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PROGRAMA DE MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA EDUCATIVA

EXPERIENCIA CURRICULAR:

PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO HUMANO

TITULO DEL ENSAYO: LA IMPORTANCIA DE LA TEORÍA COGNITIVA DE


PIAGET EN LA EDUCACIÓN DE LOS ESTUDIANTES DEL COLEGIO ALBERT
EINSTEN DEL DISTRITO DE BREÑA

DOCENTE/TUTOR VIRTUAL:

LOAYZA REYMER, RAÚL AMÉRICO

ALUMNOS:

BRINGAS ÁLVAREZ, ROBERTO DIEGO

GOMERO ORE, KARINA MILAGROS

GUZMÁN RODRIGUEZ, ANA CLAUDIA

MORENO CUTIPA, JUAN LUIS

VELARDE POZO, CARMEN ROSA

VERONA ALVIZURI, CLAUDIA MAGALLI

LIMA 2021
INTRODUCCIÓN

En los tiempos actuales, la teoría Cognitiva cumple un papel importante en el ámbito


educativo, ya que nos da acceso a conocer las capacidades que tienen y pueden desarrollar los
niños según sus edades, lo cual permite a los docentes graduar el proceso de enseñanza
aprendizaje y dosificar con eficacia los contenidos, considerando las características de los
educandos, a fin de formular objetivos adecuados, aplicar estrategias y métodos de enseñanza
pertinentes a la edad o grado de estudio de los estudiantes.

Piaget citado en Coloma y Tafur (2000) Sin duda el aprendizaje es fundamental la


adquisición de algo novedoso (p. 63). Por lo tanto, resulta ser una modificación de lo ya
adquirido. Por lo cual afirmamos que el aprendiz tiene un rol activo y es capaz de percibir
información cuando interactúa con su entorno. Como lo afirma Piaget, la construcción del
conocimiento es un proceso de reestructuración y reconstrucción, en el que todo
conocimiento nuevo se genera a partir de otros previos. (Cantero & et al, 2011, p. 13). Por lo
tanto, se desarrolla el Principio de adaptación, donde el aprendiz asimila y profundiza una
vivencia para luego, ante un hecho desconocido, pueda reconocer e integrar los nuevos
aprendizajes consiguiendo así la acomodación del mismo. Cabe resaltar que en la educación
es indispensable interiorizar que para la enseñanza de un tema debemos tener como punto de
partida los conocimientos previos, las vivencias de los estudiantes, mediante una lluvia de
ideas, debate guiado, organizadores gráficos, etc. que nos permitan saber de dónde partir para
lograr un nuevo conocimiento. Cabe resaltar que cada estudiante posee un ritmo diferente
para asimilar y acomodar un nuevo conocimiento, por lo cual se evidencia la importancia de
conocer sus características para utilizar las estrategias más efectivas.

Según Arias & et al, (2011, como se citó en Arias, P. & et al, 2017) manifiesta que, “El niño
o el aprendiz tienen desde el principio ideas y conceptos, que son también parte de su
conocimiento, y hacen un marco orientador de las acciones. Dicho marco cambia en cada
momento de comprensión” (p. 836). A través de lo analizado y de acuerdo a nuestras
experiencias, podemos reafirmar esta cita, manifestando que los infantes poseen conceptos
propios de los objetos de su entorno, sin embargo, dichos conceptos suelen ser cerrados o
muy limitados. Luego con los conocimientos previos se va ampliando la idea que ya tenían de
los objetos, a través de nuevas formas de asociación lo cual permite tener un significado más
amplio de los mismos.
La manera de comprender el desarrollo de los niños en la actualidad está influenciada por la
teoría de Piaget.

En épocas más antiguas, se pensaba que los niños eran pasivos y moldeables por el ambiente,
no hacían las cosas por sí mismos y seguían las indicaciones de los adultos, sin embargo,
gracias a esta teoría, sabemos que tienen su propia lógica para interpretar el mundo y que se
relacionan con su entorno mientras van evolucionando y madurando.

Piaget define cuatro estadios: sensorio-motriz, preoperacional, operacional concreto y


operacional formal. (Cantero & et al, p. 22)

El autor considera una serie de etapas en cuanto a la evolución del conocimiento y señala que
tienen un orden fijo, pero que cada quien posee un ritmo distinto de aprendizaje Esta
situación se evidencia en los salones de clase, donde los conocimientos impartidos por los
docentes son generales para todos los estudiantes, pero cada niño hará suyo el conocimiento
siguiendo sus propios tiempos y de acuerdo a su maduración.

Actualmente muchos padres envían a sus hijos a estimulación temprana con el fin de
desarrollar al máximo las capacidades psíquicas, motrices, emocionales, lenguaje y sociales
de los menores; sin embargo, es importante tener en cuenta que no es igual estimulación que
“sobreestimulación”. No es adecuado “sobreexigir” al niño, debemos dejar que desempeñe
sus capacidades según la edad que tiene como lo indica Piaget, sin necesidad de adelantar el
curso de su desarrollo.

