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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

UNIDAD DE POSGRADO EN CIENCIAS MEDICAS

MAESTRÍA EN SALUD PÚBLICA MENCIÓN:


NUTRICIÓN HUMANA

“ESTRATEGIAS NUTRICIONALES ANTES DEL ESTREÑIMIENTO Y


DESHIDRATACIÓN DE LAS PERSONAS”

AUTORES:

 ACARO QUEREVALÚ, MARINA INES

PROFESOR:

 DRA. LOURDES ARMAS FAVA.

TRUJILLO – PERÚ
2022
I. INTRODUCCIÓN

El estreñimiento es un síntoma gastrointestinal muy común, que afecta principalmente a la


población mayor, disminuyendo su calidad de vida. Entre los factores de riesgo asociados a este
padecimiento están: los inadecuados hábitos alimentarios, como la dieta baja en fibra, bajo
consumo de frutas y verduras, el bajo consumo de líquidos específicamente de agua, y el consumo
de alimentos industrializados. Así mismo, el sedentarismo, el consumo de ciertos fármacos tales
como: narcóticos, algunos antiácidos, antiespasmódicos, antidepresivos, tranquilizantes,
anticonvulsivos, medicamentos para la enfermedad de Parkinson, suplementos nutricionales con
calcio y hierro; y la presencia de enfermedades como diabetes mellitus, hipotiroidismo,
hipercalcemia, neurológicas y siquiátricas, son también factores que llevan a presentar
estreñimiento.

La edad y el sexo también inciden en su prevalencia, siendo mayor en las personas de la tercera
edad y en las mujeres. Además, el estreñimiento altera la calidad de vida de quien lo padece
reflejada en la disminución de la capacidad laboral y ausentismo, entre otros.

Para el tratamiento del estreñimiento dependen de su severidad; en el caso de que el estreñimiento


venga determinado por estilos de vida inadecuados, antes de iniciar cualquier tratamiento
farmacológico, es recomendable adoptar una serie de medidas (no farmacológicas) como la dieta y
actividad física, encaminadas a solucionar el estreñimiento, mejorando la sintomatología, la
consistencia y frecuencia de sus deposiciones.
II. MARCO TEORICO
1. GENERALIDADES DEL ESTREÑIMIENTO
El término “estreñimiento” puede tener diferentes significados y variar entre los
individuos, puesto que depende principalmente de cómo el sujeto percibe su hábito
intestinal. (Enes, 2013). Sin embargo, la comunidad científica lo define como:

Un trastorno del hábito intestinal caracterizado por defecación escasa o incompleta


con heces poco frecuentes, esfuerzo durante la defecación, de consistencia dura o
grumosa, con tiempo de evacuación prolongado, y necesidad de realizar maniobras
para poder evacuar. (Ford et al., 2014).

El diagnóstico clínico de estreñimiento funcional se ha establecido mediante un


panel de expertos, en el contexto de los denominados criterios de Roma III, en
donde debe de 14 incluir dos o más de los siguientes síntomas:
 Realizar esfuerzo o pujo al defecar al menos en 25% de las defecaciones.
 Heces duras o gruesas al menos en 25% de las defecaciones.
 Sensación de evacuación incompleta al menos en 25% de las defecaciones.
 Sensación de obstrucción anorrectal/bloqueo al menos en 25% de las
defecaciones.
 Maniobras manuales que facilitan la defecación.
 Realizar menos de 3 deposiciones a la semana.
 Heces sueltas rara vez.
 El individuo debe presentar síntomas durante más de 3 meses a 6 meses.
 Menos de 3 deposiciones a la semana.
 Más de un episodio de incontinencia fecal.
 Heces voluminosas en recto o palpables en el abdomen.
 Heces voluminosas que obstruyen el inodoro.
 Posturas retentivas y comportamientos de evitación de la defecación.
 Defecación dolorosa.

