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MORFOFISIOLOGIA HUMANA IV

“SISTEMA DIGESTIVO”

GLÁNDULAS ANEXAS
ORIGEN DEL HÍGADO

En la formación del hígado participan el divertículo hepático, que se


forma como una evaginación de la porción distal del intestino anterior y el
septum transversum, placa de tejido mesodérmico situada entre la cavidad
pericárdica y la futura cavidad abdominal.

Las células del divertículo hepático proliferan intensamente y se


introducen en el mesénquima del septum transversum formando los cordones
hepáticos, los que interceptan a las venas onfalomesentéricas y umbilicales y
forman los sinusoides hepáticos.

HÍGADO Y VÍAS BILIARES

En la medida que los cordones hepáticos crecen y se introducen en el


septum transversum, la comunicación del divertículo hepático con el intestino
anterior se adelgaza formando el conducto colédoco, en el que aparece una
evaginación que forma la vesícula biliar. Los cambios de posición que
experimenta el duodeno provocan que la desembocadura del colédoco, situada
inicialmente en su cara anterior, pase finalmente a una posición medial.

Los derivados definitivos del divertículo hepático son los hepatocitos


cuyo origen es endodérmico, los mismos forman los cordones hepáticos;
mientras que las células hematopoyéticas, las células de Kupffer y el tejido
conectivo del hígado derivan del mesénquima del septum transversum.

En la décima semana del desarrollo, el hígado representa


aproximadamente un 10% del peso corporal, lo que se debe fundamentalmente
a su función hematopoyética; la cual disminuye gradualmente en los dos
últimos meses de vida intrauterina, la que es asumida por la médula ósea.

SITUACIÓN ANATÓMICA DEL HÍGADO

El hígado es una glándula mixta anexa al tubo digestivo, de gran


volumen y con un peso promedio en el adulto de 1.5 kg. Es un órgano
intraperitoneal y supramesocólico que ocupa casi completamente el
hipocondrio derecho por debajo de la cúpula diafragmática y está protegido por
los arcos costales de ese lado a partir de la quinta costilla; con una
prolongación hacia el epigastrio y el hipocondrio izquierdo.

En el hígado se describen dos caras: diafragmática e inferior o visceral,


separadas por el borde inferior agudo.
CARA DIAFRAGMÁTICA

La cara diafragmática del hígado es extensa y convexa, con una


superficie anterior, una lateral y otra posterosuperior. Se relaciona ampliamente
con el diafragma, la pleura y la base del pulmón derecho, con las costillas y
cartílagos costales de ese mismo lado.

En ella se destaca la línea de fijación de los ligamentos falciforme y


coronario, sitios donde el peritoneo visceral que reviste al órgano se refleja
hacia la pared anterior del abdomen en el primer caso, y hacia la cara inferior
del diafragma en el segundo. El ligamento falciforme separa por esta cara los
lóbulos derecho e izquierdo del órgano.

CARA INFERIOR O VISCERAL

La cara inferior, a diferencia de la diafragmática, presenta elevaciones y


depresiones ocasionadas por su relación con órganos vecinos; y surcos
debidos a la localización de vasos sanguíneos y la vesícula biliar. Es
característica en esta cara la presencia de dos surcos longitudinales en sentido
anteroposterior, comunicados entre sí por un surco transversal, formándose en
conjunto una letra H mayúscula.

El surco longitudinal izquierdo está ocupado en su parte anterior por los


restos fibrosos de la vena umbilical, el ligamento redondo, y su parte posterior
por los restos fibrosos del conducto venoso

El surco longitudinal derecho está interrumpido en su parte media por un


puente de tejido hepático. Su parte anterior se denomina fosa de la vesícula
biliar o cística, ocupada por esta estructura, y su parte posterior se denomina
surco de la vena cava inferior.

El surco transversal es profundo y se extiende de la fosa de la vesícula


biliar al surco longitudinal izquierdo, se denomina puerta o hilio y sirve de paso
a los elementos del pedículo hepático.

Este último está formado por la arteria hepática propia, la vena porta, el
conducto hepático, los nervios y los vasos linfáticos.

LÓBULOS DEL HÍGADO

La presencia de estos surcos en la cara inferior delimita cuatro lóbulos


hepáticos:

El lóbulo izquierdo, situado a la izquierda del surco longitudinal de ese


lado.

El lóbulo derecho, a la derecha del surco longitudinal de ese lado.


