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1. Entiende tus emociones.

En todo trabajo es importante poder regular nuestras emociones para convivir con nuestro
entorno (compañeros, jefaturas, equipos), actualmente esto estará inserto en lo que se conoce
como habilidades transversales; porque la gestión emocional es transversal en nuestro actuar al
interior de toda organización, pues implicaría tomar en cuenta encuentra emociones propias y
ajenas como comunicarse.

¿Cómo mejorar?

Desde la inteligencia emocional

1. Autoconocimiento (conocerse a sí mismo)


2. Autorregulación (manejar nuestras emociones y los impulsos perjudiciales)
3. Motivación
4. Empatía
5. Destrezas sociales (como influenciamos en los otros)

Por ejemplo: Una actividad para gestionar nuestras emociones de forma inmediata y urgente (en
caso de enfrentarnos a una situación crítica), nos puede servir el ejercicio de respirar por el
diafragma, contar, pensar recuerdos positivos, entre otros que permitan mantener la calma.

Para que todo lo anterior sea efectivo, uno debe tener la disponibilidad para conocernos y no
reprimir nuestras emociones, pues si estas se acumulan pueden gatillas por ejemplo cuadros de
estrés.

2. Practica la escucha activa

Cuando hablamos de la escucha activa nos referimos a una forma de comunicarnos en donde
pretendemos hacer saber a la otra persona que nos está comunicando que realmente se le está
atendiendo y comprendiendo, en términos genéricos de podría definir como una serie de
comportamientos y actitudes que preparan al receptor a escuchar, a concentrarse en el emisor y
proporcionar respuesta (retroalimentación).

La idea es poder escuchar de forma consciente, es decir, poner toda nuestra atención en aquello
que nos está comunicando, pero no solo escuchar, sino también los sentimientos, ideas o
pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo.

Características de la escucha activa:

- No hacer interrupciones.
- Centrar toda la atención, no solo lo que está diciendo, también los gestos y formas de
expresión
- No hacer hipótesis ni suposiciones acerca de lo que nos dice la otra persona.
- No distraer pensando en otras cosas, mientras un otro nos habla.
- Mirar la cara, prestar atención en las expresiones faciales.

3. No tomes mal las críticas

Lo principal no tomarse la crítica como algo personal (también definir la forma en la cual se
expresa la crítica, desde ahí es importante la regulación emocional y la escucha activa).

Siempre mirar este factor como una retroalimentación, que nos permitiría poder mejorar en
nuestro espacio laboral; desde ahí motivarnos para ejecutar un cambio en nuestras acciones.

Algunos consejos para aceptar adecuadamente las criticas:

- Reconocer nuestras emociones.


- Compromiso personal para solucionar los problemas o diferencias (capacidad reflexiva).
- No tomar la crítica como algo personal, más bien como crecimiento.
- Identificar los limites de nuestras responsabilidades y reconocer los aspectos que no
podemos controlar (factores externos).

4. Adopta una actitud positiva

Este punto va dirigido a poder estar abiertos a las oportunidades y a decidir disfrutar de los
pequeños momentos en lugar de estar centrados en la negatividad y la queja.

Una actitud positiva es una decisión en firme de vivir la vida desde el disfrute, esto refiere a poder
entender nuestras emociones, poder darles un sentido y ser permisivo con uno mismo, es decir,
poder entender cuando estamos mal y poder desarrollar una estrategia de salida, porque una
actitud positiva nos dará la herramienta de poder analizar los momentos de bajón y quedarnos
anclados en ellos.

5. Enfócate en el presente

Enfocarnos en las acciones presentes por sobre las futuras, nos favorecería en poder bajar nuestra
ansiedad y controlar nuestras emociones.

Para lo anterior es necesario utilizar una atención plena, esto nos facilitaría poner nuestra energía
en el presente favoreciendo eficiencia de tiempo y un adecuado control de nuestras acciones, para
enfocarnos de esta manera, debemos mantener un entrenamiento de nuestra atención para
centrarnos en una única tarea, permitiendo nuestra mente cada vez más enfocada y despejada.

Poder enfocarnos en el presente y en una tarea única nos permitiría:

- Reducir la ansiedad y generar sensación de bienestar.


- Nos conectamos más con la realidad en que vivimos.
- Mejora nuestro rendimiento ánimo y memoria para ejecutar tareas.
- Ayuda al mantenimiento cognitivo durante el proceso de envejecimiento

6. Establece metas reales

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