Es imprescindible que el educador conozca que cada habilidad y capacidad tiene una edad
esperada de desarrollo de acuerdo a la madurez natural y evolutiva de nuestro cuerpo,
considero que, si intentamos que lo aprenda antes, estamos forzándolo a hacer cosas para las
que no está listo.

Como afirma Socas (2014, como se citó en Castorina & et al, 1996) “La influencia de Piaget
en la educación no puede reducirse, principalmente ni a sus escritos específicos sobre
educación ni a sus actividades prácticas; se debe a las implicaciones que tiene su trabajo
psicológico y epistemológico para mejorar y fundamentar la práctica educativa”

El paso de un estadío a otro es gradual y un estadío inferior se integra con el inmediato


superior.
El estadío sensorio motor abarca de los 0 a los 2 años y se caracteriza porque la inteligencia
se basa en los sentidos y en el movimiento del cuerpo. Los infantes aprenden a coordinar las
experiencias sensoriales con la actividad física motora donde el logro más importante es el
concepto de “permanencia del objeto o persona”.

El estadio preoperacional abarca de los 2 a 7 años. En esta etapa los niños adquieren el
lenguaje y pueden manejar el ambiente de manera simbólica, sin embargo, no pueden realizar
las operaciones mentales. Sus nociones son “mágicas” y muy limitadas con respecto a las
causas y los efectos.

El estadío de operaciones concretas abarca de los 7 a los 11 años. En esta etapa el niño piensa
en forma lógica, pero de manera limitada a las cosas que se experimentan. Realiza
operaciones mentales, clasifica las cosas y las jerarquiza. Comprende las relaciones de
inclusión de clases, de seriación y comprenden el principio de conservación.

El estadío de operaciones formales abarca de los 11 a 15 años y en esta etapa los adolescentes
son capaces de explorar todas las soluciones lógicas para un problema, pueden imaginarse
situaciones contrarias a los hechos, son realistas frente al futuro, pueden captar conceptos
abstractos y utilizan el razonamiento inductivo y deductivo.

Para Duran (2009) afirma que “La teoría psicogenética de Jean Piaget no es, propiamente,
una teoría de la educación, pero sí constituye una referencia obligada para los educadores por
cuanto ellos de sobrevienen innumerables aplicaciones para la pedagogía y la didáctica”. (p.
8). De manera que esta teoría orienta a los educadores en los tiempos actuales, a partir de los
más sencillo a lo complejo, puesto que el aprendiz está sujeto a nuevas estructuras
cognoscitivas diaria y constantemente, ya que parte de sus conocimientos previos, y estos al
interrelacionarse con su entorno va adquiriendo y estructurando nuevos conocimientos, que le
ayudaran a madurar psicológicamente en la adquisición de nuevas competencias.

El presente ensayo tiene como objetivo analizar la trascendencia de la aplicación de la teoría


cognitiva en la educación de la institución educativa Albert Einstein ubicada en el distrito de
Breña. Del mismo modo, motivar la toma de conciencia con respecto a la importancia de
mejorar la calidad de la educación, reflexionando sobre el rol del profesor y su nivel de
conocimiento y preparación para lograr los aprendizajes esperados tomando como base la
teoría cognitiva de Piaget.
ANTECEDENTES

Piaget toma como motivación la epistemología, puesto que desde muy joven había leído
diversos textos filosóficos sobre grandes autores como Kant, Durkheim, Bergson, W. james,
ya que todos estos habían puesto la biología como la explicación de todas las cosas y hasta de
la propia mente. Ante ello Piaget toma como partida de dedicar su vida en la investigación y
explicación de la biología del conocimiento. Pero pronto, Piaget sintió insatisfacción ya que
la filosofía era muy especulativa, puesto que solo se basaba en respuestas quiméricas, pero
para Piaget necesitaba más respuestas a través de la investigación y experimentación, es por
ello que cogió la psicología como un instrumento para buscar respuestas, en base a datos
experimentales. Para Piaget sus estudios epistemológicos eran primordiales, sin embargo, la
psicología lo llevó a entender el origen del conocimiento la cual es conocida como
epistemología constructivista. Esta idea para Piaget el conocimiento no solo es heredada ni
está predeterminada por las cosas. Ya que Piaget considera que el aprendiz siempre agrega
conocimientos, puesto que así, él reafirma que los esquemas de conocimiento son
construcciones.