El lóbulo cuadrado, entre ambos surcos longitudinales por delante del
surco transverso, y lóbulo caudado, entre ambos surcos longitudinales por
detrás del surco transverso.

Esta lobulación es clásica en las descripciones anatómicas del órgano,


pero es sólo externa porque los patrones vasculares intrahepáticos se
corresponden con la existencia de dos grandes lóbulos: derecho e izquierdo.

RELACIONES PERITONEALES

El hígado es un órgano intraperitoneal, como se señaló anteriormente,


pero con una pequeña superficie desprovista de peritoneo que coincide con el
contorno del ligamento coronario; esta superficie contacta directamente con el
diafragma.

RELACIONES TOPOGRÁFICAS DEL HÍGADO

Observen en esta imagen las relaciones del hígado con el estómago y el


esófago; así como con el riñón, la glándula suprarrenal y la flexura cólica del
lado derecho. Deberán precisar a través del estudio independiente las
características de las relaciones topográficas del hígado por su cara inferior, lo
cual les permitirá comprender mejor la presencia de las impresiones y
elevaciones.

Como órgano macizo, el hígado presenta estroma y parénquima; el estroma


está constituido por: cápsula, tabiques y armazón reticular.

La cápsula es de tejido conectivo fibroso denso, denominada cápsula de Gliss

Los tabiques de tejido conectivo parten de la cápsula, dividiendo al órgano en


lóbulos y lobulillos. En su espesor viajan vasos sanguíneos, linfáticos y
conductillos biliares. Es necesario aclarar que en el humano los lobulillos no
están bien definidos como ocurre en otros mamíferos.

La armazón reticular, está constituida por una trama fina de fibras reticulares en
relación con los sinusoides.

El parénquima lo forman diferentes tipos celulares, entre los que predominan


los hepatocitos, además de las sinusoides y los canalículos biliares.

HEPATOCITOS

Los hepatocitos generalmente son células poliédricas, con citoplasma acidófilo


por la abundancia de mitocondrias y de retículo endoplásmico liso; el aparato
de Golgi es muy desarrollado.

Estas células presentan seis o más caras, dos de ellas están en contacto con
los sinusoides a través del espacio de Disse, donde se encuentran las células
de Kupffer, con funciones importantes de defensa; en estas caras, también
denominadas absortivas, la membrana plasmática presenta microvellosidad.

Las caras contiguas de los hepatocitos que delimitan el canalículo biliar,


estructura que no posee pared propia, reciben el nombre de caras secretor

Las caras restantes donde la membrana plasmática muestra gran desarrollo de


los medios de unión reciben el nombre de caras de fijación.

En un corte de hígado pueden apreciar los hepatocitos dispuestos en cordones


y entre ellos las sinusoides; fíjense en su forma poliédrica, y en las
características tintoriales del citoplasma y de los núcleos. Estas células poseen
una gran capacidad de división por mitosis, lo que le confiere al hígado poder
regenerativo.

Los hepatocitos se organizan dando lugar a estructuras denominadas lobulillos


hepáticos clásicos, considerados como la unidad estructural del hígado.

LOBULILLO HEPÁTICO CLÁSICOS

Los lobulillos hepáticos clásicos tienen forma hexagonal, en su


centro se encuentra la

vena centrolobulillar y en sus ángulos existen áreas ricas en tejido


conectivo

denominadas áreas portales o espacios porta, en los que se


encuentran una rama de la

arteria hepática, una rama de la vena porta y el conducto biliar


formando las tríadas

portales. En la imagen pueden apreciar estas estructuras.

Observen como los sinusoides se disponen entre las hileras de


hepatocitos, y

desembocan en la vena central o centrolobulillar.

ÁREA PORTAL

En esta microfotografía óptica a mayor aumento, pueden observar


un área portal, en

la que se distinguen el conducto biliar, la rama de la arteria hepática


y la rama de la
vena porta.

ORGANIZACIÓN MORFOFUNCIONAL DEL PARÉNQUIMA


HEPÁTICO

Para comprender el funcionamiento del hígado es necesario


conocer tres conceptos

básicos de lobulillos hepáticos, los que se representan en este


esquema.

Como ya hemos expresado el lobulillo hepático clásico es la unidad


estructural del

hígado y tiene forma hexagonal. El conocimiento de sus


características morfológicas

permite comprender el recorrido de la sangre y la bilis en el hígado,


como veremos

más adelante.

