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Dialogo Entre Masones

Artículos Masonicos Seleccionados


Año 7 - N° 83

NOVIEMBRE 2020
L

Dialogo Entre Masones


Artículos Masonicos Seleccionados
Año 7 - N° 83

Director General
Herbert Oré Belsuzarri
Directores
Mario López Rico
Vicente Alcoseri
Julio Villarreal III
Artículos Publicados
- La búsqueda de los orígenes..........................3
- El principio de triangulación en los ritos masóni-
cos..........................................................11
- Hablemos de brujería..............................28
- Constituciones de Anderson 1723.................49

La revista agradece la difusión de los artículos


publicados, mencionando la fuente y la auto-
ría.
Valle de Lima Noviembre 2020

2
La búsqueda de los orígenes
Pierre Mollier

3
La búsqueda de los orígenes
Pierre Mollier

En una institución como la masonería, preten-


der basarse en una tradición la cuestión de los orí-
genes, no es un simple problema de erudición.
También es un problema de identidad.

Construyendo una identidad

En los textos medievales pero también -lo que es más sor-


prendente-, en los debates contemporáneos, es difícil liberar
la historia de los inicios de la masonería, de la “historia de los
orígenes”. Los primeros nos quieren devolver una cadena fia-
ble de los acontecimientos que condujeron a la aparición de
logias especulativas a principios del siglo XVIII. El segundo
apunta primero a crear significado y construir una identidad.
Los textos masónicos más antiguos son los estatutos de los al-
bañiles medievales, los Antiguos Cargos o “Old Charges”, que
nos presentan los manuscritos de Regius (c. 1425) y Cook (c.
1450). Pero antes de presentar los reglamentos, hábitos y cos-
tumbres del oficio, estos textos abren una larga y singular his-
toria de la masonería: ella, hija de la geometría, nació en el an-
tiguo Egipto, donde Hermes, Euclides e incluso , a veces “Peter
Gower” (Pitágoras), fueron masones que lo perfeccionaron y
enseñaron; después de varias peregrinaciones, incluido, por su-
puesto, el episodio del templo de Salomón, la masonería llega
a Francia y luego a Inglaterra, donde se organiza bajo la autori-
dad del gran rey Athelstan (924-939). Su historia luego se fusio-
na con la de la arquitectura inglesa, y participa en la construc-
ción de los monumentos del país bajo la protección, siempre
renovada, de los reyes ingleses. Las numerosas copias de esta
historia legendaria muestran que todavía era utilizada por los
masones especulativos de primera fila en el siglo XVII. La lectu-
ra de esta “historia de los orígenes” fue incluso parte del ritual
de recepción en la hermandad, en la iniciación de Elias Ashmo-
4
le, en 1645, en Warrington. Esta crónica que asocia la masonería
con los secretos de la geometría y con figuras emblemáticas de
la historia, se retoma en el primer gran texto de la masonería
moderna, las Constituciones de Anderson, impresas en 1723.
Los creadores de la Gran Logia de Londres y Westminster en
1717, pensaron en enraizar su creación, apropiándose de esta
historia centenaria. La “historia del oficio” todavía es retomada
por varios autores, como el muy popular William Preston (1742-
1818), que dará vida a este texto medieval en logias hasta prin-
cipios del siglo XIX.

Dos modelos controvertidos

Los franceses del siglo XVIII.

Los siglos fueron menos entusiastas para pretender ser alba-


ñiles medievales y la epopeya del oficio. Utilizando algunos
fragmentos de textos en inglés que se referían a la caballería,
hicieron de los cruzados los antepasados ​​de los masones. Estos
habían estado en Jerusalén, se habían asentado en los restos del
templo de Salomón y, cuando la Tierra Santa se perdió, se escon-
dieron bajo el velo de masonería. Este es, en 1736, el tema cen-
tral del discurso de Andrew Michael Ramsay, dijo el Chevalier
de Ramsay, un ex discípulo de Fénelon que se convirtió en un
gran orador de la primera Gran Logia de Francia (1735-1773). El
tema caballeresco se enriqueció aún más cuando se asoció con
el destino fatal y misterioso de los templarios. Cuando la orden
fue abolida en 1314, los Templarios se habrían refugiado en las
logias masónicas y podrían haber llegado a Escocia, donde los
reyes Estuardo los habrían protegido en secreto. 

No fue hasta finales del siglo XVIII el interés por el siglo


de la Ilustración para la técnica, pero sobre todo el sabor del
romanticismo gótico del siglo XIX, que los masones franceses
comienzan a hacer sus antepasados a las “catedral de los
constructores”. A la sombra de Viollet-le-Duc y tras la estela de
5
George Sand, les atribuimos conocimientos esotéricos ligados
a la geometría, a los “secretos” del tallado de piedra ya las téc-
nicas constructivas.

Pero tanto los sueños caballerescos como los misterios acom-


pañantes estaban lejos de las verdaderas fuentes de las logias
modernas. 

La historia científica.

La historia científica de los inicios de la masonería comienza


a finales del siglo XIX, con la creación de la logia de investiga-
6
ción de Londres Quatuor Coronati. A lo largo de las décadas,
el método académico -aquel que utiliza las herramientas clá-
sicas de los historiadores profesionales (investigación y análi-
sis crítico de documentos, restitución del contexto)- identificó
dos focos de aparición de logias que ya no están vinculadas a
la profesión de albañil: Inglaterra y Escocia. Así, el primer mo-
delo explicativo -dicho de la “transición”- está fijado en su for-
ma “canónica” por el erudito inglés Harry Carr en la década
de 1960. Carr trató de mostrar cómo, a lo largo de seiscientos
años, las logias de los masones “operativos” habían acogido,
por diversas razones, cada vez más a notables ajenos al ofi-
cio, convirtiéndose así en albañiles “especulativos”. Estos se
habían ido convirtiendo paulatinamente en mayoría, hasta que
las logias dejaron de reunir a los operativos por los especula-
tivos y, si bien mantuvieron su ritual y su simbolismo, ya no se
dedicaron a debatir ideas y convivencia fraterna. Este fue el
origen real de la masonería “especulativa” moderna. Posterior-
mente, en la década de 1970, el modelo de Carr fue desafiado
por historiadores iconoclastas, como Eric Ward, quien desafió la
continuidad entre la masonería tradicional del pasado y la ma-
sonería moderna. De hecho, esto sería un producto de la Ilus-
tración, y los fundadores de la primera fila especulativa -en el
XVII y a principios del siglo XVIII-, hubieran hecho, como los
cangrejos ermitaños, solo tomar prestada la forma antigua para
dar un poco de pátina a su creación. Aunque la relación entre
las embarcaciones de mampostería y la masonería moderna
es indiscutible en Escocia en el siglo XVII, está claro que en
realidad hay una gran cantidad de nuevos elementos en los
primeros masones especulativos y más aún fue la creación de la
Gran Logia de Londres y Westminster en 1717.

Estos dos modelos relacionados con los orígenes de la maso-


nería son hoy objeto de controversias que van más allá del pro-
blema académico. Para la corriente, relativamente importante
en Francia, de masones influenciados por la concepción de la
iniciación del filósofo perennialista René Guénon, cuestionar
7
los vínculos entre los “constructores de catedrales” y la maso-
nería moderna, es negar sus raíces. y deslegitimar su dimen-
sión esotérica. 

8
En términos más generales, muchos hermanos se sienten des-
concertados por un enfoque histórico-secular, acusado de re-
ducir la masonería a un “club filosófico” creado en el ambiente
de la Ilustración. También, de acuerdo a la sensibilidad de cada
uno, insistimos en cualquiera de los orígenes escoceses del si-
glo XVII, que vinculan la profesión de albañil, su simbolismo y
sus “secretos”, con la fundación de la Gran Logia de Inglaterra,
en Londres, en 1717, que es sin duda una manifestación de la
Ilustración emergente.

Tomado de:
La francmaconnerie
http://expositions.bnf.fr/franc-maconnerie/arret/01.htm Visi-
tado el 25-09-2020 a 19.25 hora de Perú.

9
10
El principio de triangulación en los ritos
masónicos.
Un modelo de comunicación original y sus efectos
Celine Bryon-Portet
11
El principio de triangulación en los ritos
masónicos.
Un modelo de comunicación original y sus efectos
Celine Bryon-Portet

Triangulación del habla y el gesto en el vestuario


Triangulación del espacio y tiempo ritual
Hacia una triangulación del individuo: ¿pura metáfora o simbolismo ope-
racional?

1Un estudio detenido de los ritos masónicos revela la omnipresencia de un


principio de triangulación en diferentes niveles, en particular los del habla, los
gestos, pero también el manejo de distancias espaciales y datos temporales.

2Asumiendo funciones psicológicas, sociales y simbólicas, la triangulación


masónica constituye un verdadero modelo de comunicación. Tal modelo, en
el que prima el género expresivo, sitúa a los miembros de la comunidad más
allá de esquemas de tipo interpersonal y pretende ir más allá de los con-
trarios, supuestamente operando un proceso de mediación-transformación
dentro del propio individuo.