La escala de Bristol es una gráfica que permite caracterizar la consistencia de las heces
facilitando el diagnostico (ver ilustración 1). (Xin et al., 2014)
Figura N° 1

Escala de heces de Bristol, tomado


de: Lewis SJ y Heaton. Scandinavian
Journal of Gastroenterology1997;
32:920

2. CLASIFICACIÓN DEL ESTREÑIMIENTO


A. Estreñimiento Primario
El tipo primario es causado por problemas intrínsecos de la función del colon o
anorrectal (ver tabla 1), se asocia con cambios a nivel intestinal; adicionalmente
se clasifica en estreñimiento con tránsito colónico normal (TCN), en donde hace
referencia al tiempo que tarda el material intestinal en recorrer el colon
(medido mediante técnicas radiológicas, isotópicas o con cápsula);
estreñimiento con tiempo de tránsito lento (TTL), en donde el tiempo que tarda
el material intestinal en recorrer el colon es más lento de lo normal y
estreñimiento por obstrucción funcional distal caracterizado por una disfunción
anorrectal selectiva que provoca una dificultad para la eyección del bolo fecal
por lo tanto la defecación disinergia u obstructiva hace referencia a la
descoordinación o disfunción de los músculos del suelo pélvico que consiste en
una ausencia de la relajación o incluso contracción paradójica del músculo
puborrectal y del esfínter externo durante la defecación, ello conduce a un
esfuerzo defecatorio desproporcionado. Algunos de los pacientes pueden
presentan ambos trastornos (estreñimiento de tránsito lento y obstrucción
funcional distal). (Serra et al., 2016a) (Ford et al., 2014)
Es aquella situación de estreñimiento en la que el paciente, a diferencia del
apartado anterior, no padece lesiones en colon, enfermedades neurológicas,
musculares o metabólicas, así como la ausencia de consumo de fármacos que
lo puedan producir. La causa de este tipo de estreñimiento es desconocida y es
debido a alteraciones en la función intrínseca de la motilidad colónica. Se define
según unos criterios derivados del Consenso de Roma III:
1. Presencia de dos o más de los siguientes criterios:
- Esfuerzo defecatorio excesivo al menos en el 25% de las deposiciones.
- Heces duras al menos en el 25% de las deposiciones.
- Sensación de evacuación incompleta al menos en el 25% de las
deposiciones.
- Sensación de obstrucción anal al menos en el 25% de las deposiciones.
- Maniobras manuales para facilitar la evacuación en al menos en el 25%
de las deposiciones.
- Menos de tres deposiciones a la semana
2. Es raro la presencia de heces líquidas sin uso de laxantes.
3. Ausencia de criterios para el diagnóstico de Síndrome de Intestino Irritable.

Dentro del Estreñimiento crónico primario podemos distinguir tres grupos:

a. Estreñimiento con tránsito colónico normal: sería aquel en el que el tiempo


que precisa el bolo fecal para recorrer todo el colon está dentro de los
parámetros normales. Los pacientes cumplen los criterios antes expuestos
y suelen presentar hinchazón y distensión abdominal.
b. Estreñimiento con tiempo de transito colónico lento: sería aquel en el que
el bolo fecal presenta un tránsito más lento en recorrer el colon. Los
pacientes suelen presentar deposiciones muy infrecuentes pero no
presentan deseo de realizar la defecación.
c. Estreñimiento por alteración del mecanismo de la defecación: es aquel
debido a una alteración en la coordinación anorectal normal, necesaria para
permitir la defecación. Suelen ser pacientes que precisan realizar un gran
esfuerzo defecatorio e incluso precisan realizar maniobras manuales de
extracción de las heces
TABLA N 01
CLASIFICACION DEL ESTREÑIMIENTO
CAUSAS PRIMARIAS CAUSAS SECUNDARIAS
El tránsito normal Medicamentos
Transito lento Obstrucción (cáncer, estenosis)
Transtorno de la evacuación Metabólico (hipotiroidismo, diabetes)
Neurológicos (parkinson, esclerosis múltiple)
Psiquiatra (depresión Transtorno de la alimentación)
Estrategias nutricionales ante el estreñimiento y la deshidratación en las personas mayores. Nutrición
Hospitalaria: Organo Oficial de La Sociedad Española de Nutrición Parenteral Y Enteral. Tomado de
(Schmulson Wasserman et al., 2008)

B. Estreñimiento Secundario
El estreñimiento tipo secundario, su origen se relaciona con el consumo de
determinados fármacos o con la presencia de enfermedades sistémicas de
naturaleza endocrino metabólica, neurógena o neuromuscular

