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Determinar las causas de la adicción al trabajo y sus consecuencias en el aspecto familiar, laboral
y social, a través de una investigación en los aspectos mencionados para buscar las posibles
soluciones.
1. Determinar las causas de la adicción al trabajo por parte de los padres de familia
2. Analizar las consecuencias que tiene la adicción al trabajo
3. Presentar las posibles soluciones viables en el tema de la adicción al trabajo
4. Presentar como evitar la adicción al trabajo
OBJETIVOS ESPECIFICOS
La tecnología nos permite estar todo el día conectados con nuestro trabajo. A muchos padres y
madres les gusta más su trabajo que estar en casa, y les resulta más cómodo pasar el día y parte
de la noche en la oficina que atendiendo a los hijos. Y cuando llegan a casa siguen enganchados
con la excusa de que tienen que seguir trabajando. Lo cierto es que la adicción de los padres al
trabajo perjudica gravemente a sus hijos.
Algunas personas centran tanto su vida en el trabajo y le dedican tal cantidad de tiempo que
desatienden otros quehaceres y obligaciones. Se suelen olvidar de que también son padres y
esposos. Llegan a obsesionarse hasta el punto de que sus relaciones sociales desaparecen o las
limitan a personas relacionadas con su entorno laboral.
A primeros de noviembre, en una conferencia que impartí en una importante empresa tecnológica
española uno de sus directivos reconocía, abiertamente, que la adicción al trabajo estaba
promovida desde su propia empresa, porque a ellos les interesaba gente que trabajase mucho, no
gente que fuese feliz.
Sin embargo, ese mismo directivo tuvo que reconocer que había tenido problemas con algunos
trabajadores cualificados con importantes responsabilidades en la empresa, porque había llegado
un momento en el que no daban más de sí. Alguno de ellos, por su adicción al trabajo, había
perdido incluso a su familia, se había divorciado o estaba en proceso de divorcio y ya no era tan
rentable como antes. En realidad esos trabajadores pasados de rosca se pueden llegar a convertir
en un problema para la empresa, que les habrá estado estrujado todo el jugo y ahora ya no
recibirá beneficios de ellos, sino solo problemas.
Lo cierto es que la culpa no era del trabajador sino de la propia empresa que había promovido esa
actitud de trabajar las 24 horas del día, siete días a la semana, y de estar siempre pendiente del
negocio.
La adicción al trabajo suele aparecer a partir de los 30 años en personas con un nivel social y
económico medio o medio alto. A veces se produce para escapar a un vacío existencial, porque no
se encuentra motivación alguna fuera del ámbito laboral. La vida familiar se ve afectada por la
falta de atención y dedicación. Y eso lo sufren sobre todo los hijos, que no entienden que su padre
y/o su madre pasen tanto tiempo fuera de casa y no tenga ganas de hacer nada al llegar. Sus
pensamientos giran siempre en torno al trabajo y no saben disfrutar de las vacaciones ni de los
fines de semana; se agobian cuando tienen tiempo libre y esperan ansiosos su vuelta al trabajo.
En la actualidad es una de las formas de adicción legal sin droga más habituales. Generalmente no
tienen mala imagen porque estamos viviendo en una sociedad en la que priman, por encima de
otras consideraciones de índole moral o personal, valores como la búsqueda de bienes materiales,
el éxito social, la competitividad o la productividad. Y en la empresa se valora, y mucho, la
dedicación al trabajo.
Esta adicción al trabajo tiene sus repercusiones en el ámbito de la salud. Francisco Alonso-
Fernández, presidente de la Sociedad Europea de Psiquiatría Social y profesor de la Universidad
Complutense de Madrid, señala en su libro Las nuevas adicciones que se ha demostrado que
alrededor del 25% de enfermos coronarios de entre 40 y 60 años son adictos al trabajo, con una
entrega desproporcionada e irrefrenable a la actividad laboral a costa de suprimir la vida personal
y familiar y de sacrificar otros aspectos gratificantes de la existencia humana”. Suelen presentar
otros factores de riesgo cardiovascular como hipertensión, alteraciones de los lípidos,
sedentarismo, obesidad y consumo de drogas químicas.
Días atrás, en una charla que impartí en un colegio de Valencia, una mujer preocupada me decía
que su marido se pasa todo el día trabajando y cuanto llega a casa sigue haciéndolo. Dice que no
puede dejar su trabajo ni un minuto porque su labor es imprescindible para la empresa. Es una
situación que se va agravando con el paso de los meses y su matrimonio se estaba resintiendo,
igual que la relación de él con sus hijos. Estaba preocupada, la pobre mujer, por los problemas de
salud que podría tener su esposo en un plazo no lejano.
Lo cierto es que los problemas de salud se van a producir antes o después si no baja el ritmo de
dedicación al trabajo. No se trata de trabajar menos, sino menos tiempo y dedicar una parte de la
vida a la familia y los hijos, que para eso se ha creado un hogar.
Esta adicción se ha llegado a relacionar con una situación que se produce en Japón donde existe
un problema social denominado Karoshi. Se trata de la muerte ocasionada por un exceso de
trabajo. Generalmente las víctimas de este tipo de fallecimientos son hombres: 95 por ciento
frente al cinco por ciento de las mujeres. Ese desenlace fatal suele producirse cuando el afectado
tiene entre 40 y 60 años, a través de una hemorragia cerebral o una enfermedad coronaria como
pueda ser la angina de pecho, infarto de miocardio o muerte súbita. Al final de todo ello la triste
realidad es que sus hijos quedan huérfanos.