Triangulación del habla y el gesto en el vestuario

3La Logia Masónica es uno de los pocos lugares sociales donde hablar en
público está codificado de una manera tan rigurosa y dotada de una carga
simbólica tan fuerte. Una de las peculiaridades del rito masónico radica en el
hecho de que cualquier acción de los miembros de la comunidad, cualquier
colocación de objetos en el templo, conlleva información y significado. Todo
está en su lugar, cada discurso llega en su momento y tal distribución garan-
tiza la coherencia de un todo armonioso. El orden, que se busca constante-
mente, no surge de la observancia de instrucciones arbitrarias. Se produce
mediante la inteligente disposición de los diversos engranajes de un sistema
global que el seguidor, como parte constitutiva, se esfuerza por comprender
e integrar. Incluso las celebraciones religiosas, que realizan un ritual estricto
donde las palabras,

1 En este estudio nos centraremos principalmente en el análisis del antiguo y aclamado rito
escocés (...)

4-Los modos de comunicación establecidos por el ritual masónico- 1son de tal


singularidad que merecen que nos detengamos en ellos. En el camerino, la
comunicación forma parte de un esquema que no tiene nada de lineal, como
puede ser el modelo telegráfico de Claude Shannon, con su cadena Emi-
sor-Mensaje-Receptor; ni siquiera simplemente interactiva o circular, como
la que establecieron los teóricos de la Escuela de Palo Alto. Sigue un patrón
triangular, y esto en varios niveles. La primera forma de triangulación se
relaciona con el habla: en la logia, uno no habla, uno lo pide. Y cuando se
12
solicita, no se dirige directamente al Venerable Maestro que dirige la logia,
quien es el único que puede otorgarlo, sino a uno de los dos intermediarios
que se denominan Primer Supervisor y Segundo Supervisor. Finalmente, el
mismo Venerable Maestro concede la palabra, pasando también por uno de
los dos intercesores antes mencionados, quien transmite la información al
solicitante. Este último se expresa entonces, y nadie puede interrumpirlo ni
siquiera dirigirse a él, a menos que el tenor de sus palabras requiera una bru-
tal censura por parte del Venerable Maestro (tal sería el caso de los discursos
que transmiten ideologías intolerantes, extremistas o racistas).

2 Pascal Lardellier (2003) distingue entre “ritos de interacción”, que movilizan a un pequeño
número (...)

5Algunos pueden ver en este proceso solo un artificio pomposo, simplemen-


te participando en la teatralidad del ceremonial. Sin embargo, las razones
de esta triangulación del habla son más profundas de lo que parecen y van
mucho más allá del marco de la dramaturgia. Un proceso de mediación, su
objetivo es eliminar toda comunicación interpersonal -la forma más común
en nuestras sociedades- y forjar un vínculo colectivo yendo más allá de los
intercambios de individuo a individuo (es útil recordar el eficacia de lo que en
psicosociología se denomina “efecto de grupo”, que los masones encuentran
a través del “Égrégore”). Los ritos masónicos, por lo tanto, no pertenecen a
esta categoría de ritos que Erving Goffman llamó ritos de “interacción”, sino
más bien ritos “sociales” o “comunitarios”.2 . Y si recordamos el hecho de que
el término comunicación (de comunicare), etimológicamente significa “poner
en común” e implica las nociones de compartir, entonces el ritual masónico
probablemente logra el objetivo de toda comunicación, en sus formas, el más
paroxístico.

6El ritual masónico parece doblemente conectivo. Es ante todo como un ri-


tual, como señala Claude Lévi-Strauss:

[…] El ritual es conjuntivo, porque establece una unión (se puede decir comu-
nión), o, en todo caso, una relación orgánica, entre dos grupos (que confun-
den, en el límite, uno con el carácter de el oficiante, el otro con la comunidad
de los fieles), y que inicialmente estaban disociados (1962: 46-47).

3  “La paleta, herramienta de encuadernación por definición”, subraya Gilbert Garibal (2004:
130).
4 Sobre esta distinción de los diferentes niveles de comunicación (contenido / relación), con-
sultaremos (...)
5 Para este análisis del diagrama de Claude Shannon, nos remitimos al trabajo de Philippe
Breton y (...)

7Luego se realiza como un ritual particular que establece medios internos de


conexión, redundantes con su función principal. El espíritu de convivencia es
crucial en las logias, como lo demuestra este momento privilegiado constitui-
do por los “ágapes”, pero también por las múltiples palabras, símbolos y me-
táforas que expresan la hermandad: la “paleta” 3 , el “cemento”, el “cuerda
con nudos”, los “lagos del amor”, la “cadena de unión”, el “compañero”, los
13
“hermanos” y “hermanas”. El poeta Alphonse de Lamartine, gran admirador
de la res masonnica, plenamente consciente de su esencia unificadora, decla-
ró en un discurso pronunciado en una logia en 1848: “Rechazas todo lo que
divide las mentes, profesas todo lo que une los corazones, eres los hacedores
de la concordia” (citado por Garibal, 2004: 23). La masonería cumple una
función fática preponderante, para usar la terminología que Roman Jakobson
aplica a la lingüística. Porque si es cierto que actúa en este nivel de comu-
nicación representado por el contenido del mensaje, por la transmisión de
valores, trabaja principalmente en el nivel de relación 4 . 

Nuevamente, estamos muy alejados del esquema de Claude Shannon, que


tiende a reducir lo real a su aspecto informativo, el concepto de red y la
cantidad de información que circula dentro de ella 5.

6 Calendario masónico del Gran Oriente de Francia de 1873 reproducido parcialmente por
Gérard (...)

8La mediación que establece el ritual masónico en el marco del habla consti-
tuye una verdadera disciplina a la que conviene someterse, y que frustra las
inclinaciones naturales de los individuos, acostumbrados a hablar libremente
o pedir permiso para hablar directamente a la persona que dirige un deba-
te. Sin embargo, cualquier disciplina tiene como objetivo transformar, me-
diante la acción vinculante, una materia prima. Este es de hecho el caso de
la masonería, que se define a sí misma como una institución “filantrópica,
filosófica y progresista” 6 , que trabaja por la mejora moral e intelectual de la
humanidad y ofrece a sus miembros un cambio de marco mental, se supone
que tiene lugar durante el ritual.

9Entonces está mediación, preciosa herramienta de regulación, promueve


el orden y el equilibrio, porque hace intervenciones inoportunas, debates
con varias voces donde nadie puede llevarse bien, conflictos generados por
miembros en desacuerdo teniendo la oportunidad de dirigirse el uno al otro. El
respeto por los demás y la cortesía también se enumeran como tantos de-
beres en un texto fundacional de 1735, que sirve como Constitución para la
masonería francesa. Así, se estipula en “deber” 6, que […] Ningún Hermano
mantendrá conversaciones secretas y privadas con otro sin el permiso expre-
so del Maestro de la Logia, ni dirá nada indecente o insultante bajo ningún
pretexto, ni interrumpirá a los Maestros o Supervisores, ni ningún Hermano
hablando con el Maestro, ni comportándose con inmodestia o riéndose de él
(parcialmente reproducido por Gayot, 1991: 62).

10Lo que hace que el masón Gilbert Garibal, doctor en filosofía y psicoso-
ciólogo, diga que [...] los hermanos, desde el neófito hasta el “veterano”,
frecuentan la logia para comunicarse con ellos mismos y con los demás. Esta
comunicación funciona mejor ya que el albergue también se está “comu-
nicando”. En otras palabras, que se cuida mucho de evitar la formación de
clanes, castas y otros subgrupos, perjudiciales para su unidad (2004: 129).

11Por tanto, el habla masónica no es, ni mucho menos, un instrumento de


14
poder con fines de manipulación, sino que utiliza un método original de dar
a luz a las mentes, bastante cercano a la mayéutica y dialéctica socráticas
(a diferencia de que estos eran interpersonales). Además, al poner a los ha-
blantes en una posición de espera de su turno para hablar, el ritual temporiza
-en el sentido etimológico del término-, es decir, elimina toda espontaneidad
y obliga a una cierta maduración de la reflexión. Porque, como señala Oswald
Wirth, “las ideas se maduran a través de la meditación silenciosa, que es una
conversación con uno mismo. Las opiniones razonadas son el resultado de
debates íntimos, que se involucran en el secreto del pensamiento. Un sabio
piensa mucho y habla poco. “(2001: 122)

12Dando tanta importancia a la comunicación no verbal (como es el caso


de la mayoría de las tradiciones rituales, que hacen del cuerpo un vector
importante para transmitir ciertos valores), la Masonería aplica un proceso
de triangulación idéntico al plano de lenguaje corporal. En este sentido, es
fundamental operar “una partición entre lo que se relaciona con los gestos
que acompañan y el mensaje en sí”, como apuntan Philippe Breton y Serge
Proulx. “El gesto de acompañamiento está formado por todos estos ges-
tos que hacemos en apoyo de una comunicación”, por lo que se diferencia
bastante de la “lengua de signos”, donde “es el gesto que constituye la co-
municación” (2002: 63 y 48). En este caso, “los gestos se transforman en
signos codificados y significantes”. El rito masónico pertenece a esta segunda
categoría. Es una de las raras lenguas de signos que no tiene su origen en la
incapacidad de producir oralidad, como es el caso de la lengua de los sordos
y con problemas de audición, por ejemplo.

7 “El ternario se nos impone en campos muy diversos porque logra el equilibrio entre (...)

13Mientras que el ser humano se apropia inconscientemente, a través de


un fenómeno de mimetismo, de todos los códigos corporales que prevalecen
dentro de su cultura - como lo revelan investigadores kinésicos como Ray
Birdwhistell (Winkin, 1981: 61-77) -, y que a veces traicionan su estado y sus
intenciones a pesar de sí mismo, el francmasón aprende un sistema de signos
que conscientemente reproduce y adapta a diversos contextos. Cuando entra
al templo, el aprendiz da tres pasos. Los brazos, manos y pies del albañil
están colocados en ángulos rectos. Los gestos son precisos, calculados, per-
fectamente dominados. También reflejan la mediación, su modelado ternario
que representa la reconciliación dialéctica del mismo y el otro, la dualidad
caduca porque se incrementa en la unidad 7. Sólo la institución militar se ha
acercado quizás a este complejo dispositivo corporal en su ceremonial: las
posiciones de atención, el saludo militar, las medias vueltas, además, forman
cuadrados, que no no es sorprendente teniendo en cuenta la estrecha rela-
ción que el ejército y los masones han mantenido desde el XIX ° siglo, como
se ha demostrado Jean-Luc Quoy-Bodin (1987).

