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ABG

DERECHO COMERCIAL A
COM - A - t e r c e r c u at r i m e s t r e

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág.


Índice
Presentación 4

Macrobjetivos 6

Programa 7

Mapa Conceptual 8

Agenda 9

Material 9

Glosario 9

Módulos *
Módulo 1 16
Módulo 2 40
Módulo 3 53
Módulo 4 65

* Cada módulo contiene:


microobjetivos
contenidos
actividades

Referencias

Ícono para indicación de Lectura Básica (disponible en ANEXO): ∙

Ícono para indicación de Lectura Complementaria (disponible en plataforma):

Impresión total del documento 85


259páginas
páginas

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Presentación Es un verdadero placer y un notable
desafío presentar esta materia ante
usted, dado la enorme transformación
legislativa en materia de derecho privado,
habiéndose unificado legislativamente el
mismo, fundiéndose en un solo cuerpo
normativo, a partir de la sanción del nuevo
Código Civil y Comercial de la Nación en
el año 2015.

Es de público conocimiento que dicha transformación ha implicado la


derogación de los anteriores códigos que regían este tipo de relaciones, esto
es el Código Civil por un lado y el Código de Comercio por el otro. Por ello,
legislativamente hoy no existe diferencia entre actos de la vida civil y actos
de la vida comercial, ya que al haberse unificado la legislación, reiteramos,
legislativamente estamos frente a lo que podemos llamar actos jurídicos de
derecho privado.

Por ello, nos avocaremos a conocer este proceso de unificación legislativa


que ha dado nacimiento a este nuevo Código Civil y Comercial de la Nación,
cuya reciente vigencia rige todas las relaciones de derecho privado de
nuestra sociedad.

El hecho de haberse unificado en un solo cuerpo normativo todo el derecho


privado, sin que exista el distingo o la distinción legislativa entre actos
civiles y actos de comercio, no quiere decir en modo alguno que en la
realidad no existan actos que por su naturaleza, origen, finalidad, etc., no
sigan siendo considerados actos de la vida civil o actos de comercio. En la
materia comercial, el sustento que le da, le ha dado y le seguirá dando a su
existencia es justamente esa realidad que nosotros llamados comercio. Sin
que existiera una realidad que regular no habría necesidad de regulación. Si
no existiera el comercio, no habría derecho comercial. Pero como sí la hay,
y esa realidad es tangible, es que aunque no legislativamente, el acto de
comercio continúa existiendo.

Solo a fines ilustrativos, seguramente en los últimos meses usted ha viajado


en un transporte público automotor, comprado en un kiosco una golosina,
adquirido una entrada de cine, quizá ha utilizado una tarjeta de crédito, tal vez
ha contratado un seguro, o ha tramitado y obtenido un crédito en una entidad
bancaria. Todos esos actos y muchos otros que realizamos diariamente, son
económica y naturalmente comerciales, y por lo tanto quedan atrapados
bajo la órbita del derecho comercial.

Por ello, en el módulo uno de la materia estudiaremos la realidad del derecho


comercial (como rama del derecho privado), cuya conceptualización
nos permitirá adentrarnos en el estudio de esta disciplina que regula las
actividades mercantiles.

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Para resaltar alguna de sus características, que le son propias y lo diferencian
de otras actividades reguladas por el derecho, podemos destacar su
constante evolución, acompañando la continua mutación que presenta la
actividad comercial. Si un país tiene normas jurídicas mercantiles que no son
continuamente revisadas, es porque la realidad social que tiene destinada a
regir tampoco presenta cambios, y ello nos induce a pensar en una economía
estancada.

En la primera parte de la materia trataremos de encontrar un concepto


unívoco del derecho comercial, partiendo de una noción del comercio como
actividad jurídica y económica. Luego, nos adentraremos al estudio del acto
de comercio y las teorías ensayadas respecto del mismo, poniendo luego
el acento en nuestro sistema legal de actos de comercio. Aquí es donde se
produce jurídicamente el primero de los cambios existentes. Deja de existir
legislativamente una enumeración de actos de comercio ya que dejan de
ser tratados en forma general de esta manera. Sin embargo, porque en la
realidad el acto económico y comercial no ha dejado de existir, trataremos
de distinguir sus particularidades como la intermediación, la circulación y
el tráfico de bienes, la realización de actos en masa, el ánimo de lucro, la
producción y comercialización de bienes y servicios y la naturaleza de la
actividad empresarial y su repercusión en el mundo del Derecho.

Vinculado a ello, resulta de vital importancia el estudio de lo que podemos


denominar como teoría general de los Títulos de Crédito, su incorporación
legislativa al Código Civil y Comercial y su regulación específica en el decreto
ley que regula la letra de cambio y el pagaré y la ley de cheques.

En el módulo dos estudiaremos a los sujetos de las relaciones comerciales,


lo que económicamente podemos seguir llamando comerciantes, pero
ahora sin un concepto establecido expresamente en el nuevo código
ya que se ha suprimido el llamado estatuto personal del comerciante, y
reemplazado ello por quien realiza una actividad económica organizada. Es
así que estudiaremos al comerciante individual, sus derechos y obligaciones,
específicas y genéricas, citando por caso el llevado de una contabilidad
organizada y la obligación de rendir cuentas. También serán objeto de
estudio, como persona jurídica comerciante por excelencia, las sociedades
en general, sus requisitos comunes y los tipos societarios existentes.

Haremos también especial hincapié en la teoría general de la representación,


que ahora tiene recepción legislativa en el nuevo código, y cómo se materializa
la misma en la actividad comercial.

Contando ya con estos elementos, nos adentraremos en el estudio del


módulo tres que trata sobre el contrato como eje de las relaciones de
derecho privado entre las personas, es decir el acuerdo de voluntades con
influencia en el campo del derecho, analizando los principales aspectos de
la teoría contractual. Reviste fundamental importancia conocer los aspectos
generales de la contratación, puesto que sin ellos no podemos iniciar la
consideración de los principales contratos, los cuales ocupan nuestra materia
de allí en adelante. El concepto de contrato, su clasificación, la forma y la
prueba de los mismos, el proceso de formación del contrato, las resoluciones
contractuales, son los aspectos fundamentales que rigen este módulo.

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Al finalizar la asignatura, y con el estudio del módulo cuatro, consideramos
dos contratos clásicos como la compraventa y el seguro; el primero como
el contrato madre de la actividad comercial en general, y el segundo por su
importancia económica ya que permite otro sinnúmero de actos y contratos
de una manera accesible, facilitando así la producción y comercialización de
bienes y servicios.

Seguramente en el ejercicio profesional ha de tener usted un trato cotidiano


con los contratos comerciales, sea como abogado empresarial o en otra rama
del Derecho. Esperamos que el estudio de esta materia sea el comienzo
del camino que le permita descubrir esta rama del Derecho Privado, en su
parte general y contractual, y le brinde las herramientas necesarias para un
fructífero ejercicio profesional. Lo invitamos al estudio de esta materia, y a
aceptar el desafío de su aprendizaje.

Macroobjetivos • Iniciar el estudio del derecho mercantil como rama del Derecho
Privado y del comercio, para reconocer sus aspectos jurídicos y
económicos.

• Reconocer el acto de comercio, en su aspecto económico, para


identificarlo jurídicamente en nuestro nuevo ordenamiento legal.

• Identificar quién realiza una actividad económica organizada, como


persona tanto humana como jurídica, individual y colectiva, para
delimitar claramente sus derechos y obligaciones.

• Comprender la importancia de un adecuado sistema de contabilidad


para aplicarlo y utilizarlo en el desarrollo y marcha de la actividad
económica que le da origen.

• Reconocer la importancia de la Teoría General de los Títulos de


Crédito para identificar luego cada uno de ellos en particular.

• Iniciar el estudio de la Teoría General de la Contratación, para conocer


y resolver cuestiones contractuales en sus principales aspectos.

• Adquirir habilidades en la redacción de diversos tipos contractuales


analizados teóricamente, lo que permita elaborar cualquier tipo de
contrato comercial, de manera simple pero preservando la seguridad
jurídica y de ese modo brindar un asesoramiento correcto y cabal.

• Identificar en sus aspectos generales y específicos el contrato de


seguro, con el objetivo de manejar las implicancias de este contrato.

• Manejar el contrato de compraventa, fundamentalmente de la


compraventa internacional y de las modernas formas de contratación
a distancia, a los fines de asesorar y resolver los conflictos que
pudieran suscitarse.

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Programa Módulo 1: El comercio y el Derecho Comercial
El comercio: concepto económico y jurídico. Breve reseña histórica y
principales criterios orientadores a lo largo de la historia. Sistemas subjetivo
y objetivo de derecho comercial.
Concepto y caracteres del derecho comercial. Análisis de cada uno de ellos.
El Código de Comercio de Vélez Sarsfield y el sistema actual en el nuevo
Código Civil y Comercial de la Nación.
El derecho empresarial. Codificación del derecho comercial. Sus
antecedentes nacionales y tendencias actuales. Movimiento de unificación
de las obligaciones civiles y comerciales.
Autonomía del derecho comercial. Clases. Nuevo Código Civil y Comercial.
Unificación legislativa. Método y generalidades.
Teoría general del acto de comercio. Diversas concepciones y clasificaciones.
Sistema nacional conforme el Código de Comercio de Vélez Sarsfield,
análisis. Sistema actual.
Fuentes del derecho comercial. La ley: concepto. Usos y costumbres.
Teoría general de los Títulos de Crédito. Su incorporación al Código Civil y
Comercial. Letra de cambio, pagaré y cheques. Leyes especiales

Módulo 2: Los sujetos de las relaciones mercantiles. La representación


Personas físicas y jurídicas, comerciantes y no comerciantes. Análisis de la
capacidad en el nuevo Código Civil y Comercial.
El comerciante: concepto. Adquisición, pérdida y prueba de la calidad de
comerciante, conforme el Código de Comercio de 1859. Sistema actual.
Personas físicas o humanas y personas jurídicas. Las sociedades y las
modificaciones legislativas a la ley 19550.
Requisitos esenciales, la sociedad residual, Tipos societarios. La sociedad
de responsabilidad limitada, la sociedad anónima. El empresario individual y
las sociedades.
El menor comerciante. Distintos supuestos.
Obligaciones comunes. Inscripción registral, contabilidad y registraciones
contables. Libros de comercio: Libros obligatorios y facultativos, formalidades.
Sujetos obligados y eximidos. La rendición de cuentas. Distintos supuestos.
Aprobación expresa y tácita.
La representación. Fuentes: legal, voluntaria, orgánica. El corretaje. Su
incorporación al Código Civil y Comercial.

Módulo 3: La teoría general de la contratación. El nuevo sistema legal.


Obligaciones y Contratos. Su unificación
Teoría general de la contratación. El contrato: concepto. La autonomía
de la voluntad. Límites. Distintos supuestos. Elementos del contrato.
Consentimiento, objeto y causa. Clasificación de contratos, distintos casos.
Contrato entre ausentes. Perfeccionamiento. Contratos preliminares.
Interpretación, forma y prueba de los contratos.
El plazo y la mora. Resolución contractual: Cláusula resolutoria expresa
y cláusula resolutoria implícita (pacto comisorio). Plazo indeterminado.
Modernas formas de contratación comercial. Aspectos generales.
Obligaciones y contratos comerciales. La actividad comercial como derecho
de consumo. Ley de defensa del Consumidor.

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Módulo 4: La compraventa mercantil. El contrato de seguro
La compraventa. Unificación del régimen legislativo. Comercialización del
instituto. Concepto y caracteres. Operaciones excluidas. Análisis. El precio
determinado o determinable. Precio vil e irrisorio. Venta de cosas futuras.
Venta y promesa de venta de cosa ajena. Obligaciones y derechos de las
partes. La tradición real y simbólica. Vicios ocultos y aparentes. Garantía de
evicción. Señal o arras. Ventas internacionales. Cláusulas usuales. Protección
al consumidor. Aspectos teóricos y legales. La negociación y tráfico en masa.
El contrato de seguro. Sujetos. Autorización para funcionar. Formación e
interpretación. Elementos esenciales: Interés asegurable, riesgo y prima.
Obligaciones generales y cargas de las partes. Seguro de daño, de
responsabilidad civil, de incendio, de personas. Subrogación y citación en
garantía. Principales aspectos.

Mapa conceptual

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Agenda
Módulo 3

25% 25% 25% 25%


Módulos 1 2 3 4

Semanas
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
Módulo 1 Módulo 2 Módulo 3
Módulo 4
Evaluación Evaluación
Parcial 1 Parcial 2

Material Derecho Comercial A


Material

A continuación, se detalla el único material necesario para abordar el estudio


de la asignatura.

Material básico:

Los materiales de estudio se encuentran desarrollados en los Contenidos de


cada módulo. Además se incluyen:
• Código Civil y Comercial de la Nación

• VITOLO, Daniel Roque. Manual de Derecho Comercial. Buenos Aires.


Estudio. 2016.
Leyes:
• Convención de Naciones Unidas sobre Compraventa Internacional
de Mercaderías, Viena, 1980.
• Decreto Ley 5965/63
• Ley 17.418. Ley Nacional de Seguros
• Ley 19550. Ley de Sociedades.
• Ley 22765. Ley sobre la compraventa internacional de mercaderías.
• Ley 24240. Ley de Defensa del Consumidor.
• Ley 24452. Ley de Cheques
Lecturas
(ver en plataforma) Material complementario:

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• ESCUTI (h), Ignacio: Títulos de Crédito. 11ª. Edición actualizada y
ampliada. Buenos Aires, Astrea.

• FAVIER DUBOIS, Eduardo (h). Manual de Derecho Comercial. Buenos


Aires. La Ley. 2016

• GHERSI, Carlos y WEINGARTEN, Celia. Manual de Contratos Civiles,


Comerciales y de Consumo. Buenos Aires. La Ley. 2017.

• RIVERA, Julio C. y MEDINA, Graciela. Código Civil y Comercial de la


Nación. Buenos Aires. La Ley. 2015.

• VITOLO, Daniel Roque. Manual de Contratos. Buenos Aires. Estudio.


2017

Glosario Abstracción cartular: Es la independencia del derecho cartular de la causa


que le dio origen.
Actividad económica organizada: Es la realización de actos de
intermediación, de carácter económico, pretendiendo obtener una ganancia.
Además, comprende la actividad empresaria en la comercialización de
bienes y/o servicios.
Adquisición: Es la incorporación de un bien al patrimonio de una persona,
pudiendo ser dicha adquisición originaria o derivada, contractual o
extracontractual, a título oneroso o a título gratuito.
Agencia comercial: Es el contrato bilateral y oneroso en cuya virtud una
de las partes se compromete, en forma duradera y continua, a prestar su
actividad a un comerciante o industrial, conocido como proponente, mediante
el pago de una remuneración, generalmente un porcentaje, a fin de obtener
para su comitente la concertación de negocios dentro de la zona establecida
en el contrato.
Arras: Es la suma de dinero que se entrega para confirmar las obligaciones
que surgen de un contrato, teniendo el carácter de confirmatorias, sin poder
arrepentirse, salvo pacto expreso en contrario.
Autonomía cartular: Adquisición originaria por cada uno de los que participen
en la circulación de un título valor, que los hace adquirir un derecho nuevo.
Autonomía de la voluntad: Las convenciones hechas por las partes en los
contratos constituyen para ellas una regla a la que deben someterse como
a la ley misma.
Bolsas: Son instituciones para la reunión regular de los comerciantes, con el
fin de traficar en masa sobre mercancías o títulos valores, mediante contratos
tipo.
Cargas del asegurado: Es una regla de convivencia que depende de
la voluntad del asegurado, puesta en su propio beneficio, sin sanción
económica, y que no puede ser objeto de ejecución forzada.
Carta de porte: Es el documento necesario del contrato de transporte,
emitido por el cargador al porteador, que contiene las condiciones esenciales
del contrato para facilitarle la ubicación del destinatario.
Causa del contrato: Es la finalidad económico-jurídica, propia de cada tipo
de contrato y tenida en cuenta al momento de la contratación.
Cheque: Es una orden de pago pura y simple, librada contra un banco
donde el librador tiene o deberá tener fondos depositados en cuenta
corriente bancaria o autorización para girar en descubierto, pudiendo ser ya
sea cheques comunes y/o de pago diferido.

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Cláusula CIF: Significa que dentro del precio convenido se encuentra
incluido el costo del producto, el seguro por el traslado y el pago del flete al
lugar de entrega.
Cláusula FOB: Significa que, dentro del precio de compra de la cosa, se
encuentra incluido el pago de los gastos de traslado de la mercadería a
bordo del barco.
Comerciante: Persona física que realiza una actividad económica organizada
o una actividad empresarial.
Comercio económico: Actividad continua de intermediación entre
productores y consumidores para hacer llegar a éstos los productos de
aquellos, sin alterarlos, y obtener una utilidad en dinero.
Comercio jurídico: Es el conjunto de relaciones de derecho, engendradas
por diversas actividades a las que nuestra legislación vigente reconoce como
mercantiles.
Compraventa: Es el contrato por el cual una persona se obliga a entregar a
otra persona una cosa en propiedad, a cambio de un precio.
Consignación comercial: Es el contrato por el cual una persona desempeña
por otros negocios determinados, obrando a nombre propio o de la razón
social que representa, consistiendo el acto realizado una compraventa.
Concepto económico de comercio: Es de menor amplitud que el jurídico,
por cuanto solo tiene en cuenta el hecho económico. En general, los autores
consideran que existe comercio cuando existe intermediación para el cambio
con ánimo especulativo, esto es, con propósito de obtener una utilidad en
dinero, aunque ello no sea inmediato.
Concepto jurídico de comercio: Es aquella actividad humana a la que la ley
le otorga el carácter de tal, con independencia de la existencia concreta de la
intermediación como fenómeno económico.
Concesión comercial: Es el contrato por el cual una parte, llamada
concesionario, tiene la exclusividad de la venta de una mercadería, producto
o prestación de un servicio a favor del concedente, actuando en nombre y
por cuenta propia.
Contemplatio domine: Es la carga que pesa sobre el representante de hacer
saber al tercero que actúa en nombre y representación de su poderdante, so
pena de que los efectos del acto jurídico recaigan sobre su propio patrimonio.
Contrato: Hay contrato cuando dos o más personas se ponen de acuerdo
sobre una declaración de voluntad común destinada a regular sus derechos.
Contrato de adhesión: Es aquel cuyo contenido resulta predeterminado
por una de las partes y la otra solo se debe limitar a aceptarlo sin poder
modificarlo.
Contrato de ahorro con fines determinados: Es el contrato por el cual las
personas, realizando pagos periódicos, efectúan ahorro de sumas de dinero,
las que luego son aplicadas a la adquisición de productos o prestación de
servicios.
Contrato de asistencia técnica: Es el contrato mediante el cual el
concedente se obliga a transferir, además de conocimientos técnicos, el
personal especializado que permite la producción en serie de los productos
o la prestación de los servicios de que se trate.
Contrato de distribución comercial: Es el medio mediante el cual una
empresa, utilizando los servicios de otra empresa o de un individuo, obtiene
que sus productos lleguen al mercado con más facilidad, en diversos lugares
y a distintos clientes.

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Contrato de engineering: Es aquel mediante el cual una empresa suministra
a otra antecedentes y estudios técnicos, generalmente de alto nivel de
especialización, sobre un proyecto o cuestión específica.
Contrato de factoring: Es el contrato financiero que se celebra entre una
entidad financiera (sociedad de factoring) y una empresa (factoreada), por el
cual la primera se obliga a adquirir todos los créditos que se originen a favor
de la segunda por su actividad comercial, durante un determinado plazo y
asumiendo o no los riesgos de la cobranza del mismo.
Contrato de fideicomiso: Es aquel mediante el cual una persona (fiduciante)
transmite la propiedad fiduciaria de bienes determinados a otra (fiduciario),
que se obliga a ejercerla en beneficio de quien se designe en el contrato
(beneficiario) y a transmitirla, al cumplimiento de un plazo o condición, al
fiduciante, al beneficiario o al fideicomisario. Es el contrato por el cual una
persona recibe de otra un encargo respecto de un bien determinado, cuya
propiedad se le transfiere a título de confianza, para que al cumplimiento de
un plazo o condición le dé el destino convenido (Carregal).
Contrato de franquicia comercial: Es aquel mediante el cual un comerciante,
llamado franquiciante, otorga licencia a otro, llamado franquiciado, para la
venta de productos o prestación de servicios de su titularidad.
Contrato de know how: Es el contrato mediante el cual se transmiten los
conocimientos y experiencias de orden técnico, comercial, administrativo,
financiero o de otra naturaleza, aplicables en la práctica de la explotación de
una empresa.
Contrato de leasing: Es un contrato por el cual una persona llamada dador
se obliga a conceder la tenencia para el uso y goce de una cosa a otra
persona llamada tomador, otorgándole una opción de compra a cambio de
un precio.
Contrato de mutuo: Es el contrato mediante el cual una parte entrega a
otra una cosa fungible, que puede consumir, devolviendo en el tiempo igual
cantidad de cosas, de la misma especie y calidad.
Contrato de seguro: Hay contrato de seguro cuando el asegurador se obliga,
mediante el pago de una prima o cotización, a resarcir un daño o cumplir una
prestación convenida, si ocurre el evento previsto (art. 1, ley 17418).
Contrato de suministro comercial: Es el contrato por el cual una parte se
obliga, mediante compensaciones de un precio, a ejecutar a favor de otra
prestaciones periódicas o continuadas de cosas.
Contrato de transporte comercial: Es el contrato por el cual una parte
(porteador), en forma organizada, se obliga a transportar personas (pasajeros)
o cosas (carga) de un lugar a otro por un precio en dinero.
Contratos de operaciones de contado: Son contratos de ejecución
continuada, calificados como de pronta ejecución y en los cuales la propiedad
de los títulos queda perfeccionada de acuerdo a la ley de circulación de los
mismos.
Contratos de plazo firme: Son aquellos en los que se perfecciona ab
initio la operación, pero sólo se cumple al final del plazo que las partes han
establecido, procediéndose en ese momento a la entrega del título y al pago
del precio convenido.
Corredor: Es la persona que se interpone profesionalmente entre la oferta y
la demanda, para facilitar o promover la conclusión del contrato.
Costumbre: Observación constante de una regla de conducta por los
miembros de una comunidad, con la convicción de que aquella responde a
una necesidad jurídica.

