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CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD

REPÚBLICA DE GUAT EMALA, C.A.


Expediente 377-2022
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APELACIÓN DE SENTENCIA DE AMPARO

EXPEDIENTE 377-2022

CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, siete de julio de dos mil

veintidós.

En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de treinta

y uno de mayo de dos mil veintiuno, dictada por la Sala Mixta de la Corte de

Apelaciones de Izabal, constituida en Tribunal de Amparo, en la acción

constitucional de amparo promovida por Sandra Alari Franco Arriaza de

Hernández contra el Juez “A” del Juzgado Pluripersonal de Primera Instancia de

Trabajo y Previsión Social del departamento de Izabal. La postulante actuó con

el patrocinio de la abogada Maritza Gricel Murcia. Es ponente en el presente

caso la Magistrada Vocal II, Leyla Susana Lemus Arriaga, quien expresa el

parecer de este Tribunal.

ANTECEDENTES

I. EL AMPARO

A) Interposición y autoridad: presentado el diecinueve de enero de dos mil

veintiuno, en la Sala Mixta de la Corte de Apelaciones del departamento de

Izabal. B) Acto reclamado: auto de veintitrés de noviembre de dos mil veinte,

dictado por el Juzgado cuestionado, que declaró sin lugar el recurso de

rectificación interpuesto por la ahora postulante contra del auto de liquidación de

trece de octubre de dos mil veinte, dictado en la secuela del juicio ordinario

laboral que María Elizabeth Melgar Duarte promovió contra la ahora postulante

Sandra Alari Franco Arriaza de Hernández. C) Violaciones que se denuncian:

a sus derechos de defensa, libertad e igualdad, así como a los principios


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jurídicos de legalidad, del debido proceso, jerarquía normativa, supremacía

constitucional, “superlegalidad constitucional”, “razonabilidad” y “control de oficio

constitucional judicial”. D) Hechos que motivan el amparo: de lo expuesto por

la postulante y del estudio de los antecedentes del caso, se resume: D.1)

Producción del acto reclamado: a) una vez agotadas las fases dentro del

proceso ordinario laboral promovido por María Elizabeth Melgar Duarte en su

contra, el Juez “A” del Juzgado Pluripersonal de Primera Instancia de Trabajo y

Previsión Social del departamento de Izabal, declaró con lugar la demanda

presentada por la actora y, como consecuencia, condenó a la demandada al

pago de indemnización, aguinaldo, vacaciones, bonificación anual para

trabajadores del sector privado y público, bonificación incentivo y reajuste

salarial, todas del período comprendido del dos de julio de dos mil diecisiete al

quince de diciembre de dos mil dieciocho, días de asueto laborados

correspondientes a las fechas de uno de mayo, treinta de junio y quince de

septiembre de dos mil dieciocho, así como al pago de daños y perjuicios, y

señaló que el cálculo de la liquidación debía realizarse de conformidad con el

salario mínimo vigente en el año dos mil dieciocho, el cual era de dos mil

setecientos cuarenta y dos quetzales con treinta y siete centavos

(Q2,742.37); b) al encontrarse firme la sentencia respectiva –en la fase

ejecutiva–, el Juzgado citado, por medio de auto de trece de octubre de dos mil

veinte, aprobó el proyecto de liquidación respectivo por el monto de sesenta y

cinco mil ciento setenta y seis quetzales con noventa y cinco centavos

(Q65,176.95); c) inconforme Sandra Alari Franco Arriaza de Hernández con

aquella decisión, interpuso recurso de rectificación argumentando que existía

error de cálculo en cuanto al rubro de daños y perjuicios, ya que de conformidad


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con el artículo 102 literal s) constitucional, la cantidad no puede exceder de “seis

meses”, tomando como base el cincuenta por ciento del salario del trabajador

por ser la norma suprema y no los doce meses establecidos en el artículo 78

literal b) del Código de Trabajo; y, d) el Juzgado cuestionado, al resolver, dictó

auto de veintitrés de noviembre de dos mil veinte –acto reclamado–, por medio

del cual declaró no ha lugar el medio de impugnación aludido y, como

consecuencia, confirmó el auto de liquidación relacionado, en los términos en

que había sido emitido. D.2) Agravios que se reprochan al acto reclamado:

expresa la postulante que la autoridad cuestionada, al proferir el acto objeto de

amparo, le produjo agravio, porque en el proyecto de liquidación, debió calcular

el rubro correspondiente a los daños y perjuicios de conformidad con lo

establecido en la Constitución Política de la República de Guatemala, artículo

101 literal s) [sic], y no de conformidad con el artículo 78 literal b) del Código de

