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Primero, el bien común para el caso de Ana Estrada, según Cortina:

Los ciudadanos que componen el pueblo son conscientes de que las discrepancias

son inevitables, que los desacuerdos componen en principio la sustancia de una

sociedad pluralista. Pero saben también que en cuestiones de justicia es

indispensable dialogar y tratar de descubrir acuerdos. (2013, p.155)

Nos enfocaremos en la teoría de mínimos, ya que esta busca tener la libertad de tomar

decisiones respetando la opinión de los demás. En la sociedad peruana, muchas personas

no están de acuerdo con la idea de Ana Estrada de legalizar la eutanasia, puesto que ellos

piensan que es un homicidio. Pero si nos ponemos a pensar, Ana Estrada padece de una

enfermedad degenerativa, actualmente ella no cuenta con la facultad de poder movilizarse

y realizar sus actividades básicas por sí misma. De este modo, al aceptarse la petición,

asumiría una responsabilidad moral. Ana tomo esta decisión a conciencia, así que, una vez

aplicada la eutanasia, ya no hay vuelta atrás. Por otro lado, según Giusti:

La ética se refiere a esta experiencia de la mesura en la convivencia humana, y a la

conciencia de los límites que no debieran sobrepasarse para poder hacerla posible.

Naturalmente, no siempre se ha trazado el límite en el mismo lugar ni la conciencia

se ha mantenido invariante en la historia. […] que se ha ido produciendo una

evolución de nuestra conciencia moral a lo largo del tiempo. (2007, p.14)

La legalización de la eutanasia en el Perú, por muchos años ha sido rechazada. Al aplicarse

aquello, conllevaría a una sentencia de tres años de cárcel. Con el paso de los años ha sido

evaluada su legalización, en el caso de Ana Estrada, busca que este sea legalmente

aceptado porque no quiere morir clandestinamente ni tampoco afectar a otras personas

privándoles de su libertad.
Segundo, el derecho a la muerta digna, ese tema tan controversial que, en nuestro punto de

vista, no debería de serlo por nuestro derecho de ser libres en escoger nuestro propio

destino, asumiendo, claro está, la responsabilidad que conlleva las decisiones que

tomamos. Para Cabanellas: “La libertad es la facultad humana de dirigir el pensamiento, la

conducta según los dictados de la propia razón y de la voluntad del individuo. Sin

determinismo superior ni sujeción, influencia del prójimo o del mundo exterior” (2021,

p1).

Los límites de libertad en el Perú llegan a tal punto en que existen varias normas legales

que van en contra de la voluntad de algunas personas, como tal es el caso de Ana Estrada,

que, por su enfermedad, ella exige su derecho a una muerte digna. Para Savater:

Hay cosas que dependen de mi voluntad (y eso es ser libre) pero no todo depende de

mi voluntad […] porque en el mundo hay otras muchas voluntades y otras muchas

necesidades que no controlo a mi gusto. Si no me conozco ni a mí mismo ni al

mundo en que vivo, mi libertad se estrellará una y otra vez contra lo necesario. Pero,

cosa importante, no por ello dejaré de ser libre... aunque me escueza. (1991, p. 11-

18)

Haciendo relación esta cita con el caso presente, esta mujer empezó a batallar para poder

darse la libertad de escoger una muerte digna, en otras palabras, la realización de la

eutanasia.

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