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Principios básicos
Los procesos psicológicos son el conjunto de tres factores:
- Influencia de los demás.
- Nuestras características personales (personalidad, género, edad, …).
- Nuestra naturaleza biológica heredada a lo largo de nuestra historia evolutiva.
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Influencia de los demás:
La psicología social parte del supuesto que nuestros pensamientos, emociones y
conductas son producto de la influencia de los demás. No siempre nos damos cuenta
de hasta qué punto somos objeto de la influencia de otros.
La influencia de los demás, también nos afecta cuando estamos solos.
Nosotros no somos meros blancos de la influencia de los demás, sino que también
somos parte del contexto social para otros y les influimos. La influencia social es
bidireccional.
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forma de pensar, tanto cuando actuamos como individuos, como cuando actuamos
con otra persona o como miembros de un grupo.
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Identificación social: proceso por el cual la persona incluye en su autoconcepto a los
miembros de su grupo cuando percibe y acepta su pertenencia a una categoría común
(endogrupo). Paralelamente le atribuyen mayor valor y moralidad que a los otros
grupos de no pertenencia o (exogrupos). Consideran que su grupo es mejor.
Modelos de Fiske:
5 motivos sociales centrales que incrementan la integración de las personas en los
grupos y favorecen su supervivencia física y psicológica: fundamental el de
pertenencia, entorno a él se organizan los otros cuatro: comprensión, control,
potenciación personal y confianza.
Pertenencia como la necesidad de relaciones fuertes y estables con otros. Beneficia al
grupo al aumentar la probabilidad de que los miembros cooperen y se involucren en
una acción coordinada.
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El modelo de Levine y Kerr:
Dan importancia a que la satisfacción del motivo de pertenencia no solo exige un
vínculo positivo con las otras personas, sino que dicho vínculo sea de elevada cantidad
y calidad. Son muchos los contextos en los que se pueden dar dichos vínculos.
En relación al motivo de pertenencia hay que tener en cuenta tres aspectos:
- el motivo se orienta a evitar la exclusión y a buscar la inclusión,
- su satisfacción o frustración van acompañades de fuertes respuestas
emocionales y cognitivas,
- proporciona energía y dirección a la conducta, la persona planifica su actuación
para satisfacerlo.
La fuerza del motivo de pertenencia ha llevado al desarrollo de un sistema interno,
sociómetro, que reacciona más ante la pérdida de aceptación que ante su consecución,
opera de manera automática e inconsciente afectando a la autoestima.
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Reacción al rechazo
- Percepción de inequidad o injusticia.
- Expectativas de reparación de la relación.
- Valor de la relación.
- Posibilidad de alternativas.
- Cronicidad y generalidad.
- Costes percibidos del rechazo.
Conductas reparadoras
Aquellos aspectos que favorecen las conductas reparadoras son: mayor necesidad de
pertenencia, búsqueda de apoyo social, identificación con el propio grupo.
Todas estas acciones ponen de manifiesto que mantener relaciones con otras personas
y formar parte del grupo es fundamental para el ser humano, en gran parte debido a
su fuerte necesidad de pertenencia, pero también porque dentro de un grupo se
pueden conseguir objetivos que en solitario serían inalcanzables.
Metas grupales
Solo se consiguen con interacción grupal o intergrupal. Pueden ser consensuadas o
impuestas.
Las metas u objetivos son de diferentes tipos: utilitarias (necesidad de resultados
tangibles), de conocimiento (obtención de información o conocimiento sobre el
mundo), de identidad (conocimiento del propio yo o autoconocimiento).
La pertenencia al grupo también implica costes: limitación a la libertad individual,
inversión de tiempo y esfuerzo, conflictos entre metas.
El concepto isomorfismo de meta (Mackie y Goethals, 1987), se refiere a aquella
situación en la que las metas de las personas dentro del grupo y las metas del grupo en
su conjunto son compatibles.
Si el conflicto se da entre diferentes grupos se denomina intergrupal.
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- La conducta de las personas, pensamientos y emociones son producto de la
interacción entre múltiples determinantes psicológicos y situacionales.
- Las personas son seres activos y no solo reactivos. No solo reciben la influencia
de los demás, sino que son agentes de influencia para otros.
- De la interacción entre personas surgen fenómenos nuevos.
- Los estímulos sociales que influyen en los pensamientos, emociones y acciones
de las personas pueden estar físicamente presentes o no.
- La influencia que ejercen los demás se produce a través de procesos de distinta
naturaleza (individual, interpersonal, grupal, societal) que se combinan entre sí.
- Son esos procesos, y no solo la conducta manifiesta, lo que estudian los
psicólogos sociales.
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Es importante para poder aplicar los resultados que los participantes del estudio se
crean la situación que están viviendo como real.
Los métodos correlacionales se utilizan cuando no es posible llevar a cabo
experimentos. El investigador observa como se asocian las variables, como se
correlacionan. Una correlación es positiva cuando a medida que aumenta el valor de
una variable, aumenta también el de las otras. Es negativa cuando el aumento de una
va asociado al descenso de otra.
La técnica más utilizada por los psicólogos sociales con los cuestionarios, por su
facilidad de aplicación a mayor número de personas.
El principal problema de los métodos correlacionales es que sólo permiten analizar
cómo cavarían las variables, pero no concluir cuál es causa de la otra.
Factores que amenazan la validez del estudio:
- Efecto de las expectativas: el investigador influye en los resultados de los
participantes.
- Construcción de la situación: cada participante crea su propia interpretación de
la situación.
- Características de la demanda: los participantes se comportan como creen que
se espera de ellos.
- Deseabilidad social: Los participantes tratan de dar buena imagen de sí mismos
ante el investigador.
Neurociencia social, se basa en la idea de que el cerebro humano ha evolucionado para
resolver problemas de tipo social y de que los mecanismos cognitivos resultantes de
esa evolución tienen una base biológica. Objetivo es identificar la actividad cerebral
que se produce cuando tienen lugar los distintos procesos mentales.
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T. 2. INFLUENCIA DE LA EVOLUCIÓN Y LA CULTURA EN LOS PROCESOS PSICOSOCIALES
Introducción
La presencia de otros en el grupo ha hecho que nuestro cerebro, nuestra mente y
nuestra conducta evolucionen en una dirección determinada. La vida social se iba
haciendo más compleja y fue desarrollándose la capacidad de cultura.
La cultura es el conjunto de formas específicas de adaptación a ambientes físicos y
sociales concretos. La cultura se transmite de generación en generación.
La influencia de la evolución
El término continuidad evolutiva significa que todas las especies actuales procedente
de un tronco común.
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¿Quién es más apto? ¿El que mejor compite o el que mejor se coordina con otros?
Existen dos versiones de la hipótesis de la inteligencia social:
- Inteligencia maquiavélica: pone el énfasis en la necesidad de manipular a otros
para obtener beneficios individuales.
- Selección multinivel: concede tanta importancia a la manipulación para el
beneficio propio como a la cooperación para mantener unido al grupo para el
logro de metas comunes.
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Las ventajas que aporta la cultura son: división del trabajo, diferenciación de roles y
especialización, esto supone una mejora del rendimiento y de la calidad.
La influencia de la cultura
La cultura como estrategia de adaptación al medio
Tres elementos característicos de la cultura:
- Surge de la interacción adaptativa entre los seres humanos y los ambientes
físicos y sociales en los que viven.
- Consisten en elementos compartidos.
- Es transmitida de unos a otros o por parte de las instituciones sociales.
Se podría definir como: el patrón de prácticas y significados compartidos y
transmitidos que interactúan entre sí, influyendo en las respuestas de un grupo
humano a su ambiente durante generaciones.
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Individualismo-colectivismo
Es una dimensión de variación cultural definida en términos de independencia
emocional de grupos, organizaciones y otros colectivos.
Una de las diferencias entre ambos tipos de cultura es la representación social del yo.
Las interacciones
Necesitamos a los demás, pero también necesitamos un cierto grado de privacidad
para sentirnos bien.
La territorialidad se define como un patrón de conductas y actitudes sostenido por una
persona o grupo, basado en la idea de control percibido, intencionado o real, de un
espacio físico definible, objete o una idea, y que puede conllevar su ocupación
habitual, su defensa, su personalización y su señalización.
Los elementos simbólicos que caracterizan la territorialidad humana son un reflejo de
cómo la naturaleza y la cultura actúan conjuntamente en la determinación del
fenómeno.
El espacio personal es la zona que rodea a la persona, que se mueva con ella y cuya
invasión provoca malestar. Existen 4 tipos de distancia interpersonal:
- Íntima, personal, social y pública.
Diferenciación entre endogrupo y exogrupo. Grupos a los que pertenecemos y grupos
a los que no. Esta diferenciación es universal.
Las culturas individualistas favorecen la pertenencia del individuo a más endogrupos y
un menor apego a cada uno de ellos.
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Las culturas colectivistas favorecen la pertenencia a pocos endogrupos y un mayor
compromiso del individuo con el grupo.
También, las culturas difieren en cuanto a la naturaleza de las diferencias jerárquicas
dentro del grupo.
La situación
Diferentes situaciones se asocian con significados distintos, y estas diferencias influyen
sobre la mente y la conducta social.
No es la situación objetiva la que influye nuestra forma de pensar, sentir y actuar, sino
la interpretación que hacemos de ella.
En cuanto a la evitación de la incertidumbre. Las culturas con alta evitación de la
incertidumbre se busca la seguridad mediante la aplicación de normas que regulen el
comportamiento. En las culturas con baja evitación de la incertidumbre, son mucho
más permisivas.
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T. 3. COGNICIÓN SOCIAL
Introducción
Para desenvolvernos en un medio social necesitamos poner en marcha diversos
mecanismos mentales que nos permitan resolver los problemas que ese medio nos
plantea.
Procesos como: comprender, recordar y predecir la conducta de otras personas,
elaborar juicios e inferencias, adoptar decisiones en función de toda esa información.