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Cuenta corriente mercantil o comercial: Es el contrato nominado y típico,
regulado por el C. de Comercio, que se caracteriza por el hecho de que dos
sujetos se conceden mutuamente créditos en forma recíproca, conviniendo
en novar en la cuenta corriente las relaciones que nacen de esta concesión
y proceder al pago que resulte de la diferencia a cargo de uno de ellos,
después de la compensación de varias remesas.
Depósito: Es el contrato mediante el cual una de las partes se obliga a
guardar una cosa mueble que otra le confía, por un precio cierto en dinero o
en vinculación con una actividad comercial, y a restituir la misma e idéntica
cosa.
Derecho comercial: Conjunto de normas jurídicas reguladoras de las
relaciones entre los particulares que derivan de la industria comercial o que
son asimiladas a ésta, en la disciplina jurídica y en su realización judicial.
Empresa: Es la actividad organizada con la finalidad de producir bienes y
servicios con destino al mercado.
Empresa de fábrica: Con la palabra empresa se quiere indicar en el Código
a toda organización puesta al servicio de un fin comercial, en este caso
destinada dicha organización a la producción de bienes, sea por medio de
un conjunto de hombres o de una sola persona. Existen organizaciones
unipersonales.
Fianza: Es el contrato mediante el cual una persona toma a su cargo
una obligación ajena, para el caso de que no la cumpla quien la contrajo,
pudiendo entonces serle exigido el cumplimiento de esa obligación ajena.
Fideicomisario: Es el sujeto a quien se ha destinado para que reciba los
bienes como destino final del patrimonio fiduciario, pudiendo ser el mismo
fiduciante o un tercero.
Fiduciante: Es el que transmite la propiedad fiduciaria de sus cosas. Puede
ser cualquier sujeto y debe tener capacidad legal para enajenar.
Fiduciario: Es quien, teniendo capacidad legal para contratar, recibe la
propiedad fiduciaria de los bienes fideicomitidos, los administra conforme a
la manda, y al cumplimiento del plazo o condición los entrega a quien se le
ha indicado.
Filial: Es la sociedad jurídicamente independiente de la sociedad madre,
pero económicamente dependiente de ella.
Garantía de evicción: Es la otorgada por el vendedor; por medio de ella le
asegura al comprador la legitimidad de los títulos de propiedad sobre la cosa
objeto de la convención.
Hacienda mercantil: Es el conjunto de bienes, materiales e inmateriales,
organizados por el empresario para el ejercicio de su actividad profesional.
Incendio: Se produce cuando una cosa no destinada a consumirse por el
fuego es dañada por este o por el calor del fuego hostil.
Interés asegurable: Es la relación lícita y posible del valor económico sobre
un bien.
Jurisprudencia: Pronunciamiento general y constante de una misma manera
por parte de las autoridades judiciales en cuanto hace a la aplicación del
derecho.
Know how: Son los conocimientos y experiencias de orden técnico, comercial
y de economía de empresa, cuya utilización le permite al beneficiario la
producción de objetos y también la organización y administración de las
actividades mercantiles.
Letra de cambio: Es el título formal y completo que contiene una promesa

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incondicionada y abstracta de hacer pagar una suma de dinero a su
vencimiento, y que vincula solidariamente a todos los que intervienen en su
circulación.
Ley: Es el pronunciamiento solemne del derecho, expresado por los órganos
adecuados que representan la voluntad preponderante de una multitud
asociada.
Llave: Es la capacidad de hacienda, por su composición y por el impulso
dado a su organización, de producir económicamente y brindar beneficios
al empresario.
Mandato: Es un contrato por el cual una persona se obliga a administrar uno
o más negocios comerciales lícitos de otro.
Martillero: Es la persona con título habilitante, que realiza la venta de una cosa
al mejor postor, recibiendo ofertas del público especialmente convocado,
luego de haberle hecho conocer las bondades del producto que se vende.
Mercados de valores: Son los organismos técnicos de fiscalización y
liquidación de operaciones sobre títulos valores. Lugares donde se realizan
las transacciones sobre los títulos valores.
Mercancía: Es la cosa mueble, con aptitud para el tráfico y valor ínsito, que
pertenece actualmente a la actividad económica.
Obligaciones del asegurado: Es un mandato jurídico cuyo incumplimiento
es violación a la ley, puesto en interés ajeno al asegurado, con sanción
jurídica que permite la ejecución forzada.
Pagaré: Es el título formal y completo que contiene una promesa de pagar una
suma determinada de dinero a su vencimiento y que vincula solidariamente a
todos los firmantes.
Persona jurídica: Es todo ente capaz de adquirir derechos y contraer
obligaciones que no sea persona humana.
Póliza: Es el documento emitido por el asegurador y que acredita la formación
del contrato, delimita el riesgo asumido, la prima fijada, el interés asegurable
y en general todas las condiciones de contratación.
Prenda común o con desplazamiento: Es el contrato de garantía por el cual
el deudor, o un tercero en su nombre, entrega al acreedor una cosa mueble
en seguridad o garantía de una obligación.
Prenda con registro: Es el derecho real constituido a favor de cualquier
acreedor, mediante inscripción registral, para garantizar cualquier clase
de obligación, recayendo prevalecientemente sobre bienes muebles de
propiedad del deudor o de un tercero que restan en poder de estos.
Prescripción liberatoria: Es un medio de extinción de obligación por el
transcurso del tiempo y la inacción del titular del derecho.
Prima: Es la remuneración que recibe el asegurador por las obligaciones
que asume en un contrato de seguro.
Procura: Es el instrumento en el que consta la declaración de voluntad
emitida por el representado, indicando los límites de la representación y
aceptando las consecuencias jurídicas del actuar del representante.
Profesión: Es la calidad o condición social que asume quien, para obtener
un rédito estable, dedica la propia capacidad física, intelectual y financiera a
una determinada actividad productiva.
Registro Público de Comercio: Es el organismo del Estado encargado
de llevar la matrícula de los comerciantes e inscribir los documentos cuya
publicidad es exigida por la ley mercantil.
Remate: Es la venta hecha al mejor postor, mediante ofertas que se realizan

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en voz alta, en un lugar determinado adonde se ha invitado a concurrir a un
cierto número de interesados en adquirir las cosas ofrecidas, previamente
expuestas y descriptas en sus características.
Rendición de cuentas: Es la descripción gráfica y contable de los resultados
de una operación mercantil.
Representación: La representación nace cuando un sujeto (representante)
ejecuta un negocio jurídico en nombre de otro (representado), de modo
que el negocio jurídico se considera como celebrado por éste último y los
derechos y obligaciones del acto pasan al representado.
Reticencia: Es toda declaración falsa o insuficiente realizada por el
asegurado al asegurador, aun hecha de buena fe, que a juicio de peritos
hubiera impedido el contrato o modificado las condiciones de contratación y
que torna nulo el contrato.
Riesgo: Es la eventualidad prevista en el contrato.
Royalty: Es el precio que se obliga a pagar el importador de tecnología por
la técnica que recepta.
Sede comercial: Es el lugar físico donde el empresario tiene la administración
principal de su actividad económica.
Seguro de responsabilidad civil: Es el seguro mediante el cual el asegurador
se obliga a mantener indemne el patrimonio del asegurado por cuanto
deba a un tercero, en razón de la responsabilidad prevista en el contrato, a
consecuencia de un hecho acaecido en un plazo convenido.
Tecnología: Es el conjunto de conocimientos propios de un oficio mecánico
o arte industrial.
Teoría de la autonomía de voluntad: Lo acordado por las partes en un
contrato forma para ellos una regla obligatoria a la que deben someterse
como si fuera la ley misma.
Título de crédito: Es el documento necesario para ejercer el derecho literal
y autónomo en el contenido.
Tradición: Es la entrega voluntaria de una cosa vendida, la que es recibida
por el comprador también de manera voluntaria.
Utilidad: Debe entenderse como ánimo de especular, esto es, de obtener
una ventaja patrimonial, más allá de que se logre o no hacerlo.
Vicios aparentes: Son los defectos de la cosa que pueden ser apreciados
por el simple reconocimiento al momento de la entrega.
Vicios redhibitorios: Son los defectos que se encuentran ocultos y que
no pueden ser advertidos por el simple reconocimiento al momento de la
entrega.

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Módulos MÓDULO 1

M1 Microobjetivos

• Adquirir habilidades para diferenciar los aspectos jurídicos y


económicos del comercio y su implicancia en el mundo del Derecho.
• Identificar la ubicación científica del Derecho Comercial dentro de
la estructura jurídica general, para comprender acabadamente el
concepto de su autonomía de otras ramas jurídicas.
• Comprender las implicancias de la especialidad del derecho
mercantil, a los fines de delimitar claramente su campo de acción.
• Advertir la importancia de la moderna concepción del Derecho
Comercial como derecho empresario, para su adecuada aplicación a
los desafíos que presenta la empresa moderna.
• Reconocer económica y jurídicamente el acto comercial, a fin de
establecer su diferenciación con el resto de los actos jurídicos.
• Desarrollar destreza para manejar la circulación de los títulos de
crédito, conociendo las responsabilidades emergentes de los títulos
valor en su circulación.
• Reconocer las distintas formas de transmisión de un título de crédito,
a los fines de determinar las consecuencias patrimoniales que
implican para las partes.

M1 Contenidos

EL COMERCIO Y EL DERECHO COMERCIAL

Este módulo comienza con el análisis del concepto de Derecho Comercial


y de la materia específica que regula: el comercio. Se realiza un estudio del
derecho mercantil a través del tiempo y de las distintas concepciones que lo
han regulado desde antaño a nuestros días.
Abordaremos también el derecho comunitario, esto es el derecho con
implicancias interestatales, de tanta trascendencia en esta época.
Hemos de estudiar los aspectos generales del derecho mercantil, su
vinculación con las demás normas jurídicas y sus caracteres jurídicos.
Consideraremos de manera preponderante el carácter evolutivo, como forma
de medir el continuo devenir del derecho mercantil y su influencia sobre el
marco económico general de cada país, poniendo el acento en su autonomía
y las fuentes de la que éste surge.
El proceso de unificación legislativa ocurrido en nuestro país en 2015 también
será motivo de especial estudio y atención, abordando sus antecedentes
y la lograda unificación coronada con la sanción del nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación.
La supresión de un sistema objeto de actos de comercio nos obliga a
estudiarlo desde el punto de vista económico y como actividad típica de
la industria mercantil, y ahora como un acto jurídico de derecho privado.

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Pero no puede estudiarse ni comprenderse el sistema legislativo actual,
sin conocer nuestros antecedentes y el sistema que contenía el Código de
Comercio de Vélez Sarsfield.
Se estudiarán entonces los llamados actos de comercio naturales o
económicamente comerciales, las distintas teorías desarrolladas respecto al
mismo, sus clasificaciones y su inserción en este nuevo sistema legislativo
actual unificado de derecho privado en nuestro país.
En el final del módulo se estudiará también la llamada teoría general de los
títulos de crédito -que ha sido incorporada al nuevo código-, y sus requisitos
comunes, para luego sí abordar en forma general a algunos de ellos en
forma especial, como la letra de cambio, el pagaré y el cheque. Hoy en día
la actividad comercial, fabril o empresarial gira a través del crédito, por lo
que la existencia y utilización de estos documentos se torna un imperativo
necesario para la instrumentación, circulación y protección de dicho crédito,
produciéndose día a día nuevas incorporaciones de títulos creados a fin de
permitir la circulación de la riqueza. Ejemplo de ello es el cheque de pago
diferido, que ha venido a llenar una necesidad comercial y dar forma legal a
una práctica cotidiana de la vida comercial.
Abordaremos esta cuestión desde el punto de vista teórico pero sin
descuidar los aspectos prácticos, motivo por el cual hemos de analizar casos
jurisprudenciales que han sentado una línea en la cuestión. La problemática
del título valor o título circulatorio es de significativa importancia en la
preparación del moderno profesional abogado, sea que en el futuro asuma
el carácter de consultor de empresa, asesor, o simplemente se dedique al
ejercicio profesional.
Una vez finalizada la lectura de esta presentación, le proponemos realizar las
actividades propuestas en este módulo para afianzar sus saberes y siempre
tomar como referencias las normativas señaladas en el módulo.

El comercio
El comercio es una de las actividades que el hombre realiza desde la
antigüedad y comenzó cuando no pudo satisfacer por sí solo, en su tribu o
pueblo, sus propias necesidades y se vio obligado a intercambiar bienes
con otros, siendo el trueque la primera forma de comerciar.
La primera vía elegida para ello fue la navegación, ya que tanto los ríos
como el mar, ante la inexistencia de caminos seguros, fue el medio para el
traslado de las mercancías, especies o riquezas. Con el devenir histórico,
esa forma primitiva de comerciar fue mutando y evolucionando, apareciendo
el intercambio, la riqueza metálica, el papel moneda, la empresa de fábrica,
la empresa de servicios y muchas otras formas ya mucho más modernas
de comerciar. Todo ello como un hecho de la realidad que el derecho ha
reconocido como actos de comercio en general.
Constituye la materia prima que ha de moldear el derecho comercial; es la
realidad y el objeto a regular por las normas mercantiles. Por ello, tener un
concepto preciso del comercio constituye el punto de partida indispensable
para el conocimiento y la enseñanza del derecho comercial.

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En primer lugar, analizaremos el concepto económico del término, y luego
nos adentraremos en el jurídico. Esto se debe a que el primer aspecto es
restringido en relación al segundo, el cual abarca situaciones que la ley
declara mercantiles.
Se ha dicho que el comercio contiene cuatro aspectos que lo caracterizan,
a saber: 1) actividad de intermediación; 2) deja inalteradas las cosas; 3)
habitualidad; 4) ánimo de lucro.
En consecuencia, podemos definirlo diciendo que el comercio,
económicamente, es la actividad continuada de intermediación entre
productores y consumidores para hacer llegar a éstos los productos de
aquéllos, sin alterarlos y para obtener ganancias.
Analizando estos requisitos surge evidente que la realidad económica del
comercial es justamente la intermediación. Alguien que se interpone en el
intercambio de bienes y servicios, o para decirlo más claro, alguien que
se pone al medio entre quien tiene un bien y quiere desprenderse de éste,
y quien quiere adquirir dicho bien. Será entonces mercantil la actividad,
en su aspecto económico, cuando se limita al intercambio sin el agregado
de manufacturación de las mercaderías y con la finalidad de lucrar. Este
último aspecto no se presenta sólo cuando se logra una diferencia
económica, sino también cuando se especula en hacerlo, aunque en
una primera etapa no exista beneficio económico directo. Es así que se
sostiene, a nuestro juicio acertadamente, que existirá comercio cuando
mediante una actividad de intermediación se especula en la obtención de
un beneficio económico futuro, motivo por el cual el ánimo de especular es
lo caracterizador, más allá del real beneficio obtenido en la transacción.
En suma, el comercio, visto desde el punto de vista económico, tiene como
características primordiales la intermediación de los productos, realizada
con el espíritu de obtener una ventaja patrimonial, real, actual o futura.
Ahora bien, al comenzar con el análisis de la problemática mercantil, hemos
de advertir que no siempre la noción económica del comercio engarza en
el concepto jurídico, por cuanto el legislador ha incorporado, en el ámbito
mercantil, situaciones que económicamente pueden no ser consideradas
comerciales.
Es por esto que podemos decir que el comercio, jurídicamente, es el
conjunto de relaciones de derecho engendradas por las diversas
actividades que nuestra legislación vigente reconoce como mercantiles,
siendo más amplio que el anterior este concepto. Aquí no tiene mayor
relevancia la intermediación ni el ánimo de lucrar, ya que veremos luego
que el legislador ha considerado comerciales actos en donde estos dos
elementos ni siquiera existen.
Ejemplo de ello son los actos de navegación, los títulos de crédito y los
llamados actos conexos a la actividad comercial. En consecuencia, lo
que es considerado comercio en sentido económico, siempre lo es en
lo jurídico, pero jurídicamente existen actos de comercio que no lo son
económicamente, siendo en consecuencia más amplio el concepto
jurídico de comercio.

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Antecedentes históricos del derecho comercial
El derecho comercial con sus características y disposiciones tales como
las que conocemos hoy, comenzó a desarrollarse en el Medioevo; con
anterioridad sólo existían normas aisladas, confundidas con un sentimiento
religioso y generalmente referidas a la actividad marítima.
El Derecho Comercial nació como una rama del derecho privado, por
exigencias del momento histórico. Existe una íntima correlación entre el
momento histórico y el derecho mercantil, lo que explica su evolución de
acuerdo al signo de los tiempos que se viven.
Primero apareció el trueque, que era sostenido, en un principio, con la única
finalidad de satisfacer necesidades vitales, y que luego se realizó con ánimo
especulativo. Después, con las primeras codificaciones, aparece la noción
orgánica de derecho comercial; así, en el código de Hamurabi (1700 A.C.) ya
existían normas sobre agrupamientos societarios y depósito.
También en Grecia existieron regulaciones respecto de cuestiones
comerciales atinentes a la navegación.
En Roma, y ello resulta importante por su penetración legislativa posterior
en gran parte de la Europa continental y luego en nuestras tierras por
imperio de la colonización, no se conocieron normas orgánicas de derecho
comercial.
Esto es así, ya que el derecho romano era un derecho para el ciudadano
romano y éste no comerciaba. La actividad comercial era considerada
una actividad menor y un tanto despreciable. Sin embargo, el comercio
existía pero era regulado por otro derecho, consuetudinario, no oficial ni
escrito, que se denominaba Derecho de Gentes, siendo éstas las gentes,
los habitantes del imperio que no gozaban del estatus de ciudadano
romano.
Recién a partir de la caída del Imperio Romano y fundamentalmente
a partir de los siglos XIV y XV, se comienza a dar un perfil subjetivo al
derecho comercial y a concebirlo como la rama que regula la actividad de
un determinado sector: los comerciantes.
El uso de los comerciantes, en su tráfico comercial cotidiano, da origen a
un nuevo derecho que se diferencia del civil. Éste, a su vez, se nacionaliza
y en consecuencia nace un derecho francés, diferenciado del alemán, del
italiano, etc. En cambio, el derecho comercial permanece internacional,
como lo era el derecho de gentes anteriormente.
El derecho estatutario que nace en las distintas ciudades italianas tiene
singular relevancia en la aparición del derecho comercial. Incluso en
aquellas se comienzan a resolver las cuestiones entre los comerciantes
mediante una jurisdicción comercial que actúa ex bono et aquo, o sea,
de acuerdo al leal saber y entender. Los procesos eran sumarísimos,
sin formalidades, y los jueces resolvían de acuerdo a los principios de la
equidad.
El gran problema existente entonces, era la ausencia de un derecho
orgánico y leyes y tribunales que en forma uniforme pudieran aplicarse.

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Para solucionar la falta de aquel es que en Europa, principalmente en
Italia y Francia, y dado el florecimiento creciente de la actividad comercial
y la existencia de conflictos a resolverse, es que se crean en Europa
las llamadas asociaciones o corporaciones de comerciantes de la edad
media. Estos organismos, no oficiales, estaban formados por comerciantes
(generalmente de una ciudad) y el requisito para formar parte de la misma
era la mera inscripción en dicho organismo. Eran presididas por un
Cónsul y cogobernadas por un Consejo. Si hoy pretendiéramos hacer una
analogía, aunque los límites no son tal claros, el cónsul haría las veces
de juez y el consejo de poder legislativo. Esto es que el primero resolvía
los conflictos que se suscitaban entre comerciantes y eran sometidos a
su juicio, y el consejo de poder legislativo comenzaba a sistematizar el
derecho comercial en primigenias normas. Nace entonces un derecho
comercial subjetivado, esto es basado en el o los sujetos que realizan
una actividad, los comerciantes, sin importar el acto realizado. Uno de los
problemas que se presentaron luego, dada al prolífica actividad comercial
fue la participación de no comerciantes (no inscriptos en la corporación),
cuando contrataban con un comerciante y estallaba un diferendo. El
derecho común (normas del derecho civil romano subsistente) era ineficaz
en su utilización, y la corporación no podía intervenir en el juzgamiento
ya que una de las partes no era comerciante. ¿Cuál fue la solución que
se encontró a dicho problema? Recurrir a una ficción, ingeniosa, pero
ficción al fin. Esto fue considerar al no comerciante que contrataba con un
comerciante, por ese sólo hecho, ficticiamente inscripto en la corporación
y entonces, siendo consideradas ambas personas comerciantes, la
competencia de la asociación era aplicable. De este modo, nace un
derecho comercial que se aplica no sólo a los comerciantes, sino que
tiende a regular conflictos que nacen como consecuencia del tráfico
comercial, ya sea que involucren o no a comerciantes individuales o a
miembros de corporaciones. Así es que las instituciones comerciales que
surgen en el Medioevo, como lógica consecuencia de las costumbres
comerciales -tales como el seguro, la letra de cambio, los documentos a
la orden- se perfeccionan o reglamentan a través de normas específicas
contenidas en la legislación comercial que se dicta.
Esta tendencia se acentúa aún más en la Edad Moderna, donde la progresiva
generalización del derecho mercantil lo expande hacia los no comerciantes,
regulando aspectos generales de la vida comercial, como por ejemplo la
letra de cambio.
Pero ese derecho comercial de base corporativa y subjetiva, basado
en la calidad comercial del sujeto, se ve destruido en forma posterior,
fundamentalmente por la célebre Ley de Chepalier de 1791 y los Edictos
de Turgot que prohibían y abolían toda forma de agrupación en base
a corporaciones, permitiendo el acceso al comercio a toda persona,
independientemente de su calidad de comerciante. Se trata del espíritu
de la Revolución Francesa.
Asimismo en Francia, y antes de la sanción de un código comercial, se
dictan unas leyes conocidas como las Ordenanzas de Colbert (por el
apellido de su autor) que cambian la mirada sobre la comercialidad,
dejando de mirar al sujeto que realiza el acto para, por el contrario,
comenzar a mirar el acto realizado, independientemente si quien lo realiza

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fuera comerciante o no. De esta forma se muta de un derecho de una clase
de personas (subjetivo) a un derecho de una clase de actos (objetivo).
Dichas ordenanzas fueron el antecedente legislativo inmediato del código
francés de 1807 nace bajo la influencia de Napoleón, como una forma de frenar
las bancarrotas, y consta de cuatro libros principales. El libro I se refiere a los
comerciantes en general, incluyendo a las bolsas, sociedades, agentes de
bolsas, etc.; el libro II se refiere al comercio marítimo; el III a la bancarrota, y el IV
a la jurisdicción comercial. Los arts. 631 y 632 de dicho cuerpo normativo dan
inicio a la objetivación del derecho comercial, consagrando legislativamente
una serie de actos que por una u otra cuestión, el legislador reconoce como
comerciales. Dicha enumeración fue simplemente enunciativa.
Por otro lado, los códigos italiano de 1865 y español de 1829 ya se inclinan
directamente por el sistema objetivo, regulando la actividad cumplida por
los comerciantes y por los particulares, y generalizando de esta manera
el derecho comercial. Triunfa en definitiva la teoría objetiva del derecho
comercial, que es luego recogida por nuestro código de comercio.

Codificación y sus antecedentes

Como antecedentes directos de las codificaciones nacionales encontramos


las reglamentaciones de ciudades españolas, tales como la Ordenanza
de Bilbao que se comienza a aplicar en el Virreinato del Río de la Plata,
conjuntamente con las Leyes de Indias y la Ordenanza de Castilla. Se crea
el Consulado de Comercio de Buenos Aires y se le otorga jurisdicción
comercial en la solución de los conflictos mercantiles. Sus decisiones
podían apelarse ante la Audiencia designada por el Alcalde e integrada
por comerciantes reconocidos.
Con posterioridad a 1810 se conocen pocos antecedentes del Código de
Comercio de 1859. La Asamblea de 1813 crea la matrícula de comerciante;
Rivadavia regula los actos de comercio y la jurisdicción comercial; y Rosas
suprime las moratorias comerciales por los abusos cometidos.
Vencido Rosas por Urquiza en Caseros, y habiendo regresado Sarmiento
del exilio chileno al país, éste le propone a Vélez Sarsfield la elaboración de un
código civil, en lo que el país trasandino ya había avanzado. Esto además
porque legislativamente la sanción de la Constitución Nacional de 1853
delegaba en el poder legislativo el dictado de los códigos civil, comercial, penal
y de minería. Vélez Sarsfield rechaza dicha propuesta y por el contrario propone
la elaboración de un código de comercio, teniendo en cuenta la creciente
actividad comercial y la importancia del puerto de Buenos Aires como centro
de la actividad comercial. Se avoca a dicha tarea conjuntamente con el Dr.
Eduardo Acevedo y en 1859 se sanciona el Código de Comercio, que fue
aprobado para la Provincia de Buenos Aires, gobernada por Valentín Alsina,
por encontrarse la misma separada de la Confederación. Cuando se unifica la
Nación, luego de la derrota de Urquiza a manos de Bartolomé Mitre, dicho
código se nacionaliza y pasa a ser el Código de Comercio Argentino en
1862. Fue un código innovador, inspirado en el derecho francés, español,
portugués y el proyecto de Wattemberg. En un principio constaba de cuatro
libros: 1) personas de comercio, 2) actos de comercio, 3) derecho de

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navegación, y 4) insolvencia de comerciantes. Fue reformado en 1890 por el
proyecto –vanguardista- de Segovia, que le introdujo numerosos cambios.
Posteriormente, distintas leyes comienzan a regular aspectos comerciales.
Si bien algunas se incorporan al Código de Comercio, lo desnaturalizan
como un cuerpo orgánico de normas, como por ejemplo la ley de cheque,
de quiebras, de sociedades, de letra de cambio, pagarés, etc.

