos. Son espectros,
sombras de su padre, que compiten con él (Miguel), que resienten de él (Abundio), que le
cobran a él (Juan).

Como un Saturno que devora a sus hijos, Juan Preciado es devorado por el universo de su
padre, que es la negación de toda humanidad, de toda libertad, de toda trascendencia. Como
la arquetípica Sara del Antiguo Testamento, Juan se pierde a sí mismo cuando voltea a ver un
pasado yermo sin nada que ofrecer.

La revolución como precipitación del fin

Quizá la novela Pedro Páramo represente la muerte simbólica del orden filicida que sacrifica a
los hijos para que el autoritarismo domine.

Después de todo, la revolución que avanza sobre Comala tampoco tiene la fuerza para
transformar las cosas, apenas para acelerar su destrucción. No la tiene porque adolece de
sustancia.

—Como usté ve, nos hemos levantado en armas.—¿ Y?—Y pos eso es todo. ¿Le parece poco?
—¿ Pero por qué lo han hecho?—Pos porque otros lo han hecho también. ¿No lo sabe usté?
Aguárdenos tantito a que nos lleguen instrucciones y entonces le averiguaremos la causa. Por
lo pronto ya estamos aquí.
Pedro Páramo, de Juan Rulfo

En la representación de Rulfo, la revolución no está unificada ni tiene un sentido claro, sino


que responde a intereses diversos. La revolución es una nueva expresión, colectiva expresión
de un orden violento y arbitrario. En la mirada del personaje de Pedro la revolución carece de
toda trascendencia histórica y apenas es reconocida como una oportunidad para el saqueo y el
poder.

El significado de Pedro Páramo

Blas Matamoro, en un ensayo titulado El nombre del padre, hace alusión al significado del
nombre de Pedro Páramo. Por un lado, Pedro significa piedra; por el otro, el páramo es un
lugar de temperaturas extremas y, por lo tanto, desierto. El nombre es ya el presagio de lo que
el lector encontrará.

A esta ecuación, añade tres elementos fundamentales, a saber:

 El héroe inicia un viaje en busca del padre ansiando ocupar su lugar, un tópico de la
literatura universal;
 Sin embargo, al contrario del paradigma clásico, el héroe lo hace por mandato
materno;
 La madre impone como condición que espere a su muerte.

Estos tres elementos se conjugan con toda naturalidad en el marco de la cultura como la
latinoamericana, donde conviven en tensión el orden patriarcal y la matricentralidad.

Pedro Páramo, esta piedra del desierto, es el padre ausente, incorpóreo, espectral. Por eso, el
destino procurado por Juan Preciado no puede ser la reivindicación. El viaje de Juan es, para
Blas Matamoro, un descenso a los infiernos. El autor dice «...el héroe va a los infiernos a
buscar a su padre, pues allí está el padre, muerto. Llegar al lugar del padre es llegar al reino de
la muerte. Encontrarse con el padre es morir, quedarse a vivir con los muertos».

De allí la importancia de la imaginación simbólica, expresada en el lenguaje mítico. Por


ejemplo, para Matamoro este lenguaje se ve reflejado incluso en los lugares, tales como
Comala, Contla, la Media Luna y Los Confines.

Dice el autor que Comala está en el borde externo de la vida. Contla, como si de una Atlántida
se tratase, es una tierra que todos buscan pero nadie encuentra. La Media Luna es testigo de
los andares del caballo del difunto y, por último, Los Confines es donde se encontraría el
padre.

Otra cosa, aun más trascendente, señala Blas Matamoro que Pedro Páramo: «Es el páramo de
la muerte, pero la firme roca donde se asienta el edificio del orden, construido conforme a la
ley».

Entonces, Pedro Páramo actúa como dador de vida, como proveedor, como destinador de la
muerte, como legislador, como juez, como vengador, como castigador, como un ser
incorpóreo, como jefe de ejércitos, en fin, como un dios. Se afirma así el orden mítico del
personaje y del relato.

Rulfo recoge el universo de las creencias, la imaginación simbólica y las tradiciones propias de
la cultura latinoamericana, a las cuales ni siquiera la muerte puede silenciar. Ellas viven, son
concomitantes, y son las que dan sentido y trascendencia a la red de vidas deshechas de Pedro
Páramo.

EL GENERAL EN SU LABERINTO (GABRIEL GARCÍA MARQUEZ)


Análisis de El General en su Laberinto

El libro El general en su Laberinto traza el viaje final de Bolívar desde Bogotá a la costa
caribeña de Colombia en su intento de salir de Sudamérica para el exilio en Europa.
Rompiendo con el tradicional retrato heroico de Bolívar El Libertador, García Márquez
representa a un patético protagonista, un hombre prematuramente enfermo y agotado
mentalmente.

La historia explora el laberinto de la vida de Bolívar a través de la narración de sus recuerdos,


en la que “la desesperación, la enfermedad y la muerte inevitablemente ganan sobre el amor,
la salud y la vida”.

Su mezcla de géneros hace que El General en su Laberinto sea difícil de clasificar, y los
comentaristas no están de acuerdo sobre dónde se encuentra en la escala entre el relato
novedoso y el histórico.

La inserción de García Márquez de elementos interpretativos y ficcionalizados -algunos de los


momentos más íntimos de Bolívar- inicialmente causó indignación en partes de América
Latina.

Muchas figuras prominentes de América Latina creían que la novela retrataba una imagen
negativa del mundo exterior de una de las figuras históricas más importantes de la región.
Otros vieron El general en su laberinto como un tónico para la cultura latinoamericana y un
desafío para la región para enfrentar sus problemas.

La novela El General en su Laberinto tiene una narración en tercera persona. Comienza el 8 de


mayo de 1830 en Santa Fe de Bogotá. El General está haciendo los preparativos para su viaje
hacia el puerto de Cartagena de Indias, con la intención de salir de Colombia hacia Europa.

Después de su renuncia como presidente de la Gran Colombia, la gente de las tierras que
liberó se ha vuelto contra él, garabateando graffitis contra Bolívar y arrojándole basura.

El General está ansioso por seguir adelante, pero tiene que recordarle al Vicepresidente electo,
el General Domingo Caycedo, que aún no ha recibido un pasaporte válido para salir del país. El
general sale de Bogotá con los pocos funcionarios que aún le son fieles, incluido su confidente
y ayuda de campo, José Palacios.
En la primera noche del viaje, el General se queda en Facatativá con su séquito, que consiste
en José Palacios, cinco ayudantes de campo, sus empleados y sus perros. Aquí, como en todo
el viaje que sigue, la pérdida de prestigio del General es evidente; la recesión en su fortuna
sorprende incluso al propio General.

El padecimiento del General, del cual no se dice su nombre lo ha convertido en un hombre en


un estado de deterioro físico, lo que lo hace que no sea reconocido, y su ayudante siempre lo
confunde con el mismo libertador.

Después de muchas demoras, el general y su partido llegan a Honda, donde el gobernador,


Posada Gutiérrez, ha organizado tres días de fiestas. En su última noche en Honda, el General
regresa tarde al campamento y encuentra a una de sus viejas amigas, Miranda Lyndsay,
esperándolo.

El general recuerda que hace quince años, ella había sabido de un complot contra su vida y lo
había salvado. A la mañana siguiente, el general comienza el viaje por el río Magdalena.

Tanto su debilitamiento físico como su orgullo son evidentes a medida que avanza por la
ladera hacia el muelle: necesita una silla de manos pero se niega a usarla. El grupo permanece
una noche en Puerto Real, donde el general afirma que ve a una mujer cantando durante la
noche. Sus ayudantes de campo y el vigilante realizan una búsqueda, pero no logran descubrir
ningún signo de una mujer que haya estado cerca.

El general y su comitiva llegan al puerto de Mompox. Aquí son detenidos por la policía, que no
reconocen al General. Piden su pasaporte, pero no puede producir uno. Eventualmente, la
policía descubre su identidad y lo acompaña al puerto.

La gente todavía cree que es el presidente de Gran Colombia y prepara banquetes en su honor;
pero estas festividades se desperdician en él debido a su falta de fuerza y apetito. Después de
varios días, el general y su séquito partieron hacia Turbaco.El general en su laberinto 7

El grupo dura una noche sin cerrar los ojos en Barranca Nueva poco antes de ir a Turbaco.
Según lo planeado debian ir a Cartagena al día siguiente, pero el General es informado de que
no hay un barco con destino a Europa desde el puerto y que su pasaporte aún no ha llegado.

Durante su estancia en la ciudad, recibe una visita del General Mariano Montilla y algunos
otros amigos. El deterioro de su salud se hace cada vez más evidente: uno de sus visitantes
describe su cara como la de un hombre muerto.