CAUSAS SECUNDARIAS DEL ESTREÑIMIENTO

MEDICAMENTOS TRASTORNOS METABÓLICOS TRASTORNOS ANORECTALES Y


COLÓNICOS
Analgésicos (opiáceos) Diabetes mellitus Enfermedad hemorroidal
Anticolinérgicos Hipotiroidismo Fisura anal
Antiespasmódicos Hipercalcemia Diverticulitis
Antipsicóticos Hipocalcemia Proctitis posrradiación
Antiparkinsonianos Hipomagnesemia Neoplasias malignas
Antidepresivos tricíclicos Uremia TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS
Anticonvulsivos Porfiria Depresión
Antiácidos que contienen aluminio Intoxicación por metales pesados Trastornos de somatización
Antihipertensivos
Trastornos de la alimentación
- Calcioantagonistas Panhipopituitarismo
(bulimia-anorexia)
- Alfa metildopa
TRASTORNOS DE LA
Suplementos de hierro y calcio ALIMENTACIÓN (BULIMIA- OTRAS
ANOREXIA)
Diuréticos Esclerosis múltiple Miopatías

Lesiones medulares Amiloidosis

Enfermedad de Parkinson Escleroderma

Enfermedad vascular cerebral Trastornos cognitivos

Inmovilidad prolongada
3. FISIOPATOLOGÍA DEL ESTREÑIMIENTO
a. MECANISMOS FISIOLÓGICOS:
El colon es un órgano tubular cuyas funciones principales
son la absorción de agua y electrolitos, así como la
generación, almacenamiento y transporte de heces para
su posterior eliminación controlada. Estas funciones se
realizan de forma predominante según la región
anatómica, dadas las diferencias en cuanto a
vascularización e inervación que presenta el intestino
grueso. Así, el colon derecho (ascendente y transverso)
se encarga de la absorción, secreción y digestión bacteriana, mientras que el colon
izquierdo (descendente y sigma) se encarga del almacenamiento y transporte de las
heces. El recto y ano tienen una función muy concreta de almacenaje e impulsión
fecal, por lo que los trataremos de forma separada.
Desde el punto de vista anatómico, el colon presenta una pared muscular muy
peculiar. El músculo longitudinal presenta tres bandas gruesas denominadas tenias
que son las responsables de la formación de las haustras. Esta disposición hace que
la musculatura circular se contraiga con eficacia propiciando la mezcla y el
transporte fecal y favoreciendo el contacto con la pared colónica.
Para entender la fisiopatología del estreñimiento crónico es necesario conocer
cómo funciona en condiciones normales y saber en qué punto puede fallar el
proceso de transporte y expulsión de las heces.
La motilidad del colon incluye dos tipos de movimientos:
 Movimientos de mezcla o segmentación.
 Movimientos propulsivos.
Los movimientos de mezcla o segmentación son contracciones de baja amplitud
que tienen lugar en distintos segmentos y cuya finalidad es facilitar la digestión
bacteriana y la absorción de agua y electrolitos. Se caracterizan por contracciones y
relajaciones en segmentos contiguos en sentido tanto peristáltico como
antiperistáltico. No son movimientos de avance, sino que enlentecen el tránsito
para que puedan llevarse a cabo esas funciones con tiempo suficiente.
Los movimientos propulsivos tienen por objeto el avance de la materia fecal.
Incluyen las contracciones propagadas de alta amplitud o movimientos en masa.
Estos movimientos aparecen unas diez veces al día y suelen producirse al
despertarse y tras las comidas, así como inmediatamente antes de la defecación. Se
caracterizan por una contracción tanto de la musculatura circular como longitudinal
y una relajación en sentido distal, propiciando el avance. La distensión de las
paredes del colon ascendente desencadena el reflejo peristáltico y da lugar al inicio
del movimiento en masa.
Existen otros reflejos que desencadenan motilidad colónico, como el reflejo
gastrocólico, que se inicia con la distensión gástrica (mecanorreceptores) así como
la presencia de nutrientes en el intestino delgado (quimiorreceptores) y pudiera
estar mediado por la activación de receptores de la serotonina 5-HT
La propulsión colónica ocasiona el llenado de la ampolla rectal, que desencadena el
reflejo de la defecación. En situación de reposo, el canal anal está cerrado por la
contracción del esfínter anal interno y la contracción tónica del esfínter anal externo
y el músculo puborrectal. El llenado del recto implica una distensión de sus paredes,
lo que desencadena una serie de reflejos y percepciones que ponen en marcha la
defecación controlada y consciente. El reflejo recto-anal inhibitorio (RIA) relaja la
musculatura lisa del esfínter anal interno, exponiendo los receptores del canal anal
al contenido fecal. Este reflejo varía en intensidad y duración en función de la
presión que se alcance dentro de la ampolla rectal. Si las condiciones son las
adecuadas, tanto por el contenido expuesto como por el momento en que se
produce, se iniciará el proceso de la defecación relajando voluntariamente la
musculatura estriada, abriendo el
ángulo recto-anal y aumentando la
prensa abdominal. Sin embargo, este
reflejo acaba cediendo por la
acomodación rectal y habrá que
esperar a nuevas contracciones
propulsivas colónicas para volver a
reproducir el deseo defecatorio con
una ampolla previamente llena.
El EC debe considerarse como una enfermedad compleja y multifactorial. Es
importante recordar que el acto de la defecación es complejo, y que involucra
estructuras neuromusculares que deben coordinarse, además de que está
influenciado por el contenido de agua y el volumen de las heces, la ingesta calórica,
la microbiota intestinal y los trastornos psicológicos y conductuales. En la Figura 1
se ilustran los principales mecanismos fisiopatológicos asociados al EC.
b. DISFUNCIÓN MOTORA:
Se han descripto múltiples alteraciones en la motilidad y la capacidad contráctil
