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Cristo Murió
Por Nosotros
Entendiendo Nuestra Condición
de pecado
JOHEL LAFAURIE
ii
Publicado por el Ministerio Cristiano Verdad Viviente
1952 Autumn Drive, Keller, Texas 76262 - USA
Teléfono: (817) 995-3942
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iii
Reconocimientos
iv
“Porque no nos ha puesto Dios para ira,
sino para alcanzar salvación por medio de
nuestro Señor Jesucristo, quien murió por
nosotros para que ya sea que velemos, o
que durmamos, vivamos juntamente con
Él.”
- I Tesalonicenses 5:9-10
v
Contenido
PRIMERA PARTE:
¿POR QUÉ MURIÓ CRISTO EN LA CRUZ? 1
SEGUNDA PARTE:
DIOS ODIA AL PECADO Y AL PECADOR 27
TERCERA PARTE:
¿POR QUÉ TUVO QUE MORIR CRISTO? 35
Justificando al impío 37
Sé propicio a mí 38
vi
CUARTA PARTE:
EN LA CRUZ EL PADRE QUEBRANTÓ
AL HIJO 43
QUINTA PARTE:
LO QUE TIENES QUE HACER 51
¿Quieres tener al Hijo? 54
ORACIÓN 55
vii
Cristo Murió
Por Nosotros
Entendiendo Nuestra
Condición de Pecado
viii
ix
Prefacio
Pablo nos dice, “Porque todo aquel que invocare el
nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo pues, invocarán a
aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel
de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les
predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?
Como está escrito: ¡Cuan hermosos son los pies de los que
anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”
(Rom. 10:13-15.)
x
corredores que traían buenas noticias se acercaban
rápidamente, corriendo con sus pies a través del polvo. Sus
zancadas revelaban su emoción. Para los atalayas, la escena
de un corredor aproximándose rápidamente en la distancia,
deslizándose con sus pies sobre la montaña, era una
magnífica visión que contemplar.
xi
Alabamos a Dios, que nos levantó de nuestra muerte
espiritual y nos hace andar en lugares celestiales.
Encontramos a un Dios que está "por nosotros", dándonos
ánimo para resistir a los que puedan estar contra nosotros.
Hace que nuestras almas se regocijen de conocer que todas
las cosas están cooperando para nuestro bien. Nos
deleitamos en nuestro Salvador que verdaderamente nos
salva y preserva e intercede por nosotros. Nos
maravillamos de su obra de arte y en lo que ha realizado.
Saltamos de gozo cuando descubrimos Su promesa de
acabar lo que ha comenzado en nosotros. Consideramos los
misterios y nos inclinamos ante ellos, con una doxología
por las riquezas de gracia que ha revelado:
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xiii
¿POR QUÉ MURIÓ
CRISTO EN LA
CRUZ?
1
P
¿ or qué murió Cristo en la Cruz? Si hacemos esta
pregunta en muchos lugares, seguramente que vamos a
escuchar la respuesta correcta que Cristo murió por mí, que
Cristo murió por ti. Pero, ¿por qué murió Cristo por nosotros?
Tantas veces declaramos esto y hasta ligeramente, sin
reverencia, y muchas veces sin darnos cuenta de lo que
estamos diciendo. Cada vez que hablemos del nombre de
Cristo debemos hacerlo con reverencia. Y cada vez que
hablamos de Su cruz, debemos hacerlo con gratitud y deuda.
La obra de Jesús en la cruz es la mayor demostración del
amor de Dios. Es la plenitud de la Gracia divina.
Pero veamos por qué murió Jesús en la cruz. El Apóstol Pablo
nos dice que Cristo murió por nuestros pecados:
2
Debemos empezar con algo que debe ser fundamental en
el asunto de la salvación, y esto es, una evaluación correcta
de la condición del individuo que se debe salvar. Si
tenemos vistas deficientes y ligeras sobre el pecado, entonces
estamos propensos a tener vistas defectuosas para la salvación
del pecador. Así que es muy necesario que veamos lo que las
Escrituras dicen con respecto a nosotros.
¿QUÉ DICE LA BIBLIA
ACERCA DE TI?
A la luz de las Escrituras, el estado natural del hombre es un
estado de depravación total. Cuando se habla de depravación
total, no se refiere a que cada hombre es tan malvado como
pueda ser, ni que el hombre sea incapaz de reconocer la
voluntad de Dios; ni tampoco de que sea incapaz de hacer
algún bien hacia su prójimo o aun dar lealtad externa a la
adoración de Dios. No significa que no exista persona alguna
sin alguna virtud, y llena de muchos motivos y logros loables,
pero el hombre desde “la caída” se encuentra bajo la
maldición del pecado, y es incapaz de amar a Dios.
