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LA ÉTICA DE EPICURO

ALMARIO MERCADO VÍCTOR ANDRÉS

PEDROZA PEDROZA MARÍA ALEJANDRA

TORRADO BLANCO CRISTIÁN ANDRÉS

TORRES JIMÉNEZ IVÁN DAVID

FACULTAD DE INGENIERÍA

PROGRAMA DE INGENIERÍA INDUSTRIAL

ÉTICA

PROFESORA: SARA ALARCÓN CONSUEGRA

8 DE JULIO DEL 2020


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ÍNDICE

1. Epicuro

2. Escuela "el jardín"

3. Teoría de la ética según los epicúreos

4. El placer (Placeres naturales y no naturales)

5. Placeres del cuerpo y alma

6. Placeres catastenicos y cinticos

7. El Tetrafármaco.

8. Finalidad y conclusión.
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1. Epicuro (341 a.C – 270 a.C)

Filósofo griego nacido en la isla de Samos en el seno de una familia ateniense, y educado por su

padre, que era maestro, y por varios filósofos. Era un célebre materialista y ateo de la época

helenística, promovedor de ideas avanzadas.

La base de su filosofía era la búsqueda de la felicidad, para lograr esto pretendía alcanzar el

equilibrio entre los placeres del cuerpo y la mente, y con ello la eliminación de sus temores.

La filosofía epicúrea se divide en tres partes: La canónica; es parte de la filosofía que examina la

forma en que nos conocemos y la manera de distinguir entre lo verdadero y lo falso, La física; para

Epicuro toda la realidad estaba formada por los átomos y de vacío y La ética; que es por la que

más se le conoce a Epicuro, es una disciplina de la filosofía práctica que analiza las conductas

individuales y determinar la voluntad de cada individuo

El epicureísmo nace durante el período helenístico de la filosofía griega. Epicuro abre en el 306

a.C una nueva escuela filosófica en el mismo jardín de su casa, cuyas ideas eran conocidas como

epicureísmo.

2. Escuela “El Jardín”

Esta escuela no solo era famosa por su filosofía, sino también porque era centrada en la amistad y

la tranquila convivencia, porque está abierta a todo público, hombres, mujeres y los esclavos (algo

de gran importancia en esa época), no importaba su profesión, no se juzgaba a nadie, era una

escuela libre. El Jardín tuvo muchas críticas, sobre todo porque definía el placer como una clave
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para la felicidad, se comenzó a decir que en este jardín se compartían ideas transgresoras en la

sociedad, a pesar de ello la escuela siguió cogiendo fama, y muchos estudiantes de Grecia y otras

partes cercanas ingresaron a esta escuela. Para los filósofos esta escuela era un refugio, pues

buscaban conseguir una vida tranquila lejos del tumulto y el ruido de la ciudad. Según Epicuro en

la escuela El Jardín se utiliza el saber para alcanzar la felicidad, porque en la ignorancia es donde

reside el sufrimiento del alma.

Como en otras escuelas de la época, El Jardín era religioso, pero había una gran diferencia y era

que le rendían cual era al mismo Epicuro, y su frase más común era “obra como si Epicuro te

viera”.

En la revista El Independiente de Granada encontramos que “Para Epicuro la amistad es un riesgo,

un libre compromiso, pues uno se expone a sufrir por el amigo, y no debe darse de forma

precipitada, ni de forma indecisa. Si dudas de la amistad de alguien, mejor no otorgarla. Un riesgo,

sí, pero hermoso porque la generosidad del mismo es fuente de alegrías. El mundo helenístico en

el que vive el filósofo y sus discípulos es un mundo hostil, fragmentado, desorientado. Quién sabe

si comparte ese desconcierto con nuestro mundo actual. Y en ese mundo, la amistad es capaz de

fundar una comunidad libre, capaz de hacer frente a una sociedad donde la justicia es un mero

pacto de no agresión, donde sin cautela, eres presa fácil de la avaricia y del aprovechamiento ajeno.