Trabajo, como erróneamente lo hizo. D.3) Pretensión: solicitó que se otorgue el

amparo promovido y, como consecuencia, se deje sin efecto el acto denunciado,

ordenándose a la autoridad cuestionada la emisión de una nueva resolución

ajustada a Derecho. E) Uso de recursos: ninguno. F) Casos de procedencia:

invocó los contenidos en las literales a) y d) del artículo 10 de la Ley de Amparo,

Exhibición Personal y de Constitucionalidad. G) Leyes que se consideran

violadas: citó los artículos 4º, 12, 44, 101, 154, 175, 204 de la Constitución

Política de la República de Guatemala; 9 y 16 de la Ley del Organismo Judicial.

II. TRÁMITE DEL AMPARO

A) Amparo provisional: no se otorgó. B) Terceros interesados: a) María

Elizabeth Melgar Duarte; y, b) Inspección General de Trabajo. C) Antecedentes

remitidos: copia certificada de las partes conducentes del expediente formado


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con ocasión del juicio ordinario laboral 18016-2019-00042 del Juez “A” del

Juzgado Pluripersonal de Primera Instancia de Trabajo y Previsión Social del

departamento de Izabal. D) Medios de comprobación: se relevó del período

probatorio. E) Sentencia de primer grado: la Sala Mixta de la Corte de

Apelaciones de Izabal, constituida en Tribunal de Amparo, consideró: “…Con el

fin de establecer ciertos hechos inherentes al reclamar el hecho a través de la

presente acción, el Tribunal determina: (…) al analizar el detalle preciso de los

efectos de la protección constitucional que se pretende, este Tribunal de Amparo

deduce que la inconformidad de la amparista, descansa en que en la resolución

objeto de esta acción de amparo, no declaró con lugar el recurso de rectificación

planteado por la demandada ahora amparista, indicando que debió aplicarse el

contenido constitucional y no la ley ordinaria en este caso el Código de Trabajo.

Indica la amparista por medio de su Abogada Directora Maritza Gricel Murcia

que de acuerdo con el artículo 101 inciso s) (sic) la Constitución Política de la

República de Guatemala establece la forma como deben calcularse los daños y

perjuicios y que a dicho artículo se debió regir el Juez de Trabajo cuya

resolución es objeto de la presente acción de amparo, debido a que dicha

aplicación le es más favorable pues establece un máximo de seis meses y no

doce meses como resolvió el juzgador a quo en la resolución que ahora es

objeto de amparo. II) Establece esta Sala que el artículo 101 de la Constitución

Política de la República de Guatemala solo se refiere al derecho al trabajo y no

regula los daños y perjuicios en los que se fundamenta la acción de amparo que

nos ocupa. Sin embargo, consideramos que se equivocó la amparista y es el

siguiente artículo el que hace tal regulación, es decir que tendremos como base

no el artículo 101 sino el artículo 102 de la Constitución Política de la República


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para no violar su derecho de defensa a la amparista. Y es en este artículo 102

de la Constitución que a literal s) regula lo que indica la amparista en su acción,

que para efectos de la resolución de este caso es necesario copiar literalmente

(…) De acuerdo con el considerando cuarto del Código de Trabajo el derecho

del trabajo es un derecho tutelar de los trabajadores, puesto que trata de

compensar la desigualdad económica de éstos, otorgándoles una protección

jurídica preferente. Asimismo debe estarse pendiente de lo que la doctrina va

modificando y de acuerdo con lo anterior es necesario traer a colación lo que la

Corte de Constitucionalidad ha declarado al respecto de este caso: (…) III)

Respecto a los agravios anteriormente señalados por la amparista Sandra Alari

Franco Arriaza de Hernández los cuales son el motivo de análisis y resolución

dentro de la presente acción Constitucional, quienes juzgamos establecemos lo

siguiente: Que no ha habido violación alguna a los principios constitucionales del

debido proceso legal, derecho de defensa, derecho de libertad e igualdad,

principio de legalidad, principio de jerarquía normativa, principio de supremacía

constitucional, principio de Superlegalidad constitucional, principio de

razonabilidad y principio de control de oficio constitucional judicial, como

expresa la amparista, puesto que si fue declarado sin lugar el recurso de

Rectificación, dicha resolución está apegada a derecho, porque derivado de la

jurisprudencia antes referida, al haber sido reformado el artículo 78 del Código

de Trabajo, éste es el aplicable para este caso, derivado que mejora

sustancialmente el derecho del trabajador y de acuerdo con el artículo 106

constitucionales, son irrenunciables los derechos laborales para los trabajadores

y debe aplicarse lo que más les beneficie, en este caso se aplica el artículo 78

del Código de Trabajo, por disposición justamente constitucional, por lo que esta
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institución establece que el juzgador a quo ha resuelto apegado a derecho, por

lo que no es atendible la solicitud a través de la acción de amparo intentado,

debiendo declararse sin lugar la misma, confirmando la sentencia impugnada…”.

