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La comunicación es un proceso en el que el emisor y receptor establecen una


conexión, transmiten e intercambian cualquier tipo de información, mensajes e
ideas.

Los elementos de la comunicación son todos esos los factores que intervienen
en el proceso de envío y recepción de un mensaje. Cada elemento aporta un
valor que, dependiendo de la circunstancia, ayuda a mejorar o a distorsionar la
comunicación.

El código, es el conjunto de signos con el que se transmite un mensaje,


ejemplo de ello es el idioma español que usan dos personas para conversar.

El mensaje, es el contenido que se quiere transmitir desde el emisor hacia el


receptor, sería el motivo por el cual está llamando el emisor para dar una
noticia, hacer una invitación, un reclamo, etc.

El canal de comunicación, es el medio físico por donde se transmite el mensaje


del emisor hacia el receptor, serían los teléfonos del emisor y el receptor, que
permiten la comunicación entre ambos.

El ruido, es toda señal que distorsiona el mensaje original que el emisor quiere
transmitir, puede ser que el emisor utilice palabras o frases en inglés, y que el
receptor desconozca el idioma. Esto va a generar una distorsión en la
conversación.

La retroalimentación, es un mecanismo de control del mensaje por parte del


emisor. Sería un intercambio de preguntas y respuestas entre el emisor y el
receptor, mientras dure el proceso comunicativo, hay una retroalimentación.

El contexto, es la situación en la cual se genera el proceso comunicativo,


puede ser intentar mantener una conversación telefónica durante una fiesta.

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La comunicación verbal es la forma exclusiva de comunicación para los seres
humanos y se caracteriza por las palabras que se utilizan en la interacción
entre el emisor y el receptor, así como por el tono de nuestra voz. Entre los
ejemplos se mencionan los siguientes: Conversaciones, entrevistas, libros,
cartas, correos electrónicos, entre otros.

Un ejemplo claro de la vida cotidiana, es una novela o libro cualquiera que


leamos. En este caso se presenta un proceso comunicacional a través del
lenguaje escrito.

En cambio, la comunicación no verbal es aquella que se lleva a cabo sin el uso


de palabras, y en muchos casos, sin apenas darnos cuenta, tanto la emisión de
mensajes como la interpretación de los mismos se realizan de manera
involuntaria. Gestos, contacto visual, postura, movimientos de manos y brazos,
expresiones faciales y corporales, entre otros son algunos de los ejemplos.

Pedirle a un vendedor en el extranjero tres panes, alzando tres dedos de la


mano, es una manera de expresarse para que el vendedor comprenda la
cantidad que desean comprar.

Las barreras de comunicación representan el principal enemigo de las


relaciones laborales ya que son interferencias u obstáculos que dificultan la
transmisión del mensaje entre el emisor y el receptor. Estas pueden generar
distorsiones y malentendidos. En definitiva, rompen el proceso comunicativo.

Las barreras psicológicas intervienen los diferentes puntos de vista y de


opinión, timidez, preocupaciones, sobrevaloración o infravaloración, envidias.

Las barreras semánticas en la que cada persona procede de un contexto


diferente y ha podido tener una educación diferente. El significado de las
palabras debe ser lo más neutro posible para evitar matizaciones y
percepciones personales.

Las barreras físicas, el exceso de ruido, la distancia entre mesas o despachos.

Las barreras fisiológicas, como los problemas auditivos, de comprensión, de


fácil dispersión.

Las barreras idiomáticas, en la que la lengua nativa no es la misma que la del


resto.

Las barreras administrativas como mala planeación y deficiente operación de


los canales. Intereses personales, malas actitudes profesionales con
compañeros, una lucha sin piedad por escalar en la organización.
Las barreras de comunicación que se generan frecuentemente y pueden influir
negativamente dentro de una empresa son las ideas confusas e información
deficiente como se detalla en el siguiente ejemplo: un jefe pide que envíen
unos documentos a otra empresa a la que se le remite un tipo de información.
Después de unos días, llaman a ese jefe para decirle que los documentos
nunca llegaron, pide disculpas y asegura hacerlos llegar. Al mismo tiempo, se
comunica con el empleado que llevo los documentos y esta aclara haberlos
llevado. El jefe se da cuenta de que sí habían sido enviados, pero a otra oficina
de la misma empresa. ¡Error de comunicación!

A los comunicadores pasivos se les complica expresar sus necesidades y


batallan para mantenerse firmes a sus creencias.