El lobulillo portal, se define como una región triangular delimitada


por tres líneas

imaginarias trazadas entre tres venas centrales y cuyo centro es un


área portal, lo que

determina que en el centro del lobulillo se encuentre el conductillo


biliar. De esta

forma este lobulillo tiene la organización clásica de toda glándula


exocrina con las

células secretoras dispuestas alrededor de un conducto, por lo que


se considera la

unidad exocrina del hígado.

Por tanto podemos decir que el lobulillo portal está formado por
todos los hepatocitos

que descargan su bilis hacia el mismo conducto biliar interlobulillar.


El acino hepático o lobulillo de Rappaport, tiene forma de rombo, en
dos de cuyos

vértices opuestos se localizan venas centrales y en los otros dos se


localizan

generalmente espacios porta aunque a veces existe un espacio


ciego.

LOBULILLO HEPÁTICO CLÁSICO Y ACINO HEPÁTICO

El acino hepático es considerado la unidad funcional microscópica


del hígado ya que su

estructura responde a la dinámica microcirculatoria del órgano.

De los espacios porta salen un conjunto de vasos perilobulillares


por los que circula

sangre proveniente de la vena porta y de la arteria hepática que se


mezclan a través de

una anastomosis senocapilar; garantizando así una irrigación


uniforme desde toda la

periferia del lobulillo hepático clásico hacia la vena central.

De esta forma se crean tres zonas metabólicas importantes


llamadas por Rappaport:

ZONA I que se corresponde con la periferia del lobulillo hepático


clásico, la ZONA III,

más cercana a la vena central y se corresponde con el centro del


lobulillo hepático

clásico y la ZONA II con una posición intermedia entre la I y la III y


sin límites definidos.

En su estudio independiente interpreten el hecho de que los


hepatocitos localizados

en la zona I son las primeras células en regenerarse y las últimas


en morir después de
un daño circulatorio del órgano, y los localizados en la zona 3 son
los primeros en sufrir

necrosis en las mismas condiciones.

VASOS INTRAHEPÁTICOS.

En esta esquematización de los vasos sanguíneos intrahepáticos se


puede observar

la entrada por el hilio de la vena porta y la arteria hepática propia,


así como la

disposición de sus ramos más finos por la periferia de los lobulillos


hepáticos en el

espesor de los tabiques de tejido conectivo.

Las venas hepáticas, formadas por la confluencia de vasos más


finos a partir de las

venas centrolobulillares, drenan en la vena cava inferior.

Los conductos biliares que acompañan a las ramificaciones


vasculares son los primeros

eslabones de las vías biliares, a cuyas características


morfofuncionales nos referiremos

posteriormente.

CIRCULACIÓN SANGUÍNEA Y BILIS

En este esquema que representa parte de un lobulillo hepático


clásico, se muestra el

recorrido de la sangre y la bilis en el hígado. Observen que la


sangre representada con

flechas rojas, va por los sinusoides desde la periferia al centro del


lobulillo hasta la

vena centrolobulillar; mientras que la bilis representada con flechas


verdes lo hace en
sentido opuesto, desde el centro del lobulillo a través de los
canalículos hasta los

conductos biliares localizados en los espacios porta

FUNCIONES DEL HÍGADO.

• Producción de bilis

• Síntesis de proteínas plasmáticas, apoproteínas y factores de la


coagulación.

• Metabolismo de lípidos, glúcidos y proteínas.

• Destoxificación de la sangre.

• Síntesis de urea, ácido úrico y creatinina.

• Hemocateresis

• Hemopoyesis embrionaria y post embrionaria en condiciones


especiales.

VÍAS BILIARES INTRAHEPÁTICAS

Canalículos biliares

Colangiol

Conductos de Herrio

Conductos interlobulillar

Conductos hepáticos derecho e izquierdo.

La bilis elaborada por los hepatocitos es vertida hacia los


canalículos, los que cerca del

espacio porta se reúnen y forman colangiolos y conductos de


Herring, estos conducen

la bilis hasta los conductos biliares interlobulillares que forman parte


de la tríada y se

reúnen para formar los conductos hepáticos derecho e izquierdo.

VÍAS BILIARES EXTRAHEPÁTICAS


Los conductos hepáticos derecho e izquierdo al atravesar el hilio del
órgano se unen y

forman un conducto hepático común más grueso, ya con una


trayectoria

extrahepática, que se sitúa por delante de la vena porta a la


derecha de la arteria

hepática.

Después de un corto recorrido, al conducto hepático se le une el


conducto cístico,

continuación directa de la vesícula biliar, y se forma entonces el


conducto colédoco.