En Turbaco, el General Daniel Farrencio O’Leary se une al General y recibe noticias de


continuas maquinaciones políticas: Joaquín Mosquera, sucesor designado como Presidente de
la Gran Colombia, ha asumido el poder pero su legitimidad aún es impugnada por el General
Rafael Urdaneta. El general recuerda que su “sueño comenzó a desmoronarse el mismo día en
que se realizó”.

Finalmente llega su pasaporte, y dos días después se van con su comitiva hacia Cartagena y la
costa, donde se realizan más recepciones en su honor. A lo largo de este tiempo, él es
abordado por muchas mujeres, pero debido a su enfermedad ya no puede tener sexo con
ellas.

El General se ve profundamente afectado cuando oye que su amigo y posible sucesor para ser
el presidente de la Gran Colombia, el mariscal de campo Antonio José de Sucre, ha sido
emboscado y asesinado.
Ahora, uno de sus ayuda de campo dice al general que el general Rafael Urdaneta se ha hecho
cargo del gobierno en Bogotá, y hay informes de manifestaciones y disturbios en apoyo de una
vuelta al poder por parte de Bolívar.

El grupo del General viaja a la ciudad de Soledad, donde se queda por más de un mes, y su
salud sigue disminuyendo. En Soledad, el general acepta ver a un médico por primera vez. Te
recomendamos la lectura de Pedro Páramo de Juan Rulfo.

El general nunca deja Sudamérica. Termina su viaje en Santa Marta, demasiado débil para
continuar y con solo su médico y sus ayudantes más cercanos a su lado. Muere en la pobreza,
una sombra del hombre que liberó gran parte del continente.

Argumento de El General en su Laberinto

La idea inicial de escribir un libro sobre Simón Bolívar le llegó a García Márquez a través de su
amigo y colega escritor colombiano Álvaro Mutis, a quien está dedicado el libro.

Dos años después de leer El Último Rostro, García Márquez le solicitó a Mutis su autorización
para escribir un libro sobre el último viaje de Bolívar..

García Márquez creía que la mayor parte de la información disponible sobre Bolívar era
unidimensional: “Nadie dijo en las biografías de Bolívar que cantó o que estaba estreñido …
pero los historiadores no dicen estas cosas porque creen que no son importantes. “

En el epílogo de la novela El General en su Laberinto, García Márquez escribe que investigó el


libro durante dos años; la tarea fue difícil, tanto por su falta de experiencia en la realización de
investigaciones históricas, como por la falta de pruebas documentales de los acontecimientos
del período final de la vida de Bolívar.

García Márquez investigó una amplia variedad de documentos históricos, incluidas las cartas
de Bolívar, periódicos del siglo XIX y los 34 volúmenes de memorias de Daniel Florencio
O’Leary .

Contrató la ayuda de varios expertos, entre ellos la geógrafa Gladstone Oliva; el historiador y
colega colombiano Eugenio Gutiérrez Celys, quien había coescrito un libro titulado Bolívar Día
a Día con el historiador Fabio Puyo; y el astrónomo Jorge Perezdoval-García Márquez usó un
inventario elaborado por Perezdoval para describir qué noches Bolívar pasó bajo luna llena.

García Márquez en El General en su Laberinto también trabajó estrechamente con Antonio


Bolívar Goyanes, un pariente lejano de Bolívar, durante la extensa edición del libro. Puedes
leer también La Casa de los espiritus de Isabel Allende.

Resumen por capítulos de El General en su Laberinto

En El general en su laberinto, García Márquez expresa sus opiniones políticas a través del
carácter del general. Por ejemplo, Álvarez Borland señala que en la escena en la que el General
responde al diplomático francés, el diplomático es crítico de la barbarie en América Latina y los
medios brutales utilizados en el intento de lograr la independencia.
Bolívar responde señalando que Europa tuvo siglos para progresar a su estado actual, y que
América del Sur debería experimentar su “Edad Media en paz”. De manera similar, García
Márquez comenta en su discurso del Nobel que “la venerable Europa sería quizás más
perceptiva si tratara de ver a América Latina en su propio pasado. Si solo recordara que
Londres tardó trescientos años en construir su primer muro de la ciudad”.

Al revisar El general en su laberinto en 1990, la novelista Margaret Atwood señaló otra


instancia de García Márquez que plantea cuestiones políticas a través del carácter del general.
Le hace decir a su ayudante que Estados Unidos es “omnipotente y terrible, y que su historia
de libertad terminará en una plaga de miserias para todos nosotros”.

El laberinto del título de la novela se refiere a “una serie de laberintos que están supeditados a
asuntos de historia, geografía y biografía que de manera consistente y concluyente resultan
en un callejón sin salida”. Otra obra de García Márquez es El general no tiene quien le escriba.
Su último viaje a lo largo del río Magdalena implica una duplicación de ida y vuelta de un lugar
a otro que lo lleva a él y a sus seguidores a ninguna parte. El laberinto no conduce a la
felicidad; en cambio, resulta en la locura de la reflexión constante sobre el pasado y un futuro
imposible.

Al final de su vida, el General se reduce a un espectro de su ser anterior.El laberinto también


recuerda el laberinto construido para encarcelar al minotauro en la mitología griega, y el
interminable viaje y búsqueda de antiguos héroes griegos, como el visto en la Casa de Asterión
de Jorge Luis Borges. El laberinto refleja las andanzas y las tribulaciones del héroe en busca de
sentido y resolución a las vicisitudes de la vida”.

García Márquez describe el cuerpo del General como un laberinto. Su médico observa que
“todo lo que ingresa al cuerpo, agrega peso, y todo lo que lo deja se degrada”. El cuerpo del
general se describe como un “laberinto que llega a un callejón sin salida literal”.

El laberinto también se expresa en imágenes geográficas y arquitectónicas. El destino del país


se imagina como una ruptura, un plegamiento de norte a sur. Los mares ofrecen la esperanza
de una vida nueva y un mundo nuevo, pero cuanto más cerca esté el general de Colombia,
menos posibilidades tendrá de seguir adelante.

García Márquez describe los edificios como “desalentadores, reverberantes (si no exactamente
reiterativos) con los ecos de un pasado sangriento”. La representación del mundo del General
como un laberinto se ve subrayada por su constante retorno a las ciudades y pueblos que ha
visitado antes: cada lugar pertenece tanto al pasado como al presente.

El General en su Laberinto borra las líneas entre la perdición en un mundo hecho por el
hombre y deambulando en el mundo natural. El destino de Bolívar es conocido desde el
principio, y García Márquez constantemente usa imágenes que presagian este final. Por
ejemplo, un reloj atascado a las siete y una, la hora exacta de la muerte del General, aparece
repetidamente en la novela.

Este sentido del destino se introduce en el epígrafe, que proviene de una carta escrita por el
histórico Bolívar al general Santander el 4 de agosto de 1823: “Parece que el diablo controla el
negocio de mi vida”. En consecuencia, el general sucumbe a su destino y acepta su muerte
como destino.

El tema del amor es central en la novela. Bolívar tenía fama de mujeriego, y se han escrito
libros sobre su flirteo; pero como se describe en esta novela El General en su Laberinto,
durante los últimos siete meses de su vida, el general ya no pudo participar en las actividades
que habían alimentado esa reputación.

García Márquez menciona a una mujer cada pocas páginas, muchas de las cuales son su propia
invención, explorando el amor a través de los recuerdos del General. Palencia-Roth señala que
la presencia de estas mujeres “permite una exploración laberíntica de su vida antes de su viaje
final” y sugiere que García Márquez utiliza el amor como un barómetro del corazón y la salud
del General.

Aunque se cree que Bolívar murió de tuberculosis, Palencia-Roth cree que, para el autor, el
General muere por falta de amor. “Despreciado por muchos de sus compatriotas, abandonado
por todos menos unos pocos asistentes y asociados, abandonado, durante los últimos siete
meses de su vida, sin la compañía de Manuela Saenz, su amante de mucho tiempo, Bolívar no
tuvo más remedio que morir de un corazón roto”.

La historia y cultura de América Latina, comenzó con la pérdida del sueño de Bolívar de un
continente unido y, como resultado, se ha desarrollado bajo una sombra melancólica desde
entonces.

Así, forzando al lector a regresar al origen de la modernidad en América Latina y enfrentar su


muerte de la manera más horrible, García Márquez obliga al lector a pasar de la melancolía al
luto, “para que el fantasma del objeto perdido” de la modernidad puede dejar de gobernar la
economía libidinal del discurso cultural hispanoamericano y la vida histórica”. El general en su
laberinto 18

La novela recrea un tiempo en la vida de Bolívar que no tiene precedentes históricos, ya que
no hay registro de los últimos 14 días de su vida. En la cuenta de García Márquez, los lectores
observan a Bolívar íntimamente, al ver sus cualidades humanas.

