EN EL PERÚ La finalidad de la Responsabilidad Social Corporativa, en cuanto a su dimensión social, es precisamente integrar a la empresa como parte actora importante de la realidad política, social y económica del Perú, colaborando en la eficiencia, productividad y desarrollo sostenible del país en todos sus entornos. Por lo tanto, el empresario que realice operaciones en el Perú, debe buscar un compromiso firme con el medio ambiente, cuidando su rol como promotor del desarrollo social, con solidaridad y buscando la inclusión social y el desarrollo sustentable como herramienta principal de apoyo al gobierno. Esto implica un comportamiento transparente y ético que contribuya al desarrollo sostenible, cumpla con la legislación aplicable y sea coherente con la normativa internacional de comportamiento. También implica que la responsabilidad social esté integrada en toda la organización, se lleve a la práctica en sus relaciones, y tenga en cuenta los intereses de las partes interesadas (stakeholders). Diversas comunidades vulnerables cuentan con recursos naturales con los que podrían ser autosuficientes; sin embargo, a pesar de tener los conocimientos carecen de acceso a herramientas, equipamiento y nuevas técnicas amigables en beneficio del medio ambiente; por lo tanto fortalecer técnicas agroecológicas, cuidar del agua, aprovechar la energía solar, consolidar estrategias de comercialización y brindar asesorías para el comercio justo. Esto permitirá a las comunidades dedicadas a la producción de cacao, miel de abeja o café, obtener producciones agroecológicas y productos con certificación orgánica, apegados al cuidado del medio ambiente e impulsar a productores a tener mayor autonomía económica, en un panorama a largo plazo. EN EL MUNDO La Responsabilidad Social Corporativa debe entenderse como un modelo de negocio que se regula a sí mismo y que implica la interacción de una organización con sus públicos de interés y la sociedad en general, en un escenario ética y socialmente responsable. A raíz de la contingencia sanitaria por COVID-19, se ha exaltado la responsabilidad social como una de las grandes preocupaciones por parte de las empresas y los consumidores. Se prevé que, durante 2021, la mayoría de las grandes compañías busquen mejorar y reforzar sus programas corporativos, con el objetivo de tener un impacto asertivo en el planeta. En estos tiempos, las empresas lograron concentrar una mayor cantidad de riqueza; en consecuencia, poder. Ello conlleva una responsabilidad frente a los terceros ya que esta no puede ser indiferente debido al devenir de la sociedad. Por tanto, la empresa no está obligada por el estado, pero se ve en la responsabilidad de aportar a la sociedad en beneficio propio y de los demás. Por último, se observa que la RSC adquiere mayor importancia en estos tiempos de crisis sanitaria, política y económica. No solo la población se ve afectada, sino también las grandes, medianas y pequeñas empresas, razón por la cual si estas no trabajan en armonía con la sociedad les será complicado superar esta difícil coyuntura. La organización que decida adoptarlas, además de conocer el contexto en el que opera y su posición en el mismo debe lograr la mejor comprensión posible de sus interacciones con las entidades de gobierno y las comunidades internas y externas, sin olvidar los efectos socioeconómicos y ambientales de su operación. Por otro lado, es indispensable que las iniciativas de RSC sean respaldadas y presupuestadas con la misma seriedad que recibe cualquier otra iniciativa del negocio, entendiendo que el camino para lograr la sostenibilidad es largo y complicado. Por último, el conocimiento y apego a los estándares seleccionados por la organización, así como la medición, el seguimiento y el reporte de los resultados obtenidos, nos permitirá mejorar constantemente y proponer acciones cada vez más efectivas.