Pese a que el punto central en la Teoría de Piaget ha sido el concepto de construcción, esta
idea ha sido muy a menudo entendida erróneamente. Para Evans (1972, como se citó en
Enesco,1996) hace referencia a lo que menciona Piaget “La idea peor entendida de mi
sistema es la construcción, la idea de que las estructuras son nuevas, no se encuentran ni en el
sujeto ni en el objetivo”. Esto lo lleva a ser descrito como neo conductistas o neo
maduracionista.

Así mismo, la base en la cual se cimienta la Teoría Cognitiva propuesta por Piaget está muy
influenciado por los trabajos ya realizados por Bandura; ya que, según su punto de vista, los
niños tienen dos maneras de aprender a comportarse, ya sea por la observación o por la
instrucción. Menciona que, en el aprendizaje por instrucción, los adultos que están presentes
en su aprendizaje (padres, maestros u otras autoridades) son los encargados de dirigir su
conducta. Por otro lado, al mencionar que el niño aprende por observación, refiere que los
niños perciben la actitud y el comportamiento de los adultos y sus semejantes que los rodean.
Además, menciona que existen 3 etapas en el proceso de instrucción, ensayo y
retroalimentación.
Bandura también postula que la confianza que presente el individuo tenga sobre las propias
habilidades para ejecutar diversas conductas, y tener en cuenta que sean comportamientos
que sean socialmente aceptados. Entonces entendemos que las habilidades no son únicamente
asunto de comportamiento extrínseco, sino también intrínseco.

ESTADIOS

Piaget definió una secuencia de cuatro estadios o grandes periodos por los que, en su opinión,
todos los seres humanos atravesamos en nuestro desarrollo cognitivo. En cada uno de esos
periodos, nuestras operaciones mentales adquieren una estructura diferente que determina
cómo vemos el mundo.

Aquellos factores que intervienen en la progresión de estadios son el crecimiento corporal y


maduración del sistema nervioso y endocrino, y la experiencia adquirida y la interacción con
el medio natural y social.

En efecto, en la etapa sensoriomotor (0 a 2 años), se caracteriza por que está unida al mundo
de las sensaciones y acciones.

En la etapa sensoriomotora, la comprensión del mundo sucede mediante nuestras


interacciones motoras y sensoriales con los objetos. Cuando el bebé es muy pequeño aún no
tiene la conciencia de permanencia de lo observable por sus sentidos (es decir, la conciencia
de que los objetos continúan existiendo, aunque no los podamos ver). Un ejemplo claro, es la
prueba que realizó Piaget donde mostraba a un bebé un juguete llamativo y luego, lo cubría
para ver si éste lo buscaba. Sin embargo, los bebés de menos de 6 meses no lo realizaban
(Myers, 2006, como se citó en Alonso, 2016).

Como lo explica Montessori (1986, como se citó en Estremera, 2016) consideraba esta etapa
de gran importancia por lo que, en su libro “Formación del hombre” dijo:

“Los dos primeros años de vida son los más importantes, porque durante ellos se dan los
desarrollos fundamentales que caracterizan la personalidad humana. En tanto el recién nacido
no tiene nada, ni siquiera el poder de moverse, el niño de dos años habla, corre, comprende,
reconoce las cosas del ambiente.”
Los bebés son dependientes al nacer, sin embargo, a los pocos meses pueden actuar de forma
intencionada, pues logran a comprender que los objetos son diferentes a él y esto se consigue
interactuando con su entorno.

Por dichas razones, Piaget organizó este estadio en 6 subestadios, relacionados en pares,
como lo es la etapa de las reacciones circulares primarias, que está relacionada con las
respuestas del bebé a su cuerpo.

En el primer subestadio se destaca la repetición, generalización y reconocimiento (de 0 a 1


mes), en dicha etapa, están presentes las capacidades para recibir información y transmitirla,
ya que los órganos sensoriales están operativos desde el nacimiento.

Se cuenta con pautas innatas de acción, denominadas reflejos como succionar, agarrar, mirar,
escuchar, etc. que son comportamientos organizados congénitamente los cuales se activan
ante determinados estímulos internos o externos. Se consolidan a partir de la ejercitación.

El ejercicio consiste en la repetición del esquema motor aplicándolo a más objetos o


acontecimientos. Esta realización enriquece el esquema inicial presentándose modificaciones
a los esquemas innatos de comportamiento (acomodación)

Ésta presenta la asimilación al aplicar conductas en un mayor rango de objetos (como la


succión) e incluso una asimilación recognoscitiva.

Luego, en el segundo subestadio se mencionan las adaptaciones adquiridas y reacciones


circulares primarias (1 a 4 meses), por el cual se caracteriza por las reacciones circulares
primarias son esquemas simples cuyas consecuencias se circunscriben al propio cuerpo y se
experimenta cierto placer en su repetición. Se produce al azar y tiende a repetirse.

El hábito es una reacción circular consolidada. Precede de esquemas preexistentes, que


comienzan a encadenarse y van sugiriendo las primeras coordinaciones motrices,
intersensoriales y sensoriomotoras.