8 Declaración del filósofo alemán Friedrich Nietzsche.

14Una vez más, no se trata de hacer que el albañil realice una serie de con-
torsiones absurdas, sino de alinear sus miembros con su mente. A la inver-
15
sa, tratamos de producir una cuadratura del pensamiento mediante el rigor
conductual que imponemos a una carne generalmente entregada a una cierta
libertad. La tensión física generada por posiciones tan desconocidas para el
hombre es propicia para el esfuerzo y el trabajo. Combatiendo la indiferen-
cia, que se manifiesta en una actitud de relajación, este apoyo artificial e
incómodo del cuerpo requiere una atención sostenida y, a su vez, despierta
la concentración. Tiene un efecto estructurante. Plantagenet no se equivoca
cuando declara: “notemos lo dolorosa que es esta marcha ritual: cortada
brutalmente por tres paradas, rompe nuestro impulso; cada vez nos obliga a
hacer un nuevo esfuerzo para empezar de nuevo” (2001: 161). Más allá de
esta idea, tenaz en Occidente, según la cual “lo que no nos mata nos hace
más fuertes 8” y que quiere que todo sufrimiento sea investido de carácter
iniciático, según el ejemplo de la pasión Crística, el rígido formalismo infligi-
do al cuerpo conduce sobre todo a una formación, cuya naturaleza y efectos
estudiaremos más adelante.

15Finalmente, es evidente que los gestos extremadamente restrictivos pres-


critos por el ritual se superponen con el aspecto funcional cubierto por la
triangulación del habla, con efectos de ponderación. Respecto a la denomi-
nada posición ordenada, postura obligada y bastante incómoda para quien se
expresa oralmente, Jules Boucher apunta que “independientemente del valor
real del signo, cabe señalar que este gesto, tan sencillo en apariencia, impide
cualquier otro gesto y por tanto cualquier vehemencia.  ¡Cuántos oradores,
laicos, hablan más con las manos que con la voz! (1998: 323).

Triangulación del espacio y tiempo ritual


9 Ver en particular La dimension cachée (1971).

16Sabemos, desde los muy esclarecedores estudios realizados por Edward T.


Hall en el campo de la proxémica 9 , que la gestión del espacio y las distancias
que separan a los individuos son, en sí mismas, un acto de comunicación, pero
también datos llenos de significado que revelan afiliaciones culturales a veces
insospechadas. La masonería testifica, si es necesario, de la importancia de
los datos espaciales en el logro y la comprensión de los roles que incumben
a cada comunicador en un contexto particular.

17En la logia, el posicionamiento de los individuos en el espacio del templo


define funciones específicas: en el Este, donde se eleva la luz, se encuentra
el Venerable Maestro, en el crepúsculo el Oeste es el Techador, y así sucesiva-
mente - c Ésta es una de las razones por las que la geometría ocupa un lugar
crucial en la forma masónica. Asimismo, el posicionamiento de los objetos de
culto no debe nada al azar. Siempre está investido de un significado, es un
significante en sí mismo. Huelga decir que este anclaje territorial del sistema
semántico a través de una localización relevante de personas y cosas permite
hacer muy concretos los mensajes simbólicos que transmite la ceremonia
(“aquí todo es un símbolo”, decimos al aprendiz durante su iniciación). Así es
como el modelado ternario del habla, mediada entre el aspirante y el Venera-
16
ble Maestro por una tercera persona (Primer o Segundo Supervisor), también
está arraigada en una triangulación espacial, lo que resulta en una repetición
del patrón ternario. En efecto, quien pide la palabra para el aspirante al Ve-
nerable Maestro es siempre el Supervisor que está en las columnas opuestas,
de cara al aspirante. Este cruce de discursos forma, por tanto, un triángulo
visible, un triángulo humano que encarna geográficamente la dinámica del
número tres. el que pide la palabra para el peticionario al Venerable Maestro
es siempre el Supervisor que está en las columnas opuestas, frente al peticio-
nario. Este cruce de discursos forma, por tanto, un triángulo visible, un trián-
gulo humano que encarna geográficamente la dinámica del número tres. el
que pide la palabra para el peticionario al Venerable Maestro es siempre el
Supervisor que está en las columnas opuestas, frente al peticionario. Este
cruce de discursos forma, por tanto, un triángulo visible, un triángulo huma-
no que encarna geográficamente la dinámica del número tres.

18Reproducimos a continuación el diagrama vigente en el rito escocés (en el


rito francés, la posición de las columnas y los capataces se invierte en rela-
ción al rito escocés, pero se mantiene la triangulación espacial), que muestra
claramente el cruce sistemático de habla y triangulación espacial resultante:

19Cabe señalar, sin embargo, que a diferencia de la mayoría de los ritos


(especialmente los políticos), donde “se juegan relaciones de dominación y
sometimiento, hipostasiadas por este ballet que define funciones, expresa
lealtades, confirma los rangos y los estatutos ”(Lardellier, 2003: 95), el rito
17
masónico, creador del vínculo social, apenas hace descansar los roles asigna-
dos a los seguidores sobre la situación profesional y económica que cada uno
ocupa en la escala social, en el mundo secular. Es así como un trabajador de
fábrica alcanzará gradualmente el rango de Maestro, mientras que el CEO de
una gran empresa abrirá su camino masónico al rango de Aprendiz, como to-
dos los demás, con los quehaceres que acompañan a este primer paso (insta-
lación del templo, preparación de ágapes y servicio durante la comida, etc.),

20Por otro lado, las funciones de cada uno apenas son fijas, ya que los miem-
bros del grupo cambian de roles a lo largo de los años. Sin embargo, este
principio de igualdad y circularidad está, una vez más, inscrito espacial y
comunicacionalmente. En el Antiguo y Aceptado Rito Escocés, por ejemplo, el
Venerable Maestro, después de haber ocupado durante algunos años funcio-
nes centrales en Oriente, se encuentra relegado a Occidente, cerca del Par-
vis. Además del hecho de que esta posición diametralmente opuesta le da un
ángulo de visión diferente - y por lo tanto un ángulo de comprensión - en el
Templo, refleja el paso de una posición más alta a una posición más baja. Al
convertirse en Techador, deja el lugar dominante y ordenante por un lugar de
ejecución, abajo.

10 María Deraismes, por ejemplo, con la fundación del Derecho Humano en 1893. Antes de
eso, desde el XVIII e (...)

21Por lo tanto, no es de extrañar que el nivel aparezca entre las herramientas


y símbolos privilegiados de la institución, ni siquiera que el principio de igual-
dad que preside la obra masónica haya contribuido a la difusión de las ideas
emancipadoras una vez emitidas por los filósofos de la Ilustración. . Sin en-
trar en la teoría de la conspiración o proyecto intencional que algunos, como
Barruel (1803), se prestan a la masonería, parece probado que mediante la
promoción de la diversidad social (y la diversidad, desde el XIX e siglo, en algunas
obediencias  10), las logias precipitaron la caída de un régimen desigual. “La
masonería llegó así a ofrecer un excelente caldo de cultivo para el fermento
de ideas revolucionarias”, subraya Oswald Wirth (2001: 54). Las ideas pro-
gresistas que transmitía también eran consideradas subversivas y peligrosas,
tanto por el poder político como por el eclesiástico. Podemos entenderlo fá-
cilmente leyendo ciertos textos del siglo XVIII: “Devolver a los hombres a su
primitiva igualdad eliminando las distinciones que el nacimiento, el rango, los
trabajos han traído entre nosotros”. Todo albañil en una logia es un caballero”
(El sello roto1745: 22; citado por Gayot, 1991: 125). Todo parece conjugarse
para hacer del espacio masónico un espacio sociopete, en palabras de Edward
T. Hall, un lugar de compartir, cohesión e integración.

22Como el espacio de la logia, el tiempo masónico también está sujeto al


principio de triangulación. Sería tedioso y sobre todo ambicioso querer hacer
una lista exhaustiva de este tiempo triangular, tan rico que es. No obstante,
algunos ejemplos significativos bastarán para dar cuenta de esto.  Los ma-
sones, en primer lugar, trabajan entre las horas simbólicas de “Mediodía” y
“Medianoche” (períodos en sí mismos transitorios, ya que marcan tanto el
apogeo del día como de la noche, y su inminente declive), en una época no
18
menos simbólica y transicional de “tres años”.  Entre las fiestas masónicas,
mencionemos también las fiestas de San Juan de invierno y San Juan de ve-
rano, correspondientes a los dos equinoccios. Como las horas del mediodía
y la medianoche, los equinoccios traducen un punto de equilibrio precario y
transicional, el apogeo de un estado y por tanto su próximo declive, según la
ley de la dialéctica de los contrarios.

