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Tan fácil como coger un libro o un periódico y comenzar a contar las palabras de un párrafo
largo. Este ejercicio de concentración es ideal para hacer una pausa y lograr dirigir tu mente
a futuras tareas.
Si notas que la ansiedad está bloqueando tu mente prueba a sentarte un rato, tranquilizarte y
empezar a hacer respiraciones profundas, sintiendo el palpitar de tu corazón y el aire que
circula por todo tu cuerpo, ¡los resultados te sorprenderán!
Aunque suene un poco paradójico, a veces no hay nada mejor que distraer la mente durante
unos minutos, para luego volver a tomar las tareas principales, más descansado y
concentrado.
Sentarte durante unos minutos, sin hacer movimientos de ningún tipo es otra práctica
excelente de relajación.
7. Entrena tu atención
“Recordar” es sinónimo de ejercitar la mente. Por lo tanto, no estaría nada mal que al
despertar o antes de ir a dormir recordaras con mucho detalle el último viaje de vacaciones
o aquella reunión familiar que tanto disfrutaste; sobre todo, momentos agradables que
potenciarán tu concentración de forma positiva.
El ejercicio físico, por muy sencillo que sea, mejora la capacidad de concentración y de
memoria. Además, oxigena el cerebro para que este pueda retener mayor información a lo
largo del día.