El Régimen Actual: La ley 26.944. Unificación Legislativa


Con la sanción de la ley 26.944, la que comienza a regir a partir del
primero de agosto del año 2015, se produce en nuestro derecho privado la
llamada unificación legislativa, derogándose el Código Civil y el Código de
Comercio redactados por Vélez Sarsfield, y se sanciona el nuevo Código
Civil y Comercial de la Nación. De este modo se funde en un solo cuerpo
normativo las relaciones de derecho privado en general, dejando de lado
el tratamiento legislativo en forma separada que regía hasta ese momento;
esto es, las cuestiones civiles, reguladas por el código civil y las cuestiones
comerciales, reguladas por el código de comercio.
Conforme los directores del proyecto de unificación, se tuvieron en cuenta
distintos anteproyectos y proyectos anteriores, como el de Bibiloni (1926),
Llambías (1954), y los proyectos de 1987, 1993 y 1998. Es necesario decir
entonces que la unificación legislativa de estas dos ramas del derecho
privado no fue una novedad, ya que como se desprende de lo antedicho,
existieron distintos proyectos que no se cristalizaron en definitiva, pero
por los que se intentó la unificación legislativa hoy lograda.
Pero vale una pequeña aclaración. No dejan de existir las cuestiones
civiles y las cuestiones comerciales, sino que en lugar de haber dos
cuerpos normativos que la regulen, hoy existe, el nuevo código, un solo
cuerpo legal.

Derecho Comercial
Nos adentramos en el estudio del derecho comercial, rama del derecho
privado, que presenta particularidades que le son propias y que en este
mundo globalizado se agudizan. Consideraremos en este curso al derecho
comercial, como rama absolutamente evolutiva del derecho con continuos
cambios que, paradójicamente, demuestran la evolución creciente de la
sociedad a la que rigen.
Cuando en un Estado, el derecho comercial no presenta severas
mutaciones, es que la economía no evoluciona, que no existe superación, y
por ende que se ha ingresado en una etapa de estancamiento. Las grandes
potencias mundiales descubren cada día nuevas formas de vincularse
comercialmente, nuevas maneras de estrechar relaciones mercantiles que
implican cambios, en una primera etapa, en las convenciones particulares
y luego en las legislaciones que recogen la nueva realidad social que se
les presenta.
En cuanto al concepto de derecho comercial, éste puede variar conforme el
sistema de que se trate. Para un sistema subjetivo como el alemán, será el
derecho de los comerciantes.

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Resumiendo, y en un sistema predominantemente objetivo como el
nuestro, proponemos la definición de un autor italiano, Alfredo Rocco que
define al derecho comercial como “El conjunto de normas reguladoras
de relaciones entre particulares que derivan de la industria comercial o
que son asimiladas a esta, en la disciplina jurídica y en su realización
judicial”.
Entendemos que el anterior es un concepto abarcativo de la gran
variedad de aspectos que componen el derecho comercial. Este conjunto
orgánico de normas jurídicas cada día se expande más, cubriendo nuevas
situaciones que el tráfico comercial incorpora como nuevas formas de
comerciar.
También debe resaltarse la significativa importancia que presentan los
cambios tecnológicos, sobre todo en el área de comunicaciones que
acerca a las personas y permite un mayor fluido de transacciones.
Las normas jurídicas que regulan el derecho comercial no sólo se refieren
a la tarea comercial en sí misma, sino también al cumplimiento de los usos
y costumbres mercantiles, e incluso contiene normas de carácter procesal,
fundamentalmente en materia concursal.
Por todo ello, entendemos que el concepto dado por Rocco engloba
la mayor parte de los contenidos del derecho comercial y significa una
acertada caracterización de esta rama del derecho.

Caracteres del derecho comercial

Utilitario
Por cuanto se dice que las normas mercantiles tienden a regular aspectos
dinámicos de la vida comercial, siendo una herramienta indispensable
para el ejercicio del comercio. No es dable pensar en la existencia de
una comunidad social ajena al comercio, lo que sólo es concebido en la
antigüedad cuando el hombre, por sí solo y aislado de la realidad social,
satisfacía sus propias necesidades.

Consuetudinario
Las normas mercantiles reflejan usos y costumbres arraigados en la vida
comercial y tienen, como carácter fundamental, que regular los modos
comerciales adoptados por la gente. Ya nos hemos de explayar sobre ellos al
momento de considerar las costumbres como una de las fuentes del derecho.

Progresivo
Este mismo concepto lo torna un derecho que se adecua al ritmo de los
tiempos, influenciado no sólo por las formas del comerciar sino también
por los cambios que se experimentan en los otros campos de la ciencia
con vinculación a la tarea mercantil. Una sociedad debe ponerse sobre
alerta cuando las normas mercantiles se mantienen inalterables, puesto
que ello constituye un signo inequívoco de una quietud en la actividad
económica que siempre es perjudicial.

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Universal
Por cuanto los principios fundamentales que regulan el derecho comercial
son comunes a todas las legislaciones, las que sólo le agregan aspectos
operativos que son fruto de la actividad regional. Piénsese por ejemplo en
la Unión Europeo y el Mercosur.

Acto de comercio

Concepto del acto de comercio: evolución


En este módulo le proponemos estudiar los principios de la teoría
general de los actos de comercio, para su correcta distinción de otro tipo
de actos jurídicos y proceder a su reconocimiento y correcta aplicación
de la legislación vigente.
Como ya fue mencionado, es importante comprender que el comercio
es una de las actividades que el hombre viene realizando desde la
antigüedad. En base a ello, y a lo largo del tiempo, se fueron ensayando
distintas teorías acerca del acto de comercio y del derecho comercial, vistas
las principales a continuación.

Teoría subjetiva: Las diversas concepciones que ha tenido a lo largo


de la historia el acto de comercio han suscitado las distintas teorías que
lo califican de acuerdo al elemento que resulte predominante para su
caracterización. La caída del Imperio Romano y la ausencia de un derecho
comercial oficial o escrito, dio lugar que las personas que se dedicaban
a la actividad comercial se asociaran o agruparan gremialmente, lo que
dio cabida al nacimiento de las llamadas asociaciones o corporaciones
de comerciantes de la Edad Media. Estas tenían una doble función; la
primera resolver las controversias o entredichos que se suscitaban entre
los comerciantes, y la segunda comenzar a legislar en forma escrita
distintas instituciones del comercio. Pero sólo esto era aplicable a las
personas que como comerciantes se encontraban inscriptos a dicha
corporación o asociación. Nace entonces el derecho comercial como
un derecho de una clase de personas, y no como una clase de actos,
poniendo el acento en el sujeto. Por ello, la llamada teoría subjetiva
entiende que el acto de comercio es el realizado por el comerciante
dentro de las corporaciones. Como tal, queda sujeto a las regulaciones
jurídicas específicas, con normas propias, fundadas generalmente en los
usos y costumbres comerciales de la época y en la equidad. Tal era la
importancia de los tribunales consulares comerciales, en los que las
personas no comerciantes que realizaban un acto de comercio aislado
caían bajo su jurisdicción, puesto que eran considerados comerciantes
accidentales. En definitiva, la calidad comercial del acto provenía del
carácter de comerciante de la persona que lo realizaba y no de la propia
naturaleza del acto en sí mismo. Se miraba a la persona que realizaba el
acto y no al acto mismo como tal.

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Teoría objetiva: La abolición de las corporaciones de comerciantes en
Europa, los ideales de la revolución francesa que pregonaban la igualdad
de todos los ciudadanos, y el dictado de ciertas normas relativas a ciertos
actos que se consideraban comerciales, independientemente de quien los
realizara, hace que apareciera otra visión u otra teoría llamada en esta caso
Objetiva, ya que en lugar de poner la mirada sobre el sujeto que realiza el acto,
dicha mirada se posa sobre el acto realizado independientemente de quien
lo realice. Entonces el acto será comercial por tener ciertas particularidades
propias, no dependiendo si fue realizado por un comerciante o no. Esta
teoría se plasma legislativamente con la sanción del el código francés de
1806, que determina que los actos son comerciales per se, o sea, con
independencia de quien los realiza. Dicha visión empapa legislativamente a
toda la Europa continental y por consecuencia de la colonización es la que
llega luego a nuestras tierras. Vélez Sarsfield, autor del Código de Comercio
Argentino, tomó como fuente para su elaboración justamente al código francés.
Es por ello que es la concepción adoptada por nuestra legislación, con
algunas excepciones. En suma, la comercialidad del acto depende del acto
en sí, con independencia de la persona que lo realiza.

Teoría neosubjetivista: También conocida como el llamado derecho de


la Empresa, surge a partir de la nueva industrialización y considera que el
acto de comercio no es realizado por el sujeto especifico ni es comercial
per se, sino que únicamente es el cumplido por una nueva estructura
creada por el hombre con la finalidad de coordinar la producción de
bienes y servicios llamada empresa. Sólo los actos de empresa pueden y
deben ser considerados comerciales.

Concepto de actos de comercio


Se han dado diversas definiciones sobre el mismo; cada una de ellas
se emparentada con la concepción que sostiene el autor que la realiza.
Así, los subjetivistas dicen que acto de comercio es el que realizan los
comerciantes, puesto que ellos entienden que los no comerciantes,
cuando efectúan un acto de comercio, adquieren la calidad de comerciante
accidental.
Segovia y Siburu mencionan que acto de comercio es todo acto de
mediación entre la oferta y la demanda, para promover y facilitar los
cambios y obtener una ganancia calculada sobre la diferencia de valores
de cambio. Se ha criticado esta definición, pues no todo acto de comercio
significa una actividad de intercambio, pero en general llega a abarcar la
mayor parte de los caracteres del acto.
Por otra parte, un ilustre autor italiano, Alfredo Rocco sostiene que acto de
comercio es todo aquel que permite o facilita el intercambio. Esta postura
también ha sido criticada por los mismos motivos que la definición anterior, pues
existenactividades comerciales que no constituyen intercambio (libramiento
de un cheque), mientras que por otro lado hay actividades civiles que sí
pueden realizarlo.
En síntesis, se ha entendido como imposible conceptualizar el acto de
comercio. La doctrina en general procura su enumeración legal y, en
base a la misma, determina luego la competencia comercial para su
juzgamiento.

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Clasificación de los actos de comercio
Siburu los clasifica en naturales y legales. En los primeros considera a los
económicamente comerciales y, en los segundos, a los que la ley otorga tal
carácter con independencia de su carácter económico.
Vivante (autor italiano ilustre) distingue entre objetivos y subjetivos,
vinculados con la persona que los realiza o con su carácter comercial per
se.
Rocco los clasifica de la siguiente manera:
1- Actos intrínsecamente comerciales: Se advierte en ellos como
rasgo característico la intermediación en el cambio, que puede
ser sobre cosas (la compra venta comercial), dinero (operaciones
de banco), trabajo (la actividad de la empresa) o riesgos (el seguro).
2- Comerciales por anexión: Actos en donde no existe la
intermediación, pero que han sido reconocidos por la ley como
comerciales por su normal conexión con la actividad principal, ya
que sirven para facilitar, promover, realizar o garantizar un acto de
comercio principal.

Actos de comercio en el sistema nacional


El ya derogado código de comercio, enumeraba en el art. 8 del Código de
Comercio una serie o catálogo de actos que el legislador ha reconocido
como comerciales, ya sean naturales o por conexión, haciéndolo en forma
enunciativa y no taxativamente, puesto que al comienzo de dicho artículo se
dice que se declara “en general”, admitiéndose otras formas de comerciar
por similitud o analogía puedan incorporarse en el futuro.
La determinación del carácter comercial de un acto tenía importancia por
cuanto el mismo determinaba: 1) la ley aplicable; 2) la jurisdicción comercial;
3) si quien los realizaba adquirió la calidad de comerciante; 4) y en el caso
de ser un ente colectivo, si era una sociedad civil o una comercial.
Todo esto último ha quedado sin efecto ya que existe hoy una sola ley
aplicable por la unificación legislativa existente, ya no hay una jurisdicción
comercial única y se ha derogado el estatuto personal del comerciante y
las llamadas sociedades civiles.
Sin embargo, el análisis de lo que establecía este derogado art. 8 es de
utilidad para comprender algunas formas de actos económicamente y
naturalmente comerciales, aunque hoy no sean ley vigente ni podamos
hablar de un sistema legislativo de actos de comercio.

Análisis del derogado art. 8


1- “Toda adquisición de una cosa mueble o de un derecho sobre
ella, para lucrar con su enajenación, bien sea en el estado en
que la recibió o después de darle una forma de mayor o menor
valor”.

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Adquisición es un término que significa incorporación patrimonial. Esto excluye
todo acto de adquisición originaria, como es el caso de bienes recibidos
por herencia o donación. Debe ser onerosa para contraponerla con la
gratuita que nunca es comercial. Cosa mueble comprende también la
energía y las fuerzas naturales, capaces de ser apropiadas. Cuando se refiere
a cosas muebles, la ley lo hace en el sentido amplio del término, comprendiendo
las cosas corporales o incorporales, y los derechos sobre las mismas,
y excluyendo únicamente a los inmuebles por una cuestión histórica,
ya que el comercio no se desarrolló a través del intercambio o venta de
inmuebles.
La ley expresa “para lucrar con su enajenación”, aunque debió decir
“para especular”, atento a que una operación comercial puede resultar
ruinosa y no producir lucro. El lucro debe ser contemporáneo al acto,
causa determinante del mismo, conocido y específico. Por último, se
puede alterar o cambiar la cosa, y aun así sigue siendo un acto comercial.
Surge de este análisis que la intermediación es el dato distintivo de este
acto económicamente comercial. Se adquiere para transmitir (comprar
para vender, pretendiendo obtener ganancia).

2- La transmisión a que se refiere el inciso anterior, o sea la


transferencia de los derechos sobre las cosas muebles antes
adquiridas. Quiere decir que tanto la compra o adquisición
como la venta deben efectuarse con dicha intermediación y
ánimo de obtener ganancias.

3- Toda Operación de cambio, banco, corretaje o remate: Aquí


en una misma fórmula se han incorporado cuatro formas de
comercialidad distintas.
Operaciones de Cambio: Existen dos tipos de operaciones de cambio:
el manual, que es el que realizan las casas de cambio con las divisas, y el
trayecticio, que es el que dio origen a la letra de cambio como modo de
circulación de riqueza. En la operación de cambio manual (cambio de una
moneda por otra) el cambista se interpone o intermedia entre quien quiere
vender dicha moneda, y otro que quiere adquirirla, percibiendo por ello
una ganancia calculada entre los precios comprador y vendedor. Estamos
entonces frente a un típico acto de intermediación.
Operaciones de Banco: El banco o, mejor dicho, las entidades
financieras, son el agente intermediador entre la oferta y demanda de
dinero por excelencia. El banco se interpone entre quien presta dinero al
banco (operaciones de depósito) y quien toma dinero prestado al banco
(operaciones de préstamo). Esto es que el banco presta el mismo dinero
que ha tomado precedentemente prestado, no pagando nada por ello o
pagando un interés a un porcentaje determinado, y prestando ese mismo
dinero, cobrando siempre por ello un interés a un porcentaje mayor. La
diferencia entre el interés que paga cuando toma dinero y lo que cobra
cuando presta (spread), es en definitiva la ganancia del banco. Dichas
operaciones pueden clasificarse en activas (toda operación por la cual el
banco preste dinero), pasivas (toda operación en donde el banco reciba

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dinero en concepto de depósitos), y neutras (operaciones de servicios
como cobro de impuestos, cajas de seguridad). Son comerciales, y por
ende se la aplicarán las disposiciones comerciales pertinentes.
Operaciones de Corretaje: Las operaciones de corretaje son aquellas
mediante las cuales una persona se interpone entre la oferta y la demanda
para facilitar la contratación. Corredor es el que acerca la oferta y la
demanda, procurando la contratación y además asesorando a las partes
en la realización del negocio, por lo que se exige hoy para esta profesión
el contar con título universitario y posterior matriculación.
Operaciones de Remate: Por último, el inciso se refiere a las operaciones
de remate, o sea, la venta de bienes por intermedio de ofertas públicas
realizadas en el ámbito de la subasta, teniendo presente que el acto de
remate, y por ende la actuación del rematador o martillero, van a ser
considerados actos de comercio siempre que estemos frente a remates
particulares y extrajudiciales, ya que si estos remates se producen por
orden de un juez, no se le aplican las leyes comerciales, sino las leyes
procesales que regulan el desarrollo de un proceso judicial.

4- Toda negociación sobre letras de cambio o de plaza, cheques


y cualquier otro género de documentos endosables o al
portador.
Hoy podría subsumirse esta fórmula de comercialidad diciendo: toda
negociación sobre títulos de crédito. Se acepta mayoritariamente la
definición de estos títulos como “El documento necesario para hacer
valer el derecho crediticio en ellos contenidos”. Son documentos
que nacieron al amparo de la actividad comercial para instrumentar,
garantizar y fomentar el otorgamiento y la circulación del crédito. Existe
una incorporación legislativa en el nuevo código de estos títulos que son
tratados allí en forma general. Algunos de estos de estos títulos son:
- Cheque es una orden de pago pura y simple, librada en contra de
un banco, donde el librador tiene fondos depositados en cuenta
corriente o autorización para girar en descubierto.
- Pagaré es un título de crédito formal y completo que contiene
una promesa incondicionada y abstracta de pagar una suma
determinada de dinero, y que vincula solidariamente a todos los
que intervienen en su circulación.
- Warrant es un título de crédito que acredita la existencia de un
depósito de mercaderías y que permite al titular de las mismas la
obtención de fondos, entregando este título en garantía.
- Debentures es un documento que acredita la realización de un
préstamo a una SA.

5- Las empresas de fábrica, comisiones, mandatos comerciales,


depósitos, transporte de mercaderías o personas, por agua o
por tierra.

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Lo que se declara como comercial es la actividad que realiza la empresa,
sea de fábrica, de comisión, de mandato, de transporte, etc. La empresa
entonces es actividad organizada, pero careciendo de personalidad, la
que siempre está en cabeza de un empresario, que sí puede ser una
persona física o una persona jurídica. La empresa implica coordinación
de factores de producción y conducción unificada, existiendo entonces
intermediación en el trabajo (actividad) que por volumen es considerado
un acto comercial.

6- Los seguros y las sociedades anónimas, cualquiera sea su


objeto
Hay seguro cuando el asegurador, mediante el pago de una prima
o cotización, se obliga a resarcir un daño o cumplir con la prestación
convenida si ocurre el evento previsto. El seguro es un contrato sumamente
utilizado ya que gracias a la existencia del mismo se posibilitan otro tipo
de contratos. El asegurador se interpone entre quien puede sufrir o causar
un daño, en su persona o bienes, o a otras personas o bienes ajenos, y
el daño sufrido, obligándose a resarcirlo a cambio de una suma de dinero.
Acaecido el daño surge la obligación del asegurador de pagarlo. Para
que exista contrato de seguros deben existir lo que se llama un interés
asegurable (el bien jurídico que se pretenda proteger), el riesgo (aquello
que puede causar un daño que puede o no ocurrir) y la prima (el precio
del contrato de seguros que cobra el asegurador).
En cuanto a la segunda parte del inciso, hoy debería interpretarse como las
sociedades en general y no sólo las anónimas, ya que la ley de sociedades
19.550 comprende distintos tipos societarios: colectiva, en comandita,
srl., además de la anónima. El acto de constituir una sociedad es
considerado un acto de comercio, aunque con una gran particularidad,
ya que además de como acto, la sociedad debe verse también como una
persona jurídica, sujeto comerciante por excelencia.
IMPORTANTE: Se vuelve a aclarar que el Código de Comercio fue
derogado, y que el análisis realizado de este derogado artículo es solo a
fines ejemplificativos.

Fuentes del derecho comercial


Si partimos de la base ya aceptada de que el derecho es una actividad
reguladora del orden social, hemos de considerar a continuación de qué
se nutre el legislador para crear la norma jurídica mercantil, o sea, cuál es
la causa eficiente de donde nace la norma jurídica comercial.
Existen dos clases de fuentes: las materiales y las formales.
Para clarificar diremos que fuente es de donde nace, brota o surge algo. En
este caso, de dónde nace, brota o surge el derecho comercial.
Fuente material es la realidad, la actividad comercial y el modo de
comportamiento de una sociedad determinada. Esta fuente material de
vital importancia no es objeto de estudio aquí, sino que es analizada por
la sociología, la psicología, la antropología y la filosofía en su caso.

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Por el contrario, las llamadas fuentes formales del derecho, revelan cómo
dicha realidad (fuente material) se exterioriza jurídicamente.
El derecho comercial se alimenta de dos fuentes formales principalmente:
la ley y la costumbre comercial.

La ley. Concepto.
Se ha enunciado que la ley es el pronunciamiento solemne del derecho,
expresado por los órganos adecuados, y que representan la voluntad
preponderante de una multitud asociada. (Del Vecchio)
En consecuencia, la ley mercantil es la norma jurídica emanada de los
órganos competentes del Estado y destinada a regular la materia comercial.
Existe no una sola ley, sino una pirámide kelseniana que nos permite
sistematizar las leyes en cuatro: a) la Constitución Nacional y las provinciales;
2) las leyes de comercio, especiales y generales; 3) los reglamentos que se
dicten en su consecuencia y 4) las ordenanzas comunales.
La Constitución Nacional reservó como facultad delegada al Congreso
Nacional la de dictar los códigos de fondo, y así se llevó a cabo con el
dictado del Código de Comercio. En el año 2015 el mismo Congreso
Nacional aprobó una ley que deroga el Código Civil y el Código de
Comercio, sancionándose el nuevo Código Civil y Comercial de la
Nación, que obviamente pasa a ser fuente en este caso de derecho
comercial en lo que tenga que ver con la materia y, por la primacía de
las normas, todas las leyes que se sancionen para regular la materia
comercial deberán ser concordantes con lo dispuesto por la C.N. En este
sentido, esta es fuente del derecho comercial.
Son fuente del derecho comercial las leyes que regulan distintos institutos
comerciales, tales como la ley de letra de cambio, de cheque, de quiebras,
etc.

Usos y costumbres
Ambos son modos de conducta cumplidos con determinada regularidad,
que imponen una manera de actuar en materia comercial. La diferencia que
existe entre ambos es que mientras las costumbres son formas de conducta
aceptadas por la gente, con una fuerza interna propia que le da carácter
obligatorio, en los usos tal característica no existe. No obstante ello, los
códigos en general mencionan a los usos y costumbres como términos.
En consecuencia, el uso conocido por el juez debe ser aplicado
independientemente de que las partes lo hayan probado, como si se
tratara de la ley misma. Sin embargo, si la existencia de la costumbre es
alegada por las partes, y negada por la otra, surge como un imperativo
el deber de probarla. La costumbre es justamente un hecho y no un
derecho, y como tal debe ser probado.
En materia comercial, y siendo un derecho en constante evolución y
cambio, y en ausencia muchas veces de una legislación específica, la
costumbre adquiere, de existir, un valor preponderante. Muchos de los
artículos del Código remiten a la costumbre ante la inexistencia de una
solución legal expresa.

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Otras fuentes del derecho comercial
Algunos autores consideran que la jurisprudencia, la doctrina de los
autores, los principios generales del derecho, la equidad, la analogía,
también constituyen fuentes emergentes del derecho comercial. Desde ya
adelantamos que dicho criterio no es compartido, dando razones.
La jurisprudencia es el pronunciamiento general y constante de una
misma manera de resolver por parte de las autoridades judiciales, en
cuanto hace a la aplicación del derecho. Las decisiones de los tribunales
no constituyen fuente de derecho, ya que en nuestro sistema de control
de constitucionalidad, las sentencias de los tribunales, aún superiores,
no obligan al inferior, no crean derecho obligatorio, sin perjuicio de que el
conocimiento de dichos precedentes tienen en el ejercicio de la profesión,
un importante valor. El juez no crea el derecho, sino que lo aplica.
La doctrina es la opinión de los especialistas, lo que los autores escriben
sobre determinados temas, lo que si bien es valioso e imprescindible de
conocer, no crea derecho, y no puede afirmarse que el tema en cuestión
es de una u otra manera porque algún autor lo haya escrito.

Títulos de crédito
En este módulo lo invitamos a identificar los documentos existentes que
permiten la circulación de la riqueza y el otorgamiento del crédito a los
fines de poder utilizarlos luego en el momento indicado y de manera
pertinente.
César Vivante ha dado un concepto sobre los títulos de crédito, que es
aceptado de manera prácticamente unánime en la doctrina. El tratadista
citado ha dicho que los títulos de crédito son el documento necesario
para ejercer el derecho literal y autónomo en el contenido. Esta
conceptualización del título de crédito o título valor o circulatorio, como
lo nomina la doctrina en general, tiene la virtud de resaltar los caracteres
fundamentales del instituto y que hacen a la utilidad del mismo.
Los títulos de crédito tienen la finalidad de permitir -en forma rápida,
expeditiva, sin mayores formalidades y atendiendo a las necesidades del
tráfico comercial- que los títulos circulen de mano en mano en el mercado
y, por ende, que la riqueza tenga un rápido desplazamiento. Estos títulos
han nacido para permitir un proceso ágil de circulación de riqueza,
instrumentada a través de los propios títulos, lo que da fundamento a sus
caracteres, que hemos de analizar.