El General en su laberinto también confronta los métodos de los historiadores oficiales al usar
un estilo de narración oral. La narración se puede considerar una cuenta oral porque está
tejida a partir de las interacciones verbales de la gente común. Te recomendamos la novela De
amor y de sombra de Isabel Allende.

Personajes de El General en su Laberinto

El general Simón Bolívar pintado en 1825 por José Gil de Castro, es el personaje principal de la
novela es “el general”, también llamado “el Libertador”. García Márquez nombra una sola vez
a su protagonista como Simón Bolívar, la famosa figura histórica, cuyo título completo era el
General Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, en quien se basa el
personaje del General.

El retrato de la novela de un héroe nacional y latinoamericano, que desafía el registro


histórico, provocó indignación en algunos sectores con su publicación.

Al comienzo de la novela, el general tiene 46 años y muere lentamente en su último viaje al


puerto de Cartagena de Indias, donde planea zarpar hacia Europa. Como señala Palencia-Roth,
“Bolívar es elegido aquí no solo como una víctima sino como un agente de los trágicos errores
políticos de América Latina”.

García Márquez utiliza otros hechos documentados como puntos de partida para su retrato
ficticio de Bolívar, por ejemplo, su dedicación al ejército por encima de todo, su
envejecimiento prematuro, y su mal genio.

De este último, el edecán de Bolívar O’Leary comentó una vez que “su temperamento
imperioso e impaciente nunca toleraría la menor demora en la ejecución de una orden”.

En una entrevista con María Elvira Samper, García Márquez ha admitido que su retrato de
Bolívar es en parte un autorretrato. Se identifica con Bolívar de muchas maneras, ya que su
método para controlar su ira es el mismo y sus puntos de vista filosóficos son similares:
ninguno “presta mucha atención a la muerte, porque eso distrae a uno de lo más importante:
lo que uno hace en la vida”.

José Palacios: La novela comienza con el nombre de José Palacios, quien, aquí como con la
figura histórica del mismo nombre, es el “mayordomo de larga data” de Bolívar.

Como observa el crítico literario Seymour Menton, la “identificación total de Palacios con
Bolívar constituye el marco de la novela”. Palacios constantemente espera al General, y en
ciertos momentos solo él está permitido en la habitación del General. Él ha aprendido a vivir
con la imprevisibilidad de su maestro y no presume de leer sus pensamientos.

Simultáneamente, sin embargo, Palacios es también el confidente más cercano al General, la


persona más capacitada para leer sus estados de ánimo y compartir sus emociones. Nacido
esclavo, el personaje es seis años menor que el general y ha dedicado toda su vida a su
servicio.

A lo largo de la novela, Palacios proporciona al General con aclaraciones o recordatorios de


fechas y eventos durante el tiempo de desilusión del General. Según un crítico, la capacidad de
Palacios de recordar hechos pasados en la vida de Bolívar es esencial para la recreación del
personaje de García Márquez, ya que permite que el Bolívar de la historia oficial se ubique
dentro del contexto de la vida cotidiana.

Manuela Sáenz: Manuela Sáenz es la amante desde hace mucho tiempo del General, la última
desde la muerte de su esposa, 27 años antes. Su personaje se basa en la amante histórica de
Simón Bolívar, Doña Manuela Sáenz de Thorne, a quien Bolívar apodó “la libertadora del
libertador” después de haber ayudado a salvarlo de un intento de asesinato la noche del 25 de
septiembre de 1828.

Retrato ficticio de García Márquez estimuló una reevaluación de esta figura histórica, que cada
vez más se ve, según el historiador venezolano Denzil Romero, “no solo como una amante sino
como la mujer inteligente, independiente y enérgica que era”.
En la novela, ella es descrita como “la audaz Quiteña que lo amaba pero que no iba a seguirlo
hasta su muerte”. El General deja a Manuela Sáenz atrás, pero a lo largo de la novela le escribe
sobre su viaje. Ella también intenta escribirle cartas con noticias de la situación política, pero a
los carteros se les ha ordenado que no acepten sus cartas.

Al igual que la figura histórica en la que se basa, la ficticia Manuela Sáenz está casada con el
Dr. James Thorne, un médico inglés que le dobla la edad. La histórica Manuela Sáenz dejó a
Thorne después de que Bolívar escribiera declarando su amor eterno por ella. En la novela, se
la caracteriza como astuta e indomable, con “gracia irresistible, sentido de poder y tenacidad
ilimitada”.

General Francisco de Paula Santander: Al reflexionar sobre el pasado, el general a menudo


piensa y sueña con su antiguo amigo Francisco de Paula Santander. El histórico Francisco de
Paula Santander era amigo de Simón Bolívar, pero más tarde fue acusado de complicidad en
un complot para asesinarlo y enviarlo al exilio.

Anteriormente consideraba a Santander como “su otro yo, y tal vez su mejor yo”, pero
cuando sucedieron los acontecimientos en El General en su Laberinto, Santander se convirtió
en enemigo general y fue desterrado a París después de su participación en el intento de
asesinato.

El General se muestra atormentado por la idea de que Santander regrese de su exilio en


Francia; sueña, por ejemplo, que Santander está comiendo las páginas de un libro, que está
cubierto de cucarachas, y que se está arrancando los ojos.

Mariscal de campo Antonio José de Sucre: El mariscal de campo Antonio José de Sucre es
retratado como un amigo íntimo del General. El histórico Antonio José de Sucre, el mariscal de
campo de Ayacucho, había sido el general más confiable de Simón Bolívar.

García Márquez en su novel El General en su Laberinto lo describe como “inteligente,


metódico, tímido y supersticioso”. El Field Marshal está casado y tiene una hija con Doña
Mariana Carcelén. En el primer capítulo de la novela, el general le pide a Sucre que lo suceda
como presidente de la República, pero él rechaza la idea.

Una de las razones que da Sucre es que solo desea vivir su vida para su familia. También al
comienzo de la novela, la muerte de Sucre está prefigurada. Sucre le dice al general que planea
celebrar la fiesta de San Antonio en Quito con su familia. Cuando el general escucha que Sucre
ha sido asesinado en Berruecos en su camino de regreso a Quito, vomita sangre.

Otros personajes: La novela El General en su Laberinto gira en torno a la figura ficticia de


Bolívar e incluye a muchos personajes menores que forman parte del grupo itinerante del
General, a quienes encuentra en su viaje o que acuden a él en sus recuerdos y sueños de su
pasado.El general en su laberinto 14

A veces se identifican por caprichos particulares o vinculados a eventos pequeños pero


significativos. Incluyen, por ejemplo, al general José María Carreño, un miembro de la comitiva,
cuyo brazo derecho fue amputado después de una herida de combate, y que una vez reveló
un secreto militar al hablar mientras dormía.

En otras ocasiones, son prótesis para los poderes ahora fracasados del General: Fernando, por
ejemplo, sobrino del General, es “el más dispuesto y paciente de los muchos empleados del
General”, y el General lo despierta “en cualquier hora para que lo lea en voz alta de un libro
aburrido o tome notas sobre extemporizaciones urgentes “.

Uno de los personajes menos desarrollados de los menores es la esposa del general, María
Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, que murió, según se le dice a los lectores, en circunstancias
misteriosas poco después de su matrimonio.

El general la ha “enterrado en el fondo de un olvido a prueba de agua como una forma brutal
de vivir sin ella”; ella solo entra fugazmente en sus recuerdos en el último capítulo del libro.

Según Menton, ella está “eclipsada” por Manuela Sáenz, cuya historia posterior García
Márquez relata como si fuera la viuda del general. La muerte de María Teresa, sin embargo,
marcó el “nacimiento en la historia” del General, y nunca ha tratado de reemplazarla. Otra
novela interesante que debes leer es La guerra del fin del mundo de Mario Vargas Llosa.

EL HOMBRE QUE AMABA A LOS PERROS (LEONARDO PADURA)

Novela sintomática y de primer orden sobre la vida del asesino de Trotsky.

El Hombre que Amaba a los Perros. Se trata de una novela extraordinaria tanto en el sentido
artístico como por ser síntoma de las reflexiones abiertas en la isla sobre el futuro de la
revolución cubana. “El hombre que amaba a los perros”, novela del reconocido escritor
cubano Leonardo Padura, relata tres historias (en realidad tres novelas en una) que se
entrelazan de forma dramática y trágica.

La historia de Iván, un cubano cuyas pretensiones literarias e ideales revolucionarios se ven


frustrados por la burocracia, el totalitarismo, la crisis económica que azotó la isla en la década
de los 90s- tras la caída del stalinismo-, y una ortodoxia dogmática y sin vida que ahoga toda
iniciativa y sume a Iván en el abismo de la depresión y el desencanto.