del colon, que condicionan un EC por “tránsito lento” que se caracteriza por un
retraso del movimiento del contenido intraluminal a través del colon
ascendente y transverso. En cuanto a la contractilidad colónica, se ha descripto
una disminución en el número de las contracciones colónicas propagadas de
alta amplitud, un aumento no coordinado de la actividad motora del colon
distal, y anomalías en los circuitos peristálticos debido a alteraciones del control
neural parasimpático extrínseco o entérico. Un estudio reciente por Zikos et al.
mostró que en pacientes que reportaban sobreposición de los síntomas de
dispepsia y estreñimiento, los diagnosticados con estreñimiento con transito
lento tenían significativamente más probabilidades de tener también retraso
en el vaciamiento gástrico, en comparación con aquellos con estreñimiento con
tránsito normal.
c. DISFUNCIÓN SENSITIVA:
La hiposensibilidad rectal (HR) se relaciona con una percepción atenuada o
disminuida de la distensión rectal, la cual puede explicarse porque algunos
pacientes no experimentan la sensación del deseo de defecar. Los estudios
observacionales han reportado HR hasta en el 60% de los pacientes con
estreñimiento. La etiología es incierta, pero se han propuesto varios
mecanismos. En algunos pacientes, en los que existe una alteración de la vía
aferente (por ejemplo debido al daño del nervio pélvico o una lesión de la
médula espinal), existe una clara relación causa-efecto con el desarrollo de HR.
Se ha reportado que hasta el 78% de los pacientes con lesión completa de la
médula espinal y disfunción del intestino grueso y el 43% de los individuos con
lesiones incompletas tienen disminución de la sensibilidad rectal.
d. TRASTORNOS DE LA EVACUACIÓN:
La evacuación de las heces requiere de la coordinación entre el esfuerzo y la
relajación de los músculos del piso pélvico y los esfínteres anales (Figura 2). Los
trastornos de la evacuación (TE) constituyen el segundo tipo más común de EC
y es un término utilizado para describir las características clínicas y/o de
laboratorio relacionadas con la incapacidad para expulsar las heces de manera
satisfactoria. Otros términos utilizados para describir estas alteraciones son
“anismo”, “disinergia defecatoria” u “obstrucción defecatoria funcional”. Los
pacientes con TE presentan incapacidad para coordinar los músculos de la
pared abdominal, rectoanal y piso pélvico durante la defecación debido a la
alteración de la fuerza de propulsión rectal (inadecuada propulsión) y/o
abdominal, la alteración en la relajación anal o el aumento de la resistencia de
salida anal debido a la contracción del esfínter anal externo o puborrectal
(defecación disinérgica). Clínicamente, la mayoría de los pacientes con EC se
quejan de síntomas sugestivos de TE, siendo el esfuerzo excesivo el síntoma
más reportado.
Los principales mecanismos fisiopatológicos responsables se consideran
fenómenos obstructivos estructurales, como por ejemplo la intususcepción
rectal de alto grado, el rectocele o el enterocele, que impiden la expulsión de
las heces. Estas alteraciones estructurales se pueden sobreponer con
alteraciones funcionales como la HR, que disminuye el deseo de evacuación, y
fomentan conductas como el pujo excesivo sobre un piso pélvico débil. Además,
se ha descripto que aproximadamente el 7% de los pacientes con TE tendrán
megarrecto relacionado a la disminución o ausencia de la sensación de llenado
rectal.
e. DISBIOSIS:
Al igual que en otros trastornos funcionales digestivos, en los últimos años se
ha observado que existe evidencia que sugiere que la disbiosis puede tener un
papel determinante en algunos pacientes con EC. En general, los estudios en
adultos informan menos diversidad y abundancia de bifidobacterias y
lactobacilos, aunque estos hallazgos no se demuestran de manera consistente
en pacientes pediátricos. También se ha descripto un aumento significativo a
nivel de los Clostridiales (específicamente de C. sporogenes, C. paraputrificum,
C. fallax, y C. Innocuum), así como de Enterobacteriaceae (como Escherichia coli
y Staphylococcus aureus). Además, se han descripto alteraciones en el
metaboloma, en especial, diferencias en los ácidos grasos de cadena corta
(AGCC). Al parecer, un tránisto colónico lento disminuye los AGCC en las heces,
ya que su absorción se incrementa. Una evidencia más es el hecho de que
algunos estudios han demostrado mediante la prueba del aliento un
incremento en la producción de metano en pacientes con EC con tránsito
colónico lento, aunque no se ha demostrado que exista una correlación entre
la producción de metano y la gravedad de los síntomas de estreñimiento.
La mayoría de estos estudios son de casos y controles, por lo que es difícil
establecer si estas diferencias son una causa o simplemente una consecuencia
del estreñimiento.
f. ALTERACIONES DEL TEJIDO CONECTIVO:
Recientemente la asociación entre EC y enfermedades del tejido conectivo ha
llamado mucho la atención, a partir del hecho de que hasta el 50% de los
pacientes con esclerosis sistémica (ES) o síndrome de Ehlers-Danlos (SED)
padecen de estreñimiento. Los síntomas de TE son muy comunes y hay una alta
prevalencia de HR, defecación disinérgica y anomalías morfológicas rectales.
g. OTROS MECANISMOS RELACIONADOS:
Desde la década de 1960 se ha reportado en la literatura que el EC
específicamente con tránsito lento podría producirse como resultado de una
neuropatía entérica, y esto podría ser determinado genéticamente. Esta
hipótesis se basa sobre todo en observaciones clínicas de sintomatología de
inicio temprano y antecedentes familiares positivos. Sin embargo, hoy no existe
evidencia de esta posible asociación.