Caracteres
Literalidad: La literalidad de los títulos circulatorios implica que el texto
escrito del documento expresa, delimita y contiene el derecho que dimana
de él. En otras palabras, el alcance y la magnitud del derecho cambiario se
encuentran expresados en el texto literal del documento. Si este carácter
no se encontrara presente en los títulos de crédito y, para poder evaluar
y determinar el alcance del derecho cambiario, se debiera efectuar otro
análisis más allá del contenido escrito del documento, la utilidad de los
documentos sería prácticamente nula.

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Expresa Ignacio Escuti en su obra “Títulos de Crédito” que la literalidad
permite la incorporación del derecho al texto escrito del documento, de
manera tal que se produce una identidad entre texto escrito y alcance
del derecho. Además, la literalidad determina la necesidad de la posesión
del título para obtener la legitimación del derecho cartular en la persona
que pretenda el ejercicio de los derechos cambiarios.
Completividad: De lo anterior se desprende que estos títulos deben ser
completos, esto es, tener todos los requisitos formales para valer como
tales, los que variarán según ya en forma particular del título de que se
trate (ej. Firma del librador, fecha de creación, etc.).
Autonomía: El derecho cartular es un derecho originario que nace al
momento de la recepción del título, con independencia del derecho que
detentaba quien antes era titular del documento. La autonomía implica
adquisición originaria, independientemente de las relaciones personales
entre el deudor y los poseedores anteriores. En materia civil rige el
principio consagrado por el art. 3270 del C. Civil, mediante el cual nadie
puede transmitir un derecho mejor y más extenso que el que tenía de quien
lo recibió; en cambio, en materia cambiaria el derecho cartular nace en
cada uno de los titulares cambiarios, con independencia de las relaciones
personales de los anteriores titulares.
Abstracción: Implica la independencia del derecho cartular de la
causa de la obligación que le dio origen. En estos documentos no se
encuentra expresada la causa de la obligación dineraria, por lo que han
sido llamados títulos sin expresión de causa, lo que veda discusiones
causales posteriores.
Circulación: Estos documentos nacieron no sólo para la instrumentación
del crédito, sino también para favorecer su circulación de mano en mano,
estableciéndose una manera sencilla consistente en la simple entrega del
documento y el endoso del mismo. Dicho endoso, es un acto cambiario
que legitima al nuevo tenedor respecto de todos los intervinientes
anteriores (librador, original y endosante) que quedan solidariamente
obligados al pago de la suma de dinero contenida en el documento.

Clasificación de los Títulos


De acuerdo a distintos parámetros se han realizado numerosas
clasificaciones de los títulos valor. Así, por la ley de circulación, los títulos
pueden ser:
- Al portador: Circulación sólo mediante la entrega del documento;
el ejercicio de los derechos cartulares está habilitado a favor
de quien detente la posesión del documento habilitado por una
cadena regular de endosos, aunque el último fuere en blanco. Se
transfieren por mera entrega del documento.
- A la orden: No sólo se requiere la entrega del documento para
su transferencia sino también el endoso, sea éste completo o en
blanco.
- Nominativos: Son los que se transmiten por la entrega del
documento, el endoso y su anotación en registros especiales.

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Otra clasificación intentada por la doctrina es la referida a la vinculación con
la causa de títulos, con lo que resulta lo siguiente:
- Abstractos: Conforme lo tenemos dicho, son aquellos títulos que
se desvinculan de la causa que les ha dado origen al momento de
su circulación. Ello impide que al portador del título le puedan ser
opuestas las defensas que tienen su origen en la causa eficiente
de la emisión del documento.
- Causales: Son aquellos títulos en los que la causa tiene relevancia
jurídica y, por ende, la relación causal es oponible a los portadores
del mismo.

Por otra parte, de acuerdo a los requisitos que deben ser tenidos en cuenta
al momento de su emisión, los títulos pueden clasificarse en:
- Formales: Son aquellos cuya existencia depende del cumplimiento
de determinadas formalidades al momento de su creación.
Ejemplo: la letra de cambio, que deja de ser tal si le falta alguno
de los requisitos determinados por el art. 1 del dec. 5965/63.
- No formales: Por contraposición, son aquellos que no tienen fijada
en la ley una forma expresa de su constitución.
- Títulos abstractos: letra de cambio, pagaré y cheque.

Letra de Cambio
Es el título formal y completo que contiene una promesa incondicionada
y abstracta de hacer pagar una suma de dinero a su vencimiento, y que
vincula solidariamente a todos los que en ella intervienen.
De su concepto se desprende que se trata de un título formal, o sea que
su existencia depende del cumplimiento de formalidades expresamente
consagradas en la ley. Es, además, un título completo, lo que implica que
debe bastarse a sí mismo, contener en el propio título la totalidad de las
relaciones cambiarias que emergen del mismo.
La promesa que contiene la letra de cambio debe ser pura y simple, o sea,
no sujeta a condición alguna, y determina que quien libra la letra promete el
hecho de un tercero. Se entabla una relación tripartita entre el librador del
documento, el girado que es el principal obligado al pago luego de que
la acepte y el portador o tenedor del título, quien ejercerá los derechos
cartulares.
Las partes que intervienen en la letra de cambio son las siguientes:
a. Librador: Quien emite el título y asume una obligación solidaria al
pago de la misma a su vencimiento, en forma conjunta con el girado y
los posibles endosantes que hubieran participado de su circulación. b.
Girado: Es la persona a cargo de la que se emite el título y que se
convertirá en el principal obligado al pago, en el supuesto de que acepte
la letra y se integre efectivamente a la relación cambiaria. c. Tomador: Es
la persona a favor de la cual se emite la letra, y el titular de los derechos
cartulares.
EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 33
Elementos formales de la letra de cambio - Art. 1, dec. 5965/63:
- Denominación
- Promesa de
pago
- Nombre del
tomador
- Nombre del
girado
- Plazo de
pago. A la
vista, a tiempo
vista, a fecha,
a tiempo
fecha
- Lugar de pago
- Competencia
judicial
- Lugar de
creación
- Fecha de
emisión

Denominación: Es requisito indispensable para la validez del título que


contenga en su texto la expresión “letra de cambio” o la cláusula “a la
orden”.
Promesa de pago: En el escrito del documento debe contener la promesa
incondicionada de hacer pagar una suma de dinero.
Nombre del tomador: Debe consignarse en el texto escrito del título el
nombre del beneficiario, dado que la letra de cambio no es un documento
concebido como título al portador.
Nombre del girado: El escrito del documento debe contener el nombre
del girado, o sea, de la persona que una vez que lo acepte, se obliga
directamente al pago del título a su vencimiento.
Plazo de vencimiento: La letra de cambio puede emitirse de acuerdo a los
siguientes vencimientos:
A la vista: Vence en el momento mismo de la presentación al pago.
A cierto tiempo vista: Vence a un determinado plazo, contenido en la
propia letra, que comienza a computarse desde el momento en que ésta se
presenta para su aceptación (ejemplo: a 30 días vista).
A día fijo: se indica en la letra el día del vencimiento del título.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 34


Pagaré
Es un título valor formal y completo que contiene una promesa de
pagar una suma determinada de dinero a su vencimiento y que vincula
solidariamente a los firmantes. En este título sólo existe una relación
bipartita entre el librador del documento y el portador o beneficiario del
mismo, que es el titular de los derechos cartulares.

Requisitos formales del pagaré - Art. 101


Pagaré o cláusula a la orden: Debe contener en su texto la denominación
escrita de la palabra “pagaré” o tener inserta la cláusula “a la orden”.
Promesa de pago pura y simple: Debe contener una promesa
incondicionada de pagar una suma de dinero a su vencimiento.
Plazo de pago: Son los mismos plazos que los enunciados para la letra de
cambio.
Lugar de pago: Domicilio en donde debe hacerse el pago.-
Nombre del tomador: Debe consignarse el nombre del beneficiario,
o sea, de aquel a quien debe hacerse el pago. El pagaré no es un
documento que pueda ser emitido como título al portador, dado que la ley
lo ha concebido con un documento a la orden.
Lugar y fecha de libramiento: Lugar y fecha de creación de título.
Firma del librador: Es un requisito obvio, puesto que si no se encuentra la firma del
librador no existe posibilidad alguna de atribuirle responsabilidad patrimonial.

Cheque
Es una orden de pago pura y simple librada contra un banco, en la
que el librador tiene fondos suficientes acreditados en cuenta corriente
o autorización para girar en descubierto. La existencia del cheque
presupone la existencia de un contrato bancario previo que es la llamada
cuenta corriente bancaria que funciona a través de cheques, siendo este el
documento necesario de la misma. La ley 24452 (ley de cheques) regula las
dos clases de cheques existentes; el llamado cheque común, y el llamado
cheque de pago diferido. El primero de ellos puede ser conceptualizado
con la definición dada al comienzo de este tema, y el segundo también
es una orden de pago librada a cierto tiempo vista en donde el librador
deberá tener fondos suficientes. El cheque común es siempre pagadero a
la vista o su presentación, y el de pago diferido, recién a partir de la fecha
de su vencimiento. El cheque deja de ser una promesa, puesto que tiene
la características de ser una orden que emite una persona en contra de un
banco donde tiene contratada una cuenta corriente bancaria, con fondos
suficientes. Ello implica que la entidad bancaria no puede rehusar el
pago, siempre que el título reúna los requisitos formales y que el librador
del cheque tenga fondos suficientes o autorización para girar.
Clases de cheques: Común y de Pago diferido, cuyos conceptos hemos
dado en el párrafo anterior. Estas llamadas clases de cheques no deben ser
confundidas con distintas formas de emisión, creación o libramiento que
pueden realizarse.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 35


Formas de emisión: cruzado - certificado- al portador- a la orden- no a
la orden
- Cruzado: La inserción de dos barras paralelas en el ángulo
superior izquierdo del cheque impide que el mismo pueda ser
cobrado por ventanilla, obligando a su tenedor a depositarlo en
una cuenta bancaria.
- Certificado: A pedido del librador del cheque, el banco certifica por el plazo
de cinco días, que los fondos por los que el cheque fuera librado,
efectivamente se encuentran depositados, y que sólo el beneficiario
podrá retirar ese dinero por el plazo establecido. Esto asegura al tenedor
la efectiva existencia de los fondos en la cuenta.
- Al portador: Se libra el cheque sin la indicación del beneficiario. El
tenedor original o el último tenedor, tendrá que insertar su nombre
y apellido en el cheque y así proceder luego a su cobro.
Si el cheque fuera librado con la indicación del beneficiario, puede librarse con la
cláusula “a la orden” o “no a la orden”. Esto impide en su caso la circulación
por endoso.

Plazos de presentación y prescripción

El plazo de presentación de un cheque a su cobro es de treinta días


(corridos), contados desde la fecha de emisión en el llamado cheque
común y desde la fecha de pago en el llamado cheque de pago diferido.
En cuanto a la prescripción para la acción ejecutiva prevista por la ley
para el cobro del cheque que fuera rechazado es de un año, por lo que
superándose dicho plazo, se pierde dicha acción.

Endoso. Concepto
Hemos dicho precedentemente, que los títulos de crédito son documentos
destinados a permitir la circulación de la riqueza, o sea, a ser transferidos
mano a mano. Escuti ha definido el endoso como “el acto escrito,
unilateral e incondicional, formalmente accesorio, que tiene por objeto
la transmisión del título de crédito y la legitimación de su poseedor para
el ejercicio de los derechos cartulares”. Participan en él el endosante,
o sea quien entrega el título, y el endosatario, es decir la persona que
recibe el título y los documentos que de él se desprenden. El endoso
entonces legitima al último tenedor respecto de los derechos crediticios
incorporados en el documento, pudiendo perseguir el pago del librador
original y de todos los sujetos que hubieran participado en esa cadena
regular de endosos. En la actualidad y en materia de cheques, existe una
limitación el número de endosos, pero sólo por una cuestión fiscal.
Para finalizar, lo invitamos entonces a estudiar los temas de este módulo
y a comenzar a conocer el derecho comercial y descubrir esta rama del
derecho privado.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 36


Se sugiere una atenta lectura del material bibliográfico básico :
• “Manual de Derecho Comercial” del Dr. Vítolo, en sus capítulos I,
II, III y XV.
• Decreto Ley 5965/63.
• Ley 24.452.
• Código Civil y Comercial.

Luego de ello, Usted se encuentra en condiciones de realizar las


actividades previstas para este módulo.

M1 Actividades

Actividad 1
Una exposición a modo de síntesis inicial

Habiendo egresado de la Universidad usted se ha especializado en el


Derecho Comercial por ser la rama del derecho privado que más le interesó
al cursar sus estudios. Por los conocimientos adquiridos, su estudio del tema
y su constante dedicación se ha convertido en un profesional reconocido en
la materia. Por ello, la Cámara Empresaria del Comercio y la Industria lo invita
a brindar una conferencia respecto de la evolución del Derecho Comercial en
nuestro país y su diferenciación, dentro del Derecho Privado, con el Derecho
Civil.

El desarrollo de su exposición deberá iniciarse con el análisis de la llamada


concepción subjetiva del Derecho Comercial, el paso de los sistemas latinos
a la concepción objetiva y la reciente unificación legislativa ocurrida en
nuestro derecho privado.

Para ello, se le solicita un temario respecto de los temas sobre los cuales
versará la exposición. Usted piensa que tal vez sea de gran valor realizar una
presentación multimedia con una síntesis de estos temas a los fines de guiar
su exposición y permitirle al auditorio seguirlo a través de un recurso visual.

AA1

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 37


Presentaciones multimedia

Algunas herramientas para realizar las presentaciones multimedias pueden


ser:

Microsoft PowerPoint
Es un programa diseñado para hacer presentaciones con texto
esquematizado, animaciones de texto e imágenes prediseñadas o importadas
desde imágenes de la computadora. Se le pueden aplicar distintos diseños
de fuente, plantilla y animación.

Prezi
Es una aplicación multimedia para la creación de presentaciones similar
a Microsoft Office PowerPoint, con la salvedad de que Prezi funciona
íntegramente a través de Internet http://prezi.com/.
Se trata de una herramienta narrativa que usa un solo lienzo en vez de
diapositivas tradicionales y separadas. Los textos, imágenes, videos u otros
objetos de presentación son puestos en un lienzo infinito y son presentados
de manera ordenada. El lienzo (o canvas) permite a los usuarios crear una
presentación no lineal, donde pueden usar zoom en un mapa visual. Se
puede definir un camino a través de los objetos y marcos, logrando un
orden deseado por el usuario. La presentación final se puede desarrollar en
una ventana del navegador o se puede descargar el archivo para realizar
una presentación fuera de línea.
Para aprender a utilizar este sencillo programa, le ofrecemos un tutorial:

http://prezi.com/yqfu-lxm9kxr/tutorial-prezi-en-espanol-aprender-a-utilizarlo-
en-15-minutos-academia-prezi/

Canva:
Canva www.canva.com es un software y sitio web (también puede usarse
la app para dispositivos móviles) de herramientas de diseño gráfico
simplificado. Ofrece un catálogo de más de 5 millones de plantillas gratuitas
y personalizables para editar y crear proyectos propios. Estas plantillas
(presentación, poster, afiche, banner, tarjeta, post e historias para redes
sociales, etc.) cuentan con imágenes, estilos y diseño de texto propio.
Es de muy fácil uso ya que utiliza un formato de arrastrar y soltar. Los
proyectos realizados se pueden descargar o compartir por diferentes
medios. Además quedan guardados para continuar editándolos todas las
veces que queramos.

AA Actividad 1
asistente académico

Le sugerimos comenzar reconociendo cuáles son las diferencias que se


advierten entre la concepción objetiva y subjetiva del Derecho Comercial, y
por qué motivos, a su juicio, nuestra legislación es considerada objetiva. Por
otra parte, no olvide que será conveniente destacar el concepto del Derecho
Comercial como derecho de empresa y las teorías principales en las que se
funda.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 38


Sugerencia: un cuadro comparativo puede resultar de gran ayuda para lo
mencionado anteriormente.

Para completar este proceso evolutivo analice en forma genérica en qué ha


consistido la unificación legislativa que se patentiza con el dictado del nuevo
Código Civil y Comercial.

Actividad 2
Haciendo distinciones

Siendo el comercio una típica actividad de intermediación, no existiendo ya


la distinción legislativa entre el derecho civil y el derecho comercial, distinga
en la exposición solicitada en la anterior actividad, estos tipos de actos por
su aspecto económico. Realícelo de forma escrita.

Para cumplir esta actividad pueden resultarle útiles las siguientes sugerencias:

1. Distinga el aspecto económico que caracteriza al acto de comercio,


la intermediación y el ánimo de lucro de estos actos. Para ello puede
tomar como ejemplos los que detalla cada uno de los incisos del
artículo 8 del C. de Comercio, que si bien ya no son ley vigente,
sirven como ejemplo adecuado para la distinción solicitada.
2. Explique el significado de la circulación de bienes, el ánimo de lucro
y la intermediación entre la oferta y la demanda de bienes, dando
algunos ejemplos de ello.
3. Explique el significado de empresa como actividad conforme nuestro
sistema legal y proceda a realizar una breve distinción entre el
concepto de empresa y el concepto de empresario.

Actividad 3
Ser o no ser... una actividad económica comercial

Gerardo Sabella ha recibido dinero de una indemnización por despido.


Ahora piensa que es importante generar con él nuevos recursos, pero solo
tiene experiencia como capataz en una empresa automotriz. Pensando en
su padre, que tenía en su pueblo un negocio de artículos para el hogar,
decide iniciar la actividad de venta de artefactos eléctricos para el hogar al
que denomina “Electrohogar”. Siempre le pareció que su padre realizaba
una actividad sencilla por lo que piensa que no tendrá mayores problemas,
y a su vez obtendrá en poco tiempo un buen usufructo del dinero que le
entregaron.

Pensando en el caso presentado le proponemos analizarlo teniendo en


cuenta los siguientes interrogantes. Recuerde que es importante fundamentar
su respuesta.
- ¿Estos actos que realiza son actividades comerciales, desde el punto
de vista económico?

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 39


- ¿Se advierte intermediación o interposición entre la oferta y la
demanda de bienes?
- ¿Existe el ánimo de lucrar con la actividad emprendida?
- ¿Realiza el Sr. Sabella una actividad económica organizada?

AA1

AA1 Actividad 1
asistente académico

Para fundamentar su respuesta tome en cuenta lo establecido en el art.


8 del Código de Comercio ya derogado, y en el art. 320 del Código Civil
y Comercial vigente.

Actividad 4

Cheques

Don Ramón Aguirre comienza la explotación de un negocio de venta de


indumentaria deportiva. Sus proveedores le sugieren la conveniencia
de trabajar con cheques, por lo que decide a esos fines abrir una cuenta
corriente bancaria en un banco de la ciudad. Abierta dicha cuenta, el banco
le entrega una libreta de cheques para que comience a utilizarlos.

En razón de lo expuesto, y de forma escrita, responda:


a) ¿Cuáles son las clases de cheques que establece nuestra legislación?
b) Elabore un concepto de cada uno de ellos y señale sus diferencias.

CC1

CC1 Actividad 1
clave de corrección

Consulte la respuesta a esta consigna en la Ley 24452.

MÓDULO 2

M2 Microobjetivos

• Identificar las formas por las cuales se realiza una actividad económica
organizada, para saber si una persona puede ser considerada
comerciante o empresario.
• Reconocer las características que distinguen a la persona humana
comerciante de la persona jurídica comerciante, a los fines de las
obligaciones que pesan sobre cada una.
• Reconocer a las sociedades como la persona jurídica comerciante
por excelencia, en pos de comprender sus principales rasgos
característicos.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 40


• Analizar las obligaciones genéricas y comunes de los comerciantes,
para distinguirlas como propias de dicho estatus.
• Conocer el sistema de libros contables que establece nuestra
legislación, a los fines de su empleo y reflejo contable de los negocios.
• Entender el instituto de la representación y los mecanismos que
rigen el negocio jurídico representativo, para así poder establecer los
límites de la actuación del representante.

M2 Contenidos

LOS SUJETOS DE LAS RELACIONES MERCANTILES

La actividad comercial requiere de un sujeto que la desarrolle, y ello es


la materia de nuestra consideración en la primera parte de este módulo.
¿Cómo se puede presentar el sujeto como actor de la actividad comercial y
económica?, ¿cuáles son sus incompatibilidades y prohibiciones, derechos
y obligaciones?, Estos son temas que forman parte del contenido principal
de este módulo.
En el Módulo 1 concluimos el estudio del comercio, es decir, de la materia
comercial. Aquí abordaremos la persona que tiene a su cargo el cumplimiento
de dicha actividad y, con ello, estudiaremos al comerciante: su concepto y
los elementos que lo componen. Veremos sobre quién puede recaer esta
actividad económica: sobre la persona humana o sobre la persona jurídica.
Las incompatibilidades y prohibiciones para asumir la calidad de comerciante
han de ser consideradas a los fines de poder diferenciar los casos en que no
puede presumirse tal condición.
Hemos de estudiar también el análisis de los derechos y obligaciones de los
comerciantes y, entre ellas, de algunas que tienen una especial relevancia en
el mundo mercantil actual, tales como el llevado de un sistema adecuado de
contabilidad y libros contables.
El estudio y conocimiento del sujeto de las relaciones mercantiles es uno de
los temas más trascendentes de la materia y de especial significación toda
vez que resultaría imposible conocer los actos y contratos de comercio sin
tener una noción clara de la persona destinada a cumplirlos.
El nuevo Código Civil y Comercial no define a la hoy llamada persona humana,
la que se denominaba en el ordenamiento anterior persona física, remitiendo
aquí a lo que usted ha estudiado ya en la parte general del derecho civil. Sí se
hace el distingo con la persona jurídica, importándonos fundamentalmente
dentro de ellas, a las llamadas hoy sociedades en general.

Las Sociedades
Una de las principales modificaciones en esta materia, con la sanción del
nuevo código, fue la derogación de las llamadas sociedades civiles, que
tenían su regulación legislativa en el derogado código civil, a partir del art.

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1648 del mismo. Por ello, en el sistema anterior, convivían, aunque un tanto
anacrónicamente, estas sociedades civiles con las sociedades comerciales,
contempladas en la llamada ley de sociedades comerciales. Hoy dicha ley
que lleva el número 19550 ha sido modificada en parte, ya que no existen más
las llamadas sociedades comerciales, por lo que la ley se denomina ahora
“Ley General de Sociedades. Otra de las modificaciones de importancia
es la creación de la llamada sociedad anónima unipersonal, que permite la
existencia de una sociedad de un solo socio.
Por ello, la actual ley ha modificado la definición de las sociedades en su art.
1 cuando dice: “Habrá sociedad comercial cuando una o varias personas en
forma organizada y conforme uno de los tipos previstos en la ley se obliguen a
la realización de aportes para afectarlos a la producción de bienes o servicios,
participando de las ganancias y soportando las pérdidas”. Se advierte de la
definición que ya no es necesario que toda sociedad tenga por lo menos dos
socios como mínimo.
Esa sociedad reviste para nuestro derecho el carácter de persona jurídica,
tan persona para el derecho como cualquier persona humana, y mirando a
la sociedad como persona y como acto, el sólo hecho de su constitución
implica un acto de comercio.
El art. 11 de la ley 19550, enumera los llamados requisitos esenciales
o tipificantes, lo que implica que son comunes a toda sociedad,
independientemente del tipo societaria o clase de sociedad de que se trate.
Lo mismos pueden resumirse en la existencia de un solo socio (sociedad
anónima unipersonal) o dos o más socios en el resto, también debe tener
toda sociedad un capital que se forma por el aporte de los socios; un
objeto social que debe ser lícito y posible; un domicilio que es atributivo
de la jurisdicción; un nombre al que se le agrega el tipo social o abreviatura
conforme la sociedad de que se trate; un plazo por la cual se constituye la
misma, y órganos de representación internos para su actuación en el mundo
económico y jurídico.
A su vez, se establecen requisitos formales o instrumentales respecto de
su constitución, los que pueden resumirse en que las sociedades deben
constituirse por escrito (contrato social o estatuto) debiendo ser inscripto el
mismo en una oficina que se llama Registro Público de Comercio. La falta de
cumplimiento de estos requisitos (inscripción) no invalida la existencia de la
sociedad, sino que la convierte en una llamada sociedad residual, conforme la
nueva designación (antes sociedades de hecho e irregulares), no perdiendo
por ello su personalidad, pero haciendo responsables a sus socios frente
a terceros por las deudas de la sociedad, aunque ahora respondiendo en
forma mancomunada y no solidaria por no haber justamente cumplido con la
obligación de la inscripción.
Para que una sociedad pueda ser considerada regular debe ser típica. Esa
llamada tipicidad societaria es algo que surge de la ley, como clase de
sociedades distintas, reguladas en forma taxativa por la ley de sociedades.
Esto quiere decir que no existen sociedades que no sean de algunos de
esos tipos (clases) societarios. Los socios al decidir constituir la sociedad
deben necesariamente elegir alguno de esos tipos societarios, quedando
dicha elección a su entera conveniencia. Dentro de esos tipos societarios
podemos distinguir las llamadas sociedades colectivas, de capital e

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industria, en comandita simple, en comandita por acciones, sociedades de
responsabilidad limitada y sociedad anónima, por citar los más importantes,
siendo las dos últimas (SRL y S.A.) las más elegidas ya que permiten limitar
la responsabilidad de los socios por las deudas de la sociedad, sólo hasta
el valor de su aporte. Dentro de esta última, podemos distinguir la sociedad
anónima cerrada, que no hacer oferta pública de sus acciones, y la anónima
abierta, cuyas acciones cotizan en la bolsa.