Iván conoce en la playa a un misterioso hombre que, a con pretexto del amor por los perros
que ambos comparten, le relata la criminal vida de Ramón Mercader del Río –desde su
cooptación por el stalinismo, su relación edípica con su madre (Caridad Mercader), su vida gris
tras el asesinato de Trotsky y sus días finales en la Cuba postrevolucionaria-, la vida de un
hombre que es despersonalizado, fanatizado y convertido en una máquina sin nombre, sin
pasado, al servicio del sátrapa Stalin. La novela también relata la lucha de Trotsky en contra del
stalinismo desde su destierro en Turquía, su paso por Francia y Noruega su estancia en México
y su brutal asesinato.

Las tres historias se enlazan tanto por su trágico final como por el amor por los perros que une
a los tres personajes. Con una tención dramática excepcional se relata la exterminación por la
brutal por la noria stalinista de los arquitectos de la revolución rusa, los compañeros de Lenin,
de la familia de Trotsky, sus colaboradores, millones de seres humanos condenados a la
muerte y al destierro siberiano; la traición hecha por el stalinismo de la revolución española, y
la brutal despersonificación, fanatismo y enajenación que pervirtió al sueño revolucionario. El
autor se propone reflexionar “la perversión de la gran utopía del siglo XX” y su relación con los
acontecimientos en Cuba.

La reflexión que plantea Padura no puede ser más oportuna. Si bien ésta obra debe ser juzgada
con base en sus meritos artísticos propios, el objetivo que se propone el autor con su obra es
en sí mismo un objetivo político, ello nos autoriza a hacer algunas reflexiones sobre dicho
contenido. El autor ve con cierta simpatía a León Trotsky pero se trata de la misma simpatía de
aquel que ve a un heroico Don Quijote al enfrentarse inútilmente contra colosales molinos de
viento, molinos que se alimentan con sangre, con cuerpos humanos y sueños rotos. Para
Padura la lucha de Trotsky era estéril porque la revolución ya estaba muerta como muerta está
la revolución cubana (Iván es en realidad una proyección de la desmoralización política del
propio autor).

El autor ve con condescendencia escéptica lo que quizá sea la principal lección que el
pensamiento de Trotsky tiene para la revolución cubana: la revolución burocratizada debe ser
rescatada mediante la democracia obrera, la extensión internacional de la revolución y la
preservación de la economía planificada. En contraste con ello Padura hace decir a Trotsky
novelesco lo contrario de lo que en realidad defendió, convirtiendo a ratos a Trotsky en un
muñeco de ventrílocuo de las opiniones políticas del autor; así por ejemplo Padura hace
pensar a Trotsky: “Habría que admitir (…) que la URSS no había sido más que la precursora de
un nuevo sistema de explotación y que su estructura política tenía que engendrar,
inevitablemente, una nueva dictadura, si acaso adornada con otra retórica”. Para Padura la
revolución cubana es un cadáver que ya no puede ser regenerado ni defendido.

Como Cuestión adicional -sin menoscabo de sus cualidades literarias- ésta obra tiene el
inconveniente de tomar casi todos los datos concernientes a la vida de Trotsky de manos de
Isaac Deutcher – el autor lo confiesa por medio de Iván que se pone a leer la trilogía de
Deutcher-; la trilogía de Deutcher (El Profeta Armado, El Profeta Desarmado, El profeta
Desterrado) es una obra ambivalente que al mismo tiempo ha acercado a las ideas de Trotsky a
muchos de sus lectores (tan sólo hay que recordar a la desaparecida camarada cubana Celia
Hart), también reproduce muchas distorsiones (Deutcher pensaba que la burocracia stalinista
se reformaría a sí misma). Así el autor reproduce las ideas incorrectas de Deutcher acerca del
papel de Trotsky en Cronstand, despacha como un fracaso el intento de Trotsky por formar la
IV internacional (el hecho de que la IV agrupara a un pequeño grupo de camaradas es para
Padura una evidencia de su fracaso sin considerar que su valor está en las ideas y la bandera
limpia que legaría a futuras generaciones) y tiende a plantear el antagonismo entre Stalin y
Trotsky como una pugna de personalidades y no de fuerzas históricas de clases y castas.

Debemos insistir, no obstante las posiciones políticas del autor, que ésta obra debe ser juzgada
por sus enormes méritos literarios y como tal es enteramente recomendable. Como evento
sintomático la obra es importante también porque muestra el debate y la acalorada polémica
en torno al futuro de la revolución cubana que se ha abierto en la isla, el interés creciente por
las ideas de Trotsky (interés en el cual la Corriente Marxista Internacional ha tratado de llenar
por medio de la difusión pionera de la obra de Trotsky) de aquellos que intentan salvar y
profundizar la heroica revolución cubana. Creemos que “El hombre que amaba a los perros”
responde a éste creciente debate y que, además de ser una obra artística que merece la
atención del lector, puede generar interés por leer de manera directa la obra de éste gran
revolucionario cuyas lecciones (la democracia obrera, el internacionalismo proletario, entre
muchas otras ideas) son más necesarias que nuca para salvar a la revolución cubana y
encaminarla por los senderos del auténtico marxismo.

ALTAZOR (VICENTE HUIDOBRO)

Altazor o el viaje en paracaídas, es un poema escrito en VII cantos, es el poema más extenso de
Vicente Huidobro. La escritura del poema se extendió por 12 años (1919 al 1931) aunque
durante ese período partes del mismo fueron publicados en diversos diarios y revistas.

El poema comienza con el prefacio en donde narra su origen, y su inevitable fin. Altazor
comprende que el nacer es comenzar la caída inevitable. La vida, lo intermedio entre el
nacimiento y la muerte es la caída. Después, habla sobre los poemas, los define como fuego y
después dice:

Se debe escribir en una lengua que no sea la materna.

Los cuatro puntos cardinales son tres: el sur y el norte.

Un poema es una cosa que será.

Un poema es una cosa que nunca es, pero que debiera ser.

Un poema es una cosa que nunca ha sido, que nunca podrá ser.

Decir lo que no ha sido, y lo que nunca podrá ser, como manera de no verse obligado a aceptar
que ya fue. Todo el poema de Altazor repite este gesto, y todo el poema, es rechazo de la
lengua materna, de rechazo de la poesía que se había hecho hasta entonces, marca la hora de
renovar el lenguaje. Continuando con el poema, el primer canto nos da el contexto histórico-
social de Huidobro, nos habla de la Europa enterró a sus muertos, critica al hombre-hormiga,
como la desaparición de la individualidad, la humanidad se ha convertido en un solo hombre-
hormiga, reitera la pobreza del hombre al decir que el hombre del futuro se burlará de él.
Huidobro utiliza las imágenes de su poesía para crear imágenes en movimiento como se ve en
el siguiente verso que pareciera recrear el contexto posterior a la Primera Guerra Mundial:

Una lágrima caerá de unos ojos

Como algo enviado sobre la tierra

Cuando veas como una herida profetiza

Y reconozcas la carne desgraciada

El pájaro cegado en la catástrofe celeste

Encontrado en mi pecho solitario y sediento

En tanto yo me alejo tras los barcos magnéticos


Vagabundo como ellos

Y más triste que un cortejo de caballos sonámbulos

En segundo canto se habla de la mujer, pero leyendo más a fondo nos damos cuenta que la
mujer es la forma que el autor da a la poesía, que se siente destinado a estar con ella y junto a
ella

Sin embargo te advierto que estamos cosidos

A la misma estrella

Estamos cosidos por la misma música tendida

De uno a otro

Por la misma sombra gigante agitada como árbol

Seamos ese pedazo de cielo

Ese trozo en que pasa la aventura misteriosa

La aventura del planeta que estalla en pétalos de sueño

En el canto número tres, habla de la palabra como la creadora, Huidobro le da características


de mujer, dependiente y encerada, un ser al que no se le ha dejado volar libre.

Basta señora poesía bambina

Y todavía tiene barrotes en los ojos […]

Basta señora arpa de las bellas imágenes

De los furtivos como iluminados […]

El tercer poema habla también de la fuerza de las palabras que no utilizamos, de todo el
potencial perdido y la necesidad de utilizarlo.

El resto del canto es una tentativa de asesinato de la realidad aplastante al utilizar nueva
poesía, dolorosa por la concientización del poeta, pero también mágica por las nuevas formas
que toma.
Altazor es un poema paradójico en todo sentido, pues tiene plena conciencia de su fin,
pero también es consciente de lo que desea. Se enfrenta a un destino del que huye. La caída es
una alegoría del camino que quiere seguir para deslindarse de todas las formalidades vacías
que le rodean y llegar al final del viaje a su propia muerte. Es el momento de ver con claridad
todo lo establecido en la sociedad moderna, que no funciona, a medida que se le quita el
miedo inicial, adquiere conciencia que lo vuelve más crítico con lo que le rodea.  Finaliza con la
muerte de Altazor, es la figuración de la muerte del lenguaje.

I. LAS 5 IDEAS PRINCIPALES


-La proyección de un mundo devastado por el progreso tecnológico y la industria.

