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Nació en la isla de Samos, se cree que en 341 a. C. Criado en el seno de una pobre familia
ateniense, fue el segundo de los cuatro hijos de Querestrata, una adivina. Su padre, Neocles,
fue un maestro que lo educó junto a varios filósofos. A los 18 años se trasladó a Atenas para
cumplir con el servicio militar. En el 322, se reunió con su progenitor en Colofón, donde
empezó a enseñar.
Considerado como el primer filósofo de la etapa helenística, sobre el 311, fundó una escuela
filosófica en Mitilene, isla de Lesbos, más tarde dirigió una escuela en Ampsaco (hoy, Lâpseki,
Turquía), se radicó en Atenas en el 306.
En Atenas, estableció en el jardín de su casa una escuela, "el Jardín", cuyas enseñanzas
competían con los legados de las de Platón y Aristóteles. Admitió a mujeres y a esclavos en
este lugar, lo que provocó calumnias sobre sus actividades.
Según sus enseñanzas, la sabiduría consiste en una comprensión que permite a la persona ser
feliz. La felicidad, consiste en el placer (gr. hedoné); el hedonismo epicúreo juzga que el deseo
natural de felicidad es idéntico al deseo de placer. Su doctrina se basa en la búsqueda del
placer regida por la prudencia.
La ataraxia es uno de los pilares de la felicidad según Epicuro. El otro es la aponía. Tanto la
aponía como la ataraxia designan un estado de ausencia de dolor (o lo que es lo mismo para
1|Epicuro. Aponía y ataraxia
FILOSOFÍA
Por último, también se dice “prudente” porque la eliminación del dolor no debe llevarnos a la
producción de nuevos dolores. Piénsese, por ejemplo, en una indigestión: empiezo comiendo
con el fin de eliminar un dolor, pero termino por crearme otro. ¿Y qué con la ataraxia?
a. La comunidad alejada: Epicuro a los 34 años se va a vivir a una propiedad en las afueras de
la ciudad de Atenas. Se trataba de una propiedad rural, dotada de campos para la cosecha y
animales. La finalidad de esta mudanza es aumentar la tranquilidad, el silencio y disminuir la
posibilidad de cualquier conflicto con otras personas. Se trata de crear el ambiente más
apropiado para poder reedificar una vida sobre otros principios, sobre ideas y practicas
propias, lejos del juicio ajeno y el ruido social de la ciudad.
b. La libertad: se trata de una libertad económica (material) y una libertad psicológica. Esta
libertad Epicuro la logra rompiendo lazos laborales con terceros. Se hace cargo de su propio
trabajo y del fruto de su propio esfuerzo, se vuelve “un trabajador independiente”. Al
dedicarse al trabajo de la tierra y al cuidado de los animales, se libra de cualquier vínculo de
dependencia con jefes y compañeros de trabajo molestos. No depende de otros para vivir.
Pero además, en ese movimiento de libertad se libra de las angustias mentales que el ambiente
laboral puede generar: jefes exigentes, jefes acosadores, tiranos, explotadores, la molesta
situación de tener que bajar la cabeza y acatar una orden con la que uno no está de acuerdo,
la tensión entre compañeros basada en la competencia, los celos, etc. Esto en lo que respecta
a lo que podríamos llamar “libertad psicológica”.
¿Y cuáles son estas preocupaciones? Las mismas que otros filósofos han combatido: la
pobreza, la soledad, el desamparo, la vejez, el rechazo, el desprecio, la enfermedad y sobre
todo…la muerte. A continuación, presentamos algunos fragmentos/conclusiones de la
reflexión epicúrea en torno a la muerte.
Los argumentos que presenta Epicuro para eliminar nuestro temor a la muerte pueden
resumirse de la siguiente manera:
La vida post-mortem no existe: la realidad para Epicuro está compuesta de dos cosas:
átomos y vacío. Las cosas están compuestas de átomos y pueden desplazarse gracias a
la existencia del vacío. Pero todo lo que está compuesto de átomos es finito,
perecedero, mortal. Lo compuesto está destinado a descomponerse. El alma es material
y tan corruptible como el cuerpo. Si no fuese así, el alma sería vacío, pero el vacío no
se ve afectado ni realiza nada y no es el caso del alma. Por lo tanto, el alma es material.
Esto descarta la posibilidad de que el alma siga viviendo después de la muerte y de que
haya algo así como “el mundo de las almas”2.
Por estas dos razones, la muerte es nada para nosotros (o debería serlo al menos según
Epicuro) y por lo tanto no hay que temerle. Hay que “acostumbrarse a creer que la muerte
1
Esta idea de amistad la expresa bien otro filósofo, Cicerón, cuando la define como una fuerza potenciadora de la virtud. Tanto Cicerón como
Epicuro tienen en mente lo que podríamos llamar “una amistad filosófica”, un vínculo basado en la búsqueda de la sabiduría, de la felicidad.
2 Quizás este argumento nos resulte difícil de aceptar dado que se desprende directamente de la teoría epicúrea de los átomos. Pero replanteado
en términos más actuales, podríamos decir que la mente parece depender enteramente del cerebro y sus procesos: el pensamiento es el resultado
de las sinapsis de las neuronas del cerebro. Por lo tanto, sin cerebro no parece existir la posibilidad de la mente ni por lo tanto de la vida después de
la muerte del cuerpo.
no es nada para nosotros”. Esta creencia se ajusta más a la realidad, dice Epicuro, a pesar de
que nuestra tendencia primera sea hacia el temor.
Al hacer que las personas dejen de perder el tiempo preocupadas por su alma y la vida
después de la muerte, esta idea permite que comiencen a aprovechar la vida que tienen
ahora y a valorarla como la única. Es ahora el único momento para vivir y hay que
aprovecharlo
También puede traer tranquilidad con respecto a otros que han fallecido (ya no están,
no es que están pagando un castigo más allá).
Muestra que la muerte no es algo que genere dolor (porque no es posible sentirla o
experimentarla). En todo caso, dice Epicuro, si la muerte viene anticipada por los
dolores de una enfermedad, estos podrán combatirse con el recuerdo de placeres
pasados.
Los dioses no son temibles: los dioses no tienen problemas ni los procuran a los
hombres. Los dioses no se preocupan por nosotros y por eso no hay que temerles. La
ira o el disfrute son emociones propias de un ser débil como el hombre, de manera que
es imposible que un dios las sienta.
3Aquí nosotros presentamos esos preceptos tal como los presentara el poeta epicúreo Lucrecio en su poema De Rerum Natura
4Y si se hace más largo, siempre es posible disminuirlo recordando los placeres pasados. Esta es una lección aprendida por Epicuro en medio de sus
dolores a causa de la enfermedad de la gota.