El hombre tiene muchas virtudes y actos loables pero no
apuntan hacia Dios. Por naturaleza el hombre caído no da
gloria a Dios y mucho menos se sujeta a la voluntad de Él. El
hombre caído esta en completa rebelión contra el gobierno
de Dios.
Cuando hablamos de depravación total lo que sí quiere
decir es que cuando el hombre cayó en el Huerto del Edén
cayó en su totalidad. La personalidad completa del hombre
fue afectada por la caída, y el pecado se extiende por
completo por todas las facultades humanas - la voluntad, el
entendimiento, el afecto y todo lo demás.
La Biblia enseña con absoluta claridad que el hombre, por
naturaleza, está ¡MUERTO y ajeno de la vida de Dios!
Veamos las pruebas:
3
PRIMERO - TODOS tus pensamientos son malos
“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era
mucha en la tierra, y que todo designio [concepción,
imaginación, formación] de los pensamientos del
corazón de ellos era de continuo solamente el mal.”
Génesis 6:5
Dios dice en Su Palabra que todos nuestros
pensamientos son pecaminosos, que son de continuo al
mal. Pero alguno dirá, “No es cierto que todos mis
pensamientos son malos.” Tienes que entender que Dios no es
como el hombre. Comparados con Benito Mussolini o Adolf
Hitler, todos somos buena gente, pero comparados con Dios,
todos somos peores que estos dictadores fascistas. Tenemos
que entender que estos asesinos no fueron la excepción sino la
norma humana. Ellos fueron la demostración y capacidad de
lo que todo hombre puede llegar a ser si no se le restringe. Sin
las restricciones debidas ya se hubieran levantado muchos
iguales o peores que estos hombres.
Pero tú dirás: “Pero todos mis pensamientos no son tan
malos. Yo tengo pensamientos buenos muchas veces.” Si
pudiéramos sacar todos tus pensamientos y pasarlos en una
vista panorámica, no sólo tus hechos y palabras, sino todo lo
que has pensado, tú no volverías a este lugar debido a la
vergüenza. Ni te asomarías delante de tu propia familia nunca
más. Tendrías tanta vergüenza que te esconderías. Tú has
pensado cosas muy horribles y el Dios santo las conoce todas.
Ni siquiera puedes compartir tus pensamientos horribles con
tus mejores amigos. Y la Biblia dice que Dios sabe todo lo
que has pensado, y no sólo lo que has pensado sino también
todo lo que has hecho y todo lo que has dicho. Tus palabras
están llenas de pecado. Tus obras están llenas de maldad. Tus
pensamientos son vergonzosos. Tantas maldades han pasado
en tu corazón y Dios lo ha visto todo. David se describe a sí
mismo, “Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado
está siempre delante de mí” (Salmo 51:3).
4
SEGUNDO - Naciste en pecado
“…Porque el intento del corazón del hombre es malo
desde su juventud [desde su niñez]….”
- Génesis 8:21
Lo que tenemos que entender es que el hombre no
nace neutral moralmente. El hombre nace en pecado,
inclinado por naturaleza a la maldad. ¿Tienes que enseñar
a un niño como mentir? ¿Tienes que enseñar a un niño la
sensualidad? ¿Tiene un padre que enseñar a su hijo a ser
egoísta? ¿Tienes que enseñar a un niño como manipular a sus
padres? ¿Cómo gritar? ¿Cómo pelear? ¿Cómo pretender?
Tristemente, lo que la Biblia dice acerca de nosotros es
verdad. Somos hombres, mujeres, jóvenes y niños caídos, y
nuestra maldad comienza desde la misma gestación. Nuestra
caída no es por imitación sino innata; está en nosotros desde
que nacemos y nos corrompe.
David se describe a sí mismo, “He aquí, en maldad he
sido formado, y en pecado me concibió mi madre” (Salmo
51:5). Somos hijos de Adán, torcidos, pervertidos, llenos de
pecado. Somos constituidos pecadores, es decir, nuestra
maldad está dentro de nuestras propias fibras.
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un
hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a
todos los hombres [todos estábamos en Adán], por cuanto
todos pecaron. …Porque así como por la desobediencia
de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores,
así también por la obediencia de uno, los muchos serán
constituidos justos.” - Romanos 5:12, 19
TERCERO - Nuestras justicias son como trapo de
inmundicia
“Si bien todos nosotros somos como suciedad, y
todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y
caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras
maldades nos llevaron como viento.”