23Otra expresión de esta triangulación, durante la apertura y cierre de las


obras, el Venerable Maestro, asistido por los Primeros y Segundos Super-
visores, inicia y luego apaga los fuegos. Al inicio del atuendo, cada uno de
ellos se para frente a uno de los tres pilares denominados Sabiduría, Fuerza
y ​​
Belleza, para poder encender velas. Dando vueltas en el sentido de las
agujas del reloj, cambian de lugar y cada oficial se encuentra, al momen-
to siguiente, frente al pilar frente al cual estaba posicionado su vecino de
la izquierda. Este movimiento circular en tres etapas alrededor de los tres
pilares forma una rueda espacio-temporal dinámica, cercana a la esvástica
india. Algunos albañiles ven en este momento ceremonial una representación
de la creación del mundo (Doignon, 2005), un espacio-tiempo cero a partir
del cual el espacio y el tiempo sagrados aparecen gradualmente. Esta inter-
pretación parece corroborada por el encendido de las velas que provoca el
paso de la oscuridad a la luz, como se hace en el Génesis donde las palabras
fiat lux precede la aparición de los diferentes elementos del mundo; pero
también por el significado atribuido a los tres pilares: la Sabiduría “diseña”,
la Fuerza “ejecuta” y la Belleza “adorna”. De hecho, es un acto primordial de
creación, similar al del “Gran Arquitecto del Universo”, y que se desarrolla
en tres fases, a saber, diseño, realización y luego contemplación estética del
producto terminado.

24La omnipresencia de la figura deltaica, sugiriendo, según algunos maso-


nes, un triángulo de tiempo, parece confirmar estas opiniones. Así, Jean-Ma-
rie Ragon percibe los puntos de esta figura geométrica como evocando el
Pasado, el Presente y el Futuro (1853: 369).  El significado de esta tríada
corresponde perfectamente a la filosofía masónica, arraigada en la tradición
y orientada hacia el futuro de un mundo mejor a través de un intento de
mejora diaria. Los masones también se inspiraron a menudo, en sus reflexio-
nes, en el famoso cuadro de Gauguin titulado ¿De dónde venimos? , Quiénes
somos, A donde vamos, prueba de que su camino cuestiona la identidad y
el futuro del hombre a través de las tres temporalidades clásicas que reco-
nocemos. Porque, como toda tradición, la masonería opera a un nivel tanto
diacrónico como sincrónico. Ansiosa por transmitir valores regulatorios, actúa
sobre el eje vertical del pasado, donde la memoria enlaza la cadena gene-
racional con un tiempo original, pero también sobre el eje horizontal del es-
pacio comunicacional que une lo vivo (Debray, 1997). Podemos resumir este
movimiento masónico de esta manera, que se alimenta en el presente de la
sabiduría de los antiguos en un intento por construir una sociedad ideal.

11 Parece útil recordar que el término sagrado, derivado del latín sacer, evoca lo que está
separado (sep (...)

19
25Finalmente, agreguemos que el tiempo del ritual está puntuado por tres
golpes de mazo, repetidos tres veces, por la tríada Venerable - Primer Su-
pervisor - Segundo Supervisor, al inicio y al final del atuendo.  Este ritmo
ternario abre y cierra el acceso al tiempo sagrado, así como los escalones de
entrada sobre el pavimento de mosaico, luego la salida al exterior del tem-
plo, equivalente a un vaivén entre el espacio sagrado dentro de los muros y
el espacio secular al que los adeptos son devueltos al final de la ceremonia
ritual  11. Cuando comienza la obra, ¿no afirma el Venerable Maestro “ya no
estamos en el mundo profano”? La figura del Venerable se asemeja a la de un
director de orquesta (metáfora querida por los investigadores de Palo Alto)
que, con sus martillazos mandatorios, introduce pausas rítmicas en el tiem-
po pero también en el espacio de comunicación de la ceremonia. (Silencio /
posibilidad de hablar, inmovilidad / gesticulación, posición de pie / sentado),
dando el tempo de una partitura conocida. También crea una “sincronía inte-
raccional”, para usar una expresión de William Condon y Edward T. Hall, cada
participante actuando al mismo tiempo que sus colegas y de manera idéntica
a ellos. Y si, para los teóricos modernos, toda comunicación debería verse
como un sistema, En el que los múltiples elementos interactúan entre sí, el
ritual masónico tiene esta peculiar característica de ser un sistema intencio-
nal y prerregulado, que busca maximizar este carácter sistémico e interac-
cional. Así es con la “triple batería” y “la aclamación”, ante el anuncio de que
todos los albañiles rápidamente aplauden tres veces, y repiten estos gestos
tres veces, gritando “Libertad”, “Igualdad”, “Fraternidad”.

12 A tiempo, véase Edward T. Hall, The Dance of Life. Tiempo cultural, tiempo vivido (198 (...)

26Los pensadores de lo que se ha llamado “la nueva comunicación”, de he-


cho, han demostrado que el espacio y el tiempo 12, más allá de su aspecto
físico, matemáticamente mensurable, forman marcos culturales organizados
y vividos de diferentes formas de un continente a otro, generando así modos
de comunicación específicos.  Pero tales construcciones, relativas por variar
según las épocas y los lugares, son generalmente fruto de una larga e incons-
ciente elaboración, determinada por la historia particular de los pueblos y los
parámetros ambientales en los que se insertan. Los individuos responden así
a códigos y reglas tácitos sin ser conscientes de evolucionar en una dimen-

20
sión artificial. Sin embargo, la Masonería ofrece el ejemplo de un programa
cultural consciente y voluntario, de una composición semántica que se mues-
tra como tal y que, sin embargo, tiene -aquí está la paradoja- un reclamo
universal (Órdenes internacionales).

Hacia una triangulación del individuo: ¿pura


metáfora o simbolismo operacional?

27La masonería introduce al hombre en el “imperio de los signos”, para usar


la expresión que acuñó Roland Barthes sobre la cultura japonesa. Diversos
signos y símbolos corporales marcan el arduo viaje del seguidor. Pero en la
etapa de esta observación, conviene preguntarse por la función que cum-
plen estos signos: simple juego de analogías dentro del cual el individuo se
mueve gratamente; ¿O un proyecto de transmutación real que involucra al
ser mismo, convirtiéndolo en objeto de un cambio radical? ¿Descifrar un len-
guaje codificado o reglas de funcionamiento que modifiquen a los humanos
en profundidad?

28La respuesta se da desde el rango de aprendiz, ya que instamos al joven


iniciado a desbastar la piedra en bruto, que no es otro que él mismo. Oswald
Wirth (2001) recuerda, a modo de introducción al primer volumen de su obra:
“De la creación del hombre por sí mismo nace el hombre perfecto, el Hijo del
Hombre”. De ahí la importancia que se le da al cuerpo, materia imperfecta
que debe ser ennoblecida con paciencia para que también se ennoblezca
el espíritu, y cuya metanoiao la conversión comienza durante la iniciación,
como señala Bruno Etienne (2002). Michel Foucault ha demostrado muy bien
que el entrenamiento de la mente es inseparable del entrenamiento de los
cuerpos, que las instituciones llamadas “totales” también han comprendido y
explotado brillantemente (1993: 31-31). La interacción cuerpo-espíritu / es-
píritu-cuerpo ha sido reconocida desde hace mucho tiempo, ya que en siglos
antiguos el ascetismo corporal, dentro de la institución religiosa y de ciertas
sociedades místicas, tenía como objetivo purificar el alma. Blaise Pascal no
dijo nada más cuando dijo “que hay que arrodillarse y hacer los gestos de fe
para creer”...

29Por otro lado, hay una diferencia notable entre el entrenamiento practicado
por las instituciones totales, en cuyo rango podemos clasificar al ejército, y el
que procede de la institución masónica. Porque el primero desarrolla un con-
dicionamiento de tipo pavloviano, privando de toda libertad de pensamien-
to, expresión y comportamiento, mientras que el segundo, anti-dogmático y
emancipatorio, tiene el efecto de liberar al sujeto de sus prejuicios (se dice
que el masón “Gratis y de buen carácter”). Por lo tanto, el ritual masónico
solo puede ser beneficioso si es riguroso y se comprende completamente su
significado. “Cualquier símbolo, cualquier rito - poner en acción los símbolos
- pierde su valor, y no son más que” fantasías “en cuanto ya no se respetan
exactamente como deberían”, afirma acertadamente Jules Boucher.  Luego
para agregar: porque no se entienden” (1998: 323).
21
13 Según Philippe Breton y Serge Proulx (2002), la comunicación está disponible en tres mo-
dos: modo interno (...)
14 “El gesto es el signo exterior de esta volición”, declara Jules Boucher (1998: 323).
15 Mircea Eliade afirma que “la iniciación corresponde a una mutación ontológica del régimen
existencial (...)

30El cuerpo es mucho más que un vector de comunicación con fines infor-
mativos. Favoreciendo el modo expresivo 13 , es el crisol matricial en el que
se realizan verdaderas transformaciones mentales 14 . Más allá del hecho de
que se trata de un lenguaje cuyo significado debe ser descifrado para poder
captar su valor total, el dispositivo material y físico del ritual masónico tiene
un carácter performativo, que a su vez se revela altamente significativo a tra-
vés de cambios cognitivos, sentimental y conductual que introduce. Allí nos
unimos a la convicción de la filósofa Hannah Arendt, por la que “la apariencia
y la realidad coexisten”, y que muchos pensadores plantean la hipótesis de
que cualquier transformación ontológica necesariamente tiene su raíz en una
transformación fenomenal 15. Entonces podríamos aplicar, invirtiéndolo, el
enfoque de John Austin: “Cuándo hacer es decir”. Constructores de catedrales
y masones operativos, de hecho, que fueron su principal fuente de inspira-
ción, la masonería especulativa ha conservado una cierta concreción a través
de la puesta en acción de palabras y la puesta en práctica de ideas. Pascal
Lardellier, evocando el papel de este “cuerpo poderosamente semántico”, su-
braya con razón que [...] el rito siempre requiere de sus participantes una
demostración física, “una creación de presencia” (E. Schieffelin). No pudiendo
en ningún caso ser vivido de manera abstracta, en ausencia, impone una en-
carnación, sin la cual no se podría realizar ninguna acción simbólica. Porque
para ser creíble, este rito debe vivirse, invertirse desde adentro (2003: 94).