-La teoría del hombre-hormiga que plantea al humano como un ser autómata.

-La inconsistencia de las leyes creadas por el hombre aplicadas a sí mismo.

-El declive del cristianismo como dogma de fe y el surgimiento de una nueva era.

-La vida planteada como un descenso lento, paradójico, lleno de amarguras, decepción y
algunas dichas.

II. FUNDAMENTACION DE LAS IDEAS PRINCIPALES CON RESPECTO A LA REALIDAD

-El autor se proyecta a una realidad que hemos empezado a vivir: un siglo en el que las
fábricas, el afán progresista, el exterminio de las especies en extinción y el ser humano como
objeto son ya un hecho.

-En este siglo el hombre no vive, sino que trabaja y produce, cada vez es más frío, dejando de
lado su propia humanidad convirtiéndose en el hombre-hormiga, que no es consciente de su
propia existencia sólo de su tarea como productor y consumidor .Una realidad en muchos
países desarrollados propagada por el consumismo.

-Se toma en cuenta principalmente la ley de la conservación de las especies, afirmando que el
hombre se desgasta en pro de una ley absurda que no lo beneficia sino que más bien lo
consume y desgarra.

-En el mundo han surgido nuevas ideologías, doctrinas y escuelas de pensamiento que han
desplazado al cristianismo.

Esto se cimenta en que Altazor nació el día de la muerte de Cristo y que abrió los ojos en el
siglo en que moría el cristianismo, para Huidobro este no ha resuelto ningún problema y sólo
ha enseñado plegarias muertas, a la vez anuncia el surgimiento de una nueva era, de oráculos
y banderas.

-La situación de la sociedad actual reafirma la concepción de Huidobro de la vida como un


viaje en paracaídas. De un descenso, el hundimiento, la descomposición de lo humano la
destrucción de todo cuanto posee: “vamos cayendo, cayendo de nuestro cenit a nuestro nadir
y dejamos el aire manchado de sangre para que se envenenen los que vengan después de
nosotros.”

III. ANÁLISIS CRÍTICO

En Altazor, Huidobro sienta los fundamentos de su propia vertiente, el creacionismo, es su


obra cumbre y la narra como un viaje hacia la propia identidad poética. Aún por encima de la
subjetividad del poema, el autor trata sobre temas concretos que afectan a la sociedad.
Reniega de la poesía anterior a la suya, es en parte un poema a la poesía, a su propia poesía.
Una evolución de lo tradicional a un ámbito situado en su propia mente, extraña, angustiada y
dispersa, con sus propias reglas. Altazor es, en ese mundo, un ser universal y omnipresente, le
da forma, y cada cosa es diferente a la del nuestro pero se asemejan.

Al final el poeta llega a la cumbre de su expresión en el que la palabra común y corriene no es


suficiente. Sin duda marca un hito en la poesía contemporánea y crea una nueva escuela
poética.

IV. RESUMEN DE LA OBRA

El protagonista nace al morir Cristo, en el mundo moderno tal cual lo conocemos. Describe a
sus padres: a su padre como un ciego de manos admirables y a su madre como una mujer
dulce y a la vez fuerte. Una tarde coge su paracaídas y ve la muerte acercarse. Empieza a ver
hechos insólitos: le habla un pájaro y el mundo es un paisaje hecho de ensueños. Oye hablar al
Creador, que es nada, un hoyo simplemente.

Luego de algunos contratiempos se sienta a pensar sobre poesía y luego se encuentra con la
virgen a la que recita sus mejores poemas. Se presenta como Altazor, el gran poeta, y describe
sus facultades. Muestra la vida como un viaje en paracaídas como un destino al que no se
puede escapar. En el primer canto medita sobre su condición, su soledad por su particular
forma de hacer poesía.

Una voz como de la consciencia le reprocha el camino que ha tomado, y se resigna a seguir su
propio destino. Empieza hablando sobre la caída del cristianismo, de su inutilidad, de lo vano
que es en comparación a la nueva era que se avecina. Magnifica su propio ser por encima de
cuanto existe, Dios para él, está diluido y obsoleto. Para Altazor las leyes humanas son
absurdas.

Para él todo es dolor. La consciencia amargura y la inteligencia decepción. Se dirige al ángel


caído y lo azuza. Se entrega a la angustia y la desesperación. Sufre por todo el hombre (la
humanidad), se considera un animal metafísico cargado de congojas, un temblor de tierra,
pegado a su muerte, se considera un ser universal, Dios le debe a Altazor su existencia. Caen
las últimas religiones y medita sobre el futuro desolador que preparan las máquinas, las
fábricas y la industria toda.

Poetiza acerca del mundo trastocado por su ingenio, cada cosa en ese mundo funciona
diferente al del nuestro pero aún así se asemejan. El primer canto acaba cuando ese mundo da
a luz un árbol.

El segundo canto es una composición dedicada exclusivamente a la mujer, sus atributos, sus
porqués, sus causas, sus motivos y su imprescindible presencia en el universo

El tercer canto es un manifiesto de la vertiente que creó Huidobro, el creacionismo: “todo lo


que dice es por él inventado cosas que pasan fuera del mundo cotidiano”, y explica a sus
lectores como se escribe y lo describe finalmente como un “combate singular entre le pecho y
el cielo”. Le da un alto a la tradicional forma de hacer poesía, mostrándola como una forma
anticuada y estereotipada.

En el cuarto canto poetiza sobre varios aspectos de la vida y se pregunta qué esta pasando en
el mundo mientras escribe, enfatiza que “no hay tiempo que perder.” En una parte juega con
los nombres aún con el suyo. Canta el pájaro Tralalí en su cabeza.
Es en el canto quinto donde su poesía se desenvuelve con más libertad en su esencia
creacionista, jugando con las palabras, inventándolas, mutando su propio ser y jugando con los
molinos.

En el sexto canto pareciera que el protagonista perdiese su sintaxis o más bien la recrease: La
presunta falta de sentido es engañosa. Juega con los objetos, los dobla, deforma y contrasta.
En el sétimo canto el pájaro Tralalí se apodera totalmente de Altazor, haciéndole perder el
habla y su lenguaje natural, para pasar a la poesía en su esencia pura e inextricable, con
palabras creadas a partir del castellano, que aún sin significado preciso poseen gran
musicalidad.

TRILCE (CESAR VALLEJO)

Hay un lugar que yo me sé


en este mundo, nada menos,
adonde nunca llegaremos.

Donde, aun si nuestro pie


llegase a dar por un instante
será, en verdad, como no estarse.

Es ese sitio que se ve


a cada rato en esta vida,
andando, andando de uno en fila.

Más acá de mí mismo y de


mi par de yemas, lo he entrevisto
siempre lejos de los destinos.

Ya podéis iros a pie


o a puro sentimiento en pelo,
que a él no arriban ni los sellos.

El horizonte color té
se muere por colonizarle
para su gran Cualquiera parte.

Mas el lugar que yo me sé,


en este mundo, nada menos,
hombreado va con los reversos.

Cerrad aquella puerta que


está entreabierta en las entrañas
de ese espejo. ?¿Está?? No; su hermana.

No se puede cerrar. No se
puede llegar nunca a aquel sitio
do van en rama los pestillos.

Tal es el lugar que yo me sé.


Vallejo fue uno de los escritores más importantes del siglo XX, no solo en su
país, Perú, sino también en el resto del mundo hispanohablante. Tocó varios
géneros literarios, siendo el más destacable la poesía. De hecho, nos ha
dejado tres libros de poesía que han marcado época, los cuales vamos a
analizar en este artículo.

Si quieres conocer más sobra la obra poética de este gran escritor, a


continuación te hablaremos de su obra poética.

El libro Trilce fue el segundo escrito por César Vallejo y un antes y un después


con respecto al primero. La época en que fue escrito, tras la muerte de su
madre, un fracaso amoroso y con escándalo, el fallecimiento de su amigo, la
pérdida del trabajo, así como el periodo que pasó en la cárcel hizo que los
poemas que forman parte del libro fueran más negativos, con sentimientos
de exclusión y violencia a todo lo que había vivido el poeta.

Este poemario se compone de un total de 77 poemas, sin que ninguno de ellos


lleve un título, sino solo una numeración romana, totalmente diferente de su
anterior libro, en el que cada uno tenía un título y estaban englobados en
grupos. En cambio, con Trilce cada uno es independiente entre sí.

En cuanto a su técnica poética, hay una ruptura con respecto a lo que se


conocía del poeta. En este caso, rompe con cualquier imitación o influencia
que tuviera, se libera de las métricas y la rima, y utiliza palabras muy cultas, a
veces antiguas, que hace que sea muy complicado de entender. Además, se
inventa palabras, utiliza palabras científicas e incluso expresiones populares.