Este último situado entre las dos hojas del omento menor se dirige
hacia abajo por

detrás de la cabeza del páncreas, se une con el conducto


pancreático principal y

desemboca en la luz de la segunda porción del duodeno a nivel de


la papila duodenal

mayor.

UNIÓN DE LOS CONDUCTOS COLÉDOCO Y PANCREÁTICO


PRINCIPALES.

Observen en esta imagen la unión del conducto colédoco con el


conducto pancreático

principal formando una dilatación, denominada ampolla de Vater,


inmediatamente

antes de desembocar en la segunda porción del duodeno.

SEGUNDA PORCIÓN DEL DUODENO

La mucosa de la segunda porción del duodeno se puede ver con


claridad la papila
duodenal mayor, sitio de desembocadura de los conductos
colédoco y pancreático

principales.

ESFÍNTER DE ODDI

La disposición circular de fibras musculares lisas alrededor del


conducto formando a

ese nivel el esfínter de Oddi.

VESÍCULA BILIAR.

La vesícula biliar es una estructura hueca de 8 a 12 centímetros de


longitud, dilatada

en forma de pera, situada en la fosa del mismo nombre en la cara


inferior del hígado y

cubierta parcialmente por peritoneo. Tiene la función de almacenar


temporalmente la

bilis procedente del hígado y modificar algunas de sus cualidades


físicas y químicas.

Se divide para su estudio en tres porciones: fondo, cuerpo y cuello.

El fondo está orientado hacia abajo y hacia delante y puede


contactar con la pared

abdominal anterior.

El cuello se continúa con el conducto cístico, mencionado


anteriormente.

La coloración y los pliegues de la mucosa de la vesícula y del


conducto cístico.

A este nivel son frecuentes las litiasis como causas de disfunciones


vesiculares y

digestivas, e incluso de cuadros graves que requieren de atención


médica
especializada.

PARED DE LA VESÍCULA BILIAR.

Las vías biliares son estructuras tubulares con un patrón general de


organización de su

pared. Por su mayor significación, nos referiremos a la vesícula


biliar. Esta presenta

tres capas : mucosa, muscular y adventicia o serosa.

La mucosa está revestida por un epitelio simple cilíndrico con


microvellosidades, en

cuya lámina propia en ocasiones se encuentran glándulas mucosas


y tejido linfoide. La

mucosa carece de muscularis mucos

La capa muscular está formada por músculo liso dispuestos en


varios planos y

La capa más externa de la vesícula es una adventicia en la parte


que se adhiere al

hígado y una serosa en el resto de su superficie.

SECRECIÓN BILIAR.

La bilis juega un importante papel en la digestión y absorción de las


grasas y comienza

a producirse durante la vida prenatal.

Cada día el hígado produce entre 600 y 1 000 mL de bilis que se


almacenan y

concentran en la vesícula biliar hasta el momento de su vaciamiento


en el duodeno

para realizar sus funciones.

COMPOSICIÓN DE LA BILIS.

La bilis está compuesta por:


Agua, sales biliares, pigmentos biliares, colesterol, ácidos grasos,
lecitina y electrolitos.

FUNCIONES DE LA BILIS

La función principal de la bilis consiste en facilitar la digestión y


absorción de las grasas.

Esta función será detallada más adelante en el transcurso de la


presente actividad.

Además a través de la bilis se excretan el exceso de colesterol y


productos de desecho

del metabolismo de la hemoglobina, como la bilirrubina, además de


algunos

medicamentos.

REGULACIÓN DE LA SECRECIÓN DE BILIS

La secreción de bilis por el hígado es estimulada por:

La hormona secretina que se produce a nivel del duodeno y


aumenta el contenido de

agua y bicarbonato de la bilis.

El sistema nervioso parasimpático a través del nervio vago.

El aumento del flujo sanguíneo hepático .

Algunas sustancias coleréticas como las sales biliares.

VACIAMIENTO DE LA VESÍCULA

La bilis se produce constantemente en el hígado y se almacena en


la vesícula biliar

hasta el momento de su vaciamiento, cuando por contracción del


músculo liso de sus

paredes pasa al duodeno a través del colédoco previa relajación del


esfínter de Oddi.
Los mecanismos reguladores del vaciamiento de la vesícula biliar
son humorales y

nervios

El más importante es el humoral, por acción de la hormona


colecistocinina secretada

por la mucosa del duodeno en respuesta a la llegada de grasas


desde el estómago. Esta

hormona estimula la contracción de la vesícula y la relajación del


esfínter de Oddi, con

lo que se produce su vaciamiento.

