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C/ MIGUEL LUIS ALCAÍNO ALEU, FERNANDO DAVID HERNÁNDEZ

SALAS, NELSON MAURICIO LARA MESA, CRISTIAN ALEJANDRO


AVILÉS TRIGO, HÉCTOR ANDRÉS VALENZUELA SILVA, MAURICIO
ANDRÉS LUCIANO RIVERA MEZA y KAREN JACQUELINE MAULÉN
GONZÁLEZ.
CONTRABANDO, COHECHO, SOBORNO, MALVERSACIÓN DE
CAUDALES PÚBLICOS, FRAUDE AL FISCO, USO MALICIOSO DE
INSTRUMENTO PÚBLICO FALSIFICADO, COMERCIO ILEGAL,
COMERCIO CLANDESTINO, ASOCIACIÓN ILÍCITA [ABS.]
R.U.C. : 1400190458-3.
R.I.T. : 151-2016.

San Antonio, nueve de abril de dos mil dieciocho.


VISTO, OÍDO Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Individualización.-
Con fecha doce, trece, catorce, quince, dieciséis, diecinueve, veinte,
veintiuno, veintidós, veintitrés, veintiséis, veintisiete, veintiocho, veintinueve de
marzo y siete, nueve y diez de abril, ante esta sala del Tribunal de Juicio Oral en lo
Penal de San Antonio y en audiencia integrada por los jueces Sergio Ortiz
Huechapán, Claudio Espinoza Asenjo y Luis Araya Ávila, se lleva a efecto el
juicio oral de la causa R.U.C. N°1400190458-3, R.I.T. N°151-2016, seguida en
contra de: 1.- Miguel Luis Alcaíno Aleu, cédula de identidad Nº6.275.955-0,
nacido el 26 de septiembre de 1954, 63 años, casado, administrador, domiciliado
en Pasaje Marco Echeñique Nº833, condominio Las Palmas, comuna de Maipú,
cuya defensa es ejercida por los abogados Gastón Ormeño Karzulovic y Carlos
Muñoz Sánchez; 2.- Fernando David Hernández Salas, cédula de identidad
Nº6.068.610-6, nacido el día 6 de abril de 1956, 61 años, casado, comerciante,
domiciliado en calle Lago Albano N°18.532, Ciudad Satélite, comuna de Maipú,
cuya defensa es ejercida por el abogado Cristian Mardones Flores; 3.- Nelson
Mauricio Lara Mesa, cédula de identidad Nº8.278.965-0, nacido el 19 de
diciembre de 1959, 58 años, comerciante, casado, domiciliado en Quinto Sector de
Playa Ancha, Block 2 C, departamento N°41, comuna de Valparaíso, cuya defensa
es ejercida por el abogado Cristian Mardones Flores; 4.- Cristian Alejandro
Avilés Trigo, cédula de identidad Nº15.089.424-7, nacido el 23 de febrero de
1983, 35 años, casado, comunicador y relacionador público, domiciliado en
Avenida Los Eucaliptus 101, Departamento 201, Módulo I, Barrio Golf Nº101,
comuna de Santo Domingo, cuya defensa es ejercida por el abogado José Luis
Andrés Alarcón; 5.- Héctor Andrés Valenzuela Silva, cédula de identidad
Nº8.581.889-9, nacido el día 14 de diciembre de 1961, 56 años, divorciado, asesor
ambiental, domiciliado en Del Canelo N°302, oficina 4, Llolleo, comuna de San
Antonio, cuya defensa es ejercida por el abogado Luis Giadach Nazarit; 6.-
Mauricio Andrés Luciano Rivera Meza, cédula de identidad Nº12.641.731-4,

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nacido con fecha 17 de septiembre de 1974, 42 años, 43 años, casado, trabajador
independiente, domiciliado en pasaje Rio Blanco 3461 Villa San Marcos,
Recoleta, cuya defensa es ejercida por el abogado Luis Giadach Nazarit y; 7.-
Karen Jacqueline Maulén González, cédula de identidad Nº10.552.498-6,
nacida el día 6 de marzo de 1968, 50 años, contadora, casada, domiciliada en Las
Violetas K-26, comuna de Santo Domingo, cuya defensa se ejerce por los
abogados Ismael Argandoña Concha y Héctor Petit Moreno.
A su turno, la acción penal es sostenida por el Ministerio Público (en
adelante M.P.) representado por el fiscal Maximiliano Krausse Leyton; por el
Consejo de Defensa del Estado (en adelante C.D.E.) representado por la abogada
Rossana Antonucci Salinas; por el Servicio de Impuestos Internos (en adelante
S.I.I.) representado por la abogada María Elena Quintana Oyarzo y Carla Herrera
Cordero; y por el Servicio Nacional de Aduanas (en adelante S.N.A.) representado
por la abogada Claudia Cueto Estay.
SEGUNDO: Acusación del M.P.-
La acusación del ente persecutor es:
1.- Hechos punibles.
Se deduce acusación por seis hechos, bajo el siguiente relato (Sic):
1.1.- Hecho N°1: Asociación Ilícita.
<<Desde fines del año 2013 hasta la fecha de su detención, los acusados
Miguel Alcaíno Aleu, Fernando Hernández Salas, Nelson Lara Mesa y Cristian
Alejandro Avilés Trigo formaron parte de una organización estructurada, en la
cual cada uno de ellos cumplía funciones determinadas, la cual estaba dedicada a
la comisión reiterada, sistemática y permanente de variados delitos tales como
cohecho, soborno, contrabando, infracción a la propiedad industrial y comercio
clandestino, entre otros ilícitos.
La asociación conformada por los acusados tenía por finalidad central la
internación fraudulenta de mercaderías falsificadas a través del Puerto de San
Antonio, mediante contenedores transportados vía marítima desde Panamá, y vía
terrestre, mediante camiones provenientes desde Argentina. Otra finalidad de la
asociación era la distracción de mercaderías que habían sido incautadas o
decomisadas y ordenadas destruir por el Servicio de Aduanas, por tratarse de
mercaderías que infringían la ley de propiedad industrial, con el objeto de
comercializarlas.
Para cumplir sus objetivos, la organización aprovechó las facultades propias
del cargo de uno de sus integrantes al interior del Servicio Nacional de Aduanas,
quien actuó a cambio de dádivas pagadas por el líder de la organización.
En particular, cada uno de los miembros de la organización mantenía en su
interior una posición determinada y realizaba las funciones específicas que se
indican a continuación:

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- El liderazgo de la asociación es ejercido por el acusado Miguel Alcaíno Aleu,
quien coordina la dirección de los demás miembros de la organización,
utilizando para ello a su mando medio, el acusado Fernando Hernández Salas.
- Alcaíno Aleu ejerce su liderazgo impartiendo órdenes, tomando decisiones,
instruyendo la realización de pagos, financiando las operaciones realizadas y
exigiendo le rindan cuentas. Por su parte, los otros integrantes de la asociación,
principalmente los acusados Hernández Salas y Lara Mesa le rinden cuentas de
las actuaciones realizadas y de los pagos efectuados para llevarlas a cabo, y le
brindan explicaciones por las fallas en algunas de las operaciones realizadas.
- En su rol de brazo operativo, el acusado Fernando Hernandez Salas colabora
directamente con Alcaíno. Actúa estrechamente coordinado y bajo la
subordinación de Alcaíno, recibe órdenes respecto a realización de pagos.
Además coordina las operaciones de la asociación con los demás miembros,
obtiene información para la realización de dichas operaciones y viaja al
extranjero a comprar mercadería.
- El acusado Nelson Lara Mesa, hombre de confianza de Alcaíno y Hernández.
Recibe instrucciones directas de parte de Alcaíno y Hernández. Maneja
información privilegiada que pone al servicio de la asociación, como por
ejemplo los datos que deben utilizar para la internación de mercadería al país,
fecha de llegada de las mercaderías, personal de turno de Aduanas, etc. En
algunos casos, es el encargado de coordinar los pagos para la realización de las
operaciones, directamente con el acusado Cristian Alejandro Avilés Trigo.
- Igualmente, cumplía un rol en la organización el funcionario público del
Servicio Nacional de Aduanas, el acusado Cristian Alejandro Aviles Trigo,
quien se encuentra más abajo en la escala jerárquica, participando como
ejecutor de las instrucciones del líder y brazo operativo del grupo,
suministrando información, aprovechándose de las facultades propias de su
cargo al interior del Servicio Nacional de Aduanas.>>
1.2.- Hecho N°2: Contrabando San Antonio.
<<Con fecha 07 de mayo de 2014, los acusados Miguel Alcaíno Aleu,
Fernando Hernández Salas y Nelson Lara Mesa, gestionaron el ingreso al país, a
través de la Aduana de San Antonio, del contenedor Nº CDXU 117582-7,
procedente del Puerto Balboa, Panamá, embarcado en la M/N MSC Bilbao, el que
contenía 458 pacas con un total de 22.900 cartones, con 229.000 cajetillas de
cigarrillos de procedencia extranjera y de diferentes marcas, sin haberlas
manifestado al Servicio de Aduanas, y sin pagar los derechos, impuestos, tasas y
demás gravámenes, tantos aduaneros como internos que las afectan, con el
consiguiente perjuicio fiscal.
El mismo día, en el Control de Zona Primaria, la Administración de
Aduanas de San Antonio, procedió a revisar el individualizado contenedor,

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realizando el aforo físico y detectando la presencia de los cigarrillos, constatando
así la existencia de mercaderías no declaradas.
Para realizar el señalado contrabando, consignaron el contenedor a la
empresa “Sociedad Importadora y Exportadora ASIPAC Ltda.”, declarando los
antecedentes de respaldo conforme a la descripción de mercancía como: 240 cajas
de cartón con tenedores de acero, digitales, con medidor de temperatura. Para estos
efectos utilizaron la Bill of Lading Nº MSCUPA238364 con una firma falsa del
representante legal de ASIPAC Ltda., don Gustavo González Cugat.
Con estos fines, el funcionario público del Servicio Nacional Aduanas de
Chile, de dotación San Antonio, el acusado Cristian Alejandro Avilés Trigo,
consiguió el detalle del Conocimiento de Embarque o Bill of Lading, ya
mencionado, aprovechando su condición de funcionario de Aduanas, entregando
dicha información al acusado Nelson Lara, quien a su vez, se lo indicó al acusado
Alcaíno Aleu para su confección final. El acusado Avilés Trigo solicitó la suma de
$2.000.000 por incumplir las funciones que en conocimiento y voluntad expresa
de sus superiores efectuaba, a fin de realizar las maniobras necesarias, para
permitir la salida irregular de esas mercaderías, desde Aduanas, sacándolas de la
potestad aduanera, eludiendo el pago de los tributos que las afectan y en definitiva
concretar su entrega al acusado Miguel Alcaíno Aleu, propuesta que es aceptada
por el referido empleado público y por el cual el acusado Nelson Lara Mesa,
realizó el pagó de la suma requerida, con el dinero proporcionado por Alcaíno
Aleu.
El valor de cada cajetilla asciende a $2.000 cada una, por lo que el valor
aduanero total de esta mercancía es de US$817.530 y los gravámenes cuyo pago
se evadió ascienden a US$837.597,91, lo que corresponde a $468.636.031 de
perjuicio fiscal.
Por la gran cantidad y naturaleza de estas especies, se desprende que estas
mercaderías fueron adquiridas para un uso comercial y no personal, con el fin de
ser puesta a disposición de terceros consumidores de nuestro país, actuando al
margen del sistema impositivo interno, incumpliendo con los requisitos legales
relativos a la declaración y pago de los impuestos correspondientes.>>
1.3.- Hecho N°3: Carteras.
<<El día 30 de octubre de 2014, los acusados Miguel Alcaíno Aleu,
Fernando Hernández Salas, Nelson Lara Mesa y Cristian Alejandro Avilés Trigo,
realizaron gestiones y diligencias destinadas a trasladar, desde Aduana de San
Antonio a bodegas arrendadas para estos efectos, una cantidad indeterminada de
carteras, relojes, zapatillas, y otras mercancías, con logos y diseños imitativos de
las marcas registradas Louis Vuitton y Gucci, entre otras especies también
falsificadas, que habían sido incautadas y ordenadas destruir por resolución de
fecha 11 de octubre de 2013, del Juzgado de Garantía de San Antonio, en causa
RUC 1210014859-3, por tratarse de mercaderías que infringían la ley de propiedad
industrial.

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Con estos fines, a comienzos de dicho mes, el funcionario público de
Aduanas de Chile, de dotación San Antonio, el acusado Cristian Alejandro Avilés
Trigo, tomó contacto con el acusado Nelson Lara Mesa a quien informó de la
próxima destrucción por parte de Aduanas, de dichas especies, solicitando la suma
de $2.000.000 por incumplir las funciones que en conocimiento y voluntad
expresa de sus superiores efectuaba y realizar las maniobras necesarias, para
permitir la salida irregular de esas mercaderías, desde Aduanas y concretar su
entrega a los acusados Miguel Alcaíno Aleu y Fernando Hernández Salas,
ocultando dicha situación e informando, por encontrarse a cargo, que las mismas
habían sido destruidas, propuesta que es aceptada por el acusado Nelson Lara
Mesa, quien paga la suma requerida.
Para estos efectos el acusado Cristian Avilés Trigo, usó un acta del Tribunal
de Garantía de San Antonio, de fecha 03 de octubre de 2014, bajo el RUC Nº
1210014859-3, RIT Nº 2775-2012, que disponía la destrucción de la mercadería,
acta que es falsa, pues de acuerdo a los registros del tribunal dicha actuación nunca
se verificó. Ésta acta, permitió sacar las especies de la potestad aduanera ejercida
en los recintos de Saam Extraportuario S.A, y conjuntamente con los acusados
Héctor Andrés Valenzuela Silva, Mauricio Andrés Luciano Rivera Meza y Karen
Maulén González, socios de “Logística Ambiente Sano Ltda.”, utilizaron un Acta
falsa de Destrucción de las especies, que aparece suscrito por el acusado Avilés
Trigo, en representación del Servicio Nacional de Aduanas y la Empresa Logística
Ambiente Sano Ltda., donde se informa al tribunal con fecha 30 de octubre del
año 2.014, la destrucción de las especies decomisadas, permitiendo de esta manera
la salida irregular de las mismas, para su comercialización.
Los acusados Miguel Alcaíno Aleu, Fernando Hernández Salas y Nelson
Lara Mesa, mantuvieron dichas especies en dos bodegas, ubicadas en calle El
Pinar Nº 205, comuna de San Joaquín, y en calle Los Suspiros Nº 3015, comuna
de Quinta Normal, Región Metropolitana, con el objetivo de ser comercializadas,
sin contar con la autorización de los titulares de los derechos marcarios.
Dicho comercio lo realizaron en forma clandestina, al margen del sistema
impositivo, a sabiendas de no haber cumplido las exigencias legales relativas a la
declaración y pago de los impuestos.>>
1.4.- Hecho N°4: Contrabando Osorno.
<<Los acusados Miguel Alcaíno Aleu, Nelson Lara Mesa y Cristian Avilés
Trigo, realizaron las diligencias y gestiones necesarias para ingresar al país, el día
09 de noviembre de 2014, desde Aduana Cardenal Samoré, en la provincia de
Osorno de la región de Los Lagos, un camión procedente de Punta Arenas, que
transportaba un total de:
- 29 cajas con 50 cartones de 10 cajetillas de cigarrillos de 20 unidades marca
357.
- 14 cajas con 50 cartones de 10 cajetillas de cigarrillos de 20 unidades marca
Rodeo.

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- 180 cajas con 25 cartones de 10 cajetillas de cigarrillos de 20 unidades
imitativas de la marca Pall Mall.
- 183 cajas con 50 cartones de 10 cajetillas de cigarrillos de 20 unidades
imitativas de la marca Pall Mall.
- 176 cajas con 25 cartones de 10 cajetillas de cigarrillos de 20 unidades
imitativas de la marca Belmont.
- 269 cajas con 25 cartones de 10 cajetillas de cigarrillos de 20 unidades
imitativas de la marca Belmont.
- 32 cajas con 25 cartones de 10 cajetillas de cigarrillos de 20 unidades marca
Blue Ponit.
- 80 cajas con 50 cartones de 10 cajetillas de cigarrillos de 20 unidades marca
Blue Point.
Al momento del ingreso del camión, en la fecha señalada, funcionarios de la
Avanzada de Cardenal Samoré, se percataron que se encontraban ocultas las
señaladas mercaderías, efectuando aforo y liquidación de gravámenes de la
mercancía incautada.
Los señalados 7.690.000 cigarrillos extranjeros, de diferentes marcas y
modelos, fueron ingresados sin ser manifestados al Servicio de Aduanas, y sin
pagar los derechos, impuestos, tasas y demás gravámenes, tanto aduaneros como
internos que las afectaban, con el consiguiente perjuicio fiscal ascendente a
$1.459.595.328.
Para realizar el señalado contrabando, se consignó en el Manifiesto
Internacional de Carga Electrónica (MIC) Nº 3004438, que el camión transportaba
250 pisos de madera elaborada, 35 fardos maxi sacos para reciclaje y 150 tuberías
en desuso.
Con estos fines, el funcionario público de Aduanas de Chile, de dotación
San Antonio, el acusado Cristian Alejandro Avilés Trigo, solicitó la suma de
$1.000.000 para contactar a funcionarios del Servicio de Adunas del Paso
Cardenal Samoré, a fin de permitir la salida irregular de esas mercaderías, desde
Aduanas, aprovechando su condición de funcionario de Aduanas y concretar su
entrega al acusado Miguel Alcaíno Aleu, propuesta que es aceptada por el referido
empleado público y por el cual el acusado Nelson Lara Mesa, realizó el pago de la
suma requerida, con el dinero proporcionado por el acusado Alcaíno Aleu.
Los cigarrillos marca Pall Mall incautados corresponden a mercadería
falsificada, y no dan cumplimiento a las regulaciones formales, legales y sanitarias
exigidas en su elaboración y distribución, y no cuentan con la autorización del
titular de los derechos marcarios, British American Tobacco, antes Comercial
Chiletabacos S.A.
Por la gran cantidad y naturaleza de estas especies, se desprende que estas
mercaderías fueron adquiridas para un uso comercial y no personal, con el fin de
ser puesta a disposición de terceros consumidores de nuestro país, actuando al

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margen del sistema impositivo interno, incumpliendo con los requisitos legales
relativos a la declaración y pago de los impuestos correspondientes.>>
1.5.- Hecho N°5: Los Perfumes.
<<El día 27 de noviembre de 2014, los acusados Miguel Alcaíno Aleu,
Nelson Lara Mesa y Cristian Avilés Trigo, realizaron gestiones y diligencias
destinadas a trasladar, desde Aduana de San Antonio a una bodega ubicada en El
Pinar Nº 205, comuna de San Joaquín, 382 cartones de perfumes falsificados, con
logos y diseños imitativos de las marcas registradas Paco Rabanne, Carolina
Herrera y Hugo Boss, que incluían:
- 9.312 unidades de 80 ml de perfumes imitativos de la marca Paco Rabanne de
mujer.
- 4.896 unidades de 100 ml de perfumes imitativos de la marca Million de Paco
Rabanne de hombre.
- 12.672 unidades de 100 ml de perfumes imitativos de la marca Carolina
Herrera 212.
- 9.792 unidades de 100 ml de perfumes imitativos de la marca Hugo Boss.
Estas especies habían sido incautadas en causa RUC 1410013059-K, que se
encontraba vigente ante el Juzgado de Garantía de San Antonio, a la fecha de la
detención de los acusados, por tratarse de mercaderías que infringían la ley de
propiedad industrial, en virtud del aforo DIN N° 6450062972-8 incautadas por
Acta N° 28/11 del 4 del 2014.
Con el objeto de materializar el traslado de las especies, el funcionario
público ya individualizado, el acusado Cristian Alejandro Avilés Trigo, por
incumplir las funciones que en conocimiento y voluntad expresa de sus superiores
efectuaba, tomó contacto con el acusado Nelson Lara Mesa a quien informó de la
existencia de estas especies, solicitando la suma de $2.000.000 a fin de realizar las
maniobras necesarias para permitir la salida irregular de esas mercaderías desde
Aduanas y sacar las especies de la potestad aduanera ejercida en los recintos
extraportuarios y solicitando además que se depositara la suma de $1.500.000 a las
cuentas de los acusados Héctor Andrés Valenzuela Silva y Mauricio Andrés
Luciano Rivera Meza, ambos socios de la empresa “Log. Ambiente Sano
Limitada”, junto con la acusada Karen Jacqueline Maulén González.
Para estos efectos el acusado Cristian Avilés Trigo, uso un acta del Tribunal
de Garantía de San Antonio, de fecha 21 de noviembre de 2014, bajo el RUC N.º
1410013059-K, RIT N.º 2019-2014, que disponía la destrucción de la mercadería,
acta que es falsa, pues de acuerdo a los registros del tribunal dicha actuación nunca
se verificó. Ésta acta, permitió sacar las especies desde los recintos de Saam
Extraportuario S.A
Las especies fueron trasladadas y almacenadas en una bodega ubicada en El
Pinar Nº 205, comuna de San Joaquín, con el objetivo de ser comercializadas, sin
contar con la autorización de los titulares de los derechos marcarios.

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Dicho comercio lo realizaron en forma clandestina, al margen del sistema
impositivo, a sabiendas de no haber cumplido las exigencias legales relativas a la
declaración y pago de los impuestos.>>
1.6.- Hecho N°6: Municiones.
<<Con fecha 13 de abril del año 2.015, con ocasión de la orden de detención
ordenada por el Tribunal de Garantía de San Antonio, en causa RUC Nº
1400190458-3, RIT Nº 1130-2014, el acusado Miguel Alcaíno Aleu, mantenía en
su poder, al interior de su domicilio, ubicado en Pasaje Marco Echeñique Nº 833,
Condominio Las Palmas, Maipú, sin la competente autorización, 47 municiones
calibre 380 y una munición 9 mm.>>
2.- Calificación jurídica.
A juicio del M.P. estos hechos constituyen los siguientes delitos:
Hecho N°1: Asociación Ilícita. El delito de Asociación Ilícita, para la
comisión de delitos de corrupción pública, soborno, contrabando, infracción a la
propiedad industrial y comercio clandestino, en grado de consumado, previsto y
sancionado en los artículos 292, 293 inciso segundo y 294, todos del Código
Penal.
Hecho N°2: Contrabando San Antonio. El delito de Fraude al Fisco, en
concurso con el delito de Contrabando, Comercio Clandestino, Comercio Ilegal,
Cohecho y Soborno, previstos y sancionados en los artículos 239, 248 Bis y 250,
todos del Código Penal, articulo 168, 178 N°1 y 182, de la Ordenanza de Aduanas
y artículo 97 N°8 y 97 N°9 del Código Tributario, en grado de consumado.
Hecho N°3: Carteras. El delito de Infracción al artículo 28 letra a) de la Ley
de Propiedad Industrial, Comercio Clandestino, Comercio Ilegal, dos Delitos de
Uso Malicioso de Instrumento Público Falso, Cohecho, Soborno y Malversación
de Caudales Públicos, previstos y sancionados en los artículo 196, 248 bis, 250 y
233 N°3, todos del Código Penal, artículos 97 N°8 y 97 N°9, del Código
Tributario, en grado de consumado.
Hecho N°4: Contrabando Osorno. El delito de Fraude al Fisco, en concurso
con el delito de Contrabando, Infracción al artículo 28 letra a) de la Ley de
Propiedad Industrial Comercio Clandestino, Comercio Ilegal, Cohecho y Soborno,
previstos y sancionados en los artículo 239, 248 Bis y 250, todos del Código
Penal, artículo 168, 178 N°1 y 182, de la Ordenanza de Aduanas y artículo 97 N°8
y 97 N°9 del Código Tributario, en grado de consumado.
Hecho N°5: Los Perfumes. El delito de Infracción al artículo 28 letra a) de la
Ley de Propiedad Industrial, Comercio Clandestino y Comercio Ilegal, Uso
Malicioso de Instrumento Público Falso, Cohecho, Soborno y Malversación de
Caudales Públicos, previstos y sancionados en los artículo 196, 248 bis, 250 y 233
N°3, todos del Código Penal, artículos 97 N°8 y 97 N°9, del Código Tributario, en
grado de consumado.

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Hecho N°6: Municiones. El delito de Porte Ilegal de Municiones, previsto y
sancionado en los artículos 2, letra c) y 9, ambos de la Ley de Control de Armas,
en grado de consumado.
3.- Participación.
Conforme a la acusación, en los hechos antes mencionados les ha
correspondido a los acusados las siguientes participaciones:
Hecho N°1: Asociación Ilícita. A Miguel Alcaíno Aleu, respecto del delito
de Asociación Ilícita, de acuerdo a lo previsto en el artículo 292 y 293 inciso
segundo del Código Penal; y a Fernando Hernández Salas, Nelson Lara Mesa y
Cristian Avilés Trigo, respecto del delito de Asociación Ilícita, de acuerdo a lo
previsto en el artículo 292 y 294 del Código Penal, una participación culpable, a
título de autores, en los términos dispuestos por el artículo 15 Nº1 del Código
Penal.
Hecho N°2: Contrabando San Antonio. A Miguel Alcaíno Aleu, Fernando
Hernández Salas y Nelson Lara Mesa, respecto de los delitos de Contrabando,
Comercio Clandestino, Comercio Ilegal y Soborno; y a Cristián Avilés Trigo,
respecto de los delitos de Fraude al Fisco, en concurso con el delito de Contrabando,
Cohecho, Comercio Clandestino y Comercio Ilegal, una participación culpable, a
título de autores, en los términos dispuestos por el artículo 15 Nº1 del Código
Penal.
Hecho N°3: Carteras. A Miguel Alcaíno Aleu, Fernando Hernández Salas y
Nelson Lara Mesa, respecto de los delitos de Infracción artículo 28 letra a), Ley de
Propiedad Industrial, Comercio Clandestino, Comercio Ilegal, Soborno,
Malversación de Caudales Públicos y dos delitos de Uso Malicioso de Instrumento
Público Falso; y a Cristián Avilés Trigo, respecto de los delitos de Infracción artículo
28 letra a), Ley de Propiedad Industrial, Comercio Clandestino, Comercio Ilegal,
Malversación de Caudales Públicos, dos delitos de Uso Malicioso de Instrumento
Público Falso y Cohecho; y a Héctor Andrés Valenzuela Silva, Mauricio Andrés
Luciano Rivera Meza y Karen Maulén González, respecto de los delitos de Comercio
Clandestino, Comercio Ilegal, Malversación de Caudales Públicos y dos delitos de
Uso Malicioso de Instrumento Público Falso, una participación culpable, respecto
de todos ellos, a título de autores en los términos dispuestos por el artículo 15 Nº1
del Código Penal.
Hecho N°4: Contrabando Osorno. A Miguel Alcaíno Aleu y Nelson Lara
Mesa, respecto de los delitos de Contrabando, Infracción artículo 28 letra a), Ley de
Propiedad Industrial, Comercio Clandestino, Comercio Ilegal y Soborno; y a Cristián
Avilés Trigo, respecto de los delitos de Fraude al Fisco, en concurso con el delito de
Contrabando, Cohecho Comercio Clandestino y Comercio Ilegal, una participación
culpable, a título de autores, en los términos dispuestos por el artículo 15 Nº1 del
Código Penal.
Hecho N°5: Los Perfumes. A Miguel Alcaíno Aleu y Nelson Lara Mesa,
respecto de los delitos de Infracción artículo 28 letra a), Ley de Propiedad Industrial,

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Comercio Clandestino, Comercio Ilegal, Soborno, Malversación de Caudales
Públicos y Uso Malicioso de Instrumento Público Falso; y a Cristián Avilés Trigo,
respecto de los delitos de Infracción artículo 28 letra a), Ley de Propiedad Industrial,
Comercio Clandestino, Comercio Ilegal, Malversación, Uso Malicioso de
Instrumento Público Falso y Cohecho; y a Héctor Andrés Valenzuela Silva, Mauricio
Andrés Luciano Rivera Meza y Karen Maulén González, respecto de los delitos de
Comercio Clandestino, Comercio Ilegal, Malversación de Caudales Públicos y Uso
Malicioso de Instrumento Público Falso, una participación culpable, a título de
autores, en los términos dispuestos por el artículo 15 Nº1 del Código Penal.
Hecho N°6: Municiones. A Miguel Alcaíno Aleu, una participación culpable,
a título de autor, en los términos dispuestos por el artículo 15 Nº1 del Código
Penal, por el delito de Porte Ilegal de Municiones.
4.- Circunstancias modificatorias de responsabilidad penal.
A juicio del M.P., respecto de los acusados Miguel Alcaíno Aleu, Nelson
Lara Mesa y Héctor Valenzuela Silva no concurren circunstancias modificatorias
de responsabilidad penal que considerar. Y respecto de los acusados Fernando
Hernández Salas, Cristian Avilés Trigo, Mauricio Rivera Meza y Karen Maulén
González, concurre la atenuante de responsabilidad penal contemplada en el
artículo 11 Nº6 del Código Penal.
5.- Penas solicitadas.
Por estas consideraciones el M.P. requiere se impongan las siguientes penas:
Hecho N°1: Asociación Ilícita.
En relación al acusado Miguel Alcaíno Aleu, ya individualizado, la pena de
5 años de presidio menor en su grado máximo, y demás accesorias legales.
Respecto de los acusados Fernando Hernández Salas, Nelson Lara Mesa y Cristián
Avilés Trigo, ya individualizados, la pena de 3 años de presidio menor en su grado
medio, y demás accesorias legales.
Hecho N°2: Contrabando San Antonio.
En relación a los acusados Miguel Alcaíno Aleu, Fernando Hernández Salas y
Nelson Lara Mesa, ya individualizados, se imponga por el delito de Comercio Ilegal,
la pena de 3 años de presidio menor en su grado medio y multa del 300% del
impuesto eludido, por el delito de Comercio Clandestino, la pena de 3 años de
presidio menor en su grado medio y multa de 5 Unidades Tributarias Anuales, por el
delito de Soborno, la pena de 3 años de presidio menor en su grado medio y por el
delito de Contrabando, la pena de 3 años de presidio menor en su grado medio y
demás accesorias legales.
A su turno, respecto del acusado Cristián Avilés Trigo, ya individualizado, por
aplicación del artículo 75 del Código Penal, se imponga una pena única de 10 años
de presidio mayor en su grado mínimo, la pena de inhabilitación absoluta perpetua
para cargos y oficios públicos, y demás accesorias legales.
Hecho N°3: Carteras.
En relación a los acusados Miguel Alcaíno Aleu, Fernando Hernández Salas y

10
Nelson Lara Mesa, ya individualizado, por aplicación del artículo 75 del Código
Penal, se imponga una pena única de 15 años de presidio mayor en su grado
mínimo, y demás accesorias legales.
A su turno, respecto del acusado Cristián Avilés Trigo, ya individualizado,
por aplicación del artículo 75 del Código Penal, se imponga una pena única de 10
años de presidio mayor en su grado mínimo, la pena de inhabilitación absoluta
perpetua para cargos y oficios públicos, y demás accesorias legales.
Por último, respecto de los acusados Héctor Andrés Valenzuela Silva,
Mauricio Andrés Luciano Rivera Meza y Karen Maulén González, ya
individualizados, por aplicación del artículo 75 del Código Penal, se imponga una
pena única de 7 años de presidio mayor en su grado mínimo, y demás accesorias
legales.
Hecho N°4: Contrabando Osorno.
En relación a los acusados Miguel Alcaíno Aleu y Nelson Lara Mesa, ya
individualizado, ya individualizados, se imponga por el delito de Comercio Ilegal, la
pena de 3 años de presidio menor en su grado medio y multa del 300% del impuesto
eludido, por el delito de Comercio Clandestino, la pena de 3 años de presidio menor
en su grado medio y multa de 5 Unidades Tributarias Anuales, por el delito de
Soborno, la pena de 3 años de presidio menor en su grado medio, por el delito de
Contrabando, la pena de 3 años de presidio menor en su grado medio y por el delito
previsto en el artículo 28 letra a) de la Ley de Propiedad Industrial, la pena de 500
Unidades Tributarias Mensuales y demás accesorias legales.
A su turno, respecto del acusado Cristián Avilés Trigo, ya individualizado, por
aplicación del artículo 75 del Código Penal, se imponga una pena única de 10 años
de presidio mayor en su grado mínimo, la pena de inhabilitación absoluta perpetua
para cargos y oficios públicos, y demás accesorias legales.
Hecho N°5: Los Perfumes.
En relación a los acusados Miguel Alcaíno Aleu, y Nelson Lara Mesa, ya
individualizados, por aplicación del artículo 75 del Código Penal, se imponga una
pena única de 15 años de presidio mayor en su grado mínimo y demás accesorias
legales.
A su turno, respecto del acusado Cristián Avilés Trigo, ya individualizado,
por aplicación del artículo 75 del Código Penal, se imponga una pena única de 10
años de presidio mayor en su grado mínimo, la pena de inhabilitación absoluta
perpetua para cargos y oficios públicos, y demás accesorias legales.
Por último, respecto de los acusados Héctor Andrés Valenzuela Silva,
Mauricio Andrés Luciano Rivera Meza y Karen Maulén González, ya
individualizados, por aplicación del artículo 75 del Código Penal, se imponga una
pena única de 7 años de presidio mayor en su grado mínimo, y demás accesorias
legales.
Hecho N°6: Municiones.

11
En relación al acusado Miguel Alcaíno Aleu, ya individualizado, se aplique
una pena de 3 años de presidio menor en su grado medio.
Junto con lo anterior, el M.P. solicita se decrete el comiso de todas las
especies provenientes del delito, indicados como otros medios de prueba y en
especial de los vehículos Marca Hummer, modelo H2, P.P.U. DXCX-36, marca
Honda, modelo Accord, P.P.U. DBLL-34, marca Hyundai, modelo Accent, P.P.U.
GDCT-92, marca Chevrolet, Modelo Optra, P.P.U. DVFK-48, marca Honda,
modelo CRV, P.P.U. BDCV-83, Marca Great Wakk, modelo Harval, P.P.U.
CZGJ.33, marca Hummer, Modelo H3, P.P.U. FKKD-80 y Marca Toyota, Modelo
Land Crusier, P.P.U. BGCF-11, y así mismo, se condene, a todos los acusado al
pago de las costas según lo prescrito en el artículo 45 y siguientes del Código
Procesal Penal.
TERCERO: Acusación del C.D.E.-
Por su parte, el C.D.E., en su calidad de querellante y conforme dispone el
artículo 261 letra a) del Código Procesal Penal, deduce acusación particular del
siguiente tenor:
1.- Hechos punibles.
El C.D.E. se remite en este punto íntegramente a los Hechos N°1 a N°5 de la
acusación del M.P., tal como reconoce al efecto el auto de apertura (vale decir,
solo restando de su pretensión el Hecho N°6).
2.- Calificación jurídica y participación.
El C.D.E. distingue e identifica a efectos de calificación jurídica y
participación de los acusados:
Hecho N°1: Asociación Ilícita. En la comisión del delito de asociación
ilícita, para la comisión de los delitos de corrupción pública, tales como, soborno,
contrabando, infracción a la propiedad industrial y comercio clandestino este
delito, según dan cuenta los hechos, han tenido participación culpable en calidad
de autores, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 15 N°1 del Código Penal,
los acusados Miguel Alcaíno Aleu, Fernando Hernández Salas, Nelson Lara Mesa
y Cristian Avilés Trigo. El delito que se imputa al acusado Miguel Alcaíno Aleu
es en los términos previstos en los artículos 292 y 293 inciso primero del Código
Penal y respecto de los acusados Fernando Hernández Salas, Nelson Lara Mesa y
Cristian Avilés Trigo, conforme lo disponen los artículos 292 y 294 del Código
Penal. El delito se encuentra en grado de consumado.
Hecho N°2: Contrabando San Antonio. Sin perjuicio, que los hechos
descritos en este acápite son también, en su parecer, constitutivos de los delitos de
contrabando, comercio ilegal y comercio clandestino, sólo se refiere a los delitos
de cohecho y soborno respecto de los cuales posee legitimación activa para
intervenir, y así, en virtud de los hechos expuestos, el actuar del acusado Cristián
Avilés Trigo se encuadra en el supuesto previsto en el artículo 248 bis del Código
Penal, en el cual ha tenido participación culpable en calidad de autor en los
términos previstos en el artículo 15 N°1 de Código Penal. El delito se encuentra en

12
grado de consumado. A su turno, el actuar de los acusados Miguel Alcaíno Aleu,
Fernando Hernández Salas y Nelson Lara Mesa se encuadra en el supuesto
previsto en el artículo 250 del Código Penal, en el cual han tenido participación
culpable en calidad de autores en los términos previstos en el artículo 15 N°1 de
Código Penal. El delito se encuentra en grado de consumado. 
Hecho N°3: Carteras. En virtud de los hechos expuestos, el actuar del
acusado Cristián Avilés Trigo se encuadra en el supuesto previsto en el artículo
248 bis del Código Penal, en el cual ha tenido participación culpable en calidad de
autor en los términos previstos en el artículo 15 N°1 de Código Penal. El delito se
encuentra en grado de consumado. A su turno, el actuar de los acusados Miguel
Alcaíno Aleu, Fernando Hernández Salas y Nelson Lara Mesa se encuadra en el
supuesto previsto en el artículo 250 del Código Penal, en el cual han tenido
participación culpable en calidad de autores en los términos previstos en el artículo
15 N°1 de Código Penal. El delito se encuentra en grado de consumado. Por otra
parte, de acuerdo con el hechos expuesto, el actuar de los acusados Cristián Avilés
Trigo, Miguel Alcaíno Aleu, Fernando Hernández Salas, Nelson Lara Mesa,
Héctor Andrés Valenzuela Silva, Mauricio Andrés Luciano Rivera Meza y Karen
Maulén González se encuadra asimismo en el supuesto previsto en el artículo 233
N°3 del Código Penal, en el cual han tenido participación culpable en calidad de
autores en los términos previstos en el artículo 15 N°1 de Código Penal. El delito
se encuentra en grado de consumado. Por último, y siempre en relación a este
hecho, el actuar de los acusados Cristián Avilés Trigo, Miguel Alcaíno Aleu,
Fernando Hernández Salas, Nelson Lara Mesa, Héctor Andrés Valenzuela Silva,
Mauricio Andrés Luciano Rivera Meza y Karen Maulén González se encuadra en el
supuesto previsto en el artículo 196 del Código Penal, en el cual han tenido
participación culpable en calidad de autores en los términos previstos en el artículo
15 N°1 de Código Penal. El delito se encuentra en grado de consumado.
Hecho N°4: Contrabando Osorno. Al igual que en el hecho 2, este
querellante expone que, sin perjuicio de que los hechos descritos en este acápite
son también constitutivos de los delitos de contrabando, comercio ilegal y
comercio clandestino, tal y como lo señala el M.P. en su acusación, sólo se referirá
a los delitos de cohecho y soborno respecto de los cuales posee legitimación activa
para intervenir. Así, en virtud de los hechos expuestos, el actuar del acusado
Cristián Avilés Trigo se encuadra en el supuesto previsto en el artículo 248 bis del
Código Penal, en el cual ha tenido participación culpable en calidad de autor en los
términos previstos en el artículo 15 N°1 de Código Penal. El delito se encuentra en
grado de consumado. A su turno, el actuar de los acusados Miguel Alcaíno Aleu,
Fernando Hernández Salas y Nelson Lara Mesa se encuadra en el supuesto
previsto en el artículo 250 del Código Penal, en el cual han tenido participación
culpable en calidad de autores en los términos previstos en el artículo 15 N°1 de
Código Penal. El delito se encuentra en grado de consumado. 

13
Hecho N°5: Los Perfumes. En virtud de los hechos expuestos, el actuar del
acusado Cristián Avilés Trigo se encuadra en el supuesto previsto en el artículo
248 bis del Código Penal, en el cual ha tenido participación culpable en calidad de
autor en los términos previstos en el artículo 15 N°1 de Código Penal. El delito se
encuentra en grado de consumado. Asimismo, de acuerdo con los hechos
expuestos, el actuar de los acusados Miguel Alcaíno Aleu y Nelson Lara Mesa se
encuadra en el supuesto previsto en el artículo 250 del Código Penal, en el cual
han tenido participación culpable en calidad de autores en los términos previstos
en el artículo 15 N°1 de Código Penal. El delito que se encuentra en grado de
consumado. A su turno, el actuar de los acusados Cristián Avilés Trigo, Miguel
Alcaíno Aleu, Nelson Lara Mesa, Héctor Andrés Valenzuela Silva, Mauricio
Andrés Luciano Rivera Meza y Karen Maulén González se encuadra en el supuesto
previsto en el artículo 233 N°3 del Código Penal, en el cual han tenido
participación culpable en calidad de autores en los términos previstos en el artículo
15 N°1 de Código Penal. El delito que se encuentra en grado de consumado.
Por último, y siempre en relación a este hecho, el actuar de los acusados
Cristián Avilés Trigo, Miguel Alcaíno Aleu, Nelson Lara Mesa, Héctor Andrés
Valenzuela Silva, Mauricio Andrés Luciano Rivera Meza y Karen Maulén González
se encuadra en el supuesto previsto en el artículo 196 del Código Penal, en el cual
han tenido participación culpable en calidad de autores en los términos previstos
en el artículo 15 N°1 de Código Penal. El delito se encuentra en grado de
consumado.
3.- Circunstancias modificatorias de responsabilidad penal.
A juicio del C.D.E., respecto de los acusados Miguel Alcaíno Aleu, Nelson
Lara Mesa y Héctor Valenzuela Silva no concurren circunstancias modificatorias
de responsabilidad penal que considerar. Y respecto de los acusados Fernando
Hernández Salas, Cristian Avilés Trigo, Mauricio Rivera Meza y Karen Maulén
González, concurre la atenuante de responsabilidad penal contemplada en el
artículo 11 Nº6 del Código Penal.
4.- Penas solicitadas.
Por las consideraciones ya expuestas, y conforme su legitimidad activa, el
C.D.E. requiere que se impongan las siguientes penas:
Hecho N°1: Asociación Ilícita.
Se solicita imponer al acusado Miguel Alcaíno Aleu la pena de 15 años de
presidio mayor en su grado medio, y demás accesorias legales del Artículo 30 del
Código Penal, como autor del delito de asociación ilícita previsto en los artículos
292 y 293 inciso primero del Código Penal. A su turno, respecto de los acusados
Fernando Hernández Salas y Cristián Avilés Trigo, se solicita se les imponga la pena
de 818 días de presidio menor en su grado medio, y demás accesorias legales del
Artículo 30 del Código Penal, como autores del delito de asociación ilícita previsto
en los artículos 292 y 294 inciso primero del Código Penal. Por su parte, respecto
del acusado Nelson Lara Mesa, se solicita se imponga la pena de 3 años de presidio

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menor en su grado medio, y demás accesorias legales del Artículo 30 del Código
Penal, como autor del delito de asociación ilícita, previsto en los artículos 292 y 294
del Código Penal.
Hecho N°2: Contrabando San Antonio.
Se solicita imponer al acusado Cristian Avilés Trigo la pena de 818 días de
reclusión menor en su grado medio, e inhabilitación especial perpetua para cargos
u oficios públicos y multa del triplo del provecho solicitado y además accesorias
legales del artículo 30 del Código Penal, como autor del delito de cohecho
agravado previsto en el artículo 248 bis, en relación con el artículo 249 del Código
Penal. A su turno, respecto de los acusados Miguel Alcaíno Aleu y Nelson Lara
Mesa se solicita se imponga la pena de 540 días de reclusión menor en su grado
mínimo e inhabilitación especial o absoluta para cargos u oficios públicos
temporales en su grado máximo y multa del duplo del provecho solicitado y demás
accesorias legales del artículo 30 del Código Penal, como autores del delito de
soborno previsto en el artículo 250 del Código Penal. De otra parte, se solicita
imponer al acusado Fernando Hernández Salas la pena de 270 días de reclusión
menor en su grado mínimo, e inhabilitación especial o absoluta para cargos u
oficios públicos temporales en su grado máximo y multa del duplo del provecho
solicitado y además accesorias legales del Artículo 30 del Código Penal, como
autor del delito de cohecho previsto en el artículo 248 bis del Código Penal.
Hecho N°3: Carteras.
Se solicita imponer al acusado Cristian Avilés Trigo la pena de 12 años de
presidio mayor en su grado medio, inhabilitación absoluta perpetua para cargos y
oficios públicos, multa equivalente al triplo del provecho solicitado y demás
accesorias legales del Artículo 28 del Código Penal, como autor de los delitos de
cohecho previsto en el artículo 249, malversación de caudales públicos previsto en
el artículo 233 N°3 y dos delitos de uso malicioso de instrumento público falso,
previstos en el artículo 196, todos del Código Penal. A su turno, respecto de los
acusados Miguel Alcaíno Aleu, Fernando Hernández Salas y Nelson Lara Mesa se
solicita se imponga la pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio, multa
de 15 UTM, inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y
demás accesorias legales del Artículo 28 del Código Penal, como autores del delito
de soborno previsto en el artículo 250 del Código Penal, del delito de malversación
de caudales públicos, previsto en el artículo 233 N°3 del Código penal, de dos
delitos de uso malicioso de instrumento público falso, previsto en el artículo 196 del
Código Penal. Por su parte, respecto del acusado Fernando Hernández Salas se
solicita se imponga la pena de 10 años de presidio mayor en su grado mínimo,
multa de 15 UTM, inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos
y demás accesorias legales del Artículo 28 del Código Penal, como autor del delito
de soborno previsto en el artículo 250 del Código Penal, del delito de malversación
de caudales públicos, previsto en el artículo 233 N°3 del Código Penal, de dos
delitos de uso malicioso de instrumento público falso, previsto en el artículo 196 del

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Código Penal. Por último, respecto de los acusados Héctor Andrés Valenzuela Silva,
Mauricio Andrés Luciano Rivera Meza y Karen Maulén González se solicita se
imponga la pena de 10 años de presidio mayor en su grado mínimo, multa de 15
UTM, inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y demás
accesorias legales del Artículo 28 del Código Penal, como autores de los delitos de
malversación de caudales públicos, previsto en el artículo 233 N°3 del Código penal
y de dos delitos de uso malicioso de instrumento público falso, previsto en el artículo
196 del Código Penal.
Hecho N°4: Contrabando Osorno.
Se solicita imponer al acusado Cristian Avilés Trigo la pena de 818 días de
reclusión menor en su grado medio, e inhabilitación especial perpetua para cargos
u oficios públicos y multa del triplo del provecho solicitado y además accesorias
legales del Artículo 30 del Código Penal, como autor del delito de cohecho
agravado previsto en el artículo 248 bis, en relación con el artículo 249 del Código
Penal. A su turno, respecto de los acusados Miguel Alcaíno Aleu y Nelson Lara
Mesa se solicita se imponga la pena de 540 días de reclusión menor en su grado
mínimo e inhabilitación especial o absoluta para cargos u oficios públicos
temporales en su grado máximo y multa del duplo del provecho solicitado y demás
accesorias legales del Artículo 30 del Código Penal, como autores del delito de
soborno previsto en el artículo 250 del Código Penal.
Hecho N°5: Los Perfumes.
Se solicita imponer al acusado Cristian Avilés Trigo la pena de 12 años de
presidio mayor en su grado medio, inhabilitación absoluta perpetua para cargos y
oficios públicos, multa equivalente al triplo del provecho solicitado y demás
accesorias legales del Artículo 28 del Código Penal, como autor de los delitos de
cohecho previsto en el artículo 249, malversación de caudales públicos previsto en
el artículo 233 N°3 y uso malicioso de instrumento público falso, previstos en el
artículo 196, todos del Código Penal. A su turno, respecto de los acusados Miguel
Alcaíno Aleu y Nelson Lara Mesa, ya individualizados, se solicita se imponga la
pena de 15 años de presidio mayor en su grado medio, multa de 15 UTM,
inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y demás accesorias
legales del Artículo 28 del Código Penal, como autores del delito de soborno
previsto en el artículo 250 del Código Penal, del delito de malversación de caudales
públicos, previsto en el artículo 233 del Código penal, de dos delitos de uso
malicioso de instrumento público falso, previsto en el artículo 196 del Código Penal.
Por último, respecto de los acusados Héctor Andrés Valenzuela Silva, Mauricio
Andrés Luciano Rivera Meza y Karen Maulén González se solicita se imponga la
pena de 10 años de presidio mayor en su grado mínimo, multa de 15 UTM,
inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y demás accesorias
legales del Artículo 28 del Código Penal, como autores de los delitos de
malversación de caudales públicos, previsto en el artículo 233 N°3 del Código penal

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y de uso malicioso de instrumento público falso, previsto en el artículo 196 del
Código Penal.
Finalmente, en virtud de lo dispuesto en el Artículo 31 del Código Penal se
solicita la pena de comiso respecto de todos los objetos incautados durante la
investigación, y la condena en costas a los acusados, atendido lo expuesto en el
artículo 24 del Código Penal y artículo 45 y siguientes del Código Procesal Penal.
CUARTO: Acusación del S.I.I.-
De otra parte, el S.I.I., conforme dispone el artículo 261 letra a) del Código
Procesal Penal, deduce acusación particular del siguiente tenor:
1.- Hechos punibles.
El S.I.I. remite en este punto los Hechos N°2 a N°5 –ambos inclusive– de la
acusación del M.P., tal como reconoce al efecto el auto de apertura,
renumerándolos del N°1 al N°4, correlativamente.
2.- Calificación jurídica y participación.
En parecer de este acusador, los 4 hechos que incorpora a su pretensión, son
constitutivos de los delitos previstos y sancionados en los artículos 97 N°8 y 9 del
Código Tributario, que sancionan el comercio ejercido sobre especies sin cumplir
con las exigencias legales relativas a la declaración y pago de los impuestos que
las gravan, y el comercio clandestino, en grado de consumados. A su turno,
atribuye a todos los acusados referidos en cada uno de estos hechos, la calidad de
autores inmediatos al tenor del artículo 15 N°1 del Código Penal.
3.- Circunstancias modificatorias de responsabilidad penal.
A juicio del S.I.I., respecto de los acusados Miguel Alcaíno Aleu, Nelson
Lara Mesa y Héctor Valenzuela Silva no concurren circunstancias modificatorias
de responsabilidad penal que considerar. Y respecto de los acusados Fernando
Hernández Salas, Cristian Avilés Trigo, Mauricio Rivera Meza y Karen Maulén
González, concurre la atenuante de responsabilidad penal contemplada en el
artículo 11 Nº6 del Código Penal.
4.- Penas solicitadas.
Conforme su legitimidad activa, el S.I.I. requiere se impongan:
Hecho N°1 (N°2: Contrabando San Antonio).
Solicita se imponga a los acusados Miguel Alcaíno Aleu y Nelson Lara
Mesa, la pena única de tres años de presidio menor en su grado medio y multa del
300% del impuesto eludido más accesorias legales del artículo 30 del Código
Penal. A su turno, respecto de los acusados Cristian Avilés Trigo y Fernando
Hernández Salas, una pena única de 540 días de presidio menor en su grado
mínimo, y multa del 300% del impuesto eludido, más accesorias legales del
artículo 30 del Código Penal.
Hecho N°2 (N°3: Carteras).
Solicita se imponga a los acusados Miguel Alcaíno Aleu, Héctor Valenzuela
Silva y Nelson Lara Mesa, la pena única de tres años de presidio menor en su
grado medio, y multa del 300% del impuesto eludido, más accesorias legales del

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artículo 30 del Código Penal. A su turno, respecto de los acusados Cristian Avilés
Trigo y Fernando Hernández Salas, Mauricio Rivera Meza y Karen Maulén
González, una pena única de 540 días de presidio menor en su grado mínimo, y
multa del 300% del impuesto eludido, más accesorias legales del artículo 30 del
Código Penal.
Hecho N°3 (N°4: Contrabando Osorno).
Solicita se imponga a los acusados Miguel Alcaíno Aleu y Nelson Lara
Mesa, la pena única de tres años de presidio menor en su grado medio y multa del
300% del impuesto eludido más accesorias legales del artículo 30 del Código
Penal. A su turno, respecto del acusado Cristian Avilés Trigo, una pena única de
540 días de presidio menor en su grado mínimo, y multa del 300% del impuesto
eludido, más accesorias legales del artículo 30 del Código Penal.
Hecho N°4 (N°5: Los Perfumes).
Solicita se imponga a los acusados Miguel Alcaíno Aleu, Héctor Valenzuela
Silva y Nelson Lara Mesa, la pena única de tres años de presidio menor en su
grado medio, y multa del 300% del impuesto eludido, más accesorias legales del
artículo 30 del Código Penal. A su turno, respecto de los acusados Cristian Avilés
Trigo, Fernando Hernández Salas, Mauricio Rivera Meza y Karen Maulén
González, una pena única de 540 días de presidio menor en su grado mínimo, y
multa del 300% del impuesto eludido, más accesorias legales del artículo 30 del
Código Penal.
Finalmente, solicita se decrete el comiso de todas las especies provenientes
del delito, indicados como otros medios de prueba y en especial de los vehículos
Marca Hummer, modelo H2, P.P.U. DXCX-36, marca Honda, modelo Accord,
P.P.U. DBLL-34, marca Hyundai, modelo Accent, P.P.U. GDCT-92, marca
Chevrolet, Modelo Optra, P.P.U. DVFK-48, marca Honda, modelo CRV, P.P.U.
BDCV-83, Marca Great Wakk, modelo Harval, P.P.U. CZGJ.33, marca Hummer,
Modelo H3, P.P.U. FKKD-80 y Marca Toyota, Modelo Land Crusier, P.P.U.
BGCF-11, y asimismo, se condene a todos los acusado al pago de las costas según
lo prescrito en el artículo 45 y siguientes del Código Procesal Penal.
QUINTO: Acusación del S.N.A.-
A su turno, el S.N.A., conforme dispone el artículo 261 letra a) del Código
Procesal Penal, también deduce acusación particular, aunque solo respecto de los
acusados Miguel Alcaíno Aleu, Fernando Hernández Salas, Nelson Lara Mesa y
Cristian Avilés Trigo, del siguiente tenor:
1.- Hechos punibles.
El S.N.A. se remite en este punto íntegramente a los Hechos N°2 y N°4 de la
acusación del M.P., tal como reconoce al efecto el auto de apertura.
2.- Calificación jurídica y participación.
En parecer de este acusador, los dos hechos que incorpora a su pretensión,
son constitutivos del delito de Contrabando, previsto y sancionado en los artículos
168, 178 N°1 y 182 de la Ordenanza de Aduanas, en grado de consumados. A su

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turno, atribuye a todos los acusados referidos en su libelo, en cada uno de estos
hechos, la calidad de autores inmediatos del artículo 15 N°1 del Código Penal.
3.- Circunstancias modificatorias de responsabilidad penal.
A juicio del S.N.A., respecto de los acusados Miguel Alcaíno Aleu y Nelson
Lara Mesa no concurren circunstancias modificatorias de responsabilidad penal
que considerar. Y respecto de los acusados Fernando Hernández Salas y Cristian
Avilés Trigo, les beneficia la atenuante de responsabilidad penal, contemplada en
el artículo 11 Nº6 del Código Penal.
4.- Penas solicitadas.
Conforme su legitimidad activa, el S.N.A. requiere que se impongan:
Hecho N°2: Contrabando San Antonio.
Solicita se imponga a los acusados Miguel Alcaíno Aleu, Nelson Lara Mesa,
Cristian Avilés Trigo y Fernando Hernández Salas, la pena única de tres años de
presidio menor en su grado medio y multa equivalente a cinco veces el valor
aduanero de la mercancía, más accesorias.
Hecho N°4: Contrabando Osorno.
Solicita se imponga a los acusados Miguel Alcaíno Aleu, Nelson Lara Mesa
y Cristian Avilés Trigo, la pena única de tres años de presidio menor en su grado
medio y multa equivalente a cinco veces el valor aduanero de la mercancía, más
accesorias.
Finalmente, solicita se decrete el comiso de todas las especies provenientes
del delito, indicados como otros medios de prueba y en especial de los vehículos
Marca Hummer, modelo H2, P.P.U. DXCX-36, marca Honda, modelo Accord,
P.P.U. DBLL-34, marca Hyundai, modelo Accent, P.P.U. GDCT-92, marca
Chevrolet, Modelo Optra, P.P.U. DVFK-48, marca Honda, modelo CRV, P.P.U.
BDCV-83, Marca Great Wakk, modelo Harval, P.P.U. CZGJ.33, marca Hummer,
Modelo H3, P.P.U. FKKD-80 y Marca Toyota, Modelo Land Crusier, P.P.U.
BGCF-11, y asimismo, se condene a todos los acusado al pago de las costas según
lo prescrito en el artículo 45 y siguientes del Código Procesal Penal.
SEXTO: Planteamiento del M.P.-
En apoyo a su pretensión punitiva la Fiscalía refiere en el debate los
siguientes argumentos:
1.- Alegato de apertura.
En la apertura del debate, señala que en esta audiencia se ha traído una
acusación para que sean condenadas siete personas, si bien dentro de dicho grupo
es posible distinguir dos subgrupos: uno configurado fundamentalmente por los
acusados Maulén, Rivera y Valenzuela, que son una empresa que presta servicios
y que sería involucrada en conductas punibles, una empresa legal, que hace
negocios conforme a la ley, con facturas e impuestos, pero aquí incurrieron en los
delitos que se les atribuyen; y por otro lado están los acusados Alcaíno,
Hernández, Lara y Avilés, quienes también son una empresa, pero una ilegal o
ilícita, que el Código Penal establece como una asociación ilícita. Expone que esta

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calificación penal no es de discusión reciente, sino de más de cien años, ya que
siempre va modificándose porque la asociación ilícita no es, sino, la cara oscura o
el mercado negro del comercio, bajo una estrategia que busca distribuir
responsabilidades para alejar al real controlador de la actividad. Señala que en el
juicio se escuchará prueba múltiple, concordante, pero leal con el principio
relevante de esclarecimiento de los hechos de la acusación, prueba obtenida
conforme a garantías y principalmente conforme a la garantía de un justo y
racional procedimiento de investigación, tal como se Señala en primera y segunda
instancia y en el juicio anulado. Precisa que el tribunal vería probados los hechos y
una pluralidad de sujetos, que de alguna u otra manera es la puerta de entrada para
configurar este tipo penal. Explica que dicha asociación tenía una permanencia en
el tiempo desde dos puntos de vista: uno, desde que funcionaban, conforme los
antecedentes, desde fines de 2013 hasta 2015, pero también conforme
interceptaciones telefónicas en que, por la forma de comunicarse tenía una clara
vocación de continuar funcionando y seguir desarrollando las actividades. El
objetivo común sería la comisión de variados delitos, distinguiendo la doctrina
entre el objetivo de la asociación, siendo el objetivo sustancial o económico de la
asociación. Así, la estrategia busca obtener algo, no simplemente el cometer
delitos por gusto, sino para obtener beneficios de la actividad criminal. Y en este
juicio se acreditará que dicha empresa cometió una decena de delitos, cuatro
cohechos, cuatro sobornos, dos contrabandos, infracción a la propiedad industrial
en octubre y noviembre, comercio clandestino, cuatro delitos en mayo y en
noviembre en dos ocasiones del año 2014, malversación de caudales públicos y
uso malicioso de instrumento público falsificado, entre otros delitos, pero además
la prueba daría cuenta de la existencia de la organización y de una estructura.
Refiere que en la cúspide, según la jurisprudencia, podemos establecer a don
Miguel Alcaíno, escuchándose conversaciones telefónicas donde se declara como
financista de las actividades, como quien controla las comunicaciones. En otras
palabras si Hernández sabe de la existencia de Lara, tiene su teléfono, y sabe que
están trabajando conjuntamente, cuál es el sentido que Alcaíno llame a Lara siendo
de ordinario personas podrían comunicarse directamente. Se pregunta qué negocio
necesitaría falsificar un Bill of Lading de bajo riesgo de control aduanero, con
artículos del hogar. Cuál sería el sentido de reconocer como un fracaso el que
“llegaron los rati”, ya que para quien hace una actividad lícita ello no debería
tomarse como una alerta. Ahí se ve que Alcaíno Aleu aparece como interlocutor,
como controlador de las estructuras de las comunicaciones, aquí aparece el centro
de poder que constituye Alcaíno. Señala que Hernández Salas es una persona
dentro de la organización que colabora en viajes al extranjero, lo que aparece
desdibujado porque habitualmente viaja, pero acreditaría que dentro de estos
viajes, si bien algunos personas, en lo que dicen relación con el hecho investigado
dice exclusiva relación con adquirir bienes para el contrabando y para, con la
información que el señor Lara proporciona al señor Alcaíno. El señor Hernández

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viaja al extranjero con fondos que proporciona Alcaíno y con esas conversaciones
se da cuenta de instrucción, de un negocio de una empresa, en ese contexto
aparece nuevamente la función de control de Alcaíno. Agrega que Nelson Lara
Mesa es la conexión, la vinculación de la organización con la autoridad
fiscalizadora, que puede hacer más demorosa la actividad de la organización, y
quien recluta a Avilés Trigo. Lara tiene una función específica, lograr que los
bienes se ingresen a la organización, lo que logra y termina cuando las especies
salen de Aduana o de la jurisdicción de Aduanas. De esto podría percatarse por
qué. Cristian Avilés Trigo, cuarta persona del grupo, es un funcionario público,
sobre él también aparece una discusión doctrinaria, siendo el corrompido,
funcionario traidor de la lealtad estatal que debe, según su posición, desde
Mañalich o Grisolía, no aparece difícil en la normativa chilena por cuanto la
asociación ilícita es un delito autónomo, por cuanto desde una perspectiva típica
basta la asociación y estructura, debiendo distinguir, por cuanto la jurisprudencia
ha desarrollado una serie de requisitos, por cuanto, pero una vez que la asociación
se establece, la pregunta que surge es desde cuándo existe el delito, desde que
existe el acuerdo existe la asociación, esta asociatividad criminal, desde que se
prueba o aparece el indicio del acuerdo. Con Cristian Avilés, que comete al menos
tres delitos como aporte a la sociedad ilícita. Cristian Avilés aporta infracciones a
su deber funcionario, requiriendo ciertos pagos, de lo que también existiría prueba,
esa manera es la de pertenecer a la asociación. Nadie pensaría dentro de las
estructuras licitas, que desde alguien que trabaja, que comparece, que cumple las
funciones de la institución, a fin de mes cuando reciba su sueldo lo estime como
un ejercicio privado, ser parte de la organización, se confundía con lo que fijaba
como tarifa por las conductas de malversación, cohecho e incluso la falsedad
documental. Además se establecerá la existencia de lugares específicos de reunión,
donde se obtenía información precisa. El tribunal conocerá hechos de los cuales
nunca se recuperaron las especies, porque se encontraron en otros puertos, se
escuchara eso, este grupo tuvo problemas y necesitó reconvertirse, dicha
reconversión da cuenta de una existencia orgánica que implica necesariamente un
razonamiento conjunto, una evaluación conjunta. Sostiene que la actividad de los
cuatro imputados da cuenta de una asociación que, si fuera legal, sería una
actividad importadora, para obtener bienes que vienen desde el extranjero. Las
otras personas que aparecen en la acusación, tienen una participación tangencial,
pero no por ello atípica, ya que también sirven para que el tribunal haga un
parangón sobre si existe alguna diferencia entre ambas organizaciones, de hecho,
la lícita está más organizada que la ilícita. Toda la prueba que se rendiría va a
permitir que el tribunal adquiera convicción que los acusados tuvieron
participación en los hechos que se atribuyen en la acusación. Solicita decisión
condenatoria.
2.- Alegato de clausura.

21
En la clausura del debate, indica que los puntos de gravedad fijados en el
juicio, por su parte y por los contradictores, son por una parte respecto de la
prueba de los hechos atribuidos a los acusados y por otra parte una alegación “sui
generis” de cara al sistema procesal, por lo que su alegato se divide en tres partes,
una relativa a sistematizar porqué se entiende que se debe desatender la única
alegación efectuada por casi todas las defensas –salvo la de Maulén González–,
quienes han planteado la absolución por la prueba ilegal, entendiendo que hay
infracción de garantías constitucionales, y que aun cuando no existiera dicho vicio
la prueba no debiera valorarse por cuanto no procedería la autorización de
interceptaciones en esta investigación. Agrega que, en segundo término, cabe
referirse al delito de Cohecho como columna vertebral de la investigación
desarrollada por tres fiscalías. En tercer lugar, se circunscribiría a la asociación
ilícita, entendiendo la acreditación de participación el mismo por parte de varias
personas, sino de todos, de gran parte de los acusados. Refiere, en este contexto,
que lo primero que se le prometió al tribunal es que, por la forma en que se planteó
por la defensa, el fiscal iba a continuar mintiéndole al tribunal, porque la policía
mintió al fiscal y aquel al juez de garantía y por tanto, quien sostiene la acusación
viene a mentirle nuevamente a tres magistrados; pero nunca existió un engaño,
nunca se omitió información ni se le mintió a un juez de garantía, a ninguno.
Indica que se dijo que hay prueba ilegal, y la prueba rendida por la defensa
sustentaría su alegación de engaño en el segundo párrafo de la segunda página del
informe N°11 y en la primera página, únicas instancias donde se habla de
información residual de la Ley N°20.000. Plantea que citar un párrafo dentro un
informe de cerca de 20 páginas es referir “descontextualizadamente” toda una
entrega de información policial en virtud de la cual se está claramente
denunciando un delito de Cohecho. Desafía a alguno de los defensores a que
reitere la lectura y conclusión de la policía y le señale al tribunal qué delito de la
Ley N°20.000 se denuncia en la conclusión. Entiende además que se planteó que
estábamos frente a “la más grosera vulneración de garantías”, y cree que el
tribunal percibió que no solo los acusadores fueron imputados de ello sino el
propio tribunal cuando osó discrepar de la defensa. Precisa que ello no puede estar
más lejos de la realidad, porque profesionales del derecho no alcanzan a
comprender que la discrepancia, basada en una posición sustentada en términos
doctrinarios y/o jurisprudenciales, no constituye siquiera un error de derecho, por
lo que no puede haber una aplicación ilegal. Indica que más allá de la prueba
nueva y la prueba sobre prueba que se incorporó al juicio, el tribunal, conforme la
introducción de prueba documental, puede verificar de forma evidente y patente
que no hubo engaño, el sumario administrativo contempla el acta de control de
detención de todos los acusados en esta causa, acta que es de casi 6 páginas donde
un juez, supuestamente engañado, discierne respecto de porqué es legal la
detención, la orden que se despachó, y todos los antecedentes que se hicieron valer
para pedir la prisión preventiva de los acusados. Explicita que, respecto de la

22
sorpresa que se planteó por las defensas al tribunal en dicha ocasión, el juez indica
que la investigación viene de una causa de Iquique por Cohecho, y el juez va
argumentando, y en esa acta se razona pormenorizadamente, porqué existen
antecedentes, y el juez deja constancia de haber revisado todas las solicitudes, no
hay desprolijidad. Pregunta si basta entonces no estar de acuerdo las defensas con
su hipótesis si se acompañó como prueba documental una resolución judicial del
Juzgado de Garantía de Iquique, que claramente señala que hay una investigación
por Cohecho y no por droga. Agrega que existen 3 testimonios, de Concha Cire,
Nataly González y Diego Díaz, que refieren al tribunal que la investigación deriva
de información residual, y entiende que la hipótesis de los contradictores no solo
es poco generosa con la realidad, sino que, además, es contraria a principios de
lógica fundamental ya que, conforme al principio de contradicción, no puede ser
verdad que se autorizó una interceptación en Iquique y que no se autorizó, y si se
acredita que una hipótesis es verdadera la otra es falsa, y el tribunal tuvo en su
poder la resolución de autorización. Refiere que ahora, conforme máximas de
experiencia, la defensa acreditó conforme su documental una decisión de no
perseverar en aquel procedimiento, pero es una cuestión de lógica la comunicación
de dicha decisión en causas sin imputado conocido en circunstancias que, en
investigaciones de la Ley N°20.000, el mismo artículo 24 dice que se puede
archivar provisionalmente, por lo que la investigación de Iquique entonces no fue
por droga, y si existió autorización judicial que su parte acreditó. El artículo 167
del Código Procesal Penal, cuando regula la forma en que se pone término al
procedimiento estas situaciones cuando no hay orden de detención, muestra que no
existió investigación por tráfico en esta causa. El M.P. indica, como segundo
capítulo, que habiéndose planteado expresamente solo por la defensa de Avilés
que no procede la interceptación en el delito de Cohecho, se plantea algo inaudito
conforme la forma en que se han ido resolviendo estos casos en los delitos
funcionarios, y se hace una interpretación equivocada que no ha tenido respaldo en
la jurisprudencia, y cita fallos donde se ha permitido estas interceptaciones en
delitos de cohecho. Indica que se ha hablado que no hay prueba de participación o
de que se estaba cometiendo el delito para solicitar la interceptación, pero el
estándar del legislador para este caso es que existan sospechas fundadas en
términos determinados, exigencia inferior que para efectuar un control de
detención, que exige un indicio, cuestión que es más fuerte que una sospecha, y
tanto así que en la discusión “pre-agenda corta” la Defensoría Penal Pública
argumentaba que los casos controvertidos correspondían a una detención por
sospecha, y por tanto, esto ya nos dice que el estándar de sospecha es inferior al de
indicio. Agrega que se consultó a los testigos por qué no detenían a los imputados.
Refiere que en el caso existieron para la sospecha hechos determinados como
conversaciones telefónicas, desapariciones de mercaderías, viajes, registro de
migraciones, transferencias de dinero, y asimismo, ni siquiera era necesario
interceptar al autor, porque conforme el artículo 222 del Código Procesal Penal

23
basta hablar de alguien que esté participando en la comisión de un hecho punible,
vale decir, algo que puede revestir las características de un hecho antijurídico pero
respecto del cual no sabemos quién lo está cometiendo. Pregunta si eso entonces
sería un argumento para plantear que aquí hay una persecución irracional y
desbocada de todo el aparato de persecución penal, y estima que ha traicionado a
la defensa el ímpetu de querer ejercer la defensa de sus clientes, mas sin la
razonabilidad necesaria. Señala que nos queda por saber si el delito de Cohecho
tiene pena de crimen, y qué duda cabe que la tiene, ya que el artículo 248 Bis del
Código Penal, cuando sanciona el delito, habla primero de una privativa de
libertad, y la jurisprudencia ha sido muy clara –sobre todo en el caso “Fragatas”–,
en la medida que ahí también se alegó que no procedía la interceptación en el
Cohecho y el tribunal acogió la hipótesis y obviamente los antecedentes subieron a
la Corte de Apelaciones para resolver el asunto, si la decisión del tribunal no
hubiera estado asentada en alguna doctrina el tribunal debería haber aceptado el
reclamo, no por eso es errónea, pero la Corte de Apelaciones de Santiago lo aceptó
y dijo que había un error de interpretación del derecho al explicar que la pena que
correspondería al artículo 248 Bis referido es de crimen, ya que la misma Corte
dice que si la pena fuera accesoria se modificaría al variar la pena privativa de
libertad, y la relevancia de ello se produce por cuanto la inhabilitación no es
accesoria porque no sigue la suerte de la pena principal, y entonces hay que ver si
está dentro de las penas definidas de crimen, y aquí el intérprete tiene la libertad
de apreciar la prueba y las normas salvo cuando la ley entrega una decisión, y el
Código Penal al definir las penas de crimen, en los números 16 y 17 del artículo 21
del Código Penal, dentro de la escala aparece la de inhabilitación absoluta
temporal y la de inhabilitación absoluta temporal para cargos y oficios públicos y
profesiones titulares, entonces, estas penas de interdicción –como las denomina
Guzmán Dalbora en su libro La pena y la extinción de responsabilidad penal–, son
intencionalmente impuestas porque lo que el legislador plantea es expulsar al
traidor de la confianza estatal, para siempre. Precisa que esa decisión no puede
sino ser valorada en toda la relevancia que el legislador quiso, y sobre este
particular no encontró algún autor que sostuviera la hipótesis de la defensa o
jurisprudencia que explícitamente lo planteara, al menos en tribunales superiores,
pero incluso, aún cuando el tribunal entendiera que la hipótesis interpretativa de la
defensa es la acertada, no por eso se debe apreciar la autorización como ilegal bajo
una errónea interpretación el derecho, y ello es así porque la coherencia del
sistema y la igualdad ante la ley exige que si a otros ciudadanos se les ha
condenado bajo interceptaciones telefónicas por cohecho, a otros se les absuelva
por ello. Indica que así se ha pronunciado jurisprudencia como los autos Rol
N°430-2017 de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Rol N°267-2013, de la
Corte de Apelaciones de San Miguel o en autos Rol N°17.014-2015 de la Excma.
Corte Suprema, fallos en los cuales se ha dicho que no hay errónea aplicación del
derecho si se interpreta el alcance de una norma, por lo que, si no puede ser

24
errónea esa interpretación, no es ilegal. Y aquí hay una presunción que parece
desentenderse, si bien no sabe porque, de que toda la prueba que es admitida por el
Juez de Garantía, al momento del Auto de Apertura, está revestida de una
presunción de legalidad, cuestión que no es invención de su parte, sino que nadie
duda de la honestidad doctrinaria y dogmática de determinados autores y personas,
como Tavolari, quien a propósito de un informe, que tampoco fue muy conforme a
la fiscalía, en un libro sobre aspectos del proceso penal, hace un análisis de porqué
el Auto de Apertura produce cosa juzgada, y sobre ello reboza una de las bases
fundamentales de la institucionalidad, el principio de competencia. Precisa que no
debe olvidarse que el principio de competencia se aplica a todos los funcionarios
del Estado, cuestión consagrada en los artículos 6 y 7 de la Constitución Política
del Estado, antes de los derechos y garantías constitucionales, porque no existe un
sistema coherente sin el principio de competencia. Y pocas veces se ha encontrado
con resoluciones tan claras, como lo hace la resolución previa (en la nulidad previa
de este juicio) que anula el mismo por cuanto el tribunal, bajo el pretexto de hacer
justicia, se superpone a la competencia de la Excma. Corte Suprema, siendo
aquella la forma en que, sistemáticamente, el legislador asumió estas funciones.
Así, si el Juzgado de Garantía estima que la prueba es legal, el artículo 277 del
Código Procesal Penal dice que, sin perjuicio de la ilegalidad, el juez de fondo
debe fallar conforme esa prueba, cuestión que las defensas han pretendido arrastrar
a este juicio. Explica que ello no significa que los imputados quedan
desamparados, sino que es otro tribunal el que debe solucionar el asunto. Refiere
que la Excma. Corte Suprema dice que el tribunal oral no puede excluir sino
aquello que se hizo en garantía así como no puede dejar de valorar legalmente la
prueba producida en el juicio, desatendiendo una posición de la defensa en torno a
ignorar aquella prueba. Además de esto, existe un tema que abona más a la
legalidad de la prueba, y que consiste en que si no hay error no hay ilegalidad y si
no hay ilegalidad no puede existir infracción de garantías porque, conforme a la
lógica y a la “pirámide invertida” de Kelsen, si algo es legal se presume ajustado a
la constitución, y aquí no se ha suspendido el proceso porque no ha existido algún
requerimiento de inconstitucionalidad de ninguna de las defensas, y ninguna ha
entendido que hay infracción de proceso por lo que, no habiendo ilegalidad de
base, no hay infracción de garantías. Indica que acá no hubo prueba alguna sobre
la trascendencia y conexión de la ilicitud supuesta con una determinada esfera de
núcleo o custodia de los acusados, y en ese contexto se produce la cosa juzgada de
la interlocutoria de segundo grado que es el Auto de Apertura, por lo que, quien
alega lo contrario a la normalidad del proceso, debe probarlo, y en ese contexto,
quien sostiene que hay ilegalidad debe traer prueba de la ilegalidad y no una
simple interpretación derivada de prueba incompleta, una “descontextualización”
de informes policiales e imputaciones de delitos cometidos por policías y fiscales.
Precisa que, dentro de la doctrina de la organización y asociación ilícita, el M.P.
sigue la posición de Mañalich y algunos autores argentinos, y precisa que el bien

25
jurídico tutelado de una asociación ilícita es relevante puesto que comprometen la
primacía jurídica del estado como tal, la convivencia pacífica, y que este
compromiso de la primacía jurídica se ve comprometido por la mera existencia, de
esa asociación, sin importar el resultado, y una de las maneras más desafiantes de
comprometer la existencia del estado es infiltrándose en él y ello es mediante la
propuesta de Cohecho de un funcionario público, y ahí se entiende que el Cohecho
es columna vertebral de la investigación, solicitar o aceptar, solicitar es una de las
maneras más inverosímiles posibles, pero en este caso no nos enfrentamos a
situaciones tan indeterminadas, pero en este juicio se pudo determinar el flujo de
la información, lo que ni siquiera es necesario que se manifieste de forma expresa,
basta que se subentienda. En cuanto al beneficio económico que se plantea no es
necesario que sea dinero, basta que tenía una composición patrimonial, y basta
recordar el audio 3412, el señor Avilés conversa con Lara y Avilés le dice a Lara
cuando creen que Alcaíno fue detenido por la jugarreta AVILES DICE “HE
PUESTO EN PELIGRO MI TRABAJO” ¿y por qué, si no ha hecho nada
indebido? esto deja ver su dolo, tiene conciencia que no está cumpliendo con sus
deberes funcionarios, pensamos que estaba pensando en esconder porque la policía
podía ir a su lugar de trabajo, y ¿ por qué iría si no había hecho nada? como
pensaría un funcionario probo, no se requiere un pago efectivo y falta la
aceptación, esto era relevante antes de la ley y se permitía entender que ahí si era
necesario hablar y termina particularmente respecto del artículo 248 Bis, basta la
solicitud, la recepción del dinero efectivo, y el caso de cohecho, desagregan la
malversación con el cohecho respecto del tráfico de información que entienden se
produce en ASIPAC y en el contrabando de Osorno, entiende que hay una
infracción del deber fundamentalmente porque incluso en la misma doctrina se ha
asentado que infringe el deber el funcionario que no cumple con las funciones
enumeradas de su carga ni con el servicio, y apunta al artículo 21 de la Ley
orgánica de aduanas donde dice que los funcionarios no pueden tomar interés en
asuntos relativos. En ASIPAC la participación de Avilés se acredita por hechos
determinados que constituyen indicios, Concha Cire y Diego Díaz indican que
con el sistema de Lara se recibe información que remite a Alcaíno y este comenta
en el audio 8358, en la conversación entre Lara y Alcaíno, Lara no le dice a
Alcaíno voy a averiguar, le dice “me van a entregar un informe”, si hay alguien
cuidadoso, luego de Hernández, Lara, luego tienen dos fotografías medios de
prueba 5 fotos 7 y 8 que dan cuenta de las reuniones que se producen en ese
contexto, en el audio 4745 Lara solicita expresamente una cantidad determinada,
en el hecho contrabando Osorno, la declaración de Nataly González nadie ve a
Avilés y Chávez, pero ese testigo quiere negar la existencia de los indicios y sus
circunstancias concomitantes, Zepeda confirma 8773 entre Lara y Avilés, le dicta
la patente del camión, le dice que es un volvo rojo, de que dio cuenta Zepeda y
Molina, de que efectivamente en Osorno aparece un volvo rojo con esa patente, y
aquí es la relevancia de un indicio, sin la conversación entre Lara y Avilés en que

26
Lara le explica a Avilés como se va a colocar los cigarrillos en el contenedor
diciéndole que van a salir de Punta Arenas, ambos dan cuenta que había un muro
de carga licita y detrás de ese muro estaban los cigarrillos de que hablaban y eso
fue comunicado por Lara, si no es precisamente por ese cargamento. La sentencia
que trae la defensa de Alcaíno solo corrobora que efectivamente una persona con
el apellido del consignatario aparece condenado, pero le parece haber uno de los
investigados, que tenía que haber un abogado, no le interesa saber quién fue el
colega pero claramente el colega hizo lo que tenía que hacer, el colega fue y logró
que esas personas aceptaran responsabilidad y se acabó. Aquí lamenta la cosa
juzgada , identidad legal de partes, de cosa pedida, y causa de pedir, parece que
esa sentencia no tiene la triple identidad, la prueba documental 64 65 66 y 67 dan
cuenta que la información aportada por los acusados en el orden en que se aportó
dio cuenta de ello, no tiene antecedentes para afirmarlo, es irreverente pero él
solicitó dinero, con ello se cometió la infracción al artículo 21 de la ley orgánica.
Este cohecho, inicialmente investigado que se pensaba que era otra persona pero
luego se corrige, por lo menos desde mayo de 2014 hasta con mucha posterioridad,
porque el señor Vásquez y Espinoza Achín cuando declaran le plantean a SS que
Avilés no solo retiró perfumes y carteras sino también otras especies, si bien no
forman parte de los hechos, pero parte de lo que hay que acreditar es el ánimo de
delinquir permanentemente juntos, establece obligaciones respecto de denuncia
cuando se tiene conocimiento de algún delito de potestad aduanera, los dos delitos
de cohecho son de potestad aduanera de cigarrillos. Finalmente existe una
asociación ilícita conforme el artículo 292 del Código Penal y aquella ha tenido
por objeto la perpetración de delitos de contrabando, infracción a la propiedad
industrial, en concurso con otros delitos usados para cumplir los fines delictuales
programados por la asociación. Entiende que se conocen los elementos de la
asociación, no la estructura de Echeverry, con requisitos, y hoy por lo menos está
asentado que son cuatro requisitos, pluralidad de sujetos, Alcaíno, Hernández Lara
y Avilés, como un colaborador esencial dentro del funcionamiento de la
organización, que hubiera podido hacer el primer trío de personas sin la
información y colaboración de Avilés, debe haber concurrido una especie de
“afecctio societatis criminal” que no es sino el ánimo de permanecer juntos
cometiendo delitos, hay permanencia en el tiempo y dolo común, esto se
determina conforme 3 antecedentes relevantes, comunicación: siguen un
determinado orden, no hay prueba de que la misma podía producirse entre Avilés
y Hernández, tratándose de gestión de cigarrillos en el extranjero, Alcaíno y
Hernández conversan, Hernández viaja, distinguiendo cuando eran hechos propios,
conforme al local comercial, que aparece sin movimiento, y que esta persona junto
con viajar, y cuando viaja, está la conversación entre Alcaíno y Hernández y
cuando se trata de Lara y Alcaíno, y cuando en mayo se logra establecer la
existencia de un contenedor con consignatario ASIPAC se logra establecer el flujo
interno de información a Lara, con el acceso de información respecto de carga

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proveniente del extranjero, en ese contexto tiene facultades, claves, password para
hacer las consultas del tema, no lo tiene ni Lara, ni Alcaíno, ni Hernández, como
se supo que ASIPAC era una empresa de bajo riesgo, cuando Lara y Avilés
hablan, Avilés dice que está molesto porque no le han pagado, lo mismo me pasa a
mi cuando las cosas quedan retenidas, las cosas retenidas de Lara es el contenedor
de ASIPAC y el de Osorno. Lara con Avilés conversan previamente desde el
punto de vista de cuánto va a costar, solo por “cool” que puede resultar ser
miembro de una asociación ilícita si la misma dice relación con ganancias,
utilidades que se reparten, eso habla de estructura financiera, Alcaíno de acuerdo a
las interceptaciones manda a estas personas, no en base a una estructura, ni
siquiera en el aparato militar se tolera el maltrato en la institución, ordenar a que
otro lo cumpla. Lara llama a Alcaíno y Alcaíno no lo va a recibir sino Hernández,
no es Hernández quien llama, Alcaíno le dice que va a recibir. En cuanto a los
elementos que dan cuenta de esta situación, puntos de reuniones previamente
concertados que permiten a los integrantes del grupo, cuando se van a juntar en
San Antonio en el contexto del contenedor, donde se van a juntar, donde siempre o
en otro lugar, pero el grupo decide juntarse en San Antonio. Esta conversación
entre Lara y Alcaíno, alguien más donde Lara y Avilés le dice a mitad de camino,
mucho después de mayo de 2014, en mayo de 2014 se juntan en lagunillas y se
logra verificar. Nadie pretende decirle tenemos una foto de Avilés, hay una
conversación, que ha tratado con otras personas, con información que conforme
interceptaciones, proviene de aduanas, en otro lugar, se ha pretendido mostrar a
Avilés en el jumbo en Viña del Mar y recibir una bolsa, de acuerdo a las
interceptaciones telefónicas, para entregar dinero, pero cuando Avilés le cobra a
Lara, ¿le habla de esa entrega? podríamos entender que está pagada, pero no hay
antecedentes para ello, podría ser un remedio, no hay información para saber eso,
no podemos especular, la información que entra es concordante con lo que se
observa después en las vigilancias, no está el funcionario que levantó el video, y
por eso sería falso, la foto está trucada que sería el antecedente por el cual el
tribunal no podría valorarla. En cuanto a la planificación el audio 2408, en aquel
mientras planifican el contrabando de Osorno Cristian Avilés y Nelson conversan
sobre una lista de especies, y si es verdad de que solo hacen una cosa de vez en
cuando, juntos, ese audio no tendría mucho sentido, porque hablan de los 8
millones que deben entregar a Chávez conforme lo que indica Avilés, se habla de
carteras que se ha cometido y perfumes que se van a cometer, pero se habla de
muñecas, relojes, lentes, pero no se dice que se encontró en la casa de Alcaíno,
relojes, carteras, no hay pericia que son las carteras, en que casa razonablemente
una persona sin movimientos tributarios en el último tiempo, tiene tal cantidad de
carteras falsas o verdaderas da lo mismo porque estaban retenidos por ser falsas.
La misma persona que ya no le interesa porque están en el mercado las muñecas,
porque ya no le conviene. Parece que quien conversa tiene experiencia y le está
explicando al otro que eso no lo van a hacer, y Lara no insiste. En el progresivo

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3090 donde Avilés vuelve a reiterar respecto de las muñecas y juguetes y Espinoza
Achín indica que Avilés también participó en el retiro de muñecas y lentes y
carteras, y él le explicó que por precaución tomó fotografías de aquello. 2408,
objetivo común, comisión futura. En el progreso 3, Alcaíno llama a Lara y le pide
que le mande de nuevo el número de Lara y en ese mensaje se obtiene una
chequera electrónica. En el audio llama a nano y le informa que ya está listo el
depósito. Hay muchos audios que permiten sostener esta jerarquía. En uno de
ellos, Miguel llama a Lara y Lara le dice que la carga sale hoy, y le explica que
puede juntar una determinada cantidad de dinero, porque quien tiene el dinero
puede lograr pagar todas las actividades para la comisión del delitos, el
almacenamiento no se pagaba, no está diciendo que ordenaba, sino que como
jerarca y financista, depende qué ocurra, él tiene el dominio del hecho en esa
actividad. En otro audio, se habla de un millón de pesos que se le avisa a Lara que
está listo. En otro, Alcaíno llama a Hernández y le pide que vaya a comprar dos
teléfonos para que los hagan funcionar de inmediato porque tal vez haya que
operar en la tarde, y porque eso se necesitaría ahora para una actividad licita, esto
es compatible con lo que se encontró en el domicilio. En el audio se muestra que
se le notifican Alcaíno los problemas, en cuanto a la función de Hernández están
los progresivos donde claramente da indicios que se traslada fuera del país, y
también están los audios relativos al riesgo del negocio, las tasaciones de los
bienes que están obteniendo. Lara en el audio 4695, donde le comunica los datos
precisos, nombre o razón social de ASIPAC, rut del representante, domicilio de
importación, donde estaba esa información sino en S.N.A., 3 días antes del
descubrimiento del contenedor de ASIPAC, respecto de Avilés ya se ha ahondado
pero también hay otro audio, el 6538, previo al hecho carteras, cuando Avilés
llama a Lara y le explica que líneas están disponibles, el progresivo en el que
refiere entre Lara y Avilés una conversación en que el ultimo le indica que está
todo listo, almacenaje, destrucción, y en este punto de la destrucción es relevante
decir que cuando Vásquez habla de eso, los costos de ello fueron negociados por la
gente de ambiente sano y aquella el tribunal la tiene incorporada por todas las
personas, muy distinta del acta por la que negociaba ambiente sano, una empresa
cuyo giro es la destrucción de residuos, que estaba claro, en San Joaquín no existe
ningún vertedero autorizado. El 1864, Nelson llama a Cristian para preguntarle
respecto de que noticias tiene de su amigo, él le avisaría, que a veces las cosas
salen, en otro progresivo, las carteras, parece que algunas de estas cosas se
encontraron en la casa de Alcaíno, pidiendo 16 millones. En otro, Cristian llama a
Nelson y le pide detalles para entregárselos presuntamente a pedro Chávez y esa
persona necesita los detalles, ya referidas en torno a la verificación de la
información de las interceptaciones mediante los testigos en relación a los detalles
del camión. En el siguiente, 7863 Lara le dice los datos del camión y le pregunta si
esta OK el depósito y Avilés le dice que si, por lo que no solo no hubo
solicitación. En otro progresivo respecto del camión se muestra a que pese a no

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estar en Santiago y no estar Pedro Chávez Avilés tiene información en línea de
que está pasando con la fiscalización, pero como si no está ahí y ocurre en un paso
aduanero en la cordillera, en un progresivo se habla de que incluso se puede hacer
lo mismo que se ha hecho con las especies. En otro progresivo se deja ver la
hipótesis que incluso los testigos Zepeda y Molina le dijeron al tribunal conforme
el horario de funcionamiento de la aduana de Argentina. En el progresivo se habla
de la calidad de la carga de perfume, en el progresivo Cristian le dice y así
numerosos puntos sobre el particular específicamente sobre la asociación ilícita de
estas personas. Agrega que hay una exteriorización de la conducta de sus
integrantes, como perteneciendo a esta asociación, cuando Lara habla a Avilés
habla de carga ilícita y de la nuestra, cuando Avilés descubre una sustracción de
bienes, habla de una persona específica el H., cuando se descubre el cargamento
de cigarrillos en Osorno y se discute entre Alcaíno y el socio adicional, respecto de
que la persona que habría recibido algo tiene que responder, Lara dice que no va a
responder, no porque no corresponde, sino porque no se puede hace cargo de ello,
y si no son socios, porque cuando Hernández le dice a Lara que Alcaíno está
detenido, Lara y Avilés se asustan si no tiene nada que ver con él. El Ministerio
Público formuló una acusación en que al menos desde marzo de 2014 hasta 2015
estas personas habrían funcionado como grupo pero en juicio hay antecedentes que
hablan de mucho antes, fue la misma defensa la que incorporó información en
relación a que estaban de antes interceptados Lara, Hernández y Alcaíno ya en la
investigación de Iquique bajo la misma modalidad. A su modo de ver, en este
juicio se han acreditado todos los presupuestos fácticos de su acusación y se han
sorteado, más allá de que las alegaciones puedan acentuar determinadas cosas, más
allá de toda duda razonable, que efectivamente estaban integradas y que desafió la
funcionalidad del estado corrompiendo a uno de sus integrantes, al punto que el
nivel de vida de acuerdo al sumario administrativo, su jefatura sospecha de su
nivel de vida, se acompañó reiteradas resoluciones del S.N.A. que dan cuenta de
destinaciones, pero si se revisan algunas son destinaciones y otras que se rectifican
las previas, bastando que respecto de uno de ellos se cambie el tiempo, si el
tribunal suma los ingresos de Avilés, su remuneración, sus bonos y sus viáticos de
Avilés no supera los $500.000 promedio durante 2013, 2014 y 1015, por lo que
claramente lo que tienen es que hay un funcionario que decidió traicionar su
lealtad al estado y vender lo que podía vender conforme su vinculación al servicio,
lo que se ha manifestado de la manera más perversa, corrompiendo órganos del
estado, la protección de la salud, los cigarros que se prohíben en Chile no lo son
solo por impuestos sino también por provenir de zonas que no saben de qué se
fabrican, hay marcas que no pueden ingresar al país incluso en el caso de pagar
impuestos. No hablan de algo. Da lo mismo si les resulta o no, el hecho es que se
asociaron y organizaron y parece que algunos resultaron conformes con las sumas
que se movían, si el negocio fuera tan malo no se entiende la persistencia.
3.- Réplica.

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Por último, y como réplica, señala que, debe hacerse cargo, en primer
término, de los argumentos de cuatro de sus contradictores. La acusación del M.P.
es contra los acusados ya referidos, pero si uno presta atención fundamentalmente
a unos de los contradictores parece que el fiscal Fernández, Cancino, Subiabre, y
su parte fueron temerarios, y el señor Concha que miente y cuenta historias
inexistentes. Conforme las reglas de fundamentación de la sentencia uno de los
criterios son las reglas de lógica, de esa aplicación de reglas de lógica, y dentro de
esas reglas la más relevante y siempre citada por la Excma. Corte Suprema es el
principio de no contradicción y como esbozaron dos afirmaciones esbozadas por
los intervinientes no pueden ser ciertas, que se dio autorización y no se dio
autorización de interceptaciones. Toda la información debe ser desatendida si se
prueba que no existió autorización judicial, y todo el engaño debe ser desatendido
si se prueba que existió y que luego no se engañó, pensaron que esa sería
suficiente para entender que debía acogerse y rectificarse el argumento. La página
17 del sumario, que es un documento que todas las defensas salvo Petit ofrecieron
como prueba, y sufre un problema de argumentación, la resolución que refieren es
un control de detención, de los acusados presentes en la audiencia, y para no
equivocarse indica que el 14 de abril de 2015, hace casi más de tres años, el juez
que controló esa situación conociendo la detención indica que “revisadas las
interceptaciones para ver, llegué a la conclusión de que las primeras solicitudes
aluden a un delito de cohecho haciendo referencia, y de manera tangencial a otros
funcionarios de aduanas. Hace 3 años esto ya estaba claro, incluso se alude a una
causa de cohecho que se habría llevado a Iquique, derecho del debido proceso
conforme la opción de la defensa, que sabían de una investigación de Iquique. En
la petición se alude a Alcaíno, Hernández y Lara y se pide interceptación. El juez
dice que con respecto a la segunda solicitud de interceptación, esa se decreta el 5
de mayo, luego tengo una tercera solicitud, se alude a Alcaíno, Hernández y Lara y
aquí ya aparece Avilés, recuerda que dice que Avilés apareció en octubre, en el
acta de control deja constancia, esa tercera interceptación, luego en la cuarta
interceptación que corresponde al 11 de noviembre de 2014, se alude a Hernández,
Lara y Avilés, luego en la siguiente interceptación, se alude al contenedor de la
audiencia. El magistrado refiere estos puntos, para despejar la objeción de la
defensa en orden a que se habría decretado interceptación por un delito que no lo
autoriza. El argumento que se ha pretendido levantar es un argumento que se ha
despreciado desde el origen de las técnicas de argumentación. Esta es una falacia,
una y otra vez es traer una falacia, y no porque no le convenga, alguien que no
superó en Aristóteles, una de las falacias es la traída acá, falacia ad hominem, no
contestar el argumento, Weston, atacar a la persona en vez de la fuente. Manuel
Atienza en su curso de argumentación jurídica en las páginas 116 y 117,
razonamiento incorrectos, inválidos, el más peligroso son las falacias, porque no
es que sean correctas o incorrectas, son un engaño, una trampa. Esto no es nuevo
en este proceso, ya ocurrió en el juicio anulado, pero lo que sorprende es que aún

31
habiéndose puesto en conocimiento de los superiores, no existe respecto de nadie
ni siquiera una investigación o formalización en su contra, si las defensas
advierten estas tropelías, donde están sus denuncias, o de un juez poco atento. Se
les dirá que no es función de la defensa, pero esta parte de la situación es la piedra
angular de su argumentación, no hay denuncia de parte de este tribunal en contra
de los encubridores de esta tropelía de funcionarios ineptos y corruptos. Esto es
grave porque se resta tiempo por uno. Se han ensuciado los nombres de personas
ausentes. Agrega que, en cuanto a los argumentos verdaderos, se dijo por Andrés
que había una infracción al deber de registro del Ministerio Público porque no
existe registro de las interceptaciones telefónicas en las causas de Iquique y San
Antonio, pero aquí la Excma. Corte Suprema, en el Rol 31.025-2016 en el cual se
cita una serie de argumentos en virtud de los cuales no procede declarar la
ilegalidad de interceptaciones telefónicas, se le reprochaba a una sentencia que no
existía constancia de la resolución judicial que autorizaba la interceptación, pero lo
que se ampara en el deber de registro es impedir que la defensa sea sorprendida, o
que sepa que lo hay en su contra, pero desde el control de detención se sabía que
habían interceptaciones, pero si existía algún punto que levantar sobre aquellas o
reparo de esas resoluciones, era labor de la defensa tratar de anular esas
resoluciones para impedir esas actuaciones. Esto para que un técnico que debe
ejercer activamente su función, cuestione, nada de eso se hizo en este punto. No
hay interceptación en este juicio que no esté respaldada. A contrario sensu, si no
hay infracción a garantías del debido proceso reducidas en el deber de registro
como sorpresa, tampoco lo puede haber cuando hay una resolución errónea por
error de tipeo, porque así se probó, claramente había un error de tipeo, la Corte,
porque la misma Corte se percató que existía la resolución del control de
detención, nunca se resolvió un tráfico en la causa sino un cohecho. No concurre
en esta situación. Refiere que luego dos defensas plantearon que no habría
asociación ilícita, pese a que no hay nada, la defensa pretende que organización
penalmente no cometan dichos errores, la lealtad es entendible en las
organizaciones criminales de la forma planteada por la defensa el siglo pasado, las
actuales tienen las mismas reglas que las legales y económicas. Hoy, uno habla
con cualquier milennials, su opción es trabajar sin lealtad en una organización. Si
las personas en su forma de ver el mundo cambian en su paradigma, los órganos
también cambian en sus paradigmas. La fungibilidad era un elemento de la
asociatividad, pero eso es correcto relativamente porque la fungibilidad se acepta
de labores menores y accesorias, o porque las mismas tienen las capacidades de
auto inventarse, como tiene plan común saben cómo reinventar la asociación. La
fungibilidad no es aplicable respecto de quien se pretendió aplicar. O que quiere
sustraerse ilegalmente del poder del estado, indudablemente un elemento relevante
es alguien que sea un funcionario público. Otra defensa que planteó este punto es
la del señor Alcaíno, no puede haber cohecho y asociación, y eso puede ser así
cuando a quien se le pretende atribuir, sólo ha realizado las conductas de cohecho,

32
pero siguiendo a la doctrina Argentina que han referido, es necesaria al solo
acompañar en el delito, para entender en una organización, pero Avilés comete
cohecho porque el mismo no puede estar comprendido por haber escoltado las
cargas ni la malversación, porque eso supera con exceso el dolo, la tipicidad de
esos delitos, cuando se formula es porque comete cohecho y además participa
activamente con la unidad no solo a sustraer sino a que la carga llegue a sus
socios, porque si no estuviera vinculado solo cobraría su dinero pero el verifica si
la carga llegó. Otro contradictor también planteó un argumento sensato, la prueba
de un hecho negativo, que sería imposible según la defensa, pero aquí es imposible
en una investigación llevada por fiscales, se les plantea la conducta que en este
tribunal se ha querido plantear, se ha verificado si existe la coartada o excusa de
que ello no haya sido así y esa fue la labor planteada, no el hecho negativo, las
personas de ambiente sano, a ellos se les atribuye que participan activamente de
las mercaderías, lo que se dice que esto no fue destruido porque ese no es el tema,
porque hay audios que dan cuenta de ello, pero para soslayar este punto y verificar
que son las mismas carteras, se verificó que si existía un acta conforme a las
reglas, pero en tercer lugar Karen Maulén le dijo al tribunal que llevaba alguna
factura por destrucción de carteras o perfumes, ninguna, probar el hecho negativo
no, pero tienen prueba que eso no existió , ya que ninguna de las vías da cuenta
que eso existió. La contabilidad no puede ser mentira. Más allá de lo que piensa o
cree, la obligación de la fiscalía es traer a juicio sostener razonablemente una
acusación, cuando uno se enamora, no está enamorado de este caso, ningún afecto
por caso ni hechos, los hechos ocurren como ocurrieron, la prueba es legal y
constitucional, hubo opinión de jueces de una I. C.A. y de la C.S. a través de
numerosos fallos. Lo que se ha intentado por el Ministerio Público es cuál es la
prueba que debe traerse, exige prueba diabólica, quien vendió ello esta desterrado.
No hay prueba de mentira, de que se haya mentido, y cuando se intentó de otra
manera, con la solicitud del Ministerio Público, que mejor forma de disipar, se
opuso la defensa. No se quiso aceptar esa prueba, porque la defensa conoce esas
solicitudes y sabe lo que dicen, lo que dicen los jueces. Un sistema de derecho se
sostiene en un proceso racional y justo, y la racionalidad reposa sobre el orden
consecutivo legal, sino llegamos a la irracionalidad de que el último día del juicio
llegamos a discutir el fundamento de la formalización, y el anglosajón y alemán
tienen momentos de control donde deciden que pasa y que no pasa, y una vez que
pasa una prueba, y no existen dos opiniones en la doctrina, lo que se debe acreditar
con antecedentes nuevos es la ilegalidad. De los antecedentes hubo respuesta de su
parte, no hay indicios de que el acta del sumario haya sido un complot de parte de
todo el estado de Chile en contra de los acusados. Se acreditó todo lo que se
planteó en la acusación, y por ello, sostiene su petición de condena.
SÉPTIMO: Planteamiento del C.D.E.-
En apoyo a su pretensión punitiva el C.D.E. refiere en el debate los
siguientes argumentos:

33
1.- Alegato de apertura.
En la apertura del debate, indica que, coincidiendo con el M.P., estima que
la contundencia de la prueba del acusador permitirá tener por acreditada las
circunstancias fácticas que forman parte de la acusación. Como se ha podido
apreciar, la acusación es extensa y comprende varios hechos y delitos y en ese
sentido su parte centrará los alegatos en los hechos 3 y 5, carteras y perfumes, y
dentro de estos hechos se hará cargo en lo relativo al delito de malversación de
caudales públicos. Así, estos hechos versan sobre mercancías que fueron
incautadas por haber ingresado al país con infracción a la ley de propiedad
industrial, siendo garante el S.N.A., en tanto deben permanecer en un terminal
extraporturario hasta que un tribunal de la república decida su destino, un
funcionario de Aduanas que hace las veces de ministro de fe, debe entonces
comparecer conjuntamente cuando el tribunal lo determine, junto a un
representante de la empresa encargada, y procederá la destrucción de las especies
dando cuenta en un acta. En los hechos lo que motiva, es que Cristian Avilés
simulaba que esto ocurría de la forma que señala pero concertado previamente con
los socios. Comparecían a los almacenes informando que comparecían a los
mismos para su destrucción lo que no acontecía porque las, sino que fueron
trasladadas a bodegas en la región metropolitana donde concertados con, tenían
todo dispuesto para la comercialización de las mismas. Para poder dar una
apariencia de legalidad se falsificaron dos tipos de documentos distintos, una acta
de destrucción, y además se califican en dos ocasiones, juzgado de garantía que
supuestamente habría determinado la destrucción de las especies, se habían
incautado las mercancías respectivas. De acuerdo al relato de los hechos es fácil
ver que el actuar del funcionario público Avilés Trigo se encuentra en el artículo,
que sanciona al funcionario público que, la calidad de funcionario público de este
acusado y su función así como el concierto de este con los otros imputados se
acreditaría en el juicio con distintos medios de prueba, destacando los testigos, los
testigos funcionarios del S.N.A. las interceptaciones telefónicas que darán cuenta
de un funcionario público que escolta el camión, con mercancías que estaban
destinadas a ser recibidas en Santiago en bodegas arrendadas por el señor Alcaíno.
Es necesario hacer presente al tribunal en la petición de su parte desde la querella
en cuanto a solicitar que el título de incriminación del funcionario público se
comunique a los coimputados. Estos se funda en el conocimiento de la calidad de
funcionario público de Avilés de parte de los coimputados, que , si bien el tema de
la comunicabilidad es un tema discutido, cada día es menos cuando concurren
estas dos circunstancias, por el conocimiento y concierto que existe entre los
involucrados, incluso entre la sociedad legítima, sabían que las mercancías estaban
destinadas a ser destruidas, el destino final no sería el previsto por el tribunal sino
una comercialización ilegal de las mismas, sobre este punto de la comunicabilidad,
refiere que ya desde los inicios de la discusión doctrinaria no parecía tan claro que
por un mismo hecho se sancionara a títulos distintos a diversas personas sobre

34
todo cuando se aprecia unidad de dolo, siendo la gran norma de base el artículo 64
del Código Penal, respecto de las modificatorias, es una norma excepcional y por
tanto restrictivas, debiendo aplicarse solo a dichas figuras y no a circunstancias
personales del funcionario público, tal como indica Magdalena Ossandon, en su
libro de los delitos funcionarios, en la medida que concurra precisamente una
convergencia objetiva y subjetiva con los coparticipes, en la medida que tengan,
también se señaló para negar lugar a la posibilidad de comunicar el vínculo que
todos los tipos penales contenidos en el título V de libro Primero del Código Penal
señalan que “el funcionario público que…” entendiendo la doctrina que esto solo
puede cometerse por una persona calificada, pero esto en realidad se refiere que el
dominio del hecho debe ser funcionario público pero los coparticipes pueden ser
extraneus. En los delitos cualificados, la sanción mayor no tiene que ver con la
calidad del funcionario público, por su función de garante, pero esto tiene que ver
con la finalidad de la ley penal con la finalidad de otorgar mayor protección a
bienes jurídicos de mayor valor, pudiendo ser dañado de la misma manera por un
intraneus con un extraneus, que pone de su parte todo lo necesario para perjudicar
la recta administración de justicia. Solicita especial consideración a dos aspectos
relacionado con este delito, el rol de Avilés y respecto de las mercancías y si ellas
salían o no, como del conocimiento que tenían sus coparticipes de esta actividad
de Avilés.
2.- Alegato de clausura.
En la clausura del debate, indica que la prueba de cargo fue sólida y
contundente sobre la ocurrencia de los hechos y participación culpable de todos
los acusados. Indica que solamente la defensa de Maulén alega inocencia, las
demás, sabiendo la contundencia de la prueba, se limitan a intentar desvirtuarla la
legalidad. Haciendo suyos argumentos sobre la supuesta ilegalidad, complementó
en cuanto al supuesto engaño al juez de garantía, hizo presente que las
resoluciones judiciales que autorizaron las interceptaciones fueron un formato y
cuando se citan la ley 20.000 es por el formato. Cuando la cambio al juez
Marchant el juez Flores cambió el formato. Solo fue un lamentable error de copia
que luego fue modificado. No hay engaño a juez alguno. Los antecedentes del
sumario, actas de control de detención se hace alusión a cohecho y los motivos de
dar a la interceptación. Solo pudo haber diferencias interpretativas, más no de
ilegalidad. Fueron tres jueces los que estuvieron en acuerdo. Agrega que, en
cuanto al delito de cohecho, se cumplió con su promesa, un funcionario público
cometió el delito de malversación de caudales públicos del 233 del Código Penal.
El sujeto activo fue un funcionario público que intervino como autor, Avilés Trigo
fue funcionario de Servicio de adunas comprobado con sumario administrativo y
sus piezas. Los bienes estaban a su cargo de los caudales, esto es que tenía una
especial vinculación, la capacidad de definir el destino de los bienes. Según
Ossandon que pudiera sustraerlos sin clandestinidad. Que tener a su cargo los
bienes, no requiere de una designación formal, sino que en los hechos detente la

35
función en relación a los bienes. Cita causa de CS de año 1996, que asienta ese
criterio, causa rol 8860-2006. Otro fallo 5733-2004. A su cargo se refiere en
relación esencialmente de hecho. Según la Corte de Valparaíso en 2013 en Rol
11.182, “tener a cargo” es un concepto amplio, siendo suficiente a la custodia en
calidad de funcionario público. Con la prueba rendida se acredita que Avilés tenía
especies a su cargo, conforme al sumario en que da cuenta por serie de
declaraciones que desde septiembre de 20014 fue designado por teresa moreno
como ministro de fe en la labor de destrucción de adunas, designación verbal.
Luego la jefe jurídico Luis María Changaroti, dice a fojas 3010 que fue designado
a partir de septiembre de 2014, luego a fojas 326 dice expresamente que fue
destinado como ministro de fe. En el mismo sumario declaran funcionarios de
Saam, que el único funcionario que intervenía en destrucción fue Avilés. Así
declaración de juan Calos López a fojas 60 y Ching a fojas 62. Los testigo
Espinoza Achin y Vázquez coinciden en que adunas era representado en
destrucciones por avilés. Era conocido por Espinoza como una autoridad de
adunas y debía ser autorizado por aduanas la salida de las especies. Los testigos
decían que la destrucción o retiro de mercancías no se podía sacar sin intervención
de adunas. El funcionario autorizado era Avilés Trigo. Así está clara la relación
de Avilés con la mercadería. Si el no autorizaba, los bienes no salían de la custodia
o caudales o efectos públicos. Según profesor Bunster, caudales, son los bienes
muebles evaluables en dinero. Eran públicos porque estaban incautados y estaban
bajo la potestad del estado. En el casi de carteras, la determinación de talles y
cantidad en documentos 45 y 49 y perfumes en documentos 45 y 46. Los bienes o
caudales estaban conforme a la norma en depósito consignación o secuestro. Solo
se requiere que estén bajo la potestad del estado. No se hace una referencia a nivel
contractual, sino que al sentido común de las palabras. Fueron sacados de esfera de
cuidado del estado. Según testigos policiales y el testigo Espinoza Aching, las
mercaderías fueron sacadas mediante un trabajo en equipo con toda una logística
para no despertar sospecha. Así intervienen todos los acusados para sacar
mercancías de esfera estatal para comercializarlas. El audio 3469 da cuenta de
conversación de Avilés con conductor y le dice que si lo para el carabinero le dé
explicación en detalle que dijera que iban a destruir mercancías Santiago, y no en
el molle como era de costumbre. El grupo trabaja en coordinación para sacar las
especies 2537 Avilés dice que tuvo que sacar el camión y dejarlo más allá de
Maipú. Audio 1700 Lara y Avilés hablan del hecho 3 cartera y le dice estamos
listos con el negocio y la movilización de las mercancías, no destruirlas. Las
mercancías llegaron a bodegas en Santiago según las escuchas. Las especies
fueron encontradas en la casa de Alcaíno. Audios 3066 y 3067, respecto del caso
perfume, Lara le da cuenta Alcaíno del estado de las cajas y llaman a Avilés y le
informan que estaban terminando de descargar. También quedo claro la utilización
de un acta falsa de un tribunal. Sobre ese punto hace presente el documento 93 en
numero 5 y 6 se detalla las especies carteras y perfumes. Se vio la foto en que

36
rivera y Avilés aparecen retirando las carteras. Vásquez dijo que fue Rivera de
ambiente sano quien pido la rebaja de las especies. Otro medios de prueba 19 en
relación hecho perfumes, Avilés le dice a Lara quien debían depositar los derechos
de almacenaje y todo más las fotografías de pantallazos de cuentas Rut para los
depósitos. Eso da cuenta de la operación de retiros de especies. En el audio 2408
se habla del listado y da cuenta del conocimiento de los partícipes y listado de las
especies. Has fotos del listado conforme al anexo 49, es el mismo listado con que
mercaderías fueron incautadas. Había conocimiento de los coparticipes. Insiste se
aplique a todos sanción por el mismo título criminal, por su comunicabilidad del
vínculo que desde 2007 es así. Cita fallos del Tribunal Oral de Los Andes, Rit 18-
2015 y de Corte Valparaíso N°1295 -2007. Otra opción es comunicabilidad
relativa, se le puede condenar como cómplices, Rit N°185-2014 de Top de
Valparaíso. Se sanciona como participes de malversación al funcionario público y
a los coparticipes. En relación al cohecho cito audio 7863 Avilés da cuenta a Lara
que recibió el ok y el depósito y luego le da el mic del camión. Sobre ese punto
hace presente que basta con que el funcionario acepta recibir una dadiva. No es
necesario que la reciba, basta la aceptación, que en concreto fue clara y manifiesta.
Reitera pretensión de condena.
3.- Réplica.
Por último, y como réplica, pide que el sumario administrativo sea valorado
como documento, no como testimonio. Indica que el acta de destrucción de
especies es falsa conforme a los documentos y testimonios. Señala que las especies
no fueron destruidas en los vertederos. Insiste en el delito de malversación de
caudales públicos. Señala que la defensa confunde ese delito con el de fraude al
fisco. Indica que el valor de las especies no tenía relevancia jurídica. Manifiesta
que las especies en cuestión estaban fuera del comercio humano porque se
encontraban bajo las custodia del estado. Señala que la defensa no realiza
argumentos de descargo sobre la prueba y la calificación jurídica de los hechos,
sólo descalificadoras y críticas en relación a la supuesta ilicitud de la prueba.
Sostiene que todas las afirmaciones de la defensa fueron desvirtuadas por la
prueba y los antecedentes incorporados al juicio. Indica que el policía Concha Sire
era un testigo verás, que simplemente reconoció que cometió un error.
OCTAVO: Planteamiento del S.I.I.-
En apoyo a su pretensión punitiva el S.I.I. refiere en el debate los siguientes
argumentos:
1.- Alegato de apertura.
En la apertura del debate, indica que dicho servicio se refiere a sus delitos,
dispuestos en el artículo 97 del Código Tributario. Los tipos penales materia de la
acusación, que regulan el comercio ilegal, reitera el artículo 97. El verbo rector de
ambos delitos es el ejercicio del comercio, y para poder entender que es comercio
debiendo remitirnos a la normativa comercial. El legislador no define esto pero
debemos entenderlo en su sentido natural y obvio, recordando los actos de

37
comercio del artículo 3 del código del ramo, en especial el número 1, 3 y 6. Tanto
la jurisprudencia como la doctrina entiende que los actos de comercio son
necesarios para obtener el lucro, ambos tipos penales se distinguen entre así ya que
el numero 8 sanciona el ejercicio del comercio a sabiendas que no se da
cumplimiento, en cambio el numero 9 sanciona el ejercicio del comercio cuando
se extrae de la esfera de supervigilancia. Los bienes jurídicos protegidos en el
número 8 es el patrimonio fiscal, en base al impuesto eludido, en cambio el
número 9 protege el orden público económico, contemplando una multa y pena de
presidio, entendiendo que no atiende al daño al erario fiscal. En este caso nos
encontraríamos con un concurso ideal, presente en todos los hechos, sin poder
sostener la existencia de un concurso aparente de leyes penales. Los acusados
compraron en el extranjero una alta cantidad de cigarrillos, además los hechos 3 y
5 los acusados compran transportan almacenan para luego distribuir y vender
diversos artículos de comercio. En el caso de la ilegalidad del comercio no se dio
cumplimiento a la declaración y pago de impuestos del valor agregado y en el caso
de los cigarrillos también se dejó de pagar el impuesto específico de la ley. Según
se probará, los acusados no contaban con los giros que autorizaban el comercio
denunciado, ni con la obligación específica de los comercializadores de cigarrillos
en cuanto a la existencia de un registro especial. Refiere, en cuanto al modus
operandi, el primero es la internación de cigarrillos, vía terrestre y marítima,
existiendo una intención de venta obvia, todo lo que tiene una organización en la
cual se distribuyen las actividades a realizar con la finalidad del comercio y
ganancias propios de estas ventas. En el contrabando de San Antonio se organizan,
uno de los miembros de la organización viaja a Estados Unidos a comprar
amparado por un funcionario de Aduanas que le dice dónde comprar, el perjuicio
fiscal de dicha internación asciende a $468.6336.000.- En cuanto al contrabando
denominado en Osorno, funciona de la misma forma pero por vía terrestre. En
cuanto a la segundo modus operandi, tenemos varios actos de comercio que
convergen en uno solo, la comercialización de mercaderías, el transporte y
almacenamiento de las mismas acá y en Santiago y su posterior venta, las carteras
fueron todas vendidas, incluso algunas en el poder de los acusados al ser
detenidos, estaría ahí el ánimo subjetivo y se configuraría, el perjuicio fiscal de es
120 millones y fracción pero para dejar la mercancía y trasladarlo en su posterior
venta. Señala que la prueba a lo largo del juicio, se escucharan conversaciones
telefónicas donde se ratifica el comercio ilegal que se imputa, pudiendo inferir la
participación, pudiendo ver el no pago y no declaración de los impuestos,
acreditando así la clandestinidad, en la medida que no tenían los giros para poder
operar específicamente respecto al tema de los tabacos. Es posible que las defensas
argumenten el origen ilícito de las mercaderías, lo que ha sido zanjado por la
Excelentísima Corte Suprema en autos Rol N°990-2005, 2255-2008, roles en los
que se habló de este tema y conforme los cuales no se puede considerar que
porque el origen es ilícito no se puede considerar la existencia de estos tipos

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penales, o que ocurriría lo mismo por no existir venta. Como se ha indicado, no
solo hay un acto de comercio, sino otros diversos a la venta.
2.- Alegato de clausura.
En la clausura del debate, indica que acusó por dos delitos tributarios,
comercio ilegal y clandestino. En cuanto al comercio ilegal de 97 n 8 sanciona el
ejercer el comercio a sabiendas de mercaderías y especies a sabiendas sin pagar
los aranceles. Comercio para estos efectos, según el código de comercio y el
sentido natural y obvio, la compra de bienes muebles hechas con ánimo o
intensión de venta. Entonces es aquel acto destinado para obtención de un lucro
entre productor y consumidor. Hay actos intermedios entre compra y venta. Así
hay esos actos intermedios, cuáles? En contrabando fue la compra de cigarrillos
con intensión de venta y la internación. En ambos contrabandos aconteció. En
contrabando ASIPAC hay audios importantes de la preparación de compra entre
433 y 4339, Alcaíno y Hernández. Luego Alcaíno y Lara hablan sobre actos de
internación que luego coincide con declaración de ingresos ante adunas. En
relación a los pagos hay mensajes de texto en que Lara le da cuenta de chequera
electrónica a Alcaíno. Hay prueba del depósito, prueba documental 31. El agente
de aduna Francisco Pardo la reconoció. También hay actos aduaneros, documentos
y el aforo físico. Hasta ahí están Hernández, Lara y Alcaíno. El oficial de caso dio
cuenta de la identificación del NN Avilés cuando se reúne con Lara luego de una
reunión. Es importante el flujo de conversaciones que dan cuenta que son dueños
de la mercancía y que la estaban internando. Audios 10743 y otros entre Alcaíno y
su mujer. En cuanto al contrabando de Osorno, hay etapa en que Alcaíno, Lara y
Avilés conversan sobre la mercancía, datos del camión, mic, pagos y cuentas para
hacer los depósitos, modus operandi y la monitorización coetánea del ingreso del
camión. Se produjo la internación conforme documentos 63, 64, 66 de adunas, los
funcionarios de aduanas señalan como fue el aforo físico. Que hubo un enorme
flujo de información sobre los que iba a pasar con el contenedor, sedaban
explicaciones de los que salió mal y el cambio de turno. Eso da cuenta que eran
dueños de la mercancía que se internaba con información falsa. En relación a actos
de comercio en relación a carteras y perfumes, hubo compra, trasporte, almacenaje
y venta. En cuanto a carteras, destacan audios en que imputados detallan modus
operandi de la sustracción, mercadería, actividad y fechas. Todo acreditado por las
fotografías en que Lara entrega a Alcaíno mercancías que coinciden con
documento comercial Sucsia Saw. La declaración de almacenistas Saam es
relevante. Se reconoce que además de autorización de adunas, se levantó un
listado en que se detalló salida de mercancías, lo que fue corroborado por el
bodeguero Eduardo Espinoza y el listado donde estaban las carteras y perfumes.
También dijo cuando vio a Avilés llega con el camión a sacar las mercancías, etc.
Afirma que las cajas contenían carteras. Eduardo Vázquez señala que uno de los
socios de Ambiente Sano, Mauricio, solicita una rebaja. En las fotos se aprecia el
camión en sector de bodegas. Los funcionarios de garantía, el administrador dice

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que las actas eran inexistentes, y la encargada de sala manifiesta que los correos
iban dirigidos a Avilés. Llama la atención el flujo de llamados entre Alcaíno,
Lara, Hernández y Avilés. Hablan que el camión iba a las bodegas, daba cuenta
que eran dueños de la mercancía y estaban a cargo del transporte y hablan del
precio que es un concepto relativo al comercio, es decir, a la venta. La compra
estaba realizada con intensión de venta. Se vio reunión en que Alcaíno le entrega
un cheque a Lara conforme a las conversaciones previas. El audio 7371 Carlos
Ramírez se comunica con Alcaíno y le hace pedidos de mercancías relacionadas a
la causa y le dice que respecto de las carteras necesitaba ver los modelos. En otros
medios de prueba 77 se ve las especies en domicilio de Alcaíno al momento de su
detención. En el hecho perfumes hay audios que hablan de preparación y modus
operandi, se habla que son mulas, sobre cantidad y precios que iban a cobrar. Eso
claramente es comercio. Se hablaba de lo que iban a pagar por las especies. Haya
varios audios en que se señala una cuenta y luego otra por Avilés y que necesitaba
los datos del camión, en concordancia con mensajes de texto de imágenes 1, 2 u 8.
Importante imagen 4 en que se dan datos del chofer del camión, lo que coincide
con el documento 88 y la foto en el sector de bodega el mismo día 30 de octubre.
Luego otros audios informan que Lara, Alcaíno y Avilés monitorean el camión.
Avilés le da instrucciones al chofer en caso de ser detenido. Luego hablan que el
camión se iba descargar y descarga. Ello da cuenta que eran dueños de las
mercancías. Audio 3103, Alcaíno habla de los tiempos y preocupación de la salida
de mercancías para venderlas bien. Que luego Alcaíno habla sobre su trabajo. Con
todos esos elementos queda establecido el requisito comercio. Actos de comercio.
Con los aforos de adunas se acredita la naturaleza de las respectivas especies.
Mercancías de cualquier naturaleza. No se cumplieron las declaraciones y pagos,
la ordenanza de adunas, el decreto ley 828 y obligación de inscripción en registro
de tabaco, también no se cumple con ley de IVA. Respecto de perfumes y carteras
tampoco se cumplió con artículo 3. La clandestinidad, es actuar secretamente en
forma furtiva o con temor a la ley para eludirla. La Corte de Valparaíso habla de la
clandestinidad. Eso se acredita con el documento 160, ninguno de los acusados
cuenta con registro de importación de tabaco. También artículo 16 de la Ley de
IVA. En carteras y perfumes tampoco cuentas con habilitación de venta y trasporte
y almacenaje y no tenían inicio de actividades. Por último, no hay concurso
aparente por que el comercio ilegal protege el patrimonio fiscal en los gravámenes,
la pena pecuniaria es en base del monto eludido y fue más de 2000 millones de
pesos, conforme se acredita en aforos físicos y sentencia y querellas incorporadas.
Por el comercio clandestino, ese delito protege el orden público económico, la
pena es fija en unidades tributarias. La lesión del orden público importa la
vulneración de principios de libre competencia, derechos del consumidor y otros.
Solicita condena por ambos delitos.
3.- Réplica.