Y resolvió: “…I) Se deniega la Acción Constitucional de Amparo promovida por

la señora Sandra Alari Franco Arriaza de Hernández, en contra del señor Juez

‘A’ del Juzgado Pluripersonal de Primera Instancia de Trabajo y Previsión Social

del departamento de Izabal; II) En consecuencia queda firme la resolución de

fecha veintitrés de noviembre de dos mil veinte dictada por el Juez “A” del

Juzgado Pluripersonal de Primera Instancia de Trabajo y Previsión Social del

departamento de Izabal, lo cual constituye el acto reclamado; III) No se condena

en costas al postulante; IV) Se impone la multa de un mil quetzales a la abogada

Maritza Gricel Murcia…”.

III. APELACIÓN

La postulante apeló y manifestó que le causó agravio que se aplicara una

norma laboral y no una norma constitucional en el caso en concreto, en virtud

que no se puede señalar que en el Derecho Laboral se aplica lo que más

favorece al trabajador, ya que los derechos laborales no pueden prevalecer

sobre la Constitución; en ese orden de ideas reiteró que el rubro de daños y

perjuicios debe calcularse conforme la norma constitucional y no el Código de

Trabajo. Solicitó que se tenga por interpuesto y se otorgue el recurso de

apelación planteado.

IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA

A) La postulante reiteró los argumentos vertidos en el escrito inicial de amparo

y al instar el medio de impugnación que se conoce en alzada, puesto que

considera que toda resolución que emitan las autoridades judiciales debe ser
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apegada a la Constitución Política de la República de Guatemala y por ende en

observancia del principio jurídico de supremacía constitucional contenido en el

artículo 204 constitucional. Solicitó que se declare con lugar el recurso de

apelación planteado y, como consecuencia, se revoque el fallo venido en grado,

otorgándose la tutela constitucional pretendida. B) María Elizabeth Melgar

Duarte, tercera interesada, manifestó que, el proyecto de liquidación efectuado

por el Juzgado impugnado se encuentra apegado a Derecho, en virtud que el

pago de daños y perjuicios constituye un derecho de los trabajadores cuando el

patrono no logra probar la justa causa del despido. Añadió que el artículo 102

literal s) constitucional no es el que corresponde aplicar, en virtud que, el artículo

106 de la Constitución Política de la República de Guatemala, establece la forma

en que pueden ser superados los derechos sociales mínimos, y siendo que el

artículo 78 del Código de Trabajo, preceptúa que en concepto de aquellos

rubros deberá pagarse hasta un máximo de doce meses, es la norma pertinente

que resulta aplicable al caso en concreto, por superar lo que establece la

Constitución. Solicitó que se declare sin lugar el recurso de apelación planteado

y, como consecuencia, se confirme la sentencia recurrida. C) El Ministerio

Público indicó que comparte el criterio sustentado por el a quo en la sentencia

impugnada, debido a que el juez practicó la liquidación con base en el salario

devengando por la actora durante el último año, tomando en cuenta hasta un

máximo de doce meses, tal como lo refiere el artículo 78 literal b) del Código de

Trabajo y utilizando las fórmulas adecuadas para el efecto y, con base en ello,

concluyó que no existía error de cálculo, por lo que. no se advierte que se hayan

configurado las violaciones denunciadas por la amparista que ameriten ser

reparadas por esta vía. Solicitó que se declare sin lugar el recurso de apelación
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y, como consecuencia, se confirme la sentencia venida en grado.

CONSIDERANDO

--- I ---

No provoca agravio reparable por vía del amparo, la decisión del Juzgado

de Trabajo cuestionado que, en el uso de la facultad que le confiere el artículo

426 del Código de Trabajo, no acoge el recurso de rectificación interpuesto

contra el auto de liquidación, al haber establecido que la condena de daños y

perjuicios debía regirse por el parámetro contenido en el artículo 78 literal b) del

Código referido (hasta un máximo de doce meses), y no el previsto en el artículo

102 literal s) constitucional, postura por parte de aquella autoridad que es

congruente con la línea jurisprudencial que al respecto ha sostenido el Tribunal,

relativa a que es factible aplicar el artículo 78 ibidem por contener un enunciado

que superó lo regulado en el artículo 102 precitado, lo que es viable de

conformidad con el artículo 106 de la propia Norma Fundamental, por ser más

favorable para los trabajadores.

