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CARTA A MENECEO, EPICURO:

Las conquistas de Alejandro tienen consecuencias culturales de gran trascendencia. El siglo IV


había significado ya una decadencia de la cultura clásica: agotadas por las luchas internas y por las guerras,
las ciudades pierden la independencia y la autonomía. Además, la civilización griega entra en contacto con
las culturas orientales, lo cual hace que acabe asimilando muchos elementos exóticos. Si la civilización
clásica era la civilización de la polis, la civilización helenística es monárquica. Se llega a la idea de un rey
del mundo (del que emana toda ley), y de éste depende el bienestar de los ciudadanos. La cultura helenística
adquiere nuevos caracteres procedentes de culturas orientales. La religiosidad cambia: junto al culto al rey,
aparece el culto a la Fortuna y el hombre griego empieza a preocuparse por temas como la salvación, la
muerte, la otra vida. El arte abandona las imágenes clásicas apolíneas y refleja mucho más la pasión, el
movimiento, la individualidad. El hombre pierde la referencia de la polis y se siente perdido en el mundo: es
ciudadano del mundo. Por eso busca la salvación en las religiones y la filosofía. Surge una filosofía de
carácter ético, que pretender salvar al hombre y proporcionarle la felicidad. Surgen en Atenas una serie de
escuelas filosóficas de carácter ético (Estoicismo, Epicureísmo, Escepticismo, Escuela cínica, etc.). Pero el
resto de la cultura se ha dispersado. Alejandría con su Museo y su Biblioteca es ahora el modelo; pero lo
que allí se hace es ciencia y no filosofía.

filosofía de Epicuro alaba que el objetivo de la sabiduría es suprimir los obstáculos que se oponen a
la felicidad. Significa la búsqueda de una vida mesurada en la que el espíritu pueda disfrutar la amistad y
del cultivo del saber. La felicidad epicúrea ha de entenderse como el placer reposado y sereno, basado en la
satisfacción ordenada de las necesidades elementales. El primer paso que se debe de dar en este sentido
consiste eliminar aquello que produce la infelicidad humana: el temor a la muerte y a los dioses, así como el
dolor físico. Es célebre su argumento contra el miedo a la muerte, según el cual, mientras existimos, la
muerte todavía no existe, y cuando la muerte existe, nosotros ya no, por lo que carece de sentido
angustiarse.

La filosofía de Epicuro se divide en tres partes:

- La canónica (o doctrina del conocimiento): es la parte de la filosofía que examina la forma en la que
conocemos y la manera de distinguir lo verdadero de lo falso. Según este filósofo la sensación es la base
de todo el conocimiento y se produce cuando las imágenes que desprenden los cuerpos llegan hasta
nuestro sentido. Ante cada sensación el ser humano reacciona con placer o dolor, dando lugar a los
sentimientos, que son la base de la moral. Cuando las sensaciones se repiten numerosas veces se graban
en la memoria y forman así lo que Epicuro denomina las “ideas generales”. Para que las sensaciones
constituyan una base adecuada, sin embargo, deben estar dotadas de la suficiente claridad, al igual que
las ideas, o de otro modo nos conducirán al error.

- La física (o doctrina de la naturaleza): para Epicuro, toda la realidad está formada por dos elementos
fundamentales. De un lado los átomos, que tienen forma, extensión y peso, y de otro el vacío, que es el
espacio en el que se mueven esos átomos. Las distintas cosas que hay en el mundo son fruto de las
distintas combinaciones de átomos. El ser humano, de la misma forma, no es sino un compuesto de
átomos. Incluso el alma está formada por un tipo especial de átomos, más sutiles que los que forman el
cuerpo, pero no por ello deja el alma de ser material. Debido a ello, cuando el cuerpo muere, el alma
muere con él.
Con respecto a la totalidad de la realidad Epicuro afirma que ésta, como los átomos que la forman, es
eterna. No hay origen a partir del caos o un momento inicial.
Toda esta concesión atomista procede claramente de Demócrito, pero Epicuro no duda en modificar la
filosofía de aquél cuando le conviene, pues no quiere aceptar el determinismo que el atomismo conlleva
en su forma original. Por ello introduce un elemento de azar en el movimiento de los átomos, una
desviación de la cadena de las causas y efectos con lo que la libertad queda asegurada.
Este interés por parte de Epicuro en salvaguardar la libertad es fruto de la consideración de la ética
como la culminación de todo el sistema filosófico al cual se han de subordinar las partes restantes. Estas
son importantes tan solo en la medida en que son necesarias para la ética, tercera y última y visión de la
filosofía.