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Por último, y como réplica, manifiesta que la Corte Suprema hace años zanjó
que una mercadería objeto ilícito, sí da lugar a los delitos de comercio clandestino
y comercio ilegal. Cita y lee varias sentencias, entre ellas una dictada en la cusa
Rol N°2878-2013. Afirma que el artículo 162 del Código Tributario faculta al SII
para perseguir esos delitos por vulneración al orden público, no así la droga por
que no es comerciable. Manifiesta que sin perjuicio de no haber importación, en el
caso del comercio ilegal, el SII tenía facultad de perseguirlo porque en los hechos
se afectó la ley de IVA que comprende como hecho gravado la importación.
Finalmente, hizo presente que la propia prueba de la defensa incorpora el fallo de
los hecho de Osorno, que en su parte resolutiva condena por infracción al artículo
97 N° 9 del Código Tributario.
NOVENO: Planteamiento del S.N.A.-
En apoyo a su pretensión punitiva el S.N.A. refiere en el debate los
siguientes argumentos:
1.- Alegato de apertura.
En la apertura del debate, señala que es labor del estado ejercer la actividad
de control de las mercancías que se mueven por sus fronteras, y esta función de
vigilar la circulación de mercancías ha sido entregado a SNA en su función
aduanera. Esta función se incorpora en el artículo 1 de la Ordenanza de Aduanas,
esta función aduanera implica verificar la legalidad del ingreso de mercancías.
Esto se ejerce conforme la potestad aduanera, definida también en la Ordenanza de
Aduanas. En el ejercicio de la potestad aduanera, regulada por una serie de
procedimientos y obligaciones, así como para la correcta determinación de los
tributos. La primera obligación es presentar y entregar las mercancías a Aduanas,
la tramitación de la correspondiente, así como el pago de los tributos aduaneros
que a quienes ejercen dichas obligaciones. Esto se encuentra regulado tanto
respecto de lo que se pretende importar como exportar, en su artículo 4 y 53 se
consagran dichas obligaciones. Una vez que las mercancías son presentadas,
quedan sometidas a la potestad aduanera hasta el retiro para su exportación,
debiendo el dueño cumplir con la regulación legal para disponer de ellas, pago de
tasas gravámenes, etc. El incumplimiento de etas obligaciones es el delito de
contrabando del artículo 168 de la Ordenanza de Aduanas. En cuanto a los hechos
por los que se deduce acusación, don Cristian Avilés era funcionario público a la
época de comisión del ilícito, su parte presenta acusación, ya que todos ellos
previamente concertados, introdujeron ilegalmente mercancías a su país,
cigarrillos extranjeros, altamente codiciados en el mercado informal, el ingreso de
dichas mercancías lo hicieron de modo fraudulento lo hicieron de forma engañosa.
Omitiendo, tanto en san Antonio como en la frontera de cardonal Samoré.
Ingresaron desde Balboa, Panamá, presentando una declaración de ingresos el 6 de
mayo de 2014, declarando mercancías consistentes en tablas de planchar, etc., con
el fin de hacer pasar desapercibidas, rol fundamental lo tuvo Avilés Trigo, contaba
con información relevante que no era de conocimiento público mediante la cual

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logro proporcionar adulterada la información tanto de al como la declaración, para
eludir el control aduanero toda vez que al efectuar esa declaración quedaban fuera
de los índices de riesgo del S.N.A., esta información fue proporcionada a través de
un pago que recibió como beneficio por estos antecedentes. En el caso del
contrabando de Osorno se dedujo acusación bajo el mismo modus operandi, se
completó una declaración con información que no era correcta, señalándose que
era madera elaborada, que logró la internación siendo fundamental la participación
de Avilés Trigo para l, en ambos casos se trata de un alto valor aduanero, son 458
cajas de cigarrillos lo que equivale, con una valor aduanero de 457 millones de
pesos. Respecto del contrabando de Osorno ingresaron, con un total de, con un
valor aduanero con 837 millones de pesos y fracción. Como se señaló se
declararon mercancía diversas a las internadas y esto no obedeció a un olvido, sino
a una intención o un plan ardid, maquinación previamente concertada respecto de
los acusados en su libelo, en este respecto la Ordenanza de Aduanas es clara en
señalar que todas las mercancías deben presentarse en Aduanas, en caso contrario
el delito de entiende consumado desde su desarrollo como tentativa. Se afecta, en
atención a ello su parte estima que los hechos se acreditarán más allá de toda duda
razonable, principalmente, la declaración, además de las escuchas telefónicas que
se ha hecho referencia, además de las declaraciones de ingreso y demás
documentación de las carpetas de despacho de la importación donde consta que lo
que se declaró a Aduanas es distinto de lo hallado por los funcionarios, tanto al
puerto como al camión, su parte reitera la solicitud de pena por entender, la
participación en calidad de autores de los acusados por los que se dedujo
acusación.
2.- Alegato de clausura.
En la clausura del debate, indica que es necesario señalar algunos conceptos.
El intercambio comercial es un rubro relevante en desarrollo de los países. En
1979 se pasó de sistema en que agentes de adunas son garantes y ministros de fe.
Adunas puede fiscalizar de forma selectiva. Cualquiera sea el régimen, el estado
hace un control de bienes en las fronteras conforme a la soberanía o función
aduanera a través de del servicio nacional de adunas. Para cumplir la misión el
servicio tiene facultades o potestad aduanera de la ley de ordenanza de adunas.
Artículos 14 a 25 se encuentran las facultades, para determinar la avaluación
correcta de los tributos. Hay obligaciones, una es declarar y otra pagar tributos
aduaneros. Artículo 16 de la ley orgánica regula la materia. Zona Primaria está
definida en artículo 2 de Ordenanza de Aduanas. En ese momento se está sometido
a la potestad aduanera. Cuando no se cumple esa obligación se comete
contrabando del artículo 168 de ordenanza de adunas, sancionado en el artículo
178. Ese delito contempla diversa hipótesis. En el caso de ingreso de mercancías,
conforme a la prueba, los acusados concertados introdujeron cigarrillos en actitud
clandestina y fraudulenta no presentándolos a adunas. En San Antonio y Osorno,
no se cumple el decreto ley N°828 del Ministerio de Hacienda. El artículo 17 letra

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d) establece una presunción de contrabando. Hubo introducción de mercancías, no
importación. Eso fue un traspaso físico de fronteras. La introducción en aduanas se
hace cuando se evita el control aduanero. La evasión aduanera, se comete cuando
no se pagan los derechos. La no presentación se concreta previo concierto de los
imputados que introdujeron especies por San Antonio y Cardenal Samoré. El
funcionario Concha Cire relata los hechos investigados, internación por vía
marítima. La información solo fue proporcionada por el funcionario Avilés, que
con uso y abuso y prohibición de artículo 21 de ordenanza de adunas. La
operación de los acusados en relación a los cigarrillos, se dio cuenta de ellos en las
escuchas telefónicas y otros medios, entre ellos una foto de reunión entre Lara y
Avilés. El funcionario de adunas Farías dio cuenta del aforo de contenedor de
ASIPAC proveniente de Panamá. Se suponía que las especies eran enseres de casa,
pero fueron cigarrillos. El testigo reconoció los documentos relacionados. Esa
prueba documental acredita que el 7 de mayo de 2014, se hizo aforro al contenedor
de panamá, que se declara una importación y que la mercancía eran cigarrillos con
valor aduanero determinado. Los derechos aduaneros fueron pagados en un monto
que correspondía a otra mercancía. Los agentes de adunas que prestaron
declaración dieron cuenta que jamás se realizó una importación con francisco
pardo. En relación al contrabando Osorno, Cocha Cire dio cuenta del ingreso de
mercancías por Cardenal Samoré, concierto de Alcaíno, Lara y Avilés para
ingresar las especies. Que daban cuenta de la solicitud de un adelanto de dinero y
envío de Avilés de dos cuentas Rut para pagar a Pedro Chávez. Que Alcaíno
recibió los datos del chofer y camión y Mic electrónico por un sujeto Ramírez. Se
da cuenta que al ser fiscalizado, el chofer del camión fue detenido. Todo ratificado
por las escuchas y audios progresivos. Que el camión iba cargado en la parte de
atrás con cigarrillos. Las mercancías no correspondían a las declaradas. El tipo
penal dice que se comprenden todos los bienes muebles. En la especies cigarrillos
en san Antonio y en Osorno, conforme a los valores indicados en la acusación
conforme a la época. El dolo indica la voluntad de ingresar especies con
conciencia de prohibición. Todos tenían dolo directo. En relación al iter criminis,
el artículo 178, inciso 5, establece que contrabando se castiga como consumado
desde tentativa. Todos los acusados participación conforme al artículo 15N°1 del
Código Penal, desviando, eludiendo y no declarando las especies del contenedor y
camión. Avilés su participación es fundamental por la información que
proporcionaba y que solo tenía acceso en su calidad de funcionario. Los datos solo
están en sistemas internos de adunas. No era posible tenerla de otra forma. Hizo
suyas alegaciones del Ministerio Público. Todos delitos acreditados y retira
solicitud de pena.
3.- Réplica.
Por último, y como réplica, señala que, hace suyos los argumentos de los co-
acusadores. Insiste en la legalidad de la prueba de cargo. Sostiene que los
descargos no son más que simples alegaciones, sin sustento probatorio. Afirma

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que las interceptaciones telefónicas fueron autorizadas judicialmente con pleno
cumplimiento de la legalidad vigente. Refiere que la prueba cumple con el
estándar probatorio para acreditar la participación de los acusados en los hechos
perseguidos por el Servicio de Aduanas. Hace referencia a que en el auto de
apertura, todas las defensas se adhirieron a prueba ofrecida por el Ministerio
Público, a excepción de la defensa de Maulén. Indica que no se entiende cómo las
restantes defensas aleguen la ilegalidad de pruebas que ofrecen como propia.
DÉCIMO: Defensa del acusado Alcaíno Aleu.-
La defensa conjunta de Alcaíno Aleu, por su parte, plantea en el debate la
siguiente teoría del caso:
1.- Alegato de apertura.
En su alegato de apertura los defensores solicitan la absolución. En primer
término, niegan la ocurrencia de los hechos. La acusación del Ministerio Publico
está fuera de todo contexto y que la pretensión de penas era sumo exagerada, ya
que por regla un delito de contrabando termina en procedimiento abreviado.
Afirman que no había delito de asociación ilícita porque los imputados no eran
asociados, sino que a lo más coparticipes. Sostienen que la supuesta asociación
carecía de un requisito elemental, la permanencia en el tiempo. Al respecto,
refieren que del tenor de la acusación se podía precisar que las acciones aparecían
realizadas en tiempos extensos y sin actividades intermedias. Señalan que su
representado no era el líder de nada, sólo un simple comerciante que ni siquiera
conocía de antes a los coimputados. El devenir del juicio revelaría que las
escuchas telefónicas que dieron origen a la causa fueron obtenidas de manera
ilegal y que no hubo pericias relacionadas. Piden que no sean consideradas como
pruebas válidas. Afirman que las escuchas tuvieron como origen una investigación
del año 2013. Indicaron que en el RUC de esa causa solamente constaban tres
actuaciones, una solicitud de no perseverar, una fijación de audiencia y la
audiencia. Que no había constancia de una autorización judicial. La autorización
fue recién otorgada por el Juzgado de Garantía a partir del mes de marzo. Una
actuación ilegal no se trasformaba en legal por un hecho posterior. En cuanto a los
hechos de la acusación titulados como “Contrabando de Osorno”, afirma que los
verdaderos partícipes y financistas del contrabando ya fueron sentenciados por
resolución firme. Agregan que no concurren los elementos típicos para calificar
los hechos como constitutivos del delito de malversación de caudales públicos. El
peculado en dicho injusto sólo podía consistir en dinero y efectos en valores, como
pagarés, etc. En el caso concreto las especies son bienes abandonados respecto de
las cuales se dispuso judicialmente su destrucción. Desde esa perspectiva el Fisco
y el Servicio de Aduanas no tenían la cautela o custodia de ese tipo de bienes que
no pertenecían a nadie. En cuanto al hecho I de la acusación, señalan que no iba a
ser posible su acreditación. Había fotografías de una supuesta reunión de personas
no identificadas. Dijeron que no era posible establecer un delito de contrabando
sobre la base de presunciones que dejaban lugar a la duda razonable. Respecto de

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los hechos titulados “Carteras” y “Perfumes”, la defensa manifestó que la Fiscalía
pretendía acreditarlos mediante la exhibición de fotografías del despliegue de una
vigilancia policial de vehículos en que supuestamente se trasportaban dichas
especies. No era posible considerando que las especies iban tapadas. Indican que
llama la atención que no se detuviera los camiones cuando supuestamente iban a
entrar a las bodegas. Finalmente, afirman que contaba con prueba de descargo para
justificar la tenencia de las municiones de calibre .380.
2.- Alegato de clausura.
En la clausura del debate, quisiera en este punto señalar lo siguiente, la
fiscalía ha tratado de hacernos creer que estas interceptaciones telefónicas estarían
justificadas porque el artículo 248 tendría una pena de crimen, para lo cual
pretende hacer jurisprudencia con una sentencia que cita, sin embargo, hay texto
legal que se opone a ello, el artículo 59 que establece la escala de pena y el tipo de
pena, el artículo 61 que establece según el grado de participación, la forma en que
estas penas van disminuyendo y por otra parte, el artículo 65 y siguientes que
establecen la aplicación de atenuantes y agravantes y cómo éstas si afectan las
penas, no solo las penas privativas de libertad sino de toda índole, de hecho, es la
atenuante aplicable a la pena privativa de libertad, la que además se aplica a alas
otras penas, cuando hablamos de pena principal o, el artículo 93 dice el cohecho
prescribe en la pena de simple delito, 5 años, no puedo trasladarlo ni aun por la
pena accesoria, la inhabilidad perpetua, termina. Por tanto, ni aun así se justifica
las intervenciones telefónicas del 4 de marzo y del 5 de mayo, según recuerdo, que
no hace referencia a nada de esto sino a las ley 20.000, lo más curioso de todo es
que cuando se pide la renovación del 3 de octubre donde recién se especifica por el
juez Muñoz y que se señala además las personas, curiosamente aparece gente
como ya lo expuso el defensor Mardones, Arnaldo torres y un Aldo Ojeda que
nadie conoce ni ubica y curiosamente no aparece Avilés de quien la policía no
tenía idea, no solo son ilegales sino también de la forma que se piden engañando al
tribunal de que se trataría de un delito de crimen cuando no es así, y en la
resolución se omiten los requisitos del artículo 222, lo que es más gravoso porque
tampoco hay forma de saber cuál es el hecho determinado que la justifica, nótese
que el informe número 11 es de fecha de enero de 2014 por lo que se nutre de las
escuchas de septiembre, octubre, noviembre y diciembre donde ya no hay
autorización judicial y, además se refrenda a personas que tampoco sabemos si
hubo autorización para ser interceptadas telefónicamente, con ese mismo informe
en marzo se pide la primera interceptación telefónica, lo más curioso, es que de
todo esto, recién a finales de abril nos dice el Ministerio Público se estaría
formando un delito de contrabando en que se traería un contenedor aparentemente
con cigarrillos, es decir, al 4 de marzo cual era el antecedentes preciso o más o
menos determinado de que esta gente estaba participando en un hecho que revestía
carácter ilícito?, de acuerdo a lo mismo que se ha escuchado en los testimonios,
ninguno, si el Sr. Hernández supuestamente viaja en abril para coordinar una

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compra de cigarrillos, no se entiende que ocurre en marzo, por donde veamos la
situación claramente tenemos interceptaciones telefónicas ilegales y todo lo
derivado de ello termina siendo ilegal. Si escuchamos los alegatos de clausura de
los acusadores, si restamos todos los progresivos y audios, no tenemos nada, no
hay un testimonio que sea capaz de indiciar siquiera una prueba, fotos sin fecha y
las que tienen fecha las entrega un tercero sin cadena de custodia y quieren hacer
aparecer que dentro de los bultos van unas especies denominadas carteras, estos
son actos de fe, quieren hacer creer que gente que está de espalda corresponde a
las personas que hoy día están imputadas, una foto lejana, será Mauricio Rivera,
otra en que aparece un funcionario con un logo detrás que dice “aduanas” será
Cristián Avilés, una foto de un caballero con calvicie y de espalda es Lara, y así
fotos que se van juntando y dicen que se reunieron en tal o en otro lado y lo
curioso es que nada de eso se manifiesta como una evidencia o prueba real, no
puede concebir que un equipo de vigilancia no tenga la capacidad o la
disponibilidad para sacar más de una foto, y le saca foto a un camión con la
patente en una calle cualquiera y esa es la gran prueba que permite decir que va
llegando nadie sabe a dónde, que además no contextualiza, ni siquiera le sacan
foto a la señalética de la calle o al número respectivo, hay equipos de vigilancia
desplegados, según la policía le sacan fotos al señor Alcaíno con Hernández
caminando en el kiosko, supuestamente, y no hay fotografías de la bodega y ni
siquiera un plano de la bodega, el equipo de vigilancia más paupérrimo y triste que
ha conocido en su vida y donde uno espera por lo menos un set fotográfico datado,
fechado, con cadena de custodia y nada, incluso las selfies tendrían fecha, después
les presentan unos print de pantalla que parecieran tener toda la información y
resulta que esos print de pantalla nunca aparece lo que se nos mostró, sino lo que
enfoca la pantalla, pero la misma un reglón Excel que hablan a Avilés sin
referencia a aduanas, a otros funcionarios, no hay fecha ni datos, y lo que se
necesita para la claridad son los datos. Claramente el señor Concha viene, se
sienta y nos cuenta un cuento, dice que ellos saben que en mayo el Sr. Avilés tal,
el Sr. Hernández viajó a panamá, son puros saltos de fe, no saben a qué fue
Hernández eventualmente a Panamá, además tratan de mostrar el viaje aislado y el
Sr. Hernández, por lo menos hasta 2014 viajaba bastante a todos lados, vieron
varios viajes a Panamá así que decir que ese viaje justo tiene que ver con la
compra de cigarrillos, es un acto de fe, nadie lo vio comprar, llevar el dinero,
alguien vio al Sr. Alcaíno pasarle los pasajes, depositarle la plata, entregarle los
dólares, hacerle el encargo, no, no hay nada de eso, todo es un acto de fe. Eso
quieren que creamos, eso quieren que ustedes crean, actos de fe, que las escuchas
telefónicas son un acto de fe, todo lo que hicieron fue tratar de conectar a estas
escuchas a actos posteriores. No puede creer que un equipo de vigilancia haya
visto a Alcaíno subirse a un vehículo, Peugeot, subir unas cajas, las que afuera de
decían Luis Vuitton y nadie saca ninguna foto para incorporar a algún informe, es
un cuento que no existe porque nadie puede creer que PDI sea tan mediocre, que

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en un sistema de vigilancia no hayan sacado un set fotográfico, dice el testigo que
si lo hizo pero donde están las fotografías. En ese tiempo un detective dice que en
ese tiempo no se usaba WhatsApp sino radio, y Díaz San Martín insiste en que
todo fue por WhatsApp, mintió respecto a cómo se hizo la averiguación de Avilés
por la placa patente, después de la hija y después de la hija el certificado del Sr.
Avilés, cuando se demostró claramente que si hubiese metido el rut de la señora de
Avilés, hubiera salido que estaba casada con él, tan falso es esto, que si hubiese
sido así, en la escucha telefónica del 3 de octubre que se hubiese solicitado, habría
salido, precisamente, intervención telefónica del número del Sr. Cristián Avilés, o
el levantamiento del secreto bancario de Avilés y ninguna de esas cosas ocurre.
Entonces, es difícil creer que algo de lo relatado por los detectives tenga algún
asidero. Lo más grave es que se trata de presentar que se encuentran unas especies
en casa del imputado Alcaíno pero le sacan fotos en la unidad policial y ningún
registro de que estaban o se hubieren encontrado en alguna parte de la casa del Sr.
Alcaíno, es más, las cajas son rayadas por investigaciones donde, abrieron esas
cajas, contaron las mercaderías y las pusieron encima, no tenemos idea de donde
vienen esas carteras que encontraron los policías, es más, es tanto el abuso que se
genera que incautan vehículos que son de terceros, incautan bienes que son de
terceros, incautan unas municiones que no tienen que ver con la orden ni los
delitos investigados y ni siquiera piden una orden judicial para hacer el
levantamiento de esas municiones y las presentan en este juicio como un delito. Se
violaron todas las garantías constitucionales respecto a las interceptaciones
telefónicas, todos los procedimientos posibles. Y quieren hacer pensar que hay
delitos asociados unos con otros, y considerando incluso los audios se daría cuenta
que organización no hay ninguna, gente que se miente a sus subalternos, que le
dice que está preso, otros que le ofrecen unos productos y le fijan el precio, es
decir, “la cueca en pelota”, disculpe la expresión, que banda organizativa es esa,
regateamos, y nos pretenden hacer creer que es una asociación ilícita, ni siquiera
con la prueba que tienen podrían acreditar un hecho como ese. Respecto del
peculado desde el 233 al 238 la ley identifica efectos que son dinero o valores que
representan dinero, no bienes muebles, de hecho, esto se subsanó en España a
través de la creación del tipo penal, si se lee el 233 al 238 no se encuentra ningún
forma de meter los bienes muebles y las especies en custodia de aduanas que se les
entregan al Ministerio Público no están ni consignadas, ni en depósito, ni en
secuestro, porque en esas figuras, el dueño podría recuperarlas, están para destruir,
es imposible. Hoy podría venir SucsiaSou de acuerdo a todo el relato de los
acusadores y venir a reclamar sus especies, no las destruyó, devuélvamelas, lo que
es claramente absurdo, no consignación ni depósito respecto de esas mercaderías,
no hay nada de eso, no se formula siquiera el 233, es el mismo absurdo que ocurre
si digo que es una asociación ilícita y pretendo formular acusación contra uno de
los integrantes de esta asociación ilícita por cohecho, o soy parte de la asociación o
estoy cometiendo el delito de cohecho, no se puede convivir entre ambas figuras,

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pero lo más complejo es que ¿dónde está el cohecho? a Osorno, el cohechado
supuestamente es Chávez y resulta que Chávez no recibe nada o no se le acredita
recibir nada y de hecho no hace nada que no deba hacer, no sube arriba, no les dice
denle el free pass , no les dice pasen nomás, pásense una cajetillas para acá, nada
de eso, ¿y quién es el funcionario que tiene el dominio del hecho para esto? era
Chávez, no otro, pero además en el contexto de Osorno, con cosa juzgada que una
persona financió, se nos quiere hacer creer otra cosa, Magistrados, si ustedes
escucharan los audios, escucharía, hay una señor Ramírez que llama a un señor
Alcaíno, y le dice, oye, tení un contacto en tal lado? y Ramírez está esta acá,
Ramírez en una conversación dice es que tengo otro, con quien se comunica el
chofer del vehículo, se comunica con Ramírez, los datos del vehículos los da
Ramírez, es como si yo le pregunta a alguien, ¿oye, tení un amigo en el
Conservador de Bienes Raíces que me pueda apurar una cosa? aqui, dado el
despelote de la investigación, Ramírez, bien gracias, porque no tienen idea de lo
que están investigando, o porque estas escuchas las oyeron tiempo después o
porque no saben exactamente qué es lo que está pasando, nadie llega a Osorno
sino mucho tiempo después como ya se relató, camión que venia dateado desde la
Unidad de Análisis de Riesgo de Punta Arenas. En San Antonio es lo mismo, de
este barco 12 contenedores van a piso a aforo físico, lo que normalmente ocurre
con algunos barcos, la aduana toma muestras. El relato no se sustenta en la
realidad, son cuentos. Se quiere, además, respecto de contrabando hacer una cosa
que la verdad, no entiendo bien cómo podría hacerse, en forma legal, la Aduana ha
sostenido y defendido que en la zona primaria sólo ejerce control Aduanas y la ley
así lo dice, la zona primaria es una zona intermedia que no supone ingreso de
mercadería al país mientras aduana no autorice dicho ingreso, por tanto ¿qué
comercio clandestino puedo ejecutar sobre una mercadería no ingresada al país? Y
aquí cabe recordar que Código Tributario se aplica a materias de tributación de la
competencia del Servicio de Impuestos Internos. Sólo rigen de las mercaderías que
ya ingresaron al país. El artículo 4 del mismo cuerpo legal, establece que las
disposiciones del Código Tributario, sólo tienen que ver con la tributación, por
tanto, en ninguno de los supuestos contrabandos podría yo cometer comercio
ilícito, no hay forma, a menos que me pillen vendiéndola en la calle. En cuanto a
perfumes y carteras no habiéndose encontrado especies, la pregunta es el comercio
clandestino e ilícito, siguiendo el código tributario, tiene que ver necesariamente
con la declaración de impuestos, a eso se limitan los artículos 97 número 8 y 9, lo
mismo que el artículo 94 del Código Tributario, por eso sólo se puede querellar el
Servicio de impuestos internos y lo que persiguen es precisamente el tema
impositivo, en el formulario 29 no se encuentra mercadería robada o mal avenida
para pagar impuesto, es decir, entramos en la suerte de lo ridículo y lo absurdo, no
conoce juicio de drogas donde se apersone el Servicio de impuestos internos para
ver el comercio clandestino o comercio ilegal o a la receptación tampoco se
apersona. Es decir, es un delito que dice relación con una actividad delictiva no

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puedo pretender que se paguen impuestos. Es un razonamiento lógico que tiene
que ver con las normas. La única manera de hacer eso sería abriendo el giro de
venta de cosas robadas, creo que me iría bastante mal o sería muy perseguido.
Solo bastaría para comercio licito entregando boleta y haciendo declaraciones.
Esas normas buscan otras cosas, establecimiento actividad lícita y que se declaren
los impuestos. En torno a todo esto, es evidente que no hay ningún delito que se
sustente y por ende, pide absolución para su cliente, con costas.
3.- Réplica.
Por último, y como réplica, señala que aparentemente hay acusadores que
confunden lo que es hacer suyo la prueba de la fiscalía con la forma de valorizar
esa prueba o como debe presentarse, y que ello inhabilitaría debatir sobre la
legalidad en la obtención de la misma, pero el Código está llamado a precisar si
esa prueba es legal o no. De hecho, aparentemente no se quiere que ejerzan
derechos de defensa, no hay momento para discutir la licitud de la prueba porque
ya habría ocurrido con el juez de garantía, mismo código que le priva a los
defensores la posibilidad de recurrir, de otra manera no habría juicio oral, bastaría
la prueba acompañada en el auto de apertura y ahí sería suficiente para la
declaración de culpabilidad, eso es el sofismo. Bajo esta argumentación
aparentemente racional se les quiere privar de su derecho de defensa, lo mismo
que ocurre en el caso de la cita de fallos, y ya que citaron el juicio anterior, la
sentencia anterior refiere a que las citas de la fiscalía son inexactas, y eso está ahí.
El argumento de racionalidad que se pretende es falso. Se nos quiere hacer creer
que no tenemos derecho al debate, y eso es todo lo contrario a lo que dice el
Código Procesal Penal. Se les quiere hacer pensar que porque un juez, las
interceptación no se hicieron en un formato sino por ley 20.000 por eso se salto a
quien se refería, porque no es un delito que tenga pena de crimen, y curiosamente
el 3 de octubre cuando no aparece Avilés, el 3 de octubre es la única resolución
que efectivamente cumple con las formalidades, señala a quienes y a qué números
telefónicos y justo indica el artículo 248 Bis, o tenemos magistrados muy
desprolijos que aparentemente no saben leer, o estamos en presencia de qué. No
puede creer que un magistrado por tedio o flojera haga interceptaciones telefónicas
en un formato y que luego otro juez no siga el formato sino que aplique la ley
como corresponde. El informe policial número 11 es de enero de 2014, y se
fundamenta contra Lara, Alcaíno y Hernández, toma fotos de sus bienes y esto
proviene de las escuchas de septiembre noviembre, enero y febrero que no están
autorizadas por ningún tribunal. El 4 de marzo, el primer hecho que se imputa en
la causa comienza el 27 de abril de 2014, cuál era el delito concreto sobre los
cuales personas iban a ejecutar un delito al 4 de marzo de 2014, ninguno, y eso es
lo que inicia la causa, la ilegalidad de antes y de después. Las mentiras no vienen
de su imaginación, se les contó una historia que nadie, no tiene idea de Avilés
hasta octubre. Ni siquiera piden la apertura de secreto bancario mencionan a
Avilés. Se les cuenta historia, si se hubiera metido en registro civil se hubiera

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llegado a Avilés. El señor Concha emite es capaz de decirle un fiscal que le puede
corregir un informe y cambiarle un informe, le dice que Pardo le había entregado
el depósito bancario, el mismo reconoce que lo tomaron en la sucursal violando el
secreto bancario. En el mismo informe señalan que lograron determinar quien era
Pardo. Además la responsabilidad sería suya, es problema del tribunal, de los
imputados, no del Ministerio Público, que parece ser el único órgano no
persecutor, cuando han escuchado lo mismo. Díaz San Martín miente cuando
dice que el 18 de febrero lo designan no escucha, de escucha que no existen. Pines
Gonzáles dice que lo nombran el 18 de febrero y se pone a escuchar, parece que es
la única que dice la verdad. La mayoría de los testigos presentados han mentido,
creado una realidad con tal de hacerla encajar con esa realidad creada. No sacan
fotos en cualquier lado. Como que esa fuera la verdad. Ninguna cartera, ningún
perfume y quieren además que les prueben las cosas, ellos deben probar y no han
acreditado. Agrega en cuanto a los delitos, si le van a dar validez a los audios, se
escuchara, sin las pericias necesarias, que Avilés le propone negocio a Lara y Lara
le ofrece a Alcaíno, y Avilés le dice “tengo otros compradores”, lo que no es
problema de fidelidad sino organización, le vendo a mi jefe y le fijo el precio a mi
jefe y le regateo a mi precio y como el jefe se siente atrapado se hace el loco, no
hay forma de que exista una asociación ilícita. Se les dice que respecto de los
impuestos, cuando el delito conlleva penas más altas que el comercio ilícito y
clandestino, evidentemente la sanción tiene que ver con la actividad, no es que yo
pueda sancionar , porque son vertientes distintas y corren en líneas paralelas, el
receptador y traficante tiene más pena, el comercio clandestino asociado al
contrabando, generalmente el contrabando sale por abreviado y en los abreviados
hay que aceptar en todas, pero en un juicio oral la situación se cae por su propio
peso. Como el IVA lo controla SII el contrabando conllevaría el delito de
comercio ilícito. El IVA en esa instancia lo cobra aduanas, y se entera y presenta
ante aduanas y eso no tiene nada que ver con el delito, en zona primaria no ha
ingresado mercadería alguna, no corren normas de SII. El sumario no tiene
ninguna relevancia para hacernos creer que como estaba en la formalización era la
verdad pura, reiteran absolutamente la absolución de su defendido. Hace 3 años a
la fecha se incautaron vehículos de terceros, sin ninguna racionalidad en el
procedimiento, era bastante fácil identificar que bienes eran de quien, esa es la
investigación que está.
DECIMOPRIMERO: Defensa de los acusados Hernández Salas y Lara
Mesa.-
La defensa de Hernández Salas y Lara Meza, por su parte, plantea en el
debate la siguiente teoría del caso:
1.- Alegato de apertura.
Refiere que procede la absolución de ambos encartados. Señala que los
hechos de una causa deben ser esclarecidos no a toda costa, sino que con respeto
de las garantías y derechos de las personas. Indica que en concreto hay una

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afectación grosera de los derechos y garantías que dicen relación a la privacidad de
las comunicaciones de las personas, conforme a los artículos 19 N° 5 de La CPR y
222 del CPP. Pide tener especial atención al Informe Policial N°11 de fecha 10 de
enero de 2014. Indica que en el informe se decía que había una supuesta causa por
el delito de tráfico de drogas, sin que existiese ningún antecedente del fiscal a
cargo y tribunal que autorizó la medida intrusiva. Señala que a partir de esa “causa
fantasma” los policías manifestaban a la Fiscalía de San Antonio que una persona
mantuvo conversaciones con el encartado Hernández respecto de la comisión de
delitos. Indicó que se pasó de la “causa fantasma” a otra de la Fiscalía de Iquique,
causa en que no había autorización de medidas intrusivas. Afirma que no había
antecedentes y motivos para justificar y disponer una interceptación telefónica. Se
le mintió al Juez de Garantía que por su parte no tuvo la prolijidad de revisar los
antecedentes aportados al tribunal de Iquique. Afirma que no se dan los supuestos
establecidos en el artículo 222 del Código Procesal Penal para haber otorgado la
autorización de interceptación telefónica, norma que requiere que el delito
investigado tenga pena de crimen. Señala que el artículo 225 del mismo cuerpo
legal es categórico en cuanto a prohibir la utilización como medios de prueba del
resultado de una interceptación telefónica no obtenida conforme sus requisitos
legales. Afirma que el Fiscal siempre estuvo en conocimiento de la ilicitud de la
prueba que dio origen a las interceptaciones y diligencias posteriores. Adelanta
que los tres funcionarios policiales principales intentarían dar tintes de legalidad al
procedimiento. La lógica es siempre intentar hablar de un cohecho que no era tal.
Se armó un delito entre Arnaldo Torres que nunca fue imputado. Indica que el
delito de cohecho no tiene pena de crimen, incluso la agenda corta lo descarta
como susceptible de interceptación telefónica. Finalmente, solicita la condena en
costas a los acusadores por perseverar temerariamente en la causa.
2.- Alegato de clausura.
En la clausura del debate, indica que, se dice que hay una causa de fiscalía
sur, causa fantasma, terminó este juicio y no existe esa causa, el funcionario
Concha dice que esta fue una causa de la fiscalía sur, con un fiscal de apellido
Zamora, donde mete a un funcionario de aduanas, Samuel Iturriaga, pero eso no
está en ninguna parte, eso es mentir. La primera pregunta que debe hacerse ahí
debe ser como se regula por la legislación la interceptación, en la Constitución
Política de la República, en su artículo 19 Nº 5 y aquí se regula la inviolabilidad
del hogar, que dice que puede ser registrada o abiertas en los casos y formas que
dice la ley, y esa interceptación respecto de los delitos en general está regulada en
el artículo 222 del Código Procesal Penal, de la cual el Ministerio Público leyó
una parte pero no completa, dice que debe existir fundadas sospechas, no con un
estándar bajo, sino en el símil de la prisión preventiva, es un estándar alto, como
restricción de una garantía fundamental, por lo que dicha interceptación, por tener
aparejada pena de crimen , sistémico, no solo son fundadas sospechas pero sobre
hechos determinados, pero no en general lo que hay un hecho de aduanas, o parece

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que tal o cual persona tiene alguna vinculación con la hermana de alguien, no, la
ley habla de hechos determinados. La primera pregunta que debe hacerse el
tribunal es sobre la causa fantasma es cuál es el hecho determinado, cuál es el
funcionario público que estaba implicado, no el fiscal o testigo él no lo dijo, y
ahora mete un funcionario. Cuál es el hecho que realizó, podría hasta ceder su
tiempo para que el ministerio público diga ese hecho. No hay ninguno. No
sabemos de esa causa el hecho determinado, quien es el funcionario, dónde están
las transcripciones, dónde están los audios, con quien se comunicó, nada, no dice
nada y no lo dice él, sino que está en el documento informe policial N°10 del año
2014. De una causa que no existe caemos en una causa de Iquique donde aparece,
supuestamente, otro funcionario y el fiscal cree que la hizo de oro porque logró
introducir una resolución judicial que no pudo introducir en el juicio anterior, con
eso el fiscal terminó de matar su propia causa, porque esto ratifica plenamente la
ilegalidad. Presenta una copia simple de una resolución judicial, y que es lo que no
dice, no dice a qué ser humano le interceptaron los teléfonos, como exige la
norma, respecto de qué hecho, cuál sería la conducta que habría realizado una
determinada persona, tercero, quién es el funcionario público que habría cometido
el cohecho, y esto es relevante por el inciso 2° del artículo 222 dice que la orden la
orden debe darse respecto del imputado o de quienes están involucrados o
relacionados con el hecho, y no se sabe quién es el funcionario, pero se hace nacer
el nombre de Arnaldo Torres. Y preguntados los funcionarios policiales sobre el
hecho concreto de Arnaldo Torres, cuál fue el hecho concreto que realizó o dejó de
realizar en virtud de su cargo, nadie fue capaz de explicarlo, nadie dijo nada.
Entonces, cómo se podría dar una autorización de interceptación telefónica si no
hay un hecho determinado respecto del cual a él se le pueda imputar y tampoco
sabemos quiénes serían los que están vinculados o relacionados con esa persona,
se hace surgir a una persona para engañar al tribunal, introduciendo a una persona.
En el informe policial número 11, se hace hablar de Arnaldo Torres pero no se le
imputa nada, se dice que tiene vínculo de parentesco con Lara, y ello es tan
evidente que los funcionarios policiales nunca entregaron información de un hecho
determinado, sino que, además, dijeron que él en mayo ya había dejado de ser
objetivo, Arnaldo Torres nunca cometió un delito pero al tribunal de garantía le
venden el nombre de Arnaldo Torres. Pero en la misma resolución de Iquique, si
es que llega a ser cierta, se vuelve a citar la Ley de drogas, el juez muy
erróneamente en las normas legales vuelve a hablar del artículo 24 de la Ley
20.000, lo que no se discutió en este juicio. El fiscal mata su causa porque
acompaña una sola resolución del 13 de mayo que confiere 60 días para permitir la
interceptación telefónica, sin ninguna renovación, supongamos que se demoró
hasta 10 días la conexión, se está hablando de mayo, junio y julio, les regala
agosto, y Nataly Gonzales dice que ella comienza a escuchar desde septiembre de
2013, si ya se supone que no estaba vigente la resolución, resulta que ella estaba
escuchando en septiembre y escuchó hasta marzo cuando recién se da la

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autorización. Pero no sólo eso, sino que además el Sr. Días San Martín dice frente
a una pregunta, en su declaración habla que asumió el 18 de febrero y dice que
asumió en marzo, que el 18 de febrero fue designado para interceptar, pero la
autorización la da el tribunal el 4 de marzo, sabía de antemano que le iban a dar la
autorización y además miente porque Nataly González dice que él asumió el 18 de
febrero y él dice que asumió en marzo. La causa es ilegal, no se tenía la
posibilidad de interceptar telefónicamente. En marzo presentan la solicitud y el
juez autoriza la interceptación, pero decirle que un juez de garantía uso en tres
interceptaciones un formato errado y que en ninguna parte habla de cohecho, es
muy raro, no es lo que dice el CDE, no la autorización que da el juez no tiene
referencia al delito de cohecho, tiene 3 interceptaciones telefónicas. Pero fíjense
que nuevamente, aunque fuera cohecho, nuevamente preguntados los funcionarios
policiales sobre Arnaldo Torres cuál es el hecho concreto que hizo o dejó de hacer
no hay ninguno, sin las interceptaciones telefónicas no hay nada, cero, toda la
causa nace por las interceptaciones telefónicas. Este inicio debe tenerse en
consideración, que es ilegal de una manera grosera. Comienzan las
interceptaciones telefónicas, los funcionarios policiales indican que las
interceptaciones no se bastan a sí mismas, y el seguimiento es el más burdo y
ordinario, como fotografías donde vieron calvicie, espaldas, coxis, y todo era
interpretable, se estaba haciendo seguimiento, no hay fotografías con día y hora,
sacan fotografías de personas que van por una calle de Chile. Personas en el paseo
costanera de San Antonio, tienen que entrar a explicarlas, y esto llega a un nivel
paranoico en mayo, porque fallece un funcionario de PDI y los funcionarios que a
esa altura no tenían ningún impedimento para mentir, y aquí hallan a Avilés,
porque el nivel de mentira en ese momento era total, dice que mandaron una foto y
no está, el WhatsApp no está, y Avilés como es un funcionario muy ocupado, con
la patente determina quién es la persona y esa persona es soltera, Avilés era casado
, nunca hicieron nada porque nunca supieron quién era Avilés, esto lo saben recién
en octubre cuando descubren a Avilés, la demostración palpable, si se analiza de
cada uno de los hechos aparece la mentira flagrante. En el hecho 1 de Asipac ya
sabían, se llegan a ese container porque la unidad de riesgo de aduana les dijo que
tenían que registrar una serie de container que se tuvieron que fiscalizar, porque
venían de panamá y de allá era más sospechoso, la policía aparece en la
imaginación, no hay nada que diga que algún funcionario de aduanas tenía siquiera
el más mínimo aviso, sin la policía habría ocurrido exactamente igual, ahí ni
hablar que ya sin vergüenza le echan la culpa al fiscal, y no lo detienen porque el
fiscal les dijo que no lo detuvieran, funcionarios públicos. Respecto de perfumes y
carteras es más vergonzoso, porque se está escuchando y ni siquiera se puede
montar un equipo, todos analizan pero nadie hace nada, no hay nada que pueda
explicar por qué estas personas no estaban en el lugar, nadie ve nada, el
funcionario miente y dice que el paquete cerrado, pero justo se rompió en la parte
de la cartera que dice Louis Vuitton, después se acompañan documentos para

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mostrar que Avilés tuvo participación en eso, y hay un Excel que dice qué
personas, nadie le pone siquiera una firma a ese documento. Osorno, y siguen
escuchando, no atrapan ni a una tortuga coja, no detienen a nadie, y ese camión
viene de Osorno no es detenido por eficacia policial, sino porque aduanas ya había
avisado de Punta Arenas, lo que está en el sumario, porque el mismo era
sospechoso porque trae una carga que no es acorde ni rentable para el peso y la
distancia que recorre, iba a ser detenido sí o sí y no hay antecedentes que hubiera
funcionarios policiales en el lugar. Alguien cree que estos funcionarios hicieron
todo lo que dicen, están mintiendo. En mayo ocurre algo que no puede dejar de
valorarse, Concha Cire en un acto delictual, quien dice que envía un correo al
fiscal, le informa que cometió un error, porque aun no está levantado el secreto
bancario que se levantó en noviembre y el correo es en mayo, y cometió el error de
que obtuvo en el banco el comprobante de depósito del señor Lara, y miente y dice
que se lo entregaron de la agencia del señor Pardo, pero lo más grave es lo que
viene en el correo, dice “fiscal, no se preocupe, yo lo puedo sacar del informe”,
para que la defensa no sepa que se hizo con infracción de garantías, y luego le dice
que tienen que agilizar las interceptaciones telefónicas. No está en la carpeta, y
luego de un receso buscó y buscó el documento y no lo encontró, ese es el señor
Concha. Y aquí tenía una amnesia selectiva, y salió casi desmayado. Entonces la
pregunta es tiene algún nivel de credibilidad el funcionario policial, tanto él como
el señor Díaz, todo esto se basa en un acto de fe que la fiscalía pide. Pero esto que
los funcionarios policiales ya tenían super claro, resulta que en octubre de 2014 se
pide otra autorización judicial, hay una marzo y otra en mayo y que pasó con
agosto y septiembre ¿se seguía escuchando?, porque aquí eran funcionarios
desatados, en julio y agosto no sabemos qué pasó porque recién el 3 de octubre la
piden otra vez por Alcaíno, Hernández, y Avilés que aparece por primera vez, y de
Lara, y ahí aparece el señor Torres Ramos, el mismo que habían dicho en mayo
que no tenía nada de ver, el mismo que no había hecho nada, en octubre le vuelven
a interceptar, y agregan a la señora del señor Lara, la señora Canepa, tratan de
cerrar el núcleo de Lara mediante Torres y Canepa, no tenían idea que había
ocurrido, aquí aparece una persona que sin concurso ni sorteo se gana una
interceptación, que es el Sr. Ojeda Silva, interceptación telefónica más alzamiento
de secreto bancario y nadie sabe que hacía. Esa es la secuencia que además
concluye con que la señora Nataly Gonzales, la última en interceptar, que dice que
partió en octubre de 2014, pero resulta que ella termina en abril de 2015, ¿por qué
ella escuchó en enero, febrero, marzo y una parte de abril? esto era una situación
desatada, sin control esa es la secuencia, y los datos están ahí son objetivos sin
interpretación. Otros elementos asociados a la interceptación telefónicas, el
seguimiento burdo sin ningún registro, lo tratan de complementar con documentos,
fueron y buena onda le entregaron algo, no hay una sola cadena de custodia,
ninguno tiene cadena de custodia, cuando si les conviene, como por ejemplo el
video del jumbo, que no muestra nada, cuando le conviene lo conocen y cuando

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no, no los conocen. No sería extraño de que los funcionarios además de vulnerar, y
además acompañan documentos que no tienen ningún antecedente concreto, que
raro. En subsidio, en torno a los delitos, la asociación ilícita no admite casi ni
perder el tiempo en esto, el Ministerio Público y especialmente el fiscal Subiabre,
lo que hizo en la asociación ilícita fue utilizarlo como moneda de cambio para
pedir Prisión Preventiva se entregan antecedentes respecto de la permanencia sin
ninguna lógica, ni siquiera bajo la lógica delirante de los funcionarios policiales,
porque el informe N°11 recurren a la página incluso el link de aduanas, en tal
fecha hubo una incautación de container, y ¿qué tienen que ver Lara, Alcaíno,
Avilés, que tienen que ver con eso? no hay audio de cuestiones previas, después se
trata de meter un vehículo de Carlos Valdovinos, tampoco, cuál es el antecedente,
el hecho, no hay nada, sigue una lógica distinta, audio más seguimiento, mas
documento y respecto de esos hechos no hay nada, nada, solo se dice que, pero
respecto de los hechos puntuales, carteras y perfumes, cuál es el antecedente
concreto de las personas, no se tiene ninguna evidencia respecto de ellos, le quedó
claro al tribunal donde incautan esa evidencia?, se habla de bodegas de El Pinar
205, él dijo ser dueño, dijo tiene como 100 bodegas, no hay acta, se detiene en el
encuentro de especies en la casa de Alcaíno, por qué tenemos que creer que eso
estaba en la casa de Alcaíno no hay video, si yo voy por procedimiento policial
con seguimiento, cómo no hay foto, sacan las especies las llevan a la unidad,
manipulan la evidencia, ellos de su puño y letra las sacan y las presentan. Eso es lo
que se encontró en la casa del señor Alcaíno. De dónde sacan esa conexión,
nuevamente se crea una prueba, para efectos de que el tribunal pueda creer, esto es
crear prueba. Mantiene su petición absolutoria, y quiere fundar la condena en
costas a los acusadores, se ha sido más que temerario, porque puede estar hasta
convencido de que la postura es la correcta, pero aquí ha habido evidencia de falta
a la verdad, pero el mismo fiscal dijo que conocían el documento enviado por
Concha Cire al fiscal Fernández, indican que había cometido un error y podía
modificar el informe, el Ministerio Público traspasa el margen de la temeridad,
porque tuvo información para decir “estos funcionarios están faltando a la
verdad”, ese nivel de información. Hemos traspasado ese umbral, el Ministerio
Público ha utilizado por segunda vez una teoría que sabe que no es así y que,
además, en el primer juicio la lógica que el Ministerio Público no era que la
prueba es ilegal sino que esa prueba no se podía dejar de valorar esa prueba.
Tendrá que indicar la prueba que no haya considerado lo dice el artículo 297 y el
artículo 225 dice que no se debe utilizar aquellas interceptaciones obtenidas con
vulneración de garantías, y lo ratifica el artículo 342 en su letra C y el artículo 373
letra a) el tribunal no solo puede sino que debe analizar toda aquella prueba
obtenida con vulneración de garantías.
3.- Réplica.
Por último, y como réplica, indica que le aterra estar de acuerdo con el fiscal
después de tanto tiempo, uno se centra más en la persona que en los fundamentos.

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No dijo cuáles son los argumentos falsos de su defensa, esperaba que el fiscal lo
dijera. Estas personas, en los cargos se dice que prácticamente todo el 2013
estuvieron interceptados, todo el 2014, 24 meses, hasta como dice Nataly 4 meses
más 28 meses interceptados telefónicamente, se nos trajo la autorización de marzo,
mayo, la de octubre por 6 meses, regalando la de Iquique, 6 meses más, y los 20
meses restantes de interceptación, quién los autorizó por qué delito, respecto de
quién, esa era la respuesta que se esperaba. Los funcionarios policiales avalados
por el Ministerio Público acá están las interceptaciones telefónicas, desde tal mes a
tal mes, no están. Esperé que el fiscal dijera cómo era posible que las personas
fueran interceptadas, se da por cierto, desde mayo hasta julio, y qué pasó después,
no es que él le caiga bien o mal, nosotros interceptamos porque tenían autorización
de un tribunal. No obstante que su testigo, Nataly Gonzales dice que siguió
escuchando. Se produce la denuncia de los funcionarios policiales en enero de
2014, el documento dice ley de drogas, el juez autorizó por ley de drogas, la
afirmación del formato es gratuita respecto del juez, el juez autorizó por ley de
drogas, supongamos que se equivocó, y en realidad era por cohecho, ¿pero el
cohecho de quién? si hubo un error porque esto era un cohecho, cuál es, quién,
asume que respecto de Arnaldo Torres se demostró que no cometió un delito, sin
audios ni imputaciones de Arnaldo torres, porque esa es la persona que generó la
petición de interceptación. Se engañó al juez de garantía, esto se inicia por un
parte de denuncia de PDI ellos entregan una información que no es efectiva,
Arnaldo Torres realizaría una conversación, cual es el hecho concreto que Arnaldo
Torres hizo o dejó de hacer, no se supo. Que extraño la conversación por un
vínculo de parentesco. En el audio tanto, del día tanto, se habla de la preparación
de un delito. Argumento falso de la defensa. No vulneración. La defensa da
argumentos falsos, así se genera la interceptación. Esto además dice que la fiscalía
en abril de 2018 vino a incorporar documentos que la defensa quiso que se
incorporaran, pero 4 años después no se puede incorporar una carpeta, sin hechos
de parte del fiscal esto fue un acto de ingenuidad, hasta el tribunal rechazó la
petición porque no tenía investidura legal. Se hace la interceptación telefónica por
ley de drogas, supuestamente los funcionarios policiales, probos, hubo solicitud en
marzo y en mayo y qué pasó en agosto y septiembre, en octubre por 60 días y
luego terminaba en diciembre y Nataly dice que sigue escuchando hasta 2015
cuando se detiene a los imputados. Se les dice, pero mire los funcionarios
policiales son super creíbles, estas personas se cansaron de mentir. Era una
competencia. Concha Cire vino a engañar al tribunal, dice que se lo entrega a la
agencia de Francisco Pardo, sabiendo que no había secreto bancario, y le dice al
fiscal “cometamos otro más”, cambió el informe y eso no es un delito, engañar a
las defensas a quién estamos engañando? se dice que estas personas son serias, y el
señor Díaz nos mintió cuando dijo como había buscado al colega. No obtuvo
certificado de soltería. El señor Estay dice nuevamente que el documento de
depósito se lo entrega Francisco Pardo y ahí queda pálido y dice que no lo conoce.

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Se les trata de decir que los funcionarios fueron eficientes. Reitera la clausura. El
primer hecho, estoy escuchando desde marzo, se perdió desde cuándo, sabe que va
a llegar un container y no llegué y dejé que se fuera, octubre tampoco llegó hasta
noviembre, tampoco llegó y no puedo determinar las especies. No llegaron a
ninguna, es verdad que estaban escuchando, ¿alguien puede creer eso?, que estaba
escuchando el día, la hora y se absolutamente todo, pero no llegué, tienen algún
nivel de credibilidad estos funcionarios. Porque pasan delitos hasta el último en
noviembre y lo detienen en abril luego de una orden de detención. Hay que
creerles. Cuando el fiscal dice que se hacen imputaciones a las personas, que
actitud tuvo la fiscalía con los fiscales que conocían el correo, que actitud tuvo
cuando el funcionario le mandó el correo, cometió una ilegalidad. La
argumentación del Ministerio Público es impresentable, o es legal o es ilegal, yo
creo que es legal aunque llegara a ser ilegal porque esto ya pasó el tribunal de
garantía, esto en una de esas fue ilegal. Entonces la verdad es que el tribunal está
imputado porque como se pasó el control de garantía hay que colocar el timbre,
torture al imputado, pero pasó el control, dado el hecho de que pasó dos controles
de garantía no hay nada que hacer, sólo constatando situaciones. La diferencia está
en que no hay normas pro fiscalía, sino que hay normas, el artículo 297 en su
inciso segundo, lo dice expresamente, dice valoración de la prueba, positiva o
negativamente, el mismo artículo 373 da por vulneración, tiene o no facultad el
tribunal no obstante haya pasado el cedazo del control de legalidad. Si pasó el
control de detención estamos al otro lado, que discusión de legalidad puede tener
en un control de detención, fuera de cuestionar lo que puede haber existido desde
marzo hacia adelante, no tenía acceso a la información de la fiscalía sur, nunca la
tuvieron, nunca tuvieron la causa de Iquique, qué control pudo haber hecho el
defensor o el juez, lo único que podía comenzar a cuestionar es desde marzo a
adelante pero no de antes, no lo dice el Ministerio Público ni el fiscal. Acá se sigue
un intento de secuencia que existió una legalidad que nunca existió. Lo que uno
tiene que preguntarse al final del día. Eran las defensas o era la fiscalía, lo
relevante es la información que se tenía a la fecha que se hace el control de
detención, desde ahí se hace el control de análisis de legalidad, tenían la causa de
sur e Iquique, cuatro años después se les empieza a traer información parcelada, el
rompecabezas no calza en ningún sentido. Ratifica la absolución. Cree que en este
juicio ha quedado palpable. El fiscal se dio un tiro en los pies, ratificó a través del
documento que incorporó, pide la condena en costas, existiendo bienes incautados
de terceros, solicita se disponga en la sentencia que el costo de almacenaje de esos
bienes tienen que ser de cargo de fiscalía, quienes incautaron esas especies.
DECIMOSEGUNDO: Defensa del acusado Avilés Trigo.-
La defensa de Avilés Trigo, por su parte, plantea en el debate su siguiente
teoría del caso:
1.- Alegato de apertura.

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Refiere que asumió la defensa de su representado cuando ya estaba
declarada la nulidad del juicio anterior, y revisando los antecedentes, asegura que
solicita la absolución de su representado, por cuanto, se observan al menos cuatro
grandes problemas en relación a la imputación en su contra y la alta pena
solicitada. Se le acusa de ser miembro de asociación ilícita, según el Código Penal
la asociación ilícita, es un tipo penal que castiga a quienes solo por el hecho de
organizarse, tiene un fin de atentar contra el orden público, la familia o las
propiedades, consagrado el este cuerpo legal desde la publicación; y lo primero
debe señalar es que el delito de asociación ilícita, implica una anticipación de
punibilidad, ya que se castiga por el hecho de organizarse, solo por los fines. De
ahí la primera distinción importante, al momento de apreciar la prueba. Debe
haber un grupo organizado y que tenga un fin que justifique la anticipación de
punibilidad, de forma distinta al castigo de las conductas concretas de delito; ahí
debe existir una prueba que acredite que el grupo tiene fines tan sediciosos, que
configure el viejo delito de asociación ilícita, por el peligro que implica el grupo y
además, debe concurrir la conciencia de sus integrantes, tanto antes como una vez
que pasan a formar parte de la organización. También se establece una rebaja de
punibilidad cuando tiene la asociación ilícita, el fin de cometer simples delitos,
agravándose la pena cuando se constituye con la finalidad de cometer crímenes.
Revisada la investigación no hay prueba clara ni categórica que demuestre que
estamos ante un grupo que justifique la acusación de éste tipo penal, esto está
advertido por la doctrina, por cuanto no se puede confundir con coparticipación
necesaria de dos o más personas para la comisión de ilícitos. Pareciera de la
lectura de la acusación se asemeja más al relato factico contenido en ella, como un
intento de agravar las penas para así sostener o dar más peso a la imputación,
atendidos los problemas que continuará enumerando. Agrega que hay un grave
problema de congruencia en la imputación de la asociación ilícita, tal como esa
descrita en la acusación, al leer la imputación no se describen las conductas
constitutivas de delitos sino que están enunciados de modo abstracto y genérico, se
dice que se asociaron para cometer distintos tipos penales, señalando conductas
genéricas, pero no se dice ni cuándo ni dónde, tanto así que el fiscal señala ahora,
en su apertura, “entre tal fecha y tal fecha”, pero el problema es que no está dicho
en la acusación, por lo que la imputación debe ser desestimada. Respecto de los
otros hechos de la acusación, los intentos de contrabando denominados “San
Antonio” y “Osorno”, y en el caso de “Carteras” y “Perfumes”, adolecen de los
mismos problemas, que se refieren en relación a cigarrillos, es un aspecto que no
fue advertido por los acusadores, especialmente Aduanas, y es el hecho que los
cigarrillos jamás ingresaron jurídicamente al país, porque en ambos casos fueron
descubiertos en la zona primaria debido a la revisión física de los contenedores en
ambos lugares; esta es una consideración relevante, puesto que mientras no
atraviesen la zona primaria no entran al territorio nacional, lo que es importante
para desestimar el contrabando propio o impropio. En cuanto al hecho

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denominado como “carteras” y “perfumes”, hace presente que su representado es
funcionario de Aduanas a la época de la comisión de las conductas, jamás tuvo a
su cargo la custodia de las especies ni el encargo de destruirlas, esa falta de
responsabilidad jurídica de custodia y destrucción es un aspecto fáctico importante
con el fin de calificar su participación. El último problema tiene que ver con la
grave y evidente infracción a la garantía fundamental de la privacidad de las
comunicaciones que presenta esta causa; agregando que Chile dio un gran paso a
fines del siglo XX, largamente esperado, que fue dejar atrás el sistema inquisitivo
por uno acusatorio y público, garantista, con separación de funciones y sin duda
que descansa sobre la idea básica, cuando se incorporan los tratados
internacionales sobre derechos humanos, como son la Convención Americana de
Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la
Declaración Universal de Derechos Humanos, cuando se incorporan estos, el
proceso penal debe ajustarse al respecto de los derechos básicos sobre los que se
construye el nuevo proceso penal. Por eso, nuestro legislador establece tres
momentos para discutir la legalidad de prueba, el incidente de nulidad conforme el
artículo 276 del Código Procesal Penal, en que se plantea la exclusión de prueba
pero también en el juicio oral, por cuanto el artículo 334 del Código Procesal
Penal dispone un imperativo categórico y es, que no se puede invocar evidencias
obtenidas con infracción de garantías, por lo que también en el juicio oral, el
tribunal tiene plena competencia para revisar la legalidad de obtención de pruebas
presentadas. También hay un cuarto momento es la causal del recurso de nulidad,
del artículo 374 letra a) del Código Procesal Penal. Adicionalmente, el artículo
222 del mismo cuerpo legal es riguroso en regular cuándo y cómo se interceptan
comunicaciones, se exigen fundadas sospechas, que se asienten en hechos
determinados, que deben ser expresados y conocidos, que den cuenta que una
persona participó o participará en hecho punible que merezca pena de crimen. Por
lo demás, la intervención se da por un máximo de 60 días, que pude renovarse,
para lo cual se deberá examinar cada vez la concurrencia de los requisitos que la
permiten, análisis que no se observa en la breve fundamentación del Juez de
Garantía que otorgó las autorizaciones que son prueba de cargo, y que no reúnen
los requisitos de fondo que establece el legislador para autorizar una intromisión
reiterada en el tiempo a la privacidad de sus representados y a través de la cual se
recoge la prueba. Pide que se reproduzca esta infracción de garantías y se
determine su imposibilidad de valoración al momento de analizar la prueba de la
Fiscalía. Termina haciendo mención al mismo artículo 222 del Código Procesal
Penal, que en su inciso final indica que debe ser interrumpida inmediatamente, la
que debe sostenerse en indicios previos, si desaparecen estos indicios, desaparece
la necesidad de la interceptación telefónica, lo que da cuenta que es una medida
extraordinariamente excepcional, que conforme el artículo 5 del Código Procesal
Penal, debe ser interpretada restrictivamente. Además, destaca el artículo 225 del
Código Procesal Penal, que refuerza la importancia del control jurisdiccional

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estricto de cada interceptación telefónica, que el legislador se da la molestia de
establecer la disposición del artículo 225 del Código Procesal Penal, la prohibición
de usar prueba que no reúna los requisitos del artículo 222, que no era necesario
disponerlo, porque resultaba obvio, sin embargo, lo señala expresamente. Indica
que en el juicio, veremos las malas costumbres policiales, especialmente en caso
de la Ley Nº20.000 donde escucha primero y luego justifica las interceptaciones
telefónicas. Acá el Ministerio Público avaló la mala práctica, tenía una
investigación por cohecho, jamás bajo el amparo de la Ley N°20.000, sino que
para justificar la petición inventaron una investigación previa por la Ley N°20.000
en Iquique. Lo que llama la atención es que en todos los informes de la causa,
todos están caratulados por el delito de cohecho, ninguno donde se investigue un
delito de la Ley N°20.000 que no permite interceptación telefónica, por cuanto no
tiene pena de crimen. Por lo anterior, ante una acusación con graves problemas y
más aún, con una grave infracción de derechos fundamentales, motivo por la que
pide la absolución de su representado, de todas las imputaciones, con expresa
condena en costas, más aun cuando comparece el Estado multiplicado por cuatro,
por lo que pide se condene a cada una de las querellantes, igualmente en costas.
2.- Alegato de clausura.
En la clausura del debate, indica que, de acuerdo a la acusación fiscal, se
solicita la pena de 3 años en contra de su representado por su responsabilidad en
un delito de asociación ilícita, 10 años por su calidad de autor de un delito de
fraude al fisco en concurso con contrabando, cohecho, comercio clandestino y
comercio ilegal, 10 años por el hecho número 3 por infracción al artículo 28 letra
A de la Ley de Propiedad Industrial, comercio clandestino, comercio ilegal,
malversación de caudales públicos y dos delitos de uso de instrumento público
falso y cohecho y otros 10 años por el hecho número 4 que de acuerdo al ente
persecutor corresponde a un fraude al fisco en concurso con contrabando, cohecho,
comercio clandestino y comercio ilegal y 10 año más por el hecho número 5, de la
letra A del artículo 28 de la Ley de propiedad Industrial, en concurso con comercio
clandestino, comercio ilegal, malversación, uso malicioso de instrumento público
falso y cohecho. En total son 43 años de cárcel. De la lectura de esta acusación
uno espera en un tribunal de derecho con un procedimiento penal que se define
como racional, como respetuoso de las garantías básicas de todos los habitantes de
esta República, luego de transcurrida la larga audiencia en la que el Ministerio
Público ha extremado ha agotado todos los esfuerzos para tratar que los testigos,
que cada documento pruebe su teoría y todo lo que se ha alargado este juicio, la
verdad es que solicita que se absuelva a su representado de todas la imputaciones
que le formula el ministerio público y también los tres entes estatales que han
deducido acusación también en su contra, solicitando penas análogas. La verdad
sea dicha, dentro del esquema del Código Procesal Penal se espera una
investigación penal coherente, donde el fin no justifica los medios, donde la
persecución penal no es a cualquier costo, donde existe el respeto irrestricto a las

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garantías constitucionales, gran objetivo del cambio procesal que hoy tenemos el
orgullo de materializar, sino que también, una segunda idea fundamental, fue
separar las funciones y entregar la investigación a la dirección de un ente
profesional, respetuoso del sistema jurídico, que dirigiese y controlase las
actuaciones de la policía, existe un segundo objetivo importante del legislador,
cual es controlar las actuaciones policiales, por eso la investigación está a cargo de
un profesional de derecho, especializado en derecho procesal penal, ¿ cuál es
entonces el estándar básico que debe cumplir una investigación penal respetuosa
de estos objetivos? Debe ser una investigación penal coherente, que se sustente
asimismo en la evidencia que ha sido recogida a través de las actuaciones
policiales controladas y dirigidas por el ministerio público, pero también debe ser
lícita y respetuosa de las garantías constitucionales, si la prueba no reúne estos
requisitos básicos, debe ser desechada por el tribunal, quien es el ente imparcial,
completamente ajeno a los antecedentes de la investigación, con la posibilidad de
discernir, si la prueba supera el estándar de la duda razonable, que no quede otra
explicación posible que las afirmaciones fácticas planteadas en la acusación son
ciertas y valederas y solo entonces puede dictarse sentencia condenatoria. Existe
aquí una prueba incoherente, contradictoria e insuficiente. Se hará cargo delito por
delito y verán que no hay coherencia entre los policías entre sí, y tampoco se
respetaron los principios mínimos que permitan dar credibilidad a los policías, en
particular con la incautación de las distintas especies. Puesto que como ya se
adelantó, y esta tristemente sorprendido por el bajo nivel de los funcionarios
policiales, en orden a que no existe ninguna cadena de custodia que acredite que
las especies fueron recogidas, ni eso está en esta causa. Solicita la absolución por
Cristián Avilés Trigo, con una ejemplar condena en costas, no solo por la duración
del procedimiento, sino además por la sorpresa de la poca capacidad del ente
persecutor de controlar calificar los antecedentes para tomar una decisión
procesalmente coherente con los estándares constitucionales y procesales que
rigen nuestro sistema. Alude a la respuesta del fiscal al correo de Concha Cire,
confiesa haber cometido una ilicitud, porque a pesar de toda la información que
manejaban, tenían que desesperadamente ir a ver el depósito, requieren conforme a
las normas ya planteadas una autorización judicial. Era Tal la necesidad, interés
por ver el contenido de ese documento, lo pidieron, lo fotografiaron y luego lo
pusieron en un informe, y por escrito le piden al funcionario que debe velar por la
legalidad de las actuaciones policiales, y conforme a ese deber de objetividad, el
Ministerio Público conoce de esa actuación y el funcionario policial le plantea
como solución cambiar el contenido del informe para ocultar aquella actuación
ilícita que el propio funcionario no abogado y la respuesta le llama la atención, la
respuesta de Eduardo Morales, la entienden los chilenos y fue “Plop”. Esta es la
operación “Plop”. Lo mínimo es que el ministerio público demuestre que todas las
actuaciones policiales respetaron la legalidad y la constitucionalidad, el artículo 97
del Código Procesal Penal establece una obligación clarísima, el tribunal, los

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fiscales y los funcionarios policiales dejarán constancia en los respectivos registros
conforme al avance del procedimiento, de haber cumplido las normas legales que
establecen los derechos y garantías del imputado, es una obligación clarísima, hay
que registrar, y si hay que registrar, hay que incorporar en la carpeta investigativa,
así las defensas los podemos conocer y así las defensas pueden fundamentar sus
alegaciones ante tribunales, conforme esta obligación, conforme al artículo 5 de
interpretación restrictiva, debe constar un registro completo de todas las
formalidades que respetaron los funcionarios al momento de realizar diligencias
intrusivas, por lo tanto, si Concha Cire, dentro de las ideas básicas y más claras
que nos dejó, esta operación se nutrió como una fuente fundamental de las
escuchas telefónicas como fuente de información para poder orientar las
actuaciones policiales para supuestamente desbaratar esta “organización” que
postulaba su existencia desde que concha dice que era oficial de caso, en la
Fiscalía Sur, el año 2012, 2013, tenemos que hacer aproximaciones porque no
vieron documentos. En donde ellos escuchan la palabra cigarrillos, organismo
especializado. Utilizan palabras que le cambian el significado, “cigarrillos”
entonces es “droga” y se monta un operativo en el mall Maipú para corroborar si
efectivamente a esta persona le iban a entregar droga o no, dijo que la conclusión
fue negativa, sin embargo comentó que contó y esto los llevo a Hasbún a la ciudad
de Iquique y que ahí había una red, de aduanas que le aportaba información
privilegiada a Hasbún e incluso, logran identificar al funcionario de aduanas, no le
da esta información gratuitamente, un delito, incluso dijo que había un carabinero
involucrado en la organización, pues bien, Concha dijo otra idea, las
interceptaciones telefónicas duraron casi todo el año 2013, y aquí entramos a las
primeras imperfecciones del trabajo policial, ¿casi todo el año?, si están realizando
una diligencia que infringe garantías constitucionales, conforme al artículo 97
deberíamos tener las autorización y solicitudes de todo el periodo en el cual se
realizaron estas diligencias intrusivas, no debemos suponerlas, no debemos hacer
juicio aproximativos, como el bien dice recordarlo, jefe del caso, lo que fue
confirmado por la señora Nataly Gómez Pineda, quien también participó en el
procedimiento y compareció explicando las mismas diligencias, el Sr. Concha nos
relató unas escuchas sin solución de continuidad desde Iquique, el año 2013, casi
todo el 2013, hasta llegar a San Antonio con toda explicación muy intrincada con
estudios en Facebook y seleccionando contactos, llegan a este Sr. Lara con su
hermana y el funcionario de la quinta región, que estuvo imputado con
interceptaciones y levantamiento de su secreto bancario y que dentro de las graves
contradicciones, él nos dice a este Sr. lo descartamos, al inicio de 2014, sin
embargo en noviembre, en un informe escrito de Nataly González Pineda, aparece
el señor Arnaldo Torres como imputado, cuando el propio Concha, jefe del caso,
lo había descartado, y luego, 8 o 10 meses después, aparece como imputado y
sujeto pasivo de nuevas diligencias intrusivas, el Ministerio Público acompaña una
resolución de Iquique, por sesenta días, de mayo de 2013, lo que no es todo el año

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2013, de ahí se saltan a la siguiente autorización judicial, que aquí tiene la
obligación el Ministerio Público de justificar las diligencias intrusivas y se saltan
hasta marzo de 2014 con las 8 resoluciones del juzgado de San Antonio, aquí no
hay que entrar siquiera si el cohecho tiene pena de crimen, al menos el juez de
Iquique se esforzó en justificar la diligencia intrusiva que estaba autorizando, lo
que no hizo el juez de garantía de esta ciudad cuando autorizó la interceptación,
sin razonar, autorizó y sin siquiera preocuparse de las exigencias del artículo 222 y
las mismas llaman la atención por su detalle, es una norma relativamente larga de
nuestro código procesal penal que regula cabalmente cómo y cuándo puede un
juez regular una interceptación telefónica, pero el artículo 225 dice algo que tal
vez está de más en el código procesal penal, sin embargo, si el legislador lo dice es
porque lo remarca, “si la interceptación telefónica se otorga sin cumplir los
requisitos del artículo 222, no puede ser valorada en juicio”, contrario a lo que
dice el colega fiscal, que este tribunal no tiene atribuciones, porque hay cosa
juzgada del auto apertura, quiere citar la obra de Héctor Hernández, Prueba ilícita
en el Derecho Procesal Chileno, página 87 a 94, está en internet, 3 momentos son
los que cualquier estudiante de derecho puede responder, momentos de control de
la licitud de la evidencia de una preparación de juicio oral, en el juicio oral y como
causal de nulidad, además del control de detención, o revisión de cautelares. El
magistrado de San Antonio que justifica las interceptaciones no cumple en su
resolución con ningún antecedente del artículo 222 y cuando menciona un tipo
penal, pero no hechos determinados, lo mismo que la formalización de la
investigación, la resolución de San Antonio, lamentablemente, no tiene nada, sólo
hace una mención a la Ley 20.000 y la misma fundamentación se repite en las 8
autorizaciones judiciales, y el señor Concha, en otra tercera gran idea, que dejó
clara fue que ya no había ley 20.000 ni ningún delito relacionado con esa ley y
ellos la descartaron al inicio de la investigación con los cigarrillos, hay una
autorización insuficiente del año 2013, diligencias que no se han justificado, y en
aquella que se intenta demostrar que si existió una autorización judicial, no es
lícita de la justificación que no debió aprobarse. De ahí en adelante todo es
completamente nulo. Es completamente ilícito porque así lo señala el artículo 334
que le da competencia al tribunal para no valorar prueba obtenida con
inobservancia de garantías fundamentales. Tampoco se les ha dicho que el
teléfono de su representado corresponde a tal persona o de cuál resolución. Así,
hay contradicciones, pero por la grave ilicitud que existe en la fuente de la
información de la policía, toda la evidencia está contaminada por ilicitud y no
puede ser valorada por el tribunal. Respecto de los hechos propiamente tales, se les
presenta que hay una asociación ilícita, pero al menos debe haber compromiso de
un grupo de persona, pero se discurre respecto de quien se atenta, nada de eso se
aprecia en los contactos de su representado, una cosa es la asociación y otra la
coparticipación necesaria o participación múltiple de sujetos activos en el delito,
no se puede confundir de que por existir 3 o 4 personas que se conciertan

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supuestamente para cometer algún ilícito penal, delitos de peligro que se sanciona
sólo por el hecho de asociarse, aquí no hay plan criminal o un acuerdo entre los
integrantes para cometer ilícitos, solo hay acuerdos puntuales, se plantea un hecho
en mayo, otro en octubre y otro en noviembre y no existe una continuidad como la
que expresa el legislador, exige fungibilidad de sus miembros, su representado era
indispensable, si era indispensable, no es fungible, pues bien, la jurisprudencia y la
doctrina exigen fungibilidad, voy a dejar a disposición del tribunal una memoria
de la facultad de derecho de la Universidad de Chile, de Doña Natalia Fernández
Rojas, dirigida por el profesor Jean Pierre Matus Acuña, del año 2015, en donde
plantea con numerosa jurisprudencia, que no hay asociación ilícita por ninguna
parte, respecto de los cigarrillos, se hace cargo de Osorno y San Antonio, se dice
que su representado fue al peaje de Lagunillas a reunirse con Lara y hay una
fotografía de dos vehículos, estacionados uno delante del otro en un plano cerrado.
No se ve nada respecto de donde están situados esos dos vehículos, quiénes son
sus ocupantes, cuándo se tomó esa fotografía, para poder de esa manera confirmar
y demostrar que lo dicho por los policías y por el Sr. Concha es verdad, recoge
todo el cuestionamiento que hizo su colega recién, aquí es donde la operación
“plop” vuelve a surgir, no puede ser que funcionarios profesionales que estudian
criminalística no dejen al menos un par de fotografías respecto de la persona
manejando el vehículo, bajándose del vehículo, subiéndose nuevamente al
vehículo, manejando el vehículo, no se puede dar crédito a esa afirmación, fuera
de todos los cuestionamientos, en tan breves segundos, en esos breves instantes se
produce una mágica conclusión y con consultas al registro civil, para decir que se
trata del Sr. Cristián Avilés, eso no se sostiene desde ningún punto de vista, donde
los policías construyen una historia, para poner a su representado en mayo en esta
supuesta organización sin que existan pruebas suficientes para acreditarlo más allá
de toda duda razonable. En el informe número 253 de 6 de noviembre de 2014, la
misma policía le dice que antes era NN y solo en octubre y porque él da el nombre
de su señora y de su hija, que se bajó la Javiera, a partir de ese antecedente
pudieron interceptarlo, eso podría ser aceptado como un antecedente que justifica
la conclusión, cuestión que no está en el peaje de Lagunillas en mayo, cuándo se
identificó, ¿en mayo o en octubre? y se informó por escrito en noviembre.
Recordemos que por aquí pasó otro policía, el Sr. Gustavo Estay Escobar,
miembro de la misma policía, que dice que trabajó la misma internación de
cigarrillos en octubre y noviembre y nunca escuchó a Avilés, el Sr. Fue a golpear
la puerta del retenedor, del agente de aduanas, a golpear la puerta de la empresa
que había sido empleada su razón social y escuchó que al parecer había un señor
Alcaíno, esa es una incoherencia inaceptable en una investigación coordinada por
un fiscal profesional, quien debería haber indicado a BRIDEPOR la existencia de
la “BRICO”, la explicación razonable es que cuando trabajaba Estay Escobar,
quien después de se encarga de intentar construir la historia. A su representado se
le acusa de internar con Chávez el ingreso del camión con cigarrillos por Cardenal

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Samoré, nadie pidió nada extraño y todos los funcionarios cumplieron cabalmente
sus obligaciones funcionarias, y el camión fue detenido y su conductor fue
imputado y el hecho está sancionado por la justicia penal y nuevamente se imputa
el mismo hecho y en donde no se acredita en ningún caso la participación de su
representado, no pidió nada, no envió dinero y más allá de los funcionarios de la
operación plop por sus meros dichos. En las carteras y perfumes ¿dónde está la
cadena de custodia para saber que esas carteras que estaban en esa bodega
correspondieron a aquellas a las que mi representado según la teoría de los
acusadores se hizo responsable de su custodia? Y que mi representado
traicionando su obligación, permitió y las vendió, y dónde la está la instrucción de
que su representado que era un ayudante de la oficina jurídica, se le hizo
responsable de esas carteras y de esos perfumes, son dichos que están en un
sumario y se prohíbe en 332 leyendo actas donde consten sus anteriores
declaraciones, debo traer al testigo en el estrado, las actas no se pueden valorar, en
esos dichos allá está la fuente de la obligación de Avilés de custodiar esas carteras
y perfumes, ni siquiera vieron la imagen de los perfumes, habría engañado y
portado una resolución falsa. No hay resolución. No está esa cadena de custodia, y
traen una fotocopias simples en Word editable, los tribunales envían las
resoluciones a muchas personas de aduanas, se le incautó su computador, el tablet
de su hija, el auto de su señora, abandonados en un corral municipal, porque a un
funcionario se le ocurrió incautarlo dentro del dejar hacer, nunca se ratificó nada,
se dijo que se había recibido un depósito, porque parecía que era la señora de
Avilés, todo esto es parte de los graves abusos cometidos en esta causa, no hay
otra petición sino la de absolución para mi representado.
3.- Réplica.
Por último, y como réplica, reitera la solicitud de absolución de Avilés Trigo
porque en el juicio oral, que no es sino un resumen de todas las garantías y valores
del sistema procesal, siendo el juicio oral donde se materializan los principios,
donde se ve la inmediación, la separación de funciones, donde se aprecia la
importancia de un debate y defensa necesaria del acusado, donde se debe realizar
valoración de la prueba. Aquí es donde el tribunal debe valorar la prueba que se ha
ofrecido conforme las reglas que establece el proceso intelectual. El procedimiento
previo debe ser racional y justo, parámetro incumplido. Esta no es la situación de
un particular. Se debió haber tenido una cadena ininterrumpida de actuaciones
policiales y como dijo Nataly hubo una posta ininterrumpida donde un funcionario
recibió el encargo del anterior y continuaron las escuchas telefónicas. Se
acompañaron 9 resoluciones judiciales para justificar, y respecto de 2013, ninguna
alegación se les presentó como prueba nueva a última hora una resolución judicial
de mayo que autorizaba la interceptación telefónica por dos meses, nada se dijo a
quienes no se ha visto ni las transcripciones cabal y coherente creíble de los
funcionarios autorizados para ello. No es necesario discutir si el cohecho permite o
no interceptar, aquí se discute que no existe la autorización de 2013 que llegue

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hasta marzo de 2014, además se dice que el artículo no tiene competencia para
revisar la constitucionalidad de la prueba, cuando el artículo 334 tiene un mandato
claro.
DECIMOTERCERO: Defensa de los acusados Valenzuela Silva y
Rivera Meza.-
La defensa de Valenzuela Silva y Rivera Meza, por su parte, plantea en el
debate la siguiente teoría del caso:
1.- Alegato de apertura.
En su apertura señala que procede la absolución de los acusados indicados.
Se remite a lo señalado por los abogados de los coimputados. Pide tener en
consideración el “principio de realidad”. La causa tuvo su origen en otra
jurisdicción. Manifiesta que la pena principal era la que determinaba si había un
crimen o simple delito, no la accesoria. Señala que el delito de cohecho no tiene
asignada una pena de crimen, por lo que no era procedente la interceptación
telefónica que motivó la causa. Sostiene que el Tribunal Oral en Lo Penal sí tenía
la facultad para pronunciarse sobre el punto y no valorar una la prueba obtenida en
forma ilegal. Manifiesta que en los hechos N°3 y N°5 de la acusación se describen
acciones en términos condicionales, por lo que no es posible establecer delito
alguno. Indica que respecto de los hechos singularizados como “Carteras y
Perfumes”, imputados a Karen Maulén, dicen relación a delitos de alta
complejidad. Indica que no hay certeza sobre el objeto material del delito, una
historia inconclusa sobre el lugar donde estaba el dinero y las especies. Señala que
sus representados realizan actividades licitas, por lo que se debe presumir la buena
fe en sus acciones. Afirma que no es posible imputar a sus representados el delito
de malversación, que no es comunicable el dolo del funcionario público en base a
supuestos indicios. Señala que no había certeza de la participación de sus
representados.
2.- Alegato de clausura.
En la clausura del debate, solicita la absolución. Señala que un teléfono es
una fuente feble de información. Que no era suficiente para acreditar a realidad
procesal. Ello porque respecto de su representado se hablaba de un mensaje de
texto en que se iba a depositar dinero. Que al ser consultado Concha y otros
efectivos, respecto de su representado no se levantó el secreto bancario y no hay
claridad. Que no había coincidencia de escuchas telefónicas, no aparecía
conversando su representado. Son inocentes. La información de escuchas y
mensajes de texto atingentes, hay que hacer el siguiente análisis, no hay
participación por falta de corroboración de información de depósito alguno. Que el
costo de almacenaje es un trámite normal. Que no había prueba de almacenaje que
es un trámite normal. No se puede avizorar dolo o acto culposo de los acusados.
Que a su parecer, era posible hacer un control de la legalidad de lo resuelto en el
control de detención y audiencia de preparación. En el juicio oral hay más
antecedentes para verificar la infracción. Que la ley es clara respecto de los ilícitos

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respecto de los cuales se puede otorgar autorización de interceptaciones
telefónicas. Que no es posible que el cohecho tenga dos penas principales. Lo
accesorio sigue la suerte de lo principal. Que no era posible en caso alguno la
interceptación telefónica. Que la audiencia del tribunal de garantía no era un
formato. Que las resoluciones judiciales no son asimilables a un contrato. Entiende
que el tribunal oral no es superior jerárquico, pero puede establecer que la prueba
es ilícita por infracción a derechos fundamentales. Cuestionó la cadena de custodia
respecto de las especies que se atribuyen a sus representados. Que no estaba clara
la cadena histórica de las especies, supuestamente en unas actas falsas. Que sus
representados no tuvieron contactos con las personas que figuran y tampoco
tuvieron acceso al documento. Que no era un documento público, porque no
cumplía con las solemnidades. En relación al DRES, señaló que es un documento
de recepción del almacén extraportuario de SAM. Respecto de los perfumes el
DRES era de 2014 y Espinoza Achíng sólo dio cuenta del ingreso de las especies y
no de la salida. En cuanto a DRES de carteras aparece firmado por varias personas
que no prestaron declaración en el juicio. No hay certeza que los representados
tuvieren participación en ese documento. En cuanto a las actas de destrucción de
carteras aparece la firma por poder. Que entonces esa prueba podía ser falsa o
verdadera por haber seguido el curso administrativo de aduanas. Que respecto de
las otras especies no hay acta de destrucción y se corta la cadena causal.
Finalmente en relación a la destrucción material de las especies, la PDI estableció
un desafío probatorio difícil, porque lo normal es acreditar hechos positivos, en
concreto no se hizo la incautación. No se encontraron las especies. No se fue a los
rellenos de Los Molles o a Cartagena. No se agotaron todas las posibilidades. Sólo
se presentó un documento Excel sin descripción de especies. Los progresivos
estaban desordenados en números y fechas. Podía tratarse de especies licitas del
giro. No hubo concatenación de especies con las escuchas. Sus representados en
ningún momento confeccionaron los instrumentos supuestamente falsos. La voz
maliciosa de la ley es un plus que no concurre en el hecho concreto. Respecto del
comercio ilegal, hace voz de lo ya descrito. Al ser consultado Concha por su parte
si las especies fueron periciadas, supuestamente se encontraron carteras y dijo que
no fueron periciadas. La querella de fecha 22 de abril de 2014 de la marca
Carolina Herrera, en un segundo otrosí solicita informe pericial para acreditar la
falsificación. El mismo querellante solicita el peritaje que no se hizo en el
contrabando. Indicó que no se podía asegurar más allá de toda duda razonable que
las carteras fueran las mismas. Tampoco se establece la ajenidad de las especies
para establecer que eran ilícitas. Respecto de malversación de caudales públicos,
sus representados no son funcionarios públicos y no tienen deber de custodia de
nada. El custodio era Alcen Saam. Tampoco había custodia de un objeto materia
de malversación. No hay comunicabilidad del título delictivo. No se avista en
ningún medio de prueba. Que una fotografía no era suficiente. Sobre el delito de
cohecho. Sus representados no le propusieron a un funcionario que hicieran o

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dejaran de hacer algo en función de su cargo. No hay delito y tampoco
participación. En relación a escuchas telefónicas, Díaz San Martin decía que se
interpretaban en forma aislada. Que entonces no se puede establecer identidad. No
se puede dar veracidad a un mensaje de WhatsApp. Que la información debía ser
considerada en forma aislada para evitar la contaminación. Hay una interpretación
sesgada por los policías.
3.- Réplica.
Por último, y como réplica, Insiste en la dificultad de la acreditación de los
hechos negativos. Sostiene que el documento N° 84 da cuenta que no se verificó
por la policía todos los lugares posibles donde pudieron ser destruidas las especies.
Indica que no da lo mismo el lugar donde se destruyen las especies carteras.
Señala que el principio de objetividad fiscal termina al momento de erigirse una
acusación. Manifiesta que la Sra. Karen Maulén fue utilizada por los acusadores
para atribuir participación a sus representados. Indica que entonces no entendía los
motivos por los que fue perseguida dicha encausada. Manifiesta que en base a la
redacción de los hechos de la acusación se vio en la necesidad de abarcar como
defensa todas las posibilidades jurídicas. Sostiene que hay indeterminación de los
supuestos fácticos. Refiere que según el constitucionalista Humberto Nogueira
Alcalá, todos los órganos del estado tenían el deber de velar por el cumplimiento
de la legalidad de las actuaciones. Pidió condena en costas.
DECIMOCUARTO: Defensa de la acusada Maulén González.-
La defensa de Maulén González, por su parte, plantea en el debate la
siguiente teoría del caso:
1.- Alegato de apertura.
En su apertura refiere que procede la absolución de su representada. En
concreto es aplicable el aforismo que dice “él que mucho abarca poco aprieta”.
Hace suyos los planteamientos de los abogados de los coimputados en relación a la
ilicitud de las interceptaciones telefónicas. Solicita que los acusadores sean
condenados en costas. Señala que de la mera lectura de los hechos de la acusación,
singularizados como “Carteras” y “Perfumes”, se colegía la falta de participación
de su representada. Afirma que cuenta con prueba pericial caligráfica que
justificaba que ésta no tuvo intervención en la confección de un acta falsa de
destrucción de especies, cuestión que era sabida por los acusadores. Afirma que en
cuanto al hecho N° 5 “Perfumes”, se acusa a su representada por el mero hecho de
ser socia de una empresa, pese a que no recibió un peso. Es burda la acusación.
Adelanta que la acusada prestaría declaración dando cuenta sobre el
funcionamiento de su empresa y que las funciones operativas eran realizadas por
otros sujetos. Señala que toda la prueba informaría que la acusada no tuvo
vínculos con los otros coimputados.
2.- Alegato de clausura.
Reitera pretensión de absolución de Maulén y condena en costas a los
acusadores. Hizo suyos los argumentos de ilegalidad de las interceptaciones

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telefónicas. Que no haya presunción de legalidad. Que el Tribunal Oral puede
hacerse cargo al respecto y valorarla considerando su origen. Señala que los
policías no detuvieron ante supuestos delitos flagrantes. Que no hay coordinación
de la información recabada en correos electrónicos. Manifiesta que la acusación
ofrece altas expectativas que no fueron cumplidas. Señala que raramente se ha
visto pobreza en cuanto a diligencias policiales. Respecto de los hechos acusados a
Maulén, supuestamente utilizó documento falso maliciosamente. Que los
acusadores nada dijeron al respecto en sus clausuras. En cuanto al hecho carteras
se le acusa de utilizar un acta falsa de destrucción por la circunstancia de figurar el
nombre y rut de la acusada. Señala que los policías manifiestan que se hizo una
pericia caligráfica que determina que no es posible establecer su firma. La
resolución exenta de aduanas fue presentada para determinar la autorización de la
empresa Ambiente Sano para funcionar en aduanas y las personas que tenían
facultades operativas. Indica que la firma estampada en el documento en cuestión
no era acorde con la estampada en su cédula de identidad. Manifiesta que no se
acredita que la acusada participase en los hechos. En cuanto al hecho número 5, se
le atribuye participación sin señalamiento de conductas concretas realizadas por la
acusada Maulén. Indica que el oficial de caso señala que no sabía que se le atribuía
participación en el hecho perfumes. La acusada fue la única que declara en juicio y
en fiscalía y siempre dice que es inocente. Los días 16 y 17 de abril ella realiza
presentaciones de revocación de Ambiente Sano hasta la aclaración de los hechos
y de la existencia de una sociedad con un nombre y giro similar, sin su
participación. Manifiesta que no hay diligencias investigativas que vinculen a la
acusada. Indica que el fiscal de la causa acusó sin motivos.
3.- Réplica.
Por último, y como réplica, manifiesta que su propuesta siempre fue la
misma, la absolución de su representada Karen Maulén. Solicita condena en costas
de todos sus acusadores por la tozudez en su persecución, pese a la falta de
antecedentes.
DECIMOQUINTO: Reacción de los acusados.-
Todos los acusados, en presencia de sus defensores y en la oportunidad
prevista en el artículo 326 del Código Procesal Penal, son debida y legalmente
informados de las acusaciones incoadas en su contra, de los derechos que les
asisten en el juicio oral y, especialmente, de su derecho a guardar silencio,
optando, con excepción de la acusada Karen Jacqueline Maulén González, por
ejercer dicho derecho y no declarar en el juicio. Cabe asimismo destacar que, en la
oportunidad prevista en el artículo 338 del Código Procesal Penal, todos los
acusados guardan silencio.
* Declaración de la acusada Maulén González.
La acusada ya mencionada indica que es contadora, y lo primero que desea
referir es que es inocente de todo lo que la culpan, jamás participó en ninguna
alguna asociación ilícita, nunca recibió dinero de alguna persona por ningún acto

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ilícito. Es contadora hace más de 25 años con una cartera de clientes de muchos
años, la empresa de Sano Ambiente, era parte de dicha cartera y la misma estaba
conformada por Héctor Valenzuela, don Mauricio Rivera y el señor Vásquez.
Refiere que dicha empresa se encargaba de destrucción de residuos al interior del
cuerpo y ella le veía la parte contable, como lo hace con sus otros clientes. En
algún momento don Francisco Vásquez decidió salir de la empresa por un tema
persona y en ese minuto se planteó el que ella ingresara a la sociedad por dicho
cupo, principalmente porque aquella empresa pasaba por una crisis financiera
donde necesitaba tener dinero inmediato para asumir los gastos operacionales que
significaba contratar personal, vehículos y otras cosas para cumplir con la labor de
sacar residuos del puerto, se planteó porque ella si mantenía por su trayectoria
respaldo financiera de esos costos operacionales, facturar el pago de las mismas lo
que se demoran las instituciones en pagarle. Una vez que pagaban ella recargaba
su dinero y la diferencia se las distribuía a sus socios. Ella seguía cumplimiento
labores de contadora en la empresa, y esto era previa información que le enviaba
Valenzuela y Rivera, de las operaciones que se iban a hacer, si se iba a sacar
basura ellos le enviaban el costo operacional de aquella operación, primero para
que ella mantuviera el dinero necesario y luego para saber a quién le iban a
facturar. La empresa originalmente tenía otro domicilio, cuando ella paso a formar
parte de la empresa se registró en su oficina para facturar, ay que el domicilio
anterior era de un familiar de unos de los socios, pero la oficina contable
funcionaba en tales efectos para efectos portales, porque la parte operacional de la
empresa funcionaba en los recintos portuarios y en las casa de los socios referidos,
ahí programaban todo y le enviaban la información a ella a través de correo
electrónico, donde luego de terminada la operación le enviaban el correo para que
ella facturara y luego le pagara a todos los involucrados. Por lo tanto en su oficina
jama s fue la oficina de ambiente sano, sino de la contadora de dicha empresa.
Operacionalmente jamás vio nada, máxime si se realizaban dentro del puerto,
conforme autorización que la empresa solicitó a Aduanas, donde se registraron las
personas autorizadas a trabajar ahí y en esa nómina ella nunca estuvo porque no
era su función, nunca vio lo que hacían. En dicho registro ella no figuraba,
figuraban Valenzuela, Rivera y una tercera persona, marcos olea, tercera persona
que prestaba servicios para el empresa. El 13 de abril de 2015, recibe un llamado
telefónico de un vecino de su casa y esa persona le dice que los detectives la andan
buscando, y como ella no había hecho nada y se preguntó que querían y se
comunicó con una mujer de la policía de investigaciones, ella le dice que se junten
en su oficina. En eso llama a su marido que es abogado y le explica la situación,
hasta ese minuto, llega a su oficina y llega una cantidad de detectives a la misma
con una orden de arresto, ella primero pensó que era un error y pregunta de qué se
trataba y le muestran un documento con varios nombres de los que ella no conocía
a nadie, personas imputadas en este juicio, y en la última parte aparecía ella con
Valenzuela y Rivera, ahí entendió que su única vinculación era por la sociedad, lo

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primero que hace es llamar a Valenzuela y le explica lo que acontecía y le pide
que fuera a su oficina para dar las explicaciones, en el transcurso llega la policial
de investigaciones y le cuenta que la orden tenía que ver con la destrucción de
carteras y perfumes que no se había hecho y ella plantea que nunca habían tenido
destrucción de eso, jamás había tenido información de eso, llega Héctor
Valenzuela y Mauricio y le explican que todo estaba bien pero Policía de
Investigaciones insiste en que tenía que irse con ellos detenía a Santiago. Había 10
o 15 funcionarios. Tiene que salir con ellos desde su oficina, con toda la
destrucción de imagen pública, la llevan a Santiago, y en ese minuto llegan a las
dependencias de PDI donde estaban los imputados y vuelve a preguntar porque
estaban ahí y ellos le dicen que no sabe porque, estuvieron todo el día allá y llego
su marido y pidió hablar con ella y le comento que supuestamente hay un
documento firmado por ella de la destrucción de las cosas y que eso la estaba
involucrando. Ella ni siquiera sabía que existían las famosas carteras y perfumes.
Paso el día y la tarde y los deciden trasladar a San Antonio, lo que fue un aparataje
comunicacional, con la televisión y fotografías, como una delincuente, llegaron a
San Antonio y pasó la noche en un calabozo. Al día siguiente la trasladan esposada
y desde ese minuto el fiscal empieza a narrar todos los hechos de los cuales ella se
seguía preguntando cuál era su vinculación. En ese momento su marido le muestra
el documento que era la primera vez que lo veía donde supuestamente aparecía su
firma, y en el mismo aparece en su pie de firma su nombre y un “p.p.” y una firma,
y ella le dice que esa no es su firma, Señala que era la firma de Andrés Valenzuela,
no de ella. La dejan irse y después inicio un proceso para rearmarse y luego
empezaron con su marido haber todo lo posible para resolver la situación, pidió
audiencia con el fiscal y en aduana, hicieron ahí una presentación pidiendo que se
dejara sin efecto las autorizaciones a la empresa y a Valenzuela y a olea para que
no pudieran operar. Al fiscal le pidieron audiencia, se las concedió pero en
realidad no le interesaba mucho lo que tuviera que decir. Fue como una pesca de
arrastre. Su pecado fue ser socia de esta empresa, pero en ningún parte de toda la
investigación ni en el juicio anterior no aparece mencionada en nada, no participó,
no conocía a nadie, no recibió ni un peso de un acto ilícito. Se dedicaba a ser la
contadora de la empresa que era perfectamente lícita, con sus impuestos y demás
gravámenes al día. Luego pidieron una pericia caligráfica para demostrar que la
firma no era de ella, fue a Santiago a hacer la pericia y él informa que su abogado
leyó dice que no es su firma ni su caligrafía, entonces no entiende porqué esto le
pasó a ella, simplemente por ser parte de dicha empresa.
A las preguntas del M.P., indica que era la encargada de la administración y
contabilidad de la empresa, solo veían lo administrativo. Mauricio Rivera y Héctor
Valenzuela se encargaban de lo operativo, quienes nunca le informaron sobre
aquellas carteras y perfumes, si bien no saben que podían o no haber hecho. Indica
que le hizo un comentario al fiscal, que alguien le había dicho, uno de los dos o
ellos, estaban vendiendo neumáticos, y lo comentó porque alguien se lo Señala,

71
pero es algo que jamás pudo comprobar porque nunca supo que existía alguna
operación de neumáticos, jamás pudo validarla. Señala que Aduanas autoriza a las
empresas a operar en recintos portuarios, y ellos lo pidieron para sacar esa basura,
y ella nunca estuvo en aquel documento porque jamás fue al puerto. Agrega que
originalmente la empresa partió solo sacando basura de oficinas al interior del
puerto, luego sacando basura de una línea de barcos, desechos, y se destruía. En el
transcurso del tiempo, sin saber quién gestionó, le comentan que iban a empezar a
destruir cosas dentro de los recintos portuarios, y para eso tenían que inscribirse en
Aduanas, lo que fue bien discutido, porque Aduanas les Señala que no existía ítem
destrucción de cosas, encasillándolos como proveedor de naves que era lo más
cercano a lo que estaban haciendo. Se solicitó y le entregaron la autorización por
resolución exenta para operar y destruir cosas. Recuerda que las destrucciones que
se hicieron fueron cigarrillos, que se facturaron y pagaron todos los gastos
asociados, y las poleras. Los cigarrillos eran muchísimos porque tuvieron que
comprar una maquina especial para ello, y se terminaron arrendando unos espacios
en San Juan para quemar los cigarrillos, a quien se le pagó por ello. Les pagaron
por ello. No recuerda haber girado facturas por destrucción de perfumes o carteras,
incluso cuando fueron a su oficina acudió personal de S.I.I., y ella tenía un
archivador en su oficina donde estaba toda la parte contable y ellos revisaron todas
las facturas, que tenían las fechas, para saber si habían facturas de ello, pero ella
les Señala que ahí no había nada, por esos conceptos. Señala que para saber lo que
estas dos personas hacían solo contaba con la información que ellos le daban,
porque su actividad principal es ser contadora. No hubo factura por destrucción de
neumáticos.
A las preguntas del C.D.E., refiere que ingresa a la sociedad el año 2014, en
dicho periodo la representante legal era ella. Indica que no era su firma en el
documento, documento netamente operacional que no tenía nada que ver con ella.
Le constaba que era la firma de Valenzuela porque lo conoce hace mucho tiempo
y tenía copia de su cédula de identidad como socio de la sociedad, tenían lazos
familiares que se rompieron por ello, vio muchas veces su firma, por eso la
conoce. Cree que él era el representante legal de la empresa antes de llegar ella.
No sabe que hicieron en relación a neumáticos, solo sabe que una persona le
Señala que estaban vendiendo neumáticos, lo que nunca se dedicó a ratificar
porque en la empresa nunca aparecieron en sus registros. Refiere que cuando fue a
declarar ante el fiscal, no le preguntó nada mientras se desahogaba, y solo escribía.
La declaración la hizo para demostrar que nada tenía que ver, pero fue un arma de
doble filo. Se efectúa ejercicio del artículo 332 del Código Procesal Penal en
relación a una declaración que presta en M.P. el 15 de julio de 2015, e indica que
Marco Olea le había comentado que tenían unos neumáticos para destrucción que
vendian.
A las preguntas del S.I.I., refiere que cuando Olea le comentó esa
información ella la dejó pasar porque no sabía que habían neumáticos para

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destrucción. La persona que le hizo el comentario prestaba servicios para la
empresa, pero como ella no tenía información sobre alguna destrucción de
neumáticos de su empresa, sin poder entrar al puerto a revisar, lo que hacen esas
personas a título personal no le afectaba así que no lo revisó. Refiere que en
algunos casos tenían contratos para respaldar aquellas facturas, con Ultramar por
ejemplo, pero con otros no. En los casos de destrucción no recuerda si había
documentos de contratación relativos a esas operaciones.
A las preguntas del S.N.A., indica que antes de ella el representante legal de
la empresa era Héctor Valenzuela, el 2014, cuando ingresó. Refiere que el cambio
de representación se hizo porque ella iba a poner el dinero, porque era quien
cobraría los vales vista o los cheques de las facturas que estaban emitiendo.
Por su parte, a las preguntas de su propia defensa, refiere que cuando Policía
de Investigaciones le comenta que la orden tiene que ver con la destrucción de
productos, le entregó las facturas al S.I.I. para que revisaran la información. Añade
que lo primero que hizo fue llamar a sus socios, a Héctor Valenzuela, para que
fuera a la oficina para que explicara de qué se trataba todo. El vínculo familiar se
rompió desde el minuto en que la toman detenida y la llevan con esposas al lugar.
Se le exhibe prueba documental de su parte, N°1 y N°2, e indica que es un acta
de destrucción sin número donde aparece su nombre y Rut con computador, con
un timbre y una firma. Dicho documento dice 30 de octubre de 2014; a su turno, el
documento N°2 también dice acta de destrucción, donde aparece Logística
Ambiente Sano, donde aparece Héctor Valenzuela, y refiere que es la misma firma
en ambos documentos, en una a su nombre y en la otra a Héctor Valenzuela. Se le
exhibe asimismo, una fotografía del set de fotografías ofrecidas por su parte,
reconociendo la testigo una copia de su cédula de identidad, que no guarda
ninguna correspondencia con el documento recién exhibido. Explica que cuando
hicieron el peritaje le hicieron firmar muchas hojas muchas veces, en
dependencias de policía de investigaciones. Se le exhibe asimismo la prueba
documental N°4 de su prueba autónoma, y reconoce la Resolución Exenta del
S.N.A., de octubre de 2014, N°5818, dictada como autorización para ingresar y
operar en la aduana, señalando las tres personas que ya indicó, firmada por el
Director Nacional de Aduanas. Expone que efectuaron dos presentación al S.N.A.,
con la finalidad de informarle que dejara sin efecto la resolución recién indicada, y
la segunda fue un caso especial por cuanto, luego que paso todo el proceso, ella
estaba en otra empresa y uno de sus socios Mauricio Rivera, solicita un cheque a
pago a Logística Ambiente Sano, lo que le pareció extraño porque no tenía esa
facultad, no habían facturas pendientes de pago y lograron descubrir con su marido
que estaba cobrando un cheque a Logística Ambiente Sano “S.P.A.”, y se da
cuenta que había otra empresa con Rut distinto pero que los socios eran los dos ya
mencionados, y se da cuenta que había una empresa que formaban parte y que
estaban haciendo las mismas operaciones de la misma naturaleza de la empresa
que tenían en conjunto, y ahí se dio cuenta que habían muchas cosas que no

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sabían. La presentación era para informar al S.N.A. que había otra empresa que
podía llevar a confusión en términos operativos. Se le exhibe el documento N°5
de su prueba autónoma, y refiere que era del 16 de abril de 2015, dirigido a doña
Teresa Moreno, administradora de Aduanas de San Antonio, donde tuvieron una
reunión y comunicó todo esto verbalmente, el problema que estaba pasando con la
empresa solicitándole se suspendieran las operaciones con dicha empresa y la
autorización de los socios, revocando la resolución que existía al efecto. Se le
exhibe por último el documento N°6 de su prueba autónoma, y señala que
también e dirigía a S.N.A. donde se le informa sobre la nueva empresa S.P.A. para
dar cuenta de la situación.
Consultada por la defensa de Alcaíno Aleu, indica que no conocía a Miguel
Alcaíno antes de esto, y nunca vio cartera, perfume o neumáticos en poder de sus
socios.
Asimismo, preguntada por la defensa de Hernández Salas y Lara Mesa,
indica que no conocía a Nelson Lara ni a, la primera vez que los vio fue cuando la
llevaron a Santiago y estaba todos sentados y esposados. Cuando los llevaron
estaban físicamente en la recepción sentados todos en policía de investigaciones de
Santiago, incluso estaban sus socios, ella fue la última en llegar. Llegaron todos
ahí estaban todos ahí ya.
Preguntada por la defensa de Avilés Trigo, indica que no conocía a Avilés
Trigo, nunca lo había visto antes.
Por último, preguntada por la defensa de Valenzuela Silva y Rivera Meza,
refiere que hicieron un peritaje de su firma, no sabe si le hicieron peritaje a
Valenzuela o Rivera. Por sus manos pasaban las facturas, impuestos, planillas de
imposiciones. Obviamente hubo un problema con su suegra, por el daño. La
empresa S.P.A la habían creado antes, pero ella no lo sabía, estaba creado en ese
sistema de “empresa en un día”, a ella la detuvieron el 13 de abril de 2015 pero
ellos la habían creado en 2014, solo después de esa situación ella se enteró, si no
hubiera sido porque fueron a buscar un cheque ella no se habría enterado.
DECIMOSEXTO: Prueba de cargo.-
No existiendo convenciones probatorias en esta causa, a fin de establecer los
hechos punibles, sus presupuestos, y la participación de los encartados en ellos, el
M.P. y todos los acusadores particulares rinden en juicio la siguiente prueba:
1.- Declaración del testigo Juan Concha Cire, cédula de identidad
N°15.333.900-7, funcionario de la Policía de Investigaciones.
1.1.- Interrogatorios.
Dicho testigo, interrogado por el M.P., refiere que actualmente se
desempeña en el Centro Nacional de Análisis Criminal, unidad perteneciente a la
Policía de Investigaciones. Antes de esto trabajaba en la “Brigada Investigadora de
Crimen Organizado”, dependiente de la jefatura de antinarcóticos y contra el
crimen organizado de la misma institución. Ahí se desempeñó desde que salió de
la escuela de investigaciones en 2008 hasta el año 2016, fines del 2016. Indica que

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la investigación materia del juicio tiene su origen en el año 2014, donde a raíz de
unos antecedentes que surgieron de otra radicada en la ciudad de Iquique se
denunciaron estos antecedentes en la Fiscalía de San Antonio. En la “BRICO”
tradicionalmente su metodología de trabajo se basa un poco en la utilización de
técnicas o áreas de relacionadas que van en directa relación con el desbaratamiento
de organizaciones criminales de delitos complejos, en ese sentido la unidad está
tomada dentro de algunas unidades que son en Estados Unidos y trabajan bajo tres
grandes áreas. Una es la de “análisis criminal” en donde los funcionarios que se
desempeñan en esa área habitualmente tienen la labor de verificar la información
que se obtiene dentro de las diferentes investigaciones que lleva la unidad y junto
con ello aplicar las diversas técnicas de análisis conocidas como “cruza de
información y de inteligencia”. Luego, otra de las áreas de la unidad es la que se
denomina “operaciones”, que en la práctica reúne a todos los funcionarios que
realizan labores operativas, principalmente relacionada con labores de vigilancias,
seguimiento, filmaciones, obtención de antecedentes, recopilación de información
entre otras actividades. Y dentro de estos funcionarios son los que en la práctica se
reparten o que tienen a cargo las diferentes investigaciones que eran llevadas por
la unidad, durante el proceso de asignación de las investigaciones pasaba por un
filtro interno administrativo donde eran estos funcionarios que por su habilidad
funcionaria, experiencia, experticia, eran asignados a las diferentes
investigaciones. Dentro de este grupo de funcionarios había un rol que se
denomina como el “oficial de caso”, que en la práctica era el oficial que tenía a
cargos las investigaciones el responsable de dar cuenta de todas las diligencias que
tenían que dar a conocer al M.P. Junto con estas dos áreas también estaba el INT o
“inteligencia electrónica”, área donde están insertos algunos funcionarios con
sistema de rotación cada cierto periodo de tiempo donde tenían la misión de
monitorear las comunicaciones que a raíz de las investigaciones que llevaba la
unidad se producían a razón de las interceptaciones telefónicas. Estos funcionarios
simplemente velaban por todo el proceso del monitoreo, verificando que el
número correspondiera a lo que se había solicitado, de acuerdo también, eran ellos
quienes hacían un pequeño análisis de las conversaciones y junto con ello hacían
su interpretación policial de lo que se entendía o se desprendía de las
conversaciones considerando que las diversas estructuras criminales que se
investigaban por lo general tienden a esconder el real sentido de sus
comunicaciones o disimularlas con otro tiempo de frases o códigos comunes.
Agrega que estas tres áreas básicamente son las que estaban en esa fecha de la
investigación presentes en la unidad. Señala que el cruce de información consiste
en la recopilación de la información y diligencias que se efectuaban dentro de la
misma. El cruce era básicamente bajo lo que se conoce como triangulación de la
información, lo que quiere decir que todas las diligencias que se van realizando
dentro de uno y otro sentido convergen u orientan a que está ocurriendo un
fenómeno determinado y en consecuencia se pueden pronunciar sobre algún

75
aspecto dentro de la investigación. Un ejemplo concreto era donde se hacía una
diligencia de entrevista y dentro de la información que se le proporcionada era
coincidente con la información de interceptaciones telefónicas y a su vez con
información de vigilancia o seguimiento que se realizaba. Refiere que después de
las entrevistas que realizaban la información era relacionada con las otras
diligencias que se habían efectuado y obviamente que se veía ahí si tenían relación
una diligencia con la otra y se afirmaba los hechos que se estaban investigando.
Señala que esta investigación tomó más de un año, los antecedentes iniciales
dentro de la investigación se denunciaron a algunas personas que en razón de estas
mismas diligencias posteriormente fueron algunas ratificadas y otras fueron
descartadas, a esas personas se les informó esa cuestión. Dentro de la
investigación una de las principales herramientas para obtener informaciones fue
la interceptación telefónica dentro de la cual, a medida que se descartaba alguna
persona, derechamente en los informes policiales esto se indicaba y en algunos
casos se señalaba expresamente que tenía que desconectarse el teléfono ya que a la
luz de los antecedentes que se recopilaban no había mayor relevancia en relación a
los hechos investigados. Recuerda que se descartó en la investigación a don
Arnaldo Torres Ramos. Explica que el proceso de la interceptación telefónica
operaba en la medida que uno, como investigador, elaboraba un documento que
era un informe policial donde se le daba a conocer al fiscal de la causa la
recopilación de información o antecedentes donde se daba cuenta de algún hecho
grave en donde a raíz de los mismos se presentaba al fiscal para que se solicitara la
interceptación telefónica en alusión a las personas investigadas. Esto se le hacía
llegar al fiscal con la información relevante, los números celulares obtenidos, la
forma en que se obtuvieron y lo que se conoce como el “canal de derivación”, que
es un número telefónico donde en definitiva se va a derivar la señal. Hecho esto, se
remite al fiscal de la causa quien recepciona los antecedentes, los evalúa y si
amerita de acuerdo a su criterio se le presenta al tribunal que corresponda, y en
caso de aceptarse el fiscal remite la autorización a la unidad nacional conocida
como RECIT, que hace las veces de intermediario con las compañías telefónicas
que desarrollarán la interceptación. Dicha unidad remite a la compañía telefónica
respectiva que hace la interceptación conforme el canal de derivación solicitado,
como se informa luego al RECIT que informa al fiscal quien su vez le comunica a
los funcionarios policiales que la conexión se había llevado a cabo o en otro casos
derechamente el teléfono empezaba a registrar llamados en los equipos
habilitados. Agrega que en este caso fueron los grabadores denominados RT.4000.
Añade que este protocolo existe desde hace bastante tiempo, el cual tiene como
objetivo principal que la policía no tenga contacto directo con la compañía para
efectos de transparencia. Señala que le consta que este fue el proceso seguido en
ese caso, ya que el fiscal de ese entonces le informaba de ello o ellos mismos, de
forma proactiva, tomaban contacto con el ayudante de fiscal para monitorear el
proceso. La conexión se efectuaba con los protocolos habituales y el número

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empezaba a registrar llamadas en los equipos que tenían dispuestos en la unidad.
En el caso particular su función era ser el oficial de caso, la persona que tenía que
responder todas las diligencias asociadas a la investigación. La realización de la
conexión telefónica no era resorte de él o de otro policía, su función se limitaba a
informar los antecedentes y hacer la solicitud e informe a través de los informes
policiales. Hasta ahí no participaban en ninguna otra acción. Indica que no llegaba
a su poder la copia de la resolución judicial por cuanto era un proceso interno en
que el fiscal remite directamente los antecedentes al RECIT y aquel, con esa orden
le informa a la empresa. Refiere que el RECIT le pertenece a Fiscalía Nacional.
Luego de efectuada la interceptación, comenzó la ocupación del funcionario a
cargo del INT donde solo procedía al monitoreo de las conversaciones o audios
que se registraban. Dicha labor consiste en escuchar los audios que se registran en
base a las conversaciones asociadas a los sujetos investigados y a sus teléfonos
interceptados. En esta investigación hubo dos funcionarios a cargo de ello, la
comisario Sra. González Pineda y el inspector Sr. Diego Díaz San Martín. Indica
que dentro de las herramientas utilizadas hay un software que pone a disposición
la empresa telefónica a través de la conexión con la Fiscalía, un “sistema vigía”.
Dicho sistema lo que hace, primero, una parte de la interceptación corresponde a
todo lo que es voz, vía telefónica, y la otra es toda la información que se deriva del
uso del teléfono como mensajería de texto, tráfico de datos, ubicaciones
georeferenciales del teléfono o “antena”, y en esta aplicación es donde se registra
toda esa información anexa al audio propiamente tal y esto tiene un nivel de
seguridad donde cada fiscal tiene su propia cuenta y se registra todos los
monitoreos que en razón de sus investigaciones ellos solicitan.
El testigo precisa que el caso de San Antonio esta investigación surge a raíz
de otra realizada en Iquique, llevaba por el fiscal jefe Manuel Guerra Fuenzalida,
por los delitos de cohecho y contrabando, en donde participaban parte de los
sujetos implicados de la investigación de San Antonio. Que a su vez dicha
investigación tenía su origen en otra investigación radicada en la Región
Metropolitana en la Fiscalía sur por la ley de drogas, investigada por el fiscal de
drogas Leonardo Zamora. La investigación inicia por denuncia tomada por el
fiscal jefe de San Antonio en ese entonces, Eduardo Fernández. Indica que luego
la investigación la tomó el fiscal Miguel Subiabre, en una investigación por
cohecho y contrabando. Precisa que en Santiago, fue en el año 2012,
aproximadamente, donde se denunció una estructura criminal que operaba en el
sector sur de Santiago. Recuerda como blancos principales una pareja, el señor
Washington Vargas Silva y su pareja Luz Cañete Bahamondes. Dicha pareja eran
personas que poseían antecedentes policiales por delitos de tráfico de drogas y a
nivel policial eran reconocidos narcotraficantes de la región metropolitana y
prueba de ello era que la propia unidad donde se desempeñaban en ese entonces
los había pasado detenidos a fines del año 2000 donde ellos estaban tratando de
internar una cantidad importante de droga, sobre 100 kilos de marihuana prensada.