--- II ---

Sandra Alari Franco Arriaza de Hernández acude en amparo contra el

Juez “A” del Juzgado Pluripersonal de Primera Instancia de Trabajo y Previsión

Social del departamento de Izabal, señalando como lesivo el auto de veintitrés

de noviembre de dos mil veinte, que declaró sin lugar el recurso de rectificación

interpuesto en contra del auto de liquidación de trece de octubre de dos mil

veinte, dictado en la secuela del juicio ordinario laboral que María Elizabeth

Melgar Duarte promovió en su contra.

Denuncia la amparista que, con la emisión del acto reclamado, la

autoridad reprochada trasgredió los derechos y principios jurídicos, por los


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motivos reseñados en el apartado de antecedentes del presente fallo.

El a quo denegó la tutela constitucional pretendida, tras considerar que la

autoridad denunciada, al declarar sin lugar el recurso de rectificación planteado

lo hizo con base en la jurisprudencia correspondiente, puesto que al haber sido

reformado el artículo 78 del Código de Trabajo, este es el aplicable al caso

concreto, derivado de que mejora sustancialmente el derecho del trabajador y de

conformidad con el artículo 106 constitucional son irrenunciables los derechos

laborales para los trabajadores, por lo que, debe aplicarse la disposición que

más les beneficie, en este caso, el artículo 78 del Código de Trabajo, por

disposición justamente constitucional, habiendo concluido que la autoridad

cuestionada resolvió apegado a Derecho.

--- III ---

Previo a emitir el pronunciamiento respectivo, se estima pertinente acotar

que el agravio toral que la postulante resiente en el estamento constitucional se

contrae a que el rubro de daños y perjuicios se debió calcular de conformidad

con lo que establece la Constitución Política de la República de Guatemala en

su artículo 101 literal s) [sic], y no de conformidad con el artículo 78 literal b) del

Código de Trabajo, como erróneamente lo hizo el Juzgado reprochado.

Esta Corte, como punto de partida, establece que el artículo constitucional

–101 literal s)– en el cual la postulante basa su reclamo, no existe en la

Constitución Política de la República de Guatemala vigente, pero con el fin de

garantizar sus derechos y en función del principio pro actione y de un análisis

integral de su escrito, se advierte que aquella sustentó su petición en el artículo

102 literal s) de la Constitución Política de la República de Guatemala, el cual

establece: “Son derechos sociales mínimos que fundamentan la legislación del


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trabajo, y la actividad de los tribunales y autoridades: (…) s) si el empleador no

probare la justa causa del despido, debe pagar al trabajador a título de daños y

perjuicios un mes de salario si el juicio se ventila en una instancia, dos meses de

salario en caso de apelación de la sentencia, y si el proceso durare en su trámite

más de dos meses, deberá pagar el cincuenta por ciento del salario del

trabajador, por cada mes que excediere el trámite de ese plazo, hasta un

máximo, en este caso, de seis meses”.

De la lectura de las constancias procesales, este Tribunal estima

pertinente hacer la relación de hechos siguiente: a) una vez agotadas las fases

dentro del proceso ordinario laboral promovido por María Elizabeth Melgar

Duarte contra Sandra Alari Franco Arriaza de Hernández, el Juez “A” del

Juzgado Pluripersonal de Primera Instancia de Trabajo y Previsión Social del

departamento de Izabal, declaró con lugar la demanda presentada por la actora

y, como consecuencia, condenó a la demandada al pago de indemnización,

aguinaldo, vacaciones, bonificación anual para trabajadores del sector privado y

público, bonificación incentivo y reajuste salarial, todos del período comprendido

del dos de julio de dos mil diecisiete al quince de diciembre de dos mil dieciocho,

días de asueto laborados correspondientes a las fechas de uno de mayo, treinta

de junio y quince de septiembre de dos mil dieciocho, así como al pago de

daños y perjuicios, y señaló que el cálculo de la liquidación debía realizarse de

conformidad con el salario mínimo vigente en el año dos mil dieciocho, el cual

era de dos mil setecientos cuarenta y dos quetzales con treinta y siete centavos

(Q2,742.36); b) al encontrarse firme la sentencia respectiva –en la fase

ejecutiva–, el Juzgado citado, por medio de auto de trece de octubre de dos mil

veinte, aprobó el proyecto de liquidación respectivo por el monto de sesenta y


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cinco mil ciento setenta y seis quetzales con noventa y cinco centavos