- Isaías 64:6
5
No tan sólo que nuestros pensamientos son de continuo al
mal, y que fuimos formados en pecado desde el vientre, sino
que lo mejor de nuestra rectitud comparado a la santidad de
Dios, es abominable. Todos nosotros somos como suciedad.
Todos somos inmundos. ¿De qué está hablando? Permítanme
darle una ilustración.
6
Vamos a decir que vamos a tratar de mejorar la
apariencia y presentación del leproso. Así que vamos a la
tienda y compramos el vestido más elegante con el diseño
más exquisito de la tela más fina. Cubrimos a esa persona de
tal manera que nada de lepra se note, hasta con una máscara.
De alguna manera escondemos su olor también. Ahora
tenemos a una persona elegante. Ahora se ve muy bonito.
Pero es cuestión de tiempo para que aquella condición de
lepra salga, saturando a toda aquella apariencia. La misma
corrupción de su cuerpo también va a corromper al vestido.
Aquella tela tan bonita llega a ser tan horrible como aquel
leproso, a tal grado que nadie se atrevería a usar aquella ropa.
7
nuestra moralidad. Yo no lo creo. Más bien nos estamos
empeorando. Es muy cierto que en muchos aspectos el
hombre es mejor, externamente mejor, me refiero, pero el
corazón adentro sigue siendo el mismo. El corazón humano
hoy es tan igual al corazón humano de hace mil años atrás. La
esencia de egoísmo y vanidad de tu corazón es el mismo que
el de nuestros antepasados. Tenemos dentro de nuestro
corazón latente la misma oposición contra la verdad de Dios
que operó en Adán. Y encontramos hoy en día el mismo
corazón despreciador del Evangelio que aquellos que lo
escucharon de los labios de Jesús.
8
tal manera que si está torcido deja de ser justo o si apunta
hacía una dirección contraria, también deja de ser justo.
9
Te has extraviado en todo lo que Dios ha mandado. No es
que has violado tan sólo una ley, sino que tú has violado todo
y para siempre lo has hecho. Ni una vez has hecho el bien
ante Dios. Porque si hiciste algún bien pero no apuntaba para
dar gloria a Jesucristo, entonces no es bien. Si el bien que
hicisteis apuntaba para tu propia gloria, entonces ya no eres
justo.
10
consagrarme para Dios. De acuerdo a esto, ¿eres tu santo?
¿Eres tu justo? No, tú eres pecador y necesitas un Salvador.
11
glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que
se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón
fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron
necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en
semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de
cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los
entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus
corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios
cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la
mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes
que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.”
- Romanos 1:19-25
12
entregar tu voluntad. En el momento que reconozcas al Dios
de la Biblia en ese momento sabes en tu corazón y en tu
conciencia que tienes que quebrantar tu voluntad y declararlo
Señor de tu vida.
13
buscar a Dios. Si es que hoy estas buscando a Dios, es porque
Dios mismo ha puesto eso en tu corazón. No te jactes, es Dios
quien busca al hombre. En su estado de pecado y muerte
espiritual, ¿cómo puede el muerto buscar al vivo? La mayoría
de las personas no entienden que el hombre nace enemigo de
Dios, que no busca a Dios. El hombre busca a Dios como un
criminal “busca” a un policía. Nosotros no buscamos a Dios
porque somos pecadores. Odiamos a Dios y la ira de Dios está
sobre nosotros.
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fueron creados a imagen de Dios y se les concedió el
privilegio de vivir en compañerismo personal con Él. No
somos los autores de nuestra propia existencia, sino que
existimos por la voluntad benévola y el poder de Dios. No nos
pertenecemos a nosotros mismos, sino a Dios que nos hizo
para Sus propios propósitos y beneplácito. El buscar
separarnos de Dios es cortarnos a nosotros mismos de la única
fuente de vida. El vivir independientemente de Su persona y
voluntad es negar el propósito para el cual fuimos creados.
Fuimos creados a Imagen de Dios, pero por casusa del
pecado esa imagen se dañó por completo. La imagen de Dios
se refiere a la ….
Personalidad – Adán y Eva eran criaturas personales y
auto-conscientes. No eran meros animales llevados por sus
instintos o máquinas programadas para responder a cierto
estimulo. Perdimos nuestra capacidad de demostrar a Dios en
nuestra persona.