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Estas personas operaban bajo una empresa de fachada que utilizaba transportes de
camiones de alto tonelaje, lo que facilitaba el proceso de internación de droga, por
eso sabían que esas personas cometían actuaciones ilícitas. Relata que en razón de
eso en el año 2012 la “BRICO” retomó esos blancos y se generó una orden de
investigar donde se solicitaron diversas interceptaciones telefónicas, ya que desde
2000 a 2012, las personas mantenían los contactos en lo que respecta al tema de
drogas, ya estaban dedicados a otra empresas, Washington Vargas tenía un
empresa del rubro automotriz, instrumentalización de vehículos diesel, “Alhue”,
ubicada en San Joaquín, y ésta persona mantenía su red de contactos con otros
micro traficantes del sector sur. Indica que a raíz de esa investigación surgieron
varias aristas y diversas interceptaciones telefónicas. Afirma que en una de esas
conversaciones, el sujeto sostiene una conversación con una persona que le señala
que estaba en Iquique y que tenía que viajar a Santiago. Dicha persona, en el
contexto de la conversación refiere que tiene que ver unos cigarros y que la
persona de Iquique tiene que viajar a la Región Metropolitana, y dada la red de
contactos de Silva, en una primera instancia plantearon la hipótesis de que la
conversación era velada y que el “término cigarros” hacía alusión a marihuana,
siendo un término frecuente en la jerga. Así dicha persona, en el contexto de la
reunión, indica que va a llevar a una persona conocida que tiene para que se
desarrolle la reunión, persona que estaba en Santiago. Al plantear la hipótesis de
que dichas personas eran posibles abastecedores de Vargas Silva y que uno residía
en Iquique, se solicitó la interceptación de comunicaciones de ambas personas,
siendo posible individualizar a la de Iquique como Juan Carlos Hasbún, y la
persona de la Región Metropolitana como Fernando Hernández Salas, alias
«Nano». Explica que se procede a la interceptación telefónica y junto con ello se
produce la reunión en la cual Hasbún no participa y manda a otra persona, que no
era Hernández Salas. Apunta a que en esa oportunidad se envió un dispositivo de
vigilancia por una eventual transacción de drogas. Afirma que al concretarse la
reunión en los estacionamientos del «Mall Plaza Oeste» de la Región
Metropolitana, aparece una persona con una camioneta tipo panadera, blanca, en la
cual se estaciona y deja las llaves debajo, ocultas en uno de sus neumáticos, se
produce el encuentro con Vargas Silva y le hace entrega de un paquete, una bolsa.
Indica que cuando se dispusieron a actuar bajo la presunción de que era una
flagrancia de entrega de droga, observan que el sujeto de la camioneta le entrega a
Vargas Silva un cartón de cigarros de una marca tradicional. Afirma que entonces
confirmaron que el termino cigarro era taxativo y no hacía alusión tráfico de
drogas y no se procedió a la detención de dichas personas por los delitos
investigados. Indica que de forma paralela se mantuvo la interceptación de las dos
personas y el señor Hasbún tuvo conversaciones con Hernández Salas donde
hablaban de negocios y de cigarros y donde Hasbún daba a entender que se
dedicaba a este rubro de importar o vender cigarros que no estaba autorizada su
venta en Chile. Afirma que eso lo aseveraba porque dentro de sus dichos se

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cuidaba mucho, se decía “ojo con las fiscalizaciones”. En resumen daba a entender
que tomaba diversos resguardos para que estas acciones no fueran descubiertas y
junto con ello, el señor Hasbún tenía contacto con el señor Hernández donde
hablaban de temas de negocios. Indica que en dicho monitoreo surgió una
información relevante que daba cuenta que Hasbún, que estaba en Iquique,
empieza a conversar con su pareja de nombre Inés Sánchez Troncoso, que también
residía en Iquique y tenía varias empresas, siendo relevante aquella llamada “Doña
Inés”. Señala que era la empresa que realizaba la documentación pertinente para
las internaciones, dando la apariencia de licitud, en circunstancias que ingresaban
al país cigarros de contrabando. Indica que ese era el modus operandi que
replicaron con cigarros de Perú y Bolivia. Sostiene que prueba de ello es que en
una de esas internaciones ellos aluden a que tienen ciertas problemáticas y deciden
cambiar su forma de operar para “probar ruta”. Esto aún ocurría en la etapa de
Santiago. Indica que había una vinculación con la investigación de Iquique, ya que
el señor Hasbún hace surgir dos antecedentes, uno de un funcionario llamado
Freddy, Carabinero según sus dichos, que lo ayudaba a controlar o informar para
ingresar los cigarros al país, y sumado a ello el señor Hasbún, al parecer dentro de
la época en que estuvo interceptado, ocurre algo, porque la empresa fachada
“Doña Inés” estaba circunscrito en el sector “Zofri”, y tenían bodegas, y Hasbún
es alertado por una persona que toma contacto telefónico con él, quien le indica
que sacara las cosas diciéndole “ojo te van a fiscalizar, hay sujetos vigilando,
camionetas blancas”. Refiere que por ello el señor Hasbún siempre iba un paso
adelante ante el S.I.I. o Aduanas de acuerdo a la zona franca. Señala que en ese
sentido se procede a indagar más allá del número telefónico de la persona que
alertaba, quien no daba datos de su identidad y realizaba llamados específicos. Así
se obtuvo dicho número y se llegó a la individualización de una persona, Samuel
Iturrieta Venegas, que era un funcionario de Aduanas en Iquique. Posterior a ello
dicha persona sostiene unas conversaciones con Hasbún, para juntarse en persona
o para alertar de alguna situación. En consecuencia, dado de que la red de
protección de Hasbún tanto por un funcionario de Carabineros y de Aduanas, el
cual si bien por la interceptación telefónica no decía expresamente que tenía que
hacer, si entendían que parte de las hipótesis era aparecer a las reuniones que ellos
tenían de forma presencial. Y por la parte de Hernández Salas empieza a sostener
conversaciones diversas con otra persona identificada luego como Miguel Alcaíno
Aleu, vinculada a la presente investigación, donde también hablaban sobre
cigarrillos de contrabando, internaciones, en la misma temática. Se empiezan a
verificar los antecedentes y se descubre que Alcaíno igual que Hernández reside
en la Región Metropolitana y hasta ese momento entendían que esa nueva
estructura que emanó de los antecedentes, el líder era Hasbún con Inés Sánchez y
que tenían una especie de brazo operativo en la Región Metropolitana con
Hernández y Alcaíno. Sostiene que además, se hicieron vigilancias a Hernández,
ya que hablaban del tema de internaciones. Señala que hasta ese momento

79
pensaban que tenía directa relación con Hasbún y en esa vigilancia se detecta que
Hernández con Alcaíno se trasladaban frecuentemente a Valparaíso, donde
sostienen reuniones con una persona en el Mall ubicado en la avenida principal
que une Valparaíso con Viña del Mar. Afirma que a esa fecha todavía la
investigación estaba en la Fiscalía Sur, y una vez que se producen dichas
vigilancias aparece la persona de Nelson Lara Mesa, y ellos hablan temas
aduaneros. Dentro de dichas reuniones se puede identificar que el señor Lara le da
un número de “Cuenta Rut” a Alcaíno y se verificaron los antecedentes que eran
consistentes con las vigilancias del señor Lara. En ese estado de cosas, como
surgía esta arista que no tenía nada que ver con el delito denunciado, tráfico de
drogas, se sostiene una reunión con el fiscal Zamora donde se le exponen estos
“antecedentes residuales” y él en definitiva los orienta a que fueran derechamente
a la Fiscalía nacional para ver el tema jurisdiccional y por el delito en sí. Señala
que no recuerda el R.U.C., pero la causa de Iquique fue plasmada en el informe
policial donde se dio a conocer toda la temática de la separación de
investigaciones. Señala que estos antecedentes aún estaban en la Fiscalía Sur, el
fiscal Zamora, exclusivo de drogas, no ve estos temas, les sugiere ir a la Fiscalía
nacional, van y ahí se sostiene una reunión donde se les “hace el pase” para que
vayan a denunciar estos antecedentes con el fiscal Manuel Guerra. Precisa que en
la Fiscalía Nacional estaba presente un funcionario de la ULDECO (Unidad de
Lavado de Dinero y Crimen Organizado), le exponen los antecedentes que había,
para que los orientara por el tema de la jurisdicción y en ese sentido ellos le hacen
el enlace con el fiscal Guerra. Ante dicho fiscal se denuncia esta estructura
criminal compuesta por Hasbún, Inés Sánchez Troncoso, Samuel Venegas
Iturrieta, funcionario aduanero, su supuesto brazo operativo hasta ese momento,
Alcaíno, Hernández Salas y Nelson Lara, por cohecho y contrabando, atendido a
que Hasbún tenía acceso a información privilegiada que debía ser compensada de
alguna forma. Relata que cuando se denuncia esto se informa que los antecedentes
son residuales de una investigación por drogas con el fiscal Zamora, se da cuenta
de los números interceptados y todos los antecedentes con los cuales se llegó a la
estructura criminal que operaba en Iquique y por otra parte el señor Alcaíno
Hernández y Lara a través de San Antonio. Eso está señalado literalmente en el
informe denuncia, de la causa de San Antonio. Como información residual, se
menciona el tema de acuerdo a la Ley N°20.000 para contextualizar el flujo
completo, para dar cuenta que si bien la causa de San Antonio viene de Iquique
todo tuvo inicio en la Fiscalía Sur. Agrega que en la causa de Iquique el fiscal
Guerra, a la luz de los antecedentes emite una orden de investigar, dentro de la
cual autoriza la interceptación telefónica de todas las personas indicadas, Hasbún
Selumé, Sánchez, Venegas Iturrieta, Alcaíno, Hernández y Lara. En esa
investigación se reafirma que Hasbún, en Iquique, tenía una empresa con un giro
en la zona franca, pero su principal ingreso era la venta de los cigarrillos
internados desde distintos países. De hecho, se efectuaron algunas vigilancias

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donde se veían a estas personas trabajar, la señora Inés que tenía gente a su cargo,
en un sector de la “Zofri” donde principalmente su rubro o las especies exhibidas
para la venta eran juguetes de segunda categoría y todo lo que tiene que ver con
coches y accesorios para bebé. Se pudo ratificar la vinculación que existía con
Iturrieta y Hasbún, se le siguió aportando información al señor Hasbún, ya que del
tiempo en que estuvo investigado nunca lo fiscalizaron o detectaron con algo
ilícito. Recuerda que en una fiscalización de bodega estaba alertado y cambió las
especies. En consecuencia, tenían interceptados a Alcaíno, Hernández y Lara y ahí
se percataron que si bien el vínculo inicial era entre Hernández y Hasbún, con el
pasar del tiempo y la información del monitoreo se establece que tanto Hernández,
Alcaíno y Lara tenían sus labores propias, no obedecían a un brazo operativo de
Hasbún y, en consecuencia, ellos también hablaban de internaciones, de viajes al
extranjero, de “tarros”, término que en jerga marítima son contenedores, y en
consecuencia sale a la luz el tema del puerto de San Antonio y las labores que
cumplía el señor Lara de asesorar tanto a Hernández como a Alcaíno en estas
importaciones. Indica que en la investigación de Iquique se interceptaron los
teléfonos de los sujetos investigados, autorizadas en Iquique bajo el concepto del
“delito de cohecho”, y los antecedentes del cohecho eran dos, uno que el señor
Hasbún tenía información precisa y muy detallada de, por ejemplo, cuándo iban a
ir a su empresa a fiscalizar, o cuando hacia el transporte de las mercancías ilícitas
que tuviera cuidado con ciertos vehículos. Señala que eso podía dar cuenta de un
cohecho porque entendiendo la vinculación del Hasbún con el funcionario de
Aduanas no había relación de parentesco o sumado al otro antecedente que esta
persona, cuando hablaba con Hasbún, evitaba dar mayores antecedentes de su
propia persona y además de darle “tips”, siempre trataba de efectuar reuniones
presenciales, donde ahí asumían que todo este aporte de información, recurrente,
podía dar lugar a alguna dadiva. El funcionario era Samuel Venegas Iturrieta.
Afirma que no hubo reunión registrada fotográficamente, y por teléfono había
conversaciones habituales donde indicaban reunirse. Señala que esos antecedentes
generales se dan en Iquique, donde se autorizan las interceptaciones telefónicas.
Señala que durante la investigación no hubo objeción de dichos antecedentes
plasmados en los informes policiales. Agrega que en Iquique ocurre un hecho que
marca el tema de la investigación ya que al parecer hubo filtración de información
del círculo cercano de Hasbún donde se empiezan a intensificar controles a su
empresa y transporte de mercancía, motivo por el cual se le da a conocer al
Iturrieta Venegas y aquel empieza a distanciarse de Hasbún. Señala que dejaron de
hablar tanto, y sumado a ello, Hasbún tenía una orden de detención pendiente que
tenía por finalidad el cumplimiento de una condena, una orden antigua por ello, y
sumado ello al alejamiento entre las partes. Señala que Hasbún en una oportunidad
que iba en el vehículo y fue controlado por Carabineros y al efectuársele control
de identidad, y verificando sus antecedentes, aparece la orden pendiente y es
detenido y trasladado a Santiago a cumplir condena. Indicó que eso generó que en

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su estructura se desbarató el líder. Su pareja Inés Sánchez trató de alguna forma de
asumir el control pero el vínculo era entre el aduanero Iturrieta con Hasbún y el
distanciamiento se profundizó a raíz de la detención al punto de que después se
registraron conversaciones entre ellos y su mujer Inés Sánchez tomó un rol más
empresario haciéndose cargo de las empresas generando ingresos en esos
términos. Relató que, como esa parte de la organización estaba mermada, porque
el líder estaba recluido, no así la otra parte que hasta ese momento tenían,
empiezan a generar su propia estructura independiente de Hasbún. De esa forma se
ahonda en las actuaciones de estas personas, ya que como antes se veía como un
todo, se observan ciertos roles individuales. Refiere que eso se logra ver ya que
por ejemplo Hernández le tomaba el parecer al señor Alcaíno, que a su vez
disponía de dinero cuando se hablaba de internaciones y Lara recibía dinero que le
depositaba Alcaíno. Indica que eso los llevó a pensar que estaban en presencia de
una estructura independiente en la V región. Se empieza a realizar vigilancia y
seguimientos en conjunto con el monitoreo que tenía Lara, y se dieron cuenta que
éste manejaba información precisa de lo que eran las internaciones, incluso
llegaron a suponer que podía ser un agente de Aduanas, lo que se descartó al poco
andar porque no aparecía en la página de Aduanas como tal. Afirma que en
consecuencia estaba el vacío de cómo Lara, no siendo agente o funcionario de
Aduanas tuviese ese tipo de información tan precisa que incluso aportaba nombre
de empresas, listados de especies, como hacer el proceso de internación, los
plazos, algunos documentos que tenían que presentar. Afirma que la investigación
de la Fiscalía Sur fue en el año 2012, la de Iquique en 2013 y cerca de noviembre.
Indica que en esa época se produjo un paro de funcionarios aduaneros en donde se
adhirieron los de la V región y en consecuencia Lara, a través de su teléfono
interceptado, tomó contacto con una persona de nombre Arnaldo, y aquella
persona, en el contexto de la conversación, da cuenta de que ésta persona lo
orienta a razón de unas consultas de Lara de términos de internación de especies,
en términos aduaneros, lo orienta y junto con ello le aporta información de cómo
va el paro de funcionario aduaneros. Junto con ello, en virtud de los antecedentes
recopilados, se desprende que dicha persona tiene directa relación o era
funcionario aduanero, o tenía alguna estrecha relación con esa entidad, y en razón
de ello se procede a verificar su número por el cual se contactó con aquella
persona de nombre Arnaldo. Que se obtiene su número y consultado a la empresa
respectiva, arroja asociado a nombre de una mujer identificada como Cecilia
Castillo Lara, que verificada su red familiar se determina que era sobrina de
Nelson Lara Mesa, ya que era hija de Cecilia Lara Mesa. Señala que les llamó la
atención dicha mujer en torno a que tenía registrado un domicilio en la Avenida
Alemana de Valparaíso. Afirma que de forma paralela a la diligencia, dentro del
proceso de registro de la información del teléfono del señor Nelson Lara, se
menciona un perfil de Facebook con acceso abierto y aparecían dos amistades
registradas que les parecieron interesante, uno era Cecilia Castilla, con

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información privada, y el otro era el de su pareja, María Teresa Canepa Mancilla,
quien en su perfil mantenía amistad con Arnaldo Torres Ramos. Afirma que en su
perfil aparecía una persona de lentes y de mediana edad. Se efectuaron labores
para individualizarlo y se verifica que residía en el mismo domicilio de Avenida
Alemana y que registraba la persona asociada al teléfono por el cual Arnaldo se
comunicó. Sostiene que a raíz de esa vinculación se planteó la hipótesis de que
aquel Arnaldo era Arnaldo Torres Ramos, que tomó contacto con Lara. De esta
persona, además de su individualización, se efectuaron consultas a través de la
misma página de gobierno transparente y figuraba con un cargo directivo en
Aduanas de la Región de Valparaíso. Señala que una vez que se hizo dicho
ejercicio se obtuvo un vínculo con Lara del cual podía provenir la información
detallada que él suministraba al resto de la organización compuesta por Alcaíno y
Hernández. Explica que con esos antecedentes se denunciaron los hechos a San
Antonio porque en las conversaciones que sostenían esas personas, aludían a que
las internaciones de las que hablaban tenían su lugar en el puerto de San Antonio.
Señala que no recordaba el número de la causa de Iquique, solo que se plasmó en
el informe policial que se denuncia a la Fiscalía de San Antonio. Indicó que en la
causa de Iquique se presentaron por lo menos unos cinco informes. En esa misma
causa se mantuvieron interceptadas las comunicaciones durante gran parte del año
2013. Señala que en la decisión de separar esas aristas, se hizo el mismo ejercicio
que en la investigación de la Fiscalía Sur. Señala que cuando se descubrieron
antecedentes que no guardaban relación con los primeros denunciados, se puso en
conocimiento al fiscal Guerra, quien por temas de jurisdicción no podía abordar
estos hechos e quien instruyó su derivación a la Fiscalía de San Antonio. Afirma
que su función fue ser el oficial de caso en Iquique, Santiago y San Antonio.
Señaló que conocía al fiscal Zamora antes de la primera investigación, por cuanto
veía otras causas con otros funcionarios de la misma unidad que hablaban de
temas de drogas, vinculados a esa área. Al fiscal Guerra no lo conocía, no había
trabajado ningún caso con él. Al fiscal de San Antonio no lo conocía antes de
denunciar los antecedentes, no había llevado solicitudes a tribunales de San
Antonio antes de esta investigación. Señala que desconocía los estándares de esta
jurisdicción, pese a que la unidad en que se desempeña es la única a nivel nacional
y opera en cualquier región del país. Expone que el informe de denuncia de
Iquique en relación al de San Antonio tenía como diferencia el origen. Señala que
si bien la estructura era la misma, en ambos casos obedecían a información
residual que provenía de otra investigación y dicha información residual provenía
de interceptaciones telefónicas autorizadas judicialmente. En el caso de Iquique se
indica que proviene de otra Fiscalía, que es interceptación telefónica, y en el caso
de San Antonio se hace el ejercicio de indicar básicamente para ilustrar al fiscal
como nunca había trabajado con él, y no sabía el estándar de San Antonio. Se
plasmaron la mayor cantidad de antecedentes para que así se tuvieran todos los
elementos y en consecuencia se pudieran otorgar las medidas intrusivas que

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estimaban vitales para el desarrollo de la investigación. Precisa que en términos
generales operaba bajo la misma estructura, dando cuenta de información residual
proveniente de otra investigación, en ambos casos, donde se aludía a que la
obtención de la información provenía principalmente de las interceptaciones
telefónicas. Indica que en el caso de denuncia en la causa de este juicio se hizo
presente las dos causas anteriores, la de Iquique y la de la Fiscalía Sur,
entendiendo que querían poner a disposición todos los antecedentes existentes
hasta el momento para que las medidas intrusivas que se estaban solicitando fueras
aprobadas por los magistrados. Explica que se extraía lo medular y relevante, ya
que en la otra investigación había antecedentes propios de ella. En esta
investigación se trató de plasmarlo en el informe propiamente tal, para que
quedara más entendible. Ese informe es el primer documento que entregó en San
Antonio, ahí se hace referencia a que los hechos son “de naturaleza residual” y se
indica que provenían de Iquique, con su RUC. Afirma que se explica que lo que
fundamenta la investigación de Iquique tenía como raíz una investigación por
drogas. Señaló que en la investigación de San Antonio hubo personas detenidas, el
día 13 de abril del año 2015. Señala que después de esa fecha recibió de parte de
Fiscalía requerimiento de información. Se le solicitaron diligencias como la
incautación de un computador que utilizaba el señor Avilés en Aduanas de la zona.
Recordó que una de esas diligencias fue la pericia caligráfica de uno de los
documentos en relación a la investigación. Una defensa pidió la pericia porque
dentro de los principales hechos de la investigación hubo una instancia donde se
presentó un documento que no era verdadero. Afirma que el documento salía el
membrete de una especie de firma o media firma y aparecía el nombre de la señora
Karen Maúlen. No recuerda si la Fiscalía le pidió los antecedentes de las otras
investigaciones en nombre de algunas de las defensas. Indica que se denuncian los
antecedentes a la Fiscalía, al fiscal Jefe Fernández, quien instruyó una orden de
investigar similar a lo ocurrido en Iquique. Señala que se solicitó de su parte a la
Fiscalía la autorización de la interceptación telefónica de los sujetos denunciados,
esto es, Alcaíno, Hernández, Lara, Arnaldo Torres y la pareja de Lara. Señala que
se pidió que realizaran todas las diligencias y conforme a ello pidieron las
interceptaciones telefónicas de todos los sujetos, las que arrojaron información
corroborando lo que se estaba denunciando y que venían previniendo de la causa
de Iquique. Señala que en ese informe denuncia no se da cuenta de forma taxativa
o transcrita de la conversación, pero sí de la vinculación de los sujetos
denunciados, rol y participación. Explica que en el año 2013, mientras estaba
vigente la causa de Iquique y a raíz de la misma se recopiló información que daba
cuenta de los preparativos de una internación de cigarrillos por vía marítima en
contenedores, lo que finalmente no prosperó. Recuerda dos puntualmente, una en
junio y otra en septiembre de 2013, en que al momento de ingresar la internación
del contenedor al país por el puerto de San Antonio, fue detectado por Aduanas en
ambos casos cigarrillos de la marca “Highsainer” y “Golden City” o “Golden

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Vip”. Señala que a partir de ese momento se les empezó a vincular a la estructura.
Expone que en la estructura de San Antonio, conforme el primer documento,
donde se da cuenta la causa a San Antonio, se expone la forma de operar que tenía
esta nueva estructura en donde ellos identificaban al señor Alcaíno quien ejercía
un rol de liderazgo porque daba instrucciones al resto del grupo, el señor Lara y
Hernández, y además era la persona que proveía el dinero para adquirir la
mercancía. Señala que también estaba Hernández quien hacía las veces de “brazo
operativo” y cuando no estaba Alcaíno lo sucedía y lo representaba. Además tenía
una labor de viajar al extranjero a hacer los contactos y adquisición de los
cigarrillos. Señaló que Lara era el nexo entre Alcaíno y otro miembro que
integraba la estructura, un funcionario de Aduana, que en definitiva asesoraba a la
estructura dados sus conocimiento y el manejo en tramitación en el ámbito de
internación de mercancías. Sostiene que también, más avanzada la investigación
determinaron que también formaba parte Cristian Avilés, que era un funcionario
de la división jurídica de Aduanas de San Antonio, quien tenía acceso a las
diferentes causas donde se hacía parte la institución en lo relacionado con
mercancías por delitos de contrabando o contra la propiedad industrial. Precisa que
empezaron a ver que dentro de sus funciones tenían varias formas de operar, una
de ellas era que el señor Alcaíno tenía algunos nexos con personas que, por lo
menor a través de la interceptación telefónica, eran de acento extranjero,
argentinos o uruguayos, en donde hablaban o coordinaban ingresos de cigarrillos a
través de camiones que provenían de Argentina y que ingresarían al país por el
paso “Los Libertadores” en el sector de Los Andes de la V región. Sostiene que
en dicho modus operandi participaban el señor Alcaíno y Hernández que ayudaba
a coordinar y el señor Lara que hacía la vinculación con funcionarios de Aduanas
donde de acuerdo a sus propios dichos captados en la interceptación telefónica
hablaba en plural, haciendo referencia a los amigos o a veces hablaba de una
persona en particular. Señala el policía que ellos lo interpretaban como maniobras
para desvirtuar u ocultar las vinculaciones que tenía con personal de Aduanas.
Recuerda que dentro de una de las coordinaciones en relación a ese modus
operandi, se estaba tratando de internar un camión con cigarrillos y al parecer
hubo inconvenientes y no se llegó a acuerdo. Señala que lo relevante para ellos fue
que ya había un preacuerdo por lo que entendían que eran funcionario de Aduanas
que debían fiscalizar en el Complejo Los Libertadores, donde se mencionaba que
tenían que dar los datos de la patente, enviar el trato que tenía que hacerse una vez
que se depositara a una cuenta que dichas personas iban a proporcionar. Señaló
que en definitiva eso reveló que existían los vínculos con algún funcionario de
Aduanas. Indicó que eso apuntaba a que había diferencias con la parte proveedora
y no prosperó la propuesta. Afirma que otro de los modus operandi daba cuenta
de uno de los principales hechos que luego se pudo vislumbrar en la investigación
de San Antonio. Al respecto ellos tenían contacto con una persona en Panamá al
cual ellos mencionaban como “negro o Sam”, quien de acuerdo a lo que se

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desprendía de sus conversaciones, era la parte proveedora de los cigarrillos que
finalmente se internaban al país. Señala que para ello había una especie de
intermediario, un sujeto al cual ellos mencionaban como “Chándal”, quien
conforme el contexto de las conversaciones, concluyeron que era una vinculación
en términos monetarios. Expone que conforme este modus operandi, se tomaba
contacto con el “Negro” o “Sam”, se llegaba a un acuerdo de las cantidades que se
iban a adquirir y formas de pago, que de acuerdo a los dichos de Alcaíno y
Hernández le hacían llegar a través de transferencias, imagina una parte de dinero
u otras veces se la llevaba Hernández y acordaban las cantidades y veían el tipo de
contenedor que finalmente iban a traer con las mercancías, lo que podía varias
desde 20 a 40 pies. Señala que una vez hechas las coordinaciones o los envíos de
dinero, Alcaíno instruía que Hernández que viajara a Panamá, quien se trasladaba
a ese lugar y compraba los cigarros, y según entendían ellos, se encargaba respecto
del buque o medio de transporte de la internación. De forma paralela a esto
Alcaíno tomaba contacto con Lara que dentro de su función en la estructura,
proveía a Alcaíno de el nombre de alguna empresa junto con el detalle de especies
que habitualmente importaba esa empresa con la finalidad de que dichos datos
fueran replicados hacia el señor Hernández que estaba en Panamá y que con esos
antecedentes hiciera la documentación respectiva. Señaló que ellos hablaban del
“B.L.” o documento de embarque, una suerte de factura marítima, en que se
plasman todos estos antecedentes que en definitiva sirven para el trámite de
internación. Sostiene que estos datos de Lara eran bastante precisos en el sentido
de que dicha empresa era reconocida como una que habitualmente realizaba ese
tipo de importaciones y porque eventualmente despertaban nulas sospechas
durante el proceso de fiscalización y monitoreo que realizaba la entidad de
Aduanas. En consecuencia, se hacían pasar por esta empresa en donde, en el
documento se detallaban especies y ellos incluso tenían la precaución de que el
detalle fuera consistente con el peso que tenían que tener los cigarrillos,
debatiendo incluso en una instancia la diferencia de los pesos. Sostiene que Lara
entregaba esta información a Alcaíno quien se la entregaba a Hernández y
Hernández y consideraba dicha información para la internación y una vez que la
compra de los cigarros estaba conforme, se terminaba la función de Hernández allá
y regresaba a Chile. Afirma que ese proceso, conforme el análisis de los
movimientos migratorios de Hernández, demoraba habitualmente entre tres a
cinco días. Señaló que esto también era sin perjuicio de los viajes que realizaba
Hernández porque aquel también tenía una empresa que llamada importadora
“Sindi” con un local en la calle San Antonio en Santiago, en una galería
denominada Copacabana. Afirma en dicha galería Hernández tiene un local
donde, de acuerdo a lo visto en cuanto a sus productos, apunta a un tema de joyas.
Sin embargo ellos por lo menos a través del monitoreo telefónico pudieron
establecer que Hernández, además de lo concierne a la internación de cigarrillos
propiamente tal, también realizaba viajes a Brasil a buscar especies para su

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negocio. Había conversaciones donde hablaba con otras personas donde hacían
tratos de diversas mercancías. Expuso que cuando Hernández retornaba a
Santiago, comenzaba a tomar rol protagónico Lara, procediendo a monitorear el
embarco desde Panamá hacia su país, se intentaba que la internación fuera lo más
segura posible, y prueba de ello era que, como Panamá es un país que para aduana
representa un país de alerta dentro de su rol fiscalizador considerando que ahí se
adquieren gran cantidad de especies de dudosa procedencia ellos hacían una
revisión en que el contenedor, dentro de la factura marítima, no figurará como país
de origen Panamá, y lo que hacían, con ayuda de la persona proveedora de los
cigarros, era reembarcar el contenedor a un localidad que denominaban la isla, que
tras el análisis tanto de las conversaciones como documentación que se logró
recopilar, correspondía a la localidad de Curazao. Señala que en ese sentido
incluso a veces mencionaban a Aruba, en donde ellos consignaban como el
contenedor salía de esa localidad y así se dificultaba a que las labores
fiscalizadoras no despertaran mayor sospecha. Junto con ello, salía el contenedor
de esa localidad, el proceso duraba 15 o 20 días aproximadamente en donde el
buque que llevaba el contenedor hacia diversas escalas a lo largo de Sudamérica y
aquí lo relevante, que les llamaba la atención, era que Lara, mientras se llevaba a
cabo esto, pedía insistentemente una copia del “B.L.” que ya se había plasmado.
Afirma que conforme el análisis de las conversaciones, Lara indica que ello
obedecía a que mientras más pronto tuvieran esa documentación, más pronto se
podían hacer los trámites en el país y era más fácil que el contenedor, al llegar a
puerto, tuviera que ser almacenado en un almacén extraportuario, procedimiento
normal para ese caso. Ello implicaba que Hernández, como había ido al extranjero,
tomaba contacto con la persona y apuraba la entrega de dichos documentos.
Incluso llegando a mencionar que los enviaban por Copa, en alusión a la empresa
Copa Airlines, reconocida por sus viajes a Panamá. Afirma que en otra instancia
también se pudo detectar que dicho envío de información de papel lo hacían a
través de la empresa DHL, la cual era direccionada a un local que tenía el señor
Hernández allá en Santiago en la galería Copacabana. Finalmente, cuando llegaba
el contenedor, Alcaíno proveía del dinero que tenía relación con la importación y a
su vez supervisaba los plazos pidiendo información a Lara y costos asociados. Una
vez que estaba pronto a llegar el contendor el señor Lara proporcionaba los datos
de la fecha de arribo estimativa, cuestión que les llamaba la atención de que tenía
acceso a través de algún medio sobre la fecha estimativa de arribo del contenedor.
Junto con ello, llegaba el contenedor y se sucedían diversos gastos en que tenían
que incurrir en donde parte del modus operandi era como ellos se estaban haciendo
pasar por una empresa con dirección y bodegas establecidas, una vez que llegaba
el contendor y concurría algún transportista ellos modificaban la dirección de
destino donde debía llegar el contenedor y la redireccionaban a alguna de las
bodegas que ellos tenían para estos fines. Una vez que el contenedor salía sin
ningún inconveniente, Lara aparte de los costos asociados a la internación, lo que a

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través del monitoreo no era tan así, porque parte del dinero era para él, cobraba un
dinero que entendían, conforme sus dichos, tenía que involucrar a los amigos o
muchachos, lo que entendían como Arnoldo Torres Ramos, considerando que por
lo menos dentro de uno de los hechos importantes también habían reuniones
presenciales entre Torres y Lara, lo que les dejaba entrever que dichas reuniones
podían estar basadas en alguna entrega de dinero por la prestación de servicios e
información específica de los datos que debían ir incorporados en la especie de
factura. Alcaíno pagaba estos montos a Lara y éste hacía lo propios con Arnaldo
Torres Ramos. En cuanto al tercer modus operandi, se estableció que, dado que el
segundo modo de operar importaba un periodo de tiempo que, por parte baja, eran
de 15 a 20 días pudiendo extenderse mucho más, a la estructura criminal le
complicaba porque dichos plazos hacían que no tuvieran cigarrillos de forma
constante para poder vender y, en consecuencia, a raíz de eso surge una propuesta
donde, ya avanzada la investigación, descartado Torres Ramos y se había
incorporado Cristian Avilés como funcionario de Aduanas que proveía
información a Lara, dentro de las interceptaciones que se solicitaron en la
oportunidad, Avilés le cuenta a Lara que hay especies en custodia en almacenes
extraportuarios, los que conforme información de Aduanas, son empresas externas
que custodian especies que eran involucradas en algún tema de propiedad
industrial o contrabando, siguen bajo potestad aduanera y supervisión de Aduanas.
Dicha empresa tenía bodegas donde acopiaban especies de diversos tipos
involucradas en delitos de años anteriores y que definitiva estaban a la espera que
se resolviera su situación judicial. Recuerda que efectuaban consultas a Aduanas,
era un tema relativo en el sentido de que esa institución se querellaba o a veces
eran las empresas, y en consecuencia ello dilataba el destino de dichas especies,
donde incluso, en conversaciones con personal de la entidad, las mismas podían
ser donadas, como alternativa. Afirma que Avilés se desempeñaba en la parte
jurídica de Aduanas y tenía acceso a la información de dichas causas. En
consecuencia sabía dónde estaban ubicadas las especies y es ahí cuando le plantea
a Lara sacar esas especies simulando que las mismas ya estaban con sus procesos
judiciales finalizados y que en definitiva su destino final era la destrucción. Señala
que Avilés le comenta a Lara y le propone que en vez de destruir las especies las
comercialicen. Recuerda una conversación de que lo vea con el “H”, quien,
conforme el análisis de las conversaciones, se refería a Alcaíno, porque en algunas
conversaciones se referían a él como “el huaso”, y también le corroboraba que
Avilés sabia de la existencia de Alcaíno en la estructura. Una vez que Avilés le
comunica esto a Lara, éste lo hace a Alcaíno, y en definitiva ahí, dependiendo de
si se llegaba a un acuerdo económico, se procedía a sacar bajo supervisión de
Avilés, quien para el proceso tenía que estar bajo supervisión de Aduanas, quien
junto con la empresa destruía las especies. Dichas especies, acopiadas, Avilés las
sacaba con supuestos fines de destrucción, se simulaba una destrucción al menos

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de manera documental pero las mismas terminaban siendo vendidas a Alcaíno que
las trasladaba hasta la Región Metropolitana y las comercializaba.
El testigo expone que dentro del desarrollo de la investigación hay cuatro
hechos relevantes, que da cuenta cómo operaba esta estructura y los contactos que
tenían. El primer modus operandi solo fue referido en la investigación de Iquique
y luego por motivos desconocidos no se presentó en la investigación de San
Antonio, si los otros dos, de internación de mercancías por contenedores y
sustracción de especies destinadas a destrucción por potestad aduanera. Precisa
que los hechos son relevantes porque dan a conocer cómo opera toda la estructura
criminal.
Explica entonces que, en primera instancia, hay una internación de un
contenedor que se hizo en mayo de 2014, el día 7, por el puerto de San Antonio,
que responde al segundo modus operandi, de internación por vía marítima, que se
empieza a gestar un mes antes, los primeros días de abril del año 2014. Refiere que
ahí ocurren los primeros indicios de las coordinaciones de la internación, los que
daban cuenta de que Alcaíno en conversaciones con Hernández, refieren que
tienen que viajar el último al extranjero, hablan de montos de dinero que deben
pagarse por tal concepto, detallando que una parte era vía transferencia y otra
debía ser llevaba por Hernández, haciendo alusión también que deben contactarse
con el sujeto denominado “negro” o “Sam”, e incluso ambos comienzan a
conversar de que ojalá esta nueva coordinación no se presente igual que las
anteriores, dando a entender que no era puntual, sino habitual, y que no le pase lo
mismo que veces anteriores, donde hubo discrepancias con la parte proveedora en
torno a los montos pagados y los saldos a favor. En esas primeras coordinaciones
Hernández aún estaba en el país y, una vez que llegaron a acuerdo con la parte
proveedora viajaba el señor Hernández. Estos primeros indicios de la internación
del 7 de mayo de 2014 son del 7 de abril y el señor Hernández debió haber viajado
el día 9. Hernández viajó a Panamá y el señor Lara toma contacto con Alcaíno
otorgándole el nombre de una empresa y un detalle específico de especies que
tienen que ir plasmadas en el “B.L.” o Bill of Lading. La empresa se llamaba
ASIPAC Ltda. No recuerda el detalle específico para ser consignado en el B.L., si
recuerda que aludía a cosas de cocina, cuchillos, etc. Lo que recuerda es que
pertenecían a una marca específica, Kennedy-F, marca que tenían en común todas
las especies. Alcaíno, mientras Hernández aun se encontraba en el extranjero, se la
envía vía mensajería “WhatsApp”, y una vez que Hernández recibe información
utiliza ese listado para que en definitiva el documento con el cual va acompañado
el contendor salga con ese detalle, haciéndose pasar por ASIPAC. Indica que
Hernández tiene conversaciones con Alcaíno en donde, cree que hasta Alcaíno le
llama la atención ya que tiene que ir plasmado el documento de forma expresa
como se lo envió para evitar inconvenientes al pasar a nuestro país. Luego se le
entrega a Hernández la documentación y aquel se encarga de la compra y
adquisición, retorna al país, a los 4 o 5 días del 9 de abril, el 12 de abril más o

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menos. Cuando las fechas en que estimaban que los documentos debían llegar y
eso no ocurría Alcaíno le llamaba la atención a Hernández para que monitoreara la
gestión y viera cuándo llegarían esos documentos vía mensajería. La vía por la
cual enviaron los documentos fue la empresa D.H.L. Esto se indagó, ya que las
conversaciones telefónicas lo indicaron en esos términos y por ello se hicieron
diligencias para corroborar la información y así se tomó contacto con la empresa
D.H.L. donde una de las personas, supervisor o ejecutivo, aportó información. Le
causó extrañeza porque no había ningún envío direccionado al señor Hernández, y
tuvieron que realizar la revisión manual de todos los envíos desde Panamá y
encontraron un registro de envío que estaba direccionado a otra persona, un señor
de nombre Carlos Bruna, y la parte emisora era “Fdo Hrnds”, lo que en realidad
era Fernando Hernández sin las vocales, lo que les daba indicios de que era
Hernández Salas. Señala que para descartar se identificó a Carlos Brun de forma
plena, y aquella persona registraba como uno de sus domicilios asociados en
términos comerciales en la Galería Copacabana, lo que permitía desprender una
vinculación. Indica que cuando Hernández llega a Chile, Lara comienza a solicitar
insistentemente el documento B.L., por cuanto tenía que trabajar con el documento
en original para hacerlo más tranquilos, lo que interpretaban como trámites
propios de la internación, y junto con ello también sucedían algunos pagos donde
Alcaíno, de acuerdo a los montos pactados, debía realizar, y le pagaba a Lara en
algunas instancias para los tramites o dividendos de internación. Relata que
finalmente Lara empieza a monitorear la fecha de arribo del buque que llevaba el
contenedor que se identificó, conforme la interceptación telefónica, ya que en una
oportunidad se entrega el dato completo de su número, de parte de Hernández a
Alcaíno, mientras ambos estaban en Chile, lo que permite efectuar el monitoreo
del contenedor, en la medida que una vez que se despacha de Panamá o de
Curazao, el trayecto desde esa localidad al país tenía un tiempo entre 15 o 20 días
como mínimo en donde ese proceso de monitoreo tenía que determinar a través del
número del contenedor se podía acceder a alguna plataforma informática donde se
plasmaba el número de contenedor y arrojaba la ubicación que tenía o a cuantos
días estaba del lugar de destino. Encontraron dos plataformas, una de la naviera
donde se ingresaba el dato del contenedor y la otra era una página que desconoce a
qué entidad pertenecía, entregaba información sobre donde venía el barco que
contenía el contenedor. Con la información del contenedor, se consultó en esa
plataforma asociada a la naviera donde se indicaba los tiempos estimativos para el
arribo del contenedor. Recuerda que Lara efectuó un monitoreo del buque donde
iba el contenedor, a través de la interceptación telefónica, ya que sostiene una
conversación con su señora que consulte por una embarcación de nombre Bilbao y
luego se suscita una secuencia de llamados donde Lara le consulta donde vendría
el contenedor. Aparece un llamado telefónico de vuelta de la señora donde aquella
le responde que no aparece información, y en consecuencia esa información Lara
la transmite a Alcaíno. Lara le entregaba información de donde venía el

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contenedor. Llegó en un buque de nombre Bilbao, y se registró una conversación
entre Hernández y su señora Estefanía, en donde por el contexto de la
conversación, aparentemente había llegado un fax en donde el señor Hernández en
esa oportunidad no estaba en su local, sí su señora, y le consulta por un documento
del local y que le verifique si estaba legible y si aparecían unos números en el
documento. Su señora se los dicta y corresponde al número del B.L. asociado al
contenedor. La señora del señor Hernández no comprende de inmediato la
ubicación de los números, porque parte indicando un conjunto de letras distinto,
CXDU, letras que corresponden al número del contenedor, pero interpreta que no
había ubicado el número por el contexto de la conversación, donde la señora
mostró no manejarse en esos temas. Señala que con posterioridad, una vez que el
contenedor fue retenido por Aduanas se logro obtener el BL, cuyo número
coincidía con el numero proporcionado por Hernández a Alcaíno, y por la persona
de sexo femenino que habla con Hernández, y con la información que entregó
Lara a Alcaíno, tal cual el detalle de las especies, cantidades. Explica que, una vez
que la PDI tenía información que en dicho contenedor venían cigarros y no lo que
se había declarado, se hizo una coordinación con la unidad BICRIM de San
Antonio, en donde se le explica muy genéricamente de la investigación y los
hechos que ocurrían y puntualmente se le entrega el número del contenedor al jefe
de esa unidad, comisario Luis Tapia, y no se tomó por la “BRICO” directamente
porque, si bien el contexto de la investigación apuntaba a que el nexo que tenía la
organización con Aduana era Arnaldo Torres Ramos, pero, dado que Lara cuando
salía el tema se refería en plural, hasta esa instancia no podían suponer que estaban
en presencia de más personas de las que tenían individualizadas en la
investigación. Por ello se pone en conocimiento la internación del contenedor al
fiscal de la causa y el fiscal refiere que se deriven los antecedentes al fiscal de
turno de ese día, por cuanto la idea era verificar que la información que estaba
siendo proporcionada por las interceptaciones telefónicas era coincidente con lo
que debería encontrarse con lo hallado en el contenedor, encontrándose dichas
especies. En definitiva, la razón es estratégica ya que como “BRICO” querían
saber los reales alcances de los participantes y en virtud a la inmediatez de la
información y rápida reacción que podían tener la BICRIM local versus su demora
en un eventual traslado se derivan los antecedentes a la unidad local y en
consecuencia ellos llevan el dato especifico del contenedor, tomándose contacto
con Aduanas. Explica que en su calidad de oficial de caso, recepciona los
antecedentes del funcionario a cargo de la escucha telefónica, Diego Díaz San
Martin, quien le informa que en el monitoreo se dan cuenta de que llegó el
contendor, que se adelantó de la fecha inicialmente prevista, y esa instancia
provoca que Lara informe de forma improvista a Alcaíno sobre la llegada del
contenedor, informaron, en ese tiempo estaba el Comisario Gatica, luego de ello
este toma contacto con el jefe de la unidad de la BICRIM y se aportan los
antecedentes del contenedor y es Tapia quien se traslada a Aduanas de la zona y

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toma contacto con la administradora zonal, Teresa Germinni. Señala saber el
resultado porque a raíz de esta instancia el jefe de la BICRIM le comenta lo que
ocurre a la administradora de San Antonio y ella dispone conforme sus facultades
la verificación del contenido del conteiner, el aforo del mismo, y se detectan los
cigarros y no lo que debería haber arribado conforme el detalle del B.L. y se hace
una coordinación entre las dos instituciones donde por una parte funcionarios de la
PDI informan los resultados y luego Aduanas, a solicitud de ellos, les informa los
detalles de la incautación en sí. Añade que luego de dicho procedimiento en que se
incautan los cigarros, el día 7 de mayo de 2014, ese día tiene lugar una reunión en
San Antonio, a un costado de la costanera del “Mall San Antonio”, y ahí se reúnen
Alcaíno, Hernández, Lara y un sujeto que no se identificó pero que iba con
Alcaíno y Hernández, y dicha reunión tenía por objeto coordinar la salida del
contendor por cuanto hasta ese momento los investigados no sabían que se había
intervenido el mismo y se habían incautado las mercancías que traía por
participación de Aduanas y de la PDI. Esa reunión se puso en conocimiento a raíz
de una vigilancia que se hizo aquel día en que se pudo registrar fotográficamente a
los involucrados, recordando que los Inspectores Carlos Fuentes y Sebastián
Aliaga participaron en ello. Señala que luego de esa reunión, a eso del mediodía,
donde se reúnen Lara con el resto de los participantes y tenía como finalidad dar a
conocer el estado del retiro del contenedor. Apunta a que una parte de los dineros
se pagaba anticipadamente y otra contra entrega, y ese día procedía el pago a
contra entrega a favor de Lara. Precisa que ese mismo día, en esa misma reunión,
Lara se retira del lugar, la vigilancia solo se mantiene con los involucrados, y en
ese contexto se producen dos llamados telefónicos desde el teléfono interceptado
de Lara con su mujer Teresa Canepa, donde le da a entender que Aduanas
descubrió el contenedor que estaban ingresando al país, y que según sus dichos él
estaba esperando que el tema pasara a fin de poder idear alguna estrategia para
informar a Alcaíno y Hernández sobre qué había ocurrido con el contenedor no
obstante los resguardos que habían adoptado para poder sacarlo de la potestad
aduanera. Señala que por algún medio Lara obtuvo esta información de lo que
estaba ocurriendo con Aduanas en ese momento. Agrega que con posterioridad a
esa reunión suceden una serie de conversaciones en las que Lara le dice a Alcaíno
que el contenedor salió, lo que no ocurrió, pero permitió delimitar las funciones de
Lara en la estructura criminal, que consistía a ese efecto en dar seguridad a la
organización. Relata que luego que Lara se retira de San Antonio y llama a su
señora, vuelve a reunirse con Alcaíno y Hernández, donde asume que les
comunicó lo que estaba pasando, que el contendor estaba sujeto a un
procedimiento policial, lo que verificaron porque una vez que Alcaíno y
Hernández se retiran a Santiago, se registra un llamado telefónico de Alcaíno a su
señora, donde le informa que se frustró la internación y que por lo menos fueron
alertados para no ser involucrados, dándole cuenta de lo que haría PDI como
entrega controlada. Esta información la habría entregado Lara para lograr cobrar

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por su función, que exigía que el contenedor saliera del recinto aduanero. Agrega
que Alcaíno llama a Lara para pedir cuenta porque el camión nunca llegó a su
bodega y en consecuencia la versión de Lara no era tal, y éste le confirma que
salió el contenedor de San Antonio y que iría con escolta policial, lo que nunca
ocurrió. Recuerda una llamada relevante en que, según le parece, al día siguiente,
Alcaíno llama a Lara preguntándole en definitiva qué pasó, pidiéndole
explicaciones, y Lara le refiere que “hicieron la maniobra y no les resultó” y
agrega que le iban a entregar un informe detallado de qué había ocurrido, el día 8
en horas de la mañana. Ese día Lara se traslada a Valparaíso, residía en Villa
Alemana, y dentro de sus diligencias, ingresa a un local donde adquiere un chip
telefónico de la empresa Claro, que luego sería uno de los números que tendría
exclusivamente para hablar de todas estas temáticas, y esto lo sabe porque
mantenían la vigilancia de Lara. Recuerda que se trasladó a la Plaza Victoria y en
una galería comercial compró el chip. Lara y Alcaíno tenían varios números y
cuando tenían que realizar estas actividades utilizaba un número específico,
Alcaíno de hecho tenía 4 teléfonos, y Lara partió con uno o dos teléfonos Entel y
luego optó por el Claro. Precisa que para averiguar el número telefónico los
funcionarios concurrieron al local comercial con posterioridad e intentaron acceder
al número, la persona que los atendió señala que no podía entregarles esa
información por temas administrativos, pero sí les aporta el dato del número IMEI
del teléfono comprado, el que fue consultado a las empresas como número
asociado con el Rut del señor Lara. Luego de obtenida esa información se
interceptó ese teléfono, y ahí Lara sostenía conversaciones con Avilés. Relata que
continuando la vigilancia aquel día, Lara llega a un peaje en Lagunillas en un
vehículo Hyundai I10 de color celeste a nombre de una tercera persona, entre San
Antonio y Casablanca, y conforme le refirieron los funcionarios que vigilaban, se
orilla a un costado de la berma y, acto seguido, llega un vehículo Honda Civic gris
del cual desciende un sujeto de apariencia joven conforme refieren los
funcionarios, que informaban en tiempo real todo lo que iba ocurriendo
telefónicamente o por mensajería (entre Díaz y los funcionarios), y en esas
circunstancias es donde la vigilancia reporta el descenso de aquel sujeto, y uno se
sube al vehículo del otro, conversan algunos minutos, sin acercarse el dispositivo
por las características del lugar, registrándose solo una imagen alejada donde están
los dos vehículos contiguos en la berma. Refiere que, dada la circunstancia donde
se lleva a cabo la reunión, se consulta la placa patente del Honda Civic, y arroja en
ese momento que estaba a nombre de María Fernanda Osores, señora de Cristian
Avilés Trigo, con una hija en común de nombre Javiera. Ese nombre era relevante
para efectos de la investigación por cuanto la idea de intervenir el contenedor
decía relación con la búsqueda de contactos o nexos de Lara en relación a
Aduanas, más allá de Arnaldo Torres, y en ese sentido cobra importancia Avilés
por cuanto se vuelve un sujeto de la investigación, ya que de este encuentro en el
peaje de Lagunillas, se le envían las fotografías que registraba Avilés en el

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Registro Civil a los funcionarios que estaban en la vigilancia, y éstos al verlas
reconocen que de acuerdo a la imagen de la persona que vieron descender del
vehículo para conversar con Lara era consistente a Avilés. Indicó que paralelo a
ello, una vez que individualizan a Avilés lo consulta en la página de “Gobierno
Transparente” donde Avilés aparecía como funcionario de dotación de Aduanas de
San Antonio, con lo cual cobraba una importancia mayor considerando que podían
ser otros nexos sumados al del señor Torres los que tendrían algún grado de
participación en la organización, sumado al contexto inusual en relación al lugar
de la reunión. Señala que después que tiene lugar dicha reunión, se registra un
llamado telefónico entre Alcaíno y Lara en donde Alcaíno vuelve a consultar qué
le pasó y Lara le comenta que sabía que la PDI había llegado con el número del
B.L. a Aduanas y que por eso se había gestionado todo el procedimiento de
incautación y se frustró su operación, incluso refiere que deberán tomar ciertos
resguardos, sin hablar por teléfono. Estima que solo sabían los funcionarios
policiales la diligencia de incautación que se realizaría quienes sindicaron no haber
comentado nada, por lo que la información salió de alguna persona ligada a la
Aduanas. Afirma que no se vio a Lara juntarse con funcionarios de PDI, más allá
de reunirse con Avilés y Arnaldo Torres Ramos en un café en Valparaíso, donde
se efectuó una vigilancia y se fijó fotográficamente el hecho, y recuerda que en la
imagen se observa que Torres incluso tiene unos documentos en sus manos.
Precisa que la información del BL viene luego de la reunión con Avilés. Agrega
que después de eso no hay mayores conversaciones relevantes, más allá de que
Lara le dice que tienen que juntarse porque están temerosos, en el Santuario Lo
Vásquez, en unos stands de algunos locales donde venden alimentos,
habitualmente ellos se juntaban, y ese lugar tenía importancia investigativa porque
era estratégico, ya que desde dicho lugar a un par de kilómetros estaba la ruta Lo
Orozco, y ahí Alcaíno tenía una parcela, en un condominio llamado La Viña, a un
par de kilómetros, y por esa misma ruta se llegaba a Villa Alemana, residencia de
Lara; y según las interceptaciones telefónicas, se juntaron unas cuatro veces, y de
esas veces recuerda que en dos oportunidades se hicieron labores de vigilancias.
No recuerda que pasó en esas reuniones. Relata que luego de esto, el grupo trata de
retomar el tema del modus operandi que tenían en relación a la internación de
contenedores, en donde aluden a una gestión previa que habían realizado por
ASIPAC, donde ellos indican que durante el trayecto del contenedor habrían
tenido inconvenientes durante su viaje al país, consistente en que el barco en el
cual venía el contenedor hizo una de sus paradas en Venezuela, Puerto de
Maracaibo, y las autoridades de ese país detectaron droga que venía en el buque y
en razón de eso el buque quedó retenido, sin que hubiera relación entre ambos y
solo constituye una situación que frustraba su plan. Explica que algunos
funcionarios concurren a dicha empresa, con centro de operaciones en Rancagua,
los funcionarios se trasladan para allá y piden hablar con la persona que representa
legalmente a la sociedad, conforme información que se le habría entregado a

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Alcaíno, por lo que funcionarios intentar ubicar a la persona, de apellido Ugarte, y
toman contacto con funcionarios que están encargados con las importaciones, y los
funcionarios investigadores le consultaron a esas personas por datos del
contenedor retenido y datos del B.L., y aquellos indicaron no saber de ese
contenedor sin perjuicio de haber sido alertado de la asociación de dicho
contenedor a su empresa conforme ciertas gestiones de Aduanas. Recuerda que los
funcionarios policiales indicaron que la persona que veía las importaciones indicó
que ellos tenían una planificación anual como empresa, y ellos importaban en
fechas bien establecidas y de forma regular en los años, contenedores y uno de
ellos era también en Panamá con mercancía que aludía a las marcas que estaban
plasmada en el B.L. del contendor retenido, de marca “Kennedy-F” pero que no se
condecía con la fecha en que llegó el contenedor, porque también se vio a raíz de
dichos antecedentes la información del agente de aduana que realizó la internación
del contenedor de ASIPAC –de cigarros–, que fue la agencia Francisco Pardo, y
cuando se le hicieron consultas a la persona de importaciones por dicha agencia
señala que no trabajaban con aquella agencia sino con la agencia Alberto
Larrañaga y que por lo tanto desconocían a qué se debía esa importación irregular
que no estaba dentro de la planificación que tenían de forma expresa durante el
año. En definitiva no reconocen la operación de importación como propia. Sabe
que se hicieron algunas diligencias conforme la instrucción del fiscal de
verificación que realiza otra unidad, Unidad de Delitos Portuarios de Valparaíso,
donde concurren a la agencia Francisco Pardo y recaban los antecedentes o versión
de dicha agencia respecto de la vinculación que tenían con dicho contenedor.
Como segundo hecho relevante, en término cronológico, indica que data del
30 de octubre de 2014, y entre mayo y octubre de 2014. Señala que si bien en
octubre es uno de los hechos relevantes dentro de la investigación, ello no quiere
decir que en el intertanto la organización no realizó ninguna labor importante.
Dentro de la investigación se realizaron otras diligencias donde también, después
de la incautación de ASIPAC, la organización quiso retomar otras internaciones
que estaban esperando, como aquel contenedor que se trasladaba en la
embarcación que finalmente fue retenida en Venezuela. Ahí surge una instancia
relevante ya que, como vieron frustrada la internación, intentaron recuperar el
contenedor, y hablaron entonces con la parte proveedora de los cigarros para ver
qué opciones tenían para salvar la mercancía, barajando como estrategia
devolverla a su lugar de origen, lo que, conforme las interceptaciones telefónicas,
habría ocurrido. Consecuente con ello, dado su modus operandi, mientras el
contenedor iba en viaje a su país y se enviaba la documentación vía
correspondencia ellos hablan que tienen que tratar de interceptar dicha
correspondencia y que para ello incluso deben ver algunos regalos, lo que
interpreta como cohecho. El fiscal, a la luz de los antecedentes, dicta diversas
diligencias de forma paralela a la interceptación telefónica, y se le pide al fiscal
que se proceda al levantamiento del secreto bancario de dichas personas, se habla

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con el fiscal para levantar el patrimonio de los sujetos investigados y, sumado a
ello, surgen algunos bemoles como el hecho de que existe un cambio en el fiscal
de la causa, por el mes de septiembre, en que asume otro fiscal como encargado de
la indagatoria, Subiabre, por lo que esto repercute en términos investigativos por
lo que hubo que sostener reuniones para darle a conocer la dinámica de la
investigación, evacuándose informes policiales que eran una especie de resumen o
consolidado de la totalidad de los antecedentes relevantes existentes hasta el
momento, cuestión que no repercutió en los sujetos investigados, si bien recuerda
como repercusión, a nivel técnico, que ocurrió un impasse técnico en la medida
que toda la información estaba anexada al fiscal de la causa por lo que cuando se
produce el cambio de fiscal solo se puede traspasar parte de la información relativa
a los registros de mensajería y antenas de las interceptaciones anteriores a la
asunción del fiscal Subiabre, por lo que incluso se intentó elaborar un diagrama
del flujo de las comunicaciones donde se detallaba un poco la dinámica de los
roles de la organización, por lo que sólo se alcanzó abordar parte de los cuatro
hechos y no en su totalidad. Señala que en septiembre se retoman las
intervenciones telefónicas con el fiscal Subiabre y en razón de ello ya se empieza a
dar la dinámica del segundo hecho de importancia que tiene lugar en octubre de
2014. Precisa que nunca habían cesado las interceptaciones, solo se retoma en el
sentido de la fidelidad de información entre policía y fiscal. Se pide interceptación
de teléfonos nuevos, a la fecha de octubre, se solicita el número de los
investigados, en específico el número de Avilés. Las primeras interceptaciones son
requeridas por el fiscal Fernández y luego por el fiscal Subiabre, y no se negaron
dichas peticiones. Expone entonces que a principios de octubre, sino la quincena,
se produce un llamado telefónico del número de Avilés a Lara en donde le
comenta el modus operandi que describió en torno a las especies retenidas por
Aduanas y que tenían que irse a destrucción. Le comenta un poco de cómo opera
dicha dinámica y ahí proponen derechamente llevarse mercancías, oferta que se
concreta. Una vez ocurrida la llamada Lara llama a Alcaíno y le pide que se junten
y le da a conocer del tema. Afirma que se producen dos reuniones en relación a
dicha temática. Señala que un poco antes de dicha reunión ocurren un par de
llamados telefónicos en que Lara le pide a Alcaíno que acceda al negocio que se
estaba gestando, diciéndole que buscara en internet falsificaciones de lujo en San
Antonio o algo así, donde al final, dentro de la noticia, aparece de cuando se gestó
la incautación de Aduanas del año 2012, donde se hacía alusión a especies de lujo
y hablaba de carteras Luis Vuitton y ropa Gucci, entre otras marcas. Junto con eso,
Alcaíno se muestra interesado por el negocio y accede a reunirse con Lara para
discutir en la interna lo concerniente a la temática. Recuerda que eso desencadena
dos reuniones, una por el 20 o 21 de octubre y la otra que fue el día 27 del mismo
mes, ambas reuniones tuvieron lugar en el mismo sitio, en “Lo Vásquez”. En la
primera reunión Lara le dice que se junten porque le va a facilitar un listado con
las especies que estarían ahí para destrucción, y ello lo constataron por una

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vigilancia donde se registra en forma fotográfica del encuentro entre las dos
personas y el instante en que Lara sostenía una hoja con diversas anotaciones que,
relacionadas con la información de la interceptación, estaban vinculadas.
Entendieron que esa reunión tuvo esa finalidad. Señala que en la imagen no se
logra distinguir el listado. Hay dos reuniones, en la primera Lara le entrega un
listado genérico, de todas las especies en dicha condición, el 21 de octubre, y el 27
de octubre sostiene la segunda reunión y es ahí donde, de toda la gama de especies
que estaban en esa condición, Lara le informa a Alcaíno que de todas las partidas
saldrían primero las que estaban en mejor estado, las que aludía como especies de
lujo. En esa reunión se hizo una vigilancia, donde se logró fotografiar el momento
en que están reunidos Lara con Alcaíno y Lara le hace entrega de un listado que
incluso, de acuerdo a la calidad de la fotografía que fue posible capturar en ese
momento, permite leer, si bien de forma difusa, los datos o palabras chinas que
luego de corroborar la información se referían a la empresa importadora que en
2012 realizó el intento de internación de dichas carteras, sumándose a ello un
listado tipo Excel donde habían algunas columnas donde se describía el tipo de
especie aludiendo a carteras con una sigla “L.V.”, que interpretaron como “Louis
Vuitton”. Agrega que durante la investigación se pudo incautar un documento de
esas características, con un listado de especies, documento que se obtuvo de
Aduanas, que entregó esa información. Refiere que el documento era una hoja
blanca que tenía un listado Excel donde salía el listado, el que era similar a aquel
visto en la vigilancia y que no podía sino provenir de la misma aduana,
considerando que son ellos los que saben cuál era la cantidad y tipos de especies
que estaban retenidas por ilícitos. Agrega que luego de dicha reunión viene un
proceso de tira y afloja en que Alcaíno y Lara llegan a un acuerdo por el monto
que el primero va a pagar en total por las especies, y una vez que llegan a acuerdo
se producen los hechos que dan cuenta del día 30 de octubre, con el retiro de
mercancías. El acuerdo, de manera inicial, implica que Avilés y Lara pretendían
cobrar 20 millones de pesos, de los cuales alrededor de 14 millones Avilés aludía
que eran para unas personas, de forma genérica, entendiendo ellos que esas
personas podían ser otros funcionarios de Aduanas o que formaban parte del
almacén extraportuario. Indica el testigo que esa cifra es comunicada a Alcaíno
por Lara, y llegan a un acuerdo donde Alcaíno le ofrece 15 millones de pesos por
todas las especies. Lara acepta y a su vez le dice a Avilés que el monto final son
14 millones. De esos 15 millones, conforme el contexto, fueron pagados 10
millones en efectivo el mismo día 30 por Hernández a Lara y de los cinco
restantes, había un saldo a favor que tenía Alcaíno, por lo que en definitiva solo
restaba por pagar 3 millones de pesos que fueron pagados posteriormente. Una vez
que se efectuaron las coordinaciones para sacar las especies, el mismo día 30.
Salen desde el puerto de San Antonio y llegan hasta una bodega en Santiago en
San Joaquín, calle El Pinar, que Alcaíno arrendó para este efecto, y junto con ello
ese mismo día Lara se traslada hasta esa bodega y en esa oportunidad Alcaíno no

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estaba físicamente por un tema familiar que hizo que se ausentará de la Región
Metropolitana, delegando la función del pago a Hernández, lo que le avisa a Lara.
Luego de ello llegan a la bodega, Lara, y Hernández efectúa el pago en efectivo de
los 10 millones de pesos, lo que se verifica porque una vez que Lara se retira con
el dinero, le parece que al día siguiente o el mismo en la noche se cruza una
llamada telefónico entre Lara y Alcaíno donde el primero le hace ver de que la
cantidad de dinero recepcionado no es la que estaba acordada, por cuanto le habían
pasado dinero en efectivo que no era lo pactado, y Alcaíno indica que tenía un
saldo a favor y que de todas maneras el resto de lo que faltaba por pagar lo haría
regresando a la Región Metropolitana, pero que se quedara tranquilo. Añade que el
31 de octubre, en horas de la mañana, se produce un llamado entre Lara y Avilés
donde Lara le da a conocer que efectivamente le pagaron una parte de lo acordado,
donde Lara le dice que en total fueron 7 millones lo pagado en efectivo en
circunstancias que eran 10 conforme lo indicado por Lara y conforme ello
acuerdan reunirse en un lugar que era una ubicación conocida por ambos, “a
medio camino”, lo que luego se verificó que eran en el sector del Jumbo de Viña
del Mar, lo que se verificó porque luego ellos aluden al Jumbo, y ello se contrastó
con la hora y lugar de ocurrencia, donde no se pudo realizar una vigilancia de los
acontecimientos, y se verifica a través de las cámaras del Jumbo y se logra
apreciar a Lara que se reúne con Avilés en donde Lara llevaba una bolsa blanca y
posteriormente le entrega a Avilés la bolsa blanca, retirándose Avilés con su
familia, su hija menor y señora, lo que interpretaron en tal sentido si bien no se
apreciaba el contenido. Aquí surge un tema porque Avilés tenía prisa en que se
efectuaran estos pagos por cuanto dentro de sus funciones en Aduanas estaba
próximo a cumplir funciones en frontera, donde esa labor repercutía en que estaría
allí a lo menos una semana sin contacto con Lara para ver el tema de los pagos.
Después de esa reunión hubo conversaciones en que se hacía evidente la premura
para hacer el cobro, la que acontece después de la reunión del Jumbo, y según
dicha conversación y el trato entre Lara y Avilés había un saldo de 7 millones.
Después de esto, Alcaíno no estuvo durante el proceso de recepción de las
mercancías, motivo por el cual, a los días después de que llega, se reúne con
Hernández y ambos concurren a las bodegas de Los Pinares, Región
Metropolitana, donde se lleva a cabo una vigilancia en que se puede registrar
fotográficamente a las dos personas donde incluso en una instancia aprecian que,
para verificar las mercancías, salen con Alcaíno a comer y son fijados
fotográficamente. Reitera que las especies que se retiraron eran carteras, relojes y
ropas, las que fueron sacadas de los almacenes extraportuarios, las que fueron
retiradas, conforme diligencias posteriores en toma de declaración de las personas
de la empresa Saam Extraportuario, donde estaban acopiadas las especies,
indicaron que autorizaron la salida porque se les presentó un documento que
acreditaba que estas especies estaban para destrucción, por lo que debieron ser
ellos bajo la supervisión de Avilés, considerando que uno de los trabajadores

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tomaba fotografías del procedimiento, al camión donde se transportarían y a las
mercancías en sí, las que se pudieron recuperar, al tomarles declaración a dos
personas, el supervisor y una persona que estaba dentro del rol de custodio de una
de las bodegas destinadas para ese tipo de especies, quien entregó las fotografías.
Precisa que esas fotografías estaban fechadas y tenían hora del momento en que se
tomaron, y la persona las entrega para avalar sus dichos, recordando que se
presentaba Avilés con un documento del Tribunal de Garantía en que se resolvía la
destrucción de esas especies, y a razón de eso ellos facilitaban que las mercancías
fueran retiradas, y venía una empresa que tenía que hacer la destrucción, que en
estos casos correspondió a Logística Ambiente Sano. Precisa que aquella persona
refiere que el sujeto era Avilés por cuanto lo ubicaba, lo reconocía como un
funcionario que recurría habitualmente dentro de la empresa, y entendía que
cumplía funciones fiscalizadores de Aduanas. Añade que de manera documental,
recuerda que en el retiro de las especies de lujo se generó un acta de destrucción
de esta empresa donde salía el membrete con el nombre de Karen Maulén, con una
media firma y las siglas “p.p.”. Señala que también aparecía el membrete de
Avilés como funcionario de Aduanas. De esa acta se efectuó la pericia pedida por
la defensa. Relata que el trabajador de Saam no señala que había concurrido una
mujer al lugar. La placa patente del camión que retiró las especies, registrada en
Saam, luego fue contrastada con los antecedentes otorgados por la interceptación
telefónica y eran similares, ya que dentro de la dinámica que se daba del retiro de
las mercancías se producía la incorporación de dichos datos, si bien no recuerda
quien aportó esa información. Refiere que esa patente, dado el contexto, se monta
un dispositivo de vigilancia en las inmediaciones del sector de las bodegas de
Santiago, de El Pinar. Esto devino de un análisis de las conversaciones de Alcaíno
en un contexto de que cuando Lara le informa de que hay una fecha en la cual van
a salir las especies, Alcaíno procede a consultar en diversas partes qué bodegas
puede arrendar para acopiar las especies, y dentro de los llamados uno decía El
Pinar, después salió la numeración, cree 308, que fue lo que en primera instancia
se tenía como bodega que, dentro del recinto, estaba arrendada para estos fines por
Alcaíno. Observan llegar al camión los funcionarios que vigilaban y sacan una
fotografía del camión y se apreciaban unos bultos que llevaba consigo y lo único
que se podía vincular a esta temática es que, al llegar a las bodegas, en un día
posterior, Alcaíno sostiene unas conversaciones telefónicas donde se produce una
venta de parte de las especies y en consecuencia sale una camioneta dentro de esta
bodega que, al efectuar seguimiento, se logra apreciar contenía un bulto con la
siglas “LV”. El vehículo que llega a la bodega el 30 de octubre, de acuerdo a la
información, es el que salió de la bodega de la empresa Saam que tenían el registro
de las especies y cantidades y el detalle de lo que estaba guardado y se iba a
destrucción, que eran carteras, ropa de marca Gucci, pañuelos, según recuerda.
Agrega que luego de esto, la entrega de las carteras, la llegada la bodega, el tema
de los pagos, Alcaíno una vez que retorna a la Región Metropolitana vuelve con

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Hernández a ver la mercancía, conforme una vigilancia que se hizo, donde se
reúnen e ingresan a la bodega y consecuente con ello, al pasar un tramo de tiempo,
salen del recinto y concurren al lugar. Refiere que aproximadamente esto acontece
en media hora y no más de una, luego salen hacia el exterior del recinto donde se
puede registrar la fotografía de estas personas con parte de la reunión que
sostienen consumiendo alimentos, donde incluso llegan a escuchar la conversación
en torno a los precios por las mercancías, etc. Recuerda que participó ahí el señor
Carlos Márquez y el Inspector Diego Díaz. Refiere que el establecimiento donde
se produce esta situación era una especie de quiosco o carrito donde ellos
consumen alimentos y estaba a un par de metros o una cuadra a lo sumo de
distancia, se fotografió dicho encuentro y el recinto de bodega en sí.
El testigo relata que después viene otro de los hechos relevantes de la
investigación, el día 9 de noviembre, denominado contrabando de la ciudad de
Osorno. Este hecho se empieza a gestar de forma paralela a los hechos que dan
cuenta del 30 de octubre, esto parte alrededor del 15 de octubre donde comienza
con un llamado telefónico que recibe Alcaíno de parte de un sujeto que menciona
como Carlitos, y este sujeto con posterioridad fue posible individualizarlo como
Carlos Ramírez Baeza, persona conocida de Alcaíno, el cual tenía algunas
empresas donde, de acuerdo a su rubro, eran dedicadas a temas de ropa o
vestuario. Este sujeto contacta a Alcaíno y le indica que tiene un contacto en
Argentina con el cual puede adquirir cigarrillos, motivo por el cual le consulta si
tiene algún contacto en Aduana para que ellos puedan internar las especies.
Recuerda que la idea de Ramírez era de internar especies de Argentina y la
modalidad era que sacarían un camión de Chile por Punta Arenas e ingresarían a
Argentina con cigarrillos y dicho camión entraría por el paso Cardenal Samoré en
Osorno, ellos trataron de hacer la modalidad en Argentina a través del paso Los
Libertadores, pero debido a los altos controles dispuestos en el lugar no le era
atractivo para la mercancía que querían ingresar en el país. En consecuencia
Ramírez le pregunta si tiene algún contacto para hacerlo bajo esta modalidad. El
señor Alcaíno, Ramírez le comenta que sabe que el jefe de Aduanas de Osorno es
un sujeto al que el menciona como Pedro Morales y le consulta si en definitiva
tiene algún contacto para llegar a él y le ofrece algún dinero para llegar con
camiones de cigarros. Alcaíno le informa a Lara y Lara le comenta que sabe quién
es el administrador de Osorno, el nombre era Pedro Chávez y lo ubica porque
dicha persona trabajó en San Antonio un tiempo y que iba a hacer las consultas
respectivas. A su vez Lara toma contacto con Avilés y le explica la idea para llegar
a Chávez y Avilés queda de hablar con él para ver si accedía a lo solicitado.
Agregan detalles de que la persona es media complicada y la habían sacado de San
Antonio dado que había tenido buena gestión en incautaciones y Aduanas dispuso
el traslado a Cardenal Samoré por ser un punto estratégico de ingresos en el sur.
En consecuencia, después de esto se lleva a cabo una reunión entre Ramírez y
Alcaíno la cual tuvo lugar en un local de café que está aledaño al Parque

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O’Higgins en Santiago, en calle Beouchef, donde a raíz de esa reunión es posible
individualizar el vehículo en que se movilizaba Ramírez y junto con ello se
suceden llamados de Avilés donde le informa a Lara que habría conversado con
Chávez y que necesitaba algunos datos puntuales y bajo ciertos resguardos porque
esa persona era complicada pero trabajaba bien, dando a entender que no era la
primera vez que realizaba esa acción. Después de esto Avilés le informa a Lara y
aquel a Alcaíno y le indica que no quería dar la información por vía telefónica,
pero dada la dinámica como estaban ocurriendo los hechos, le dice que
efectivamente se habría aceptado la propuesta que estaban haciendo y que el valor
era de “ocho palos”, considerando que ese valor incluía desde pasar una caja al
camión completo, por el ingreso de mercancía, independiente de la cantidad. Este
valor es discutió entre Alcaíno y Ramírez, aceptándolo, e incluso Ramírez le
comenta a Alcaíno que serían buenos dividendos que obtendrían a futuro en esta
modalidad ya que mencionan incluso cantidades como de 500 cajas que
ingresarían de forma regular. Comienzan a coordinar como se realizaría esta
operación en donde el señor Ramírez pone el transportista viajaría a Argentina y
conforme los plazos estimados, llegaría desde fines de octubre a la primera semana
de noviembre, y aquí hay una particularidad de que los ocho millones acordados
en primera instancia Avilés con Lara se ponen de acuerdo de cómo habría que
hacerles llegar ese dinero a Chávez y Avilés le comenta que lo más seguro es que
sea a través de un correo interno de la administradora de Aduanas entendiendo
ellos que eso se refería a una especie de correspondencia interna de Aduanas en un
sobre sellado. Esto sorprende a Lara porque asume que pueden ser descubiertos en
sus actuaciones pero Avilés le aclara que puede ser lo más seguro. Junto con ello
quedaron de cobrarlo una parte adelantada a Alcaíno, y después de dicha
conversación Lara toma contacto con Alcaíno y le indica cómo iba a ser la
modalidad de pago, donde le dice que hay que pagar un millón y medio adelantado
y el resto contra entrega cuando pasara el camión. Además le indica que tiene que
hacerle un pago a él de un millón de pesos. Alcaíno alrededor del día 5 de
noviembre se traslada a una sucursal. Lara entrega dos “Cuentas Rut”, una de Lara
y otra que da a entender que correspondería a Chávez. Ese día Alcaíno concurre a
una sucursal bancaria de San Joaquín, en Vicuña Mackenna, cerca de El Pinar,
donde habían llegado las carteras y procede a hacer el pago de 2.5 millones el
millones de Lara y el millón y medio para Chávez, como adelanto. Cuando se
desencadena esto, se producen los respectivos llamados telefónicos con la
explicación que esto acontece. Alcaíno le pregunta a Lara de quién era la cuenta
donde depositó 1.5 millones, porque no se había prestado el servicio, y Lara le
contesta que era una cuenta de una amiga de Pedro. Esto lo llevó a concluir que
dicha cuenta debió haber sido la cuenta de la señora de Avilés, María Osores.
Alcaíno paga los 2.5 millones, le da cuenta a Lara y aquel se lo comunica a
Avilés. Sostiene luego una reunión y Lara consulta por el pago y Avilés refiere
que ya había entregado el 1.5 millón. Pidieron datos alusivos al camión para que

101
Aduanas supieran que debían dejarlo pasar, Avilés se lo pide a Lara y éste a
Alcaíno y aquel llama a Ramírez quien era la persona que aportaría el tema
logístico, se aportan datos de la placa patente, Volvo rojo, se entregan los nombres
del conductor del camión, señor de apellido Barrientos y el dato del manifiesto
internacional de carga donde iban las especies. Esa información corre en sentido
inverso desde Ramírez a Avilés y junto con ello estaba presupuestado que el
camión pasara por Samoré a fines de Octubre principios de noviembre, pero de
acuerdo a los dichos de Ramírez con Alcaíno el camión habría sufrido una demora
por temas mecánicos o problemas con la parte proveedora de los cigarrillos y se
retrasó de la fecha inicialmente pactada. Indicó que eso fue determinante porque
ocurrió que supuestamente el tema de dejar pasar el camión para ingresar al país se
había conversado con algunos funcionarios de Aduanas que cumplían un turno, el
que sufrió un cambio o rotación de personal esos días en que hubo la demora del
camión, y en consecuencia, conforme los dichos de Avilés, habría provocado que
el planeamiento con los nuevos funcionarios aduaneros que asumieron ese rol no
se había interpretado bien la información y se asumió que, más que dejarlo pasar
era un camión que había que control, aludiendo a cierta descoordinación. Y eso
desencadenó que llegando el día 9 de noviembre al momento de pasar el camión es
retenido y fiscalizado y se encuentran con los cigarrillos que venían no obstante
ellos indican que el camión iba con otras especies declaradas en el manifiesto de
cargo relativos a maderas “Maxisacos”, que no tenían relación con lo que
inicialmente querían internar. Lo relevante es que cuando ocurre esta instancia
llama Lara e indica que está confirmado que tienen que empezar a cobrar y
producirse los pagos una vez que ingresara el camión, instancia que no ocurrió, y
se empiezan a producir los primeros llamados en que el camionero que tenía
contacto con Ramírez, le informa que está detenido, siendo fiscalizado, que le
abrieron el contenedor, lo que Ramírez le comunica a Alcaíno a Lara y este a
Avilés y dentro de esas conversaciones se trata de poner los paños fríos, siendo
parte de la estrategia que, asumen, iba a adoptar Chávez para dejar pasar el
camión. Con el pasar del tiempo esto no ocurre y finalmente apartan al chofer y le
toman declaración, funcionarios de Aduanas, y se indica que estaba detenido el
chofer y llegó el fiscal de turno. En esa instancia se suceden varios llamados en un
sentido, pidiéndose explicaciones mutuas del porqué había acontecido aquellos, y
Avilés da a entender que tiene contacto con Chávez, hablando de envío de
mensajes pero que no le contesta y junto con ello Chávez por lo visto no estaba en
ese minuto en el punto de Cardenal Samoré. Señala aquel que Chávez había dicho
que se trasladaría al punto para ver qué pasaba, luego en otros llamados le habla
que Chávez ya estaba en el lugar supervisando el tema e incluso después se
registra una conversación entre Avilés y Lara donde el primero dice que Chávez
no le contesta y en algún mensaje le decía “cagué te llamo luego”. Indica que
Avilés señala luego que pudo averiguar qué pasó, dentro de los llamados que
efectuaba el camionero detenido a Ramírez, le refiere de que están controlando

102
con otra persona por lo que fueron dos personas las que lo controlaron, y esto tiene
relación con Avilés le dice a Lara que ya sabía que había pasado y uno de los
principales problemas que tuvieron fue el cambio de horario inicial sumado a que
durante ese proceso se hizo un recambio, sumado a que el acuerdo de Chávez era
con funcionarios específicos, uno de drogas y otro jefe más y que, en el cambio,
otro jefe, en conocimiento de esto, decide controlar el camión por cuenta propia
con un funcionario a contrata, con los datos que ya tenían del camión. A raíz de lo
que estaba ocurriendo con el chofer Alcaíno y los demás tenían información en
línea de lo que ocurría. Luego Avilés le indica a Lara que habían conversado con
Chávez e iban a ver como rescatar la carga a pesar de la retención de las
mercancía, e iban a idear una estrategia similar al modus operandi de carteras, una
vez que fueran acopiadas hasta la decisión judicial final y en esa instancia Chávez
haría alguna diligencia para que dichos cigarros en definitiva llegaran a Ramírez y
Alcaíno. Esto dejó más tranquilos a Alcaíno y Ramírez y quedan un poco de
acordar como lo harían para la devolución de los dineros o cómo compensar los
montos que ya habían pagado. Este hecho fue denominado “Contrabando Osorno”.
Agrega que no se escuchó a Pedro Chávez, ya que todos los registros de audios
mencionaban expresamente el nombre de Pedro Chávez por terceros. No se
pesquisó ni reunió evidencia en torno a la participación de Pedro Chávez, si bien
se tomó declaración a los funcionarios que estuvieron ese día en el paso fronterizo
y al jefe del paso que estaba en ese lugar, además del propio señor Chávez. A
Pedro Chávez estuvo el Comisario Rodolfo Millán Burdiles y él, con
conocimiento del fiscal, se dispone la concurrencia a Puerto Montt, ya que
Aduanas por medida administrativa remueve a Chávez y lo deriva a Puerto Montt.
Relata que se acordó con el fiscal la realización de esa diligencia porque la idea
era contrastar su versión de los hechos considerando que en ninguno de los audios
registrados se le escuchó hablando con Avilés. La actitud de Chávez indica que
sabía que había algún proceso judicial por el cual fue mencionado y sabía que fue
removido como administrador y cuando se le dan a conocer los antecedentes de la
investigación se muestra bastante sorprendido y le indica que no sabía esa parte de
la historia, y que obviamente descartaba totalmente su participación en los hechos.
El testigo indica que en la entrevista a los otros trabajadores del paso fronterizo
concurrió con Millán Burdiles, y se tomaron dos declaraciones, una del jefe que
estaba ese día en el paso, de apellido Molina, y otro funcionario que era un jefe de
patio o de loza, que fueron consistentes en indicar que si bien reconocían que
Chávez era el administrador, el mismo nunca se presentó en el lugar ya que la
función de jefatura la asumió Molina dado su cargo en el paso fronterizo y que él
se limitó a informarle a Chávez vía correo electrónico del procedimiento que se
estaba gestando considerando que era un procedimiento más. El funcionario que
era jefe de patio o loza fue consistente en decir que era uno de los que tomaron el
procedimiento, y la declaración de dicho jefe también refiere de que lo hizo con
una persona que estaba a contrata, como se indicaba en los llamados interceptados,

103
lo que les reforzó la idea de que, si bien no se escuchó a Chávez directamente,
ellos tomaron contacto directo con alguien que estaba en Samoré el día de los
hechos, quien les entregó información real y efectiva de lo que estaba ocurriendo
en el lugar. Refiere que además de la toma de declaración a los funcionarios de
Aduanas, al indicar los detalles del procedimiento ellos mismos refieren que el
camión de ese día estaba retenido en las dependencias del paso fronterizo,
verificando que dependía del camión y que la patente era la que se había entregado
por mensajería. Era efectivamente un Volvo de color rojo que tenía un acoplado
cerrado blanco. El dato del teléfono arroja la información de un señor de nombre
David Barrientos, y la persona que fue detenida efectivamente tenía ese nombre,
siendo Barrientos padre si bien se habían dado los datos del hijo, ya que tenían el
mismo nombre. En las redes sociales se encontró una noticia del procedimiento y
ahí se daba el nombre completo de la persona detenida ese día en el
procedimiento. Se sacó la red familiar y se contrastó con la persona detenida el
día. En Cardenal Samoré solo fue detenido el conductor, quien quedó con arraigo
local o regional conforme el procedimiento judicial. En el periodo de este hecho
las escuchas telefónicas eran efectuadas por la subcomisario González Pineda. En
los datos que se otorgan dentro de la interceptación telefónica, camionero, placa
patente del camión y al consultar los datos de la placa patente registraba el nombre
de la persona era David Barrientos hijo, pero en la detención lo conducía su padre.
Añade que se solicitó a Aduanas la documentación relativa al procedimiento que
se llevó a cabo. El jefe que controló el camión refiere que decidió ello porque el
camión, una vez que sale de Punta Arenas, de acuerdo a los procesos que tienen de
fiscalizaron y alertas de riesgo, para ellos era una alerta en que el camión demorara
más días de lo habitual desde Punta Arenas a Osorno, a raíz de eso el sistema lo
considera como un vehículo de riesgo y en virtud de ello deciden controlar el
camión, pero refiere que fue un tema de riesgo. Añade que en ese camión se
incautaron cigarros “Pall Mall”, “Rodeo”, “357”. Añade que luego de esto se lleva
a cabo una reunión entre Ramírez y Alcaíno donde refieren vía telefónica que
contactarían a Lara en altavoz para que diera las explicaciones del caso y así
Ramírez pueda saber que ocurrió. A través de la interceptación telefónica se llevó
a cabo esa reunión. No recuerda si respecto de esa reunión hubo una vigilancia
específica. Se desprende que está en altavoz porque Alcaíno refiere que va a poner
a Lara en altavoz. La explicación de Lara son los relativos a que no se entendió el
arreglo o acuerdo.
El testigo refiere que luego de esto comienza otro hecho relevante que fue
denominado “perfumes” porque los perfumes eran el tipo de especies con la
misma lógica del tema de las carteras. Este cuarto hecho tiene lugar el 27 de
noviembre de 2014, donde se empieza a coordinar unos 4 días antes en donde
opera básicamente igual que el hecho denominado “carteras”, en donde Avilés
llegaba con un documento de una supuesta orden o resolución judicial de este
tribunal que disponía una aparente destrucción de especies, llegaba a la empresa

104
que en este caso era Saam Extraportuario y en razón de ello se facilitaba el egreso
de las mercancías con supuestos fines de destrucción. Además del acta falsa, con
posterioridad se estableció que si bien el documento tenía el formato y el
membrete del tribunal así como datos de magistrados que efectivamente cumplen
funciones en el tribunal, en la práctica hacía alusión a una audiencia que nunca se
llevó a efecto, plasmándose datos concernientes a la empresa y a las mercancías,
de forma genérica. Esto fue contrastado con el administrador del tribunal el cual al
exhibirle el acta fue enfático en indicar que revisados sus registros no figuraba ni
el acta ni la audiencia. Esto lo sabe porque personalmente realizó la entrevista, y
esto ocurrió en el tribunal de garantía de San Antonio. Agrega que junto con ello
debía participar una tercera empresa que hiciera la supuesta destrucción, que en
este caso era Logística Ambiente Sano. En este caso el hecho se gesta 4 días antes
del 29 de noviembre donde Avilés informa nuevamente que saldría otra partida.
Avilés conversa con Lara, dándole a conocer que la partida que venía en esos días
eran perfumes y le da un detalle de las marcas de los perfumes asociados, Paco
Rabanne, Carolina Herrera y Hugo Boss, esta información es replicada dese Lara a
Alcaíno y luego se suceden llamados para convenir el precio de la operación.
Inicialmente Avilés, al dar a conocer a Lara la nueva partida, acuerdan unos
montos iniciales de dinero donde entre la gestión de Lara y Alcaíno como
negociación llegan a la suma de 9 millones de pesos. Este monto de acuerdo a lo
que se determina entre Alcaíno y Lara, debía ser pagado la mitad y el resto contra
entrega. Además de los 9 millones de pesos por este proceso había que contemplar
un dinero extra que era un millón de pesos adicionales por concepto de
almacenaje, y en este caso, como eran perfumes que llevaban poco tiempo ahí
conforme los dichos de Avilés, los querían vender en un plazo inmediato por
cuanto no les convenía que se mantuvieran mucho tiempo acopiados ya que
podían perder sus propiedades, comienzan a gestionar y en definitiva Alcaíno
acepta la propuesta de Lara y de los 4.5 millones que tendría que haber pagado
paga solo 4 en la práctica, dividió en un pago inicial de 3 millones y otro de 1
millón. Refiere que hablaban de casi 400 bultos de perfumes, desde Avilés a Lara.
Primero a través de la interceptación telefónica ese mismo día 27 se suceden
diversos llamados en que en coordinación entre Avilés y Lara y Alcaíno se
determina que salió la carga de Aduanas hacia la bodega de calle El Pinar. Estos
montos y pagos, uno de los pagos se verifica por la interceptación telefónica en
que se hace alusión al depósito de 3 millones de Alcaíno y luego el millón hacia
Lara. Indica que el millón de pesos cobra relevancia por el almacenaje, siendo un
gasto que debía ser asumido, por conversaciones entre Avilés y Lara, para el retiro
de los perfumes, y Lara sería quién pagaría ese monto, monto en el Avilés le dice
que le va a hacer llegar una cuenta para depositar ese monto, recepcionando por
mensajería de texto una “Cuenta Rut” de una persona llamada Héctor Valenzuela.
Junto con ello Lara trata de hacer una transferencia no pudiendo lograrlo porque al
parecer tenía un problema con la cuenta o montos por cuanto como referían la

105
“Cuenta Rut” solo permitía hasta cierto monto de depósito y Lara informa a Avilés
que no pudo hacer dicho depósito por lo que Avilés indica que le va a dar otra
cuenta y en consecuencia con posterioridad toma contacto y le da otra “Cuenta
Rut” a nombre de Mauricio Rivera, lo que Lara logra concretar y que se verifica
porque vía telefónica le dice que se realizó, y le dice “está OK rivera” según le
parece. También se envió vía mensajería de texto. Esto le pareció relevante
porque, al individualizar a Valenzuela y luego a Rivera, verificando su situación
comercial, se dieron cuenta que ambos eran socios de Logística Ambiente Sano,
empresa que ya tenían en carpeta considerando que en el hecho denominado
“carteras” ya había figurado dicha empresa como la supuesta empresa que hizo la
destrucción de las carteras donde salía el membrete a nombre de Karen Maulén.
Explica que consultada la empresa en ese momento registraba tres socios,
Valenzuela, Rivera y Maulén, por lo cual ello le ratificaba que la empresa estaba
involucrada en otro hecho además de las carteras y por consecuencia alguna
participación tenían estas personas en los hechos investigados. Indica que en
ambos casos se consultó por separado la situación comercial de los sujetos por la
página de Dicom donde aparece en la malla societaria Logística Ambiente Sano,
registrando cada uno por separado ello. Refiere que Alcaíno era quien tenía que
coordinar el transporte de estas mercancías y en consecuencia toma contacto con
una persona conocida de el de nombre Emilio Gamborro, a quien menciona como
Gamba, quien se identifica y se ve que tiene algunas empresas relacionadas con el
rubro de transportes, quien es el que aporta uno de los camiones que en definitiva
va a retirar estas mercancías, de acuerdo a lo que refieren telefónicamente, era una
persona mayor a la que había que explicarle más de una vez las cosas, en alusión a
que el conductor, dada la forma en que se llevó a cabo, era complejo a Avilés
porque había mucha supervisión de Saam, lo que lo podía dejar en evidencia.
Recuerda que piden vía telefónica la placa patente del camión y los datos del
conductor, porque era un requisito de Saam Extraportuario en su proceso
administrativo, y Lara le hace creer a Alcaíno que está en el lugar haciendo las
coordinación ese día de retiro de los perfumes en circunstancias que ello no era así
porque Lara estaba llamando a Avilés para que le diera cuenta lo que estaba
pasando. El sujeto llegó luego de la hora acordada lo que complicó a Avilés
porque, de acuerdo a sus propios dichos, había mucha gente y lo podían detectar,
cree que estaba en Saam al momento del retiro, incluso quería una mayor cantidad
de dinero por las gestiones extra. Agrega que la información documental reunida
después tenía relación con la interceptada y ratificada con la vigilancia existente
en Santiago. Una vez que se retiran los perfumes, inmediatamente después, Avilés
toma contacto con Lara, le dice que ya salió el camión y le refiere en tono de
broma que le pida un aumento al huaso porque casi lo detectaron. Avilés toma
contacto con el camionero y le da instrucciones y le dice que “si lo llegan a
controlar los pacos usted le muestra los papeles que lleva a Santiago para
destrucción y si aun así el tema se pone más complejo le dice que el funcionario de

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Aduanas lo va escoltando” para estos fines, lo que dejaba entrever que iba detrás
del camión lo que se ratifica luego considerando que Avilés toma contacto
telefónico con Lara donde le dice que va súper lento en la carretera y que aun así
paso al camión y bromean de que el camionero era muy lento. Indica que las
mensajerías de texto fueron registradas a través del sistema vigía. El camión llega
a Santiago donde se dispone un dispositivo de vigilancia y seguimiento, llega a
calle El Pinar en San Joaquín y se fija fotográficamente este hecho antes de llegar
a las bodegas, si bien no era posible observar el contenido de los bultos del
camión, sosteniendo ello solo por la información recopilada vía mensajería,
coincidiendo la patente del camión, sumado a ello la documentación de la empresa
Saam. Aquí se tomó declaración al supervisor y al funcionario a cargo de la
bodega Saam en donde el funcionario de la bodega indica que estuvo presente otra
persona que no declaró porque no estaba, pero si el supervisor indicó que la
documentación presentada estaba en regla y no tenían como cuestionar la
legitimidad de ellos, solo les llamó la atención que no estaban firmados. Estas
personas indican que vino personal de Logística Ambiente Sano y un funcionario
de Aduanas, Avilés. Indica que respecto de la propiedad de El Pinar se solicitó la
orden de entrada y registro al lugar y cuando se materializaron se tomó contacto
con el administrador, de apellido Sumar, quien señala que tenía un trato de palabra
con Alcaíno de arrendamiento de una bodega pero Alcaíno no le había pagado y
no se formalizó, si reconocía que estaba asociada a Alcaíno. Luego de que llegan a
la bodega, Alcaíno, dentro de sus registros telefónicos, empieza a ofertarlos y los
primeros días de diciembre hay una conversación que sostiene Alcaíno con
Ramírez en donde Ramírez le consulta si tiene perfumes pero Alcaíno le dice que
vendió todos. Refiere que hasta aquí estaban pendientes los pagos, por cuanto se
adeudaban 5 millones de pesos y consecuente con eso Alcaíno y Hernández, en
virtud a que Lara en innumerables ocasiones interpretaban que los cobros que le
pedían a Alcaíno eran de más, quisieron hacerle algo similar a Lara y Alcaíno y
Hernández inventan que aquel estuvo detenido para no materializar el pago de lo
adeudado de forma inmediata. Al día siguiente de la entrega de los perfumes, el
día 28, Lara tenía que reunirse con Alcaíno para que se pagara lo restante y
Alcaíno para dilatar el pago se pone de acuerdo con Hernández e idean que
Alcaíno estuvo detenido por la PDI en la Octava y que fue a propósito de que hizo
un negocio con ropa de marca Intime con un comerciante de Estación Central en la
que, al hacer el negocio, no sabía que la especie era robada y habría pasado por
Receptación, lo que se descartó en la medida que se consultó a la central de
investigaciones y no registraba procedimiento, sin existir una octava unidad de
PDI y porque Alcaíno en el supuesto lapso de tiempo que habría estado detenido
mantuvo contacto telefónico normal. Aquí ocurre una emergencia y Avilés indica
que va a quedar mal con personas que participaron en los retiros de perfumes y
que también debe cumplir funciones en frontera, por lo que le urge el pago, por
eso Lara viaja a la Región Metropolitana, a las bodegas, se comunica con

107
Hernández que replica la historia inventada y lo recibe en la bodega de El Pinar y
Lara le envía un mensaje de texto a Avilés, diciéndole que “llegaron los rati a la
bodega pero no es por lo nuestro”. Y una vez que Avilés toma conocimiento de
ello llama a Lara y le pregunta si eso estaba confirmado o no, porque estaba en el
recinto de Aduanas en San Antonio y vio unas camionetas blancas que le
parecieron sospechosas por lo que no quería entrar a su lugar de trabajo, y Lara le
dice que habló con los trabajadores de Miguel y le ratificaron la versión de que el
tema no era por el retiro de los perfumes. Luego de esto, Lara pone calma a la
situación. Más tarde Alcaíno llama a Lara y reafirma dicha historia, acordando
reunirse en fecha posterior para ver cómo se realizaba el pago, el que se fue
dilatando, sin quedar claro si esos montos se pagaron a Lara y Avilés.
El testigo refiere luego que, en relación a Arnaldo Torres, con ocasión del
primer hecho de 7 de mayo, hasta ahí su línea de investigación apuntaba a que
Torres era el funcionario aduanero, luego aparece Avilés y desde ahí a un par de
meses más se mantuvo la interceptación de Torres considerando que si bien por la
interceptación telefónica no habían llamadas precisas que dieran cuenta de un pago
o reunión, en alusión a los hechos de la importación del contendor de ASIPAC, al
día siguiente al 7 de mayo se sostiene una reunión entre Torres con Lara, lo que
interpretaron que podía consistir en entrega de dinero o información en alusión a
lo acontecido el día anterior, incorporándose al señor Avilés. Torres fue
interceptado hasta junio o julio, y cesó la interceptación porque las
interceptaciones apuntaban a una participación de Avilés de parte de Aduanas y
Torres no apareció. Se informó al Ministerio Público la línea inicial que
involucraba a Torres y cuando se empezó a registrar información no involucrada
con la investigación, se solicitó la desconexión de sus teléfonos interceptados,
comunicándolo al fiscal, por ejemplo a un numero registrado a Torres pero lo
utilizaba su hija, solo se desconectó uno a pesar de que se pidió la desconexión.
El testigo relata que por parte de la Fiscalía, una vez concluidos estos
hechos, se les encomendó realizar entrevistas, incautar un PC del trabajo de
Avilés, se realizó levantamiento de secreto bancario, se hizo una verificación en
torno a carteras y perfumes, mediante una instrucción particular que instruye
verificar si esas especies fueron o no destruidas, y precisa que en un proceso
normal de destrucción iba a parar a algún vertedero, y en ese contexto se recaba
información donde se lleva a cabo las destrucciones, conforme les explicó
Aduanas, e indagando llegaron al departamento de aseo y ornato de San Antonio
en torno a los lugares donde se podía hacer esto refieren Cartagena y el relleno
sanitario Los Molles de Valparaíso, fueron al vertedero de Cartagena y la
administradora señala que no mantenía registro de desechos en la fecha 30 de
octubre o el 27 de noviembre, o mismo que ocurrió en Los Molles. Los
levantamientos bancarios se hicieron con el objeto de verificar los flujos de
dineros que según registraban vía telefónica, ocurrían. Alcaíno registraba dos
cuentas en BCI, Lara en Banco Estado (corriente y Rut), Avilés en Banco Estado y

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Hernández no recuerda que cuenta era. Otra de las diligencias consistió en ver los
bienes que registraban los investigados, levantamiento patrimonial, y se daban a
conocer los bienes que tenían, y por ejemplo Alcaíno tiene una parcela en camino
Lo Orozco, su casa en Maipú, 2 Hummer, su señora un Toyota prado, Lara
ocupaba un vehículo de su señora un Chevrolet Optra, Hernández utilizaba
vehículo a nombre de su señora, Great Wall de color negó y Avilés en primera
instancia fue visto en Honda Civic que luego lo cambió por un Honda Civic
modelo coupé de color negro. Se obtuvieron asimismo filmaciones del Jumbo de
Viña del Mar, el 31 de octubre por el tema carteras y la reunión de Lara con
Avilés. Explica que a partir del último hecho se le da a conocer toda la
información al fiscal, se sostiene una reunión y se acuerda finalizar algunas
diligencias para, según los dichos del fiscal, solicitar las detenciones y los ingresos
e incautaciones y entrada y registro de todos los investigados, lo que se desarrolló
de forma simultánea y se puso en conocimiento las personas de la empresa
Ambiente Sano, porque de los cuatro hechos relevantes figuraban en dos de ellos
como la empresa que supuestamente debían efectuar las labores de destrucción que
no se llevaron a cabo, apareciendo el membrete de uno de los socios en una de
ellas, además de mensajería relativa al pago de almacenaje. Por ello establecieron
que tenían algún tipo de participación al respecto. Añade que la participación la
refieren por la confección de un documento que avalaba una destrucción de
especies que no era tal, en el hecho de las carteras una de las personas que cargaba
especies en Saam Señala trabajar en Ambiente Sano. Explica que la estructura
criminal es la siguiente: Alcaíno era líder y financista, Hernández, Lara y Avilés, y
a la luz del hecho perfumes también se incorpora la gente de Ambiente Sano,
Maulén, Rivera y Valenzuela. Relata que Alcaíno fue ubicado en su domicilio en
Maipú, se ingresó ahí junto con el fiscal Subiabre y se procedió a su detención
conforme la orden judicial, incautando su vehículo Hummer azul y el Toyota
Prado a nombre de su señora, se incautaron diversas especies acopiadas en una
bodega, zapatillas puma, carteras Luis Vuitton, zapatos, relojes, etc., y se le
encontraron municiones que tenía en el domicilio y funcionarios concurrieron a la
parcela que tenía en Lo Orozco y se incautó una escopeta que tenía en el lugar a
nombre de un tercero. Hernández se ingresó a su domicilio y al local de la galería
Copacabana, los funcionarios lo detuvieron en local comercial y fueron con él
hasta el domicilio donde se incautaron algunos dispositivos electrónicos y la
camioneta Great Wall, de Lara se concurrió hasta el domicilio en Villa Alemana y
se detuvo en su casa y se incautó el Chevrolet Optra y el Hyundai blanco y se
concurrió junto a él a su lugar de trabajo según la investigación, en Prat en
Valparaíso, donde había una oficina y se incautaron unos computadores, en cuanto
a Avilés se concurrió a su departamento acá en San Antonio donde se ingresó
junto con un fiscal Verde-Ramo y se le detuvo y se le incautó el honda Civic en el
cual se movilizaba, cajas de joyas y prendas corporativas de Aduanas
computadores, pendrives, y el fiscal solicitó en cuanto a los socios de Ambiente

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Sano recuerda que ninguno de ellos estaba en su respectivo domicilio sino que
residían en otro y Valenzuela o Rivera colaboró con la investigación y señaló que
residía en otro inmueble y les permitió el ingreso y facilitó algunas especies que
fueron incautadas y se ingresó a la sede de Logística Ambiente Sano en donde se
detuvo a Maulén y se incautaron dos archivadores donde estaba el movimiento
contable de los servicios que prestaban por reciclaje de residuos.
El testigo indica que habla de una estructura porque había un líder, Alcaíno,
otras funciones radicadas en Hernández que es brazo operativo y que asume el rol
en ausencia del líder, como ocurrió cuando se reciben las carteras y Alcaíno no
está y expresamente le indica a Lara que le dejaría el dinero con Hernández,
sumado al rol de Hernández en torno a viajar al extranjero, de enlace con la parte
proveedora. Junto con ello está Lara quien si bien es el enlace con Aduanas
también presta funciones de seguridad en cuanto a aconsejar a Alcaíno en torno a
cómo hacer algunos trámites, hablar poco por teléfono, y por otra parte estaba la
figura de Avilés, funcionario de Aduanas que refuerza la figura del delito
investigado de cohecho, con información privilegiada de su institución para
acceder a mercancía llegando incluso a falsear un documento para lograr la salida
de mercancías a cambio de una retribución económicas conforme los acuerdo que
llega con Lara siendo Alcaíno quien paga estos montos. La participación de
Alcaíno, Lara y Hernández está reafirmada incluso a partir de la investigación que
venía de Iquique donde ya se daban algunos indicios que fueron reafirmados en
roles y funciones sumados al señor Torres que, producto de las diligencias
efectuadas, si bien sabían que la estructura tenía algún nexo con Aduanas y que a
posterior se descartó aquel, era evidente que alguna persona les proporcionaba
información y fue cuando aparece Avilés en mayo, incorporándose en la
estructura, aun cuando no tenían su celular para proceder a la interceptación.
Destaca que sabían que tenían que tener número exclusivo para hablar entre ellos.
Por ello en un principio la interceptación se refiere a N.N. aduanero, porque no
tenían como vincular telefónicamente a Avilés hasta que menciona dos nombres
femeninos, Javiera y Fernanda, hija y señora respectivamente conforme ven a
través de redes sociales. Asimismo Avilés indica en una conversación que había
vendido su vehículo y consultado ello efectivamente aparecían vehículos
cambiados de propietario, un Honda Civil rojo. El primer indicio de la estructura
es de mayo de 2014, la que existió durante los cuatro hechos relevantes descritos
en la investigación. Indica, como elementos de seguridad de la estructura, en el
caso de ASIPAC Lara con Alcaíno refieren que planificaban internar dos
contenedores de 20 pies por sobre uno de 40 para evitar perder la totalidad de la
mercancía en el caso de ser descubierto, como también por los teléfonos
exclusivos, o la utilización de algún correo o mensajería, y si no en el caso de que
cuando acuerdan reunirse para hablar específicamente en las inmediaciones del
santuario de Lo Vásquez para no evidencias sus reuniones. Estas personas se
organizaron para obtener dinero para subsistir porque muchas veces Alcaíno

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refería que si estos proceso de internación salían bien iba a tener dinero para
continuar, en una oportunidad le dice a Lara que no tiene dinero porque no había
podido reunir, dinero que para los montos que se manejaban en dichas
internaciones eran bastante bajos.
El testigo explica que, en cuanto al hecho de fecha 7 de mayo, se recopiló
toda la documentación que efectuó Aduanas al momento de incautar las
mercancías donde aparecía el detalle de las especies o de los documentos
presentados a nombre de la empresa ASIPAC. Se le exhibe el documento N°19
del auto de apertura e indica que se trata del documento que emite el funcionario
fiscalizador de las mercancías y que da cuenta de lo encontrado en la revisión del
contenedor (se incorpora el documento: copia Simple de Informe N°40, de fecha
07 de Mayo de 2.014 de la Unidad Andenes Aforo Físico del Servicio Nacional de
Aduanas.).Refiere que dicho documento tiene relación porque aparecen
consignados los datos del B.L. del contenedor y embarcación, ratificando que
viene de Panamá y un poco la misma información proporcionada por los sujetos
investigados vía interceptación telefónica. Se le exhibe el documento N°20 del
auto de apertura, e indica que dicho documento se conoce como la declaración de
ingreso, documento que da a conocer la mercancía que se quiere internar,
señalando monto, gastos asociados, empresa, entre otros datos. Y lo reconoce
porque fue el que entregó Aduanas en razón de la incautación, el agente de
Aduanas que presentó la mercancía muestra como despachador a Pardo Mondaca,
nombre que mencionó porque era el agente de Aduanas que realizó el trámite de
internación de dicho contenedor, el cual fue entrevistado por el inspector de la
BRIDEPOR. En ese D.I. se describe como mercancía internada 240 cajas de
cartón, tenedores, acero, digital, importa ASIPAC Ltda. (se incorpora el
documento: copia Simple de la Declaración de Ingreso 1310046246-4, de fecha 06
de Mayo de 2014). Se le exhibe el documento N°21, e indica que es uno de los
documentos que le hizo llegar Aduanas en razón de los supuestos trámites de la
agencia Francisco Pardo para internar el contenedor, dicho documento tiene el
membrete de la agencia de Aduanas referida, referido a ASIPAC y existe una
información relevante, dentro del documento en instrucciones especiales aparece
como dirección de entrega camino Lonquén Parcela N°1, Cerrillos, Santiago, con
número de contacto y a continuación aparece que escribió don Bernardo Rom y se
corta por el formato del documento, información relevante porque, como indicó en
su declaración, la empresa ASIPAC tiene domicilio en Rancagua, la real, y ese
domicilio de la dirección de entrega corresponde a una de las parcelas investigadas
vinculadas a Alcaíno, a tal punto de que el teléfono de contacto aparece un numero
intervenido del señor Alcaíno y sumado a ello aparece a Bernardo Rom que sería
Bernardo Romero y ese nombre es relevante porque en la investigación, cuando
Alcaíno debe tomar contacto con el camionero en el hecho de las carteras, con
Lara le dice que le dé al camionero su número telefónico, mismo de este
documento, y que se llama Bernardo Romero, nombre que utilizaba para tomar

111
otra medida de resguardo (se incorpora el documento: Copia Simple de Despacho
N°46246 de Agencia de Aduanas Francisco Pardo Mondaca). Se le exhibe el
documento N°23 del auto de apertura, e indica que ese documento es el que se
genera en los almacenes extraportuarios cuando llega carga y que está identificado
con el término DRES, de dicho documento se indica la importadora ASIPAC,
nuevamente aparece puerto de embarque Balboa, nombre de la nave o barco,
contenedor, Bilbao (se incorpora el documento: copia simple de depósito aduanero
N°555 de fecha 01 de mayo de 2014). Se le exhibe el documento N°24 del auto
de apertura, e indica que reconoce el B.L. o manifiesto de embarque, alude a la
internación del contenedor, da los datos de la empresa ASIPAC con el detalle
donde habla de rubro tenedores de acero, cuchillos, teteras, tablas de planchar,
especies sindicadas dentro del detalle informado vía telefónica desde Lara a
Alcaíno, el número es MSCUPA238364, apareciendo en la investigación ese
mismo número en el hecho 1, del 7 de mayo, cuando en una conversación
Hernández que sostiene con su señora y la señora le aporta ese dato (se incorpora
el documento: copia Simple de Bill Of Lading MSCUPA238364 de fecha de
emisión 07 de abril de 2014 y sus anexos). Relata que al señor Pardo Mondaca le
pagaron dos millones por la gestión. Se le exhibe documento N°25 y no lo
reconoce. Indica que vio el documento que acredita el pago de los dos millones. Se
le exhibe documento N°31 y señala que el mismo responde a una boleta de
depósito que efectúa Lara en una sucursal de Santander de Valparaíso, lo que
saben porque ese día se hizo vigilancia y se puede apreciar que Lara concurre a
esta sucursal y se acredita con la información que aporta la agencia de Pardo,
aparece este pago. Este documento lo facilitó la agencia Francisco Pardo (se
incorpora el documento: copia simple de Boleta de Depósito del Banco Santander
N°03-56747-8 de fecha 06 de mayo de 2014). Se le exhibe el documento N°18 y
refiere que ese documento se trata del detalle del acta que elabora Aduanas de lo
encontrado en el contenedor donde aparece el detalle de las especies incautadas,
458 packs (se incorpora el documento: copia simple de Acta de Entrega de
Mercadería N°35 de fecha 07 de Mayo de 2014, del Servicio Nacional de
Aduanas). En cuanto a la conducta migratoria de Hernández se hizo un cuadro
Excel que tabuló los días y fechas de salida e ingreso del país conforme la estadía,
se le exhibe documento N°32, y refiere que es el listado de movimientos
migratorios de Hernández. Ese documento se obtuvo del departamento de
extranjería en un enlace de PDI por sistema. El testigo refiere que respecto del
hecho denominado contrabando san Antonio, se efectuaron algunas vigilancias
donde fue posible registrar fotográficamente la reunión del 7 de mayo en donde se
reunieron Alcaíno, Lara, Hernández y un sujeto no identificado que no tenía
mayor relevancia en la investigación considerando que el negocio era entre esas
tres personas, y esto fue en el costado del Mall de San Antonio, donde fue posible
registrar la reunión y según recuerda los vehículos que utilizaban los sujetos en ese
entonces. Se le exhibe del set fotográfico ofrecido bajo el N°5 de otros medios

112
de prueba, la fotografía N°6 e indica que en la misma se refería a la reunión
donde aparecían las cuatro personas, observando a Lara a un costado derecho, con
polera a rayas, de espalda Alcaíno con un polerón azul, en frente Hernández con
bufanda y en el costado izquierdo la persona no identificada, esto surge a través de
una vigilancia realizada por Carlos Fuentes Márquez y el subcomisario Sebastián
Aliaga Velemi. Esto se plasmó en un informe policial donde se daba cuenta de lo
ocurrido cerca del día 7 de mayo. Ahí se tomó otra foto donde aparecía Alcaíno.
La imagen data del día 7 de mayo y el día 5 de mayo Lara en la vigilancia detecta
que ingresa a una sucursal bancaria que de acuerdo a las interceptaciones retiraría
un dinero depositado por Alcaíno. Se le exhibe la fotografía N°3 e indica que esa
imagen la logró capturar el dispositivo de vigilancia de Lara, el 5 de mayo, en
donde Lara a razón de las comunicaciones telefónicas con Alcaíno concurre a esta
sucursal a retirar un depósito de dinero, “Serviestado” que está en Valparaíso, en
Errázuriz con Almirante Señoret. Dicha fotografía se obtiene para contextualizar
información. En la imagen se observa a Lara esperando a ser atendido. Indica que,
consecuente con la lógica del depósito, este dinero al día siguiente concurre hasta
otra sucursal bancaria donde se pudo establecer que había efectuado un pago de
dinero concerniente a un monto de $2.000.000.- en una sucursal bancaria del
Banco Santander en calle Prat de Valparaíso. Ese depósito con posterioridad se
logró verificar que fue pagado a nombre de la agencia de Aduanas Francisco
Pardo. Exhibida la fotografía N°4, refiere que se observa a Lara al interior de la
sucursal bancaria donde se puede advertir que en su mano hay una gran cantidad
de billetes que por el color serían de $20.000.- Recuerda que se hizo una
impresión de pantalla del sistema vigía en donde se pudo verificar el mensaje que
inicia esta acción relativa a la entrega de Lara a Alcaíno de una cuenta a la cual se
debía hacer el depósito de dinero, una chequera electrónica a nombre de Lara.
Exhibida la fotografía N°1, reconoce aquella impresión de pantalla, donde
aparece acotada la información, con el número intervenido de Alcaíno, que
empieza con 688, según recuerda, y se aprecia el número de Lara, con un mensaje
desde Lara a Alcaíno donde le da los datos de su cuenta indicando Chequera
Electrónica del Banco Estado, lo que se apreció según la vigilancia como retirado.
El celular se envía desde el número de Lara. Indica que una vez detectada la
reunión en el peaje Lagunillas entre Lara y Avilés, donde se reúnen cercano a ese
peaje donde primero llega Lara y luego Avilés, Lara venía desde Valparaíso y
Avilés según le parece venía desde San Antonio, ambos involucrados guardaron
distancia y solo se tomó fotografías cuando ambos vehículos se estacionaron
cerca, se le exhibe entonces la fotografía N°7 y refiere que aparecen los
vehículos. Se le exhibe la fotografía N°8 del mismo Set e indica que es una
impresión de pantalla de la web “Gobierno Transparente” donde aparece la
contrata de Avilés como funcionario de Aduanas de San Antonio.
El testigo indica, en cuanto al hecho denominado como “carteras”, que se
pudo rescatar el documento que presentó Avilés, una copia del documento que fue

113
proporcionado por la misma empresa Saam donde aparece el formato del tribunal
por un juez que cumple funciones en el mismo, donde hacía referencia a las
mercancías y disponía la destrucción de las especies. Se le exhibe el documento
N°33 del auto de apertura, e indica que ese documento habla del afectado, empresa
china “Sucsiasou” que de acuerdo a las diligencias de la investigación, a propósito
de una vigilancia que se realizó el día 27 de octubre donde Alcaíno se reúne con
Lara en Lo Vásquez en esa reunión tenía por objeto dar a conocer las especies de
carteras que iban a salir, y Lara le hace entrega de un listado a Alcaíno para que
pueda ver el tipo de especies, la vigilancia logra fotografiar el acto donde,
haciendo un acercamiento, es posible divisar en el documento a esa misma
empresa china. El documento da cuenta de una audiencia de acuerdo reparatorio
del 3 de octubre de 2014, señala que a esa audiencia aparece Cristian Marchant
Lillo, fiscal Subiabre y defensor Renato Ibarra y Alejandro García, por Aduana
concurre Luz Changaroti y como querellante Paola González Torres. Explica que
el acta da cuenta de 4 puntos, téngase presente, sobresee definitivamente la causa,
la mercancía debe ser destruida por el imputado quien deberá asumir los costos del
procedimiento, y en su oportunidad cumplidos los plazos legales, archívese. Se le
indicó al administrador del tribunal que tenía el documento, que tenían una copia,
se le dio el R.I.T. y verificó que no figuraba la audiencia, ya que el R.I.T.
correspondía a otra instancia. Se le exhibió la orden de investigar al administrador.
El administrador a eso prestó declaración y con posterioridad, durante la
investigación, a razón de la entrevista en Saam, refirió colaborar y aporto otros
hechos de similares características a lo que fue las carteras y perfumes, haciendo
alusión al retiro de unos lentes y unos juguetes, y aporta la documentación que se
dieron en esas ocasiones y que eran el mismo modus operandi en relación a la
entrega de un acta falsa, y que en todos esos casos fue Avilés y la misma empresa
Logística Ambiente Sano la que realizó el retiro de mercancía. Se le exhibe el
documento N°92 del auto de apertura e indica que es el registro del correo
electrónico donde se le consultó al administrador. Intentaron determinar si desde
dentro del tribunal alguien estaba emitiéndolas pero en realidad el administrador le
señala que se emitían en formato Word por lo que podían modificarse en cualquier
momento. El administrador no señaló conocer a algún investigado y además se
tomó declaración a otra funcionaria que estaba encargada de hacer las
coordinaciones de las causas y ella era quien tenía contacto con Aduanas, y ella
mostró algún tipo de vinculación con Avilés y afirma que solo era laboral puesto
que le enviaba por correo las causas que veía Aduanas. La funcionaria aportó los
datos de los correos por lo que tenía vinculación con Aduanas y dentro de ello
estaba la parte jurídica donde trabajaba Avilés. Supieron que Avilés cumplía
funciones en esa sección conforme consultaron a Aduanas. Se le exhibe el
documento N°34 del auto de apertura, y lo reconoce como el acta de destrucción
que se emitió por Saam por la supuesta destrucción de estas especies, que les
entregó Saam cuando estaba indagando el tema carteras. Esa acta se la entregan

114
cuando funcionarios de Saam prestan declaración. El documento alude al mismo
RIT del acta del tribunal. En la parte final del documento está la firma de Avilés
con timbre de Aduanas y al lado aparece una especie de firme de Log. Ambiente
Sano Limitada, con un RUT y el nombre de Karen Maulén González con su cédula
de identidad y una media firma con la sigla “p.p.” y timbre. A dicho documento se
le hizo peritaje caligráfico. Saam les refirió otro documento que genera que lo
individualizan como tres, documento de control interno de las especies
almacenadas para los cobros posteriores. Se le exhibe el documento N°93 del
auto de apertura, y refiere que ese es el listado que les facilitó Saam en relación a
la consulta sobre los retiros. El custodio de bodega entregó eso. Se le exhibe el
documento N°110 del auto de apertura, e indica que el mismo es el listado que
refirió en su relato cuando se concurrió a uno de los lugares donde se destruyen las
especies, puntualmente el vertedero Cartagena, donde se extrajo la información y
se hizo el Excel, que muestra las diversas fechas en que ambiente sano había ido a
destruir especies, y no aparece el día del hecho carteras. Se le exhibe el
documento N°111 del auto de apertura, e indica que fue el documento que facilitó
Los Molles en el mismo sentido, ni en los días carteras ni perfumes (se incorporan
dichos documentos).
Al testigo se le exhiben entonces 8 fotografías del Set N°17 de otros medios
de prueba, en la fotografía N°1 reconoce una de las fotografías que facilitó el
encargado de bodegas de Saam referidas al vehículo relacionado con el retiro de
las especies del hecho denominado carteras. Menciona que las fotografías del
encargado de bodegas consideraba el momento en que se estaba cargan la especie,
de la placa patente del camión porque las mismas las tomaba con hora y fecha, la
placa patente es CGWL76. La fotografía data del 30 de octubre. Se le exhibe la
fotografía N°2 e indica que la misma corresponde al set de fotografías que el
funcionario de Saam les facilitó, a propósito del retiro de especies en ese hecho se
entregaron 4 a 5 fotografías. En la imagen se aprecian bultos cargados en la parte
de rampla del camión. Se trata de bultos con formas irregulares, algunos de color
café con una especie de huincha de seguridad para el empaquetado de los mismos.
Le parece que esa huincha tiene el logo corporativo de la empresa Saam. Se le
exhibe la fotografía N°3 e indica que se aprecia parte de los bultos que se
cargaron al camión, dichos bultos están dispuestos como una caja color café con
cinta alrededor, “de rezago”. Esta era una bodega que de acuerdo a la declaración
de Saam eran de acopio. Se le exhibe la fotografía N°4 donde se observa la parte
trasera del camión donde se observa personas colaboran para la labor de carga del
camión, de color blanco con un remolque de 4 ejes. Se le exhibe la fotografía N°5
donde se aprecia un proceso de carga cuando se elevaron los bultos al camión, con
dos personas que colaboran con el proceso. Se le exhibe la fotografía N°6, e
indica que es otra de las secuencias de imagen del proceso de carga de bulto en la
rampla. Se le exhibe la fotografía N°7, e indica que es una toma del otro costado
del camión cargado, con la rampla casi en su totalidad con bultos encima. Se le

115
exhibe la fotografía N°8 y refiere que se ve la rampla casi totalmente cargada con
especies. Refiere que en la parte inferior derecha de la fotografía dice “pm 5.42
03/OCT/2014”, lo mismo que en la otras fotografías (en la N°1, 4.38), la persona
que le entregó esto era de apellidos Espinoza Achín, quien indicó que en esto
participó Avilés y una persona de Ambiente Sano que, en el caso, era Rivera. Se le
exhibe al testigo entonces fotografías del Set N°9 de otros medios de prueba de
carga, y conforme la fotografía N°1 indica que corresponde al encuentro entre
Lara y Alcaíno el 27 de octubre de 2014, reunión que obedece al hecho carteras.
Se le exhibe la fotografía N°2 e indica que se aprecia parte del documento que
Lara le iba a hacer entrega a Alcaíno, que era un listado de las especies que iban a
salir conforme las escuchas telefónicas. Se le exhibe fotografía N°2 en una
ampliación, e indica que muestra con claridad el documento que Lara entrega a
Alcaíno, un listado de las especies que iban a salir relacionadas con carteras,
donde se logra apreciar que en la parte superior aparece el nombre de comercial
“SucsiaSou EIRL”. Se le exhibe fotografía N°3 del Set N°9 e indica que
corresponde a una fotografía tomada por personas de vigilancia el 30 de octubre en
la bodega El Pinar en Santiago, donde se observa un camión con unos bultos color
café siendo la parte frontal del camión color blanco. Se le exhibe fotografía N°5
del Set N°17 del set anterior y la reciente donde relaciona a ambas como el
camión en cuestión, del mismo color. Los camiones en ambos casos tienen una
rampla que permiten ver el contenido de los bultos que transporta. Se le exhibe la
imagen N°4 del Set N°9 e indica que consiste en la reunión que tuvo lugar en un
Servicentro aledaño al Mall en Maipú, para pagar el saldo de 3 millones del saldo
de los 15 millones del hecho carteras. Aparece Lara y Alcaíno. Se le exhibe la
fotografía N°5 del Set y reconoce el momento en que, conforme las
interceptaciones, Alcaíno entrega un cheque a Lara y detrás de Alcaíno se ve la
silueta de Hernández. En la fotografía N°9 del Set en cuestión reconoce lo mismo,
lo que se aprecia en la ampliación de la fotografía estipulada como fotografía
N°6. Se le exhibe la fotografía N°7, lo mismo, como se aprecia en el
acercamiento de la imagen, en relación a la entrega del cheque a Lara. Se le exhibe
la fotografía N°8, e indica que se enmarca en el hecho de contrabando de Osorno,
donde se aprecia a Alcaíno en Serviestado de Vicuña Mackenna en San Joaquín
donde deposita 2.500.000 en dos pagos de 1 millón a Lara y 1.5 millones a otra
cuenta, que por lo visto era la pareja de Avilés. Se le exhibe la fotografía N°10, y
refiere que es lo mismo.
A su turno, se le exhiben fotografías del Set N°19 del auto de apertura, y en
la fotografía N°1 reconoce una impresión de pantalla del sistema vigía donde
aparece un mensaje de texto entre un número interceptado de Avilés y de aquel
interceptado a Lara, de Avilés era 97016842 y de Lara 54855898, de fecha 26 de
noviembre de 2014, a las 16:09:52, y señala que se le envía una “Cuenta Rut” de
Héctor Valenzuela Silva para que se haga el depósito del dinero por concepto de
almacenaje en el contexto del hecho denominado perfumes, de los dos mensajes

116
que proceden de esos días aquel es el primero. Se le exhibe la fotografía N°2 e
indica que la imagen corresponde al segundo mensaje que se envió dado que el
anterior, según los dichos conforme la interceptación telefónica, Lara no pudo
depositar y le pide otro número de cuenta a Avilés, quien se los facilita en esta
cuenta, a nombre de Mauricio Rivera Meza, “Cuenta Rut” del Banco Estado
12431761, Banco Estado, RUT 12.431.761., teléfono que envía mensaje de Avilés
a Lara, con fecha 26 de noviembre de 2014 a las 22:29:33. Refiere que en este
mismo sentido se sucedieron mensajes entre Lara y Avilés de que se pagó en la
segunda cuenta. Se le exhibe imágenes N°3 y 4 del Set N°9 del auto de apertura, y
reconoce el dato que indicaba sobre el chofer, RUT, patente del camión y número
de contacto, esto se envía desde Emilio Gamboto a Alcaíno, el 27 de noviembre de
2014 a las 10:37:31. Y se indica a Carlos Bascuñán, apareciendo su RUT y su
fono y otro número. Se le exhibe la fotografía N°4 e indica que aparece en la
misma una serie de mensajería de texto entre Lara y Avilés, le entrega la
información que estaba en la foto anterior. En la segunda columna aparece un
mensaje que dice “el viejo está saliendo”, desde Lara a Avilés el día 17 de
noviembre a las 17:06:46, en la última línea hay un mensaje entre Lara a Avilés el
27 de noviembre de 2014 a las 11:53:08 que indica nuevamente los datos del
conductor y agrega que está listo Rivera, lo que confirma el depósito. El “FR9933”
corresponde a la P.P.U. y en la tercera línea hay mensaje a las 13:55:55 el mismo
día y dice “ok estará a las 15”. Se le exhibe documento N°88 del auto de apertura,
e indica que es el documento que proporciona Saam por sus registros, en cuanto al
retiro de las especies perfumes. Ahí, dentro del documento, aparece con
manuscrita FR9933, sindicándose el nombre de Carlos Bascuñán (se incorpora el
documento). Se le exhibe la fotografía N°5 del Set N°19, e indica que se trata de
una imagen e vigilancia del vehículo que usaba Alcaíno, lo que ocurre en días
posteriores a la llegada de las carteras a la bodega del sector El Pinar en Santiago,
donde concurre con Hernández a verificar las mercancías. Se le exhibe la
fotografía N°6 y se aprecia una imagen de cuando se reúnen Alcaíno y Hernández
próximos a ingresar a las bodegas. Se le exhibe la fotografía N°7 e indica que
corresponde a una imagen operativa que se tomó al momento en que el camión
que transportaba los perfumes se dirigía al interior de la bodega en El Pinar, refiere
que se logra apreciar la placa patente como “FR9333”. Se le exhibe al testigo el
documento N°63 del auto de apertura e indica que fue uno de los documentos que
se le hizo llegar a Aduanas de Osorno como aforo de liquidación de gravámenes
aduaneros, de fecha 9 de noviembre de 2014, emitido por Cristian Molina (se
incorpora el documento). Se le exhibe el documento N°64, e indica que dicho
documento consiste en el manifiesto internacional de carga de las especies
indicadas del hecho de Cardenal Samoré, e indica, como información relevante en
la investigación, que a través de las escuchas, uno de los requisitos para lograr
pasar el camión era requisito aportar los datos de este documento, dicho
documento tiene como fecha 11 de noviembre de 2014, con un código