(Q65,176.95); c) inconforme con aquella decisión, Sandra Alari Franco Arriaza

de Hernández (postulante) interpuso recurso de rectificación, argumentando

que: “…Señor Juez, considero que el error cometido en la Liquidación practicada

dentro del presente proceso, es en lo referente al pago de daños y perjuicios,

toda vez que dicha cantidad no puede exceder de seis meses, tomando como

base el cincuenta por ciento, del salario del trabajador, así lo señala la

Constitución Política de la República de Guatemala y el artículo 78 inciso b) del

Código de Trabajo, señala hasta un máximo de doce meses, no que debe fijarse

doce meses, como se hizo en el presente, es facultad del Juez determinar los

daños y perjuicios, en el presente caso se comete una injusticia hacia mi

persona por las razones expuestas, considerando seis meses de daños y

perjuicios por el cincuenta por ciento del salario de la trabajadora sería la

cantidad de nueve mil doscientos veinticinco quetzales con treinta centavos

(Q.9,225.30), tomando en cuenta que el salario mínimo del año dos mil veinte es

tres mil setenta y cinco quetzales con diez centavos (Q.3,075.10), dividido por

dos para hacer el cincuenta por ciento que serían un mil quinientos treinta y

siete quetzales con setenta y cinco centavos (Q.1,537.75), multiplicado por seis

meses, son nueve mil doscientos veinticinco quetzales con treinta centavos

(Q.9,225.30). En este orden de ideas, la Liquidación deberá quedar de la

manera siguiente…” [lo anterior obra a folios cuarenta y dos (42) al cuarenta y

cuatro (44) del expediente de amparo de primera instancia]; y, d) el Juzgado

reprochado, por medio de la resolución que constituye el acto reclamado,

declaró sin lugar el recurso de rectificación instado y, como consecuencia

confirmó el auto de liquidación, al considerar: “…En cuanto al recurso de


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rectificación, interpuesto por Sandra Alari Franco Arriaza de Hernández, en

contra de la liquidación practicada por este Juzgado, en fecha trece de octubre

de dos mil veinte no ha lugar, en virtud que el cálculo de daños y perjuicios, se

aplica la norma que más favorezca al trabajador, y en el presente caso es la que

establece Código de Trabajo, así mismo el artículo 78 b) indica claramente que

en concepto de daños y perjuicios, salarios dejados de percibir se fijan a partir

de la finalización de la relación laboral, en el presente caso el dos de julio de dos

mil diecinueve, hasta un máximo de doce meses, en otras palabras doce

salarios dejados de percibir, lo cual en el presente caso, se aplica la cantidad

máxima regulada en virtud de sobrepasar el tiempo establecido en dicha norma

…".

Situados lo elementos necesarios para emitir el pronunciamiento

respectivo, esta Corte establece que el Juez objetado –de forma acertada–

indicó que no era factible acoger los argumentos de rectificación expuestos por

la demandada (ahora postulante), puesto que consideró que para el caso

concreto, resultaba aplicable la disposición contenida el artículo 78, literal b), del

Código de Trabajo, para realizar el cálculo en cuanto al rubro de daños y

perjuicios, por ser la que más favorece a la trabajadora, de conformidad con el

principio in dubio pro operario. En ese orden de ideas, se advierte que la postura

asumida por el Juzgado reprochado –en los términos indicados– no provoca

agravio alguno a los derechos de la ahora postulante que amerite reparación en

el estamento constitucional, puesto que la selección que hizo de la norma

ateniente al caso concreto, es congruente con la línea jurisprudencial que esta

Corte ha asentado con relación a los daños y perjuicios en cuanto a que si bien

la Constitución Política de la República de Guatemala regula un límite para el


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pago de esa sanción, los mismos se encuentran regulados y delimitados en los

artículos 102, literal s), constitucional y 78 ibidem, prevaleciendo el parámetro

temporal que establece el artículo 78 citado (hasta un máximo de doce meses),

por superar el enunciado que sobre el particular prevé la Norma Fundamental,

en aplicación del principio in dubio pro operario, en su regla de la norma más

favorable. [Similar criterio ha sostenido esta Corte en las sentencias de cinco de

febrero de dos mil trece, diecinueve de agosto y once de septiembre, ambas de

dos mil diecinueve, dictadas dentro de los expedientes 2531-2012, 1782-2019 y

2750-2019, respectivamente]. De esa cuenta, se advierte que el parámetro de

los doce meses que el Juez tomó para el rubro aludido, se encuentra ajustado a

Derecho, por ende, no causa agravio alguno que deba ser reparado por esta vía.

