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Ejercicio 2: El mismo texto se encuentre identificado con numerales, escribe a qué numerales
corresponden las siguientes partes del texto:

TESIS ____ 2_____


CONCLUSIÓN ___ 6_____
INTRODUCCIÓN ___ 1______
ARGUMENTO UNO ___3______
ARGUMENTO DOS __ _4_____
REFERENCIAS ___ 7______
ARGUMENTO TRES ___5______

1. La sociedad como cultura y civilización siempre ha mantenido procesos educativos intencionales.


La modalidad acerca de la forma correcta sobre qué es educar ha variado a lo largo del tiempo.
Así, dentro de la cultura occidental, la antigua Grecia tenía su propio acercamiento al campo de lo
educativo, su ideal era la Paideia (Jaeger, 1995). Durante el Imperio Romano también se dio un
enfoque específico con respecto a la educación, la finalidad de la misma era educar en las “artes
liberales”. Algo similar ocurrió dentro de la época del Medioevo y el énfasis en una educación para
la escolástica. No obstante, a pesar de que la educación era una tarea primordial en cada una de
las etapas de la cultura occidental, la idea de “escuela” no era la forma básica de impartir la
instrucción. 2. Entonces, es válido decir que la escuela es una institución que pertenece al marco
de la modernidad y por consiguiente el destino de la educación escolarizada está en estrecha
interdependencia con el futuro de la imagen moderna del mundo.
3. La educación escolarizada implica necesariamente un discurso filosófico de la modernidad como
fundamento de su existencia. Al igual que el resto de las instituciones sociales surgidas en la
modernidad –democracia, estado nación, ciencia positiva–, la escuela adopta una imagen de la
realidad estrechamente emparentada con la visión moderna del mundo. La vinculación entre la
institución escolar y el proyecto de la modernidad posee varios rasgos que hace de esta relación
una unidad inseparable, la dependencia de la una con respecto a lo otro está enmarcada en los
siguientes elementos comunes: la razón como fundamento de las acciones humanas, la igualdad
como fundamento de la distribución de los bienes abstractos y la secularización como la forma
“correcta” para aproximarse al saber científico de la realidad.
4. Sin embargo, el horizonte cultural de occidente está desplazándose desde una visión moderna del
mundo hacia una orientación cada vez más posmoderna. Son numerosos los indicios que
muestran un agotamiento del discurso filosófico de la modernidad (Habermas, 2008) y la
conformación de un escenario macro cultural distinto. Los elementos fundantes del proyecto
moderno comienzan a padecer un deterioro y se vuelven incapaces para mantener vigente el
horizonte de la modernidad. Así la razón es desafiada por orientaciones de vida “irracionales”, la
igualdad. Resulta cuestionada ante la creciente idea de la diversidad, la diferencia y la equidad, el
saber científico en ocasiones aparece contradictorio en sí mismo, o bien, incompatible con nuevos
discursos con una orientación pragmática, fundamentalista, nihilista o desde las “ciencias”
orientales. En suma, las ideas modernas entran en un desgaste y no son suficientes para
“soportar” la pluralidad y diversidad del discurso posmoderno, la homogeneidad da paso a la
heterogeneidad.
5. A partir de las contradicciones enumeradas, entonces es posible decir que la educación
escolarizada entra en un proceso de crisis con relación a su permanencia. La orientación de vida
posmoderna es incompatible con el discurso moderno sobre el cual la escuela, en general, basa
su acción. La ausencia de una razón “fuerte”, la constante diferenciación de la realidad, y el
debilitamiento del discurso científico a favor de perspectivas holísticas, fundamentalistas o
relativas sobre el conocimiento occidental, son factores que difícilmente pueden coexistir dentro
del marco de la escuela moderna. Posmodernizar la escuela implicaría prescindir del sustento
conceptual de la modernidad, sin el cual la cultura escolarizada sería insostenible; por tanto, al
situar la institución escolar en una dimensión posmoderna es un atentado contra su misma
esencia.
6. En suma, la permanencia de la escuela está condicionada a la vigencia del proyecto de la
modernidad. Esta relación de dependencia pone a la escolarización en una encrucijada, porque si
la educación escolarizada necesita del discurso moderno para subsistir, que ya no resulta
relevante para la condición posmoderna, entonces la caducidad y el fin de la escuela es una
realidad totalmente posible. A la luz de las consideraciones expuestas aquí se hace necesario
pensar en otra realidad educativa que visualice la educación de manera distinta de lo que ha sido
hasta hoy.
7. Ref.: Habermas, J, (2008). El discurso filosófico de la modernidad. México, D.F.: FCE

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