117
identificador N°3004438, número electrónico (se incorpora el documento). Se le
exhibe el documento N°65, e indica que se trata de un documento del jefe de
avanzada de Samoré hacia el administrador de Aduanas dando cuenta del
procedimiento adoptado por el hecho denominado como contrabando Osorno,
documento que verifica el nombre del conductor anotado de la interceptación
telefónica (se incorpora el documento), y consta la declaración. Se le exhibe el
documento N°66 e indica que es el acta de incautación que se levantó en Cardenal
Samoré, documento que se los remitió Aduanas (se incorpora el documento). Se le
exhibe el documento N°67 e indica que corresponde al documento denuncia que
elabora Aduanas ante la detención de las especies incautadas en cardenal Samoré
(se incorpora el documento). Se le exhibe el documento N°91 e indica que fue un
documento que entregó Saam en razón de un retiro de especies desde sus bodegas,
el documento se refiere a acta de audiencia de formalización de la investigación,
documento que permitió reiterar el modus operandi en relación al retiro de
mercancías que supuestamente iban a destrucción. Ahora, se le exhibe Set de
imágenes N°77 de otros medios e indica, exhibida fotografía N°1, que reconoce
que la fotografía fue tomada para confeccionar el set de las especies incautadas en
el domicilio de Alcaíno, esa fotografía fue tomada en la unidad y dispuestas en esa
bolsa. Exhibida la fotografía N°2, refiere que son carteras que fueron incautadas
desde el domicilio de Alcaíno, siendo fácilmente unas ochentas carteras, si bien la
imagen aparecen 16 carteras aproximadamente, eran cafés y tenían el logo de
“LV” en el interior, en alusión a “Louis Vuitton”. Exhibida la fotografía N°3
indica que en esas cajas también se acopiaron carteras. Exhibida la fotografía
N°4, señala que corresponde a unos porta documentos que también se encontraron
en la casa de Alcaíno con el mismo logo. Exhibida la fotografía N°5, reconoce
que en la imagen aparece una caja donde se guardaron carteras incautadas. Entre
ambas cajas irían 24 carteras a razón de 12 en cada una. Exhibida la fotografía
N°6, reconoce parte de los bolsos “LV”, incautados en la casa de Alcaíno, ubicada
en Marco Echeñique en la comuna de Maipú. Exhibida la fotografía N°7,
reconoce otra caja con carteras incautadas. Exhibida la fotografía N°8, reconoce
contenido de la caja en relación a carteras. Exhibida la fotografía N°9, ilustra otra
imagen de la caja, distinta. Exhibida la fotografía N°10, refiere más carteras.
Refiere que conforme el set fotográfico se fijó en cada caja y se sacó foto donde se
exhibía el interior de la misma. Exhibida la fotografía N°11, señala que la imagen
también corresponde a carteras en la caja. Exhibida la fotografía N°12, aparece en
su parecer lo mismo. Exhibida la fotografía N°13, refiere bolsos de la marca
“Louis Vuitton”, distinguiendo 8 bolsos, donde aparece una anotación que existían
dentro de los bolsos otros que contenían más pero de características más pequeñas,
que se guardaron por espacio. Exhibida la fotografía N°14, refiere lo mismo.
Exhibida la fotografía N°15, reconoce una bufanda con logo Gucci, encontrada en
el domicilio de Alcaíno. Exhibida la fotografía N°16, reconoce una bufanda en
alusión a la marca “Louis Vuitton”. Exhibida la fotografía N°17, reconoce bolsa

118
donde se guardaron las 6 bufandas “Gucci”. Exhibida la fotografía N°18, refiere
que serian 16 echarpes o mantos. Exhibida la fotografía N°19, señala que es un
bulto con 48 pañuelos con el mismo logo “LV”. Los pañuelos estaban en sus
bolsas. Exhibida la fotografía N°29, refiere pañuelos “LV”. Exhibida la
fotografía N°21, reconoce portalentes “LV”. Exhibida la fotografía N°22,
reconoce poleras de la marca “Gucci”, distinguiendo 10. Exhibida la fotografía
N°23, señala que son porta documentos de la marca “LV”, según se observa, 23.
Exhibida la fotografía N°24, señala que observa zapatos de mujer marca “LV”, 3
pares según la fotografía. Exhibida la fotografía N°25, lo mismo, un par. Exhibida
la fotografía N°25 ampliada, refiere que no estaban usados. Exhibida la fotografía
N°26 reconoce un pantalón jeans “LV”. Exhibida la fotografía N°27, reconoce
dos pares de zapatillas marca “Puma”, los que estaban sin uso. Exhibida la
fotografía N°28, reconoce un par de zapatillas “Lacoste”, nuevos. Exhibida la
fotografía N°29, reconoce relojes de distintas marcas incautados en domicilio de
Alcaíno, los que estaban sin uso, algunos, si bien no recuerda la cantidad exacta.
Exhibida la fotografía N°31, refiere cajetillas de cigarros Blue Point, marca que la
había oído nombrar en las escuchas telefónicas en relación a las planificaciones de
Lara y Hernández, encontradas en domicilio de Alcaíno. Exhibida la fotografía
N°32, reconoce que se observan dólares americanos, si bien no recuerda la
cantidad. Exhibida la fotografía N°33, reconoce dólares, otros. Exhibida la
fotografía N°34, reconoce pesos uruguayos. Exhibida la fotografía N°35,
reconoce pesos argentinos. Exhibida la fotografía N°36, indica que se parece a la
declaración de internación, de ingreso, encontrada en el domicilio de Alcaíno, la
que decía relación ya que se incautó por hacer alusión a la internación de un
vehículo utilizado por Alcaíno, una “Hummer” negra. Exhibida la fotografía
N°37, no recuerda. Exhibida la fotografía N°38, reconoce celulares que fueron
incautados en el domicilio de Alcaíno, 4, un Samsung, un Iphone, otro Samsung y
otro Iphone. Exhibida la fotografía N° 39, reconoce otros teléfonos incautados, un
Blackberry, un Alcatel y dos Nokia. Exhibida la fotografía N°40, corresponde a
tres celulares, Iphone y dos Blackberry. Exhibida la fotografía N°41, reconoce 3
celulares, 2 Samsung y un Blackberry. Exhibida la fotografía N°42, reconoce dos
teléfonos celulares incautados. Exhibida la fotografía N°43, reconoce 3 celulares,
2 Samsung y una Blackberry. Exhibida la fotografía N°44, reconoce dos cheques
encontrados en el domicilio de Alcaíno, los que tienen orden de no pago, y
pertenecen a la cuenta corriente de Dánae Torres Cortes, girados a la orden de
importadora “SSan yo”. Recuerda haber escuchado en una conversación una
referencia a la empresa de parte de Alcaíno y estaban en su poder. Exhibida la
fotografía N°45, reconoce a dos talonarios de cheques del Banco BCI, y se les
fotografía para ratificar que Alcaíno tenía cuenta en esos bancos, las que fueron
parte del secreto bancario. Agrega que la empresa Saam facilitó un formato de
documento de destrucción, se le exhibe entonces documento N°94 de la prueba
de cargo e indica que consiste en un acta de destrucción N°24, la que le entregó

119
Saam a ellos para poder chequear que las actas de carteras y perfumes no eran
similares a dicho formato, que habitualmente utilizan (se incorpora del
documento). Se le exhibe el documento N°109 del auto de apertura, e indica que
es un diagrama de flujo de las comunicaciones tanto recibidas como efectuadas de
los diferentes teléfonos intervenidos en el periodo de octubre y noviembre de
2014. Se le exhibe por último al testigo la prueba N°11 de otros medios,
consistente en un disco compacto con cámaras de seguridad, y refiere que
reconoce la imagen como aquellas que se lograron obtener del jumbo de Viña del
Mar en razón de una instrucción particular del Ministerio Público, habían
grabaciones internas que tenían las cámaras de seguridad, y las mismas se
remitieron a la Fiscalía porque de acuerdo a las interceptaciones telefónicas se
reunieron Lara con Avilés el día posterior a las entregas del hecho denominado
carteras y de acuerdo al contexto de las conversaciones ello habría sido para la
entrega de un dinero de Lara a Avilés, Lara alude a que habría recibió
$10.000.000.-, y había que entregarle $7.000.000.- a Avilés. Se reproduce la
filmación, y refiere que se puede reconocer a ambas personas porque en la imagen
aparece Lara con polera blanca y Avilés con polera verde con un chaleco oscuro
abierto y pantalones cortos, en el minuto 01:37 aparecería Lara y en el minuto
02:05 Avilés. Aparecen en la grabación dos sujetos indefinidos uno entregando
una bolsa a otro luego de unos 4 o 5 minutos de conversación. Según los números
inferiores la grabación dice “CAM 13 2014-10-31” con hora 12:04
aproximadamente (se incorpora dicho video).
Se incorpora entonces por parte del M.P. distintas pistas de audio bajo
números progresivos de otros medios de prueba referidos en el auto de
apertura:
Así, respecto del progresivo N°4333, NUE 2576163 (otro medio
probatorio N°10 de la prueba de cargo), y en principio el testigo no recuerda su
contenido, se escucha la pista de audio la que permitió apreciar una conversación
de dos personas en que indica que debía efectuarse un depósito, depósito
efectuado en una parte y otra parte debía llevarse por uno de los interlocutores. No
sabían si era “Valpo” o “San Antonio”. El testigo explica en cuanto a dicha pista
que es una conversación en su contexto, en que Alcaíno, Alcaíno y Hernández son
los interlocutores. Alcaíno dio instrucciones por los preparativos por los depósitos
de los dineros, y que Hernández a su vez da cuenta de las gestiones efectuadas en
torno al primer hecho. A su turno, respecto del progresivo N°5715, NUE
2576093 (otro medio probatorio N°2 de la prueba de cargo) pista que se
escucha advirtiéndose de la misma una conversación entre dos sujetos en que uno
enrostraba al otro la falta de preocupación por el cobro de unos cheques, que hubo
un problema con una máquina que se estaba reparando, indicaba uno de los
interlocutores que se habían depositados unos cheques, se menciona que “Mauro”
había efectuado unas gestiones, uno de le dice a otro que él debía hacerse cargo
personalmente de unas gestiones. Explicó el testigo que habla Alcaíno con

120
Hernández donde Alcaíno le da instrucciones precisas a Hernández de qué debía
hacer dentro de su rol, le llamó la atención para que Hernández tomara un rol más
protagónico en la internación de contenedores. Hay un detalle advertido en otras
conversaciones. Hernández habla del “Mauro”, esa persona sería el señor Lara,
Lara al igual que Hernández también habría verificado en que estaban el
contenedor y por eso se relaciona el contendor. Luego, respecto del progresivo
N°6523 NUE 2576163 (otro medio probatorio N°10 de la prueba de cargo),
carpeta incautación ASIPAC, se escucha advirtiéndose una conversación de dos
sujetos, en que se indicaba un problema, que no podía hacerse entrega de más de
“3 lucas” “por el día de mañana”, es todo lo que uno de los interlocutores habría
podido juntar –aludiendo a dinero–. Explicaba que no tendría problemas, pero un
sujeto que le tenía que pagar 3, 5 millones no lo hizo. Indicó que por los cambios
de cheques no se pudo hacer de otra forma. Que a las 9 se juntaban en Lo
Vásquez, que si quería podía ser más temprano, más temprano. Explica el testigo
que en este audio Alcaíno habla con Lara y lo importante es que ahí él refrenda su
rol de financista, sólo en ese momento podía entregar 3 millones de pesos, y
acordaron reunirse en Lo Vásquez, punto de reunión constante. Luego, respecto
del progresivo N°6956, NUE 2576093, (otro medio probatorio N°2 de la
prueba de cargo), se escucha advirtiendo una conversación entre dos sujetos,
hubo un problema telefónico, se indicaba que estaban buscando al Nano, que
estaba mal anotado el teléfono, se explicó que Nano había hablado con uno de
ellos, que tuvieron problemas con el BL por las sillas de las que se cambió la
cantidad, y que tendrían que hacer una rectificación al BL porque si no iban a
tener problemas, unas cucharas no podían pesar 7.000 kilos (le daba como 4.000
kilos), habría que hacer una cambio al BL y eso ya se estaba gestionando con los
documentos, documento notarial donde autorizaba el dueño de la carga el cambio,
todo ya estaba en proceso, pero indicó que esos eran errores que no podían ocurrir.
Explicó el testigo respecto de este audio que en esas conversaciones entre Alcaíno
y Lara, Lara rendía cuentas a Alcaíno cuando detectó un problema con el
documento de embarque por la internación de Panamá, donde se señalan la forma
en que podía resolverse. Lara era quien debía haber preocupado de la integridad de
los documentos para la internación. Por su parte, respecto del progresivo N°9681,
NUE 2576093, (otro medio probatorio N°2 de la prueba de cargo), se escucha
una conversación entre dos sujetos en donde se conversaba, según el testigo, que el
señor Alcaíno impartía instrucciones a Hernández en orden a que debía adquirir 2
teléfonos exclusivos para la comunicación para evitar ser descubierto. Por último,
respecto del progresivo N°6099, NUE 2576156, (otro medio probatorio N°8 de
la prueba de cargo), en la que se escucha a dos sujetos en donde un camión sería
encaminado y el otro interlocutor iría en el segundo camión, en el “hecho
carteras”. Explicó el testigo que en este caso la conversación aludía a una
conversación de Alcaíno y Lara, y en donde se contextualiza que como no estaría
Alcaíno presente le dejaría dinero con Hernández, reforzando la idea de que

121
Hernández era el brazo derecho de Alcaíno, quien era el líder. Lara incluso deja
entrever que haría de escolta del camión que saldría desde San Antonio a Santiago,
cuando indica que llegaría a medio camino y luego se devolvería. Indica que lo
que le interesa es que coordine entrada y salida.
El testigo aquí refiere que según estas escuchas se demuestran los roles y
estructuras de la organización, donde Alcaíno ejerce el liderazgo, incluso le llama
la atención a Hernández, recibe cuenta de Lara por el incidente de error en la
confección del B.L., y junto con ello, en la última conversación refuerza su rol de
financista y en su ausencia delega su función en Hernández. En dos escuchas se
habló en dinero.
Se incorpora entonces por parte del M.P. diversas pistas de audio bajo
números progresivos de otros medios de prueba referidos en el auto de
apertura:
Así, respecto del progresivo N°4360, NUE 2576087 (otro medio
probatorio N°1 de la prueba de cargo), dentro de la misma carpeta, el que se
escuchó, advirtiéndose una conversación de dos sujetos, en que se daba cuenta que
una operación había partido del hecho 1, que si no habían contratiempos saldría
todo el domingo, el enviado salía al día siguiente en la noche. Indicaba uno de los
sujetos que debían cambiar, indicando que el de “40” debía ser cambiado por dos
de 20, refiriéndose a los contenedores, ahora usaban otro sistema que querían
probar, uno de los sujetos explicaba que tenían un porcentaje más alto que los
anteriores, por el tipo de clientes, por su parte no debiesen haber problemas,
porque no tenían más plata. Lara le pregunta a Alcaíno si podía hacer otro
mientras uno de los contenedores estaba en el agua. Explicó respecto de este audio
el testigo que en dicha pista, en la primera parte hablaba del enviado, Lara sabía
quién era el enviado, reconocía a Hernández dicha calidad. Luego menciona los
preparativos de otras operaciones posteriores además de las que realizaban,
además Alcaíno hace referencia a Lara que debía pagar el pasaje a Hernández para
viajar al extranjero, siendo Alcaíno quien costeaba el pasaje de Lara. Esto da
cuenta que no era el primer acto de esta especie, señalando como cliente a la
empresa por la que se habían pasar en la operación.
Se incorpora entonces el progresivo N°3077, NUE 2576167 (otro medio
probatorio N°12 de la prueba de cargo) en donde a la explicación del testigo
afirma que hablaba Lara con Avilés, siendo relevante que se juntarían a mitad de
camino, o donde siempre en atención a que no es un acto único, habían ocasiones
previas donde se reunían, este contexto está dado en cuanto era la entrega de
dinero luego del hecho denominado perfumes. En la investigación un lugar de
reunión fue en jumbo y otro en el peaje Lagunillas, a mitad de camino entre
Valparaíso y San Antonio. Y en el progresivo N°3090, del mismo NUE, se
escucha una conversación entre dos sujetos en que quedaron en juntarse, Lara con
Avilés, se indica que el día anterior no había pasado nada, y ahora habían quedado
en juntarse en Casablanca a las 11, y que iban unas muñecas, y unos juguetes unos

122
autos a control remoto, más de “luca y media” era el precio por el almacenaje,
indicó que las marcas eran imitaciones, pero que no iban escritos. Explicó el
testigo que esta conversación es entre Lara y Avilés en que Avilés le señalaba a
Lara que se hablaron el H, en alusión a Alcaíno, ya que debían ponerse al día con
los montos de dinero y que dependiendo de eso luego le darían dos partidas más de
especies para destrucción. Llamada que se produce una vez llevado a cabo el
hecho denominado Perfumes, planificando desde ya Avilés dos retiros más en el
mismo contexto. En la conversación incluso señalan parte de las marcas de
perfumes que luego se corroboraron como retirados.
Se incorpora el progresivo N°4990, NUE 2576087 (otro medio probatorio
N°1 de la prueba de cargo), el que se escucha advirtiéndose una conversación
entre dos sujetos en donde se evidencia que habían tenido un problema y que
conversaron por WhatsApp y que el problema se había resuelto, que conocieron a
un nuevo sujeto que ha trabajado en muchas cosas de todo lo que han visto, cómo
los rastrean y saben todo, ese encarga de todo eso, indican que “quedó cargada la
wea” y que saldría el miércoles, indicando que tenía el nombre del barco y resto de
las cosas, quedándose en juntar luego de la hora de almuerzo. Explica el testigo
que en esa conversación hablan Alcaíno con Hernández, reafirmando el rol de
líder de Alcaíno, quien le llamó la atención a Hernández por no retornar y no dar
cuenta de sus diligenciamientos, siendo el contexto de la conversación el primero
hecho donde Lara había llegado al país pero no se le había informado a Alcaíno.
Se incorpora el progresivo N°2408, NUE 2576156 (otro medio probatorio
N°8 de la prueba de cargo) se escucha conversación en que uno de los
interlocutores explicaba que “iban a ser de 500” el camión entraba de Punta
Arenas, pasaba por Argentina, ahí se cargaba –el camión– con productos legales y
luego pasa por la aduana al pasar para acá, que “él” no estaba revisando pero
disponía de la gente para esos efectos. Indicaban que allá iban pasando de 500
cajas. Que podían ser más cajas, pero en un principio de 500 cajas, el camión pasa
vacío por Punta Arenas, o con cualquier cosa pero no completo, y se llenaba en
Argentina con productos legales y de nosotros (indica Lara), el camión iría de
Punta Arenas por argentina, pasando por Cardenal Samoré, esto en el contexto del
paro de camioneros según se escucha de la conversación. Explica el testigo que en
esta conversación hablaba Lara y Avilés donde daban a entender el modus
operandi del contrabando de Osorno, en donde se pasarían de a 500 cajas a
efectuar esas internaciones, en donde esas eran la cantidades al comienzo, pero
podían ser más en el futuro. Lara le habla de un listado, de acuerdo al análisis
correspondería al listado de las especies guardadas en San Antonio y que luego le
fue entregado por Lara a Alcaíno para que pudiera verificar que especies le
interesaban para hacer su negocio. En la conversación se escuchó a un interlocutor
que indicaba que no le hicieran un escáner, ese era Avilés. Avilés indicaba que se
había contactado con Pedro Chávez y que aquel había aceptado la propuesta para
internar cigarros explicando la modalidad. Aquí se habló de una pantalla, en virtud

123
de la cual lo visible del camión sería la carga declarar, incluso Avilés prefiere que
pase el camión pero no por el escáner. El “Pendrive” que refieren del Huaso indica
que ahí estaba contenida la información de los retiros, si bien al final fue impresa
la información.
Se incorpora el progresivo N°3075, NUE 2576156 (otro medio probatorio
N°8 de la prueba de cargo), y escuchando la pista se aprecia una conversación en
que uno de los interlocutores indicaba que el precio del norte era de 8 palos, desde
un paquete hasta un contenedor completo, ese era el precio –con prescindencia del
contenido o naturaleza de la carga– tenía 200% seguridad, el otro interlocutor
indicaba que debían hacer cuotas para dichos pagos. Explica el testigo que Alcaíno
conversa con Lara, Lara les dio a conocer los montos involucrados que demandaba
la internación de Osorno y acordaron conversarlo de forma personal por el sector
de las Iglesias en los mismos lugares de reunión frecuente. A su turno, conforme el
progresivo N° 4660, mismo NUE previo, se escucha una conversación entre dos
sujetos donde uno de los sujetos dice que le llegó un mensaje, que en el mensaje le
solicitaban la patente, el número, el color del camión y un millón y medio- “ahora”
y el resto cuando “salga”, el millón y medio era anticipado. Explica el testigo que
esta conversación ratifica la vinculación entre las personas de la acusación,
Hernández contestaba y luego lo tomó Alcaíno para conversar con Lara en donde
la primera parte de la conversación daba cuenta de la preparación de la internación
por Osorno, y luego cambian el tema y aludieron a kilos, los que ellos entendieron
que eran relacionados con las especies almacenadas en San Antonio, viendo
ambos negocios al mismo tiempo. Lo de San Antonio corresponden al
contrabando desde Panamá. Explica que lo de “los kilos” hacía referencia a las
especies que iban a salir desde los almacenes en San Antonio para la destrucción, a
eso aludía la expresión “los kilos”, una de 7.000 kilos y una de 10.000 kilos, las
más grandes que había. Se hace referencia con esto a carteras. Indica que al
referirse probar era para revisar si funcionaba el método, por lo que debían
cumplir con la demanda de Chávez.
Por otra parte, incorporado el progresivo N°3769, NUE 2576167 (otro
medio probatorio N°12 de la prueba de cargo), en donde se escucha una
conversación en que si lo controlaban en la carretera el funcionario iba más atrás y
que lo estaban esperando en Santiago para destruir, se escucha mal la grabación.
El testigo señala que es una conversación entre Avilés y el chofer del camión que
llevaba los perfumes a Santiago, se ratificó el rol de Avilés que daba instrucciones
precisas al chofer para el caso de ser controlado y que para esos fines el
funcionario de Aduanas lo estaba escoltando. Y conforme el progresivo N°3781,
mismo NUE, se escucha una conversación entre dos sujetos en que se informaba
que “uno” iba saliendo y en camino, que el camión era el mismo, que iba a 50 y
perdió. En esta conversación (se escucha mal parcialmente) explica el testigo que
el que habla es Avilés y Lara, en donde Avilés le indicaba a Lara que seguía de
escolta del camión, y que por todos los inconvenientes de los retrasos de las

124
salidas desde las especies de San Antonio, a modo de broma, Señala que iba a
tener que pedir cosas al “H”, esto es a Alcaíno, salieron pasadas las 5. En la última
parte le dice Avilés a Lara que se iba a juntar con Alcaíno y que le recordara del
dinero que estaba adeudado.
El testigo refiere en conclusión que este conjunto de audios fueron
relevantes para la investigación por cuanto les demuestra que las actuaciones que
estos sujetos realizaban tenían origen ilícito y que estaban al tanto, tomando
resguardos para ser detectados. Así, Avilés tenía que esconderse, escoltar el
camión, dándole instrucciones al camionero para ello. Por su parte Lara, en el
contexto de Osorno explica el modus operandi del camión, así como Avilés pide
que tienen que aportarse ciertos datos del camión conforme lo solicitado por
Chávez.
El testigo, interrogado por el querellante C.D.E., refiere que los
involucrados en la organización eran Alcaíno, Hernández, Lara y Avilés y
reconoce a las cuatro personas en sala de audiencia conforme la individualización
otorgada. Avilés en su calidad de funcionario público otorgaba información
reservada y monitoreaba las actividades ilícitas. A su turno, interrogado por el
querellante S.I.I., refiere que el objetivo de la estructura era obtener ganancias
económicas. Y por último, interrogado por el querellante S.N.A., indica que en el
contrabando San Antonio tuvo participación Alcaíno, Hernández, Lara y Avilés, y
en el contrabando Osorno, Alcaíno, Lara y Avilés.
1.2.- Contrainterrogatorios y ejercicios del artículo 336 del Código
Procesal Penal.
El testigo, contrainterrogado por la defensa de la acusada Maulén
González, indica que respecto del hecho denominado “carteras”, hizo alusión a un
acta de destrucción, y que se hizo una pericia caligráfica a la misma, que se hizo
en el laboratorio de criminalística en Santiago. Refiere que no estuvo presente
cundo se detuvo a Karen Maulén. Indica que para solicitar la detención de Maulén
fue determinante esa acta de destrucción. La pericia fue practicada por peritos de
investigaciones, y el resultado de dicha pericia es informado a la Fiscalía, que se
traduce en un informe policial con el resultado. Expone que lo que se informó a
Fiscalía respecto de Maulén en términos generales hacía alusión a que la supuesta
firma que aparecía en el documento no era atribuible a Karen Maulén. Se efectúa
ejercicio del artículo 332 del Código Procesal Penal y el testigo recuerda que el
informe policial era el N°06/00410, de Santiago de 5 de enero de 2016. Agrega
que ese antecedente no lo manejaban cuando solicitaron la orden de detención
respecto de ella. Refiere que era el oficial de caso y que en ninguna interceptación
telefónica correspondiente al caso figura Karen Maulén. Asimismo, se hizo
vigilancia de los objetivos investigativos, en los que participaron en su mayoría
por otros funcionarios, y en ninguno de aquellos seguimiento se ve a Karen
Maulén interactuar con alguno de los otros co-imputados. La investigación duró
más de un año, y durante toda la investigación no fue posible determinar que

125
Karen Maulén hubiera recibido algún dinero ilícito proveniente de los hechos
investigados. Relata que, respecto del hecho denominado perfumes, jamás existió
instrucción de depósito en alguna cuenta de Maulén, y la primera vez que la vio
fue el día de la detención, en Santiago. Agrega que no se investigó quienes eran
los que desarrollaban las funciones operativas en Logística Ambiente Sano.
Refiere que en los retiros se determinó que operaba Logística Ambiente Sano
S.P.A., pero no se determinó quienes eran parte de la misma, ya que ese hecho se
conoció después de la detención, que una empresa era Ltda., y la otra S.P.A., y no
supo quienes formaban parte de Ambiente Sano S.P.A., y no se investigó ese
punto. No se involucró en algún retiro a Karen Maulén. Refiere que no se
investigó las particularidades de la empresa en torno a sus bienes, solo el día de la
detención los funcionarios procedieron a comparecer al domicilio de la empresa.
Verificó que funcionarios le dijeron que al momento de concurrir a la empresa
Ambiente Sano estaba Karen Maulén y dieron cumplimiento a la orden e
detención. Karen Maulén facilitó dos archivadores donde estaban las facturas que
emitía la empresa. Consultaron a Aduanas sobre si habían autorizado a Logística
Ambiente Sano para que desarrollaran labores de destrucción de especies pero
contestaron que no porque externalizaban ese servicio. Explica que cuando se
entrevistó con las personas de Saam Extraportuario, solo se hacía referencia como
personas que ingresaban al lugar personas de sexo masculino, reconociendo el
funcionario a Rivera como quien concurría. No recuerda de la existencia de una
Resolución Exenta que señalaba qué personas podían ingresar a dependencias de
Aduanas. Se le exhibe documento N°4 de su prueba documental de descargo y
el testigo no lo reconoce ni recuerda haberlo visto. Indica que Aduanas no les
aportó ese documento. Expone que Maulén no figura en el hecho perfumes por ser
socia de Logística Ambiente Sano, según la investigación no estaría vinculada en
ese hecho, si bien si estaría involucrada en el hecho carteras por el acta de
destrucción que era falsa cuya firma no correspondía a su representada.
El testigo, contrainterrogado por la defensa de los acusados Rivera Meza y
Valenzuela Silva, refiere que el acta de destrucción de especies de Aduanas, que
vieron como formato tipo, se las facilitó Saam (documentos N°34 y 94 de la
prueba de cargo). El acta supuestamente falsificada tiene que ver con el hecho
carteras, y del hecho perfumes recuerda un acta de destrucción, si bien el juicio
solo se le exhibió la primera referida. En cuanto al Excel de los vertederos, no sabe
si en otros lugares se lleva a cabo destrucción de especies, y podría haber otros
lugares para ello. Se le exhibe el documento N°34 de la prueba de cargo y el
testigo refiere que reconoce el acta del documento supuestamente falso, que tiene
la sigla “p.p. que según el peritaje refiere “por poder”, y ha firmado en su vida de
esa forma, lo que significa que lo hace en representación de otra persona, lo que no
implica una falsificación. Agrega que, respecto del mismo documento, solo se hizo
la pericia caligráfica a Maulén, pero no se hizo la misma a los demás co-
imputados, lo mismo con la firma de Avilés. En relación al acta de destrucción el

126
documento señala como lugar de almacenamiento Saam Extraportuario. Se le
exhibe el documento N°94 de la prueba de cargo, e indica que dice “Acta de
destrucción N°24”, la original y señala que conforme a lo ordenado en la
resolución, indica que aparece un tercer lugar de destrucción, “Hidronor”, ubicado
en Santiago, y no se compareció a aquel lugar a comprobar si se hizo la
destrucción, según ese documento que se facilitó a modo referencial. El
documento lo facilitó la empresa Saam, y lo tomó de buena fe. Refiere que del
levantamiento que realizó solo señaló números pero no de que especies se trataba
lo que se destruida, porque la información del vertedero solo consideraba metros
cúbicos, por lo que se hacían los cobros, independiente de las especies. Se hace
referencia en la fotografía N°4 del set N°19 del auto de apertura y el testigo
indica que existen mensajes sobre depósitos, donde aparece el número de datos del
señor Lara para transferencia, porque se tenía que realizar un depósito. Se le
exhibe en ese contexto la fotografía referida y refiere mensajes desde Lara en los
que se hace referencia a un deposito donde dice “está listo Rivera”, y antes de esos
mensajes le había mandado los datos Avilés a Lara de la cuenta donde debía
depositar por concepto de almacenaje por el hecho perfumes, y ahí se alude a la
cuenta de Rivera donde se puede hacer ese pago. No le hizo seguimiento a ese
depósito, y si bien no es experto en delitos económico entiende que se hace a
través del levantamiento se secreto bancario, lo que no se hizo respecto de Rivera
y Valenzuela. Refiere, según su experticia policial, desconoce cómo se hace un
depósito en relación a si se requiere la cedula de identidad de quien deposita.
Agrega que nunca se realizaron escuchas de Rivera y Valenzuela, ni se indagó su
patrimonio y forma de vida. Agrega que se obtuvieron las fotografías del camión
se obtuvieron dos, una proporcionada por la persona de Saam, fechadas y la otra
aportada por vigilancia y seguimiento. EN las fotos aportadas por Saam no se ven
carteras ni perfumes, solo bultos, no se podía saber conforme la fotografía que
había en esos bultos. Agrega que el supervisor de Saam Señala que en algunas
ocasiones podían condonar almacenajes en el destino de las especies, si bien es
algo normal que se pague el almacenaje. Las fotos de vigilancias fueron en las
inmediaciones del pinar. Esas fotos las sacó otros funcionarios de la “BRICO”.
Coordinó con la jefatura de unidad y jefatura dispuso eso, la unidad es de
Santiago. Ellos están aportados en ese lugar y no en el peaje de Melipilla, no hubo
vigilancia en el traslado de San Antonio a Santiago, el camión podría haber pasado
a otro lugar en dicho trayecto, es posible. Fue una diligencia coordinada con el
fiscal de la causa para verificar la información, si bien había un delito flagrante
porque se cometía frente a los funcionarios, lo que los funcionarios de policía de
investigaciones frente a delitos flagrantes tiene la obligación de detener, lo que no
se hizo por coordinación con el fiscal. Respecto de las carteras se sacaron unas
muestras para hacer un peritaje el que por factibilidad técnica del laboratorio no
fue posible, no se determinó que fueran falsas.

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El testigo, contrainterrogado por la defensa de los acusados Hernández
Salas y Lara Mesa, indica que se vieron antes en dos juicios, uno terminó con una
absolución, y el otro no sabe cómo terminó. Refiere que no prestó declaración en
sede policial ante funcionarios explicando todo esto, ni en Fiscalía, sus dichos solo
se encuentran en los informes policiales y en la declaración en juicio. Indicó que
se podía distinguir la investigación en 3 causas, Fiscalía Sur, Iquique y San
Antonio. En cuanto a la causa de la Fiscalía Sur, los blancos principales eran
Washington Vargas Silva y Luz Cañete Bahamondes, investigados por infracción
a la Ley N°20.000, por tráfico ilícito de drogas. No recuerda desde cuando se
estaban escuchando a estas personas, pero al menos recuerda todo el año 2012.
Refiere que no recuerda el detalle exacto de cómo se origina la investigación,
porque ahí surgieron varias aristas y una de ellas fue de Vargas Silva, era el oficial
de cargo de esa arista, que abordó él, la arista que no abordó era relativa a un
sujeto recluido apodado Freddy, la que era la otra investigación. En cuanto a su
arista, conforme antecedentes residuales se solicitaron interceptaciones, que
Vargas Silva tenía contacto con el sujeto que estaba recluido en el contexto de
transacciones de drogas, y la interceptación se entregó por él, su pareja y por otras
personas más que surgieron en la investigación que eran microtraficantes del
sector sur, recuerda un tal Nicolás Heredia y otros más. Desconoce qué juez
autorizó esas interceptaciones. En términos genéricos, la vinculación de esa causa
con Iquique es una conversación de Vargas Silva con Hasbún Selumé donde
convienen una transacción de cigarros y siendo aquel un vocablo referido a
marihuana, se interceptó a Hasbún Selumé. En la causa de la Fiscalía sur ninguno
de los imputados de esta causa era blanco, salvo que en virtud de esa
interceptación llegan a Hernández. Los cigarros, conforme la vigilancia
desarrollada, eran eso y no droga.
El testigo indica que ese flujo de información, en cuanto a las
interceptaciones telefónicas, fue incorporado en el informe denuncia N°11/00/410
remitido a la Fiscalía local de San Antonio el 10 de enero de 2014, por esta causa.
Conforme esto, la defensa incorpora en este punto el documento “Informe
denuncia a Fiscalía de San Antonio, N°11/00/410”, conforme dispone el
artículo 336 inciso 2° del Código Procesal Penal y conforme el mismo, el testigo
indica que en aquel informe no se señala que existía una causa previa de la Fiscalía
sur, no se señala el fiscal que tendría esa causa en aquella Fiscalía, tampoco se
señala el RUC de la causa donde se seguiría esa investigación con
interceptaciones, tampoco se habla de Washington Vargas ni de su esposa como
objetivos de la investigación, no se señala que habían dos aristas en la
investigación y tampoco se señala que él es el funcionario a cargo de esa arista, no
se señala que Washington Vargas habría tomado contacto con alguna persona en la
cárcel, no se señala tampoco que alguno de los imputados de esta causa tuvieran
algún contacto con las personas que estaban escuchando, no se acompaña al
informe denuncia las interceptaciones telefónicas donde se vincularía a Vargas con

128
Hasbún, porque esa información fue dada a conocer a Iquique, no se adjuntó
interceptación relevante a este informe denuncia. No se adjuntaron transcripciones
de interceptaciones telefónicas en lo que estimaba relevante. Refiere que lo único
que existe de esa causa de la Fiscalía sur en ese informe es la afirmación relativa a
la existencia de información residual vinculada a Ley N°20.000.
El testigo, en cuanto al nacimiento de la causa de Iquique, reitera que dentro
de la investigación de Iquique había antecedentes que daban cuenta de que Lara
tenía información privilegiada de Aduanas y conforme su vinculación con Arnaldo
Torres, el flujo de información debió provenir de esa fuente. Indica que la causa de
Iquique no habría existido sin la información que se obtiene de la causa de la
Fiscalía sur. Respecto de la causa de Fiscalía sur surgen antecedentes que se estaba
cometiendo un delito en Iquique, por parte de Hasbún, Hernández, Sánchez –
señora de Hasbún– e Iturrieta, funcionario de Aduanas de Iquique. Esa
información se la entrega al fiscal Zamora y en consecuencia aquel instruye que se
deriven los antecedentes a Iquique, por jurisdicción, y en su informe se aporta el
dato de la causa iniciada en Iquique, aportando el número de esa causa. Conforme
esto, esta defensa incorpora, como documento, una copia de la página web del
poder judicial (pantallazo e impresión) en relación al RUC N°1300442694-
5que se indica en el Informe N°11 ya incorporado respecto de la causa
individualizada en Iquique, conforme dispone el artículo 336 inciso 2° del
Código Procesal Penal, que indica “consulta de causas, M.P. con N.N., Juzgado
de Garantía de Iquique, RIT 5642-2013, mismo RUC referido, ingreso de fecha
11/05/2013, estado concluida, inicio por denuncia, cohecho. Se desprende que la
causa concluye por comunicación de no perseverar el 13 de marzo de 2015,
conforme petición del M.P. de fecha 15 de enero de 2015”. El testigo indica
entonces que Samuel Venegas aparece implicado en Iquique, segunda causa, y
respecto de aquel no está la información relativa en el informe N°11 en cuanto a
que ese funcionario de Aduanas, concretamente, haya participado haciendo o
dejando de hacer algo por una cantidad de dinero o retribución. En el informe de
denuncia N°11 de 10 de enero de 2014, no se acompañaron antecedentes de
Samuel Venegas porque entendieron que obedecía a la información de Iquique.
Agrega que en el informe N°11, respecto de Arnaldo Torres Ramos no se señala
ningún hecho específico y concreto y no se habla de que hizo o dejo de hacer algo
en virtud de su cargo por alguna remuneración. Indica que, en el informe, el delito
que se indica es cohecho y contrabando. Refiere que en relación a sus fotografías
ninguna tenía un día y hora, en la fotografía del peaje no se ve un peaje, las
inmediaciones no aparecen en las imágenes propias de las reuniones de los
imputados, en la fotografía de la cabina del episodio perfumes, luego se sacan
otras fotos de diferentes algunos del camión, en ninguna se ve la patente desde la
parte posterior de la rampla del camión del episodio “perfumes”, no hay
fotografías con esas imágenes, no hay fotografías que permitan concluir que la
rampla y cabina se corresponden. Respecto de todos los documentos incorporados,

129
le parece que no fueron acompañados con cadena de custodia porque fueron
facilitados por los funcionarios de Saam o Aduanas, se adjuntaron al informe
policial como información anexa, y básicamente porque en las declaraciones que
prestaron ellos detallan los documentos que ellos acompañaron en ese acto. No
recuerda haber visto cadenas de custodia o haberse acompañado alguna. El video
de Jumbo tenía cadena de custodia. Recuerda una ocasión en que el líder de la
organización mintió haciéndose aparecer preso, aludiendo a que estaba detenido
para no pagar parte de un monto a Lara, lo que fue concordante con los
trabajadores de la bodega y el señor Hernández. Recuerda episodios de
negociación sin participación del líder, como ocurre entre Avilés y Lara. Recuerda
un episodio en que Lara engaña a Alcaíno en torno a los montos cobrados.
El testigo indica que, en el episodio en que concurren a las bodegas, en el
proceso de detención en que se autorizó también la entrada, registro e incautación,
la bodega autorizada por el tribunal para ingreso fue la 308, pero si bien se solicitó
la 308, y si bien la había utilizado Alcaíno, pero cuando se llegó al lugar el
administrador del lugar indicó que se le había facilitado a Alcaíno otra bodega, la
48-A, y en consecuencia los funcionarios policiales le dan cuenta de ello, y le
informa al fiscal y se solicita la orden de entrada y registro para las dos bodegas
distintas, existiendo dos autorizaciones judiciales para dos bodegas distintas.
Refiere que en la 48-A habían diversas especies pero relacionadas con los hechos
investigados, había ropa “Armani”, zapatillas “Puma”, restos de cajas de perfumes
“Hugo Boss”, fuegos artificiales, se encontraron zapatillas y la ropa “Armani”
relativas al episodio denominado “carteras”. Conforme ello, esta defensa
incorpora, como documento, un acta de entrada y registro al lugar cerrado
correspondiente a la Bodega de “El Pinar 305, Bodega 48-A”, conforme
dispone el artículo 336 inciso 2° del Código Procesal Penal, que no indica
especies incautadas.
El testigo refiere que la plantilla excel de los vertederos, fue recopilada en un
excel que no tiene logo porque lo hizo él, porque los registros del vertedores eran
documentales y manuscritos que tuvo que trabajar para que se pudieran analizar de
mejor forma, y las fotografías o imágenes de pantallas se obtienen del propia
sistema vigía, donde no hay una confección como tal. Precisa que el excel lo
realiza con información de la administradora del vertedero de Cartagena, quien en
su declaración prestada en aquella oportunidad señala expresamente que entrega a
los funcionarios policiales los registros que se le solicitaban, si bien en el
documento no aparece eso. En cuanto a los pantallazos, no tenía ningún logo de
procedencia los pantallazos, como del sistema vigía o de PDI. Relata que en el
episodio “carteras”, esas evidencias las encuentran en la casa de Alcaíno, pero las
fotografías fijadas fueron en la unidad policial, fue el fiscal de la causa quien les
dio lectura de los derechos de los detenidos, se hicieron filmaciones cuando
ingresaron al domicilio, y entiende que se remitieron, no las vio durante la
declaración. Se sacan esas evidencias y se colocan en cajas, algunas estaban ahí en

130
la casa de Alcaíno, y se sacaron de la misma forma, y ellos pusieron algunas en
una bolsa negra, viendo las imágenes se presta para confusión, pero el fiscal
concurrió el fiscal y todas las evidencias las presencio y fue quien dirigió que se
incautaba y que no se incautaba. No sabe si va a declarar en el juicio. Lo que
habían en las cajas ellos lo escribieron, para distinguir lo que había en cada caja,
podía ser cualquier cosa. Las interceptaciones telefónicas se materializaron desde
febrero o marzo de 2014, y en cuanto al primer hecho que supo, de ASIPAC, fue
del 7 de mayo, y se dio a conocer al fiscal de la causa y el mismo refirió que se
dieran a conocer los antecedentes al fiscal de turno Luis Giadach, quien autorizó el
procedimiento y se le dio cuenta todo lo que ocurrió. Se frustra la internación pero
ya tenían el nombre de las personas que habían cometido el delito. El hecho
carteras es el 30 de octubre, y nuevamente tenían claro quiénes habían participado.
No detuvieron a nadie porque también se dio cuenta al fiscal de la causa y el
refirió que se efectuaran vigilancias y seguimientos, ya estaba Subiabre. En el
tercer hecho, contrabando Osorno, el 9 de noviembre, al mes después, tenían la
información y no se detuvo a nadie, pero tuvo conocimiento que hubo una causa
en Osorno donde había quedado con medidas cautelares el chofer del camión, pero
no le entregó la información a la Fiscalía de Osorno, porque el fiscal, entendiendo
que Osorno era una mera flagrancia, donde desconocían lo que había detrás,
porque el conductor no aportó nada, el fiscal de esta causa tomó contacto con el de
allá y le pidió la información. No tomó la decisión autónoma de informar más allá
de lo que planteara el fiscal. Él no lo denunció a la Fiscalía de Osorno porque
había una orden de investigar y al señalarle al fiscal él le dijo que le comunicó a
Osorno, y como la de acá tenía mayores antecedentes, los fiscales se coordinaron y
desde Osorno le facilitaron todos los antecedentes. El motivo por el cual se frustró
ello, conforme las interceptaciones fue que hubo descoordinación entre un turno,
para dejar pasar el camión, versus al segundo turno por el atraso del camión.
Entendieron que en vez de dejar pasar el camión había que controlarlo. Explica
que según las razones de Aduanas, entregadas al momento de la entrevista, fue que
ellos, conforme perfiles de riesgo fiscalizaron, dado que el camión desde Punta
Arenas se demoró más de lo habitual, fue un tema de alerta y conforme lo
procedieron a fiscalizar al camión, y si bien esa información es contradictoria, la
estructura criminal tenía información en línea de lo que estaba ocurriendo ene se
momento, y supieron que el jefe de patio o loza y el funcionario a contrata
controlaron el camión. La versión del error de interpretación la obtuvieron de la
interceptación telefónica, en torno a Chávez a los funcionarios de un turno y estos
con el turno siguiente. Se le tomó declaración al señor Chávez, había hechos que
no coincidían con la realidad en la medida que Chávez nunca se apersonó en el
lugar y las escuchas decían que se había trasladado. O sea, no todo lo que se
conversó por teléfono era cierto. Refiere que respecto de estos audios no se hizo
peritaje de voz por cuanto no se consideró necesario en la medida que se constata
que la persona está hablando por teléfono cuando se genera la llamada. Esas

131
conversaciones están corroboradas por descarte. Fue casi todo un año de escuchas.
Vio en el juicio 15 a 20 fotografías.
A su turno, contrainterrogado por el defensor del acusado Avilés Trigo,
indica que desde el 2008 ingresó a “BRICO”, y luego pasó a CENACRIM,
“Centro Nacional de Análisis Criminal”, desde fines del año 2016, estuvo en su
escuela de formación 3 años, y ahí les imparten conocimientos básicos de
criminalística. Cuando expuso el trabajo de la “BRICO” su quehacer estaba
basado en un modelo de Estados Unidos donde existía separación de funciones
dentro de la brigada. Habló de la triangulación de la información, corroborar la
información que se recibe de una vía con otra. Un informe policial no pude basarse
en suposiciones, sino que la información debe estar confirmada por otra evidencia.
Dentro de la separación de funciones había un grupo de análisis, inteligencia
electrónica y otro de actividades operativas, e integró en su investigación en
primer término al grupo operativo y luego al grupo de análisis, al que se integró a
fines de 2013, o sea, toda la investigación la hizo conformando el grupo de
análisis, no hizo las escuchas telefónicas, no recibía directamente la señal, lo hacia
otro colega, participó en algunos seguimientos, pero no en los más relevantes de la
investigación, sabe la importancia de la cadena de custodia, que es conservar la
evidencia, para evitar confusiones, registrando quien recoge y a quien se entrega
evidencia. Refiere que, a propósito de las interceptaciones, existe un protocolo en
que la PDI da cuenta al fiscal de forma interna y si el fiscal lo acepta se comunica
con una unidad de la Fiscalía Nacional, RECIT, que se encarga de coordinar la
materialización de la interceptación autorizada por el tribunal, empresa que deriva
la información a los canales de la policía. De los diálogos relevantes se realizan
transcripciones las que se agregan a los informes policiales. Sabe que escuchar un
teléfono sin autorización judicial previa es delito. No recuerda si en el juicio
anterior dijo que era oficial de caso, si bien aludió a todas las investigaciones y
refiere que se hizo interceptación, seguimiento, incautaciones y toma de
declaraciones, pero la principal fuente de información fueron las interceptaciones
telefónicas, de las que derivaron los seguimientos y las entradas y registros que
permitieron las incautaciones y algunas declaraciones que tomaron. Precisa que es
una de las técnicas que más información aportó pero de las vigilancias se pudo
establecer domicilios y vehículos de los imputados, pero no podían tener
vigilancia 24/7 y los seguimientos son a consecuencia de las interceptaciones
telefónicas. Reitera que no recuerda la fecha exacta de inicio de la causa de
Fiscalía sur, no recuerda la fecha exacta en que comenzaron la interceptaciones, no
recuerda el plazo por el cual se autorizó ni el juez que la otorgó, recuerda que esa
autorización fue necesario renovarla por lo menos 5 a 6 veces, ello por cuanto la
dinámica en drogas es diferente y se debe estar pendiente para los monitoreos.
Indica que en su informe denuncia N°11, no agregó estas 5 o 6 interceptaciones de
la causa de la Fiscalía sur, el fiscal no lo requirió para acompañar al informe.
Reitera todo el procedimiento de vigilancia hasta la transacción de cigarrillos e

132
indica que, partir de ese momento, la investigación viaja a Iquique siguiendo a
Hasbún y ahí descubren el contacto con el funcionario de Aduanas Samuel
Iturrieta Venegas, y recibía el primero constantes advertencias de fiscalizaciones.
Presume que Iturrieta colaboraba a cambio de alguna gratificación, lo que era
indiciario de un delito de cohecho. Toda esta información se obtiene por las
escuchas autorizadas en la causa de la Fiscalía sur. Tomaron entonces contacto con
la Fiscalía Nacional por la incompetencia que declaraba Zamora, ellos lo hicieron,
y la respuesta de la nacional fue que había que ponerse en contacto con Manuel
Guerra, fiscal regional de Iquique. Tomó contacto con Guerra y Guerra solicitó
interceptación de más personas. Recuerda que le hizo entrega de los antecedentes
y la solicitud con el detalle de los teléfonos que se debía interceptar, en dicho
informe se incorporaban los teléfonos de Hasbún, su señora, Hernández, Alcaíno y
Lara. El fiscal Guerra consiguió la autorización judicial, si bien no la vio, no
recuerda el plazo de ello. Este era en 2013. Hubo varias autorizaciones del
Juzgado de Garantía de Iquique, estuvieron intervenidos durante gran parte de
2013, más de dos, e incluso se incorporó un funcionario de carabineros
individualizado como Freddy, de quien también se hizo la solicitud y luego
apareció otro funcionario aduanero además de Iturrieta, y todas estas personas
colaboraban con la acción de Hasbún. Ellos entendían que Hasbún y Hernández
eran parte de esta estructura que detectaron. La interceptación siempre se solicitó
por el delito de cohecho. Ya habían pasado varios meses desde el suceso en el
Mall de Maipú, y nunca más aparecieron indicios que vincularan a este grupo con
actividades de narcotráfico, desde el tema de los cigarros. Desde a partir de eso el
tema se radicó en cohecho y contrabando, sin más referencias a la Ley N°20.000.
No recuerda cuándo aparece Lara con las escuchas, si bien cree que es a inicios o
mediados de 2013, reconoce que hubiera sido necesario tener transcripciones de
Iquique, pero no acompañó ninguna transcripción al informe N°11. El fiscal si
bien dijo que había derivar la causa de San Antonio, ellos entendían que había que
pedir esos datos y el fiscal nunca se pronunció de ello. Lara fue el nexo para traer
la causa de Iquique a San Antonio, quien apareció en coordinaciones con Alcaíno,
y por vinculación con familiares de Lara llegaron a Torres Ramos, funcionario de
Aduanas, tercero funcionario de Aduanas que aparece en la investigación. Torres,
con vinculación familiar a Lara, también entrega información y también se
presume que lo hacía a cambio de dádivas, pero por las interceptaciones
telefónicas nunca hablaron específicamente de ello, lo presume. Nunca dijo que
Lara tenía vinculación con el funcionario de Iquique, pero Lara tenía nexo con
Alcaíno y el nexo con Hasbún era Hernández, que también traía cigarrillos, al
igual que los imputados. Alcaíno tenía una vinculación en Iquique y en
Valparaíso, si bien no dijo que Alcaíno había coordinado con Iturrieta, sino que
aquel lo hacía con Hasbún. Refiere que en las conversaciones de Lara aparece
Avilés, y con un seguimiento lo sitúa en peaje Lagunillas y ahí comienzan las
interceptaciones. Avilés no tiene relación con Iquique ni con Fiscalía Sur, ni con

133
ningún delito de la Ley N°20.000. En ese primer informe no está Avilés, sino que
aparece en mayo de 2014 y se solicitó la intervención del teléfono de Avilés.
Explica que el Juzgado de Garantía de San Antonio autorizó interceptaciones el 4
de marzo de 2014, después del informe. Se le exhibe el documento N°2 de la
prueba de cargo, e indica que es una resolución judicial del Juzgado de Garantía
que autoriza la interceptación judicial, y no sabía que se autorizó la interceptación
en base a la Ley N°20.000, sabía que ya no había hecho relativo a la Ley
N°20.000, por lo que sería un error hacer eso, si bien como policía ellos no tienen
injerencia en esto. Agrega que no había visto esa resolución judicial y no supo
hasta cuándo tenía vigencia esa autorización. No supo cuántas autorizaciones dio
el juzgado de garantía de San Antonio. Refiere que no dijo que Avilés había
informado a Lara sobre el B.L. del primer hecho, y estaba la duda entonces de que
Torres podría haber sido quien dio la información, si bien Alcaíno y Lara hablan
que les iban a informar y luego de ello tuvo lugar la reunión con Avilés en
Lagunillas y luego de ello Lara le dice a Alcaíno que “hicieron las maniobras pero
no resultó”, todo esto le hace pensar que en esa reunión de Lagunillas se obtuvo
información atingente a ASIPAC. Se le exhibe la fotografía N°7 del Set N°5 del
auto de apertura, e indica que se trataría de la reunión entre Avilés y Lara, en la
imagen no se observa peaje, Avilés no estaba siendo seguido, sino Lara, por
colegas del equipo operativo, no hay fotografías de Lara dirigiéndose o llegando al
peaje, ni retirándose. En la imagen no se aprecia a Avilés, no se acercaron para no
frustrar la diligencia. El funcionario que estaba de escuchador, Diego Díaz San
Martin colabora con las labores de la unidad operativa y consultaron la patente,
cuando determinan que el vehículo pertenecía a la pareja de su representado.
Cuando se obtiene la patente se saca la red familiar, se envía la fotografía del
sujeto vía WhatsApp, los funcionarios operativos lo ven y concuerdan y son
coincidentes en que las fotografías de Avilés que se les envió son concordantes
con las características morfológicas de la persona. Avilés habría descendido y se
ubicó como copiloto en el vehículo de Lara, lo que no fue más de unos pasos, en
unos segundos, y ese fue el tiempo que tuvieron sus colegas para realizar la
comparación biométrica, habiéndole enviado una fotografía del registro civil, solo
del rostro, donde no aparece cuánto mide ni su contextura, pudiendo la misma
tener cierta antigüedad en relación al presente. Alude a que su unidad hace esto
habitualmente, dedicándose a reconocer personas con la habilidad policial
requerida, bajo esa misma lógica los funcionarios dijeron que la persona que
estaba ahí, a pesar de los pocos segundos, era Avilés, que no ha cambiado nada
según lo que aprecia en sala de audiencia. No dejaron registro sobre esa foto que
enviaron, ni les tomaron declaración a los funcionarios para que depusieran sobre
esta especial habilidad, ellos lo refirieron y lo plasmó y lo deduce desde ahí.
Expone que sus colegas sufrieron un grave accidente automovilístico producto de
ese seguimiento, y se suspendieron las labores de vigilancia. La muerte en ese
accidente, en el marco de ese seguimiento, produjo un malestar en su equipo, pero

134
alude a un tema de emociones que en su informe nunca se dejó entrever. No
concurrió a la detención de Avilés, concurrió Felipe Oyarzun, Sebastián Aliaga y
el fiscal Álvaro Pérez Verde-Ramo.
El testigo indica saber que ciertas diligencias exigen autorización judicial,
como el ingreso a un inmueble sin previa autorización del propietario, o la
información bancaria, y aparece un depósito de Lara a la agencia Pardo por
$2.000.000.-, de lo que acompañó una fotografía del comprobante de pago, la que
facilitó la agencia Francisco Pardo. Indica que le pidió excusas al fiscal de la causa
por haber fotografiado el depósito dentro de la unidad bancaria sin autorización.
Conforme ello, se incorpora por esta defensa, al tenor del artículo 336 inciso 2°
del Código Procesal Penal, una copia de correo electrónico enviado por el
testigo al fiscal de la causa dando las excusas pertinentes. El testigo indica que
sabe que hubo una vigilancia donde Lara fue a un banco y hubo un depósito de
dinero. Recuerda que se capturó información que luego dio pie a nuevas
interceptaciones telefónicas. Reconoce el correo electrónico que se incorpora por
cuanto cuando ven el nombre de Pardo fotografiado averiguaron que era un agente
con domicilio en Santiago y obtuvieron un número telefónico del cual pudieron
solicitar la intervención posterior. Sin dicha imagen no podrían haber obtenido la
información de ese número telefónico.
Refiere que González era el representante legal de la empresa ASIPAC, y si
bien la información Lara la recibía de Avilés, a la época en que Lara le da esa
información a Alcaíno también tenía contacto con Torres, por lo tanto Torres
podría haberle dado la información a Lara, sin perjuicio de los antecedentes por
los cuales se inclinaba por ello. Refiere que no tiene evidencia cierta sobre el
monitoreo del viaje del conteiner desde Panamá al puerto de San Antonio, o que
hubieran gestiones de Avilés para la comercialización posterior de los cigarros en
chile. Señala que después que se frustró la internación de cigarrillos hubo una
reunión entre Lara y Alcaíno, reunión que constatan por el seguimiento e
interceptación, y en esa reunión no participó Avilés. Explica que la zona primaria
aduanera es la referencia que los abogados de Aduanas les dieron cuando les
explicaron que eran la zona donde tienen potestad aduanera, no sabía que los
cigarrillos jamás pasaron la zona primaria. Tuvo noticias que existió delito de
contrabando, por lo que tenía un contrabando flagrante y sabe su obligación de
actuación, y no dio instrucciones de detener a nadie conforme ello por la
coordinación al fiscal, quien instruyó al fiscal de turno, que dispuso que abrieran el
contenedor. Señala que de lo que sabe si ve un delito flagrante tiene que actuar,
pero si está amparado por un fiscal que expresamente le dice como policía que
haga tal o cual caso él tenía que hacerle caso al fiscal. Indica que aquí se está
frente a una estructura u organización delictual, que tiene como fin ganar dinero a
través de la comisión de delitos. En su opinión la actividad delictual tiene inicio
desde los hechos de Iquique donde ya se veía una estructura que pasa a San
Antonio, si bien en su informe señalaba que era independiente de Iquique, a partir

135
de los antecedentes de Iquique, si bien formaban parte de la estructura original de
Iquique, no por ser independientes tenían una estructura paralela, esto fue en enero
de 2014. El testigo indica que no recuerda el RUC, se imagina que es el mismo, no
sabía que esa causa de Iquique terminó con no perseverar, sin ningún imputado.
Desconoce que en la historia judicial no figura ninguna autorización de
interceptación telefónica, si bien comunicó la petición al M.P. Solo cumplió con
informar con el informe policial oficial y en consecuencia dio a conocer todo lo
que había y los resultados de investigación. En cuanto al segundo hecho, carteras,
indica que en el mes de mayo se obtuvo un teléfono asociado a Lara, celular claro,
de ese número claro fue solicitada su interceptación en junio donde se da cuenta
del hecho de ASIPAC, individualizando a Avilés y solicitando la interceptación de
un numero asociado a Avilés, esos dos números no se incorporaron dentro de las
solicitudes y en consecuencia esa información quedó como residual, y posterior a
ello, en junio, viene un informe en julio que se amplía al número de Arnaldo
Torres y en agosto procede el cambio de fiscal que provocó nuevas reuniones.
Agrega que posterior a mayo habían preparativos relativos a un contenedor
retenido en Venezuela que había sido retenido porque se había encontrado droga
en el buque y estaban planeando una estrategia para recuperar mercancía y
documentación, sin saber si en ellas participó Avilés, sin que se concretaran esas
tratativas. Se le exhibe el documento N°33 del auto de apertura, e indica que ese
documento era falso y fue utilizado para retirar las carteras, ese documento es
simple sin timbres. Refiere que a Avilés se le incautó el computador de trabajo y
personal de su domicilio, incluida una Tablet de su hija y diversos Pendrives que
tenía en su domicilio, evidencias que fueron sujetas a peritajes por el equipo
investigativo, y no se obtuvo evidencia de Avilés que permitiera conectarlo con el
documento, sin embargo, en la entrevista con el administrador del tribunal el
mismo dijo que el documento se enviaba en un formato que podía ser modificado
y por tanto no era necesario que ello se hiciera desde el computador de Avilés.
Refiere que las actas vienen en formato word editable, que por tanto son
modificables por cualquier persona, y no logró establecer quién y cómo fabricó el
acta. El acta la otorgó Saam cuando se le hizo toma de declaración, si bien no
recuerda ni la fecha ni la hora exacta, ni donde se guardó ese documento, si bien la
misma fue entregada por un señor de apellido Espinoza Achín, uno de los
encargados de las bodegas. No levantó dicha prueba con un ejercicio de cadena de
custodia. Se le exhibe el documento N°34 del auto de apertura, e indica que
corresponde a una copia simple que no tiene firma o timbre original, si bien
aparece el timbre de asesoría jurídica de Aduanas junto con la firma de quien
aparece suscribiéndola, no hay timbre original, es fotocopia. Ese documento se
incautó en Saam si bien no recuerda fecha ni hora, y lo recibió personalmente
junto con González Pineda, sin cadena de custodia. Agrega que a la fecha de las
grabaciones de Jumbo ninguno de los involucrados, Lara ni Avilés, eran objeto de
seguimiento, por motivos de personal disponible, por eso no hay imágenes de

136
Avilés centrando o saliendo del Jumbo. No hay ningún imagen que permita
visualizar el contenido de esa bolsa blanca, deduce hechos en virtud del análisis de
las comunicaciones interceptadas, que daban cuenta que la reunión era para la
entrega de dinero. En cuanto a la cantidad de dinero Lara engañó a Alcaíno, en un
millón de pesos, según lo que postula su representado presta la colaboración.
Primero la mercancía llegaba a destino y luego se pagaba, como ocurre en carteras
y perfumes. Avilés actuaria por dinero. Indica que toda la información de Osorno
se obtiene por interceptación telefónica, aquí Lara llama a Alcaíno para proponer,
y Avilés participa, se reprodujo un audio donde Lara habla con Avilés, comenta la
información referida por Alcaíno y Avilés toma nota para informar a Chávez.
Avilés no participa en la idea, solo Carlos Ramírez y Alcaíno. No tuvo noticia
previa a la planificación de esta acción. El audio dice que “van a probar” con 500
cajas. Indica que no existe conversación telefónica entre Chávez y Avilés, por
cuanto el mismo Avilés dice que se contactó con Chávez, y que aquel tomó un
nuevo número deseando solo ser contactado por mensajes, y como ese número era
exclusivo entre ellos no fue posible obtenerlo para la interceptación. No sabe
cuándo hablaron entre ellos. No se tomó evidencia sobre si ese pago se hizo, solo
los 3 millones 2 para Lara y 1 millón que según su análisis debería corresponder a
la señora de Avilés si bien no puede afirmarlo con seguridad. No tiene imagen del
depósito realizado por Alcaíno o de aquel entrando o saliendo de la sucursal
bancaria. Señala que el chofer fue detenido en esta internación de Osorno, en
flagrancia, que si fue imputado por la Fiscalía local, y desconoce que ocurrió,
salvo que hubo una instancia judicial a raíz de estos hechos. Señala, en relación al
hecho perfumes, que Avilés habría obtenido la entrega de las especies por un acta
falsa. Se le exhibe entonces el documento N°88 del auto de apertura, acta de la
empresa Saam, documento que emite para registro de mercancías acopiadas, una
vez que ingresan generan ese documento, el que también da cuenta de la salida.
Refiere que tiene los timbres de recibido pagado, propio de los cobros de
almacenaje, y además están los datos del camión y el chofer, fueron
proporcionados que era la persona que retiraría la mercancía, advirtiéndose en una
patente de vehículo que llega a Santiago. No sabe quién hizo las anotaciones de
color azul en el documento, o negro, y Eric Machuca era uno de los funcionarios
de Saam. No recuerda qué día o fecha de la semana se incauta ese documento, ni
quien lo guardó, tampoco hubo cadena de custodia. Agrega que no recuerda
cuántos perfumes se retiraron en la operación, porque hablaban de bultos, y no
sabe a qué corresponde. Los perfumes no se incautaron, y por eso no se pudo dar
número exacto, solo por referencias vía telefónica. Solo hay imagen del camión
llegando a la bodega. Incautaron las carteras en la casa del señor Alcaíno pero no
los perfumes porque ese hecho ocurrió el 27 de noviembre de 2014 y por el mismo
medio de escuchas el día 1 de diciembre hay conversaciones entre Ramírez y
Alcaíno aquel expresamente le dice que vendió todos. Cuando se hace el ingreso a
la bodega de Alcaíno fue 13 de abril de 2015 con órdenes en detención y orden de

137
entrada y registro. Ese día que vieron al camión, bajo la misma lógica de las
carteras se dio cuenta al fiscal de la causa que solo dijo que había que observar el
proceso. No dejo constancia de eso en su informe policial. No hay imagen de los
perfumes. No se vio la cadena de custodia de las carteras incautadas. No tenía
Avilés la función de custodio de especies, desconoce lo técnico, si sabe conforme
dijo Saam que veían a Avilés cuando se daban estos procedimiento de destrucción
y que era aquel quien supervisaba. Solicitó la información vía oficio a Aduanas en
la que refirieron que Avilés cumplía funciones administrativas, muy genéricas, y
en frontera. Desconoce si en la interna de Aduanas existe una resolución o
mandato. No tenía facultades para ordenar la destrucción de especies conforme la
información que le remitió Aduanas. Agrega que no sabían si los cigarros eran
falsificados o no solo que no estaban autorizados para comercializar en el país, en
cuanto al primer hecho. Los cigarrillos de Osorno no fueron periciados, y tampoco
los perfumes.
Por último, contrainterrogado por la defensa del acusado Alcaíno Aleu, se
le exhibe el documento N°31 del auto de apertura, y lee como número de teléfono
el 67521150, y se le exhibe prueba documental N°2 y no lo reconoce ahí. Indica
que habían pesquisado un sobre de DHL pero no se entrevistó a la persona de
apellido Brul. Refiere que cuando entraron a la casa de Alcaíno encontraron una
munición, pero no tenían autorización judicial de las municiones para recogerlas.
Se levantaron las especies sino el fiscal les hubiere objetado, pero el fiscal
tampoco le exhibió una orden en tal sentido. Las municiones no eran tema de
investigación. Refiere que Saam cobra por almacenaje, no recuerda si pidieron
facturas del almacenaje, funcionarios de Saam solo dijeron que había un costo
asociado, pero no recuerda si le dieron un costo asociado al almacenaje de las
carteras y perfumes. Refiere que las destrucciones de especies en los vertedores
implican un costo asociado, pero en los vertederos, solo registraron la información
de excel, y les preguntó cómo era el proceso de destrucción, y tal como refirieron
en sus declaraciones, le explicaron que habilitan un lugar y luego pasan una
máquina o le echan líquidos dependiendo del tipo de especie a destruir y luego
proceden a enterrarlo. Explica que, por lo menos, y de acuerdo a la información
que recabaron conforme aseo y ornato de San Antonio, esos dos son los lugares
dispuestos para ello, si bien según entiende hay documentos que se refieren a otros
lugares específicos. Agrega que se le mostraron imágenes con relojes de lo
incautado en casa de Alcaíno, de marca “Omega”, “Rolex”, relojes que no se
periciaron. Indica que no se encontraron cigarros en la casa de Alcaíno.
1.3.- Prueba incorporada al tenor del artículo 336 inciso 2° del Código
Procesal Penal por parte del M.P. en relación a este testigo.
Cabe destacar que el M.P., incorpora prueba sobre prueba respecto de la
declaración de este testigo y de la prueba sobre prueba ya incorporada por la
defensa de los acusados Hernández Salas y Lara Mesa. Así, respecto de las
actuaciones y resoluciones judiciales realizadas en la causa llevada ante el Juzgado

138
de Garantía de Iquique –que estima incompletas conforme la exposición de la
defensa– y en relación al documento referido conforme la pagina web del Poder
Judicial, el M.P. incorpora una resolución de 13 de mayo de 2013, que autoriza
interceptaciones telefónicas en la causa ya individualizada por el delito de
cohecho conforme la interpretación particular del juez de la causa (por la pena de
inhabilitación contemplada en dicho delito en relación a la escala penal del
artículo 21 del Código Penal), desde diversos móviles de la empresa Claro y
Movistar, por un plazo de 60 días desde la materialización de la conexión.
Incorpora asimismo un Oficio desde dicho tribunal a las empresas telefónicas
respectivas, por el delito de Cohecho, indicando al Fiscal Regional Manuel
Guerra y a “BRICO” como funcionarios responsables; y un Oficio de 13 de mayo
de 2013, que reitera los números y la autorización por un plazo de 60 días.
2.- Declaración del testigo Diego Díaz San Martín, cédula de identidad
N°18.144.403-7, funcionario de la Policía de Investigaciones.
2.1.- Interrogatorios.
Este testigo, interrogado por el M.P., refiere que ingreso a la PDI el año
2010 y egresó el 2012. Desde 2013 se desempeña en la unidad de crimen
organizado, desde la fecha de su egreso, dentro de esa unidad es destinado, ese
año, en el grupo operativo de la “BRICO”, y en la misma existe grupo de análisis,
operativo y de oficiales escuchadores. Durante el primer año le tocó el grupo
operativo, y por ciertos periodos del correspondió el grupo de escuchas
telefónicas, grupo denominado INT. Este grupo es dependiente del grupo
operativo. Explica que en la unidad se generan investigaciones y algunas poseen
intervenciones telefónicas, que son gestionados por los oficiales de los grupos
operativos y luego derivadas a grupos RT que registran las conversaciones
telefónicas que son escuchados por los funcionarios a cargo. Explica que la
escucha telefónica se produce por cuanto los oficiales de caso a cargo de las
investigaciones conforme los antecedentes informan al M.P., entregan los
antecedentes y solicitan si corresponde la interceptación telefónica de distintos
imputados, hecha la solicitud mediante informe policial remitido a Fiscalía y esta
hace escrito solicitando la interceptación a los tribunales, cuando el tribunal
resuelve la Fiscalía se encarga de realizar las conexiones y derivaciones a los
equipos RT que tiene cada unidad policial. Desconoce cómo gestiona eso el M.P.
Relata que el caso corresponde a la operación denominada “tangente”, una
investigación que correspondía a delitos de cohecho y contrabando que la que se
investigaba participación de personal aduanero en la internación de mercadería de
contrabando que realizaba una organización criminal compuesta por Miguel
Alcaíno Aleu, Nelson Lara Mesa y Fernando Hernández Salas. Esta investigación
se denunció en la Fiscalía de San Antonio en 2014 a raíz de antecedentes previos
de una investigación anterior realizada en la ciudad de Iquique. La denuncia
consistía en que Alcaíno Aleu, Hernández Salas y Lara Mesa formaban parte de
una organización criminal dedicada la internación de cajetillas de cigarros, lo que

139
realizaban con información privilegiada otorgada por funcionarios de aduana. En
la investigación le correspondió trabajar en el equipo de oficiales escuchadores de
la oficina del INT en la que se desempeñó desde marzo a octubre. El INT se
configura con dedicación exclusiva, debiendo cumplir solo labores de escuchas
telefónicas de los números derivados de las distintas operaciones, tráfico
telefónico, confección de minutas donde se informan resúmenes de las
conversaciones de mayor relevancia durante la investigación. La permanencia en
esa unidad generalmente corresponde a 3 meses pero se puede ampliar
dependiendo del tipo de investigación, y cuando son investigaciones complejas se
mantiene al mismo personal para no entorpecer el avance de la investigación.
Explica que el grupo operativo ene se tiempo estaba compuesto por un jefe de
operaciones. Refiere que generalmente se trabaja por afinidad, dentro del grupo
operativo existen subgrupos no establecidos, en lo que cada uno trabaja con
quienes mejor se llevan, y en eso se forman los grupos de trabajo. En este caso el
grupo era compuesto por el inspector Concha, la subcomisario González y él,
además de los oficiales de análisis, que eran quienes ingresaban la información
que se iba obteniendo en la investigación, información que viene de las escuchas
telefónicas y las vigilancias, cosas que les permitan avanzando en la investigación,
lo que se informa en una minuta al oficial de caso y aquel se la entrega a la oficina
de análisis. Lo mismo ocurre con los informes de vigilancia. La oficina verifica si
son antecedentes nuevos y revisan vacíos de la investigación que deben
completarse posteriormente. Refiere que entre marzo a octubre de 2014 estuvo a
cargo de escuchas telefónicas, y recuerda de esas interceptaciones una internación
de cigarros de esta organización a nombre de la empresa ASIPAC, pudo escuchar
en esta parte de la investigación a Hernández Salas, Alcaíno Aleu y Lara Mesa,
quienes se ponían de acuerdo para lograr la internación de estas especies por
contrabando. Identifica a Hernández porque generalmente cuando conversaba con
miembros de su familia o amigos cercanos lo saludaban con el apodo de “Nano”,
respondía positivo a ese apodo. Respecto de los otros sujetos, a Alcaíno Aleu lo
nombraban de diversas formas, el huaso, el Migue, y eso también ocurrió con Lara
Meza quien era conocido como el mago o el marino. En la fase que le tocó, entre
marzo y octubre, esta internación se da en tres fases principalmente, una
preparativa en la cual los tres sujetos referidos preparan o se ponen de acuerdo
para la internación de los cigarros, luego una de desarrollo donde se van
concretando pagos y haciendo evidentes distintas funciones que mantiene la
organización y luego termina con una fase final en la cual se ve frustrada la
internación de mercancía de contrabando.
Se incorpora el audio correlativo 4333 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba de la prueba de cargo, e indica que trata de una conversación entre
Alcaíno Aleu y Hernández Salas, en un contexto de que Hernández Salas mantiene
información de cómo realizar el pago para la internación de cigarrillos. Recalca
que en esa conversación Hernández Salas le manifiesta a Alcaíno Aleu que habló

140
con una tercera persona que estaba vendiendo la mercadería y aquella persona le
habría señalado a Hernández Salas que deseaba un pago fraccionado, siendo
importante que el tercer pago lo realizaría Hernández Salas en el lugar donde se
encontraba aquel sujeto, conforme la misma conversación donde Hernández
manifiesta que a esa persona no le gusta de otra forma. La conversación del
progresivo 4333 se trata del inicio a la serie de operaciones y comercios que
realiza Alcaíno, en el cual Fernando Hernández Salas le comenta que ya tiene
confirmado el envío, del depósito y puede realizar el depósito. Además hablan de
un pago que se realiza de forma fragmentada, de 20, 15 y un saldo a entregar por
Hernández. Refiere el testigo que les importa que la mercadería llegue al puerto de
San Antonio.
Se incorpora el audio correlativo 4339 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que aquí conversan Hernández y Alcaíno, destacando que esta
conversación se relaciona con el progresivo 4339, en que en base a la primera,
Fernando le dice a Miguel que puede realizar el pago a un sujeto de nombre
Chándal en Chile. Así, Hernández tiene como función el contacto con la persona
que envía la mercadería, no a Alcaíno, quien debe tomar las decisiones
correspondientes. Se indica que conforme lo pagos se puede hacer el envió de la
mercadería un día domingo. Refiere que la persona que provee de cigarrillos a la
organización, por información anterior, se entiende que se ubica en Panamá. Se
entiende que esta no es la primera internación de cigarrillos, Alcaíno antes de esta
internación había perdido dos cargamentos de cigarros conforme publicó en su
Facebook, circunstancia que se informó a la Fiscalía mediante informe policial, en
el que se adjuntó una fotografía correspondiente al perfil público del sujeto, lo que
se remitió a la Fiscalía de San Antonio, en esta investigación. Indica que además
de esas fotografías, se adjuntaron noticias que daban cuenta de los cargamentos en
los cuales había perdido Alcaíno, lo que iba adjunto a los link de las páginas
correspondientes, todo en el mismo informe policial. Hernández era quien tenía
contacto con él, e iba tomar contacto porque Hernández tenía que viajar a Panamá,
como se indica en el final de la escucha, donde le indica a Alcaíno que tienen que
ir a la oficina de la empresa aérea. Indica que Hernández le comenta a Alcaíno
habla de datos, lo que podía ser la información del Bill of Lading, lo que se
verifica con conversaciones posteriores entre Alcaíno y Lara y Alcaíno con
Hernández.
Se incorpora el audio correlativo 4360 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que la conversación tiene varios puntos de relevancia, así se
relaciona con las anteriores ya que en la última habla Alcaíno con Lara y le dice
que la operación ya partió, en torno a la internación de los cigarrillos, y que
Hernández debe viajar al extranjero para hacer los trámites del envío de las
mercancías, transportando los documentos y el dinero restante de pago. Refiere
que conforme la interceptación, Alcaíno estaría viendo el tema del pago de pasaje
aéreo de Hernández, como se puede concluir de la parte final de la conversación

141
donde Alcaíno dice que lo llamaron de la compañía para ir a hacer el pago. En las
conversaciones y hablan de medidas de conteiner, Alcaíno le consulta a Lara cuál
es el tipo de conteiner con esa referencia, de 20, 40 o high cube, y Lara le da el
tipo de conteiner que van a usar y que van a hacer una prueba con él, porque las
internaciones previas que habían hecho no habían resultado, señalando incluso que
el porcentaje de seguridad sería alto. Lara alude al cliente, refiriéndose a la
empresa que utilizarían para realizar la internación.
Se incorpora el audio correlativo 4695 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que refiere una conversación entre Lara y Alcaíno. El audio en
cuestión habla de Meza que le indica a Alcaíno los datos que debe tener el Bill of
Lading que gestionaba Hernández en el extranjero, la empresa, su Rut,
representante legal y el detalle que debe contener. El testigo indica que lo más
relevante es la función de Lara ya que dentro de la organización está dedicado a
buscar clientes, empresas que mantienen un menor riesgo de revisión de sus
conteiner, y es relevante que Lara le indica a Alcaíno que, con la información que
le están dando, mantiene un 100% de probabilidad de que la operación salga bien.
Esta información que entrega Lara a Alcaíno es principalmente para que dichos
datos sean transmitidos a Hernández quien, por la fecha y consultas del sistema de
gestión policial, se encontraba en Panamá. Refiere que el sistema GEPOL entrega
la información relativa a los movimientos migratorios de las personas, y en ese
contexto se hizo la consulta en relación a Hernández. Esa consulta fue realizada
por el inspector Concha, y a través de ello registraba movimiento migratorio a
Panamá. Expone que en la parte final de la conversación Alcaíno le consulta a
Lara si aquel era su teléfono, y Lara le contestó que sí pero que sería el que
utilizarían para esta ocasión, entendiendo que aquel era exclusivo para esta
conversación.
Se incorpora el audio correlativo 4705 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, que constituye una conversación en la que solo se escucha la vez de
Alcaíno, que indica que enviará un detalle de las compras y dice que “no escucha
nada Nano”, y que le escribiría por WhatsApp. Indica que con este están al
1000%, y que le está enviando los 15 más bien detallados. El testigo refiere que las
llamadas registradas en los equipos R.T. en ocasiones presentan problemas,
sobretodo llamadas con números en el extranjero, donde o solo se registra una de
las partes en comunicación, o de forma separada. Este audio se realiza con
posterioridad de aquella entre Alcaíno y Lara, donde se le había entregado la
información que tenía que ir en el B.L., y aquella información debía entregarla
Alcaíno a Hernández. Explica que durante la conversación Alcaíno llama por su
apodo a Hernández, y le dice Nano.
El testigo refiere que estos cinco audios los circunscribe a la etapa preliminar
de la organización mediante la cual gestionaban aquella internación de cigarrillos.
Se incorpora el audio correlativo 7415 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que en esta escucha conversa Lara con Hernández. Aquí

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conversa Hernández y Lara, el segundo le pregunta por el número de contenedor,
esto lo requiere para comenzar a efectuar el trabajo que realiza dentro de la
organización, Hernández le dice que no tiene el número a mano para entregárselo,
pero que se lo enviará por mensaje, y refiere que no tiene el número del B.L. El
testigo refiere entonces que aquí se confirman las funciones que cada miembro de
la organización tienen, Lara es el encargado de gestionar la internación,
consiguiendo a las empresas que van a utilizar y posterior al envío del conteiner
requiere los números del miso para poder ver las fechas de llegada tentativa del
mismo. Se entendería que Hernández ya cumplió con su finco de compra y envío
de los cigarrillos, encontrándose ya en el país conforme el ingreso que registra el
12 de abril conforme la revisión de sus datos migratorios. Hernández tiene la
información relativa al número de contenedor, Lara se lo solicita y Hernández no
le informa de inmediato porque no está autorizado para ello ya que eso lo tenía que
ver el líder, Alcaíno, de hecho le dice que tenía que consultarle a Miguel –
entendiéndolo como Alcaíno– y esto molestó a Lara, quien le dice que todos
tenían que remar para el mismo lado.
Se incorpora el audio correlativo 5959 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que esta conversación es relevante porque Lara, encargado de
ver la documentación del contenedor, se comunica con Hernández y comentan
respecto de tracking de la carga que tratan de internar a través de esta
conversación. Lara le pide a Hernández que comiencen a trabajar más rápido en
relación al B.L., puesto que lo requiere con anticipación para comenzar a hacer el
proceso administrativo ya que si no lo tienen a tiempo el contenedor podría verse
afectado y con esto despertaría sospechas, ya que a la empresa utilizada no le
ocurren estas cosas. El testigo indica que ello se desprende de la conversación en
donde Lara le dice a Hernández que si no se apuran el contenedor “va a caer a
piso” y puede ser objeto de fiscalización, la expresión se refiere a los aforos. En la
escucha se indica que el contenedor llegaría entre el 27 y 29. El testigo refiere que
Hernández, además de ser quien viaja al extranjero, una vez en Chile se dedica a la
revisión del estado del conteiner, ya que mantiene el número de aquel y revisa
periódicamente la fecha de llegada de éste al país, señalando las fechas referidas.
Se incorpora el audio correlativo 6150 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, donde aparece Alcaíno con Hernández, y en esta conversación se
obtiene el número de contenedor, en la parte final Hernández se entiende que está
escribiendo el número del contenedor ya que Alcaíno no pudo. Hernández lo
manifiesta abiertamente un código que corresponde al contenedor, en la parte final
cuando dice que lo va a hacer él y lo empieza a deletrear. El testigo indica que en
la conversación se aprecia el control que desea ejercer Alcaíno sobre el
contenedor, siendo Hernández el encargado de ello, pero a raíz de las fallas
previas, quiere mantener un control, y esto se desprende porque Alcaíno no sabe
cómo se realiza el seguimiento, y le pide a Hernández que explique, y según el
audio no le fue posible a Alcaíno ver eso.

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Se incorpora el audio correlativo 6281 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que conversa Hernández con su pareja, de nombre Monserrat,
y le pide que revise una parte con números, largos, que comienza con CX,
Hernández le consulta a su pareja si llegó el fax donde se contenía una copia del
Bill of Lading y le pide que le deletree el número del Bill of Lading –
mfcupa238364–. El testigo indica que en esta conversación se recibe el número de
B.L. que se le envía por fax a Hernández. El testigo refiere que este número y el de
contenedor son distintos. En la conversación anterior el código alfanumérico se
refería al contenedor.
Se incorpora el audio correlativo 6523 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que Alcaíno habla con Lara y conversan sobre el pago de unos
dineros y Alcaíno le dice que no pudo juntar más de “3 lucas” por mañana. El
testigo indica que de esta conversación, se entiende que el documento que tiene
Alcaíno es el Bill of Lading que recibieron por fax, ese documento lo requiere Lara
y además Alcaíno le manifiesta que el dinero que tenía que reunir no lo reunió
completo, y la referencia de las 3 lucas es a tres millones de pesos y que se podrían
juntar en Lo Vásquez a las 9:00. Alcaíno manifiesta que le entregaría un
documento que, según la conversación, sería un cheque.
Se incorpora el audio correlativo 6983 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que esto ocurre entre el 21 de abril y el 5 de mayo, conversan
Hernández con Alcaíno y se refieren a Lara en la conversación porque dentro de la
conversación Alcaíno dice que tiene un poco más de tiempo para reunir el dinero
para Lara (las “2 lucas”). Según el testigo se ratifica la función de Hernández,
quien le informa a Alcaíno que se cambió la fecha de arribo. Alcaíno cree que
Lara lo estaba apurando para el pago, pero conforme a esto tiene más tiempo para
reunir los dos millones de pesos.
Se incorpora el audio correlativo 7332 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que aquí conversa Alcaíno con Lara, y le pide el número de
cuenta porque va al banco. El testigo indica que, en relación con las
conversaciones anteriores, se mantiene como financista a Alcaíno quien administra
los dineros de la organización. El testigo indica que Lara le envía un mensaje de
texto a Alcaíno con la información solicitada, por cuanto a través de las
interceptaciones el tribunal admitió la interceptación e los mensajes, lo que se
refleja en la información que allegan las compañía telefónicas, sistema online que
tiene el nombre de “vigía”. Explica que cada compañía mantiene una plataforma
con distintas características pero con la misma función, dependiendo de la
compañía se nombran. Explica que para acceder al sistema se requieren claves de
acceso, que son enviadas al fiscal y a su vez éste la envía a los funcionarios
policiales. Para acceder a este mensaje primero debe ingresarse usuario y clave del
fiscal, y una vez en el sistema se busca la operación y se requiere ingresar una
nueva clave denominada “clave de operación”, término asignado por la
plataforma. Añade que se obtiene información de que Lara envía un mensaje de

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texto a Alcaíno con el número de chequera electrónica del Banco Estado. Se le
exhibe entonces al testigo la fotografía N°1 del Set N°5 de otros medios de la
prueba de cargo, e indica que corresponde a un “print de pantalla” del sistema
vigía al que hace referencia. Refiere que en la segunda celda aparece un número
telefónico relativo al 56984775923 y en la tercera celda aparecen dos números,
uno relativo a quien recepciona el mensaje de texto, 56966886286, indicándose
como fecha y hora del mensaje de texto el 30/04/2014 a las 9:51:52 horas. El
testigo indica que el mensaje refiere “Bco estado Nelson lara chequera electrnica
2397131710-8”. Refiere que esto fue el mismo día.
Se incorpora el audio correlativo 7355 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, (se reproduce 42 segundos de la pista completa) e indica el testigo que
la interceptación dura 58 minutos, refiriendo una conversación en la que quedó el
teléfono tomado y no se cortó. Interceptación de conversación entre Lara y
Alcaíno.
Se incorpora el audio correlativo 7568 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que conversa Hernández con Lara, y señalan que el Miguel no
lo pesca y la faena se adelantó. Según el testigo esto se refiere a que el contenedor
ya llegó a puerto y está pronto a salir. El testigo agrega que Hernández manifiesta
que llamaría de inmediato a la señora de Alcaíno por cuanto no toma decisiones
por sí solo.
Se incorpora el audio correlativo 7871 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que se trata de una conversación entre Alcaíno con Lara, donde
se refiere al dinero que poseía Miguel que quería depositar y le pregunta por el
monto total adeudado a Lara y que él no tiene el monto total porque lo tienen otras
personas. El testigo señala que en esta conversación Alcaíno le manifiesta a Lara
que uno de sus trabajadores tiene que ir a buscar un dinero y ese dinero requiere
depositárselo porque no quiere andar con eso, y le indica a Lara que se lo va a
depositar a su cuenta. Se entiende que Alcaíno habla de dos millones de pesos.
Indica que Alcaíno al efectuar esta llamada lo hace de un número distinto y le
indica que lo va a usar con el fletero el día de mañana, y este número es exclusivo
que utiliza para comunicarse con los transportistas del conteiner como el mismo ya
estaba en el país y en el puerto. Más adelante queda de manifiesto que ese número
lo utilizaría para cambiar el destino del conteiner, a través de una conversación
con Lara en la que le consulta por el mensaje que debería enviarle al fletero para
que cambiara el destino ya que la importación que internaban iba con destino a
Rancagua y deseaba cambiarla a una bodega que tenía en Santiago.
Se incorpora el audio correlativo 7882 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que se trata de una conversación entre Alcaíno con uno de sus
trabajadores llamado Cristian, un trabajador de aquel que va a depositar el dinero
de la conversación con Lara, informándole aquel que había mucha fila en el banco.
El testigo refiere que Alcaíno indica que es una cuenta que usa siempre y que

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corresponde a Lara. Esto demostraría que frecuentemente Alcaíno realiza
depósitos a la cuenta de Lara.
Se incorpora el audio correlativo 7900 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que conversan Alcaíno y Lara, en el mismo tenor sobre los
dineros a depositar Alcaíno a Lara, que eran $2.155.000. Le explica a Lara que ese
“hueon” está ya en la fila. El testigo refiere que Alcaíno manifiesta que ya le están
realizando el depósito y Lara le indica que ya había hablado con las personas y que
habían pedido $2.155.000. Explica que se mantenía vigilancia en ese minuto a los
movimientos que realizaba Lara, y con posterioridad a esas conversaciones se
estableció que Lara concurrió a una sucursal de Banco Estado retirando una gran
cantidad de dinero. Se le exhibe la imagen N°9 de otros medios de prueba N°11
y la fotografía N°3 del Set N°5 de la prueba de cargo, e indica que esta
situación ocurrió en una sucursal Serviestado en la ciudad de Valparaíso. Refiere
el testigo que reconoce la imagen por los logotipos de la sucursal, correspondiendo
la misma a una sucursal de avenida Errázuriz conforme el letrero que indica el
nombre de la calle. Aprecia la numeración de la sucursal y una palmera, si bien no
conoce avenida Errázuriz; y en la segunda imagen reconoce la fila del Serviestado
y una de las cajas de la sucursal. Explica que esa fotografía se tomó porque en la
caja de la sucursal el sujeto con pantalones Beige y camisa cuadrillé correspondía
a Lara efectuando el retiro de un dinero, lo que se determinó por la vigilancia de
los colegas que concurrieron a Valparaíso. El texto explica que la vigilancia se
base en situar equipos de trabajo, dos vehículos con tres funcionarios cada uno, se
instalan en el lugar donde se encontraría el sujeto investigado y una vez que aquel
comienza a moverse se le sigue, manteniendo comunicación entre los funcionarios
del equipo, que van informando a la gente de Santiago, vía radial, telefónica o a
través de WhatsApp. En ese momento estaba en la oficina del INT, escuchando.
Explica que la comunicación se mantiene para confirmar efectivamente que el
sujeto que están vigilando sea el sujeto investigado. Refiere que puede comprobar
dicha coincidencia a través del mismo sistema vigía que entrega posición o
ubicación desde la que se efectúa un llamado telefónico, lo que se puede verificar
por los funcionarios de seguimiento, y también cuando se produce llamada
informa que el sujeto se está comunicando por teléfono y los vigilantes confirman
si ello es así. Precisa que la presencia de Lara en Valparaíso en ese momento se
verifico por el vehículo en el cual se movilizaba y por las características físicas
que informó al equipo vigilante, señalando principalmente una parte de calvicie,
contextura, lo que se refleja en la fotografía que se observa.
Se incorpora el audio correlativo 8078 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que conversa Alcaíno y Lara. El testigo indica que aquella dice
relación con el desvío de la mercadería que llegaría al puerto de San Antonio,
Alcaíno consulta a Lara para hacer el desvío de la mercadería porque la empresa
ASIPAC tiene dirección en Rancagua y Alcaíno requería que la mercancía fuera

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directamente a una bodega que estaba en la región metropolitana. Alcaíno
manifiesta que el teléfono del fletero no le funciona.
Se incorpora el audio correlativo 8176 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, e indica que conversa Lara con Hernández, donde vuelven de juntarse
al día siguiente de que se produce la salida del contenedor, refiriendo Lara que
estaría en el puerto para que se junten a un costado del Mall. El testigo explica que
mientras se efectuaba esta conversación, dados los antecedentes, la policía de
investigaciones de Chile lleva la información a Aduanas para realizar la revisión
del conteiner que llevaría cigarrillos. La información se entregó a la BICRIM San
Antonio y esta concurrió a oficinas de Aduanas a hablar con la administración para
entregar los antecedentes. El testigo señala que se produjo la reunión en el lugar
acordado, al otro día, el que era en el paseo costanera, ubicado en San Antonio. Se
le exhibe la fotografía N°5 y 6 del Set N°5 de la prueba de cargo, e indica que
muestran el estacionamiento del paseo que muestran los vehículos de Lara y
Hernández, siendo de Lara un Hyundai de color azul, a la derecha de la imagen, y
de Hernández el de color negro. Se le exhibe la fotografía N°6 y refiere que en
esa imagen aparecen en una reunión entre Alcaíno, Lara, Hernández y un cuarto
sujeto, desconocido (identifica a los tres en la imagen). Reconoce al acusado Lara
en sala de audiencia. Refiere que a Lara se le identifica en 2013, y cuando se le
identifica se hace conforme vigilancias anteriores al periodo que le correspondió
estar como oficial escuchador, donde se puedo obtener. Cuando se identifica a
Lara se le informa a la Fiscalía mediante informe policial, donde se informa los
partícipes de la organización. Precisa que en el informe va detallada la identidad
de las personas que se estaban investigando, se adjunta una fotografía del registro
civil donde sale el rostro de la persona, si bien no recuerda el número de ese
informe. Se le exhibe la prueba nueva incorporada relativa al informe policial
N°11, de fecha 10 de enero de 2014, que reconoce como el informe por el cual se
denuncian el contrabando y cohecho de la organización, informe donde se hace
referencia de Lara (página N°3), y al fecha de la vigilancia de la imagen es del 7
de mayo de 2014. Refiere que conocía el informe desde antes de la vigilancia y las
imágenes contenidas en aquel, por lo que conocía el rostro de Lara. Precisa que la
imagen de la fotografía es enviada vía WhatsApp por los funcionarios del
dispositivo de vigilancia del 7 de mayo de 2014, la que se envió a un grupo
compuesto por los funcionarios a cargo de la investigación y quienes estaban en
cometido funcionario. Refiere que ese día cuando vio la imagen llegó a la misma
conclusión. Agrega que reconoce en esa imagen a Hernández, a quien se le puede
ver el rostro en la imagen. Reconoce al acusado Hernández en sala de audiencia.
Relata que además aparecía Hernández y Alcaíno en el informe policial, donde se
remitió información residual de una investigación realizada en Iquique. A la fecha
de la imagen conocía el rostro de Hernández. El testigo agrega que se puede
apreciar además el rostro de un sujeto desconocido. Indica que el sujeto de
espaldas es Alcaíno, y lo puede sostener a través de la vigilancia de los

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funcionarios de San Antonio, que informan vía WhatsApp y radio que los sujetos
que se reúnen con Lara son Alcaíno y Hernández. Asimismo, teniendo presente la
conversación previa entre Alcaíno y Lara consiste esta en la reunión que habían
pactado el día anterior, además del sistema vigía que mostraba que Alcaíno estaba
en San Antonio.
Se incorpora el audio correlativo 10.743 de la prueba N°10 de otros
medios de prueba, e indica que conversa Lara con su pareja, María. Según el
testigo es una conversación posterior a la incautación de las mercancías del
contenedor antes señalado, es una conversación del 7 de mayo de 2014, el mismo
día de la incautación. Conforme esto se mantiene que la internación no salió bien,
y que se reunió con el huaso, Alcaíno, y que lo que espera es que éste último se dé
cuenta de que el contenedor salió del puerto. Y esto por cuanto la misión principal
de Lara es que el contenedor salga sin problemas de Aduanas, recién cumplido
esto puede cobrar por los servicios. El testigo indica que hay una conversación
anterior entre Lara y su pareja donde aquel le indica que están con problemas y se
encuentran complicados. La pareja le indica que no tienen problemas con eso, sino
que era importante que Alcaíno se diera cuenta que sale el contenedor. Se
incorpora el audio correlativo 10.735 de la prueba N°10 de otros medios de
prueba, e indica lo recién referido. Lara habla de una entrega vigilada, y de que
perdió plata con esto, y que los podrían haber pillado “con las manos en la masa”.
El testigo indica que de esto se entiende que Lara recibe información del
procedimiento que estaba realizando Aduanas, información que proporcionó la
PDI a la administración de Aduanas para ver el contenedor, todos estos datos que
ya le fueron proporcionados a Lara, quien incluso sabía de la entrega controlada.
Lara solo manifiesta o alude “a los tiras”, aludiendo a la PDI.
Se incorpora el audio correlativo 8272 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, y el testigo refiere que es una conversación entre Alcaíno con su pareja,
es importante porque Alcaíno le comenta la información que le entrega Lara.
Expone que casi al final Alcaíno manifiesta que perdieron dinero pero que
buscarían el método, conforme las conversaciones expuestas, de internar estas
mercaderías.
Se incorpora el audio correlativo 8289 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, que consiste en una conversación entre Alcaíno con Lara con
posterioridad a la incautación de Aduanas, en que Alcaíno le comenta a Lara que
fue a verificar donde tenía que llegar el camión, la bodega, y Lara le contesta que
debió haber ido con escolta y debió haberse generado una incautación y Alcaíno le
dijo que al lugar nunca llegó personal policial respecto de lo que le había
conversado Lara. El testigo refiere que Lara necesitaba que Alcaíno creyera eso
para recibir su remuneración. Lara le dice a Alcaíno que tenga cuidado con lo que
conversan por teléfono, por cuanto podrían estar intervenidos.
Se incorpora el audio correlativo 8358 de la prueba N°10 de otros medios
de prueba, que consiste en una conversación entre Alcaíno con Lara donde Lara le

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dice a Alcaíno que mantiene información sobre lo que le pasó al contenedor el día
anterior y se lo atribuye a la PDI que fueron con el número del B.L. y que
posterior a eso habrían realizado la entrega. El testigo refiere que Alcaíno se
muestra complicado por la incautación y perdida del contenedor. Lara expone que
le entregarían un informe con lo sucedido, y que esa persona no quiere que hablen
nada por teléfono. El testigo refiere que personal de Aduanas mantenía esa
información, y de la PDI principalmente los jefes de la BICRIM de San Antonio,
si bien desconoce sus nombres. Agrega el testigo que la conclusión del equipo
investigativo era que la información que recibiría Lara era proporcionada por
personal de Aduanas, ya que PDI pudieron en conocimiento a personal de
Aduanas sobre la internación. Precisa que se estaba realizando vigilancia a los
movimientos de Lara y se logró detectar que el sujeto concurrió a un local
comercial en el que compró un chip telefónico de la empresa Claro que guardaba
relación con la información expuesta, conforme le indico a Alcaíno en torno a su
negativa a hablar por teléfono. Lara toma la precaución y compra un número
nuevo. Refiere que, con posterioridad, y en concordancia con el audio anterior,
Lara se reúne con un sujeto hasta ese entonces desconocido, en una plaza de peaje
donde llegan dos vehículos, uno de Lara y otro del sujeto, y se reúnen para
conversar. Esto se descubre por la vigilancia de los funcionarios. Refiere que la
vigilancia fue realizada el 8 de mayo de 2014 en el peaje de Lagunillas, mientras
estaba en la oficina del INT, escuchando las conversaciones telefónicas de los
sujetos investigados. Relata que conforme le informa el personal de vigilancia,
llegan al peaje Lagunillas y en ese lugar se reúne aquel con un segundo vehículo
blanco del que desciende un sujeto, el cual ellos ven, y se ponen a conversar. Los
funcionarios envían la placa patente vía WhatsApp y la consulta vía registro civil.
No recuerda la placa pero sí que obtuvo como información que estaba registrada a
nombre de una mujer, si bien no la recuerda. Añade que al momento de obtener los
datos de la personas consulta el Rut de aquella en sistema de registro civil y al
verificar su estado civil ve que es soltera y revisa la inscripción de algún hijo, y de
esa consulta obtiene un hijo inscrito y obtiene el Rut de ese hijo, l ingresa al
registro civil y ve los datos del menor, verifica entonces a los padres del menor y
rescata la identidad y Rut de Cristian Avilés Trigo. Relata que, ingresando a esta
persona en el sistema, obtiene la fotografía de la persona, la fotografía con su
celular y la envía al grupo que estaba haciendo la vigilancia, y los funcionarios
confirman la identidad de la persona que estaba con Lara como Cristian Avilés
Trigo. Expone que los funcionarios fijaron fotográficamente a los dos vehículos
estacionados en el peaje. Refiere que al confirmar que la persona que estaba
reunida con Lara era Avilés, el inspector Concha recoge la información y hace las
consultas pertinentes a la página de Chile Transparente y la consulta se hace
porque, conforme la conversación interceptada, Lara iba a tener una reunión con la
persona que le informaba, manteniéndose la hipótesis de que aquella persona era
funcionario de Aduanas, y a la consulta identifica que efectivamente consistía en

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una persona que trabajaba en Aduanas de San Antonio. No recuerda el nombre
específico de la página, si bien todo esto quedó plasmado en el informe policial
remitido a Fiscalía. Se le exhiben fotografías N°7 y 8 del Set N°5 de la prueba de
cargo, y reconoce la imagen por ser aquella que les enviaron los colegas de
vigilancia de la reunión entre Lara y Avilés. En la fotografía N°8 reconoce un
print de pantalla de la página web a que aludió donde se encuentran los
funcionarios públicos, y dice S.N.A., año 2014, administrativo, Avilés Trigo
Cristian Alejandro, de Aduanas San Antonio.
El testigo refiere que participó en una vigilancia posterior, realizada luego de
un desvió de mercancías en las que participaron Alcaíno, Hernández, Lara y
Avilés, de perfumes y carteras entre otras cosas. Expone que dicha reunión se
produce en un servicentro Shell ubicado en la comuna de Maipú al interior de la
cafetería. Esta vigilancia ocurrió después de octubre de 2014. Puedo observar una
reunión que mantuvo Alcaíno, Hernández y Lara, realizada para que Alcaíno
pagara alguno de los servicios que estaba prestando Lara, y en esa reunión Alcaíno
firma un cheque que se entrega a Lara, lo que fue registrado de manera
fotográfica. Se le exhiben, del Set N°9 de otros medios de prueba, las
fotografías N°4, 5, 6 y 7, e indica que se aprecia la reunión descrita, donde
Alcaíno escribe algo sobre la mesa, el cheque. Precisa que al menos aparece la
silueta de Hernández en la fotografía en su costado izquierdo. Refiere que estaba
de frente a la mesa en donde los tres sujetos estaban reunidos. En la fotografía
N°5 Lara recibe el cheque de Alcaíno, y en la fotografía N°6 se hace un
acercamiento de la realización del cheque.
El testigo explica que estuvo 8 meses en 2014 y 3 meses en 2013 en el INT
por esta investigación y su permanencia dura hasta octubre de 2014, donde asume
la subcomisario González. Recuerda asimismo su declaración en este sentido.
A su turno, el testigo no fue interrogado por los querellantes C.D.E. y S.I.I.
e, interrogado por el querellante S.N.A., reconoce al acusado Avilés en sala de
audiencia como el sujeto de la reunión en el peaje Lagunillas.
2.2.- Contrainterrogatorios.
El testigo, contrainterrogado por la defensa de la acusada Maulén
González, indica que terminó con su tarea de escuchas telefónicas en octubre. Las
labores operativas las desarrolló durante ambos periodos, antes y después de las
escuchas telefónicas. No tuvo acceso a las resoluciones que autorizaban las
diligencias, si bien se mantenía información a cuánto tiempo duraban
aproximadamente, ya que se hacían solicitudes de ampliación después de cierto
tiempo. Nunca supo con precisión qué día finalizaba la escucha telefónica. Expone
que nunca escuchó nada de Karen Maulén González como involucrada a la red.
Jamás vio a Karen Maulén en sus funciones operativas. Indica que no conocía la
avenida donde estaba Serviestado, no se encontraba en Valparaíso, tampoco tomó
las fotografías, supo que esas fotografías las tomo funcionarios en comisión de
servicio, si bien no sabe quién lo hizo específicamente. Refiere que esas personas

150
no están citadas a declarar por las citaciones, ninguno de los que participó en esos
procedimientos está citado a declarar. Refiere que tampoco participó en el
seguimiento ni fotografía del peaje Lagunillas, y los que lo hicieron no están
citados al juicio. Refiere que según sabe son tres hechos los que se debaten en el
juicio, uno referido a la internación de cigarrillos a través de ASIPAC, otro de
desviación de mercancías que iban a destrucción pero fueron adquiridas por
Alcaíno, y un hecho del sur. Señala que cuando alude a un pago por un cheque eso
correspondería al hecho del desvió de mercancías, lo que le consta por
conversaciones telefónicas que fueron dándose en esas fechas. Indica que se
realizaron resúmenes de las conversaciones de los sujetos investigados, y él era el
encargado de hacerlo, los que eran entregados al oficial de caso, Concha, y a la
unidad de análisis.
El testigo, contrainterrogado por la defensa de los acusados Valenzuela
Silva y Rivera Meza, indica que no aparecen Valenzuela y Rivera involucrados en
estos hechos que describe. Indica que además del informe hizo labores operativas,
pero en la imágenes del registro civil solo se aprecia la cara, y en las fotografías
que se le exhibieron en juicio salen de cuerpo completo, salvo la persona que
estaba de espalda, a la que logró reconocer, a pesar de no estar en el lugar. Refiere
que ha hecho diligencias de reconocimiento, en virtud de la cual debe elaborarse
un cárdex fotográfico con sujetos de similares características, para no orientar la
selección de la persona, existiendo un protocolo para eso. Para reconocer a los
imputados en el informe solo aparecen las fotografías del registro civil. Las
fotografías rescatadas de las vigilancias eran por vía WhatsApp, si bien no existe
registro de ese grupo WhatsApp, siendo la vía oficial de comunicación en PDI la
vía radial, si bien no se pueden enviar fotos, si bien se puede hacer por correo
electrónico, por la velocidad de las diligencias. Precisa que hay correos
electrónicos asociados a PDI que no se pueden abrir por celulares, solo en relación
a computadores. Indica que el tema de los WhatsApp, según lo que recuerda, lo
mencionó en el anterior juicio. Agrega que en la fotografía de Serviestado aparecía
una persona calva. Refiere que la interpretación de los audios no se puede realizar
en base a lo que le informan por WhatsApp, lo que es distinto a interpretar, solo es
complemento. No interpretó quienes estaban en el lugar por los mensajes de
WhatsApp. Refiere que las escuchas las interpreta de forma aislada, pero la
identidad de las personas involucradas no se desprende solo de eso y requiere de
otra información complementaria. Refiere que las escuchas se registran en un
equipo RT que funciona con distintos canales que poseen ISDN que son números
de derivación, con un numero progresivo que lo va dando el orden de las
conversaciones, correlativo dentro de cada postación y cada equipo RT, pueden ser
mayores o inferiores entre cada postación. Al sacarlas del sistema RT podrían no
se en conjunto correlativos. Explica que no recuerda la fecha de las escuchas, solo
periodos.

151
El testigo, contrainterrogado por la defensa de los acusados Avilés Trigo,
Lara Mesa y Hernández Salas, indica que sus actuaciones quedan registradas en la
confección de las minutas, si bien antes no queda establecido porque son funciones
del grupo operativo. Refiere que el año 2014 estuvo desde marzo a octubre y,
respecto del 2013, le correspondió junio o fines de junio hasta septiembre, desde el
primero de julio hasta el 30 de septiembre, en virtud de la operación “tangente”,
con blancos investigativos Alcaíno, Hernández, Lara y Hasbún. Se efectúa
ejercicio del artículo 332 del Código Procesal Penal respecto de su declaración
presentada en sede policial, e indica que esos eran los blancos investigativos por
la operación “tangente”, que surge con antecedentes de cohecho y contrabando en
Iquique y, posterior a eso, se realiza una denuncia en San Antonio por los mismos
delitos, en la cual se ve implicados Alcaíno, Hernández y Lara, si bien no tuvo
acceso a las autorizaciones judiciales por lo que no sabe cuántas existieron.
Explica que no puede escuchar conversaciones fuera del periodo porque las
comunicaciones son derivadas por las compañías y cuando se vence el plazo se
cierran las comunicaciones, no podría entonces PDI escuchar fuera de los plazos.
Refiere que no recuerda que declaró en 2014. Indica que conoce el nombre de
Samuel Iturrieta Venegas, funcionario de Aduanas investigado en Iquique, y no
recuerda si se le imputa algún hecho concreto. Indica que recuerda el nombre de
Arnaldo Torres Ramos, si bien no recuerda la fecha específica, y aquel es una
persona que se investigó si es que mantenía relación con la organización, trabajaba
en Aduanas, si bien no recuerda su declaración de diciembre de 2014. Refiere que
si en las escuchas hubieran logrado determinar que Torres comete algún delito
deberían haber informado a la Fiscalía, si bien él no elaboraba los informes, no
recordando nada. Señala que retoma las actividades de escuchas en marzo de
2014. Se efectúa ejercicio del artículo 332 del Código Procesal Penal, y lee de su
declaración que “…posteriormente el 18 de febrero se le designa por razones de
mejor servicio como funcionario…”, por lo que se reincorpora en marzo por
cuanto en febrero solo se le designan. Agrega que comienza a escuchar desde
marzo, y cuando se reintegra lo hace para investigar determinados blancos, si bien
no recuerda la declaración del año 2014. Refiere que no todo lo que ha expuesto
hoy en juicio está en su declaración policial, si bien en términos generales
recuerda su declaración, pero no podría indicar cuáles serían. Agrega que en la
fotografía del banco estaba Lara, y lo pudieron determinar a través de la vigilancia
efectuada por los funcionarios Aliaga, Arriaza, Molina, Contreras y Araya, y a
través del sistema vigía se puede establecer que estaba en el sector, porque se
puede verificar la antena del dispositivo, si bien eso no se vio hoy en juicio, ni se
acompañó esa información a la carpeta investigativa en ningún informe. Señala
que en la fotografía exhibida no puede ver ningún día u hora. Indica recordar la
fotografía del “paseo costanera”, donde identifica a Lara y Hernández, y se le
exhibe entonces el Informe Policial N°11 de enero de 2014, y recuerda haber
visto la fotografía obtenida del Registro Civil, de Lara y Hernández, y reconoce el

152
informe porque en aquel se denuncian los hechos en los que estaban involucrados
estos sujetos y Alcaíno, en ese informe no aparece otra fotografía de sus rostros
fuera del Registro Civil. Agrega el testigo que, en las fotografías del “paseo
costanera” de San Antonio, no se ve día u hora. Señala que ese día 7 de mayo se
obtienen las fotografías, estando en la V Región desde hace varios días el mismo
grupo que ya mencionó, desconoce la fecha exacta desde la cual se encontraban en
la V Región. Refiere, respecto de esa reunión, se compartió esa información en su
WhatsApp, lo que no se acompañó al informe por ser un medio informal, pero las
fotografías esa reunión, en WhatsApp, tampoco tenía fecha. No recuerda qué
funcionario obtuvo esa fotografía.
Expone, en relación al peaje Lagunillas, que en la imagen respectiva se ven
vehículos pero no personas, si bien no se incorporó la fotografía que envió a los
funcionarios de vigilancia para identificar a Avilés. Recuerda que él obtiene el
nombre de la persona dueña del vehículo por la patente, soltera, de quien encontró
un hijo y que luego vinculó al padre, Cristian Avilés. Conforme ello, esta defensa
efectúa ejercicio del artículo 336 inciso 2° del Código Procesal Penal en
relación a un Certificado de Matrimonio de aquella propietaria del vehículo,
y se incorpora mediante lectura en que se indica que, en la Circunscripción de
Concón, el año 2012, Cristian Avilés Trigo y María Fernanda Osores González,
contrajeron matrimonio.
Refiere el testigo que la reunión de Avilés y Hernández tuvo lugar el 8 de
mayo de 2014 y que hasta ese día no tenía la identidad de Avilés, porque hasta ese
momento tenían sospechas de Arnaldo Torres Ramos. Se efectúa ejercicio del
artículo 332 del Código Procesal Penal en relación a su declaración en sede
policial, y lee –a grandes rasgos– que “…el 6 de noviembre de 2014 se evacuó
informe policial donde se da cuenta de la identificación de Avilés Trigo que hasta
ese momento se conocía como aduanero N.N., por lo que se solicitó interceptación
de su número telefónico”. Expone que Williams Contreras Ávila era un
funcionario que se desempeñaba en la “BRICO”, quien falleció en acto de servicio
el 8 de mayo de 2014, ello no ocurrió por el seguimiento. Ellos iban en
seguimiento del vehículo donde iba Avilés Trigo. Señala que el fallecimiento de
Contreras es posterior a la identificación de Avilés, y era necesario realizar el
seguimiento porque había que determinar si habían más personas involucradas,
desconocían si Avilés podía reunirse con otros trabajadores de la aduana, y ver a
dónde llegaba o si el sujeto volvía a su lugar de trabajo. Esta información no se
podía obtener sino era a través de un seguimiento a alta velocidad, porque la
información de Avilés podía no estar actualizada, y ello necesitaba ser confirmado,
no se concurrió no obstante a su lugar de trabajo. Refiere que a Contreras lo
acompañaba Araya y Fuentes, ninguno de los que ha sido presentado como testigo.
Desconoce si la reunión en el hecho perfumes y carteras era preparatoria o no, si
bien habría tenido lugar después del 14 de octubre. Tomó las fotografías de esa
reunión, e indica que una de las personas en la fotografía uno puede ver la silueta

153
de Hernández, no obstante no pudo obtener una fotografía directa de aquel sujeto.
Refiere que no escuchó ningún audio de Avilés y tampoco con alguna persona
calificable cono aduanera N.N., habiendo escuchado las interceptaciones hasta el 7
de mayo de 2014, ya expuestos, el audio más antiguo de los expuestos es del 6 de
abril de 2014. No escuchó audios entre Alcaíno y Avilés.
El testigo, contrainterrogado por la defensa del acusado Avilés Trigo, indica
que la estructura criminal existe desde el año 2013, a fines de ese año, y durante el
año 2014. Agrega que, conforme las conversaciones telefónicas expuestas, se da
cuenta de uno de los hechos delictuales para lo que se reúne la organización. Las
planificaciones se hacían vía telefónica, dando cuenta las funciones de cada
integrante. Tiene antecedentes de que se reunieron para planificar diferentes
delitos en el tiempo, como en el hecho de los perfumes, donde hablaban de los
pagos de esa mercadería. Esto sumado a la internación de cigarrillos de ASIPAC,
lo que se hizo con tiempo dinero y plazos previos, existiendo una etapa preparativa
a la comisión de delitos. No hubo escuchas de Torres a pesar de que su teléfono
estuvo intervenido, pero como no hubo información para corrobora actividad
delictual el teléfono se solicitó desconectar, si bien si hubo conversaciones de
aquel con Lara. Refiere que además se intentó internar cigarrillos en noviembre,
los dos fracasaron, pero no fueron los únicos intentos, hubo intentos anteriores a
los señalados, si bien no están mencionados en las interceptaciones, aunque en los
primeros informes se da cuenta de dos perdidas previas de Alcaíno en cuanto a
internaciones frustradas, si bien no recuerda cuáles fueron las diligencias
realizadas al efecto.
Por último, contrainterrogado por la defensa del acusado Alcaíno Aleu,
indica que sabe que la imagen de “Chile Transparente” es un print que envía
Concha al equipo por un grupo de WhatsApp, en el cual aparecen fechas en
algunas columnas, no tiene logo de Chile Transparente, no hay referencia al link
del cual se extrajo esa información. Refiere que no hay cadena de custodia de ese
print de pantalla, y desconoce si aparece el link correspondiente a la página.
Señala que ninguna imagen de las expuestas tiene o mantiene una fecha pero se
informaron mediante distintos informes policiales. Reitera que sacó las fotografías
de la reunión de la cafetería en una Shell, y hay foto donde Lara aparece
recibiendo el cheque, y los datos del cheque no se logran apreciar en la fotografía.
Refiere que no se realizaron pericias a las escuchas telefónicas.
3.- Declaración de la testigo Nataly González Pineda, cédula de identidad
N°15.350.131-9, funcionaria de la Policía de Investigaciones.
3.1.- Interrogatorios.
Dicha testigo, interrogada por el M.P., expone que trabaja en PDI desde
2008. Estuvo en escuela de investigación solo un año porque ella es funcionario
profesional. Dice que desde 20012 trabaja en la “BRICO”, que está compuesta por
grupo de análisis, operativo e inteligencia electrónica. El personal rotaba cada tres
meses. En el grupo operativo trabajó con grupo Alfa formado por 15 personas.

154
Distribuían las investigaciones en general en subgrupos. Un oficial llevaba un
antecedente y trabajaba con los más cercanos y dependiendo de la diligencia se
agregaban otros funcionarios a la investigación. En el grupo operativo no estaba
segura de haber participado en algunas vigilancias. Trabajó como oficial
escuchadora de octubre de 2014 a abril de 2015 en la “operación tangente”. Tenían
como blanco a Lara Mesa y Alcaíno Aleu con distintos teléfonos. También
intervenido el teléfono de Nelson Lara, entre otros. Era una investigación por
cohecho y contrabando. Ella sabía que había un funcionario de Aduanas que
entregaba información privilegiada a otros participantes de la organización y con
eso cometían los delitos. Refiere que hubo dos funcionarios de Aduanas
intervenidos y en el trascurso de la investigación se determinó que uno solo tenía
incidencia en los delitos. El que no tenía incidencia fue Arnaldo que era pareja de
la sobrina Nelson Lara. El que si tuvo incidencia fue Cristian Avilés Trigo. Eso se
estableció en el periodo anterior a sus escuchas, a través de una patente que se
visualizó en una patente. Se identificó la persona de Avilés por tráfico de Lara
Mesa. Por el sistema vigía se puede ver la hora y fecha de llamadas entrantes y
salientes. Concordantes con las vigilancias y las llamadas se identificó el número.
La identidad de Cristian Avilés se determinó en una fecha que no recuerda, pero
debía ser en mayo de 2014. La solicitud de interceptación de Avilés fue en un
tiempo anterior a su participación. Fue en noviembre de 2014. Indica que primero
no se autorizó por el tribunal según un informe. Luego se autorizó la
interceptación conforme antecedentes nuevos, tales como la información del
número de Lara Mesa que hablaba con Avilés y Alcaíno. Ellos seguían acordando
distintos temas de interés investigativo. Estaban planeando sacar de alguna manera
las especies que Aduanas había incautado anteriormente en distintas operaciones
por infracción de ley de propiedad intelectual y que debían ser destruiditas y ellos
planeaban venderlas. A Lara Mesa y Avilés se les ocurrió esa idea. Las especies
estaban almacenadas en almacenes y Avilés tenía acceso a los listados de las
especies y tenía contacto con las personas y conocimiento del tipo de mercancías.
Conversando con Lara Mesa planearon el negocio y se lo propusieron a Alcaíno.
Precisa que eso lo supo por las interceptaciones telefónicas.
El M.P. reproduce entonces diversos audios referidos al N°10 de otros
medios de prueba, NUE 2576163:
Así, en el correlativo N°1538, la testigo distingue una conversación entre
Avilés Trigo y Lara Mesa. Se escucha que hablan de unas cajas que deben sacar de
unas bodegas y pagar por ellas. Se dice que debían sacar 20 cajas, ya que la vez
anterior habían sacado 24 conforme a la capacidad del camión. La testigo dice que
Avilés le relata cómo se hacía el proceso de extracción de mercadería desde las
bodegas y con quién debían hablar. Dijo que dan cuenta de la logística para el
objetivo. Afirma que Avilés Trigo dice que va a conseguir los productos y que
estaban en la bodega SAAM y que no sabía cuántas cajas podía sacar. Lara
hablaba de los camiones. Avilés Trigo habla de las 24 a cajas que debían sacara al

155
igual que la vez anterior. En los informes policiales aparecía como un NN
Aduanero. Recién cuando se interceptó su teléfono se determinó que era Avilés
Trigo.
Conforme el correlativo N°1700, indica que distingue la voz de Lara Mesa
y Avilés Trigo. Afirma que éste último decía que estaban listos los intervinientes,
una persona del almacén y lo que debían tener dispuesto en relación a las especies.
Decía que se debía verificar que no se tratara de especies en donación antes de
sacar. Avilés Trigo indica que estaba nervioso de ser descubierto por sus jefes.
Conforme el correlativo N°1864, distingue la voz de Lara Mesa y Avilés
Trigo. Explica que Avilés trigo le decía a Lara que ya estaba el camino libre
porque se entendía que había hablado con la persona que los iba ayudar a sacar las
especies. Afirma que en la llamada se escucha “Javiera ven” y “Fernanda se bajó
sola”. Dice que de ahí se determinó su identidad, por la esposa María Fernanda
Osores y la hija. Afirma que esa información se le comunicó a la Fiscalía, al
parecer en informe de noviembre y diciembre de 2014.
Conforme el correlativo N°3475, distingue la voz de Lara Mesa y Alcaíno
Aleu. Afirma que de ese llamado se comentan del negocio de especies con destino
a destrucción y el estado para determinar si era rentable. También hablan del
negocio relacionado al camión de contrabando en Cardenal Samoré. Y de una
reunión en una iglesia de Lo Vázquez que era de común ocurrencia. Señala que
hubo una vigilancia del equipo operativo de la brigada y a partir de ella se
determinó que Lara Meza le entrega a Nelson Lara el listado de las especies que
estaban dispuestas para destrucción. Se le exhibe, de otros medios de prueba
N°9, la fotografía N°1, y reconoce a Alcaíno y Lara Mesa; en la fotografía N°2
refiere que en la fotografía se observa el listado de especies para destrucción; en la
fotografía N°3 reconoce listado de especies para destrucción. Recuerda que se
trataba de imitación de objetos de reconocidas marcas como “Luis Vuitton” y
“Gucci”. Eran carteras, prendas de vestir, zapatos, zapatillas, echarpes y chalecos.
Señala que la reunión se verificó el día 13 o 14 de octubre de 2014.
Conforme el correlativo N°4975, distingue las voces de Lara Mesa y Avilés
Trigo. Afirma que la conversación fue previa a la salida de las especies desde el
almacén extraportuario. Da cuenta de las especies que querían apropiarse, la
cantidad y marca, conforme al listado.
Conforme el correlativo N°4985, distingue las voces de Nelson Lara Mesa
y Miguel Alcaíno. Se escucha que conversan sobre las especies contenidas en 47
pales y respecto de la calidad, traslado y posibles costos. La testigo indica que esa
escucha informa que estaba pronta la salida de las especies para la destrucción y
Lara habla sobre la cantidad de pales. Alcaíno indica que iba a conseguir bodegas
y que podía dejarla en una bodega que ya tenía. Fue Lara quien decía que las
especies iban en pales. Alcaíno afirmaba que las especies no iban como en una
oportunidad anterior.