Los poemas son herméticos, cuentan la historia pero sin permitir ver debajo de
ellos, como si quiera trazar una línea entre lo que es la sociedad y lo que es el
autor. Todas sus experiencias en la época en que escribió esta obra hace que
se impregnen de dolor, angustia y un sentimiento de hostilidad hacia las
personas y la vida.

El poeta parece que nos habla del futuro, algo imposible de alcanzar, pero
también podemos interpretarlo como la imposibilidad de ser conscientes de la
realidad que nos rodea. Incluso, si somos conscientes de ella, sentimos que no
es real. Todos nos movemos teledirigidos, programados para hacer lo mismo y
la vida nos ofrece la realidad, otra opción, otro camino vital en todo momento.

El poeta ha sido capaz de reconocerla en algunos momentos, pero se le ha


escapado. A esa realidad sólo se llega con renuncia y dejando todo atrás, para
empezar de nuevo. El ocaso es la irrealidad constante de momentos reales,
presente. El poeta se da cuenta de que vivimos una vida que no es la que
realmente deseamos.

Cuando nos enfrentamos a la realidad, a nosotros mismos, la apartamos para


no caer en la tristeza, para darnos cuenta de que otro camino, otra vida es
posible. Si cerramos las puertas, si nos negamos a avanzar, dejamos de ser
nosotros. Por mucho que queramos, la puerta nunca se cierra del todo. El final
del poema es circular y en él nos expresa que él sabe de lo que habla porque
lo ha sentido.

La idea de si lo que nos rodea es realidad, es sueño, es una constante en la


literatura a lo largo de los siglos. Ya sea a de manera narrativa, poética, teatral,
etc., esta idea se nos presenta en muchos textos con una relevancia
significativa. Si bien es cierto que la realidad es algo que tenemos frente a
nosotros, muchos autores se preguntan si esto que vivimos, queremos y
sentimos, realmente es lo que queremos hacer, es lo que queremos ver y
reconocer, o es una pantalla o una cortina de humo que nos ponemos frente a
nosotros para no evolucionar, para no cambiar.

En este caso el poeta se enfrenta a varias opciones, destacando entre ellas la


de quienes aceptan la realidad tal cual es, la que nos muestra una opción
diferente pero la apartamos de nosotros porque implica un cambio profundo en
todo lo que hasta ese momento habíamos recorrido, nuestro camino y también
la opción del cambio, la de evolucionar en otra dirección. El poeta no sugiere
ninguna pero sí que él toma la de aceptar la vida como le ha venido y no ver
más allá de lo que tiene. Es una forma de verlo muy conformista.

ABRIL ROJO (Santiago roncangliolo)


Jueves 9 de marzo
Comienza con un informe realizado por el fiscal distrital adjunto Félix Chacaltana
Saldívar (personaje principal de la obra), fechado el 8 de marzo del 2000, en el cual se
relata cómo Justino Mayta Carazo había encontrado un cadáver carbonizado en
inmediaciones de la localidad de Quinua, en extrañas circunstancias después de las
celebraciones del carnaval. Una vez redactado y corregido el informe, se dirigió a la
comisaria de la localidad dispuesto a ubicar al Capitán Pacheco, el sargento que lo
atendió mostró una actitud hostil y luego de hacerlo esperar 8 minutos le dijo que no
podía atenderlo en el transcurso de la semana.
Luego se dirige al Hospital Militar a buscar al médico legista para recabar un informe,
pues había sido asesinada carbonizada otra persona y a esta le habían extraído uno
de sus miembros superiores, esta escena deja desconcertado al fiscal, a quien el
médico legista Faustino Posadas no daba importancia, pero que el fiscal distrital
adjunto atribuía a rebrotes terroristas y esto era lo que lo exasperaba del médico
legista.
Después de ir a las autoridades le toman como loco y demente y luego para
consolarse se dirige a un restaurante a tomar un “matecito” (infusión de hierbas) y a
comer un plato de Trucha Frita, pero en su nerviosismo e quema la boca con el mate y
la jovencita que atendía se ríe de él, más tarde el fiscal se enamoraría trágicamente de
ella. Pero lo que le da sentido a la novela es que el fiscal trata de alertar a las
autoridades competentes por todos los medios posibles pero nadie le otorga la debida
importancia. Su esposa le había abandonado porque no tenía aspiraciones y el estaba
encaminado a conseguirlas ahora que tenía a oportunidad.
Después de esto el personaje principal se dirige a su casa (de su madre fallecida), y
se sienta en su cama y e habla imaginariamente. Le había llegado la invitación para el
desfile del domingo.
Domingo 12 de marzo/ Martes 21 de marzo
El desfile comienza con la presentación de las diferentes fuerzas armadas, entre ellas
los Húsares y los Rangers, para Félix Chacaltana Saldívar era un orgullo escuchar el
himno nacional y las melodías patriotas, ahí se presenta a Carlos Martín Eléspuru,
quien sería del Servicio de Inteligencia, luego insiste en obtener los informes para
completar unos documentos que debía tener.
Cuando se presenta al alto mando tiene la oportunidad de alertar a las autoridades de
los acontecimientos y relacionarlos con los ataques senderistas y ese es el punto de
partida de la obra: aquel incidente (se burlan de él llamándolo paranoico).
Pensó en su esposa Cecilia y aquellos fracasos de lo que fue su matrimonio, ya no le
importaba la realidad, luego de que terminara la pesadilla de aquella noche, solamente
había sido cuestión de orgullo.
Fue de nuevo al restaurante y pidió que le sirvan algo, pero ese día sólo había cuy
chactado; al ver el cadáver del animal en el plato, le vinieron los recuerdos de aquel
suceso y que al final el tema de la muerte suscita conversación y allí se entera por
medio de Edith (la jovencita que le había atendido al principio en el restaurante) lo de
la Iglesia Del Corazón de Cristo. Abandona rápidamente el local y se aproxima a
pasos raudos a la iglesia en la cual conocerá al Padre Quiroz, párroco del Corazón De
Cristo. Fue allí en donde se entera lo del crematorio de la iglesia y el que fuera
construido a petición del comando militar allí para no generar sospechas. También
averigua que el ministro religioso había despedido hacía días a un trabajador que
posiblemente tenía una copia de la llave del crematorio.