La inscripción de la sociedad
Las sociedades comerciales para ser regulares y que el tipo social elegido
al momento de su constitución tenga plenos efectos, debe inscribirse en el
Registro Público de Comercio. Este trámite se inicia por ante el Juez del
comercio del domicilio de la sociedad, acompañando por escrito el contrato
social, que contiene los requisitos descriptos anteriormente establecidos en
el art. 11 de la ley.
El Juez realiza entonces un control de legalidad, y si se verifican los requisitos
esenciales en forma correcta, dicta una resolución ordenando al Registro
Público de Comercio la toma de razón e inscripción de la sociedad.
A partir de allí la sociedad se encuentra regularmente constituida, siendo
los efectos de la inscripción meramente regularizatorios y publicitarios, y no
constitutivos. Esto quiere decir que la sociedad no nace por la inscripción,
sino por la voluntad de los socios.

La sociedad residual
La ley reconoce la existencia de estas sociedades, las que se convierten en
tales por no haberse cumplido con los requisitos formales establecidos en
la misma.
Esta sociedad que antes se denominaba sociedad de hecho o irregular, hace
que, como consecuencia de la no inscripción, los socios respondan ahora en
forma mancomunada (en proporción al número de socios y por una porción
viril) por las deudas de la sociedad respecto de terceros, sin gozar de los
beneficios de excusión y división, lo que se traduce que un eventual acreedor
de esta sociedad puede atacar tanto el patrimonio de la sociedad, tanto y al
mismo tiempo el patrimonio de cada uno de los socios, pero reiteramos, solo
en la parte proporcional al número de socios existente. Asimismo, cualquiera
de los socios que la conforman, invocando la existencia de la sociedad, la
obligan respecto de terceros, sin necesidad del consentimiento de los otros
socios. Por último, cualquier medio de prueba de los admitidos en derecho
puede ser utilizado para probar la existencia de una sociedad de estas
características.

SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA: Se trata de un tipo


societario que nace fundamentalmente para la pequeña y mediana empresa,
tutelada por la ley de sociedades comerciales a partir del art. 148 en adelante.
Como rasgos característicos de la misma puede enumerarse la limitación en
el número de socios que no puede superar los cincuenta; la limitación de

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responsabilidad de los socios hasta el límite del aporte efectuado, la división
del capital en cuotas sociales, incorporales que deben tener un valor de
diez pesos o sus múltiplos, un órgano de administración y representación
denominado gerencia, y la responsabilidad ilimitada y solidaria de los socios
por la efectiva integración del aporte.

Requisitos formales: La sociedad de responsabilidad limitada, para que


tenga efectos el tipo social adoptado, debe constituirse por escrito, bastando
el instrumento privado con firma certificada de sus socios, e inscribirse en el
Registro Público de Comercio.

Denominación: No es necesario incluir en la denominación el nombre de


los socios, admitiendo un nombre de fantasía, pero siempre seguido del
tipo societario elegido, esto es sociedad de responsabilidad limitada o su
abreviatura S.R.L.

Límite del número de socios: Habiendo sido pensada esta sociedad para
la pequeña y mediana empresa, es lógica la limitación al número de sus
integrantes, siendo una sociedad que si se pretendiera clasificar podría
tildarse de mixta, a mitad de camino entre una sociedad personalista y una
sociedad netamente de capital.

Limitación de responsabilidad de los socios: Cabe aclarar que quienes


limitan su responsabilidad por las deudas de la sociedad son los socios y no
la sociedad, la que, como cualquier persona, tiene plena responsabilidad por
las obligaciones contraídas. Lo que implica que los socios no responden por
las deudas de la sociedad respecto de terceros. Por ello no debe confundirse
a la persona sociedad con los socios, ya que son sujetos distintos y con
distinto patrimonio y responsabilidad.

Aportes: En este tipo societario la ley establece que el aporte de los socios
debe consistir en dinero o en bienes de ejecución forzada, no permitiéndose
como aporte obligaciones de hacer. Dichos bienes dejan de pertenecer a
los socios para formar parte del capital de la sociedad. En el caso de que el
aporte consistiera en dinero, la ley permite una integración parcial de por lo
menos un veinticinco por ciento del monto total y su integración posterior en
un plazo no mayor a los dos años. Es por eso que los socios, conforme el
art. 150 de la ley, garantizan a terceros la verdadera y efectiva integración de
los aportes.

Cuotas sociales: El aporte de cada uno de los socios se representa en esta


sociedad en cuotas sociales. Es la parte que cada socio tiene en la sociedad
en la medida de su aporte. Dichas cuotas sociales son incorporales (no están
representadas en un título), surgiendo del contrato social, siendo transferibles
por cesión. Pueden ser embargadas y ejecutadas. El valor de cada cuota se
fija en diez pesos o sus múltiplos. La cuota social le otorga al socio dos tipos

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de derechos según la proporción del aporte. Derechos de gobierno (dirigir la
sociedad) a través del voto y derechos patrimoniales al cobro de ganancias
o dividendos si los hubiera.

Administración y Representación: La ley unifica en un solo órgano estas dos


funciones. Siendo una persona jurídica necesita de personas físicas que
la administren (lleven adelante la marcha de la sociedad) y la representen
(la obliguen respecto de terceros). En este tipo societario el órgano
establecido lleva el nombre de Gerencia, esto es que la sociedad deberá
estar administrada y representada por gerentes. Estos pueden ser socios de
la misma sociedad o no, pudiendo nombrarse a terceros no socios para esta
función. Esta gerencia puede ser unipersonal (un gerente) o pluripersonal
(varios gerentes) y siendo de esta última forma, con actuación indistinta
o conjunta. Los miembros de este órgano -gerencia- son elegidos por los
socios y se encuentran facultados para celebrar todos los actos que no
sean notoriamente extraños al objeto social, obligando en consecuencia a la
sociedad por los mismos.

SOCIEDAD ANONIMA: Sociedad netamente capitalista, pensada para


la gran empresa y aglutinante en general de grandes masas de capital
para destinarlos a la producción de bienes y servicios. Una organización
societaria más compleja que la SRL, distinguiéndose los siguientes rasgos
característicos.

Requisitos formales: Debe constituirse por escritura pública e inscribirse al


igual que el resto de las sociedades comerciales.

Denominación: Admite un nombre de fantasía como designación, con el


aditamento sociedad anónima o su abreviatura.

Limitación del número de socios: Este tipo societario no tiene limitación


respecto al número o cantidad de sus socios.

Aportes: Al igual que en la SRL el aporte debe consistir en dinero o bienes


de ejecución forzada. Encontrándose permitida la integración parcial del
aporte en dinero en un veinticinco por ciento como mínimo, al momento de
la constitución, y su posterior integración dentro del plazo de dos años, no
rigiendo la garantía de los socios por la efectiva integración del aporte.

Acciones: El capital de una S.A. se representa en acciones, que deben


tener un valor nominal de diez pesos o sus múltiplos. Dichas acciones son
títulos valores que tienen corporalidad, esto es, están materializadas en un
documento. Dan derecho al accionista al voto, al gobierno de la sociedad y
al dividendo.

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Administración, Representación y Fiscalización: Al ser sociedades más
complejas y sin limitación del número de socios, la ley ha diferenciado tres
órganos distintos para el funcionamiento de la sociedad.

Administración: El órgano de administración de una sociedad anónima se


llama Directorio, compuesto por directores, socios o no, elegidos en asamblea
por los socios. Ese directorio puede ser unipersonal o pluripersonal, y este
último con actuación indistinta o conjunta.

Representación: El presidente del directorio de una sociedad anónima es


quien tiene la facultad de representarla, esto es, vincularla con terceros.

Fiscalización: Se reitera que al ser sociedades más complejas y además


sin límite de socios o accionistas, estos no podrían, como en una pequeña
sociedad, controlar los actos del directorio. Para ello la ley establece un
órgano de fiscalización obligatorio llamado Sindicatura, que es el encargado
de velar por los intereses de los socios, controlar los actos del directorio,
concurrir a las asambleas con voz pero sin voto y en definitiva proteger los
intereses de los accionistas. Para ser miembro de la sindicatura, hay que ser
elegido por los socios, y tener título habilitante de Contador Público Nacional
o Abogado.

En una sociedad anónima los socios toman decisiones a través de un órgano


de gobierno, no permanente que se llama Asamblea. Estas pueden ser
ordinarias o extraordinarias, dependiendo ello de la importancia de los temas
a tratarse en el orden del día. Las decisiones se aprueban por el juego de las
mayorías de capital en general.
Las sociedades anónimas pueden clasificarse en sociedades anónimas
cerradas (no realizan oferta pública de sus acciones) o abiertas, siendo estas
las autor- izadas para el ofrecimiento público de sus acciones en el mercado
de valores.

SOCIEDAD ANONIMA UNIPERSONAL: Se crea este nuevo tipo societario,


que permite que una sola persona pueda crear una sociedad, que tendrá
entonces un solo socio, debiendo dicha sociedad estar administrada por
un directorio de tres miembros y una sindicatura también formada por tres
integrantes.

El Menor Comerciante: Sólo subsiste hoy el llamado menor con título


habilitante y el emancipado por matrimonio. Al margen de las distintas
posturas doctrinarias habrá que remitirse a las disposiciones estudiadas en
la parte general del derecho civil y el régimen de capacidad existente.

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ADQUISIÓN DE LA CALIDAD DE COMERCIANTE: El nuevo código no
contempla el llamado estatuto personal del comerciante, habiendo sido
reemplazada esta fórmula por quien lleve una actividad económica organizada,
quien sea titular de un fondo de comercio o una actividad empresaria. Se
critica por parte de la doctrina, y con razón, la eliminación de ese estatuto del
comerciante que se encontraba definido en el art. 1 del código de comercio
ya derogado, por esta fórmula un tanto vaga e imprecisa. De todos modos,
aunque el nuevo ordenamiento no hable de “comerciante” sin dudas sería la
palabra para definir a quien lleva adelante esa actividad económica.
La importancia de ello, reiteramos, es que siendo considerado dentro de esta
“categoría” surgirá la obligación de un sistema de contabilidad ordenado y
la obligación de conservación de esas constancias por un plazo establecido
en la misma ley.

Sistemas legislativos en el derecho comparado

Existen fundamentalmente dos sistemas para la adquisición de la calidad


de comerciante en el derecho comparado, el sistema formalista y el sistema
realista, aunque algunos autores hablen también de un sistema mixto.

Sistema Formalista: Propio del derecho alemán, en donde la inscripción


en un registro convierte a la persona en comerciante sin importar que actos
realice. Dicha inscripción es constitutiva entonces de un derecho y una
calidad determinada, ya que mientras la persona no se encuentre inscripta
no podrá serle atribuida dicha calidad. En buen romance: se inscribió, en
comerciante; no se inscribió, no lo es.

Sistema Realista: De raigambre francesa, en donde lo que hace comerciante


a la persona no es la inscripción (requisito formal), sino la actividad que lleva
a cabo o desarrolla (basada en la realidad), que es en definitiva realizar actos
de comercio en forma habitual y profesional. Quiere decir que la persona
no se convierte en comerciante por la inscripción. Ahora bien, vale aclarar
que el derecho francés, como lo hacía nuestro derecho hasta la vigencia
de la ley actual, establecen la obligación de inscribirse en un registro. Dicha
inscripción no es constitutiva, sino meramente declarativa y pub- licitaria,
siendo la consecuencia de la no inscripción en Francia del pago de una
multa, esto es, una sanción dineraria.

Libros de comercio: La necesidad de que el comerciante mantenga una


contabilidad organizada tiene implícita la de llevar adelante libros de comercio
en orden. Esto tiene una triple incidencia: 1) por el interés del comerciante
que le permite conocer su estado financiero en todo momento, 2) por el
interés de quien contrata con el mismo, pues le permite conocer el estado
económico y financiero del comerciante y 3) por interés de la sociedad en su
conjunto, dado que en caso de procesos falenciales se puede desentrañar
las causas de la falencias y la evolución comercial del comerciante.

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No obstante ello, en la actualidad y con el desarrollo de la informática, el
acceso que se tiene a la contabilidad de los comerciantes permite conocer en
instantes el estado de sus negocios, la evolución, el índice de endeudamiento,
etc.
El art. 320 y siguientes del Código Civil y Comercial determina la necesidad de
que los comerciantes lleven libros de comercio de manera tal que den cuenta
y razón de sus operaciones y que tengan una contabilidad organizada.
Dicha norma establece que toda persona jurídica, y la persona humana que
lleve adelante una actividad económica organizada, o sea titular de una
empresa o establecimiento comercial, deben cumplir con esta obligación
impuesta legalmente.
Excluye esta norma a quienes ejerzan profesiones liberales o realicen
actividades agrícolas ganaderas que no sean realizadas en forma empresaria.

Sistemas legales

Existen dos sistemas en materia de libros de comercio:


1- Sistema inglés: no determina qué libros son obligatorios y, por ende,
tampoco especifica sanciones para los comerciantes remisos a llevar
libros de comercio. En definitiva el comerciante llevará los libros
contables que quiera y en la forma que quiera.
2- Sistema francés: es el seguido por nuestro código. Si bien determina
los libros obligatorios para los comerciantes, no plantea sanciones
para los remisos. Nuestro sistema entonces consagra el llevado de
libros obligatorios y facultativos en forma obligatoria, pero además
establece la forma en que dichos libros deben ser llevados.

Para nuestro derecho existen los libros obligatorios como el libro diario, el
inventario y el balance, y otros facultativos que, elegidos por el comerciante,
deberá llevar dado el volumen de sus negocios y la correcta contabilidad
de los mismos (ej. Libro de bancos, de proveedores, etc.), conforme lo
establecido por el art. 322 c civil y comercial.

LIBRO DIARIO: Allí el comerciante debe asentar correlativamente día por día
los ingresos y egresos que se producen en el desarrollo de su actividad. Si
lleva un libro de caja, éste forma parte del libro diario.

INVENTARIO: Es un libro fundacional donde el comerciante tiene la


obligación de asentar la totalidad de bienes con los que cuenta al momento
del inicio de la actividad.

EL BALANCE: A diferencia del anterior, no sólo consta el activo del


comerciante sino también el pasivo del mismo, reflejando en un momento
determinado la composición patrimonial del comerciante.

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Nuestra legislación exige que por lo menos una vez por año el comerciante
confeccione el inventario y el balance. También existen libros especiales,
obligatorios por leyes especiales, que dependen de la actividad de ese
comerciante en particular (libros de actas de una sociedad, libro de registro
de los corredores, etc.).
La ley de sociedades comerciales permite que el comerciante solicite a la
autoridad de contralor la sustitución de los libros de comercio (excepto el de
inventario) por otro tipo de sistemas contables computarizados.
El cese de la actividad comercial no implica la suspensión automática de la
obligación de llevar los libros de comercio; esto se efectúa recién cuando se
haya producido el cese total de la actividad comercial y de sus efectos. Por
ello la ley obliga a conservar los libros de comercio por el término de diez
años, a partir de la cesación del giro comercial.

Formalidades
Los arts. 321, 323, 324 y 325 del Código Civil y Comercial disponen las
siguientes formalidades para los libros:
- Formalidades extrínsecas:
a. Foliados y encuadernados.
b. Deben encontrarse individualizados, con fechas de inicio, con el
nombre del comerciante, el domicilio y número de hojas que contenga.
Todo ello se constata mediante la rubricación de los libros que se realiza ante
el Poder Judicial.

- Formalidades intrínsecas:
1. Llevados en idioma español. Si el comerciante posee otra lengua,
puede utilizarla en los libros, pero al ser presentados deben acompañarse de
traducción.
2. Los asientos deben ser llevados en el mismo orden en que se realizan
las operaciones. No puede dejarse espacios en blanco.
3. Se prohíbe tachar, sacar hojas, mutilar de cualquier manera el libro.
En lo que hace al libro de balance, el mismo debe ser claro para que permita
conocer el verdadero estado económico del comerciante; debe ser veraz
y exacto en los datos que contiene y debe tener criterios uniformes de
valoración.

Eficacia probatoria de los libros


Conforme el art. 330 del nuevo código, los libros, llevados en forma, pueden
ser admitidos como un medio de prueba en juicio, estableciendo dicha
norma el valor probatorio de los mismos, y por cuál de las partes en su caso
pueden ser aprovechados.

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Exhibición de los libros
Judicialmente y sólo judicialmente, el obligado puede ser compelido a la
presentación o exhibición de los libros de comercio ya sea ésta en forma
general, sólo procedente en un juicio universal (sucesión, quiebra) en donde
se encuentra comprometido todo el patrimonio de la persona, por lo que se
exhibirán todos los libros y todo el contenido de los mismos, y la exhibición
parcial, que solo pro- cede en un juicio singular, a pedido de parte, y solo
comprenderá la exhibición del asiento contable que tenga relación con lo
que se discute en ese juicio. Todo ello se encuentra establecido por el art.
331 del nuevo código.

Conservación de los libros de comercio


El comerciante durante el ejercicio de la actividad o habiendo ya finalizada
la misma, debe conservar los libros de comercio por el plazo de diez años,
conforme lo establecido por el art. 328 del Código Civil y Comercial.

RENDICION DE CUENTAS: También es objeto de estudio el tema en este


módulo, como una obligación de quien realiza negocios por otro, siendo
importante el estudio del art. 856 y siguientes y en especial los artículos 861
y 862 del Código Civil y Comercial.

Por último, estudiaremos la teoría general de la representación a partir del


art. 358 del código, y en especial la representación voluntaria, al igual que el
contrato de corretaje, novedosamente incorporado al código, sin modificar
las leyes que regulan en forma especial esta actividad.

Lo invitamos a continuar transitando los temas de este módulo dos, y a seguir


descubriendo distintas instituciones el derecho comercial.

Resulta importante realizar la atenta lectura de:


• “Manual de Derecho Comercial” del Dr. Daniel Roque Vítolo, en
sus capítulos V, VI, VII y XIV.
• Ley General de Sociedades.
• Código Civil y Comercial.

Lo invitamos a resolver las actividades correspondientes a este módulo.

Lo invitamos a resolver la Primera Parte de la Evaluación Integradora.

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M2 Actividades

Actividad 1
El comerciante

Cierto día concurre a su estudio el Sr. Ramón Aguirre con el objeto de solicitar
asesoramiento profesional por haber decidido emprender una actividad
comercial, más precisamente optó por dedicarse a la compra y venta de
indumentaria deportiva. Requiere que Ud. lo asesore e informe cuáles son
los requisitos necesarios para iniciar dicha actividad.
En razón de ello, Ud. le informa que conforme al nuevo sistema legal vigente,
comenzará a realizar una actividad económica organizada, y que ello, al
margen de traerle aparejado el cumplimiento de ciertas obligaciones legales
propias de dicha actividad, presupone la existencia de capacidad jurídica
para llevar adelante dicha actividad.
Indique cuál es el régimen legal de la llamada capacidad de ejercicio plena
en el nuevo Código Civil y Comercial.

AA1

AA1 Actividad 1
asistente académico

Para resolver la actividad deberá tener en cuenta lo establecido por los


arts. 320, 19, 22 y 23 del Código Civil y Comercial.

Actividad 2

Las sociedades

Su mismo cliente, el Sr. Ramón Aguirre, en razón de la buena marcha de su


actividad comercial, recibe la propuesta de un amigo para asociarse con él
en su emprendimiento.

En mérito de ello le consulta:


a) Jurídicamente, ¿qué es una sociedad?
b) ¿Se puede crear una sociedad sin la necesidad de socios?
c) ¿Cuáles son los requisitos que toda sociedad debe tener para existir?
d) Además le consulta si la sociedad a crearse debe inscribirse en algún
registro especial.

AA1

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AA1 Actividad 1
asistente académico

Para la solución de dicha actividad deberá tener en cuenta el art. 148


Código Civil y Comercial, y los arts. 1, 5 y 11 de la ley de Sociedades
19.550.

Actividad 3

Libros Contables

Una de las obligaciones que pesa sobre la persona humana que realiza una
actividad económica organizada o una sociedad es la obligación de llevar un
adecuado sistema de contabilidad. Por ello, el Sr. Aguirre le consulta cuáles
son los libros contables que ordena la ley que deben llevarse, cuáles sus
formalidades y las formas de llevarlos exigidas por la ley, y cuál el plazo por
el que deben ser conservados habiendo finalizado la actividad comercial.

AA1

AA1 Actividad 1
asistente académico

Para la correcta realización de esta actividad y su resolución Ud. deberá


tener en cuenta lo establecido por los arts. 320, 321, 322, 323, 325, 327
y 328 del Código Civil y Comercial.

Actividad 4

La representación

Su cliente Ramón Aguirre, por haberse expandido la marcha de sus negocios,


decide abrir una sucursal y ha elegido al Sr. Patricio Gandolfi para que sea
el encargado. Le requiere entonces a usted que se ocupe de las cuestiones
legales atinentes a la situación planteada:

1. ¿Prevé el Código Civil y Comercial que una persona, en este caso el


encargado, pueda realizar negocios en nombre y por cuenta de otra?
2. Cuando el representante realiza actos de comercio en nombre de su
principal, ¿quién debe responder por las obligaciones emergentes
de los actos realizados con los terceros?
3. ¿Cuáles son las obligaciones que la ley establece entre representado
y representante?

AA1

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AA1 Actividad 1
asistente académico

Para la realización de toda esta actividad deberá conocer lo establecido


en el Código Civil y Comercial en los arts. 358, 359, 362, 363, 366, 372, y
373 de la normativa vigente.

Actividad 5

Agentes autónomos de comercio: el corredor

Nuevamente es consultado por su cliente ya que su hijo Máximo ha decidido


comenzar a estudiar la Tecnicatura Universitaria de Corredor de Comercio,
inclinándose a la futura intermediación de negocios inmobiliarios.

Por ello, deberá responderle a su cliente:

- ¿En qué consiste la figura del corredor?


- ¿Cuáles son sus principales obligaciones?
- ¿Cuándo tiene derecho al cobro de una comisión o retribución
económica?

AA1

AA1 Actividad 1
asistente académico

Analice el caso a la luz de lo establecido por los arts. 1345, 1347, y 1350 del
Código Civil y Comercial.

MÓDULO 3

M3 Microobjetivos
• Conocer la teoría general de la contratación, fijando los elementos
del contrato, medios de prueba y sus normas de interpretación
a la luz de la legislación actual, para su aplicación a supuestos
concretos de la vida profesional.
• Identificar los distintos tipos de contratos conforme la legislación
vigente y la doctrina, para lograr un eficaz reconocimiento de cada
uno de ellos.
• Conocer el proceso de génesis del contrato, tanto entre presentes
como entre ausentes, para establecer el nacimiento de los derechos
y obligaciones y las teorías ensayadas al respecto.
• Establecer el alcance de la autonomía de la voluntad y de las
causas que la limitan, con el objeto de poder reconocer la validez
de los contratos como actos jurídicos.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 53


• Diferenciar los tipos de contratos y definir las características de
cada uno, a los fines de su correcta utilización en cada supuesto
en particular.
• Establecer las distintas modalidades del plazo contractual y el
manejo de las obligaciones sin plazo expreso en atención a la
legislación vigente, con el objeto de su adecuada aplicación.