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Conforme el correlativo N°5271, distingue las voces de Lara Mesa y
Alcaíno Aleu. Señala que Lara Mesa le dice a Alcaíno que le enviaría unas
fotografías sobre la noticia de la incautación de las mercaderías referidas en las
anteriores conversaciones.
Conforme el correlativo N°5351, distingue las voces de Lara Mesa y Avilés
Trigo. Afirma que hablan de la oferta de Alcaíno, el dinero y las conversaciones
que debía realizar para sacar las especies desde el almacén. Indica que se
escuchaba que Avilés le dice a Lara que debía cortar el llamado porque estaba en
el trabajo y el director.
Conforme el correlativo N°6099, la testigo reconoce las voces de Alcaíno y
Lara. Dice que el primero le consulta a Lara si va a acompañar la carga de las
especies y que iba a dejar el dinero con su amigo Fernando Hernández o “Nano”.
Señala que mediante otras conversaciones cuando hablaban de Hernández lo
sindicaban como “Nano”.
Conforme el correlativo N°6276, distingue las voces de Lara con
Hernández “Nano”. Explica que se hace referencia a la dirección donde estaba la
carga y donde Nano iba estar esperándolas con el dinero.
Conforme el correlativo N°6366, reconoce las voces de Alcaíno y Lara.
Señala que Lara llama a Alcaíno y le indica que recibió menos dinero de lo
acordado y Alcaíno le explica que eso se debió a un descuento de dineros que
debían, pero que no se preocupara porque después cuadraban. Señala que en las
vigilancias se vio a Alcaíno depositando, lo que coincidía con las interceptaciones.
Señala que Alcaíno indica que la bodega estaba custodiada y ubicada en calle El
Pinar N° 205 de la Comuna de San Joaquín, cerca de La Legua. Dice que hablan
de relojes para los “hueones”. La testigo señala que la escucha era importante
porque daba cuenta de una reunión posterior que se iba a celebrar, donde se iban a
cuadrar los dineros. Indican que eran 15 millones y no 10.
Conforme el Correlativo N°6368, reconoce las voces de Avilés y Lara.
Afirma que era importante la escucha porque Lara mesa le dice a Avilés que tenía
el dinero que le dejó Alcaíno, siete palo y siete en cheque. Discuten por un
problema con el chofer y acuerdan una reunión en Jumbo de Viña del Mara para la
entrega del dinero. No hacen referencia de haber recibido un cheque. Hablan de
dinero en efectivo. Que el problema con el chofer consistió en que no le dieron un
dinero extra. Indica que el dinero era para que el chofer no hablara de la operación
de sacar las especies desde la bodega hasta Santiago.
Conforme el correlativo N°6777, distingue las voces de Fernando
Hernández y Lara Mesa. La conversación surgió a raíz de una reunión que se iba
verificar entre Lara, Hernández y Alcaíno, para saldar dineros, reunión que se
verificó en una Shell cerca del domicilio de Alcaíno. La policía dijo que se hizo
una vigilancia y la reunión se verificó conforme a unas fotografías. Afirma que en
el informe estaban las fotos en que Nelson Lara le entrega un documento a
Alcaíno. Dice que no sabía los nombres de los funcionarios que hicieron la

157
vigilancia. No se hicieron seguimientos en Jumbo, pero se pidieron imágenes de
las cámaras de vigilancia y aparecían Avilés Trigo y Nelson Lara.
Expone la testigo que esta serie de audios se circunscriben al hecho
“carteras” mayormente, luego de este viene el camión del sur, carteras se produjo a
fines de octubre de 2014. El contrabando del camión del sur o “contrabando
Osorno” fue posterior, un par de semanas o menos.
En este último contexto, y conforme el correlativo N°2318, la testigo
distingue las voces de Carlos Ramírez y Alcaíno. Indica que hablan sobre la
incautación de Cardenal Samoré relativa a os cigarrillos. Refiere que ambos
comentan que hacer el negocio y que el camión vendría del sur para ingresar por
ese paso. Hablan de Pedro Morales, una persona que les podría ayudar a hacer un
“free pass” o paso libre para ingresar los cigarrillos de contrabando. Señala que su
nombre real era “Pedro Chávez”. Ramírez hablaba de “tres temblores” haciendo
alusión a otras incautaciones. Ramírez plantea cómo llegar a Pedro Chávez.
Conforme el correlativo N°2333, distingue las voces de Lara y Alcaíno. Indica
que Alcaíno pregunta cómo podrían llegar a Pedro Chávez. Lara señalaba que ya
tenían identificada la ruta desde Cardenal Samoré. Alcaíno indica que no hablaran
por teléfono sobre la ruta Los Andes. Alcaíno dice que podría hacer algo para
hablar con Pedro Chávez, si podían hablar con él.
Conforme el correlativo N°2408, distingue las voces de Avilés y Lara.
Avilés le dice que va a necesitar los datos del camión para luego comunicárselo a
Chávez y reiteran la ruta del camión. Indica que también hablan sobre el listado
para presionar a Alcaíno.
Conforme el correlativo N°3475, distingue las voces de Alcaíno y Lara.
Hablan sobre el precio para el “free pass”. Para el hecho anterior se habla del
listado y de las especies.
Conforme el Correlativo N°4473, reconoce las voces de Avilés y Lara. Lara
le relata sobre el método de pago para Pedro Chávez, en forma interna, en un sobre
cerrado y certificado dirigido desde Aduana de San Antonio. Indica que Chávez no
pedía anticipo, pero que igualmente si le iban a pedir un anticipo a Alcaíno.
Afirma que Lara le dice que tuvo graves problemas por lo que no salió.
Conforme el correlativo N°4660, reconoce las voces de Lara, Hernández y
Alcaíno. Afirma que Lara le pide los datos del camión y se habla de otro hecho no
relatado en la audiencia. Dijo que Lara le pide dinero a Alcaíno, lo que era
concordante con lo que conversó con Avilés en la escucha anterior, donde se
señala que Chávez no pedía anticipo, pero Lara quería dinero antes de que se
materializara el hecho.
Conforme el correlativo N°7361, reconoce las voces de Carlos Ramírez y
Alcaíno. Ramírez le hace un pedido de las especies de grandes marcas que estaban
en la bodega. Ramírez le dice que en cualquier momento le entrega los datos.
Alcaíno le señala que las carteras no estaban vendidas y que las tenía que ver en
directo.

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Conforme el correlativo N°7559, reconoce las voces de Avilés y Lara Mesa.
Lara le dice a Avilés que tenía ingresada la cuenta de su señora y Avilés le
responde que se trataba de una cuenta Rut.
Conforme el Correlativo N°7637, reconoce las voces de Alcaíno y Lara
Mesa. El primero le dice que por wasap le envió la información del camión y que
le iba a depositar el monto señalado a las cuentas Rut y vista. Dijo se decía que en
cada cuenta se debía depositar un millón de pesos. A su turno, y en el correlativo
N°7695, distingue las voces de Alcaíno y Lara. Señala que Alcaíno le dice que ya
hizo el depósito.
Conforme el correlativo N°7713, reconoce las voces de Avilés y Lara.
Sostuvo que Lara le manifiesta a Avilés que estaban depositando en esos
momentos y que el camión pasaría desde las 17:00 horas. Avilés le manifiesta a
Lara que por ningún motivo le enviara un correo electrónico.
Conforme el correlativo N°7863, reconoce las voces de Lara y Avilés.
Señala que Lara le indica a Avilés los datos del camión que iba a realizar el
contrabando. Lara le dice a Avilés que el depósito estaba OK.
Conforme el correlativo N°8320, reconoce las voces de Alcaíno y Lara. El
primero le pide al segundo que averigüe el horario de la aduana porque el camión
iba a demorar más de lo esperado. Alcaíno señala que el chofer era otro. A su
turno, en el correlativo N°8367, reconoce las voces de Alcaíno y Lara. Expone
que el primero le indica que había problemas porque la aduana de Argentina no
trabajaba de noche y que el camión iba a pasar antes del cierre. En el correlativo
N°8383 reconoce las voces de Alcaíno y Lara, quien le señala que habló con el
brazo derecho de Chávez. Y en el correlativo N°8425 distingue las voces de
Alcaíno y Ramírez, quien le avisa que el camión pasó la aduana de Argentina.
En este contexto, en el correlativo N°8427 reconoce las voces de Lara y
Alcaíno, que le indica que el camión pasó el lado argentino y que estaba a vente
minutos de la aduana. Éste le señala que iba a enviar un mensaje. En el
correlativo N°8428 reconoce las voces de Lara y Avilés. Lara le dice a éste que el
camión iba a pasar en 20 minutos. Deduce que Avilés iba hacer os contactos para
dejar pasar el camión.
Conforme el correlativo N°8438, reconoce las voces de Avilés y Lara.
Señala que Avilés indica que no quería hablar por teléfono. Señala que Lara indica
que solo quería saber si el camión pasó o no para poder cobrar.
Conforme el correlativo N°8439 reconoce las voces de Alcaíno y Ramírez,
quien dice que estaban revisando el camión. Ante ello Alcaíno exclama. En el
correlativo N°8441 reconoce las voces de Alcaíno que dice “el camión lo están
revisando” y Lara dice “espera, espera”. A su turno, en el correlativo N°8447
reconoce las voces de Ramírez y Alcaíno. Señalan que pillaron la mercadería del
tarro o contenedor. Alcaíno señala que le habían dicho que el camión lo iba abrir y
cerrar.

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Conforme el correlativo N°8455, distingue las voces de Ramírez que le dice
a Lara que el camión estaba detenido.
En este contexto, en el correlativo N°8456, reconoce las voces de Lara y
Alcaíno, quien dice que el camión estaba detenido y que lo acababan de llamar.
Lara le dice que lo espere. En el correlativo N°8457, reconoce las voces de Avilés
y Lara. Lara le señala que el camión y el chofer estaban “retenidos”. Expone que
Lara le indica a Avilés que llamara a otra persona y que estaba quedando un
desastre. Por último, en el correlativo N°8460 reconoce las voces de Lara y
Alcaíno, quien dice que estaba solo personal de la aduana y que no había “pacos”
y le pide que se tranquilice.
Afirma que los audios fueron remitidos a la Fiscalía en CD, por medio de la
respectiva cadena de custodia. Afirma que fueron grabados en formato MP3 o RT.
Dice que en el disco compacto iban 25 archivos o audios que contenían las
conversaciones completas con un número correlativo. Refiere que consignaba la
fecha y la hora de la interceptación. Afirma que los audios en cuestión
correspondían a la primera semana de noviembre de 2014.
En ese orden de ideas, en el correlativo N°8468, reconoce las voces de
Ramírez y Alcaíno. Explica que Alcaíno al parecer dice que deben solucionar el
problema porque ya había depositado un anticipo de “10 lucas” por la carga y los
contactos. En el correlativo N°8470, reconoce las voces de Alcaíno y Lara.
Señala que conversan sobre el problema suscitado en la aduna en relación a la
detención del camión. En el correlativo N°8479 reconoce las voces de Ramírez y
Alcaíno. Señala que Ramírez señala que estaban esperando el camión y que
Alcaíno señala que se suponía que no iban hacer la denunciar. Alcaíno señala que
tienen que solucionar el tema porque recibió dinero. Alcaíno presiona a Lara por
novedades y habla con el contacto que tenía Avilés para solucionar el problema
suscitado.
Conforme el correlativo N°8492, distingue las voces de Alcaíno y Lara.
Refiere que Lara le dice que se quedara tranquilo porque ya había llegado una
persona que estaba adentro. Lara indica que una de las personas se había
“envolado” en el cambio de turno. Le dice que el Sr. Chávez había dejado los
datos del camión para que lo dejaran pasar y el personal de adunas se confundió y
abrió el camión. En el correlativo N°8503 reconoce las voces de Avilés y Lara.
Dijo que Avilés le manifiesta que Chávez le señaló que todo salió mal y que
alguien se “mariconeó”. Señala que Lara dice que entonces le van a cobrar toda
carga. Avilés dice que el huevón debía hacerse responsable, refiriéndose a Chávez.
Conforme el correlativo N°8515 reconoce las voces de Alcaíno y Ramírez.
Indica que éste le dice al primero que ya habían sacado la carga del camión y que
necesitaban dinero para pagar a un abogado. Dijo que al parecer Alcaíno indica
que debían pagar al abogado. Señaló que Alcaíno expresa que van a tener que
devolver el dinero por los servicios.

160
Conforme el correlativo N°8524 reconoce las voces de Lara y Avilés.
Señala que Lara le dice a Avilés que él es el administrador y que puede sacar la
carga. Señala que Avilés dice que le iba a enviar el mismo mensaje a Pedro
Chávez. Lara indica que se consiguió el teléfono de Chávez y que se lo va a
entregar a Alcaíno. En el correlativo N°8529 reconoce las voces de Lara y Avilés.
Explica que Avilés manifiesta que necesitaba un día para saber qué había sucedido
y hacerse responsable con Chávez.
A su turno, en el correlativo N°8531, reconoce las voces de Lara y Alcaíno.
Manifiesta que Lara le dice a Alcaíno que estuviera tranquilo porque iban a buscar
a alguien que solucionara el problema. Lara le dice a Alcaíno que podía entregar el
número de Chávez y le responden que no porque “era pasado para la punta”. En el
correlativo N°8549 reconoce las voces de Ramírez y Alcaíno. Explica que
Ramírez le manifiesta que en el sur estaba todo perdido, que llegó la Fiscalía y que
bajaron las cajas. Indica que también le manifiesta que estaban presionando al
chofer del camión para que dijera nombres.
Conforme el correlativo N°8575, reconoce las voces de Lara y Alcaíno.
Expone que éste le dice que el chofer no se comunicó y que debía estar en “cana”.
Le dice en forma imperativa que iba llamar a Ramírez y poner el teléfono en alta
voz. Lara dice que se iba hacer cargo. En el correlativo N°8614 reconoce las
voces de Avilés Trigo y Lara. Indica que Avilés le manifiesta a Lara que alguien
tenía todo armado en el turno y que luego se metió otro jefe y que estaban
esperando el camión e hicieron el control y un sujeto se quedó de manos cruzadas
y entregaron la información a Fiscalía. Señala que Avilés le pide que no den su
teléfono y señala que podían solucionar el problema como la otra vez. Lara dice
que el teléfono iba a morir.
Conforme el correlativo N°8620 reconoce las voces de Lara y Alcaíno.
Refiere que Lara le dice que cuando la Fiscalía cierre el caso le van a devolver
dinero. Lara indica que eso lo podía conseguir fácilmente. Alcaíno señala que
Ramírez tendría otra carga para pasar y consulta si podía ser de la misma forma y
le responde que no es que Chávez no quería hacerlo, sino que hubo unas
descoordinaciones. Y en el correlativo N°8931 reconoce las voces de Alcaíno y
Ramírez. Alcaíno le señala que una vez que termine el tiempo de la investigación
va a recuperar la carga. Alcaíno dice que no se preocupe porque estaban
depositados los “diez palitos”. Explica que de acuerdo al contexto debía ser por el
negocio que se había hablado en forma previa con el Sr. Ramírez.
La testigo afirma que los audios escuchados corresponden al contrabando en
zona sur por Cardenal Samoré. Correspondía a cigarrillos conforme el tenor de los
audios, noticias y averiguaciones en PDI en el sur. Se hizo el contacto con la
unidad PDI de Osorno, fue personal de “BRICO” y se entrevistó al personal por el
oficial de caso Concha.
El M.P. reproduce, ahora, diversos audios referidos al N°12 de otros
medios de prueba, NUE 2576167:

161
En dicho contexto, en el correlativo N°2643 la testigo reconoce las voces de
Lara y Avilés, quien le señala al primero que había un decomiso de perfumes de
distintas marcas, Paco Rabanne, Carolina Herrera 2012, Hugo Boss, en total 872
bultos por “ocho lucas” y “una luca” para cada uno. Avilés señala que puede
manejar los costos del almacenaje. Explica que los llamados correspondían al
hecho denominado “perfumes” extraídos de un almacén extraportuario que en vez
de ser destruidas iban a ser vendidas a Alcaíno. En el correlativo N°2002
reconoce las voces de Lara y Alcaíno. Señala que Lara le dice que había una
cuestión que se estaba preparando, cajas con perfumes. 4896 unidades de Paco
Rabanne de hombre; 132 cartones con 12.672 unidades de 100 ml de la marca
Carolina Herrera 2012; 9792 unidades de 10 ml de Hugo Boss. Le dice que
esperaba el valor del almacenaje.
Conforme el correlativo N°1084, reconoce las voces de Alcaíno y
Hernández. Éste le dice que los perfumes iban a salir. Señala que Hernández tenía
un problema de salud en un brazo. Señaló que en un informe conforme a la
vigilancia se le ve con una tela en la extremidad. Hernández dice que hay varios
modelos de perfume Carolina Herrera y los califican de “mulas”, es decir, no
originales.
Conforme el correlativo N°1088, reconoce las voces de Alcaíno y
Hernández. Señala que éste último le dice que los perfumes eran de un chino.
Indica que Alcaíno tenía una opinión informada sobre los perfumes y que no le
podían cobrara tanto por la mercadería porque sabía que eran falsos. Alcaíno dice
que llevaban un año retenidos. Afirma que la mercadería era por un total de 10 y
que al final se llegó a un trato de 9.
Conforme el correlativo N°2385, reconoce las voces de Lara y Avilés.
Afirma que Avilés le pregunta si el “H” podrá ponerse con “una luca”. En el
correlativo N°2389 reconoce las voces de Alcaíno y Lara. Afirma que Lara le
manifiesta que tenía “una resolución” y que el almacenaje de los perfumes salía
“un millón ocho”. En el correlativo N°2391 reconoce las voces de Alcaíno y
Lara. Afirmó que Lara consulta sobre el precio de los perfumes y señala que recién
tenía el almacenaje. Alcaíno dice que se fije bien en las marcas de los perfumes y
que fue a ver a una clienta que tenía especies de las marcas “Luis Vuitton” y que
se los estaban “cagando”. En el correlativo N°2400 reconoce las voces de Alcaíno
y Lara. Afirma que Lara indica que estaban llenos de muñecas como las que tenían
ellos. Alcaíno indica que a más disponibilidad le perjudicaba en el precio. Lara
dice “los huevones de aduana son los que más ganan”. En el correlativo N°2403
reconoce las voces de Lara y Avilés. Lara le dice ¿estás en huelga? y Avilés le
responde “no, yo no”.
Conforme el correlativo N°2505 distingue las voces de Lara y Avilés.
Indica que éste le señala a Lara que la actividad se iba realizar en SAAM y que
debía poner un mínimo de cajas. Avilés indica que iba avisar sobre la cuenta para
un depósito. En el correlativo N°2537 reconoce las voces de Avilés y Lara.

162
Señala que Avilés le indica a Lara que utilizaran un camión distinto al de la vez
pasada que iba sin patente y que fuese un chofer “más vivo”. Avilés le indica
también que compren una carpa porque iban a seguir en esa actividad. Avilés le
envía por mensaje de texto la cuenta Rut para el depósito. Afirma que el mensaje
se vio conforme al sistema vigía. En el correlativo N°2652 reconoce las voces de
Avilés y Lara. Lara le señala que debía enviarle otra cuenta porque en la anterior
solo se podían hacer depósitos o de hasta dos millones mensuales y que ya le había
depositado con anterioridad. En el correlativo N°2692 reconoce las voces de
Avilés y Lara. Expone que Avilés le dice que ya le envió la cuenta y que le avisara
cuando estuviese listo el depósito. En el correlativo N°2706 reconoce las voces de
Lara y Alcaíno. Expone que Alcaíno le dice que le envíe las cuentas y que las
borrara. Lara le dice que necesitaba un camión y Alcaíno le responde que estaba
viendo el tema de una carpa.
Conforme el correlativo N°2716, reconoce las voces de Alcaíno y Lara.
Afirma que Alcaíno le dice que le va enviar los datos. Lara le señala que debían
pagar a los externos. Alcaíno le manifiesta “dame el horario para que esté ahí y
que es más lento que la chucha”. Lara indica voy saliendo para San Antonio.
Conforme el correlativo N°3591 reconoce las voces de una persona y
Alcaíno. Señala que hablan de la necesidad de hacer un pago. Alcaíno le dicta
unos números de una cuenta. Dice que la cuenta estaba relacionada a unos de los
mensajes previos. A su turno, en el correlativo N°2765 reconoce las voces de
Alcaíno y Lara. Indica que el primero le señala que estaba listo el depósito.
Se le exhiben otros medios de prueba N° 5, y en la fotografía N°1, la
testigo reconoce un mensaje del sistema vigía. Se indica el número que recibe y
envía, luego la fecha 30 de abril de 2014, “Banco Estado, Nelson Lara, chequera
electrónica 239713170-8”. Le exhiben otros medios de prueba N° 19, y en la
fotografía N°2, refiere que indican teléfonos de envío y recibo, mensaje cuenta
N°8581889, Héctor Valenzuela Silva, Banco Estado, de fecha 26 de noviembre de
2014; en la fotografía N°8 reconoce la captura de los números de los teléfonos,
“fecha 26 de noviembre de 2014, Banco Estado, cuenta Rut 12641731-4,
Mauricio Rivera Mesa”.
A su turno, conforme el correlativo N°2772 reconoce la voz de mensaje voz
enviado a Lara Mesa, dándole cuenta de una tercera clave para hacer una
trasferencia. Llamado efectuado en teléfono interceptado de Lara. En el
correlativo N°2774 reconoce las voces de Lara y Avilés. Lara le dice está todo
listo, te mandé el mensaje con los datos del chofer. Avilés le informa el horario de
carga.
A la testigo entonces se le exhiben otros medios de prueba N°19, y en la
fotografía N°3 reconoce un mensaje del sistema Vigía en que se envían datos del
camión desde el teléfono de Alcaíno. Indica Carlos Bascuñán, Rut y fonos
“95964337” y “92917501”; en la fotografía N°4 reconoce un pantallazo del
Sistema Vigía, relativo a intercambio de información entre teléfonos de Avilés y

163
Lara, en la primera línea el número de Avilés 56997016842. Al lado el 569548598
de Lara. Fecha 27 de noviembre de 2014 a las 17:08 horas, con texto “Ok”. Indica
que en la última fila de la imagen en la segunda columna señala el N°5654855898
de Lara y el de Avilés 56997016842, 27 de noviembre de 2014 a las 09:55 horas.
Afirma que los mensajes estaban ordenados de forma no cronológica. Un mensaje
entre Lara y Avilés, “tipo de entrega Carlos Bascuñán, está listo. Luego en la
tercera línea entre Lara y Avilés a las 1355 horas del mismo día, el mensaje dice
“tipo entrega OK, estará a las 15:”, luego mensaje de teléfonos de Lara y Avilés de
fecha 27 de noviembre de 2014 a las 17:06:56 “el viejo dice que está afuera, tipo
de entrega”.
Conforme el correlativo N°2808, reconoce las voces de Lara y Alcaíno.
Lara esperaba de Alcaíno el dinero para hacer los pagos al almacenista. En el
correlativo N°2866, reconoce las voces de Alcaíno y Lara. Señala que Lara le
dice que estaba lista la salida de las especies desde el almacén extraportuario. Lara
le manifiesta que el viejo ya iba en camino. Alcaíno le pregunta si acaso iban
hacer algo más grande el lunes. En el correlativo N°2946, reconoce las voces de
Lara y Avilés. Indica que Avilés le dice que debe repetir que es Saam y que
cuando llegue a la rotonda se haga a un lado y se estacione. En el correlativo
N°2968 reconoce las voces de Alcaíno con Lara. Lara le pregunta si tenía algún
número. En el correlativo N°3728 reconoce las voces de Lara y Avilés. Refiere
que éste le indica que hable luego porque están sospechando. En el correlativo
N°3020 reconoce las voces de Avilés y Lara. Lara le dice que el camión iba
recién.
Conforme el correlativo N°3769 reconoce las voces de Avilés y el chofer
del camión. Indica que Avilés se identifica como el amigo que le pasó recién los
papeles y le instruye que si lo controlaban debía decir que lo dejaran pasar porque
el funcionario iba más atrás. El chofer le contesta que no le escucha porque iba en
túnel. En el correlativo N°3021 reconoce las voces de Lara y Alcaíno. Lara dice
que salió hacía cinco minutos y Alcaíno le responde que le avisaba cuando
llegaran. En el correlativo N°3781 reconoce las voces de Avilés y Lara. Indica
que éste le señala a Avilés que iba hacia allá y Avilés le responde que el chofer iba
más nervioso que la “chucha” y que lo iba escoltando. En el correlativo N°3066
reconoce las voces de Alcaíno y Lara. Alcaíno indica que el camión llegó recién.
También le indica que el camión iba cargado hasta atrás y que las especies
llegaron bien y que le enviaría una foto. En el correlativo N°3077 reconoce las
voces de Avilés y Lara. Explica que Lara le informa que el camión ya lo estaban
descargando. Dijo que acuerdan juntarse temprano a mitad de camino en el lugar
de siempre. En el correlativo N°3090 reconoce las voces de Avilés y Lara. Dice
que Lara le manifiesta que quedó en juntarse en Casa Blanca. Avilés le indica que
quedó en juntarse con el “H”. Avilés le señala que había dos cosas más adelante.
Avilés le indica que las cosas “Paco Rabone” iban cambiadas.

164
Conforme el correlativo N°3103, reconoce las voces de Alcaíno y Lara.
Afirma que Lara le indica que no puede sacar fotos a las toallas con monos. Lara
le indica que en la noche iban refuerzos para Los Andes y que iban tres amigos.
Lara le indica que iban camiones con fuegos artificiales. Alcaíno manifiesta que
ya no iban a seguir con el tema de las muñecas porque estaban tomadas por la
calle.
Conforme el correlativo N°3123, reconoce las voces de Lara y Avilés. Dice
que Avilés le señalaba que tenía “problemas con los huevones” y que no era un sin
vergüenza por cuanto ya que había realizado varias acciones previas. En el
correlativo N°3977 reconoce las voces de Hernández y Alcaíno. Explica que éste
le relata a Hernández que estaba cansado que insistieran en llamarlo para la
entrega del dinero.
Conforme el correlativo N°4116 reconoce las voces de Avilés y Lara.
Señala que Avilés le dice que era verdad, que vio unas camionetas y que no quería
entrar a la oficina. Avilés manifiesta que estaba “terrible de urgido”. En el
correlativo N°3302 reconoce las voces de Lara y Avilés, en que éste le dice al
primero que estaba “más asustado que la chucha”. En el correlativo N°3341
reconoce las voces de Lara y Avilés. Expone que producto de que Lara no pudo
ubicar a Alcaíno había un saldo de dinero pendiente. Avilés estaba preocupado.
Por último, conforme el correlativo N°3412, reconoce las voces de Avilés y
Lara. Señala que Avilés le señala que había arriesgado su trabajo. Avilés le indica
que era la única mano que le quedaba y plantea que estaba complicado por su
trabajo y esperando el dinero que le adeudaban para pagar a las otra personas para
sacar las cosas desde el almacén extraportuario. Lara le señala que así mismo se
sentía cuando no le cumplían.
La testigo no es interrogada por los demás querellantes.
3.2.- Contrainterrogatorios.
A su turno, contrainterrogada por la defensa de la acusada Maulén
González, expone que cuando fue asignada como oficial escuchadora lo fue entre 1
de octubre de 2013 al 18 de febrero de 2014, por una causa distinta. Se le
contrasta con su declaración policial voluntaria de fecha 15 de noviembre de
2014 prestada ante un funcionario PDI y lee “…con fecha 1 de octubre de 2013
se me asignó a la oficina de inteligencia electrónica y me desempeñé desde esa
fecha hasta 18 de febrero de 2014 como oficial escuchadora de la operación
tangente y los blancos eran Alcaíno, Hernández, Hasbún, Lara, entre otros,
identificados en la investigación”. Dice que no recordaba haber participado en
actividad operativa por esta causa. Indica que participó como oficial escuchador de
las escuchas reproducidas. Afirma que no fueron todas reproducidas porque eran
muchas. Refiere que Karen Maulén González no aparece nombrada en ninguna de
las interceptaciones. Señala que tuvo contacto con los funcionarios policiales
operativos. Indica que hablaban y se comunicaban por radio y teléfono. Afirma
que Karen Maulén González no figuraba como blanco. Afirma que en su calidad

165
no tuvo a la vista alguna resolución judicial que autorizara las escuchas.
Manifiesta que fue el único caso que participó como oficial policial escuchador.
Refiere que cuando fue designada en esa calidad se le asignó una oficina donde
estaba el equipo RT. Indica que en la oficina de inteligencia electrónica estaban
todos los equipos RT. Explica que se ocupaban los equipos y dentro de cada uno
había apostaciones donde llegaba la señal de ciertos números determinados e
intervenidos. Afirma que generalmente se escuchaba utilizando audífonos. Refiere
que cuando se solicitaba una autorización de interceptación era por informe a
Fiscalía. Los oficiales policiales no sabían la vigencia o plazo. Solo las veían
cuando ya estaban cayendo las llamadas en los equipos, con un máximo de 60
días. No tenían las resoluciones a la vista. Manifiesta que en sus diez años de
experiencia policial, nunca ha sido solicitada pericia de voz en su unidad. Afirma
que aparte de escuchadora, también declaró en otra oportunidad en calidad de
oficial operativo o de terreno. Manifiesta que conforme a su experiencia era
importante que un oficial operativo prestara declaración sobre su actividad en
terreno. Indica que no recordaba si algún operativo iba prestar declaración. Refiere
que para el 3 de octubre de 2014 no estaba como oficial escuchadora, no estaba
segura. Refiere que no estaba segura si fue designada en esa calidad a partir del 20
de octubre de 2014. Se le refresca la memoria con la misma declaración anterior y
manifiesta que eso fue efectivo. Afirma que entonces el 13 de octubre de 2014 ella
no participaba de las escuchas. Indica que en relación a mercancía destinada a
destrucción, no recordaba si se refirió a escuchas del 13 de octubre de 2014. Se le
refresca la memoria nuevamente sobre ese punto y señala que las escuchas de una
destrucción decían relación a escuchas del día 13 de octubre de 2014 cuando ella
no estaba participando de las mismas. Indica que no estaba segura si la
identificación del Sr. Avilés se materializó en su declaración. Se le refresca la
memoria con el documento y expresa que antes del 6 de noviembre de 2014, en un
informe policial, señaló que se contaba con la identificación de Avilés, pero eso no
lo dijo en su declaración policial que se le exhibía.
A su turno, contrainterrogada por la defensa del acusado Avilés Trigo,
expone que a propósito de la identificación de Avilés, el 6 de noviembre de 2014
se hizo el informe policial N°253 donde su cliente fue individualizado, porque
antes lo estaba como “NN aduanero”. Dijo que en su primer periodo de escuchas
estaban intervenidos los teléfonos de Carlos Hasbún, Miguel Alcaíno, Nelson Lara
y Fernando Hernández. Indica que no recordaba desde cuando otros funcionarios
realizaban las escuchas antes que ella, pero fue uno por lo menos. Ella escuchó de
octubre a febrero, unos cuatro meses, y su colega anterior por el mismo tiempo
más o menos. Refirió que tuvo una reunión con ese funcionario para interiorizarse
de las personas escuchadas. Indica que cuando en general se reunían con un
colega hablaban de lo último e información en general. Ella siguió escuchando los
teléfonos que el colega le traspasó. Cuando se retira ella fue reemplazada por el
inspector Diego Díaz y ella le traspasó la información al colega y la interceptación

166
telefónica continuó adelante. Dice que cuando tomó la investigación en ambas
oportunidades tenía el mismo nombre “investigación tangente”. Afirma que jamás
tuvo en consideración antecedentes relativos a la Ley N°20.000. Manifiesta que el
RT graba los diálogos y que ella hacía los resúmenes. Sostiene que en las escuchas
había diálogos de una internación frustrada de un camión con cigarrillos por
Cardenal Samoré. Afirma que los números de los llamados no eran correlativos
necesariamente, dependía de las distintas impostaciones en que caía la llamada.
Indica que también podían cambiar los números cuando se agotaba la memoria del
aparato. Afirma que en los números investigados Avilés nunca habló con Ramírez,
Alcaíno o Chávez. Dice que Avilés no tuvo injerencia de lo pagado respecto de los
cigarrillos de Argentina. Afirma que tampoco tuvo intervención en la designación
y contratación de abogado por el descubrimiento del conductor del camión.
Manifiesta que no estaba segura si se hicieron diligencias para comprobar pagos
de Avilés a Chávez. Dice que en las conversaciones no se colegía que no hubo
contacto de Avilés con personal de aduna de Cardenal Samoré. Afirma que
Chávez negó haber tenido contacto con Avilés para el paso del camión. Señala que
no sabía si fue condenado el conductor del camión. Refiere que no sabía si los
cigarrillos eran originales y si fueron descubiertos en la zona primaria aduanera.
Lara y Avilés en las escuchas hablaron de sacar especies de STI o almacén
extraportuario. Dijo que STI era una entidad distinta de Saam. Indica que en el
trascurso de la investigación se determina que para sacar las especies en
destrucción se presentaba el acta del tribunal, no otro documento con el logo STI.
Refiere que en algunas diligencias vieron documentos propios de cada almacén,
con la sigla STI que significa San Antonio Terminal Internacional. Indica que Lara
y Alcaíno hablaban de muñecas que se vendían en la calle y Alcaíno estaba
molesto porque se afectaba su interés comercial. Indica que Lara decía que había
fugas en múltiples lugares de las mercaderías incautadas. Que en un dialogo se
dice por Hernández que Retamal señalaba que las especies eran de propiedad de
un chino. Dice que no se investigó a Retamal. Refiere que por otra causa se
intervino el teléfono de Iturrieta Venegas. Sostiene que en la operación Tangente
hubo otros tres funcionarios de adunas intervenidos, en diferentes causas.
La testigo, contrainterrogada por la defensa de los acusados Valenzuela
Silva y Rivera Meza, expone que en la pantalla de mostraron imágenes capturados
del Sistema Vigía, relativos a mensajes de texto entre Lara Mesa y Avilés Trigo.
Refiere que no recordaba si a ellos se les investigó la información bancaria, solo a
Alcaíno. Indica que en las escuchas las personas podían no decir la verdad.
Manifiesta que Alcaíno mintió en una oportunidad. Manifiesta que no estaba en
condiciones de decir si los blancos decían la verdad en sus conversaciones. Afirma
que no tuvieron acceso a al teléfono de Chávez porque no fue investigado. Señala
que los perfumes no fueron incautados, solo se hacía alusión a ellos en los relatos
cuando manifestaban que se habían agotado. Dice que cuando fueron a las bodegas
no había perfumes. No recordaba los números de los progresivos. Dice que en el

167
Sistema RT daba los números progresivo según como caían las llamadas. Indica
que en una llamada se hacía referencia 47 pallets y dos camiones, de los cuales
sólo uno con carteras y especies de las marcas Luis Vuitton y Gucci tuvo
importancia. Manifiesta que el caso de muñecas, autos eléctricos, jockey y
zapatillas, solo en el caso de zapatilla hubo movimiento de dinero que no se
expresaron en movimientos bancarios. Refirió que solo las zapatillas estaban
relacionadas a la incautación del primer hecho. Manifiesta que los “tres amigos”
no eran conocidos y que fue Lara quien hizo referencia a ellos. Dice que entendía
que eran funcionarios indeterminados de Aduanas.
Asimismo, contrainterrogada por la defensa del acusado Alcaíno Aleu,
manifiesta que las primeras escuchas relativas a las conversaciones entre Lara y
Avilés, era éste último quien le proponía en base a la información privilegiada que
mantenía sobre las especies dispuestas para destrucción en los almacenes extra
portuarios. Dice que las conversaciones versaban sobre la venta de las especies.
Refiere que Lara no le proponía abiertamente que hiciera o dejara de hacer algo
porque las funciones estaban claras. Indica que acordaron un valor que Lara se lo
trasmitió luego a Alcaíno que era el financista. Indica que había un regateo o tira y
afloja sobre los precios, una oferta y demanda y luego un acuerdo de valores.
Indica que en el “hecho carteras” el monto acordado fue 15 millones. Afirma que
hubo pagos conforme se vio en las vigilancias, en particular la entrega de un
cheque. No se registran pagos en efectivo. Afirma que al momento de verificarse
las detenciones se encontraron algunas carteras y otras especies en las bodegas.
Afirma que Lara y Alcaíno hablaban sobre las carteras. En cuanto al hecho
“contrabando Osorno”, refiere que hablaban Ramírez y Alcaíno. Indica que
Ramírez le plantea hacer un negocio para ingresar cigarrillos por el paso Cardenal
Samoré y si conocía a Chávez para que los ayudara hacer el paso “free pass”.
Indica que después Ramírez le pregunta a Lara quien le dice que conoce a Chávez
y a Avilés luego le hace la misma consulta. Manifiesta que Lara decía que Chávez
era complicado porque se tomaba en serio el trabajo pero era un tipo “derecho”.
Dice que cuando Alcaíno habla con Lara le “da a entender” que tenía contacto
directo con Chávez. No le dice que era contacto directo. Manifiesta que en las
escucha Alcaíno no tenía contacto con Avilés. En las escuchas no le indica nada
sobre el intermediario Avilés. Dice que el dinero era para Chávez. Refiere que
según Lara el Sr. Chávez iba hacer las gestiones para dejar pasar el camión a
Osorno. Manifiesta que por la información obtenida de las escuchas, no hubo
conversaciones entre Chávez y Avilés. Afirma que eso fue reflejado solo en los
mensajes de texto de Avilés. Indica que hábiles físicamente estaba en San Antonio
y no cumplía ninguna función en Aduanas de Osorno. Indica que Avilés entonces
sí hacia una intermediación con Chávez. Manifiesta que en una escucha Lara le
dice que le daba una garantía de seguridad al 200%. Indica que Lara le pide un
dato a Alcaíno sobre el camión, la patente, color, el número de MG y nombre del
chofer. Dice que Alcaíno no tenía los datos, pero dijo que los iba a conseguir.

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Afirma que fue Ramírez quien proporcionó esos datos. Refiere que cuando
detuvieron al chofer, éste contacta a Ramírez y le dice que estaban revisando el
camión. Dijo que luego Ramírez se lo comunica a Alcaíno quien le indica que iba
hacer las consultas respectivas con su contacto y luego de aquello le pide
tranquilidad y le informa que le iban a entregar el camión. Señala la funcionaria
que no se hizo la entrega y Ramírez llama varias veces a Alcaíno y le pide que
averigüe qué sucedió con el contacto y Alcaíno le da una explicación. Indica que
Alcaíno obtuvo esa información la de Lara. Dice que luego Ramírez y Alcaíno
hablan de otra situación y un determinado “punto de carga”. Indica que en Osorno
al final fueron incautadas las especies y el camión. Dice que se suponía que
Chávez iba a arreglar el tema. Indica que no sabía si Chávez subió al camión
incautado. Señala que respecto de ese camión se abrió un proceso y se entrevistó al
conductor. Afirma no saber el resultado de la investigación. En cuanto al hecho
“Perfumes”, dice que no se encontraron las especies. En las escucha se decía que
se habían acabado los perfumes. Dice que en las escuchas no se especifica cuáles
perfume se terminaron. Indica que Avilés habla con Lara sobre la incautación de
imitaciones de perfumes, de las marcas Paco Rabanne y 212. Que Alcaíno le dice
que no eran verdaderos, que tenían los nombres “Paco Robone” y “12 y 12”. Dice
que hubo una oferta de precio y regateo. Indica que se acordó un valor de 9
millones. Alcaíno conversó con Hernández para tener una idea del valor de los
perfumes y éste le señala, según su experiencia y averiguaciones, cuanto salían y a
cuanto los vendían otros comerciantes. Refiere que Alcaíno con Hernández y
luego con Lara hacen propuestas y contrapropuestas y acuerdan un precio. Indica
que Alcaíno le da una excusa a Hernández, que iba a demorar el pago y que si lo
contactaba Lara dijera que fue detenido por PDI por un problema de ropa interior.
Indica que Hernández luego le trasmite a Lara esa información. Dice la testigo que
en su experiencia no sabía si era normal que un supuesto jefe diera ese tipo de
excusas o tuviera ese comportamiento. Indica que no hay fotos del ingreso del
camión a la bodega. Refiere que se hizo la vigilancia en la misma calle del
edificio. Afirma que no se verifica su hubo descarga del camión.
Por último, contrainterrogada por la defensa de los acusados Hernández
Salas y Lara Mesa, manifiesta que el primer periodo de escucha que realizó fue
desde octubre de 2013 a febrero de 2014. Afirma que en el caso concreto al
parecer se deja constancia en su hoja de vida sobre su designación como agente
escuchadora. Indica que en ese periodo se acompañó escuchas y transcripciones a
ambas causas, la que estaba en Iquique y luego a la de San Antonio. Dice que esas
trascripciones se acompañaron en un informe. No sabía cuándo se enviaron
respecto de la denuncia de San Antonio. Dice que no estaba segura si se
acompañaron las trascripciones. Refiere que a su juicio era importante haberlas
acompañado. Dice que en ese mismo periodo eran objeto de investigación un
funcionario público llamado Samuel Iturriaga Venegas, que trabajaba en la
Aduana de la ciudad de Iquique. Afirma que no se escucha que éste haya hecho

169
algo o dejado de hacer algo a cambio de dinero. Indica que según sus colegas que
estuvieron en las escuchas, sí realizó algún hecho. Manifiesta que los colegas
policiales le refirieron que si hubieron conversaciones de interés. No recuerda el
hecho concreto. Afirma que fue el funcionario policial Díaz quien hizo las
escuchas anteriores. Indica que si se hubiese escuchado a Iturriaga cometer un
delito, debió ser trascrito en un documento. Dice que ella no lo vio. Indica que en
su periodo de escuchas ella no escuchó delito de parte de Iturriaga. Afirma que sí
escuchó el nombre de Arnaldo Torres Ramos, que es un funcionario de Aduanas
relacionado con Lara. Indica que no escuchó que haya hecho algo o dejado de
hacer algo a cambio de dinero. Manifiesta que no hubo escuchas de Iturriaga
porque era de otra causa. Indica que si se hizo diligencias investigativas sobre las
actividades comerciales de imputados. Dice que Alcaíno comercializaba en
Estación Central; que Hernández tenía una galería en calle San Antonio en
Santiago; y que Lara veía temas aduaneros. Indica que los dos primeros se
dedicaban al comercio e internación de productos. Afirma que las personas de la
organización en cierto grado se tenían desconfianza y sentían que no se decían la
verdad. Manifiesta que en un audio se dice que estaba en El Pinar 205. Dice que
en las escuchas parece el número de bodega y se plasma en el informe policial.
Dice que Avilés a Chávez le iba a enviar algo en la valija institucional de
Aduanas. Afirma que por lo que da entender Avilés, Chávez no requería pago.
Dice que no se hizo investigación sobre el envío de la valija porque no era
necesario, pues se trataba de un hecho futuro. Indica que una vez que se toma
declaración a Chávez, se le pidió su número de teléfono que no fue interceptado.
Manifiesta que tampoco se averigua el tráfico de sus llamadas. Indica que en los
audios relativos al hecho “Contrabando Osorno”, hubo conversaciones entre
Ramírez y Alcaíno. Señala que fue Ramírez quien propuso el negocio. Indica que
solo se intercepta un teléfono de Avilés, pese a que podía tener otros usados para
otros fines. Afirma que en Osorno se detuvo al chofer del camión. Indica que eso
lo supo un día que no recuerda, fecha hasta la cual no fue condenado. Indica que
ella no denuncia ese hecho. Indica que supo que el policía Concha tuvo contacto
con la unidad que llevó el caso. Dice que no recordaba si eso se le comunicó al
fiscal. Afirma que Contreras fue un funcionario operativo de la PDI que falleció
durante un seguimiento a Avilés. Dice que eso ocurre el día 8 de mayo de 2014.
Refiere que no sabe si fallece con anterioridad al reconocimiento de Avilés.
Indica que ese hecho ocurre al parecer en el peaje de Lagunillas. Dice que ella
estuvo fuera del país en ese periodo, desde marzo a julio de 2014. Afirma que
fueron parte del equipo se seguimiento los Inspectores Carlos Fuentes y Tamara
Molina. Dijo que no sabía si fueron citados como testigos al juicio oral.
4.- Declaración del testigo Manuel Farías Farías, cédula de identidad
N°8.107.510-7, funcionario del S.N.A.
4.1.- Interrogatorios.

170
Dicho testigo, interrogado por el M.P., señala que trabajaba en el S.N.A. de
San Antonio, desde 1987 en que fue contratado definitivamente, pero trabajó 3
años antes a contrata en el servicio. Indica que el 2014 era fiscalizador, revisaba
mercancías, documentos, aforo físico. Se desempeñaba en el andén de S.T.I., en el
recinto portuario, zona primaria. Refiere que el 7 de mayo de 2014 se le asignó
una carpeta que amparaba un contenedor, que tenía aforo físico y debía realizar la
revisión de dicha mercancía. Explica que tienen un jefe de unidad quien va
designando las carpetas entre 6 funcionarios fiscalizadores. Esa era una carpeta,
declaración de importación, decía que las especies eran tenedores y otros
artefactos. Indica que lo primero que hizo fue ingresar la carpeta al sistema
computacional, que arroja un filtro, pero en este caso esa era una carpeta que se
había seleccionado por riesgo local, que analiza la unidad de análisis de riesgos,
que lo ofician y dicho documento lo faculta para realizar el aforo físico, dicha
unidad está ubicada en el puerto, y son funcionarios subalternos del administrador
de Aduanas del puerto, que en ese tiempo era Teresa Moreno. En dicho documento
iban contenedores para el aforo físico. El contendor era el CSC Bilbao, que
provenía de Panamá. Expone que revisa la carpeta por riesgo local y se dirige al
contenedor y compara, sacando toda la mercancía al romper el sello. Cuando
sacaron la carga solo encontraron pacas con cigarrillos, cuando lo declarado eran
otras cosas. Refiere que la empresa que importaba se llamaba ASIPAC, con
Francisco Pardo Mondaca como agencia. Relata que verificado esto, sacaron toda
la carga del contenedor, desconsolidaron, hicieron un conteo y verificaron la
mercancía que venía dentro de las pacas, cigarrillos, hicieron conteo y luego emite
un acta de incautación que le hace llegar al almacenista, empresa portuaria,
quienes les reciben a través de un “DRES”, constancia que tiene un numero e
indica la cantidad de bultos y el peso, así como el consignatario ASIPAC. Esa
carga quedó retenido en S.T.I., almacenista. Expone que lleva 15 años como
fiscalizador. Explica que si se produce un delito en zona primaria, con mercancías,
es S.N.A. y no PDI ni Carabineros, cuestión que por ley faculta a Aduanas.
Explica que en un delito de mercancías es un tema netamente aduanero, y si la
policía lo sabe tienen la obligación de información al administrador para coordinar
qué hacer. Señala que estas cosas se manejan más en privado. Se le exhibe el
documento N°17 de la prueba de cargo, e indica que lo reconoce porque lo
confeccionó, siendo una denuncia por infracción al artículo 168 de la Ordenanza
de Aduanas, de fecha 7 de mayo de 2014, lo que corresponde al hecho relatado.
Se le exhibe el documento N°18, e indica que también lo confeccionó, acta de
incautación que realizó para entregar las especies al almacenista, dando cuenta de
la cantidad de mercancía, contenido e indica el puerto de embarque, el número de
manifiesto, agente y declaración de importación, la que confecciona el agente de
Aduanas conforme el documento de base, el B.L., factura, seguro, Packing List y
una declaración de impuestos por los cigarrillos del S.I.I. La factura del extranjero
se denomina Invoice. Explica que la factura indica valor unitario y total de las

171
mercancías y el nombre del exportador en el extranjero, y el Packing List es un
ordenamiento de cómo viene la carga en el contenedor. Refiere que en la denuncia
no se indica el número de B.L., pero si en el acta de incautación, el que en este
caso es el MSCUPA238364 de Balboa, Panamá. Indica que no se consigna el
número de contenedor en el acta, porque el contenedor no queda retenido sino solo
la mercancía. Se le exhibe el documento N°19 de la prueba de cargo, e indica que
es el informe en el que da cuenta del hallazgo, con fecha, e indica el número de
oficio de riesgo local y el número del contenedor CXDU117582-7. Refiere que en
el informe se consigna el valor de la incautación, lo que fue $837.597.000,91, en
dólares. El documento es una copia pero está claro que lo confeccionó. Se le
exhibe el documento N°20 y refiere que es la declaración de importación,
denominado D.I.N. Explica que la recuerda porque le tocó esa carpeta y revisó la
carpeta siendo ese el documento madre en base al que revisa todo lo demás.
Refiere que sin ese documento la carga no se podría despachar del puerto. En este
caso ese documento dice “tenedores de acero, digital con medidores de
temperatura”, si bien está incompleto. Esa es a la declaración del contenedor que
relata. Se le exhibe el documento N°21, e indica que es de la agencia de Aduanas,
si bien no es importante para ellos, porque solo habla de la empresa, la “ETA” del
barco. Se le exhibe el documento N°22 e indica que lo reconoce porque en base a
él le cambia el perfil a la declaración de importación, el Oficio N°70 de la Unidad
de Análisis de Riesgo, cuando una declaración de importación no tiene aforo, en
base a ese oficio lo cambia de “libre” a “físico”. Indica que para cambiar aforo
físico deberían venir los sellos cambiados, o cuando un contenedor sufre golpes en
viaje y se desprende la cerradura de arriba. Refiere que le deja la inquietud al jefe
y el cambia el aforo dando cuenta al administrador. Indica que el análisis de la
unidad de riesgo se hace conectado a otros servicios públicos. Refiere que declaró
en PDI pero por otro tema, por otros contenedores donde habían cigarrillos, si bien
no recuerda que año fue, le parece que en este caso también. No tiene muy claro
que dijo, no lo recuerda. Se efectúa ejercicio del artículo 332 del Código Procesal
Penal conforme su declaración en sede policial el 10 de octubre de 2014, y refiere
que se confundió en esa declaración en relación a que declaró en Valparaíso, no
sabía del tema que se ve ahora, aquí solo sabía por la carpeta, por lo que el
hallazgo fue sorpresa, no sabía eso.
El testigo, interrogado por el querellante S.N.A., explica que el aforo
implica revisar que las declaraciones y las mercancías correspondan, en torno a su
avaluación y clasificación, revisando que venga la cuenta correcta. El aforo es una
revisión documental y física de las mercancías. Explica que el sello es un seguro
que va en la parte de abajo del contenedor, donde se cierran las puertas. Cuando se
constata la disparidad se procedió a sacar toda la carga, conteo y trámites de
retención respectivos. Refiere que el acta de incautación da cuenta de la cantidad
de bultos que vienen. El almacenista expide un “DRES”. Explica que, hecho todo
el procedimiento administrativo, se informa al administrador quien lleva los

172
antecedentes al área jurídica. El delito de contrabando lo descubren en la zona
primaria y no en la calle. Explica que en sus 15 años ha realizado cientos, a lo
miles de aforos. Refiere que lo encontrado eran 458 pacas de cigarrillos, una caja
con 50 cartones de cigarros 448 de marca “Jaisalmer” y 10 de marca “Cumbia
Rojo”.
El testigo, interrogado por el querellante S.I.I., refiere que la finalidad de
pasar los cigarrillos por contrabando es evadir el impuesto, porque en ese tiempo
era un impuesto del 60% más IVA, impuestos muy altos.
A su turno, no es interrogado por el querellante C.D.E.
4.2.- Contrainterrogatorios.
Por su parte, contrainterrogado por la defensa del acusado Alcaíno Aleu,
refiere que no recuerda si en esa fecha se hicieron más aforo. Explica que ese día
se hicieron aforos a 10 a 12 contenedores más, y en esa época eran 6 fiscalizadores
asignados. Explica que el valor de la mercancía se ve con el precio de mercado y
antecedentes de internet. Señala que Jaisalmer es fabricado en la India, si bien no
consulta el previo de la cajetilla en la India. Es el responsable de fijarle un valor,
porque el documento no tenía valor, si bien no es perito, le pone el valor más bajo,
de $2.000., por cajetilla.
El testigo, contrainterrogado por la defensa de los acusados Hernández
Salas y Lara Mesa, refiere que no recuerda los aforos de los días siguientes. Indica
que sin informe de la unidad de riesgos ese conteiner no se hubiera aforado.
Explica que en la información que se le entrega no se señala si hubo denuncia de
la PDI, no supo si ello se le informó a algún superior.
A su turno, contrainterrogado por la defensa del acusado Avilés Trigo, se le
exhibe el documento N°22, Oficio N°70 de la Unidad de Análisis y Riesgo donde
estaban detallados los contendores que había que aforar, no ese mismo día sino en
los venideros, por el cual se le ordena esa actividad. Eso lo hacen considerando
que están conectados con otros servicios, donde van viendo el historial del cliente.
Indica que ese oficio es de 1 de mayo de 2014 y el aforo físico se hizo el día 7 de
mayo. Relata que ese día del aforo no apareció Cristián Avilés Trigo, quien no lo
llamó por el tema en esos días. Aquella persona trabajaba en la oficina central de
la calle Angamos, y por razones laborales se habían cruzado, pero en los días
previos al aforo no se vieron ni nadie fue a su casa por esto. Expone que la carga
ingresa jurídicamente al país cuando se pagan los derechos y gravámenes,
mientras no se paguen aquellos la carga está en la zona primaria y el dueño de la
carga no puede sacarla para venderla, quien debe pagar los impuestos. Explica que
las mercancías pasan al almacenista cuando se detecta un ilícito como
contrabando, y siguen bajo la potestad aduanera. Indica que mientras estén bajo
potestad aduanera la persona aun no puede sacar las especies. El almacenista,
materialmente, está dentro del puerto, si bien hay almacenes fuera del puerto que
son extraportuarios y que siguen siendo zona primaria. El almacenista cobra por
ello, y para retirar las especies debe pagarse al almacenista. Indica que S.N.A. no

173
debe pagar este derecho ni ningún funcionario. Refiere que la mercancía que
produce infracción a propiedad intelectual queda retenida para destrucción, caso
en que el importador también debe pagar al almacenista. No recuerda cuantos
funcionarios participaban en la unidad de análisis el año 2014. Refiere que no sabe
si los cigarrillos eran falsificados, y el problema en este caso no era de propiedad
intelectual.
A su turno, contrainterrogado por la defensa de los acusados Rivera Meza
y Valenzuela Silva, indica que el S.T.I., Puerto San Antonio Terminal
Internacional, es un lugar de almacenaje, y a Saam Extraportuario es un lugar de
almacenaje donde los importadores deciden llevarlos, son zonas primarias. S.T.I.
si tiene almacenes con gente encargada. Explica que en las bodegas va quedando
la carga retenida por temas de contrabando, propiedad intelectual u otros. Explica
que la destrucción hoy en día se hace en Valparaíso, en Los Molles. Refiere que
Saam Extraportuario es privado. Expone que los cigarrillos estaban en almacenes
de S.T.I., los cigarros quedaron entregados por acta de incautación a dicho
almacén.
5.- Declaración del testigo Francisco Pardo Mondaca, cédula de identidad
N°8.107.510-7, Agente de Aduanas.
5.1.- Interrogatorios.
Dicho testigo, interrogado por el M.P., expone que era agente de Aduanas
desde el año 2004. Refiere que su agencia funciona en Santiago. Indica que
declara por un asunto de contrabando de cigarrillos. Manifiesta que en mayo de
2014 estaba en Valparaíso y recibe un llamado de un empleado llamado Alex
Tapia Domingo quien le dijo que llegó hasta a la oficina central un señor de
nombre Gustavo González Cougat, que deseaba hacer una importación. Afirma
que dos días después, sábado, domingo o lunes, un señor que decía ser importador
llegó a la oficina central y conversaron solo seis minutos porque el asunto se lo
traspasó a un funcionario. Afirma que el pago de los impuestos relacionados se
verificó el mismo día. Indica que una vez que fueron pagados los impuestos en
Valparaíso, se programó el retiro del conteiner. Dice que luego, cuando fue a
cargar el camión fue informado por Aduanas que en el proceso de inspección
encontraron cigarrillos de contrabando. Refiere que luego esperaron instrucciones
de adunas y de la policía para los pasos a seguir como empresa. Afirma que
cuando Gustavo González Cougat fue hasta su oficina en Santiago, solo se
identificó con una tarjeta de visitas, en la que aprecia su nombre y profesión.
Indica que no le pidieron identificación. Manifiesta que el sujeto presentó los
documentos de una importación normal, se le recibieron y se le dijo que debía
pagar los derechos aduaneros. Manifiesta que el pago de los impuestos se verificó
el día 6 de mayo en Tesorería, mediante un depósito en efectivo en el Banco
Santander de Valparaíso. Indica que sabía de la efectividad del depósito porque el
cliente daba el aviso. Indica que solo contra depósito se procedía hacer las
gestiones, en caso contrario no se hacía nada. Manifiesta que se le entregaba una

174
copia o padrón de la empresa y luego un pedidor clasificaba los productos. Dice
que en el caso concreto se trataba de productos de cocina. Señala que la
declaración de impuestos tenía el N°1310046246-4 de fecha 6 de mayo de 2014.
Manifiesta que luego se enteró que el día 7 de mayo Aduanas aforo el contenedor
y encontró los cigarrillos de contrabando. Expone que ese día fue temprano a
retirar el conteiner y personal de Aduana le manifestaron que tras el aforo
encontraron los cigarrillos. Señala que no sabía si fue un aforo manual o por
scanner. Señala que el depósito fue en su cuenta a nombre de la persona natural
Francisco Pardo. Manifiesta que la empresa era una importadora del sur de Chile,
al parecer de Concepción. Indica que luego a él lo citaron a Valparaíso y le
preguntaron cómo llegó la persona que llevó los documentos a la oficina. Se le
exhiben documentos N°30 y N°31, y reconoce el primero como el comprobante
de pago de impuestos en cuestión. Dice que corresponde a la operación realizada
por su agencia con el N° 1310046246. Indica que se consignaba el pago de
impuestos a Tesorería con fecha 6 de mayo de 2014; Afirma que el documento
N°31 fue el depósito de la empresa ASIPAC Ltda., de Concepción. Indica que era
un depósito en el Banco Santander por 2 millones por ASIPAC Ltda. Indica que el
depósito se efectuó en la cuenta de su agencia. Manifiesta que el monto de
derechos aduaneros fue de $1.444.651. Refiere que la persona que fue era de baja
estatura, pelo liso engominado y acento extranjero. Indica que después recibió un
llamado de una mujer que decía ser la cónyuge del Sr. Aguad, dueño de la empresa
en cuestión. Afirma que la mujer le señaló que su esposo no fue la persona que
concurrió a la agencia, ya que era grande y narigón.
El testigo no es interrogado por los querellantes.
5.2.- Contrainterrogatorios.
A su turno, contrainterrogado por la defensa de los acusados Hernández
Salas y Lara Mesa, afirma que cuando se toma contacto con la persona que fue a
la agencia, se le pidió el nombre de la empresa en que trabajaba. Dijo que debía
ser una persona que trabajara en la empresa conforme a la buena fe. Indica que no
podía pedirle en extracto de la empresa para hacer un trámite aduanero. Refiere
que la descripción de la persona versó sobre la estatura, tez blanca, cara redonda,
edad aproximada a los 58 años, pero liso canoso y gomina, 65 kilos de peso, sin
barba y acento Venezolano. Manifiesta no recordar un reconocimiento fotográfico.
Señala que el depósito de los 2 millones fue informado al ejecutivo Alex Tapia.
Indica que parte del depósito era para el impuesto y parte para los gastos de
relacionados, al parecer unos 50 mil. Refiere que imaginaba que esa información
estaba consignada en un email de “Gmail”.
Por su parte, contrainterrogado por la defensa del acusado Avilés Trigo,
afirma que no siempre se estaba en la obligación de contratar a un agente de
Aduanas. A veces sí, dependiendo de la situación. Refiere que una de la funciones
de una agencia es retirar mercaderías desde los almacenes portuarios y extra
portuarios. Ice que para ellos se debía pagar un costo, en caso contrario no es

175
posible retirar las mercaderías. Indica que esa carga era responsabilidad del dueño
de la carga, no de los funcionarios del Servicio de Aduana. Afirma que los
almacenistas habilitados eran STI y Saam. Refiere que no es responsabilidad de
los funcionarios del S.N.A.
6.- Declaración de la testigo Marlén Ramírez Pinochet, cédula de
identidad N°10.296.052-1, secretaria.
6.1.- Interrogatorios.
Esta testigo, interrogada por el M.P., indica que esta cesante desde agosto
del año pasado, empezó a buscar trabajo desde noviembre. Trabajaba en una
empresa de inversiones, y en la agencia de Aduanas trabajó desde 2012 a 2016,
Francisco Pardo Mondaca, que funcionaba en Alameda frente al cerro Santa Lucia
y luego se cambiaron, alcanzó a estar un año ahí, en esquina Moneda al llegar a
Manuel Rodríguez. Refiere que era secretaria recepcionista en dicha agencia de
Aduanas y le parece que en 2014, un día llegó una persona de PDI a entrevistarse
con su ex jefe Francisco Pardo, y llegó a su escritorio a decirle que tenía que
presentarse como testigo en Valparaíso en cierta fecha que no recuerda, tendrían
ambos que ir a la PDI con otro compañero de trabajo y ella se molestó porque ni
siquiera le preguntaron y él dio su nombre y conversó entonces con una prima
defensor público que le dijo que podía no ir, pero el día que su jefe fue con su
compañero de trabajo, la persona de la PDI la llamó a la agencia y le dijo que
efectivamente podía no ir a dar testimonio pero que si luego el fiscal lo requería
igual debería comparecer. Refiere que ella se asustó pero compareció, le dijo a la
persona que no entendía mucho porqué estaba ahí, y se le dijo que tratara de
recordar sobre quien había llegado a entrevistarse con Alex Tapia que era el
ejecutivo que supuestamente había atendido a dicha persona. Explica que trató de
hacer memoria pero que como recepcionista no estaba más de un minuto con cada
usuario, recordó que esa persona llegó y le preguntó por Alex Tapia, llamó al
ejecutivo y llegó aquel y se lo llevó a su escritorio. En la recepción no se guardaba
registro. Refiere que logro recordar que era una persona de 1.60 mt., mediana
estatura, pelo liso y canoso y de tez blanca, que apareció con terno oscuro con
camisa y corbata. Refiere que esto ocurrió en el 2014, si bien no recuerda en qué
fecha. Indica que llegó en 2012 y Tapia llegó después a trabajar, y se fue en 2016
y ahí seguía allí. Refiere que se enteró que no está trabajando ahora porque en la
sala de testigos su ex jefe le dijo que ya no trabajaba en la agencia.
La testigo no es interrogada por los demás querellantes.
6.2.- Contrainterrogatorios.
La testigo no es contrainterrogada.
7.- Declaración del testigo Gustavo Estay Escobar, cédula de identidad
N°12.447.730-1, funcionario de la Policía de Investigaciones.
7.1.- Interrogatorios.
Dicho testigo, interrogado por el M.P., refiere que declara por una
investigación desarrollada en la brigada de delitos portuarios que tiene asiento en

176
calle San Francisco N°261, de Valparaíso. Ellos revisaban todo lo que era relativo
a contrabando e infracciones a la propiedad intelectual e industrial. Recuerda que
se trata de una investigación de agosto de 2014, referida a estos delitos, de la
empresa ASIPAC. Indica que era una importación de menaje de cocina, y
comenzó a analizar la información de que disponía y pidió información al área
jurídica del S.N.A. información que se le envió vía correo electrónico, donde venía
el B.L., Packing List, la factura y otros documentos relativos al contenedor.
Expone que el agente interventor fue un agente de Aduanas de nombre Francisco
Pardo Mondaca, a quien citó a la unidad y se presentó el 8 de septiembre de 2014
junto con un ejecutivo de la agencia, Alexis Pinto Domingo, procediendo a
tomarle declaración al agente de Aduanas quien refiere que el 2 de mayo se
presentó en la agencia una persona de nombre Francisco González Ugarte, tez
blanca, pelo canoso, barba corta, bien vestido y de terno, y señaló que quería hacer
una importación de mercancía proveniente de Panamá, le señala que se
confeccionó la D.I.N., documento único de entrada, y se le pagó por sus servicios
en efectivo depositado en Banco Santander. Agrega que finalizada la declaración
le toma declaración a Alex y aquel le ratifica que los pagos fueron en efectivo,
haciéndole entrega de copia del depósito y otros documentos más, de lo que dejó
registro mediante acta de entrega voluntaria, lo que remitió junto con el informe a
la Fiscalía. Señala que luego procedió a entrevistar a la secretaria de la agencia,
Marlén Farías Pinochet, quien le ratificó que había ingresado a la agencia una
persona de aproximadamente 55 años, tez blanca, canoso, barba corta, quien vino
derechamente a preguntar por Alex, con quien ingresaron a la oficina para
concretar el servicio. A raíz de ello procedió a citar al fiscalizador de la aduana,
Francisco Farías Farías, quien le señaló que en el contenedor se incautó alrededor
de 458 pacas de cigarros a través del aforo físico, efectuándose inspección de
escáner en el contenedor. Refiere que citó a la persona de nombre Francisco y
aquel le indicó que nunca había trabajado con esa agencia de Aduanas sino con
otras y que nunca solicitó la importación de los productos que estaban incautados,
las pacas de cigarros. Aquel le indicó que no había contratado ese servicio. Expone
que Francisco era una persona alta, de ojos celestes, lo que en parte coincidía con
las características que se le dieron, por lo canoso y el color de ojos, era de
contextura delgada. Refiere que no recuerda la contextura y estatura de Francisco
González, la comparación la hizo por las características de las personas que
hicieron los testigos en sus declaraciones. No supo necesariamente que era él,
porque no había grabaciones. Presumió. Refiere que mide 1.82 mts. y estuvo
parado frente a Francisco González Cougat, y tuvo a esa persona al frente y dicho
sujeto era más bajo, probablemente, si bien no recuerda. El sujeto tenía residencia
en Rancagua, y no recuerda si verificó su versión. Se le exhibe el documento
N°31 de la prueba de cargo, e indica que es un comprobante de depósito, no
reconociendo en principio la mención de Anexo N°4, si bien reconoce que el
mismo responde al informe policial N°271 de su unidad, de 24 de octubre de 2014,

177
que remitió a la Fiscalía de San Antonio. Expone que es un comprobante del
Banco Santander que le exhibió el tramitador de la agencia de Aduanas, lo que
coincide con la cifra de $2.000.000.- que se pagaba por las operaciones. Refiere
que el día 8 de septiembre tomó la declaración.
No hay interrogatorio de los querellantes.
7.2.- Contrainterrogatorios.
A su turno, contrainterrogado por la defensa de los acusados Hernández
Salas y Lara Mesa, indica que tomó declaración a Francisco Pardo Mondaca,
agente de Aduanas, a Ramírez Pinochet y a Alex Tapia Domingo. En sus
declaraciones coincidían las versiones, Marlén describía una persona de 55 años y
Alex de 58, y el rango de estatura no pasaba más allá de 1.70 mts. Se les
entregaron características físicas de la persona. No podía hacer un reconocimiento
fotográfico en base a esas características poco concordantes, si bien aparentemente
coincidían, pero no tenía una imagen física porque en el lugar donde fueron a
contratar los servicios la agencia no tenía cámaras. Refiere que a esa fecha no
había sospechosos por cuanto estas personas se presentan solo una vez en la
agencia de Aduanas, y las posteriores comunicaciones son a través de correo
electrónico o teléfono. Refiere que no declaró en sede policial. Se le exhibe
documento incorporado conforme el artículo 336 del Código Procesal Penal –
en relación al correo electrónico enviado al M.P. por parte del funcionario
Concha Cire–, y refiere que no conoce al funcionario Concha Cire, desconocía el
correo, e indica que Concha Cire es de la “BRICO” de Santiago, y no lo sabían
pero tenían investigaciones paralelas que ellos desconocían como unidad, y
cuando supo que ellos estaban investigando a una persona por Contrabando, supo
recién de esta situación, cuando colegas dijeron que habían contenedores que
serían despachados camino a Melipilla. Esto lo supo porque unos colegas
chocaron en San Antonio y fallecieron, y ahí supieron de la investigación paralela,
sin saber que estaban investigando lo mismo. Esto debió ser anterior a la toma
declaración de esas personas, porque el accidente fue después, por lo que al tomar
declaración no tenía idea de la investigación de la brigada de Santiago, que iba al
mismo lado. Agrega que la persona habría ido a la agencia el 2 de mayo, y la
orden para investigar le llegó el 12 de agosto de 2014, que llegó desde el fiscal
Zapata.
Este testigo, contrainterrogado por la defensa del acusado Avilés Trigo,
indica que pudo repasar los informes, y está seguro que la orden fue de 12 de
agosto de 2014, e individualiza al fiscal como Ramón Espinoza Sapag. Pertenece a
la BRIDERPO. Reitera que las declaraciones las tomó en septiembre y en octubre.
Señala que esta otra unidad estaba investigando a determinada persona, pero no
tenían certeza que aquel sujeto lo traía, ellos investigaban solo ese contenedor.
Argumenta que no estaban coincidiendo las investigaciones, tenían conocimiento
de una persona de apellido Alcaíno pero no sabían que ese contenedor lo traía esta
persona. La información que vincula estos antecedentes fue mucho antes de la

178
entrega del informe, pero no tenían medios de prueba para vincular el contenedor a
esa persona, solo tenían características. Refiere que en el informe solicitó una
instrucción particular para investigar el IP de un correo electrónico, que tenía
relación con ASIPAC y un correo de esa empresa, para solicitar a Cibercrimen y a
Google la IP de dicho correo. Esto lo pidió para saber de qué dirección había
salido ese correo, para así tomar declaración a la persona que hubiera aparecido
como asociada. En su informe no menciona a Alcaíno, porque faltaban ese tipo de
diligencias, y por eso pidió esto al M.P., y desconoce la respuesta a esa petición
porque se fue de la unidad. Refiere que el 24 de noviembre envió el informe a
Fiscalía, con esas declaraciones. Precisa que en ese informe volcó todos los
antecedentes recabados, y ahí no dio cuenta de ningún funcionario de Aduanas
involucrado. No supo de ningún seguimiento en el paje Lagunillas en relación a
algún funcionario de Aduanas, y recién en el fallecimiento de sus colegas supo la
vinculación.
A su turno, contrainterrogado por la defensa de la acusada Maulén
González, refiere que cuando una persona deposita en un banco queda con un
comprobante de depósito esa misma persona, y en este caso se lo exhibió el
ejecutivo de la agencia de Aduanas.
8.- Declaración del testigo Joel Castro Parada, cédula de identidad
N°9.872-436-2.
8.1.- Interrogatorios.
El testigo, interrogado por el M.P., expone que el año 2014 trabajaba en un
supermercado en la ciudad de Rancagua, de propiedad de Gustavo González Puga,
que operaba con la razón social ASIPAC Ltda. Expone que era una
comercializadora, importadora y exportadora de bienes de hogar, como ropa,
accesorios de cocina, herramientas, todos traídos desde Panamá. Afirma que en la
actualidad trabaja en la misma empresa pero con nombre de supermercado.
Refiere que el Sr. Gonzalo Cougar tiene 71 años de edad, mide 1,70 a 1,72 de
estatura, contextura delgada y mantiene el pelo canoso y corto. En relación a la
acusación expone que tenía conocimiento de un contrabando de cigarrillos
realizado a través de la empresa indicada. Señala que en el mes de septiembre fue
contactado e informado por un agente de Iquique que le dio a entender que les
había retenido un contenedor de cigarrillos. Indica que eso era difícil porque no
era el giro habitual y porque los dueños de la empresa eran evangélicos contrarios
a la internación de ese tipo de especies. Manifiesta que les preguntó a los dueños
sobre esa importación y les impuso que habían retenido un contenedor a nombre
de la empresa. Señala que ese fue el único caso. Indica que siempre trabajaban con
el agente de adunas Patricio Larrañaga. Afirma que la agencia vinculada al
contenedor de los cigarrillos no tenía relación alguna a la empresa ASIPAC.
Sostiene que él trabajaba en comercio exterior y se encargaba de gestionar la
internación de especies que los jefes compraban en Panamá. Dice que los jefes en
esa época no habían viajado ese país. Afirma que no internaban de a un

179
contenedor, salvo que quedaba espacio para llenarlo. Indica que declaró en la
policía sobre lo antes dicho. Afirma que el Sr. Cougar interpuso una demanda por
usurpación de nombre porque la persona que supuestamente hizo la gestión se
presentó como él. Señala que su jefe viajaba mucho al extranjero y no tenía acento
foráneo.
El testigo no fue interrogado por los querellantes.
8.2.- Contrainterrogatorios.
A su turno, contrainterrogado por la defensa del acusado Alcaíno Aleu,
refiere que no viajó a Iquique a verificar la información. Dijo que no recordaba el
nombre de la persona que lo llamó por teléfono y le informó que mantenía un
contenedor retenido en San Antonio.
Por último, contrainterrogado por la defensa del acusado Avilés Trigo,
refiere que lo contactó una persona que dijo ser funcionario de Adunas, no de la
PDI.
9.- Declaración del testigo Cristian Cubillos Soto, cédula de identidad
N°,14.147.400-6, funcionario de la Policía de Investigaciones de Chile.
9.1.- Interrogatorios.
Este testigo, interrogado por el M.P., indica que declara por una
investigación por cohecho desarrollada por la “BRICO”, el año 2014 – 2015.
Refiere que esa época se desempeñaba en el grupo operativo y le tocó en un par de
oportunidades hacer vigilancias en el marco de la investigación. El oficial de caso
era Juan Concha Cire. Indica que solo recuerda de uno de los blancos más
importantes a su entender, Mario Alcaíno Aleu. Señala que recuerda dos
situaciones puntuales, y como primera indica que ocurre el 2014 a finales de
octubre, primeros días de noviembre, donde estaba haciendo vigilancia en unas
bodegas de San Joaquín, en calle El Pinar, a fines de octubre se detectó ese lugar,
se hicieron vigilancias tratando de detectar movimientos propios de la
investigación, logrando ver el día 6 una camioneta que iba con cargas que tenían
rayados con plumón textos relativos a Louis Vuitton, que decía como “12 pares”
una leyenda manuscrita, por lo que, conforme coordinación con el oficial de caso,
llevó al seguimiento de una Chevrolet Luv patente CH7445, la que llegó hasta un
domicilio ubicado en Pedro Aguirre Cerda, lo que se informó al oficial de caso.
Precisa que este movimiento fue pasado el mediodía o 13:00 horas
aproximadamente, y las vigilancias siempre se inician a primeras hora de la
mañana. Refiere que la dirección exacta donde se momento la vigilancia fue El
Pinar a la altura del 206, no recuerda cuántos dispositivos estaban apostados, si
bien lo habitual son 2 o 3. Se efectúa ejercicio del artículo 332 del Código
Procesal Penal conforme su declaración en sede policial de fecha 18 de diciembre
de 2014, e indica que el día 6 de noviembre se les entrega la información por el
oficial a cargo, de que Alcaíno Aleu estaría en El Pinar 405 por lo que se dispone
la vigilancia, que se inicia a las 10.30 horas. Agrega que se aprecia bastante
movimiento de vehículos, logrando destacar el manuscrito en esa caja por lo que

180
decidieron seguir esa camioneta y no otro móvil. Se efectúa nuevamente ejercicio
del artículo 332 del Código Procesal Penal, e indica que pudieron detectar la
presencia de Alcaíno Aleu que salió de un móvil que describe, transitando hasta
una sucursal de BancoEstado en Vicuña Mackenna, donde pudieron ver la
realización de depositó en al menos dos cuentas distintas, para luego regresar a la
bodega de calle El Pinar. Precisa que supieron que eran dos cuentas porque uno de
los funcionarios ingresa al banco y observa al hecho, y los números de cuenta
estaban anotados en un papel. Refiere que existió otra vigilancia en calle Carlos
Baldovinos intersección Santa Rosa, que fue cuando se controló un camión
proveniente del puerto de San Antonio que venía con carga ilegal de cigarros, lo
que se realizó en el verano de 2015. No recuerda si participó en otra diligencia o
informe. Precisa que recuerda a Nataly González y a Burdiles en la investigación.
Indica que la investigación inició el primer semestre de 2014.
El testigo, interrogado por el querellante C.D.E., indica que egresó de la
escuela de investigaciones el año 2004, y trabajó en seguimiento entre 2007 al
2015 en la “BRICO” y hoy se desempeña en lo mismo en antinarcóticos. Indica
que la camioneta sale desde la bodega de El Pinar y llega a un domicilio en Pedro
Aguirre Cerda, llegaron con el vehículo y se observa una descarga de las cajas al
inmueble.
El testigo no fue interrogado por los demás querellantes.
9.2.- Contrainterrogatorios.
A su turno, contrainterrogado por la defensa del acusado Alcaíno Aleu,
refiere que sobre la bodega estaba a 20 metros el carro más cercano en la
vigilancia. Indica que en la vigilancia participaron 9 oficiales, no sabe si fueron
citados a juicio. Explica que la distancia de seguimiento del vehículo varía por el
tráfico, si bien se pudo apreciar con claridad las leyendas sobre las cajas. Tomaron
fotografías de las cajas, y ellas se entregaron al oficial de caso. No sabe cuántas
fotografías se sacaron, cuestión de resorte del oficial que entrega el informe.
Precisa que se tomó fotografía del vehículo en cuestión. La bodega vigilada era la
308.
El testigo, contrainterrogado por la defensa de los acusados Hernández
Salas y Lara Mesa, refiere que la vigilancia se hacía sobre el recinto de El Pinar,
no sobre una bodega en específico, en el portón. Precisa que el vehículo que
conducía Alcaíno era el Peugeot, no sabe si se descargó algo de ese vehículo en la
bodega, y tampoco de la camioneta. Cree que se le sacó fotografía a Alcaíno en la
camioneta si bien no sabe quién podría haberlo hecho. Otra persona sacó
fotografías de la descarga, desconoce quién. Precisa que la descarga fue en una
vez, solo cajas. En cuanto al segundo seguimiento tenía por objeto revisar un
camión que venía desde San Antonio a las bodegas de El Pinar, si bien no sabía a
qué bodega llegaba. Estaban esperando que llegara el camión. No se lograba
observar cuál era su carga, estaban en la vía pública, no se sabía lo que contenía
ese camión. El seguimiento lo hicieron porque el oficial de caso y analistas

181
manejaban información relativa a ese camión que traía cierta carga. Refiere que
sabía que la carga del camión era ilícita, lo que se lo informó el subcomisario
Burdiles, si bien no tenía el detalle. Precisa que controlaron el camión y tenía
cigarros, en Carlos Baldovinos, si bien no recuerda el nombre de quien manejaba
el camión, se detuvo a esa persona, ese camión no alcanzó a llegar a destino, si
bien suponían que llegaría a una bodega. Expone que la instrucción era detectar al
camión en la intersección referida, y entendía que tenía que llegar a una bodega, y
el mismo debería de llegar a la bodega de El Pinar, que no llegó porque se
controló, si bien no recuerda por orden de quien ello se hizo. Precisa que el control
se hizo en el verano de 2015. No recuerda haber detenido a alguna de las personas
involucradas, sabe que a Alcaíno no.
A su turno, contrainterrogado por la defensa del acusado Avilés Trigo,
indica que el grupo operativo que integró lo dirigía el subcomisario Fernández,
estaban trabajando en la operación Tangente, la que no tuvo más de un funcionario
jefe de caso, pero uno es el oficial de caso y otro el jefe del grupo operativo de su
grupo, Juan Concha Cire era oficial de caso. Concha no era superior ni de
Fernández. Explica que la brigada funcionaba con grupos de análisis, operaciones
y grupos a cargo de las escuchas telefónicas, los que tienen su labor. Concha
estaba a cargo de análisis y les pide a operaciones que realice vigilancias y a su
turno a escuchas, esto no pasa por organización jerárquica sino por coordinación.
Fernández era su jefe, y no se contactaba con el fiscal sino con el encargado de
análisis y Juan Concha. Refiere que operativamente indica las leyendas pero quien
le da relevancia investigativa era Juan Concha, y le llamó la atención la leyenda
porque no era una caja con logos originales impresos, y la leyenda tenía relación
con el encargo del oficial de caso, quien en este caso no les dio la orden de
ingresar e incautar esas cajas. Precisa que las fotografías se tomaron del viaje de la
camioneta en la vía pública y al llegar al segundo inmueble se aprecia que
descargan cajas, si bien no tomó esas fotografías. No recuerda el nombre del
funcionario que tomó las fotografías, si bien vio que uno de sus colegas tomo
fotografías, las que debieran haber sido ingresadas en algún informe evacuado por
el oficial Concha. Agrega que a las 13:00 hrs. aproximadamente vio a la camioneta
con las cajas, en noviembre. Precisa que la leyenda la pudo ver atrás de la
camioneta, a un par de metros, la camioneta iba cargada con varias cajas. La letra
era oscura, azul o negra, se veía claramente. Solo recuerda que era un número 12
pares, y decía Louis Vuitton. Refiere que no ordenaron la incautación. Refiere que
en la segunda ocasión Concha coordinaba, y pudo hablar con él, y según entiende
todo está relacionado a los mismo blancos, siendo el principal Alcaíno Aleu. No
sabe por qué no se acusa por este hecho, entiende que esta información Concha la
remite a Fiscalía. Indica que eso debió haberse informado a la Fiscalía, no
recuerda el apellido del conductor ni la marca del camión, que era verde, con placa
patente UT, el cual fue controlado en horas de la tarde, si bien no recuerda la hora
exacta. Sabían que el camión venía de San Antonio, y sabía que había teléfonos

182
interceptados de los blancos de la investigación. Refiere que escuchó el nombre de
un funcionario de Aduanas vinculado con la investigación, Avilés Trigo, según lo
que supo de la investigación. No recuerda a qué unidad se trasladó al conductor
del camión y no le tomó declaración a ese conductor, no supo si alguien lo hizo.
Refiere que en esta investigación esas dos son las ocasiones que recuerda con
precisión, si bien participó en otras etapas, por ejemplo respecto de Avilés Trigo,
pero no las nombra porque no recuerda el momento en que lo hizo. No participó
de un seguimiento en peaje Lagunillas, solo recuerda de ahí a un mártir. Sabe que
estaba Williams Contreras, Carlos Fuentes y pablo Araya. Refiere que Williams
Contreras falleció en esa diligencia. Ello no causó rabia en él ni en su equipo
respecto de Avilés Trigo. No sabe si le tomaron fotografías en dicho seguimiento,
si bien es habitual la toma de fotografías, deberían haberlo hecho. Refiere que el
día de la vigilancia de la camioneta, su procedimiento no terminó en la incautación
de esas cajas, y nunca participó de la incautación de las cajas de la bodega. Refiere
que a Avilés Trigo durante el 2014, quizás el 2015, en reiteradas ocasiones le tocó
venir a la zona para seguirlo desde su domicilio en Santo Domingo hasta su
trabajo en Aduanas, lo que informó a Concha.
A su turno, contrainterrogado por la defensa de los acusados Valenzuela
Silva y Rivera Meza, indica que en ese seguimiento no estaba Concha y luego, en
el control del camión, no recuerda si estaba Concha en terreno o en la oficina. No
sabe de dónde venía el vehículo, si bien sabían que el camión venia de San
Antonio, conforme los antecedentes, tenían que controlar todos los camiones. No
se le hizo seguimiento desde San Antonio a Santiago.
Por último, contrainterrogado por la defensa de la acusada Maulén
González, indica que en la operación Tangente es probable que haya estado
involucrado desde que se solicitó a la unidad operativa. Indica que como operativo
no necesitaba saber para qué desarrollaba las actividades investigativas, si para
drogas o para cohecho. Precisó que había blancos investigativos menos
importantes, y recuera una mujer pero no recuerda el nombre. Añade que en este
caso no era necesario simular otros oficios, solo estaban como civiles a pie y a
bordo de vehículos u otros medios. Precisa que el complejo tenía varias bodegas y
la vigilancia era en la entrada, tal vez no era viable obtener fotografías. Al
complejo si se le tomaron fotografías. Cree que el 2014 no estaba vigente como
flujo el WhatsApp. No ingresó a la bodega y desconoce si algún funcionario de
PDI lo hizo. Indica que para solicitar un depósito se requiere de una autorización
para levantar secreto bancario.
10.- Declaración del testigo Eduardo Vásquez Benavides, cédula de
identidad N°8.285.277-8.
10.1.- Interrogatorios.
Este testigo, interrogado por el M.P., refiere que fue citado a declarar por el
caso de Aduanas. Indica que había una carga que era para destrucción y no fue
destruida, era carga que estaba en retención por propiedad intelectual, había

183
carteras Louis Vuitton, lentes y zapatillas. Supo de estos hechos por el diario, por
el periódico “Líder” de San Antonio. Trabaja en Saam Extraportuario en San
Antonio desde 2014, antes lo hacía en Valparaíso. Precisa que lo hizo entre Abril y
Mayo de 2014, y se enteró de estos hechos después que llegó a San Antonio.
Señala que se enteraron que había una situación irregular dentro del procedimiento
de destrucción de carga retenida por propiedad intelectual y ello le preocupó
porque venía desde Valparaíso haciéndose cargo del almacén y sabía que eran
cargas retenidas por Aduanas y ellos mantenían carga de esas condiciones dentro
de su almacén, preocupándose por si estaban dentro de la investigación. Agrega
que averiguó que si había cargas del Extraportuario que no se habían destruido y
se habían retirado por el cliente junto con Aduanas para ser destruido. Retiraba
Avilés de Aduanas y una empresa de destrucción llamada Ambiente Sano. Se
enteró por el diario que no se había destruido. Expone que cuando una carga sale
para destrucción les llega un acta emitida por el S.N.A., y respecto de estas cargas,
de una no tienen el acta de destrucción. Explica que se le pidieron las actas a
Avilés porque él se presentó a destruir las cargas, de lo que se enteró por el
personal que tiene a cargo, del almacén. Refiere que no conoce a Avilés, pero
recibió comentarios de la misma gente que trabajaba en almacén, Juan Carlos
López, encargado, Manuel Lazcano, Eric Machuca, Eduardo Espinoza. Precisa
que se preocupa ya que por ser almacén extraporturario tienen cargas bajo custodia
y responsabilidad, por lo que empezó a investigar quienes retiraban carga y como
lo hacían. Expone que, de acuerdo a la normativa, la carga sale de su recinto con
autorización de Aduanas, no siendo posible otra opción, en el caso de cargas que
van a destruirse, lo que debe hacerse en presencia de un fiscalizador de Aduanas, y
si no se cumple con ello pueden ser amonestados. Están bajo potestad del S.N.A.,
y conforme ello se le puede solicitar la salida o despido del personal involucrado
por no ser de confianza de Aduanas. Estos almacenes son zona primaria, espacio
donde esta autorizados a almacenar sin pagar los derechos respectivos. Precisa que
Avilés era la persona encargada de la destrucción de las cargas por propiedad
intelectual, y pudo determinarlo por un documento en virtud del cual se consultó
ello hace un tiempo, correo electrónico que provenía, si bien no está seguro, de la
misma aduana. Relata que dan servicios a importadores y exportadores y las
cargas pueden ser de cualquier tipo, y las cargas de propiedad intelectual pasan a
su custodia en base a un acta del S.N.A. donde le transfiere la carga. Esas cargas
normalmente salen de un aforo. Indica que en principio era una bodega de
retención y hoy están casi en cuatro. Precisa que cuando las mercaderías ingresan,
tienen la obligación de mantenerla en las misma condiciones, sin deterioro, las
mercaderías las ubican por el “Dres” y acta de recepción. Aduanas se desentiende
porque las cargas pasan a ser de su custodia, y para la salida de esa carga viene un
oficio del M.P. donde se les indica que las cargas están para destrucción, y les
informa que esa carga queda liberada para ser destruida con presencia de Aduanas,
no le basta dicho documento, solicitan entonces la intervención del S.N.A. como

184
su mandante. Relata que la mercadería almacenada paga almacenaje a ellos, y si se
libera para ingresar al país paga el derecho. Refiere que esto lo paga el dueño de la
carga o respecto de quien venía consignada la misma, puede pagar la empresa o su
representante, y ello se verifica por carta poder o porque en el mismo documento
se indica quién. Señala que en San Antonio hay 6 almacenes, CITRAN, Puerto
Columbo, Cibor y uno cuyo nombre no recuerda, más el de ellos, y prontuarios
está C.T.I. y Puerto Central. A su entender no hay diferencias entre ambos
almacenes. Se le exhibe el documento N°49 y N°51 de la prueba de cargo, e
indica que reconoce ese tipo de documento por cuanto consiste en uno de los
documentos que les entrega Aduanas con las mercancías que quedan retenidas, y
respecto del último referido, lo reconoce como un documento propia de la
compañía reconocido como documento oficial ante Aduanas, el “Dres” que emite
Saam Extraportuario, el cual remite el tipo de mercadería que es y la cantidad.
Refiere que por el número de “Dres” y por el B.L. se puede relacionar dichos
antecedentes. Agrega que por el tiempo en que pasa la mercancía en su recinto las
cajas se empiezan a desfondar, ellos deben repararlas o mejorar sus condiciones,
conforme exige Aduanas, esto lo hacen con cinta de ellos o con plástico
transparente. Refiere que esa época estaba Eduardo Espinoza como una de las
personas que normalmente participa en ello, Juan Carlos López como jefe de
almacén en ese tiempo, Manuel Lazcano que ya no está en la empresa y Eric
Machuca que continua allí. Refiere que debe recibir el documento llamado acta de
destrucción, donde viene la firma del funcionario de Aduanas y le a empresa que
destruye la carga dando conformidad de ello. Reitera que estas cargas no habrían
sido destruidas, por la información del periódico y porque en base a eso
empezaron a recopilar información, y lograron juntar los correos en los que
solicitaban la destrucción de las cargas, buscaron información de la
documentación relativa a la normativa de entrega y destrucción de las cargas, y
con eso se hizo un set de documentos donde queda claro quienes participaron en
estas diligencias. Conforme el inciso 5° del artículo 329 del Código Procesal
Penal, refiere que el documento que habría recibido del M.P. viene en un formato
predeterminado, donde se indica quien es la persona que está siendo formalizada
por una carga que no cumple con los requisitos, las que vienen con un logo de una
casita. Se le exhiben al testigo documentos N°33 y N°91 de la prueba de cargo, e
indica que reconoce estos documentos porque son los que archivan, y corresponde
a los que verificó en relación a los despachos, relativos a los documentos que
entiende como del M.P., son los que atribuye al M.P.
El testigo, adicionalmente, es interrogado por el querellante C.D.E., y
refiere que ha prestado declaración por esto 3 o 4 veces, una vez en Aduanas al
fiscal nacional del S.N.A. y en la Fiscalía. Explica que en el caso de mercancías
para destrucción debe pagar almacenaje el dueño o consignatario, y en estos casos
si se pagaron ellos porque a la oficina llegaron pidiendo un descuento porque por
el tiempo en que estas especies estaban en bodega el precio era muy alto, y la

185
compañía en base a eso lo único que cobran a veces a tratar de cubrir los costos de
despacho. Precisa que a solicitar esta rebaja llegó un señor de Ambiente Sano
quien venía de parte del cliente que solicitaba la rebaja por estas cajas, de nombre,
parece, Mauricio.
A su turno, interrogado por el querellante S.N.A., explica que con su
investigación intentaba buscar que los documentos estuvieran en orden.
10.2.- Contrainterrogatorios.
A su turno, contrainterrogado por las defensas del acusado Alcaíno Aleu,
refiere que estuvo presente cuando se pidió la rebaja, y pidió su autorización al
gerente, facturaron. No sabe si el M.P. o PDI le pidieron copia de esa factura.
Indica que su investigación era respecto a si las cargas se habían despachado
conforme la normativa aduanera y no fue a verificar la destrucción. Refiere que es
el jefe del almacén, si bien no está siempre presente. Precisa que está a cargo del
almacén pero no de la bodega, no está cuando llegan todas las cargas, no se entera
de la llegada de las cargas. Las cargas llegan al depósito por manifiesto, y para
destrucción llega un oficio del M.P. y con ese documento más el fiscalizador de
Aduanas se retira. Indica que la autorización no la entrega él.
Por su parte, contrainterrogado por la defensa de Avilés Trigo, Hernández
Salas y Lara Mesa, refiere que leyó en el diario la situación, no le consta si fueron
o no destruidas, solo hizo revisar su documentación. Los correos son enviados por
la empresa Ambiente Sano, no por Avilés. Indica que en la destrucción debe estar
presente un funcionario designado del S.N.A., y no sabe si Avilés es
administrativo o fiscalizador. Indica que muchas veces como estas mercaderías no
tienen dueño no recuperan el costo de almacenaje. No hizo investigación respecto
de funcionarios de Saam que pudieran estar implicados. Señala que no conoce a
Avilés Trigo, ni recibió a nombre de aquel algún acta de destrucción de especies,
esto lo presentaban las empresas a cargo de destrucción de especies. Indica que
además de Ambiente Sano, en 2014, debía haber otras, pero no las conoce porque
venía recién llegando. Señala que cuando se presenta la documentación se hace
con personal de almacén, con el encargado de la bodega de almacén y no con el
que va a despachar la carga, el Dres está generado de antes, la bodega espera la
información de parte del S.N.A. para acceder a la destrucción. Refiere que la
facultad para solicitar el retiro se comprueba mediante un correo donde se consulta
al fiscalizador o funcionario Avilés Trigo y aquella persona es ampliamente
conocida por sus funcionarios. Este correo se lo envió el encargado de almacén a
Aduanas. No recuerda si ese correo se lo entregaron al M.P., pero lo vio, aunque
nadie se lo pidió para investigar desde dónde venía.
El testigo, contrainterrogado por la defensa de los acusados Valenzuela
Silva y Rivera Meza, indica que uno pidió renuncia y Juan Carlos López fue
desvinculado por necesidades de la empresa, porque hubo una restructuración
dentro de la empresa, un cambio de modelo. Agrega que se preocupó porque, de
acuerdo a la información de El Líder, tenía que revisar la documentación de sus

186
cargas por una eventual revisión. No está seguro de quien firmaba los documentos
de retiro, pudiendo ser Machuca o Espinoza, existiendo un control final, control
puerta, distinto al almacén, quienes hace un chequeo físico, lo que depende de
quién esté por turno. Señala que tuvo acceso material, en una fotocopia, a los
documentos, y los originales quedan en archivo, a los que tiene acceso. Refiere
que nunca fue citado a prueba caligráfica a la PDI
Por último, contrainterrogado por la defensa de la acusada Maulén
González, indica que las cargas que estaban en retención y habían despachado
habían sido carteras, zapatillas y lentes o juguetes. Indica que en este caso se había
cumplido con el documento del M.P., se verificó ello. Se consultó por la persona
que estaría destinada al retiro de estas cajas y S.N.A. contestó que era Avilés.
11.- Declaración del testigo Eduardo Espinoza Achíng, cédula de
identidad N°14.659.336-4.
11.1.- Interrogatorios.
Este testigo, interrogado por el M.P., indica que el año 2014 trabajaba en
Saam Extraportuario, y a esa fecha llevaba trabajando ahí 6 años, siempre ha
trabajado en despacho de bodega y recepción de carga. Refiere que la Fiscalía lo
citó para que pudiera declarar en cuanto a los despachos que realizó Cristian
Avilés, y de esto se enteró porque en el diario aparecía un caso de una carga que se
sacó de manera ilícita en Aduanas. Relata que el Cristian Avilés se ve una persona
intachable, se veía bien físicamente y todo el trato de despacho siempre fue de
manera confiable como si fuera autoridad aduanera. Conoció a Avilés fuera de las
bodegas 4 y 5, y Avilés ese día estaba viendo las cargas que iba a retirar para su
destrucción, recuerda que estaba con una mano enyesada y conversaron del tema,
porque era arquero. Refiere que esto ocurrió el año 2014, a finales de año. Indica
que la carga que estaba retirando, si bien no recuerda, era ropa o carteras, carteras
Louis Vuitton que estaban en la bodega 5 y ello llegó ahí por un aforo físico y esas
cargas cuando S.N.A. requiere su custodia se dejan en bodega 4 y 5. Expone que
en el día que se fue a retirar esa carga, hacía mucho calor, iba a ser en la mañana,
se presentó Avilés con Mauricio Rivera de Ambiente Sano para retirar y ver el
volumen de la carga y pudieron retirarlo en la tarde, tipo 16:00. Señala que fue un
camión rampla grande, abierta, con una horquilla se procedió a cargar y venían
con personal para cargar la especie arriba del camión, eran 46 pales y tenían
movilizadores de Ambiente Sano, lo que hizo Mauricio Rivera con dos personas
más. Se le exhiben fotografías N°1 a N°7 del Set N°17 de otros medios de la
prueba de cargo, e indica que reconoce la patente de un camión en la fotografía
N°1, foto que tomó para verificar que era la que aparecía como despachada, y la
cámara automática de la bodega tenía programa fecha y hora en que se tomaba la
foto, lo que corresponde a las carteras Louis Vuitton, las carteras las retiró Avilés
y Rivera, y Avilés tenía su chaleco de Aduanas, además de que se presentó así, y
venía acompañado con su jefe directo Juan Carlos López. Indica que Avilés había
retirado cargas una vez antes de eso, retiró esa vez unas poleras, logos de copa del

187
mundo, relojes, lentes, unas ciruelas y unos perfumes si bien en ese caso estaba de
vacaciones según Eric Machuca le dijo y le señaló que tenía los documentos en
relación a los perfumes. Refiere que en la fotografía N°2 aparece la rampla de
retiro de las carteras y zapatillas, con la huincha de Saam, que sirve para que la
carga sea custodiada habiendo sido sellada por Aduanas. En la fotografía N°3
indica que corresponde a la bodega 5 con la carga que todavía estaba en bodega,
de las carteras, sellada, y cuando estaban por cargar le tomó una foto a las
especies. En la fotografía N°4 reconoce el exterior de la bodega 4 cargándose el
camión, y el que está con chaleco rojo a mano derecha –de la imagen– es Mauricio
Rivera con otras personas, sacó la fotografía cuando estaba al frente del camión
observando. En la fotografía N°5 indica que están nuevamente cargando Rivera
con las otras personas, a las 17:11. En la fotografía N°6 aparece el perfil de
Mauricio Rivera, la persona de casco rojo. En la fotografía N°7 refiere que están
terminando de cargar al frente de la bodega N°4. Refiere que ellos retiraron la
carga porque tenía que destruirse, siendo esa la razón de peso, y eso lo supo
porque sus supervisores López y Machuca le informaron que Aduanas estaba
viendo una carga para destruir, y se le exhibió en ese momento un documento de
tribunales, una tabla, donde aparecía un juicio y se refería a esa carga y había un
Dres. Asimismo, se le exhibe el documento N°33 de la prueba de cargo, e indica
que se trata de uno de los documentos que aparecían cuando se hacía el retiro de
carga, y aparece una especie de tabla, y se individualizaba como audiencia de
acuerdo reparatorio. Ese documento lo había visto cuando retiraron la carga que
refiere. Indica que Avilés anteriormente había intervenido en un despacho de
poleras de la copa del mundo con personal de Ambiente Sano, Mauricio Rivera, y
en esa oportunidad retiraron, retiraron los relojes, lentes y el sujeto estuvo ahí.
Refiere que el archivo fotográfico se le enviaba a su jefe, Vásquez, López,
Lazcano y Machuca. Se le exhibe las fotografías del Set N°18 de otros medios de
la prueba de cargo, e indica, exhibida la fotografía N°1 e indica que se trata del
exterior de la bodega 4 y aparece un camión donde se retirarían especies para
destruir, a lo que compareció Avilés y Rivera. En la fotografía N°2 reconoce
sacos donde estaba lleno de lentes a granel, y reconoce cajas y sacos y dentro eran
bultos chicos, acondicionadas sobre pallets, con la cinta de embalaje que aparece
en casi todas las cargas de dichas bodegas. La imagen es del 18/02/2015. En la
fotografía N°3 reconoce un acercamiento de los sacos. En la fotografía N°4
aparece el chofer, Cristián Avilés y Mauricio Rivera, si bien cuando fue a tomar la
foto estaban de espaldas. Tomó las fotografías. En la fotografía N°5 aparece
Avilés y Rivera haciendo lo que supone es una guía, al frente de la carga afuera de
la bodega. En la fotografía N°6 reconoce un Dres, donde se indica el número de
contenedor y la mercancía (cajas) retenidas con la descripción juguetes, esto
corresponde a otro retiro. En la fotografía N°7 reconoce el camión se llevó la
carga que aparece en el anterior Dres el 14/01/2015 a las 12:04, carga que aparece
fuera de la bodega N°4 en la fotografía N°8, eran muñecas porque Avilés lo abrió

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y eran muñecas. En la fotografía N°9 aparece la horquilla a punto de cargar. En la
fotografía N°10 aparece el camionero acomodando la carga. Se le exhibe el
documento N°93 de la prueba de cargo, e indica que lo reconoce por lo
confeccionó, donde se indica la cantidad, descripción y peso así como la fecha en
que se recepcionó el acta de todas las cargas que retiró Avilés, y esto lo hizo
porque tenían respaldo de todos los documentos que se despachaban en su
oportunidad y ahí aparecía el nombre de las personas que hacían el retiro, Avilés y
Ambiente Sano. Refiere que estos antecedentes eran los documentos de tribunales,
el set fotográfico y las actas de destrucción que ya habían recepcionado de parte de
Cristian Avilés. Indica que fueron 8 cargas las que retiró Avilés con Ambiente
Sano entre agosto de 2014 y febrero de 2015. Señala que la noticia fue una
sorpresa porque ambos eran unos caballeros, personas muy correctas, como se
presentaron a Saam Extraportuario, no pensaron que iban a tener estos problemas,
siendo algo engorroso como despachador y como persona, tenía una buena opinión
de ambos. Conforme el inciso 5° del artículo 329 del Código Procesal Penal,
refiere que la persona de nombre Cristina Cisternas, personal del S.N.A. no estuvo
físicamente en los despachos de Avilés, y la diferencia entre las cargas en que
participó Cristina con resolución de la aduana y otra persona, era diferente, porque
tenía otro procedimiento, más formal, un acta que llegaba antes para preparar la
carga y luego de la destrucción ese mismo día llegaba timbrada. Esa carga estaba
en la bodega 4, y era distinta porque era peligrosa, líquidos corrosivos,
detergentes, cargas con presunción de abandono. En la tabla que confeccionó puso
el número de Dres de cada carga cuyo retiro se efectuó por Avilés. Se le exhibe el
documento N°51 de la prueba de cargo, e indica que ese es el documento que
ampara la mercancía de cartera Louis Vuitton, zapatillas, donde aparecen el
número de pallets, peso y fecha de retiro (indica que es el Dres 46996), con timbre
de Saam Extraportuario. Se le exhibe el documento N°93, y refiere que en su
tabla anotó el Dres 46996 con las mercancías, anotando que fue despachado el
30/10/2014, con la patente del vehículo, que coincide con la patente de la primera
fotografía exhibida. Reconoce al acusado Rivera Meza en sala de audiencia y
también al acusado Avilés Trigo, señalando que está “más gordito”. Se le exhibe
la fotografía N°6 del Set N°18 de otros medios de la prueba de cargo, e indica
que en esa imagen es donde reconoce a Rivera vestido de rojo, de fecha 30 de
octubre de 2014, y no tiene la palabra aduana ese chaleco, ni la franja plateada.
El testigo, interrogado por el querellante S.I.I., indica que había visto las
muñecas, y en cuanto a las carteras pudo verlas porque la horquilla estuvo mucho
tiempo en la bodega y como se pasaron a llevar se caían o rompían las cajas y las
carteras caían.
A su turno, interrogado por el querellante C.D.E., refiere que la actas de
Avilés se recepcionaban a veces como correo electrónico y otras veces en
recepción con doña Gloria Donoso, señalando el correo Ambiente Sano. Recuerda
que en el caso de las carteras se recibió el acta por doña Gloria Donoso.

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11.2.- Contrainterrogatorios.
El testigo, contrainterrogado por la defensa del acusado Alcaíno Aleu,
indica que no recuerda el largo del camión de las primeras fotografías. Indica que
lo que salía con Avilés y Rivera iban a algún tipo de destrucción que desconocía,
no le consta si se destruyó, porque no tiene fotos de la destrucción. El despacho de
las cargas tenía que tener documentación y respaldo de retiro de las cargas. Indica
que no sabe si se estaba destruyendo la carga, solo del despacho. No era su
obligación constatar la destrucción. Conforme el inciso 5° del artículo 329 del
Código Procesal Penal, se le exhibe el documento N°51, e indica que en ese
documento no figura la mención carteras Louis Vuitton o zapatillas, porque
aparece un acta de Aduanas y ahí aparece lo que contienen las cajas, lo que vio, si
bien desconoce la cantidad, porque era por unidades, pero habían de marca Gucci
y otras más.
A su turno, contrainterrogado por la defensa de Avilés Trigo, Hernández
Salas y Lara Mesa indica que declara ante S.N.A. y la PDI, y que de las
fotografías vio más de una patente en las cabinas de los camiones exhibidos.
Precisa que en las otras fotografías aparece en algunas las patentes de los mismos.
Señala que las otras personas aparecen en las fotografías que sacó. Indica que Juan
Carlos López en 2014 era el jefe de bodega. Precisa que el documento que exhibió
era un documento de tribunales, una tabla, documento que le era nuevo, y volvió a
ver ese documento en otros retiros, y no le pareció sospechoso. La autorización
para ir a ver la carga y la bodega venia de jefatura, y a ellos se les exhibió el
documento de tribunales amparado en un Dres, lo que autorizaba para destruir,
pero les dijeron que el S.N.A. debía ir a autorizar el retiro ese mismo día. No hubo
sospecha de que los documentos no fueran reales. Explica que el retiro de todas las
cargas de estas bodegas tenía que tener set fotográfico para respaldar, si bien no
tenía relevancia sacar fotografías de la persona que estaba retirando. La identidad
de Mauricio Rivera se determina porque el sujeto le indicó eso. Refiere que hay
otros almacenes extraportuarios en la zona. No iban Rolando Valdebenito ni
Escalante ni Tapia en representación Aduanas, ni Ariel Román, solo vio en la
bodega a Cristián Avilés, en todos los retiros iba Avilés. Conforme el inciso 5° del
artículo 329 del Código Procesal Penal, refiere que no sabía si había algún
antecedente que hiciera suponer que Avilés sabía que la resolución era falsa.
Refiere que el documento N°93 no tiene su nombre ni firma. Agrega que no hubo
investigación de Saam para determinar si algún funcionario de ellos participó de
estas salidas.
Por su parte, contrainterrogado por la defensa de los acusados Valenzuela
Silva y Rivera Meza, indica que no estuvo presente en la descarga de los perfumes,
en marzo de 2015. Agrega que Avilés despachó poleras, relojes, lentes, ciruelas,
entre agosto de 2014 y febrero de 2015, si bien no recuerda qué fecha cada cual.
Indica que en el juicio anterior también declaró que sobre el camión estaba
Mauricio Rivera y otras personas, dijo que Rivera estaba arriba del camión, con

190
chaleco rojo, jeans y caso rojo. Se le exhibe la fotografía N°5 del Set N°18 de
otros medios de prueba de cargo, e indica que en esa foto aparece con chaleco rojo
Cristian Avilés y Rivera con chaleco fluorescente amarillo. Indica que el personal
de Aduanas generalmente viste con chaleco rojo que dice Aduanas. Explica que
Dres es un documento de recepción de la carga que tiene Saam Extraportuario y se
confecciona cuando se consolida una carga e indica la procedencia y motivo de la
carga así como su peso, el mismo Dres se usa para la salida del documento, y
sobre eso se factura para despachar, y ese documento lo confeccionaba Manuel
Lazcano y lo timbraba con suk timbre de jefe de almacén, y si estaba de
vacaciones lo timbraba Eric Machuca. Se le exhibe el documento N°88 de la
prueba de cargo, e indica que es la carga que despachó Eric Machuca
correspondiente a perfumes, no lo timbró Lazcano, y tampoco aparece en ese
documento, estaba con vacaciones, y Machuca le dijo que había despachado esta
carga con Avilés. Refiere que en este juicio no le han exhibido el Dres de las
carteras. Conforme el inciso 5° del artículo 329 del Código Procesal Penal, indica
que respecto del documento N°51, no aparece fecha de retiro de las especies, solo
el ingreso al almacén.
Por último, contrainterrogado por la defensa de la acusada Maulén
González, indica que en los 10 años que lleva trabajando en ese lugar, ha visto
otras empresas de la misma actividad de Ambiente Sano. Nunca observó a la
acusada Maulén González en las bodegas de Saam Extraportuario, nunca ha visto
a nadie de sexo femenino de Ambiente Sano retirar especies. Indica que fue citado
a preparar el juicio, y le preguntaron qué cargas había despachado Ambiente Sano
y S.N.A. Se le exhibe la fotografía N°5 del Set N°18 de otros medios de prueba
de cargo, e indica que en la fotografía figura como fecha el día 18/02/2015 a las
16:21, a su turno, se le exhibe la fotografía N°10 del mismo set, y reconoce que
señala como fecha 14/01/2015 a las 12:31. Nadie le indicó las fechas en que se iba
a ventilar el juicio. Conforme el inciso 5° del artículo 329 del Código Procesal
Penal, indica que solo recuerda una intervención de la funcionaria María Cristina
en el retiro de especies.
12.- Declaración del testigo Ricardo Sumar Sabal, cédula de identidad
N°6.067.747-6.
12.1.- Interrogatorios.
El testigo, interrogado por el M.P., refiere que es dueño de las bodegas
Fénix, ubicadas en calle el Pinar N° 205 de San Miguel. Indica él iba a arrendar
dichas bodegas a unas personas y para ellos trató con un sujeto llamado Jorge.
Refiere que declaró ante la policía en su domicilio. Refiere no recordar mucho lo
que le dijo en esa oportunidad. Afirma que un sujeto llamado Marcelo Stanic le
dijo que un amigo quería que le arrendara la bodega. Indica que solamente una vez
vio al Sr. Alcaíno en la bodega. Indica que al parecer éste era el dueño de las
mercaderías que se querían guardar en sus bodegas. Afirma que desde hace dos
años y hasta la fecha mantiene la mercadería incautada en la bodega N°48 A. Dice

191
que no sabe el detalle de la mercadería. Refiere que esa mercadería llegó porque la
llevaron ellos. Reitera que el trato lo hizo con un sujeto llamado Jorge. Afirma que
a Alcaíno lo vio sólo una vez, pero en otra bodega. Manifiesta que le iba arrendar
una bodega más grande, pero nunca le llevaron los papeles de la sociedad para
hacer el contrato. Sostiene no recordar cómo era físicamente Alcaíno. Refiere
saber que era Alcaíno porque Stanic se lo presentó.
12.2.- Contrainterrogatorios.
El testigo no fue contrainterrogado.
13.- Declaración del testigo Cristian Molina Silva, cédula de identidad
N°9.729.190, funcionario del S.N.A.
13.1.- Interrogatorios.
Dicho testigo, interrogado por el M.P., manifiesta que trabaja en Aduanas
de Osorno desee el año 2007. Indica que en horas de la mañana del día 9 de
noviembre de 2014 participó en un procedimiento por causa de un delito de
contrabando. Expone que era el jefe turno en la unidad de Aduanas de Cardenal
Samoré y los colegas de Mendoza advirtieron que un camión iba perfilado con
mercaderías no declaradas. Explica que entonces se hizo el examen físico del
camión y se detecta gran cantidad de peles de cigarrillo ocultos y no declarados.
Dice que era un “tracto camión” con una rampla que tenía origen de despacho
desde Punta Arenas. Afirma que según el conductor fue interceptado en Chubut en
Argentina donde se le retuvo por tres horas, tiempo en que se quitaron las puertas
del camión para no romper los sellos, se retiró la carga y ve que se cargó con cajas
de cigarrillos. Manifiesta el testigo que no recuerda el nombre del conductor del
camión y la marca del vehículo. Afirma que la detección y revisión del camión fue
en Cardenal Samoré, Osorno. Explica que “perfilar” significa que una unidad de
análisis de inteligencia de aduana levanta perfiles de riesgo para detectar posibles
mercancías ocultas y no declaradas. Dice que como criterios y parámetros se
consideran el tipo de carga o mercadería y los tiempos de traslado. Indica que el
sistema de análisis de riesgo, había un sistema específico llamado SILOTE,
mediante el cual se puede detectar mediante el un MIC o DPA cuando un camión
sale desde un lugar. Indica que esa información es observada por funcionarios de
aduana con acceso mediante clave al sistema. Refiere que en caso concreto fue
registrado el camión cuando salió desde la unidad de Monte Eimon en Punta
Arenas. Indica que en base las variables de carga y tiempo de cuatro días de
traslado desde la carga y salida, ya estaban esperando en Osorno al camión porque
precisamente cumplía con esos perfiles de riesgo. Afirma que esa información la
manejaban el jefe Cristián Muñoz, Juan Carlos Cepeda y él. Expone que una vez
que llevaron el camión a la zona de aforo para hacer descarga, el conductor hizo su
declaración voluntaria sobre los hechos. Afirma que en ese momento estaba
presente un funcionario de la PDI. Indica que cada vez que se despacha un camión
que sale de Chile, es menester que luego pase los precintos aduaneros. Sostiene
que se intervinieron las manijas o soportes de las bisagras de las puertas del

192
camión para no intervenir los sellos y se cargó con cigarrillos. Indica que fueron
alrededor de 7 millones y 600 y tantas unidades de cigarrillos. Sostiene que el
camión ingresó a la aduana con el manifiesto internacional de carga (MIC), en el
que se declaraba madera y otras especies. Sostiene que los cigarrillos fueron
ocultos y no declarados. Se exhibe el documento N° 64 y el testigo reconoce su
firma en el MIC N° 3004438. Explica que lo firmó en base a la alerta. Indica que
el documento consigna la mercadería y la firma del conductor del camión y del
funcionario de la aduana de Argentina. Señala que en ese documento no se
declaran los cigarrillos que estaban ocultos en el camión, sólo la madera que servía
para ocultarlos. Señala que se hizo el aforo que es una operación única realizada
por funcionarios de aduana. Se separó la carga y se hizo un inventario y un
desconsolidado. Manifiesta que él fue quien realizó el procedimiento
administrativo del aforo y luego el levantamiento del “acta de aforo” que
determina la cantidad de mercancía, su avaluación y tasa y gravámenes que
habrían afectado los tributos con ese tipo de mercancía. Señala que la avaluación
se hizo considerando impuestos internos y externos. Indica que los cigarrillos
tienen impuestos de 130%, más IVA e impuestos específicos. Señala que consultó
a base de SII en moneda corriente y luego se llevó a dólares. Indica que sobre ese
valor aduanero se calculó la tasa y gravámenes. Afirma que esa forma está
regulada administrativamente y que es único método posible en el caso de esas
especies. Se le exhibe el documento N° 63 y el testigo lo reconoció como el que
daba cuenta del aforo y avaluación que el realizó el día 9 de noviembre de 2014.
Indica que daba cuenta también sobre la suma de siete millones y tanto de
unidades de cigarrillos, más el criterio de avaluación CIF y los gravámenes. Luego
el detalle de cálculo aritmético y liquidación de resumen. Dice que se
determinaron en los cigarrillos los derechos de importación, impuesto adicional de
tasa fija de 300%, más la tasa fija por cigarrillo e IVA, con un total de impuesto
dejado de percibir de 2.509.534,28 dólares. Señala que el conductor del camión
quedó a disposición de Carabineros por el delito de contrabando. Afirma que actuó
conforme a sus facultades establecidas en el artículo 1° de la Ordenanza de
Adunas. Se le exhibe el documento N°65 y lo reconoce como parte del informe
que remitió al administrador de Aduanas el día de 9 de noviembre de 2014. Señala
que se individualiza al conductor infractor, una relación de su declaración y el
detalle de las mercaderías. Se exhibe el documento N°66 y lo reconoce como el
acta de incautación firmada por él el día de 9 de noviembre de 2014. Indica que
consigna la mercancía y los datos del camión. Se le exhibe el documento N°67 y
lo reconoce como el formulario de denuncia interno que luego se subió al sistema
y remitió a la Fiscalía dando cuenta del delito de contrabando. Refiere que ese día
estuvieron también presentes los funcionarios de adunas, Sres. Diego Varas, como
jefe de drogas, Marcelo Valenzuela y Cristián Muñoz, como profesional a
contrata. Afirma que la alerta estaba en conocimiento de cuatro personas. Refiere
que no hubo comunicación con el administrador de la aduana. Se envió el

193
comunicado a los jefes de aduna, jefes de fiscalización y al director regional de
Puerto Montt. Indica que el turno empezó el día anterior. En ese turno estaban
Alejandro Salas, Diego Varas y Alejandro Molina. Manifiesta que no sabe si el
turno anterior fue informado de la alerta.
A su turno, interrogado por el querellante S.I.I., manifiesta que para el pago
de los viáticos no tiene importancia el grado del funcionario.
13.2.- Contrainterrogatorios.
El testigo, contrainterrogado por la defensa del acusado Alcaíno Aleu,
expone que el administrador de la aduana era Pedro Chávez. Afirma que éste no
estuvo en Cardenal Samoré y que no le pidió que dejara pasar el camión. Señala
que la unidad de análisis de riesgo que advirtió de la situación fue la de Osorno.
Sostiene que no se recibió alerta de la PDI sobre el asunto. No sabe si la persona
que trabajaba en la loza se comunicó con Cristián Avilés.
A su turno, contrainterrogado por la defensa del acusado Avilés Trigo,
expone que no conocía a Avilés Trigo. Que no sabe si esa mañana Otero,
Valenzuela o Muñoz tuvieron contacto con Avilés. Indica que a Pedro Chávez se
le avisa solo por una formalidad protocolar habitual. Que se le dio aviso cuando se
detectó la situación y éste no dio ninguna instrucción. Afirma que todos
cumplieron con sus obligaciones funcionarias. Dice que los turnos eran de sábado
a sábado. Todos funcionarios de Osorno, salvo el administrador suben por ocho
días para los turnos, como parte de sus funciones con el respectivo viatico.
Manifiesta que ese viatico y los montos estaban determinados por el Decreto N°
898. Indica que los viáticos dependen de cuantas veces se suba. Que en caso de
Cardenal Samoré se paga cerca de $500.000 mensuales. Indica que no sabe si
acaso fue condenado conductor del camión.
14.- Declaración del testigo Juan Zepeda González, cédula de identidad
N°9.820.068-1, funcionario del S.N.A.
14.1.- Interrogatorios.
El testigo, interrogado por el M.P., refiere que trabaja en la Aduana de
Osorno, trabaja en el S.N.A. desde el primero de septiembre de 1989, en
Antofagasta, y llegó a Osorno en febrero de 2012. Indica que desde esa fecha
trabaja en Osorno. Refiere que viene a declarar por haber sido participe en la
retención de un camión con mercadería no declarada que venía ingresando por el
paso Cardenal Samoré, lo que constituye contrabando conforme le artículo 168 de
la Ordenanza de Aduanas, dependiendo del tipo de mercadería, que en el caso
evadía impuestos. Explica que el conductor debe presentar un manifiesto de carga
donde declara lo que transporta. Refiere que el hecho ocurre en noviembre de
2014. Indica que durante el mes les corresponde ir a las avanzadas de la
jurisdicción de Osorno y esa vez le tocó estar allá por ocho días en un sistema de
trabajo de jornadas en el que llegaban a las 11:00 de la mañana del sábado hasta el
sábado siguiente donde eran relevados. Refiere que el día del hecho estaba
designado como encargado de loza, cuestión que es designada por el jefe de turno,

194
que en este caso era Cristian Molina, y el encargado de loza remite las funciones
que se hacen en el exterior, coordinando que los funcionarios estuvieran en sus
puestos de trabajo, si bien no recuerda cuantos funcionarios habían en la loza
aunque en promedio no son más de 6 funcionarios en la loza. Añade que en horas
de la mañana recibe un llamado por radio del jefe de turno Cristian Molina quien
lo alerta por la patente de un vehículo, en primera instancia no sabía de qué
vehículo se trataban y empezó con vehículos menores, de particulares. Expone que
antes de Molina, el día que llegaron, el Sábado, le correspondió estar en camiones,
y cada cierto tiempo se va revisando el sistema de transporte que tienen como
servicios con los vehículos pendientes, y les llamó la atención de que varios
vehículos estaban pendientes de hace 3 o 4 días según los tiempos estimados desde
la avanzada de Punta Arenas, porque le tiempo estimado son de 3 días y algunos
vehículos tenían más de 4 días, y entre ellos figuraba el camión por el que presta
declaración. En ese tiempo trabajaba en la unidad de análisis de riesgo, y le llamó
también la atención a Cristian Muñoz. Como los dos trabajaban en la misma
unidad lo comentaron entre ellos y al día siguiente se lo comento al mismo
Cristian Muñoz, en la loza, señalándole que estuvieran alerta y parece que andaban
con un papel que tenía vehículos con riesgo, recuerda haberlo comentado a
Ricardo Otero y Marcelo Valenzuela. Refiere que no recibieron información del
turno anterior sobre esa patente. Precisa que no recuerda la patente pero era un
camión volvo rojo con semiremolque blanco. Se efectúa ejercicio del artículo 332
del Código Procesal Penal respecto de su declaración policial, e indica que la
patente era DXBP76, serie remolque patente JH7191. Indica que no encontró entre
los vehículos particulares la patente, porque no le dicen si es un camión, y ahí vio
que se trata de un camión, y se quedó esperando al conductor que hacia los
trámites de inmigración y manifestación de la carga en el edificio de Aduanas.
Llegó el camionero con el ticket de barrera, lo que significa que ya había
presentado su carga, vio el manifiesto de carga, y le pide al conductor que abra la
parte de carga y se encuentra con un muro de mercadería que en ese tiempo era
una cuestión frecuente cuando venía mercadería no declarada, así era muy difícil
llegar a mirar el interior del camión completamente. Refiere que habían visto ese
manifiesto entre los camiones que no llegaban y cuando se acerca Cristian Muñoz
y le dice que se trataba de uno de los camiones que tenían pendientes y que era de
riesgo, le llama la atención y le pide que traiga una escalera para acceder a la parte
de la carga y se ofrece Cristian a subir porque es más joven e ingreso a punta y
codo por el estrecho espacio y, pasado un rato, lo llama a su celular desde el
interior del camión y le dice que el camión además de lo declarado traía
cigarrillos, lo que comunica por radio a Cristian Molina, que “era positivo lo del
camión”. Luego se baja Cristian Muñoz del camión, cerraron la puerta y le pide al
conductor que traslade el camión a la loza azul mientras Cristian le fue a informar
al jefe de turno lo que había encontrado. A la loza sur llegó Cristian Molina y
tomo el procedimiento y el siguió con su s labores diarias. Refiere que el remolque

195
era similar a un contenedor, tipo furgón, cerrado atrás, esa medida corresponde a
la más grande, 18 metros. Como muro entendía el hecho de que pongan la carga de
tal forma que impide la visión, eran bultos grandes pero no tiene claro si eran
“maxibag”, sacos grandes, aunque no tiene claro qué era. Señala que no sabe
cuántos cigarrillos había en el camión. Explica que dentro del sistema de control
estaba la posibilidad de ver el destino de los camiones y la fecha de despacho y al
ingresar después el número de manifiesto ase cierra el ciclo, antes de ello queda
pendiente, el sistema se llama SIROTE, y pueden consultar aquel funcionarios del
S.N.A., las personas que trabajan en fronteras y desde la oficina. Precisa que ese
sistema se alimenta en fronteras, conforme los manifiestos. Reitera que tuvo
contacto con el chofer, pero no supo qué paso con él. Se le exhibe el documento
N°64 de la prueba de cargo, e indica que es un MIC.DTA, y por las fechas
entiende que ha de ser aquel que le presentó el conductor a la revisión, el 9 de
noviembre de 2014, y usualmente se registra el nombre de los conductores,
apareciendo como nombre David Barrientos Cárdenas, y lo referido ahí coincide
con lo que recuerda. Agrega que la forma en que estaba cargado no era normal,
porque la carga habitualmente va mejor distribuía por la distancia, particularmente
desde punta Arenas donde se enfrentan a muchos vientos, por lo que si no viene
lleno no es usual que venga la carga a tal altura, según explican los conductores.
Señala que Cristian Muñoz es funcionario a contrata. Precisa que no había rotura
de los sellos en el camión, no notoriamente. No supo la información que entregó el
camionero.
El testigo, interrogado por el querellante S.N.A., indica que en su
experiencia el objetivo de almacenar de tal forma la carga era evitar una buena
inspección hacia el fondo del camión, ocultando carga.
14.2.- Contrainterrogatorios.
A su turno, contrainterrogado por la defensa del acusado Alcaíno Aleu,
Hernández Salas y Lara Mesa, indica que el administrador de la aduana a ese
tiempo era Pedro Chávez, quien no se contactó con ello para que camión fuera
fiscalizado, no concurrió ese día a la avanzada, no les ofreció dinero para que no
ejecutar su labor. No conoce a Cristian Avilés ni a Carlos Ramírez.
El testigo, contrainterrogado por la defensa del acusado Avilés Trigo, indica
que ese día cumplió sus funciones dentro de lo que se le pide, nadie le pidió que
dejara de hacer su trabajo como funcionario del S.N.A. Indica que el camión
estaba identificado por la unidad de riesgo por los tiempos de demora en
Argentina, siendo usual también que las cargas sean más específicas, pero en este
caso eran más diversas, el tipo de carga era un factor de riesgo para ellos, en base a
la experiencia. El camión fue controlado en la zona primaria, donde tienen plena
potestad para fiscalizar. El camión jamás salió de la zona primaria. Expone que a
los funcionarios de les pagan viáticos por concurrir a avanzadas, y el monto
bordea según comisión de 8 días, y un funcionario promedio puede cumplir de 1 a

196
2 por mes, y por cada una recibe $500.000.-, monto que no se refleja en su
liquidación y no es imponible.
15.- Declaración de la perito Carolina Sanhueza Debelli, cédula de
identidad N°13.512.415-K, perito documental de la Policía de Investigaciones.
Aquella expone, conforme su peritaje, que realizo informe 303 del año 2014
donde se le entrego como documento dubitado una guía de carga con el membrete
Logística Ambiente Sano S.A., con un muero de folio o serie MSCUPA (manif.),
con fecha de emisión 21 de abril de 2014. Como material de cotejo se le
entregaron dos hojas de prueba caligráfica a nombre de Gustavo González Cougat
que fue tomada por personal de la BRIDEPOR de Valparaíso. Sometió a pericia la
firma de esta persona en comparación con las muestras caligráficas donde pudo
constatar que la firma dubitada no se corresponde con la firma de esta persona por
discrepancias que no pueden ser comparadas de manera caligráfica. La firma
dubitada tiene un solo movimiento grafico construido por obucles y espirales en
tanto que la firma propia de esta persona tiene al menos 4 o 5 movimientos
diferentes compuestos algunos por bucles grandes. Tomando en cuenta esa no
correspondencia y también el hecho de que la firma tiene carácter ilegible y
construida con trazos simples pero aparatosos hace que no sea posible una
investigación sobre el posible autor de la firma dubitada. Indica que luego sometió
a análisis los números al lado de los números que están en la firma con los
guarismos propios de la persona donde encontró discrepancias importantes en la
morfología en la proporción y la forma de inicio y término y espaciamientos y
discrepancias en los números 0 6 y 7. El estudio da como conclusión que los
números no fueron trazados por esa persona. No fue posible hacer un estudio sobre
las letras que corresponden al nombre puesto que el material de cotejo está en un
sistema de escrituración diferente, minúscula cursiva ligada y el documento
dubitado con letra imprenta mayúscula que impide comparar, no pudo llegar a
conclusión sobre las escrituras.
15.1.- Interrogatorios.
La perito, interrogada por el M.P., refiere que en su informe pericial arriba a
4 conclusiones. Según recuerda perició una guía de carga que ya indicó,
apareciendo como consignatario ASIPAC Ltda. En su segunda conclusión no
puede establecer participación en la firma dubitada, siendo de naturaleza
probablemente inventada. No conversó con González Cougat ni tuvo contacto con
nadie a propósito de la pericia.
15.2.- Contrainterrogatorios.
La perito, contrainterrogada por la defensa de los acusados Hernández
Salas y Lara Mesa, indica que el documento dubitado lo vio en copia, y en cuanto
a los documentos indubitados fue entregado mediante oficio al laboratorio de
criminalística, y recuerda que su nombre es Gustavo pero no recuerda los
apellidos. Solo se comparó respecto de González Cougat.