Espiritualidad – Las Escrituras declaran que “Dios es
Espíritu” (Juan 4:24). Y así Adán y Eva eran más que barro
animado. Eran espirituales, dotados de una capacidad genuina
de conocer a Dios, de tener compañerismo con Dios, y
responder a Dios en obediencia, adoración, y acción de
gracias. Por causa del pecado nuestro espíritu murió, tal como
Dios advirtió: “Ciertamente morirás” (Génesis 2:17).
Conocimiento – En Colosenses 3:10, las Escrituras
enseñan que un aspecto de la imagen de Dios es el poseer un
conocimiento verdadero de Él. Esto no significa que Adán y
Eva sabían todo lo que se puede saber de Dios, una criatura
finita no puede comprender plenamente a un Dios infinito.
Más bien significa que el conocimiento que Adán y Eva
poseían era puro y sin mezcla de error. Ahora somos inútiles
porque nuestro conocimiento de Dios está corrompido y lleno
de error.
15
Auto-Determinación o Voluntad. Adán y Eva habían sido
creados con una voluntad, poseían el poder de auto-
determinación, y se les concedió la libertad de escoger.
Ahora, aunque tengamos Libre Albedrio eso no significa que
seamos libres en nuestra voluntad porque nuestra voluntad es
esclava de los deseos pecaminosos. Aunque seamos libres
para escoger siempre vamos a escoger lo malo y nunca
vendremos a Jesús por nuestra propia voluntad. Así de inútiles
somos.
¿Qué es nuestra voluntad? La voluntad es la
capacidad de escoger entre una cosa y otra, o entre varias
alternativas. Pero algo siempre influye en la elección que
nos hace decidir en favor de una o en contra de otra
alternativa. Esto significa que nuestra voluntad es como una
sierva de aquellas cosas que la influyen en su decisión. Por
lo tanto, nuestra voluntad no puede ser libre.
De hecho la Biblia dice claramente que nadie tiene la
capacidad para venir a Cristo (Juan 6:44). Romanos 8:7
nos dice que nuestra naturaleza caída está en enemistad
contra Dios. Juan 15:18 dice que el mundo odia en forma
natural a Dios. Y Romanos 3:11 dice que nadie desea buscar
a Dios. El hombre en su libre albedrio siempre va escoger
rechazar a Dios.
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SÉPTIMO - No haces lo bueno
“Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no
hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.”
- Romanos 3:12
17
OCTAVO - No tienes temor de Dios
“No hay temor de Dios delante de sus ojos.”
- Romanos 3:18
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HACEN la voluntad de Dios los que entran en el Reino de
Dios. NO te engañes, si no tienes temor de Dios delante de tus
ojos, lo más probable que aún no hayas experimentado el
verdadero perdón de tus pecados y el maravilloso milagro de
la REGENERACIÓN.
19
maquina pensamientos inicuos, y los pies presurosos para
correr al mal” (Prov. 6:18).
20
Cambiamos la gloria de Dios por la gloria de nosotros
mismos. En lugar de ser Dios el centro de la gloria y
atracción, nos ponemos a nosotros mismos. “Mírenme que
tengo caderas bonitas”; “mírenme que tengo un cabello
abundante” o; “mírenme que mi hijo es muy inteligente”. Y
otros dirán, “miren mi casa, cuan majestuosa es”; o “miren
mis títulos, que grandioso yo soy”. Es interesante que a los
artistas y cantantes les llamen ídolos.
Cuando Cristo vino, los gobernadores y personas en
puestos oficiales a pesar de creer en Jesús, no le confesaban
por temor de perder sus posiciones de privilegios porque
amaban más la gloria del hombre que la gloria de Jesús: “Con
todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él;
pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser
expulsados de la sinagoga. Porque amaban más la gloria de
los hombres que la gloria de Dios” (Juan 12:42-43).
Israel cambio la Gloria de Dios por la de un becerro,
algo que ellos podían controlar, cargar, cambiar y gobernar.
Se nos es más fácil hacer un dios a nuestra manera que tener
el Dios verdadero. Un corazón sin la gloria de Dios es uno
que resiste y cambia a Dios, haciendo un dios a su acomodo.