Esto es lo que estudia la cognición social.
Cognición social: corriente o perspectiva dentro de la psicología social.
Conjunto de procesos psicológicos que tienen lugar en la mente de las personas. La
conducta social está mediada cognitivamente.
Conjunto de procesos mediante los cuales interpretamos, analizamos, recordamos y
empleamos la información sobre el mundo social.
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- Estratega motivado: las personas necesitamos dar sentido al mundo social que
nos rodea y manejar una ingente cantidad de información, para ello recurrimos
a diferentes estrategias, cuya elección depende de las metas que persigamos o
nuestro estado afectivo.
Atención selectiva
Consiste en fijarnos solo en aquellos estímulos que nos resulten salientes o distintivos
por alguna razón.
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- Esquemas de personas: conocimiento sobre individuos concretos, tipos de
individuos o grupos. Se incluyen las teorías implícitas de la personalidad. Los
esquemas pertenecientes a personas de ciertos grupos son los estereotipos.
- Esquemas de roles: como son y como se comportan las personas que ocupan
un determinado rol en el grupo o en la sociedad.
- Esquemas de situaciones: información sobre secuencias típicas de acciones en
situaciones concretas.
- Esquema del yo: ideas más distintivas y centrales que tenemos de nosotros
mismos.
Se activan de forma espontánea cuando nos encontramos con un estímulo
perteneciente a la categoría a la que se refieren. Una vez activado, dirige nuestra
atención hacia la información relevante, ayuda a interpretarla y guía la recuperación
de dicha información cuando queramos recordarla.
Se hace de forma automática y a nivel preconsciente.
Los esquemas también guían nuestra interacción social con los demás. El efecto
Pigmalión refleja las consecuencias que puede tener el uso de esquemas.
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- Integrar los datos seleccionados y combinarlos para hacer un juicio.
Para el modelo del indigente cognitivo, se basa en el conocimiento almacenado en
nuestra memoria a largo plazo (esquemas y ejemplares), por lo que es normal que
nuestras inferencias estén muchas veces influidas por las creencias y teorías previas.
Para el modelo del estratega motivado, lo que hacemos es sacrificar la exactitud a
cambio de la eficiencia en función de nuestras metas en cada situación. Recurrimos a
reglas simples que nos permiten hacer inferencias adecuadas sin sobrecargar nuestro
sistema cognitivo (heurísticos).
Heurísticos
Son atajos mentales que utilizamos para simplificar la solución de problemas
cognitivos complejos.
- Heurísticos de representatividad: se usa para hacer inferencias sobre la
probabilidad de que un estímulo pertenezca a una determinada categoría.
Cuanto más similar sea X a los miembros de la categoría Y, más probable será
que X pertenezca a dicha categoría.
Puede dar lugar al error de la falacia de la conjunción,
- Heurístico de accesibilidad o disponibilidad: se usa para estimar la probabilidad
de un suceso, la frecuencia de una categoría o la asociación entre dos
fenómenos. Si se nos ocurren muchos casos de ese suceso o categoría, será
porque es muy frecuente o muy probable.
Efecto del falso consenso (creer que la propia conducta es la normal en una
determinada situación).
- Heurísticos de anclaje y ajuste: tomando de referencia un punto de partida, que
después ajustamos para llegar a la conclusión final. El ancla más clara de la que
partimos para estimar o juzgar la conducta social de los demás somos nosotros
mismos y nuestro ambiente social.
- Heurístico de simulación: estimar la probabilidad de que un suceso ocurra en el
futuro o haya ocurrido en el pasado basándose en la facilidad con que pueden
imaginarlo.
El uso de estos atajos mentales puede llevar a errores en las estimaciones que
hacemos de la realidad social que nos rodea.
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Para que una respuesta llegue a ser automática, es necesario que la información se
haya procesado de forma repetida. Los procesos automáticos implican una gran
economía para el que procesa la información.
Se consideró que los procesos automáticos y los controlados eran opuestos e
incompatibles entre sí, se diferenciaban en cuatro aspectos fundamentales (Bargh,
1994), “los cuatro jinetes de la automaticidad”:
- Consciencia, intencionalidad, control y eficacia.
Los procesos automáticos, son los que se producen sin que la persona sea consciente,
no son intencionados, no están sujetos a un control deliberado.
Los procesos controlados, se producen con consciencia y requieren mayor esfuerzo
cognitivo.
Podemos hablar de distintos grados de automaticidad.
Procesos preconscientes
Tienen lugar fuera de la consciencia. Un ejemplo es la percepción subliminal
(información que nos llega por debajo del umbral de la consciencia).
Pensamos y nos comportamos de forma preconsciente hacia los otros continuamente.
Procesos postconscientes
Son el siguiente grado de automaticidad. Se tiene consciencia de que se ha percibido y
se ha procesado la información, pero no se es consciente de su influencia en juicios y
respuestas posteriores.
Procesos controlados
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Son plenamente conscientes e intencionados. Antes de poner en práctica una decisión
se producen dos procesos: uno deliberativo (considera las opciones que tiene y
sospesa toda la información a favor y en contra); y la implementación de la decisión
tomada.
La relación entre el estado de ánimo y la cognición
Cognición caliente: la relación que se establece entre el estado afectivo y la cognición.
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La motivación influye en la cognición, pero cómo de esa influencia.
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T. 4. PERCEPCIÓN SOCIAL Y ATRIBUCIÓN
Introducción
No sabemos realmente como son los demás, por eso, tenemos que inferir a partir de la
información que manejamos, pero habitualmente los datos de los que disponemos no
nos permiten averiguar de manera fidedigna estas cuestiones, y nos tenemos que
dejar llevar por nuestras impresiones.
Proceso: seleccionar la información, y realizar un determinado juicio social. Se hace de
forma automática.
El proceso de inferencia social es activo y en él influyen de manera determinante las
estructuras mentales del perceptor, sus experiencias, emociones, motivaciones y
valores.
Ninguna interacción medianamente positiva sería posible sin este conocimiento básico de lo
que sienten y pretenden los otros participantes en la interacción. Para la interacción habrá que
formarse una impresión de la persona, realizando atribuciones a características de esas
personas, a características del contexto o a las circunstancias que enmarcan la interacción.
Para las tres actividades descritas (percepción de las emociones e interacción con los otros,
formación de una impresión sobre ellos, y, atribución de las causas de su comportamiento) nos
ayudarán los esquemas mentales que poseemos.
Para interpretar la información que obtenemos y realizar atribuciones utilizamos los siguientes
procesos:
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Las dos clases de procesamiento se combinan (excepto estímulos totalmente nuevos, que no
tenemos esquemas previos). Solo somos conscientes del procesamiento de “abajo-arriba”.
Conducta no verbal
Es el intercambio dinámico, y casi siempre cara a cara, de información mediante claves que no
son palabras. Nos sirve, para inferir qué emociones está sintiendo la otra persona en ese
momento y cuáles son sus intenciones hacia nosotros. La inferencia es muy rápida, de ella
dependerá nuestra forma de interactuar con el otro.
Las personas regulan su conducta no verbal cuando les interesa disimular lo que sienten o
aparentar lo que no sienten.
Aunque parece que hay acuerdo en decir que determinadas emociones son universales, su
expresión o inhibición, y también su interpretación por parte del perceptor, dependen mucho
del contexto y de las normas culturales.
Formación de impresiones
Cuando interactuamos con alguien, tendremos que formarnos una impresión de esa persona.
Se refieren a la forma en la que integramos la información que tenemos sobre una persona en
una impresión global de ella.
Este autor defendía que algunos rasgos sobre las personas adquirían tal preponderancia en
comparación con el resto de rasgos.
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Rasgos centrales: influyen en el significado de los demás rasgos y son responsables de la
impresión final que nos formamos de la otra persona. El resto de rasgos son: Rasgos
periféricos.
Que un rasgo sea central o periférico, depende no del rasgo en sí, sino del contexto.
Según esta configuración, en una lista de rasgos, cada uno de ellos depende del conjunto, lo
que hace la persona es formarse una idea general del otro. Según los rasgos que van
acompañados, se puede cambiar el significado del rasgo que acompañan.
Lo que se propone aquí, al hablar de creación de impresión global no es otra cosa que la
formación y posterior aplicación de un esquema de persona.
Este enfoque no admite la idea del cambio de significado. Defiende que el valor de los rasgos
que describen una persona se suma o se promedia para formar una evaluación global.
Todos los rasgos tienen un determinado valor, ya que todos se pueden ubicar sobre una
dimensión evaluativa. Este enfoque se centra en el carácter evaluativo de la impresión que nos
formamos de una persona, no en la coherencia interna de esa impresión.
- Modelos suma: suma del valor de todos los rasgos de la lista. Cuantos más rasgos
positivos, mejor.
- Modelo promedio: media del valor de todos los rasgos. Lo que de verdad produce una
impresión favorable es mencionar pocos rasgos, pero muy positivos.
- Modelo de la media ponderada: no todos los rasgos tienen la misma importancia en
todos los contextos. Importancia a cada rasgo dentro del contexto. Se concede menos
peso a los rasgos que contradicen a los que ya se conocían.
Si los rasgos que describen a alguien son positivos y de pronto aparece uno nuevo que
es negativo, tenderemos a desestimar la importancia de esta nueva información
(defensa perceptiva).
La diferencia entre los dos enfoques es que: Los rasgos centrales influyen en el significado de
los demás rasgos y organizan la imagen completa del otro. En cambio, los rasgos con más peso
en el modelo de la media ponderada son simplemente elementos de información aislados que
resultan más salientes o tienen más importancia que el resto, pero no afectan al significado de
los demás rasgos.
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¿Qué factores influyen en la percepción social?
Las expectativas del perceptor, basadas en los esquemas que posee, también influyen en la
percepción. Dos tipos de expectativas:
El “significado emocional” del estímulo alude el grado en que la persona percibida puede
satisfacer nuestras necesidades o deseos, o suponer una amenaza para estos.