La regulación nerviosa del vaciamiento de la vesícula depende de la


inervación

parasimpática que proporciona el nervio vago.

Finalmente debemos mencionar la existencia de algunas sustancias


que al ser ingeridas

estimulan el vaciamiento de la vesícula y reciben el nombre de


colagogos. Ejemplos de

ellas son las grasas y el chocolate.

Otra glándula anexa al tubo digestivo es el páncreas cuyas


características

morfofuncionales analizaremos a continuación.

PÁNCREAS.

El páncreas se forma por dos evaginaciones que se originan del


intestino anterior, una

en posición ventral y otra dorsal.

Con la rotación hacia la derecha del duodeno, el esbozo


pancreático ventral,
representado en azul, se sitúa en posición posterior con respecto al
duodeno y por

debajo y detrás del esbozo dorsal, representado en marrón. Más


tarde ambos esbozos

y sus conductos se fusionan; del páncreas ventral se forma el


proceso unciforme y la

porción inferior de la cabeza del páncreas, el resto de la glándula


deriva del esbozo

dorsal.

La porción distal del conducto pancreático dorsal se une con el


conducto pancreático

ventral, y forman el conducto pancreático principal. La porción


proximal del conducto

dorsal desaparece o persiste en forma de conducto pancreático


accesorio. En

ocasiones los conductos no se fusionan y persisten en forma de un


doble sistema.

Como ya conocen, los islotes de Langerhans se desarrollan a partir


del tejido

pancreático parenquimatoso en el tercer mes y en el quinto


comienzan a producir

insulina, que tiene una gran importancia durante la vida fetal pues
actúa como

hormona de crecimiento; además secreta glucagón y somatostatina.

MALFORMACIONES DEL PANCREAS

La malformación más frecuente en la formación de este órgano es


el páncreas anular.

En ocasiones el esbozo ventral del páncreas tiene dos


componentes, uno derecho y
otro izquierdo. Durante la rotación, giran en sentidos opuestos: el
derecho hacia atrás

y el izquierdo hacia delante, quedando el duodeno rodeado por un


anillo de tejido

pancreático produciendo una obstrucción que puede ser parcial o


total.

SITUACIÓN Y PORCIONES DEL PÁNCREAS

El páncreas es una glándula mixta, productora de hormonas como


la insulina y el

glucagón que intervienen en el metabolismo, y de enzimas


esenciales para el proceso

digestivo. Está situado profundamente en la cavidad abdominal por


delante de los

grandes vasos y por detrás del peritoneo parietal posterior, es un


órgano

retroperitoneal, con su eje longitudinal orientado transversalmente


de derecha a

izquierda y algo hacia arriba, a la altura de las primeras vértebras


lumbares. Su

extremo derecho está enmarcado por las distintas porciones del


duodeno.

El páncreas se divide para su estudio en tres porciones: cabeza,


cuerpo y cola. Entre la

cabeza y el cuerpo se describe un estrechamiento llamado istmo.

RELACIONES PERITONEAL.

El peritoneo parietal posterior cubre por delante al páncreas excepto


a nivel de la línea

de fijación del mesocolon transverso.

RELACIONES TOPOGRÁFICAS DEL PÁNCREAS


Además de la relaciones topográficas del páncreas con el peritoneo
parietal posterior y

con el marco duodenal, es importante precisar que este órgano


tiene relaciones de

vecindad con otras estructuras.

Por detrás con los grandes vasos abdominales, los vasos


mesentéricos superiores, la

columna vertebral y otros como el riñón izquierdo, la glándula


suprarrenal izquierda y

el colédoco, no observables en esta imagen.

Por delante se relaciona con la cara posterior del estómago a través


de la bolsa

omental.

Su cola se relaciona con el baso.

CONDUCTOS PANCREÁTICOS

El componente exocrino del páncreas vierte sus secreciones a


través de un conducto

pancreático principal y otro accesorio, como se observa en la


imagen. Ambos

conductos desembocan en la luz de la segunda porción del


duodeno en las papilas

duodenales mayor y menor.

El páncreas es un órgano macizo cuyo estroma está constituido por:

Una cápsula delgada de tejido conectivo, cubierta ventralmente por


peritoneo.

