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La situación de la producción de granos en Bolivia actualmente está siendo afectada por los
inevitables cambios climáticos a nivel mundial en cuanto a fenómenos naturales como lluvias,
sequias extremas a lo que el gobiernos de nuestro país posterga desde hace muchos años las
implementación de nuevas políticas para sobrellevar estas variables, esta situación da como
consecuencia el abandono de fuente laboral por los productores, el aumento de contrabando,
y la importación de cereales que satisfacen la demanda del mercado interno y por lo tanto, la
economía en general.
Desde el año 2005 el único cultivo transgénico autorizado en Bolivia es la soya resistente al
herbicida Glifosato, que en 2010 alcanzó una superficie de 780 mil hectáreas, equivalente al
88% del área cultivada de Santa Cruz (IBCE). Actualmente ANAPO y el grupo BIOCERES dieron a
conocer importantes detalles en relación a la semilla de soya tolerante a sequía al Ministerio
de Medio Ambiente y Agua, para su evaluación y aprobación en el marco del Reglamento de
Bioseguridad vigente. El evento de soya es denominado “HB4” posee un fenotipo de tolerancia
a la sequía, gracias a la introducción del gen HaHB4 que proviene del girasol, cuya función está
relacionada con la respuesta de esta planta a diversos estreses abióticos.
Por otro lado el artículo 255 de CPE prohíbe la importación, producción y comercialización de
organismos genéticamente modificados (OGM),por este motivo los productores exigen al
gobierno que autorice el uso de estos productos resistente al cambio climático, malezas y
plagas en el algodón, maíz y caña de azúcar para mejorar el rendimiento y costos de
producción, ya que empresarios, investigadores informan que actualmente se importa al
menos 11 tipos de alimentos elaborados en base a productos transgénicos provenientes de
E.E.U.U. y Mercosur, situación que está provocando que los productores migren a otros rubros
por la falta de condiciones para generar ingresos económicos, según datos del Instituto
Nacional de Estadística (INE) procesados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE)
el volumen de maíz importado en 2017 alcanzó a 79,74 millones de kilos.
SOYA
En 2018 se estima alcanzar una producción total de 2.720.000 toneladas, que representa un
incremento de 8 por ciento con relación a la gestión anterior, pero es inferior en 2 por ciento,
comparado con el promedio de los últimos 5 años.
La producción de soya no recupera los niveles producidos en el año 2014, donde se había
obtenido una cantidad de 3.050.000 toneladas, debido principalmente a las condiciones
climáticas adversas de sequía prolongada presentada en la campaña de verano, que ha
disminuido los rendimientos.
TRIGO
En 2018 se ha tenido una producción total de 126.960 toneladas de grano de trigo, que
representan una disminución de 26 por ciento con relación a la producción del periodo
anterior y una disminución de 30 por ciento respecto al promedio de los últimos cinco años.
GIRASOL
En 2018 se ha tenido una producción total de 136.250 toneladas, que significó un incremento
de 19 por ciento con relación al anterior invierno y de 36 por ciento comparado con el
promedio de los últimos cinco años.
MAIZ
En 2018 se ha obtenido una producción total de 604.780 toneladas, que significan un leve
aumento de 2 por ciento con relación a la gestión 2017 y un incremento de 6 por ciento
comparado con el promedio de los últimos cinco años.
En 2018 se ha obtenido una producción de 907.040 toneladas, con una leve disminución de 2
por ciento con relación a la gestión 2017 y mantiene un incremento de 23 por ciento
comparado con el promedio de los últimos cinco años.