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A su turno, contrainterrogada por la defensa de los acusados Valenzuela
Silva y Rivera Meza, dice que sabe que hay capacitaciones al resto de las unidades
de PDI, si bien no se la ha realizado a “BRICO”
16.- Declaración del testigo Patricio Escobar Carrasco, cédula de
identidad N°5.837.624-8.
16.1.- Interrogatorios.
Dicho testigo, interrogado por el M.P., indica que es el Administrador del
Juzgado de Garantía de San Antonio desde 2005. Refiere que tuvo la opción de ver
actas de audiencias falsas. Refiere que cada audiencia requiere de un respaldo en
acta, en papel, y estas actas que PDI puso en vista no correspondían a ninguna
audiencia que se hubiera realizado en el tribunal. Recuerda que era por el tema de
Aduanas y las actas indicaban en general que las especies incautadas había que
destruirlas por parte del imputado. Verificó esto por el sistema informático que
permite saber exactamente cuándo se realizan las audiencias y esas actas no
correspondían, con las fechas, a audiencias ejecutadas ese día y a esa fecha. Lo
que decía en esas actas puede haber ocurrido en alguna oportunidad. No recuerda
la fecha de esas actas. Se le exhiben los documentos N°33 y 91 de la prueba de
cargo, e indica que tienen todo el formato de un acta de su tribunal, lo que vio
cuando se las presentó la persona de PDI, quien le preguntó si esa acta la habían
confeccionado como tribunal, lo que no era efectivo, y le preguntó por el juez que
ahí figura y por la persona que hizo función de acta y eran personas que sí
pertenecieron al tribunal pero en las fechas que ahí figuran nunca se hicieron
dichas audiencias. En cuanto al siguiente documento, lo reconoce como otro
formato de acta que hacen en el tribunal, y en cuanto a ella ocurrió lo mismo, y
verificó que esa audiencia no se había realizado, en la fecha indicada, a través de
su sistema informático, cotejando las fechas. PDI fueron con un hombre de
apellido Concha y una mujer. Se le exhibe el documento N°35 de la prueba de
cargo, y refiere que lo reconoce como una sentencia del tribunal respecto de
“Sucsiasou”, de fecha 11 de noviembre de 2013, dictada por su juzgado de
garantía. Refiere que no había visto este documento en forma previa. Aprecia
nuevamente el documento N°33, e indica que en esa acta aparece como imputada
“Sucsiasou”, y la fecha es de 3 de octubre de 2014, dicha acta da cuenta que se
declara el sobreseimiento definitivo en la causa debiendo destruirse la mercancía
por el imputado. Se le exhibe el documento N°92 de la prueba de cargo, y lo
reconoce como un corre que dirigió a Juan Concha, quien lo había entrevistado,
informándole que el acta aludida no correspondía a audiencia llevada a cabo el 21
de noviembre de2014 en su tribunal. Esto es primera vez que le ocurre. La policía
no le indicó a quien se investigaba, si bien involucraba al S.N.A., y a quien en
general se dirigen las notificaciones son los abogados que representan a Aduanas
en el tribunal, si bien no sabe quiénes eran, cuestión que por estructura del tribunal
podría saber la jefa de la unidad de causas, mientras se verifique en el sistema
quienes fueron notificados.

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16.2.- Contrainterrogatorios.
El testigo, contrainterrogado por la defensa del acusado Alcaíno Aleu,
refiere que las resoluciones que se le exhibieron vienen en forma Word, y hoy
salen en formato PDF justamente para evitar adulteraciones. No hay en ese
documento firma avanzada, por lo que esa acta podría haberla confeccionado
cualquier persona.
A su turno, contrainterrogado por la defensa de los acusados Hernández
Salas y Lara Mesa, refiere que no tenía como ver que dichas actas eran falsas sino
hasta que revisó el sistema. Refiere que podría haberse hecho actas en audiencias
anteriores, y podría haber un error de fecha en estricto rigor.
Por su parte, contrainterrogado por la defensa de los acusados Avilés Trigo
y Maulén González, se le exhibe el documento N°33 de la prueba de cargo, e
indica que ese documento podía ser editado por quien lo recibía, programa Word
que hoy todo el mundo tiene. No sabe dónde fue recogido ese documento, ni en
que computador podría haberse hecho la falsificación que describe. Se le exhibe el
documento N°91, e indica que tampoco tiene timbre o sello, bajo las mismas
prevenciones del documento anterior. No recuerda qué especies eran, pero
deberían estar descritos en la sentencia. En estas actas nunca se ocupó su sistema
de notificación para enviar a Aduanas. No sabe cuántas personas trabajan en el
área jurídica de Aduanas.
Por último, contrainterrogado por la defensa de los acusados Valenzuela
Silva y Rivera Meza, indica que una persona común y corriente no debería darse
cuenta de que eran falsas.
17.- Declaración de la testigo Cecilia Flores Figueroa, cédula de identidad
N°11.746.758-9.
17.1.- Interrogatorios.
Dicha testigo, interrogada por el M.P., refiere que se desempeña en el
Juzgado de Garantía de San Antonio desde 2003. Señala que viene por una causa
de Aduanas, de la que no sabe mucho. En 2014 ejercía funciones de Encargada de
Sala, confeccionando agenda diaria del tribunal y notificaciones. Precisa que
durante el año 2014 las resoluciones que afectaban a Aduanas se notificaban a
varios correos, recuerda Eduardo Carrasco, “caviles”, “tarevalo” y de una mujer.
Añade que llegó la solicitud del S.N.A. donde se indicaban los correos a que se
debían enviar los datos, resoluciones y agenda diaria del tribunal. No tenía
injerencia en la confección de actas de audiencias. Recuerda haber incorporado el
correo “caviles” al sistema. Conforme el inciso 5° del artículo 329 del Código
Procesal Penal, indica que PDI le tomó declaración sobre su función y a quien
notificaba. Refiere que conocía el proceso de trabajo relativo a la persona
encargada de las actas, persona que hace un resumen de lo que desarrolla en la
audiencia, notificando de la misma a los intervinientes. No recuerda que “flag” se
pincha, se les pincha al momento de confeccionar el acta, por ejemplo el de
aduana, y ahí se notifica a todos los colaboradores de Aduanas asociados en esa

199
causa. Ese “flag” se alimenta al momento en que se ingresa una causa con los
antecedentes de Aduanas, manualmente.
17.2.- Contrainterrogatorios.
La testigo, contrainterrogada por la defensa de los acusados Hernández
Salas y Lara Mesa, indica que cuando pinchaba la notificación por lo general iba
Avilés y Carrasco, sobretodo Avilés quien era la persona que se notificaba la
agenda, se solía ingresar a las mismas personas, y el encargado de acta ingresaba
la información del abogado que iba a la respectiva audiencia. Conforme el inciso
5° del artículo 329 del Código Procesal Penal, indica que
Por su parte, contrainterrogada por la defensa de los acusados Avilés Trigo
y Maulén González, indica que las resoluciones se enviaban a los abogados que
comparecían a las audiencias, pero si se ingresaban como intervinientes se
enviaban a los correos de todos, las resoluciones se enviaban casi a todos los del
grupo, el abogado y colaborador que era la gente que conocían. Habría que revisar
el sistema para ver a quien se notificaba, desconoce si compareció algún
funcionario de la PDI.
Sin perjuicio de la prueba ya pormenorizada en las declaraciones
transcritas, tanto documental como otros medios de prueba, el M.P. ha
incorporado diversa prueba documental y otros medios, la cual, para efectos de
claridad, referiremos bajo el mismo orden del Auto de Apertura, haciendo
mención expresa de aquella no rendida:
* Como prueba documental.
1.- Autorización de interceptación telefónica de fecha 04 de Marzo de 2014, del
Tribunal de Garantía de San Antonio, respecto del número 64166431, en
causa RIT Nº 1130-2014.
2.- Autorización de interceptación telefónica de fecha 04 de Marzo de 2014, del
Tribunal de Garantía de San Antonio, respecto de los números 73064482,
67521155 y 86199416, en causa RIT Nº 1130-2014.
3.- Autorización de interceptación telefónica de fecha 04 de Marzo de 2014, del
Tribunal de Garantía de San Antonio, respecto de los números 66577616,
99972149, 66886923, 66886286, 84775923 y 56700757, en causa RIT Nº
1130-2014.
4.- Autorización de interceptación telefónica de fecha 04 de Marzo de 2014, del
Tribunal de Garantía de San Antonio, respecto del número 83433029, en
causa RIT Nº 1130-2014.
5.- Autorización de interceptación telefónica de fecha 05 de Mayo de 2.014, del
Tribunal de Garantía de San Antonio, respecto de los números 66577616,
66886923, 66886286 y 84775923, en causa RIT Nº 1130-2014.
6.- Autorización de interceptación telefónica de fecha 05 de Mayo de 2014, del
Tribunal de Garantía de San Antonio, respecto del número 53554526, en
causa RIT Nº 1130-2014.

200
7.- Autorización de interceptación telefónica de fecha 05 de Mayo de 2014, del
Tribunal de Garantía de San Antonio, respecto de los números 73064482,
67521155 y 86199416, en causa RIT Nº 1130-2014.
8.- Autorización de interceptación telefónica de fecha 05 de Mayo de 2014, del
Tribunal de Garantía de San Antonio, respecto del número 64166431, en
causa RIT Nº 1130-2014.
9.- * No incorporado.
10.- Reservado Nº 279 de fecha 07 de mayo de 2014, de la Subdirección Jurídica,
Departamento de Delitos Tributarios del Servicio de Impuestos Internos y 48
rojas que sirven de sustento al contenido de la información del reservado
indicado.
11.- * No incorporado.
12.- Copia Simple de Querella ante el Tribunal de Garantía de San Antonio y su
proveído de fecha 23 de mayo de 2.014, en causa RIT Nº 2500-2014, de
Sociedad Importadora y Exportadora Asipac Limitada.
13.- Copia Simple de Autorización de interceptación telefónica de fecha 03 de
Octubre de 2014, del Tribunal de Garantía de San Antonio, en causa RIT Nº
1130-2014.
14.- Autorización de Levantamiento de secreto bancario, autorizado por el
Tribunal de Garantía de San Antonio, de fecha 03 de Noviembre de 2014.
15.- * No incorporado.
16.- Querella ante el Tribunal de Garantía de San Antonio y su proveído de fecha
08 de mayo de 2.014, en causa RIT N. 2251-2014, del Servicio Nacional de
Aduanas.
17.- Copia Simple de Denuncia N. 711484, de fecha 07 de mayo de 2.014, del
Servicio Nacional de Aduanas.
18.- Copia Simple de Acta de Entrega de Mercadería N. 35 de fecha 07 de Mayo
de 2.014, del Servicio Nacional de Aduanas.
19.- Copia Simple de Informe N. 40, de fecha 07 de Mayo de 2.014 de la Unidad
Andenes Aforo Físico del Servicio Nacional de Aduanas.
20.- Copia Simple de la Declaración de Ingreso 1310046246-4, de fecha 06 de
Mayo de 2.014.
21.- Copia Simple de Despacho N. 46246 de Agencia de Aduanas Francisco Pardo
Mondaca.
22.- Copia Simple de Oficio N. 70 de la Unidad de Análisis de Riesgo Local del
Servicio Nacional de Aduanas.
23.- Copia Simple de depósito aduanero N. 555 de fecha 01 de mayo de 2.014.
24.- Copia Simple de Bill Of Lading MSCUPA238364 de fecha de emisión 07 de
abril de 2.014 y sus anexos.
25.- Copia Simple Guía de Despacho Electrónica N. 14534, de fecha 07 de mayo
de 2.014, de Agente de Aduana Francisco Pardo Mondaca.
26.- Copia Simple de Invoice N. MBN57209 de fecha 21 de abril de 2.014.

201
27.- Copia Simple de Packing List N. MBN57209 de fecha 21 de abril de 2.014.
28.- Copia Simple de Solicitud de Certificado de fecha 06 de mayo de 2.014.
29.- Copia Simple de Declaración Jurada de Valor y sus Elementos N. A31 de
fecha 05 de mayo de 2.014.
30.- Copia Simple de Comprobante de Transacción de Tesorería General de la
República Folio 1310046246 de fecha 06 de mayo de 2.014.
31.- Copia Simple de Boleta de Depósito del Banco Santander N. 03-56747-8 de
fecha 06 de mayo de 2.014.
32.- * No incorporado.
33.- Copia Simple de acta de audiencia del Tribunal de Garantía de San Antonio,
de fecha 03 de octubre de 2.014, en causa RIT N. 2775-2012.
34.- Acta de Destrucción S/N de fecha 30 de Octubre de 2.014, del Servicio
Nacional de Adunas.
35.- Copia Simple de Sentencia pronunciada por el Tribunal de Garantía de San
Antonio, de fecha 11 de octubre de 2.013, en causa RIT N. 2775-2012 y su
certificado de ejecutoria.
36.- * No incorporado.
37.- Resolución N. 02431 de fecha 17 de mayo de 2.012, del Departamento de
Fiscalización del Servicio Nacional de Adunas.
38.- Querella de fecha 10 de mayo de 2.012, presentada ante el Tribunal de
Garantía de San Antonio, por Reebok Sports Limited, Nike internacional Ltda.
y Adidas AG, sus anexos y su proveído, materia de la presente acusación,
respecto de hechos signados como 3 de la presente acusación.
39.- Denuncia efectuada por Hermes International, de fecha 25 de mayo de 2012,
sus anexos y sus proveído.
40.- Querella de fecha 23 de mayo de 2012, presentada ante el Tribunal de
Garantía de San Antonio, por Louis Vuitton Malletier, sus anexos y proveído.
41.- Denuncia efectuada por Guccio Gucci S.P.A., de fecha 15 de junio de 2.012,
sus anexos y proveído.
42.- Querella de fecha 13 de Septiembre de 2.012, presentada ante el Tribunal de
Garantía de San Antonio, por el Servicio Nacional de Aduana, su proveído,
que dicen relación con hechos signados como N. 3 de la presente acusación.
43.- Oficio Ordinario N. 01630 De fecha 29 de mayo de 2012, del Departamento
de asesoría jurídica del Servicio Nacional de Aduana.
44.- Denuncia N. 571605 de fecha 16 de mayo de 2.012, del Servicio Nacional de
Aduanas.
45.- Informe N. 10, de fecha 15 de mayo de 2.012, del Departamento de
Fiscalización del Servicio Nacional de Aduana.
46.- Oficio Ordinario N. 01631, de fecha 30 de mayo de 2.012, del Departamento
de asesoría jurídica del Servicio Nacional de Aduana.
47.- Denuncia N. 572571 de fecha 22 de mayo de 2.012, del Servicio Nacional de
Aduanas.

202
48.- Oficio N. 76 de fecha 24 de Mayo de 2.012, del Departamento de Técnicas
Aduaneras, del Servicio Nacional de Aduana.
49.- Acta de Entrega De Mercancías N. 6, de la Administración de Aduanas San
Antonio de fecha 15 de mayo de 2.012 y su anexos sobre inventario de
suspensión de despacho.
50.- Copia Simple Declaración de Ingreso N. 2120128721-6, del Servicio Nacional
de Aduanas, de fecha 26 de abril de 2.012.
51.- Copia Simple de Documento de Recepción de Mercancías N. 187531, fecha
de manifiesto 03 de mayo de 2.012.
52.- * No incorporado.
53.- * No incorporado.
54.- * No incorporado.
55.- * No incorporado.
56.- * No incorporado.
57.- * No incorporado.
58.- * No incorporado.
59.- * No incorporado.
60.- * No incorporado.
61.- * No incorporado.
62.- Copia Simple de Querella presentada ante el Tribunal de Garantía de Osorno,
RIT N. 5118-2014, por el Servicio Nacional de Aduanas y que dice relación
con los hechos signados como N. 4 de la presente acusación.
63.- Copia Simple de aforo y liquidación de gravámenes aduaneros de fecha 09 de
noviembre de 2.014, correspondiente a informe/parte N. 411 y que dice
relación con los hechos signados como N. 4 de la presente acusación.
64.- Copia Simple de MIC/DTA de fecha 06 de noviembre de 2.014, y que dice
relación con los hechos signados como N. 4 de la presente acusación.
65.- Copia Simple de Parte/Informe 411 de fecha 09 de noviembre de 2.014 de
Servicio Nacional de Aduana y sus anexos, y que dice relación con los hechos
signados como N. 4 de la presente acusación.
66.- Copia Simple de Acta de Incautación de avanzada Cardenal Samoré de fecha
09 de Noviembre de 2.014 y que dice relación con los hechos signados como
N. 4 de la presente acusación.
67.- Copia Simple de Formulario de Denuncia N. 745885 del Servicio Nacional de
Aduana de fecha 09 de Noviembre de 2.014.
68.- Copia Simple de Querella presentada por BAT Chile S.A. y su proveído de
fecha 06 de Diciembre de 2.014, en causa RIT N. 5118-2014 y que dice
relación con los hechos signados como N. 4 de la presente acusación.
69.- * No incorporado.
70.- * No incorporado.
71.- Copia Simple de Información de Sistema de Recursos Humanos sobre
antecedentes laborales de Cristián Avilés Trigo.

203
72.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Abril del año 2.015 de Cristián Avilés Trigo.
73.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Marzo del año 2.015 de Cristián Avilés Trigo.
74.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Febrero del año 2.015 de Cristián Avilés Trigo.
75.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Enero del año 2.015 de Cristián Avilés Trigo.
76.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Diciembre del año 2.014 de Cristián Avilés Trigo.
77.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Noviembre del año 2.014 de Cristián Avilés Trigo.
78.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Octubre del año 2.014 de Cristián Avilés Trigo.
79.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Septiembre del año 2.014 de Cristián Avilés Trigo.
80.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Agosto del año 2.014 de Cristián Avilés Trigo.
81.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Julio del año 2.014 de Cristián Avilés Trigo.
82.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Junio del año 2.014 de Cristián Avilés Trigo.
83.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Mayo del año 2.014 de Cristián Avilés Trigo.
84.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Abril del año 2.014 de Cristián Avilés Trigo.
85.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Marzo del año 2.014 de Cristián Avilés Trigo.
86.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Febrero del año 2.014 de Cristián Avilés Trigo.
87.- Copia de Liquidación de Remuneraciones del Servicio Nacional De Aduanas,
correspondiente al Mes de Enero del año 2.014 de Cristián Avilés Trigo.
88.- Documento de Recepción de Mercancías SAAM Extraportuarios S.A., DRES
(2014-42274), fecha salida 27 de noviembre de 2.014.
89.- Factura Electrónica N. 843968 de fecha de emisión 27 de Noviembre de 2.014
de SAAM Extraportuarios S.A.
90.- Acta de incautación N. 28, de Administración Aduana de San Antonio de
fecha 11 de abril de 2.014.
91.- Copia Simple de Acta de Audiencia del Tribunal de Garantía de San Antonio
de fecha 21 de Noviembre de 2.014, en causa RIT N. 2019-2014.
92.- Copia Simple de correo electrónico de Patricio Escobar a Juan Concha de
fecha 28 de julio de 2.015.

204
93.- Copia Simple de tabla Excel proveniente de SAAM Extraportuarios S.A.,
sobre retiro de especies efectuados por Empresa Logística Ambientes Sano.
94.- Acta de Destrucción N. 24 de Administración de Aduanas San Antonio, de 22
de octubre de 2.014.
95.- Copia Simple de Querella del Servicio Nacional de Aduana y su proveído de
fecha 25 de abril del año 2014, en causa RIT N. 2019-2014, y que dice
relación con los hechos signados como N. 5 de la presente acusación.
96.- Copia Simple de Formulario Denuncia N. 705701 del Servicio Nacional de
Aduanas, de fecha 11 de abril de 2.014 y que dice relación con los hechos
signados como N. 5 de la presente acusación.
97.- Copia Simple de la Declaración de Ingreso N. 6450062972-8 de fecha 04 de
abril de 2.014 y que dice relación con los hechos signados como N. 5 de la
presente acusación.
98.- Copia Simple de Bill Of Lading N. 592293335 Maersk Line y que dice
relación con los hechos signados como N. 5 de la presente acusación.
99.- Copia Simple de Invoice N. RH120540 de fecha 20 de enero de 2.014 y que
dice relación con los hechos signados como N. 5 de la presente acusación.
100.- Copia Simple de Packing List N. RH120540 de fecha 20 de enero de 2.014 y
que dice relación con los hechos signados como N. 5 de la presente acusación.
101.- * No incorporado.
102.- * No incorporado.
103.- * No incorporado.
104.- Copia Simple de Resolución N. 2654 de fecha 11 de abril de 2.014, del
Servicio Nacional de Adunas, departamento de fiscalización.
105.- Copia Simple de Denuncia de Hugo Boss Trademark Management GMBH &
Co.KG, todos sus anexos y que dice relación con los hechos signados como N.
5 de la presente acusación, en causa RIT N. 2019-2014, de fecha 16 de abril
de 2.014.
106.- Copia Simple de Querella de Carolina Herrera LTD.,, todos sus anexos y que
dice relación con los hechos signados como N. 5 de la presente acusación, en
causa RIT N. 2019-2014, de fecha 22 de abril de 2.014.
107.- * No incorporado.
108.- * No incorporado.
109.- Esquema I2 de los tráficos telefónicos existente entre los acusados, entre los
meses de octubre y noviembre del año 2.014.
110.- Copia Simple de Listado de destrucción de los años 2.014 y 2.015 efectuados
por empresa Logística Ambiente Sano Ltda., vertedero Cartagena.
111.- Copia Simple de Listado de destrucción de los años 2.014 y 2.015 efectuados
por empresa Logística Ambiente Sano Ltda., vertedero El Molle.
112.- Copia de expediente sumarial, respecto del acusado Cristian Avilés Trigo,
efectuado por el Servicio Nacional de Adunas, remitido por oficio ordinario
N°2893 de fecha 16 de marzo de 2016, de aproximadamente 550 páginas,

205
según descripción fiscal, incorporado resumidamente en que se hizo alusión
con fojas, destaca de esto: A Fojas 1 correo electrónico indicando inicio de
sumario administrativo, correo de fecha 13 de abril del año 2015. A fojas 11,
declaración prestada ante fiscal sumariante por el abogado Johnson, de fecha
17 de abril de 2015, abogado de aduanas, en que se daba cuenta de suspicacias
por los procedimientos que pudieron adoptarse para la sustracción de especies.
A fojas 13, declaración prestada ante fiscal sumariante por Teresa Moreno
administradora de la Aduana de San Antonio, quien sostenía que le
comunicaran el resultado de una investigación por contrabando llevada a cabo
por la P.D.I., advirtiendo inconsistencias en los procesos y documentos, y que
comenzaron a revisar documentos firmados irregularmente por el funcionario
Avilés. Explicó que Avilés había firmado actas de Saam Extraportuario, y otro
por Karen Maulén. A fojas 15 declaración de María Cristina Saavedra al
sumariante, en donde consta que la deponente hablaba de las mercancías que
estaban destinadas a destrucción y vínculos con almacenes extraportuarios. A
fojas 52 declaración de Eduardo Vásquez, quien declara frente al sumariante.
A fojas 57 declaró Juan Carlos López Aceituno encargado de almacén declaró
sobre los procedimiento internos de destrucción de mercaderías. A fojas 62
declaración de Eduardo Espinoza quien prestó declaración ante fiscal
sumariante. A fojas 68, consta de fecha 2 de mayo de 2015, declaración de
Pedro Marcos Chávez Ayala. A fojas 69 declaró Claudia Alejandra López,
con fecha 6 de mayo de 2015. A fojas 72, declaración de Marcela Valenzuela
Jara de 6 de mayo de 2015. A fojas 124, oficio N°6689 de aduanas. A fojas
169 servicio nacional de aduanas, acta de destrucción sin número firmada por
Avilés Trigo. Haciendo presente cuáles son los testigos de mayor relevancia.
A fojas 248 se indica la no contratación de servicios en los términos del
sumario. A fs. 256, fecha en que ingreso y desarrolla diligencia, anotaciones
de demérito infracciones atrasos en entrega de trabajos, como anotación de
mérito a fs. 257. A fs. 288 consta resolución del S.N.A. donde aplica medidas
disciplinarias, aplicando censura a Avilés Trigo, año 2012. A fojas 372
declaración de Amalia Vásquez Núñez. A fojas 377 a 380 declaración de
Jeanette Velásquez Acevedo. A fojas 381 a 386 declaración Teresa Moreno. A
Fojas 387 y 388 resolución que suspende a funcionaria administrativa de
funciones de forma preventiva. A fojas 422 a 428 declaración de Daniel
Toledo. A fojas 429 a 431, declaración de José Luis Villalón, funcionario de
aduanas. A Fojas 432 a 433 Enrique Abarca Oyarzun, ingeniero de aduanas,
dando cuenta de estándar de vida de Avilés. A fojas 434 a 437 declaración de
Teresa Arévalo Jorquera. A fojas 451 oficio 2550 de agosto de 2014, remitido
a Puerto Central. 525 a 526, resolución de cierre y formulación de cargos.
113.- * No incorporado.
114.- * No incorporado.
115.- * No incorporado.

206
116.- * No incorporado.
117.- * No incorporado.
118.- * No incorporado.
119.- * No incorporado.
120.- * No incorporado.
121.- * No incorporado.
122.- * No incorporado.
123.- * No incorporado.
124.- * No incorporado.
125.- * No incorporado.
126.- * No incorporado.
127.- * No incorporado.
128.- * No incorporado.
129.- Copia Simple de Resolución Afecta N. 1392-05.09.07, del Servicio Nacional
de Aduana.
130.- Copia Simple de Certificado de Antigüedad del acusado Cristian Avilés Trigo,
del Servicio Nacional de Aduana.
131.- Copia Simple de Oficio N.156-2015 de fecha 20 de abril de 2.015, sobre
almacenamiento de 67 monedas de oro, dinero en pesos argentinos y
uruguayos.
132.- Copia Simple de comprobante de depósito en moneda extranjera del Banco
Estado de Chile, de fecha 22 de abril de 2.015, en cuenta N. 23908021886, por
un monto de 536 dólares americanos, incautados como parte de la presente
acusación.
133.- Copia Simple de comprobante de depósito en cuenta corriente del Banco
Estado de Chile, de fecha 22 de abril de 2.015, en cuenta N. 23900309091, por
un monto de $3.700.000, incautados como parte de la presente acusación.
134.- Copia Simple de comprobante de depósito en moneda extranjera del Banco
Estado de Chile, de fecha 22 de abril de 2.015, en cuenta N. 23908021886, por
un monto de 30.115 dólares americanos, incautados como parte de la presente
acusación.
135.- Copia Simple de comprobante de depósito en cuenta corriente del Banco
Estado de Chile, de 22 de abril de 2.015, en cuenta Nº 23900309091, por un
monto de $193.000, incautados como parte de la presente acusación.
136.- * No incorporado.
137.- Resolución del Tribunal de Garantía de San Antonio, de fecha 10 de abril de
2.015, sobre orden de detención, entradas, registro e incautación en causa RIT
N. 1130-2014.
138.- Copia Simple del Servicio de Impuestos Internos, respecto de valores de la
UTM durante los meses del año 2.014.
139.- * No incorporado.

207
140.- Copia Simple de Certificado de Inscripción de Vehículos Motorizados,
correspondiente al móvil Placa Patente Única DXCX-36.
141.- Copia Simple de Certificado de Inscripción de Vehículos Motorizados,
correspondiente al móvil Placa Patente Única DBLL-34.
142.- Copia Simple de Certificado de Inscripción de Vehículos Motorizados,
correspondiente al móvil Placa Patente Única GDCT-92.
143.- Copia Simple de Certificado de Inscripción de Vehículos Motorizados,
correspondiente al móvil Placa Patente Única DVFK-48.
144.- Copia Simple de Certificado de Inscripción de Vehículos Motorizados,
correspondiente al móvil Placa Patente Única BDCV-83.
145.- Copia Simple de Certificado de Inscripción de Vehículos Motorizados,
correspondiente al móvil Placa Patente Única CZGJ-33.
146.- Copia Simple de Certificado de Inscripción de Vehículos Motorizados,
correspondiente al móvil Placa Patente Única FKKD-80.
147.- Copia Simple de Certificado de Inscripción de Vehículos Motorizados,
correspondiente al móvil Placa Patente Única BGCF-11.
148.- Oficio N.° 13362 de fecha 16 de marzo de 2.016, de la Policía de
Investigaciones de Chile, que indica el movimiento migratorio del imputado
Cristián Avilés Trigo.
149.- * No incorporado.
150.- * No incorporado.
151.- Copia Autorizada del formulario N.º 22 del Servicio de Impuestos Internos,
correspondiente al año tributario 2.013, de Héctor Andrés Valenzuela Silva,
Folio 217513013.
152.- Copia Autorizada del formulario N.º 22 del Servicio de Impuestos Internos,
correspondiente al año tributario 2.013, de Mauricio Rivera Meza, Folio
240283573.
153.- Copia Autorizada de Formulario 29 del Servicio de Impuestos Internos,
correspondiente al año tributario 2.013, de Karen Maulén González.
154.- Copia Autorizada de Formulario 29 del Servicio de Impuestos Internos,
correspondiente al año tributario 2.014, de Karen Maulén González.
155.- Copia Autorizada de Formulario 29 del Servicio de Impuestos Internos,
correspondiente al año tributario 2.015, de Karen Maulén González.
156.- Copia Autorizada del formulario N.º 22 del Servicio de Impuestos Internos,
correspondiente al año tributario 2.013, de Karen Maulén González, Folio
220939313.
157.- Copia Autorizada del formulario N.º 22 del Servicio de Impuestos Internos,
correspondiente al año tributario 2.014, de Karen Maulén González, Folio
232222144.
158.- Copia Autorizada del formulario N.º 22 del Servicio de Impuestos Internos,
correspondiente al año tributario 2.015, de Karen Maulén González, Folio
209158105.

208
159.- Copia Autorizada del formulario N.º 22 del Servicio de Impuestos Internos,
correspondiente al año tributario 2.015, de Nelson Lara Mesa, Folio
217377265.
160.- Ordinario DJU05.00 N.º2 de fecha 12 de enero de 2.016 del Departamento
Jurídico del Servicio de Impuestos Internos.
161.- Factura N° 1 de fecha 01/01/2015 Jaime Nicolás Álvarez Quiroz.
162.- Factura N° 19 de fecha 30/04/2014 Marcelo de la Cruz Gatica Soto.
163.- Factura N° 38 de fecha 30/06/2014 Cesar Gabriel Philippi Ureta.
164.- Factura N° 43 de fecha 14/01/2014 Juan Carlos Galaz Acevedo.
165.- Factura N° 44 de fecha 13/08/2014 Cesar Gabriel Philippi Ureta.
166.- Factura N° 47 de fecha 26/09/2014 Cesar Gabriel Philippi Ureta.
167.- Factura N° 55 de fecha 30/11/2014 Cesar Gabriel Philippi Ureta.
168.- Factura N° 58 de fecha 27/02/2015 Cesar Gabriel Philippi Ureta.
169.- Factura N° 59 de fecha 27/02/2015 Cesar Gabriel Philippi Ureta.
170.- Factura N°132 de fecha 31/08/2013 Palacios y Tapia Ltda.
171.- Factura N°140 de fecha 05/12/2013 Josefina Florencia Rozas Mora.
172.- Factura N°186 de fecha 26/07/2014 Luis Rosendo Abarca Morales EIRL.
173.- Factura N°192 de fecha 24/04/2014 Francisco Gabriel Guerrero Carreño.
174.- Factura N°200 de fecha 03/12/2013 Cristian Nelson Osorio Dinamarca.
175.- Factura N°202 de fecha 31/12/2013 Cristian Nelson Osorio Dinamarca.
176.- Factura N°338 de fecha 04/03/2015 Armando Armijo Inversiones Consultoría
e Ingeniería E.I.R.L.
177.- Factura N°392 de fecha 21/08/2013 Patricio Humberto Zúñiga Carmona.
178.- Factura N°424 de fecha 06/12/2013 Julio Palma Faure E.I.R.L.
"Construcciones JP E.I.R.L".
179.- Factura N°685 de fecha 08/11/2014 Ferretería Ferrus Ltda.
180.- Factura N°727 de fecha 23/09/2013 Carlos Alberto Vera Montero.
181.- Factura N°731 de fecha 20/10/2013 Carlos Alberto Vera Montero.
182.- Factura N°732 de fecha 21/10/2013 Carlos Alberto Vera Montero.
183.- Factura N°736 de fecha 21/11/2013 Carlos Alberto Vera Montero.
184.- Factura N°738 de fecha 02/12/2013 Carlos Alberto Vera Montero.
185.- Factura N°931 de fecha 15/11/2014 Mónica Cecilia Jacob Manzur.
186.- Factura N°936 de fecha 29/11/2014 Mónica Cecilia Jacob Manzur.
187.- Factura N°1025 de fecha 21/10/2014 Polambiente S.A.
188.- Factura N°1322 de fecha 02/06/2014 Marcelo Patricio Plaza Montoya
(Impresos Plaza).
189.- Factura N°1347 de fecha 22/09/2014 Cristian Eduardo Gutiérrez Silva.
190.- Factura N°1351 de fecha 06/10/2014 Cristian Eduardo Gutiérrez Silva.
191.- Factura N°1354 de fecha 21/07/2014 Marcelo Patricio Plaza Montoya
(Impresos Plaza).
192.- Factura N°1355 de fecha 15/10/2014 Cristian Eduardo Gutiérrez Silva.
193.- Factura N°2327 de fecha 02/10/2014 Muellaje del Pacifico Ltda.

209
194.- Factura N°2330 de fecha 06/10/2014 Muellaje del Pacifico Ltda.
195.- Factura N°2331 de fecha 07/10/2014 Muellaje del Pacifico Ltda.
196.- Factura N°3236 de fecha 29/11/2013 Arrisan y Cía. Ltda.
197.- Factura N°3434 de fecha 28/04/2014 Arrisan y Cía. Ltda.
198.- Factura N°3443 de fecha 30/04/2014 Arrisan y Cía. Ltda.
199.- Factura N°3604 de fecha 15/09/2014 Arrisan y Cía. Ltda.
200.- Factura N°3612 de fecha 25/09/2014 Arrisan y Cía. Ltda.
201.- Factura N°3635 de fecha 07/10/2014 Arrisan y Cía. Ltda.
202.- Factura N°3646 de fecha 13/10/2014 Arrisan y Cía. Ltda.
203.- Factura N°3672 de fecha 10/11/2014 Arrisan y Cía. Ltda.
204.- Factura N°3688 de fecha 28/11/2014 Arrisan y Cía. Ltda.
205.- Factura N°3701 de fecha 05/12/2014 Arrisan y Cía. Ltda.
206.- Factura N°3712 de fecha 18/12/2014 Arrisan y Cía. Ltda.
207.- Factura N°3727 de fecha 31/12/2014 Arrisan y Cía. Ltda.
208.- Factura N°3794 de fecha 19/02/2015 Arrisan y Cía. Ltda.
209.- Factura N°3939 de fecha 23/09/2014 Juan Mauricio Muñoz Vásquez.
210.- Factura N°8217 de fecha 07/07/2014 Maestranza y Planta de Áridos Rio
Maipo S.A.
211.- Factura N°10671 de fecha 11/11/2014 Jaime Antonio Galarce Berrios.
212.- Factura N°12919 de fecha 30/04/2014 Gestión Ambiental Ltda.
213.- Factura N°14330 de fecha 03/12/2013 Gaiche Cerdeira Jose Francisco y Otra
"El Asturiano".
214.- Factura N°14373 de fecha 19/12/2013 Gaiche Cerdeira Jose Francisco y Otra
"El Asturiano".
215.- Factura N°17504 de fecha 31/03/2014 Eco-Garbage S.A.
216.- Factura N°17505 de fecha 31/03/2014 Eco-Garbage S.A.
217.- Factura N°17564 de fecha 30/04/2014 Eco-Garbage S.A.
218.- Factura N°17569 de fecha 30/04/2014 Eco-Garbage S.A.
219.- Factura N°17647 de fecha 31/05/2014 Eco-Garbage S.A.
220.- Factura N°17753 de fecha 30/06/2014 Eco-Garbage S.A.
221.- Factura N°17825 de fecha 31/07/2014 Eco-Garbage S.A.
222.- Factura N°17845 de fecha 31/07/2014 Eco-Garbage S.A.
223.- Factura N°17955 de fecha 31/08/2014 Eco-Garbage S.A.
224.- Factura N°18029 de fecha 30/09/2014 Eco-Garbage S.A.
225.- Factura N°18037 de fecha 30/09/2014 Eco-Garbage S.A.
226.- Factura N°18076 de fecha 31/10/2014 Eco-Garbage S.A.
227.- Factura N°18174 de fecha 30/11/2014 Eco-Garbage S.A.
228.- Factura N°18263 de fecha 31/12/2014 Eco-Garbage S.A.
229.- Factura N°25653 de fecha 14/08/2013 Protecsan Ltda.
230.- Factura N°25719 de fecha 31/08/2013 Protecsan Ltda.
231.- Factura N°25762 de fecha 10/09/2013 Protecsan Ltda.
232.- Factura N°27168 de fecha 13/06/2014 Protecsan Ltda.

210
233.- Factura N°27201 de fecha 17/06/2014 Protecsan Ltda.
234.- Factura N°27340 de fecha 10/07/2014 Protecsan Ltda.
235.- Factura N°27488 de fecha 18/08/2014 Protecsan Ltda.
236.- Factura N°27489 de fecha 18/08/2014 Protecsan Ltda.
237.- Factura N°29367 de fecha 03/01/2014 Ferretería San Antonio S.A.
238.- Factura N°96351 de fecha 07/01/2014 Jose Javier Cisternas Navarro y Cía.
Ltda. (Ferretería Tres Estrellas).
239.- Factura N°98291 de fecha 05/04/2014 Jose Javier Cisternas Navarro y Cía.
Ltda. (Ferretería Tres Estrellas).
240.- Factura N°98292 de fecha 05/04/2014 Jose Javier Cisternas Navarro y Cía.
Ltda. (Ferretería Tres Estrellas).
241.- Factura N°98304 de fecha 07/04/2014 Jose Javier Cisternas Navarro y Cía.
Ltda. (Ferretería Tres Estrellas).
242.- Factura N°202251 de fecha 09/09/2013 Elisa Flores y Cía. Ltda." Maderas y
Materiales Lotito".
243.- Factura N°202262 de fecha 10/09/2013 Elisa Flores y Cía. y Materiales
Lotito".
244.- Factura N°203882 de fecha 10/09/2013 Elisa Flores y Cía. y Materiales
Lotito".
245.- Factura N°203947 de fecha 11/09/2013 Elisa Flores y Cía. y Materiales
Lotito".
246.- Factura N°205745 de fecha 02/06/2014 Ferretería Exposición Ltda.
247.- Factura N°736975 de fecha 26/11/2014 Container Operators S.A.
248.- Factura N°739925 de fecha 30/12/2014 Container Operators S.A.
249.- Factura N°742825 de fecha 27/01/2015 Container Operators S.A.
250.- Factura N°746432 de fecha 27/02/2015 Container Operators S.A.
251.- Factura N°3262327 de fecha 27/08/2014 Electrónica Casa Royal Ltda.
252.- Factura N°10364777 de fecha 28/08/2014 BCI.
253.- Factura N°10478191 de fecha 24/09/2014 BCI.
254.- Factura N°10483390 de fecha 26/09/2014 BCI.
255.- Factura N°27749 de fecha 13/10/2014 Protecsan Ltda.
256.- Factura N°27750 de fecha 13/10/2014 Protecsan Ltda.
257.- Factura N°27827 de fecha 29/10/2014 Protecsan Ltda.
258.- Factura N°28033 de fecha 02/12/2014 Protecsan Ltda.
259.- Factura N°28406 de fecha 16/02/2015 Protecsan Ltda.
260.- Factura N°37234 de fecha 17/01/2015 Puerto Central S.A.
261.- Factura N°8412 de factura 30/10/2014 Puerto Panul S.A.
262.- Factura N°587 de fecha 30/11/2013 Roberto Carlos González Gaete.
263.- Factura N°757 de fecha 25/08/2014 Roberto Carlos González Gaete.
264.- Factura N°2431 de fecha 10/12/2013 Rubén Esteban Saavedra Astudillo.
265.- Factura N° 2432 de fecha 10/12/2013 Rubén Esteban Saavedra Astudillo.
266.- Factura N°2479 de fecha 16/01/2014 Rubén Esteban Saavedra Astudillo.

211
267.- Factura N°2503 de fecha 06/02/2014 Rubén Esteban Saavedra Astudillo.
268.- Factura N°2509 de fecha 12/02/2014 Rubén Esteban Saavedra Astudillo.
269.- Factura N°2525 de fecha 11/03/2014 Rubén Esteban Saavedra Astudillo.
270.- Factura N°1 de fecha 27/10/2014 Saisercargo Spa.
271.- Factura N°642 de fecha 25/09/2014 Sandro Marcelo Torres González.
272.- Factura N°644 de fecha 01/10/2014 Sandro Marcelo Torres González.
273.- Factura N°647 de fecha 08/10/2014 Sandro Marcelo Torres González.
274.- Factura N°648 de fecha 24/10/2014 Sandro Marcelo Torres González.
275.- Factura N°992 de fecha 10/06/2014 Sergio Luis Zúñiga Bravo.
276.- Factura N°10927 de fecha 23/10/2013 Soc. de Servicios Computacionales y
de Oficina Ltda.
277.- Factura N°8 de fecha 07/08/2014 Soc. de Transporte Pin-Mar Ltda.
278.- Factura N°9 de fecha 08/08/2014 Soc. de Transporte Pin-Mar Ltda.
279.- Factura N°11 de fecha 02/09/2014 Soc. de Transporte Pin-Mar Ltda.
280.- Factura N°12 de fecha 02/09/2014 Soc. de Transporte Pin-Mar Ltda.
281.- * No incorporado.
282.- * No incorporado.
283.- * No incorporado.
284.- * No incorporado.
285.- * No incorporado.
286.- * No incorporado.
287.- Factura N°102824 de fecha 02/04/2014 Suministros de Naves Metalmar Cía.
Ltda.
288.- Factura N°103446 de fecha 24/04/2014 Suministros de Naves Metalmar Cía.
Ltda.
289.- Factura N°103794 de fecha 02/05/2014 Suministros de Naves Metalmar Cía.
Ltda.
290.- Factura N°103900 de fecha 07/05/2014 Suministros de Naves Metalmar Cía.
Ltda.
291.- Factura N°104874 de fecha 04/06/2014 Suministros de Naves Metalmar Cía.
Ltda.
292.- Factura N°105218 de fecha 13/06/2014 Suministros de Naves Metalmar Cía.
Ltda.
293.- Factura N°105474 de fecha 21/06/2014 Suministros de Naves Metalmar Cía.
Ltda.
294.- Factura N°109296 de fecha 23/10/2014 Suministros de Naves Metalmar Cía.
Ltda.
295.- Factura N°1 de fecha 02/09/2013 Puerto Central S.A.
296.- Factura N°2 de fecha 12/09/2013 Puerto Central S.A.
297.- Factura N°3 de fecha 17/09/2013 Asesorías Cafrahel y Jo Ltda.
298.- Factura N°4 de fecha 23/09/2013 Puerto Central S.A.
299.- Factura N°5 de fecha 25/09/2013 Puerto Central S.A.

212
300.- Factura N°6 de fecha 15/10/2013 Asesorías Cafrahel y Jo Ltda.
301.- Factura N°7 de fecha 20/10/2013 Asesorías Cafrahel y Jo Ltda.
302.- Factura N°9 de fecha 15/11/2013 Puerto Central S.A.
303.- Factura N°10 de fecha 03/12/2013 Puerto Central S.A.
304.- Factura N°11 de fecha 09/12/2013 Puerto Central S.A.
305.- Factura N°12 de fecha 09/12/2013 Puerto Central S.A.
306.- Factura N°13 de fecha 17/01/2014 Puerto Central S.A.
307.- Factura N°15 de fecha 12/02/2014 Puerto Central S.A.
308.- Factura N°16 de fecha 14/02/2014 SAAM S.A.
309.- Factura N°17 de fecha 26/02/2014 Puerto Central S.A.
310.- Factura N°19 de fecha 15/03/2014 SAAM S.A.
311.- Factura N°21 de fecha 31/03/2014 Empresa Constructora Belfi S.A.
312.- Factura N°22 de fecha 31/03/2014 Empresa Constructora Belfi S.A.
313.- Factura N°23 de fecha 15/04/2014 SAAM Extraportuarios S.A.
314.- Factura N°24 de fecha 15/04/2014 SAAM Extraportuarios S.A.
315.- Factura N°25 de fecha 29/04/2014 Puerto Central S.A.
316.- Factura N°26 de fecha 30/04/2014 Empresa Constructora Belfi S.A.
317.- Factura N°27 de fecha 30/04/2014 Empresa Constructora Belfi S.A.
318.- Factura N°28 de fecha 30/04/2014 SAAM S.A.
319.- Factura N°31 de fecha 16/05/2014 SAAM Extraportuarios S.A.
320.- Factura N°32 de fecha 16/05/2014 Capitán y/o Armadores M/N Siskin
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
321.- Factura N°33 de fecha 16/05/2014 Capitán y/o Armadores M/N Tuju Arrow
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
322.- Factura N°34 de fecha 31/05/2014 Empresa Constructora Belfi S.A.
323.- Factura N°35 de fecha 31/05/2014 Empresa Constructora Belfi S.A.
324.- Factura N°36 de fecha 16/06/2014 Capitán y/o Armadores M/N Corela
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
325.- Factura N°37 de fecha 16/06/2014 Puerto Central S.A.
326.- Factura N°38 de fecha 17/06/2014 Capitán y/o Armadores M/N Star
Livorno A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
327.- Factura N°39 de fecha 17/06/2014 Capitán y/o Armadores M/N Star
Livorno A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
328.- Factura N°40 de fecha 17/06/2014 Puerto Central S.A.
329.- Factura N°41 de fecha 17/06/2014 Puerto Central S.A.
330.- Factura N°43 de fecha 27/06/2014 San Antonio Terminal Internacional S.A.
331.- Factura N°44 de fecha 27/06/2014 SAAM Extraportuarios S.A.
332.- Factura N°47 de fecha 04/07/2014 Puerto Central S.A.
333.- Factura N°48 de fecha 30/06/2014 Empresa Constructora Belfi S.A.
334.- Factura N°50 de fecha 18/07/2014 Capitán y/o Armadores M/N Pipit Arrow
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.

213
335.- Factura N°51 de fecha 18/07/2014 Capitán y/o Armadores M/N Star
Livorno A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
336.- Factura N°52 de fecha 18/07/2014 Capitán y/o Armadores M/N Pine Arrow
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
337.- Factura N°53 de fecha 18/07/2014 Capitán y/o Armadores M/N Swan
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
338.- Factura N°54 de fecha 18/07/2014 Capitán y/o Armadores M/N Swan
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
339.- Factura N°55 de fecha 18/07/2014 Capitán y/o Armadores M/N Tsuru
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
340.- Factura N°56 de fecha 18/07/2014 Capitán y/o Armadores M/N Puffn
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
341.- Factura N°57 de fecha 18/07/2014 Capitán y/o Armadores M/N Swan
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
342.- Factura N°58 de fecha 18/07/2014 Empresa Constructora Belfi S.A.
343.- Factura N°59 de fecha 22/07/2014 Puerto Central S.A.
344.- Factura N°61 de fecha 29/07/2014 Capitán y/o Armadores M/N Petrel
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
345.- Factura N°62 de fecha 29/07/2014 Capitán y/o Armadores M/N Puffn
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
346.- Factura N°63 de fecha 29/07/2014 Capitán y/o Armadores M/N Star
Lysefjord A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
347.- Factura N°64 de fecha 29/07/2014 Capitán y/o Armadores M/N Star
Lysefjord A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
348.- Factura N°66 de fecha 29/07/2014 Capitán y/o Armadores M/N Petrel
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
349.- Factura N°67 de fecha 31/07/2014 Empresa Constructora Belfi S.A.
350.- Factura N°68 de fecha 12/08/2014 Puerto Columbo S.A.
351.- Factura N°69 de fecha 12/08/2014 Puerto Central S.A.
352.- Factura N°70 de fecha 19/08/2014 Capitán y/o Armadores M/N Tsuru
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
353.- Factura N°71 de fecha 19/08/2014 Capitán y/o Armadores M/N Petrel
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
354.- Factura N°72 de fecha 19/08/2014 Puerto Columbo S.A.
355.- Factura N°73 de fecha 25/08/2015 Puerto Central S.A.
356.- Factura N°75 de fecha 26/08/2014 Conf. Andrea Feliu y Lara Ltda.
357.- Factura N°76 de fecha 22/09/2014 Puerto Central S.A.
358.- Factura N°79 de fecha 22/09/2014 SAAM Extraportuarios S.A.
359.- Factura N°80 de fecha 30/09/2014 C.D.R. Aramark Mutiservicios Ltda.
360.- Factura N°81 de fecha 13/10/2014 C.D.R. Aramark Mutiservicios Ltda.
361.- Factura N°85 de fecha 21/10/2014 Puerto Central S.A.

214
362.- Factura N°88 de fecha 21/10/2014 Capitán y/o Armadores M/N Tenca
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
363.- Factura N°90 de fecha 21/10/2014 Capitán y/o Armadores M/N Saga
Voyager A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
364.- Factura N°91 de fecha 05/11/2014 Cementos La Unión S.A.
365.- Factura N°92 de fecha 09/11/2014 Capitán y/o Armadores M/N Toki Arrow
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
366.- Factura N°93 de fecha 09/11/2014 Ultramar Agencia Marítima Ltda.
367.- Factura N°94 de fecha 10/11/2014 C.D.R. Aramark Mutiservicios Ltda.
368.- Factura N°95 de fecha 11/11/2014 Capitán y/o Armadores M/N Toki Arrow
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
369.- Factura N°96 de fecha 11/11/2014 Capitán y/o Armadores M/N Toki Arrow
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
370.- Factura N°97 de fecha 11/11/2014 Capitán y/o Armadores M/N Tenca
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
371.- Factura N°98 de fecha 12/11/2014 Capitán y/o Armadores M/N Tenca
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
372.- Factura N°99 de fecha 12/11/2014 Capitán y/o Armadores M/N Eagle
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
373.- Factura N°100 de fecha 01/12/2014 Cementos La Unión S.A.
374.- Factura N°101 de fecha 01/12/2014 C.D.R. Aramark Mutiservicios Ltda.
375.- Factura N°102 de fecha 01/12/2014 Capitán y/o Armadores M/N Star Kinn
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
376.- Factura N°103 de fecha 01/12/2014 Capitán y/o Armadores M/N Toki Arrow
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
377.- Factura N°104 de fecha 01/12/2014 Capitán y/o Armadores M/N Tsuru Arrow
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
378.- Factura N°105 de fecha 03/12/2014 C.D.R. Aramark Mutiservicios Ltda.
379.- Factura N°106 de fecha 15/12/2014 Capitán y/o Armadores M/N Petrel Arrow
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
380.- Factura N°107 de fecha 17/12/2014 C.D.R. Aramark Mutiservicios Ltda.
381.- Factura N°108 de fecha 17/12/2014 Terminal Pacífico Sur Valpo S.A.
382.- Factura N°109 de fecha 29/12/2014 Capitán y/o Armadores M/N Petrel Arrow
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
383.- Factura N°110 de fecha 29/12/2014 Capitán y/o Armadores M/N Petrel Arrow
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
384.- Factura N°111 de fecha 29/12/2014 Capitán y/o Armadores M/N Star Kinn
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
385.- Factura N°112 de fecha 29/12/2014 Cementos La Unión S.A.
386.- Factura N°113 de fecha 31/12/2014 Capitán y/o Armadores M/N Star Kinn
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
387.- Factura N°114 de fecha 02/02/2015 Ultramar Agencia Marítima Ltda.

215
388.- Factura N°115 de fecha 02/02/2015 C.D.R. Aramark Mutiservicios Ltda.
389.- Factura N°116 de fecha 05/02/2015 Capitán y/o Armadores M/N Tawa Arrow
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
390.- Factura N°117 de fecha 05/02/2015 Capitán y/o Armadores M/N As Valencia
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
391.- Factura N°118 de fecha 05/02/2015 Capitán y/o Armadores M/N Merlin
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
392.- Factura N°119 de fecha 05/02/2015 Capitán y/o Armadores M/N Merlin
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
393.- Factura N°120 de fecha 05/02/2015 Capitán y/o Armadores M/N As Valencia
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
394.- Factura N°121 de fecha 05/02/2015 Capitán y/o Armadores M/N As Valencia
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
395.- Factura N°122 de fecha 11/02/2015 Capitán y/o Armadores M/N As Valencia
A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
396.- Factura N°49 de fecha 15/07/2014 Capitán y/o Armadores M/N Puffin
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
397.- Factura N°83 de fecha 13/10/2014 Capitán y/o Armadores M/N Tenca
Arrow A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
398.- Factura N°87 de fecha 21/10/2014 Capitán y/o Armadores M/N Star
Lindesnes A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
399.- Factura N°89 de fecha 21/10/2014 Capitán y/o Armadores M/N Saga
Voyager A/C Ultramar Ag. Marítima Ltda.
* Otros medios de prueba.
1.- Un Disco Compacto con audios de interceptaciones telefónicas de los números
64166431, 73064482, 67521155, 86199416, 66577616, 99972149, 66886923,
66886286, 84775923, 56700757 y 83433029, con su respectiva cadena de
custodia N.U.E. 2576087.
2.- Un Disco Compacto con audios de interceptaciones telefónicas de los números
64166431, 73064482, 67521155, 86199416, 66577616, 99972149, 66886923,
66886286, 84775923, 56700757 y 83433029, con su respectiva cadena de
custodia N.U.E. 2576093.
3.- * No incorporado.
4.- * No incorporado.
5.- Set de Nueve Fotografías, correspondiente a los hechos materia de la presente
acusación, asociadas al informe policial N. 103 de fecha 02 de junio de 2.014.
6.- Un Disco Compacto con audios de interceptaciones telefónicas, con su
respectiva cadena de custodia N.U.E. 2576138.
7.- * No incorporado.
8.- Un Disco Compacto con audios de interceptaciones telefónicas, con su
respectiva cadena de custodia N.U.E. 2576156.

216
9.- Set de 19 Fotografías, respecto de seguimientos efectuados a los acusados y
especies apropiadas, materia de la presente acusación, contenidas en informe
policial N. 253 de fecha 06 de noviembre de 2.014 e informe policial N. 268 De
fecha 01 de Diciembre de 2.014 y que dicen relación con los hechos signados
como número 3 de la presente acusación.
10.- Un Disco Compacto con audios de interceptaciones telefónicas, con su
respectiva cadena de custodia N.U.E. 2576163.
11.- Un Disco Compacto con videos de cámaras de seguridad del supermercado
Jumbo de Viña del Mar, del día 31 de Octubre de 2.014, con su respectiva
cadena de custodia N.U.E. 2576158.
12.- Un Disco Compacto con audios de interceptaciones telefónicas, con su
respectiva cadena de custodia N.U.E. 2576167.
13.- * No incorporado.
14.- * No incorporado.
15.- * No incorporado.
16.- * No incorporado.
17.- Set de 10 fotografías de fecha 30 de octubre de 2.014, correspondientes a los
hechos signados como N. 3 de la presente acusación, correspondiente a camión
que retira especies, bodegas de almacenajes SAAM Extraportuarios,
información del vehículo e informe equifax.
18.- Set de 11 fotografías de bodegas N. 4 y N. 5, para almacenar mercancía de
“rezago” y de destrucción en SAAM Extraportuarios, contenida en informe
policial N. 202 de fecha 02 de septiembre de 2.015 de la “BRICO” de la Policía
de Investigaciones de Chile.
19.- Set de Siete Fotografías respecto de seguimientos efectuados a los acusados
y especies apropiadas, materia de la presente acusación, contenidas en informe
policial N. 281 de fecha 23 de diciembre de 2.014 y que dicen relación con los
hechos signados como número 5 de la presente acusación.
77.- Set de 62 fotografías de especies y documentos incautados desde el domicilio
ubicado en Marco Echeñique N. 833, Condominio Las Palmas, Maipú,
correspondiente al acusado Miguel Alcaíno Aleu.
DECIMOSÉPTIMO: Prueba de descargo.-
Algunas defensas de los encartados, sin perjuicio de ejercer, todos, su
actividad probatoria al alero de los contraexámenes ya descritos (por cuanto todos
adhieren a la prueba de cargo), incorporan al juicio además las siguientes pruebas
autónomas:
1.- Por parte de la defensa del acusado Alcaíno Aleu.
1.1.- Como documento, un Permiso de Tenencia de arma semi automática
tipo pistola serie 170304 calibre 380, inscripción de 5 abril de 1994, a nombre de
Miguel Alcaíno.

217
1.2.- Como documento, un Parte Denuncia N°589, de 22 de enero de 2007,
efectuada por Miguel Alcaíno por el Robo de una pistola calibre 380, entre otros
bienes.
1.3.- Como documento, una copia de sentencia dictada en causa R.I.T.
N°5118-2014, R.U.C. N°1401088215-0, del Juzgado de Garantía de Osorno con
Certificación de Ejecutoria.
2.- Por parte de la defensa del acusado Avilés Trigo.
2.1.- Como documento, un informe evacuado por Ricardo Carlson
Mahan, jefe del departamento administrativo del S.N.A. de San Antonio,
respecto de una solicitud de la defensa de fecha 27 de julio de 2015.
3.- Por parte de la defensa de la acusada Maulén González.
3.1.- Como documento, un Acta de destrucción, sin número, de fecha 30 de
octubre de 2014.
3.2.- Como documento, un Acta de destrucción, sin número, de fecha 19 de
febrero de 2015.
3.3.- Como documento, un Acta de constitución de Sociedad Logística
Ambiente Sano Ltda., de fecha 12 de agosto de 2013.
3.4.- Como documento, una Resolución Exenta del Director del S.N.A.,
N°5818-2014.
3.5.- Como documento, una presentación de fecha 16 de abril de 2015
dirigida a Teresa Moreno Germanni, solicitando la revocación de la
autorización N°5818-2014, suscrita por Karen Maulén González.
3.6.- Como documento, una presentación de fecha 17 de abril de 2015
dirigida a Teresa Moreno Germanni, informando sobre existencia de sociedad
de nombre parecido, suscrita por Karen Maulén González.
3.7.- Como documento, una copia de escritura de modificación de
Sociedad Logística Ambiente Sano Ltda., de fecha 22 de marzo de 2014.
3.8.- Como documento, un estatuto actualizado de Sociedad Logística
Ambiente Sano Ltda., impreso el 28 de junio de 2016.
3.9.- Como documento, una copia de certificado de estatuto actualizado de
Logística Ambiente Sano S.P.A., de fecha 28 de junio de 2016.
3.10.- Como documento, un correo electrónico de fecha 12 de noviembre
de 2014, de Karen Maulén González a Mauricio Rivera.
3.11.- Como documento, un correo electrónico de fecha 17 de febrero de
2015, de Héctor Valenzuela Silva a Karen Maulén González, con archivo dando
cuenta de pagos.
3.12.- Como otro medio de prueba, una fotografía de la cedula de
identidad de la acusada.
3.13.- Incorpora como prueba pericial, conforme el artículo 331 letra b) del
Código Procesal Penal, un peritaje caligráfico mediante la lectura del informe
pericial caligráfico N°1761-2015 del laboratorio de criminalística de la PDI.
DECIMOCTAVO: Rechazo de las alegaciones de prueba ilícita.-

218
Como cuestión propia de la ponderación probatoria de todos elementos ya
pormenorizados, si bien previa al análisis sobre la posibilidad de establecimiento
fáctico de las pretensiones invocadas, el Tribunal ha debido revisar la principal
alegación planteada por las defensas en este juicio, referida a la ilicitud de toda la
prueba obtenida por parte del ente persecutor en virtud de diligencias desarrolladas
y obtenidas en infracción de garantías fundamentales de los imputados, la cual
sería, en la especie, la inviolabilidad de sus comunicaciones al tenor del artículo 19
N°4 de la Constitución Política del Estado. En efecto, como se desprende del
debate desarrollado entre los intervinientes, es nítido y patente que las defensas
han centrado la completitud de sus esfuerzos argumentativos en orden a desestimar
la licitud de la prueba obtenida, argumentando para ello que los funcionarios
policiales que desarrollaron la investigación, primero, no comunicaron
suficientemente al fiscal del caso cuáles eran los antecedentes previos existentes
en torno a la imputación que se buscaba en estos autos, sin incorporar entonces los
resultados de las interceptaciones previas en virtud de las cuales se habría obtenido
la información pertinente. Se alude aquí a un contexto engañoso en virtud del cual
tanto el persecutor como el tribunal que accede a la posterior interceptación, en el
contexto de esta causa, no habrían contado con antecedentes relevantes relativos a
una ilegalidad subyacente ya en la obtención de los antecedentes previos existentes
en torno a la denominada investigación “en la Fiscalía Sur” y en “Iquique”. Las
defensas aluden a un contexto engañoso ya en el propio Informe de Denuncia
N°11 de fecha 10 de enero del año 2014 –de PDI al M.P.–, en virtud del cual se
habría esgrimido por los investigadores información ambigua que habría llevado al
juez de control de instrucción a aceptar interceptaciones motivado por la
normativa de la Ley N°20.000, sobre tráfico ilícito de estupefacientes, en
circunstancias que la misma se estaba desarrollando por un supuesto delito de
Cohecho, cuya inexistencia presuntiva a la fecha –como fundamento fácticos d ela
petición e interceptación– también reclaman.
Pues bien, como se ha enunciado en el veredicto comunicado, el tribunal ha
rechazado estas alegaciones basándose en argumentos independientes o,
eventualmente, subsidiarios entre sí: uno relativo a la inexistencia de ilicitud como
consecuencia de la ponderación de la prueba –y la consecuente improcedencia
procesal de alegación en esta sede– y otro relativo a la colisión que se produce al
pretender considerar la existencia de prueba ilícita respecto de actuaciones
investigativas previamente autorizadas por una resolución judicial formalmente
valida.
1.- Fundamentos de la prueba ilícita y sus excepciones.
Conforme esto, creemos importante incorporar, de forma previa, algunos
conceptos relevantes y antecedentes de contexto para fijar el marco de aquello que
entendemos como prueba ilícita en el proceso penal.
Lo primero que cabe destacar, más allá del nivel de precisión al que luego se
puede llegar en base al estudio de los diversos sistemas jurídicos que abordan la

219
institución, es que la prueba ilícita, a muy grandes rasgos, es aquella obtenida y/o
incorporada al juicio con inobservancia a garantías fundamentales de los
imputados. Como apunta NAZZAL, desde las primeras formulaciones de la teoría
de la prueba ilícita se advierte una diversidad de conceptos doctrinales que
apuntan a la misma idea, distinguiéndose, por ejemplo, entre un sistema
continental de derecho como el alemán que habla de “prohibiciones de prueba” o
uno anglosajón que concibe a la institución como una exclusionary rule o regla de
exclusión (NAZZAL. “Prueba Ilícita en materia Penal: análisis crítico de la
jurisprudencia de la Corte Suprema, periodo 2014-2016”. Memoria de grado.
Universidad de Chile, Santiago. 2007. P.9). Como señala HERNÁNDEZ, la
exclusión de las pruebas ilícitas en el proceso penal es un principio que ha ido
imponiéndose lenta pero decididamente en el derecho comparado, logrando con el
tiempo constituirse en una de las piedras angulares de un debido proceso penal
también desde una perspectiva internacional (HERNÁNDEZ. “La Exclusión de la
Prueba Ilícita en el Nuevo Procesal Penal Chileno”. Colección Investigaciones
Jurídicas N°2, Universidad Alberto Hurtado. 2005. P.9); y en dicho contexto, es el
sistema estadounidense al cual debemos apuntar en primer término para iniciar la
comprensión de esta teoría.
La aplicación de la regla de exclusión inicia en Estados Unidos en el año
1914, en Weeks v. United States (232 U.S. 383), caso en el cual se resolvió que no
podía emplearse en juicio prueba de cargo obtenida con infracción a la Cuarta
Enmienda –que contempla una garantía contra detenciones, allanamientos e
incautaciones arbitrarias que no posean una “causa probable”– en la medida que el
caso versaba sobre cartas privadas del acusado obtenidas tras una persecución
ilegal, habiendo el mismo solicitado sin resultado su restitución; y aquí, como bien
apunta HERNÁNDEZ (Ob. Cit. P.12), el caso se resolvió bajo infracción a la
jurisdicción federal mas no estatal (que difería su alcance dependiendo de la
normativa particular de cada Estado), cuestión que recién se zanja en Mapp v.
Ohio (367 U.S. 643) del año 1961, cuando se efectúa la declaración de que las
reglas de exclusión derivadas de la Constitución obligan también a las
jurisdicciones estatales. Desde allí, y como explica ARMENTA, la exclusionary rule
ha transitado entre una férrea aplicación de la garantía hasta una menor
operatividad conforme criterios políticos y judiciales –en torno a su relación con
los incrementos de la delincuencia– y a cambios en la Corte Suprema, desde la
denominada “época Warren” a la “época Roberts” (ARMENTA. La Prueba Ilícita,
un estudio comparado. Ed. Marcial Pons. 2011. P.31). En aquel contexto, la era
“Warren” aplicó el denominado “balancing approach” en virtud del cual se
comenzó a ponderar el peso de los intereses en juego a partir de las Enmiendas
supuestamente infringidas, cuestión que llevó a declarar la imposibilidad de cerrar
los ojos a los costos sociales de la regla de exclusión obligatoria en supuestos de
impunidad de notorios criminales por infracciones policiales leves. Y conforme

220
aquella doctrina, del año 1976, se comienza a recurrir a las tesis atemperadoras la
exclusionary rule.
Estos últimos acontecimientos demuestran que en Estados Unidos la regla de
exclusión ha sido encasillada en una fundamentación eminentemente policial o
administrativa, denominada como deterrence, conforme a la cual el fundamento de
la regla radica en la disuasión de los funcionarios públicos, para que no vulneren la
protección constitucional (HERNÁNDEZ. Ob. Cit. P.14). Así, “la regla de exclusión
es una norma jurisprudencial, conforme a la cual los materiales probatorios
(Evidence) obtenidos por las fuerzas del orden público mediante acciones de
investigación criminal que vulneren los derechos procesales constitucionales
reconocidos por las Enmiendas Cuarta, Quinta, Sexta o Decimocuarta de la
Constitución Federal, no podrán aportarse ni ser valorados por el Juzgado en la
fase decisoria de los procesos penales federales o estatales, a los efectos de la
determinación o prueba (Proof) de la culpabilidad o inocencia del acusado cuyos
derechos fueron violados” (ARMENTA. Ob. Cit. P.32). Y por dicha fundamentación
se han permitido en el sistema norteamericano excepciones a la regla de exclusión
provenientes, principalmente, de dos grandes ideas: una relativa a la buena fe de
los funcionarios que han obtenido la prueba supuestamente ilícita, y otra relativa al
alcance de los efectos procesales de la ilicitud (construida en base a la teoría
denominada como fruit of the poisonous tree).
La primera de estas excepciones, the good faith exception, es coherente al
fundamento de la regla de exclusión que se viene sosteniendo, y refiere entonces
que no es dable la exclusión si los funcionarios que han obtenido la prueba han
obrado de buena fe. Como explica HERNÁNDEZ (Ob. Cit. P.18), esta es la doctrina
sentada, en fallo dividido, en United States v. León (468 U.S. 897), de 1984, en un
caso en que funcionarios policiales entran y registran un lugar cerrado, donde
encuentran e incautan una determinada cantidad de droga, en virtud de una orden
judicial aparentemente válida, pero que posteriormente se demuestra viciada por
no haber estado fundada en verdadera causa probable. Este examen de buena fe,
no obstante, no atiende a la creencia del oficial involucrado, sino que se funda en
un examen objetivo –de corte normativo– a partir de un estándar medio de un
oficial bien entrenado, circunstancia que además justifica la existencia de diversas
contraexcepciones a la aplicación de esta excepción, elementos estos a los que
volveremos al revisar el segundo argumento que hemos anunciado para el rechazo
de la solicitud de prueba ilícita.
A su turno, las excepciones relativas al alcance de la regla de exclusión se
desprenden, ineludiblemente, de la teoría de los frutos del árbol envenenado que
ya enunciamos, entendiendo que la misma plantea que los efectos de
inadmisibilidad o ineficacia de la prueba ilícita se extienden a todos los “frutos” de
dicha prueba, vale decir, a la prueba obtenida o desprendida de aquellas
actuaciones investigativas antijurídicas. Y aquí, como indica HERNÁNDEZ (Ob.
Cit. P.22), se ha ido reconociendo limites al principio recién aludido conforme la

221
existencia o inexistencia de un vinculo causal entre ambos elementos (la prueba
ilícita y la supuestamente derivada) o incluso por la atenuación del mismo, que
consideraría por ello la “purga” del vicio. Para estas excepciones encontramos
diversas teorías cuya interrelación ha sido algo debatida –en orden si todas no son
más que variantes de la primera que indicaremos–, destacando la de la fuente
independiente, del descubrimiento inevitable y del vínculo atenuado. La primera
de ellas plantea que no debe excluirse la prueba que tiene su origen en una fuente
independiente de la ilicitud inicial, cuestión que en realidad más que una
excepción nos plantea la inexistencia de vicio de ilicitud respecto de aquella
prueba en aquellos casos en que la misma se ha obtenido con anterioridad al acto
ilegal, siendo relevante para los casos en que la fuente independiente aparece con
posterioridad a la actuación ilegal, situación en la que, como explica HERNÁNDEZ
“…la jurisprudencia norteamericana parece haberse decantado que un hallazgo
ilegal que simplemente “focaliza” la investigación en un determinado sujeto no
puede per se otorgarle una suerte de inmunidad total frente a la persecución…”
(Ob. Cit. P.23). La regla del descubrimiento inevitable, a su turno, dispone que no
se excluya aquella prueba que, si bien en el caso concreto no se obtuvo de forma
independiente de la obtenida ilícitamente, en todo caso iba a ser descubierta por
medios legales –doctrina iniciada por el caso Nix v. Williams (467 U.S. 431) del
año 1984–. Esta teoría es entendida, por autores como ARMENTA (Ob. Cit. P.122),
como una variante de la recién referida, considerando, conforme MIRANDA, que la
debilidad de la misma reside en que la figura puede no estar basada en hechos
claramente probados en el juicio, sino en meras hipótesis o suposiciones
(MIRANDA. “La regla de exclusión de la prueba ilícita: historia de su nacimiento y
de su progresiva limitación”. Revista Jueces para la Democracia. 2003. N°47.
P.59). Y aquí ARMENTA (Ob. Cit. P.122) distingue, como variante del
descubrimiento inevitable, la teoría del “hallazgo casual” conforme la cual se
admite la licitud de lo encontrado casualmente aunque la prueba originaria sea
ilícita, indicando como ejemplo el descubrimiento de un delito de tráfico de drogas
a través de una interceptación de teléfono autorizada para otro delito –cuestión que
eliminaría la conexión de antijuricidad entre las pruebas–. Por último, la doctrina o
principio del vínculo atenuado alude a que el vinculo causal entre la ilegalidad y
obtención de determinada evidencia puede encontrarse tan atenuado, que el vicio
se llega a “disipar” para efectos de admitir dicha prueba (HERNÁNDEZ. Ob. Cit.
P.25). Como se puede prever, esta excepción implica un verdadero análisis
ponderatorio entre el costo y beneficio de la infracción respecto de la eficacia
policial versus las garantías procesales de los ciudadanos, cuestión que lleva a
ponderar criterios de proximidad temporal entre la ilegalidad y ponderación de la
prueba o la extensión de la cadena causal, sin perjuicio de que, como indica
MIRANDA, haya sido, en el caso Wong Sun v. United States (371 U.S. 471) de
1963, la voluntariedad del afectado –en su confesión– en relación al vicio inicial la
cuestión que permitió en dicho caso introducir un acto independiente “sanador”

222
que rompió con la vulneración inicial (MIRANDA. “La prueba ilícita: la regla de
exclusión probatoria y sus excepciones”. En Revista Catalana de seguretat pública.
Mayo, 2010. P.146).
Ahora, si acercamos la institución al nuestro derecho, y sin perjuicio de las
diversas variantes con las que cada ordenamiento jurídico ha incorporado la teoría
conforme sus tradiciones jurídicas, algunas cuestiones nos parecen relevantes para
el desarrollo de la teoría conforme la fundamentación propia de un sistema
“continental”: el fundamento de la prueba ilícita como regla de exclusión, la
doctrina “de los tres círculos o esferas” alemana y la teoría de la “conexión de
antijuricidad” española.
En efecto, en cuanto a la fundamentación de la prueba ilícita conforme
nuestro sistema jurídico, ciertamente podría existir una objeción en torno a su
aplicación fundada en un exclusivo fin “disuasivo” o “preventivo” en términos
policiales y administrativos que, por lo demás, no se atienen por completo a las
finalidades constitucionales de nuestro debido proceso penal (si bien no están
excluidos) y, en ese entendido, como bien refiere ARMENTA (Ob. Cit. P.22,23), la
clave diferencial entre nuestro sistema con el anglosajón se produce por el respeto
más acusado de nuestros sistemas hacia el principio de legalidad, lo que exige
entonces que la obtención de la verdad siga los parámetros del proceso, de forma
tal que la ilicitud probatoria nos plantea que, si para obtener una sentencia al
menos tendencialmente más justa, vale todo o si, por el contrario, existen límites
que no pueden traspasarse aun al precio de no ejercer la función jurisdiccional.
Como señala MIRANDA (Ob. Cit. 2010. P.135), el modelo europeo, al menos en
sus orígenes, reconoce en la regla de exclusión un componente no sólo ético sino
de origen constitucional. El propio reconocimiento del Estado de derecho,
caracterizado por la funcionalización de todos los poderes públicos al servicio de
la garantía de los derechos fundamentales y la consagración constitucional de estos
últimos, sería el verdadero fundamento de la regla de exclusión de las pruebas
ilícitas.
Como apunta MIRANDA (Ob. Cit. 2010. P.136) partiendo de este anclaje
constitucional debería resultar indiferente, a diferencia de los modelos basados en
el deterrent effect, si la prueba fue obtenida por una autoridad o por un particular e
incluso si la autoridad o sus agentes actuaron de buena fe, en la creencia de no
estar vulnerando un derecho fundamental. Pero lo cierto es que las diversas
legislaciones, por una vía y otra, se han desmarcado de esta inicial línea
argumentativa y, aún sin llegar a un modelo de desconstitucionalización plena de
la regla de exclusión, han ido introduciendo en su discurso argumental referencias
–explicitas o implícitas– a las necesidades de disuasión para limitar su ámbito de
aplicación mediante el reconocimiento de excepciones inspiradas en gran medida
en la jurisprudencia norteamericana.
Así, el Tribunal Constitucional Federal alemán elaboró la teoría de los tres
círculos o esferas en atención al grado de afectación en el ámbito de protección de

223
los derechos de la personalidad garantizados en el artículo 2.1 en relación con la
dignidad de la persona humana reconocida en el artículo 1.1, ambos de la ley
fundamental alemana, doctrina con arreglo a la cual se reconoce un núcleo o
ámbito esencial de protección jurídica de la esfera privada (privacidad personal)
inmune a cualquier injerencia de los poderes públicos en el ejercicio del ius
puniendi, como primera esfera (de ilicitud probatoria); una segunda esfera donde
la admisibilidad de las intervenciones estatales dependerá de un ejercicio de
“ponderación”, con observancia de las exigencias derivadas del principio de
proporcionalidad, entre el derecho a la privacidad y los intereses públicos en el
ámbito del ius puniendi (intereses de una administración de justicia penal
funcional, con un criterio particular de la gravedad del delito objeto de
investigación), y una tercera esfera donde no existiría un conflicto a la garantía
cautelada, por estar autorizada la diligencia intrusiva.
A su turno, en España, a partir de la sentencia del Tribunal Constitucional
N°81/1998, del 2 de abril de dicho año, se incorpora, como excepción a la ilicitud,
la tesis de la “desconexión de antijuricidad”, singularizada ya desde la perspectiva
del derecho a la tutela judicial efectiva consagrado en el artículo 24.2 de la
Constitución Española. Como señala MIRANDA (Ob. Cit. 2010. P.148), según esta
doctrina, para el reconocimiento de “eficacia refleja” (similar a la teoría de los
frutos del árbol envenenado y que se refiere el alcance de la ilicitud a la prueba
derivada), ya no es suficiente con la existencia de una relación o conexión causal-
natural entre la prueba ilícita y la prueba derivada lícita, sino que es necesaria
además la existencia de una “conexión de antijuridicidad”, cuya apreciación
dependerá de la índole y características de la vulneración originaria del derecho
fundamental, así como de su resultado, y de las necesidades esenciales de tutela
del derecho fundamental afectado por la ilicitud. Explica ARMENTA (Ob. Cit.
P.124) que esta última revisión acarrea un examen interno y otro externo, referido
el primero a la causalidad entre la vulneración del derecho fundamental y los
efectos que conlleva, mientras que el segundo atiende a las necesidades de tutela
del propio derecho fundamental. De esta manera, se termina realizando, al fin y al
cabo, un examen de ponderación similar al aludido por la jurisprudencia alemana.
Y así, deberá estimarse que la apreciación de la prueba basada indirectamente en
fuente ilícitamente obtenida se excluirá por conexión de antijuricidad si se
establece una vulneración frontal de garantías, mas no en el caso de existir una
mera irregularidad, que permitirá entonces entender suficientemente satisfecha la
tutela judicial con la prohibición de la valoración de la prueba originada
directamente por la intervención, sin necesidad de extender la prohibición a
pruebas derivadas.
En este contexto es interesante destacar la STC 22/2003 del 10 de febrero de
dicho año, sentencia en la cual el Tribunal Constitucional español incorporó, de
forma expresa, la excepción de buena fe policial como forma de quiebre entre la
prueba originalmente ilícita y las pruebas que de ella se derivan, bajo los

224
argumentos de disuasión propios del sistema norteamericano, en la medida que
hasta antes de ello, como indica PLANCHADELL, se había acudido a la excepción
relacionada con el descubrimiento inevitable, al establecer que dicha excepción
solo era posible, justamente, en los supuestos de actuaciones policiales realizadas
de buena fe (PLANCHADELL. La Prueba Prohibida: Evolución Jurisprudencial.
Thomson Reuters Aranzadi. 2014 P.188).
Consecuentemente con esta reseña “continental”, HORVITZ y LÓPEZ, ya en
nuestro país, estiman que existen estos tres fundamentos principales para la
ineficacia probatoria de la prueba ilícita: primero, la necesidad de evitar que las
decisiones judiciales en materia penal se vean influenciadas por la presentación de
prueba que no satisface exigencias mínimas de credibilidad (criterio de
confiabilidad de la evidencia); en segundo lugar, la necesidad de asegurar que las
decisiones judiciales en materia penal no se basen en medios ilícitos (criterio de la
integridad judicial); y en tercer lugar, la necesidad de disuadir a los agentes de la
persecución penal pública de violar las garantías fundamentales en el curso de
investigaciones criminales (criterio de la prevención o disuasión); (HORVITZ y
LÓPEZ. Derecho procesal penal Chileno, Tomo II, Ed. Jurídica. Santiago, 2004.
P.181); reconociéndose entonces la existencia de excepciones basadas en los
fundamentos diversos de la prueba ilícita. Como señala HERNÁNDEZ (Ob. Cit.
Pp.59-63) el fundamento de la exclusión de la prueba ilícita en el proceso penal es
uno esencialmente ético, antes que utilitario, y está referido a la legitimidad de la
acción estatal, si bien explica que este fundamento ético no se opone a las
consideraciones utilitaristas que también se han invocado como fundamento de la
exclusión de prueba; al contrario –expone– tales consideraciones pueden ser
motivos adicionales para adherir a la norma, pero en cuanto no son necesariamente
convergentes, advierte, no pueden ocupar su lugar como fundamento principal. El
autor, de forma acertada, sugiere que los ejercicios de exclusión por prueba ilícita
debe desarrollar una ponderación de los valores en juego, concluyendo que todo
indica que el mandato de exclusión de la prueba ilícita es un principio y no una
regla al tenor de Alexy, constituyéndose por tanto como un mandato de
optimización y no como regla “binaria”, tratándose además, en la terminología de
Dworkin, de un principio genuino y no una simple directriz política.
2.- Inexistencia del sustrato fáctico de la petición de ilicitud.
Realizado este primer acercamiento, ya en lo que dice relación al debate
planteado en el juicio y conforme se anunció en el veredicto, estos sentenciadores
no han apreciado de forma evidente la ilicitud alegada por las defensas durante el
transcurso del juicio, recordando que, en resumidas cuentas, la misma se ha basado
en la realización de diversas interceptaciones telefónicas que no habrían estado
legalmente autorizadas y que habrían producido, prácticamente, toda la prueba de
cargo rendida en el juicio. Así, como veremos, no se ha acreditado en autos
aquella intencionalidad de defraudar al M.P. o al Juzgado de Garantía aludida por
las defensas de parte del ente investigador de la “BRICO” de Investigaciones para

225
obtener diligencias intrusivas y, asimismo, no se ha apreciado una ilicitud
probatoria atentatoria de garantías fundamentales de los acusados que provenga de
las resoluciones de interceptación dictadas por el Juzgado de Garantía de San
Antonio y que sean susceptibles de “reposición” mediante la valoración de la
prueba rendida en este juicio.
En efecto, y si bien esto será también analizado en sede de credibilidad
probatoria del testigo, cabe destacar, desde ya, que todas las defensas reservaron
parte importante de sus contrainterrogatorios para con el oficial a cargo de la
investigación de este juicio, el testigo Concha Cire, justamente con miras a
dilucidar cuáles habrían sido las actuaciones o diligencias investigativas realizadas
de forma previa a la denuncia que el mismo remitió al M.P. de San Antonio a
efectos de iniciar esta causa. Este testigo, por lo demás, en su calidad de oficial de
caso, era el testigo capaz de dar razón sobre las diligencias previas de la
investigación en su conjunto, conforme el supuesto conocimiento global que tenia
de todo lo acontecido –reconociendo que los demás testigos solo se refirieron a
extractos particulares del desarrollo investigativo–. Y en ese ejercicio probatorio,
sobre lo primero que se ha intentado ilustrar al Tribunal es acerca de la
inexistencia de antecedentes suficientes, o lícitos, que permitieran en definitiva la
iniciación de la causa por “cohecho” en la jurisdicción de Iquique conforme el
resultado de las escuchas telefónicas propias de la causa de “Fiscalía Sur”, sobre
Ley N°20.000, y asimismo, que dicha información “previa” no fue allegada a los
inicios de la causa tanto en Iquique (respecto de “Fiscalía Sur”) como en San
Antonio (respecto de ambas).
En lo pertinente a este capítulo, en un plano fáctico y, en resumidas cuentas,
el testigo Concha Cire, junto con explicar el funcionamiento de la Brigada contra
el Crimen Organizado, en el interrogatorio refiere expresamente que la
investigación de San Antonio se inicia conforme información derivada de una
causa de Iquique que a su vez se inicia por una investigación radicada en la Región
Metropolitana. El testigo nos explica que los blancos investigativos iniciales de la
causa de la Región Metropolitana eran Washington Vargas y su pareja Luz Cañete,
conforme información indeterminada en torno a eventuales infracciones a la Ley
N°20.000. Y la declaración en este punto es, aparentemente, sincera al reconocer,
como hito en la investigación, una circunstancia que a la larga fracasó conforme la
excesiva especulación del propio oficial a cargo: la reunión para transar
“cigarros”. En efecto, el testigo Concha Cire explica, al interrogatorio, que
asumió que dicha referencia a cigarros era a marihuana, pero que conforme a ello,
al vigilar la reunión e intervenir en la misma, se percatan que solo eran cigarros,
con lo que la investigación se frustra en este momento; no obstante, explica que
conforme a ello ya se había solicitado la interceptación de los teléfonos de las
personas supuestamente involucradas en aquella reunión, Juan Hasbún y Fernando
Hernández alias “nano”, los cuales, conforme las interceptaciones, hablaban de
negocios de cigarros cuya venta no estaba autorizada en Chile. Aquí, y sin

226
perjuicio de las especulaciones del testigo –que a nuestro parecer lo desacreditan
en términos probatorios–, lo cierto es que relata claramente que existieron
antecedentes que les evidenciaron, en términos investigativos, sobre la presencia
de funcionarios públicos vinculados a aquellas operaciones presuntivamente
ilícitas, sobre esos cigarros, conforme la existencia de llamadas de alerta y
advertencia que les permitía a Hasbún Selumé y sus copartícipes mantener la
impunidad. Incluso, en palabras de Concha Cire, a esa fecha ya se habría
vinculado también a Alcaíno Aleu con las operaciones de internación –como una
especie de brazo operativo de la supuesta banda, a la fecha, investigada–. Concha
Cire nos explica incluso que en esa fecha, aunque la causa seguía en la “Fiscalía
Sur” –que inició en el año 2012–, ya se contaba con la individualización del
acusado Lara Mesa conforme la entrega de un número de “Cuenta Rut” entre los
involucrados, que se refería a su persona. Pues bien, es en este momento de su
declaración en el cual el testigo explica que, como surgió la arista independiente
del delito por el cual se estaba realizando la investigación, le consultaron al fiscal
Zamora (Fiscalía Sur), qué hacer y, conforme ello, la Fiscalía Nacional –a través
de la unidad ULDECO– los remite a la Fiscalía Regional de Iquique para
continuar la investigación. El testigo aquí explica que hablan con el Fiscal
Regional Manuel Guerra, denuncian la situación con una supuesta organización
cuyo brazo operativo eran los tres acusados imputados en esta causa y, atendida la
vinculación de un funcionario que describen como perteneciente al S.N.A. –
Samuel Iturrieta Venegas–, quien habría estado entregando información
privilegiada de las fiscalizaciones que “debía ser compensada de alguna forma” (y
en esto volveremos luego), le solicitan las interceptaciones, las cuales habrían sido
autorizadas por el Juzgado competente bajo el concepto de “Cohecho”, durante
todo el año 2013. El testigo Concha Cire nos relata entonces supuestos hallazgos
o resultados investigativos conforme los cuales comienza a especular que los
acusados Alcaíno Aleu, Hernández Salas y Lara Mesa en realidad no son un brazo
operativo de Hasbún, sino algo independiente, y como, conforme a ello, la
investigación se dirige a San Antonio. El testigo explica cómo se comienza a
vigilar a Lara Mesa, conforme la sospecha producida conforme su acabado
conocimiento del funcionario y operaciones de Aduanas, y como, producto de ello,
se arriba a una persona de nombre Arnaldo Torres Ramos, quien aparece como
funcionario del S.N.A. en la página web de Gobierno Transparente, y aquí se da la
explicación de parte del testigo respecto de la vinculación de Torres Ramos con el
acusado Lara Mesa, que incluso podía ser de orden familiar o de amistad. El
testigo nos explica entonces que aquí se procedió de la misma forma que para
arribar a Iquique: se consultó al Fiscal Guerra y él instruyó que la investigación se
derivara a San Antonio ya que era el puerto de esta ciudad el involucrado según las
interceptaciones. Se efectuó entonces un informe denuncia para dar curso a la
investigación, hablando el mismo de “antecedentes residuales” obtenidos desde
una investigación por Ley N°20.000. El testigo Concha Cire refiere que, si bien

227
en el informe denuncia no se incorporaron las transcripciones de las escuchas
telefónicas obtenidas hasta ese momento, se dio cuenta de la vinculación de los
sujetos denunciados en esta causa.
Dentro de los contrainterrogatorios desarrollados respecto del testigo, para
los efectos de este capítulo, destacan el elaborado por la defensa de los acusados
Hernández Salas y Lara Mesa, además del desarrollado por la defensa del acusado
Avilés Trigo. En efecto, a la primera defensa aludida, el testigo Concha Cire
indica que la investigación de “Fiscalía Sur” surgió por una arista previa, que no
recuerda, en la cual se autorizaron interceptaciones, siendo la vinculación de esa
causa con Iquique la conversación entre Vargas Silva y Hasbún Selumé sobre los
cigarrillos, arribando a Hernández Salas de forma circunstancial por las
interceptaciones. Y aquí se desarrolla un evento relevante del juicio para la teoría
de la defensa, puesto que la misma incorpora, al tenor del artículo 336 inciso 2°
del Código Procesal Penal, el Informe Denuncia N°11/00410/ de fecha 10 de
enero de 2014, recién aludido por el testigo, reconociendo entonces Concha Cire,
luego de su lectura integra, que si bien había indicado que aquel contenía todos los
antecedentes relevantes descritos de forma previa, no se señalaba en el mismo las
causas previas ni todo el relato que venía realizando en su declaración en este
capítulo, sin hablar de Vargas Silva, Hasbún Selumé ni Iturrieta Venegas.
Asimismo, reconoció que en el informe no se acompañaron transcripciones ni los
informes denuncia de la investigación atingente a Iquique. El testigo reconoce que
tampoco se señalaba en dicho informe qué es lo que Iturrieta Venegas había hecho
o dejado de hacer por una cantidad de dinero, misma situación que acontecía
respecto de Arnaldo Torres Ramos, para los efectos del informe incorporado. A su
turno, a la segunda defensa, Concha Cire reconoce que en el informe denuncia no
se agregaron las interceptaciones de la causa de “Fiscalía Sur”, si bien la
interceptación en Iquique siempre se solicitó por el delito de Cohecho, ya que
nunca más aparecieron indicios que vincularan a este grupo con actividades de
narcotráfico. Luego, para complementar la información relativa a la causa
realizada en Iquique (cuya información “web” desde la página del Poder Judicial
también fue incorporada mediante la vía del artículo 336 del Código Procesal
Penal), el M.P. incorporó, en el mismo efecto, una resolución de autorización de
interceptación telefónica de 13 de mayo de 2013 decretada en la misma, del
Juzgado de Garantía de Iquique, donde se autorizaba la interceptación conforme
una particular interpretación jurídica del juez de la causa en torno al delito de
Cohecho y al artículo 222 del Código Procesal Penal.
Evitando rodeos, y abstrayéndonos de la negativa ponderación probatoria
que se realizará del testimonio en análisis, en la etapa de valoración de la prueba
de cargo, para efectos de este capítulo ésta es la información pertinente y relevante
incorporada en virtud de la cual las defensas sustentan su alegación de ilicitud
probatoria, por cuanto la demás prueba rendida se refiere ya a hechos particulares
que los demás testigos incorporan desde sus específicos puntos de vista, en

228
contraposición a la visión global que de la investigación solo podía tener,
presuntivamente, el testigo Concha Cire como oficial de caso que intervino en los
informes policiales y relaciones investigativas con los fiscales “a cargo” en las
diversas etapas. Solo podríamos agregar, en la especie, la prueba documental
relativa a las resoluciones de autorización de interceptación telefónicas
resueltas por el Juzgado de Garantía de San Antonio con fecha 04 de marzo
de 2014, respecto de los números 64166431, 73064482, 67521155, 86199416,
66577616, 99972149, 66886923, 66886286, 84775923, 56700757, 83433029,
66577616, 66886923, 66886286 y 84775923 en causa RIT Nº1130-2014, así
como aquellas que aumentaron el plazo de interceptación con fecha 05 de
Mayo de 2014, del Juzgado de Garantía de San Antonio, en la misma causa
RIT Nº 1130-2014.
El primer problema que aquí se vislumbra, al menos en este capítulo, para
poder acoger la petición en análisis, dice relación con que no se hace visible,
patente o apreciable, hasta este punto, la vulneración de garantías que las defensas
pretenden introducir mediante la idea de que el Informe Denuncia N°11 sería
ambiguo o induciría al M.P., o al Juzgado, a un error en virtud del cual no se
podría menos que entender que la investigación se desarrollaba por materias de
Ley N°20.000. Y ello por cuanto, no habiéndose incorporado al juicio las
solicitudes ingresadas por el M.P. al Juzgado de Instrucción para efectos de la
autorización de las medidas intrusivas, el Informe Policial N°11, que les sirve de
sustento, es claro en orden a explicar que la investigación conforme la cual se
solicitaban las medidas intrusivas, era desarrollada por un eventual delito de
Cohecho, y esto no solo se desprende de una simple mención a dicho tipo penal en
la individualización del Informe (que por lo demás dice “Cohecho”), sino porque,
a la lectura del Informe conforme hizo la defensa de los acusados Hernández Salas
y Lara Mesa en juicio, queda en claro que los hechos indagados en sede policial, a
la fecha del informe y de la solicitud, daban razonable cuenta de la existencia de
un eventual ilícito de Cohecho y, que en caso alguno, daban pie para pensar o
concluir que se trataba de una investigación por tráfico ilícito de estupefacientes.
En tal contexto, el Informe en cuestión solo enuncia a la Ley N°20.000, en su
introducción, bajo la explicación de que se habían interceptado, en otras
instancias, diversos números telefónicos que dieron pie a la “información residual”
de aquella investigación por Ley N°20.000., cuestión que en caso alguno pretende
un equívoco en tal contexto. En dicho Informe, por lo demás, se individualizan a
personas determinadas y se requiere sus números telefónicos de forma específica,
haciéndose mención expresa a los acusados Alcaíno Aleu, Hernández Salas, Lara
Mesa y, a esa fecha, a Arnoldo Torres Ramos –entre otras personas sin mayor
relevancia para el juicio–, de forma tal que no le parece al Tribunal que en la
especie exista alguna inducción respecto de los funcionarios de investigación, ni
del fiscal del momento, en orden a falsear antecedentes para obtener la
autorización de interceptación basada en un falso ilícito a la Ley N°20.000. En tal

229
sentido, cualquier crítica de las defensas en orden a que el Informe Denuncia
N°11/00410/ de fecha 10 de enero de 2014 no incorpora las transcripciones de las
interceptaciones previas, no habla de las causas de Iquique o de la Fiscalía Sur, ni
individualiza sus R.U.C., son más bien, a estas alturas, cuestiones propias de la
fiabilidad del testigo y de la investigación, relativas a la falta de credibilidad de
dichos elementos conforme la inexistencia de información que se pudiera
contrastar en términos de la consistencia de aquellos antecedentes, cuestión que
lleva a su desestimación probatoria posterior mas no a la sanción de ilicitud de la
prueba obtenida en virtud de la autorización de interceptación, que aparece
entonces motivada por antecedentes coincidentes a los relatados en las
pretensiones punitivas incoadas en este proceso y en el propio juicio. Y aquí
creemos que el estándar de convicción condenatoria previsto en el artículo 340 del
Código Procesal Penal no debe confundirse con la situación alegada por las
defensas: no se trata en esta sede que el Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal esté
habilitado para valorar negativamente prueba conforme simples “dudas” sobre su
licitud –que en la especie no existen–, en la medida que las dudas razonables se
erigen sobre el establecimiento fáctico de los hechos de la acusación, del delito y
participación del encartado, pero no sobre la existencia de una supuesta “violación
probatoria” que, para estos efectos, ya habría superado al menos la fase de
admisión de la prueba en la etapa intermedia del proceso. La generalidad del
sistema, como máxima de experiencia o generalización de sentido común, impone
entender que no existen engaños de parte del M.P. y funcionarios investigadores
para con el Tribunal a la hora de presentar antecedentes punibles, en tanto no
existan al menos indicios que permitan inferir dicha situación (lo que acá no
ocurre conforme la claridad del Informe incorporado).
En consecuencia, y conforme las definiciones de HERNÁNDEZ (Ob. Cit. Pp.
56,57), no de desprende de autos, en relación a esta alegación de la defensa, una
“ilicitud de base” que permita continuar a la discusión sobre exclusión de prueba.
3.- Improcedencia de la impugnación “probatoria” de la resolución que
autoriza la medida intrusiva de interceptación.
Descartada la posibilidad de inferir la existencia de algún engaño de parte de
los entes investigadores en orden a obtener la autorización judicial para las
interceptaciones telefónicas que se denuncian como ilícitas en este juicio (como
presupuesto fáctico para el análisis jurídico con que introdujéramos este acápite),
queda referirnos en este argumento a las alegaciones relativas a eventuales vicios
de las resoluciones de autorización judicial de las medidas intrusivas que las
defensas denuncian como parte de su argumento de prueba ilícita, así como a la
supuesta indeterminación de la vigencia de aquellas. Y es necesario, para revisar
este tópico, explicada ya –si bien de forma somera– la teoría de la prueba ilícita y
las excepciones a su aplicación, analizar la operatividad de la misma en el sistema
procesal penal chileno, y las opciones de revisión que de aquella existen en el
juicio oral. Asimismo, es necesario identificar las causas de inadmisibilidad

230
probatoria consagradas en la legislación procesal penal para efectos de delimitar
adecuadamente las alegaciones de las defensas.
Como primer punto, cabe destacar que la prueba ilícita en nuestro
ordenamiento procesal se consagra, primordialmente, como causal de exclusión de
la admisibilidad de prueba al tenor del inciso tercero del artículo 276 del Código
Procesal Penal, que dispone que el juez de garantía, en la preparación del juicio
oral “…excluirá las pruebas que provinieren de actuaciones o diligencias que
hubieren sido declaradas nulas y aquellas que hubieren sido obtenidas con
inobservancia de garantías fundamentales”, norma que, si bien parece haber sido
dispuesta como una cláusula de prohibición general de valoración –al entender de
HERNÁNDEZ (Ob. Cit. P.90)–, con lo que se permitiría al tribunal de fondo evitar
la valoración “positiva” de las pruebas ilícitas aun cuando hubieran superado el
filtro de la admisibilidad, sí contempla una distinción que no es ociosa en torno a
delimitar la prueba obtenida con inobservancia de garantías fundamentales
respecto de aquella que provenga de actuaciones o diligencias judiciales
declaradas nulas, cuestión que, como explica el autor referido (Ob. Cit. P.44),
demuestra que si bien ambas alternativas se afincan en la ilicitud de la obtención
de la prueba, lo hacen desde diversas perspectivas o niveles: una desde una faz
“material”, que ya no se trata de una simple ilegalidad sino de una vulneración de
una garantía fundamental, y otra desde una faz “formal”, donde se requiere la
declaración de nulidad de la actuación de base (sin perjuicio de entender que la
nulidad de la diligencia puede provenir de una diligencia ilegal no necesariamente
atentatoria de garantías).
Así las cosas, si bien estimamos como razonable la tesis que postula la
posibilidad del Tribunal de Juicio Oral de valorar negativamente la prueba
manifiestamente ilícita (conforme a la ponderación de la prueba rendida en juicio),
al tenor del inciso segundo del artículo 297 y del artículo 334 del Código Procesal
Penal –por mencionar algunas disposiciones–, creemos que la distinción referida
en el artículo 276 del Código Procesal Penal justamente pone de relieve la
importancia de la nulidad procesal como mecanismo para enfrentar las eventuales
ilicitudes de prueba que se produzcan como fruto de una decisión judicial que se
estima errada –generadora de la supuesta “ilicitud base”–, lo que, en definitiva,
traslada la discusión a un estadio distinto de la valoración de la prueba,
escapándose entonces del radio operativo del juicio oral. Como señalan HORVITZ y
LÓPEZ (Ob. Cit. P.168), la ilicitud de la que hablamos para este estadio de
“ponderación probatoria” se desarrolla en una etapa que suele ser denominada
"preprocesal" o "extraprocesal", porque es anterior al proceso penal propiamente
tal, tratándose, fundamentalmente, de una actividad “ilícita” que tiene por objeto
obtener los elementos probatorios (o fuentes de prueba) que serán más tarde
incorporados al proceso como medios de prueba.
Así, si bien se comparte aquella posición que rechaza la reserva de revisión
de toda ilicitud probatoria solo para el Recurso de Nulidad (como suponen

231
HORVITZ y LÓPEZ en Ob. Cit. Pp.199-203), por cuanto el Código Procesal Penal
tampoco confiere competencia alguna al tribunal superior para ordenar un nuevo
juicio con exclusión del material probatorio ilícito en su artículo 386 (lo que nos
llevaría a un sinnúmero de juicios inoficiosos) y desde esa posición la distinción
entre prohibición de admisibilidad y valoración nos parece acertada, creemos en
definitiva que la tarea de ponderación “negativa” de la prueba ilícita queda
entregada al tribunal de fondo solo para aquellas situaciones en las que la
“ilegalidad de base” se manifiesta de la prueba rendida en torno a actuaciones
realizadas por los acusadores, sin intervención judicial –o con ella pero bajo
supuestos fácticos suplantados–, para procurarse medios de prueba, cuestión que
es de común ocurrencia en entradas y registros ilegales al tenor del artículo 206
del Código Procesal Penal o en controles de detención sin indicios al tenor del
artículo 85 del mismo cuerpo legal, mas no en torno a hipótesis en las que un
tribunal de instrucción, conforme su interpretación o entendimiento de los
antecedentes y del dererecho, admite la diligencia y conforme ello se obtiene la
prueba ahora reclamada. Como dijimos, para esos casos es que la distinción
apuntada por el artículo 276 del Código Procesal Penal cobra relevancia y, en
definitiva, toda la normativa contemplada en el Titulo VII del Libro Primero del
Código Procesal Penal, sobre Nulidad Procesal y, en especial, del artículo 160 que
dispone que “…se presumirá de derecho la existencia del perjuicio si la
infracción hubiere impedido el pleno ejercicio de las garantías y de los derechos
reconocidos en la Constitución, o en las demás leyes de la República”. En
consecuencia, si las defensas advirtieron que las resoluciones dictadas con fecha 4
de marzo de 2014 por el Juzgado de Garantía de San Antonio, en torno a la
autorización de diligencias intrusivas de interceptación telefónica, eran erradas por
no haber estudiado los antecedentes fundantes de las peticiones al tenor del
artículo 222 del Código Procesal Penal, dicha ilegalidad no podía sino ser
encausada procesalmente mediante el mecanismo de nulidad de la actuación
“judicial” al tenor del artículo 159 y siguientes del Código Procesal Penal,
recordando la presunción del artículo 160 y la oportunidad para su petición al
tenor del artículo 161, que permitía que la incidencia se planteara en el control de
detención, formalización o cualquier estadio previo a la realización de este juicio
oral (recordando que la misma norma, por lógica sistémica, impide la reclamación
de dicha nulidad, supuestamente verificada durante la etapa de investigación,
después de la preparación del juicio oral), dejando incluso el arbitrio relativo al
Recurso de Nulidad como vía procesal vigente y respetuosa de la distinción de
competencias al tenor del artículo 373 letra a) del Código Procesal Penal –siempre
y cuando dicha resolución hubiere producido, efectivamente, una prueba ilícita al
tenor de las excepciones que hemos enunciado al iniciar este razonamiento–.
Reiteramos, si las defensas estimaban que, en definitiva, la resolución no ponderó
adecuadamente los antecedentes, o que no dio cumplimiento a las obligaciones y
presupuestos planteados por el artículo 222 del Código Procesal Penal al efecto –o

232
que incluso se incurrió en una errada aplicación o interpretación del derecho–,
contaban, para impugnar la actuación procesal, con diversos mecanismos que el
propio orden procesal penal contempla, y que en la especie, no decían relación con
una cuestión de ponderación probatoria.
4.- Razonabilidad del actuar policial: buena fe “objetiva” como
excepción a una hipotética ilicitud.
Ahora, conforme las explicaciones teóricas con las que iniciamos este
análisis, y en relación ya a las excepciones que se han esgrimido para la regla de
exclusión de prueba ilícita, estimamos que, incluso en el hipotético caso de
entender que exista “en términos fácticos”, desde la resolución de autorización
judicial que permite la interceptación telefónica, algún vicio de ilegalidad de base
que debiera ser revisado por este Tribunal para determinar la existencia de aquella
prueba ilícita, en ese ejercicio aquella revisión igualmente colisionaríamos con
diversos escollos propios de las excepciones a la ilicitud de prueba, fuera mediante
la fundamentación del deterrence anglosajón y la excepción de buena fe, o
mediante algún ejercicio ponderatorio de garantías a la usanza continental-
alemana.
Asumamos que el Tribunal de Juicio Oral está facultado para revisar
resoluciones de otros tribunales de igual jerarquía, y que en ese entendido se
hubiera establecido fehacientemente que la resolución del juez de instrucción es
errada y resuelve ilegalmente la autorización de una medida intrusiva de
interceptación telefónica respecto de los encartados en este juicio, ¿estaríamos, en
tal evento,y conforme los criterios establecidos en United States v. Leon (468 U.S.
897), en un caso de mala fe de los investigadores en relación a la utilización y
ejecución de la diligencia si esta fue autorizada previamente por vía judicial, sin
vicios formales ni inducción a error para su obtención? – creemos que no,
reconociendo que, bajo un examen objetivo, normativo, relativo a “un oficial
razonablemente bien entrenado”, tanto M.P. como P.D.I. no podían sino entender
que seguían autorizados para interceptar los teléfonos de los involucrados en la
investigación, máxime cuando, de forma previa, otro tribunal de la república, el
Juzgado de Garantía de Iquique (conforme a la resolución de fecha 13 de mayo de
2013 incorporada por el M.P. al alero del artículo 336 inciso 2° del Código
Procesal Penal), ya había aceptado el desarrollo de diligencias similares de
interceptación en el contexto de una investigación por idéntico ilícito –de Cohecho
y no de Ley N°20.000 como pareciera haber entendido la defensa–. De tal forma,
conforme el criterio objetivo aludido, era razonable entender que, más allá de la
alusión a la Ley N°20.000 practicada solo en las disposiciones citadas de la
resolución, el juzgado de control de la instrucción de San Antonio también estaba
aceptando el desarrollo de dichas diligencias, especialmente si en las resoluciones
no hay argumentos normativos o fácticos que corran en sentido contrario. Es
interesante destacar aquí que, si bien HERNÁNDEZ parece rechazar la acogida en
nuestro derecho de la excepción o colisión planteada (como se entiende en la

233
usanza norteamericana), para permitir su aplicación recurre en definitiva a un
criterio normativo similar al ya expuesto, al indicar que la buena fe puede cumplir
un rol bajo términos de razonabilidad o plausibilidad objetiva en la determinación
de la cuestión metodológica previa sobre si ha habido o no inobservancia de
garantías fundamentales, como se plantea justamente respecto de órdenes
judiciales que son legítimas cuando, desde una perspectiva ex ante y para un
tercero imparcial que dispone de los mismos antecedentes de que dispone el juez,
aparecen como razonables (HERNÁNDEZ. Ob. Cit. Pp.74-75). Cuestión que, en la
especie, sería factible conforme la interpretación ya esgrimida por el Juzgado de
Garantía de Iquique –y conocida del ente persecutor penal– sobre la aplicación del
artículo 222 del Código Procesal Penal respecto del delito de Cohecho conforme
las sanciones contempladas en el artículo 248 Bis del Código Penal al alero de la
escala de penas del artículo 21 de dicho cuerpo legal –más allá de nuestra posición
personal al efecto, irrelevante al caso–. Y aquí, incluso podría concluirse el tema
conforme la prevención del autor en torno a que, en un caso como este, ni siquiera
se trataría de un caso de excepción de buena fe, sino simplemente de un supuesto
de inexistencia de vulneración (HERNÁNDEZ. Ob. Cit. P.75); si bien preferimos
entenderla como la excepción ya enunciada. Aquí debemos dejar en claro que el
análisis es eminentemente normativo, con un criterio “medio”, que no excluye
entonces la posibilidad de ponderar, luego, en términos negativos a alguno de los
investigadores involucrados, pero ya por cuestiones de credibilidad personal.
A su turno, y ya en un estadio de ponderación de los intereses en juego, lo
cierto es que aparece razonable, ex ante, que frente a un actuar respetuoso del
órgano investigador que pasa a través del filtro a la ponderación judicial efectuada
por el juez de instrucción, el vicio en cuestión pueda verse atenuado conforme las
posibilidades procesales posteriores que el Código Procesal Penal otorga a los
intervinientes afectados para el control de la investigación, cuestión mediante la
cual la afectación a la garantía de inviolabilidad de las comunicaciones no llega a
su núcleo fundamental sino solo en el margen de la “segunda esfera” que ya
describimos, cuestión que permite la interpretación y ejercicio de ponderación
sobre el alcance de las normas de autorización en torno a validar las actuaciones
intrusivas (y que, por competencias de cada judicatura, no nos corresponde
“revalorar”). No pareciera entonces que, en este caso, haya una conexión de
antijuricidad, en la medida que, conforme la otra interpretación del alcance legal
que se incorporó en el juicio, las diligencias podían estimarse, razonablemente,
como respetuosos del ordenamiento jurídico (más allá de la posición particular).
Cabe destacar, por último, y en relación a la alegación planteada por las
defensas en torno a que no se incorporó al juicio toda la cadena de resoluciones de
autorización de interceptación telefónica decretadas por el Juzgado de Garantía –
para poder entender que las escuchas mantenían su validez en el curso
investigativo–, lo cierto es consideramos que la “no vigencia” de dichas
autorizaciones (cuestión anormal conforme la legalidad vigente y el objetivo del

234
filtro de la preparación del juicio oral) necesariamente debía desprenderse de algún
antecedente fáctico entregado por la prueba rendida, cuestión que en la especie no
aconteció. Ahora, sin perjuicio de ello, lo cierto es que dicho argumento se torna
irrelevante para este juicio desde que, como se comunicó en el veredicto, el único
hecho por el que se ha dictado decisión condenatoria (establecido con fecha 30 de
octubre de 2014), justamente registra escuchas cuya autorización judicial (atendida
la fecha de resolución y su margen de vigencia temporal), fue debidamente
incorporada al juicio al tenor del documento N°13 de la prueba del M.P.
DECIMONOVENO: Valoración probatoria, hechos no acreditados.-
Conforme el mérito de los antecedentes, y como se ha comunicado en el
veredicto, estos sentenciadores estiman que, valorando libremente la prueba
rendida, sin contradecir los principios de lógica, máximas de la experiencia y
conocimientos científicamente afianzados, de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 297 y 340 del Código Procesal Penal, no es posible establecer, más allá
de toda duda razonable, aquellos hechos luctuosos designados en la acusación del
M.P. –a que los demás acusadores adhieren, más o menos, en términos fácticos–
como “Hecho N°1: Asociación Ilícita”, “Hecho N°4: Contrabando Osorno”,
“Hecho N°5: Los Perfumes” y “Hecho N°6: Municiones”, por cuestiones de
insuficiencia probatoria y dudas razonables, como explicaremos a continuación.
1.- Criterios de valoración de la prueba rendida en juicio.
En efecto, bajo el estándar de convicción condenatoria “más allá de toda
duda razonable” contemplado en el artículo 340 del Código Procesal Penal, el
artículo 297 del mismo cuerpo legal solo nos dice que los tribunales apreciarán la
prueba con libertad y sin contradecir los principios de la lógica, las máximas de la
experiencia y los conocimientos científicamente afianzados, exigiendo asimismo
al sentenciador hacerse cargo de toda la prueba rendida, incluso de la desestimada
–señalando porqué–. De tal forma, y sin perjuicio de la amplitud de la norma, se
ha entendido por la doctrina y jurisprudencia que el sistema de valoración
probatorio aquí consagrado responde a la idea de “sana crítica o persuasión
racional”, modelo en el cual, al decir de CERDA, existe libertad de medios y libre
valoración de la prueba por parte del juez, pero sujetándolo a estándares generales
de racionalidad, lo que conlleva una exigencia de completa motivación de las
conclusiones probatorias como garantía de control de racionalidad (CERDA.
Valoración de la Prueba. Sana Crítica. Ed. Librotecnia. 2008. P.28). Estos
parámetros se disponen para efectos de controlar la racionalidad en la valoración
de la prueba, entendiendo que, en el respeto de los mismos, es ya el juez y no el
legislador quien determina el valor probatorio de los elementos de prueba,
conforme algunas orientaciones legales. Así, la valoración libre de la prueba no
puede infringir principios de lógica básicos como el principio de identidad (una
cosa solo puede ser igual a sí misma), de contradicción (una cosa no puede ser
explicada por dos proposiciones contrarias entre sí), de razón suficiente (conforme
el cual las cosas existen y son conocidas por una causa capaz de justificar su

235
existencia) y de tercero excluido (conforme el cual, si una cosa únicamente puede
ser explicada dentro de una de dos proposiciones alternativas, su causa no puede
residir en una tercera proposición ajena a las dos precedentes); y no puede
tampoco infringir conocimientos científicamente afianzados (reconociendo que el
conocimiento científico tiene siempre un carácter relativo y provisional, como
previene Popper en su teoría del conocimiento); ni tampoco violentar máximas de
experiencia, entendidas aquellas, en la actualidad, como generalizaciones de
sentido común, que representan, al decir de HORVITZ y LÓPEZ (Ob. Cit. P.336),
nociones culturales socializadas, que requieren, en todo caso, ser fiables y no
sustituir, nunca, el sentido o relato de la prueba rendida –operando, en el mejor de
los casos, como un nexo estructural de la prueba indiciaria–, ya que en caso
contrario no existiría para los ciudadanos la posibilidad de controlar las
argumentaciones y resoluciones judiciales fundadas especialmente en dichas
máximas. Conforme estos límites, creemos, la libre valoración de la prueba
rendida debe fundarse, principalmente, en la determinación de su credibilidad en
relación al relato de cargo que se invoca en el juicio, conforme algunas
orientaciones que nos otorga al efecto el Código Procesal Penal.
Así, cuando se pondera el relato de un testigo o un perito (prueba
“personal”), su credibilidad requiere de un análisis individual y uno colectivo, y el
primero de ellos, al tenor del artículo 309 y 319 del Código Procesal Penal, exige
revisar, desde el relato, la existencia de intereses o ganancias secundarias que el
deponente pudiera tener en el resultado del proceso; la coherencia del relato, vale
decir, que no infrinja principios de lógica, reglas de inferencia o conocimientos
generalizados de sentido común (conforme la exigencia de razonar o explicar
suficientemente sus dichos y apreciaciones); y la consistencia de este, vale decir,
la mantención y fidelidad de la versión en el transcurso del tiempo. Todo ello en la
medida que, como ha dicho la Corte de Apelaciones de Temuco en el Rol N°169-
2003, “…el tribunal puede desechar el testimonio de un testigo, no sólo
confrontándolo con otras pruebas producidas en la audiencia respectiva, sino,
incluso, respecto de él mismo, por razones de credibilidad personal”. Cabe aquí
destacar que, conforme el inciso final del artículo 309, nuestro Código Procesal
Penal permite tanto la incorporación de información directamente percibida por el
testigo (en cuyo caso estos parámetros son plenamente aplicables), como de
aquella que hubiera oído de otras personas, vale decir, como testigo de oídas, caso
en el cual la doctrina, para valorar la validez del relato, ha planteado, como
exigencias adicionales tanto de utilizabilidad como de suficiencia probatoria, que
el testigo identifique plenamente la fuente originaria de prueba desde la que
obtiene la información que incorpora, como que dicha información encuentre, en
la demás prueba rendida, elementos o datos corroborantes del contenido de sus
manifestaciones procedentes de otras fuentes probatorias autónomas –que no sea,
claro está, exclusivamente por otro testigo de referencia– (así lo explica MIRANDA
en, MIRANDA, CERDA y HERMOSILLA. Práctica de la prueba en el Juicio Oral. Ed.

