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Hoy en día la legislación laboral impone a los empresarios la obligación de velar por la
seguridad y salud de los empleados que se encuentren a su cargo. Por esto, uno de los
hechos más temidos, si no el que más, para todos los empresarios es que se produzcan
accidentes laborales dentro del personal de su plantilla, tanto por las consecuencias que
ese accidente pueda tener como para el trabajador por las posibles responsabilidades que se
puedan derivar frente al propio empresario.
Es muy importante que todos los empresarios sepan cuáles son las consecuencias a las que
se enfrenta y en qué casos se les puede exigir algún tipo de responsabilidades. Por este
motivo, con carácter previo a analizar la responsabilidad del empresario desde los
diferentes ámbitos jurisdiccionales, a modo de ejemplo podemos mencionar el contenido
del artículo 14.2 de la Ley española de Prevención de Riesgos Laborales, en el que
podemos leer lo siguiente:
Si partimos de lo que nos dice el artículo mencionado, se puede concluir que la obligación
del empresario es una obligación de medios y no de resultado, esto quiere decir que es
independiente de que ocurran accidentes laborales. Por este motivo, no se podrá pedir
responsabilidades al empresario cuando éste haya puesto todos los medios necesarios
para que no se produzca el daño. Desde este momento, la importancia de controlar la
correcta implementación e integración de la prevención dentro de la organización.
Existen distintos tipos de responsabilidad del empresario cuando se producen los accidentes
laborales.
Responsabilidad laboral
Responsabilidad civil
El pago de las indemnizaciones por los daños o perjuicios al trabajador o a sus familias,
cuando la culpa de los accidentes laborales sea del empresario, así como las
enfermedades laborales.
Responsabilidad penal
Si se generan accidentes laborales por culpa o dolo del empresario, se establece una
responsabilidad penal por las lesiones o el homicidio.
Responsabilidad administrativa
Lo anterior se debe efectuar, no sin antes dar prioridad a las gestiones necesarias para
buscar la atención inmediata de servicios de salud para el trabajador que permitan
propender por su vida y evitar daños o lesiones mayores, para ello se deberá tener en cuenta
los protocolos establecidos en el SG-SST y dar aviso inmediato a la ARL para que autorice
la atención en salud.
Bajo esta postura, son cuatro (4) las responsabilidades derivadas de los accidentes de
trabajo, 1. laboral, 2. administrativa, 3. civil y 4. penal.
1. Responsabilidad laboral.
Es aquella que nace de la relación laboral o contrato de trabajo, siendo esta una
responsabilidad delegada por el empleador a la Administradora de Riesgos Laborales –
ARL, mediante la afiliación y pago de la cotización correspondiente al Sistema General de
Riesgos Laborales, de manera que, si el empleador no afilia a sus trabajadores y no paga la
cotización, tendría que cumplir directamente con esta responsabilidad por la evasión o aun
estando afiliados, no se paga la cotización por el valor realmente devengado (IBC)
claramente, se estaría frente a una elusión; un ejemplo muy común, es el caso de las
empresas que pagan la cotización con el (IBC) de un salario mínimo mensual legal vigente,
cuando en la realidad lo devengado supera dicho monto o cuando se hace por debajo de la
clase de riesgo a la que está expuesto el trabajador.
2. Responsabilidad administrativa
Nace de la facultad de inspección, vigilancia y control ejercida por el Ministerio del
Trabajo y la Superintendencia Nacional de Salud, entorno al cumplimiento e
implementación del sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo; en este tipo de
responsabilidad, el empleador debe responder ante estas autoridades por el incumplimiento
de las normas que rigen la materia, las cuales se deben cumplir de manera obligatoria a fin
de lograr prevenir o disminuir al máximo las consecuencias de un accidente de trabajo.
Las sanciones impuestas por las autoridades administrativas van desde la imposición de
multas y suspensión de actividades, hasta el cierre del lugar de trabajo o cierre definitivo de
la empresa.
3. Responsabilidad civil
Este tipo de responsabilidad es eminentemente subjetiva y, por lo tanto, debe existir culpa
suficientemente probada del empleador en la ocurrencia del accidente de trabajo o de la
enfermedad laboral, este tipo de responsabilidad tiene su principal fundamento normativo
en el artículo 216 del Código Sustantivo del trabajo y consiste en el pago de la
indemnización ordinaria y total de perjuicios a favor del empleador y de cualquier otra
persona que se vea afectada, por los daños y perjuicios causados a estos, los cuales pueden
ser materiales (lucro cesante y daño emergente) e inmateriales (daños morales y daño a la
vida en relación).
4. Responsabilidad penal
Esta responsabilidad se da, cuando el accidente de trabajo se presentó por culpa o dolo del
empleador, de algún compañero de trabajo, de la persona encargada de vigilar el
cumplimiento del SG-SST, etc., y es asumida directamente por el causante del accidente
gerente, jefe inmediato, compañero de trabajo o supervisor, los cuales se verán abocados a
una investigación de carácter penal a fin de verificar la existencia de una conducta punible
(delito), y en caso que se llegare a probar su culpabilidad, pueden ser privados de su
libertad.
En la gran mayoría de los casos los delitos investigados son “lesiones personales” y
“homicidio”.
Como se puede ver, las responsabilidades derivadas de un accidente de trabajo son tan
graves que ameritan, traer a colación la frase célebre de Charles Kingsley que dice: “La
única forma de regenerar el mundo, es que cada uno cumpla con el deber que le
corresponda”, para ello se debe tener conocimiento de los deberes, obligaciones y
responsabilidades que como empleador se tienen, asimismo la importancia del Sistema
Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST), además claro está, también se debe
tener la asesoría legal adecuada, por parte de un especialista.