31Además, no debe pasarse por alto el efecto catártico que produce la pues-
ta en escena de los cuerpos, efecto idéntico al que supone la tragedia según
Aristóteles. El alumno de Platón evoca acertadamente “esta imitación que
hacen los personajes en acción y no mediante la historia”, y que “opera la
purga propia de tales emociones” (1952: 1449b).  A su vez, Jacqueline de
Romilly destacó la función psicológica y social de la tragedia griega, que per-
mitió exteriorizar la violencia a través de un fenómeno de identificación del
espectador con el actor-personaje, y así evacuarlo al exterior, de las murallas
de la ciudad. El ritual masónico logra una purificación bastante similar gracias
al espectáculo visual que ofrece.

32Los gestos que realiza el aprendiz también son muy evocadores: el brazo
y la mano colocados en ángulo recto por debajo de la garganta están desti-
nados a frenar las pasiones que vienen del corazón y evitar que perturben el
alma, así como él explica el antiguo y aceptado ritual de primer grado del rito
escocés. Este signo llamado “gutural” se convierte en un signo “pectoral” en
el rango de compañero, estando la mano a la altura del corazón.

Masón formado por las herramientas de su caja (Inglés grabado de la


XVIII ª siglo, Biblioteca Nacional, París)

22
33El objetivo operacional es tan preponderante que algunos, como Jules Bou-
cher, señalan que estas posiciones corresponden a chakras y movilizan así
los centros energéticos del ser. Además, la idea de terapia de grupo basada
en un enfoque sistémico, es decir en una regulación de las relaciones que los
elementos del grupo tienen entre sí, es bastante cercana, aunque difiera en
su implementación, terapias familiares de Don D. Jackson y Paul Watzlawick
y más ampliamente del Mental Research Institute , basadas en la noción de
homeostasis.

16    Deberes encomendados a los masones , texto parcialmente reproducido por Gérard
Gayot (1991: 61)

34El aspecto físico es tan esencial que un albañil debe ser “un hombre libre
de defectos en el Cuerpo, que lo incapaciten para aprender el Arte” 16, en
opinión de algunos seguidores. Evidentemente, no se trata de discriminación,

23
sino de la convicción de que las luces de la albañilería permanecerían inacce-
sibles para siempre a aquel cuyo cuerpo discapacitado no permitiría la reali-
zación del ritual, siendo además la especificidad de la iniciación la experiencia
de una progresión exterior / interior. Vemos aquí todo lo que puede separar
la tradición masónica de ciertas tradiciones místicas o esotéricas ofrecien-
do una elevación espiritual al dirigirse directamente y solo al espíritu. Pasar
del contacto sensible de las cosas materiales a su conceptualización, de la
conceptualización a la imaginación, de la imaginación a la demostración, de
la demostración a la interiorización, y de esta última a una aprehensión de
carácter intuitivo: esta es la uno de los objetivos de la vía masónica.

17 Quantum postulados de la física, por ejemplo, que un gato puede ser tanto muertos y vivos. Ella


demonio (...)

35En el acceso a un modo de conocimiento intuitivo, el manejo de los sím-


bolos juega un papel determinante.  Significativo menos abstracto, menos
arbitrario sobre todo que las palabras, formado por letras y sonidos conven-
cionales según la lingüística saussuriana, el símbolo tiene efectivamente una
especie de vínculo natural con el significado, ya que procede por sustitucio-
nes y transferencias semánticas. . Actúa como una unión entre realidades
estrictamente materiales y conceptos puramente inteligibles, los sentidos y
la razón (la idea de una reunión de dos partes separadas también está pre-
sente en la etimología de la palabra símbolo, “sumbolon”, y el verbo griego
“sumballein” que significa “juntar”). Si se trata de un vector privilegiado de
información y comunicación, es precisamente porque está dotado de esta na-
turaleza de dos cabezas lo que introduce al seguidor en un intermedio. Crea
una vía intermedia, o una tercera vía, para aquellos que rechazan el reduc-
cionismo del materialismo y el idealismo. Procediendo por triangulación, evi-
tando la trampa del principio de no contradicción de Aristóteles, que la física
cuántica ha socavado recientemente 17 , abre nuevas perspectivas. Además,
la mayoría de los símbolos reclaman universalidad. Tomando prestado del
registro de Jung, podemos decir que estos tienen una dimensión arquetípica
que los hace accesibles a todos.

18 Sobre esta distinción, ver Bruno Étienne (2002: 21-22).


19 Véase también François-André Isambert (1979).

36La eficacia del símbolo, en particular el símbolo de la condensación, que


realiza una propagación afectiva y energética inconsciente, frente al símbolo
de referencia 18  ha sido señalada por varios investigadores. Pascal Lardellier
señala así: “Y el contexto ritual en su conjunto llegará a generar estados de
conciencia modificados, la realidad se vuelve simbólica y lo simbólico perfor-
mativo, ya que es capaz de transformar esta realidad” (2003: 92) 19. Los
alquimistas, que también trabajaron desde un camino iniciático, hermético
y hermenéutico, repetían incansablemente los mismos gestos en los mismos
alambiques, acompañados de las mismas oraciones, palabras y símbolos, lo
que se suponía producía un despertar de la conciencia y una transformación,
corporalmente, junto con una transmutación de la materia sellada herméti-
camente, el sujeto y el objeto se vuelven uno.

24
37En conclusión, podemos decir que el ritual masónico se basa en la in-
tuición de que el hombre es una vasta estructura de relaciones externas e
internas, cuya perfección depende de una alquimia comunicacional en varios
niveles. Proponiendo un modelo interaccionista global, basado no solo en
“decir”, sino también en “ver”, “hacer” y “sentir”, utiliza el principio de trian-
gulación del habla, gestos y de gestión espacio-temporal, que tiene como
objetivo producir una dialéctica visible-invisible, trascendencia-inmanencia,
teoría-práctica.  Por último, esto debe generar una triangulación del propio
agente (del tipo azufre-sal-mercurio, o espíritu-alma-cuerpo), es decir una
transmutación del individuo por la reconciliación de los opuestos que ‘opera el
modelo ternario, preludio de la unificación final del ser. La filosofía masónica,
con su enfoque praxeológico, parece ser uno de esos sistemas de “ideas” que
“se convierten en fuerzas materiales”, en palabras de Régis Debray (1994:
22). Esta tesis mediológica es además planteada casi un siglo antes y en tér-
minos similares por el albañil Edouard Plantagenet (1992: 142), cuando este
último explica que la “idea fría”, puramente abstracta, entra en contacto con
los sentimientos fructíferos durante el ritual y “de repente se transforma en
una idea clave al integrarse en nuestra personalidad”.

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Notas

Las obediencias masónicas son “Órdenes”. La obediencia internacio-


nal mixta “Derechos humanos” también ha hecho de Ordo ab Chaos su
lema. Finalmente, recordemos que los masones se ponían “en orden”, siendo
el orden una posición particular que constituye el ritual.

1  En este estudio, nos centraremos en el análisis del antiguo y aceptado rito
escocés.
2  Pascal Lardellier (2003) distingue entre “ritos de interacción”, que movilizan a
un pequeño número de personas (de dos a cinco), y “ritos sociales o comunita-
rios”.
3   “La paleta, herramienta de encuadernación por definición”, subraya Gilbert
Garibal (2004: 130).
4  Sobre esta distinción entre los diferentes niveles de comunicación (contenido /
relación), es útil consultar el trabajo de Paul Watzlawick, Janet Helmick Beavin y
26
Don D. Jackson (1976).
5  Para este análisis del diagrama de Claude Shannon, nos remitimos al trabajo
de Philippe Breton y Serge Proulx (2002: 130-131).
6   Calendario masónico del Gran Oriente de Francia de 1873 reproducido
parcialmente por Gérard Gayot (1991: 111).
7  “El ternario se nos impone en campos muy diversos porque logra el equilibrio
entre dos fuerzas opuestas: la activa y la pasiva”, afirma Jules Boucher (1998:
92).
8  Declaración del filósofo alemán Friedrich Nietzsche.
9  Ver en particular La dimension cachée (1971).
10  María Deraismes, por ejemplo, con la fundación del Derecho Humano en 1893.
Antes de eso, desde el XVIII ° siglo se crearon las “logias de adopción”, donde
se documentó la presencia de las mujeres. Hoy en día, solo unas pocas logias
aún vinculadas a los orígenes no reconocen la mezcla (la Gran Logia Nacional
Francesa, en particular).
11  Parece útil recordar que el término sagrado, derivado del latín sacer, se refiere
a lo separado (separado precisamente del mundo profano, término proveniente
de  profanum, que significa “lo que está delante del templo”, fuera del templo.
‘recinto sagrado).
12  A tiempo, véase Edward T. Hall, The Dance of Life. Tiempo cultural, tiempo
vivido (1984).
13  Según Philippe Breton y Serge Proulx (2002), la comunicación se presenta
en tres modos: modo informativo, modo argumentativo y modo expresivo. Este
último modo es el que da un lugar privilegiado a la imaginación, a la creación, al
compartir sentimientos.
14  “El gesto es el signo exterior de esta volición”, declara Jules Boucher (1998:
323).
15  Mircea Eliade afirma que “la iniciación corresponde a una mutación ontológica
del régimen existencial” (1992: 12).
16  Los deberes encomendados a los masones libres, texto parcialmente reprodu-
cido por Gérard Gayot (1991: 61).
17  Quantum postulados de la física, por ejemplo, que un gato puede ser tan-
to muertos y vivos. También demuestra que la luz puede considerarse un
fenómeno ondulatorio y un fenómeno corpuscular, según los instrumentos de
medida utilizados.
18  Sobre esta distinción, ver Bruno Étienne (2002: 21-22).
19  Véase también François-André Isambert (1979).