Las personas con más experiencia en cierto tipo de rasgos realizan percepciones más precisas
sobre la persona estímulo.
Estos resultados tan una idea de la complejidad que introduce en la percepción la actividad del
perceptor.
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Factores asociados a la persona percibida
Otra forma de que la persona percibida se presente de forma más favorable al perceptor es a
través de: auto ensalzamiento, auto atribución de logros. Lo contrario al auto ensalzamiento
produce el efecto deseado de mejorar la imagen que se presenta a los demás (self-
handicapping) (a veces).
Una de las características del contenido es el “efecto del orden” que se presenta en los
distintos elementos que describen a la persona. Es decir, en qué medida influye el que un
rasgo aparezca al principio o al final de la serie de rasgos que describen a una persona.
Cuando en una descripción se combinan rasgos positivos con negativos, éstos últimos ejercen
un mayor impacto. Esto se debe a que, los factores negativos son más difíciles de desconfirmar
y son más amenazantes para el perceptor.
Para causar buena impresión es mejorar mostrar solo nuestro lado positivo, y lo negativo
atribuirlo a causas externas.
Procesos de atribución
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Las atribuciones son explicaciones sobre el porqué de una acción o un suceso, y son básicas
para la predicción y el control de nuestro entorno.
Podemos mantener la creencia de que lo que acontece está bajo control, pero inferimos a
partir de información disponible en ese momento. Tanto a los fenómenos físicos como a las
conductas de las personas, incluyendo nuestra forma de actuar.
El término atribución se emplea específicamente para referirse a las explicaciones sobre las
causas de las acciones de las personas. Las explicaciones causales sobre la conducta son
esenciales para conseguir un conocimiento más profundo que el que se puede obtener a partir
de una primera impresión superficial.
Las explicaciones que damos sobre nuestra conducta y la ajena suelen ser razonablemente
acertadas en la mayoría de ocasiones. Aunque, frecuentemente comentemos sesgos y errores
en nuestro juicio, debido a que el proceso de atribución causal es complejo, y entran en juego
tanto el funcionamiento de las estructuras mentales del observador como sus actitudes,
necesidades y expectativas previas.
Las inferencias causales están condicionadas por nuestro conocimiento y también, por
nuestras emociones y motivaciones.
Las personas actúan como psicólogos ingenuos que construyen teorías de sentido común
sobre las causas del comportamiento humano. Es importante tener en cuenta como se expresa
en el lenguaje cotidiano el conocimiento y la experiencia que las personas tienen sobre otras
personas.
- Personales o internas.
- Situacionales o externas a la persona.
La tarea del perceptor consiste en averiguar si una acción se debe a una disposición del actor
(del agente que la realiza) o algo externo a la persona.
Las causas que se pueden atribuir a las características de la persona, ofrecen más garantías de
que esa persona pueda volver a repetir la conducta, y tienen mucha importancia en el proceso
atributivo.
Para poder realizar atribuciones internas, además de descartar la explicación externa, se debe
averiguar hasta que punto la persona tiene intención de realizar dicha acción. Se deben tener
en cuenta tres aspectos:
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- el esfuerzo empleado para ejecutar la acción.
Esta teoría trata de explicar cómo se llega a la conclusión de que una conducta corresponde
con alguna disposición interna del actor. Deja de lado cómo es el proceso que lleva a la
atribución de causas externas y se centra en lo relativo a las inferencias sobre las
características o disposiciones de la persona que puedan haber originado la acción (inferencias
correspondientes).
Una vez que se ha constatado que la acción en libre e intencionada, el perceptor se centra en
los efectos que provoca la conducta para poder llegar a la conclusión de si existen o no
características personales subyacentes que puedan explicarla.
Cuando los efectos de la conducta afectan al observador, también entran en juego otros
factores de índole motivaciones:
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Esta teoría pone el énfasis en analizar qué tipo de información se utiliza para llegar a una
atribución causal. El perceptor actúa de manera similar a como lo haría un científico.
De esta manera, a través de la información necesaria, examina que factores covarían con la
conducta para, determinar si esta se debe a causas personales o situacionales.
Tres causas a las que se puede atribuir el efecto de la conducta observada: la persona que
actúa, el estímulo que provoca la acción, las circunstancias en las que se realiza esa acción.
- Información de consenso: hasta que punto otras personas actúan ante ese estímulo
igual que la persona observada.
- Información de distintividad: la persona responde de forma diferente ante otros
estímulos.
- Información de consistencia: la persona responde siempre igual ante ese estímulo.
Las personas atribuyen generalmente las causas de la conducta a lo que en ese momento es
más saliente, y lo más frecuente es que se apele a características de la persona.
La mayoría de las atribuciones se hacen sin que se posea toda esa información. Cuando el
perceptor solamente cuenta con una observación, busca una estructura o configuración que
conjugue aquellos factores que son causas verosímiles del efecto observado (esquemas
causales). Existen dos tipos de esquemas causales básicos:
Se basa en la estructura de los elementos que utilizan tanto niños como adultos en sus
expresiones cuando tratan de dar sentido a la conducta observada.
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Postula que la gente infiere que el comportamiento intencionado se debe a disposiciones
personales y considera que las inferencias sobre las disposiciones del actor se complementan
teniendo en cuenta las explicaciones basadas en el contexto.
Hay una serie de sesgos de atribución que claramente contribuyen a que la persona mantenga
una imagen positiva de sí misma o para manejar la impresión que causa en otros, le sirven para
su potenciación personal.
Primero se uso el segundo término, pero después se sustituyó por el primero, ya que se
corresponde con la tendencia a explicar la conducta basándose en las disposiciones del actor.
Se tiende a hacer atribuciones internas, ignorando el papel que juega la situación.
Las creencias y valores propios de las conductas individualistas propician que se enfatice el
papel del individuo como artífice de su conducta. Las culturas colectivistas prestan, más
atención a la situación en la que se da la conducta.
El actor es más común que explique su propia conducta aludiendo al contexto que a una
característica personal, especialmente cuando el resultado es negativo. Asimetría entre las
hetero-atribuciones y las auto-atribuciones.
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La discrepancia en atribuciones entre unos y otros no está tan extendida como se define en la
teoría clásica. En la asimetría de las explicaciones del actor y observador influye el deseo de
mantener una buena imagen.
Sesgos favorables al yo
Atribuirse la responsabilidad del éxito puede deberse a que la persona espera e intenta tener
éxito cuando realiza una tarea, mientras que el fracaso se produce a pesar de sus deseos.
Se produce cuando las personas creen que sus opiniones son las que asume la mayoría y que
los demás se comportarían del mismo modo.
Permite el mantenimiento de la autoestima, ya que exagerar el consenso nos sirve para creer
que nuestras opiniones y comportamientos son los adecuados, la mayoría los comparte.
Las explicaciones que damos sobre nuestra conducta (auto-atribuciones) y sobre la conducta
de los demás (hetero-atribuciones) tienen consecuencias. Muchos conflictos grupales y
macrosociales se ven afectados por las explicaciones que se realizan sobre qué los provoca.
Proceso concreto: las consecuencias que tienen en la conducta futura las atribuciones que las
personas realizan sobre sus éxitos o sus fracasos. En auto-atribuciones, sobre los logros que
conseguimos y los que no.
Esta teoría gira entorno al papel que juegan las auto-atribuciones en la motivación. Las
atribuciones sobre las causas de un éxito o un fracaso se ciñen a tres dimensiones:
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- Controlabilidad: está bajo el control del actor o no. (Emociones ligadas a la
responsabilidad, como orgullo o culpa).
Atribuir el éxito a nuestras características internas y estables nos proporciona una gran
satisfacción y contribuye a aumentar la autoestima. El “estilo de atribución depresivo”, se
caracteriza por explicar habitualmente los fracasos pro causas internas, estables y globales.
Una persona deprimida o con baja autoestima, cuando experimenta un fracaso o suceso
negativo, será más proclive a pensar que ha sido por su culpa y que la causa que lo ha
desencadenado será duradera y afectará a muchas más situaciones.
Los sesgos autoprotectores no solo afectan a la forma en que nos vemos a nosotros mismos,
sino que influyen significativamente en las relaciones que mantenemos con otras personas. Un
ejemplo es “el sesgo egocéntrico”.
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T. 5. AUTOCONCEPTO E IDENTIDAD
Introducción
El conocimiento sobre cómo somos, cómo nos sentimos hacia nosotros mismos y cómo
tratamos de mostrar a los demás la clase de persona que somos es clave para explicar
cómo acontece nuestra vida, por la influencia que estos aspectos ejercen sobre
nuestra conducta y nuestro bienestar social.
Todo esto, se puede enmarcar en dos grados bloques de procesos psicológicos:
- Cognitivos (relativos al autoconcepto).
- Afectivos (relativos a la autoestima).
El autoconcepto es la percepción que una persona tiene de sí misma, son las creencias y
pensamientos de un individuo sobre su persona, características y cualidades, tanto físicas
como de personalidad, así como todas las representaciones de uno mismo vinculadas a sus
relaciones sociales.
Esa evaluación positiva o negativa del yo, la actitud que tenemos hacia nosotros mismos, es lo
que denominamos autoestima.
Estas características del yo están relacionadas con tres motivos sociales universales:
Conocimiento del yo
Las nuevas teorías e investigaciones han presentado especial interés a la relación entre el
autoconcepto y las motivaciones sociales básicas: conocimiento, potenciación personal y
pertenencia.
El yo se compone de infinidad de ideas sobre todos los atributos y características del ser
humano. Es un sistema muy complejo (conjunto de autoesquemas), que abarca creencias
sobre uno mismo relativas a distintas dimensiones y facetas que incluyen rasgos de
personalidad y características que nos aplicables a unos contextos específicos, pero no a otros.
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experiencias del pasado, así como en las expectativas sobre el futuro. No siempre se presenta
en forma de esquemas (consciencia de los propios sentimientos).