- La ética: es la culminación del sistema filosófico de Epicuro: la filosofía como el modo de lograr la
felicidad, basada en la autonomía y la tranquilidad del ánimo o ataraxia. En la medida en la que la
felicidad es el objetivo de todo ser humano, la filosofía es una actividad que cualquier persona,
independientemente de sus características (edad, condición social,…) puede y debe realizar. Por tanto
Epicuro entendía que el bien es placer, se trata de una concesión negativa del placer entendida como
ausencia del dolor.

Epicuro (341-270 a. C.), hijo de Neócles y Cherestrata, fue natural de Gargetto, pueblo del territorio de
Atenas. Filósofo griego nacido en la isla de Samos. Perteneció a una familia de nobleza ateniense. Cuando
los colonos atenienses fueron expulsados de Samos, la familia se refugió en Colofón y Epicuro, con tan solo
14 años de edad, se trasladó a Teos (norte de Samos), donde recibió las enseñanzas de Nausifanes. Con 18
años se trasladó a Atenas, donde vivió un año e hizo varios viajes y entabló amistad con algunos filósofos
como Hemarco de Mitilene, Metrodoro de Lampsaco.

Desarrolló todo su conocimiento durante el periodo Helenístico, una época de reflexión y acercamiento
al hombre. Es la figura más original de la filosofía Helenística. Fundó una escuela llamada El Jardín en la
que en el 306 a. C. se estableció y transcurrió el resto de su vida. Dicha escuela se hizo famosa por el
cultivo de la amistad y por estar abiertos a la participación de mujeres, al contrario de lo que sucedía en la
academia fundada por Platón y en el Liceo de Aristóteles. Epicuro se opuso a grandes filósofos entre los
que cabe destacar a los Platónicos y peripáticos.

Tras su muerte dejó más de trescientos manuscritos. Se conservaron tres de su cartas y el Kyriai doxiai.

 Carta a Herodoto: habla de la física y la gnoseología.


 Carta a Pítocles: habla sobre la meteorología y hace referencia a la cosmología y la astronomía.
 Kyriai: se trata de las doctrinas principales de Epicuro, también llamadas “máximos capitales”, que
consisten en cuarenta breves declaraciones aforísticas.
 Carta a Meneceo: habla de la ética y de la teología.

Otras obras importantes fueron: Sobre la naturaleza, Sobre la justicia y otras virtudes, Ensayos en el
ángulo de un átomo, y Cuatro ensayos sobre vidas.

Nuestro fragmento a comentar se ha extraído de la carta de Epicuro a Meneceo, en la cual se describe


principalmente la filosofía del mismo, epicureísmo, basada en la búsqueda de la felicidad. La felicidad es el
bien supremo, y el dolor, el mal. Para conseguir esa felicidad Epicuro quiere acabar con el temor hacia los
dioses, el destino y la muerte. Además clasifica los placeres como:

 Naturales necesarios
 Naturales no necesarios
 No naturales ni necesarios
A partir de su conocimiento, el hombre puede elegir una serie de ellos, que le conformen un equilibrio
entre cuerpo y alma. Cuando consigue dicho equilibrio, consigue el juicio, elemento sin el cual la felicidad
no sería inalcanzable.
Por eso, Epicuro expone que el placer es el principio y el fin de vivir feliz. No debemos confundir placer con
vicio, puesto que aquí se reconoce como un bien primero y con natural, y a partir del cual realizamos
cualquier elección o rechazo. Todos los placeres son por naturaleza un bien, pero no todos se deben aceptar,
no se debe elegir cualquier placer, sino que evitamos los placeres cuando nos puedan suponer una molestia.
Además, en ciertas ocasiones el ser humano toma primero los dolores, antes que los placeres, debido a que
ese placer con el tiempo se convertirá en un placer mayor.

Para Epicuro, el mayor bien es la prudencia, de la cual surgen las demás virtudes, es la prudencia la que
nos enseña a vivir de forma placentera, con la sensatez, honradez y la justicia. Estas virtudes están unidas de
una forma natural al vivir placentera.