Para citar este artículo


Referencia electrónica

Céline Bryon-Portet, “El principio de triangulación en los ritos masónicos”, Co-


municación  [en línea], vol.  27/1 |  2009, publicado el 5 de junio de 2013,
consultado el 26 de septiembre de 2020. URL: http://journals.openedition.
org/communication/1353; DOI: https://doi.org/10.4000/communica-
tion.1353

Tomado de:
https://journals.openedition.org/communication/1353 visitado el 25-09-
2020 a las 18:52 hora de Perú.

27
Hablemos d
Mario
Quizás usted, querido lector, haya sido uno de los muchos mi-
llones que ha leído los libros de J.K. Rowling  «Harry Potter» o, si
ya tiene unos años, haya seguido la serie televisiva Embrujada y
crea que sabe mucho sobre el tema de la brujería; pero no es
así. Las brujas de hoy en día, las brujas modernas no se parecen
en nada a los personajes que la TV o el cine nos muestra.

Pero ¿Son buenas? ¿Son malas? ¿realizan hechizos para hacer


lo que desean?

28
de Brujería
Lopez
Definir lo que es una bruja no es sencillo, muchos libros nos
dicen que consiste en hacer pactos con el Diablo y así lo creyó
la Inquisición de la Iglesia Católica condenando a la hoguera
a cientos de mujeres acusadas de brujería. Evidentemente, en
las sectas satánicas es claro que adoran al diablo y podríamos
decir que son brujas satánicas; pero la mayoría de las brujas
modernas están muy lejos de todo esto, para nada se acercan
al diablo.

29
Un poco de historia
La creencia en la magia y la brujería existe desde siempre: los
chamanes no dejaban de ser brujos. El hombre primitivo tenía
sus dioses y diosas para explicar el mundo en el que vivía y es-
tos lo gobernaban a su antojo. Eran estos dioses los que traían lo
bueno y lo malo, los que hacen feliz o infeliz al hombre, los que
daban dones y aplicaban maldiciones.

Surge así la idea de la magia para poner remedio a lo malo. En


los tiempos difíciles, los chamanes, sanadores, médicos, hechi-
ceros, realizaban sus rituales y hechizos para comunicarse con
los dioses e influir sobre ellos, ya fuera por medio de sacrificios
o pidiendo ayuda a un Dios rival de aquel al que deseaban neu-
tralizar.

En aquellos tiempos, las brujas, que casi siempre eran muje-


res, eran consideradas sabias curanderas con el poder de curar
y de destruir, este poder para el mal fue lo que trajo el miedo y
las obligó a vivir como proscritas.

En Roma ya existía una ley contra la brujería. El derecho ro-


mano diferenciaba entre bruja mala y bruja buena. Las prácticas
malas conllevaban una multa, prisión o destierro y en caso de
acusación de asesinato conllevaba la pena de muerte; la magia
buena, las brujas buenas que curaban y hacían oráculos eran
protegidas por la ley romana.

En la Edad Media, con el Cristianismo en su máximo apogeo,


las brujas pasaron a ser adoradoras del diablo que realizan mi-
sas negras, hechizaban personas y volaban en escobas. Se ini-
cia la caza de brujas hacia el siglo XIV aunque lo más destacado
de esta persecución no surge hasta un par de siglos después.

En este periodo no se diferenciaba como en la época romana,


no había brujas buenas ni malas: todas eran malas; los motivos
30
quizás se tengan que buscar en el poder absoluto de la iglesia,
donde cualquier mujer que tuviese conocimientos de curande-
ra era un peligro para ellos ya que la mayoría de las curaciones
se realizaban por médicos y mojes que habían estudiado en los
monasterios.

Según muchos historiadores, entre los años 1450 y 1750 fue la


época de caza en Europa y en todas las colonias europeas. Ra-
zones había por todos lados, desde los desastres naturales hasta
la Peste Negra que el desconocimiento médico fue incapaz de
ver en las ratas como responsables de la extensión de la misma
y buscaron a las brujas como reo de paja.

Muchas brujas fueron condenadas tras confesión, pero


¿Quién no confesaría ante los medios de tortura empleados
por los acusadores. En la dirección http://hablemosdemisterio.
com/ pueden ver varios de estos métodos, yo citaré aquí solo
algunos para su conocimiento.

La bota malaya: Consistía en tender al acusado sobre una


cama y se le inmovilizaba. Se le calzaban una especie de botas
de madera que, a través de un mecanismo, comprimían sus ex-
tremidades hasta el punto de romper los huesos.
31
La cuna de Judas: Se desnudaba al reo y se le ataba de pies y
manos quedando colgado en el aire sobre una superficie pun-
tiaguda. Se le podía descender sobre dicha superficie de modo
que sus genitales se clavaran sobre la superficie ocasionando
grandes dolores y desgarros.

Para terminar esta parte de historia, vamos a tratar por encima


el conocido caso de las Brujas de Salem, del cual se han realiza-
do hasta películas

El juicio de Salem
En 1692, en Salem, Massachussets, tuvo lugar una caza de bru-
jas que comenzó cuando un par de chicas empezaron a tener
convulsiones y gritaban que algo o alguien las estaba mordien-
do. Enviado un médico, este decide que se encontraban bajo
un hechizo y acto seguido todas y cada una de las mujeres de
Salem y de las áreas vecinas fueron acusadas de brujería.
32
Una empleada de la familia, de origen antillano, declaró que
mantenía relaciones sexuales con el diablo contribuyendo a au-
mentar la histeria colectiva y convenciendo a los habitantes que
el diablo estaba vivo y muy “trabajador” en su zona de residen-
cia.

En nueves meses fueron encarceladas más de 100 mujeres


acusadas de brujas, de las cuales 22 fueron encontradas culpa-
bles y ejecutadas.

La Corte Superior de la Magistratura, ante el cariz de lo que


pasaba, tomó el lugar dela Corte General que había llevado el
juicio. A partir de ahí, “solo” tres personas más fueron encon-
tradas culpables y ajusticiadas siendo todo lo demás revertido.

Hoy en día existen varias teorías sobre lo que pudo pasar,


desde que fue un simple juego de niñas que se les fue de la
mano y dada la época no se atrevieron luego a desdecirse has-
ta que realmente ambas chicas padecían de histeria y que por
eso tenían convulsiones. Pero existen también otras opciones
como el ergotismo (intoxicación debido a la fermentación del
pan de centeno que contiene elementos químicos similares al
alucinógeno LSD), la lucha por las propiedades, el complot de
la familia Putnam para destruir a la familia rival Porter….

Sea como sea, el resultado final fue de 25 mujeres ejecutadas,


no usaré asesinadas porque para aquel tiempo fueron condena-
das por un juzgado; pero si podemos afirmar que el miedo y el
desconocimiento se aliaron para dar lugar a la tragedia.´

La brujería de hoy en dia


La brujas actuales nada tienen que ver con escobas. La bruje-
ría es una religión pagana que posee múltiples divinidades en
vez de un solo Dios. El paganismo es una de las religiones más
antiguas y es una reunión, por decirlo así, de todas las religio-
33
nes que no son Cristianas, musulmanas o judías; posee influjos
de la religión hindú, taoísta, de los indios americanos… Según
muchos investigadores, el paganismo representa el 50% de to-
das las religiones.

Debemos saber que el termino pagano deriva del latín “Pa-


gini” o “Paganus” que quiere decir habitante doméstico o, más
claramente, aldeano. Las personas llamadas paganas eran infe-
riores a las de las ciudades en los tiempos romanos, pero no por
ello eran menos ciudadanos. El problema surge cuando, hacia el
1450, las prácticas de curación necesarias en los campos, donde
no había médicos como en las ciudades, empiezan a asociarse
con la adoración al diablo que era quien daba eses “poderes”.
A partir de ese punto, brujería y paganismo se juntaron en el
colectivo y hasta hoy en día es difícil separar ambas palabras.

Existen muchos tipos de brujas o brujerías, algunas son me-


ras variaciones de otras, pero podríamos dar una pequeña lista
básica y hacer notar que un brujo o bruja puede englobarse en
varios tipos de brujería. Por ejemplo, una bruja puede ser case-
ra y solitaria a la vez.

Africana: África es la zona donde más tipos “brujería“ se en-


cuentra. El Azande, en la zona central cree que la brujería es la
causa de toda infelicidad, el poder del brujo “mangu” se pasa
de padre a hijo y los que poseen ese poder pueden hacer la
magia incluso mientras duermen.

Apalachina. En las montañas Apalaches creen que el bien y


el mal son fuerzas conducidas por el Dios del bien y por el dia-
blo. Así, las brujas pueden usar sus poderes en ambos sentidos.
Creen que no todo puede ser conseguido con la magia y bus-
can profecías y presagios en la propia naturaleza.

Casera: Practica la magia en su propia casa, este lugar es sa-


grado y emplea hierbas para atraer la protección, prosperidad
34
o curar enfermedades.

Hereditaria: Algunos creen que ciertos poderes se heredan o


pasan de unos a otros, por lo general entre padres e hijos.

Hoodoo: Es un tipo de magia popular afroamericana, mezcla


de folclore y creencias africanas junto con conocimientos bo-
tánicos indo-americanos. Usa las propiedades mágicas de las
hierbas, raíces, minerales, partes de animales…

Luciferina: Confundida con el satanismo no lo es, adoran a Lu-


cifer, el ser de la LUZ y su magia se usa tanto para el bien como
para el mal.