Nos advierte Epicuro que más importante que saber qué comes o qué bebes, es saber con quiénes

comes y bebes. Saber elegir la compañía es más importante para saber cómo vivir y disfrutar con

ello, que vivir rodeado de lujos en una solitaria torre de marfil. La ataraxia, la búsqueda de

imperturbabilidad a través del conocimiento, la calma, a través de un uso siempre moderado de los

placeres naturales, guía de la ética epicúrea, es sobrepasada por la amistad, pues si ha de perderse,

si uno ha de sacrificar su calma por un amigo, merece la pena. Es esa humanidad de Epicuro, aun
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siendo inconsistente con sus propios consejos previos, la que nos acerca aún más a su pensamiento,

a su ética, a su forma de entender la felicidad, tan humana, tan lejana de la indiferencia estoica”.

3. Teoría de la ética según los epicúreos

La ética epicúrea es una ética hedonista, absolutamente novedosa en el mundo griego. El

hedonismo es una doctrina moral que establece la satisfacción como fin superior y fundamento

de la vida. Su principal objetivo consiste en la búsqueda del placer simple y natural que pueda

asociarse con el bien evitando el dolor. El epicureísmo tenía una finalidad claramente práctica:

los epicúreos entendían la filosofía como una medicina del alma. La filosofía no se estudiaba

para adquirir cultura, sino para ser feliz.

Todas las teorías de Epicuro tienen una intención ética. Intentaba eliminar los mitos y las

supersticiones para conseguir que los hombres pudieran vivir felices y sin miedo. Por eso

polemiza contra la religión popular y la teología astral de Platón. Negaba que la Naturaleza

tuviese carácter «divino» o que hubiera sido creada por los dioses para provecho del ser humano.

4. Epicuro: la ética del placer

La base de la ética de Epicuro es que lo bueno es todo lo que produce placer. Según Epicuro el

placer es un bien inherente a nuestra naturaleza, y estamos destinados a buscar el placer.

En completa contraposición a las teorías de Sócrates, Platón y Aristóteles, que defendían la tesis

de la razón sobre las pasiones e impulsos; para Epicuro de Samos el único criterio de verdad lo

proporciona el cuerpo, y es el placer el medio que permite alcanzar la felicidad.


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Nos encontramos entonces con uno de los textos más importantes de epicuro, la llamada carta

sobre la felicidad o la carta a meneceo, a continuación un fragmento de esta:

«Parte de nuestros deseos son naturales, y otra parte son vanos deseos; entre los

naturales, unos son necesarios y otros no; y entre los necesarios, unos lo son para la

felicidad, otros para el bienestar del cuerpo y otros para la vida misma. Conociendo bien

estas clases de deseos es posible referir toda elección a la salud del cuerpo y a la

serenidad del alma, porque en ello consiste la vida feliz. Pues actuamos siempre para no

sufrir dolor ni pesar, y una vez que lo conseguimos ya no necesitamos de nada más. [...]

― Fragmento tomado de: “Carta a Meneceo”

Con este fragmento, Epicuro explica el placer como ausencia de dolor, y para evitar el dolor,

debemos buscar los placeres elementales no desenfrenados, sin rendirnos a la esclavitud de la

necesidad.

➢ Los naturales y necesarios: las necesidades físicas básicas, alimentarse, calmar la sed y

el sentido de seguridad.

➢ Los naturales e innecesarios, que nos hacen felices pero son considerados lujos: la

conversación amena, la gratificación sexual y las artes.


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➢ Los innaturales e innecesarios, que considera superfluos y que al final solo traerá

sufrimiento: la búsqueda de la fama, del poder político o del prestigio social.

5. Placeres del cuerpo y del alma.

Epicuro de Samos distinguía dos tipos de placeres entre lo que se concebía como la división del

hombre, pero lo veía como dos entes diferentes pero unidos. Siendo estos el cuerpo y el alma.

Lo primero que se debe aclarar es que Epicuro no era dualista, de hecho esta era una de las razones

por las que se decide a desarrollar su propio pensamiento filosófico; Platón decía que el alma era

inmortal, y que nosotros podríamos reencarnar varias veces. Por el contrario Epicuro se

fundamentaba en una teoría empírica del conocimiento, una “física atomista” inspirada en

doctrinas de Leucipo y Demócrito. Para él, el alma al igual que el cuerpo están hechos de materia

y está por supuesto está compuesta de átomos. Para él la muerte era la privación de todos los

sentidos, la muerte era eso, la nada.

