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VÁLVULAS CARDIACAS
Las válvulas cardiacas son un pliegue membranoso encargado de controlar el flujo de
sangre en el interior y hacia el exterior del corazón, en condiciones normales estas lo
mantienen controlado mediante su apertura y cierre, logrando que el flujo de sangre sea
unidireccional y suficiente como para abastecer las necesidades del organismo.
Las válvulas cardiacas tienen tres valvas o cúspides, a excepción de la válvula mitral,
que posee únicamente dos valvas. Existen en total cuatro válvulas cardiacas, las cuales se
dividen en dos grupos
Al abrirse las válvulas AV, los extremos de sus valvas se proyectan dentro del
ventrículo. Cuando los ventrículos están relajados o en diástole, los músculos papilares y las
cuerdas tendinosas están relajadas también y la sangre se mueve desde un sitio de mayor
presión, las aurículas, a otro de menor presión, los ventrículos.
VALVULOPATIAS CARDIACAS
Por otro lado, una valvulopatía es cualquier alteración patológica de una válvula. Por
ello, una valvulopatía cardiaca es un fallo en el funcionamiento de una de las válvulas del
corazón, y pueden cursar con estenosis, insuficiencia o ambas.
Las válvulas que más comúnmente se ven afectadas son las del lado izquierdo, es
decir, la mitral y la aortica, mientras que la pulmonar y tricúspide suelen verse menos
afectadas y por lo general no requieren tratamiento quirúrgico.
Los orígenes de las valvulopatías adquiridas pueden ser diversos, como se puede
observar en la tabla, sin embargo, se explicarán las más comunes entre todas ellas
1. VALVULOPATÍA DEGENERATIVA
El término se emplea para describir los cambios que afectan a la integridad de la MEC
(matriz extracelular) valvular. Entre estos cambios degenerativos se encuentran:
Los cambios degenerativos de las válvulas cardíacas pueden ser considerados como
una parte inevitable del proceso de envejecimiento relacionados con el repetido estrés
mecánico al que se ven sometidas las válvulas, ya que el corazón late de 35 a 40 millones de
veces al año en promedio, y en cada apertura y cierre normales se necesita una notable
deformación de la válvula.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La característica principal son masas cálcicas apiladas en la vertiente del flujo de las
cúspides, que dificultan de forma mecánica la apertura de la válvula; la fusión de las
comisuras no es un dato típico, aunque las cúspides pueden sufrir una fibrosis secundaria con
engrosamiento.
MORFOLOGÍA
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Aunque en la mayor parte de los casos la historia natural y la evolución clínica son
benignas, aproximadamente el 3% de los pacientes desarrollan complicaciones, como una
insuficiencia mitral con repercusión hemodinámica e ICC, sobre todo si se produce la rotura
de las cuerdas o de las valvas de la válvula.
2. VALVULOPATIA REUMÁTICA
La valvulopatía suele causar una estenosis mitral fibrosante con deformidad valvular;
de hecho, la cardiopatía reumática es, básicamente, la única causa de estenosis mitral
adquirida.
PATOGENIA
Los linfocitos T CD4+ que reconocen los péptidos de los estreptococos pueden dar
lugar a reacciones cruzadas con los antígenos del huésped e inducir respuestas inflamatorias
mediadas por citocinas.
MORFOLOGIA
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Aunque cuando aparecen los síntomas los cultivos son negativos para el estreptococo,
en general, los títulos de anticuerpos séricos frente antígenos del estreptococo suelen estar
aumentados.
Entre los signos clínicos de carditis se encuentran el roce de fricción pericárdico y las
arritmias; la miocarditis puede ser tan grave que se produzca una dilatación cardíaca con
insuficiencia funcional de la válvula mitral e ICC. A pesar de todo, menos del 1% de los
pacientes fallecen por fiebre reumática aguda.
Una serie de criterios menores, como fiebre, cambios en el ECG o aumento de los
reactantes de fase aguda, permiten también confirmar el diagnóstico.
MORFOLOGIA
Las válvulas aórtica y mitral son los asientos más frecuentes de las infecciones,
aunque la válvula tricúspide se afecta a menudo en los adictos a drogas por vía parenteral.
Las vegetaciones pueden ser solitarias o múltiples y se puede afectar más de una válvula; en
ocasiones, erosionan hasta llegar al miocardio subyacente y dan origen a un absceso
Por el contrario, la endocarditis aguda suele tener un comienzo con fiebre de rápido
desarrollo, escalofríos, debilidad y laxitud. Se reconocen soplos en el 90% de los pacientes
con lesiones del lado izquierdo. En aquellos que no se tratan rápidamente se forman
microémbolos que pueden dar lugar a petequias, hemorragias retinianas (manchas de Roth),
lesiones eritematosas indoloras en palmas o plantas (lesiones de Janeway) o nódulos
dolorosos en las puntas de los dedos (nódulos de Osler)