Cuatro palabras unidas me ayudan a poder completar esta hoja en
blanco mientras suena Yan Tiersen de fondo. Estoy aburrida quiero jugar un rato y me encuentro en esos momentos en que me cuesta escribir. Mi tarea solo depende de elegir cuatro letras y cuatro números del 1 al 43, tomar un diccionario y ver que sale. Procedo a buscar esa enciclopedia más que diccionario por su tamaño que usaba en mis tareas escolares, épocas de antaño, ahora con internet son objetos que casi quedan obsoletos. Antes de arrancar el juego siento la necesidad de contar cuantas palabras hay en una de sus hojas, está en la letra G, justo esta no la elegí, la cantidad de palabras son 81 casi el doble de lo que pensé en un principio. Entre las cuatro letras que elegí están la M, la R, la W y la U; acompañadas por los números: 4, 28, 23 y 9. Procedo a buscar la M, seleccione una hoja al azar y se abre justo en la letra M, el número de la página es 531 y como creó en las coincidencias la M va a ir con el número 9; así que comienzo a contar desde la primera palabra que se asoma. El primer término que emerge es MUEBLERÍA. El que le sigue es Rúbrica que la saque con el número 23 y está en la página 673. Espero antes de ir en la búsqueda de la tercera, hago tronar mi cuello y abro la puerta del pasillo para que la perra deje de llorar. Ya no tuve tanta suerte como al principio de abrir la hoja en la letra buscada, al tercer intento de encontrar la W sale la palabra WESKER. Falta la última palabra para leer y empezar a redactar el mensaje a mi ser interno, si soy de esas que creé que abriendo la página de un libro le pueden predecir el futuro, medio extremista pero bueno. La cuarta palabra es UAU-UAU que es un mono de la Isla de Java, el cual intento googlear pero no encuentro nada sobre él, hasta que me percato que es lo mismo que los Gibones, que por cierto no son monos porque no tienen cola, se coincidieran simios hominoideos. Me detuve a leer sobre el simio en cuestión, que obviamente está en peligro de extinción como casi todos los animales en nuestro planeta gracias a la tala indiscriminada de árboles o al tráfico de animales. Cuanto más leo sobre él más me identifico y me siento de su familia, “especie”, como los UAU-UAU creo somos herbívoros y no carnívoros, pero bueno estamos domesticados, perdónenos. La frase quedo así: Mueblería rúbrica Wesker Uau-Uau Interesante, así sueltas tal vez no reproduzcan nada, pero uniéndolas en pequeñas frases tal vez puedan producir mucho sentido. Por mueblería interpretaré nuestras vidas, muebles que se encuentra siempre en proceso de construcción y están a la venta, ya que si no dejan de ser parte del sistema. Y para ello necesitan de la rúbrica, que seríamos sin un lineamiento de nuestros criterios y formas de pensar, sin los sentidos comunes impuestos por entidades, calificaciones de la universidad, escuelas o tan solo sin una firma para identificarnos. ¿Verdaderamente tenemos una evaluación y autoevaluación justa con la vida? ¿Qué función cumplieron todas esas palabras rúbricas que consumimos y consumiéremos por años? Me quedo con la idea de palabra y lo atraigo a Wesker, que se llamaba Arnold, un dramaturgo londinense que utilizo mucho las palabras e intento reproducir lo que él concebía sobre la vida en sus obras de teatro. Casualmente también es el nombre del ventrílocuo, gran villano de los comics de Batman, los comunistas villanos… En fin, creó que este autor ha dejado en claro que quien no respeta el código o el canal es expulsado del círculo, estos serían catalogados como muebles defectuosos en la mueblería, antiestéticos para lo sociedad de masas. Para que la rúbrica de ese mueble sea reconocida necesita publicidad, obviamente hablando es términos totalmente estéticos, aquí entran las tendencias sociales, políticas o culturales. Hay que aprender a moldear nuestro núcleo y así darle forma a nuestro tronco, corazón. En el fondo somos unos pequeños y hermosos primates llamados UAU-UAU que estamos en peligro de extinción por nuestra demencia humana.