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4. ESTRATEGIAS NUTRICIONALES ANTE EL ESTREÑIMIENTO Y LA DESHIDRATACIÓN.
a. Necesidades de agua:
De forma general, una persona sana en situación de equilibrio necesita 1 ml de
agua por cada kcal consumida (2.000-3.000 ml/24 h para un adulto). El cuerpo
humano tolera muy mal pequeñas pérdidas de agua que controla mediante
potentes mecanismos reguladores homonales que se activan ante variaciones
en el volumen plasmático (sistema renina-angiotensina-aldosterona) o de
concentración (ADH) y por la activación/ supresión de la sensación de sed en el
hipotálamo. Las pérdidas ordinarias de agua tienen lugar por la orina (1.500
ml/d), heces (200 ml/d) y pérdidas insensibles a través de la piel (600 ml/d) y
del pulmón (300 ml/d)6. La ruptura del equilibrio entre la ingesta de agua y las
pérdidas, que da lugar a un balance negativo de líquido corporal, ocasiona
deshidratación. La puesta en marcha de los mecanismos de termorregulación
mediante el sudor (hasta 4 l/h), así como la salida extraordinaria de líquidos
biológicos son causas frecuentes de deshidratación (tabla IV); aunque,
virtualmente en todos los casos, debe existir una alteración en la percepción de
la sed o en la capacidad de ingerir agua para que la deshidratación se produzca.
b. Deshidratación/Hipernatremia/ Hiperosmolalidad:
En la mayor parte de los casos, la pérdida de agua y de volumen plasmático se
asocia con el síndrome clínico de hipernatremia/hiperosmolalidad en el que las
pérdidas de agua superan a las de sodio. Esta situación es particularmente
frecuente en el paciente de edad avanzada ingresado en el hospital o la
residencia sociosanitaria que presenta disminución de la sed, dificultades para
beber o ambos. A diferencia de la hiponatremia, que puede no estar
acompañada de hipoosmolalidad, la hipernatremia siempre está asociada a un
aumento de la osmolalidad plasmática efectiva y, por tanto, con una
disminución del volumen intracelular. No obstante, el volumen extracelular
puede estar normal, aumentado o disminuido. Ante cualquier hipernatremia en
un paciente de edad avanzada,
hemos de considerar el déficit
de aporte hídrico como primera
probabilidad causal (tabla V).
En raras ocasiones, la
hipernatremia no se acompaña
de disminución de volumen,
sino que se debe a yatrogenia
(infusión intravenosa de salino
hipertónico o bicarbonato).
La alteración en el nivel de conciencia, la disfagia y las pérdidas intestinales
no compensadas son particularmente frecuentes en este grupo de edad. De
especial interés es la disminución en la sensación de sed, mecanismo final
de compensación de cualquier estado de hipernatremia. Si existe
disponibilidad para beber agua y la sensación de sed no está alterada, es
prácticamente imposible que se desarrolle una hipernatremia clínicamente
significativa. Para la evaluación de un paciente con hipernatremia es de
gran utilidad el uso del cálculo del aclaramiento de agua libre de
electrolitos, propuesto por Rosse. Se basa en que, desde el punto de vista
de la eliminación de agua, algunas moléculas, como la urea, que constituye
una parte importante de la osmolalidad urinaria, no son relevantes, al
tratarse de solutos de distribución general intra y extracelular, inadecuadas
para generar gradientes osmóticos (fig. 1).
La idea de que cuando el [Na+ ]+[K+ ] urinario es inferior al [Na+ ] plasmático
nuestra orina está eliminando agua libre y
cuando se elimina más [Na+ ]+[K+ ] en orina
que el [Na+ ] plasmático estamos ahorrando
agua es sencilla y de aplicación inmediata. El
uso de este concepto no necesita de un
entrenamiento especializado y no requiere
determinaciones inusuales, lo que facilita el
seguimiento del tratamiento y no añade
especial trabajo al laboratorio

