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Cecyte plantel romita

Mario Alfredo Vargas castro


Producción industrial de alimentos
Realizar procesos de transformación a cereales
Lili
Las consecuencias sobre el consumo de harinas
6e
1. Aumentan el riesgo de diabetes

Las personas que ingieren este ingrediente todos los días tienen un alto riesgo

de sufrir de diabetes en comparación con aquellos que eligen las harinas

integrales.

Estas contienen altos niveles de hidratos de carbono simples, los

cuales producen picos altos de azúcar al no ser empleados como fuentes de

energía para el cuerpo.

En específico, la amilopectina, uno de sus carbohidratos, se convierte con


facilidad en azúcar y afecta los niveles de glucosa en la sangre.
2. Producen sobrepeso

Los alimentos elaborados con harinas refinadas o azúcares refinados son uno

de los responsables del aumento de peso corporal y las dificultades

metabólicas, según asegura esta investigación realizada por el Hospital La Paz

de Madrid.
El consumo de este ingrediente es uno de los mayores obstáculos para
quienes buscan bajar de peso de forma saludable.
Sus hidratos de carbono ralentizan el ritmo del metabolismo y, al aumentar
la glucosa de la sangre, eleva la acumulación de grasa, sobre todo en la
zona abdominal.
Por otro lado, ya que no son saciantes, elevan la ansiedad por la comida.

3. Dificultan la digestión

Una de las características de este tipo de harinas es que, debido al proceso al

que son sometidas, la gran mayoría de su fibra dietética se desaparece.


Fruto de esto, tras ser ingeridas, se producen enfermedades en el sistema

digestivo y el colon.
La poca cantidad de fibra causa dificultad en la digestión del alimento y, a
su vez, genera estreñimiento e inflamación. De hecho, son alimentos no
recomendados en dietas para esta afección, según afirma el Hospital
Clínico Universitario de Valladolid (España) en este estudio.
Por otro lado, también produce alteraciones en la flora bacteriana del
intestino, aumentando los gases, la indigestión y el dolor.

4. Aumentan el riesgo de enfermedades inflamatorias


Las personas expuestas a factores de riesgo de enfermedades inflamatorias

como la artritis deben mantener excluir este ingrediente de sus planes de

alimentación, según afirma la propia Arthritis Foundation

Aunque en porciones mínimas no genera reacciones significativas, su ingesta

habitual puede desencadenar respuestas inflamatorias por parte del sistema

inmunitario.
Esto se le atribuye a los desequilibrios que produce en la glucosa de la
sangre, la cual interfiere en las funciones que transforman las proteínas en
fuentes de energía para el cuerpo.
Al acumularse genera una reacción llamada glicación, lo que produce un
proceso inflamatorio en los tejidos sanos.

5. Pueden producir intolerancias

Las intolerancias alimentarias producen reacciones inflamatorias en el

organismo y una amplia variedad de síntomas digestivos que afectan la calidad

de vida. Estas pueden estar ocasionadas por la larga exposición en el tiempo a

los aditivos y químicos presentes en los alimentos procesados, tal y como

asegura este informe del Centre Mèdic Atlántida (Barcelona).


Las harinas refinadas contienen altos niveles de gluten, un tipo de proteína
de difícil digestión que puede producir este tipo de problemas.

6. Elevan el riesgo de depresión

Mientras que comer alimentos refinados produce una ligera sensación de

placer momentáneo, la acumulación de sus hidratos de carbono se relaciona

con la tendencia a tener depresión y bajas en el estado de ánimo, tal y como

afirma este estudio realizado por la Universidad Autónoma de Nuevo León

(México).
Estas sustancias, que elevan la glucosa en la sangre, alteran la química del
cerebro y producen una sensación de cansancio físico y mental.
Están vinculadas con los trastornos de sueño y la reducción de la
productividad durante las tareas cotidianas.
Lejos de brindarle energía al organismo, generan sensación de fatiga y
somnolencia.
Esto explica por qué, tras comerlas, algunos se sienten bajos de ánimo y
con la necesidad de tomar una siesta.

¿Sueles consumir este alimento como parte de tu dieta habitual? Si es así, y

muchos de tus productos lo contienen, procura tomar medidas para empezar a

limitar su ingesta lo antes posible.

Aunque es difícil eliminarla por completo de la dieta, hay muchas alternativas

saludables que ayudan a remplazarlas en una amplia variedad de recetas.

Si bien puedes pensar que no te hacen mal, tras reducir su consumo te darás

cuenta de cuán beneficioso es para tu cuerpo.

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