En el lado opuesto del espectro, los comunicadores agresivos dicen las cosas
de manera directa, hasta cortante. En general se les facilita hablar en público y
son los que más participan durante las reuniones de grupo. No les cuesta
trabajo expresar su opinión.

Los comunicadores pasivo-agresivos no son directos, más bien buscan


maneras indirectas de decir lo que les molesta. Son agradables con algunos y
desagradables con otros.

Por último el estilo comunicativo ideal: el asertivo. Un comunicador asertivo se


expresa y pone sus límites pero respetando el de los demás.

En cierta forma, los estilos de comunicación aportan emociones y la forma en la


que intercambiamos la información e interactuamos con los demás. En función
de la situación, se utiliza un estilo de comunicación.

Dentro de toda empresa el estilo de comunicación asertiva es la más aceptada


para promover un clima de motivación y compromiso, estimular el respeto, la
confianza y la empatía, los cuales influyen positivamente en las relaciones
laborales para el éxito de toda compañía.

De los beneficios, el estilo de comunicación más recomendado es la


comunicación asertiva. Interactuar con los demás de forma asertiva genera
mejores relaciones e interacciones sociales, favorece que la otra persona se
sienta entendida, va a facilitar la resolución de conflictos y la elaboración de
acuerdos, permite expresar emociones, sentimientos, pensamientos y
opiniones abiertamente, favorece el respeto y entendimiento de diferentes
perspectivas y favorece además la seguridad y confianza.

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Se encuentra en cada actividad que realizamos y es necesaria para el día a día
de cada ser humano.

La comunicación en cualquier ámbito es esencial, siendo uno de los factores


imprescindibles para que funcionen y se desarrollen adecuadamente las
interrelaciones.

La naturaleza del ser humano es social, por lo que la comunicación es la forma


de interactuar con el mundo. Para las empresas es la forma de transmitir lo que
haces o vendes y hacerle llegar esa información a tus clientes potenciales.

Para que exista una comunicación efectiva, se requiere adaptabilidad. Cada


personalidad requiere un estilo diferente, una gestualidad determinada o un
lenguaje propio así que tus estrategias también deben ir cambiando.

Tampoco existen reglas generales ya que lo más importante en el proceso de


comunicar es ser uno mismo, tener empatía con tu interlocutor y tener en
cuenta los distintos componentes que intervienen en el proceso comunicacional
como la conducta, conocimiento, los aspectos culturales, los valores, etc.

En las empresas, los efectos positivos de la comunicación son evidentes:


mejora la competitividad de la organización, así como la forma en la que se
puede adaptar a los cambios que se produzcan en su entorno, con el fin de
conseguir los objetivos que se hayan propuesto inicialmente. Al mismo tiempo,
la existencia de una comunicación en la empresa eficaz, fomenta la motivación
de los empleados, así como el compromiso y la implicación en las tareas
corporativas, creando un clima de trabajo integrador.

La comunicación empresarial o corporativa es aquella que se realiza de modo


organizado por una empresa y va dirigida a las personas y grupos del entorno
social donde realiza su actividad.

De ahí que los profesionales de comunicación de algunas empresas tengan


que trabajar duro ante algunas situaciones.

La clave para que cualquier relación funcione y se puedan prevenir conflictos


es la comunicación. Esto es verdad en diferentes sentidos de la vida diaria;
tanto en relaciones interpersonales como en el aspecto empresarial. En
especial este último, porque es aquí donde se pueden encontrar a muchos
individuos involucrados que requieren comunicarse día a día. 

Lo maravilloso de la comunicación es que está en constante evolución y puede


adaptarse a las necesidades de cada empresa. Sin embargo, para que sea
funcional, se requiere el desarrollo de un plan de comunicación empresarial,
donde se describan los valores de la organización y las estrategias para
manejar situaciones cotidianas o crisis dentro de ella. 
Es el conjunto de procesos que lleva a cabo una organización con el fin de
transmitir su información corporativa tanto a nivel interno como externo (para
sus clientes, usuarios y audiencia en general, a través de estrategias de
marketing, publicidad, ventas y atención a clientes).

La comunicación debe ser una prioridad para las empresas, ya que si se realiza
correctamente, aumenta la posibilidad de potenciar los resultados y materializar
los objetivos. Para lograr esto, es vital conocer los elementos básicos.

La comunicación no es un fenómeno simple, pese a ser algo cotidiano,


depende de múltiples acciones y limitaciones del entorno que pueden interferir
con su proceso. Al ser una actividad básica, pero interpretativa, suelen surgir
muchas fallas y errores si no se lleva a cabo de manera asertiva. 

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