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Autonomía y Formación: Retos de la educación a distancia

Marien Alexandra Gil Serna1

“La formación es un todavía, un aún: lo inacabado, el


“continuará” que nos jalona a ser otra cosa, el
“continuará” que nos pone en el umbral del
aprendizaje” (Fernando Vásquez, 2017)

Tejer una reflexión sobre el modelo pedagógico de la modalidad distancia que configuran las
acciones pedagógicas del Instituto de Educación a Distancia, de la Universidad del Tolima; es re-
pensar los conceptos de Autonomía y formación, como los grandes retos pedagógico, didácticos,
epistémicos y filosóficos que debemos enfrentar. Es así, como este escrito aborda algunas
puntadas para poner en discusión y diálogo, los pilares que fundan la modalidad distancia.

Se hace necesario retomar el concepto de Autonomía, desde la mirada kantiana de la ilustración


(1783). “¡Sapere aude! ¡Ten valentía de servirte de tu propio entendimiento! (párrafo 1).
Conquistar el valor para pensar por sí mismos, será la consigna y la invitación moderna para
desplegar la búsqueda de la autonomía, como un asunto relacionado con la formación. Como
asunto de la formación, la autonomía ingresa a las búsquedas filosóficas de la educación misma y
será el mismo Kant quien enuncie que “tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser
hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él”. Esta acción educativa, es ante
todo una acción social, que se orienta hacia el bien universal de la conquista de la autonomía,
desde los procesos formativos propios de la educación.

Desde esta mirada moderna, la autonomía se convierte en pilar de un nuevo modelo de formación
universitaria, que descentra el campus y derriba las fronteras de la presencialidad; para dar paso a
nuevas prácticas de enseñanza universitarias tejidas desde espacios y temporalidades distintas.
Gamboa & Gil (2019), enuncian que “en la educación a distancia, el tutor fomenta el desarrollo del
estudio independiente (García, 2001). Su intervención debe estimular y orientar al alumno,

1
Estudiante de Doctorado de la Universidad Nacional del Rosario –Argentina. Secretaría Académica y Catedrática del
Instituto de Educación a Distancia de la Universidad del Tolima.
facilitando las situaciones de aprendizaje y ayudar a resolver los distintos tipos de dificultades
(Pagano, 2007, p.10). Es decir, el tutor potencia la autonomía en el aprendizaje del estudiante.
(pág. 37).” De esta forma, la autonomía se convierte en el centro de la práctica pedagógica
docente, de la formación universitaria a distancia.

El interrogante que queremos poner en tención es cómo formar en la autonomía, si muchas veces
los tutores no hemos conquistado nuestra propia autonomía. Es necesario girar la mirada, en la
modalidad distancia, hacia los procesos de autonomía del maestro mismo. ¿Cómo enseñar la
autonomía? ¿Cómo formar para y desde la autonomía?

Es aquí donde la autonomía se torna en un reto, en una conquista vital del maestro mismo, que al
tejerse con la formación se transforma en una búsqueda inacaba de profesores y estudiantes. En
este sentido la autonomía se convierte en un asunto de la formación. Para Vásquez (2017):

la formación, tiene más bien un tono de ofrecimiento, de menú servido a la mesa; preferimos
entender la formación como un proyecto personalísimo, intransferible, inalienable, en donde
nosotros como educadores no hacemos más que mostrar nuestra propuesta, nuestras maneras
de hacer o decir, nuestras diferencias. (pág. 33).

Desde una mirada formativa, el papel del maestro en cuanto al despliegue de la autonomía, se
centra en conquistar, al lado de los estudiantes, su propia autonomía. Para Freire (2008) en su libro
Cartas a quien pretende enseñar, narra la autonomía como una cualidad que deviene en capacidad
de toma de decisiones del maestro, en tanto decidir significa romper para optar por nuevos
senderos. Aquí, las acciones mismas del docente se tornan en pretextos vitales para formar, en el
otro, el estudiante, la autonomía.

El reto de la formación a distancia, está en enseñar la autonomía como un gesto de entrega del
maestro mismo. Para Rungue & Garcés (2009) la formación, entendida como bildung, vida, es un
devenir de autorrealización constante, de transformación ontológica del sujeto. El maestro, desde
esta mirada, solo puede enseñar la autoformación, desde el relato vital, desde las epifanías que
marcan la toma de decisiones del maestro y sus conquistas mismas de la autonomía.

La autonomía y la formación, no pueden ser cualidades que el modelo pedagógico exija solo en el
estudiante. Son una responsabilidad que también habitan el ser del maestro. En este sentido los
retos del tutor de la modalidad distancia, están en la propia cotidianidad del aula, en las formas
vitales de ser maestro, y los podemos hacer palpables en los siguientes enunciados:

Reto uno: ser capaz de donar al otro, nuestro propio trayecto formativo, con sus inflexiones y
epifanías. Despojando así, al ejercicio docentes de la rigidez de las grandes autoridades
epistémicas, que parecen desconectar el saber de la vida misma. Develar la vida del maestro como
una cartografía de relieves, que han hecho de la autonomía una conquista. A partir de ello,
nuestros estudiantes podrán comprender que la autonomía no es algo que nos viene dado, que
necesita de esfuerzo, constancia, disciplina y estudio para su conquista y que, aun así, esta
conquista siempre está latente, es inacabada.

Reto dos: asumir la autonomía como una conquista misma del maestro, es reconocer el papel del
estudio en el devenir mismo de ser maestro. Freire (2008), enuncia que el maestro es ante todo un
estudioso y es precisamente este recorrido por los saberes, lo que empodera sus cualidades
autónomas y su toma de decisiones como rupturas que llevan a la transformación tanto del sujeto
como del saber. Es así, como enseñar la autonomía, es compartir con el estudiante nuestras rutas
de estudio, las escrituras que emergen de nuestras búsquedas, los trayectos investigativos que nos
afirman como maestros y las reflexiones que emanan de las experiencias profesionales.

Estos retos, que pueden multiplicarse en muchos más, son solo una invitación a re-pensar las
palabras que siempre enunciamos al momento de hablar del modelo pedagógico del Instituto de
Educación a Distancia: Autonomía y Auto-formación. Cualidades que deben habitar primero en el
maestro, para que desde allí se conviertan en exigencias formativas de nuestros estudiantes.

Referencias:

Freire, Paulo (2008). Cartas a quien pretende enseñar. Madrid: Siglo XXI editores.

Gamboa, Carlos & Gil, Marien (Compiladores) (2019). Herramientas para un modelo. Guía para
interactuar en el modelo de educación a distancia de la Universidad del Tolima. Ibagué: Sello
editorial Universidad del Tolima.

Kant, Emmanuel (1783). Respuesta a la pregunta qué es la ilustración. Tomado de:


http://users.df.uba.ar/solari/Docencia/Complejos/kant1.pdf
Raunge, Andrés & Gárces, Juan (2011). Educabilidad, formación y antropología pedagógica:
repensar la educabilidad a la luz de la tradición pedagógica alemana. En: Guillermo de Ockham
Revista Científica. (9) 2. Pp. 13-25

Vásquez, Fernando (2017). Educar con Maestría. Bogotá: Universidad de la Salle.

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