• Aprender sobre el manejo del pacto comisorio o cláusula


resolutoria, como forma de resolución de los contratos bilaterales
y, de este modo, lograr la disolución del vínculo contractual.

M3 Contenidos

LA TEORÍA GENERAL DE LA CONTRATACIÓN. EL NUEVO SISTEMA


LEGAL. OBLIGACIONES Y CONTRATOS. SU UNIFICACIÓN.

La teoría general de la contratación es la materia de la cual se ocupa este


módulo tercero de la materia. Es la base para el estudio de la parte especial
de la asignatura ya que en su gran mayoría el resto del programa está
dedicado al conocimiento de los contratos comerciales. Si desconocemos
los principios generales de los contratos, mal podemos asumir el estudio de
cada uno de los tipos contractuales, clásicos y modernos, que hoy se aplican
en la vida mercantil.

El fenómeno ocurrido dentro de la unificación del derecho privado y la


sanción del actual Código Civil y Comercial, ha producido que ya no exista
un distingo legislativo entre los contratos, sin que ello implique que cuando
dicho contrato contiene una actividad de intermediación, comercialización
de bienes y/o servicios, y realización de actividad económica en general,
estemos frente a un contrato de naturaleza comercial.

Todo vínculo convencional se encuentra regulado por los mismos principios


jurídicos, influyendo de manera decisiva en cada una de las características
contractuales que hemos de estudiar luego.

Sin temor a equivocarnos, podemos decir que todo el andamiaje contractual


está construido sobre la base de la autonomía de la voluntad. Si en nuestro
ordenamiento no existiera una norma que le confiriera valor legal a la
convención particular, nada de lo convenido en el marco de un contrato
podría ser luego compelido. Por tal motivo, hemos de estudiar la autonomía
de la voluntad como base del sistema contractual y sus limitaciones, es decir,
aquellas situaciones en que excepcionalmente lo convenido por las partes
pierde valor y puede ser revisado.

El estudio de la formación o génesis del contrato, sus clasificaciones, el


modo de probarlo y, en su caso, la forma de resolverlo será objeto, aunque
en forma sintética de este módulo de estudio.

El pacto comisorio, hoy llamado “cláusula resolutoria”, de actualidad en el


mundo de la contratación mercantil, ocupará un lugar especial en nuestro

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 54


estudio. Hemos de analizar su contenido, como también la forma y los
mecanismos para su articulación, con casos teóricos y prácticos que nos
permitan manejar el instituto y su implementación en la vida mercantil.

OBLIGACIONES Y CONTRATOS

El término obligación proviene del latín obligare, o sea, ligarse alrededor de


algo. En la vida jurídica, tiene tres significaciones distintas:

1. Obligación como derecho de alguien: soy titular de tal obligación. El


término está concebido como una facultad.

2. Obligación como deber: por ejemplo, cuando hablamos de las


obligaciones comunes de los comerciantes.

3. Finalmente, se encuentra la acepción que nos interesa y que se


refiere al vínculo jurídico existente entre dos personas, mediante el
cual una está obligada a cumplir una prestación y la otra a prestarla.

En cuanto a la clasificación de las obligaciones, las mismas pueden ser


de dar, de hacer y de no hacer. Dentro de las llamadas obligaciones de
dar, podemos encontrar las de dar cosas ciertas, las obligaciones de dar
cantidades de cosas y las obligaciones de dar una suma de dinero.

Obligaciones comerciales: Diferencia con las civiles. Unificación


legislativa

Los autores se han preocupado cuando existía en nuestro ordenamiento


jurídico, un régimen dual de legislación en materia de derecho privado;
el ordenamiento civil por un lado y el comercial por el otro, de encontrar
diferencias en las obligaciones para así distinguir una obligación civil de una.
Aclaramos desde ya que dichos esfuerzos han sido estériles ya que estos
llamados caracteres legales de las obligaciones comerciales, no han podido
distinguir claramente una obligación civil de una comercial. Sin embargo,
se citan a continuación ya que en algunos casos las diferencias han servido
para la distinción, aunque en forma parcial, como la prescripción, la mora
automática, el pacto comisorio, la solidaridad, la presunción de onerosidad,
etc.

Todo ello hoy resulta letra muerta porque al derogarse los dos códigos
anteriores y sancionarse el nuevo Código Civil y Comercial, se ha producido
la unificación legislativa, no existiendo entonces en la ley las diferencias que
se pretendían encontrar. Hoy entonces no tiene ningún sentido hablar de
obligaciones y contratos comerciales, ya que todas las obligaciones y todos
los contratos, legislativamente, ya no tienen distinción.

CONTRATOS

A los fines de definir un concepto, debemos partir del art.957 del Código
Civil y Comercial que define al contrato cuando dice que “Contrato es el acto

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 55


jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento
para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas
patrimoniales.”

Este precepto establece la bilateralidad del contrato como acto jurídico, ya


que necesariamente se necesitan dos partes, siendo imposible contratar
con uno mismo. A su vez se habla de la manifestación del consentimiento y
una declaración común de voluntad a los fines de perfeccionar o anudar el
contrato.

Otro de los elementos que caracterizan al contrato, además de la pluralidad


de partes, es que el acuerdo arribado tiene que estar atrapado por el mundo
del derecho y tener un contenido patrimonial.

La autonomía de la voluntad: Tiene su sustento legal en el art. 958 del


Código Civil y Comercial, cuando establece que las partes son libres
para celebrar un contrato y determinar su contenido, dentro de los límites
impuestos por la ley, el orden público, la moral y las buenas costumbres.
Esto implica que el artículo citado le otorga validez y fuerza obligatoria de ley
a la convención o acuerdo de voluntades entre dos personas. Ello tiene las
siguientes consecuencias prácticas en:

1) La libertad de las partes de contratar o no.

2) La potestad del individuo de discutir en un pie de igualdad las


cláusulas contractuales (y la importancia que tal principio asume en
un mundo comercial de contratos de adhesión).

3) La facultad de elegir entre las legislaciones de los Estados la que sea


más conveniente a los intereses de los comerciantes, mientras no se
viole la ley ni el orden público. Esto tiene significativa importancia
en un mundo globalizado, donde se pueden realizar acuerdos entre
sociedades.

4) La facultad de incluir en los contratos las cláusulas que se estimen


convenientes.

En definitiva, por medio de la autonomía de la voluntad las partes son libres


para arribar a acuerdos, convenio o contratos, sin tener que sujetarse a
moldes rígidos que condicionen los mismos.

Como en todos los demás aspectos, aquí también el derecho comercial


se encuentra indisolublemente unido a las contingencias políticas del
lugar. Si nos hallamos en un Estado de economía dirigida seguramente las
restricciones contractuales serán mayores y la autonomía de la voluntad
estará sumamente condicionada.

En Estados como el nuestro, con una economía prácticamente libre,


las únicas restricciones se encuentran en regulaciones estatales de
determinadas actividades o formas de realizarlas (ejemplo: las bancarias,
bolsas y mercados).

La autonomía de la voluntad tiene su aplicación práctica en el hecho de


que las partes pueden arribar a cualquier tipo de convención o acuerdo,

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 56


aunque el mismo no se encuentre nominado en la ley. En definitiva los
límites principales a la autonomía de la voluntad son el orden público, ya
que el convenio de partes no puede contrariar normas de tipo imperativo, la
posibilidad y la licitud.

Clasificación de los contratos

1. Bilaterales y unilaterales: Art. 966. De acuerdo a si las obligaciones


emergentes de los mismos quedan a cargo de una o de las dos partes. En
los contratos bilaterales surgen obligaciones recíprocas para cada una de las
partes contratantes, mientras que en los unilaterales, una sola de las partes
queda obligada hacia la otra. Serán ejemplos de contratos bilaterales la
compraventa, el mandato, el depósito. Serán ejemplos de contrato unilateral,
la donación y la fianza.

2. Gratuitos u onerosos: Art. 967. Serán considerados onerosos, si la


ventaja que una parte obtiene al contratar, no le es concedida a cambio
de una ventaja que debe procurarle a la otra parte. Serán por el contrario
gratuitos, si la ventaja obtenida lo es independientemente de una ventaja
que haya que procurarle a la otra parte.

3. Nominados o innominados: El art. 970 del Código Civil y Comercial


distingue los contratos en nominados e innominados, de acuerdo a si
los mismos se encuentran específicamente regulados en la ley o no.
Serán nominados los que tengan una regulación legal específica, y serán
innominados aquellos que existan solo por la autonomía de la voluntad, sin
que la ley los haya regulado todavía.

4. Conmutativos o aleatorios: Art. 968. Se consideran aleatorios cuando


las consecuencias del contrato para ambas partes, o para una de ellas,
dependen de un acontecimiento incierto, esto es un alea, un riesgo, en
donde las partes o una de ellas no conozcan de antemano las ventajas que el
contrato puede procurarle (contrato de seguro, contratos de juego, apuesta
o suerte). Por el contrario, serán conmutativos, cuando las partes al momento
de contratar conozcan lo que el contrato puede depararle.

5. Formales y no formales: Art 969. Se puede entender por forma, al el


conjunto de solemnidades que deben observarse al tiempo de la formación
de los contratos. Tanto en materia civil como en materia comercial rige el
principio de la libertad de las partes en la elección de la forma de celebración
del contrato, salvo que la ley le haya exigido una propia.

Aquí la distinción no está dado respecto de si el contrato tuviera una forma


o no, ya que todo contrato la tiene. La oralidad o verbalidad es una forma
de contratar. El contrato será formal si en forma expresa la ley dispone el
cumplimiento de alguna formalidad al momento de la celebración del
contrato. El requisito formal que ha pasado a nuestros días es la escritura
del acto, esto es que el contrato se celebre por escrito. Dentro de estos
llamados contratos formales podemos distinguir los formales solemnes, en
donde el incumplimiento de lo ordenado por la ley, trae aparejada la nulidad
o inexistencia del contrato (donación de bienes inmuebles, constitución

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 57


de renta vitalicia y cesión de derechos litigiosos) y formales meramente ad
probationem, en donde el incumplimiento del requisito formal establecido
por la ley, no trae aparejada la nulidad del acto, sino generalmente la
inoponibilidad respecto de terceros, o que el contrato no cumpla sus efectos
propios.

El contrato será no formal, cuando la ley deja librado a la voluntad de las


partes la instrumentación escrita del contrato o no. El principio general que
rige en materia contractual, reitero, es la llamada libertad en la elección de las
formas, pudiendo adoptar las partes la que estimen más conveniente a sus
derechos, salvo cuando el contrato sea formal.

Elementos del contrato

Pueden distinguirse tres clases de elementos en los contratos, detallados a


continuación:

- Elementos Esenciales: Son los que hacen a la vida, a la esencia del


contrato; aquellos que no pueden faltar para que existe ese contrato.
En la compraventa, la cosa y el precio; en el mandato, los actos de
comercio encomendados; en la prenda, la cosa mueble sobre la que
se constituye el derecho real de garantía; en el mutuo, la entrega de
cosas fungibles y consumibles.

- Elementos naturales: Son aquellos que no se encuentran


especialmente pacta- dos o convenidos expresamente por las partes,
pero que juegan en el contrato por una disposición legal. Ej.: garantía
de evicción, garantía por vicios redhibitorios, pacto comisorio tácito.

- Elementos accidentales: Son aquellos que sí y solo sí son


obligatorios para las partes, si expresamente las mismas los hubieran
establecido en el contrato. Ej.: cargos, modos, condiciones, plazos,
intereses punitorios, etc.

Formación de los contratos

La formación de los contratos implica el proceso que se lleva a cabo para que
el contrato exista, esto es para que coincidan las declaraciones de voluntad
de los contratantes. El primer paso para que comience este proceso es la
llamada oferta.

La oferta: Es la invitación que una parte realiza a la otra para celebrar un


contrato. La doctrina ha considerado que la misma debe reunir los siguientes
requisitos:

1. Debe ser completa, o sea, ser realizada conjuntamente con todos los
elementos necesarios que le permitan al ofertado celebrar el contrato.

2. Debe ser vinculante, o sea, ser realizada con la intención de contratar


y no con un espíritu jocoso, sin ánimo de compromiso.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 58


3. Debe ser dirigida a persona determinada. Las propuestas que
carezcan de este último requisito no son consideradas ofertas, sino
meras invitación a ofrecer y no obligan a quien las ha realizado. Todo
lo explicado precedente- mente se encuentra establecido en el art.
972 del Código Civil y Comercial.

Emitida la oferta pueden darse las siguientes hipótesis: La aceptación, esto


es que la parte a la cual fue dirigida la oferta la acepte lisa y llanamente y
en ese mismo momento. Si coinciden oferta y aceptación, estamos frente al
nacimiento del contrato y por ende al nacimiento de las obligaciones que
surgen del mismo.

La contraoferta implica que la persona a la cual fue dirigida la oferta ni la


acepte ni la rechace, sino que emita una contraoferta. La persona del
potencial aceptante se convierte en oferente, y así sucesivamente hasta que
se llegue a la aceptación final por una de las partes y exista contrato, o por el
contrario no se llegue a un acuerdo y el contrato no se perfeccione.

El silencio del aceptante al recibir la oferta no implica en modo alguno


aceptación, ya que el principio general en derecho es el de que el que calla
nada dice, y no puede inferirse de su silencio una declaración de voluntad,
salvo que la ley en forma especial establezca lo contrario.

Todo ello en materia de contratos entre presentes, pero pudiendo los


contratos celebrarse entre ausentes, especialmente por correspondencia
epistolar. Existen diversas teorías para explicar cuándo y en qué momento el
contrato queda perfeccionado.

Teoría del conocimiento: Sostiene que la oferta es válida sólo cuando la


aceptación llega al conocimiento del oferente.

Teoría de la declaración: Entiende que la oferta es válida cuando existe


voluntad de aceptación por parte del aceptante, aunque no emita declaración
pero siempre que la exteriorice de algún modo.

Teoría de la expedición: Plantea que la oferta es válida cuando la aceptación


ha sido remitida al oferente, aunque la misma no haya arribado a destino.

Teoría de la recepción: Sólo la oferta se considera válida y se ha perfeccionado


el contrato cuando la aceptación ha sido receptada, esto es recibida por el
oferente, aunque no la hubiera efectivamente conocido.

De acuerdo a lo establecido por el art. 980 del Código Civil y Comercial, nuestro
código se ha inclinado por aceptar la teoría de la recepción, modificando el
régimen anterior que se inclinaba por la teoría de la expedición.

Prueba de los contratos

En cuanto a la prueba de los contratos, al derogarse el código de comercio,


no se indican específicamente los medios probatorios, sino que se remite a
los que se encuentren permitidos por los ordenamientos procesales de cada
jurisdicción. Sin perjuicio de ello y de tener que recurrir a los códigos de
procedimientos, pueden citarse como medios de prueba:

1. Por instrumentos públicos: Aquellos celebrados por escritura pública,


EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 59
en general forma poco frecuente de celebración de contratos
comerciales, atento a la poca celeridad que los mismos tienen y al
costo de esta forma de instrumentación. Existen negocios jurídicos
comerciales que deben celebrarse mediante instrumento público,
como es el caso de las sociedades anónimas y, por ende, su forma
de prueba estará conformada por el instrumento constitutivo.

2. Por las notas de los corredores: Asientos que los corredores deben
insertar en el llamado libro de registro, en donde deben incorporar
una por una cada una de las operaciones que gracias a su intermedio
las partes contratantes hubieran realizado. Se trata de un instrumento
privado y, por lo tanto, puede ser argüido de falso.

3. Por documentos firmados por las partes: El llamado instrumento


privado, cuyo principal requisito es la firma de las partes. Se trata
de la forma más frecuente para la prueba de un contrato, pues es
la que presenta mayor celeridad. No deben existir raspaduras, ni
enmiendas, ni lugares en blanco en los contratos firmados.

4. Por la correspondencia epistolar: Su valoración quedará reservada


al Tribunal.

5. Por los libros de comercio: Estos deberán haber sido llevados de


acuerdo a lo que dispone la ley, a partir del art. 320 del Código Civil
y Comercial en adelante, quedando a cargo del tribunal la valoración
de estos libros.

6. Por confesión o por juramento: Pruebas reguladas por las normas


procesales.

7. Por testigos: Cuya merituación realizará el juez, respecto de


manifestaciones que el testigo realizara de hechos percibidos por
sus sentidos.

8. Por presunciones.

Terminación anticipada de un contrato: Rescisión, resolución

Los contratos se realizan para cumplirse, pero puede suceder que dentro de
las llamadas vicisitudes del contrato, el mismo no fuera cumplido. Aquí hay
que distinguir dos figuras que suelen confundirse, la rescisión y la resolución
del contrato.

Rescindir implica un nuevo acuerdo de voluntades, en donde ambas partes,


así como al principio se pusieron de acuerdo en celebrar el contrato, se ponen
de acuerdo en dejarlo sin efecto. Entonces la rescisión implica un nuevo
acuerdo de voluntades de ambas partes para dejar sin efecto el contrato.

La resolución por el contrario, implica actividad de una sola de las partes


respecto de la otra. Por ello se dice que la resolución es una facultad unilateral
(de una parte hacia la otra), y que el origen de dicha facultad resolutoria
puede ser tanto causada como incausada. Será incausada, cuando una
parte decida resolver el contrato sin que exista una causa para ello (el despido

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 60


sin causa en materia laboral), o causada, cuando dicha circunstancia se
encuentre prevista legal o contractualmente.

Esta figura resolutoria se llama hoy una cláusula resolutoria implícita o


expresa, lo que era conocido en el ordenamiento anterior como pacto
comisorio expreso o tácito, el que se encontraba regulado en el art. 1204 del
Código Civil y en el art. 216 del Código de comercio.

El nuevo ordenamiento civil y comercial trata esto en varios artículos, en lugar


de en uno solo como el código anterior.

Resulta una la facultad resolutoria concedida al contratante que ha cumplido


con la obligación a su cargo, de exigir el cumplimiento o la resolución
del contrato en su caso, a la parte incumplidora. Tiene como condición
indispensable que el contratante acredite:

1. Un contrato con prestaciones recíprocas.

2. Haber cumplido con las prestaciones a su cargo.

3. Actividad de la parte cumplidora.

Cláusula resolutoria implícita: Conforme los artículos 1087, 1988 y 1089 del
nuevo Código Civil y Comercial, se entiende implícito en todos los contratos
con prestaciones recíprocas, otorgando la facultad al contratante que
hubiera cumplido con su obligación, de exigir e intimar en forma fehaciente
el cumplimiento del contrato a la parte incumplidora, otorgándole para ello un
plazo no inferior a los quince días, bajo apercibimiento de que el contrato se
resuelva en caso de no cumplir en dicho plazo, todo ello más los daños y
perjuicios derivados de la demora. En consecuencia, los requisitos para que
proceda son el incumplimiento de una de las partes, la intimación fehaciente
bajo apercibimiento y el plazo. Intimada la incumplidora puede suceder que
la misma cumpla con su obligación, por lo que el contrato continúa, o que
por el contrario no cumpla, con lo que el contrato quedará, vencido el plazo
otorgado, resuelto.

Cláusula resolutoria expresa: A diferencia del anterior, las partes han


establecido esta facultad en una cláusula del contrato. Es entonces la
convención expresa previendo que una de las partes no cumpliera con
las obligaciones que nacen del contrato. En este supuesto, existiendo
el incumplimiento de una de las partes, la otra podrá resolver el contrato
notificando en forma fehaciente su voluntad de resolver, sin necesidad de la
intimación previa al cumplimiento y otorgamiento del plazo.
Es importante la lectura de la bibliografía básica sugerida:
• “Manual de Derecho Comercial” del Dr. Daniel Roque Vítolo, en
sus capítulos III y XII.
• Código Civil y Comercial.

Una vez finalizada la lectura de esta presentación, le proponemos realizar las


actividades propuestas en este módulo para afianzar sus saberes y siempre
tomar como referencias las normativas señaladas en el módulo.
¡Vamos, siga adelante! Con el conocimiento de este módulo tres, habrá
adquirido los conocimientos y destrezas necesarias para descubrir la parte
contractual del derecho comercial.

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M3 Actividades

Actividad 1
El automóvil antiguo de colección

Los distintos negocios que las partes realizan tienen relevancia jurídica a
través del contrato que ellas celebran.

El contrato, entonces, es la herramienta o figura jurídica para que los


contratantes adquieran derechos y obligaciones. Pero el perfeccionamiento
de un contrato, o su proceso de formación o nacimiento, tienen
particularidades propias que deben necesariamente cumplirse. Obviamente,
por los conocimientos adquiridos en la Universidad usted las conoce, lo
que no ocurre siempre con alguno de los contratantes o clientes.

Compartamos este caso:

Uno de sus clientes, Leonardo Iniesta, tiene intenciones de ofrecer en venta


un antiguo automóvil de colección que recibió como herencia de su abuela.
Dicho rodado se encuentra en muy buen estado de conservación y tiene
varios interesados pues, por la originalidad del bien, tienta a adquirirlo a
muchas personas que tienen buen poder adquisitivo. Recurre a usted para
saber cuál sería el modo correcto de efectuar el ofrecimiento, ya que está en
juego mucho dinero. Usted le responde que primero debe formularse una
oferta, explicándole concretamente a dicho cliente en qué consiste y cuáles
son sus requisitos. AA1

También le informa que para que exista contrato debe coincidir dicha oferta
con la aceptación de otra parte. Ante ello, Leonardo le consulta si antes de la
aceptación puede retirar o arrepentirse de la oferta realizada y, en su caso, si
ello puede acarrearle alguna responsabilidad. AA2

Satisfecho por sus respuestas, Leonardo Iniesta aprovecha para preguntarle


acerca del tema contratos:

– Estoy vinculado comercialmente con otras plazas del país, y me interesa


saber, para que un contrato nazca o se perfeccione, si las partes deben estar
frente a frente o si por el contrario puede perfeccionarse o nacer el contrato
por medio de cartas o correspondencia. Si así fuera, ¿en qué momento queda
perfeccionado? –finaliza esperando su respuesta. AA3

– Entiendo lo que me dice, ¿pero cómo puede demostrarse que un contrato


existe o que las partes tengan obligaciones que cumplir que surjan del
mismo? –insiste Martín, pidiendo más especificidad en su respuesta. AA4

Para terminar, Martín Mallo le pregunta:

– ¿Qué puede hacerse legalmente en el caso de que el otro contratante deje


de cumplir con sus obligaciones? ¿Existe una solución jurídica para ello?

Ante ello, Ud. responde que no se preocupe ya que la ley ha previsto esta
situación para algunos contratos en una figura jurídica que se denomina pacto
comisorio, receptada en el Código como cláusula resolutoria. Su cliente,
interesado en conocer más respecto del tema, le pregunta lo siguiente:

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 62


1. ¿Cuáles son las clases de esta cláusula resolutoria que la ley ha
previsto?

2. ¿Cuál es el camino legal para resolver un contrato utilizando la forma


implícita?

3. ¿Qué debe contener la intimación a formularse en su caso? AA5

AA Actividad 1
asistente académico

Para responder cabalmente esta consigna deberá analizar los arts. 971, 972,
973 del C. Civil y Comercial.

AA Actividad 2
asistente académico
El estudio del art. 975 del C. Civil y Comercial le aportará la solución al tema
planteado.

AA Actividad 3
asistente académico

Para solucionar esta consigna deberá estudiar y concordar los arts. 974 y
980 del C. Civil y Comercial.

AA Actividad 4
asistente académico

Para la correcta realización de la consigna deberá enumerar y explicar cuáles


son los medios de prueba contemplados por el Código Civil y Comercial en
los arts. 1019 y 1020.