Se recuerda mejor una información sobre una persona a la que se conoce bien, debido
a que esa información está bien organizada y ha sido cuidadosamente elaborada.
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Autoconocimiento abstracto vs episódico
El “autoconocimiento episódico” implica la evocación de sucesos concretos en los que
se vio implicado el autoconcepto, está basado en experiencias específicas de la
biografía del individuo.
El “autoconocimiento abstracto” se derivaría de la información redundante sobre el yo
adquirida en diferentes contextos.
Ambas representaciones no parecen que se almacenen en la misma región cerebral, se
trata de procesos independientes.
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Ambos sistemas pueden influir de forma diferente en nuestros sentimientos y
conductas. El sistema explícito, puede servir para entender y corregir respuestas
automáticas que han surgido como consecuencia del sistema implícito.
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- Focalización en la prevención: enfatiza la seguridad frente al riesgo.
Los yos posibles son muy importantes porque afectan a la motivación y sirven de
incentivo para actuar; y porque permiten evaluar e interpretar la visión del yo en el
presente.
La imagen que la persona tiene de ella misma en el pasado puede jugar un papel
determinante en los posibles yo que imagina.
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Cuando la categorización social es saliente, la percepción que la persona tiene de sí
misma y de otros se “despersonaliza”.
Algunos psicólogos proponen un conocimiento del “yo relacional” aspectos que
tienen que ver con las relaciones interpersonales diádicas y con los roles que
mantenemos en esas relaciones.
“Identidad colectiva” aquellas categorías en las que el individuo va más allá de su
pertenencia al grupo, identificándose con acciones específicas para forjar una buena
imagen de ese grupo.
La diversidad cultural en autoconcepto se ha asociado a las diferencias en valores
individualistas y colectivistas que caracterizan las culturas. En las culturas
individualistas, las personas tienden a definirse más como independientes. En las
culturas colectivistas, el autoconcepto es más interdependiente y se enfatiza los
aspectos que reflejan la adaptación al grupo.
Autoconcepto altamente independiente, enfatiza:
- Aspectos internos (habilidades, pensamientos y sentimientos)
- Ser únicos y expresar sus valores
- Realizar atribuciones internas y promover sus intereses y metas
- Directos en la comunicación
Autoconcepto muy interdependiente, se enfatiza:
- Características externas y públicas.
- Pertenencia a grupos y su buena integración en ellos
- Ocupar el lugar que les corresponde en la sociedad y actuar apropiadamente
- Ser indirectos en la comunicación
A pesar de ello, la cultura no es un determinante del autoconcepto de los individuos, y
que no siempre el autoconcepto interdependiente es más frecuente en las culturas
colectivistas o el independiente en las individualistas.
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Construcción del autoconcepto
El conocimiento y la visión que una persona tiene sobre sí misma se puede obtener a
través de dos vías: introspección y autopercepción; y la imagen de sí que le devuelven
otras personas.
Introspección y autopercepción
La introspección es un proceso por el cual reflexionamos sobre nuestros pensamientos
y estados psicológicos, permite llegar al conocimiento del yo.
Teoría de la autopercepción (Bem, 1972) inferimos como somos y
elaboramos un concepto del yo observando nuestro comportamiento, del mismo
modo que nos formamos una imagen de otras personas viendo cómo actúan.
Esta teoría predice que las motivaciones extrínsecas gradualmente van ahogando las
motivaciones intrínsecas. “Efecto de sobrejustificación”: tendencia a que las
motivaciones intrínsecas disminuyan en aquellas actividades que se asocian con algún
tipo de refuerzo externo.
Cuando una conducta no se realiza libremente, cuando no existe una motivación
intrínseca para actuar así, no se podrá inferir que haya una característica personal que
la motiva, no influirá en el autoconcepto.
Comparación social
Nos permite conocer si nuestros sentimientos, emociones y conductas son adecuados,
lo que nos permitirá valorarnos más o menos en relación con lo que hacen otras
personas a las que tomaremos como estándares o referentes.
Teoría de la comparación social (Festinger, 1954) nos evaluamos en una
serie de características y atributos tomando como base las características de los
demás, y este proceso contribuye a la autopercepción del ser humano.
La forma en que nos percibimos respecto a otras personas va a determinar nuestra
autoestima.
Si nos comparamos con personas algo peores que nosotros nos percibiremos más
positivamente (comparación social descendente), mientas que, si nos comparamos con
alguien que nos supera, puede servir para mejorar (comparación social ascendente).
El yo espejo
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Idea de que el yo no es sino un reflejo de lo que cada persona aprende sobre cómo lo
ven los demás. Sentimiento del yo en eminentemente social. (Cooley, 1902).
Esta idea del yo se compone de tres elementos:
- Imaginación de cómo nos perciben otras personas.
- Imaginación sobre cómo nos valoran.
- Sentimiento propio, como orgullo o vergüenza derivado de cómo pensamos
que nos juzgan los demás.
El yo emerge de la interacción social (Mead, 1934). La sociedad influye en el individuo
a través del autoconcepto. Y el autoconcepto surge y continuamente se modifica de la
interacción con algunas personas concretas o de la combinación de percepciones de
varias personas (el otro generalizado).
La representación del yo de un individuo difiere bastante de lo que personas próximas
piensa de él. La visión de uno mismo no coincide con como realmente le ven los
demás, sino con cómo cree que le ven.
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La baja autoestima se considera un predictor importante de todo tipo de déficits
conductuales: dificultades en las relaciones sociales, bajo rendimiento académico y
laboral, conductas desviadas y depresión.
La autoestima alta proporciona dos tipos de beneficios: favorece la iniciativa y la
asertividad. El bienestar que origina la autoestima positiva funciona como una reserva
de la que se puede tirar cuando las cosas van mal.
Autoverificación
Teoría de la expansión del yo las personas están motivadas para acrecentar
sus capacidades al menos en cuatro dominios diferentes (intelectual, material, social y
transcendente).
Esta teoría se ha estudiado en las relaciones íntimas. La inclusión del otro, como parte
el yo, es un componente esencial del modelo e implica que el autoconcepto propio se
acreciente con el de la pareja, ya que a través de las relaciones se comparten
experiencias, aficiones, recursos, amistades e identidades, lo que propicia la expansión
del yo.
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Autopresentación
Mediante la autopresentación damos información sobre quiénes somos, y mostramos
aquellos aspectos del yo que deseamos que los otros conozcan. Constituye un
comportamiento esencial en las relaciones humanas.
“Manejo de la situación”: presentar los aspectos positivos y ocultar los negativos,
porque conseguir causar una impresión favorable es la vía para tener una buena
reputación y lograr la aceptación de los demás.
La imagen que tenemos de nosotros depende de cómo creemos que nos ven los
demás.
Intentar dar una imagen excesivamente favorable puede no ser creíble, así que
normalmente nos describimos con características positivas pero que entren el rango
de lo posible. Las autopresentaciones son especialmente útiles para causar una buena
primera impresión y que son menos necesarias cuando las relaciones sociales están
bien establecidas.
La audiencia a la que va dirigida la comunicación condiciona que se dice y cómo se
dice, y la gente selecciona aquellos aspectos de su yo que sabe que van a ser bien
acogidos. Cada una de las estrategias está motivada por cómo quiere la persona que la
perciban los otros en una situación concreta.
Cuando una persona defiende sus actitudes y valores en público, incluso cuando sabe
que no van ser aprobados por la audiencia, la motivación no es manejar la impresión
que causa, sino reivindicar su identidad.
La escala de autoobservación (Snyder, 1974), diferencia entre dos tipos de
personalidades:
- Altos en autoobservación, preocupados por la situación social y están atentos a
comportarse de acuerdo con las demandas de ese contexto.
- Bajos en autoobservación, atentos a las señales internas y son sus creencias y
actitudes las que guían su comportamiento.
Ambos tipos de individuos son útiles en un grupo para su buen funcionamiento: son
necesarias personas que sean sensibles a las normas y hace falta gente que defienda
principios y valores.
41
T. 6. ACTITUDES
Introducción
Las actitudes son una parte importante de la psicología humana. Las personas están a
favor o en contra de determinadas ideas o conductas.
Los prejuicios también son actitudes.
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Medida de la intensidad de las actitudes
La evaluación tiene una valencia: positiva o negativa. Si consideramos la actitud como
un continuo, la intensidad representa el grado de extremosidad de esa valencia.
La intensidad o fuerza de una actitud depende de las siguientes variables:
- Importancia de la actitud para esa persona.
- Conocimiento del objeto de actitud.
- Accesibilidad de la actitud.
Cuánto más intensa es una actitud más persistente es en el tiempo, más resistente al
cambio y más influye en nuestra conducta.
La medida de las actitudes se puede clasificar en dos grandes bloques: medidas
explícitas (cuando se pregunta directamente a la persona) o implícitas (cuando se
estudian indirectamente a través de las respuestas que se piensa que están asociadas
a esa actitud).
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Función de conocimiento
Esta división en positivo-negativo al evaluar objetos, personas o eventos, permite
diferenciar entre lo que es beneficioso y lo que es dañino para cada individuo. Las
actitudes influyen en el procesamiento de la información, siendo esta influencia más
potente cuanto más fuerte es la actitud.
Las actitudes sesgan el procesamiento de la información porque:
- Seleccionan lo que se procesa (atención).
- La interpretación de lo que se procesa tiende a hacerse congruente con la
actitud previa (percepción).
- Tratamos de ignorar la información que es incongruente.
Etapas del procesamiento: atención, percepción, almacenamiento y recuerdo.
Función instrumental
Pueden servir a la persona para obtener premios o evitar castigos. También se
denomina de ajuste o utilitaria porque permite lograr determinadas metas o beneficios
concretos.
Las personas desarrollan actitudes positivas hacia los objetos que le aportan beneficio
y actitudes negativas hacia aquellos objetos que asocian a consecuencias adversas.