c. Síntomas de deshidratación
Los primeros signos y síntomas de deshidratación leve en adultos aparecen
cuando el cuerpo ha perdido cerca del 2% de líquido total y pueden estar
ausentes o confundirse en la edad geriátrica como la sed, la anorexia, la
debilidad, el temblor o la piel seca. La presencia de orina concentrada, de
estreñimiento y de hipotensión ortostática con riesgo de caídas deben hacernos
sospechar la presencia de un cuadro inicial de deshidratación. Cuando el cuadro
progresa (> 5% de pérdida total de fluidos) aparece taquicardia, taquipnea,
oliguria, hipertermia, fatiga extrema, cefalea y náuseas y, si el organismo pierde
más del 10% de su líquido corporal total, nos encontramos ante una urgencia
médica por deshidratación severa con disnea, dolor abdominal, vómitos,
disminución del nivel de conciencia, convulsiones y coma. Aunque la
hiperosmolalidad se asocia globalmente a la deshidratación, cualquiera que sea
su origen, la causa más frecuente es la situación hiperosmolar hiperglucémica
no cetósica donde la diuresis osmótica mantenida junto con la disminución de
la sensación de sed en un paciente de edad avanzada tiene, con frecuencia, un
desenlace fatal10. En esta situación, hemos de prestar especialmente atención
al hecho de que la cifra de sodio puede estar falsamente normal o baja. En todos
nuestros
cálculos
utilizaremos
siempre la
cifra de Na+
corregido (fig. 2).
5. TRATAMIENTOS PARA EL ESTREÑIMIENTO
a. Dieta y estilo de vida:
Es necesario ingerir suficiente fibra en la dieta (por lo general de 15 a 20 gramos
diarios) para garantizar un volumen adecuado de las heces. Las verduras, las
frutas y el salvado son fuentes excelentes de fibra. Muchas personas consideran
beneficioso añadir dos o tres cucharaditas de salvado sin refinar en los cereales
con alto contenido de fibra, o comer fruta dos o tres veces al día. Para que esto
resulte eficaz, la fibra debe acompañarse de la ingestión de abundante líquido.
Es necesario introducir cambios en el estilo de vida. Por ejemplo, se debe
intentar evacuar a la misma hora cada día, preferiblemente de 15 a 45 minutos
después del desayuno, porque ingerir alimentos estimula el tránsito en el colon.
Los supositorios de glicerina también pueden favorecer las evacuaciones
intestinales regulares y tranquilas.
b. Los formadores de masa:

Como el salvado y la ispágula (que también se encuentra en la fibra de


muchas verduras), aumentan la masa de las heces y absorben agua. El
incremento de volumen consiguiente estimula las contracciones
naturales del intestino y las heces que contienen más agua son más
blandas y más fáciles de expulsar. Los formadores de masa actúan de
manera lenta y suave, y están entre los métodos más inocuos para
estimular las deposiciones regulares. Estas sustancias se toman al
principio en pequeñas cantidades y se incrementa la dosis de modo
gradual hasta que se consigue la regularidad. Las personas que utilizan
laxantes formadores de masa deben beber siempre abundante cantidad
de líquido. Estos laxantes pueden causar problemas al aumentar los
gases (flatulencia) y la hinchazón abdominal.
c. Papel de la fibra alimentaria y del efecto prebiótico:
Un cambio en los hábitos alimentarios es, con frecuencia, clave a la hora de
enfrentarnos con un tránsito intestinal lento. Los tres factores que atenúan el
reflejo motor colónico como respuesta a la disminución de la distensión
intraluminal son el contenido en fibra alimentaria de la dieta, la hidratación
insuficiente y una proliferación/fermentación bacteriana escasa.
En un metaanálisis reciente, la alimentación rica en fibra es capaz de aumentar
el tamaño del bolo fecal, mejorar la consistencia de las heces y disminuir las
molestias abdominales si aseguramos la hidratación. Así mismo, el uso de
probióticos (lactobacilos, bifidobacterias) habituales en productos lácteos, en
ocasiones complementado con fibra fermentable (fructoligosacáridos —FOS—
, maltodextrina modificada), logra aumentar el tamaño del bolo (30-40% de la
masa fecal son bacterias).
La fibra alimentaria es el principal responsable del residuo fecal. Está formada
por un conjunto heterogéneo de sustancias de origen exclusivamente vegetal
que no son digeribles por el intestino delgado humano y que llegan íntegras al
colon donde ejercen su efecto. Clásicamente podemos clasificar a la fibra
alimentaria en dos grandes grupos, la fibra insoluble (celulosa, hemicelulosa,
lignina) que presenta una viscosidad baja, absorbe agua sin disolverse en ella
con lo que aumenta el volumen de las heces, disminuye su consistencia y el
tiempo de tránsito intestinal y es poco fermentable en el colon; mientras que la
la fibra soluble (pectinas, mucílagos y guar) se disuelve en agua, retrasa el
vaciado gástrico, enlentece el tránsito y es fermentada, casi en su totalidad, por
la flora intestinal con aumento neto de la masa bacteriana en las heces.
La mayoría de los alimentos contienen mezclas de fibra insoluble y soluble. El
contenido medio de fibra soluble en algunos alimentos expresado como
porcentaje del contenido de fibra total es del 38% en frutas, 32% en cereales
integrales, verduras y hortalizas y 25% en leguminosas. La cantidad mayor de
fibra en alimentos de uso común está en el salvado de trigo, seguido de las
legumbres, harinas integrales y, en último lugar, frutas y verduras.
La flora intestinal utiliza cerca del 30% de la energía procedente de la
fermentación de la fibra para sostener su propio crecimiento. El 70% restante
permanece en forma de ácidos grasos de cadena corta (AGCC) y otros productos
(metano, CO2 y H2 ). Los tres AGCC predominantes, acetato, propionato y
butirato, representan el 83% de los AGCC generados y se producen en
proporción 60:20:20. La producción diaria de AGCC en el colon humano es
mayor de 300 mmol/día mientras que la excreción fecal es de unos 10
mmol/día. La mayoría de los AGCC generados mediante fermentación se
absorbe a partir del colon18 y contribuyen al metabolismo energético (3% del
total). El butirato es oxidado de forma preferente por los colonocitos como
fuente de energía y, en condiciones de alimentación rica en fibra, más del 70%
del consumo de O2 de los colonocitos podría atribuirse a la oxidación de
butirato.
Por otra parte, los microorganismos autóctonos tienen la capacidad de evitar la
colonización, el crecimiento excesivo o la translocación de microorganismos
patógenos mediante la producción de compuestos inhibidores (AGCC, H2 S y
bacteriocinas), la reducción del pH y del potencial de oxidorreducción, la
competición por sustratos y el posible efecto beneficioso sobre la inmunidad
(efecto prebiótico).
Otros efectos beneficiosos de la cifra radican en su capacidad (limitada) de
reducir el consumo total de alimentos al incrementar la saciedad, disminuir la