“Hicieron becerro en Horeb, Se postraron ante una
imagen de fundición. Así cambiaron su gloria por la
imagen de un buey que come hierba. Olvidaron al
Dios de su salvación, Que había hecho grandezas en
Egipto, Maravillas en la tierra de Cam, Cosas
formidables sobre el Mar Rojo.” - Salmo 106:19-22
Lo opuesto de no vivir para la gloria de Dios es tener
un corazón vano, el cual es atraído por lo temporal y las
mentiras. Jesús juzgó el corazón de los líderes religiosos de
su tiempo de esta manera: de honra vana, sin ningún valor. Ya
que el corazón de ellos estaba lejos de Dios. “Hipócritas, bien
profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de
labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en
21
vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos
de hombres” (Mateo 15:7-9).
Jesús advierte a Sus discípulos que guarden sus corazones
de una vida vana. Debemos guardar el corazón para que no se
cargue de glotonería, embriaguez, y de los afanes de la vida.
“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros
corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los
afanes de esta vida… Velad, pues, en todo tiempo orando…”
(Lucas 21:34-36).
¿Qué significa tener un corazón destituido de la Gloria
de Dios? Significa que cuando Adán y Eva pecaron murió la
capacidad de contemplar y admirar la Gloria de Dios. El
pecado es una condición de vivir como si Dios no fuese
importante, donde no necesitas a Dios. En donde no te
asombras de la verdad, carácter, persona y obra de Jesús. Un
corazón sin la Gloria de Dios es uno que se levanta cada día y
vive su vida sin que Dios sea su placer supremo.
Destituido es la palabra griega justeréo (g5302); significa
ser posterior, ser inferior, quedarse corto, ser deficiente, no
alcanzar, padecer necesidad, ser pobre, y ser el peor. ¡Qué
descripción del corazón del hombre: El hombre fue destituido
de la Gloria de Dios!
¿Qué es la Gloria de Dios? Es la manifestación externa
de la naturaleza interna de Dios. La luz, el calor y el fuego son
las manifestaciones externas de la naturaleza interna del sol.
Estas manifestaciones externas indican la presencia y el poder
de la fuente que los genera. ¿Quién manifiesta la gloria de
Dios? Jesús es la encarnación gloriosa del Padre. Jesús es
la manifestación externa de la naturaleza interna de Dios.
¿Quieres saber qué tiene Dios por dentro? Solamente mira a
Jesús. Jesús es “…el resplandor de Su gloria, y la imagen
misma de Su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con
la palabra de su poder…” (Hebreos 1:3).
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“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre
nosotros (y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. A
Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está
en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.”
- Juan 1:14, 18
Moisés le rogó a Dios que le mostrará Su Gloria. Y Dios
le respondió: “Yo haré pasar todo mi bien delante de tu
rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y
tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré
clemente para con el que seré clemente” (Éxodo 33:19). En
otras palabras, la Gloria de Dios es primero, todo el peso de
Su bien; segundo, es la majestad de Su nombre; y tercero,
es la exaltación de Su carácter.
La verdadera salvación es el estado de continuo
maravillarse de Jesús. Si el pecado es ser destituido de Su
gloria, la salvación es entonces ser instituido a esa gloria. Los
discípulos vieron la Gloria de Jesús. ¿Qué vieron ellos?
¿Acaso vieron carros nuevos, casas suntuosas, o abundantes
riquezas? No, ellos vieron el carácter y majestad del Padre en
la persona del Hijo. Lo más grande que Jesús puede hacer en
tu vida es salvarte para que contemples Su gloria.
“La gloria que me diste, yo les he dado, para que
sean uno, así como nosotros somos uno. Padre,
aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy,
también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria
que me has dado…”- Juan 17:22, 24
Esta es la verdadera salvación. Si la salvación no te da un
corazón que contemples y admires la Gloria de Jesús,
entonces no es una salvación completa. La primera palabra de
Dios en la creación fue que resplandeciese la Luz. Y ese es el
mismo orden para nuestra nueva creación en Cristo. Dios
ordena que resplandezca la gloria de Jesús en nuestros
corazones. “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas
resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros
23
corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria
de Dios en la faz de Jesucristo” (II Corintios 4:6). ¿Qué
estaba iluminando esa luz? El conocimiento de la Gloria de
Dios en la Persona de Jesucristo.
Amado lector, ¿amas la gloria de Dios? ¿Es ella cada día
tu mayor delicia? Si no es así, usted necesita un corazón que
anhele la Gloria de Dios. Usted necesita la salvación de Jesús.
DECIMO - Estás bajo el juicio de Dios
“Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a
los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre
y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios.”