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Origen de las actitudes
Las actitudes tienen sus raíces en el aprendizaje social, ya que se aprenden, se
expresan y se modifican en contextos sociales. Se desarrollan sobre una base biológica.
Influencias biológicas
Ciertas actitudes pueden estar influencias por aspectos genéticos, tienen su origen en
mecanismos innatos que han favorecido a la especie en las épocas ancestrales en las
que el ser humano se diferenció de otras especies.
Algunos procesos psicológicos que tienen una base biológica, entre los que se puede
destacar el temperamento de cada persona, también predisponen hacia determinadas
actitudes. Las diferencias biológicas en temperamento pueden explicar muchas de las
actitudes hacia conductas concretas como, los deportes de riesgo o acciones que
exigen una actividad a veces extenuante.
Ciertas habilidades, como la capacidad para las matemáticas o la música, pueden tener
un componente genético, heredado de nuestros padres, que influyan en las actitudes,
no de forma directa, sino indirecta.
El impacto de la herencia genética en las actitudes es más significativo en aquellas
basadas en aspectos afectivos o emocionales que en las que se basan en creencias o
conductas. Los factores genéticos no pueden explicar totalmente la formación de
actitudes en un individuo concreto, los factores de socialización modularían esa
predisposición.
Aunque ciertos genes puedan influir en una actitud o conducta, ello no implica que esa
influencia sea irreversible y no modificable.
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Condicionamiento de las evaluaciones, aprendizaje e imitación
Condicionamiento clásico: nos puede llegar a agradar algo porque la exposición
a ese objeto esté apareada con experiencias que provocan un afecto positivo. Nos
puede desagradas algo porqué esté asociado a estímulos que nos provocan un afecto
negativo.
Se pueden crear actitudes positivas y negativas si estímulos nuevos se aparean a
estímulos que provocan estados afectivos positivos o negativos.
La respuesta evaluativa es la que se da ante un objeto al valorarlo positiva o
negativamente El condicionamiento evaluativo tiene las siguientes características:
- Es duradero a la extinción.
- Puede producirse incluso con una única asociación.
- No es necesario que la persona sea consciente de la asociación entre estímulos
incondicionado y condicionado.
Las actitudes hacia un objeto también se pueden aprender por refuerzo de la
conducta.
Condicionamiento operante o instrumental: supone que el aumento de una
respuesta porque va seguida de consecuencias positivas o la disminución de una
respuesta va seguida de consecuencias negativas.
Las respuestas evaluativas también pueden condicionarse por la observación de la
conducta de otras personas, ya sea imitando un modelo (modelado) o aprendiendo a
partir de las consecuencias de esa conducta para el que la realiza (condicionamiento
vicario).
El condicionamiento instrumental o vicario son los mecanismos más importantes a
través de los grupos que los agentes socializadores influyen en las actitudes.
Ignorancia pluralizada tendencia a no expresar una actitud o emoción
porque creemos que la mayoría no la comparten. La mayoría actuaría en contra de lo
que piensa, porque cree que esa forma de comportarse es la deseada por la mayoría.
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El contexto no solo influye en qué información viene a la mente, sino que influye
directamente en la evaluación. Puede influir:
- Las metas que se desea conseguir.
- El estado de ánimo que influye directamente en cómo evaluamos las cosas.
- Estados fisiológicas y corporales.
- El estándar usado para la evaluación. Dependiendo de la valencia y de la
magnitud de la actitud hacia el objeto que sirve de estándar de comparación, la
evaluación de un estímulo varía.
Las actitudes que se basan más en información habitualmente accesible que en
información temporalmente accesible son más estables en diferentes situaciones y
contextos.
Las actitudes pueden almacenarse en la memoria y recuperarse a lo largo del tiempo,
se pueden construir nuevas actitudes si las antiguas no son accesibles o si no resultan
apropiadas en ese contexto.
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- Otra razón, es que la conducta puede estar condicionada por una serie de
factores situacionales, internos o externos a la persona, que forman parte de
un sistema complejo que, influye en el comportamiento, además de la
influencia que puede ejercer la actitud. Estos autores proponen que se mida la
intención de la conducta, en vez de la conducta real.
Cuando se tienen en cuenta una serie de condiciones que garanticen la
correspondencia entre la medida de la actitud y la de la conducta, las actitudes si
predicen la conducta.
48
Modelo denominado de “expectativa-valor” ya que tiene en cuenta distintas creencias
o expectativas relacionadas con la conducta y la valoración que cada persona hace de
las consecuencias de realizarla. Incide directamente en la actitud.
La actitud hacia la conducta sería la suma del producto de las creencias por la
evaluación que la persona hace de las consecuencias.
- Uno que refleja la influencia del contexto social // Norma social subjetiva.
Es otro determinante de intención de realizar una conducta. Depende de: las creencias
sobre lo que piensan determinados individuos respecto a si la persona debe realizar o
no la conducta; y la motivación de la persona para acatar esa opinión. Es la percepción
que el individuo tienen de la opinión de los otros.
La magnitud de la norma subjetiva: cada creencia normativa sobre un referente se
multiplica por la motivación de la persona para complacer al referente en cuestión.
Los tres componentes (actitudes hacia la conducta, norma social subjetiva y control
conductual percibido) están relacionados entre sí. La intervención para modificar
cualquiera de los tres componentes puede ser útil para cambiar las intenciones de
conducta.
49
actitudes. La hipótesis central es que la falta de consistencia cognitiva entre actitudes
produce un estado psicológico desequilibrado que tratará de equilibrarse mediante el
cambio de alguna de esas actitudes.
50
Una vez aparece la disonancia, existen diferentes estrategias para disminuirla: Añadir
nuevos elementos consonantes con la conducta realizada; Aumentar la importancia de
los elementos consonantes; Quitar importancia a los elementos disonantes.
Situaciones en las que típicamente se produce disonancia:
- Después de tomar una decisión // Paradigma de libre elección:
Todas las creencias, que aún resisten después de una decisión, son disonantes con el
comportamiento realizado. La magnitud de la disonancia aumenta dependiendo de: lo
trascendente que se la decisión; del grado de similitud entre las alternativas posibles;
y, del atractivo de la alternativa rechazada.
La disonancia que sigue a una elección se puede reducir mediante algún
procedimiento: restar importancia a la decisión tomada; considerar que el resultado
final al que lleva cualquiera de las dos alternativas es el mismo; cambiar el atractivo de
ambas alternativas (aumentar la proporción de elementos consonantes con la decisión
tomada).
Cuánto más atractiva sea la opción que no se ha elegido, más difícil es la reducción en
la posterior disonancia.
- Después de actuar en contra de las propias creencias y actitudes // Paradigma
de la complacencia inducida:
Justificar ese tipo de conductas contrarias a las actitudes puede resultar más o menos
fácil, dependiendo de los argumentos que podamos esgrimir para racionalizarlas. La
discrepancia entre las actitudes y la conducta se debe a algún tipo de coacción externa.
Cuánto mayor sea el castigo que sigue a una conducta, menor será el cambio de
actitud.
- Después de exponerse a información inconsistente con las creencias //
Paradigma de la desconfirmación de creencias:
Cuando una persona recibe información que es incompatible con sus creencias, esa
nueva información puede generar nuevas cogniciones que sean incongruentes con las
ya existentes, se producirá disonancia. Que se puede reducir por varias vías.
Se pueden cambiar las creencias previas, pero si esas creencias son importantes, es
común que la información nueva se malinterprete o se rechace y se busque nueva
información que reafirme las anteriores creencias. Cuánto más importante es una
creencia, más difícil es que aceptemos información que se oponga a nuestra forma de
pensar.
La disonancia lleva a buscar información sesgada con el objeto de aumentar los
elementos consonantes y evitar los disonantes. Es difícil cambiar opiniones. Las
personas tendemos a seleccionar aquella información que confirma nuestras creencias
y no admitimos las opiniones que no comparten nuestro punto de vista.
51
- Después de realizar conductas que requieren esfuerzo // Paradigma de
justificación del esfuerzo:
Existe una estrecha relación entre cuánto se valora algo y el esfuerzo que se está
dispuesto a realizar para conseguirlo.
Si se emprende una actividad que supone un esfuerzo desagradable para obtener algo
deseado, se produce disonancia. Será mayor cuanto mayor sea el esfuerzo. La manera
de reducir esa disonancia es aumentar la valoración que se hace de la meta deseada.
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La aplicación de la teoría de la acción razonada y la teoría de la acción planificada
puede ser de gran utilidad para implantar o fomentar conductas deseables, como las
relacionadas con la salud.
El desarrollo de la teoría de la disonancia cognitiva ha puesto de manifestó la
influencia que tiene el comportamiento realizado sobre la actitud. Cuando una persona
realiza una conducta, es más probable que acepte realizar conductas más costosas
relacionadas con la primera conducta. Tratamos de ser y parecer coherentes, no solo
ante los demás, sino ante nosotros mismos.
Esa necesidad de coherencia se puede utilizar para implantar conductas deseables en
cualquier ámbito de la psicología: clínica, educativa o organizacional.
Para que una persona se sienta comprometida con su conducta realizada y actúe de
forma consistente es preciso que entienda que la ha realizado libremente, sin
coacciones externas. Las recompensas, las amenazas o la imposición autoritaria para
que se realice una conducta consiguen solo cambios momentáneos y no modifican las
actitudes.
53
T. 7. INFLUENCIA, PERSUASIÓN Y CAMBIO DE ACTITUDES
Introducción
El ser humano es incapaz de aprender a desenvolverse como persona si no es a través
de la relación que mantiene con otros individuos. Nuestro desarrollo está vinculado a
procesos de influencia social.
La influencia social es un aspecto esencial en el desarrollo de los individuos y también
de la sociedad en su conjunto. La influencia social es un tema central para la psicología
y muy especialmente para la psicología social, como lo pone de manifiesto la definición
sobre esta disciplina. El fenómeno de la influencia social es tan amplio que está
presente en prácticamente todos los tópicos de los que se ocupa la psicología social.
