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Documentos de Cultura
● Uso cotidiano del término cultura: se refiere a una cualidad deseable que adquirimos al
acudir a suficiente número de conciertos y representaciones teatrales y a visitar museos y
galerías.
● Cultura: se puede definir como las conductas, creencias, actitudes, valores e ideales
aprendidos y, generalmente, compartidos por todos los miembros de un grupo.
● Como lo definen los antropólogos: conjunto de conductas aprendidas, creencias,
actitudes, valores e ideales que caracterizan a una sociedad o población.
● Algunos antropólogos como Ralph Linton: estilo completo de vida de una sociedad.
La cultura se aprende:
● Para que algo se considere cultural debe ser aprendido, además de compartido, esto se
realiza mediante el lenguaje simbólico.
Relativismo cultural:
● En la década del 70’ la cultura se desarrollaba de forma progresiva y uniforme, esta
creencia se denomina evolucionismo unilineal.
● Uno de los principales oponentes del evolucionismo fue Franz Boas como muchos de sus
discípulos, insistieron en que el evolucionismo unilineal no explicaba de forma suficiente
los detalles de las culturas que trataban de analizar, ni se comprendía el contexto en el que
estas costumbres aparecían.
● La postura antropológica de que las costumbres e ideas de una sociedad se deben describir
de forma objetiva y atendiendo al contexto de los problemas y las oportunidades de esa
sociedad, recibe el nombre de relativismo cultural.
● ¿Qué ocurre cuando la gente practica la esclavitud, la tortura o el genocidio? Si la doctrina
rígida del relativismo está unida a todo eso, entonces prácticas culturales como estas no se
juzgan, por lo que tampoco tenemos que tratar de eliminarlas. Una forma más atenuada
de relativismo cultural que los antropólogos perderían su objetividad si, describiendo a la
gente y en su intento de comprender las razones de sus conductas culturales, actuaran
realizando juicios cautelosos de forma superficial o rápida. La versión atenuada del
relativismo cultural no impide que los antropólogos emitan juicios o que traten de cambiar
las conductas que consideren perjudiciales.
Contracciones culturales:
● Emile Durkheim redujo la cultura a algo externo que ejerce un fuerte poder coercitivo
sobre nosotros.
● Las reglas o estándares sobre lo que se considera una conducta aceptable son definidas
como normas.
● Las constricciones culturales son de dos tipos: directas (las más obvias), ir desnudo a algún
sitio e indirectas (menos obvias), ser extranjero y pagar con otra moneda.
La diferencia sexual:
● El cuerpo es la primera evidencia incontrovertible de la diferencia humana. Pero son sólo
eso, diferencias biológicas que no deberían traducirse en desigualdad social, política y
económica.
● Si bien la diferencia sexual es la base sobre la cual se asienta una determinada distribución
de papeles sociales, esta asignación no se desprende “naturalmente” de la biología, sino
que requiere un trabajo de la cultura. Un ejemplo: la maternidad juega un papel
importante en la asignación de tareas, pero no por la capacidad de parir hijos las mujeres
nacen sabiendo planchar y coser.
Género y discriminación:
La igualdad y el género:
● Jean Starobinski decía que la cuestión de igualdad tiene dos dimensiones: se trata de una
interrogación filosófica relacionada con la representación que nosotros nos hacemos de la
naturaleza humana e implica una reflexión sobre el modelo de sociedad justa que nos
proponemos. En estas dos dimensiones, la filosófica y la sociopolítica, radica justamente la
dificultad de alcanzar la igualdad con el reconcomiendo de las diferencias.
Más allá del género:
● ¿Cómo construir un piso de igualdad reconociendo la diferencia sexual? En primer lugar,
no hay que caer en las trampas de la igualdad, entendida como similitud y saber que tratar
con igualdad a desigualdades no produce igualdad; desechar la idea tramposa de que son
las mujeres las que tienen que igualarse con los hombres; denunciar la contradicción
demagógica que otorga gran valor a la participación ciudadana pero dificulta la
participación de las mujeres al no existir opciones sociales que aligeren su labor de madres
y amas de casa.