- Romanos 3:19
Otra versión de la Biblia dice “todos somos responsables
ante Dios.” Yo oro que el Espíritu Santo te ilumine para ver la
sentencia de ira que reposa sobre tu cabeza y así tu boca se
cierre ante Dios y experimentes Su indignación y
experimentes tu condición depravada. Entonces puedas correr
a la salvación.
Toda persona tanto moral o inmoral, cabal o depravada,
está bajo la ley de Dios y está bajo condenación. Y esa
persona nunca jamás entenderá su necesidad de Cristo hasta
que primero no entienda su condición de pecado. ¡Oh, que el
Espíritu Santo tenga para bien mostrarte tu condición de estar
bajo la Ley y el juicio de Dios!
Hace poco vi a un hombre desesperado porque por unas
malas inversiones perdió una gran cantidad de dinero ajeno y
le esperaba una gran sentencia. ¡Oh que entendiéramos con
desesperación que estamos bajo el juicio de Dios! Estamos
condenados, y la sentencia es eterna.
La mayoría de las personas buscan a Dios, a través del
pastor, debido a un problema que les apremia, ya sea la esposa
está muy enferma o el desempleo les aqueja, etc. Pero no
entienden la sentencia de eterna condenación que reposa sobre
24
ellos. Ese es el verdadero problema. No entienden el peligro
en que están, que van a morir y que van a ir al infierno, y
que Dios viene con ira contra el pecado y el pecador.
Una realidad del Juicio de Dios es la muerte.
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un
hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a
todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”
- Romanos 5:12
Sin dudas, la evidencia más grande de la ira de Dios
contra la injusticia del hombre es la muerte física – la
separación del alma del cuerpo. Desde Adán hasta la
actualidad, todos los hombres se enfrentan con la terrible e
innegable realidad que morirán. A pesar de su grandeza,
poder, o posición social, la muerte es el inevitable destino
que espera a todos los hombres.
Las Escrituras nos enseñan que esta realidad aterradora
es el resultado del pecado. Es importante notar que la muerte
no es aniquilación. Una vez nacido, el hombre no deja de
existir, sino que continuará en la comunión eterna con Dios
en el cielo o en la separación eterna de Dios en el infierno.
Otra vez, es necesario que encontremos en la muerte, no
solamente el juicio divino, sino que también la misericordia
divina. La muerte hace que el hombre considere su
mortalidad y necesidad de redención. Cada obituario, cada
procesión funeraria, cada lápida sobre cada sepulcro clama al
hombre que deje las preocupaciones vanas de este mundo y
medite en la eternidad, que se prepare a sí mismo para
encontrarse con Dios. “…. mejor el día de la muerte que el
día del nacimiento. Mejor es ir a la casa del luto que a la
casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los
hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón” (Eclesiastés
7:1-2).
Amado lector, el pecado de Adán se ha extendido a la
raza humana entera. Cada hombre es un ser moralmente
25
corrupto, hostil hacia Dios y sin la buena voluntad de
someterse a Su voluntad. Todos somos capaces de cometer
los pecados más indecibles y perversos, y somos por eso
dignos de la condenación justa de un Dios santo y justo. Las
Escrituras son claras – todos los hombres sin excepción están
condenados y sin excusas ante Dios.
Con la venida del pecado, todo fue perdido, y la existencia
del hombre llegó a ser trágicamente torcida y deformada
hasta quedar irreconocible. El hombre llegó a ser de breve
duración, lleno de cansancio, y futilidad. Él vive su vida
hasta que toda vitalidad se agote, todo propósito se derribe, y
el cuerpo por fin vuelva al polvo del cual vino. Y su eternidad
la pasará en el infierno, lugar de tormento eterno.
No hay nada que el hombre puede hacer para cambiar o
reconciliarse a sí mismo con Dios. Esta es una verdad
espantosa, pero una que tenemos que creer y aceptar antes
que podamos comenzar a comprender la gran salvación que
Dios ha logrado para Su pueblo a través de Su Hijo
Jesucristo.
Tengo que ser honesto, y en amor decirte que por causa
del pecado la ira de Dios viene, y que Dios hizo provisión de
salvación para ti, pero tú has escogido desechar a Su hijo y
seguir amando al pecado. El gran juicio de Dios viene si no
te arrepientes y crees en la única esperanza la cual es
Jesucristo.
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que
rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira
de Dios está sobre él.” - Juan 3:36
26
DIOS ODIA AL
PECADO Y AL
PECADOR
27
Como la muerte física es la separación del alma del
cuerpo, la muerte espiritual es la separación del alma de
Dios. Dios es moralmente perfecto y separado de toda
maldad. Es imposible que se goce del pecado o tenga
compañerismo con los que practican la injusticia. Nunca hay
ni habrá comunión de Dios con el pecador.