Cabe recordar a lo largo de la novela se pueden leer algunos manuscritos con


bastante deficiencias ortográficas que serán del comandante Carrión, quien estaría
detrás de los asesinatos al final.
Después de interrogar a Justino Mayta Carazo, se da con una sorpresa, el
supuestamente asesino podría ser hermano de este y redacta un informe de su
hallazgo.
Jueves 6 de abril / Domingo 9 de abril
Una vez ya resuelto el problema, Félix Chacaltana Saldívar ya era tratado con respeto
y los elogios y simpatías no se hicieron esperar, parecía que ya tenía jerarquía, las
solicitudes pidiendo una nueva máquina de escribir fueron contestadas, pronto le iban
a asignar otro trabajo: El puesto de Fiscal Electorero le estaba esperando, una
localidad desconocida: Yawarmayo. Su bus salía en dos horas y fue al restaurante a
despedirse de Edith, luego corrió a su casa a preparar sus maletas, y sale con destino
a abordar el bus, luego en el camino de trayecto que era de noche y había una lluvia
copiosa, se despierta, los de las FFAA habían interceptado el bus, y pedían
identificación a los pasajeros, a quienes se les rompía su documento de identidad en
sus caras, pero esta vez no fue así y el Fiscal electorero llegó sin inconvenientes a
Yawarmayo, llega al amanecer y tenía que caminar dos horas más del sitio donde le
había dejado el bus, al llegar se da con un inusual espectáculo, perros muertos
colgando de los postes de alumbrado.
Se da cuenta de las faltas que cometía el personal militar en el centro poblado y cómo
en marco de las elecciones se estaba dando publicidad indebida a Alberto Fujimori y
cosas así que hacían exasperar al militar. En este pueblo lo aloja una familia quechua
hablante que le pide monedas a cambio, llega la noche y el cerro arde en llamas, la
familia asustada de otra manera le trata de informar que se retire.
Chacaltana acude a la comisaria en busca de ayuda y queda dormido después de los
incidentes, llega el comandante Carrión que le da elogios y muestras de apoyo por su
eficiente gestión, pero en lo que menos se esperaba se da una leva y en el marco de
las elecciones esto era ilegal y así logra que se le amoneste por enésima vez. Luego
logra ver a Justino Mayta Carazo y va en su búsqueda dispuesto a perseguirlo, Ahí es
donde se le confirma que el terrorista era en realidad hermano de este. Se dan las
elecciones llegan los periodistas y se realizan los comicios, había ganado el candidato
opositor, pero por radio se enteran que en realidad había ganado el presidente.
Lunes 10 de abril/ Viernes 14 de abril
En esta sección nos encontramos con un informe que realiza el de nuevo fiscal distrital
adjunto, porque se le ascendió como fiscal electorero, Félix Chacaltana Saldívar; quien
en la anterior semana fue víctima de agresión por parte de Justino Mayta Carazo,
cuando este se encontraba realizando pericias por los campos y los cerros en
Yawarmayo, ahora miembros del Ejército Peruano proceden a realizar una
intervención y allanamiento a su domicilio en el centro poblado de Quinua en donde
proceden la detención de forma violenta del hermano de este: Edwin Mayta Carazo,
tratando de hacerle confesar que era terrorista y utilizando métodos muy violentos
como colgarlo de las muñecas al techo o intentar ahogarlo en agua. Su señora madre
que es viuda fue agredida y sufrió rotura de su mandíbula, igualmente Justino Mayta
sufrió rotura del fémur de la perna izquierda, y procedieron a llevarse a Edwin a la
base militar en Vischongo. Una vez redactado el informe le empezaron a llegar las
felicitaciones, pero en los urinarios escuchó que el comandante Carrión lo había
aislado porque ya no confiaba en él.
Luego trata de buscar pistas sobre Edwin Mayta Carazo en la sección de denuncias
desestimadas y descontinuadas encuentra una denuncia por volar torres eléctricas, y
otro de Hernán Durango Gonzáles, alias camarada Alonso, quien purgaba condena a
cadena perpetua en el penal de máxima seguridad de Huamanga.
Luego de dirigirse al penal dispuesto a interrogar al preso Durango, este es despedido
varias veces por el cabo que estaba a cargo de la portería, pero intento tras intento
logra que se le atienda y logra conseguir una entrevista con el terrorista: En este
interrogatorio sale él algo confundido y piensa que mejor hubiera mantenido su
presencia en otro lugar, el terrorista logra infundirle miedo y sale apresuradamente.
Cuando sale, lo aborda el coronel Olazábal quien estaba a cargo del recinto
penitenciario, para manifestarle que ya hacía mucho tiempo estaba en este cargo y
que si le pudiera pedir por intermedio de él al comandante Carrión un ascenso.
Salió apresuradamente para ir al restaurante a ver a Edith, quien esta vez mostraba un
genio molesto, manifestándole su disgusto y le enseño un vestido que se había
comprado para acompañarlo a los ágapes. Contristado el fiscal se disculpa y le
confiesa lo a nadie confesó: que era un cobarde y que no era importante, que cuando
trataba de hablar nadie le escuchaba y que no entendía nada y que eso le daba
miedo. Luego se dan las acaloradas escenas de ambos en la casa de este; en donde
casi llegan a la consumación del acto sexual.
Luego los militares irrumpen en su domicilio y se lo llevan a una zona lejana, donde
ascendiendo por los cerros logran ver una fosa rellenada por partes humanas y cómo
la viuda de Carazo trataba de abrirse paso, tuvieron que golpearla y dejarla del otro
lado, pero los militares, jamás matarían a una madre.
También se le mostró un cuerpo con extremidades desmembradas como si se
quisiese armar un Frankestein de ayacuchanos y que el cuerpo carbonizado en
Quinua era del Perro Cáceres, y también le reveló lo siguiente: Pero además de las
que dijo, es el décimo aniversario de la muerte de Edwin Mayta y el fin de la primera
cosecha del 2000: «La cosecha de sangre de la lucha milenaria», como dicen ellos.
Ahí el comandante Carrión le prohíbe hablar del tema y le entrega una pistola,
apoyándolo decididamente en sus pericias, ya que él estaba preocupado por ser la
siguiente víctima.
Sábado 15 de abril/ Miércoles 19 de abril
En estas fechas, Edith y el fiscal pasan tiempo juntos en festividades de semana
santa, y el fiscal se encuentra nervioso, preocupado; pero antes a eso de las 11:00 AM
fue a visitar al padre Quiroz, pero estaban discutiendo sobre el recorrido de la
procesión. Luego el fiscal lo aborda mencionándole el nombre de Justino Mayta
Carazo que había sido reportado como muerto en el cerro Acuchimay y comido por
gallinazos. Extrañado el padre, le comenta que era un ladronzuelo y en la
conversación que tiene lugar en el comedor de la iglesia sostienen una conversación
acerca de las prácticas paganas de la gente, y de lo relacionado con la semana santa
que tenían los asesinatos, como miércoles de ceniza, viernes de dolor…
Algo confundido y contrariado sale a comunicarle al comandante Carrión la
conversación sostenida con el sacerdote y lo de la celebración de la muerte. Algo
decepcionado Carrión le dice que los sacerdotes eran como mujeres chismosas, y
también le refiere acerca de algunos planes que ya estaba preparando como pedir que
los militares patrullaran la ciudad vestidos de civiles en las festividades de semana
santa en Ayacucho. Le recuerda lo de la pistola y que la debía levar ya que él y el
comandante Carrión eran víctimas potenciales.
El fiscal va a su casa y Edith va a visitarlo, le comunica que todo el mundo sabe que
ha estado con el padre Quiroz y que el pueblo es muy pequeño que por eso todos
saben todo y le pregunta cuando la llevaría a Lima, la situación descrita al comienzo.
El capitán Pacheco lo aborda y le dice porqué le gusta tanto fastidiarlos y luego se oye
una detonación y el fiscal y otros agentes corren a perseguir a los muchachos que
habían causado la detonación.
Ingresan a una tienda en la cual atendía una jovencita de unos catorce años, pero
cuando se agacha en el mostrador para despachar unas galletas, el agente salta y le
apunta a la cabeza amenazándola de matarla si alguien de la familia intentaba hacer
algo, y del interior logran hacer salir a dos jóvenes, a uno de ellos lo reconoció el fiscal.
Afuera los violentan y se los llevan a la comisaría.
El día lunes acude nuevamente al penal de máxima seguridad encaminado a
entrevistar por segunda vez al terrorista Durango, donde le cuenta lo que pasó con la
camarada Alina y el pequeño receptor de radio que tenían y también lo del fiscal que
los declaró amotinados cuando se negaron a entregar el aparato, donde a garrotazos
a hombres y mujeres los golpearon hasta dejarlos inconscientes en el piso.
Luego en casa con Edith el trata de hacer el amor peor ella no se lo permite, un poco
avergonzado cuando ella le señala el retrato de su madre. Luego se muestra otros de
los manuscritos llenos de errores ortográficos.
Jueves 20 de abril
Comienza con un informe en el cual Hernán Durango, el camarada Alonso había sido
reportado como desaparecido de su celda, procedieron en su búsqueda y luego las
autoridades vislumbraron una fogata en las cercanías de los cerros en el cual estaba
clavado por las muñecas y con una corona de alambre de púas una persona que más
tarde sería identificada como el terrorista prófugo. Donde el médico legista analizan
cómo fue asesinado, las huelas de los desgarros, lo de la coronas de púas, las heridas
que manaban sangre, luego deja el informe donde la recepción al comandante Carrión
y decide ir a la iglesia donde el padre Quiroz, pero esta vez a confesarse diciendo que
él había matado a esas dos personas, que todas las personas con quien conversa
acaban muriendo por alguna extraña razón, y es ahí que el padre le dice: Hijo, la
demencia terrorista no conoce de razones ni de sentimientos. Si te dejas destruir
moralmente por ellos, los estás dejando ganar. Eso es lo que ellos quieren. Que te
derrumbes. Entonces su labor será más fácil.
Entonces le comenta lo de las creencias que tenían ellos, como lo de Inkarri, lo de
Túpac Amaru, lo de los tres días libres que tenían para pecar…
Le comenta de las personas que hablan bien de él como Edith Ayala, a quien el padre
reconoce y afirma que sus padres eran terroristas, va a la dependencia policial a
buscar al comandante Carrión, pero esta vez estaba pasando por una etapa de
depresión y el comando en Lima había ordenado su pase al retiro, ahí se da el diálogo
siguiente:
¿Luchar contra el mar? Porque eso es lo que estamos haciendo. He estado leyendo
después de todo en estos días de encierro. Ayacucho es un lugar extraño. Aquí estaba
la cultura Wari, y luego los chancas, que nunca se dejaron sojuzgar por los incas. Y
luego las rebeliones indígenas, porque Ayacucho era el punto medio entre Cuzco, la
capital inca, y Lima, la capital de los españoles. Y la independencia en Quinua. Y
Sendero. Este lugar está condenado a bañarse en sangre y fuego para siempre,
Chacaltana. ¿Por qué? No tengo ni idea. Da igual. No podemos hacer nada. Le
sugiero que se vaya usted también. Ya debe estar fichado, usted será el siguiente.
Como último favor le dio una hoja membreteada y firmada que redactó su secretaria
para que el capitán Pacheco y el juez Briceño hagan efectiva, en lo que refería para
redoblar la seguridad. Pero notó enseguida su desidia, y desinterés por el asunto.
Esa noche tuvo una pesadilla, despertó algo asustado y cogió la pistola y salió a la
calle.
Viernes 21 de abril
Eran las dos y media de la madrugada, cuando el fiscal llegó a la casa parroquial, pero
esta vez ruidos extraños llamaron su atención, estos provenían del interior de la
iglesia, trató de ingresar, tocando el timbre primero y luego después tratando de
introducirse por la pequeña ventana que había por el callejón, tratando de hacer esto
se topó con dos personas que mantenían relaciones sexuales y que la mujer lo mandó
a la mierda (literalmente). Después se acercó a la puerta y notó que se encontraba
abierta e ingresó al lugar, se escuchaban pasos y ruidos extraños, desenfundó la
pistola que llevaba consigo y lanzó amenazas a las paredes, pero en esos
movimientos se da con la ingrata sorpresa: el padre había sido asesinado hacía unos
minutos, pero que se le derrama el ácido y termina dejado huellas dactilares y rastros
de sangre al intentar escapar y forzar la puerta de entrada en la cual el asesino le
había dejado encerrado con llave. Desesperado sale y se dirige a la casa de Edith y en
su pánico toca fuerte la puerta y el timbre y la señora Dora le llama la atención. A la
mañana siguiente sostiene una conversación con Edith y termina abusando
sexualmente con ella. Luego va a la comisaría a entregarse y dispuesto a confesarlo
todo. Pero el capitán Pacheco acaba disculpándose con él y el fiscal Chacaltana
procede a elaborar un informe del asesinato. Luego pasa toda la tarde buscando
casos desestimados y denuncias por desaparición, luego inconscientemente busca el
nombre de Edith en los archivos y descubre la historia de sus padres, lo de sus visitas
a Hernán Durango y no soporta más y va en su búsqueda olvidando la escena de la
mañana acontecida, se topa con ella en el restaurante y luego en una conversación
acalorada en una desolada calle; luego de que ella confesara amenaza con disparar
de la pistola que llevaba consigo y desiste. Luego de llorar ya era la medianoche.
Sábado 22 de abril/ Domingo 23 de abril
El fiscal se levanta y se dirige a la casa de Edith, que había sido asesinada y
descuartizada, con un gesto de desesperación rabia, autocompasión; las pruebas
empiezan a apuntar en su contra y se lo llevan en un patrullero y lo recluyen en una
celda, donde tiempo después se inicia el interrogatorio y se le empieza a confundir
como autor material de los delitos: Muertes hacia Justino Mayta, el padre Quiroz y
ahora Edith, el mundo se le vino abajo. Luego de perder casi su autoconfianza
recupera su aplomo y empieza su defensa, a quien hace titubear y dudar al
interrogante, manifestándole que lo quieren incriminar, y se le abalanza al capitán
Pacheco en el cuello apretándolo de forma que no había hecho antes y recordando
cómo se lo oprimió a él Justino en vida. Sintió un porrazo y se desvaneció, tuvo un
último sueño, un Fankestein con cuerpo deforme, tronco de mujer, extremidades
diferentes y la cabeza de él. Despierta, pero lo arrastran y el capitán Pacheco le dice
que tiene vara y que con quién está en este asunto, que lo de inteligencia, y de los
amigos importantes que tiene, por último va a la comandancia militar donde le cuenta
lo ocurrido al comandante Carrión y lo sucedido, este ya se estaba preparando a
retirarse juntando todas sus cosas en una maleta (fotos de promociones, ropa).
Después de saludarse, pasa algo inusitado, el comandante parecía triste y el fiscal le
menciona que los asesinatos no eran realizados por parte de Sendero, extrañado el
fiscal le comenta que esta vez sospechaba de él, donde se da el siguiente diálogo:
“Usted era el único que podía enviar mis informes a la policía porque era el único que
los tenía, comandante —la voz del fiscal había subido de volumen y de autoridad—.
También era el único que conocía todos mis movimientos. Y el único interesado en
borrar su pasado, durante los ochenta. Pacheco fue destacado a Ayacucho mucho
después y lo único que quería era largarse. Igual que Briceño, igual que todos.”
Ya casi a la parte final, después de todos los asuntos de los que se había ocupado el
fiscal, el comandante Carrión le confiesa acerca de las muertes misteriosas y de cómo
el primer cuerpo carbonizado que encontró en Quinua era de Cáceres y que el horno a
media quema se malogró; de cómo asesinó a Justino; lo de Durango y últimamente el
asesinato de Edith. Llegaron a un rodeo verbal y el apagón de luz que sucedió en la
oficina y la voz de Carrión que trataba de confundirlo, mencionándole lo del mejor
cómplice y cosas como que con quién hablaba terminaba muriendo. Alzó la pistola el
aún fiscal apuntando siempre en dirección de la voz, pero lo que disparó el primer
gatillo fueron los recuerdos que el aún comandante Carrión le hacía evocar al aún
señor Fiscal, de cómo conoció a su padre y lo del incendio de su casa cuando era niño
con una lámpara de Queroseno o aceite, y fueron cinco disparos los que dio el aún
Fiscal, pero que fueron el tercer, cuarto y quinto disparo los que acabaron con la vida
de Carrión. Algo ofuscado con lo sucedido Félix Chacaltana Saldívar, sale a la calle y
se confunde con la multitud; luego de hacer una reverencia a Cristo.
Miércoles 3 de mayo
La obra termina con un informe del agente de inteligencia Carlos Martín Eléspuru,
donde se le atribuye la autoría de todos los crímenes cometidos al fiscal Chacaltana,
donde asimismo se informa que el paradero de Chacaltana es desconocido, y que
inteligencia asegura haberlo ubicado en las localidades de Vischongo y Vilcashuamán
en circunstancias en que trataba de organizar «milicias de defensa» con fines poco
esclarecidos. Nuestros informantes afirman que el susodicho fiscal mostraba señales
ostensibles de deterioro psicólogico y moral, y que conserva aún el arma homicida,
que empuña constante y nerviosamente a la menor provocación, aunque carece de la
respectiva munición.
Y para que así conste en acta, lo firma, a 3 de mayo de 2000.