Cuerpo social Símbolo natural para poder pensar. La relación entre cuerpo,
cultura y sociedad.
● El dualismo cartesiano que separa la mente del cuerpo, el espíritu de la materia, y lo real
(en términos de visible, palpable) de lo irreal. Oposiciones: mente/cuerpo, visible/no
visible, natural/sobrenatural, mágico/racional, racional/irracional, real/irreal.
El cuerpo social
El cuerpo como símbolo:
● El organismo humano y su natural producción de sangre, leche, lágrimas, semen y
excreciones pueden utilizarse como un mapa cognitivo para representar otras relaciones
con lo natural, lo sobrenatural, lo social e incluso lo espacial.
● Needham, señalo algunas de las asociaciones creadas en torno a las personas diestras y
zurdas, por un lado se considera a la izquierda como inferior, oscura, sucia, femenina y por
otro, lo relativo a la derecha se caracteriza como superior, sagrado, iluminado, dominante y
masculino.
● Mujer con un rol de reproducción.
● Una de las ideas más prevalecientes de la salud individual y social es la del balance vital, la
armonía, la integración y la entereza que encontramos en los antiguos sistemas médicos
de China, Grecia, India y Persia, en las culturas de los nativos americanos del sudoeste
estadounidense y hasta el movimiento de salud holística del s. XX. A la inversa, la
enfermedad y la muerte pueden ser atribuidas a tensiones sociales, contradicciones y
hostilidades, como se manifiesta en la imagen del “bien limitado” del campesino
mexicano, en el síndrome frio-caliente y el desequilibrio simbólico en la medicina
mexicana y en expresiones como hechicería, mal de ojo, estrés.
El mundo encarnado:
● Uno de los usos simbólicos más frecuentes y detallados del cuerpo humano en el mundo
no occidental consiste en domesticar los espacios en los que las personas residen.
● Manning y Fabrega, biomedicina moderna: el cuerpo y la persona son entendidas como
entidades distintivas y separables; la enfermedad reside o bien en el cuerpo, o bien en la
mente. Las relaciones sociales son vistas de forma fragmentaria, particionada y situacional,
generalmente en discontinuidad con la salud o la enfermedad. Muchos sistemas
etnomédicos no distinguen lógicamente cuerpo, mente y persona, con lo cual la
enfermedad no puede estar situada solamente en la mente o en el cuerpo. Las relaciones
sociales son concebidas como una contribución clave a la salud o la enfermedad individual.
El cuerpo es abordado en su totalidad, integrando aspectos concernientes a la persona y a
sus relaciones sociales. Es dependiente de, y vulnerable a las emociones, los deseos y las
acciones de los/as demás, incluyendo espíritus y ancestros.
● La alienación puede ser expresada por los/as pacientes como una sensación de ausencia
de corporalidad, de indefensión o, utilizando el término de R. D. Laine, un ego dividido
(1965). La pérdida del sentido de integridad corporal, de completud, de continuidad e
interrelación respecto del resto del mundo natural y social es, el efecto acumulativo de las
fuerzas que hemos discutido más arriba: el legado cartesiano y el materialismo e
individualismo de la práctica clínica biomédica.
● La alienación, es el trabajo humano, así, dividido y fragmentado es “alienado” (enajenado),
y ello se ve en las marcadas distorsiones de los movimientos corporales, la imagen
corporal, y la propia concepción de sí que E. P.
● La ama de casa descuidada, el campesino muy perezoso o demasiado ansioso viola la
virtud fundamental de conformidad, la cual es expresada en un tipo de solidaridad
orgánica más que en una coreografía coordinada. A pesar de que, como sugiere Bourdieu,
estos/as campesinos/as podrían padecer una especie de falsa conciencia (o una “mala fe”)
que les permite presentarse a sí mismos/as y a su mundo social como la única forma
posible de pensar y comportarse y percibir como “natural” lo que son, en realidad, normas
culturales autoimpuestas, no cabe duda de que estos/as aldeanos/as argelinos/as viven en
un mundo social y natural que tiene una forma decididamente humana. Nos podemos
referir a este mundo como “encarnado” o “corporizado”.