velocidad de absorción de la glucosa, la concentración sanguínea de colesterol
y ofrecer una posible protección contra el cáncer colorrectal. Las
recomendaciones sobre el consumo de fibra varían ligeramente según los
distintos grupos de expertos y, como norma general, podemos aconsejar de 10
a 13 g/1.000 kcal, siendo el 70-75% de fibra insoluble y un 25-30% de fibra
soluble20. En la tabla VII aparece un listado de alimentos comunes ricos en
fibra.
Muchos alimentos procesados contienen fibra en su composición, procedente
de alimentos o añadida en el proceso de fabricación. La legislación europea
especifica el tipo de designaciones comerciales o publicitarias que pueden
aparecer en las etiquetas de estos productos (fig. 4).
Por último, con respecto al consumo de fibra, resaltar que no todos sus efectos
son beneficiosos y que, consumida en cantidades superiores a las
recomendadas, puede ocasionar una disminución en la absorción intestinal de
cationes divalentes (calcio, hierro, zinc), un exceso de meteorismo, distensión
abdominal y diarrea.
 El incrmeneto de la fibra en la dieta debe ser gradual para evitar
flatulencia y molestias abdominales. Se consejan un consumo de25 a
20gr/dia, con una relacion insoluble y soluble de 3/1. El consumo de mas
de 50gr de fibra dietetica no aporta beneficios adiconales y puede
producir intolerancia (sensacion de plenitud, gases. Distension abdominal)
y/o disminucion en la absorcion de ciertos oligoelemntos (calcio, cobre,
hierro, magnesio, selenio y zinc).
 Para aumentar el contenido de fibra en su alimentacion:
o Sustituir los cereales refinados por cereales integrales: pan integral,
arroz integral, centeno, avena, tostadas integrales por lo menos 5
veces al dia.
o Consumir legumbres con mayor frecuencia (al menos 3 veces x
semana): garbanzos, lentejas, alubias secas, habas, arverja, soya (es
aconsejable consumirlas cocidas y con su piel).
o Consumir 5 raciones de frutas y verduras cada dia: kiwi, pera,
manzana, ciruelas, frambesas, moras, pitahaya, etc. De preferencia
consumir crudas y con piel; frutas secas (ciruelas, durazno, pasas,
etec); verduras (alcachofas, acelga, espiaca, esparrago, puerros,
alubias verdes, brocoli, lechuga, champinon).
o No consumir zumos de fruas y verduras, de preferencia consumir
de forma cruda o cocida,
d. Uso de laxantes:
El uso juicioso de fármacos con efecto laxante tiene un papel en el tratamiento
del estreñimiento cuando éste no responde a las medidas higiénico-dietéticas
comentadas anteriormente. El objetivo es aumentar el ritmo intestinal y la
frecuencia de las deposiciones. Existen cuatro grandes grupos farmacológicos
de uso habitual:
 Laxantes con efecto osmótico (sales de magnesio, lactulosa, lactitol,
polietilenglicol): Aumentan el contenido de agua en la luz intestinal con lo
que se consigue una disminución de la consistencia de las heces y un
aumento de su volumen, lo cual estimula la motilidad colónica.
 Estimulantes del peristaltismo (bisacodilo, picosulfato, senósidos, ricino,
cáscara sagrada, áloe, frángula): Alteran la reabsorción de agua y
electrolitos y el peristaltismo por lo que su uso (y abuso) de forma crónica
puede ocasionar alteraciones hidroelectrolíticas serias y perpetuar el
estreñimiento.
 Emolientes o surfactantes (docusato) y lubrificantes (parafina, glicerina):
Permiten la emulsión con partículas de grasa o la revisten, ablandando el
bolo fecal y facilitando la movilidad. Estos fármacos deben usarse sólo
durante períodos breves, y sería aconsejable evitarlos durante el
tratamiento a largo plazo del estreñimiento o cuando exista riesgo de
broncoaspiración.
 Aumentadores del bolo fecal (metilcelulosa, salvado, plantago ovata,
diversas combinaciones de fibra). Son coloides hidrófilos que aumentan el
volumen del bolo fecal y deberían considerarse como un tratamiento a
largo plazo ya que no son apropiados para el alivio rápido del estreñimiento
transitorio.
REERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1. Pascual Moreno I, Herreros Martinez B, Mínguez Pérez M, Benagues Martínez


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digestivo. Elsevier, 2004: 237-245.
2. Kasper D. Equilibrio electrolítico/Ácido-básico. Harrison Manual de Medicina.
McGraw Hill-Interamericana de España SAU, 2005: 4-5.
3. Álvarez J. Diarrea y estreñimiento. Papel de probióticos y prebióticos. In: de
Luis D, Bellido D, García-Luna P, editors. Dietoterapia, Nutrición Clínica y
Metabolismo. Díaz de Santos, 2010: 407-418.
4.

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