PALACIO QUEMADO (EDMUNDO PAZ SOLDÁN)


Uno de mis descubrimientos literarios de los últimos tiempos ha sido el boliviano Edmundo Paz
Soldán. Pese a que lleva publicando desde los años 90, ha sido en 2016 y 2017 cuando he
tenido la oportunidad (y la suerte) de conocer su obra a través de los recientemente
publicados "Las visiones" y "Los días de la peste". Y tanto me han gustado que me he lanzado a
buscar obras anteriores.

Es así como he llegado a este "Palacio Quemado", obra publicada allá por el año 2007, que si
bien en primera instancia puede parecer una obra absolutamente diferente de las dos ya
citadas, tras su lectura observamos que guarda algunos puntos en común.

Entre las diferencias, la más clara es meramente formal. En "Palacio Quemado" nos
encontramos con una novela mucho más convencional que en "Los días de la peste". Mientras
en esta última la trama se narra "en tiempo real" a través de múltiples personajes con voces
perfectamente diferenciadas, en aquella el narrador es único y la narración, lineal con
importantes flashbacks, se produce algunos años después de los hechos. Por otra parte,
mientras "Las visiones" y "Los días de la peste" podrían englobarse dentro del género distópico
(con algunas reservas, eso sí), "Palacio Quemado" es, al mismo tiempo, novela histórica e
intriga política.

"Palacio Quemado" está ambientada en el mandato de Sánchez de Lozada y en las protestas,


lideradas por Evo Morales, que acabaron con la renuncia del presidente. Es la historia de
Oscar, un hombre de unos 35 años que trabaja como "escribidor" de discursos para el
presidente Canedo (trasunto aquí del ex-presidente boliviano Sánchez de Lozada). Es Oscar un
tipo sin ideología, un escritor que no cree en lo que escribe, sino en escribir acerca de lo que
otros creen. Es, por otra parte, hijo de un ex-ministro, lo que sirve a Paz Soldán para
desarrollar paralelamente la historia personal de Oscar y la historia reciente de Bolivia, ambas
marcadas por hechos un tanto turbios.

En cuanto a los puntos en común con los libros más recientes de Paz Soldán, destacaría que, en
el fondo, "Palacio Quemado" también gira, fundamentalmente, en torno al poder y a la
violencia, ejercitados ambos tanto en un plano individual como colectivo. Además, Paz Soldán
sitúa a los personajes de los tres libros en situaciones o escenarios "límite", en los que se
pueden apreciar las fortalezas y debilidades del ser humano.

En resumen, se trata de una novela más que recomendable, especialmente para interesados
en política latinoamericana, creíble, con buenos diálogos y personajes y tramas bien
construidas y desarrolladas,. Eso sí, es menos arriesgada, y por esto quizá más accesible
al "gran público", que sus obras más recientes.

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