AA Actividad 5
asistente académico

A los fines de responder correctamente las cuestiones requeridas, deberá


conocer y brindar un concepto de la llamada cláusula resolutoria, explicando
cuál es la finalidad de la misma, y distinguir cuáles son las diferencias entre
la cláusula expresa y la implícita, conforme lo establecido por los artículos
1078, 1079, 1083, 1086, 1087, y 1088 del Código Civil y Comercial de la
Nación.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 63


Actividad 1
La instrumentación y la forma

Finalmente, los contratantes han llegado a un acuerdo y ahora es el


momento de instrumentar el negocio realizado, en este caso un contrato
de compraventa comercial. Ambas partes le han encargado la redacción
de este contrato:
1. Queda a su cargo la redacción de un contrato de compraventa
de mercaderías, que contenga en su texto la identificación de las
partes, las principales obligaciones que asumen, la descripción de
la cosa y el pago del precio. AA1

2. Además, mientras se lleva a cabo la confección o instrumentación


del contrato, Ud. aconseja la entrega de una seña para asegurar el
cumplimiento de la obligación, a lo que uno de los contratantes le
pregunta cuáles son los efectos de esa seña en materia comercial.
Su respuesta queda consignada en un escrito. AA2
3. También aconseja que dicho contrato entre las partes se celebre por
escrito, a lo que una de ellas le pregunta si esta es una obligación
legal y si todos los contratos deben celebrarse por escrito. AA3

AA Actividad 1
asistente académico

Es conveniente que elabore el contrato en base a una situación jurídica


creada por usted o tomada de la vida real, a su elección. Para la correcta
realización de esta actividad es conveniente que usted analice lo dispuesto
el art. 1123 y sig. del CCyC, además de lo consignado en la bibliografía
sugerida para el estudio del módulo. No olvide tener presente también,
detallando, los caracteres jurídicos del contrato de compraventa comercial y,
específicamente, indique fundadamente si se trata de un contrato consensual
o real.

AA Actividad 2
asistente académico

Deberá usted analizar lo dispuesto por el art. 475 del C. de Comercio,


delimitando el concepto de señal o arras, e indicando qué efecto tiene la
misma en materia comercial y cuál es la diferencia con el ordenamiento civil.
Puede usted consultar el material citado en bibliografía.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 64


AA Actividad 3
asistente académico

La bibliografía y el material de apoyo, juntamente con lo establecido por el


art. 1015 del CCyC, son los elementos a tener en cuenta para el desarrollo
de la actividad.

MÓDULO 4

M4 Microobjetivos

• Definir y delimitar el contrato de seguro, su formación, sus elementos


esenciales y las partes contratantes, analizando además el instituto
de reticencia, a fin de brindar un correcto asesoramiento respecto de
esta modalidad contractual.

• Analizar las obligaciones y cargas del asegurado y obligaciones del


asegurador, con el objeto de reconocerlas adecuadamente.

• Conocer y delimitar las condiciones de los seguros de daños, de


responsabilidad civil e incendio, para lograr la correcta identificación
de cada uno.

• Analizar y conocer las implicancias procesales del contrato de seguro,


para manejar el instituto de citación en garantía del asegurador.

• Comprender el concepto de la compraventa comercial, sus


caracteres y las obligaciones que surgen para las partes, a los
fines de reconocerlo como contrato y distinguirlo de otras formas
contractuales similares.

• Identificar la venta, la promesa de venta de cosa ajena y la venta de


cosa futura, para diferenciar estas modalidades y sus implicancias
legales.

• Fijar y delimitar los derechos y obligaciones del comprador y


vendedor, para establecer claramente las implicancias para cada una
de las partes.

• Comprender el concepto de señal o arras y la llamada garantía por


vicios redhibitorios que regula el ordenamiento vigente.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 65


M4 Contenidos

LA COMPRAVENTA MERCANTIL. EL CONTRATO DE SEGURO.

La compraventa, aunque hoy no exista el distingo legislativo que la clasifique


como de naturaleza civil o comercial, es la típica actividad mercantil
contractual y, por ello hemos de estudiar sus principales características y
considerar las principales modalidades del contrato. Además, en la última
parte del módulo veremos las convenciones internacionales que regulan el
contrato cumplido entre personas que habitan en distintos Estados.
Ocuparán nuestra atención las modalidades que asume la compraventa
comercial, y nos detendremos en el análisis de las políticas de protección al
consumidor y lealtad comercial, que día a día adquieren mayor relevancia.
Un moderno abogado debe tener especial consideración en los derechos
del consumidor y, por ende la problemática contemplada por la ley 24.240
ha de ser meticulosamente estudiada. Los casos prácticos se han de orientar
en ese sentido.
El contrato de seguro es una de las dos figuras contractuales que se analizan
en la primera parte de la asignatura. Estudiamos el seguro, sus instituciones
y, en especial, la reticencia y los derechos y obligaciones de las partes del
contrato. No escaparán de nuestra consideración las implicancias procesales
del contrato y, específicamente, la citación en garantía en el marco de los
procesos judiciales.
El contrato de seguro presenta la característica de ser un convenio que se
encuentra regulado por principios especiales, donde la cristalinidad de la
convención está asegurada por la ley que la regula. El instituto del seguro se
encuentra fuertemente influido por el principio de la buena fe, motivo por el
cual la reticencia perjudica al reticente, aun cuando haya actuado de buena
fe.
Por tal motivo, hemos de considerar los aspectos sustanciales y procesales
del contrato, con casos teóricos y jurisprudenciales, de donde podremos
extraer importantes conclusiones de la comparecencia de la aseguradora a
los procesos judiciales.

LA COMPRAVENTA
Con la ocurrida unificación legislativa ya no podemos distinguir entre la
compraventa civil y la compraventa comercial en sus aspectos legales, lo
que no quiere decir que en la práctica y la realidad, no sea el contrato madre
de la actividad comercial.
Ya no existirán las diferencias legislativas que establecía en art. 1323
del derogado código civil y el derogado art. 450 del código de comercio,
debiendo entones encontrar su definición en el actual art. 1123 del nuevo
Código Civil y Comercial que dice: “Hay compraventa si una de las partes
se obliga a transferir la propiedad de una cosa y la otra a pagar un precio en
dinero”.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 66


Ya no existen diferencias generales, entonces, si la cosa es mueble o
inmueble, o si la comercialidad del acto consistía en comprar para revender,
pretendiendo ganar dinero.
Caracteres
1. Consensual: Queda perfeccionado por el mero acuerdo de las
partes, y no por la entrega de la cosa vendida, la que es la principal
obligación del vendedor.
2. Bilateral: Desde que nacen obligaciones recíprocas para las partes
contratantes.
3. Oneroso: Por cambiarse u otorgarse ventajas las partes
recíprocamente.
4. No formal: En general, salvo que por la naturaleza de la cosa o por
imperio de alguna ley especial (ej. Ley de defensa del consumidor)
se exija el cumplimiento de alguna formalidad.
Requisitos
Existen elementos que hacen a todo contrato, como el consentimiento,
motivo por el cual la doctrina ha dicho que los elementos esenciales del
contrato de compraventa son y la cosa y el precio.
En cuanto a la cosa, debe ser susceptible de valor, determinada o
determinable, cierta y existente, o con la posibilidad cierta de existir, tanto
real como jurídicamente. También se permite la venta de la cosa ajena, total
o parcialmente, solución que el viejo código de comercio contenía en su art.
453. Todas estas cuestiones se encuentran reguladas en los arts. 1130, 1131
y 1132 del Código Civil y Comercial.
Venta de cosa a prueba: El art. 1160 del Código Civil y Comercial establece
que si el comprador se reserva la facultad de probar la cosa, estamos
frente a una compraventa sujeta a una condición suspensiva, quedando
perfeccionado el contrato, pasados los diez días sin que el comprador haya
aceptado, o haya pagado el precio de la cosa.
Venta sobre muestras o de cosas de calidad conocida: Regulada en el art.
1154 c civil y comercial, es la que se realiza identificando el objeto del contrato
en base a muestras conocidas y aprobadas por las partes con anterioridad.
Por supuesto, la venta quedará sujeta, en cuanto hace a su validez, a que el
objeto que se entrega sea igual al de la muestra, so pena de resolverse el
contrato.
Venta de cosas en fardos o bajo cubierta: Estableciendo el art. 1155 que si la
cosa mueble se entrega envuelta o bajo cubierta, impidiendo su examen en
este momento, el comprador gozará de diez días para reclamar en caso de
que exista algún vicio o defecto aparente en la cosa.
Precio: El pago del precio debe ser realizado en dinero, para que podamos
hablar de precio cierto. El supuesto más común de precio cierto es cuando
ha sido convenido por las partes en el contrato, o menos usualmente, cuando
debe ser fijado en relación a otra cosa cierta o cuando ha sido dejado al
arbitrio de un tercero. Son los nuevos arts. 1133 y 1134 del Código Civil y
Comercial los que regulan estos supuestos.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 67


Precio dejado al arbitrio de un tercero: Según el art. 1134 es cuando las
partes hayan designado a un tercero para que fije el precio del contrato.
Las consecuencias de esto son que si el tercero no fija el precio, el mismo
podrá ser fijado por el juez, y que habiéndolo fijado el tercero, el mismo es
irrecurrible por las partes.
Hay que distinguir el llamado precio cierto, del precio irrisorio y del precio vil.
Precio irrisorio: Como la palabra lo indica es un precio tan desproporcionado
con el valor de la cosa objeto del contrato, que el mismo mueve a risa. Dicha
desproporción hace que no exista precio, y por ende no exista contrato por
faltar uno de los elementos esenciales al mismo (ej. vender un automóvil 0
km a un peso).
Precio vil: Es aquel que tampoco guarda ninguna relación con la cosa objeto
de la venta, pero no tanto como el precio irrisorio. Aquí la diferencia es que
existe precio y por ende existe contrato, pudiendo recurrir la parte perjudicada
por ejemplo al instituto de la lesión.

Obligaciones del vendedor


Conservar la cosa: El vendedor es depositario de la cosa que ha sido
aceptada por el comprador, asumiendo las obligaciones de depositario hasta
el momento de su entrega, salvo que el comprador haya sido constituido en
mora para recibir la cosa.
Entrega de la cosa: La que debe materializar en tiempo útil de acuerdo a lo
pactado. La entrega se realiza mediante la tradición.
La tradición: La tradición real es la entrega efectiva de la cosa vendida en
el lugar y plazo convenido, mientras que la simbólica es la entrega que se
presume por una serie de signos exteriores que si bien no se entrega la cosa,
se concede la posibilidad de hacerse de la misma por parte del comprador.
Lo importante de la tradición o entrega es que mientras la misma no se
produzca, el comprador todavía no adquiere el derecho real de dominio de
la cosa, esto es, no se hace todavía dueño de la misma.
Plazo de entrega: La entrega del objeto del contrato debe verificarse en la
fecha prevista en el instrumento; pero si la misma no se ha fijado el vendedor
estará obligado a ponerla a su disposición en el término de 24 horas.
Si el comprador abonó el precio convenido, pero las cosas quedaron en
poder del vendedor, éste asume el carácter de depositario.

Obligación del comprador


1. Pagar el precio en tiempo y forma.
2. Recibir la cosa.

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Garantías por vicios aparentes y vicios ocultos

Vicios aparentes
Si la cosa vendida lo fuera envuelta o bajo cubierta, el comprador tiene
diez días de producida la entrega, para reclamar cualquier faltante en
la cantidad o vicio en la calidad. Dicha responsabilidad del vendedor
cede si en el acto de la entrega hiciera revisar la cosa por el comprador
y este la recibiera de conformidad (art. 1155 Código Civil y Comercial).
Aquí se advierte un cambio respecto del ordenamiento anterior que solo
contemplaba un plazo de tres días para realizar el reclamo por vicios
aparentes.
Los vicios o defectos ocultos, también llamados vicios redhibitorios, son
aquellos que no pueden ser percibidos por los sentidos al momento de
la entrega. Son deficiencias internas y ocultas de una cuantía o entidad
importante que hacen impropia la cosa para su destino, y que de haber
sido conocidos por el comprador no hubiera comprado la cosa o hubiera
ofrecido para un precio menor por la misma (art 1051 Código Civil y
Comercial). Son requisitos de los mismos:
1. Que sea un defecto oculto.
2. Que exista al momento de la tradición de la cosa.
3. Que la torne inepta para su destino.
4. Que en caso de haberse conocido hubiere anulado la operación o
la hubiere modificado substancialmente.

Constatada la existencia de vicios ocultos surgen dos acciones para el


comprador:
1. Redhibitoria: O resolutoria propiamente dicha, que produce la
resolución del contrato, debiendo el comprador devolver la cosa y
el vendedor restituir el precio, aunque el vendedor desconociera
la existencia de estos vicios, con derecho al resarcimiento por
daños y perjuicios si el vendedor hubiera sido de mala fe, esto es
que conociera la existencia de los mismos.
2. Quanti minoris: Del latín, cantidad menor, que deja subsistente
el negocio, pero permite la reducción del precio. Los arts. 1054,
1055 y 1056 del Código Civil y Comercial establecen un plazo de
ejercicio de estas acciones en seis meses contados a partir de la
entrega, coincidiendo con la ley de defensa del consumidor, si la
cosa objeto del contrato hubiera sido una cosa mueble, y de tres
años si el objeto del contrato hubiera sido un bien inmueble.

SEÑAL O ARRAS
En general, puede conceptualizarse como la suma de dinero que una
parte entrega a la otra para asegurar el cumplimiento del contrato de

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compraventa. Es una práctica muy aceptada en el tráfico, donde en
numerosas oportunidades se requiere que una persona entregue una suma
de dinero para asegurar la operación.
Legalmente, la seña podía obrar como principio de ejecución del contrato
(confirmatoria) la que tiene validez y produce efectos jurídicos a partir
de la entrega de la suma de dinero, o podía permitir el arrepentimiento
de quien la recibió o entregó, y que se encuentra facultado a resolver la
obligación restituyendo la suma recibida con otra igual.
En materia comercial, según el art. 475, Código de Comercio ya
derogado, la seña siempre era confirmatoria, y se considera a cuenta
de precio y como principio de ejecución del contrato no pudiendo las
partes arrepentirse, y encontrándose obligadas al cumplimiento de las
obligaciones del contrato.
En materia civil, y conforme el art. 1202 del Código Civil ya derogado, la
seña es penitencial pudiendo las partes arrepentirse del negocio con una
penalidad; perdiendo la cantidad entregada, si lo hiciera el comprador, y
debiendo restituir lo recibido con una cantidad equivalente, si el que se
arrepintiera fuera el vendedor.
El art. 1059 del nuevo Código Civil establece que la seña es siempre confirmatoria
y a cuenta de precio, no pudiendo las partes arrepentirse, salvo que así lo
hubieran pactado expresamente en el contrato, perdiendo la seña en su
caso o devolviéndola con más una cantidad equivalente. Pero reiteramos,
esta posibilidad de arrepentimiento juega sí y solo sí las partes lo hubieran
expresamente establecido.

El Seguro
Para comenzar, señalamos que el Contrato de Seguro es un contrato
comercial que permite la realización de otros actos, comerciales o no, que
de no existir, dichos actos no podrían ser llevados a cabo, o tendrían una
cuantía económica elevada que dificultaría su realización.
Pensemos que sin la existencia de un seguro de vida sería casi imposible
que los bancos pudieran otorgar créditos largo plazo; que sin un seguro de
transporte, el precio del flete o boleto sería mucho mayor; que sin un seguro
que cubra los riesgos del trabajo, los costos se elevarían y en razón del
riesgo mermaría la ocupación laboral, y muchos otros supuestos que son
posibles en razón de la existencia de este contrato.
Como primera aproximación a la comercialidad del mismo, el inc. 6 del Art. 8
del C. Comercio lo declara acto de comercio, pudiendo clasificarlo como un
acto natural o intrínsecamente comercial, dado que existe una intermediación
en el cambio de riesgos.
En nuestro ordenamiento jurídico la actividad aseguradora no es una
actividad comercial libre, sino que la misma se encuentra sujeta a una
previa autorización para funcionar y un control estatal permanente; el que se
realiza por un ente de control que es la Superintendencia de Seguros de la
Nación. Dicho ente tiene una importancia relevante, ya que no sólo otorga la
autorización para funcionar, si se cumplen los lineamientos de solvencia que
deben tener las compañías aseguradoras, sino también que dicha solvencia
patrimonial se mantenga en el tiempo.

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Además de ello en nuestro sistema existe una ley general que regula el
instituto, la que lleva el Número 17418, siendo conocida como la Ley Nacional
de Seguros que se encuentra incorporada al Código de Comercio.

Concepto
El Art. 1 de dicha ley define al seguro diciendo: “Hay contrato de seguro
cuando el asegurador se obliga, mediante una prima o cotización, a resarcir
un daño o cumplir la prestación convenida, si ocurre el evento previsto.
El concepto del contrato contenido en el artículo primero de la ley que regula
el seguro en la Argentina contempla, en general, las principales características
del instituto. El seguro es una convención o acuerdo de voluntades, mediante
el cual se procura la preservación de un patrimonio de las contingencias
imprevistas.
El seguro es un contrato de resguardo patrimonial que tiene como finalidad
específica resguardar un bien de las consecuencias de un hecho futuro e
incierto, pero de manera alguna debe ser entendido como una forma de
obtener una utilidad injustificada por un hecho dañoso. Es un típico acto de
intermediación, ya que la aseguradora se interpone entre la persona que
puede sufrir un daño en su persona o bienes, o causar un daño a terceros,
obligándose a resarcirlo si ocurre el siniestro, a cambio de la percepción de
una suma de dinero.

Caracteres
- Consensual: Ello por cuanto el contrato queda perfeccionado con
el mero consentimiento de las partes y a partir de tal fecha surgen
obligaciones recíprocas que hemos de analizar en este módulo.
- Bilateral: Puesto que del contrato surgen obligaciones recíprocas, como
sería el pago del siniestro por parte de la aseguradora y de la prima por
parte del asegurado. Estas son las obligaciones principales sin perjuicio
de otras que hemos de considerar luego.
- Oneroso: La contraprestación a cargo de ambas partes es siempre
onerosa, no previéndose la existencia de un contrato de seguro sin
contraprestación dineraria.
- Aleatorio: Si bien el alea, o sea lo incierto del acontecimiento al cual
se encuentra sujeto el pago indemnizatorio, es una característica
propia del contrato, parte de la doctrina sostiene que el contrato es
conmutativo. Ello es así por entender que las aseguradoras se manejan
en base a datos estadísticos que les permiten tener la debida previsión
por los riesgos asumidos conociendo, en su mayor parte, el índice de
siniestralidad que presenta cada rama de la actividad, motivo por el cual
disminuye la incertidumbre que parece regir el contrato. Sin perjuicio
de ello sostenemos el álea del contrato ya que la estadística no es una
ciencia exacta y el riesgo existe.
- Formal: Aquí la ley se aparta del principio general respecto de la libertad
en la elección de la forma instrumental del contrato, para establecer que
el mismo debe celebrarse por escrito.

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- Buena fe: Hemos de ver seguidamente que este es un principio
dominante del contrato, a tal punto que la declaración reticente de parte
del asegurado perjudica su postura, aun hecha de buena fe. Se trata de
un elemento primordial del convenio, motivo por el cual la información
exacta que ambas partes se deben rige el instituto y regula el derecho
de los contratantes.

Partes
Asegurado o tomador: La ley, en distintas partes de su articulado, denomina
de manera indistinta a esta parte como asegurado o tomador del contrato
de seguro. Es la persona que contrata la cobertura del riesgo o, como dice
Halperín, es la persona titular del interés asegurado. No debe ser confundido
con el beneficiario que puede o no coincidir con el tomador puesto que,
por ejemplo, en el seguro de vida, puede una persona contratar un seguro
designando a un tercero como el beneficiario del mismo, dado que, acaecido
el siniestro, se produce la desaparición física del asegurado.

Asegurador: De acuerdo a nuestra ley y a las normas vigentes de la


Superintendencia de Seguros de la Nación, se exige que el asegurador
sea una empresa o una organización puesta al servicio de la actividad del
seguro. La Superintendencia aprueba las pólizas; determina primas mínimas
y reservas; analiza balances y contabilidad; aplica sanciones de suspensión
o retiro, o sea que ejerce una actividad de fiscalización sobre la actuación de
las aseguradoras, garantizando que las mismas mantengan una solvencia
mínima con relación a las contrataciones que realizan.
La ley 20091 determina que las aseguradoras deben cumplir con requisitos
mínimos con el fin de obtener la autorización para emitir pólizas de parte de
la Superintendencia; son los fijados en el art. 7, a saber:

1. Tener por objeto exclusivo efectuar operaciones de seguro: La


actividad social que desarrolle la aseguradora debe ser exclusivamente
orientada al seguro, no pudiendo tener otro objeto social compartido.
2. Estar constituida de acuerdo a la ley: Como a todo ente social se le
requiere que al momento de su conformación jurídica, cumplimente
con las disposiciones legales en vigor. Sólo pueden ser aseguradoras
personas jurídicas y dentro de ellas, sociedades por acciones,
sociedades cooperativas y mutuales.
3. Capital mínimo: Dicho capital estará determinado de acuerdo a la
categoría que se le asigne al ente asegurador, o sea, al monto de
riesgo que se le permita asumir en los contratos que celebre.
4. Balance de los cinco últimos ejercicios: Deberá demostrar el estado
de solvencia patrimonial, mediante el agregado de los balances de
los últimos ejercicios, a fin de permitir evaluar al ente fiscalizador
el estado de las cuentas sociales, el nivel de endeudamiento, el
patrimonio neto, la conformación del activo y pasivo, etc. En este
punto es donde se deben extremar los recaudos por parte de la

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Superintendencia, pues en numerosos casos se han acompañado
balances que no reflejan la real situación económica de las empresas.
5. Plazo de duración del contrato superior a la rama de seguro a
explotar: La aseguradora debe tener previsto un plazo de vigencia
societaria superior al tiempo de vigencias de las pólizas que contrate.
Por ejemplo, no será el mismo plazo de vida societario que se le exija
a una aseguradora dedicada al rubro seguro de vida que al rubro
seguro de daños.
6. Ajustarse a planes fijados por la Superintendencia: Ello implica
que la fiscalizadora examina las propuestas de póliza de seguro
que realicen las aseguradoras, la forma de cálculo de las reservas
técnicas previstas para afrontar el pago de los siniestros, etc.
7. Ser conveniente la actuación de la aseguradora para el mercado
de seguros: Esto implica que la Superintendencia debe formular
un juicio de oportunidad sobre la conveniencia de autorizar a una
nueva entidad a introducirse en el mercado del seguro, y que ello no
implique distorsionar el mismo, perturbar la actuación de las demás,
etc.

ELEMENTOS ESENCIALES DEL CONTRATO DE SEGURO


Hemos de considerar los tres elementos indispensables para la existencia
del contrato de seguro, de cuyo análisis y consideración se podrán extraer
importantes conclusiones. No puede existir contrato válido de seguro sin la
presencia de los elementos que se detallen seguidamente:

INTERES ASEGURABLE. Concepto


Es la relación lícita y posible de valor económico que una persona le
otorga a un determinado bien. Dicho en otros términos, es la expectativa
lícita y justa que debe tener el asegurado sobre el valor del bien que se
asegura. En la práctica, la directa implicancia que tiene este elemento es
perturbar y prohibir el sobre seguro, o sea, la obtención de una utilidad
mediante la utilización de un contrato de seguro. El seguro es un contrato que
tiene como finalidad la preservación de un patrimonio mediante la cobertura
de un riesgo, pero de modo alguno puede ser entendido como un medio
para obtener una ventaja patrimonial.
Dice Halperín que el interés asegurable depende de tres elementos: la
existencia de un bien, la relación jurídica con éste y la exposición del bien a
un riesgo determinado. En definitiva, el interés debe existir al comienzo de la
vigencia del contrato y mantenerse durante la vida total del mismo.

Licitud - Art. 60: El interés debe ser lícito, o sea que la ley impide el
aseguramiento de hechos o actividades ilegales.

Infra y sobreseguro - Arts. 62/5: El primero es cuando la suma asegurada es


menor al valor total del bien, y está permitido. Una persona puede asegurar

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una parte de un bien sea porque es copropietaria del mismo o porque así lo
ha decidido. Cuando el siniestro es parcial, la aseguradora sólo debe cubrir
el monto proporcional del total del bien asegurado. Ejemplo: al asegurar el
50% del valor de un bien, que resulta destruido en un 30%, la aseguradora
sólo deberá afrontar el pago del 15% del valor total del bien.
En contrapartida, el sobreseguro es perseguido por la ley dado que,
conforme lo hemos dicho, el contrato de seguro no persigue la obtención de
un beneficio extra para el asegurado, sino restablecer la relación patrimonial
por la pérdida del bien siniestrado. El efecto es la nulidad del contrato y
la prueba del ánimo doloso, si contratar con sobreseguro está a cargo del
asegurador.