Placeres del cuerpo: Son los más importantes, sin embargo su propuesta era el equilibrio

voluntario y sensato de estos placeres, más no su supresión; no es posible conocer el placer si no

se conoce el dolor.

Placeres del alma: el placer del alma es superior al placer del cuerpo; el placer corporal tiene

vigencia en el momento presente, mientras que los del alma son duraderos y pueden suprimir o

apaciguar los dolores del cuerpo.


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6. Los placeres cinéticos y catastemáticos

La naturaleza nos ha destinado a los placeres, porque el placer es oikos (oikeion), morada, refugio,

mientras que el dolor es allótrion, algo extraño y ajeno. Epicuro afirma la importancia de distinguir

toda clase de placeres, no sólo para determinar un poco más el fin último que persiguen los

hombres, sino también, para diferenciar aquellos que son verdaderamente beneficiosos de aquellos

que pueden generar una dependencia e incluso destruir al propio sujeto del deseo. Los epicúreos

clasificaron aún más los tipos de placeres en dos categorías: placer cinético o móvil y placer

catastemático también llamado estable o de reposo.

Los placeres cinéticos son aquellos que involucran una acción o movimiento, estos implican la

eliminación del dolor encaminados a conseguir sensaciones agradables, es decir, es el placer de

los sentidos en el proceso de eliminación del dolor. Los placeres catastemáticos son aquellos que

se sienten mientras se está en un estado sin dolor en el cuerpo, como no tener hambre o sed, o sin

perturbaciones en el espíritu, como la liberación del miedo (Cubo Ugarte, 2010).

Epicuro considera superiores a los placeres catastemáticos o en reposo ya que es un estado

necesario para alcanzar la felicidad, mientras que los placeres en movimientos son necesarios

también pero para alcanzar el estado de placer catastemático, por ejemplo, si un sujeto siente

hambre experimenta un dolor (hambre) como resultado de ese dolor produce a la vez un deseo,

que es satisfacer ese hambre, al empezar a comer se produce la satisfacción de ese deseo y

consiguiente un placer y la eliminación del dolor, dicho placer es el placer cinético o en

movimiento, después de saciado y de eliminado ese dolor (hambre) se produce el llamado placer

catastemático o estable.

Como explica Cubo Ugarte el único camino para transitar de un tipo a otro de placer para Epicuro

es la prudencia (phrónesis). Sin prudencia ni siquiera podríamos gestionar los placeres cinéticos.
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Aunque por naturaleza todos los placeres son un bien, no hay por ello que elegirlos a todos y del

mismo modo que aunque todo dolor es un mal, no por eso hay que evitar siempre el dolor.

Para Epicuro prudente no es aquel que goza incesantemente de todos los placeres, sino aquel que

sabe conducirse en la búsqueda del placer. La prudencia marca un estilo a la hora de elegir y

seleccionar. Sólo a partir de ella es posible una felicidad duradera, y con ella es posible conducirse

al placer que apunta la ataraxia. La ataraxia es la ausencia completa del dolor y fue concebida

como el colmo del placer corporal, es un estado de imperturbabilidad y serenidad que alcanza el

alma cuando ésta vence al miedo. Este miedo es a los dioses, hombres, a la muerte y al dolor,

considerándolos como fuentes de intranquilidad para el alma.

Es decir, de la correcta elección de los placeres cinéticos depende el acceso a los placeres

catastemáticos. Y para esta correcta elección son imprescindibles la experiencia y el conocimiento

en donde la reflexión y la prudencia tienen que ir unidas de la mano en la búsqueda del placer.

7. El Tetrafármaco.

Es una guía muy básica pero brillante de Filodemo de Gadara sobre cómo vivir la vida lo más feliz

posible, y esta está basada en las primeras cuatro Doctrinas Principales de Epicuro.

Esta resumió la filosofía de Epicuro sobre la felicidad en cuatro líneas:

1. No temas a los dioses.

2. No temas a la muerte.

3. Lo que es bueno es fácil de obtener.

4. Lo que es terrible es fácil de soportar.


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No temas a los dioses:

Si existiese un ser superior estaría preocupado por cosas más complejas que la conducta de cada

ser inferior que habita en el mundo.