Los esquemas se perfeccionan, se coordinan entre sí y se combinan en unidades mayores. No


se manifiesta conciencia de la existencia de objetos fuera del alcance de sus sensaciones o
acciones, es decir tienen que ser parte de su entorno cercano y conocido.
Aparece el contagio conductual, el bebé repite algunas conductas observadas que existen
previamente en su repertorio.

Luego, en el tercer subestadio se destaca la etapa de las reacciones secundarias, el cual hace
referencia a las respuestas que manifiesta el bebé hacia las personas y los objetos. Dicha
etapa se caracteriza por la reacción circular secundaria (4 a 8 meses). Esta reacción circular
produce inicialmente un resultado al azar, que posteriormente se repite y éste motiva la
ejecución de la acción. Sus efectos se producen en el entorno.

Gracias al reconocimiento de los objetos familiares estos se asimilan y se aplican al esquema


sensoriomotor de forma abreviada. Según su experiencia, aplica esquemas ya conocidos en
nuevos objetos, lo cual genera la exploración del entorno. Actúa creyendo que es su acción la
que produce resultados y no el uso de los objetos.

La noción mágico fenoménica se refiere al conocimiento que tiene el niño sobre las causas
que producen determinados efectos y que solo pertenece a ellos y no a otros. Está ligado a las
motivaciones, por ejemplo “El Sol saldrá cuando estoy feliz”, “Lloverá cuando me siento
triste”

La imitación es deliberada porque repite la conducta visible en su propio cuerpo y presente en


su repertorio. Busca el objeto hasta el momento en que se le oculta. Cuando ello ocurre, el
objeto deja de existir para él, y luego anticipa la trayectoria de un objeto en movimiento. Por
ejemplo, el curso o camino que sigue una pelota al ser lanzada.

Luego viene el cuarto subestadio, que se fundamenta en la coordinación de esquemas


secundarios (8 a 12 meses), el cual se caracteriza por la intencionalidad y las primeras
coordinaciones medios – fines. Se establece una finalidad deseable y luego se plantea cómo
alcanzarla. Aparecen las primeras conductas de anticipación, lo cual significa responder a las
personas y a los objetos más deliberadamente y con un propósito, siendo capaces de prever lo
que va a ocurrir. Por ejemplo, cuando el bebé presume que su mamá se va ir, llora como
muestra anticipada de su ausencia. En esta etapa se producen las primeras manifestaciones de
inteligencia propiamente dicha. Se interesa por los sucesos de su entorno, se produce la
búsqueda del objeto oculto aún por la intervención de otras personas y el uso de esquemas
aprendidos.
Emplea un esquema anterior como medio para activar otro esquema que tiene carácter de
objetivo a alcanzar, empezando a comprender las relaciones entre determinados objetos y
determinados hechos.

Luego en el quinto subestadio se menciona la etapa de las reacciones circulares terciarias (12
a 18 meses). En esta etapa se producen nuevos medios a través de la experimentación activa:
la experimentación y la creatividad en las acciones del bebé.

En esta etapa, se crean nuevos esquemas de acción para producir resultados. Las reacciones
circulares terciarias consisten en introducir variaciones en los esquemas ya conocidos para
averiguar qué consecuencias produce, (ver que es lo que acontece). Ésta presenta repetición,
pero es distinta a la anterior con el fin de buscar nuevos efectos y experimentar con el objeto.

El niño ensaya y descubre soluciones nuevas con el uso de nuevos medios (empleo de
herramientas como el tanteo), el cual logra descubrir el objeto que cambia de lugar siempre y
cuando observe su trayectoria, empleando la información visual.

La imitación se transforma en más activa y deliberada. Repiten muchas veces las conductas,
buscando nuevos resultados. Necesita alcanzar el objetivo propuesto, es capaz de seguir los
desplazamientos, pero no es capaz de buscar un objeto escondido si es que no vio dónde se
escondía.

Por último, se presenta el sexto estadio relacionado con las nuevas combinaciones de
esquemas por representación (18 a 24 meses), y estos esquemas manifiestan reacciones
circulares secundarias, noción mágico fenoménica.

En esta etapa, se produce un gran cambio con relación a las etapas anteriores, ya que el niño
no necesita manipular los materiales, pues lo podrá hacer de manera mental y aparecerán las
imágenes y funciones simbólicas dando inicio a la aparición del lenguaje. El hecho de pensar
antes de hacer brinda a los niños y niñas nuevas estrategias para lograr un objetivo sin tener
que recurrir a los experimentos de ensayo y error.

