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REALIDAD DE LA

RESPONSABILIDAD SOCIAL
CORPORATIVA

Danitza Gomez Silva


EN EL PERÚ
La finalidad de la Responsabilidad Social Corporativa, en cuanto a su
dimensión social, es precisamente integrar a la empresa como parte
actora importante de la realidad política, social y económica del Perú,
colaborando en la eficiencia, productividad y desarrollo sostenible del
país en todos sus entornos. Por lo tanto, el empresario que realice
operaciones en el Perú, debe buscar un compromiso firme con el
medio ambiente, cuidando su rol como promotor del desarrollo social,
con solidaridad y buscando la inclusión social y el desarrollo
sustentable como herramienta principal de apoyo al gobierno.
Esto implica un comportamiento transparente y ético que contribuya al
desarrollo sostenible, cumpla con la legislación aplicable y sea
coherente con la normativa internacional de comportamiento. También
implica que la responsabilidad social esté integrada en toda la
organización, se lleve a la práctica en sus relaciones, y tenga en
cuenta los intereses de las partes interesadas (stakeholders).
Diversas comunidades vulnerables cuentan con recursos naturales con los que
podrían ser autosuficientes; sin embargo, a pesar de tener los conocimientos
carecen de acceso a herramientas, equipamiento y nuevas técnicas amigables en
beneficio del medio ambiente; por lo tanto fortalecer técnicas agroecológicas, cuidar
del agua, aprovechar la energía solar, consolidar estrategias de comercialización y
brindar asesorías para el comercio justo.
Esto permitirá a las comunidades dedicadas a la producción de cacao, miel de abeja
o café, obtener producciones agroecológicas y productos con certificación orgánica,
apegados al cuidado del medio ambiente e impulsar a productores a tener mayor
autonomía económica, en un panorama a largo plazo. 
EN EL MUNDO
La Responsabilidad Social Corporativa debe entenderse como un modelo de negocio que se
regula a sí mismo y que implica la interacción de una organización con sus públicos de
interés y la sociedad en general, en un escenario ética y socialmente responsable.
A raíz de la contingencia sanitaria por COVID-19, se ha exaltado la responsabilidad social
como una de las grandes preocupaciones por parte de las empresas y los consumidores. Se
prevé que, durante 2021, la mayoría de las grandes compañías busquen mejorar y reforzar
sus programas corporativos, con el objetivo de tener un impacto asertivo en el planeta.
En estos tiempos, las empresas lograron concentrar una mayor cantidad de riqueza; en
consecuencia, poder. Ello conlleva una responsabilidad frente a los terceros ya que esta no
puede ser indiferente debido al devenir de la sociedad. Por tanto, la empresa no está
obligada por el estado, pero se ve en la responsabilidad de aportar a la sociedad en
beneficio propio y de los demás.
Por último, se observa que la RSC adquiere mayor importancia en estos tiempos de crisis
sanitaria, política y económica. No solo la población se ve afectada, sino también las
grandes, medianas y pequeñas empresas, razón por la cual si estas no trabajan en armonía
con la sociedad les será complicado superar esta difícil coyuntura.
La organización que decida adoptarlas, además de conocer el contexto en el que opera y
su posición en el mismo debe lograr la mejor comprensión posible de sus interacciones
con las entidades de gobierno y las comunidades internas y externas, sin olvidar los
efectos socioeconómicos y ambientales de su operación.
Por otro lado, es indispensable que las iniciativas de RSC sean respaldadas y
presupuestadas con la misma seriedad que recibe cualquier otra iniciativa del negocio,
entendiendo que el camino para lograr la sostenibilidad es largo y complicado.
Por último, el conocimiento y apego a los estándares seleccionados por la organización,
así como la medición, el seguimiento y el reporte de los resultados obtenidos, nos
permitirá mejorar constantemente y proponer acciones cada vez más efectivas.

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