Con este fragmento, Epicuro nos quiere transmitir como idea principal que debemos darle más
importancia a los bienes o placeres que a un mal, puesto que este último en algunos casos, como la muerte,
es irremediable y de nada sirve estar sufriendo un largo periodo de tiempo por cosas que no se pueden
remediar.
A continuación, vamos a analizar dos términos importantes tanto para el autor como para la comprensión
del fragmento:
 Placer: según Epicuro es el principio y el fin de una vida feliz pero para que dicho placer sea real
debe de ser moderado, controlado y racional. Él define placer como la satisfacción de las necesidades
del cuerpo y la tranquilidad del alma. Ej. Sacar buenas notas trae la tranquilidad del alma.
Epicuro no se refiere al placer sexual, sino al placer que se produce cuando realizas algo. Ej. Respirar
en el campo.
Los placeres lujosos y raros debemos evitarlos puesto que nos pueden proporcionar, a lo largo, dolor.
 Autosuficiencia: es una práctica totalmente opuesta a las modernas de ahora, puesto que para él se
entendía como aptitud, es decir, la propiedad de los bienes necesarios para una vida decorosa.
Epicuro vivió toda su vida con gran sencillez, despreciando todo tipo de lujos. Él siempre decía que
había que evitar el dolor físico y emocional.
Ahora, la autosuficiencia radica en un sentimiento de arrogancia o ser capaz de conseguir lo que uno
quiere aun y cuando se trate de simples caprichos.

- “Todo placer es por naturaleza un bien, pero no todo placer ha de ser aceptado. Y todo dolor es un mal, pero
no todo dolor ha de ser evitado siempre.”
Todos los placeres son buenos, ya que los placeres son un bien para las personas, pero no podemos aceptar
todos los placeres porque sería contradictorio para la persona.
- “Hay que obrar con buen cálculo en estas cuestiones, atendiendo a las consecuencias de la acción, ya que a
veces podemos servirnos de algo bueno como de un mal, o de algo malo como un bien.”
Debemos saber cuáles son nuestros propios placeres para no llegar a confundir nuestro propio placer con un
mal ya que cada bien y cada mal son personales. Debemos razonar o calcular cuales son las actividades que
nos proporcionan mayor placer y menor dolor. Debemos saber organizar nuestra vida sabiendo que placeres
son más intensos y duraderos, cuales tienen menos consecuencias dolorosas y distribuirlos con inteligencia
a lo largo de nuestras vidas.
- “La autosuficiencia la consideramos como un gran bien, no para que siempre nos sirvamos de poco, sino
para que cuando no tenemos muchos nos contentemos con ese poco; ya que más gozosamente disfrutan de
la abundancia quienes menos necesidad tienen de ella, y porque todo lo natural es fácil de conseguir y lo
superfluo difícil de obtener. Los alimentos sencillos procuran igual placer que una comida costosa y
refinada, una vez que se elimina el dolor de la necesidad”
Nos da su idea de autosuficiencia, donde nos explica que debemos disfrutar de lo poco que tengamos en ese
momento y seguir luchando para ir consiguiendo poco a poco nuestros objetivos.
En base a esta frase, podemos decir que no debemos ser avariciosos. Tenemos que disfrutar de los pequeños
placeres que tenemos ahora mismo y que nos ofrece la vida ya que los grandes logros vendrán con el tiempo
si hemos obrado bien. Como bien dice el dicho “no es más rico quien más tiene sino quien menos necesita”
las personas que tenemos poco disfrutamos aún más de los pequeños detalles como por ejemplo dar un
paseo con un familiar o ser querido, disfrutar del tiempo libre…, que las personas que tienen de todo en la
vida porque son estas las que no le dan el valor que realmente tiene cada cosa.
- “Por ello, cuando decimos que el placer es el objetivismo final, no nos referimos a los placeres de los
viciosos - como creen algunos que ignoran, no están de acuerdo o interpretan mal nuestra doctrina-, sino al
sufrir dolores en el cuerpo ni estar perturbado en el alma. Porque ni banquetes ni juergas constantes dan la
felicidad sino el sobrio cálculo que investiga las causas de toda elección o rechazo y extirpa las falsas
opiniones de las que procede la gran perturbación que se apodera del alma.”
En este párrafo, Epicuro se refiere al placer como objetivo final, cuando a lo largo de tu vida no hayas
tenido dolor. Para él no vale que un día celebres una fiesta y prediques que estás muy feliz cuando los
demás días del año estás mal. Epicuro prefiere vivir tranquilo en cuerpo y alma por lo que tiene día a día, y
no hacer un derroche de dinero y glamur un solo día. El ideal de lo epicúreos es la aponía (ausencia de dolor
en el cuerpo) y la ataraxia (ausencia del sufrimiento en el alma).
- “El más grande bien es la prudencia, incluso mayor que la filosofía, de ella nacen las demás virtudes, ya
que enseña que no es posible vivir placenteramente sin vivir sensata, honesta y justamente, ni vivir sensata,
honesta y justamente sin vivir con placer. Las virtudes están unidad naturalmente al vivir placentero, y la
vida placentera es inseparable de ellas.”
Con estas palabras, el autor se refiere a que para vivir felizmente y sin dolor debe de estar en consonancia la
honestidad, la justicia, la sensatez y el placer. No podemos ser felices si alguna de estas cuatro virtudes
falla.
Otro de los temas que defendía este autor es la amistad, que la consideraba como un gran valor para alcanzar
la felicidad, frente al amor, que es fuente de insatisfacciones y sinsabores. Esta teoría podemos relacionar el
placer con la amistad y el mal con el amor.