Pow-wow : Conocida también como alemana de Pensilvania,


tiene su origen con la llegada de los alemanes a esta zona de
América, el nombre puede haber surgido de una traducción fo-
nética de la expresión indígena para esa magia. Incluye hechi-
zos y encantamientos que se remontan a la Edad Media Euro-
pea con el fin de curar enfermedades, proteger a los animales,
encontrar el amor o rechazar hechizos malignos .Se consideran
como cristianos con poderes sobrenaturales.

Solitaria: No pertenece a ningún grupo o coven (reunión de


brujas), suele ser también bruja verde y trabaja con las curas
y hechizos de hierbas. Antiguamente eran hombres y mujeres
sabios que viajaban curando a la gente, podían ser de cualquier
religión y se les considera como los brujos tradicionales

Verde o florestal: Es la bruja que realiza sus prácticas en el


campo o en el bosque con el fin de estar más cerca de los espí-
ritus divinos, sus herramientas las fabrica con materiales de la
propia zona.

He dejado para el final, con el fin de no meterlas en la lista y


que destacasen dos tipos que considero vitales para entender
35
la brujería actual, helos aquí:

Brujería tradicional: Este tipo suele seguir la ciencia, la histo-


ria y el arte como base. Aunque comparte el respeto por la na-
turaleza como los Wicca, no siguen al dios de los Wicca ni ado-
ran a la naturaleza. Entran en contacto con los espíritus que son
parte del mundo invisible durante los rituales, su magia es más
práctica que ceremonial y se concentra en el uso de hierbas y
pociones. No poseen ninguna ley que les impida hacer el mal a
nadie pero si creen en la responsabilidad y el honor si llegase
el caso de hacerlo, es decir, hechizos y maldiciones se pueden
usar para autodefensa o para protección.

Wicca: La Wicca es una de las religiones paganas modernas que


adoran a la Tierra y la naturaleza y con poco más de 60 años de
36
edad. Fue creada entre 1940 y 1950 por Gerald Gardner, que
definió la brujería como una religión positiva y afirmante de
la vida que incluye adivinación, plantas medicinales, magia y
habilidades psíquicas Todo practicante (pueden ser hombres o
mujeres) jura que no usará su magia para perjudicar a nadie. El
término wicca hacía referencia a los hechiceros varones y wic-
ce para las colegas femeninas.1 Ahora es normal referirse a los
practicantes de la Wicca, como wiccanos y wiccanas.

Ahora que ya sabemos que existen muchos tipos de brujos y


brujas, podemos afirmar que la mayoría de los brujos actuales
pertenecen a la “religión Wiccana”. Así que en esta entrega va-
mos a analizar que es la Wicca.

La Wicca se define como una religión pagana que da mucha


importancia a la naturaleza y a la Tierra. Su nacimiento fue hacia
la década de los 40 y se acepta que fue Gerald Gardner quien
la creo o sentó los principios de la misma.

Gerald Brosseau Gardner nació el 13 de junio de 1884 en In-


glaterra fue un escritor ocultista, antropólogo aficionado y bru-
jo practicante, que afirmaba haber sido iniciado en 1939 por
una sacerdotisa; pero otros historiadores dicen que se inspiró
en prácticas de los rosacruces y del conocido Alesteir Crowley.
Sea como sea, se le considera el fundador de la Wicca y, como
poco, publicó textos claves para el desarrollo de la misma.

¿Qué es un Wiccano?
La norma principal de un wiccano es «si no perjudicas a al-
guien haz lo que desees«. Entre las prácticas que desarrolla
incluye la adivinación, plantas medicinales, magia, habilidades
psíquicas, etc…en cierto modo podemos afirmar que todo tipo
de brujería moderna en Europa, América del Norte y Australia
ha evolucionado a partir de la wicca o del sistema de creencias
Gardneriano.
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La Wicca no cree en el diablo ni en la idea cristiana del in-
fierno, así pues, acabamos de tirar por tierra la idea de que los
brujos modernos adoran al diablo. ¿Mal se puede adorar aque-
llo en lo que no se cree!. A pesar de todo esto, definir la wicca
no es sencillo, para muchos practicantes es una religión y ellos
son brujos, para otros es simplemente una religión pagana más
que da respuestas coherentes a lo que no responde la religión
mayoritaria oficial (cristianismo, musulmana, judía…).

Según el brujo  Lugh, nombre de brujo de Claudiney Pietro


(Brasil), la mayor parte de las veces, la gente que llega a la Wic-
ca lo hace buscando algo que permita relacionar a diferentes
personas tanto en edad como en posiciones sociales o creen-
cias. No debemos olvidar que un prácticamente de Wicca pue-
de mantener cualquier otra creencia sin problema alguno.

Según los Wiccanos, cuando los brujos realizan sus rituales en-
tran en sintonía con la fuerza vital o la energía cósmica. Esto le
permite controlar en cierta medida dicha energía y usarla para
38
realizar cambios. Se basa en que todo vibra y que es posible
sintonizar con esa vibración. Esta creencia de que todo vibra no
es moderna, ya en la época de Egipto se tenían estas creencias.
Lean los principios del Kybalion y verán que el tercero dice
«Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.»

Sin embargo, sintonizar y modificar la energía gasta la propia


energía del brujo, por todo ello, el brujo aprende y sabe cómo
obtener energía del Cielo y de la Tierra.

La wicca puede ser practicada tanto por hombres como por


mujeres, es decir que todo el mundo puede ser brujo/a. Usan la
palabra brujo y no mago. Tampoco son hechiceros que viene de
la época de la caza de brujas y se dedicaban a traicionar a los
otros brujos, así que su nombre es despreciable.

Una característica interesante es que un brujo no necesita po-


seer un don para serlo, solo precisa entrenamiento y ganas de
aprender, es decir, no creen en los “poderes hereditarios”.

Para finalizar este apartado, en el supuesto que desees ser


un wiccano debes conocer que todo wiccano debe cumplir un
código ético, aquí reproduzco una parte del mismo en una mala
traducción propia, que le vamos a hacer, uno ni es wiccano ni es
traductor profesional.

Debes obedecer la Ley Wiccana


En perfecto amor y perfecta confianza
Cumple las ocho palabras de la Red del Wiccano.
Mientras no origines mal, haz lo que desees.
Y recuerda siempre la Regla del Triple
Todo lo que hagas volverá a ti,
Sigue esto con la mente y el corazón…

Esto quiere decir que el brujo no puede hacer magia que per-
judique a otra persona y que, de hacerlo, ese mal regresará a
39
ellos por triplicado. Por lo que si un brujo hace algo maligno el
sufrirá una maldad tres veces mayor. Esta creencia es clave para
los wiccanos y usan la magia para su cambio personal, para me-
jorarse a si mismos o ayudar a quien lo precise.

Aprendizaje
Para aprender el arte, los brujos se unen en grupos que deno-
minan covens, a no ser los solitarios (recuerden la entrada ante-
rior). La entrada al coven va precedida de un ritual de iniciación
y luego se comienza un aprendizaje en tres fases cuya duración
suele ser de un año y un día para cada fase, cada coven puede
denominar a las fases de modo diferente, pero para haceros una
idea básica, podemos dar esta referencia

Estudiante/brujo
Practicante/sacerdote
Instructor/Sumo sacerdote

Solo tras completar la última fase se le considera un brujo


maduro con poder para realizar rituales formales y crear sus
propios covens.

Nos queda hablar un poco de los rituales que hacen, pero an-
tes hablemos un poco de los utensilios que los brujos emplean
en dichos rituales. Sería largo y daría para escribir un libro el
detallar todo, por no decir que , dado que no soy wiccano, lo que
estoy escribiendo es fruto de mis investigaciones. Así pues, una
pequeña lista de lo que suele ser más conocido

Athame (cuchillo): Pieza clave em muchos rituales, es un cuchi-


llo de doble filo de unos 15 cm de largo. No necesita ser afilado
pues se emplea para marcar los círculos sobre el suelo, mezclar
sal y agua para consagrar lugares o el propio circulo trazado. El
nombre del brujo debe marcarse en el mango o sobre la hoja
del Athame y debe ser guardado en algo de color blanco, ya sea
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recipiente, funda de tela….

Boline (cuchillo): A diferencia del Athame, este si es afilado,


se fabrica en cobre y se usa para cortar hierbas que se usen en
el ritual

El libro de las sombras: Creo que todo el mundo sabe lo que


es, en pocas palabras es el manual del brujo, contiene infor-
mación sobre rituales, hechizos…todo lo que el brujo necesita
conocer debe estar en él

Velas: Los círculos rituales se dividen en cuatro cuadrantes re-


presentando los puntos cardinales. Cada cuadrante tiene velas
de diferente color situadas en la periferia exterior de círculo y
representa a uno de los cuatro elementos, podemos establecer
la siguiente correlación:

Paton: El patón de un altar es un plato o dicho de metal o ma-


dera que contiene el diseño de un pentagrama y se usa para
apoyar las herramientas de la ceremonia

Pentáculo o pentagrama: Es una estrella de cinco puntas den-


tro de un círculo. Es uno de los símbolos más conocidos de la
brujería y se coloca con una punta hacia arriba y dos para aba-
jo. Los cinco puntos representan los elementos de la tierra y el
espíritu, es decir: Tierra, Fuego, Aire, Agua y Espíritu. El círculo
que lo rodea representa al Dios o la Diosa que permiten focali-
zar la energía del pentagrama.
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Y aquí lo dejo, me queda mucho por poner, como la Salvia, una
planta usada para purificar la zona de ritual, el bastón de los
brujos, espadas que pueden sustituir al Athame, incensiarios…

Bien, estamos llegando al final de esta breve serie de artículos


sobre la brujería, tras haber visto lo que era y lo que es en la
actualidad, tras demostrar que la relación brujo/a = satanista no
es real y otras cosas que pueden releer, me queda dar unas pin-
celadas a los rituales de Wicca, que es la brujería más conocida
actualmente.