● La alienación en las sociedades industriales avanzadas es la ecuación simbólica establecida
entre los/as humanos/as y las máquinas, originada en nuestros modos y relaciones de
producción industriales y en el fetichismo de la mercancía de la vida moderna, en el que
incluso el cuerpo humano ha sido transformado en una mercancía
● Utilizamos la metáfora del humano/a como máquina cada vez que describimos nuestros
estados somáticos o psicológicos en términos mecánicos, diciendo que estamos
“agotados/as”, “sobrecargados”, o cuando decimos que necesitamos “recargar baterías”.
En tiempos recientes las metáforas han mutado o se han desplazado desde lo mecánico
hacia lo electrónico (estamos “apagados/as”, “desconectados”).
El cuerpo político
● Douglas (1966) sostiene, por caso, que cuando una comunidad se siente amenazada,
responde mediante la expansión del control social, regulando los límites del grupo. Los
puntos desde los que las amenazas externas puedan infiltrarse y contaminar a sus
miembros se convierten en foco de regulación y vigilancia. Los tres cuerpos, el individual,
el social y el político, pueden ser resguardados, protegidos por una vigilancia estricta de las
entradas y salidas.
● Por lo tanto, las acusaciones eran dirigidas a aquellas personas y familias que, buscando el
progreso económico, se mostraban más competitivas, codiciosas e individualistas en sus
relaciones sociales.
● Para Turner, la superficie del cuerpo representa un “tipo de frontera común de la sociedad
que se convierte en el escenario simbólico en el que el drama de la socialización es
actuado”.
● En nuestra cultura de la salud y del bienestar físico, el cuerpo políticamente correcto para
ambos sexos es delgado, fuerte, andrógino y ejercitado mediante el cual el núcleo de los
valores culturales de autonomía, juventud, competitividad, resistencia y autocontrol son
fácilmente legibles (Pollitt, 1982). A la inversa, una mala salud no es percibida como
accidental, un mero capricho de la naturaleza, sino como un fracaso individual respecto de
llevar una buena vida, una buena alimentación, ejercicio periódico, etc.
● El doble mandato de ser personas simultáneamente sanas, autocontroladas y productivas
en el trabajo, a la vez que autoindulgentes y consumidoras por placer es particularmente
destructivo para la propia imagen de mujer norteamericana “moderna” y “liberada”.
● Hopper (1982) ha sugerido, el/la médico/a (y otros/as agentes sociales) está
predispuesto/a a “no ver la secreta indignación del paciente”. La mirada médica es,
entonces, una mirada controladora, desde la que las formas de protesta activas (aunque
furtivas) son transformadas en actos pasivos de “colapso”.
● Una antropología de las relaciones entre el cuerpo y el cuerpo político inevitablemente
lleva a considerar la regulación y control no solo de los individuos sino también de las
poblaciones, y por lo tanto de la sexualidad, del género y de la reproducción -lo que
Foucault (1980a) define como biopoder.
● El cuerpo humano saludable, incluyendo sus deseos y apetitos, fueron problematizados en
el siglo XIX, y varias disciplinas enfocadas en torno al control de la sexualidad humana (en
particular la femenina) cobraron relevancia. B. Turner (1984) considera que el gobierno y la
regulación de la sexualidad femenina implica, a nivel institucional, un sistema de hogares
patriarcales para controlar la fertilidad; y a nivel individual, ideologías de ascetismo.
Entonces el matrimonio tardío, el celibato y las ideologías religiosas de puritanismo sexual
fueron un requerimiento estructural de las sociedades europeas hasta mediados del siglo
XIX (Imhof, 1985) y de la Irlanda rural del siglo XX (Scheper-Hughes, 1979).