Pluralidad de seguros - Arts. 67/8: Existirá cuando, ante distintos


aseguradores, se protege un mismo bien por el mismo riesgo y cubriendo
en el total de los seguros el interés asegurable. Es lícito que un asegurado
reparta entre varias aseguradoras el riesgo, con la finalidad de quedar
suficientemente protegido.
En definitiva pueden existir tantas clases se seguros como intereses asegurable
existan. Por ejemplo para un pianista el interés asegurable podrían ser sus
manos; para un futbolista sus piernas y para un coleccionista, su colección.

RIESGO. Concepto
Es el segundo elemento del contrato de seguro y ha sido definido como la
eventualidad prevista en el contrato. Es el acontecimiento futuro e incierto
al que se supedita el contrato de seguro. Nuestro derecho positivo permite la
cobertura de toda clase de riesgos que devenga de una actividad lícita de un
bien determinado. Sus condiciones son:

 Necesidad: Debe existir al momento del inicio de la cobertura. Arts.


3 y 81.
 Incierto: Debe ser un hecho cuya ocurrencia no puede preverse.
 Lícito e individualizado: Debe delimitarse claramente el riesgo cuya
cobertura se pretende con el contrato. Por tal motivo es importante
al momento de concertar el contrato, especificar claramente el riesgo
al cual se encuentra sometido el bien protegido. Este elemento
caracteriza el álea del contrato, ya que sin riesgo no existe contrato
de seguro.

PRIMA. Concepto
Es el tercer elemento del contrato, definido como la remuneración del
asegurador por las obligaciones que asume en el contrato. Es en definitiva
el precio del contrato de seguro y la principal obligación que surge para el
asegurado.

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Precio (prima o cotización): Se encuentra regulada por parte de la
Superintendencia de Seguros de la Nación, que impide el cobro de primas
mínimas que distorsionen el mercado de seguro. Por lo tanto, debe ser
adecuada, suficiente, no abusiva, pero tampoco monopólica.
El ente de fiscalización de seguro citado tiene como finalidad mantener la
transparencia del mercado de seguro y, por ende, se opone a la percepción
de primas que no permitan cubrir adecuadamente los costos de las empresas
y con ello poder afrontar el pago de los siniestros.
El valor de la prima variará conforme el tipo de seguro de que se trate, del
interés asegurable y del riesgo asumido.

Formación del contrato


Al contrario de lo que generalmente se entiende, el contrato de seguro se
forma mediante la oferta que realiza el asegurado, al que se contiene en
lo que se denomina propuesta de seguro. En la práctica, es la compañía
aseguradora la que busca a los asegurados para formalizar el contrato, pero
jurídicamente la vinculación es inversa, toda vez que el tomador es quien
realiza la oferta que luego puede ser aceptada por la aseguradora mediante
la emisión de la póliza.

Oferta - Art. 4: La propuesta de seguro no obliga a las partes, hasta su


aceptación por el asegurador y la emisión de la póliza. La norma citada
regula que el asegurador dispone de 15 días luego de receptada la prórroga
del contrato para aceptarla, so pena de que su silencio implique aceptación.

Aceptación - Arts. 53 y 54: La ley exige una manifestación expresa de parte


del asegurador sobre la aceptación de la propuesta, no teniendo el silencio
valor alguno. A partir entonces en que confluyen oferta y aceptación, siendo
este un contrato consensual, existe el contrato y por ende nacen obligaciones
para las partes. Hoy en la práctica la contratación comercial en general y
la del seguro en particular se ha simplificado ya que puede hacerse aún
por teléfono o Internet. Ello implica que el seguro existe, pero es imposible
que en ese mismo acto se cumpla con el requisito formal que es la emisión
de la póliza (nombre del instrumento privado que contiene el acuerdo de
voluntades) Por ello es conveniente solicitar y la aseguradora se encuentra
obligado a emitir lo que se denomina un certificado de cobertura. Esta carta
o certificado de cobertura provisorio no debe confundirse con una póliza
de seguro, en donde constarán todos los derechos y obligaciones y las
condiciones generales y particulares del contrato. La carta de cobertura es
un documento emanado de la aseguradora que se entrega al asegurado
hasta el momento de la emisión definitiva de la póliza, y que sirve en caso de
ser necesario, para probar la existencia del contrato.

PÓLIZA
Es el documento que acredita el contrato de seguro. Es emitida por el
asegurador y prueba el contrato, sus alcances, el riesgo asumido y, en

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 75


general, todas las condiciones de la contratación. El texto de las pólizas
se encuentra pre-aprobado por la Superintendencia, por lo que reviste el
carácter de un contrato de adhesión para el asegurado.

Contenido
- Fecha: Si bien la ley no la exige, es importante para determinar la fecha
de existencia del riesgo.
- Residencia: Es el domicilio de las partes donde deben realizarse las
notificaciones relacionadas con el contrato de seguro.
- Profesión: Es importante en determinados seguros, como el de
personas.
- Nombre del tomador: Individualiza a la parte del contrato y permite
conocer su capacidad para celebrarlo.
- Interés: Conforme lo tenemos dicho, es uno de los elementos
primordiales del contrato y debe encontrarse perfectamente definido en
la póliza.
- Valor del interés: Es el monto del capital asegurado.
- Riesgo asumido: Debe delimitarse claramente el acontecimiento futuro
e incierto al cual se supedita el pago del siniestro.
- Fecha comienzo obligaciones: Puede que no coincida la fecha de
celebración del contrato con la fecha de inicio de la cobertura del seguro.
- Prima: Es condición esencial que se indique el monto exacto de la prima
a cargo del asegurado, como así también la forma de pago de la misma.
- Beneficiarios: Conforme lo tenemos dicho, en muchos contratos no
coincide el nombre del tomador con el del beneficiario; en los seguros
de vida nunca ocurre.
- Firma del asegurador
- Formas de la póliza: De acuerdo al modo de circulación, o sea, a la forma
en que se transfieren, las pólizas pueden ser emitidas nominativas, a la
orden o al portador, salvo en los seguros de personas que deben ser
siempre nominativas.
- Interpretación: En general, las cláusulas del contrato de seguro deben
ser interpretadas en el marco de un contrato que se celebra de buena
fe. Se trata de un contrato de adhesión donde debe primar la equidad
en las prestaciones a cargo de las partes. Protegiendo ello, la ley 24240
(ley de defensa del consumidor) prohíbe en la inclusión de las pólizas,
cláusulas “leoninas” o abusivas que perjudiquen al asegurado.

OBLIGACIONES DE LAS PARTES


Comenzamos con las obligaciones a cargo del asegurador, distinguiendo las
siguientes:

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 Obligación de indemnizar: Es la principal obligación a su cargo. Debe
afrontar las consecuencias del siniestro de acuerdo a los términos de
la póliza o dentro de los quince días de aceptada la indemnización
propuesta por el asegurado (Art. 49). Este puede munirse de la
totalidad de la información necesaria sobre la forma de ocurrencia
del siniestro para luego afrontar el pago de la indemnización. Esta
obligación consiste en mantener indemne el patrimonio del asegurado
ante el hecho dañoso. Aclaramos asimismo que esta obligación es
para con el asegurado, el que en razón del daño causado o sufrido
puede sufrir el menoscabo patrimonial que justamente el seguro
debe evitar.
 Pronunciamiento sobre el derecho - Art. 56: Se trata de una obligación
importante a cargo del asegurador, cual es la de manifestarse sobre
el derecho del asegurado al pago de la indemnización, so pena de
que el silencio pueda ser entendido como aceptación del reclamo.
 Determinación de la indemnización - Liquidador - Art. 57: Cuando
no exista una base cierta para la determinación de la indemnización,
debe sujetarse el monto a pagar a juicio de peritos calificados para
determinar el mismo. El perito debe actuar en base al real estado
de las cosas, determinando con precisión el monto del perjuicio,
pudiendo su tarea ser controlada por peritos de parte. Art. 78

Obligaciones del asegurado


Reticencias: Es uno de los principales institutos del contrato de seguro
y demuestra el ánimo con el cual debe este concretarse. El tomador se
encuentra obligado a transmitirle al asegurador la totalidad de las condiciones,
informaciones y datos que tengan atinencia directa con la apreciación del
riesgo.
La reticencia perjudica el derecho del asegurado, aun cuando el mismo
obre de buena fe, siempre que las circunstancias cuya información ha
omitido sean de entidad tal que no hubieran permitido la contratación del
seguro o que se hubieren planteado condiciones diversas. El concepto está
en el artículo 5 de la ley 17418. Las causales de reticencia comprenden
el no brindar información al momento de contratar, ya sea en forma total
o parcialmente, que de haber sido conocida por el asegurador no hubiera
contratado o hubiera cobrado un precio mayor por el contrato. Pueden
citarse a manera de ejemplo en un seguro de vida, no informar la adicción
al tabaco, la práctica de deportes de riesgo, etc. De existir estas causales
de reticencia perjudican al asegurado, eximiendo de responsabilidad al
asegurador ante el eventual acaecimiento del siniestro. Pero en general, en
derecho quien alega un hecho se encuentra obligado a su prueba y de ello
no escapa la reticencia. Si el asegurador intenta librarse de la obligación del
pago del siniestro, debe necesariamente acreditar de manera fehaciente que
el asegurado ha sido reticente al momento de informar sobre el riesgo, no
teniendo que acreditar dolo ni mala fe.
La reticencia debe ser denunciada por el asegurador dentro del plazo de tres
meses de haber sido conocida, so pena de caducar su derecho y no poder
liberarse de las obligaciones. Es un término de caducidad fijado por el Art. 5
de la ley.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 77


Pagar la prima: Si bien surge como la primera obligación a cargo del
asegurado, también estimamos que es una carga puesto que perjudica
directamente su derecho. Debe pagar la prima quien se haya obligado a
hacerlo en la póliza y que no siempre es el beneficiario. El pago debe hacerse
al asegurador o persona expresamente autorizada por éste; la autorización
puede surgir de las circunstancias de hecho, tal como la posesión de recibos
oficiales. La consecuencia principal en este contrato es que la falta de pago
de la prima, ya sea en su totalidad o en cuotas produce la mora automática
y exime de responsabilidad al asegurador a hacer frente al siniestro ocurrido
después de la falta de pago. Mírese que la consecuencia es de vital
importancia, ya que ante la falta de pago, por el mero vencimiento del plazo,
se pierde la cobertura pactada.

Mantener el estado del riesgo - Arts. 38/40: Dado que el seguro es


contratado en base a un determinado estado de riesgo al que se encuentra
sometido el bien protegido, el asegurado asume la obligación de no agravar
dicho estado. Por ejemplo, no podría el asegurado tomar parte en una
competencia automovilística con un automotor que ha sido asegurado para
el uso cotidiano, sin previamente informar a la aseguradora.
La falta de denuncia de la agravación perjudica el derecho del asegurado
sobre el cobro del siniestro, salvo que hubiere actuado sin dolo o que no
conociera la agravación del riesgo.

Informar el siniestro (tres días): Se trata de una carga importantísima del


asegurado, ya que una vez ocurrido el siniestro, la ley impone el plazo de
tres días (hábiles) para efectuar la correspondiente denuncia al asegurador,
perdiéndose el derecho al cobro de la indemnización si no se cumple con la
misma. Sólo puede alegarse y probarse que no se ha informado del siniestro
por desconocimiento del hecho; por caso fortuito o fuerza mayor que lo
impidan o por imposibilidad manifiesta de hecho.

Informar los daños sufridos: Es una consecuencia del anterior, donde el


asegurado no sólo se obliga a informar del hecho sino que debe entregar al
asegurador la totalidad de las informaciones atinentes al mismo, con perfecta
explicación de los daños producidos, el volumen de ellos, etc.

Prevenir el siniestro: El seguro es un contrato que tiende a preservar a una


persona de un daño, pero que obliga al asegurado a adoptar la totalidad de
los recaudos para que ese daño no se produzca. La violación de esta carga,
con culpa grave o dolo del asegurado, perjudica su derecho al cobro de la
indemnización. La obligación no sólo se limita a prevenir el siniestro, sino a
evitar las ocasiones que permitan su producción.
En síntesis y como se habrá advertido, el incumplimiento de las obligaciones
o cargas que la ley pone en cabeza del asegurado trae aparejado el deslinde
de responsabilidad por parte de la aseguradora y la declinación de cobertura.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 78


CLASES DE SEGUROS
Al comienzo dijimos que pueden existir tantas clases se seguros como
intereses asegurable existieran. Por ello es la que la ley de seguros enumera y
legisla sobre algunos de ellos, pero en forma meramente enunciativa. Divide a
los seguros en patrimoniales y de personas como una primera clasificación a
grandes rasgos. Existe también el seguro que cubre los infortunios laborales
pero ellos son regidos por una ley especial, Ley de Riesgos del Trabajo y
cubiertos por las llamadas Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART).
Sin perjuicio de ello analizaremos una clase especial de seguros que es el de
responsabilidad civil, conocido vulgarmente como el seguros contra terceros.
Se hace presente aquí y es importante establecerlo que el tercero carece
de acción directa en contra de la aseguradora, ya que la misma no le ha
causado ningún daño y no lo une con el tercero ninguna relación contractual.

Responsabilidad civil: Es el seguro mediante el cual el asegurador se


obliga a mantener indemne el patrimonio del asegurado por cuanto deba
a un tercero en razón de la responsabilidad prevista en el contrato, como
consecuencia de un hecho acaecido en el plazo convenido.
Mediante esta rama del seguro, una persona protege a su patrimonio del
reclamo que le pueda formular un tercero por las consecuencias de un
determinado hecho. En la actualidad, este seguro no tiene límite de la
cobertura por parte de la aseguradora, salvo convención en contrario que
limite la responsabilidad de la aseguradora por sobre una determinada suma
de dinero.
Dicho patrimonio puede verse menoscabado con el reclamo judicial (juicio)
efectuado por el tercero damnificado en contra del asegurado. Allí la ley
tiene previsto un procedimiento, conocido como “citación en garantía”
que permite que la aseguradora sea citada al juicio en el carácter de tercero
interesado, y que de existir un fallo condenatorio, puedan serle extensivos los
efectos de la sentencia.
Demandado entonces el asegurado, ya sea en un proceso civil o en una
acción civil entablada dentro de un proceso penal si existieran lesiones graves
u homicidio culposo, el asegurado, para mantener incólume la cobertura,
debe citar al juicio a la aseguradora en la primera oportunidad procesal. Esto
es que comparecerá al pleito, fijará domicilio y denunciará la existencia del
seguro, solicitándose cite a comparecer a la aseguradora al pleito.
Asimismo tiene prohibido transar con la contraparte, impidiéndole comenzar
las negociaciones con el tercero a los fines de zanjar el diferendo. Ninguna
actividad puede cumplir el asegurado sin el conocimiento, consentimiento y
participación de la aseguradora.
Tampoco puede reconocer su propia responsabilidad en el hecho dañoso,
siendo esto una consecuencia lógica de lo dicho anteriormente y debe ser
cumplida con atención. No puede adoptarse medida alguna que le signifique
un reconocimiento de responsabilidad del asegurado en la producción del
evento.

EDUBP | ABOGACÍA | Derecho Comercial A - pág. 79


Obligaciones del asegurador
Conducir legalmente el proceso: Ello implica que se obliga a proveer
al asegurado de los medios necesarios para la defensa de sus derechos,
brindándole en forma gratuito el patrocinio letrado, tanto en sede civil como
en sede penal.

Aceptar la citación en garantía - Art. 118: Es quizás la obligación típica del


contrato de seguro a cargo del asegurador. Cuando la póliza se encuentra
vigente y el asegurado ha cumplido con la totalidad de las obligaciones a su
cargo, la aseguradora debe comparecer al proceso judicial que se hubiere
iniciado, proveer a la defensa de los intereses del asegurado y afrontar las
consecuencias patrimoniales del juicio.

Cumplir la sentencia condenatoria: Es una consecuencia lógica del contrato


de seguro e implica no sólo cumplir con la sentencia definitiva que se dicte
en el juicio, afrontando al condena económica y de ese modo satisfacer la
pretensión del tercero y mantener incólumne el patrimonio del asegurado.

Es importante destacar la lectura del material básico sugerido:


• “Manual de Derecho Comercial” del Dr. Daniel Roque Vítolo, en
su capítulo XIII.
• Código Civil y Comercial a partir de su artículo 1123.
• Ley nacional de seguros, nro. 17.418.

Una vez finalizada la lectura de los contenidos, le proponemos realizar las


actividades de este módulo para afianzar sus saberes y siempre tomar como
referencias las normativas señaladas en el módulo.

Y así llegamos al final del módulo, y de la materia, esperando que este primer
abordaje al derecho comercial le haya despertado interés y haya descubierto
su importancia en el ejercicio futuro de la profesión. Gracias por permitirnos
acompañarlo en este viaje y el conocimiento, aprendizaje y aplicación de
esta rama del derecho.

Lo invitamos a resolver la Segunda Parte de la Evaluación Integradora.

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M3 Actividades
Actividad 1

Contrato de seguro

Usted llega a su oficina temprano. Esta mañana parece venir muy ajetreada.
Al llegar, encuentra en su escritorio cuatro carpetas con llamadas y consultas
de diferentes clientes a las que debe responder con premura.

Carpeta 1
Roberto Aquillo contrata un seguro de incendio que protege su propiedad
inmueble. El seguro se contrata el día cinco de febrero del presente año, sin
conocer el Sr. Aquillo que el día cuatro del mismo mes y año, en horas de la
noche, un incendio ha destruido la propiedad en su totalidad. Le consulta a
usted para saber si el seguro es válido o no y por ende si el asegurador debe
restituir la prima cobrada. AA1

Carpeta 2
Justo Abrate contrata un seguro que cubre los daños de un automotor
de su propiedad. Al hacerlo, omite consignar que en forma periódica, no
profesional, compite con el automotor en torneos zonales de automovilismo.
La aseguradora toma conocimiento de ese hecho con fecha 5 de mayo,
dos años atrás, y, luego de evaluar la situación, con fecha 3 de septiembre
del mismo año le notifica que el contrato es nulo por la reticencia en la
información, por lo que no tomará a su cargo la reparación de un siniestro
producido mientras el vehículo se encontraba compitiendo en dichos
torneos. La consulta se refiere a si considera ajustada a derecho la postura
del asegurador. AA2

Carpeta 3
Rosalía Rufino tiene asegurada su finca campestre contra incendio.
Toma conocimiento, con fecha 5 de mayo del presente año, que el día 2
del mismo mes y año, un incendio producido por un cortocircuito eléctrico
ha destruido totalmente su propiedad. Con fecha 7 de mayo notifica a la
aseguradora del acaecimiento del siniestro, la que se niega a afrontar el
pago del mismo aduciendo que ha sido notificada fuera del término legal. En
consecuencia, deberá usted determinar si es ajustada a derecho la postura
de la aseguradora, dando los fundamentos de su respuesta. AA3

Carpeta 4
Juan Manuel Lessota, en un contrato de responsabilidad civil, reconoce
haber sido partícipe del hecho productor del daño protegido por el seguro,
durante la indagatoria a que ha sido sometido por la Justicia de Instrucción
en el proceso penal iniciado a raíz del hecho. Al momento de peticionar a la
aseguradora el pago del siniestro, ésta se opone aduciendo que el asegurado
ha reconocido el hecho y perjudicado su derecho. Le piden que determine si
es ajustada a derecho la postura de la aseguradora. AA4

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AA Actividad 1
asistente académico

Para la resolución de esta actividad, Ud. deberá tener en cuenta la bibliografía


sugerida y el material de apoyo, y en especial el art. 3 de la ley 17.418. Ley
Nacional de Seguros.

AA Actividad 2
asistente académico

Es conveniente que usted realice sus indicaciones en base al análisis de


lo reglado por la Ley Nacional de Seguros (ley 17.418, arts. 3,38 y 39),
el material de apoyo del módulo y la bibliografía sugerida, fundamentando
siempre su respuesta.

AA Actividad 3
asistente académico

Para resolver adecuadamente esta consigna le sugiero tener presente la


bibliografía básica y el material de apoyo y, en especial, el art. 46 de la ley
17.418.

AA Actividad 4
asistente académico

Analice el caso de acuerdo a lo establecido por los arts. 116 y sgts., de la Ley
Nacional de Seguro, y lo sostenido por el material bibliográfico básico de la
asignatura.

Actividad 2

Los jueves es el día de reunión en el estudio donde que se discuten diferentes


casos y es necesario aprovechar estas oportunidades para aclarar dudas y
compartir análisis de diferentes situaciones.
El Dr. Roberto Perfumo preside hoy la reunión. La modalidad de trabajo es
particular: después de escuchar el problema, cada uno de los participantes
elabora una respuesta y los argumentos que la sostienen.
Perfumo extendió una copia a cada uno y comenzó a leer el primer caso:

Casos para analizar:

a.- La Cámara de Apelaciones de la Nación ha resuelto (JA 3,585) que con


la unificación legislativa ya no existen dudas que la venta de una cosa ajena

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es válida conforme nuestro ordenamiento legal ¿Es ajustada a derecho la
postura del Tribunal? ¿Cuál es el fundamento jurídico del fallo? AA1

b.- Una persona adquiere una motocicleta de alta cilindrada nueva y sin
uso. Pasados cuatro meses de la entrega, dicha moto deja de funcionar y,
conforme consultara el dueño con su mecánico de confianza, ello se debe
a defectos estructurales graves en el motor, la transmisión y el chasis, que
no podían advertirse en la entrega pero que hacen impropia la cosa para su
destino. ¿Le asiste algún derecho al comprador? En su caso, ¿cuál es? ¿Cuál
es el plazo para hacer valer su derecho? AA2

c.- Una persona vende por catálogo una maquinaria, describiéndose y


acompañando en folleto sus características técnicas. Al momento de la
entrega el comprador se resiste a recibir dicha maquinaria, objeto del
contrato, argumentando que no coincide con el catálogo y que, por ende, no
es de la misma calidad. Deberá indicarse cuál es la solución legal aplicable
al caso. AA3

d.- En una concesionaria de la ciudad una persona decide adquirir un


automóvil usado ofertado en venta. Satisfecha con el estado y precio del
rodado, no contando con todo el dinero en ese momento, entrega una suma
en concepto de seña, comprometiéndose a abonar el saldo dentro de cinco
días, cuando le será entregado el bien. Llegado dicho día el vendedor le
manifiesta que se ha arrepentido de la operación, ofreciéndole la devolución
de la seña con más una cantidad equivalente, lo que es rechazado por el
comprador, que exige la entrega de la cosa. Determine cuál es la postura
correcta, dando el fundamento legal de la respuesta. AA4

e.- Una persona adquiere un electrodoméstico que se encuentra embalado


(envuelto y guardado en una caja) que no permite fácilmente su examen
al momento de la entrega. Al desarmarse en forma posterior dichos
envoltorios, el comprador advierte que la cosa presenta una rotura visible
que desnaturaliza la cosa y la desmerece en su valor. Deberá indicarse
si le asiste algún derecho al comprador y en qué plazo puede ejercerlo.
Responda también en su caso, qué pudo exigir el vendedor para liberarse de
su responsabilidad por el estado de la cosa. AA5

AA Actividad 1
asistente académico

Para resolver la actividad deberá tener presente, lo establecido por los arts.
1132 y 1008 del Código Civil y Comercial.

AA Actividad 2
asistente académico

La aplicación de los artículos 1051, 1055, 1056 y 1057 del Código Civil y
Comercial, serán las bases para resolver esta activid

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AA Actividad 3
asistente académico

Lo establecido en los arts. 1153 y 1157 del Código Civil y Comercial son
esenciales para la resolución de la actividad.

AA Actividad 4
asistente académico

El art. 1059 del Código Civil y Comercial y el carácter confirmatorio de la


seña son la clave para la resolución de esta consigna.

AA Actividad 5
asistente académico

Para resolver esta actividad recuperen lo establecido por el art. 1155 del
C. Civil y Comercial.

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