Imagina el cambio de la posición del objeto demostrando la representación mental de


problemas de la realidad en la cual sustituye al tanteo, apareciendo la descentración, lo cual
consiste en que cuando el niño centra su atención en un objeto o situación, de forma
automática la descentra del resto de objetos.
Dicho subestadio termina cuando aparece la capacidad de representación mental. Una
muestra del desarrollo del bebé en este estadío es el caso que se presenta a continuación:

“En el aula de estimulación temprana de la institución educativa Albert Einstein, la docente


proporciona a Roberto, un niño de un año y cuatro meses de edad, una caja de fósforos donde
se ha colocado una cadena. La caja tiene una abertura de unos tres milímetros. Inicialmente
Roberto mete un dedo y tantea buscándola, pero fracasa. Luego mira la abertura y abre y
cierra su propia boca. Al principio un poco y después cada vez más. Al hacerlo expresa su
deseo de agrandar la abertura de la caja, posteriormente, mete el dedo y la abre”.

Este es un claro ejemplo de las soluciones mentales, en las cuales los niños empiezan a
internalizar acciones y sus consecuencias,

Luego de haber analizado el primer estadio de Piaget, procedemos a explicar el estadio


preoperatorio (2 A 7 años), Es en esta etapa se produce el progreso en la función simbólica. y
el empleo de símbolos, pensar en objetos, personas y acontecimientos no presentes por medio
de la representación mental. Se actúa en la realidad a partir del pensamiento.

Los principales comportamientos de esta etapa son la imitación inferida, el juego simbólico o
de ficción, el dibujo o imagen gráfica, la imagen mental o imitación interiorizada y el
lenguaje o empleo de los signos de la lengua.

De acuerdo con Jiménez & Salazar (2010), en su estudio sobre el juego simbólico como
estrategia de aprendizaje en el lenguaje: período pre-operacional, todas las actividades lúdicas
en las que los niños aprenden a simbolizar inician a partir de los dos años, cuando tienen un
nivel de comprensión que les permite imitar situaciones de la vida real que efectúa otras
personas, tales como jugar a la mamá, al papá, hacer la comida, la escuelita, entre otros, en
los que se siente como si fuese un adulto y no un niño. (p. 25).

Por tal razón, los logros del pensamiento preoperacional se manifiestan en la comprensión de
las identidades, donde el niño comprende que, aunque algunas cosas cambien de forma,
tamaño o apariencia, siguen siendo lo mismo. Por ejemplo, su propio cuerpo: aunque ha
crecido, sigue siendo él.

Otro aspecto es la comprensión de las funciones, donde el niño comprende la relación entre
dos hechos (por ejemplo, interruptor a luz).
De este modo, tenemos que mencionar ciertas limitaciones del pensamiento preoperacional,
como por ejemplo es que el pensamiento del niño en esta etapa es todavía limitado y
rudimentario.

Podemos manifestar que algunas de las características del pensamiento preoperatorio, como
lo es la centración, el cual tiene tendencia a situarse en aspectos de la situación, provocando
distorsiones en el razonamiento.

Otra característica es la irreversibilidad, el cual se evidencia en la incapacidad de seguir una


secuencia de razonamiento de acciones en un sentido y hacerlo en sentido inverso después.
Luego tenemos el estatismo, que está enfatizado en la tendencia a fijarse en las
configuraciones perceptivas de los estados más que en las transformaciones.

El egocentrismo también se refleja en esta etapa, manifestado en la incapacidad para realizar


representaciones sobre la experiencia del otro.

Otras características secundarias que manifestamos es el finalismo, el cual el niño piensa que
todas las cosas tienen un final. Así como el artificialismo, el cual se caracteriza porque todas
las cosas son el resultado de una elaboración o producción humana. Y por último el
animismo, reflejado en la tendencia a asignar vida y conciencia a los objetos inertes e
inanimados.

Piaget & Inhelder (1956, como se citó en Vergara, 2017) en la etapa preoperacional,
emplearon el experimento de las tres montañas para comprobar si los niños eran egocéntricos.
Cuanto un niño tiene una perspectiva egocéntrica asume que las demás personas verán la
misma vista de las tres montañas que ellos tienen.

Según Piaget, a partir de los 7 años el pensamiento deja de ser egocéntrico, ya que el niño
puede asumir otros puntos de vista diferentes al propio.

Según Torres (2020) Para realizar la prueba hay que seguir los siguientes pasos:

1. Se sienta un niño o niña frente a una mesa en la cual hay una maqueta con tres
montañas diferentes: una con nieve, una con una casa en la cima y otra con una cruz roja
encima.

2. Se deja que el niño de vueltas alrededor de la maqueta.


3. Se coloca una muñeca en diferentes lugares de la mesa.

4. Se le enseñan al niño 10 fotografías de las montañas de la maqueta tomadas desde


diferentes posiciones. El objetivo es que el niño indique qué fotografía muestra la
perspectiva de la muñeca.