28
Lo único que Dios tiene que hacer para endurecer a
una persona es simplemente retirar su luz y su gracia.
Este es el caso de Faraón quien fue endurecido por Dios;
esto es, Dios retiró su mano sobre él. Al Dios retirarse de
Faraón, quedó éste en completa tiniebla. Este acto de
juicio resulta en la destrucción y es una de las
manifestaciones más terribles de la ira de Dios.
29
criaturas. Esta pena es el resultado de la repugnancia del
pecado y la destrucción, miseria, y pérdida que trae sobre
Su creación. “Y se arrepintió Jehová de haber hecho
hombre en la tierra, y le dolió en su corazón”
(Génesis 6:6). Es importante entender que Dios no se
debilita por nuestro pecado, ni tampoco disminuye Su
poder. La Escritura emplea un lenguaje figurativo para
ilustrar como el pecado del hombre contrista el corazón
de Dios.
30
Aunque la ira del hombre es frecuentemente el
resultado de pasiones pecaminosas, la ira de Dios es la
manifestación de Su justicia y santidad cuando se enfrenta
al pecado del hombre. Según Romanos 1:18, la ira de Dios
cae sobre los hombres debido a la maldad: “Porque la ira
de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e
injusticia de los hombres que detienen con injusticia la
verdad.”
31
indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo
para sus enemigos.”
32
Dios ama al pecador. Pero yo les digo que no
necesariamente.
33
LA IRA DE DIOS CONTRA EL MALO
34
¿POR QUÉ TUVO QUE
MORIR CRISTO?
35
Si Dios es justo, Él no te puede perdonar. Y si Dios
te perdona, Él no es justo. Esto es un dilema de toda la
Escritura: ¿Cómo puede Dios ser justo y a la vez
perdonar al pecador? Déjame darte una ilustración.
36
quejas de nuestros países latinos es que los jueces no hacen
justicia. ¿Por qué? Porque los culpables salen libres.
Entonces, ¿cómo puede Dios perdonarte a ti? Si Dios te
perdona, Él quedaría como ese juez injusto.
JUSTIFICANDO AL IMPÍO
“El que justifica al impío, y el que condena al
justo, ambos son igualmente abominación a
Jehová.” - Proverbios 27:15
37
¿Cómo puede Dios perdonar cuando la justicia de Dios
demanda que mueras? Si Dios no te castiga, si no te
condena, entonces, Él no es un Dios justo. La justicia
demanda que todos nosotros seamos condenados al
infierno. La Ley demanda nuestra muerte. Y la ofensa es
contra un Dios santo y justo, es decir, de infinito valor, y la
condena debe ser de acuerdo, es decir, eterna. Condenación
eterna es la sentencia contra ti.
SÉ PROPICIO A MÍ
En el español muy antiguo se usaba una palabra del
latín que no es muy común hoy en día: PROPICIO.
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En las escrituras hay una ilustración de Jesús para unas
personas que no se veían tan malas. Veamos:
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mismo? Como un PECADOR. Pidió misericordia y por ello
regresó a casa justificado.
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vehículo. Aquel bólido sale disparado y se choca contra una
mansión muy hermosa. No tan sólo la destruyes sino que
toma fuego y se quema hasta los establos. Por gracia,
ninguna persona fue herida, ni aún tú mismo, salvo por
varias heridas leves. Luego que eres arrestado, eres llevado
a la corte. El dueño de aquella mansión con su abogado
eficaz demanda total restitución con indemnización. Aquel
pequeño pueblo se entera como pólvora de la situación y
hay sólo un juez en toda la comarca, y ese juez, de gran
reputación de ser justo, da la casualidad de ser tu propio
padre. La prensa, todo aquel pueblo y los alrededores se
aglomeraron y se preguntaban, “¿Qué va a hacer aquel juez
justo? ¿Sería justo con su propio hijo como lo había sido en
muchos otros casos o sería parcial? ¿Será que su amor
nublaría la ley justa?”