Conociendo la filosofía Helenística, vamos a hacer una pequeña comparación con otro filósofo opuesto a
esta ideología, enfrentaremos las ideologías de Epicuro y Aristóteles confrontando el tema de la felicidad:
Aristóteles aborda el tema del bien y de la felicidad. Toda acción humana tiene como objetivo un bien o un
fin. Aunque como sabemos, los bienes son muy diversos, se hace necesario jerarquizarlos. Los bienes
subordinados son relativos e imperfectos que tienen como finalidad alcanzar el bien supremo. En este
aspecto Aristóteles centra la cuestión en determinar cuál es el fin último del hombre. Este filósofo sitúa su
estudio en la suprema ciencia práctica, que es la política (entendida en el sentido de ética no individual).
Tanto el bien supremo como la felicidad se identifican en las acciones humanas. Lo que pasa es que la
felicidad es entendida de muchas maneras ya que unos la buscan en el placer, otros en las riquezas…
Aristóteles también plantea que el bien de un ser cualquiera hay que buscarlo en la virtud. Dado que la
función natural del hombre es la “actividad racional”, el bien supremo del hombre consiste en el ejercicio de
la virtud.
Por otra parte, la ética de Epicuro es parte central del principio del placer. Todo ser vivo tiende naturalmente
al placer y evitar el dolor. Este filósofo define al placer como ausencia de dolor y tranquilidad. Según esto,
no hay un estado intermedio entre el placer y el dolor. Cuando se haya eliminado el dolor físico y mental
entonces se ha alcanzado el placer.
También podemos comprar la filosofía de Epicuro con la de Platón, ya que el primero afirma que no hay más
que una realidad, el mundo sensible, niega la inmortalidad del alma que tanto afirmaba Platón. Epicuro
defiende que al igual que todas las cosas, la realidad está formada por átomos y rechaza el interés por la
política. El filósofo procedente de Samos, prefiere un estilo de vida sencillo y autosuficiente encaminado a la
felicidad en la que la amistad juega un papel fundamental.

En mi opinión, pienso que lo que pregonaba y pensaba Epicuro es una buena manera de vivir, ya que si
extrapolamos su manera de pensar a la vida de ahora mismo, nos puede ser de utilidad. Debido a la situación
mundial que hemos y estamos pasando, creo que pensar en la palabra placer y en el bien según Epicuro, es la
forma más idónea de vivir. Podemos traer los términos de Epicuro a la sociedad y, seguramente, la mayoría
de los seres humanos compartiríamos su pensamiento debido a toda la situación vivida.
Ahora mismo, en mi caso, valoro mucho más los pequeños detalles o placeres que antes, por ejemplo dar un
paseo con mis padres. La vida nos ha hecho frenar de golpe y mirarla desde otra perspectiva para que
podamos disfrutar y ser felices sin tanto derroche como teníamos antes de dicha pandemia.
Como conclusión, Epicuro nos dejó un gran legado. Nos mostró cómo llegar a la serenidad y felicidad tan
anhelada a través de elementos tan importantes como la amistad o la gestión del dolor.

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