El karma “si actúo mal me ira mal en la vida próxima” no tiene sentido. Se debe actuar por la

búsqueda de la felicidad no por temor no por miedo a la consecuencia.

No temas a la muerte:

Todos los que nacemos tenemos que morir. Nada puede impedirlo. El concepto de la vida va

atado al de la muerte, si nos preocupamos por ella no la cambiaremos solo ensombreceremos

nuestro concepto de vida pero la muerte será igual, cuando nos toque morir ya no estaremos y

mientras vivamos la muerte no está. La muerte es natural, acéptala y continúa viviendo. “Carpe

diem” Vive el momento.

Lo que es bueno es fácil de obtener:

Lo agradable de la vida no es lo que está en la cima si lo que tenemos a nuestro alcance en

nuestro existir. El estar con amigos en una tarde de parrilla en una casa es mucho más placentero

y enriquecedor para el alma que quedarte en un hotel 5 estrellas tú solo. Lo bueno es fácil de

alcanzar porque está en las cosas pequeñas. Lo bueno de la vida son los momentos donde

obtienes un placer sereno.

Lo que es terrible es fácil de soportar:

El sufrimiento o dolor es soportable.


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El sufrimiento tiene dos condiciones: la intensidad y la frecuencia o tiempo. Entre más dure este

la intensidad será cada vez menos, quizás porque te acostumbras (el umbral del dolor aumenta)

o que si el dolor es extremadamente intenso este pasa rápido.

8. Finalidad y conclusión.

La filosofía de Epicuro no era teórica, era empírica o práctica, que buscaba la serenidad y

autosuficiencia imprescindibles para una vida feliz y placentera donde los temores a la muerte no

existirían porque mientras vivimos, la muerte no está presente, y al morir nosotros ya no estamos;

Y/o a los dioses porque estos si bien existen, no pueden relacionarse con nosotros ni para ayudar

ni para castigar, y por lo tanto ni su temor ni veneración serian de utilidad práctica alguna.

Su principal cuestionar era:

¿Cómo podríamos alcanzar la llamada felicidad en esta la única vida que tenemos?

A lo cual respondió que:

“La única forma era a través del placer”. Y qué Los pilares de una vida feliz eran: “La amistad,

una vida sencilla y la paz mental.”

La ética de Epicuro nos invita a inspeccionar nuestras vidas, cuestionarnos sobre ¿Qué es lo que

verdaderamente nos hace felices?, e identificar cuales cosas nos brindan solo un placer

momentáneo pero que a largo plazo nos terminan por causar sufrimiento.
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Bibliografía

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2. https://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=620

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4. Fuentes Pinzón, F., 2018. El Picalibro . [en línea] youtobe.com. Disponible en:
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<http://www.scielo.org.co/pdf/pafi/n42/n42a07.pdf> [Consultado el 8 de julio de 2020].

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Disponible en: <https://lacasadelaetica.com/epicuro-la-etica-del-placer> [Consultado el 8 de julio

de 2020].

7. Cubo Ugarte, Ó. (2010). Hacia un cuidado de sí : Epicuro. ENDOXA, 1(25), 89.

https://doi.org/10.5944/endoxa.25.2010.5228

8. Epicureísmo: TIPOS DE PLACERES. (n.d.). Retrieved July 6, 2020, from

http://epicureismo1.blogspot.com/2013/10/tipos-de-placeres_2168.html

9. Filosofia.net. 2020. Escuelas Helenísticas. Estoicismo, Epicureísmo Y Escepticismo.

[online] Available at: <http://www.filosofia.net/materiales/sofiafilia/hf/soff_u4_1.html>

[Accessed 8 July 2020].

10. Lenis Castaño, J., 2016. ÉTICA DEL PLACER. CULPA Y FELICIDAD EN EPICURO. Praxis

Filosófica Nueva Serie, (42), p.157.

11. acción, L., diálogo, C. and valores, S., 2020. Epicuro: La Ética Del Placer | La Casa De La Ética.
[online] La casa de la ética. Available at: <https://lacasadelaetica.com/epicuro-la-etica-del-

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