Esto, con el fin de prevenir riesgos jurídicos, por las situaciones aquí descritas, y que con
esto se logre demostrar las buenas prácticas y diligencias del empleador, atenuando las
sanciones y las responsabilidades que el accidente conlleva, siendo en este caso oportuno
traer al tintero el adagio que dice “más vale prevenir, que tener que lamentar”.
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n accidente de trabajo grave es un suceso trágico para todo el mundo. Por un lado,
primordialmente para la persona trabajadora que lo padece y sus familiares, pero también
para la empresa responsable de velar por la seguridad del trabajador.
La estimación de los posibles riesgos que puedan estar asociados a cada trabajo.
El Plan de Prevención de Riesgos Laborales, donde se halla la formación del trabajador.
Es necesario que todo trabajador reciba una formación que asegure el entendimiento
de todos los protocolos de seguridad existentes para poder realizar las labores propias de
su trabajo. La estimación de los riesgos debe investigar y analizar aquellos peligros que
deriven de las diferentes competencias y trabajos que ejerza cada trabajador.
A pesar de ello, no todas las empresas cumplen con esta obligación y son cuantiosos los
accidentes de trabajo que pueden ser evitados.
Las consecuencias del incumplimiento de las normas se pueden dividir en los siguientes
tres apartados:
1. La responsabilidad penal
– Los delitos contra los derechos de los trabajadores, regulados en los artículos 316, 317 y
318 se destaca:
Artículo 316
“Los que con infracción de las normas de prevención de riesgos laborales y estando
legalmente obligados, no faciliten los medios necesarios para que los trabajadores
desempeñen su actividad con las medidas de seguridad e higiene adecuadas, de forma que
pongan así en peligro grave su vida, salud o integridad física, serán castigados con las
penas de prisión de 6 meses a 3 años y multa de 6 a 12 meses“.
Artículo 317
“Si esta infracción se comete por imprudencia grave, el delito será castigado con la pena
inferior en grado“.
Artículo 318
“Cuando los hechos previstos en los artículos de este título se atribuyeran a personas
jurídicas, se impondrá la pena señalada a los administradores o encargados del servicio
que hayan sido responsables de los mismos y a quienes, conociéndolos y pudiendo
remediarlo, no hubieran adoptado medidas para ello“.
Por otra parte, el delito que ocasiona un resultado lesivo supondrá la responsabilidad civil e
incluso una posible reclamación por los daños sufridos.
Aparte de las penas de prisión o multas por este tipo de accidentes a las que pueden ser
condenadas las personas físicas, una persona jurídica puede ser sancionada con las penas
recogidas en el artículo 33 del Código Penal.
Este artículo recoge, por ejemplo, la suspensión de las actividades o clausura la de los
locales y sus establecimientos por un tiempo de hasta 5 años, prohibición temporal o
definitiva de la realización de actividades en cuyo ejercicio se haya perpetrado, beneficiado
o encubierto el delito.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es el accidente por imprudencia temeraria, que
se produce por la culpa consciente, en este caso, del propio trabajador. Las consecuencias
pueden ser nefastas para el mismo, dado que no puede llegar a recibir una indemnización e
incluso pueden hacerle responsable de los daños que haya causado a otras personas.
2. La responsabilidad administrativa
– Lesiones leves
Si el grado es mínimo, multa de 40 a 400 euros; grado medio, de 400 a 815 euros; y
máximo, de 816 a cerca de 2.050 euros.
– Lesiones graves
Multa, si es grado mínimo, de 2.046 a casi 8.200 euros. Grado medio, de 8.197 a 20.500
euros y máximo de 20.500 a 40.990 euros.
Por otro lado, la indemnización laboral se asigna a los trabajadores que estén
incorporados en el Régimen General (lo que quiere decir que estén trabajando por cuenta
ajena) o que estén afiliados y en una situación semejante al peligroso suceso siendo dados
de alta por el médico.
3. La responsabilidad Civil
Dadas las lesiones que puedan llegar a sufrir los trabajadores, la empresa será condenada
al pago de una compensación. Tal es así que a la misma compensación se le puede
castigar en un procedimiento penal como en uno frente a los Tribunales de lo social.
Para evaluar la compensación se examinarán las lesiones del trabajador. Para ello, se
utiliza el baremo fundado para las lesiones que derivan de los accidentes de tráfico, pero no
es obligatoria su aplicación, según la Ley 35/2015, de 22 de septiembre .
Los Juzgados y Tribunales han considerado que hay responsabilidad por la parte del
empresario en los siguientes casos:
Compliance laboral
Se trata de una herramienta que ayuda a prevenir y gestionar los riesgos asociados a
un incumplimiento reglamentario en temas laborales en una empresa determinada.
Para ello, es necesario establecer mecanismos y sistemas externos e internos que puedan
llegar a evitar o disminuir los riesgos que deriven de una infracción normativa. En este
caso, en el ámbito de la prevención de riesgos laborales.
Como conclusión, para decidir quién es la persona responsable de que haya sucedido un
accidente es primordial contar con un informe provechoso de la investigación del
accidente y después, en el caso de que fuera necesario, realizar un informe pericial que
contenga datos técnicos fidedignos acerca de cuál ha sido el origen del accidente y quiénes
han sido los responsables de este.