5. Resultado: si es capaz de identificar lo que ve la muñeca y acierta es que ha superado


su visión egocéntrica del mundo. Si, en cambio, el niño solo señala la fotografía que
corresponde a su visión, es que todavía es egocéntrico.

Con este experimento Piaget concluyó que a partir de los 6 años los niños y niñas empiezan a
ser capaces de superar el egocentrismo infantil.

Un claro ejemplo del juego simbólico sería:

“En el aula de 1er grado de la institución educativa Albert Einstein la profesora, observa a sus
alumnos jugar libremente durante la hora de recreo, entre ellos, María del Carmen, una niña
de 4 años, la cual encuentra un palo de escoba y lo utiliza como caballito.

Del mismo modo, Carlitos y Claudita, ambos de 5 años de edad estaban jugando al “papá y a
mamá” representando los roles que desempeñan los padres en el entorno familiar.

Con estos dos casos se evidencia la presencia del juego simbólico y del juego de roles
respectivamente, característicos de esta etapa.”

Continuando con el estudio del constructivismo de Piaget, explicaremos el estadio de


operaciones concretas, y es en esta etapa, donde destaca el desarrollo cognitivo y biológico
del ser humano. Hay una clara evolución intelectual, en la cual se enfatiza el razonamiento
lógico para la deducción y resolución de problemas. En esta etapa la capacidad de
comprensión es determinante en el conocimiento de diversas disciplinas, sin embargo,
todavía no hay una comprensión del lenguaje abstracto. “Alrededor de los 6 y 7 años el niño
adquiere la capacidad intelectual de conservar cantidades numéricas: longitudes y volúmenes
líquidos. Aquí por 'conservación' se entiende la capacidad de comprender que la cantidad se
mantiene igual [sic] aunque se varíe su forma.” (Valdés, 2014, p. 7), en este aspecto hay un
claro desarrollo lógico para una buena capacidad de comprensión numérica, y ello lo lleva a
tener mayor autonomía intelectual y su capacidad de razonamiento se desarrolla más a lo
largo de los procesos cognitivos que el niño pueda experimentar.
Por dichas razones, la capacidad de observación del ser humano en este estadio de desarrollo
es más progresivo, teniendo la capacidad de resolver problemas. Por consiguiente, el niño
está intelectualmente capacitado para resolver actividades donde se exija concentración y
comprensión lógica; como por ejemplo en el caso de estudiantes del cuarto grado de
educación primaria de la institución educativa Albert Einstein, cuando se le presenta
operaciones combinadas relacionadas con la suma, la resta, la multiplicación y la división en
el área de matemáticas y son capaces de reconocer los procesos para realizar dichas
operaciones, sin embargo, se tiene la necesidad del apoyo de recursos tangibles para resolver
los problemas matemáticos. En este aspecto ya puede haber una independencia de poder
desempeñarse de forma autónoma y ello le permite tener mayor capacidad cognitiva.

De esta forma, en este proceso operacional, el niño es capaz de asociar sus ideas, generando
una acomodación de los conocimientos adquiridos, que lo puede aplicar en diversas
situaciones que esté de acuerdo a su edad. Bajo este aspecto mencionado, en el campo de la
educación, es importante que las metodologías e instrumentos de aprendizaje estén ligados de
acuerdo a las características psicológicas de las personas, es importante utilizar términos que
sean comprensibles a la mente de los niños, y es por esta razón que Piaget explica que en esta
etapa es resaltante la capacidad del razonamiento lógico, sin embargo, no hay una
comprensión total del lenguaje simbólico abstracto y es por ello que cabe la importancia del
conocimiento de este estadio del desarrollo humano.

De este modo, la velocidad de la inteligencia humana tiene un proceso de formación continua


y constante, pero equilibrada, y este elemento es importante y determinante en el desarrollo
intelectual y emocional del niño en su aprendizaje. “El equilibrio se caracteriza por su
estabilidad” (Latorre, 2016, p. 152), por consiguiente, el individuo va teniendo un desarrollo
psicológico importante, para que así, sus procesos biológicos no sean afectados de forma
disfuncional y negativa.

De este modo, en esta etapa del razonamiento intuitivo es un factor muy importante en este
estadio de desarrollo, que se evidencia en la resolución de diversos problemas que estén al
alcance del niño. Según Corominas (1980, como se citó en Builes & Manrique, 2017), la
intuición es un concepto complejo por sus diferentes acepciones y formas de comprensión.
Etimológicamente, la intuición se asocia a la mirada y al acto de ver. (p. 4). Este elemento es
importante en la asimilación del niño para la aplicación de pensamiento lógico, capaz de
tener una buena percepción sensorial para poder dar solución intelectual a diversas
actividades que pueda resolver bajo sus capacidades y limitaciones.

