Perteneciente al grupo de adicciones psicológicas o comportamentales, la adicción
al trabajo, consiste en una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar incesantemente, que afecta a la salud, a la felicidad y a las relaciones de la persona. A continuación comparto con usted mí estimado lector algunos rasgos generales identificables comunes como: La necesidad de reconocimiento social de su trabajo. Son perfeccionistas y con baja autoestima. No les gusta trabajar en equipo, prefieren trabajar solos. Anhelan tener poder aunque su motivación no es sólo esa. La mayoría de los adictos al trabajo son personas con un puesto de responsabilidad y con posibilidades de ascenso. Pero, también los hay que no tienen un cargo de gran nivel ni oportunidades para mejorar o cambiar de situación. En general, podemos decir que utilizan el trabajo como refugio para escapar de otros problemas. Son narcisistas, cuando alcanzan puestos con poder se deshumanizan, no tienen en cuenta los sentimientos de los demás o el compañerismo a la hora de trabajar y esperan que sus subordinados cumplan un horario laboral similar al de ellos. Son muy exigentes con ellos mismos y con los demás. Además de las características anteriores también se pueden identificar conductas más específicas y observables como: Sentir preocupaciones agobiantes durante el fin de semana. Ser incapaz para tomarse vacaciones o descansar. Sentir la imposibilidad de abandonar al final de la jornada un trabajo inacabado. Ponerse nuevos trabajos para realizar en los periodos de descanso. Ser incapaz de rechazar ofertas de trabajo adicional. Experimentar que el tiempo pasa muy rápido cuando se trabaja. Ser exigente y competitivo en cualquier actividad. Mirar impaciente el reloj. Ser acusado por los familiares y amigos de que dedica más tiempo al trabajo que a ellos. Experimentar cansancio e irritabilidad si no se trabaja durante los fines de semana. Quedarse el último en la empresa. No delegar y realizar o supervisar todo personalmente. Limitar las lecturas a temas laborales. Tener problemas para relajarse. Trabajar con tensión. Comunicarse mejor en la empresa que fuera de ella. Distanciarse afectiva y socialmente. Tener sentimiento de culpabilidad. Tener un nivel de ansiedad elevado. Tener necesidad de admiración y obediencia de los demás. Carecer de motivación económica. Ser incapaz para desconectar de su actividad laboral Finalmente la adicción al trabajo genera consecuencias negativas en la vida familiar, ya que conduce al aislamiento, al divorcio y a la destrucción de la convivencia familiar. También pueden desarrollar problemas de salud como enfermedades cardiovasculares, gástricas, hipertensión, musculares y ansiedad. Además pueden consumir sustancias legales o ilegales para aumentar el rendimiento laboral y superar el cansancio y la necesidad de dormir.
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