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Sustentante:

Denis Alonzo

Matricula:
15-5333

Materia:
Terapia de Aprendizaje

Facilitador/a:
Lic. Rosa Kenya Bueno. M.A

Santo Domingo
11/08/2022
Introducción

En este trabajo, se demostrará todo el proceso de evaluación de una niña de


9 años, que cursa el tercer grado de primaria y que presenta dificultades de
aprendizaje, se realizó y una intervención y un informe el cual podrá
observar más adelante.
Estimado participante,

El trabajo final de Terapia de Aprendizaje consiste visitar un centro


educativo, específicamente un grado de primaria, y pedir a la profesora
un estudiante para evaluar.

Debes llevar a cabo, a lo largo de todo el bimestre, un proceso de


evaluación, detección de posibles dificultades de aprendizajes presentes
en el caso y 3 sesiones de intervención con el niño, a partir de lo
encontrado en la evaluación y las necesidades o áreas de intervención
donde el niño del caso presenta dificultad.

Al terminar, debes redactar un informe donde detalles el proceso


llevado a cabo todo el bimestre y los resultados obtenidos con la
intervención.

Incluye evidencias de tus sesiones de evaluación e intervención, los


protocolos, hojas de respuestas, actividades realizadas, etc..

Para mantener la confidencialidad, utiliza las iniciales del niño escogido


(letra del primer nombre y del primer apellido) y asegúrate de que su
rostro no salga en ninguna foto que incluyas como evidencia.
CENTRO EDUCATIVO: José Pantaleón Castillo.

DISTRITO: 17-03

APELLIDOS Y NOMBRE: R.C.L.

SEXO: F

FECHA DE NACIMIENTO: 8/07/ 2014

GRADO ESCOLAR: 3ro

ORIENTADOR/ A O PSICÓLOGO/A: Denis Isabel Alonso

MOTIVO DEL REFERIMIENTO: Niña de nueve años con dificultades


de aprendizaje, específicamente Lectura

Antecedentes Historia evolutiva Historia escolar Informes previos

Niña de 9 años de edad, vive con sus padres, con un historial de vida
interesante para los fines esperados, según su madre es un niño prematuro su
nacimiento fue antes de los 7 meses, estuvo un tiempo en incubadora hasta
completar su siclo. Tuvo un embarazo lleno de conflictos matrimoniales con
su esposo y además ella nunca ha dejado de ingerir bebidas alcohólicas ni
aun con el embarazo, ella es ama de casa y su esposo (el cual es el padre del
niño) es mecánico. No tienen casa propia por lo que se viven mudando con
frecuencia de un lugar a otro. La niña en la casa no hace nada, no la integran
a las labores propias del hogar, ni le asignan ningún tipo de tarea o actividad,
no colabora en lo más mínimo y según su madre su único trabajo es jugar y
recoger sus juguetes.

Cuando la niña hace algo se le corrige y su forma de corrección es a golpe,


si se porta mal en la escuela se le regaña y también se le golpea por hacer
cosas que no debe. La niña ha presenciado pleitos entre sus padres de los
cuales el recuerda razones de algunos y de otros no entiende el porqué de los
mismos.
Primera evaluación

Desarrollo socioafectivo Estilos de aprendizaje predominantes Niveles de


competencia curricular

Su desarrollo socioafectivo no es muy alto ni cumple para ser aprobado


debido a su problema de conducta y su baja sociabilidad.

Su estilo de aprendizaje es visual y quinestésico.

Su competencia curricular es baja para su edad y su grado escolar, está en


tercero de primaria y aún no sabe leer, ni sumar y carece de las competencias
exigidas por el currículo para su grado escolar y su edad.

Segunda evaluación

Desarrollo socioafectivo Estilos de aprendizaje predominantes Niveles de


competencia curricular

Su desarrollo socioafectivo: en esta segunda sección ha mejorado, pues ha


sido más suelta se ha notado con más confianza sobre sí misma y la maestra
dice que ha mejorado en su nivel de conducta y comportamiento.

Su estilo de aprendizaje es progresivo. Su competencia curricular es


mejorable, pues en la primera sección no sabía leer y ya lo hace a modo pre
silábico y la escritura ha mejorado en un 50%.

Tercera evaluación

Desarrollo socioafectivo Estilos de aprendizaje predominantes Niveles de


competencia curricular

Su desarrollo socioafectivo ha seguido mejorando notablemente, ha


desarrollado niveles de afecto, confianza, desenvolvimiento, y en cuanto a la
conducta también ha mejorado progresivamente.