236
Librotecnia. 2012. Pp. 331-336). A su turno, el análisis colectivo del relato implica
ya el estudio de la concordancia de la información de cada medio de prueba en
relación al resto de aquella, determinando puntos de coincidencia o discordancias
que, dependiendo de todos los criterios expuestos, validarán o restaran credibilidad
al testigo en cuestión (si se trata de testigos contestes o singulares). Cabe destacar
aquí, como particularidad del análisis de las declaraciones periciales, que su
ponderación se basará, esencialmente, en la comprensión de la metodología del
informe pericial en torno a sus conclusiones, las que luego serán sometidas al
análisis colectivo de la prueba en torno al relato de cargo.
Por otra parte, la prueba “material” –documentos, evidencias y otros
medios–, necesariamente deben analizarse conforme su integridad y concordancia
en relación al análisis colectivo de la prueba rendida. El artículo 333 del Código
Procesal Penal, en su parte final, privilegia la incorporación de dichos
antecedentes conforme alguna declaración que se desarrolla en el juicio (para que
los deponentes reconocieren o se refirieren a su conocimiento de ellos),
permitiendo, en el caso de incorporación directa, incluso su resumen.
Como corolario de esto, y conforme el inciso final del artículo 297 del
Código Procesal Penal, la valoración de la prueba necesariamente transita por una
primera etapa de estudio particular de cada medio de prueba (desde la perspectiva
individual y colectiva referida) para luego, con el material probatorio estimado
como aceptable, fundamentar la decisión en torno a los presupuestos fácticos que
pueden darse por acreditados, de forma tal de permitir la reproducción del
razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones del caso, destacando
asimismo la relevancia o irrelevancia procesal de cada medio conforme las
pretensiones invocadas en el juicio.
Cabe destacar, como una particularidad de este caso –que ya hemos
anunciado reiteradamente y que de por sí es un problema en términos
probatorios–, que la prueba relevante para los acusadores, constituida por los
funcionarios de P.D.I. Concha Cire y Díaz San Martín, que participan de este
procedimiento de investigación, de una extensión superior a un año (y en especial
del oficial de caso), no viene a estrados a exponer hechos concretos y específicos
al Tribunal para que, luego, puedan ser establecidos conforme reglas
argumentativas lógicas, sino que más bien traen al juicio una amalgama de
circunstancias donde los supuestos hechos se tiñen y vinculan directamente con
sus inferencias y deducciones para continuar con el siguiente paso investigativo
que se adoptó en el proceso previo (lo que no acontece luego, como veremos, con
la funcionaria González Pineda quien mantiene sus inferencias, entendemos, en
un mínimo aceptable al razonamiento de sus dichos). Esto, como es obvio, al
parecerse o asimilarse mucho a la función que es propia del Tribunal, nos ha
puesto también la misión de revisar, en cada estadio de sus relatos, la calidad de
aquellas inferencias y de las premisas que los mismos incorporan al juicio, como
elemento propio de su credibilidad personal. Así, para “aprobar” o “desaprobar”

237
dicho ejercicio testimonial, se tiene presente que, como explica CERDA (Ob. Cit.
Pp.126-131) todo conocimiento nuevo debe partir de algo ya conocido, y en ese
contexto, todo argumento precisa partir de una o más proposiciones o premisas
iniciales de las cuales, en una concatenación armónica, se pueda arribar a
conclusiones (vale decir, completando el proceso cognitivo). Esto requiere
entonces no solo la posibilidad de identificar aquella premisa (que en el caso ha de
ser fáctica), sino también revisar la calidad de las inferencias que de ellas se
realice para efectos de controlar las conclusiones de los relatos, exigiendo, para
efectos del sistema de prueba penal, que las inferencias sean lo más acotadas
posibles y que las conclusiones a que ellas nos lleven excluyan posibilidades
simultáneas que se contradigan entre sí y con las presupuestos de la acusación.
2.- Identificación de la principal prueba de cargo rendida en relación a
los hechos de la acusación y sus “adhesiones” fácticas.
Conforme el baremo expuesto, cabe distinguir, como cuestión previa, cuál
ha sido la prueba de cargo incorporada sobre la que los acusadores han pretendido
construir sus relatos de cargo a efectos de obtener una condena en contra de los
encartados de este juicio. Y en dicho contexto, sin perjuicio de la prueba
documental y otros medios (que constituyen prueba de corroboración o contexto)
se ha incorporado, como génesis del relato de cargo, la declaración del testigo
Concha Cire, funcionario de P.D.I. y oficial del caso referido como supuesto
testigo de toda la investigación desarrollada conforme este juicio (cuya
declaración fue por lejos la más extensa del juicio e hizo alusión a todos los
hechos materia de la acusación del M.P.); la declaración del testigo Díaz San
Martín, funcionario de P.D.I. que se desempeñó, en la operación “tangente”
referida a este juicio, en la unidad I.N.T. de la “BRICO” para esta causa,
principalmente escuchando las conversaciones que se presentaron producto de las
interceptaciones telefónicas autorizadas, entre el mes de marzo y algún día
indeterminado del mes de octubre del año 2014, vale decir, aparentemente, en el
periodo relativo al hecho denominado “Contrabando San Antonio”; la declaración
de la testigo González Pineda, funcionaria de P.D.I. que continua con la labor de
escuchas del anterior testigo desde algún día indeterminado del mes de octubre de
2014, refiriéndose a los hechos denominados como “Carteras”, “Contrabando
Osorno” y “Perfumes”; la declaración del testigo Farías Farías, funcionario del
S.N.A. de San Antonio que realiza el aforo física y hallazgo descrito en relación al
hecho denominado “Contrabando San Antonio”; la declaración del testigo Pardo
Mondaca, Agente de Aduanas que relata hechos acontecidos en su oficina en
mayo de 2014, en relación al hecho denominado “Contrabando San Antonio”; la
declaración de la testigo Ramírez Pinochet, recepcionista de la Agencia de
Aduanas referida al mes de mayo de 2014, en relación al hecho denominado
“Contrabando San Antonio”; la declaración del testigo Estay Escobar,
funcionario de P.D.I. que, por una vía distinta a la investigación de la “BRICO”,
indagó la intervención de la Agencia de Aduanas Francisco Pardo en relación al

238
hecho denominado “Contrabando San Antonio”; la declaración del testigo Castro
Parada, funcionario de ASIPAC Ltda. que declara en torno al contexto de las
operaciones y representación legal de dicha empresa, conforme el hecho
denominado “Contrabando San Antonio”; la declaración del testigo Cubillos Soto,
funcionario de P.D.I. que de desempeñó en el grupo operativo de la “BRICO” en
la operación relativa a esta causa, en torno a dos hechos puntuales acontecidos en
octubre y/o noviembre del año 2014 y en el verano del año 2015 relacionado con
la bodega ubicada en “El Pinar” de la comuna de San Joaquín (que
presuntivamente podían referirse a los hechos denominados “Carteras” y “Los
Perfumes”); la declaración del testigo Vásquez Benavides, directivo de Saam
Extraportuario quien, a grandes rasgos, informó al tribunal sobre los
procedimientos de retiro de especies para destrucción, desde sus bodegas de
almacenaje, así como sobre la individualización de los funcionarios a cargo de
dichos procedimientos, todo ello, presumiblemente, en el contexto de los hechos
denominados como “Carteras” y “Los Perfumes”; la declaración del testigo
Espinoza Achíng, funcionario al año 2014 de Saam Extraportuario, quien depone,
conforme su percepción presencial, sobre circunstancias relativas al hecho
denominado “Carteras”, en su posición de encargado de bodega que colaboró en el
retiro diversas especies desde las bodegas de Saam Extraportuario S.A.; la
declaración del testigo Molina Silva, funcionario del S.N.A. encargado del turno
de la unidad de Aduanas del paso Cardenal Samoré el día 9 de noviembre de 2014
–en que se habría descubierto un ilícito de contrabando–, fecha fijada como de
ocurrencia del hecho denominado “Contrabando Osorno” y del testigo Zepeda
González, funcionario del S.N.A. que el día referido habría desarrollado la
fiscalización del vehículo en conjunto con otro funcionario; la declaración de los
testigos Escobar Carrasco y Flores Figueroa quienes, en su calidad de
Administrador y Jefa de Unidad Causas del Juzgado de Garantía de San Antonio,
respectivamente, explicaron al tribunal sobre la existencia de actas de audiencias
falsas en relación a un audiencia no realizada el día 21 de noviembre de 2014,
explicando los procesos administrativos internos en torno a la notificación de
dichas actuaciones (en una información presuntivamente relacionada, en principio,
a los hechos denominados “Carteras” y “Los Perfumes” en atención al modus
operandi en ambos denunciado); la declaración del testigo Sumar Sabal, dueño
de las bodegas ubicadas en “El Pinar” y; por último, la declaración de la perito
caligráfico Sanhueza Debelli, relativo a una firma dubitada respecto de una
persona o circunstancia investigada en torno al hecho denominado “Contrabando
San Antonio”.
A grandes rasgos, y excluyendo toda la prueba incorporada en torno al
debate de prueba ilícita ya referido, la restante prueba documental y otros medios
fueron incorporados al juicio en un contexto de corroboración o ratificación de la
información que todos estos testigos incorporaron, no siendo posible, en dicho

239
contexto, una interpretación aislada de los datos en ellos contenidos, con
prescindencia de los datos aportados por esta prueba “personal.
3.- Prueba de cargo desestimada: fundamentos de su valoración
“negativa”.
La individualización recién efectuada tiene por objeto clarificar, desde ya, la
cantidad de prueba desarrollada en este juicio para efectos de explicar, luego, las
consecuencias que la ponderación negativa de la misma tiene en las opciones
probatorias de los acusadores, conforme el baremo probatorio ya pormenorizado.
3.1.- El relato e inferencias del testigo Concha Cire.
En tal contexto, le ha parecido esencial al tribunal avocarse, en primer
término, al análisis de credibilidad del principal testigo incorporado en este juicio,
el funcionario de P.D.I. y oficial de caso Concha Cire, en la medida que,
conforme el desarrollo del juicio, nos ha parecido que el mismo se constituyó
como piedra angular del ejercicio probatorio desarrollado por los acusadores,
considerando entre otras cosas que el testimonio en cuestión ocupó más de un
tercio de la extensión de este juicio, además de ser el único testigo que explicó la
génesis de la investigación y su completo desarrollo y conclusión. En este sentido,
y como se enunció en el veredicto, el testigo Concha Cire ha presentado múltiples
objeciones de credibilidad que, en definitiva, han mermado su capacidad
probatoria, de forma tal que se encuentra desestimado para efectos del
establecimiento de algunos de los presupuestos fácticos contenidos en las
acusaciones incoadas que no contaron con prueba relevante independiente de este
testigo.
La objeción primaria se desprende de una simple pregunta: ¿qué percibió
personalmente el testigo?, ¿vio algo?, ¿escuchó algo?, ¿de qué hecho puede
ilustrarnos?, y estos simples cuestionamiento no pueden ser resueltos
positivamente. El testigo, a la usanza “norteamericana” como se pretende, no nos
expone circunstanciadamente hechos que hubiera percibido, sino que plantea una
valoración personal de toda la información con la que la investigación habría
contado, pretendiéndose con ello que el tribunal ahora tome, y traslade a la
sentencia, todas las inferencias y “máximas de experiencia” que el mismo parece
utilizar para explicar sus conclusiones investigativas, respecto de hechos que
siquiera percibió o escuchó (recordando que hasta las escuchas de las
interceptaciones que se iban desarrollando le fueron allegadas como “resúmenes”).
Esto ya nos pone en la irregular situación probatoria de no poder distinguir a
través de qué filtro debemos analizar su relato. No obstante, en un ejercicio
hipotético, como veremos, las falencias son innumerables y apuntan a la
desestimación de la que venimos hablando.
Si bien no es una objeción directa ex ante, es dable prevenir que un testigo
policial, que encabeza toda una investigación de años de duración, muestre cierta
inclinación a validar su procedimiento, razonando e infiriendo cosas que no tienen
sustento fáctico para dar una coherencia a la investigación desarrollada. No

240
obstante, como simple prevención, la misma puede ser fácilmente superada en la
medida que el relato del testigo no evidencie estos elementos.
El problema es que ello no ocurre en el caso de este testigo.
En efecto, el relato de Concha Cire evidencia, en diversos pasajes, un claro
interés de conectar “en términos de razonabilidad” las actuaciones investigativas
sin sustento fáctico, y lo que es peor, de encubrir (en graves términos como
veremos) actuaciones erróneas e incluso ilegales desarrolladas en la investigación,
cuestiones que echan por borda la idea de “sinceridad” del relato, tema
difícilmente superable por el tribunal y, que por lo demás, en varios casos,
redundaron en contradicciones del relato y en la imposibilidad de determinar la
consistencia de aquel. Y aquí, como explicaremos, si bien no se pudo establecer
aquella animosidad ilícita denunciada por las defensas para los efectos de la
ilicitud probatoria, si quedaron, de sus ejercicios probatorios planteados a tal
efecto, todos los cuestionamientos de credibilidad que en definitiva nos llevan a su
completa desestimación como prueba aceptable.
Lo primero que Concha Cire reconoce, al definir la forma de operación de
la “BRICO”, es que no escucha personalmente las interceptaciones, y que las
mismas, al parecer, no eran íntegramente transcritas para efectos de su evaluación
y análisis, sino que, como declara, pasaban mediante un ejercicio de “resumen”
donde los funcionarios Díaz San Martín y González Pineda “…hacían su
interpretación policial de lo que se entendía o se desprendía de las
conversaciones”. Como consecuencia de ello, la información realmente allegada
en la investigación, para efectos de su relato, cuenta con un doble velo o filtro que
nos aleja de los datos “duros”, por si así llamarlos, y la duda es si Concha Cire,
para esos efectos, habría sido en realidad un testigo ¿de oídas?, de una información
que tampoco es la primaría, sino que venía, en definitiva, desde otros testigos de
oídas, que decidieron –según este testigo– “interpretar” los datos desde su posición
particular, cuestiones todas, en definitiva, que dejan tanto al tribunal como a las
defensas en una imposibilidad de controlar la veracidad de la información que
entrega el testigo, sin deducciones o inferencias previas y, en el caso particular, sin
la posibilidad tampoco de controlar la razonabilidad de dichas deducciones en la
medida que tampoco se incorporaron a estrados los testimonios de los funcionarios
del brazo operativo de la unidad, lo que habría podido, en cierta medida, sustentar
lo que se iba desarrollando. Máxime si consideramos que, de su propio testimonio
y del de Díaz San Martín, se desprende que en forma operativa o presencial de
diversas circunstancias participaron al menos los funcionarios de apellidos
Fuentes, Aliaga, Tapia, Gatica y Márquez.
Así, existen una gran cantidad de situaciones en las que los supuestos desde
los que arriba a conclusiones el testigo, en realidad son cuestiones erróneas,
imposibles de acreditar o, derechamente, falsas:
a) En primer término, si bien el testigo Concha Cire es tajante en señalar
que todas las solicitudes de interceptación telefónica eran explicadas de forma

241
acabada al M.P. a través de los respectivos informes policiales, y declara
expresamente que en el Informe Denuncia N°11 de fecha 10 de enero del año
2014, en virtud del cual se presenta la causa a la Fiscalía de San Antonio, se
incorporaron todos los antecedentes que había referido en el juicio bajo las
definiciones de “Fiscalía Sur” e “Iquique” (refiriendo incluso que todo ello estaba
señalado literalmente en el informe denuncia), lo cierto es que en la revisión del
mismo, incorporado al tenor del artículo 336 del Código Procesal Penal, queda
claro que esta información adicional y contextual nunca fue parte de la denuncia
incorporada en San Antonio y esto, sin perjuicio de no constituir ilicitud de prueba
(porque tampoco hubo engaño en torno a la información que si contenía el
documento), es una falsedad del testigo en torno a un importante hito de la
investigación (que claramente busca validarla), máxime si el mismo declara que
habían establecido ya una estructura criminal compuesta por un alto número de
personas. Y aquí es interesante ver que el testigo, en su declaración, nunca explica
cómo individualizaron, en Iquique, al funcionario del S.N.A. Samuel Iturrieta
Venegas, limitándose a señalar que “…se llegó a su individualización”, y por si no
fuera poco, luego se infiere por este testigo, sin más, que el mismo
“necesariamente debía ser compensado”, para hablar en dicho contexto, de un
eventual delito de Cohecho, sin cumplir dicha inferencia con elementos básicos
como el descarte de las hipótesis alternativas. Estos, son los primeros ejemplos de
la imposibilidad de control sobre los hechos de la acusación que nos plantea esta
prueba a través de sus “inferencias investigativas”.
b) Asimismo, creemos relevante destacar la explicación del testigo Concha
Cire en torno al desarrollo de la investigación en contra de “Arnaldo Torres
Ramos”, como otro de los puntos donde no existe suficiente razonamiento o
explicación de sus inferencias, presentándose una contradicción al particular. En
efecto, cuando el testigo explica que, en una primera instancia, se determina que el
número telefónico en el que hablaba Torres Ramos con Lara Mesa pertenecía a
una sobrina de este último, Cecilia Castillo Lara, hija de una hermana del mismo,
el proceso investigativo que se explica para conectar a dicha sobrina con Torres
Ramos es esquivo y dudoso, describiendo la revisión de registros de Facebook con
terceras personas que mantenían un perfil de amistad con Torres Ramos y, desde
ahí, dando un salto inferencial en virtud del cual P.D.I. habría verificado que aquel
residía en el mismo domicilio de la sobrina de Lara Mera, sin explicar en
definitiva cómo determinaron esa residencia y como, la misma, vinculaba las
conversaciones interceptadas (el testigo Concha Cire simplemente refiere que “…
se verifica que residía en el mismo domicilio de Avenida Alemana que registraba
la persona asociada al teléfono por el cual Arnaldo se comunicó (…) a raíz de esa
vinculación se planteó la hipótesis de que aquel Arnaldo era Arnaldo Torres
Ramos, que tomó contacto con Lara”). Ahora, si bien dicha inferencia
“incontrolable” solo es un antecedente, se aúna a otro bache de credibilidad
derivado de una contradicción constatada –o en el mejor de los casos, confusión–,

242
del testigo en torno al estado de la investigación en la que se abandona a Torres
Ramos como blanco de diligencias, en la medida que el testigo declara que hasta el
07 de mayo la investigación apuntaba a que Torres era el funcionario del S.N.A.
que colaboraba con la “estructura”, apareciendo luego, no obstante, el acusado
Avilés Trigo, quien habría generado que las interceptaciones de Torres solo se
mantuvieran por “un par de meses más”, hasta junio o julio (y dice que “…ahí
cesó la interceptación porque las interceptaciones apuntaban a una participación
de Avilés de parte de Aduanas y Torres no apareció”), habiéndose informado de
ello al M.P. y solicitado la desconexión, no obstante haber reconocido, ahora en el
contrainterrogado de la defensa del acusado Avilés Trigo, que en julio solicitó una
ampliación de interceptación, nuevamente, al número de Arnaldo Torres, ¿y para
qué?. Recordando que el testigo incluso concluye, sin ningún elemento, en más de
una oportunidad, que Torres Ramos habría recibido sumas de dinero por la
supuesta información incorporada (“lo presume”). Estas contradicciones o
confusiones, sumadas a la existencia de inferencias sin posibilidad de control
sobre las “premisas” del testigo, son elementos que socavan la credibilidad del
testimonio en análisis por falta de coherencia del relato.
c) Otra cuestión relevante, ya en cuanto al hecho denominado “Contrabando
San Antonio”, dice relación con una discordancia, o vacío, respecto de la
declaración de este testigo Concha Cire –que según entendemos no participó
personalmente en procedimiento alguno de la investigación desarrollada en torno a
este hecho– en referencia al único testigo presencial del hallazgo efectuado en el
contenedor N°CDXU117582-7, el testigo Farías Farías, funcionario del S.N.A.
que realiza el aforo físico del mismo, en la medida que, según indica éste último
testigo (sin objeciones de credibilidad como veremos luego), el día 7 de mayo de
2014 se le asignó una carpeta que amparaba el aforo de dicho contenedor, pero
fundado ello en el riesgo local referido a ese contenedor por la Unidad de Análisis
de Riesgos (U.A.R.) cuyo oficio se le envió con fecha 01 de mayo, señalando
también que en la información que se le entregó no se señalaba si había denuncia
de la P.D.I. al efecto; y todo ello en circunstancias que Concha Cire describe que
se había realizado una coordinación con la B.I.C.R.I.M. de San Antonio, para
“develar” el hecho (por cuanto la llegada del contenedor se habría adelantado), en
virtud de la cual el Comisario Luis Tapia y/o Gatica (funcionarios de P.D.I. que no
comparecen a declarar en este juicio), autorizados por el fiscal de turno del M.P.,
se trasladaron a Aduanas de la zona y tomaron contacto con la administradora
zonal, Teresa Germinni (que no comparece a declarar en este juicio), coordinación
de la que el propio funcionario que ejecuta el aforo no tuvo ninguna idea. Y
entonces, en ese difuso contexto, Concha Cire infiere ahora que alguien tenía que
estar, desde Aduanas, informando en el momento sobre la situación al acusado
Lara Mesa por cuanto aquel, en una conversación con su “mujer”, le habría
comunicado a ésta que el contenedor estaba bajo un “procedimiento policial”, lo
que incluso habría ocultado este acusado, en principio, –según especula el testigo–

243
para lograr su pago por la salida del contenedor. Pero el problema aquí es que la
discordancia de estos testimonios, sumado a la ausencia de las personas ya
individualizadas, nos deja con dos hipótesis incompletas: o Aduanas ordenó el
aforo a sus fiscalizadores ocultándoles la supuesta denuncia de P.D.I., en cuyo
caso la inferencia de Concha Cire respecto del conocimiento de Lara Mesa carece
de premisas, o P.D.I. participó activamente del proceso de aforo, lo que no se
condice con el total desconocimiento de ello de parte del funcionario Farías
Farías. En consecuencia, la discordancia entre ambos testigos, nuevamente, nos
impide controlar, en términos lógicos, las inferencias de Concha Cire para
avanzar en la investigación y determinar así la coherencia del relato. A mayor
abundamiento, el testigo en estudio, al contrainterrogatorio de la defensa de Avilés
Trigo, incluso refiere que habría sido el fiscal de turno “quien dispuso que abrieran
el contenedor”.
d) Llegamos entonces a una insalvable contradicción y discordancia del
testimonio en análisis: el momento de la individualización del acusado Avilés
Trigo en la investigación. En efecto, en un primer momento de la declaración de
Concha Cire, el testigo nos explica que la individualización de Avilés Trigo,
como el funcionario del S.N.A. que actuaba informando a Lara Mesa, comienza ya
desde el día 8 de mayo de 2014, en la medida que se efectuó un seguimiento y
vigilancia a Lara Mesa al llegar al peaje “Lagunillas”, lugar en el cual aquel habría
sostenido una reunión “inusual” con un sujeto que también llegó desde la
dirección contraria –San Antonio a Valparaíso– en otro vehículo, pero lo grave en
este punto es que el testigo Concha Cire entrega un completo relato en torno a
que, conforme la placa patente de dicho vehículo (y bajo la presunción de que
dicho sujeto podía tratarse del otro informante de Lara Mesa, ¿que ya no era
Torres Ramos?), indagan “en tiempo real” la propiedad del mismo, para detectar
que aquel vehículo estaba a nombre de María Fernanda Osores, señora de Avilés
Trigo, procediendo a enviárseles fotografías del Servicio de Registro Civil de
dicha persona a los funcionarios de la vigilancia (que tampoco comparecen a
declarar en este juicio) por parte del funcionario Díaz San Martín para, conforme
su ratificación, proceder Concha Cire a revisar la web de “Gobierno
Transparente” y, en un acierto investigativo, ratificar que esa persona justamente
era funcionario del S.N.A., todo de acorde a un exitoso curso investigativo. Pues
bien, el problema de esta historia particular radica, primero, en que
contrainterrogado por la defensa del acusado Avilés Trigo, este testigo deja ver
una grave falta de prolijidad en el flujo de antecedentes que concurrieron en ese
supuesto momento (de minutos), reconociendo que no hay fotografías de Avilés
Trigo en dicha reunión y que tampoco se tomó declaración a los funcionarios que
habrían participado de la vigilancia, para que ratificaran la información,
admitiendo también que la fotografía de Avilés Trigo que se les habría enviado fue
remitida simplemente vía WhatsApp, sin mayor formalidad, y que, por simple
experticia policial, los vigilantes habrían estado calificados para determinar la

244
identidad del sujeto, que se encontraba a varios metros del lugar desde donde
estaban (como se aprecia conforme la mala focalización de las escasas imágenes
captadas, las que son francamente burdas, en la medida que no ilustran para nada
ni la fecha ni el lugar en que son tomadas, pudiendo ser cualquier momento y
territorio del país). Y aquella falta de claridad en torno a los antecedentes, choca
ahora, de forma grave, con el relato del propio testigo Díaz San Martín, quien en
uno de los contrainterrogatorios, y solo mediante un ejercicio del artículo 332 del
Código Procesal Penal, indica que “…el 6 de noviembre de 2014 se evacuó
informe policial donde se da cuenta de la identificación de Avilés Trigo, que hasta
ese momento se conocía como aduanero N.N., por lo que se solicitó interceptación
de su número telefónico”, misma cuestión que reconoce, expresamente, la testigo
González Pineda al explicar que la identificación de Avilés se hizo el 6 de
noviembre de 2014, en el informe policial N°253, “porque antes estaba como N.N.
aduanero”. ¿Cómo sabía Concha Cire entonces que Avilés Trigo era la persona
involucrada entonces antes de esas fechas?, si el mismo reconoce, en el
interrogatorio, y en concordancia con el dato aportado por Díaz San Martín y
González Pineda, que en octubre se pide la interceptación un teléfono de Avilés
Trigo.
En consecuencia, esta seria contradicción y discordancia, sin explicación
plausible de parte de Concha Cire, no puede sino restar seriamente su
credibilidad, introduciendo incluso, como hipótesis alternativa, la posibilidad de
que dicha reunión en realidad no ocurrió, o que, de haber ocurrido, nunca permitió
la identificación del acusado como la describen, y que la misma solo aparece en
tiempos cercanos a la fecha del informe policial N°253 descrito por la testigo
González Pineda, y ello abre la puerta a la duda sobre la veracidad del testigo. Y
esto se agrava cuando recordamos que, según la propia acusación incoada en
autos, ya en el hecho denominado “Contrabando San Antonio”, que fue previo
incluso a la reunión en Lagunillas, se imputa que el acusado Avilés Trigo habría
sido quien consiguió el detalle del Embarque o Bill of Lading utilizado,
aprovechando su condición de funcionario de Aduanas, entregando dicha
información al acusado Nelson Lara a cambio de una suma de $2.000.000.-,
restando al Tribunal preguntar al efecto, ¿de dónde salió esto? – si incluso,
conforme la prueba documental N°13 del M.P. es que recién se arroja como
blanco al acusado aquí referido (de fecha 03 de octubre de 2014).
e) En esta misma clave nos encontramos ya con una de las mayores
objeciones de credibilidad existentes respecto del relato del testigo Concha Cire,
bajo una circunstancia gravísima introducida en el contrainterrogatorio de la
defensa del acusado Avilés Trigo: el testigo, al relatar las últimas diligencias
efectuadas en torno al hecho denominado como “Contrabando San Antonio”,
describe una instancia particular en la que se determina –en términos
investigativos– que a la Agencia de Aduanas Pardo Mondaca se le pagó la suma
de $2.000.000.- por la gestión de internación de las mercaderías bajo el nombre de

245
ASIPAC Ltda., identificando en el interrogatorio –al exhibírsele el documento
N°31 de la prueba de cargo–, una boleta de depósito que, en sus dichos, efectúa el
acusado Lara Mesa en una sucursal de una Banco Santander de Valparaíso
(cuestión que sabia por cuanto ese día se hizo vigilancia), cotejando luego la
realización de ese pago ya individualizado. El testigo asimismo indica,
expresamente, que dicho documento se lo facilitó la Agencia de Aduanas
Francisco Pardo. Pero el problema aquí es que, conforme al contrainterrogatorio
que hemos enunciado, se incorpora una prueba al tenor del inciso 2° del artículo
336 del Código Procesal Penal, que consiste, nada más ni nada menos, en una
copia de un correo electrónico en la que el testigo Concha Cire le pide
disculpas al fiscal de la causa por cuanto los funcionarios vigilantes de P.D.I., el
día de dicho depósito, en realidad ingresaron al Banco Santander y fotografiaron el
comprobante del pago realizado por Lara Mesa, cuestión que vulneraba las normas
de secreto bancario, ofreciéndole, inclusive, “omitir dicho antecedente” del
Informe Policial respectivo.
Esta cuestión, grave, a nuestro parecer echa por tierra cualquier credibilidad
del testigo; máxime si, antes de dicho ejercicio, en el contrainterrogatorio
apuntado, seguía insistiendo en que el documento había sido facilitado por la
Agencia Francisco Pardo. ¿Cómo no estimar entonces que el testigo declara bajo
un evidente ánimo de validar un procedimiento policial claramente deficiente?,
¿cómo superar, luego, la contradicción denunciada? – estiman estos sentenciadores
que, ya desde dicho momento, ello no era plausible.
En el correo electrónico incorporado, de fecha 21 de julio de 2014, cuya
existencia reconoce el M.P. en el debate que se produjo para su incorporación
conforme el inciso segundo del artículo 336 del Código Procesal Penal, junto con
dar las excusas por la obtención ilegal del depósito bancario, reconociendo la
exigencia del artículo 154 de la Ley General de Bancos en torno al secreto
bancario, ofrece incluso la posibilidad de “obviar” el documento, confeccionando
“un nuevo Informe Policial”, ¿y dónde habría quedado el original entonces?, ¿no
es esta una cuestión sería de credibilidad y rectitud en el actuar el testigo Concha
Cire?, sin perjuicio, claro está, de que, conforme el documento N°14 incorporado
por el M.P., dicha autorización judicial se obtuvo recién el 3 de noviembre de
2014.
f) No obstante, y aun cuando las últimas dos objeciones, por si solas, parecen
suficientes para restar cualquier credibilidad al testigo, existen en su relato otras
impugnaciones que vale la pena destacar. Así, y ya en torno al hecho denominado
“Carteras”, el testigo Concha Cire realiza otra inferencia sin reales indicios que,
en definitiva, produjo en este juicio y en todo el proceso la imputación de
responsabilidad penal a una persona que, conforme el mérito de los antecedentes,
no debería haber pasado por ello, refiriéndonos con esto a la acusada Maulén
González. En efecto, para atribuir intervención fáctica de la acusada referida, el
testigo en cuestión alude a un acta de destrucción de la empresa Logística

246
Ambiente Sano Ltda. que mostraba, junto con la firma del acusado Avilés Trigo
como funcionario del S.N.A., una media firma con el membrete de Karen Maulén
y las siglas “p.p.”, siendo esto suficiente para el testigo a efectos de involucrar a la
acusada en dicha circunstancia fáctica, que es la única que la trae a juicio. El
problema de esta parte del relato es que, a nuestro parecer, y conforme bien apuntó
la defensa de los acusados Rivera Meza y Valenzuela Silva en el
contrainterrogatorio realizado a este testigo, dicha sigla no podía sino significar
“por poder”, cuestión que de suyo excluía la intervención directa de la acusada
como la persona que aparecía firmando dicho documento (cuestionamiento que
luego el peritaje caligráfico del documento en cuestión, incorporado por su
defensa, no pudo sino ratificar). Existiendo aquí, entonces, otra inferencia “no
razonable” del testigo, que lo llevó a una conclusión sin sustento fáctico en torno a
la imputación de la acusada ya indicada. De tal forma, fuera de todos aquellos
casos en los que no se pudo controlar o apreciar el proceso lógico desencadenado
por el testigo en el razonamiento de sus dichos, existieron casos como estos donde
la incoherencia ya se produjo por errores básicos en las premisas que si logró
identificar en su declaración. De hecho, el testigo reconoce, en el
contrainterrogatorio, que la pericia fue practicada por peritos de la P.D.I., y que el
resultado de dicha pericia es informado al M.P. y que en términos generales hacía
alusión a que la supuesta firma que aparecía en el documento no era atribuible a
Karen Maulén.
Pero es más, el testigo Concha Cire, en el contrainterrogatorio de la defensa
de la acusada ya indicada, refiere que se determinó que en algún retiro
(desconocido para el juicio) operaba Logística Ambiente Sano “S.P.A.”, y no
“Ltda.”, reconociendo que, pese a esa información (que apareció después de la
detención), no hizo nada por esclarecer el punto.
g) Adicionalmente, cuando el testigo Concha Cire expone los presupuestos
relativos al hecho denominado “Contrabando Osorno”, llama la atención del
Tribunal el fundamento que el testigo entrega para intentar explicar porqué retuvo
el actuar de su brigada a la develación del delito de contrabando en el paso
fronterizo Cardenal Samoré, en la medida que el testigo refiere, al
contrainterrogatorio de la defensa de los acusados Hernández Salas y Lara Mesa,
que no le “entregó” la información al M.P. de Osorno por cuanto el fiscal de esta
causa le habría dicho que se comunicó con el de Osorno y que, como la de “acá”
tenia mayores antecedentes, los fiscales se “coordinaron” y desde Osorno se le
facilitaron todos los antecedentes. Y aquí entonces llama la atención, primero, que
frente a esa “facilitación de antecedentes”, el testigo Concha Cire aluda a que el
chofer del camión detenido con las especies incautadas no aportó nada, y segundo,
que refiere esta coordinación entre fiscales como argumento a su inactividad, si
luego se incorpora en juicio, como prueba de la defensa del acusado Alcaíno Aleu,
una sentencia definitiva ejecutoriada que condena tanto a Barrientos padre e hijo,
de forma exclusiva, por los hechos develados en Cardenal Samoré, conforme

247
elementos de convicción que aparecen, potencialmente, como existentes desde el
inicio de dicha investigación. En consecuencia, si bien creemos que el testigo no
“falsea” la información, ciertamente vuelve a inferir cuestiones que no se avienen
a los antecedentes fácticos que se incorporaron en el juicio.
h) De otra parte, al explicar las circunstancias investigativas propias del
hecho denominado “Los Perfumes”, el testigo cae en una incoherencia relativa a la
asignación de intervención de la empresa Logística Ambiente Sano Ltda., en la
medida que vincula al acusado Valenzuela Silva al hecho sin más explicación que
un mensaje de texto que alude a una “Cuenta Rut” de una persona llamada Héctor
Valenzuela (único antecedente que lo menciona durante el año completo de
investigación), sin confirmar el éxito de la misma o algún antecedente relativo al
conocimiento que de dicha eventual transferencia desde el acusado Avilés Trigo
pida tener Valenzuela Silva (vale decir, excluyendo otras hipótesis plausibles),
considerando además la contradicción que se produce en relato cuanto Concha
Cire, en el interrogatorio, declara que al individualizar a Valenzuela Silva y luego
a Rivera Meza, verificando su situación comercial, se dieron cuenta de que ambos
eran socios de Logística Ambiente Sano, empresa que ya tenían en carpeta
considerando que en el hecho denominado “carteras” ya había figurado dicha
empresa como la supuesta empresa que hizo la destrucción de las carteras, donde
salía el membrete a nombre de la acusada Maulén González, por lo que ello le
ratificaba que la empresa estaba involucrada en otro hecho además de las
“Carteras” y, por consecuencia, “…alguna participación tenían estas personas en
los hechos investigados” (inferencia sin sustento que no es ratificada por ninguna
diligencia posterior), conclusión que luego contraviene en el contrainterrogatorio
de la defensa de la acusada Maulén González, indicando que dicha acusada no
figura en el hecho “Los Perfumes” por ser socia de Logística Ambiente Sano, ya
que según la investigación no estaría vinculada en ese hecho, si bien si estaría
involucrada en el hecho “Carteras” por el acta de destrucción que era falsa por
cuanto la firma no correspondía a acusada (¿y entonces cómo?).
i) Tampoco le parece razonable al Tribunal la explicación de Concha Cire
en torno al descarte de destrucción de especies planteado respecto de los hechos
denominados como “Carteras” y “Los Perfumes”, en la medida que el testigo,
aparente con un “ánimo diligente”, confecciona una tabla Excel para describir las
destrucciones que habían ocurrido en dos vertederos de común ocurrencia respecto
de Saam Extraportuario, sin atender a la existencia de un tercer vertedero
eventualmente involucrado en las extracciones desde dichos almacenes
(“Hidronor” conforme el acta de destrucción “fidedigna” que se acompaña para
ejemplificar como era el formato usual, referida como documento N°94 de la
prueba de cargo) y, en lo que es más serio, sin adjuntar s u excel siquiera una copia
de los antecedentes en virtud de los que fabricó dicha tabla, dejándonos en la
imposibilidad de verificar la veracidad de aquellos antecedentes (pudiendo incluso
haberse traído a estrado el testimonio de las administradoras de Cartagena y Los

248
Molles al efecto). De tal forma, su inferencia en torno a que dichos elementos no
fueron dejados en los vertederos en cuestión para destrucción, nuevamente carece
de una premisa solida al efecto, y en consecuencia, desestima también el
documento N°110 de la prueba documental de cargo signada en el auto de
apertura.
Ya en otro parámetro, pero en el mismo contexto, surge otro tema relevante
que dice relación con la imposibilidad, bien denunciada por las defensas, de
controlar la mantención o consistencia del relato del Concha Cire en el transcurso
del tiempo, y lo que es peor, de controlar en definitiva la incorporación de
información sorpresa que se hace en el juicio de parte de este testigo. En efecto,
Concha Cire reconoce expresamente, en sus dichos, que no prestó esta
declaración que viene a incorporar al juicio en sede investigativa, y en ese
contexto ¿cómo podían las defensas contrarrestar la información que aquí se
incorpora?, ¿cómo podían prepararse para cuestionar o evaluar en términos
probatorios las inferencias del testigo en torno a los antecedentes investigativos?,
¿cómo sabemos que el relato del testigo no se modificó tendenciosamente?. Y
estas son objeciones validas ya que, si bien sabemos cuál es la función del testigo
y sobre que declararía –superficialmente– a través de los informes policiales que
suscribe (para efectos de pertinencia del relato), en un caso como el que nos
convoca, dichos informes eran completamente insuficientes para el control de
consistencia del relato, en la medida que, asumiendo que los redactó este testigo y
no otro oficial, solo contienen conclusiones mas no el proceso inferencial que se
nos viene a explicar al juicio, y en tal contexto las defensas estuvieron
absolutamente vedadas de practicar los ejercicios contemplados en el artículo 332
del Código Procesal Penal respecto del razonamiento del testigo y su consistencia,
al punto tal que los pocos ejercicios de confrontación que se intentaron en juicio
(exitosos por lo demás) fueron mediante el mecanismo del inciso 2° del artículo
336 del Código Procesal Penal, cuestión irregular para estos efectos. En
consecuencia, en este caso concreto, dicha omisión, de forma relevante, merma la
capacidad de control del relato y, asimismo, la evaluación de consistencia del
mismo; cuestión que incluso, por si sola, podría haber producido ya una duda
suficiente en torno a la completa credibilidad del testigo Concha Cire, en la
medida que, como bien apunta el contrainterrogatorio de la defensa de los
acusados Hernández Salas y Lara Mesa, todo lo depuesto en torno a las causas de
“Fiscalía Sur” e “Iquique”, es información sorpresa recién incorporada en el juicio,
que las defensas no tenían como conocer durante el desarrollo de la investigación,
al no estar consignadas en ninguna parte (cuestión que, por lo demás, explica el
tenor de los debates desarrollados en juicio al tenor del artículo 336 del Código
Procesal Penal respecto de este testigo).
Creemos, en definitiva, que el altísimo cúmulo de incoherencias y
discordancias planteadas, el evidente interés de validar el procedimiento al margen
de los hechos (conforme los graves cuestionamientos de veracidad surgidos en

249
torno a los ejercicios del artículo 336 inciso final del Código Procesal Penal por
parte de las defensas), la imposibilidad de revisar la consistencia del relato
conforme a la inexistencia de una declaración previa del testigo en sede
investigativa, la absoluta omisión de parte del mismo –y de los acusadores en sus
interrogatorios– de una clarificación en torno a la función probatoria que ejercía en
cada circunstancia que describió (como testigo presencial, de oídas, corroboración,
etc.); aunado ello a una serie de cuestionamientos que surgieron en términos de las
actuaciones desarrolladas en la investigación, que por lo visto, él comandaba
(inexistencia de cadenas de custodia, inexistencia de fotografías datadas a
excepción de las que un tercero ajeno les entrega –Espinoza
Aching–,manipulación absoluta de la evidencia supuestamente encontrada en la
casa del acusado Alcaíno Aleu, etc.), nos han impedido, de forma absoluta,
otorgarle algún valor probatorio a Concha Cire ya sea como testigo presencial
(que claramente no fue), de oídas, o de cualquier clase, principalmente porque, en
conclusión, no nos ha parecido veraz ni fiable para establecer circunstancia fáctica
alguna al tenor de estas objeciones y falencias. Y aquí volvemos al tema
inicialmente impugnado: fuera del falseamiento de información, el testigo no
parece haber presenciado ningún hecho materia de la presente investigación, y con
dicha circunstancia, se ha intentado sustituir la valoración del Tribunal por la del
testigo, de forma tal que, estimando su credibilidad, deberíamos haber cargado con
todas las inferencias y deducciones realizadas por Concha Cire (por cuanto el
Tribunal no hubiera estado en posición de realizar las propias), inferencias que,
bajo el control mínimo de razonabilidad que venimos apuntado –y que se explicó
al inicio de este razonamiento–, fallan reiteradamente a través de toda la
investigación.
3.2.- El relato del testigo Díaz San Martín y los audios que le fueron
exhibidos.
Conforme lo expuesto, descartada la fiabilidad del principal testigo
proveniente de la “operación tangente”, el Tribunal también ha considerado, en
similar situación, al segundo testigo incorporado para estos efectos, testigo que si
bien no estaba en posición de incorporar todas las circunstancias de la acusación,
por cuanto su intervención es acotada en términos temporales (principalmente del
hecho “Contrabando San Antonio” y los albores de la investigación, además de
una instancia particular posterior como parte del grupo operativo), en aquello que
si le correspondía, estimamos que no cumplió con el baremo planteado en este
razonamiento.
En efecto, si bien la declaración del testigo Díaz San Martín se basa en
ciertas actuaciones directas –relativas a escuchas telefónicas y una vigilancia
concreta en que sacó fotografías–, lo cierto es que partes relevantes de su relato
vuelven a caer en el mismo vicio apuntado respecto del testigo Concha Cire, en
relación a sus inferencias excesivamente “largas” en torno a la información que
supuestamente se estaba incorporando, no contando tampoco en este caso con

250
prueba directa alguna de las premisas en virtud de las cuales argumentó diversas
concusiones en su declaración. Así, siendo la esencial función investigativa de este
testigo realizar los “resúmenes” de las interceptaciones que fue escuchando, llama
la atención, primero, que el mismo no describiera o circunscribiera temporalmente
ninguno de los audios correlativos que escuchamos en juicio (a excepción de un
correlativo numerado como 6983 de la prueba de cargo N°10 de otros medios),
cuestión que, si bien podría dejar a la información depuesta en calidad de
“indicio”, en la especie lo que hizo, fue, en definitiva, dejar la puerta abierta a una
hipótesis razonable en torno a que dichos audios podían (con excepción del
correlativo ya indicado y del N°6281 que habla de un “B.L.” con el mismo número
que el del hecho acusado) corresponder a cualquier otro intento de internación,
habiendo reconocido tanto Díaz San Martín como Concha Cire que habían
existido, a su parecer, una multiplicidad de operaciones idénticas a “Contrabando
San Antonio” de parte de esta “estructura” (las que curiosamente no constan en
informe alguno ni en la acusación incoada en este juicio, habiendo incluso
señalado Díaz San Martín que constaban en el perfil de “Facebook” del acusado
Alcaíno Aleu, lo que no se ilustró por prueba alguna). Y en este contexto debemos
precisar que, frente a la incorporación de inferencias de parte de un testigo para
“completar” la información que se allega al Tribunal, de existir una inferencia
excesivamente abierta o débil “…en la medida en que admita otras hipótesis
alternativas razonables, se deberá dar lugar a que el juez se decante por aquella
que más favorezca al acusado, por aplicación del derecho a la presunción de
inocencia en su acepción como regla de juicio penal (in dubio pro reo)”
(MIRANDA en Ob. Cit. P.353).
Y en este momento debemos hacer un paréntesis, atendido a que este es el
primer testigo que escuchó directamente interceptaciones telefónicas: las pistas de
audios que se exhibieron (para escuchar) durante el juicio a los testigos Concha
Cire, Díaz San Martín y González Pineda, conforme las deficiencias que se
detectaron en su incorporación al juicio, no podían constituir por consecuencia una
prueba directa de hecho o presupuesto fáctico alguno en la medida que no fueron
incorporadas con la respectiva cadena de custodia que individualizara la fecha de
su obtención en relación al respectivo N.U.E., y por tanto, no contienen soporte
instrumental que las circunscriba o individualice a una fecha determinable,
considerando, para esto mismo, que no se incorporaron de la forma en que venían
estipuladas en el auto de apertura (bastando revisar los N°1, 2, 3, 4, 5, 8, 10 y 12
de “Otros medios de prueba”), habiéndose solo acompañado un “pendrive” con
carpetas nombradas según cada “N.U.E”. Así, con esta deficiente forma de
incorporación, y si bien no existió alegación alguna al efecto de parte de las
defensas, el Tribunal sí ha entendido que la única posibilidad de ponderación,
entonces, de todos los audios, era bajo la limitación de constituir un antecedente
netamente indiciario y sujeto por ende, estrictamente, a la declaración de cada
testigo en cada caso particular, lo que, por lo demás, sujeta su real utilizabilidad

251
probatoria a la credibilidad del testigo en cuestión, siendo en caso contrario, un
elemento de prueba fácilmente descartable por las razones antedichas. Y aquí
entonces, conforme la ponderación negativa de los testigos Díaz San Martín y
Concha Cire, y si bien lo veremos más adelante, esto solo ha sido logrado en
relación a audios propios del hecho denominado “Carteras”, conforme la
declaración específica y suficiente en el punto de la testigo González Pineda en
relación también a la existencia de suficiente prueba directa de ese hecho.
Retomando, y como se viene exponiendo para este testigo, salvo el
correlativo N°6281, supuestamente adscrito al medio de prueba N°10 de la
prueba de cargo, como otros medios, que habla del mismo B.L. de la acusación;
el correlativo N°6983, único en el cual Díaz San Martín menciona una fecha
“entre el 21 de abril y el 5 de mayo”; y el correlativo N°7332, que luego se
sustenta en un supuesto “print” de pantalla del sistema “vigía” que muestra un
mensaje con información de una cuenta bancaria respecto de celulares
interceptados de los acusados Lara Mesa y Alcaíno Aleu (conforme el Informe
Policial N°11 allegado), ningún otro audio escuchado e incorporado por los
testigos Díaz San Martín y Concha Cire supera la hipótesis alternativa planteada
precedentemente, en torno a la existencia de múltiples operaciones realizadas por
los encartados (aunque aquella suposición no haya contado con antecedentes en el
juicio). Y por lo demás, ahora ya respecto de los tres correlativos enunciados, lo
cierto es que del primero deduce una conversación entre el acusado Hernández
Salas y su “señora” Monserrat, bajo una relación conyugal no establecida por
elemento de prueba alguno (cuestión no menor para la fiabilidad de la escucha en
el punto), el segundo se sitúa en una fecha indeterminada donde solo se habla de
“2 lucas” –incluso entendiendo que se refería a dos millones de pesos– y el tercero
se sustenta en un “print” de pantalla incorporado que, nuevamente, no arroja
cadena de custodia ni timbre o membrete de algún ministro de fe en torno a que
ese “print” deriva realmente del sistema “vigía”, en circunstancias que el testigo
Concha Cire reconoce, a través de su interrogatorio, la confección de diversas
tablas “excel” en virtud de las cuales “filtró” u “ordenó” la información que se iba
allegando. Cabe agregar entonces que no aparecieron como razonables sus
explicaciones en torno a la forma tan coloquial de cruzar la información entre
funcionarios de P.D.I. para determinar que los sujetos investigados estaban
participando de las llamadas interceptadas, obviando la deseable realización de
algún peritaje posterior (para validar a este testigo en su explicación al menos), por
cuanto los grupos de vigilancia que habrían participado de dichos momentos
relevantes en la investigación (y con esto nos referimos a las vigilancias de Lara
Mesa supuestamente en Serviestado de Valparaíso y Peaje Lagunillas) ni siquiera
estaban a una distancia razonable para sacar alguna fotografía que en realidad
enmarcara o enfocara la presencia del sujeto en el lugar, sumado a que ni siquiera
comparecen como testigos aquellos funcionarios. A su turno, si según Díaz San
Martín el sistema vigía entregaba la posición o ubicación desde la que se

252
efectuaban los llamados, ¿por qué no se incorporó esta información al juicio o a la
investigación para su control por las defensas? – nos parece que hay una falta de
razón en sus dichos. Como corolario, cabe destacar que no creemos vedada a las
policial, conforme las necesidades de eficiencia y eficacia policial, la utilización
de todos los medios tecnológicos disponibles en sus vigilancias y averiguaciones
(WhatsApp, Facebook, Telegram o cualquier aplicación relativa a ello), pero para
efectos luego, de constituir prueba de un juicio oral, creemos que es un requisito
mínimo el levantamiento de aquellos datos mediante, al menos, la declaración de
los participantes de dichas actividades, lo que en la especie no acontece.
Cabe aquí señalar que el testigo Díaz San Martín, al igual que el testigo
Concha Cire, cae en una contradicción grave que pone en duda la veracidad de su
relato, nuevamente en relación a la identificación del acusado Avilés Trigo
(recordando el nivel de injerencia que la acusación le signa ya desde el hecho
denominado “Contrabando San Antonio”), por dos importantes razones: primero,
porque el testigo, al igual que Concha Cire, refiere que ya desde el 8 de mayo de
2014 tienen su individualización como el funcionario del S.N.A. involucrado en
las operaciones ilícitas, pero luego, en un ejercicio del artículo 332 del Código
Procesal Penal desarrollado por la defensa de dicho acusado (ese día particular del
juicio), expone que en realidad “…el 6 de noviembre de 2014 se evacuó informe
policial donde se da cuenta de la identificación de Avilés Trigo que hasta ese
momento se conocía como aduanero N.N., por lo que se solicitó interceptación de
su número telefónico”, cayendo entonces en una contradicción insalvable en torno
al hecho materia de la acusación; y en segundo lugar, porque no conforme con
ello, cuando el testigo explica acabadamente cómo es que logra, personalmente,
determinar la identidad de Avilés Trigo en tiempo real a la realización de las
vigilancias de los funcionarios que estaban apostados en el Peaje Lagunillas,
refiere en dos oportunidades un procedimiento en virtud del cual revisa la patente
del vehículo, identifica a su propietaria, determina que la misma es “soltera”, y
luego, mediante la ubicación de una hija, descubre que el padre es Avilés Trigo y
efectúa las diligencias posteriores (nuevamente mediante comunicaciones por
WhatsApp sin posibilidad de verificación), en circunstancias que, efectuado un
ejercicio del artículo 336 inciso 2° del Código Procesal Penal (conforme el cual se
incorpora Certificado de Matrimonio entre Osores y Avilés) se demuestra
claramente que ya desde el año 2012 aparecían dichas personas como casadas en
los mismos registros de S.R.C.E.I. que el testigo indicó revisar. Así, nuevamente
volvemos a las dudas insalvables en torno a porqué los testigos signan a Avilés
Trigo en estadios previos a los que, en definitiva, la investigación lo develó.
Cabe destacar asimismo, en torno a la consistencia del relato de Díaz San
Martín, que si bien el mismo si registraba una declaración en sede policial,
conforme se demostró de los ejercicios del artículo 332 del Código Procesal Penal
que se realizaron como parte de la confrontación ejercida por las defensas, la
misma quedó seriamente cuestionada, como conclusión del Tribunal, conforme la

253
demostración palpable de contradicción entre su declaración en juicio con aquella
prestada en dicha acusación; así, en los precisos ejercicios que se efectuaron el
testigo mostró contradicciones y luego, respecto de todos las demás
confrontaciones que se efectuaron, simplemente las evadió mediante el
reconocimiento de que “no recordaba nada de lo que declaró en la sede policial”.
De tal forma, en este punto el testigo claramente mostro deficiencias que
colaboran a su merma de credibilidad.
En consecuencia, nuevamente nos encontramos en la imposibilidad de tomar
este relato, constituido por inferencias, y situarlo como parte del razonamiento
judicial, en la medida que el testigo, derechamente, también aparece como poco
creíble e interesado en la validación del proceso investigativo, conforme el baremo
tantas veces apuntado. No cumple así con los estándares suficientes de
credibilidad individual basados en la inexistencia de intereses secundarios ni en la
coherencia del relato, además de haber fallado en torno a la consistencia del
mismo.
3.3.- Sets Fotográficos sin “sustento testimonial”.
En una situación similar a las pistas de audios reproducidas en el juicio, las
fotografías exhibidas en este juicio, a excepción de aquellas pertenecientes al Set
N°17 y N°18 de otros medios de prueba, que fueran confeccionadas por el
propio testigo Espinoza Achíng y exhibidas al mismo al tenor de la parte final del
artículo 333 del Código Procesal Penal, tampoco estaban, en este juicio, en
condiciones de incorporar, de forma clara y univoca, información atingente en la
medida que no contemplaron, en su incorporación, cadena de custodia o Informe
Policial; no se contextualizaron (fuera de un caso especifico del testigo Díaz San
Martín en torno a una vigilancia posterior al hecho “Contrabando San Antonio”
conforme imágenes de una reunión y entrega de un cheque que supuestamente él
tomó) respecto a las personas que habían tomado cada fotografía y; asimismo,
ninguna de esas imágenes arroja una data o fecha contenida en la ilustración que
nos permitiera al menos, por esa vía, concatenar las imágenes con las
declaraciones en cuestión (que en su mayoría no enfocan panoramas completos,
sino solo porciones aisladas de un cuadro mayor). De tal forma, frente a estas
deficiencias, la única forma de ponderar positivamente las ilustraciones era
mediante información relevante que testigos creíbles incorporasen al efecto,
cuestión que respecto de todas las imágenes exhibidas de forma exclusiva a los
testigos Concha Cire y Díaz San Martín, no ocurre atendida la desestimación de
sus relatos.
Cabe destacar que se ha considerado dentro de esta categoría, a los Sets
Fotográficos descritos bajos los N°5, 9 y 19, de la prueba de cargo
contemplada en el auto de apertura de este juicio oral (como “otros medios”), a
excepción de ciertas imágenes exhibidas a González Pineda respecto del Set N°5
y 19 (N°1 del primero y N°2,3 y 4 del segundo), sin perjuicio de la ineficacia de
aquellos ejercicios en términos probatorios, como veremos luego. Ahora, respecto

254
del Set N°77 de la prueba de cargo informada como “otros medios”, las
fotografías, junto con haber sido también exhibidas de forma exclusiva a Concha
Cire, muestran una burda manipulación de evidencia en torno a los supuestos
hallazgos efectuados en la casa del acusado Alcaíno Aleu, en la medida que no se
fijó lo encontrado sino, en muchos casos, cosas guardadas por los propios
funcionarios de P.D.I. bajo rótulos que ellos establecieron (inclusive, algunas
cosas siquiera se aprecian dentro de dichas cajas). A su turno, respecto de Díaz
San Martín, pierde contexto la imagen exhibida respecto del Set N°11 de otros
medios de prueba, considerando a su respecto, además, las prevenciones ya
realizadas en torno a la mala calidad de las diligencias de vigilancias realizadas
por los –desconocidos– funcionarios a cargo de ello.
3.4.- El testimonio del testigo Cubillos Soto.
La declaración del funcionario de P.D.I. Cubillos Soto, si bien no muestra
ningún elemento que haga concluir la existencia de algún animo o interés
validatorio del procedimiento investigativo, y habiendo asimismo declarado en
sede policial previa –lo que permite confirmar su consistencia incluso mediante
ejercicios de “refrescar memoria”, no impugnados por las defensas–, su valor
como prueba “presencial” difícilmente podía tener un real peso probatorio para
alguno de los hechos referidos en las acusaciones, conforme la lejanía de su relato
en torno a los hechos que se ventilan en las acusaciones incoadas.
En efecto, y solo a modo enunciativo, cabe destacar que el testigo describe
una vigilancia del día 6 de noviembre 2014, solo asimilable, presuntivamente, al
hecho denominado “Carteras” (por cuanto “Los Perfumes” es posterior), en virtud
de la cual se apostó junto a otros funcionarios en Bodega de calle El Pinar de San
Joaquín, pudiendo ver en ello que una camioneta, supuestamente con el acusado
Alcaíno Aleu, salió del recinto con una cajas que tenían la leyenda “12 carteras
Louis Vuitton”. No obstante ello, llama la atención al Tribunal, para la
verificación de dicho relato, las dudas planteadas por el testigo en torno a la
fijación fotográfica de la descarga de dichas especies en la comuna de Pedro
Aguirre Cerda y, sobre todo, la omisión de fijación del acusado Alcaíno Aleu en
cualquiera de las etapas de dicha vigilancia, las que, incluso en el caso hipotético
de haber sido obtenidas, no le fueron exhibidas al propio testigo, quien además no
recordaba quien las habría sacado. Aquí, encontrándonos con Cubillos Soto como
testigo único este presupuesto fáctico particular (de la vigilancia), era necesario,
para su mayor validación, contar con alguna prueba de corroboración de esta
vigilancia y sus resultados, cuestión que no aconteció y nos deja sin el estándar
mínimo de corroboración que una decisión razonada exige al efecto. A su turno, y
en otro aspecto, el testigo refiere luego un hecho desconocido tanto para el tribunal
como para las propias acusaciones, relativo al verano de 2015, y que por tanto
carece de relevancia probatoria en este juicio, máxime si desde dicho relato
tampoco se puede desprender asignación alguna de personas involucradas o,
incluso, de conducta ilícita.

255
3.5.- La declaración de la perito Sanhueza Debelli.
En efecto, y sin ánimo de extendernos en el punto, la perito, habiendo
explicado el objetivo y metodología de su pericia, es enfática en reconocer que no
le era posible realizar un estudio sobre las “letras fijadas como firma” en el Bill of
Lading NºMSCUPA238364 para así determinar una eventual falsedad de firma
fijada respecto del supuesto representante legal de ASIPAC Ltda. a la fecha del
hecho denominado “Contrabando San Antonio”.
3.6.- Prueba documental sin sustento “testimonial” ni conexión
pertinente a las pretensiones ventiladas en el juicio.
Al igual que con la prueba “fotográfica” y escuchas telefónicas exhibidas en
el juicio ya referidas en este razonamiento en relación al considerando
Decimosexto, de la desestimación de los relatos de los testigos Concha Cire y
Díaz San Martín se desprende la inutilizabilidad probatoria un determinado
número de documentos incorporados como prueba de cargo cuyo único contexto y
conexión en torno a la acusación incoada fue su exhibición a dichos testigos al
tenor la parte final del artículo 333 del Código Procesal Penal. De tal forma, los
documentos signados bajo el número 32 (que al final no se incorporó), 88 (como
veremos al analizar el hecho denominado “Los Perfumes”), 109, 110 y 111 de la
prueba documental de cargo, pierden relevancia y pertinencia conforme el
contexto planteado por Concha Cire, y por sí solos, solo tienen un eventual
mérito para establecer circunstancias aisladas que no corroboran nada más allá de
aquello que daremos por establecido luego. Precisando, podemos señalar que los
documento N°109, 110 y 112 nuevamente pretenden sustituir prueba por
inferencias sin sustento probatorio.
Adicional a esto, cabe destacar que existe numerosa y extensa prueba
documental que se incorporó al juicio sin ninguna conexión a la declaración de
alguno de los testigo de cargo al tenor de la norma citada, entendiendo el Tribunal
que, en dichos casos, las inferencias que se pretendían por parte del M.P. eran
excesivamente “largas”, en términos de asignar a dichos documentos alguna
conexión con una de las conclusiones a que se ha arribado en este juicio, sin
descartar incluso dudas razonables en torno a su pertinencia. En efecto, y de forma
poco deseable para el desarrollo del juicio, el M.P. utilizó un día completo de
sesión para incorporar 231 facturas pertenecientes o relativas a Logística
Ambiente Sano Ltda., (pertenecientes a 2013, 2014 y 2015 y signadas entre los
números 161 y 399, ambos inclusive), intentando con ello, según indica el ente
persecutor en sus alegatos de clausura, demostrar que la empresa antedicha,
durante el periodo investigado, nunca facturó las destrucciones denunciadas en los
hechos denominados como “Carteras” y “Los Perfumes” al tenor de las
acusaciones. No obstante, como escuchamos del propio testigo Concha Cire, se
descubrió en la investigación, sin indagar sobre ello, que existía una empresa
paralela llamada Logística Ambiente Sano S.P.A., que al parecer habría
participado en alguna(s) destrucción(es), de forma tal que el mérito de dichas

256
facturas no puede, en caso alguno, excluir esa hipótesis alternativa introducida por
el propio testigo. Y asimismo, incluso en el caso de no existir dicha posibilidad, lo
cierto es que, sin un informe contable oficial incorporado en la causa, al menos,
conforme las normas de los informes periciales, era poco probable dar aquella
circunstancia como establecida incluso en términos indiciarios. En consecuencia,
nos parece que el ejercicio probatorio en este punto simplemente se preocupó de
“vaciar” la información incautada por P.D.I. al momento de ingresar a las oficinas
de Logística Ambiente Sano Ltda., sin una real finalidad en el punto.
En el mismo sentido referido, vale decir de desconexión de los antecedentes,
los acusadores incorporan, como prueba documental, copias autorizadas de
formularios N°22 del S.I.I., del acusado Valenzuela Silva por el A.T. 2013, del
acusado Rivera Meza por el A.T. 2013, de la acusada Maulén González por
los A.T. 2013, 2014 y 2015 y del acusado Lara Mesa por el A.T. 2015 –
signados entre los números 151 y 159, ambos inclusive– sin que en la especie,
nadie haya mediado entre dicha información y algunos de los presupuestos
fácticos o jurídicos de la acusación incoada. Cuestión que también acontece en
relación a las 16 copias de liquidaciones de remuneraciones del acusado Avilés
Trigo, relativas a 2014 y 2015 (signadas entre los números 72 y 87, ambos
inclusive) tanto por la impertinencia de aquellas del 2015, como por la posibilidad
de determinar su vinculación al S.N.A., simplemente, a traces de la Información
del Sistema de Recursos Humanos del S.N.A. allegado al efecto (y en la medida
que, la supuesta variación de sus ingresos conforme el actuar delictual, no es
relevante al hecho que hemos podido establecer). Y esto también ocurre con los
documentos N°140 a 147 (ambos inclusive) que se estarían refiriendo a los
vehículos incautados conforme la investigación, así como los documentos N°131
a 135 (ambos inclusive), que nos hablarían de los dineros y otras especies
incautada conforme la investigación; y también con los documentos N°129, 130
137, 138 y 148, conforme su desconexión y, asimismo, irrelevancia frente a los
hechos establecidos y la prueba utilizada para tales efectos (en una suerte de
redundancia probatoria).
Mención especial refiere el documento N°112, consistente en una copia de
expediente sumarial del acusado Avilés Trigo, en la medida que la información en
él contenida, al incorporarse a este juicio, no cumple con un estándar mínimo de
corroboración en términos testimoniales, cuestión por la cual el propio Código
Procesal Penal, a excepción de casos puntuales recogidos en los artículos 332 y
336, impiden, en definitiva, la incorporación y prueba de hechos a través de
simples documentos que no cuentan con sustento testimonial en el juicio respecto
de las personas que aparecen fijando la información en ellos contenidas más allá
de lo dispuesto en el artículo 295 del Código Procesal Penal, que no es norma de
valoración). Estimamos que, en tal caso, podían haberse incorporado los
testimonios de los funcionarios que desarrollaron ese sumario y las personas que

257
ahí prestaron declaración, si eso se deseaba, permitiendo con ello una adecuado
contraexamen e inmediación requeridos para formar juicio sobre aspectos fácticos.
Solo adicionaremos, en el punto, que el video exhibido en torno a la
supuesta reunión en el Jumbo de la ciudad de Viña del Mar del día 31 de octubre
de 2014, ofrecido bajo el N°11 de otros medios de prueba de cargo (que en este
caso al menos tenía su respectiva cadena de custodia, bajo el N.U.E. 2576158), si
bien estipula una fecha y hora de grabación, es de una mala calidad que impidió,
en definitiva, identificar algo o a alguien de lo que el testigo Concha Cire refirió.
4.- Consecuencia de la prueba desestimada: insuficiencia probatoria
total respecto de los hechos denominados “Asociación Ilícita”, “Perfumes” y
“Municiones”.
Pues bien, habiéndose desestimado la prueba de cargo recién analizada, al
tenor de las exigencias propias del artículo 297 del Código Procesal Penal ya
expuestas, la consecuencia que de ello se deriva, en términos probatorios, no es
sino la imposibilidad absoluta de establecer, siquiera mediante la constatación de
prueba indiciaria, los hechos denominados en la acusación bajo los nombres
“Asociación Ilícita”, “Los Perfumes” y “Municiones”.
4.1.- “Asociación Ilícita”.
En efecto, de la revisión conjunta de la prueba de cargo incoada en este
juicio, salta de inmediato a la vista que, bajo la “exclusión” del relato del testigo
Concha Cire, no queda en estos antecedentes ningún elemento propio de la
descripción del hecho denominado como “Asociación Ilícita”, en especial cuando
el mismo describía, como objetivos múltiples de la supuesta asociación, la
internación fraudulenta de mercadería falsificadas a través del Puerto del San
Antonio o por vía terrestre desde Argentina (cuestiones no acreditadas como luego
explicaremos). Así, entendiendo que en un tipo penal como este, la prueba
generalmente es indiciaria, quienes explican e identifican las supuestas funciones
de los acusados Alcaíno Aleu, Hernández Salas, Lara Mesa y Avilés Trigo en la
“estructura criminal”, son, justamente, los testigos Concha Cire y Díaz San
Martín, de forma tal que su exclusión impide desprender, de los antecedentes que
nos quedan, las circunstancias fácticas que estipulan las acusaciones para
enarbolar dicha pretensión, cuestión que incluso, en términos ulteriores, hubiera
impedido también determinar la existencia de los elementos típicos propios de la
Asociación Ilícita al tenor del artículo 292 y siguientes del Código Penal. En tal
contexto, y como se anunció en el veredicto, lo único que se ha podido establecer
en este juicio, en relación a los cuatro acusados referidos, es una coautoría en
torno a la desviación de especies destinadas a destrucción desde un almacén bajo
potestad aduanera de Saam Extraportuario S.A. el día 30 de octubre de 2014, más
no, desde ese único hecho, elementos indiciarios de que el delito en cuestión no se
cometió como un hecho concertado único, en contraposición a un estado de
antijuricidad sostenido en el tiempo y creado o aprovechado por la “organización”,
Aquí, y solo a modo ejemplar, ya la jurisprudencia ha advertido que “…no puede

258
confundirse la asociación ilícita con la ejecución de un plan delictivo por una
pluralidad de personas, como sucede en la especie, lo que pertenece a la
coparticipación delictiva, aun cuando ambos supuestos presenten ciertos rasgos o
características comunes” (Excma. Corte Suprema, Rol N°6819-2008),
recordando, como bien señala CORNEJO, que “…la asociación ilícita constituye un
delito colectivo perfectamente autónomo, puesto que dicha autonomía no sólo se
produce ante la coautoría o ante la coparticipación criminal, sino respecto a cada
uno de los delitos cometidos por cada miembro de la organización” (CORNEJO.
Asociación ilícita y delitos contra el orden público. Rubinzal-Culzoni Editores.
2001. P.105). En consecuencia, sin la prueba ya desestimada, el Tribunal no puede
desprender, a nivel indiciario, ni en un plano fáctico ni jurídico, ni la existencia de
una estructura jerarquizada, a distribución de tareas ni la estabilidad temporal o
permanencia en el tiempo de la organización, considerando un hecho único como
única cuestión acreditada en relación a los acusados ya referidos.
4.2.- “Los Perfumes”.
Asimismo, y en cuanto al hecho denominado “Los Perfumes”, también de la
simple lectura del juicio se desprende que, fuera de las inferencias y deducciones
efectuadas por el testigo Concha Cire, no se ha rendido en juicio prueba directa
alguna en torno a su ocurrencia ni elementos específicos, considerando la
especificidad que la acusación aplica en este hecho, de manera diversa a lo
acontecido, por ejemplo, en el hecho denominado “Carteras” (de hecho, el testigo
presencial del retiro de especies en el hecho “Carteras”, Espinoza Achíng, junto
con reconocer que en el hecho “Los Perfumes” estaba de vacaciones, individualiza
no obstante al sujeto que habría presenciado el primero, sin que se hubiera traído
aquella persona al juicio). Conforme esto, la información con la que contamos, en
definitiva, aparece mejor asignada al hecho recién referido (“Carteras”) que si
contó con prueba directa y presencial en torno al retiro de las especies desde las
bodegas de Saam Extraportuario.
Cabe aquí destacar que, en este hecho denominado “Los Perfumes”, tal vez
la única prueba “adicional”, de relevancia para contextualizar e intentar unir en un
relato coherente la prueba documental que se incorporó –bajo el entendimiento
que aquella pertenecía a este hecho y no a otro–, era la testigo González Pineda,
funcionaria de P.D.I. que escuchó las interceptaciones telefónicas relativas al
supuesto periodo de ocurrencia del hecho y que, en lo medular (conforme
analizaremos en detalle al establecer el hecho denominado “Carteras”), no mostró
los mismos reparos de credibilidad planteados respecto de sus colegas en la
investigación, los testigos Concha Cire y Díaz San Martín.
De tal forma, la testigo González Pineda, sin objeciones de credibilidad
“subjetiva” relativas a intereses o búsqueda de ganancias secundarias, aunque si
bien con algunos reparos, nuevamente, en torno a la identificación inicial del
acusado Avilés Trigo (que en su caso en realidad parecen constituir confusiones y
no una creación de relatos luego contradictorios entre sí), solo describe, ni más ni

259
menos, lo que hizo en la investigación, que fue escuchar diversos audios
provenientes de las interceptaciones telefónicas autorizadas, y en aquel punto, a
diferencia de los testigos Concha Cire y Díaz San Martín, la testigo reduce la
incorporación de inferencias propias en relación a las escuchas, apegándose de
mejor forma a la información que en ellas se incorpora –no habiéndose impugnado
tampoco la consistencia de su relato al efecto–. Ahora, conforme dicha coherencia,
se simplifica para el Tribunal el ejercicio de distinguir, desde su relato, aquella
información contenida en las interceptaciones que realmente puede constituir un
medio de corroboración para otros antecedentes (como ocurrirá, conforme
explicaremos luego, también con el hecho denominado “Contrabando Osorno”).
Pero antes de revisar la información referida por la testigo González Pineda,
cabe aclarar desde ya que no ha existido, en el hecho denominado “Los Perfumes”,
prueba directa, presencial o, por último, de oídas (respecto de algún eventual
funcionario de vigilancia en el sitio del hecho) alguna que permita sentar la
dinámica en virtud de la cual se extrajeron, supuestamente, diversos perfumes u
otras especies desde el almacén Saam Extraportuario S.A., bajo un engaño
producido por un acta de destrucción falsa, el día 27 de noviembre de 2014 (y aquí
queremos ser enfáticos: ningún testigo, salvo Concha Cire y González Pineda,
declaró sobre este hecho). No se cuenta aquí, como si ocurrirá con el hecho
denominado “Carteras” y el testigo Espinoza Achíng, con ningún medio que
ilustre aquellas acciones contenidas en las acusaciones incoadas. Y si recordamos
el hecho aquí revisado, es posible entender que las acciones que se atribuyen a los
acusados “como gestiones y diligencias”, en realidad son bastante específicas,
requiriendo la comprobación de que el acusado Avilés Trigo pidió un pago para
contravenir funciones propias de su cargo a los otros acusados signados como
“miembros de la estructura” y además, uno para los acusados Valenzuela Silva y
Rivera Meza ($1.500.000.- a cada uno) como miembros de Logística Ambiente
Sano Ltda. para, en conjunto con ellos, y mediante el uso de un acta falsa de
destrucción proveniente del Juzgado de Garantía de San Antonio, en causa R.I.T.
N°2019-2014, sacar las especies desde Saam Extraportuario S.A. y trasladarlas y
almacenarlas en una bodega ubicada en “El Pinar N°205, San Joaquín”.
Pues bien, en este orden de ideas, y retomando la declaración de la única
testigo aceptable en cuanto a este hecho, la funcionaria González Pineda, lo cierto
es que, en torno a este punto de la acusación, el ejercicio probatorio se remite a
exhibirle diversos correlativos de audio referidos al N°12 de otros medios de
prueba, supuestamente bajo el N.U.E. 2576167 conforme los supuestos
correlativos N°2643, 2002, 1084, 1088, 2385, 2389, 2391, 2400, 2403, 2505,
2537, 2652, 2706, 2716, 3591, 2765, 2772, 2774, 2808, 2866, 2946, 2968, 3728,
3020, 3769, 3021, 3781, 3066, 3077, 3090, 3103, 3123, 3977, 4116, 3302, 3341 y
3412, y a reiterar la información en ellos contenida a través de la testigo. Y en ese
ejercicio, lo primero que salta a la vista, es la omisión por parte de los acusadores
de consultar a la testigo a qué hecho se referían todos estos audios, cuestión que si

260
se hizo cuando se intenta contextualizar los audios referidos a los hechos
“Carteras” y “Contrabando Osorno” también incorporados –en términos
aceptables– con el relato de la testigo, y si bien esto podría considerarse
innecesario conforme el orden cronológico del relato de González Pineda, lo
cierto es que ello no es tan así desde que, conforme la acusación, existió al menos
otro hecho en el cual se desarrolló un idéntico modus operandi (el hecho
“Carteras” por el cual se emitió veredicto condenatorio) de forma tal que, sin
aquella individualización, existen un sinnúmero de audios que “quedan perdidos”
en torno a su nexo con el hecho que se pretendía aquí establecer (así ocurre, por
ejemplo, con los correlativos 2002, 1084, 1088, 2385, 2389, 3728, 3020 e incluso
el 2808), y si bien respecto de los correlativos N°2643, 2774, 2505, 2716, 3991,
2537, 2652, 2692, 2706, 2391 y 2403 puede desprenderse algún contexto
preparatorio en torno a la comisión de un ilícito, lo cierto es que siguen
manteniendo, al efecto, una orfandad probatoria en torno a determinar, por
ejemplo, qué fue lo que supuestamente se retiró de Saam Extraportuario S.A. el
día fijado y por quién, o si efectivamente Avilés Trigo acompañó a algún camión a
Santiago (mediante alguna vigilancia o fotografía), o porqué en un audio se habla
de “muñecas”, o si en realidad hubo una “huelga” en el S.N.A. en esas fechas.
En efecto, conforme la prueba documental incorporada, cabe destacar que,
ante la ausencia de alguna declaración que “conectara” la información allí
contenida con los hechos concretos de la acusación, difícilmente el Tribunal podía
enarbolar alguna inferencia o deducción al efecto:
Así, el documento de recepción de mercaderías Saam Extraportuarios
S.A., DRES (2014-42274) con fecha de salida 27 de noviembre de 2014
(documento N°88), si bien tiene anotado, con lápiz de pasta y fuera de cualquier
recuadro formal, un nombre “Carlos Vascuñan” y una supuesta firma (junto con
una sigla FR9333), no fue exhibido a la persona que se indica como quien entrega
algo (si entendemos que el documento quiere decir ello), vale decir don Eddie
Machuca y tampoco supimos entonces quien ni cuándo incorporó aquella
anotación, en la medida que existen diversas anotaciones en el documento, “sobre
las oficiales”, que francamente no entendemos. Por su parte, la factura
electrónica N°843968 de 27 de noviembre de 2014, de Saam Extraportuarios
S.A. (documento N°89), no tiene ningún dato relativo a Logística Ambiente Sano
Ltda. en su contenido. A su turno, la copia simple de la Querella del S.N.A.
(documento N°95) deducida al efecto, se entabla en contra del representante legal
“Imp. High Fragance”, y la del formulario denuncia N°705701 del mismo
S.N.A., (documento N°96) supuestamente generada la internación ilícita de los
mismos, tampoco signa en parte alguna a los acusados en este juicio, reiterando a
la importadora referida y su representante, Cristian González Morales (al igual que
como acontece con las copias simples de Querellas planteadas por Hugo Boss
Trademark Management GMBH & Co.KG, y Carolina Herrera LTD., e
incorporadas bajo los N°105 y 106 de la prueba documental).

261
Conforme esto, las copias simples de la Declaración de Ingreso
N°6450062972-8 de 04 de abril de 2014, el Bill of Lading N°592293335 Maersk
Line, el Invoice N°RH120540 de fecha 20 de enero de 2014 y el Packing List
N°RH120540 de la misma fecha (documentos N°97, 98, 99 y 100), no son más
que documentos que permiten inferir que ingresaron al país, para la Importadora
“High Fragance Ltda.”, una serie de cargamentos de perfumes que, en definitiva,
quedaron retenidas por las infracciones apuntadas en los anteriores documentos
individualizados. Misma cuestión que ocurre con el Acta de Incautación N°28
del S.N.A. de San Antonio de fecha 11 de abril de 2014 (documento N°90) y la
copia simple de Resolución N°2654 de fecha 11 de abril, del S.N.A. (documento
N°104), en la medida que ni siquiera contamos en estrados con algún funcionarios
a cargo de dicho procedimiento, que pudiera ilustrarnos acabadamente sobre la
individualidad e identidad de las especies allí incautadas. Asimismo, el
documento N°93, a pesar de ser referido por el testigo Espinoza Achíng, no tiene
ningún sustento probatorio para vincularlo a este hecho o, por último, a alguna
maniobra o diligencia de los acusados Avilés Trigo, Alcaíno Aleu, Hernández
Salas, Lara Mesa o inclusive a la empresa Logística Ambiente Sano Ltda.
En este contexto, el Acta de audiencia de formalización de la
investigación de fecha 21 de noviembre de 2014, relativa a una causa R.I.T.
N°2019-2014 del Juzgado de Garantía de San Antonio (documento N°91),
imputada como falsa –más allá de la efectividad de aquello conforme el correo
electrónico del Administrador de dicho tribunal incorporado como documento
N°92–, en caso alguno demuestra, por si sola, su uso de parte del acusado Avilés
Trigo como antecedente para obtener el retiro de las especies individualizadas en
el hecho.
Siendo esta la totalidad de la prueba rendida respecto del hecho denominado
“Los Perfumes”, creemos que las escuchas telefónicas, en el evento hipotético de
suprimir todas nuestras objeciones al respecto, difícilmente podrían constituirse
como antecedentes de precisión y gravedad para, mediante inferencias e indicios,
construir el hecho de la forma que se estipula en la acusación. Y aquí no se trata de
no admitir a valoración prueba indiciaria o indirecta que permita sustentar la
información incorporada, sino de que, como explica MIRANDA (Ob. Cit. P.353), la
inferencia que de ella se pretenda extraer sea solida y conclusiva, excluyendo otras
hipótesis alternativas razonables. Esto exigía, a nuestro parecer, prueba tendiente a
demostrar que toda la maquinación fraudulenta (supuestamente) desarrollada por
vía telefónica, tenía un correlato en la realidad mediante la ilustración sobre la
forma en que se realizó el retiro de esas especies desde Saam Extraportuario, así
como de sus participantes, (explicación con la que no contamos y que, por el
contrario, se existió respecto del hecho denominado “Carteras”).
4.3.- “Municiones”.
Esto mismo ocurre, también, con el hecho denominado “Municiones”, en la
medida que el único testigo, justamente “presencial” en cuanto al hecho (el

262
funcionario Concha Cire, quien acude al domicilio en el momento de la
incautación de especies a Alcaíno Aleu junto al fiscal Subiabre), solo indica, de
toda su declaración (de más de 5 días) al respecto: “…y se le encontraron
municiones que tenía en el domicilio” “…que no tenían autorización para
recogerlas”, sin ninguna explicación al respecto ni prueba adicional en el punto.
En este tópico, el M.P. francamente abandonó toda pretensión de prueba ya desde
la preparación del juicio oral, no ofreciendo ni rindiendo prueba al efecto, cuestión
fáctica que, además, se enfrentó a la confrontación con la prueba documental de la
defensa de dicho encartado, relativa a un permiso de Tenencia de arma
semiautomática tipo pistola serie 170304 calibre 380, inscripción de 5 abril de
1994, a nombre de dicho encartado, y un Parte denuncia N°589, de 22 de enero
de 2007, efectuada por Miguel Alcaíno por el Robo de una pistola calibre 380,
entre otros bienes (si es que esas municiones eran tales, claro está).
5.- Situación particular del hecho denominado como “Contrabando
Osorno”.
Sin perjuicio de la insuficiencia probatoria descrita en cuanto a los tres
hechos referidos, tanto por la inexistencia de testimonios directos de los mismos
como por la inexistencia de prueba relevante en torno a fijación de indicios –así
como por el “abandono probatorio” del hecho denominado “Municiones”–, cabe
destacar que, en lo que dice relación con el hecho denominado “Contrabando
Osorno”, acontece en el juicio una situación especial que requiere de un
tratamiento separado de la prueba rendida en relación a aquel. De esta manera,
como se adelantó en el veredicto comunicado, si bien respecto del hecho
denominado “Contrabando Osorno” existe alguna prueba independiente y directa
en torno al núcleo fáctico de este hecho, relativa solo a su develación
(principalmente por el relato de los testigos Molina Silva y Zepeda González),
existió información en el juicio, fiable, incorporada como prueba de descargo de
parte de la defensa del acusado Alcaíno Aleu, relativa a un establecimiento diverso
e incompatible del hecho expuesto en las acusaciones de este juicio, en otra sede
judicial, ya indubitada, que este Tribunal no puede, por la vía de este juicio,
desmentir o “revocar”.
5.1.- La sentencia dictada por el Juzgado de Garantía de Osorno.
En efecto, la sentencia dictada por el Juzgado de Garantía de Osorno con
fecha 27 de abril de 2015, en autos R.I.T. N°5118-2014, no solo produce un
efecto de objetar la credibilidad al testigo Concha Cire en torno a su deducción de
que las fiscalías de San Antonio y Osorno estaban “coordinadas” en cuanto a la
develación de este hecho, sino que también establece uno propio conforme la
misma develación denunciada en esta causa, que si bien no difiere sustancialmente
del contexto fáctico que se pretende instaurar en este juicio, si establece términos
excluyentes en torno a cómo se concierta la dinámica para cometer el ilícito y
cómo se devela el hecho luctuoso en sí. Así, la sentencia referida indica, como
hecho acreditado, que:

263
“El día 09 de noviembre de 2014 en horas de la mañana, en circunstancias
que el imputado David Barrientos Cárdenas, previamente concertado con su hijo,
el imputado Javier Alejandro Barrientos Silva para efectuar contrabando de
cigarrillos falsificados y otros, desde la República Argentina a Chile, para ser
comercializados clandestinamente y en forma irregular en territorio nacional,
conducía el camión, ppu dxbp – 76 y semiremolque jh7191, de propiedad del
imputado Barrientos Silva, quien se los facilitó para la comisión delictual, el
paso zona primaria, avanzada de aduana Cardenal Samore, comuna de Puyehue,
proveniente de la ciudad de Punta Arenas, al momento de ingresar al país,
habiendo realizado los tramites de ingreso en policía internacional, presentó ante
personal de aduanas al ingreso a territorio nacional, manifiesto internacional de
carga electrónico (mic) Nº3004438, (documento confeccionado conjuntamente
con el imputado Barrientos Silva), declarando que transportaba únicamente
fardos de maxisacos para reciclaje, madera elaborada, fardos en desuso para
reciclaje, maxisacos pet molido para reciclaje y tuberías en desuso. Sin embargo,
al control aduanero del camión, personal a cargo se percató que el imputado
transportaba mercancía que no había declarado a la aduana. En efecto, el
imputado llevaba oculta según lo acordado con el imputado Javier Alejandro
Barrientos Silva entre fardos maxisacos para reciclaje, madera elaborada, fardos
en desuso para reciclaje, maxisacos pet molido para reciclaje y tuberías en
desuso y no declarado a la autoridad aduanera, la cantidad de 963 cajas con 25
cartones cada uno con 10 cajetillas de 20 unidades de cigarrillos marca belmont,
pall mall, rodeo y blue point sumando un total de 7.690.000 unidades de
cigarrillos. Esta mercancía, el imputado la introdujo por instrucción y acuerdo
previo con Barrientos Silva a territorio de la República, defraudando a la
Hacienda Pública, ya que evadió el pago de tributo, que en derechos e impuestos
correspondientes por dichas mercancías, al esconderlas y no declararlas. La
defraudación asciende a los US$ 2.509.534,28 equivalentes en pesos a
$837.400.000.-
Se hace presente, que el imputado Javier Alejandro Barrientos Silva
propuso la comisión del ilícito a su padre, previamente y concertado con este con
fecha 06 de noviembre de 2014, facilitándole su camión ppu dxbp-76 y
semiremolque jh – 7191, señalándole que debía sellar con sellos de aduana el
camión en Punta Arenas e ingresar a Argentina y luego con fecha 7 de diciembre
en Trelew provincia Chubut en Argentina se cargaría el camión con cigarrillos
falsificados y otros, sin alterar los sellos a fin de defraudar a aduana chilena,
para ser ingresados y contrabandeados los cigarrillos a Chile, sin cancelar los
impuestos y derechos aduaneros y específicos y tributos correspondientes, para
una vez en Chile, proceder a su comercialización y distribución. Así, el imputado
Javier Alejandro Barrientos Silva, propuso, coordinó y facilitó los medios
(camión, remolque, dinero, 25.000 pesos argentinos, dinero chileno) de comisión
del ilícito a su padre y coordinó y adquirió con individuos de Argentina la

264
cantidad de cantidad de 963 cajas con 25 cartones cada uno con 10 cajetillas de
20 unidades de cigarrillos marca belmont, pall mall, rodeo y blue point, sumando
un total de 7.690.000 unidades de cigarrillos, defraudando a la Hacienda Pública,
ya que evadió el pago de tributo, que en derechos e impuestos correspondientes
por dichas mercancías. Los cigarrillos incautados de las marcas belmont y pall
mall son falsos, en contenido como en formato de presentación y embalaje, y
maliciosamente para fines comerciales eran usados y transportados por parte de
los imputados, para ingresar y posterior venta de los mismos en territorio
nacional. Las cajetillas y cigarrillos originales difieren de las falsificadas
incautadas en su soporte, impresión y sellos, siendo elaborados por agente
distinto de aquel que según ley, se encuentra autorizado legalmente para ello, sin
cumplir con las regulaciones formales, legales y sanitarias, exigidas en su
elaboración y distribución. Los imputados transportaron dicha mercancía para
su comercialización en territorio nacional sin contar con el legítimo derecho y
registro de la marca pall mall y belmont inscritas válidamente en Inapi a nombre
de BAT CHILE SA.
Es dable señalar, que los imputados, registran inicio de actividades
transporte de carga por carreteras no estando facultados para la
comercialización, de este tipo de especies ni producción, distribución, transporte,
ni comercialización de la mercancía que transportaba para su posterior venta en
territorio nacional, ya que no cuentan con las debidas autorizaciones emanadas
de las autoridades públicas competentes. Además, el transporte de las
mercancías para su venta en territorio nacional lo hicieron sin ninguna
documentación tributaria, de respaldo ni pago de impuestos que gravan la
producción y comercio de dichas especies, ejerciendo al margen del orden legal
una actividad comercial, en forma clandestina e irregular sobre dicha mercancía.
Los imputados realizaron una actividad comercial, esto es transporte de
cigarrillos para su posterior venta, lucrando con ello. Transportaban escondido
en el camión que conducía al ingreso a chile para su venta, no respaldando con
ningún documento tributario la adquisición y venta de la mercadería señalada,
sufriendo el fisco un perjuicio total ascendente a más de quinientos millones de
pesos”.
Dicha sentencia es asimilable, conforme su certificado de ejecutoria, a un
instrumento público que no fue impugnado en su veracidad en circunstancias que
el M.P. ratifica en cierta medida su existencia conforme la incorporación, como
prueba documental, de una copia simple de Querella presentada por BAT Chile
S.A., en la causa R.I.T. N°5118-2014, como documento N°68 y, asimismo, una
copia simple de la Querella presentada por el S.N.A. al efecto, en esa misma
causa, como documento N°62). Y al respecto, cabe destacar, como explica
ROMERO, que cualquiera que sea la calificación que se atribuya a la declaración
contenida en una sentencia judicial firme y ejecutoriada (como presunción o como
ficción), el mérito probatorio de la misma se ha venido definiendo en la doctrina

265
contemporánea conforme el establecimiento de “un hecho jurídico”. Así, a partir
de los aportes de Liebman, quien puntualizaba que la concepción clásica de la cosa
juzgada duró hasta el día “en que se hizo el análisis del contenido y de los efectos
de la sentencia, descubriéndose que los mismos pueden ser de índole muy diversa
según los casos”, se hizo general la aceptación de que los efectos reflejos derivan
de la sentencia y no de la cosa juzgada. La cosa juzgada entonces no es un efecto
de la sentencia, sino una cualidad de inmutabilidad de sus efectos, que pueden ser
declarativos, constitutivos y de condena. (ROMERO. “La Sentencia Judicial como
medio de prueba”. En Revista Chilena de Derecho, V.39 N°2. 2012. Pp. 261-263).
5.2.- La “inmutabilidad” de los hechos establecidos en la sentencia del
Juzgado de Garantía de Osorno.
Acorde al “hecho jurídico” recién descrito, hemos entendido que no podría
existir, ahora en este juicio, una reevaluación del mismo que, en definitiva,
desmienta aquel en torno a la forma de develación allí establecida (y a la dinámica
de la participación de Javier Barrientos como financista del viaje respecto del
camión P.P.U. DXBP76 –y semirremolque JH7191– así como del conductor,
David Barrientos, que en definitiva, los condenó por el ilícito de Contrabando,
entre otros ilícitos). Y conforme ello, el hecho por el cual se fija la acusación de
estos autos no puede, entonces, sino “rodear o complementar” aquel; lo que centra
este debate, entonces, en la revisión y/o verificación de la existencia, de parte de
los acusados Alcaíno Aleu, Hernández Salas, Lara Mesa y Avilés Trigo, de alguna
“diligencia y gestión necesaria para ingresar al país” el camión en cuestión, que a
su turno consistiría en “el contacto, de parte del acusado Avilés Trigo, por un pago
de $1.000.000.- (que Lara Mesa le habría realizado con dinero proporcionado por
Alcaíno Aleu), con funcionarios del S.N.A. del paso Cardenal Samoré, a fin de
permitir la salida irregular de esas mercaderías, desde Aduanas, aprovechando su
condición de funcionario del servicio”, sin interferir en la forma de develación o
tratos particulares entre los ya condenados por este hecho. De tal forma, cualquier
reevaluación de los antecedentes de la develación y dinámica de participación en
torno a los involucrados en la decisión de cargar el camión con cigarrillos y el
modus operandi para desarrollar aquello, ya citados, implicaría necesariamente la
modificación del hecho de relevancia jurídico-penal establecido en la sentencia
antedicha, de forma tal que la eficacia refleja de la misma se vería lesionada, y si
bien ello, en términos procesales, no constituiría per se una infracción a la cosa
juzgada en su perspectiva formal, si podría generar o predicar un problema en
torno a la materialidad de dicho instituto como mecanismo limitador de sentencias
contradictorias. Como explica ROSENDE, es indudable que si la eficacia refleja se
quiere hacer valer en un segundo proceso, la relación jurídica decidida (en el caso,
responsabilidad penal conforme un hecho jurídico ya establecido) se alegará o
estudiará como prejudicial de la condicionada (ROSENDE. “Efectos directos y
reflejos de la Sentencia”. En Revista Chilena de Derecho, V.28 N°3. 2001. P.497).

266
En consecuencia, y en lo que nos es relevante, parece razonable solo
circunscribir el hecho materia de la acusación a la opción de que el camión
retenido en Cardenal Samoré, en el que se encontraron los cigarrillos de
contrabando, podría haber sido “encargado” por una persona distinta de David y
Javier Barrientos, responsables del hecho en cuestión (de forma excluyente de
terceras personas), y por ende, sin posibilidad de concatenar el actuar de los
acusados en este hecho (Alcaíno Aleu, Hernández Salas, Lara Mesa y Avilés
Trigo), a aquella planeación en torno a la forma de ingreso del camión y su modus
operandi (desde Punta Arenas hasta Cardenal Samoré), solo nos resta ver si, de
alguna manera, era posible vincular una eventual gestión de todos los acusados de
esta causa en torno a facilitar a aquellas personas el ingreso, como parte de un
actuar convenido y deliberado a través de algún plan (además, claro está, de poder
establecer las diligencias específicas que se imputan al acusado Avilés Trigo para
tal efecto).
5.3.- Prueba rendida al efecto en este juicio en relación a “Contrabando
Osorno”: insuficiencia probatoria.
Bajo estas prevenciones, corresponde ahora revisar qué es lo que la prueba
rendida en este juicio, y respecto de este hecho, permite consignar (descartando la
prueba desestimada), y lo cierto es que, en relación al hecho, contamos al menos
con prueba directa o presencial del hallazgo y develación referido a la
fiscalización ejercida el día 9 de noviembre de 2014, en el paso Cardonal Samoré:
Contamos aquí, primero, con la declaración del testigo Molina Silva, jefe de
turno en la unidad de Aduanas de Cardenal Samoré el día 9 de noviembre de 2014,
y este testigo, conforme el análisis de su relato, no muestra objeción de
credibilidad alguna, ni subjetiva ni objetiva derivada de incoherencias en el relato.
A su turno, la consistencia del mismo no fue, en caso alguno, puesta en tela de
juicio durante los contrainterrogatorios. Ahora, sin perjuicio de esa credibilidad
individual, lo cierto es que el testigo Molina Silva, en caso alguno, puede agregar
en estrados más información que la que ya se ha dado por establecida en la
sentencia R.I.T. N°5118-2014 citada, explicando al efecto las circunstancias de
develación allí expresadas, además de dar razón, mediante el reconocimiento y
explicación de la información contenida en los documentos N°64, 63, 65 y 67 del
auto de apertura (como prueba de cargo) conforme la existencia del M.I.C.
(Manifiesto Internacional de Carga) N°3004483, del acta de aforo y liquidación
que realiza y posterior formulario de denuncia que efectúa y envía al M.P. local,
todo ello de acorde a la información ya fijada en la sentencia referida. El testigo,
asimismo, y para efectos de corroboración y determinación de concordancia del
relato, incorpora el dato relativo al testigo Zepeda González como funcionario
participante de la develación (junto con otros).
A su turno, contamos también con la declaración del testigo Zepeda
González, funcionario del S.N.A. que, el día de la develación del hecho, se
encontraba como fiscalizador en el paso Cardenal Samoré. Y este testigo, si bien

267
sin ninguna objeción de credibilidad, al igual que Molina Silva –y de forma
concordante con aquel– solo incorpora antecedentes ya establecidos por la
sentencia R.I.T. N°5118-2014 citada, en la medida que explica al Tribunal que el
día del hecho (que sabemos es el 9 de noviembre de 2014) estaba designado como
encargado de loza, cuestión que es fijada por el jefe de turno (Molina Silva), y
que, conforme su calidad de miembro de la Unidad de Análisis de Riesgos, ya
había verificado que varios vehículos estaban pendientes de hacía 3 o 4 días en la
medida que, según los tiempos estimados desde la avanzada de Punta Arenas, el
tiempo estimado de viaje era de 3 días, cuestión que generó riesgo respecto del
camión, en definitiva, retenido luego. El testigo Zepeda González incluso
recuerda, en un ejercicio del artículo 332 del Código Procesal Penal, que la patente
del camión era DXBP76, con un remolque patente JH7191 (de forma
absolutamente coincidente con la sentencia referida). Y al final del interrogatorio,
expone como, junto al funcionario Cristian Muñoz, develan el contrabando en
progreso a través del aforo físico del camión y el hallazgo de los cigarrillos ocultos
tras un “muro” de la mercadería efectivamente declarada y así dispuesta para
ocultar aquellas especies ilícitas. Todo lo cual, reiteramos, se conforma al modus
operandi descrito en la sentencia del Juzgado de Garantía de Osorno,
habiéndosele, en el contexto del procedimiento fiscalizador, el documento N°64
en el juicio (el acta de incautación confeccionada).
Pues bien, de aquella prueba directa –y creíble– de la develación del hecho
luctuoso en cuanto a la retención del camión y a su contenido, la verdad es que no
podemos inferir o establecer hecho alguno en torno a los presupuestos fácticos de
este juicio que podrían “complementar” a la sentencia ya citada del Juzgado de
Garantía de Osorno, de forma tal que, en un plano fáctico, hasta aquí no tenemos
antecedentes de inferencia acerca de actuación alguna de los acusados aquí
imputados en el hechos luctuoso en comento. Máxime si, respecto a circunstancias
que podían “precisar” la situación a favor de la pretensión punitiva de este juicio,
el testigo Molina Silva, al contrainterrogatorio de la defensa del acusado Alcaíno
Aleu, reconoce que el administrador de la Aduana, en ese tiempo, si bien era
Pedro Chávez (persona supuestamente vinculada a los acusados), no estuvo en el
lugar ni se contactó con ellos para evitar la fiscalización del camión, cuestión que
ratifica, en idénticos términos, el testigo Zepeda González, también al
contrainterrogatorio, agregando este testigo, además, que ningún funcionario del
turno que salía le mencionó en caso alguno la patente de dicho camión.
Conforme todo esto, y manteniendo la expectativa sobre la incorporación de
alguna información fidedigna que exceda del hecho ya establecido judicialmente,
solo nos queda la declaración relativa al hecho vertida por la testigo González
Pineda, funcionaria de P.D.I. que actuó en la unidad I.N.T. escuchando las
interceptaciones desde mediados de octubre de 2014 hasta el final de la
investigación, conforme un relato que, a pesar de los baches ya explicados al
desestimar el hecho denominado “Los Perfumes”, sigue manteniendo una correcta

268
dosis de credibilidad. Pero el problema aquí es que la testigo solo incorpora en su
declaración, para estos efectos, la “contextualización” de diversos audios referidos
al N°10 de otros medios de prueba, supuestamente todos bajo el N.U.E.
2576163, pero lo cierto es que, conforme las objeciones probatorias que ya hemos
indicado –la desprolijidad apuntada en torno a la forma con que dichos
correlativos fueron incorporados en los interrogatorios–, la información en ellos
contenida solo podía, en caso de suficiencia, constituir un elemento de
corroboración de información respecto de alguna otra prueba incorporada al
efecto, cuestión que, como se desprende del mérito de los antecedentes, no ocurrió
en relación a este hecho denominado “Contrabando Osorno”. La única fuente de
información en base a la que se nos pide “construir” toda la hipótesis relativa a las
actuaciones de los acusados y, especialmente, de Avilés Trigo, proviene
exclusivamente de estos correlativos que no cuentan con ningún elemento de
corroboración que pueda sustentar indicios. Y además, incluso en el caso
hipotético que asumiéramos una total suficiencia de los correlativos incorporados
por González Pineda al efecto (2318, 2333, 2408, 3475, 4473, 4660, 7361, 7559,
7637, 7713, 7863, 8320, 8367, 8383, 8425, 8427, 8428, 8438, 8439, 8441, 8447,
8455, 8456, 8457, 8460, 8468, 8470, 8479, 8492, 8503, 8515, 8524, 8529, 8531,
8549, 8575, 8614 y 8620), olvidándonos de exigir cualquier antecedente de
corroboración, lo cierto es que ninguno de ellos muestra o esclarece el supuesto
contacto que el acusado Avilés Trigo habría tenido con Pedro Chávez, persona a la
que, a pesar de habérsele tomado declaración en sede policial, tampoco es traída a
declarar a este juicio, apareciendo de estos audios solo una serie de “dimes y
diretes” que perfectamente podrían responder, incluso, a engaños entre los propios
involucrados. Y lo curioso es que dicha hipótesis, ahora si atendida la inexistencia
de prueba en torno a la realización de algún pago conforme estas conversaciones
(conversaciones a las que, en la especie, tampoco podemos asignar a un día y hora
determinada por cuanto ese dato, para este hecho particular, la testigo González
Pineda no lo clarificó), aparece como posible conforme la estricta asignación de
responsabilidad precisa e individual efectuada en la sentencia del Juzgado de
Garantía de Osorno, tantas veces citada. Así, ni de los documentos relativos a este
hecho, ni de los testigos presenciales de su develación, ni de la sentencia
incorporada, y tampoco del relato de la testigo González Pineda, en este evento
especifico (que no cuenta con prueba de corroboración real al efecto) puede
establecerse aquel hecho que fijamos como pertinente para revisar y,
eventualmente, para condenar a los acusados. A mayor abundamiento, esta testigo,
en el contrainterrogatorio efectuado por la defensa del acusado Avilés Trigo,
reconoce que aquel acusado nunca habló con Ramírez, Alcaíno o Chávez, que no
tuvo injerencia de lo pagado respecto de los cigarrillos de Argentina, y asimismo,
manifiesta “no estar segura” de si se hicieron diligencias para comprobar pagos de
Avilés a Chávez.

269
En consecuencia, siendo esta toda la prueba rendida en torno a “Contrabando
Osorno”, y sin considerar la ya desestimada, no hay hecho posible de establecer en
relación a la acusación, sin inferencias excesivas que hubieran soslayado dudas tan
razonables como la relativa a cuáles habrían sido, realmente, las “maniobras y
diligencias” directamente ejecutadas por los acusados para lograr la internación
de estos cigarrillos.
6.- Situación particular del hecho denominado como “Contrabando San
Antonio”.
En cuanto a este último hecho, que será analizado en la consideración
siguiente, cabe adelantar, desde ya, y como también se comunicó en el veredicto,
que sin la prueba desestimada no se estuvo en posición de determinar la
intervención fáctica de los encartados en el hecho (susceptible luego de ser
calificada conforme las hipótesis de participación del Código Penal), considerando
que al efecto solo pudo establecerse la develación del hecho luctuoso conforme la
existencia de prueba directa y autónoma de la ya desestimada, según revisaremos a
continuación.
VIGÉSIMO: Valoración probatoria, hechos establecidos.-
En concordancia con la valoración que se viene desarrollando, ahora
ponderando la restante prueba conforme los parámetros ya explicados en el
razonamiento anterior, el Tribunal ha podido establecer, desde el análisis de la
prueba rendida, únicamente los siguientes hechos:
- Como “Hecho N°1”.
<<Con fecha 07 de mayo de 2014, en el Control de Zona Primaria del
puerto de San Antonio, la administración de Aduanas de San Antonio
procedió a revisar el contenedor NºCDXU117582-7, procedente del Puerto
Balboa, Panamá, embarcado en la M/N MSC Bilbao, conforme aforo físico,
detectando como consecuencia de ello que el mismo contenía 458 pacas con un
total de 22.900 cartones con 229.000 cajetillas de cigarrillos de procedencia
extranjera y de diferentes marcas, sin haberlas manifestado al Servicio
Nacional de Aduanas, y sin pagar los derechos, impuestos, tasas y demás
gravámenes, tantos aduaneros como internos que las afectan, con el
consiguiente perjuicio fiscal.
Para ingresar dichas mercaderías no declaradas, se consignó el
contenedor a nombre de la empresa “Sociedad Importadora y Exportadora
ASIPAC Ltda.”, declarando los antecedentes de respaldo conforme a la
descripción de mercancía como 240 cajas de cartón con tenedores de acero,
digitales, con medidor de temperatura, utilizándose para ello el Bill of Lading
Nº MSCUPA238364 con una supuesta forma del representante legal de
ASIPAC Ltda.
El valor de cada cajetilla asciende a $2.000 cada una, por lo que el valor
aduanero total de esta mercancía es de US$817.530 y los gravámenes cuyo

270
pago se evadió ascienden a US$837.597,91, equivalente a $468.636.031 de
perjuicio fiscal.
Por la cantidad y naturaleza de las especies, se desprende que estas
mercaderías fueron adquiridas para un uso comercial y no personal.>>
- Como “Hecho N°2”.
<<El día 30 de octubre de 2014, Miguel Alcaíno Aleu, Nelson Lara Mesa
y Cristian Avilés Trigo, realizaron gestiones y diligencias destinadas a
trasladar, desde un almacén extraportuario bajo la potestad de aduanas de
San Antonio a bodegas arrendadas para estos efectos, una cantidad
indeterminada de carteras, relojes, zapatillas, y otras mercancías, con logos y
diseños imitativos de diversas marcas registradas, entre otras especies
también falsificadas, que habían sido incautadas y ordenadas destruir por
Sentencia de fecha 11 de octubre de 2013, del Juzgado de Garantía de San
Antonio, en causa RUC 1210014859-3, por tratarse de mercaderías que
infringían la ley de propiedad industrial.
Para estos efectos Cristian Avilés Trigo, bajo el requerimiento y
acuerdo de un pago por $2.000.000.-, usó un acta del Juzgado de Garantía de
San Antonio, de fecha 03 de octubre de 2014, bajo el RUC Nº1210014859-3,
RIT Nº2775-2012, que disponía la destrucción de la mercadería como
consecuencia de un acuerdo reparatorio, acta que es falsa en la medida que,
de acuerdo a los registros del tribunal, dicha audiencia nunca se verificó.
Dicha acta le permitió sacar las especies de la potestad aduanera ejercida en
los recintos de Saam Extraportuario S.A., en conjunto con Mauricio Andrés
Rivera Meza, socio de “Logística Ambiente Sano” Ltda., utilizando un acta
falsa de destrucción de las especies que aparecía suscrita por Cristian Avilés
Trigo en representación del Servicio Nacional de Aduanas junto con la
empresa Logística Ambiente Sano Ltda., permitiéndose así la salida irregular
de las mismas.
El destino de dichas especies se fijó y coordinó por parte Cristian Avilés
Trigo y Nelson Lara Mesa en conjunto con Miguel Alcaíno Aleu y Fernando
Hernández Salas en bodegas ubicadas en un recinto de calle El Pinar Nº205
de la comuna de San Joaquín, Región Metropolitana, con el objetivo de ser
comercializadas sin contar con la autorización de los titulares de los derechos
marcarios.>>
Como se desprende de la simple lectura de este párrafo, estos hechos no son
sino aquellos relativos al denominado “Contrabando San Antonio” (parcialmente
establecido) y al denominado “Carteras”, de la acusación incoada por el M.P., ya
que, como se ha explicado al finalizar el razonamiento anterior, la prueba
desestimada nos lleva a “extraer” del hecho N°1 toda circunstancia fáctica relativa
a la asignación de intervenciones en el hecho luctuoso, pudiendo, no obstante,
establecer con suficiencia la ocurrencia de aquel que hemos referido como hecho
N°2 de la sentencia.

271
1.- Establecimiento del “Hecho N°1” y sus presupuestos fácticos.
1.1.- Valoración de la prueba rendida al efecto –y no desestimada–.
En cuanto a este primer hecho, realizada ya la “depuración” de la prueba
rendida, nos encontramos, para el establecimiento del mismo, con prueba directa
de su develación conforme la declaración del testigo presencial Farías Farías,
funcionario del S.N.A. de San Antonio que ejecuta el aforo físico y que, al mismo
tiempo, incorpora un importante cúmulo de prueba documental rendida para estos
efectos.
En efecto, el relato del testigo Farías Farías no deja entrever ni apunta a la
existencia de ninguna ganancia secundaria o interés comprometido en el resultado
del juicio, entregando de forma coherente y razonada la información atingente a la
develación del hecho y a elementos particulares del quehacer aduanero que,
conforme su experiencia en la materia, se encuentra en condiciones de explicar. A
su turno, y como veremos, el relato del testigo muestra consistencia conforme la
falta de impugnación al efecto –de parte de las defensas– y la declaración de un
testigo de corroboración en torno a esta información, el funcionario de P.D.I.
Estay Escobar. Así, el testigo explica todo el procedimiento que realiza el día 7
de mayo de 2014, las razones por las cuales lo hace (que aparecen posibles y
probables), los documentos que estuvieron involucrados en la revisión –y
develación del ilícito–, y los hallazgos específicos que se realizaron conforme
dicho aforo físico; y todo ello en circunstancias que ningún contrainterrogatorio
esbozó objeción alguna de la coherencia de dicho relato, solo extrayendo alguna
información adicional y complementaria a la declaración prestada desde el primer
minuto, a modo de interrogatorio.
Aquí, es relevante destacar que, como ya hemos explicado, parafraseando a
MIRANDA (en Ob. Cit. Pp.337-343), la prueba de un hecho a través de un solo
medio probatorio –sea testigo víctima o no–, en caso alguno se encuentra vedado
conforme lo dispuesto en el artículo 295 del Código Procesal Penal, sin perjuicio
de que, la razonabilidad de la decisión judicial, exige que al menos dicha
información cuente con algún otro antecedente de corroboración como estándar
mínimo de suficiencia.
En tal contexto, se ha incorporado en el juicio la copia simple de la
denuncia N°711484 de fecha 07 de mayo de 2014, del S.N.A. (documento
N°17), que el propio testigo confecciona, según su dichos, y que en lo medular
coincide con la denuncia que hoy describe en estrados, estableciendo desde ya, en
dicho documento, la internación conforme a la Agencia de Aduanas Francisco
Pardo y el nombre, como importador, de ASIPAC Ltda. (indicándose como hecho
constitutivo de infracción el no pago de impuestos relativos a Tabaco, y la
existencia de mercaderías distintas a las declaradas), siendo todas estas cuestiones
que refuerzan la consistencia del relato de Farías Farías. Asimismo, el testigo
también refiere haber confeccionado el documento N°18, conforme el cual se
incautan justamente 458 pacas contenedoras de 22.900 cajetillas de cigarrillos, 448

272
con 50 cartones cada una de marca “Jaisalmer Azul”, y 10 con 50 cartones cada
una de marca “Cumbia Rojo” (documento que lo individualiza como fiscalizador).
A su turno, contamos con el documento N°19, que justamente constituye un
Oficio u Informe, N°40, de esa misma fecha, mediante la cual el testigo Farías
Farías, junto con describir los mismos antecedentes que el día de hoy, refiere
como datos técnicos, el N° del contenedor (CXDU117582-7), el Puerto desde el
cual venia el mismo (Balboa, Panamá), la embarcación (M/N MSC Bilbao) y el
conocimiento de embarque (MSCUPA238362), estableciendo, según la
explicación que luego entrega en su testimonio, un valor total de gravámenes
ascendiente a la suma de $468.636.031. (desde dicho documento incluso se
desprende que el valor de cada cajetilla se fija en $2.000 cada una, por lo que el
valor aduanero total de esta mercancía es de US817.530 y que los gravámenes
cuyo pago se evadió ascienden a US837.597,91).
Contamos asimismo con una copia simple de la declaración de ingreso de
mercaderías N°1310046246-4 de fecha 06 de mayo de 2014 (que el testigo
individualiza como “DIN”), como documento N°20, que muestra claramente que
dicho contenedor, ya señalado, traía “como declarados” tenedores de acuerdo,
digitales, con medidor de temperatura, siendo un documento destacable en la
medida que, además, proviene de una fuente independiente a Farías Farías;
misma situación que ocurre con el documento N°21 que ilustra sobre el Despacho
N°46246 efectuado por la Agencia Francisco Pardo y el documento. Asimismo, y
ya para acreditar la razón por la cual Farías Farías desarrolla el aforo del
contenedor descrito (y dejar una hipótesis alternativa a las suposiciones de
Concha Cire en torno a la eficaz actuación de la BICRIM de San Antonio en el
punto), contamos con el documento N°22, Oficio N°70 de la Unidad de Análisis
del S.N.A., que informa mercancías seleccionadas para aforo físico, dentro de las
que se indica el contenedor fijado a ASIPAC Ltda. por “riesgo local”, con fecha
01 de mayo de 2014.
Cabe destacar que todos estos documentos fueron reconocidos por el testigo
al tenor de la parte final del artículo 333 del Código Procesal Penal, y su
integridad no fue cuestionada en juicio.
De forma adicional, se ha incorporado, de forma independiente al relato pero
en clara conexión de corroboración con el mismo, un documento denominado
DRES (de depósito aduanero) N°555 de fecha 01 de mayo de 2014, conforme
las especies que respondían al Bill of Lading MSCUPA238362 (documento
N°23); la copia de dicho Bill of Lading, emitido el 07 de abril de 2014
(documento N°24), que ratifica todos los antecedentes ya planteados
(Consignatario ASIPAC Ltda., carga, peso, número de contenedor, Puerto de
Embarque y de destino, así como las especies falsamente indicadas en él:
tenedores, chuchillos para concinas, teteras, tablas de planchar, etc.); y los
denominados Invoice y Packing List de las especies, documentos explicados por el
testigo Farías Farías (documentos N°26 y 27).

273
Señalado ello, y como se ha adelantado, contamos en estrados también con
la declaración del testigo Estay Escobar, funcionario de la P.D.I. que, de forma
completamente independiente a la “BRICO”, por cuanto pertenecía a otra brigada
de la institución (BRIDEPOR), si desarrolló algunas indagaciones en torno al
hecho luctuoso que estamos analizando (si bien la descoordinación o
desconocimiento entre las brigadas sobre su investigación “común” es un dato
curioso), y conforme su particular posición respecto a la investigación, lo cierto es
que no aparece del relato por él incorporado elemento alguno relativo a la
existencia de ganancias secuenciarías, siendo coherente en la mayoría del relato
vertido e incluso dando explicación de que “…tenían investigaciones paralelas
que ellos desconocían como unidad, y cuando supo que ellos estaban investigando
a una persona por Contrabando, supo recién de esta situación, cuando colegas
dijeron que habían contenedores que serían despachados camino a Melipilla. Esto
lo supo porque unos colegas chocaron en San Antonio y fallecieron, y ahí
supieron de la investigación paralela, sin saber que estaban investigando lo
mismo”. Sin perjuicio de ello, lo cierto es que la declaración en revisión cumple
una función, a todas luces, solo de corroboración de elementos particulares del
relato presencial que hemos incorporado. Así, nos explica que, en concordancia a
la develación informada por Farías Farías, comparece a la Agencia de Aduanas
Francisco Pardo Mondaca, y conforme ello tomó declaración a dos funcionarios de
la agencia, además del propio agente. Aquí, como información relevante, destaca
el hecho de que el ejecutivo de dicha agencia, de forma efectiva, reconoce que se
suscribió en dicha agencia el depósito de internación de la mercadería referida,
confeccionándose el “DIN” respectivo, y junto con este dato, periférico, tomó
entonces declaración al testigo Farías Farías el 8 de septiembre de 2014, quien ya
desde ese momento le indicó que se habían incautado alrededor de 458 pacas de
cigarros a través de aforo físico, cuestión que refuerza la consistencia del relato de
Farías Farías en los términos ya explicados. Destaca su conocimiento de la boleta
de depósito realizado al efecto a la Agencia, por parte “supuesta” de ASIPAC
Ltda., conforme el documento N°31, que indica haber incorporado mediante
Informe Policial N°271, si bien aquel no era parte de la investigación desarrollada
por “BRICO” (cuestión por la cual no sabemos, en realidad, dónde fue que arribó
dicho informe). Y en este mismo sentido comparece el testigo Pardo Mondaca,
agente de aduanas, quien si bien de forma muy tangencial y con alguna objeción
de credibilidad por incoherencia (que será tratada al revisar la imposibilidad de
asignación de intervención fáctica en el hecho), al menos expone que en mayo de
2014 compareció a su agencia un señor de nombre Gustavo González Cougat
quien celebró con ellos los actos jurídicos necesarios para realizar una
importación, para que luego, cuando fue a cargar el camión, ser informado de que
el S.N.A. lo había incautado por hallazgo de cigarrillos de contrabando. Lo
extraño, no obstante (y esto es una objeción de credibilidad) es que a aquel sujeto
no le fue requerida forma alguna de identificación ni de acreditación en torno a la

274
representación legal que refería en cuanto a ASIPAC Ltda., si bien se le hizo el
pago de los impuestos a través de Tesorería General de la República, con lo que
podemos conectar al relato el documento N°30 incorporado por el M.P. Este
testigo, también para efectos de corroboración del relato de Farías Farías, refiere
expresamente que “…la declaración de impuestos tenía el N°1310046246-4 de
fecha 6 de mayo de 2014, y luego se enteró que el día 7 de mayo Aduanas aforó el
contenedor y encontró los cigarrillos de contrabando”. Con esto, y si bien no se le
exhibió al testigo, cobra pertinencia el documento N°25 incorporado luego por el
M.P., relativo a la guía de despacho electrónica emitida por esta agencia con
fecha 07 de mayo de 2014 (que registra el mismo número de declaración de
impuesto e incluso el número de B.L.) y que habla del contenido declarado
respecto del contenedor en cuestión: los tenedores y cosas de cocina.
En este proceso valorativo, solo nos queda agregar, como testimonio
pertinente, a la declaración de la testigo Ramírez Pinochet quien, también sin
objeciones subjetivas de credibilidad (por cuanto ni ella ni Pardo Mondaca
mostraron animadversión o intereses alguno en sus relatos), ratificó al menos las
diligencias explicadas por Estay Escobar en torno a su toma de declaración,
corroborando su testimonio (vale decir, ratificando la información secundaria
incorporada).
Como última cuestión, debemos agregar que, dentro de la prueba
incroporada atingente a este hecho (denominado como “Contrabando San
Antonio” en las acusaciones), nos ha sido irrelevante las copias simples de
Querellas presentada por ASIPAC Ltda., y el S.N.A., bajo los R.I.T. N°2500-2014
y 2251-2014, en la medida que de las mismas no puede extraerse circunstancia
fáctica alguna (que responden a los documentos N°12 y 16 de la prueba de cargo).
A su turno, los documentos N°28 y 29 de la prueba de cargo, al no haber sido
incorporados por la vía del artículo 333 parte final del Código Procesal Penal,
como sí aconteció con los otros antecedentes de carácter más bien técnico, también
han sido descartados.
1.2.- Presupuestos fácticos establecidos.
Bajo la información entregada por esta prueba, creíble en los parámetros
explicados por el Tribunal, el Tribunal puede establecer, desde el relato presencial
del hecho luctuoso y toda la documentación allegada, la fecha de ocurrencia (07 de
mayo de 2014), el lugar de develación (Puerto de San Antonio, administración de
Aduanas de San Antonio), el N° del contenedor revisado por aforo físico
(NºCDXU117582-7) y su consecuencial procedencia (embarcado en la M/N MSC
Bilbao a nombre de la empresa “Sociedad Importadora y Exportadora ASIPAC
Ltda.” bajo el Bill of Lading Nº MSCUPA238364 y desde el Puerto Balboa de
Panamá) aunado, y en lo que es más relevante, a la forma de develación descrita
por Farías Farías en relación a los documentos incorporados y explicados,
conforme un aforo físico por riesgo local determinado por la Unidad de Análisis
que permitió detectar que, en vez de las mercaderías declaradas como contenidas

275
en el contenedor en cuestión (240 cajas de cartón con tenedores de acero, digitales,
con medidor de temperatura), habían en aquel, contenidas, 458 pacas con un total
de 22.900 cartones con 229.000 cajetillas de cigarrillos de procedencia extranjera
y de diferentes marcas, sin haberlas manifestado al S.N.A., y sin pagar asimismo
los derechos, impuestos, tasas y demás gravámenes correspondientes. A su turno,
el testigo Farías Farías explicó, en términos técnicos (nos gusten o no por cuanto
no hay prueba en contrario a su mecanismo) cómo determinó que el valor de cada
cajetilla asciende a $2.000 cada una, arrojando así un valor aduanero total de la
mercancía ascendente a US817.530 y los gravámenes cuyo pago se evaden a
US837.597,91, equivalente a $468.636.031 de perjuicio fiscal. Conforme ello,
asimismo, y si bien es una cuestión de corte normativo, se ha podido inferir, como
plantea la acusación, que “por la cantidad y naturaleza de las especies, estas
mercaderías fueron adquiridas para un uso comercial y no personal”, inferencia
que en caso alguno infringe máximas de experiencia.
1.3.- El presupuesto fáctico no establecido: la intervención fáctica de los
acusados Avilés Trigo, Hernández Salas, Lara Mesa y Alcaíno Aleu.
En efecto, de la revisión de los antecedentes considerados para el
establecimiento de este hecho, se desprende claramente que no existe, en ninguno
de ello, asignación alguna de intervención fáctica (susceptible de calificación
como participación punible) de parte de los encartados en este juicio, en la medida
que el único testigo que habla, hipotéticamente de uno de ellos, en realidad no da
ninguna explicación de cómo llega a esa conclusión, pareciéndole al Tribunal que
simplemente ello se trata de una repetición de la información que luego vio
plasmada en la investigación de la “BRICO” desarrollada al efecto (y con esto nos
referimos al espurio comentario del testigo Estay Escobar en el punto, único
elemento de su relato que nos pareció incoherente por la inexistencia de premisas
para afirmar ese dicho). Así, ningún otro testigo los menciona, en caso alguno, y
ningún documento los menciona.
En consecuencia, con la espuria información allegada, lo cierto es que ni
siquiera podríamos excluir en la especie la duda razonable relativa a que podría
haber sido, efectivamente, algún funcionario de ASIPAC Ltda. quien desarrolló
todas las actuaciones encaminadas a esta internación, considerando al efecto que
no hay conclusiones relevantes por parte de la perito Sanhueza Debelli
(desestimada probatoriamente por ello) y que no podríamos dar fe ciega, como
plantea el testigo Castro Parada, que ASIPAC Ltda. y sus funcionarios nunca
pensarían en comercializar cigarrillos por las creencias religiosas de sus dueños
(que tampoco no comparecieron en estrados).
Cabe agregar, y solo como dato adicional, que incluso en el evento de que no
hubiéramos desestimado las declaraciones de los testigos Concha Cire y Díaz
San Martín, en aquella hipotética situación solo habría existido una escucha
telefónica que podríamos haber conectado al acusado Hernández Salas mediante el
Bill of Lading, sin que ningún otro audio se hubiera podido circunscribir, con

276
suficiencia, a este hecho con exclusión de hipótesis alternativas (como la expuesta
en torno a una posible intervención del contenedor de parte de funcionarios de la
misma ASIPAC Ltda.)
2.- Establecimiento del “Hecho N°2” y sus presupuestos fácticos.
2.1.- Valoración de la prueba rendida al efecto –y no desestimada–.
Siendo este el único hecho punible con “suficiencia condenatoria”
establecido en el juicio, cabe precisar, en primer término, qué prueba ha sido
pertinente a tal efecto, para luego valorarla pormenorizadamente. Así, desestimado
el testigo Concha Cire, y toda la prueba cuya única conexión al hecho se basa en
sus dichos (ya que Díaz San Martín no tiene injerencia en este hecho), así como
el testigo Cubillos Soto, conforme la inexistencia de antecedentes en el juicio para
corroborar sus difusos dichos –que parecían circunscribirse a “Carteras”–; se rinde
en estrados, conforme la precisión que ya se hizo en el considerando precedente, la
declaración de los testigos Espinoza Achíng, González Pineda (conforme
precisiones que se explicarán luego), Vásquez Benavides, Escobar Carrasco,
Flores Figueroa y Sumar Sabal, aunado todo ello a prueba documental
pertinente al efecto (N°33, 34, 35, 37, 38, 39, 40, 41, 42, 43, 44, 45, 46, 47, 48, 49,
50, 51 y 71 de la prueba de cargo) así como a las fotografías del Set N°17 y 18 y
a las escuchas telefónicas por interceptación alusivas, de forma exclusiva, a este
hecho incorporadas por la testigo González Pineda.
En cuanto al testigo Espinoza Achíng, funcionario de bodegas de Saam
Extraportuario S.A. a la fecha del hecho denominado “Carteras”, debemos
destacar, de forma inicial, que se trata en este caso, junto con el testigo Farías
Farías, de los únicos testigos presenciales existentes respecto de algunos
momentos de la acusación incoada por el M.P. y querellantes, y en tal sentido,
permitieron construir sobre la base de sus testimonios los hechos que hemos dado
por establecidos (en conjunto a la prueba adicional rendida para tales efectos),
considerando que ninguno de los dos fue puesto en tela de juicio por parte de los
contraexámenes de los defensores. El relato del testigo Espinoza Achíng no
muestra entonces animadversión o búsqueda de ganancias secundarias respecto del
juicio, si bien denota sorpresa en torno a los hechos develados en relación a los
acusados Avilés Trigo y Rivera Meza (a quienes parecía estimar como personas
intachables). Asimismo, el testigo da razón de sus dichos y entrega una
declaración coherente y conectada, como se verá, a toda la información allegada
de forma documental y fotográfica en torno a su relato, de forma concordante. Por
otra parte, el relato del testigo se aprecia como consistente desde que, efectuados a
su respecto ejercicios del artículo 332 del Código Procesal Penal, se desprende ya
su relato en sede investigativa, que en definitiva no es cuestionado por las defensas
en el punto. El testigo entonces se sitúa en el lugar del hecho, entrega antecedentes
de contexto y relata únicamente que lo percibió, distinguiéndolo de aquella
información que pudo reconocer después “a través del diario”, sin que ello parezca
teñir sus dichos en torno a alguna imputación luctuosa.