Luego de ello exponemos la influencia que tiene el pensamiento deductivo, el cual está
basado de lo general a lo particular, y esta capacidad se ve reflejada en la capacidad lógica
concreta, acompañado de una buena comprensión de supuestos que el niño puede comprender
y resolver. Los individuos conciben una relación de “integración de clases”, un criterio del
razonamiento deductivo, en el fundamentado del conocimiento de un grupo principal, siendo
mayor que el de las clases fundamentales, o siguiendo la ejemplificación relacionada con
cuadrados azules y los cuadrados pertenecen a una misma clase superior. Los individuos
adquieren un pensamiento operatorio y son competentes para dirigir las nociones de clase y
subclase. (Castro & et al, 2006, p. 11). Bajo este criterio, el pensamiento deductivo se apoya
en un argumento inductivo, para sacar una conclusión particular de un fenómeno estudiado,
como por ejemplo la resolución de problema matemáticos que exige una correcta aplicación
de la suma y resta, teniendo como base fundamental los conocimientos previos y ponerlo en
práctica en casos cotidianos.

De este modo, podemos afirmar que los métodos inductivos y deductivos están presentes en
la capacidad mental que tiene el niño en el estadio de desarrollo concreto, y esta capacidad le
da mayor autonomía para identificar soluciones a problemas que estén a su alcance.

Y por último tenemos las operaciones formales la cual es el estadio más extenso ya que
comprende desde la edad de los 12 años hacia adelante en su vida adulta. En esta etapa se
comienza a emplear el razonamiento lógico inductivo y deductivo. Es desde los 12 años en
que el cerebro humano está realmente capacitado para formular este tipo de pensamiento.
Para ello este también se divide en etapas, la primera etapa empieza a los 12 – 14 años de
edad, pues aquí empieza la preparación y la estructuración del pensamiento formal, y la
segunda etapa empieza de los 14 a los 20 años de edad, en esta etapa el adolescente ya tiene
gran facilidad en el pensamiento abstracto puesto que presenta una gran estructura y
organización mental. Por otro lado, el desarrollo de un pensamiento lógico no todos lo
pueden lograr, ya que se empieza a desarrollar sentimientos idealistas, se obtiene la
formación de la personalidad y se percibe un mayor desarrollo de los conceptos morales.

Por ejemplo, según Scheffer (1998, como se citó en Vergara, 2017) manifiesta que al realizar
Piaget una pregunta simple, cómo ¿En dónde ubicaría un tercer ojo en el ser humano?, en el
grupo de niños de aproximadamente 9 años de edad obtuvo mayoritariamente una respuesta
similar: sugiriendo que el tercer ojo esté en la frente. Para Scheffer esto hace referencia a que
los niños de esa edad según su desarrollo operacional sitúan este tercer ojo en la frente, ya
que ellos han observado toda su vida y de manera concreta los ojos en el rostro. Sin embargo,
los niños de 11 años de edad sugirieron que un tercer ojo debería estar en la palma de la
mano, ya que sería de mayor utilidad sobre todo para ver las esquinas. Analizando estas
respuestas, podemos observar que, en ellos, sus habilidades creativas han desarrollado un
mayor desarrollo acompañado de indicios de un pensamiento ya abstracto.

El desarrollo de esta capacidad se ve influenciado por la etapa anterior, y avanza de manera


lenta, siendo evidenciada por la mayor capacidad de entendimiento del material abstracto. Se
observa que poco a poco deja de apoyarse en cosas concretas mientras va desarrollándose su
pensamiento inclinándose más en el pensamiento de materiales simbólicos. Para ello se
desarrolla el pensamiento abstracto los aprendices dejan de pensar concretamente y empiezan
a tomar en cuenta posibles resultados y consecuencias de los actos, por otro lado también los
adolescentes empiezan a desarrollar la metacognición que les ayudará en la adultez a razonar
sobre los procesos del pensamiento y su monitoreo y por último desarrollan las diferentes
formas de resolución de problemas, pues en esta etapa los aprendices empiezan a desarrollar
experimentos en donde trabajaran el ensayo y el error y esto les ayudará a resolver problemas
por lo cual surge el desarrollo de una resolución sistemática y metódica.

Otro claro ejemplo es el experimento utilizando el péndulo, el cual se trataba en usar la


longitud de un hilo y el conjunto de pesos, por lo cual tenían que tener en consideración tres
elementos como el peso del objeto, la longitud de la cuerda, y la fuerza. La tarea consistía en
resolver cuál era la velocidad de oscilación del péndulo. Ante lo experimentado se pudo ver
que los niños no han podido alcanzar el estadio de las operaciones formales, por lo cual
suelen manipular variables de forma equivocada, ya que generalmente tienden a intentar
diferentes longitudes con el mismo peso; sin embargo, los niños que ya han concebido la
etapa abstracta pueden resolver el problema metódicamente pues van ensayando una variable
a la vez.