Con base en lo antes expuesto, se concluye que el hecho de que el

Juzgado cuestionado no haya acogido los argumentos de rectificación que

manifestó la demandada (accionante), al no haber determinado precisamente el

error de cálculo aducido por aquella (basado en la fórmula que propuso para el

efecto y que quedó descrita con antelación) en cuanto al rubro de daños y

perjuicios, actuó haciendo uso de la facultad que le confiere el artículo 426 del

Código de Trabajo, sin provocar agravio de relevancia constitucional que amerite

reparación por vía del amparo, pues su proceder es coherente con la normativa

atinente al caso concreto –artículo 78 literal b) del Código de Trabajo– y con la

doctrina legal acotada, que conduce de forma razonable a sostener que, en

atención a la naturaleza del derecho aludido, su cálculo es hasta un máximo de

doce meses de salario.

Con fundamento en lo antes expuesto, esta Corte considera que el acto

reclamado fue emitido de conformidad con lo establecido en el artículo 426


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antes transcrito, y en observancia del principio jurídico iura novit curia, que

confiere al Juez Natural la facultad de revisar los supuestos errores de cálculo

que deben ser concretamente señalados en el recurso de rectificación

correspondiente, y respecto de los cuales la autoridad denunciada no advirtió la

falencia atribuida por la postulante.

En ese orden de ideas, se estima que el Juez denunciado, al emitir el acto

reprochado, actuó ajustado a Derecho y en plena observancia de las garantías

constitucionales mínimas de los sujetos en el proceso, sin causar agravio a la

amparista, que deba ser reparado en esta vía. [Criterio similar, relativo a que no

ocasiona agravio la decisión de un Juez de Trabajo y Previsión Social que

declara sin lugar un recurso de rectificación, al estimar que no existe error de

cálculo, de conformidad con lo establecido en el artículo 426 ibídem, fue

sostenido por esta Corte en sentencias de quince de julio de dos mil diecinueve

y, veintisiete de abril y cuatro de noviembre, ambas de dos mil veinte, emitidas

en los expedientes 2258-2019, 3001-2019 y 1956-2020, respectivamente.]

Por los motivos expuestos, el amparo promovido es improcedente, por lo

que debe denegarse, y habiendo resuelto en igual sentido el a quo, es

procedente confirmar el fallo venido en grado, por las razones aquí

consideradas.

LEYES APLICABLES

Artículos citados, 265, 268 y 272, literal b), de la Constitución Política de

la República de Guatemala; 8°, 10, 42, 43, 45, 49, 60, 61, 66, 67, 149, 163,

literal c), 179 y 185 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de

Constitucionalidad; 7 Bis del Acuerdo 3-89 y 35, 36 y 46 del Acuerdo 1-2013,

ambos de la Corte de Constitucionalidad.


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POR TANTO

La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes

citadas al resolver, declara: I) Por disposición del artículo 156 de la Ley de

Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad y conforme a lo asentado

en el artículo 1º del Acuerdo 3-2021 de la Corte de Constitucionalidad de

veintiuno de abril de dos mil veintiuno, integra el Tribunal el Magistrado José

Francisco De Mata Vela. Asimismo, por la ausencia temporal de la Magistrada

Leyla Susana Lemus Arriaga, se integra esta Corte con el Magistrado Juan José

Samayoa Villatoro, para conocer y resolver el presente asunto. II) Sin lugar el

recurso de apelación promovido por Sandra Alari Franco Arriaza de Hernández

–postulante–, como consecuencia, se confirma la sentencia apelada. III)

Notifíquese.

DINA JOSEFINA OCHOA ESCRIBÁ


PRESIDENTA

NESTER MAURICIO VÁSQUEZ PIMENTEL ROBERTO MOLINA BARRETO


MAGISTRADO MAGISTRADO

JOSÉ FRANCISCO DE MATA VELA JUAN JOSÉ SAMAYOA VILLATORO


MAGISTRADO MAGISTRADO

ANA GERALDINE CARIÑÉS GONZÁLEZ


SECRETARIA GENERAL

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