Su estilo de aprendizaje es Solitario y social.


Su competencia curricular es media para su edad, ha mejorado bastante en el
aprendizaje, pues ha manejado la lectura y la escritura de una manera muy
diferente a la que mostro en la primera sección.

Conclusiones

Investigar y evaluar para determinar algún mal funcionamiento en el ámbito


educativo requiere primeramente de un buen conocimiento del área, buen
manejo y buena disposición, a simple vista parece algo sencillo, pero cuando
te enfrenta al problema y mira la cara real te da cuenta que no hay por donde
iniciar una investigación y se hace difícil decidir cuál problemática de las
tantas existente va a elegir. En este caso la elección fue el “bajo rendimiento
escolar”. Determinar las razones por la cual se da este problema y al mismo
tiempo presentar soluciones para el mismo y, a su vez aplicarlo para valorar
los resultados, es algo que hace de esta investigación algo emocionante y al
mismo tiempo eficaz.

Se entiende que para ayudar un niño con bajo rendimiento escolar se necesita
ir de lo simple a lo complejo, necesita ser creativo, ser flexible y sobre todo
tener amor y dedicación en cuanto se haga.
Evidencias
Informe

Los problemas de aprendizaje afectan a 1 de cada 10 niños en edad escolar.


Estos problemas pueden ser detectados en los pequeños a partir de los 5 años
y constituyen una gran preocupación para muchos padres, ya que afectan al
rendimiento escolar.
Diversos investigadores afirman que las DA se deben a una deficiencia del
sistema nervioso central que contribuye a los problemas para descifrar el
lenguaje tanto oral como escrito (Shaywitz, 2003). La definición de DA
asume una discrepancia significativa entre la capacidad y el rendimiento. Su
dificultad está en captar, procesar y dominar las tareas e informaciones. El
niño simplemente no puede hacer lo mismo que los demás, aunque su nivel
de inteligencia sea el mismo.
Muchos de estos niños presentan dificultades en más de un área de
aprendizaje y asimismo pueden presentar problemas de atención, adaptación
emocional y/o comportamiento (Lyon, Shaywitz & Shaywitz, 2003).
Es importante diferenciar las DA de otros conceptos afines como
“necesidades educativas especiales”, “inadaptaciones por déficit
socioambiental”, “discapacidad intelectual”, “trastornos emocionales
graves”, etc.
El niño con trastorno de aprendizaje tiene una pauta desigual en su
desarrollo, puede no tener disfuncionamiento del sistema nervioso central,
no debe sus problemas de aprendizaje a pobreza ambiental y/o los problemas
de aprendizaje no se deben a retraso mental o a trastornos emocionales. En
definitiva, sólo resulta procedente hablar de DA cuando hacemos referencia
a:
Niños y niñas que tienen un cociente intelectual normal, o muy próximo a la
normalidad, o incluso superior.
Su ambiente sociofamiliar es normal.
No presentan déficits sensoriales ni afecciones neurológicas significativas.
Su rendimiento escolar se manifiesta y es reiteradamente insatisfactorio.
Las dificultades de aprendizaje suelen cursar con patologías asociadas
parecidas a las presentes en el trastorno por déficit de atención con
hiperactividad (TDAH).
No hay una única señal que indique la existencia de un problema del
aprendizaje. Los expertos buscan indicadores que expliquen la existencia de
una diferencia notable entre el progreso escolar actual y el nivel de progreso
que podría lograr, dada su inteligencia o habilidad.
Algunas indicaciones orientativas que pueden hacer sospechar a los padres
y/o maestros que el niño tiene un problema del aprendizaje son:
Actividad motriz: hiperactividad o hipoactividad, torpeza motora, dificultad
en la coordinación…
Atención: bajo umbral de concentración, dispersión…
Área matemática: problemas en seriaciones, inversión de cifras, reiterados
errores en el cálculo…
Área verbal: problemas en la codificación/decodificación simbólica,
irregularidades lectoescritoras, disgrafías, etc. Puede tener problemas en
aprender el alfabeto, hacer rimar las palabras o conectar las letras con sus
sonidos; puede cometer errores al leer en voz alta, y repetir o detenerse a
menudo; puede no comprender lo que lee; puede tener dificultades con
deletrear palabras; puede tener una letra desordenada, tomar el lápiz
torpemente; problemas para expresar sus ideas por escrito; puede aprender
el lenguaje de manera tardía y tener un vocabulario limitado; limitaciones en