Los tabiques que dividen al órgano en lobulillos y un tejido


intersticial rico en fibras

reticular
Por su parte el parénquima está formado por los acinos
pancreáticos, los islotes de

Langerhans ya estudiados, y los conductos excretores.

PÁNCREAS

Los lobulillos pancreáticos separados por tabiques de tejido


conectivo, además se

distinguen las unidades secretoras.

PARÉNQUIMA PANCREÁTICO

El páncreas exocrino es una glándula tubuloacinar compuesta. Las


unidades secretoras

o acinos pancreáticos constituyen la mayor parte del órgano, éstas


son del tipo seroso,

sus células secretan enzimas digestivo.

La secreción endocrina como ya conocen es producida por los


islotes de Langerhans

CONDUCTOS PANCREÁTICOS

El sistema de conductos del páncreas se inicia en los conductos


intercalares que se

localizan dentro del acino y están formados por células


centroacinares; estos

conductos se unen entre si constituyendo los conductos


intralobulillares, los que

convergen y dan lugar a los interlobulares que desembocan en el


conducto principales.

JUGO PANCREÁTICO.

.Agua

.Iones bicarbonato

.Enzimas digestivas
• Amilasa pancreática

• Lipasa pancreática

• Colesterol esterasa

• Fosfolipasa

• Zimógenos o Profermentos.

• Tripsinógenos

• Quimotripsinógenos

• Procarboxipeptidasas.

El producto de secreción del páncreas exocrino es el jugo


pancreático que está

integrado p

Agua, iones bicarbonato, electrolito

y Enzimas digestivas, como la amilasa y la lipasa pancreáticas, la


colesterol esterasa y la

fosfolipasa; además algunas enzimas digestivas en forma de


zimógenos o

profermentos como el tripsinógeno, el quimotripsinógeno y la


procarboxipeptidasa

FUNCIONES DEL JUGO PANCREÁTICO.

• Protege la mucosa intestinal.

• Participa en la digestión de los:

Glúcidos , Lípidos y Proteínas

Las principales funciones del jugo pancreático están determinadas


por sus

componentes.

El agua y los iones bicarbonato tienen la función de proteger la


mucosa intestinal de la
acidez del quimo.

Las enzimas digestivas participan activamente en la digestión de los


principios

inmediatos.

REGULACIÓN DE LA SECRECIÓN PANCREÁTICA.

En la regulación de la secreción pancreática intervienen factores


humorales y nervios

La regulación humoral depende de la acción de las hormonas


secretina y

colecistocinina.

La secretina se produce por la llegada de un quimo ácido a la


primera porción del

duodeno y estimula una secreción pancreática rica en iones


bicarbonato y agua que se

denomina secreción hidrolática.

La colecistocinina es producida por la llegada al duodeno de un


quimo rico en

proteínas, grasas y los productos intermedios de su digestión;


estimula la secreción de

un jugo pancreático rico en enzimas digestivas que se denomina


secreción ecbólica.

Finalmente otro estímulo de la secreción pancreática menos


potente, es la

estimulación parasimpática que se materializa a través del nervio


vago y se traduce en

una secreción con un contenido moderado de enzimas y de escaso


volumen.

FASES DE LA SECRECIÓN PANCREÁTICA.


La secreción pancreática consta de tres fases:

Una fase cefálica, dada por las mismas señales que caracterizan la
fase cefálica de la

secreción gástrica, ya orientada en la actividad anterior. En ella


predomina la

estimulación parasimpática que da lugar a una pobre secreción de


enzimas digestivas y

escaso volumen.

Una fase gástrica, muy similar a la cefálica. Es regida por la


estimulación parasimpática

y en ella continúa una escasa secreción de enzimas.

Finalmente la fase intestinal se produce cuando llega el quimo al


intestino y se

caracteriza por una secreción muy abundante y rica en enzimas que


depende de la

producción de secretina y/o colecistocinina, de acuerdo a las


características del quimo

que llega.

TIPOS DE DIGESTIÓN

La obtención de nutrientes se realiza a través de la alimentación, en


este proceso la

digestión juega un papel fundamental.

El proceso digestivo comprende la digestión mecánica realizada


principalmente por los

dientes, la lengua, y la acción muscular trituradora del estómago


que determina la

destrucción física progresiva del alimento en masa y paralelamente


con ésta la
digestión química.

Esta última presenta características generales independientes del


tipo de alimento

ingerido que son:

• Se realiza por hidrólisis enzimática

• Su velocidad depende del estado de agregación del alimento y del


tiempo de

contacto físico.