Tripett (1897) publica los resultados del primer experimento que se menciona en el
marco de la psicología social. Sherif (1936) estudia sobre las normas de grupo y su
influencia en los individuos, o los llevados a cabo por Asch (1951) en torno a la
influencia que ejerce una mayoría.
La intención de influir de una persona irá dirigida a modificar al menos uno de los
componentes de las actitudes, la influencia implica procesos relacionados con el
cambio de actitudes hacia un objeto actitudinal. Esa intención de modificar las
actitudes pretende conseguir algún cambio en el comportamiento.
La influencia puede ser directa o indirecta, inmediata o a largo plazo, existiendo un
acuerdo explícito o no, entre la persona que influye y su blanco de influencia. Existen
diferentes tipologías para clasificar los procesos de influencia. Hay tres tipos de
contexto:
- Comunicación cara a cara: la comunicación es bidireccional y dialéctica.
- Comunicación directa dirigida a una audiencia: poco recíproca.
- Comunicación de masas.
Comprender en qué situaciones se produce un cambio de actitudes o de conducta
debido a la influencia intencionada por parte de un agente es un de los temas de
estudio. Además de aquellos que tienen que ver con, la conformidad o aceptación de
un requerimiento; y la influencia lograda a través de comunicaciones persuasivas.
El enfoque Cialdini (2001) es de amplio alcance y permite explicar fenómenos de
influencia que se producen en diferentes contextos.
54
El mérito de Cialdini (2001) consiste en sistematizar teóricamente las tácticas que
observaba en los profesionales, en relación con seis principios psicológicos que
subyacen en los procesos de influencia. La aceptación de las demandas de otra
persona, se pueden explicar por alguno de los siguientes procesos psicológicos básicos:
Compromiso/Coherencia; Reciprocidad; Validación social; Escasez; Simpatía;
Autoridad.
Los principios descritos por Cialdini se refieren a normas y a reglas de actuación muy
valoradas socialmente, tienen en común las siguientes características:
- Son útiles en la mayoría de situaciones.
- Son muy valoradas socialmente.
- Se aprenden desde la infancia.
- Sirven como heurístico o atajo cognitivo para interpretar una situación social y
actuar rápidamente.
- Suelen ser utilizados con mucha frecuencia en contextos muy diferentes para
convencer.
Su carácter funcional es lo que hace que sea tan eficaz el usar tácticas que apelan a
algunos de estos principios psicológicos básicos para conseguir las respuestas deseadas
en una interacción.
El enfoque teórico propuesto por Cialdini se centra en un cambio de comportamiento
que se puede denominar aceptación o complacencia.
Compromiso y coherencia
La coherencia es una cualidad a la que se le concede gran importancia social, ya que
se asocia a personas honradas, estables y racionales. Deseamos no solo parecer
coherentes ante los demás, sino sentirnos coherentes ante nosotros mismos.
Como puede desprenderse de la teoría de la disonancia cognitiva, la conducta que
realizamos compromete nuestros actos futuros, ya que nos incitaría a actuar en la
misma línea para así comportarnos con coherencia.
Kiesler (1917) ofrece la siguiente definición conceptual para comprender como actúa
el compromiso: “el compromiso es el vínculo que existe entre el individuo y sus actos”.
Fundamentalmente nos comprometen los actos públicos, no tanto las ideas o las
opiniones, en las que sería más fácil justificar un cambio.
La coherencia es una motivación psicológica básica no solo porque sea valorada
socialmente. Según el modelo basado en la acción, la coherencia tiene un carácter
adaptativo y funcional, ya que permite a la persona llevar a cabo eficazmente una línea
de acción. Los comportamientos previos nos sirven como heurísticos para actuar de
forma similar.
55
Tácticas de influencia basadas en el principio de coherencia.
El heurístico que alude a la coherencia se podría enunciar de la siguiente forma:
“cuando una persona se compromete con una postura, será más proclive a aceptar
peticiones para realizar conductas coherentes”.
Es la propia presión de ser consecuente con su comportamiento anterior lo que la lleva
a actuar en esa misma línea.
Tres tácticas de influencia fundamentadas en el compromiso y la coherencia:
- Táctica del “pie en la puerta”.
Conseguir un compromiso inicial, aunque sea de poca importancia, sabiendo que esa
persona, una vez que haya accedido a esa petición, actuará en consecuencia y será
más fácil que vuelva a aceptar cualquier petición que vaya en la misma línea de ese
compromiso inicial (Freedman y Frase, 1966).
La persona, cuando realiza el primer comportamiento, se ve a sí misma como alguien
preocupado por la seguridad vial y que realiza conductas coherentes con esa actitud.
Se da una búsqueda de coherencia entre la conducta y la actitud.
- Táctica de la “bola baja”.
Conseguir que la persona se comprometa a realizar una conducta basándose en una
información falsa o incompleta. Cuando posteriormente recibe la información
adecuada, tiene a continuar con su compromiso inicial, a pesar de que mantener esa
decisión no le reporte los beneficios que esperaba.
Las metas de precisión han dado paso a las metas de dirección, y lo que interesa es
poner en práctica la decisión tomada. La táctica de la bola baja resulta más eficaz que
la del pie en la puerta debido a que el compromiso inicial parte del propio sujeto y no
por iniciativa de otra persona.
La eficacia de la táctica de la bola baja se maximiza cuando: se utiliza una misma
persona como agente de influencia; el primer compromiso lo realiza la persona
libremente; el compromiso es público; y, cuando se aumenta el número de conductas
y obligaciones previos a la decisión final, aumenta el esfuerzo y compromiso.
- Táctica de “incluso un penique es suficiente”.
Consiste en llamar la atención de las personas sobre valores que son importantes e
inducir una situación de influencia que evoque esos valores, de forma que una persona
no pueda rechazar una petición pequeña sin dejar de ser coherente con los valores que
sostiene.
Se legitima que incluso una pequeña ayuda nos permite ser coherentes con nuestros
valores, ya que esa mínima contribución se presenta como muy estimable. Rechazar
56
esa petición no nos permitiría sentirnos satisfechos como nosotros mismos ni
coherentes con nuestros propios valores de solidaridad.
Reciprocidad
La norma de reciprocidad está presente en todas las culturas y es una de las más
importantes sobre las que se sustenta el funcionamiento de los grupos humanos. Es
adaptativa para el individuo y para el grupo en su conjunto.
Tácticas de influencia basadas en el principio de reciprocidad.
La regla de reciprocidad se puede definir de la siguiente forma: “se debe ser más
proclive a satisfacer la solicitud de una persona que previamente nos ha prestado un
favor o nos ha hecho alguna concesión”.
- Táctica de “esto no es todo”.
Utiliza la estrategia de dar algo, incluso sin que el blanco de influencia lo haya
solicitado, para posteriormente hacer algún tipo de petición. Se da un pequeño
obsequio, aunque sea de bajo valor, y así se suscitan la norma de reciprocidad, lo que
hará más probable que se trate de complacer a cualquier demanda de la persona que
ha hecho el obsequio.
Cuando se nos otorga un obsequio, por pequeño que sea, nos sentimos más atraídos
por ese producto, además, establecemos un vínculo de agradecimiento respecto a la
persona o entidad que lo ofrece.
El agente de influencia se puede plantear el obsequio como una inversión a largo
plazo, ya que creará en el blanco la obligación de corresponder con favores mayores
cuando se le soliciten.
- Táctica del “portazo en la cara”.
La táctica consiste en comenzar con una petición de un gran favor, para, a
continuación, solicitar uno bastante menor. La persona se siente en la obligación de
hacer una concesión a alguien que ha cedido previamente.
A partir de una petición extrema, y cuando es rechazada, el solicitante puede retirar
esa petición cambiándola por otra menor, que es la que realmente esperaba obtener
desde el principio. Para que la táctica sea eficaz se tienen que dar las siguientes
condiciones: la primera petición no debe ser desmesurada; y, las dos peticiones deben
ser semejantes realizadas por la misma persona; se debe explicar porqué razón se
rebaja la petición; y, no debe transcurrir mucho tiempo entre las dos peticiones, ya
que la eficacia de la táctica parece que disminuye.
Validación social
Una estrategia que se suele utilizar para saber como opinar o actuar es observar qué
hacen los demás en la misma situación. La teoría de la comparación social (Festinger,
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1954) dice que necesitamos evaluar lo adecuado de nuestros comportamientos
comparándolo con el de las personas semejantes a nosotros. Buscamos la validación
social de nuestro comportamiento.
El principio de validación social tiene su fundamento en que decidimos cuál es la
conducta correcta averiguando qué piensan los demás que es correcto.
Tácticas de influencia basadas en el principio de validación social.
El heurístico en que se basa la validación social se puede describir como: “se debe ser
más proclive a aceptar una petición o a realizar un comportamiento si es consistente
con lo que hacen o piensan otras personas similares”.
- Lo que hace la mayoría.
La estrategia consiste en presentar una acción como lógica porque la hace la mayoría.
- Lista de personajes semejantes.
Consiste en acompañar la petición de una lista de personas similares que ya han
actuado de ese modo.
Escasez
El principio de escasez se sustenta en la tendencia a valorar más cualquier cosa que
está fuera de nuestro alcance o que es difícil de conseguir. Asociamos las cosas valiosas
a aquello que no está al alcance de todos, sino de unos privilegiados.
Funciona el heurístico de que si es raro y difícil de conseguir es porque debe de ser
valioso. Si algo no nos está permitido, nuestra libertad y autonomía se ven coartadas.
Según la teoría de la reactancia psicológica (Brehm, 1966), cuando se tiene esa
sensación de amenaza de la libertad se suscita una reacción para recuperarla, lo que
llevaría a luchar por aquello que resulta costoso o que nos prohíben.
Poseer bienes de consumo que escanean o que son inaccesibles para los demás es una
forma de reafirmar la identidad personal.
Tácticas de influencia basadas en el principio de escasez.