recordar los sonidos de las letras o escuchar pequeñas diferencias entre las
palabras; problemas en comprender bromas, historietas cómics ilustrados y
sarcasmo; puede tener dificultades en seguir instrucciones; puede pronunciar
mal las palabras o usar una palabra incorrecta que suena similar;
complicaciones en organizar lo que desea decir o no puede pensar en la
palabra que necesita para escribir o conversar; puede no seguir las reglas
sociales de la conversación, tales como tomar turnos; puede confundir los
símbolos matemáticos y leer mal los números; puede no poder repetir un
cuento en orden (lo que ocurrió primero, segundo, tercero) o puede no saber
dónde comenzar una tarea o cómo seguir desde allí.
Emotividad: desajustes emocionales leves, escasa autoafirmación
personal…
Memoria: dificultades de fijación, problemas en la memoria operativa
(Baddeley, A. 2006).
Percepción: inadecuada reproducción de formas geométricas, confusión
figura-fondo, inversiones de letras, rotaciones, dificultad para distinguir
entre la derecha y la izquierda.
Sociabilidad: inhibición participativa, escasa habilidad social, agresividad…
Dificultades-aprendizaje
Es probable que el pequeño no exhiba todas estas señales, ni siquiera la
mayoría de ellas. Sin embargo, si exhibe varios de estos problemas, entonces
los padres y maestros deben considerar la posibilidad de que el niño tenga
un problema del aprendizaje.
El diagnóstico y el proceso de intervención de las dificultades de aprendizaje
parten del análisis de las denominadas “habilidades elementales”, básicas y
necesarias para que, a partir de ellas, el sujeto pueda construir y desempeñar
conductas propias del aprendizaje de la lectura, la escritura y el cálculo, tales
como leer, escribir, comprender, etc.
Los problemas del aprendizaje tienden a ser diagnosticados cuando los niños
llegan a la edad escolar. Los maestros y los padres observan que el niño no
está aprendiendo como se esperaba. Es posible que la escuela o la familia
soliciten una evaluación para ver cuál es la causa del problema.
Se puede establecer una clara relación de secuencialidad entre dichas
habilidades elementales y las manifestaciones o los errores típicos de las
dificultades en el aprendizaje; de ahí que el diagnóstico de las dificultades
disléxicas, digrafías y discalculias se puedan iniciar a partir de los
denominados signos precursores, existiendo así la posibilidad de realizar una
recuperación precoz de las funciones neuropsicológicas deficientes.
Muchos de los trabajos han comprobado que los pequeños con DA presentan
unas puntuaciones más bajas en la escala verbal que en la manipulativa de la
escala Weschler. Los niños con déficit fonológico evidencian déficit en
diversas medidas verbales, tales como conocimiento del vocabulario,
memoria auditiva y asociaciones verbales, comprensión del vocabulario,
semejanzas entre palabras y fluidez verbal (Shaywitz et al, 2006; Fletcher,
Morris &Lyon, 2003). Stanovich (2005) denomina “efecto mateo” a la
relación entre la lectura y el CI porque la lectura tiene efectos en otras
habilidades cognitivas. Así pues, los niños con déficit en lectura leen menos,
adquieren menos conocimientos generales y específicos y ello afecta en las
habilidades verbales y en el rendimiento (Ardila &Reynolds, 2000).
Además, muchos estudios evidencian que los escolares con discapacidad
lectora no realizan bien diversas pruebas de memoria (amplitud de dígitos,
recuerdo de secuencias de letras, palabras sin sentido y ordenar palabras). La
dificultad para recordar una serie de palabras precede al diagnóstico de la
discapacidad lectora y parece que es un factor de riesgo y no una
consecuencia de los problemas de lectura (Adams & Gathercole, 2000). Los
malos lectores son incapaces de utilizar la estructura fonológica del lenguaje
para mantener secuencias de letras en la memoria a corto plazo (Riccio,
Garland & Cohen, 2007).
Cualquier intervención que se inicie ha de ir precedida de un diagnóstico
diferencial, por ello es importante realizar una valoración neuropsicológica
y logopédica, para conocer las funciones alteradas y las preservadas. Las
áreas susceptibles de evaluación son: habilidades cognitivas generales,
motricidad, percepción visual, lenguaje expresivo y receptivo, lecto-
escritura, memoria verbal y visual, atención selectiva, sostenida y dividida,
funciones ejecutivas y habilidades académicas.

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