• La degradación gradual de las macromoléculas depende de la


distribución de las

enzimas a lo largo del tubo digestivo.

REQUERIMIENTOS DE GLÚCIDOS EN LA DIGESTIÓN.

Los glúcidos aportan el 50% o más de las calorías de la dieta, se


considera necesario

ingerirlos en una cantidad mínima de 5 gramos por cada 100


kilocalorías de la dieta

para impedir alteraciones metabólicas como la cetos

En recomendaciones hechas por expertos de la Organización de las


Naciones Unidas

para la Agricultura y la Alimentación y la Organización Mundial de la


Salud, se orienta

la ingestión mínima de glúcidos del 55 % del total de la energía


ingerida por día, y un

máximo del 75 %, de ellos el 50 % deben ser carbohidratos


complejos.

En cuanto a los glúcidos no digeribles, es decir, las fibras se


recomienda un mínimo de
6 gramos del tipo de la celulosa y hemicelulosa, ya que estas
aumentan el bolo fecal,

disminuyen el tiempo de tránsito intestinal y la presión intracolon,


previniendo la

constipación y el cáncer de colon.

Otros tipos de fibras como las mucilaginosas disminuyen el tiempo


de vaciamiento

gástrico y las solubles en agua contribuyen a disminuir los niveles


séricos de colesterol.

FUENTES DE GLÚCIDOS.

Las fuentes principales de glúcidos en los alimentos son los granos


de cereales, los

tubérculos, las pastas y el arroz.

La sacarosa es el azúcar más abundante en la dieta, y la lactosa o


azúcar de la leche

resulta de especial relevancia en los niños pequeños.

Los vegetales, las semillas, y los granos contienen celulosa y otras


fibras.

Las frutas, los cereales y las legumbres son fuentes de fibras


solubles en agua.

DIGESTIÓN DE LOS CARBOHIDRATOS.

Los carbohidratos de la dieta comienzan su digestión en la boca por


la presencia en la

saliva de la enzima alfa 1-4 amilasa o ptialina, esta tiene poco


efecto a este nivel

debido al corto tiempo de permanencia de los alimentos, sin


embargo continúa su

acción en el estómago hasta que el pH ácido la inhibe.


A nivel de la primera porción del duodeno actúa la amilasa
pancreática, enzima que

hidroliza el enlace alfa 1-4 y convierte a los glúcidos en maltosa y


pequeños polímeros

de glucosa, que son degradados hasta monosacáridos por las


disacaridasas presentes

en las células del epitelio de la mucosa intestinal.

Los carbohidratos se absorben principalmente en forma de


monosacáridos, estos

pasan al medio interno por un mecanismo de transporte activo


secundario.

REQUERIMIENTOS DE LÍPIDOS EN LA DIETA.

En las recomendaciones del comité de expertos de la Organización


de las Naciones

Unidas para la Agricultura y la Alimentación y la Organización


Mundial de la Salud, se

orienta que el total de grasas en la dieta sea entre un 15 y un 30%


del total del aporte

energético diario.

Para las grasas saturadas entre cero y 10 %

En el caso de las poliinsaturadas entre un 3 y un 7 %

El tipo de grasa que se ingiera es de vital importancia para la salud


humana, así se ha

demostrado que las saturadas aumentan los niveles plasmáticos de


colesterol y con

ello el riesgo a padecer enfermedades vasculares; mientras que la


ingestión de ácidos

grasos insaturados de los tipos omega 3 y 6 tienen el efecto


contrario.
DISPONIBILIDAD Y FUENTES DE LOS LÍPIDOS.

Los principales lípidos de la dieta son triacilgliceroles y en menor


cuantía colesterol,

fosfoglicéridos y otros.

La mayoría de los alimentos tanto animales como vegetales


contienen algún tipo de

grasa en cantidad variable.

Los aceites de pescado son ricos en ácidos grasos de la serie


omega 3, mientras que los

aceites vegetales son ricos en ácidos grasos de la serie omega 6,


especialmente el

ácido linoleico.

DIGESTIÓN DE LAS GRASAS

Aunque se describe la presencia de una lipasa que actúa a nivel del


estómago, la

digestión de las grasas tiene lugar esencialmente en el intestino


delgado.

