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GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA Y DE PROCEDIMIENTOS EN OBSTETRICIA Y PERINATOLOGÍA

AMNIOSCOPÍA

I DEFINICIÓN
Prueba que consiste en observar a través de las membranas intactas del producto de las caracte-
rísticas del líquido amniótico por el amnioscopio, en gestantes con dilatación cervical.
II OBJETIVO
•• Observación de las características del líquido amniótico.
•• DIAGNÓSTICO de rotura de membranas.
•• Obtención de muestra de sangre fetal.
III INDICACIONES
•• En todos los embarazos de riesgo elevado a partir de las 36 semanas de gestación: SFA,
Embarazo Prolongado, RCIU, Insuficiencia placentaria, Distocia funicular, HIE.
•• Ante un cardiograma prenatal prepatológico o patológico.
•• A partir de las 40-41 semanas.
•• Ante prepartos insidiosos, con condiciones locales desfavorables para la inducción.
•• No debe ser practicada antes de las 36 semanas, ni tampoco cuando se haya diagnosticado
placenta previa parcial o total.
•• Si es positiva (presencia de meconio), se procede a la amniotomía y se obtiene una microso-
ma de sangre fetal para el estudio del equilibrio acido básico.
IV CONTRAINDICACIONES
•• Hemorragia genital.
•• Placenta previa.
•• Corioamnionitis.
•• Gestación muy pretérmino.
•• Cérvix cerrado.
V PROCEDIMIENTO
La técnica se realiza observando las normas asépticas, sin anestesia y ambulatoriamente, a partir
de la semana 36 de gestación. Y con una localización previa ecográfica de la inserción placentaria.
a. Colocación de la paciente en posición ginecológica
b. Desinfección perineal con líquido antiséptico incoloro.
c. Después de efectuar un tacto vaginal bidigital aséptico, se localiza el cuello uterino y se valora
el grado de permeabilidad para escoger el amnioscopio de calibre más adecuado: “El mayor
calibre que permite la dilatación”.
d. Seleccionado el amnioscopio que va a introducirse, se coloca con el mandril en posición guia-
da por el dedo índice que tacta y ha penetrado en el interior del cuello uterino; el dedo medio
se encuentra por detrás del labio posterior.
e. Cuando el amnioscopio llega al orificio externo del cuello, se retira el índice y su lugar es
ocupado por el amnioscopio, el cual se introduce un poco más para que entre en contacto con
las membranas ovulares y el tapón mucoso que ocluye el canal cervical.
f. El amnioscopio es mantenido en posición con la mano izquierda, mientras que con la derecha
se retira el mandril.
g. Conectada seguidamente la fuente de luz, se comprueba que al amnioscopio se halle en
situación correcta.

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h. Se procede a la limpieza del polo inferior de las membranas, fundamentalmente del tapón mu-
coso, a veces muy adherente y que se desplegará fundamentalmente primero con pequeños
movimientos de oscilación del amnioscopio y después con un portatorundas largo y torundas
adecuadas al calibre del amnioscopio que se utiliza; para efectuar esta maniobra, también
puede emplearse una sonda conectada a un aspirador.
i. Los pequeños sangrados que a veces se provocan, por lesión de vasitos endocervicales, se
secarán con torundas.

CUELLO
AMNIOSCOPIO

BOLSA ANTERIOR

j. Una vez expuestas y limpias las membranas, se procede a valorar las características del
líquido amniótico, con el concurso de las siguientes maniobras:
–– Imprimiendo al amonioscopio distintas inclinaciones, hasta visualizar la presentación y la
mucosa de la cara posterior del segmento inferior uterino.
–– Movilizando la presentación mediante pequeños movimientos con la mano en el suprapu-
bis de la madre, con el objeto de hacer circular el líquido amniótico y poder valorar mejor
los copos de vérmix.
–– Desencajando la presentación, a fin de poner en contacto las aguas anteriores y poste-
riores.
–– Todas las maniobras deben hacerse con movimientos poco bruscos para evitar que la
exploración sea dolorosa y se produzcan complicaciones.
VI COMPLICACIONES
a. La rotura de membranas es el accidente más importante y frecuente, y se observa entre el
1-2 % de las amnioscopías según las estadísticas. Es probable que se produzcan más roturas
de membranas fuera del acto propiamente dicho, sobre todo en las pacientes en quienes se
efectúan amnioscopias seriadas.
b. No es infrecuente causar pequeños sangrados, pero normalmente carecen de importancia.
c. El desencadenamiento de un trabajo de parto prematuro sería lo más importante que podría
ocurrir, pero esto es raro. Normalmente, la estimulación no pasa de un ligero aumento de la
dinámica y en algunas ocasiones de una hipertonía pasajera, que no suele afectar el feto,
pero que deberá ser diagnosticada y, si es necesario, tratada.
d. Tras una amniocentesis suprapúbica no debe efectuarse una amnioscopia, ya que el des-
plegamiento del polo inferior de las membranas permite la salida del líquido amniótico por el
orificio de punción y da lugar al falso diagnóstico de rotura de membranas.

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VII REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


1. Acosta. Tratado de Obstetricia y Ginecología. Editorial Antillana, 2000.
2. Burbano H., Pana A. y cols. Texto de Obstetricia y Perinatología, 4ta. Edición, 1999.
3. Creasy RK, Reanik R. Maternal-Fetal Medicine: Principles and Practices. Saunders WB Com-
pany, USA, 1994.
4. Instituto Nacional de Perinatología. Normas y Procedimientos de Obstetricia y Ginecología.
México, 1998.
5. Cifuentes B, Rodrigo y cols. Obstetricia. 5ta. Edición, editorial Catorse, 2000.
6. Danfort. Tratado de Obstetricia. 5ta. Edición. Editorial Mac. Barcelona, España, 2001.
7. Gonzales. Obstetricia. 4ta. Edición. Editorial Masson S.A. Barcelona, España, 1998.

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