El heurístico basado en la escasez se podría definir como: “uno debe asegurarse
aquellas oportunidades que son escasas o pasajeras”.
Presentar el producto como algo escaso, accesible solamente a unos pocos, o como
una oportunidad que no se va a repetir en el futuro.
- Lanzar series limitadas de un producto.
Cuanto menor es el número de ejemplares, mayor es el valor que se les concede.
- Plazos de tiempo limitados.
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Cuando la posibilidad de adquisición de un producto se limita en el tiempo, el
heurístico que funciona es ahora o nunca.
Simpatía
El principio psicológico de simpatía funciona a través del componente afectivo de las
actitudes. Consiste en provocar un estado de ánimo positivo y asociarlo a un producto
que se desea vender o a una persona a la que se desea promover. Cualquier cosa que
se asocie a un estado de felicidad tiene garantizada su aceptación.
En todos estos procedimientos se pretende motivar a un proceso de asociación con el
objeto, similar al condicionamiento clásico, que subyace a la formación o cambio de
actitudes. Se activa el motivo social de confianza.
Tácticas de influencia basadas en el principio de simpatía.
Como heurístico, el funcionamiento del principio basado en la simpatía se puede
describir como: “se es más proclive a acceder a las peticiones de los amigos y de las
personas que nos resultan más agradables”.
- Atractivo físico.
La práctica de utilizar personas físicamente atractivas es tan común en la publicidad o
en el sector de ventas que no es necesario extenderse en ejemplos. La investigación
sobre este proceso lo ha vinculado al efecto “halo” que acompaña a la belleza,
comprobándose empíricamente que a las personas atractivas se les asigna
automáticamente otras cualidades positivas.
- Semejanza.
Hacer notar que existe algún punto de semejanza entre el agente y su blanco de
influencia funciona como táctica debido a que tendemos a simpatizar con las personas
que se parecen a nosotros.
- Cooperar.
La cooperación favorece la mutua simpatía porque fomenta el contacto positivo con
otras personas, y tendemos a confiar más en las personas con las que estamos
familiarizados.
- Halagos.
El elogio es otra estrategia extraordinariamente eficaz para crear una corriente de
simpatía.
59
Autoridad
Milgram intentaba buscar una explicación psicosocial de hechos como el Holocausto,
estableciendo un paralelismo entre la influencia ejercida por los nazis y sus
experimentos de laboratorio.
Esas personas actuaron bajo la presión social que ejerce el sentirse obligados a
obedecer a una autoridad, en este caso un eminente profesor experto en su campo,
desentendiéndose de la responsabilidad de sus actos y considerándose un mero
instrumento al servicio de esa autoridad.
La influencia basada en la autoridad es eficaz debido a que desde pequeños se nos
inculca que obedecer a la autoridad es una conducta correcta.
Tácticas de influencia basadas en el principio de autoridad.
El poder persuasivo de la autoridad, como heurístico de influencia, se podría describir
como: “se debe estar dispuesto a seguir las sugerencias de alguien que es una
autoridad legítima”.
El poder coercitivo se basa en las posibilidades de repartir premios o castigos a otras
personas. El poder de experto se asienta, en el reconocimiento de su competencia en
determinadas materias por parte de otros.
Las tácticas de influencia desarrolladas para lograr convencer no se basan realmente
en la autoridad, sino en provocar una asociación automática a la autoridad recurriendo
a símbolos que la representan. Dos tipos de símbolos:
- Títulos: se asocian con el conocimiento de expertos.
- Artículos de lujo: son símbolos de un tipo de autoridad general que se asocia a
posiciones de alto estatus social.
60
Aunque con frecuencia se utilizan indistintamente influencia o persuasión para
referirse a procesos que implican cambios psicológicos originados en un proceso de
interacción social, en el marco de la psicología social, el concepto de persuasión se ha
definido como: “cambio de actitudes que se produce a través de una comunicación
que ha sido planificada con ese fin, con la intención de influir”.
Los estudios de persuasión se enmarcan dentro de un paradigma muy concreto en el
que la influencia se debe a la emisión de un mensaje por parte de un comunicador que
intencionadamente trata de formar, reforzar o cambiar las actitudes de una audiencia.
La persuasión se enmarcaría dentro de los procesos de influencia que se han visto en
los epígrafes anteriores, y son aplicables a diferentes contextos, no solo a los
fenómenos de persuasión.
Lasswell (1946/1994) sintetizó en una frase todos los aspectos que hay que considerar
al evaluar el cambio de actitud producido por una comunicación persuasiva: emisor,
mensaje, receptor, canal, así como el efecto que tiene el mensaje en el receptor.
2 teorías que aplicaron las teorías del aprendizaje a la persuasión: la teoría de la
respuesta cognitiva; el modelo heurístico; y, el modelo de la probabilidad de
elaboración.
61
Críticas: desde esta perspectiva se considera al receptor un ser pasivo y no se tienen en
cuenta en los procesos cognitivos que ocurren en su mente. Las otras teorías se
centran en como procesa el receptor toda la información que recibe de los distintos
componentes.
Modelo heurístico
Desde el modelo heurístico se hace hincapié en que la exposición a mensajes
persuasivos pocas veces origina un procesamiento activo y con abundancia de
pensamientos, sino que la cantidad de información que se procesa es mínima en la
mayoría de los casos. En la mayor parte de las asociaciones las personas no se
esfuerzan en analizar la validez del mensaje, y el cambio de actitudes se produce sin
apenas procesamiento cognitivo.
El modelo heurístico afirma que se procesan claves de la persuasión por medio de
esquemas o reglas de decisión (heurísticos cognitivos), que las personas han aprendido
por experiencias previas y por observación. Muchas de las reglas de decisión
características de los principios de influencia, expuestos en párrafos anteriores, serían
idóneas como heurísticos para aceptar un mensaje.
Las personas pueden aplicar este tipo de heurísticos al juzgar la validez de una
comunicación persuasiva y no llegar a la profundizar en el contenido semántico de las
argumentaciones.
El procesamiento sistemático de los mensajes persuasivos requiere atención y esfuerzo
por parte de los receptores y es, por tanto, deliberativo. El procesamiento heurístico
no exige que el receptor preste mucha atención al mensaje o que emplee especial
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actividad de pensamiento. Las claves por las que se toma la decisión de aceptar o no el
mensaje funcionan de forma automática, la persona no será consciente de como y por
qué ha sido influida.
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capacidad para pensar. Centrarse en claves situacionales para aceptarlo o rechazarlo,
empleando el procesamiento característico de la ruta periférica.
En una comunicación persuasiva hay una serie de factores que afectan a la motivación
y a la capacidad del receptor, determinantes en la probabilidad de que elabore el
mensaje. Los procesos de influencia se dan tanto por la ruta central como por la
periférica.
La influencia que ejerce un mensaje es mayor cuando se procesa vía ruta central y el
cambio de actitudes que induce es más duradero, predice mejor la conducta futura y
es más resistente a mensajes contrarios que si se procesa por la ruta periférica. El éxito
de la persuasión depende, en definitiva, de la cantidad de pensamientos y de la
valencia de estos.
Variables que afecta a la motivación: implicación del receptor; sentirse responsable de
la valoración del mensaje; el mensaje proviene de diferentes fuentes, independientes
entre sí y que presentan diversos argumentos; existe cierta inconsistencia entre las
propuestas del mensaje y las actitudes del receptor; necesidad de cognición.
Variables que afectan a la capacidad: conocimientos previos sobre el tema;
oportunidad de pensar sobre el tema.
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Las principales variables que influyen en el proceso de persuasión al interactuar con los
elementos de la comunicación: fuente persuasiva o comunicador; mensaje; receptor;
canal y contexto.
- Credibilidad de la fuente.
Para que un comunicador consiga persuadir es imprescindible que la audiencia le
atribuya esa característica de credibilidad. La credibilidad de la fuente depende, de la
experiencia o competencia que se le atribuye, así como de la sinceridad con que se la
percibe.
La competencia que se atribuye a una fuente aumenta cuando se percibe alguno de las
siguientes características:
o Posee algún tituló académico, ocupación o experiencia que le acredita.
o Transmite el mensaje de forma fluida.
o Apoya sus argumentos citando a otras fuentes de prestigio.
El mensaje
Elemento clave de la persuasión mediante el que el comunicador, utilizando
argumentos y en algunos casos imágenes o símbolos, intenta ejercer su influencia en
relación con un tema.
Una distinción que suele hacerse sobre el tipo de mensaje es si apela a aspectos
racionales o afectivos de las actitudes. Los mensajes racionales se basan en la
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argumentación y en la lógica, mientras que los emocionales apelan a aspectos
afectivos.
El receptor
El éxito del proceso de persuasión estriba en el que el receptor acepte o no la
propuesta del mensaje. Los efectos que causa el comunicador o el mensaje van a
depender del tipo de procesamiento que suscite en la audiencia (heurístico o
elaborado), lo que condicionará que la ruta a la persuasión sea central o periférica.
Premisas generales sobre el ser humano como receptor de un mensaje: es capaz de
aceptarlo o rechazarlo libremente; como individuo no es reductible al grupo, pero
tampoco totalmente autónomo al elaborar una información; es capaz de extraer
conclusiones, de acertar y de cometer errores.
Briñol y Pretty (2005) organizan los factores del receptor que influyen en el cambio de
actitudes en torno a cuatro necesidades básicas del ser humano: conocimiento,
consistencia, valía personal y aprobación social (relacionados con los motivos sociales
básicos de comprensión, control, potenciación personal y pertenencia).
- Necesidad de cognición motivación de las personas para penar sobre
cualquier tema y disfrutar de ello. Es una de las variables que mayor incidencia
tienen en la elaboración de mensajes.
Los altos en necesidad de cognición, en comparación con los bajos, se
caracterizan por elaborar más el mensaje y por mostrar mayor persuasión ante
argumentos fuertes que débiles.
Su cambio de actitudes depende sobre todo de la calidad de los argumentos del
mensaje. Las personas altas en necesidad de cognición son más difíciles de
persuadir.