El primer paso de la digestión es la emulsión, estabilizada por las


sales biliares y la

lecitina presentes en la bilis; estas sustancias disgregan las


partículas de grasa y

favorecen la acción de las enzimas: lipasa pancreática,


colesterolesterasa y fosfolipasa

que las convierten en ácidos grasos y monoglicéridos. Se señala


además, la presencia

de una lipasa intestinal en los enterocitos de la mucosa, cuya


función carece de

importancia.
Después de penetrar en la célula epitelial, los ácidos grasos y
monoglicéridos son

captados por el retículo endoplásmico liso donde forman nuevos


triglicéridos que

viajan con los quilomicrones de la linfa para desembocar en el


torrente circulatorio a

través del conducto torácico.

MICE

Las sales biliares son sintetizadas por el hígado en forma de ácidos


biliares, y vertidas

por la bilis hacia el duodeno. Debido a su carácter anfipático son


capaces de formar

micelas, que son partículas coloidales, que presentan su porción


polar orientada hacia

el agua y su porción apolar rodeando las gotas de grasa, lo que les


permite estabilizar

la emulsión formada previamente por acción de los movimientos


peristálticos

intestinal.

Esta propiedad que poseen las sales biliares de estabilizar las


emulsiones se conoce

como acción detergente. Otra función de las micelas es activar la


enzima lipasa.

Durante la absorción estas micelas rodean los productos


hidrofóbicos de la digestión,

lo que les permite atravesar la capa de agua inmóvil que rodea a la


mucosa intestinal e

incorporarse al interior de la misma, donde ocurre posteriormente


una resíntesis de
lípidos complejos, formándose los quilomicrones que se expulsan
por exocitosis hacia

la linfa.

FACTORES QUE INFLUYEN EN LOS REQUERIMIENTOS DE


PROTEÍNAS

Los requerimientos de proteínas del organismo están dados por la


necesidad de los

aminoácidos contenidos en ella.

La ingestión de proteínas es importante tanto desde el punto de


vista cuantitativo

como cualitativo, es decir, el hombre necesita ingerir, diariamente


cantidades mínimas

de proteínas, estas deben contener además, los aminoácidos


esenciales que el

organismo al no sintetizarlos, debe adquirir por la dieta.

Los requerimientos proteínicos dependen de diversos factores como


son:

• La ingestión total de calorías, ya que cuando estas no son


suficientes las proteínas

pueden utilizarse como fuente de energía.

• La edad, en las etapas de crecimiento se requiere de un mayor


aporte de proteínas.

• La actividad física, puede en determinadas circunstancias


aumentar el consumo de

proteínas como es el caso de los atletas.

• El embarazo y la lactancia implican necesidades suplementarias


de proteínas.

• El calor, el cual puede incrementar la pérdida de nitrógeno, sobre


todo en individuos
no aclimatados.

• En determinados estados patológicos que impliquen pérdida de


nitrógeno y por

tanto aumento del consumo de proteínas.

DIGESTIÓN DE LAS PROTEÍNAS.

La digestión de las proteínas comienza en el estómago por acción


de la pepsina,

enzima secretada en forma de profermento que es activado por el


ácido clorhídrico. La

acción de esta enzima sobre las proteínas las convierten en


residuos de 8 a 10

aminoácidos, luego a nivel del duodeno actúan las enzimas


proteolíticas pancreáticas

tripsina, quimotripsina y carboxipeptidasa que las convierten en


polipéptidos y

aminoácidos.

A nivel del borde en cepillo de la mucosa del intestino delgado se


encuentran las

peptidasas que las degradan hasta aminoácidos, forma en que se


absorben las

proteínas por un mecanismo de transporte activo secundar

CONCLUSIONES.

• El hígado es una glándula mixta muy voluminosa, cuyas


características

morfofuncionales explican la significación de este órgano en el


proceso digestivo,

además de su participación en múltiples vías metabólicas.


• Las vías biliares intrahepáticas y extrahepáticas constituyen un
sistema

morfofuncional a través del cual la bilis producida por los


hepatocitos, es transportada

y modificada cualitativamente hasta ser vertida en la luz del


duodeno según las

necesidades del proceso digestión.

• El páncreas es una glándula mixta, cuyas características


morfofuncionales explican la

significación de este órgano en el proceso digestivo mediante la


producción y

secreción del jugo pancreático; además de su participación en la


secreción hormonas.

• Las secreciones biliar y pancreática juegan un importante papel en


la digestión de los

principios inmediatos y son reguladas por mecanismos nerviosos y


humorales.

• La digestión es fundamental para la obtención de los nutrientes de


la dieta,

permitiendo la absorción y asimilación necesarias para el normal


funcionamiento del

organismo.

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