277
Y aquí, de forma relevante (y no contradictoria conforme hemos explicado
latamente en relación a los hechos denominados “Los Perfumes y Contrabando
Osorno”), contamos también con el relato de la funcionaria de P.D.I., la testigo
González Pineda, a quien ya hemos descrito en diversos pasajes de esta sentencia;
y si bien en aquellos hechos se ha considerado la información por ella otorgada no
era “conectable” a los momentos de la acusación que ya se analizaron, en este caso
particular, atendido el análisis conjunto de la prueba, se ha estimado que su
testimonio si se erige como relevante en ese sentido. El Tribunal la ha estimado
como una prueba aceptable en cuanto no adoleció, en su relato, de las mismas
objeciones de credibilidad planteadas respecto de sus compañeros de la “BRICO”,
los testigos Concha Cire y Díaz San Martín, si bien, tal vez, la única prevención
a su respecto radica en que muestra cierto grado de confusión en torno al momento
de la individualización del acusado Avilés Trigo, intentando explicar porqué, antes
de octubre de 2014, no se había fijado investigativamente su identidad, pero sin
incorporar los antecedentes ya impugnados en torno a la supuesta reunión del
peaje Lagunillas, reconociendo en cierta medida su desconocimiento de aquello y
como, por ende, no lo declaró tampoco en sede policial (ya que solo indica “creer”
que se conocía a Avilés Trigo desde mayo de 2014, y reconoce que la
identificación de Avilés, el 06 de noviembre de 2014, se hizo en el Informe
Policial N°253, porque antes lo estaba como “N.N. aduanero”, sin necesidad de
evidenciar contradicciones o atacar la veracidad de la testigo como ocurre con
Concha Cire y Díaz San Martín). Esta testigo, en esta clave de “sinceridad”,
incluso le reconoce a la defensa de los acusados Hernández Salas y Lara Mesa que
hubiera sido importante haber incorporado, al Informe Denuncia de esta causa, la
información de las escuchas propias a “Iquique”, cuestión relevante si
contraponemos esta apreciación de la testigo a la declaración en tal contexto del
testigo Concha Cire.
Así las cosas, en torno a las escuchas que incorpora en este hecho, la testigo
no incorpora inferencias al modo del testigo Concha Cire, y se remite entonces a
contextualizar la información que los audios exhibidos muestran al Tribunal e
intervinientes, recordando que para efectos de este hecho, se incorpora como
prueba documental N°14, la autorización vigente de dichas interceptaciones,
donde ya se individualiza al acusado Avilés Trigo de manera formal. Cuestiones
todas que llevan a eximir el relato de cualquier consideración en torno a búsqueda
de ganancias secundarias. El relato de González Pineda entonces, como fuente de
corroboración y contexto de lo expuesto por el testigo presencial del retiro de
especies, Espinoza Achíng, se constituye entonces como una fuente importante
para el asentamiento del contexto en el que se produce develación luctuosa,
entregando real razón de la información, la que a su vez se sostiene con otra
prueba, como no acontece en el hecho denominado “Los Perfumes” ni en
“Contrabando Osorno”.

278
Asimismo, la consistencia del relato de esta testigo tampoco es una cuestión
controvertida por parte de los contraexámenes de las defensas ni del mérito de los
antecedentes, en la medida que, si bien la defensa de la acusada Maulén González
pretendió evidenciar una inconsistencia en torno a los tiempos durante los cuales
la testigo habría participado como “oficial escuchadora”, ello solo pareció
interpretable desde la idea de que González Pineda estimaba la causa de Iquique
como “otra causa”, a pesar de que se trataba de la misma operación “Tangente”
(en la medida que describe, como primer periodo, a las escuchas respecto de
Hasbún). En idéntico contexto, quedó claro para el Tribunal que la testigo no
pretendió incorporar escuchas de destrucción relativas al 13 de octubre de 2014
habiendo, por lo demás, acontecido el hecho que aquí se establece el día 30 de
octubre de 2014, conforme veremos.
Conforme la credibilidad individual de la testigo, que no establece mayores
inferencias y se remite, en torno al hecho denominado “Carteras”, a individualizar
a las personas que estima como participantes de la conversación y a contextualizar
los audios que se le exhiben (habiendo reconocido la circunstancia de ser la oficial
de escuchas en ese tiempo), y contando entonces con información adicional
calificable como “veraz”, en torno ya a la fijación de premisas, los audios N°1538,
1700, 1864, 3475, 4975, 4985, 5271, 5351, 6099, 6276, 6366, 6368 y 6777,
asignados a otros medios de prueba N°10, adquieren una relevancia probatoria
(al menos indiciaria conforme las objeciones que ya planteamos al efecto, al
desestimar al testigo Díaz San Martín) que ningún otro correlativo escuchado en
el juicio tiene, y que por tanto deben ser analizados positivamente, como
circunstancias indiciarias, en torno al sustrato fáctico de las acusaciones en el
punto concreto.
Se incorpora también en este hecho el relato del testigo Vásquez Benavides
el cual, si bien no puede ser adscrito fehacientemente al hecho denominado
“Carteras” o “Los Perfumes”, si se incorpora con fines netamente contextuales en
torno a describir al modus operandi de Saam Extraportuario S.A. en torno a los
retiros de especies desde sus bodegas (en su calidad de jefe del almacén). En tal
contexto, y circunstrcibiendo su función probatoria a esto, la credibilidad personal
del testigo no ha sufrido ninguna objeción ni su relato alguna impugnación de
coherencia, siendo la consistencia del mismo un tema siquiera tratado en los contra
exámenes, sin desprende el Tribunal tampoco alguna objeción a aquella.
Se incorpora asimismo el relato de los testigos Escobar Carrasco y Flores
Figueroa, Administrador y Jefe de Causas del Juzgado de Garantía de San
Antonio, destinados a incorporar antecedentes relevantes en torno al falso
fundamento de los retiros que devela Espinoza Achíng. Así, desde esa particular
posición, no existe objeción alguna a la credibilidad de los testigos, habiendo
cumplido con los parámetros exigido en la sentencia (de hecho, ninguno de los dos
fue impugnado en cuanto a su credibilidad, limitándose las preguntas a indagar
más sobre el flujo de procesos existentes en el Juzgado de Garantía antedicho).

279
Por último, se incorpora la declaración del testigo Sumar Sabal, quien,
como mero antecedente indirecto, incorpora información relevante en torno a la
existencia de bodegas en calle El Pinar N°205, San Joaquín, y a la vinculación de
las mismas con el acusado Alcaíno Aleu, sin objeciones de credibilidad.
2.2.- Presupuestos fácticos establecidos.
Conforme la credibilidad y pertenencia de las pruebas ya individualizadas,
cabe destacar, de forma primordial, la declaración del testigo Espinoza Achíng.
Este testigo, dando cuenta de que el año 2014 trabajaba en Saam
Extraportuario S.A. de San Antonio en despacho de bodega y recepción de carga,
explica, en primer término, que conocía a los acusados Avilés Trigo y Rivera
Meza (a quien identifica como miembro de “Logística Ambiente Sano”), y que
incluso conoció a Avilés Trigo “fuera de las bodegas 4 y 5”, las que, según explica
luego, se refieren a bodegas donde se destinaban, enviadas desde Aduanas, cargas
en estado de presunto abandono y para destrucción (cuestión también referida por
el testigo Vásquez Benavides en cuanto a las funciones de Saam Extraportuario
S.A.), si bien no era su función determinar la destrucción de las mismas (como
explicó en el contrainterrogatorio).
El testigo, refiriendo primero como época de ocurrencia los fines del año
2014, cuestión que luego, mediante la exhibición de la fotografías contenidas en el
Set N°17, que el mismo tomó, se precisa como 30 de octubre de 2014 (al tenor
también del documento N°93 que le fuera exhibido y respecto del que reconoce
de su confección, justamente para efectos de circunscribir el retiro de especies);
explica que aquel día se retiran por parte del acusado Avilés Trigo y Mauricio
Rivera de Ambiente Sano, ropa o carteras Louis Vuitton que estaban en la bodega
N°5, que habían llegado ahí por aforo físico desde el S.N.A. (siendo Avilés Trigo,
a esa fecha, y conforme el documento N°71 de la prueba de cargo, funcionario del
S.N.A. de San Antonio). Espinoza Aching precisa que se trataba de 46 pales que
se cargaron en un camión rampla grande (que según la fotografía N°1 del Set
N°17 y su explicación al efecto, correspondía al camión P.P.U. CGWL76, según
se aprecia). El testigo contextualiza que ese día se presentaron en la mañana y en
definitiva retiraron la carga en la tarde, a las 16:00 horas aproximadamente,
concurriendo con el camión en cuestión y con personal para su carga. El testigo
indica que tenían “…movilizadores de Ambiente Sano, lo que hizo Rivera con dos
personas más”. Espinoza Aching asimismo explica, habiéndosele exhibido la
fotografía N°7 del Set N°17 y el documento N°33 de la prueba de cargo, que
estas personas retiraron la carga porque tenía que destruirse, siendo esa la razón de
peso para ello, cuestión que supo por cuanto sus supervisores le informaron que el
S.N.A. estaba viendo una carga para destruir, y en aquel momento se le habría
exhibido un “documento de tribunales”, que se refería a esa carga señalándose un
“DRES”, y en dicho contexto, a la revisión de aquel documento, efectivamente se
constata de que se trata de un acta de audiencia de acuerdo reparatorio que
señala haberse celebrado el día 03 de octubre de 2014 en el Juzgado de

280
Garantía de San Antonio, en virtud del cual se sobresee la causa R.I.T. N°2775-
2012, decretándose en la misma que la mercancía debería ser destruida por el
imputado bajo los costos del procedimiento. En dicha acta, valga señalar, se señala
como imputada a “Suxia Zhou”, siendo la misma, conforme su exhibición al
testigo Escobar Carrasco, falsa en la medida que no correspondía a ninguna
audiencia de ese estilo desarrollada en aquel Juzgado, confirmándose incluso, a
través del documento N°35, que esa causa (que en realidad existe) termina por
sentencia condenatoria en autos R.I.T. N°2775-2012 y R.U.C. 1210014859-3,
respecto de “Suxia Zhou”, dictada en un procedimiento abreviado de fecha 11
de octubre de 2013 (ejecutoriada el 29 de octubre de 2013), por lo que, por lo
demás, no existía posibilidad alguna del acuerdo reparatorio planteado en el acta
exhibida a estos testigos. Cabe aquí destacar que si bien, como bien indica
Escobar Carrasco, las actas en cuestión estaban confeccionadas en un simple
formato “Word”, por lo que eran fácilmente modificables, en la especie, la
cuestión fáctica asignada al acusado Avilés Trigo no fue la confección del acta
reconocida por el testigo Espinoza Aching, sino simplemente su uso.
Ahora, conforme los hechos establecidos por la sentencia ya individualizada,
la Declaración de Importación de las especies correspondía al N°2120128721-6 de
fecha 26 de abril de 2012, dato que concuerda en el documento N°37 de la prueba
de cargo, consistente en la Resolución N°02431 de 17 de mayo de 2012, del
S.N.A., en cuya virtud las mercaderías referidas en la sentencia (principalmente
carteras) quedaron retenidas por el S.N.A. designando como depositaria a Saam
Extraportuario S.A., de San Antonio y que se informó al M.P. local de San
Antonio conforme el oficio individualizado como documento N°43 de la prueba
de cargo.
Retomando el punto sobre la exhibición del acta falsa de audiencia en
cuestión, Espinoza Achíng incluso indica que “…ese documento lo había visto
cuando retiraron la carga que refiere” (Avilés Trigo y Rivera Meza según se
infiere) dentro de la cual habría visto carteras “…ya que por el tiempo transcurrido
tenían que limpiar las bodegas y ahí las vio”, y en este punto especifico, como
medio de corroboración, se incorpora al juicio el documento N°34 denominado
Acta de Destrucción S/N, bajo el membrete del S.N.A., el que refiere una alta
cantidad de especies, a modo de listado, que incluye “…carteras, relojes,
zapatillas, y otras mercancías”, citando la misma fecha de 30 de octubre de 2014
y el mismo R.I.T. N°2775-2012 (incluso con el N° de RUC de la causa ya
referida), documento conforme el cual “…se procede, en dicho acto, a destruir las
mercancías individualizadas, almacenadas en Saam Extraportuario S.A., en
conjunto con Logística Ambiente Sano Ltda.” y, en lo que es más relevante, dicha
acta viene firmada por el acusado Avilés Trigo y por alguien “en poder” o “p.p.”
de la acusada Maulén González, por Logística Ambiente Sano. Ahora, si bien
podríamos dudar que la firma allí contenida sea del acusado Avilés Trigo, lo cierto
es que este documento es, al menos, un serio elemento de corroboración de la

281
información que entrega Espinoza Aching en torno al retiro producido ese día, de
similares especies a las por él indicadas y en virtud de la misma causa judicial que
se indica en el acta de acuerdo reparatorio, que le fuera exhibida aquel mismo día,
la que, por lo demás, contraviene expresamente la sentencia condenatoria dictada
en aquellos autos un año antes (sentencia conforme la cual dichas carteras y demás
especies, que coinciden con el acta de destrucción, “reproducían” las marcas en
ellas contempladas, tal como indica el documento N°44 al señalar, desde el
S.N.A., que dichas especies tenían “falsificación de marca”, cuestión que se
expone por el fiscalizador pertinente –Carlos Vera Muñoz– ya el 15 de mayo de
2012 conforme los documentos N°45, N°46 y N°47, quien, en su informe sobre
retención de mercancía, incorporado bajo el documento N°48, acompaña un
listado de la mercadería retenida que coincide con el Acta de Destrucción S/N que
hemos referido, cuestión que pareciera replicarse en el documento N°49, de la
misma fecha 15 de mayo de 2012. Todos estos documentos que, además, ratifican
la existencia de 46 pales retenidos por ello).
Como se puede ver, existe un conjunto relevante de prueba que corrobora el
relato de Espinoza Aching y que, a todo evento, disminuye el margen de las
inferencias que de la prueba podríamos realizar (como hipótesis alternativas). No
obstante ello, en lo que vamos constatando, no se ha considerado el documento
N°93 conforme la inexistencia de fechas, timbres o consignaciones de autenticidad
o autoría en el mismo (aunque el testigo diga que lo confeccionó él). Y si bien es
cierto que, como apunta la defensa del acusado Avilés Trigo, y como el propio
Tribunal ha echado en falta, todos estos documentos no contaron con alguna
cadena de custodia para rastrear su procedencia en cuanto a su incorporación a la
investigación, lo cierto es que, en términos de protección al ejercicio de defensa y
como prueba indirectas, en este caso particular, al ser incorporadas al tenor del
artículo 333 parte final del Código Procesal Penal, se subsanan aquellas
deficiencias y los antecedentes se constituyeron, al menos, como elementos de
corroboración que permiten verificar y contextualizar el relato que se viene
desarrollando.
Continuando con el análisis, Espinoza Achíng, ratificando el hecho que se
ha dado por establecido, explica, al exhibírsele la fotografía N°1 del Set N°17,
que la cámara con que archivaban todos los retiros, de la empresa (y cuyas
imágenes remitía a sus superiores) fijaba automáticamente la fecha y hora,
correspondiendo las imágenes de dicho Set a las especies que retiraron los
acusados Avilés Trigo y Rivera Meza, cuestión conforme la cual no consideramos
relevante la omisión de fijación de la eventual patente del “remolque” donde iba la
carga, por cuanto ese simple cuestionamiento no “alcanza” como para inferir o
entender que entonces podía tratarse de fotos relativas a otra instancia. Asimismo,
y si bien en las imágenes el Tribunal no puede apreciar en un 100% la percepción
del testigo, Espinoza Achín reitera y reafirma, tanto al interrogatorio como al
contraexamen, que en las mismas aparece el acusado Avilés Trigo con ropa de

282
aduanas y el acusado Rivera Meza con un chaleco reflectante (cuyo color, respecto
de las imágenes del Set N°18, aclara adecuadamente a la defensa de los acusados
Rivera Meza y Valenzuela Silva en el contrainterrogatorio), cuestión que sigue
manteniendo concordancia con la información proveniente de las pruebas que
venimos desarrollando (sin existir impugnaciones probatorias de aquellas por parte
de las defensas). Aquí, no obstante mantener pertinencia en relación a la
declaración del testigo, restamos relevancia a la valoración de las fotografías
contenidas en el Set N°18, principalmente por referirse a circunstancias
posteriores al 30 de octubre de 2014, sin perjuicio de poder extraer con ellas y el
relato del testigo, que hubo, a menos, más de un oportunidad de comparecencia a
Saam Extraportuario S.A. de San Antonio, en el mismo contexto, de parte de los
acusados Avilés Trigo y Rivera Meza.
Otro antecedente de interés, hasta este punto, dice relación con la exhibición,
al testigo Espinoza Achíng, del documento N°51, en la medida que el mismo lo
reconoce como el DRES 46996, documento que en su entender ampararía la
mercancía retirada por Avilés Trigo, considerando que aquel documento se
conecta a la Declaración de Ingreso (DIN) incorporada como el documento N°50,
cuyo número concuerda, ahora, con aquel establecido en la sentencia de la causa
R.I.T. 2775-2012 que se ha mencionado, y con las especies descritas en aquellas,
de suerte tal que, al referir el testigo a la defensa del acusado Alcaíno Aleu, que en
el DRES “no aparecían las carteras”, en caso alguno invalidó la inferencia y
conexión de datos que hemos realizado.
Cabe destacar que Espinoza Achíng, por lo demás, reconoce al acusado
Rivera Meza en la sala de audiencia y también al acusado Avilés Trigo, de forma
correcta conforme al conocimiento del Tribunal, considerando, como factor de
refuerzo de este ejercicio, que en la sala habían presentes, en ese momento, al
menos 15 personas más de sexo masculino, sin que los acusados, en particular,
estuvieran sentados junto a sus defensores.
En un contexto periférico, pero que aun en este caso corrobora la
vinculación de Espinoza Achíng con la empresa Saam Extraportuario S.A.,
Vásquez Benavides explica que en “…esa época estaba Eduardo Espinoza como
una de las personas que normalmente participa en ello y Juan Carlos López como
jefe de almacén”, y, como cuestión de corroboración de la circunstancia relativa a
que el acusado Avilés Trigo conocía (o no podía menos que conocer) el curso
habitual de estos procesos judiciales en los que el S.N.A. era parte, la testigo
Flores Figueroa indicó que se le enviaban habitualmente las resoluciones y
actuaciones pertinentes que se dictaban en dichas causas (junto con otros
funcionarios del S.N.A. eso sí).
Pues bien, ¿qué presupuestos fácticos se establecen hasta este punto? –
conforme la concordancia de la prueba rendida, tanto directa como indirecta,
encontramos la fecha de develación del retiro en cuestión (30 de octubre de 2014),
el lugar del mismo (Saam Extraportuario S.A., San Antonio), la forma de retiro de

283
las especies y la intervención fáctica de los encartados descritos en ello (Avilés
Trigo, conforme un acta falsa del Juzgado de Garantía de San Antonio, de 03 de
octubre de 2014, bajo el RUC Nº1210014859-3, y RIT Nº2775-2012, que disponía
la destrucción de la mercadería como consecuencia de un acuerdo reparatorio, en
conjunto con el acusado Rivera Meza que comparece como miembro de Logística
Ambiente Sano Ltda.), y la individualización “genérica” de las especies y la
calidad de su almacenaje (una cantidad indeterminada de carteras, relojes,
zapatillas, y otras mercancías, con logos y diseños imitativos de diversas marcas
registradas, retenidas por infringir la ley de propiedad industrial), ya que no
pudimos, con exclusión de toda hipótesis alternativa, precisar cuántas especies de
cada cosa habrían dejado Saam Extraportuario S.A. en virtud de esta maniobra
(cuestión particular que, en definitiva, solo podría haber influido en torno al título
de castigo mas no en cuanto al hecho y su establecimiento, como veremos luego),
manejando al efecto solo un rango de ello conforme los documentos que se
utilizaron para el retiro, y que fueron su fundamento.
Y entonces, la pregunta razonable es, ¿cómo se desprenden entonces los
demás presupuestos fácticos establecidos?, y la respuesta parte, en este caso, por
la declaración de la testigo González Pineda en relación a los audios que se le
exhiben y que vincula a este hecho (conforme la carpeta digital nombrada N.U.E.
2576163).
En efecto, destaca, en primer término, el audio progresivo N°1864,
indicando González Pineda que distingue la voz de los acusados Lara Mesa y
Avilés Trigo y, junto con explicar que según dicho audio el acusado Avilés trigo le
decía al acusado Lara Mesa que ya estaba el camino libre, porque se entendía que
había hablado con la persona que los iba ayudar a sacar las especies, afirma que en
la llamada se escucha “Javiera ven” y “Fernanda, se bajó sola”, cuestión que le
permite inferir que se trata del acusado Avilés Trigo –por cuanto su mujer se llama
María Fernanda Osores y su hija Javiera–, lo que desde ya, permite seguir el hilo
de la testigo en los siguientes audios que se le exhiben (distinguiendo aquellas
voces). Luego, en ese contexto, exhibido el audio progresivo N°4975 de la carpeta,
González Pineda distingue las voces de los acusados Lara Mesa y Avilés Trigo y
afirma que la conversación es previa a la salida de las especies desde el almacén
extraportuario, dándose cuenta de las especies que querían apropiar, la cantidad y
marca, conforme al listado que se enuncia. Y conforme ello, en el audio en
cuestión efectivamente se escucha que el acusado Avilés Trigo le comenta al
acusado Lara Mesa que tiene una buena noticia, consistente en que había
posibilidad de retirar especies (lo que permite inferir que, entre las dos personas
que se comunicaban, quien daba la noticia era el acusado Avilés Trigo, por la
información aduanera que compartía), señalándole que tenían disponibles
especies, que coinciden con aquellas referidas en el documento N°34, con el
mismo valor aduanero de US147.000.- descrito en los documento relativos a este
hecho (dice el acusado Avilés Trigo, que es “puro filete, de propiedad intelectual”)

284
Asimismo, conforme dicho audio este sujeto le informa al otro que “otros sujetos”
le pedían “16 palos” porque tenían que pagar mucho almacenaje, acordaron en
pedir “20 palos” a razón de “2 palos cada uno”. Destaca asimismo que, en otra
parte de la conversación, el acusado Avilés Trigo le consulta al acusado Lara Mesa
si el negocio se hará con el “H” o con otro sujeto. En este mismo contexto, es
relevante el correlativo N°1538, donde González Pineda apunta a que el acusado
Lara Mesa le dice al acusado Avilés Trigo que “hay camión”, y para el Tribunal es
relevante que, escuchado el audio, el acusado Avilés Trigo le explica que “esto
funciona así: iban al almacén a destruir una mercancía, que él buscaba, que se
supone que el fiscal dijo que había que destruir, hay que pagar el monto de
almacenamiento a STI y aparte a la empresa que destruye, y esa plata había que
tenerla aparte”, y se compromete a averiguar las circunstancias requeridas. A su
turno, conforme el correlativo N°5351, la testigo distingue las voces de los
acusados Lara Mesa y Avilés Trigo nuevamente, y afirma que hablan de la oferta
del acusado Alcaíno Aleu, del dinero y las conversaciones que debía realizar para
sacar las especies desde el almacén; y en efecto, escuchado el audio, destaca que el
acusado Lara Mesa le comenta al acusado Avilés Trigo que “el amigo” hizo una
oferta porque conoce al proveedor a quien le pidió precio, y le ofreció “14 palos”
en total, a lo que el acusado Avilés Trigo le consulta qué pasaba con el
almacenaje, indicándole a Lara Mesa que a las 3 de la tarde sabría ello. el acusado
Lara Mesa le comenta al acusado Avilés Trigo que el “amigo” le había comentado
que con suerte iba a poder vender los relojes en $2.000., y que en una semana se
ponía al día, aludiendo a pérdidas previas. Bajo las identificaciones y el relato
referido, destaca en el contexto la incorporación de un progresivo numerado como
N°6368, en el que nuevamente González Pineda reconoce las voces de los
acusados Avilés Trigo y Lara Mesa, en la medida que la testigo afirma que era
importante la escucha porque el acusado Lara Mesa le dice ahí al acusado Avilés
Trigo que tenía el dinero que le dejó el acusado Alcaíno Aleu, “siete palos y siete
en cheque”. Y al escuchar el audio, del mismo se desprende claramente que el
acusado Lara Mesa le indica al acusado Avilés Trigo que “este wueon me paso 7
palos en efectivo más un cheque para el martes por 7 palos”, porque dicho sujeto
que tuvo que devolver de Curicó, y le dejó la mitad porque pensaba que era 7
millones por camión, y por eso no tenía la otra mitad. Le explica al acusado Avilés
Trigo que por lo menos tiene un cheque “lo que no es tan malo”, porque la plata
está. El acusado Avilés Trigo le propone que se junten en el Jumbo de Viña del
Mar y le consulta por los otros “5”, y el acusado Lara Mesa le dice, en un
momento, que “el Huaso” estaba contento, según “el goma”. En una parte de la
conversación, el acusado Lara Mesa indica que había estado en Santiago por esto y
que tuvo que llamar a su hijo quien tuvo que ayudarlo, porque andaba perdido
porque el asunto era por “La Legua”.
Entonces, somos majaderos en lo siguiente: los audios, por si solos, y sin un
contexto testimonial, eran incapaces de incorporar información relativa a un hecho

285
en particular, conforme se explicó al excluir los audios incorporados por los
testigos ya desestimados Concha Cire y Díaz San Martín (o incluso al referir los
audios de los hechos denominados “Los Perfumes” y “Contrabando Osorno”, que
tenían a la testigo González Pineda pero no medios de corroboración); no
obstante, en este caso particular, ello claramente no ocurre de esa forma. Así, aun
cuando González Pineda, hasta este punto del relato, no señala más que una fecha
general de ocurrencia (octubre y noviembre de 2014, aunque luego concluye que
se tratan del hecho “Carteras”), lo cierto es que todo el contexto de estas escuchas
se relaciona al hecho denominado como “Carteras” en la acusación, ya desde la
descripción de las especies que estaban listas para el retiro “desde el STI”, en un
excel, que como dice el acusado Avilés Trigo tenía un valor aduanero de
US147.175, idéntico de aquel fijado en el documento N°49 (que el acusado
describe incluso concordando en las especies del excel), hasta los montos
inicialmente acordados por dichas gestiones ($14.000.000.- dentro de los cuales
$2.000.000.- eran para el acusado Avilés Trigo y $2.000.000.- para el acusado
Lara Mesa). En consecuencia, la conexión de esta información con el retiro ya
establecido es evidente.
Y en relación a esa información creíble, destaca luego, la declaración de
González Pineda en cuanto se le exhibe, además, otro grupo de audios en los que
define conversaciones que se extienden ahora a los acusados Alcaíno Aleu y
Hernández Salas. En efecto, conforme el correlativo N°4985, la testigo González
Pineda reconoce las voces de los acusados Lara Mesa y Alcaíno Aleu, y según sus
dichos, la escucha informa que estaba pronta la salida de las especies para la
destrucción, 47 pales en dos camiones, en excelentes condiciones, y del mismo se
escucha que el acusado Alcaíno Aleu refiere que tendría que ver una bodega al
efecto, pero que tal vez le servían las que tenía; pudiendo destacar el Tribunal que
se habla por el acusado Lara Mesa de carga “paletizada”, tal como se muestra en
las fotografías del Set N°17 exhibidas a Espinoza Achíng, y de que la carga era
“filete”, tal como le expuso el acusado Avilés Trigo. Así, se va demostrando que
las conversaciones, más que en secuencia, acontecen paralelamente en un breve
transcurso de tiempo, y aquí la testigo incorpora la información propia del
correlativo N°6099, en virtud del cual, reconociendo nuevamente las voces de los
acusados Alcaíno Aleu y Lara Mesa, destaca que el acusado Lara Mesa le informa
al acusado Alcaíno Aleu sobre que no sabía si iría el acompañando a los dos
camiones o si solo los dejaría a mitad de camino, a lo que el acusado Alcaíno Aleu
requiere especificación por cuanto, en caso contrario, dejaría el dinero con el
“Nano”, a quien la testigo González Pineda describe como el acusado Fernando
Hernández (Salas), y aquí destacamos el correlativo N°6276 donde la testigo
individualiza a los acusados Hernández Salas y a Lara Mesa, rescatando el
Tribunal que el acusado Hernández Salas le dice “Mauri” (Nelson Mauricio Lara
mesa) y que, al igual como le expuso al acusado Avilés Trigo en el correlativo
N°6368, el acusado Lara Mesa le indica al acusado Hernández Salas que lo tuvo

286
que acompañar su hijo que conoce por allá, en dicho viaje a Santiago (por cuanto
el acusado Hernández Salas le indica que está en El Pinar N°205), en una
dirección que la testigo González Pineda describe luego como “El Pinar N°205,
comuna de San Joaquín”, cerca de “La Legua” (tal como se alude también en el
correlativo N°6366, donde ahora el acusado Lara Mesa habla de la ubicación de la
bodega y también de un pago de $15.000.000 en vez de los $14.000.000.-
referidos al acusado Avilés Trigo, como también declara la testigo González
Pineda). De toda esta información, entonces, parece desprenderse un flujo de
requerimiento y pagos de dinero entre los acusados (más allá de que dicho pago se
haya materializado): Avilés Trigo a Lara Mesa, Lara Mesa a Alcaíno Aleu,
Alcaíno Aleu a Hernández Salas, Hernández Salas a Lara Mesa y Lara Mesa a
Avilés Trigo.
Así las cosas, no habiéndose desestimado el testimonio de la funcionaria
González Pineda, lo cierto es que la misma incorpora una serie de informaciones
pertinentes (en relación a los audios) en torno a la intervención del acusado Avilés
Trigo y a la extensión de dicho curso causal delictual hacia el acusado Lara Mesa,
conectándose con distintos antecedentes probatorios ese conjunto de escuchas al
hecho denominado “Carteras” con exclusión de otros, pudiendo entonces el
Tribunal, a partir de este establecimiento, mantener la coherencia del relato de la
testigo en torno a la extensión, ahora, de dicha información a los acusados Alcaíno
Aleu y Hernández Salas, sin que exista, conforme la prueba rendida, alguna
hipótesis alternativa en torno a la involucración de estos audios a un hecho
delictual diferente de que estamos analizando (cuestión que hubiera requerido
cierto nivel de desacreditación respecto del relato de la testigo González Pineda,
para producir alguna “orfandad probatoria” similar a la que sufrimos en el hecho
denominado “Los Perfumes”). Y conforme ello, podemos inferir, sin infringir los
principios de lógica que ya hemos descrito, como otros presupuestos fácticos, que
el destino de las especies retiradas se fijó y coordinó por parte de los acusados
Avilés Trigo y Lara Mesa en conjunto (este último en realidad) con el acusado
Alcaíno Aleu bajo la ayuda del acusado Hernández Salas, en bodegas ubicadas en
un recinto de calle El Pinar Nº205 de la comuna de San Joaquín, Región
Metropolitana, con un probable objetivo de ser comercializadas, sin contar con la
autorización de los titulares de los derechos marcarios (cuestiones estas dos
últimas que eran deducibles del propio mérito del hecho establecido, en la medida
que se habló de precios en los audios exhibidos a González Pineda y difícilmente
podían contar para el retiro con autorización de los titulares de los derechos
marcarios, si las especies mismas estaban almacenadas por ser “falsas” en relación
a dichas marcas). Cuestiones todas que permiten concluir que los acusados
Alcaíno Aleu, Lara Mesa y Avilés Trigo, gestionaron el retiro de dichas especies,
más allá de si la comercialización se concretó o no, cuestión que no pudimos
establecer conforme la prueba desestimada.

287
2.3.- El presupuesto fáctico no establecido: la intervención fáctica de los
acusados Valenzuela Silva y Maulén González.
En efecto, y sin ánimo de extendernos, ya hemos explicado el porqué la
extensión de la imputación penal a la acusada Maulén González carecía de todo
asidero (no hay prueba al efecto y ya se evaluó la consideración relativa a la sigla
“p.p.” en el documento de retiro) y, a su turno, cabe destacar que idéntica cuestión
ocurre con el encartado Valenzuela Silva, quien no aparece vinculado,
directamente, con ninguna prueba rendida en todo esto juicio, más allá de alguna
inferencia realizada por el testigo Concha Cire en torno a un documento (que se
incorpora bajo un fotografía) con datos bancarios supuestamente del acusado que
tampoco asignaba, fehacientemente, conocimiento o aceptación respecto de aquel
sobre lo que estaba aconteciendo en este hecho. Y aquí cabe agregar que aquella
parte de la declaración de la acusada Maulén González, en la que asigna la firma
del documento N°34 como propia del acusado Valenzuela Silva, no cuenta en el
juicio con soporte pericial alguno y, en definitiva, se constituye como un único
antecedente de cargo, que ha sido “resistido” en doctrina en cuanto a la
declaración de un coimputado como medio de convicción condenatoria, que no
cuenta con elementos de corroboración para superar aquella obvia prevención (en
torno a la existencia de algún motivo espurio basado en la obtención de una
decisión absolutoria propia). Como explica MIRANDA en este último punto “…la
consideración de la declaración del coimputado como prueba de cargo apta para
destruir la presunción de inocencia se presenta en unos términos altamente
problemáticos (…), exige, como requisito de suficiencia, la corroboración de sus
manifestaciones por otras fuentes probatorias autónomas (…), el estándar de
corroboración debe responder a un modelo de verificación extrínseca reforzada,
sin que sea suficiente (entonces) con la corroboración objetiva de cualquier
aspectos, incluso accesorio, del contenido de las manifestaciones del
coimputados, sino que dicha corroboración debe estar relacionada o conectada
directamente con la participación del coimputado incriminado en los hechos
delictivos” (MIRANDA. Ob. Cit. Pp. 319-330).
Solo para cerrar el análisis, cabe agregar que se ha desestimado en esta
valoración los documentos N°38 a 42 (ambos inclusive), conforme su irrelevancia
probatoria al tenor de la sentencia condenatoria dictada en esa causa y que fuera
incorporada y ya analizada conforme el documento N°53 de la prueba de cargo.-
VIGESIMOSEGUNDO: Calificación jurídica de los hechos
establecidos.-
Delimitado ya el debate jurídico a los hechos establecidos, conforme con las
pretensiones punitivas que se invocaron en el juicio, en la determinación del título
de castigo a aplicar hemos estimado aplicables solo los siguientes tipos penales:
1.- En cuanto al Hecho N°1.
1.1.- Calificación del hecho punible como Contrabando “propio”.

288
En efecto, en cuanto al Hecho N°1 fijado en esta sentencia, cabe señalar que,
conforme indica el inciso segundo del artículo 168 de la Ordenanza General de
Aduanas, “…incurrirá en el delito de contrabando el que introduzca al territorio
nacional, o extraiga de él, mercancías cuya importación o exportación,
respectivamente, se encuentren prohibidas”. Y este delito, conforme explican
RODRÍGUEZ y OSSANDÓN, el núcleo típico implica (en su sentido físico-espacial)
la conducta de trasladar el objeto , de hacerlo pasar a través de las fronteras
materiales que indica la norma y no la consumación de una destinación aduanera
respecto de dicho objeto (RODRÍGUEZ y OSSANDÓN. Delitos aduaneros. Ed.
Jurídica. 2010. P.82), elemento que no obstante, consideración como normativo o
de una necesaria valoración en torno a la conducta determinada como antijurídica,
para solo en esos caso precisar cuando estamos ante un ingreso o salida jurídico-
penalmente relevante. Es interesante como en este caso la conducta típica implica
la prohibición del ingreso de las especies, en circunstancias que, en estricto rigor,
las normas aduaneras relativas a ello consagran tanto prohibiciones (como en el
caso de los vehículos motorizados usados al tenor de la Ley N°18.483) como
restricciones, tratándose de todos aquellos casos donde la internación no está
prohibida, pero refiere de autorizaciones administrativas, cuestión relevante para
efectos de la distinción que hemos apuntado al referir el delito de Contrabando
“propio”, según veremos. A su turno, el objeto material del delito se identifica
bajo la denominación genérica de mercancía, y como bien explican al efecto
GONZÁLEZ y RÍOS, la distinción que contiene el artículo 2 N°2 de la Ordenanza
General de Aduanas al efecto, entre mercancías extranjeras y nacionales, responde
a que “…para que una mercancía extranjera pueda ser utilizada o consumida,
material o jurídicamente, dentro del territorio nacional, requerirá que
previamente sea nacionalizada, esto es, que sea sometida a una destinación
aduanera de importación, generándose en tal caso la tributaciones aduanera e
interna correspondiente” (GONZÁLEZ y RÍOS. Manual de Derecho Aduanero.
Thomson Reuters. 2014. P.15.), cuestión que, desde ya, no muestra la diferencia
que ello puede producir en torno a cualquier calificación de “fraude aduanero” (o
genéricamente, incluso, de “fraude al fisco”, en la medida que, respecto de dichas
especies, en principio, es difícil concebir que lo sancionado sea la evasión
tributaria y no la infracción a la potestad aduanera del S.N.A. En cuanto a la parte
subjetiva del tipo, como explican RODRÍGUEZ y OSSANDÓN (Ob. Cit. P.89), la
doctrina mayoritaria entiende que en este delito no hay componentes subjetivos
independientes del dolo (como algún animo de burlar pago de tributos o aludir la
potestad aduanera) y, en dichas circunstancias, el delito se configura cualquiera
sea la razón que impulse al individuo a llevar a cabo la conducta. La figura en tal
caso, admitiría su comisión con dolo directo o eventual. Por último, y en cuanto al
iter criminis de esta figura penal, como ya mencionamos en el veredicto
comunicado, la Ordenanza General de Aduanas precave cualquier complicación al
efecto a través del inciso 5° de su artículo 178, que sanciona como consumado el

289
ilícito ya desde su fase de tentativa, cuestión que no es menor en la medida que, si
bien la determinación de la tentativa parece ser un tema de poca discusión, por
cuanto, como bien describen RODRÍGUEZ y OSSANDÓN (Ob. Cit. P.94), cuando “…
el intento por introducir o extraer la mercancía prohibida ocurren en recinto
aduanero, es claro que la presentación de los objetos ante la Aduana constituye
ya una tentativa”, en el mismo sentido que GUZMÁN, quien entiende que solo ahí
existe tentativa, siendo todos los actos previos actos meramente preparatorios
(GUZMÁN. Contrabando y Fraude Aduanero. Edeval. 1998. Pp.44-45), ya la
calificación de la consumación de dicho ilícito, plantea serios problemas en torno a
la situación jurídica en que se encuentran las mercancías retenidas en zona
primaria.
Conforme lo expuesto, queda claro para el Tribunal que el Hecho N°1
establecido en esta sentencia se subsume en este tipo penal y no en otros, habida
cuenta que el mismo demuestra una “presentación” fraudulenta de mercancías en
el contenedor NºCDXU117582-7, con el objeto de hacerlas ingresar al país,
entendiendo además que los cigarrillos que realmente contenía el contenedor
(“Jaisalmer” y “Cumbia Rojo”) se encuentra prohibidos en cuanto a su
distribución nacional (considerando que, conforme la Res. Exenta. N°904 del 22
de octubre de 2009, del Ministerio de Salud, las marcas en cuestión no están
autorizadas para el comercio), cuestión con la cual la tipificación del ilícito
planteada en el Informe Denuncia del S.N.A. incorporado como documento N°17,
yerra al entender que se trata de contrabando de mercancías de “licito comercio”
(cuestión que ya nos hablaba de un Contrabando “Impropio” que denota
afectaciones de bienes jurídicos diversos). Al efecto, siendo este tipo penal una ley
penal en blanco (en torno a las prohibiciones), requiere de la apreciación adicional
que efectuamos. En definitiva, la presentación fraudulenta de las especies, en un
contenedor que decía contener otras y el carácter de prohibidas de las mercancías
realmente contenidas, configuran en la especie el tipo penal del artículo 168 de la
Ordenanza General de Aduanas (como tentativa que se califica a consumación), a
titulo de Contrabando Propio, considerando que, conforme la dinámica o modus
operandi en virtud del cual se intentaron ingresar las especies, aun sin tener
determinación de los intervinientes en ello, se denota claramente la existencia de
dolo directo para su comisión.
En este último sentido, cabe recordar lo que bien explica RAGUÉS I VALLÉS
al referir que la valoración del dolo, como conocimiento y voluntad, debe basarse
en criterios respetuosos de “reglas de experiencia sobre el conocimiento ajeno”,
para determinar, a partir de la concurrencia de ciertos datos externos, qué es lo que
se representa una persona (o grupo) en el momento de llevar a cabo una
determinada conducta (RAGUÉS I VALLÉS. “Consideraciones sobre la prueba del
Dolo”. En Revista de Estudios de la Justicia N°4, Año 2004. U. de Chile); lo que
claramente se conecta en la especie con la forma y estado en que se produce la
develación del hecho luctuoso.

290
1.2.- Desestimación de las otras figuras penales.
Creemos, entonces, que las explicaciones entregadas en torno a la
calificación del hecho N°1 bajo el titulo de contrabando propio, son elementos
que, desde ya, nos permiten excluir la posibilidad de calificar la figura, ahora,
conforme los delitos de Comercio Ilegal o Clandestino de los artículos 97 N°8 y 9
del Código Tributario, atendida la inexistencia de afectación a los bienes jurídicos
tutelados por estos tipos penales, consumándose, en su totalidad, solo una
afectación a la potestad aduanera (vigilancia del S.N.A.) como contenido del
injusto que nos impide extender el titulo de castigo penal aplicable. Asimismo, no
contando con participes determinados, ni un real establecimiento de los actos
preparatorios que pudieron ser llevados a cabo para la comisión de este ilícito, se
desestiman los delitos de fraude al fisco del artículo 239 del Código penal y de
Cohecho y Soborno, previstos y sancionados en los artículos 248 Bis del Código
Penal, respectivamente.
2.- En cuanto al Hecho N°2.
2.1.- Calificación del hecho punible como Cohecho “pasivo” respecto del
acusado Avilés Trigo.
Conforme las particularidades del Hecho N°2, se ha estimado concurrente la
adecuación típica el mismo, entre otras figuras, al inciso primero del artículo 248
Bis del Código Penal, por el cual se emitió veredicto condenatorio, que dispone
que “…el empleado público que solicitare o aceptare recibir un beneficio
económico para sí o un tercero para omitir o por haber omitido un acto debido
propio de su cargo, o para ejecutar o por haber ejecutado un acto con infracción
a los deberes de su cargo, será sancionado con la pena de reclusión menor en su
grado medio, y además, con la pena de inhabilitación absoluta para cargos u
oficios públicos temporal en cualquiera de sus grados y multa del tanto al duplo
del provecho solicitado o aceptado”.
A modo general, podemos precisar, siguiendo a RODRÍGUEZ y OSSANDÓN,
que el Cohecho puede ser definido “como la conducta activa o pasiva de un
funcionario público destinada a recibir una retribución no debida en el ejercicio
de su cargo, así como la conducta activa o pasiva de un particular destinada a
dar a un funcionario público una retribución no debida en el ejercicio del cargo
de este” (RODRÍGUEZ y OSSANDÓN. Delitos contra la función pública, segunda
edición. Ed. Jurídica. 2014. P.321). Al efecto, y como explican los autores citados,
la doctrina ha distinguido, como Cohecho activo, aquel en virtud del cual la
conducta es desarrollada por los particulares al corromper al funcionario público,
entendiendo, a contrario sensu, a la figura como Cohecho pasivo (Ob. Cit. P.322).
El bien jurídico aquí protegido, según parafrasean estos autores (Ob. Cit. P.330),
es el principio de imparcialidad que vincula a los poderes públicos en cuanto
principio alumbrador del ejercicio de la actividad administrativa y judicial.
En este contexto, esta figura corresponde a un delito formal, en la medida
que su consumación se da por la ejecución de la conducta sin que se exija la

291
producción del resultado “comprometido”, y como indican al efecto MATUS y
RAMÍREZ (Ob. Cit. P.628), se castiga la sola solicitud o aceptación de una oferta de
dinero o de otros beneficios económicos, con independencia de si se recibe el
dinero o beneficio. De tal forma, este delito no puede admitir etapas previas de
desarrollo, máxime si consideramos que, como enseñan estos autores, “…se
castiga ahora como delito lo que antes era solo una proposición o conspiración
para el cohecho, impune” (Ob. Cit. P.629). Asimismo, y conforme a la
formulación de la conducta respectiva en el 248 Bis del Código Penal, es difícil
admitir, en faz subjetiva, algo distinto al dolo directo como criterio de imputación.
Como exponen RODRÍGUEZ y OSSANDÓN (Ob. Cit. P.340), las expresiones
utilizadas por la norma no son compatibles con el dolo eventual, pues solo
mediante dolo directo se puede abarcar la idea de solicitar o aceptar algo para
omitir o ejecutar o por haber omitido o ejecutado.
Siendo entonces el artículo 248 del Código Penal la figura básica, el artículo
248 Bis, por el cual se ha calificado nuestro hecho, se ha entendido como un
Cohecho “agravado” que se distingue, como explica BALMACEDA, porque en que
en este caso el funcionario solicita o acepta un determinado beneficio “…para no
realizar un acto que debiese realizar”, y la mayor penalidad entonces se justifica
en el hecho de que en este caso el funcionario deja de cumplir con el deber que
debe satisfacer o cumplir, en circunstancias que en el artículo 248 del Código
Penal solicita o acepta un beneficio económico para realizar un acto relativo a la
órbita de sus deberes (BALMACEDA. Manual de Derecho Penal. Parte Especial.
Librotecnia. 2016. Pp. 636-637). Como ha indicado la Corte Suprema, en autos
Rol N°5898-2008 “…el cohecho, previsto en el artículo 248 Bis del CP, consiste
en que un empleado público solicite o acepte recibir un beneficio económico para
sí o un tercero, ya sea para omitir o por haber omitido un acto debido propios de
su cargo, o para ejecutar o por haber ejecutado un acto con infracción a los
deberes de su cargo. Este ilícito se estructura sobre la solicitud o aceptación de
una ventaja económica, se encuentre o no el empleado facultado para cobrar
dinero al publico por el ejercicio de sus funciones. A su vez, es necesario que el
sujeto activo haga o deje de hacer algo relativo a sus funciones, o ejecute o haya
realizado un acto en contravención a los deberes de su investidura”.
Así las cosas, considerando que ya establecimos que el acusado Avilés
Trigo, a la fecha del hecho, era funcionario del S.N.A. de San Antonio, también se
ha establecido que el mismo, en una conversación con el acusado Lara Mesa, le
expone, explica y ofrece desarrollar un modus operandi ilícito destinado a obtener
el retiro ilegal de diversas especies desde un almacén extraportuario que mantenía
potestad aduanera del propio S.N.A., cuestión que no hace por “altruismo”, sino
bajo un pago determinado, que, en lo pertinente, se acuerda en la suma de
$2.000.000.- (más allá de la cantidad final que haya recibido), lo que, asimismo,
nos ilustra sobre el dolo directo con que se comete la conducta típica. Y este
acuerdo, junto con perfeccionarse, desencadena una serie de acciones que, si bien

292
escapan al iter de este tipo penal, conforme las explicaciones efectuadas,
demuestran la seriedad y efectividad de la oferta ya consumada. A su turno, esta
oferta de infracción de los deberes de su cargo, por un beneficio económico
determinado, efectivamente contraviene las funciones propias del servicio público
al que pertenece (S.N.A.: vigilancia de la potestad aduanera) y que por ende,
concurren como una de sus obligaciones esenciales en la calidad de funcionario
público que detentaba, como exigen RODRÍGUEZ y OSSANDÓN (Ob. Cit. P.342) al
explicar que “…esta infracción de deberes del cargo del funcionario no solo se
puede presentar en el ejercicio de su actividad reglada, sino también dentro de su
actividad discrecional”, en una suerte de desviación o exceso del poder que se le
ha conferido (recordando el conocimiento del sistema que Avilés Trigo detentaba
y explica a Lara Mesa).
Es curioso que en la ejecución de la propuesta realizada conforme el
Cohecho, ya consumado, el acusado Avilés Trigo ejecutó el plan delictivo
mediante la utilización de un medio ilícito que, para su suerte, no era de aquellos
descritos en el artículo 249 del Código Penal.
2.2.- Calificación del hecho punible como Cohecho “activo” (Soborno)
respecto de los acusados Lara Mesa, Alcaíno Aleu y Hernández Salas.
A su turno, y conforme dispone el artículo 250 del Código Penal, “…el que
ofreciere o consintiere en dar a un empleado público un beneficio económico, en
provecho de éste o de un tercero, para que realice las acciones o incurra en las
omisiones señaladas en los artículos 248, 248 bis y 249, o por haberla realizado o
haber incurrido en ellas, será castigado con las mismas penas de multa e
inhabilitación establecidas en dichas disposiciones” y, en relación a esto, la
misma disposición indica que “…tratándose del beneficio consentido u ofrecido en
relación con las acciones u omisiones señaladas en el artículo 248 bis, el
sobornante será sancionado, además, con pena de reclusión menor en su grado
medio, en el caso del beneficio ofrecido, o de reclusión menor en su grado mínimo
a medio, en el caso del beneficio consentido”. La consideración de esta norma
elimina discusiones relativas a comunicabilidad de la calidad especial del
funcionario público en relación a eventuales “coparticipes”, tipificando y
sancionado individualmente dicha conducta, que parece responder a un delito de
peligro, en un tipo penal que incluso contempla hipótesis que se denuncian por
RODRÍGUEZ y OSSANDÓN (Ob. Cit. P.350) como graves infracciones al principio
de proporcionalidad, al relación su pena en elación al funcionario público (en
determinadas situaciones que no es del caso revisar aquí).
En el caso concreto, y entendiendo a la figura como la otra faceta del
Cohecho (que por ello pareciera entenderse en nuestro Código Penal como un acto
unilateral), se ha establecido en autos la intervención e injerencia respecto de los
acusados referidos en conformidad al beneficio económico concreto consentido
que fue planteado por el acusado Avilés Trigo como funcionario del S.N.A., en
relación al flujo de la información que describimos al analizar el relato de la

293
testigo González Pineda en este punto. Así, desde una perspectiva subjetiva, y
conforme el contexto en que se gestó el Cohecho y Soborno como delitos iniciales
de una secuencia mayor (si bien no imprescindibles ni necesarios a ella), no
podemos sino inferir el conocimiento y voluntad de los acusados Lara Mesa,
Alcaíno Aleu y Hernández Salas en el ofrecimiento realizado, ejecutando incluso
actos en torno al cumplimiento de su parte del acuerdo (tipificado, por sí mismo,
como el acto unilateral del que venimos haciendo mención).
2.3.- Calificación jurídica del hecho punible como infracción del artículo
28 letra a) de la Ley de Propiedad Industrial.
De forma independiente a los tipos penales referidos, iniciados y
consumados ya en el acuerdo a ejecutar un “plan delictual” separable en el tiempo
y espacio, nos encontramos con que, en la ejecución de aquel, la conducta
cometida se circunscribe en la infracción contemplada en el artículo 28 letra a) de
la Ley N°19.039.
En efecto, el artículo 28 letra a) de la Ley N°19.039 indica que “…serán
condenados a pagar una multa a beneficio fiscal de 25 a 1.000 unidades
tributarias mensuales (…) los que maliciosamente usen, con fines comerciales,
una marca igual o semejante a otra ya inscrita para los mismos productos,
servicios o establecimientos o respecto de productos, servicios o establecimientos
relacionados con aquellos que comprende la marca registrada. Lo anterior se
entenderá sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 19 bis E”; y, en este sentido,
contamos en el juicio con una sentencia incorporada a través del documento
N°35, condenatoria en autos R.I.T. N°2775-2012 y R.U.C. 1210014859-3 del
Juzgad de Garantía de San Antonio (respecto de “Suxia Zhou”), dictada en un
procedimiento abreviado de fecha 11 de octubre de 2013 y ejecutoriada el 29 de
octubre de 2013, que declara que las especies que luego se retiran por los
acusados Avilés Trigo y Rivera Meza (conforme la valoración probatoria que no
reiteraremos pero que incluye a los demás acusados aquí condenados como
miembros del plan en cuestión) son falsas en los términos del artículo 28 letra a)
de la Ley N°19.039.
Así, la “reutilización” de dichas especies, mediante su retiro desde una zona
de prohibición al tráfico humano –que ya los ponía, sustancialmente, en una
circunstancia de mera tenencia excluyente respecto de dichos “pales”–, no puede
sino entenderse como constitutivo de la infracción aludida. En efecto, como
explica ROXÍN, no se puede decir que únicamente podrían ser punibles la acción o
la omisión en el sentido de un determinado movimiento corporal realizado o no
realizado, en la medida que la conducta debe ser entendida como todo lo que se
puede atribuir a un ser humano como centro anímico espiritual de acción (ROXÍN.
Los delitos de tenencia (Trad.). En SCHROEDER, ECKSTEIN y FALCONE.
Coordinadores. Delitos de posesión o tenencia. Estudios de Derecho Penal, partes
General y Especial, y de Derecho Procesal Penal. Ed. Ad-Hoc. 2016.). Según este
autor, basta con pasar del anticuado significado de la acción como movimiento

294
corporal voluntario a su compresión como manifestación de la personalidad para
entender que los delitos de tenencia son admisibles como supuestos de conducta,
siendo el uso que aquí revisamos, conforme el modus operandi que desarrollaron
los acusados, un claro ejemplo de ello.
Conforme esta explicación se entiende el delito como de mera actividad, y
consumado entonces desde el minuto en que Saam Extraportuario S.A. pierde o
cede ideológicamente su custodia y, por tanto, cesa potencialmente el estado de
vigilancia aduanera existente a su respecto. Esta calidad del delito en análisis,
estimamos, excluye por lo demás alguna consideración concursal respecto del
delito de Hurto del artículo 432 del Código Penal, conforme la especialidad que
entrega el objeto material del delito contemplado para este caso (en concordancia
además con el bien jurídico protegido por la Ley N°19.039, que no constituye
“cualquier propiedad”, sino la “propiedad industrial”), existiendo, a lo sumo, un
concurso aparente de leyes penales que se resuelve conforme la especialidad
apuntada.
2.4.- Calificación jurídica del hecho punible como Uso malicioso de
instrumento publico falso.
Por último, y conforme el mérito de los antecedentes, se ha estimado por el
Tribunal que si bien no se puede deducir, sin mayores antecedentes, que el acta
falsa de la audiencia de acuerdo reparatorio de la causa R.I.T. N°2775-2012, que
fuera exhibida a los funcionarios de Saam Extraportuario para validar el retiro de
las especies, fue “confeccionada” por el funcionario del S.N.A. que comparece a
desarrollar el proceso, el acusado Avilés Trigo, si es posible, sin dudas razonables,
entender que el mismo, al menos, la usó para tales efectos.
En este contexto, el artículo 196 del Código Penal dispone que “…el que
maliciosamente hiciere uso del instrumento o parte falso, será castigado como si
fuere autor de la falsedad”, falsedad que, al tenor del artículo 193 del mismo
cuerpo legal, se tipifica de la siguiente manera: “…será castigado con presidio
menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado mínimo el empleado
público que, abusando de su oficio, cometiere falsedad: 1. Contrahaciendo o
fingiendo letra, firma o rúbrica. 2. Suponiendo en un acto la intervención de
personas que no la han tenido. 3. Atribuyendo a los que han intervenido en él
declaraciones o manifestaciones diferentes de las que hubieren hecho. 4. Faltando
a la verdad en la narración de hechos sustanciales. 5. Alterando las fechas
verdaderas. 6. Haciendo en documento verdadero cualquiera alteración o
intercalación que varíe su sentido. 7. Dando copia en forma fehaciente de un
documento supuesto, o manifestando en ella cosa contraria o diferente de la que
contenga el verdadero original. 8. Ocultando en perjuicio del Estado o de un
particular cualquier documento oficial”.
En este caso particular, conforme el mérito de los antecedentes, se desprende
que el acusado Avilés Trigo, siendo funcionario público del S.N.A. a la fecha de
ocurrencia del hecho establecido, utilizó (consumándose el ilícito) un acta falsa

295
confeccionada en torno a la causa R.I.T. N°2775-2012, R.U.C. N°1210014859-3,
del Juzgado de Garantía de San Antonio, en la que juez de la causa, en la esfera de
sus atribuciones, ordenaba el retiro de especies para destrucción desde Saam
Extraportuario, y dicha conducta, al tenor de la norma citada y del acta exhibida y
contextualizada en la ponderación probatoria, parece adecuarse en términos
típicos, a lo menos, al N°4 (reconociendo el caso como una modalidad de falsedad
material en la que la falsificación consiste en alterar en la materialidad un
instrumento auténtico o en simular la existencia de uno haciéndolo parecido a otro
que en verdad tiene existencia). En efecto, como explica GARRIDO, este número
del artículo 193 sintetiza una noción general de lo que es falsedad ideológica,
razón por la cual las distintas hipótesis que en otros números del artículo 193 se
hacen, en el hecho aluden a esta modalidad de falsedad (Nos 2, 3 y 7), y podrían
haberse omitido, porque están comprendidas en el concepto general expresado.
(GARRIDO. Derecho Penal. Parte Especial. Tomo IV. Ed. Jurídica. 2008. P.73.) Y
en este caso, como el citado autor exige, conforme la declaración del testigo
Escobar Carrasco, no se trata de cualquiera alteración de la realidad, sino de una
que tiene relevancia jurídica. Creemos así que el acusado Avilés Trigo, de forma
clara, utilizó maliciosamente el documento para obtener el retiro de las especies
desde Saam Extraportuario S.A. conforme el plan delictivo develado, actuando
acorde a la hipótesis de dolo directo en ello.
2.5.- Desestimación de las otras figuras penales aludidas en las
acusaciones.
Conforme se expresó en el veredicto, el Tribunal ha estimado que las
conductas establecidas con el mérito de la prueba ponderada no son susceptibles
de calificarse, jurídicamente, al tenor de los artículos 233 N°3 del Código Penal y
97 N°8 y 9 del Código Tribunal.
En efecto, el artículo 233 del Código Penal, que contempla el delito
denominado como “malversación de caudales públicos”, exige para el castigo,
conforme su simple lectura, del establecimiento fáctico del monto defraudado,
cuestión que en este juicio no ha existido, siquiera potencialmente, ya desde la
formulación de las acusaciones. Así, la norma en cuestión dispone que “…el
empleado público que, teniendo a su cargo caudales o efectos públicos o de
particulares en depósito, consignación o secuestro, los substrajere o consintiere
que otro los substraiga, será castigado: 1. Con presidio menor en su grado medio
y multa de cinco unidades tributarias mensuales, si la substracción excediere de
una unidad tributaria mensual y no pasare de cuatro unidades tributarias
mensuales. 2. Con presidio menor en su grado máximo y multa de seis a diez
unidades tributarias mensuales, si excediere de cuatro unidades tributarias
mensuales y no pasare de cuarenta unidades tributarias mensuales. 3. Con
presidio mayor en sus grados mínimo a medio y multa de once a quince unidades
tributarias mensuales, si excediere de cuarenta unidades tributarias mensuales.
En todos los casos, con la pena de inhabilitación absoluta temporal en su grado

296
mínimo a inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos”. Y en
este caso, a diferencia del artículo 446 del Código Penal, que contempla una
similar forma de determinar el titulo de castigo a aplicar, no existe una facultad
“prudencial” conferida al tribunal para dicha circunstancia. Conforme ello,
estimamos, pareciera que el tipo penal del artículo 239 no solo tutela la fidelidad
funcionarial, sino también, el patrimonio fiscal. Al efecto, MATUS y RAMÍREZ nos
indican que “…el bien jurídico protegido aquí es tanto probidad administrativa,
como también parece serlo el interés fiscal, atendido que las penas se gradúan
según el monto del peculado” (MATUS y RAMÍREZ. Manuel de Derecho Penal
Chileno. Parte Especial. Ed. Tirant Lo Blanch. 2017. P.619), de forma tal que, la
determinación de dicho monto, como cuestión de antijuricidad material, parece ser
un aspecto sobre el cual debía existir prueba en el juicio, lo que no ocurrió en la
medida que solo pudimos determinar que “un indeterminado número de especies”
dejó Saam Extraportuario S.A., con un fin aparentemente comercial, más no
cuántas especies ni en cuánto perjuicio fiscal.
Por otra parte, estimamos también que los delitos contemplados en el
artículo 97 del Código Tributario no proceden en este caso concreto, primero,
porque las especies “retiradas” no estaban habilitadas para ingresar en el comercio
con un real perjuicio impositivo a las arcas fiscales, sin perjuicio de comprender
que el bien jurídico protegido, en estos casos, parece ser lo que se ha entendido
como Orden Público Económico. En efecto, aquella interpretación extensiva de la
punibilidad, que pone entonces a los delitos referidos en los artículos 97 Nº8 y 9
del Código Tributario en la esfera de los denominados delitos de peligro, genera,
necesariamente, la exigencia de poder determinar entonces, cuál es la forma de
agresión al bien jurídico que se contempla en virtud de los tipos penales en
comento, en la medida que el bien jurídico tutelado por la Ley Nº19.039, si bien
distinto, puede perfectamente responder a la misma protección ulterior del Orden
Público Económico del que venimos hablando. De tal forma, para no afectar el
non bis in idem punitivo, entendemos necesario distinguir ambos cuerpos
normativos que parecen proteger lo mismo pero desde distintas facetas. Y en tal
caso, la imposibilidad de producirse una evasión tributaria en la especie
necesariamente, conforme delito de peligro, debe recogerse en la imposibilidad de
calificación incluso a titulo de tentativa (inidónea). De tal manera, el injusto penal
establecido, hasta ese momento, no puede sino ser recogido en su completitud por
la infracción a la Ley N°19.039 ya calificada, afectándose con la conducta el
patrimonio de los titulares de las marcas y la propiedad industrial mas no el
sistema impositivo chileno. Así, cuando se alega, en términos jurisprudenciales,
que estos ilícitos pueden concurrir conjuntamente por “tutelar bienes jurídicos
diversos”, sin perjuicio de rechazar aquella posición por infracción al principio
aludido, creemos que, por último, esta posición requiere de una acreditación real
de la capacidad defraudadora de la conducta establecida por un acto de comercio
de aquellos tipificados en el Código de Comercio –en torno al orden público

297
económico–, lo que en la especie no acontece tanto por la falsedad de las especies
retiradas del almacén extraportuario, como por el reducido margen de actuación
que al respecto pudo darse por establecido con el mérito de la prueba rendida (que
solo permitió inferir aquella destinación, más no su efectiva concurrencia en el
tiempo).
VIGESIMOTERCERO: Participación punible.-
Al tenor de la decisión comunicada, sabemos que no hay intervención fáctica
de los acusados en cuanto al Hecho N°1 susceptible de ser analizada en este
contexto, no obstante, en relación al Hecho N°2, debemos hacer algunas
precisiones.
Como punto de partida, cabe recordar que, cuando hablamos de “autor” de
un delito, como exponen POLITOFF, MATUS y RAMÍREZ, “…si respondiésemos a
esa pregunta desde el punto de vista puramente causal, podríamos afirmar que
cada uno de los que han puesto una condición para la realización del delito han
de ser igualmente responsables del mismo (teoría de la conditio sine qua non), o
más modernamente, que todos los que han contribuido al aumento de un riesgo no
permitido jurídicamente son igualmente responsables del delito (teoría de la
imputación objetiva)” (POLITOFF, MATUS y RAMÍREZ. Lecciones de Derecho
penal Chileno. Parte General. Ed. Jurídica. 2004. P.396). No obstante, como
explican luego los mismos autores, esta solución es difícil de aceptar en un
ordenamiento jurídico como el nuestro, donde según el artículo 14 del Código
Penal, son responsables del delito los autores, cómplices y encubridores, cuya
calificación de tales proviene, luego, de las descripciones que facilitan al efecto los
artículos 15, 16 y 17 del mismo texto, respectivamente, calificación que no resulta
indiferente al tenor de los artículos 50 a 54 Cp. De tal forma, estimamos que el
concepto de autoría (y sus variantes) responden en nuestro sistema a una cuestión
de calificación normativa que presupone la determinación de la intervención
fáctica de los sujetos que pretenden estudiarse en este estadio (en el hecho
punible). Y conforme ello se entiende el artículo 340 del Código Procesal Penal al
exigir convicción, más allá de toda duda razonable, sobe “la participación punible
del sentenciado”, cuestión que, por lógica sistémica, se refiere también a la
culpabilidad o responsabilidad como elemento de delito.
1.- Participación punible del acusado Avilés Trigo.
En cuanto a este acusado, es dable señalar que su intervención en el hecho
referido, a todas luces, cuadra con la calificación expuesta en el artículo 15 N°1
del Código Penal. De tal forma, tanto respecto de los delitos de Cohecho, Uso
Malicioso de Instrumento Público Falso e Infracción al artículo 28 letra a) de la
Ley N°19.039, el acusado realizó, por sí mismo, la acción típica descrita por la
ley, teniendo presente lo señalado por ETCHEBERRY, quien al explicar que
significa ser autor señala que “…significa realizar por sí mismo, total o
parcialmente, la acción típica descrita por la ley, o causar el resultado allí
previsto por acto propio sin valerse de intermediarios.” (ETCHEBERRY. Derecho

298
Penal, Parte General, Tomo II. Ed. Jurídica.). Este acusado muestra un completo
dominio del hecho durante todo el curso determinado. A su turno, que actuó en
capacidad de culpabilidad, conforme la conducta prohibida, pudiendo haber
obrado de forma diversa, fue un hecho que se desprendió del mérito de los
antecedentes, considerando el “libre albedrio” de que goza todo sujeto, como
presupuesto necesario de la vida en sociedad; no habiendo así la defensa esgrimido
(ni la prueba) alguna circunstancia de inimputabilidad, inconsciencia de la
prohibición, o algún contexto de inexigibilidad de otra conducta de su parte.
2.- Participación punible del acusado Rivera Meza.
Conforme se ha expuesto al establecer su intervención fáctica y, de manera
tangencial, en la calificación jurídica del hecho, este acusado solo es considerado
como participe en relación a la infracción del artículo 28 letra a) de la Ley
N°19.039 en la medida que no existen antecedentes, relativos a este hecho
particular, que hubieran permitido entender algún dominio del hecho, material o
funcional, respecto del delito de Soborno y de Uso Malicioso, de forma tal que, en
términos de la infracción apuntada, hemos entendido, como ya se analizó, que el
necesario conocimiento de Rivera Meza en cuanto a la calidad de las especies
(falsas) y a que su única forma de retiro desde Saam Extraportuario era para la
destrucción (en un camión que no debía pertenecer a Logística Ambiente Sano
Ltda., al tenor de las escuchas efectuadas al acusado Lara Mesa), no podían sino
entregarle un dominio funcional del hecho, en la medida que su presencia, en el
acto de retiro, fue condición esencial e ineludible para el éxito de la empresa
delictual que se gestaba, todo ello al tenor de la propia declaración del testigo
Espinoza Achíng. En consecuencia, realizó parcialmente la actuación típica, al
tenor de la definición ya entregada, cuestión que lo pone, a nuestro parecer, en la
hipótesis del artículo 15 N°1 del Código Penal. Considerando, asimismo, que en
su respecto tampoco hay objeciones a la culpabilidad subyacente en su actuar
delictual.
3.- Participación punible del acusado Lara Mesa, Alcaíno Aleu y
Hernández Salas.
En cuanto a estos acusados, como contrapartida del acusado Avilés Trigo, el
Tribunal ha estimado que su titulo de participación responde asimismo al artículo
15 N°1 del Código Penal en torno al delito de Soborno, considerando para inferir
ello que los tres tuvieron, luego, injerencia en el iter del delito de Soborno en torno
a su “agotamiento” conforme a la facilitación al acusado Lara Mesa de las sumas
de dinero donde iban, necesariamente, incorporados los montos en virtud de los
cuales se le haría el pago al acusado Avilés Trigo conforme con los beneficios que
este ofreció para el accionar delictual. Así, Lara Mesa gestiona todo lo atingente a
este ilícito, y Alcaíno Aleu y Hernández Salas (uno de forma “funcional” y el otro
de forma “material”, pero con conocimiento potencial de curso causal conforme el
mérito de las escuchas telefónicas incorporadas), tuvieron un claro dominio del
hecho como receptores del beneficio ofrecido desde Avilés Salas (actuando en

299
consecuencia). Sin perjuicio de ello, y conforme la dinámica que se plantea para el
logro del resultado que se esperaba de aquel ofrecimiento ilícito (en torno a la
declaración de la testigo González Pineda), lo cierto es que los tres acusados
referidos participan en el ilícito de infracción al artículo 28 letra a) de la Ley
N°19.039, al tenor del artículo 15 N°3 del Código Penal, vale decir, “concertados
para su ejecución, facilitando los medios con que se lleva a efecto el hecho”. A su
turno, a su respecto tampoco hay objeciones a la culpabilidad subyacente en su
actuar delictual.
VIGESIMOCUARTO: Revisión a la prueba de descargo.-
Considerando el tipo de decisión que se ha comunicado, lo cierto es que al
desechar la alegación de prueba ilícita el Tribunal ya se ha hecho cargo de
prácticamente el 100% de las alegaciones de las defensas en este juicio.
No obstante, de la revisión de sus alegatos de clausura, si queda en evidencia
que las defensas presentaron algunos alegatos relativos a la deficiencia de la
prueba de cargo y a las eventuales calificaciones jurídicas que podían presentarse e
la especie. Sin perjuicio de ello, atendida la particular decisión arribada en este
juicio, lo cierto es que todas esas peticiones fueron aceptadas, y conforme ello es
que solo se establecieron dos hechos conforme la inexistencia de impugnaciones
probatorias de las defensas en relación a la prueba directa o presencial de aquellos.
En este contexto, la prueba de descargo incorporada, o ha producido los efectos ya
explicados, o se ha vuelto irrelevante conforme las decisiones absolutorias
comunicadas.
En definitiva, por parte de la defensa del acusado Alcaíno Aleu, se incorpora
un permiso de tenencia de arma semiautomático y un parte de denuncia respecto
de ello, en circunstancias que se ha declarado absolución respecto del hecho
denominado “Municiones”. A su turno, la sentencia dictada por el Juzgado de
Garantía de Osorno, ha sido un elemento fundamental en la absolución por el
hecho denominado “Contrabando Osorno”. Adicional a ello, la defensa de los
acusados Hernández Salas y Lara Mesa, conforme el artículo 336 del Código
Procesal Penal, incorpora el Informe Policial N°11, una consulta de causa R.U.C.
1300442694-5 del Juzgado de Garantía de Iquique y, si bien ambos documentos
no han sido conclusivos en torno a su alegación de ilicitud, si han producido el
efecto de excluir al testigo Concha Cire de la ponderación positiva de la prueba
(así como de toda la prueba relacionada de forma exclusiva a su declaración).
Restando por señala al efecto que el Acta de Entrada y Registro, corrió en igual
sentido que la prueba referida por cuanto el testigo Concha Cire ya estaba
desacreditado al efecto. A su turno, respecto de la defensa del acusado Avilés
Trigo, lo cierto es que la copia del correo electrónico del testigo Concha Cire al
M.P. de San Antonio es un elemento fundamental en su descarte como prueba
veraz, sin perjuicio de que el informe evacuado por Ricardo Carlson Mahan, no
tenga mayor relevancia en torno a los hechos exclusivos que se han dado por
establecidos. Por último, y en cuanto a la defensa de la acusada Maulén González,

300
habiéndose dictado absolución por todos los cargos sostenidos en su contra, los
antecedentes incorporados, ciertamente han de ser revisados en clave del artículo
48 del Código Procesal Penal, como veremos.
VIGÉSIMOQUINTO: Estándar de convicción.-
En consecuencia, la acusación y los antecedentes referidos en la exposición
del juicio fijaron en su oportunidad el objeto del mismo, habiendo correspondido
entonces al Tribunal evidenciar, en base a la información probatoria incorporada,
la efectividad de haberse arribado a una convicción más allá de toda duda
razonable acerca de la ocurrencia de solo uno de los hechos denunciados, del
carácter típico y antijurídico dl mismo, y de la participación culpable de parte de
los acusados ya individualizados. Como ha indicado la jurisprudencia “…el
concepto más allá de toda duda razonable no responde a la idea de una
convicción absoluta, sino de aquella que excluya las dudas más importantes”
(Corte de Apelaciones de Talca, 18 de noviembre de 2002. Revista Procesal Penal
N°5. P. 35.), lo cual ha acaecido en este juicio solo muy parcialmente en la medida
que, como se viene explicando, la decisión condenatoria se sustenta en el análisis
libre de la prueba y en la superación de las escasas objeciones planteadas por la
defensa a la prueba de cargo que ha superado nuestro filtro inicial de credibilidad,
apareciendo entonces aquella como suficiente para la convicción condenatoria en
relación solo al hecho denominado “Carteras” conforme la acusación del M.P.,
replicada por todos los querellantes.
Respecto de todos los demás hechos, ha operado, por una razón u otra (todas
ya explicadas), la presunción de inocencia, la que entre otras funciones, asume el
papel de la regla de juicio en el proceso penal. Ello supone, como explica
FERNÁNDEZ citando a FERRAJOLI, que si aceptamos el concepto que
tradicionalmente se le otorga a la expresión regla de juicio, el órgano
jurisdiccional debe absolver en los casos en los que no haya alcanzado la certeza
necesaria acerca de la culpabilidad del acusado sobre la base del material
probatorio disponible. Como es sabido, la duda racional, la incertidumbre
irresoluble, es la que determina la aplicación del expediente formal de decisión. La
regla de juicio, pues, constituye una regla de clausura sobre la decisión fáctica.
(FERNÁNDEZ. Prueba y Presunción de inocencia. Ed. Iustel. 2005. P.188).
VIGÉSIMOSEXTO: Cesura.-
Conforme esto, y habiéndose decretado condena solo por el Hecho Nº2 de la
sentencia, se produce el debate del artículo 343 de Código Procesal Penal, en el
cual consta, en síntesis, la ratificación de las pretensiones punitivas de los
acusadores, el reconocimiento respecto de todos los encartados –con excepción del
acusado Alcaíno Aleu–, y la solicitud de las penas que plantea cada defensa en el
juicio. Cabe aquí destacar que, fuera de las penas sustituidas requeridas y la rebaja
de multas al tenor del artículo 70 del Código Penal, la defensa del acusado Avilés
Trigo acompaña antecedentes relativos a la posibilidad de conceder la pena
sustitutiva de Libertad Vigilada –Intensiva o Simple–, solicitando asimismo la

301
concesión a su favor de la minorante de responsabilidad prevista en el artículo 11
N°7 del Código Penal, conforme los depósitos realizados por su parte en el
Juzgado de Garantía de San Antonio para reparar el mal causado (a lo que los
acusadores se opusieron conforme los bienes jurídicos tutelados en los delitos
establecidos en este juicio). Cuestiones todas que resolveremos a continuación.
VIGÉSIMOSÉPTIMO: Modificatorias de responsabilidad penal.-
Resolviendo las solicitudes de modificatorias planteadas en la cesura, cabe
destacar que:
1.- En cuanto a la irreprochable conducta anterior de los encartados.
Conforme el mérito de los antecedentes incorporados en la audiencia
descrita, aparece de manifiesto que los acusados Avilés Trigo, Hernández Salas,
Lara Mesa y Rivera Meza, cuentan con la atenuante de irreprochable conducta
anterior prevista en el artículo 11 N°6 del Código Penal conforme la inexistencia
de anotaciones prontuariales a su respecto en los respectivos Extractos de Filiación
y Antecedentes. Y en este caso particular, habiendo solo existido un debate al
efecto respecto del acusado Alcaíno Aleu, lo cierto es que en su Extracto de
Filiación y Antecedentes aparece una condena del año 2008, cuestión que si bien
impide cualquier consideración de agravación al tenor del artículo 12 N°15 (por
mencionar un ejemplo), no permite comprender, en tal sentido, que no existe
reproche penal previo respecto de dicho encartado, de forma tal que a su respecto
no se considera la aplicación de la atenuante en estudio, más allá de la irrelevancia
de la misma para efectos de la pena que se aplicará, como se verá a continuación.
En este sentido, y como indicó el Primer Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal en
autos R.I.T. N°109-2008, no existe en nuestro ordenamiento jurídico norma alguna
que permita no considerar los antecedentes penales previos (no eliminados
conforme los D.L. pertinentes) en razón del tiempo transcurrido. De hecho, la
eliminación de anotaciones no se concede por simple transcurso de un plazo
equivalente a la prescripción de la pena del artículo 97 del Código Penal, en la
medida que, conforme los procedimientos que para tal efecto se consagran en el
Decreto Ley 645/1925 y en el Decreto Supremo 64/1960 que explican las
anotaciones que deben constar en los Prontuarios Penales y los mecanismos de
eliminación de aquellas y del propio Prontuario (estableciéndose además –de
forma anterior a este Decreto– un mecanismo de eliminación del Prontuario
contemplado en el Decreto Ley N°409/1932), procederá la eliminación de la
anotación –incluso de oficio– cuando se trate de personas condenadas por un
cuasidelito, simple delito o crimen, con multa o con pena corporal o no corporal de
hasta tres años de duración; y hayan transcurrido diez años “desde el
cumplimiento de la condena” en los casos de crimen y cinco años en los casos
restantes, cuestión que supone la contabilización de dichos plazos, al menos, desde
una resolución que se dicte en torno a la prescripción de la pena.
2.- En cuanto a la reparación celosa del mal causado.

302
Ahora en cuanto a la solicitud de la defensa del acusado Avilés Trigo en cuanto
conceder al sentenciado la circunstancia minorante prevista en el artículo 11 N°7
del Código Penal, de reparación celosa del mal causado, conforme el certificado
del Juzgado de Garantía de San Antonio, confeccionado con fecha 11 de abril de
2018 y que acredita depósitos parciales con un total de $300.000.- por parte del
acusado Avilés Trigo en esta causa, el Tribunal la desestimará, primero, porque
tratándose de delitos de peligro, como el Uso Malicioso (como expresamente
refiere Garrido para la forma comisiva que establecimos, en Ob. Cit. P.63) o el
Cohecho pasivo conforme explicáramos al desarrollar la calificación jurídica del
Hecho N°2, la jurisprudencia ha considerado, de forma correcta estimamos, que la
atenuante no procede en estas figuras en las que, debida a su naturaleza, no se
causa el mal reclamado por la ley, como sería, por ejemplo, en el caso de porte y
tenencia ilegal de armas, conforme la SCS de 9 de junio de 1993 en Fallos del Mes
N°415, 375. (MERA. En COUSO y HERNÁNDEZ -Coord.- Código Penal Comentado.
Parte General, Doctrina y Jurisprudencia. Abeledo-Perrot. 2011. P.300).
Asimismo, y para el caso del artículo 28 letra a) de la Ley N°19.039 e incluso para
el evento de entender que los delitos de Cohecho y Uso malicioso sí admiten la
institución, consideramos que la suma depositada en sede judicial es francamente
exigua al tenor de los montos que se manejaron en el desarrollo del hecho punible
N°2, cuestión que da cuenta que, sin considerar intereses de las víctimas, ya desde
la perspectiva del autor del hecho punible no se desprende un propósito serio en
cuanto a la reparación. Como explica aquí GARRIDO (GARRIDO. Derecho Penal.
Parte General. Tomo I. Ed. Jurídica. 2007. P.197), en el plano objetivo, esta
circunstancia requiere que la actividad desarrollada sea celosa, lo que significa que
el procesado tuvo especial preocupación por reparar el mal o evitar las
consecuencias del hecho; “debe demostrar que se ha esforzado por lograrlo”, pero
en la especie, lo cierto es que el acusado tenía por ejemplo, a título de caución, una
suma muy superior que decidió, una vez cancelada aquella, no importar ni en una
fracción a este destino.
VIGÉSIMOCTAVO: Determinación de las penas.-
Conforme estos antecedentes, el Tribunal determina la imposición de las
siguientes penas, distinguiendo a cada encartado efectivamente condenado:
1.- En cuanto al acusado Rivera Meza.
En relación a este acusado, considerando que el artículo 28 letra a) de la Ley
19.039 sanciona la conducta allí establecida con una pena pecuniaria de multa de
25 a 1000 Unidades Tributarias Mensuales, y que en su caso solo procede una
minorante de responsabilidad penal –del artículo 11 N°6 del Código Penal–, estos
sentenciadores, si bien no aplicarán la facultad privativa de rebaja desde el mínimo
conferida en el artículo 70 inciso primero del Código Penal, por cuanto no se trata
en la especie de un delito de escasa relevancia o transcendencia conforme su forma
comisiva, si consideran que, en la especie, no existen mayores consideraciones
“extratípicas” procedentes a su respecto, ahora, para elevar la cuantía de la pena

303
desde el mínimo, razón por la cual, sin antecedentes relativos al caudal del
acusado, se impondrá la pena pecuniaria en el mínimo legal, confiriéndose para su
pago un plazo al tenor del mismo artículo 70 ya citado.
2.- En cuanto al acusado Hernández Salas.
En relación a este acusado, considerando que el artículo 28 letra a) de la Ley
19.039 sanciona la conducta allí establecida con una pena pecuniaria de multa de
25 a 1000 Unidades Tributarias Mensuales, y que en su caso solo procede una
minorante de responsabilidad penal –del artículo 11 N°6 del Código Penal–, estos
sentenciadores, si bien no aplicarán la facultad privativa de rebaja desde el mínimo
conferida en el artículo 70 inciso primero del Código Penal, por cuanto no se trata
en la especie de un delito de escasa relevancia o transcendencia conforme su forma
comisiva, si consideran que, en la especie, no existen mayores consideraciones
“extratípicas” procedentes a su respecto, ahora, para elevar la cuantía de la pena
desde el mínimo, razón por la cual, sin antecedentes relativos al caudal del
acusado, se impondrá la pena pecuniaria en el mínimo legal, confiriéndose para su
pago un plazo al tenor del mismo artículo 70 ya citado.
A su turno, y en relación al delito de Cohecho activo o Soborno previsto en
el artículo 250 del Código Penal, considerando que dicho delito se sanciona con la
pena de reclusión menor en su grado mínimo a medio –en el caso del “beneficio
consentido”– y que a ello se adiciona, conforme el inciso primero de la norma
citada, la pena de inhabilitación y multa contemplada en el artículo 248 Bis (para
este caso particular), que consiste en inhabilitación absoluta para cargos u oficios
públicos temporal en cualquiera de sus grados y multa del tanto al duplo del
provecho solicitado o aceptado, el Tribunal, en atención a la existencia de una
circunstancia atenuante de responsabilidad, ya referida, en relación al artículo 68
del Código Penal y, por último, a la inexistencia de elementos “extratípicos” como
factores de elevación del mal causado al tenor del artículo 69 del Código Penal, le
impondrá en definitiva la pena privativa de 61 días de presidio menor en su grado
mínimo, inhabilitación absoluta temporal para cargos u oficios públicos de 3 años,
y una multa, al tenor del artículo 70 del Código Penal (sin utilizar la facultad de
disminuir la pena desde el mínimo, en atención al argumento señalado para el
primer ilícito), ascendente “al tanto” del provecho aceptado, vale decir
$2.000.000.-, multa que será pagadera en el plazo que se indicará en lo resolutivo
al tenor del inciso final del artículo recién citado.
En este contexto, y para efectos de la pena privativa fijada, atendida la
inexistencia de antecedentes pretéritos tanto respecto del artículo 4 como 38 de la
Ley N°18.216, se conferirá la pena sustitutiva de Remisión Condicional, por el
mínimo legal de 1 año, considerando que con aquella pena en el medio libre el
sujeto no volverá a delinquir, al no existir contacto criminológico previo.
3.- En cuanto al acusado Lara Mesa.
En relación a este acusado, considerando que el artículo 28 letra a) de la Ley
19.039 sanciona la conducta allí establecida con una pena pecuniaria de multa de

304
25 a 1000 Unidades Tributarias Mensuales, y que en su caso solo procede una
minorante de responsabilidad penal –del artículo 11 N°6 del Código Penal–, estos
sentenciadores, si bien no aplicarán la facultad privativa de rebaja desde el mínimo
conferida en el artículo 70 inciso primero del Código Penal, por cuanto no se trata
en la especie de un delito de escasa relevancia o transcendencia conforme su forma
comisiva, si consideran que, en la especie, no existen mayores consideraciones
“extratípicas” procedentes a su respecto, ahora, para elevar la cuantía de la pena
desde el mínimo, razón por la cual, sin antecedentes relativos al caudal del
acusado, se impondrá la pena pecuniaria en el mínimo legal, confiriéndose para su
pago un plazo al tenor del mismo artículo 70 ya citado.
A su turno, en relación al delito de Cohecho activo o Soborno previsto en el
artículo 250 del Código Penal, considerando que dicho delito se sanciona con la
pena de reclusión menor en su grado mínimo a medio –en el caso de “beneficio
consentido”– y que a ello se adiciona, conforme el inciso primero de la norma
citada, la pena de inhabilitación y multa contemplada en el artículo 248 Bis (para
este caso particular), que consiste en la inhabilitación absoluta para cargos u
oficios públicos temporal en cualquiera de sus grados y multa del tanto al duplo
del provecho solicitado o aceptado, el Tribunal, considerando la atenuante de
responsabilidad ya referida, el artículo 68 del Código Penal, y la existencia de una
mayor extensión del mal causado en relación al daño de imagen para la potestad
aduanera generada por su forma de actuar –conforme el tenor del artículo 69 del
Código Penal– le impondrá al acusado la pena privativa de 200 días de presidio
menor en su grado mínimo, inhabilitación absoluta temporal para cargos u oficios
públicos de 3 años, y una multa, al tenor del artículo 70 del Código Penal (sin
utilizar la facultad de disminuir la pena desde el mínimo, en atención al argumento
señalado para el primer ilícito), ascendente “al tanto” del provecho aceptado, vale
decir $2.000.000.-, multa que será pagadera en el plazo que se indicará en lo
resolutivo al tenor del inciso final del artículo recién citado.
En este contexto, y para efectos de la pena privativa fijada, atendida la
inexistencia de antecedentes pretéritos tanto respecto del artículo 4 como 38 de la
Ley N°18.216, se conferirá la pena sustitutiva de Remisión Condicional, por el
mínimo legal de 1 año, considerando que con aquella pena en el medio libre el
sujeto no volverá a delinquir, al no existir contacto criminológico previo.
4.- En cuanto al acusado Alcaíno Aleu.
En relación a este acusado, considerando que el artículo 28 letra a) de la Ley
19.039 sanciona la conducta allí establecida con una pena pecuniaria de multa de
25 a 1000 Unidades Tributarias Mensuales, y que en su caso no hay circunstancias
modificatorias de responsabilidad penal, estos sentenciadores, si bien no aplicarán
la facultad privativa de rebaja desde el mínimo conferida en el artículo 70 inciso
primero del Código Penal, por cuanto no se trata en la especie de un delito de
escasa relevancia o transcendencia conforme su forma comisiva, si consideran
que, en la especie, no existen mayores consideraciones “extratípicas” procedentes

305
a su respecto, ahora, para elevar la cuantía de la pena desde el mínimo, razón por
la cual, sin antecedentes relativos al caudal del acusado, se impondrá la pena
pecuniaria en el mínimo legal, confiriéndose para su pago un plazo al tenor del
mismo artículo 70 ya citado.
A su turno, en relación al delito de Cohecho activo o Soborno previsto en el
artículo 250 del Código Penal, considerando que dicho delito se sanciona con la
pena de reclusión menor en su grado mínimo a medio –en el caso de “beneficio
consentido”– y que a ello se adiciona, conforme el inciso primero de la norma
citada, la pena de inhabilitación y multa contemplada en el artículo 248 Bis (para
este caso particular), que consiste en la inhabilitación absoluta para cargos u
oficios públicos temporal en cualquiera de sus grados y multa del tanto al duplo
del provecho solicitado o aceptado, el Tribunal, considerando la inexistencia de
modificatorias, el artículo 68 del Código Penal, y la existencia de una mayor
extensión del mal causado en relación al daño de imagen para la potestad aduanera
generada por su forma de actuar –conforme el tenor del artículo 69 del Código
Penal– le impondrá al acusado la pena privativa de 200 días de presidio menor en
su grado mínimo, inhabilitación absoluta temporal para cargos u oficios públicos
de 3 años, y una multa, al tenor del artículo 70 del Código Penal (sin utilizar la
facultad de disminuir la pena desde el mínimo, en atención al argumento señalado
para el primer ilícito), ascendente “al tanto” del provecho aceptado, vale decir
$2.000.000.-, multa que será pagadera en el plazo que se indicará en lo resolutivo
al tenor del inciso final del artículo recién citado.
En este contexto, y para efectos de la pena privativa fijada, atendida la
inexistencia condenas que impidan la aplicación tanto respecto del artículo 4 como
38 de la Ley N°18.216, se conferirá la pena sustitutiva de Remisión Condicional,
por el mínimo legal de 1 año, considerando que con aquella pena en el medio libre
el sujeto no volverá a delinquir, al no existir contacto criminológico previo.
5.- En cuanto al acusado Avilés Trigo.
En relación a este acusado, considerando que el artículo 28 letra a) de la Ley
19.039 sanciona la conducta allí establecida con una pena pecuniaria de multa de
25 a 1000 Unidades Tributarias Mensuales, y que en su caso no hay circunstancias
modificatorias de responsabilidad penal, estos sentenciadores, si bien no aplicarán
la facultad privativa de rebaja desde el mínimo conferida en el artículo 70 inciso
primero del Código Penal, por cuanto no se trata en la especie de un delito de
escasa relevancia o transcendencia conforme su forma comisiva, si consideran
que, en la especie, no existen mayores consideraciones “extratípicas” procedentes
a su respecto, ahora, para elevar la cuantía de la pena desde el mínimo, razón por
la cual, sin antecedentes relativos al caudal del acusado, se impondrá la pena
pecuniaria en el mínimo legal, confiriéndose para su pago un plazo al tenor del
mismo artículo 70 ya citado.
A su turno, en relación al delito de Cohecho previsto en el artículo 248 Bis
del Código Penal, considerando que dicho delito se sanciona con la pena de

306
reclusión menor en su grado medio y con la pena de inhabilitación absoluta para
cargos u oficios públicos temporal en cualquiera de sus grados y multa del tanto al
duplo del provecho solicitado o aceptado, el Tribunal, estimando la concurrencia
de la atenuante de responsabilidad ya referida conforme al artículo 68 del Código
Penal y la existencia de una mayor extensión del mal causado en relación al daño
de imagen para la potestad aduanera generada por su forma de actuar –conforme el
tenor del artículo 69 del Código Penal– le impondrá al acusado la pena privativa
de 600 días de presidio menor en su grado mínimo, inhabilitación absoluta
temporal para cargos u oficios públicos de 5 años, y una multa, al tenor del
artículo 70 del Código Penal (sin utilizar la facultad de disminuir la pena desde el
mínimo en atención al argumento ya señalado), ascendente “al tanto” del provecho
aceptado, vale decir $2.000.000.-, pagadero en el plazo que se indicará al tenor del
inciso final del artículo recién citado.
Por su parte, en relación al delito de Uso Malicioso de Instrumento Público
“falso”, previsto y sancionado en los artículos 193 N°4 y 196, ambos del Código
Penal, considerando que la pena aplicable transita entre el presidio menor en su
grado máximo a presidio mayor en su grado mínimo, y que en la especie,
conforme el artículo 68 del Código Penal, lo beneficia una minorante de
responsabilidad penal, del artículo 11 N°6 del Código Penal, no existiendo
elementos “extratípicos” a considerar distintos del ya referido al hablar del ilícito
de Cohecho, el Tribunal le impondrá al acusado la cuantía mínima de la pena
privativa relativa a su grado inferior (vale decir, de 3 años y 1 día).
Cabe aquí destacar que, si bien, para efectos de determinación de pena,
podía considerarse a este último delito en una relación de “concurso medial” con
la infracción al artículo 28 letra a) de la Ley N°19.039 –aplicándose al efecto el
artículo 75 del Código Penal–, lo cierto es que, como ha señalado diversa doctrina
y jurisprudencia, que compartimos, tratándose esta situación “medial” en la
práctica, de un concurso “real” (que se intenta tratar como “ideal” para poder
establecerle una regla más benigna), en caso de resultar de este ejercicio un
perjuicio para el sentenciado, y “…en el entendido de que el tratamiento penal del
concurso ideal debe significar un beneficio para el condenado, alguna
jurisprudencia y un sector importante de la doctrina postulan que si la aplicación
de la pena mayor asignada al delito más grave supone en los hechos imponer una
pena superior a la que correspondería de la sola acumulación material dispuesta
por el art. 74, debe aplicarse esta última disposición y no la del art. 75”
(POLITOFF, MATUS y RAMÍREZ. Ob. Cit. P.451). Así lo indica también COUSO en
su Código Penal Comentado (Couso. En COUSO y HERNÁNDEZ -Coord.-. Ob. Cit.
P. 681), y diversa jurisprudencia como los autos ROL N°104-2007 de la Corte de
Apelaciones de Iquique donde se explica (en su considerando séptimo) que “…en
la medida que la recurrente cuestiona una errónea e indebida aplicación de las
normas de derecho relativas a la sanción impuesta, esta Corte, para resolver,
habrá de considerar la finalidad perseguida por el artículo 75 del Código Penal,

307
que conforme lo reconoce la doctrina nacional, es “imponer sanciones menos
rigurosas al delincuente, y no más graves” (Mario Garrido Montt, Derecho
Penal, Tomo II), puesto que es menor la responsabilidad de quien al ejecutar un
solo hecho comete dos o más delitos, que la de aquél que los perpetra mediante la
comisión de hechos diversos, de ahí que la ley le impone una sola pena por todos
los delitos. Sin embargo, de lo consignado en el motivo anterior, se infiere que al
seguirse dicha vía, resulta para el sentenciado una pena mayor que aquellas que
sería posible aplicarle para el caso que se impusieran separadamente, razón por
la que teniendo en cuenta el fin perseguido por la ley en el artículo 75 del Código
Penal, se debe concluir que en este caso ello no aconteció, puesto que se le está
aplicando una pena superior a aquellas. Al respecto cabe considerar, además, que
el Ministerio Público solicitó se le sancionara separadamente por cada uno de los
delitos. También se debe tener presente que el propio legislador lo aconseja,
puesto que el artículo 351 del Código Procesal Penal, a propósito de la
reiteración de delitos de una misma especie, da normas especiales para aplicar al
responsable una sola pena, pero permite volver a la norma común que señala el
artículo 74 del Código Penal, cuando resulta más favorable al reo”.
Señalado ello, y ahora en cuanto al cumplimiento de las penas privativas
fijadas, el Tribunal concederá al acusado Avilés Trigo, al tenor del artículo 14 y
siguientes de la Ley N°18.216 y considerando que las penas impuestas no exceden
de 5 años al tenor del inciso final del artículo 1° de la misma ley, la pena
sustitutiva de Libertad Vigilada Intensiva, estimando como plausible toda la
información contenida en los antecedentes que su defensa incorporó para
convencer al Tribunal en torno a que una sanción en el medio libre será eficaz en
para los efectos de prevención especial que se buscan con la pena (considerando
especialmente la familia a su cargo y las actividades labores que desempeña en la
actualidad). No obstante, conforme la gravedad de la misma, el Tribunal
impondrá, al tenor del artículo 17 Ter letra a) de dicho texto legal, la prohibición
absoluta del encartado de acudir a recintos del S.N.A. en el cumplimiento de la
pena que aquí se determina.
Como conclusión de la adjudicación penal desarrollada, cabe recordar que,
como señala FERRAJOLI, lo que se debe buscar en una pena que pretenda disuadir a
la sociedad, es también el que la misma no sobrepase el mínimo necesario a
aplicar para producir ese efecto: “en torno a la justificación de la pena, que, más
allá del máximo bienestar posible para los no desviados, hay que alcanzar
también el mínimo malestar necesario a los desviados” (FERRAJOLI. “El Derecho
Penal Mínimo”. En Prevención y Teoría de la Pena. Bustos –Director-. Ed.
Jurídica Conosur Ltda. 1995. P.37).
VIGÉSIMONOVENO: Destino de las especies incautadas.-
Conforme las decisiones aquí razonadas, de las cuales se desprende la
desconexión de las especies incautadas en relación a la decisión condenatoria
decretada, e individualizándose las mismas conforme a los documentos N°131,

308
132, 133, 134 y 135, además de los documentos N°140 a 148 (ambos inclusive),
todos de la prueba de cargo, se ordena la devolución de las especies lícitas
incautadas relativas a dineros y valores, y en especial, se dispone la entrega a los
dueños de los vehículos Marca Hummer, modelo H2, P.P.U. DXCX-36, marca
Honda, modelo Accord, P.P.U. DBLL-34, marca Hyundai, modelo Accent, P.P.U.
GDCT-92, marca Chevrolet, Modelo Optra, P.P.U. DVFK-48, marca Honda,
modelo CRV, P.P.U. BDCV-83, Marca Great Wall, modelo Haval, P.P.U.
CZGJ.33, marca Hummer, Modelo H3, P.P.U. FKKD-80 y Marca Toyota, y el
vehículo Modelo Land Crusier, P.P.U. BGCF-11.
Sin perjuicio de esto, de conformidad con el artículo 15 de la Ley N°17.798,
se decreta el comiso, y en su caso la destrucción, de 47 municiones calibre 380 y 1
munición 9 mm., por tratarse de especies sujetas a la Ley Sobre Control de Armas,
y, así como de aquellas especies habidas o producidas con infracción de la ley de
propiedad industrial.
TRÍGESIMO: Costas.-
En cuanto a las costas del procedimiento, ni a los acusadores ni a los
acusados Avilés Trigo, Lara Mesa, Alcaíno Aleu y Hernández Salas se les
condenara en tal carga procesal, considerando que respecto de estos encartados se
dictó mayoritariamente una decisión absolutoria, existiendo no obstante una
condena que demuestra la plausibilidad de la pretensión punitiva incoada al tenor
del artículo 48 del Código Procesal Penal.
Ahora, en cuanto a los acusados Maulén González y Valenzuela Silva, cabe
precisar que, conforme la completa absolución decretada respecto de ambos, el
artículo 48 del Código Procesal Penal dispone que “…cuando el imputado fuere
absuelto o sobreseído definitivamente, el ministerio público será condenado en
costas, salvo que hubiere formulado la acusación en cumplimiento de la orden
judicial a que se refiere el inciso segundo del artículo 462 o cuando el tribunal
estime razonable eximirle por razones fundadas”. Vale decir, se consagra
imperativamente la imposición de costas como consecuencia directa de una
decisión absolutoria –como ocurre en la especie–, dejando la posibilidad de
exención entregada a la sola circunstancia legal del requerimiento de medida de
seguridad o a la facultad del tribunal en torno a la consideración de “razones
fundadas”, razones que, en la especie, atendida la aberrante inexistencia de datos
concretos en torno a la vinculación de ambos encartados ha hecho ilícito alguno
(recordando incluso la prueba incorporada por la defensa de la encartada Maulén
González al efecto), estimamos como inexistentes. Por ello, los acusadores
deberán correr, por partes iguales, con las costas ocasionadas a estos dos acusados.
Por estas consideraciones y visto, lo dispuesto en los artículos 1, 7, 14, 15
N°1 y 3, 18, 21, 22, 23, 24, 26, 28, 31, 37, 50, 193, 196, 205, 233, 239, 248 bis,
250, 292, 293 y 294 del Código Penal; artículos 1, 2, 5, 9, 45, 46, 47, 83, 85, 93,
129, 130, 152, 222, 223, 224, 225, 276, 277, 295, 296, 297, 323, 325, 338, 340,
341, 342 y 344 del Código Procesal Penal; artículos 168, 178 y 182 de la

309
Ordenanza de Aduanas; artículos 97 N°8 y 9 del Código Tributario; artículos 2, 3
y 9 de la Ley N°17.798, artículos 1, 5, 6, 7, 19 de la Constitución Política de la
República de Chile; Ley N°18.216; y demás normas pertinentes, SE DECLARA:
I. Que se ABSUELVE a los acusados MIGUEL LUIS ALCAÍNO ALEU,
cédula nacional de identidad Nº6.275.955-0, FERNANDO DAVID
HERNÁNDEZ SALAS, cédula nacional de identidad Nº6.068.610-6, NELSON
MAURICIO LARA MESA, cédula nacional de identidad Nº8.278.965-0 y
CRISTIAN ALEJANDRO AVILÉS TRIGO, cédula nacional de identidad
Nº15.089.424-7, todos ya individualizados, de los cargos planteados en su contra
como supuestos autores de los delitos consumados de Asociación Ilícita, Soborno,
Malversación de Caudales Públicos, Uso Malicioso de instrumento público falso,
Comercio Clandestino, Comercio Ilegal, infracción al artículo 28 letra a) de la Ley
de Propiedad Industrial y Contrabando, ilícitos previstos y sancionados en los
artículos 292, 293, 294, 248 Bis, 250, 233 y 193, todos del Código Penal, artículos
97 N°8 y N°9 del Código Tributario, y artículos 168, 178 N°1 y 182 de la
Ordenanza de Aduanas, eventualmente perpetrados entre fines del año 2013 a
principios del año 2015 –el primero de ellos– entre diversas ciudades del país, el
día 7 de mayo de 2014 en esta ciudad, el día 09 de noviembre de 2014 en la
provincia de Osorno –paso fronterizo Cardonal Samoré–, y el día 27 de
noviembre de 2014, en esta ciudad. Ello en referencia a los hechos signados bajo
el N°1, 2, 4 y 5 de la acusación incoada por el Ministerio Público descrita en el
considerando “Segundo” de este fallo.
II. Que se ABSUELVE al acusado MIGUEL LUIS ALCAÍNO ALEU, ya
individualizado, del cargo fiscal planteado en su contra en cuanto supuesto autor
del delito consumado de Porte Ilegal de municiones, previsto y sancionado en el
artículo 9 en relación al artículo 2 letra c) de la Ley N°17.798, supuestamente
develado el día 13 de abril de 2015 en la comuna de Maipú, en referencia al hecho
signado bajo el N°6 de la acusación del Ministerio Público descrita en el
considerando “Segundo” de este fallo.
III. Que se ABSUELVE a los acusados HÉCTOR ANDRÉS
VALENZUELA SILVA, cédula nacional de identidad Nº8.581.889-9 y KAREN
JACQUELINE MAULÉN GONZÁLEZ, cédula nacional de identidad
Nº10.552.498-6, ya individualizados, de los cargos incoados en su contra en
cuanto supuestos autores de los delitos consumados de Malversación de Caudales
Públicos, Uso Malicioso de instrumento público falso, Comercio Clandestino y
Comercio Ilegal, ilícitos previstos y sancionados en los artículos 233 y 193 del
Código Penal, y artículos 97 N°8 y N°9 del Código Tributario, supuestamente
ocurridos los días 30 de octubre y 27 de noviembre de 2014 en esta comuna. Ello
en referencia a los hechos signados bajo el N°3 y el N°5 de la acusación del
Ministerio Público descrita en el considerando “Segundo” de este fallo. Asimismo,
se ABSUELVE al acusado MAURICIO ANDRÉS RIVERA MEZA, cédula
nacional de identidad Nº12.641.731-4, solo de los cargos planteados en su contra,

310
en este acápite, como supuesto autor de los delitos consumados de Malversación
de Caudales Públicos, Uso Malicioso de instrumento público falso, Comercio
Clandestino y Comercio Ilegal, ilícitos previstos y sancionados en los artículos
233 y 193 del Código Penal y artículos 97 N°8 y N°9 del Código Tributario,
supuestamente ocurrido el día 27 de noviembre de 2014 en esta comuna, en
referencia al hecho signado con el N°5 de la acusación del Ministerio Público
descrita en el considerando “Segundo” de este fallo.
IV. Que se CONDENA a los acusados MIGUEL LUIS ALCAÍNO
ALEU, FERNANDO DAVID HERNÁNDEZ SALAS, NELSON MAURICIO
LARA MESA, CRISTIAN ALEJANDRO AVILÉS TRIGO y MAURICIO
ANDRÉS RIVERA MEZA, todos ya individualizados, en su calidad de autores
de diversos delitos consumados ya establecidos en relación al Hecho N°2 de esta
sentencia, perpetrados todos el día 30 de octubre de 2014 en esta comuna,
conforme el siguiente detalle:
a.- Al acusado MIGUEL LUIS ALCAÍNO ALEU, ya individualizado, a la
pena de 200 días de presidio menor en su grado mínimo, suspensión de cargo u
oficio público durante el tiempo de la condena, inhabilitación absoluta temporal
para cargos u oficios públicos por 03 años y pena pecuniaria de multa de
$2.000.000.-, por el delito de Soborno, previsto y sancionado en el artículo 250 en
relación al artículo 248 Bis, ambos del Código Penal. Así como a la pena
pecuniaria de multa de 25 Unidades Tributarias Mensuales por la infracción del
artículo 28 letra a) de la Ley N°19.093, de Propiedad Industrial.
En cuanto a las penas pecuniarias referidas, se concede al sentenciado un
plazo de 90 días para su pago, contados desde que este fallo se encuentre
ejecutoriado. Si el sentenciado no satisface la multa impuesta, sufrirá por vía de
apremio y substitución la pena de reclusión, regulándose un día por cada tercio de
unidad tributaria mensual sin que ella pueda exceder de seis meses y sin perjuicio
de las opciones de sustitución que dispone el artículo 49 del Código Penal al
efecto.
En cuanto a la pena privativa, reuniéndose en este caso los requisitos del
artículo 4 de la Ley N°18.216, se sustituye al sentenciado el cumplimiento de la
pena privativa impuesta por la Remisión Condicional, por lo que queda sujeto al
control administrativo y a la asistencia del Centro de Reinserción Social de
Gendarmería de Chile que corresponda a su domicilio por el lapso de 01 año,
debiendo además, cumplir durante el período de control con las condiciones
legales del artículo 5 de la citada ley. Deberá presentarse al Centro de Reinserción
Social de Gendarmería de Chile dentro de quinto día hábil de ejecutoriada esta
sentencia, bajo apercibimiento de despacharse orden de detención en su contra.
Asimismo, si la pena sustitutiva fuese revocada o quebrantada el condenado
cumplirá íntegra y efectivamente la pena privativa de libertad impuesta o, en su
caso, se le remplazará por una sustitutiva de mayor intensidad. En caso de

311
privación efectiva, se abonará a su favor el tiempo de ejecución y los días que
permaneció privado de libertad en virtud de esta causa.
Siendo una norma imperativa, habiéndose impuesto una pena sustitutiva, se
hace aplicación de lo dispuesto en el artículo 38 de la Ley N°18.216.
b.- Al acusado FERNANDO DAVID HERNÁNDEZ SALAS, ya
individualizado, a la pena de 61 días de presidio menor en su grado mínimo,
suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena,
inhabilitación absoluta temporal para cargos u oficios públicos por 03 años y pena
pecuniaria de multa de $2.000.000.-, por el delito de Soborno, previsto y
sancionado en el artículo 250 en relación al artículo 248 Bis, ambos del Código
Penal. Así como a la pena pecuniaria de multa de 25 Unidades Tributarias
Mensuales por la infracción del artículo 28 letra a) de la Ley N°19.093, de
Propiedad Industrial.
En cuanto a las penas pecuniarias referidas, se concede al sentenciado un
plazo de 90 días para su pago, contados desde que este fallo se encuentre
ejecutoriado. Si el sentenciado no satisface la multa impuesta, sufrirá por vía de
apremio y substitución la pena de reclusión, regulándose un día por cada tercio de
unidad tributaria mensual sin que ella pueda exceder de seis meses y sin perjuicio
de las opciones de sustitución que dispone el artículo 49 del Código Penal al
efecto.
En cuanto a la pena privativa, reuniéndose en este caso los requisitos del
artículo 4 de la Ley N°18.216, se sustituye al sentenciado el cumplimiento de la
pena privativa impuesta por la Remisión Condicional, por lo que queda sujeto al
control administrativo y a la asistencia del Centro de Reinserción Social de
Gendarmería de Chile que corresponda a su domicilio por el lapso de 01 año,
debiendo además, cumplir durante el período de control con las condiciones
legales del artículo 5 de la citada ley. Deberá presentarse al Centro de Reinserción
Social de Gendarmería de Chile dentro de quinto día hábil de ejecutoriada esta
sentencia, bajo apercibimiento de despacharse orden de detención en su contra.
Asimismo, si la pena sustitutiva fuese revocada o quebrantada el condenado
cumplirá íntegra y efectivamente la pena privativa de libertad impuesta o, en su
caso, se le remplazará por una sustitutiva de mayor intensidad. En caso de
privación efectiva, se abonará a su favor el tiempo de ejecución y los días que
permaneció privado de libertad en virtud de esta causa.
Siendo una norma imperativa, habiéndose impuesto una pena sustitutiva, se
hace aplicación de lo dispuesto en el artículo 38 de la Ley N°18.216.
c.- Al acusado NELSON MAURICIO LARA MESA, ya individualizado, a
la pena de 200 días de presidio menor en su grado mínimo, suspensión de cargo u
oficio público durante el tiempo de la condena, inhabilitación absoluta temporal
para cargos u oficios públicos por 03 años y pena pecuniaria de multa de
$2.000.000.-, por el delito de Soborno, previsto y sancionado en el artículo 250 en
relación al artículo 248 Bis, ambos del Código Penal. Así como a la pena

312
pecuniaria de multa de 25 Unidades Tributarias Mensuales por la infracción del
artículo 28 letra a) de la Ley N°19.093, de Propiedad Industrial.
En cuanto a las penas pecuniarias referidas, se concede al sentenciado un
plazo de 90 días para su pago, contados desde que este fallo se encuentre
ejecutoriado. Si el sentenciado no satisface la multa impuesta, sufrirá por vía de
apremio y substitución la pena de reclusión, regulándose un día por cada tercio de
unidad tributaria mensual sin que ella pueda exceder de seis meses y sin perjuicio
de las opciones de sustitución que dispone el artículo 49 del Código Penal al
efecto.
En cuanto a la pena privativa, reuniéndose en este caso los requisitos del
artículo 4 de la Ley N°18.216, se sustituye al sentenciado el cumplimiento de la
pena privativa impuesta por la Remisión Condicional, por lo que queda sujeto al
control administrativo y a la asistencia del Centro de Reinserción Social de
Gendarmería de Chile que corresponda a su domicilio por el lapso de 01 año,
debiendo además, cumplir durante el período de control con las condiciones
legales del artículo 5 de la citada ley. Deberá presentarse al Centro de Reinserción
Social de Gendarmería de Chile dentro de quinto día hábil de ejecutoriada esta
sentencia, bajo apercibimiento de despacharse orden de detención en su contra.
Asimismo, si la pena sustitutiva fuese revocada o quebrantada el condenado
cumplirá íntegra y efectivamente la pena privativa de libertad impuesta o, en su
caso, se le remplazará por una sustitutiva de mayor intensidad. En caso de
privación efectiva, se abonará a su favor el tiempo de ejecución y los días que
permaneció privado de libertad en virtud de esta causa.
Siendo una norma imperativa, habiéndose impuesto una pena sustitutiva, se
hace aplicación de lo dispuesto en el artículo 38 de la Ley N°18.216.
d.- Al acusado CRISTIAN ALEJANDRO AVILÉS TRIGO, ya
individualizado, a la pena de 600 días de presidio menor en su grado medio,
suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena,
inhabilitación absoluta temporal para cargos u oficios públicos por 05 años y pena
pecuniaria de multa de $2.000.000.-, por el delito de Cohecho, previsto y
sancionado en el artículo 248 Bis del Código Penal. A su turno, conforme el delito
de Uso Malicioso de Instrumento Público Falso, previsto y sancionado en los
artículos 196 y 193, ambos del Código Penal, se le impone una pena de 3 años y 1
día de presidio menor en su grado máximo y accesoria de inhabilitación absoluta
perpetua para derechos políticos e inhabilitación absoluta para cargos y oficios
públicos durante el tiempo de la condena.
Por último, se impone al acusado referido una pena pecuniaria de multa de
25 Unidades Tributarias Mensuales, por la infracción del artículo 28 letra a) de la
Ley N°19.093, de Propiedad Industrial.
En cuanto a las penas pecuniarias referidas, se concede al sentenciado un
plazo de 90 días para su pago, contados desde que este fallo se encuentre
ejecutoriado. Si el sentenciado no satisface la multa impuesta, sufrirá por vía de

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apremio y substitución la pena de reclusión, regulándose un día por cada tercio de
unidad tributaria mensual sin que ella pueda exceder de seis meses y sin perjuicio
de las opciones de sustitución que dispone el artículo 49 del Código Penal al
efecto.
En cuanto a la pena privativa, reuniéndose en este caso los requisitos del
artículo 15 bis de la Ley N°18.216, se sustituye al sentenciado el cumplimiento de
las penas privativas impuestas por la pena de Libertad Vigilada Intensiva por igual
término que el de las penas privativas de libertad que se sustituyen, esto es, 4 años
y 236 días, debiendo presentarse al Centro de Reinserción Social de Gendarmería
de Chile que corresponda a su domicilio, esto es, el C.R.S. de San Antonio,
debiendo, además, cumplir durante el período de control con el plan de
intervención individual que se apruebe en su momento y con las condiciones
legales de las letras a), b) y c) del artículo 17 de la citada ley. Adicionalmente, se
impone al sentenciado la condición de la letra a) del artículo 17 Ter de esta
normativa, en relación a la prohibición de acercamiento a cualquier dependencia
del Servicio Nacional de Aduanas durante el cumplimiento de la pena sustitutiva.
El (sentenciado deberá presentarse entonces al Centro de Reinserción Social de
Gendarmería de Chile ya individualizado, dentro del plazo de cinco días, contados
desde que estuviere firme y ejecutoriada esta sentencia, bajo apercibimiento de
despacharse orden de detención en su contra, para efectos de confeccionar el Plan
de Intervención Individual respectivo, y para la aprobación del mismo, desde ya,
se fija como fecha el día , a las horas, quedando notificado y apercibido bajo
despacho de orden de detención por incomparecencia. Si la pena sustitutiva
impuesta fuese revocada o quebrantada el condenado cumplirá íntegra y
efectivamente la pena privativa de libertad impuesta o, en su caso, se la remplazará
por una pena sustitutiva de mayor intensidad o se dispondrá la intensificación de
las condiciones decretadas. En estos casos, se someterá al condenado al
cumplimiento del saldo de la pena inicial, partiendo por la más grave, abonándose
a su favor el tiempo de ejecución de la pena sustitutiva y los días que permaneció
privado de libertad en la causa.
Comuníquese a Gendarmería de Chile la pena sustitutiva impuesta una vez
ejecutoriado este fallo.
Siendo una norma imperativa, habiéndose impuesto una pena sustitutiva, se
hace aplicación de lo dispuesto en el artículo 38 de la Ley N°18.216.
e.- Al acusado MAURICIO ANDRÉS RIVERA MEZA, ya
individualizado, a la pena pecuniaria de multa de 25 Unidades Tributarias
Mensuales por la infracción del artículo 28 letra a) de la Ley N°19.093, de
Propiedad Industrial, concediéndose al sentenciado un plazo de 90 días para su
pago, contados desde que este fallo se encuentre ejecutoriado. Si el sentenciado no
satisface la multa impuesta, sufrirá por vía de apremio y substitución la pena de
reclusión, regulándose un día por cada tercio de unidad tributaria mensual sin que

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ella pueda exceder de seis meses y sin perjuicio de las opciones de sustitución que
dispone el artículo 49 del Código Penal al efecto.
V.- Que se ordena la devolución de las especies licitas incautadas en esta
causa a los acusados y singularizadas en la sentencia, en especial la entrega de los
vehículos Marca Hummer, modelo H2, P.P.U. DXCX-36, marca Honda, modelo
Accord, P.P.U. DBLL-34, marca Hyundai, modelo Accent, P.P.U. GDCT-92,
marca Chevrolet, Modelo Optra, P.P.U. DVFK-48, marca Honda, modelo CRV,
P.P.U. BDCV-83, Marca Great Wall, modelo Haval, P.P.U. CZGJ.33, marca
Hummer, Modelo H3, P.P.U. FKKD-80 y Marca Toyota, y el vehículo Modelo
Land Crusier, P.P.U. BGCF-11. Sin perjuicio de lo anterior, de conformidad con el
artículo 15 de la Ley N° 17.798, se decreta el comiso, y en su caso la destrucción,
de 47 municiones calibre 380 y 1 munición 9 mm., por tratarse de especies sujetas
a la Ley Sobre Control de Armas, y, de aquellas especies habidas o producidas con
infracción de la ley de propiedad industrial.
VI.- Que se condena a los acusadores, en partes iguales, al pago de las
costas, producidas en el procedimiento respecto a la acusada KAREN
JACQUELINE MAULÉN GONZÁLEZ y HÉCTOR ANDRÉS
VALENZUELA SILVA, eximiéndolos de dicha carga en el resto de los casos, así
como a los sentenciados en términos condenatorios, conforme lo expuesto en el
considerando Trigésimo de esta sentencia.
Ejecutoriado que sea el presente fallo, dese cumplimiento a lo dispuesto en
los artículos 14 letra f) y 113 inciso segundo del Código Orgánico de Tribunales, y
en el artículo 468 del Código Procesal Penal.
Devuélvanse a los intervinientes los otros medios de prueba y documentos
incorporados.
Regístrese y archívese, en su oportunidad.
Sentencia redactada por el juez Luis Araya Ávila.
R.U.C. : 1400190458-3.
R.I.T. : 151-2016.

Sentencia dictada por esta Sala del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de
esta ciudad de San Antonio, presidida por el Magistrado Sergio Ortiz Huechapán
e integrada, además, por los Magistrados Claudio Espinoza Asenjo y Luis Araya
Ávila.

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