Además, esta etapa está caracterizada por la elaboración de hipótesis, ya que el aprendiz al
verse frente a una situación problemática, y con el desarrollo de su pensamiento abstracto,
formulará hipótesis para lograr resolver lo que se le presente. Adicional a esto, presenta la
capacidad de razonar en contra de los hechos, que, en otras palabras, refiere a que puede usar
un tema y razonar en base a crear una discusión del mismo.

En este estadio, se puede identificar algunas conductas y características más relevantes en los
niños que efectúan operaciones formales, como lo son:

La lógica combinatoria, esta se basa en la resolución de problemas usando diferentes métodos


para realizarlo. También tenemos el razonamiento hipotético la cual se basa en extraer
componentes de una situación no existente para aproximarse a respuestas lógicas, los
aprendices en este estadio pueden diferenciar y dar solución a situaciones hipotéticas. Por
otro lado el uso de supuestos en este periodo los aprendices tratan de conjeturar situaciones
las cuales no se les facilita con evidencia alguna, por ejemplo si a un niño de operaciones
concretas le mencionamos que durante la semana subirá el precio de algunos productos, el
alumno no podrá decirnos el porqué de la situación en cambio un aprendiz en operaciones
formales pondrá crear hipótesis y segregar entre sucesos probables, es decir podrá expresar a
través de un sustento el porqué de la situación. Por otro lado, también tenemos el
razonamiento proporcional este se basa en la identificación y comparación de diferentes
magnitudes, es decir, tiene la disposición de almacenar y fragmentar mentalmente
dimensiones o medidas. Y por último está la experimentación científica, en donde el aprendiz
es capaz de formular y comprobar hipótesis a través de experimentos científicos.

Un claro ejemplo sería que en el aula de quinto año de secundaria de la Institución educativa
Albert Einstein, durante la clase de física se desarrolla el tema de la electrostática en donde
los estudiantes experimentaran el fenómeno de la carga por fricción para llevar a cabo este
proceso científico harán uso de la observación, generación de hipótesis y la experimentación,
habilidades que son adquiridas y perfeccionadas gracias al desarrollo de conocimiento
deductivo e inductivo. Llegando a conclusiones basadas en lo que ellos han podido percibir a
través de la práctica.

Palabras claves:

Epistemología: Disciplina filosófica que se encarga del estudio del conocimiento desde su
raíz. Es conocido como la teoría del conocimiento en todos sus ámbitos.

Fenoménica: Aquello es se manifiesta en la realidad, y es percibido por el sujeto.


CONCLUSIONES

1. Los individuos pensantes atravesamos seis estadios en nuestro desarrollo cognitivo.


En cada uno de ellos, nuestras operaciones mentales alcanzan una estructura distinta,
que determina la visión que tenemos del mundo. Myers (2006) Alonso.

2. Los factores que tienen injerencia en la progresión de estadios son el crecimiento


corporal y maduración del sistema nervioso y endocrino, y la experiencia conseguida
y la permutación con el medio natural y social. Myers (2006) Alonso.

3. Los dos primeros años de vida son los más primordiales, porque durante ellos se dan
los desarrollos principales que brindan la personalidad humana. Montessori (1986)
Estremera.

4. Los bebés dependen al nacer, luego a los pocos meses logran actuar de forma
deliberada, pues comprenden que los objetos son diferentes a él. Myers (2006)
Alonso.

5. Las acciones lúdicas donde los niños comienzan a simbolizar son a partir de los dos
años, cuando tienen un nivel de inteligencia donde logran imitar situaciones de la vida
real que efectúa otras personas, donde se siente como si fuese un adulto y no un niño.
Jiménez & Salazar (2010) El juego simbólico.

6. Los logros del pensamiento preoperacional se manifiestan en la asimilación de las


identidades donde el niño entiende que, a pesar que algunos objetos cambien de
forma, tamaño o apariencia, siguen siendo el mismo. Jiménez & Salazar (2010) El
juego simbólico.
RECOMENDACIONES

1. Es importante realizar una estimulación temprana adecuada a los bebes, ya que los
primeros dos años son fundamentales en el desarrollo de sus habilidades cognitivas.

2. Debemos brindarle durante todo su desarrollo del infante un ambiente tranquilo y


cálido, ya que influirá en la maduración de su sistema nervioso.

3. Para forjar niños con personalidades adecuadas, debemos brindarle seguridad,


independencia y corregirlo adecuadamente sin gritos, ni castigo físico.

4. Mediante actividades lúdicas y juegos simbólicos lograremos ampliar su comprensión


de la realidad.

5. A través del razonamiento lógico lograremos que los niños estructuren y formulen
correctamente creaciones prácticas.
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Enlace del ensayo realizado:

https://drive.google.com/file/d/1uL7rP9CgZV61iUUzm4LXGd4D0093IsqW/view?
usp=sharing

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