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Dios Padre pagó en Su propio Hijo la sentencia. Su
justicia, ira e indignación fue saciada totalmente en
aquella brutal cruz. NO HAY MAYOR OBRA QUE
ESTA. Alabado sea Dios. Por ello es que Dios puede ser
propicio a todo aquel que se acerque quebrantado y
humillado a la cruz de Cristo buscando el perdón. Dios
le tapó la boca a Satanás y a todos porque Él mismo pagó
Su propia justicia. Sí, Él puede ser amigo de Abraham, Él
puede llamar a la Iglesia como Su propio pueblo, Él puede
llamar a David como Su hijo, porque Él pagó el precio de
Su justicia. Ahora Él puede amar a todo pecador
arrepentido que reciba Su único camino de salvación. Sí, Él
puede recibirte y limpiarte, si es que vienes a la cruz del
Calvario.
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EN LA CRUZ
EL PADRE
QUEBRANTÓ AL
HIJO
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Muchos de los predicadores cuando hablan de la cruz
no entienden esta verdad. Ellos hablan solamente de cómo
Cristo sufrió por manos de los romanos y los judíos, de cómo
los clavos atravesaron Sus muñecas y a Sus pies, de cómo la
lanza atravesó Su costado, y como la corona de espinas
rompió Su frente y Su cuero cabelludo. Hermano si eres
cristiano, si eres salvo, si has sido justificado, si has
experimentado la regeneración, no es porque los judíos y los
romanos hicieron eso.
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10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole
a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en
expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos
días, y la voluntad de Jehová será en su mano
prosperada.
11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará
satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo
a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.”
- Isaías 53
Revisemos el pasaje:
• El versículo tres dice que Jesús fue despreciado,
desechado entre los hombres, varón de dolores,
experimentado en quebranto; que escondimos de él el
rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. ¿Quién
hizo todo esto? Pues aquellos romanos y judíos y en ellos
estábamos nosotros representados.
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Jesús murió bajo la furia de Su propio Padre. La
justicia total del Padre tenía que cumplirse. Todo el juicio,
todo el enojo y toda la ira de Dios contra el pecado y el
pecador cayeron sobre Jesús.
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números, en capítulos y versículos. Así que para llamar la
atención a una porción un rabino tenía que decir la primera
frase de esa porción. Así que lo que Jesús está diciendo a la
multitud es: “¿Quieren entender lo que está ocurriendo aquí?
Vayan a la porción que comienza con esta frase: “ELÍ, ELÍ,
¿LAMA SABACTANI?” Y esa porción es el Salmo 22.
Veamos:
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Getsemaní y allí oraba tres veces que no quería tomar aquella
copa. ¿Qué estaba dentro de aquella copa?
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inmensos edificios y hacerlos añicos, puede inclusive
destrozar como papel columnas de acero, y tú estás allí
amarrado sin manera de moverte. Después que haya pasado
tan incalculable fuerza, no deja ni el polvo tuyo, ni huellas ni
rastros. Nada de ti se encuentra. Ahora imagínate que ese gran
río es la ira de Dios contra ti. Pero en lugar tuyo, Jesús tomó
tu lugar. Ahora puedes entender cuando la Biblia dice que Él
fue molido por nuestras transgresiones. En otras versiones
dice que Él fue hecho polvo.
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¿Renunciar a todo aquello que llevo a Cristo a la Cruz?
¿Honrar Su nombre? ¿Servirle con toda tus fuerzas?
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LO QUE TIENES
QUE HACER
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LO QUE TIENES QUE HACER
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¿Al pensar en estas cosas no se te ha quebrantado el
corazón ante Dios? ¿No te lamentas tú por haber hecho mal
uso de Sus misericordias, de Sus bendiciones, por haber
abusado de Su Santo Nombre, por haber desechado Su
Palabra, y por no haberle dado el lugar central en tus
pensamientos, en tus afectos y en tu vida? Si no has visto ni
sentido esto personalmente, entonces actualmente no hay
esperanza para ti, pues Dios dice, "Antes si no os
arrepintiereis, todos pereceréis igualmente" (Lucas 13:3). Y
si mueres en tu condición actual, estarás perdido para
siempre.
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1. Debes reconocer tu pecado, reconocer que tienes
una naturaleza de continuo al mal y contraria a
Dios.
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Oración
O
“ h, Señor abre nuestros corazones para poder mirar la
salvación que sólo se encuentra en Jesús. Si hay algún
lector hoy en día que Tu quieres salvar, te suplico por Tu
amado Hijo que Tu lo despiertes para salvación. Que
resplandezca la gloria del rostro de Jesús sobre este lector.
Padre sopla eternidad, sopla a Jesús en tal persona. Para
gloria de Tu nombre y para el Reino de Tu glorioso Hijo.
Amén.”
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Si eres regenerado, si tienes una vida nueva, por
favor memoriza y medita la siguiente Escritura:
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