Es característico que el padre adicto al trabajo justifica su ausencia del hogar por las
responsabilidades profesionales. Muchas veces, las familias aceptan, también, esta justificación. El
adicto piensa que la familia le exige demasiado y no se da cuenta realmente de cuánto le
necesitan sus hijos, que echan de menos al padre. A veces el origen del problema es la propia
familia, y se utiliza el trabajo para evitar conflictos y no tener que resolver problemas con los hijos
y su educación, o con el cónyuge. Son muy infelices en su vida personal pero no ponen remedio,
porque no saben que son adictos.
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La sociedad suele ver con buenos ojos al profesional dedicado en cuerpo y alma a su trabajo. Se le
considera responsable, serio y confiable. El esfuerzo y la ambición son valores admirados, pero
cuando se sobrepasan ciertos límites aparece la adicción al trabajo. A diferencia de otras
adicciones, esta es la única que recibe elogios sin reparar en el problema que supone para quien la
padece. La adicción al trabajo siempre tiene sus consecuencias, de las que se podrían destacar las
siguientes:
Ansiedad.
Falta de empatía.
Desconfianza.
Autoexigencia elevada.
Actitud egocéntrica.
Leer más en Suite101: Adicción al trabajo o trabajólico: causas y consecuencias | Suite101.net
http://joan-montane-lozoya.suite101.net/adiccion-al-trabajo-o-trabajolico-causas-y-
consecuencias-a26245#ixzz1oMTlV2Xl
Si usted cree que tiene alguna de estas características o conoce alguien cercano, recuerde que
buscando ayuda se puede mejorar la calidad de vida de quien se ha convertido en un esclavo de su
vida laboral.
Adicción al trabajo?
20 agosto 2009
Sección: Sin categoría
Mónica Luján
EN EL AMBITO DE SALUD
“Todo ello puede traer consecuencias en la salud. De hecho los adictos al trabajo por lo general
padecen de enfermedades coronarias, úlceras pépticas, jaquecas, estrés, fatiga, ansiedad crónica,
enfermedades gástricas, cardiovasculares, dolores de cabeza, dolor de cuello, espalda y cintura.
Asimismo, pueden presentar mareos, malestar en las piernas y articulaciones, cansancio visual,
fatiga crónica, irritabilidad, mal humor, agresividad, colitis nerviosa, problemas eruptivos en la piel
y ataque de nervios”, asegura la especialista.
EN EL AMBITO FAMILIAR
Una de las consecuencias más terribles de las personas que sufren esta adicción es el descuido
familiar. Además afecta a su forma de ser. El sujeto no reconoce que tiene una alteración y tiene
una permanente sensación de urgencia en todo lo que hace. Cuando se sufre este problema,
repercute en las relaciones familiares pudiendo llevarlas hasta deteriorarlas y terminando por
aislarse él mismo.
EN EL AMBITO SOCIAL
La pérdida del sentido del humor, el desinterés por las relaciones interpersonales no productivas y
los trastornos del sueño se vuelven parte de la vida de los adictos al trabajo.
Individuales:
Asimismo, las personas que invierten demasiadas horas y energía en el trabajo dejando a un lado
todo lo demás pueden generar un comportamiento obsesivo. Experimentan dificultades para
desconectar con otras actividades placenteras porque dejar tareas pendientes les provoca un
desmesurado sentimiento de culpabilidad. La sensación de descontrol por haber dejado trabajo
pendiente les provoca estrés y sólo sienten alivio si continúan trabajando. Un círculo vicioso que
se asocia a personas con un carácter obsesivo y meticuloso en extremo, que no soportan la
incertidumbre ni el desorden, y que intentan controlar su ansiedad esforzándose más de lo que es
debido
Colectivas:
Por lo general, quien dedica un esfuerzo excesivo a su trabajo tiene competencia y capacidad para
asumir multitud de tareas, lo que es bien valorado por superiores y compañeros. Sin embargo,
corre el riesgo de sobrecargarse de responsabilidades que no le competen. La razón: compañeros
y superiores pueden aprovechar su capacidad para delegar cada vez más trabajo en él, incluso
aquellas tareas que no le corresponden.
Esta situación se produce además de forma natural, sin que nadie muestre mala intención, ya que
en cualquier puesto de trabajo infunde confianza saber que hay alguien que cumple siempre de
forma competente. En estos casos hay que ser prudente antes de acusar a los demás de
aprovecharse de la situación. Quizás es un problema que ha generado de forma involuntaria la
propia persona, que no ha sabido delimitar bien sus tareas y responsabilidades y que, al final, se ve
obligada a cumplir con unas determinadas expectativas de trabajo que ella misma ha generado,
corriendo el riesgo de imponerse unas obligaciones que la mantienen atrapada.
El horario laboral deberá tener en cuenta las horas de descanso y tiempo libre.
Delimitar tareas diarias de forma que se puedan cumplir dentro del horario establecido
para evitar la aparición de estrés.
Aprender a dejar algo de trabajo pendiente y a no realizar todas las tareas con una
perfección que signifique destinar excesivo tiempo a detalles poco importantes.
Aprender a delegar tareas a otros compañeros sin intención de controlar todo el trabajo,
sino sólo supervisarlo.
Reforzar los vínculos personales y familiares para desear disponer de tiempo libre y estar
con las personas importantes del entorno.
Capitulo 1
Marco teorico
Ejemplo
La violencia en Guatemala
Causa de la violencia
Efecto de la violencia
Ámbitos social
Ámbito económico
Ámbito psicológico
Ámbito político
Sectores vulnerables
Es
Capitulo II
Objetivos específicos
Hipótesis
Definición conceptual
Vi=aspecto económico(fuente)
Definicion operacional
Vd=índice de vilencia
Indicadores
Capitulo iii