- Necesidad de consistencia la necesidad de coherencia lleva a las personas a
evitar la disonancia. Evitamos la exposición a mensajes contrarios a nuestras
actitudes y tendremos a rechazarlos argumentando en su contra.
Las personas con más necesidad de consistencia, generarán más pensamientos
favorables a su actitud previa y desfavorables a opiniones opuestas.
- Necesidad de valía personal la autoestima puede actuar como variable
moduladora en los procesos de persuasión, puede afectar de modo diferente a
la recepción del mensaje y su aceptación.
Las personas altas en autoestima son más resistentes al cambio porque confían
más en su propia opinión. A más autoestima habría mejor recepción y peor
aceptación.
- Necesidad de aprobación social necesidad de afiliación y de aceptación por
parte de las personas con las que nos relacionamos. La aceptación del mensaje
se puede ver influenciada por aspectos que tienen que ver con procesos
grupales de pertenencia como que la fuente sea del exogrupo o del propio
grupo.
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El canal de comunicación
El canal de transmisión del mensaje alude a las vías de percepción del receptor: visual,
auditivo, audiovisual o táctil.
- El contacto directo, cara a cara, aumentan las posibilidades de influencia.
- Si la información es sencilla, la transmisión oral o por medios audiovisuales es
más eficaz.
- Si el mensaje es largo y complejo, los medios impresos son más eficaces.
El contexto o situación
El contexto se refiere tanto a las características del medio físico en el que se establece
la comunicación, como a los factores sociales y circunstancias personales que están
presentes en esa situación en la que se establece una interacción entre la fuente y el
receptor.
La complejidad de las interacciones de las distintas variables que intervienen es
enorme y las características de la situación pueden cambiar el éxito que llegue a tener
un mensaje en un mismo receptor si lo recibiera en otro momento o lugar diferente.
Variables que influyen:
- La distracción: afecta a la posibilidad de elaborar el mensaje, si el mensaje
cuenta con argumentos fuertes la distracción dificultaría la persuasión. La
distracción interferiría con la contraargumentación del receptor.
- El estado de ánimo del receptor: cuando una persona está contenta puede
atribuir su estado de ánimo positivo al mensaje que ha recibido, lo que
contribuiría a su aceptación. Cuando se está de buen humor se es más proclive
a aceptar las demandas de los demás.
El estado de ánimo positivo llevaría a tener más confianza en los propios
pensamientos que se tienen como respuesta al mensaje persuasivo.
- Advertencias sobre las intenciones del comunicador: cuando el receptor ha sido
advertido de las intenciones de la fuente, está más motivado para elaborar
argumentos en contra del mensaje, y es más difícil que sea persuadido.
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ha denominado, dentro del campo de la comunicación, “efecto tercera persona”
(Davison, 1983).
La influencia de los medios de comunicación no me afecta a mí (primera persona), ni a
ti (segunda persona) que eres similar, sino a otros diferentes (terceras personas). Nos
impide reconocer qué mecanismos nos hacen más vulnerables a la persuasión.
Si somos capaces de identificar a través de qué procesos llegamos a actuar en contra
de nuestras actitudes, seremos capaces de encontrar estrategias para resistirnos a
manipulaciones que consideramos poco honradas e ilegítimas.
Al eliminar la ilusión de invulnerabilidad a la persuasión fraudulenta, un sesgo
enormemente extendido, los participantes aumentaban su resistencia hacia ese tipo
de influencia embaucadora.
La influencia social es útil, ya que los mismos principios que sirven para manipular
sirven para educar y para aprender sobre el mundo que nos rodea. El uso ético de los
procesos de influencia depende del fin al que van dirigidos y de la legitimidad de las
estrategias que pueden emplearse para alcanzarlo.
La influencia y la persuasión son indispensables para el funcionamiento social y forman
parte de los procesos normales presentes en las relaciones interpersonales, grupales y
macrosociales, ya que a través de estos procesos se transmiten el conocimiento, la
cultura y los valores.
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CUADERNILLO 3. CONSECUENCIAS DE LAS EXPLICACIONES CAUSALES
Hacemos atribuciones sobre el cómo o el porqué de los hechos. En la explicación de la
conducta cometemos sesgos y errores sin que nos percatemos de ello.
Las teorías de la atribución han analizado los procesos cognitivos y motivacionales que
influyen en las explicaciones que habitualmente realizamos sobre la conducta propia y
ajena.
La interpretación que hacemos de nuestra conducta es fundamental, y esas
atribuciones pueden influir en lo motivados que estemos para emprender o no una
acción concreta.
En los siguientes apartados se presentan una serie de investigaciones que sirven para
ilustrar los efectos que pueden tener las atribuciones causales en el yo o en el self.
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incontrolables (tienen un estilo atributivo depresivo), que se asocia con sentimientos
de indefensión y a problemas de salud.
Esta tendencia a hacer atribuciones causales más o menos optimistas, depende del
contexto social. Existen diferencias en estilos atributivos entre hombres y mujeres. Los
hombres tienden a hacer más atribuciones internas y estables de sus éxitos y externas
e inestables de sus fracasos.
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Tanto en las atribuciones de causalidad como en las de responsabilidad, las personas
casadas mostraron un patrón de respuesta más asociado a estabilidad y satisfacción
matrimonial que las divorciadas.
Cuanto mayor es la atribución de sucesos positivos y menor la de negativos a la pareja,
mayor satisfacción asociada a la relación.
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interacción entre los miembros del grupo estereotipado y los de grupos víctimas de
prejuicios. Las atribuciones sobre la conducta del otro afectan sensiblemente a la
relación que se establece entre ambas partes.
Muchos conflictos sociales tienen su origen en las explicaciones que dan sobre su
situación los grupos que se sienten discriminados.
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CUADERNILLO 4. PERCEPCIÓN SOCIAL
Nuestra visión de la realidad que nos rodea está condicionada por la interpretación
que hacemos de ella.
La percepción no se limita a un reflejo pasivo de la información que nos llega de
nuestro entorno físico o social. Percibimos esa información de forma activa,
seleccionando, organizando e interpretando la realidad que existe desde el prisma que
nos resulta más funcional y adaptativo en cada situación.
También en la percepción social focalizamos nuestra atención en determinados
aspectos de nuestro entorno.
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En otro experimento, se realizó una lista donde la mitad de la muestra leyó una lista
con las características positivas en primer lugar y la otra mitad invirtiendo el orden
para que se produjera el efecto de primacía, de modo que los datos presentados en
primer lugar influían en el resto.
En la formación de impresiones es más común que se produzca el efecto de primacía
que el de recencia, a no ser que la última información aporte características más
impactantes que la recibida en primer lugar.
La percepción del yo
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Tendemos a realizar interpretaciones que nos permiten mantener una visión positiva
de nuestro yo. La autopercepción también afecta a como nos imaginamos a nosotros
mismos en relación con el mundo que nos rodea y lo que en él acontece.
Con frecuencia, tendemos a realizar una distorsión de la realidad, que, por otra parte,
nos permite tener una visión positiva de nuestro futuro.
Los sesgos de auto ensalzamiento más frecuentes son:
- Falsa singularidad o unicidad creer que nuestras capacidades y habilidades
son únicas y mejores que las de la media.
- Falso consenso creer que los otros comparten nuestras creencias y
opiniones y que actúan de forma similar.
- Efecto primus inter pares creer que se es superior a los pares en
características deseables y normativas en un contexto determinado.
- Ignorancia pluralista tendencia a inhibir la expresión de una actitud o
emoción porque se piensa que la mayoría no la comparte.
- Ilusión de invulnerabilidad creer que tenemos menos probabilidades que la
media de las personas de que nos ocurran acontecimientos negativos.
- Optimismo ilusorio creer que tenemos más probabilidad que la media de las
personas de que nos sucedan acontecimientos positivos.
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que los logros propios se les presta más atención y son más accesibles mentalmente
que los de otras personas. Las personas tendemos a vernos mejores que los demás en
aquellas características que son socialmente valoradas.
El efecto primus inter pares permite integrar teóricamente los resultados relacionados
con el sesgo de falso consenso y con el de falsa singularidad que pueden parecer
contradictorios. La forma en que las personas se comparan con los demás depende de
lo que es deseable o normativo en cada situación.
Se da una tendencia en las personas a presentarse a sí mismas como más de acuerdo
con esas normas deseables que el resto. Por una parte, la persona tiende a la
conformidad social, a mostrarse de acuerdo con las características deseables y
normativas de la situación. Por otra parte, buscaría diferenciarse como individuo
único.
En aquellos aspectos relacionados con lo normativo es similar a los demás, pero mejor,
es mejor entre los iguales, o primus inter pares.
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eventos que recordamos de acuerdo con el conocimiento que en cada momento
manejamos.
Focalizamos nuestra atención en determinados aspectos ignorando otros, o
distorsionamos lo que al final recordamos sobre una persona o una situación.
Influencia de las creencias previas en la percepción de personas
Una persona con prejuicios racistas, religiosos o relacionados con la forma de vestir de
los jóvenes puede distorsionar la realidad en sus apreciaciones. Una vez que se tiene
una creencia, esta influye sobre como se percibe la información.
¿Cómo influyen nuestras actitudes o el conocimiento que tenemos sobre una persona
en la valoración que hacemos de sus características?
Se enseño a unos sujetos la fotografía de un hombre para un experimento.
Dependiendo de la condición experimental, a los participantes se les daba una
información biográfica positiva o negativa de es persona ficticia o no se les daba
información.
Los estudiantes a los que se les dijo que era un líder de la Gestapo juzgaron la mirada
como dura y la expresión como cruel. Aquellos que se les dijo que era un líder del
movimiento anti nazi clandestino percibieron la mirada como dulce y la expresión
facial como bondadosa.
El grupo control, obtuvo una puntuación media próxima a la del grupo con biografía
positiva. Todos vieron la misma fotografía.
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