Al igual que en las entradas anteriores, vaya por delante el


aviso de que quien les escribe ni es practicante de Wicca no ex-
perto en la materia, con lo cual es más que posible que no todo
lo expuesto sea exacto, si algún lector detecta fallos y quiere
enviarlos que lo haga, iremos creando una especie de fé de
erratas e iremos aprendiendo de nuestro fallos.
42
Preparando el ritual
El ritual wiccano conlleva uma preparación previa, no es algo
improvisado y apurado .Podemos dividir esa preparación en
cuatro fases o pasos, sin embargo, recuerden que cada COVEN
puede tener (y tiene) sus variaciones propias.

Purificación: Lo primero que todo brujo hace es purificar el


lugar de trabajo para eliminar cualquier energía negativa o no
deseada, el sistema ya depende de cada uno, algunos barren el
lugar con una escoba, otros queman salvia. No solo se purifica
el lugar sino también a todos los participantes, estes, por lo ge-
neral, mediante el uso del incienso.

Orden en el altar: el altar suele estar al lado este del circulo


con velas y representa al dios o diosa, contiene sal, agua para
purificaciones, athames e incienso.

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Círculo sagrado: El sumo sacerdote o sacerdotisa crea el círcu-
lo sagrado con un athame o con un cayado, espada o varita. Se
purifica con sal y agua, por lo normal cogen sal con los dedos
tres veces, la ponen en el agua y lo revuelven nueve veces. Esa
mezcla se esparce por todo el perímetro del círculo. También se
quema incienso y se lleva el incensario por todo el perímetro
Invocación: La invocación consta de dos fases, en una primera
se invocan los cuadrantes, es decir, los espíritus de los cuatros
elementos: Tierra, Fuego, Agua y Aire, ya que son los guardia-
nes y guías de los brujos. Acto seguido se invoca a una divini-
dad ya que la magia es imposible sin su participación, puede
ser un dios, una diosa o ambos a la vez, el modo de invocación
ya depende del ritual de cada Coven.

El ritual en si mismo
Dentro de la brujería y de la WIcca, que es lo que estamos
tratando aquí, existen muchas ceremonias y rituales; existe, sin
embargo, un rito principal o Gran Rito que es el que trato aquí.

El Gran Rito representa la unión sexual del Dios con la Diosa


para dar lugar a una nueva vida. La realización de ese rito puede
ser simbólico (usando el athame como parte masculina y el cal-
dero como femenina) o real, realizando el Sumo Sacerdote y la
suma Sacerdotisa el acto sexual. Si el acto se realiza todo el Co-
ven ha de estar de acuerdo y este se consuma en privado, nadie
del coven está presente. Este tipo de rito suele darse cuando el
Sumo Sacerdote y la Suma Sacerdotisa con pareja real.

Dado que no es común que eso suceda, lo más normal es la


versión simbólica. El caldero o cáliz representa el útero y lo
lleva la Sacerdotisa. El Athame representa el falo y lo porta el
Sumo Sacerdote. El rito cambia en cada coven, pero lo más nor-
mal es que la Sacerdotisa se arrodilla en el altar con el caliz en
sus manos delante del Sacerdote que figura delante de ella con
su athame. Ambos recitan líneas para traer el Rey Sol y bailar
44
con la Novia de la Primavera. Mientras recitan las palabras del
rito, el Sacerdote baja su athame en el interior del cáliz. Al final,
el sacerdote toma el cáliz, lo eleva hacia el Sol y proclama que
es la representación de la unión del Dios y la Diosa.

Una vez terminado el ritual es necesario proceder a cerrar


el Círculo que se trazó al comienzo del mismo, eso tiene lugar
repitiendo todo lo realizado para trazarlo pero en sentido
inverso. Las deidades convocadas reciben el agradecimiento
del coven por la ayuda prestada, se liberan los cuadrantes y
el Sumo Sacerdote y la Suma Sacerdotisa destruyen el Círculo
caminado a su alrededor en dirección opuesta a la del trazado
apuntando sus athames hacia el exterior.

Queridos amigos, poco nos queda que añadir al menos que


quieran ustedes hacerse wiccanos, pero en ese caso, busquen
un coven porque el que les escribe poco podrá ayudar. Pero si
voy a comentarles  lo que son los Sabbats wiccanos.

Los Sabbats
Un tema importante en la wicca es la rueda o eterno círculo de
la vida, la Rueda Anual es básicamente un calendario wiccano
y nos muestra el ciclo interminable de la vida. El año comienza
en el sabat (dia sagrado) de Yule, cuando la Diosa da a luz al
Dios. El Dios crece fuerte durante la primavera y el verano. .El
ya viejo Dios muere en el sabat del  Samhain y renace en Yule
nuevamente.

A lo largo del año wiccano se celebran ocho rituales de sabat


(dia sagrado), que podemos sintetizar así:

Yule: Se celebra en el Solsticio de invierno y celebra el naci-


miento del Dios.

Inbolc: Se celebra el 2 de Febrero, momento en el cual se pue-


45
de preveer la primavera, es el momento de la limpieza espiri-
tual y la renovación de los votos

Ostara: Se celebra en el equinoccio de la primavera, marca el


comienzo de los días más largos y las noches mas cortas, marca
también la unión de los dioses y simboliza la fertilidad. Nueves
meses más tarde el nuevo dios nacerá en el sabat de Yule.

Beltane: Se celebra el 1 de Mayo y marca el comienzo de la


cosecha. También representa la fertilidad

Litha: Celebrado en el solsticio de verano representa el máxi-


mo poder del Dios y se pueden encender hogueras para alejar
a los malos espíritus, la Noche de San Juan católica sería básica-
mente lo mismo.

Lughnasadh: Celebrado el 1 de Agosto es el momento en el


cual la Diosa pasa el control al Dios.

Mabón: Se celebra durante el equinoccio de otoño, y represen-


ta el equilibrio entre la luz y la oscuridad. Los días comienzan a
acortarse y las noches a alargarse. Es la fiesta pagana de Acción
de Gracias.

Samhain. Celebrado el mismo día que la conocida fiesta de


Hallowen, representa el final del verano y el comienzo del in-
vierno. El Dios muere y no renacerá hasta el sabat de Yule. En
esta fecha los muertos y los vivos pueden comunicarse

 No podemos olvidar que la rueda wicca y sus celebraciones


no son iguales en el hemisferio Sur que son a la inversa, así que 
a modo de resumen de fechas, podemos escribir:

Y hemos terminado, si usted quiere saber más no dude en in-


vestigar y ampliar su conocimiento porque, como siempre les
digo:
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Investiguen y aprendan, no den nada por definitivo, es la única
manera de alcanzar la Luz

Tomado de:
http://iluminando.org/2013/08/01/hablemos-de-bruje-
ria-1-de-3/
http://iluminando.org/2013/08/08/hablemos-de-bruje-
ria-2-de-3/
http://iluminando.org/2013/08/25/hablemos-de-bruje-
ria-3-de-3/
Visitados el 18-20-2020 a 12:37 hora de Perú.
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CONSTITUCIONES DE LOS FRANC-MASONES
(1723)

DEDICATORIA A Su GRACIA EL DUQUE DE MONTAGU

SEÑOR:

Por Orden de Su Gracia el duque de Wharton, actual justamente

Honorable GRAN MAESTRE de los Francmasones, y como su Dipu-


tado, humildemente dedico a Vuestra Gracia este Libro de las Constitu-
ciones de nuestra antigua Fraternidad, en testimonio de vuestro honroso,
prudente y vigilante desempeño del oficio de nuestro GRAN MAESTRE
durante el pasado año.

No necesito decir a Vuestra Gracia, el trabajo que se tomó nuestro


erudito AUTOR para compilar y codificar este Libro de los antiguos Ar-
chivos y con cuánta escrupulosidad ha comparado y expuesto todo lo
concerniente a la Historia y a la Cronología, a fin de que estas NUEVAS
CONSTITUCIONES sean una justa y exacta descripción de la Masone-
ría desde el principio del Mundo hasta la GRAN MAESTRÍA de Vuestra
Gracia, conservando todo lo verdaderamente auténtico en las antiguas:
porque complacerá la obra a todo Hermano que sepa que Vuestra Gracia
la leyó y aprobó, y se imprime ahora para uso de las Logias, después de
aprobada por la Gran Logia cuando Vuestra Gracia era GRAN MAES-
TRE. Todos los Hermanos recordarán el honor que les hizo Vuestra Gra-
cia. Toda la Fraternidad recordará siempre el honor que le habéis otor-
gado, así como vuestro celo por su Paz, Armonía y duradera Fraternidad,
que nadie siente más intensamente que Mi Señor.

De Vuestra Gracia reconocido, obediente servidor y fiel hermano

J. T. DESAGULIERS
Diputado del Gran Maestre

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LA CONSTITUCIÓN

Historia, Leyes, Deberes, Órdenes, Reglas y Usos de la justamente


honorable FRATERNIDAD de los aceptados FRANCMASONES com-
pilada de sus generales ARCHIVOS y fieles TRADICIONES de muchos
siglos. Para leerla en la admisión de un NUEVO HERMANO por el Ve-
nerable o un Vigilante, o por algún otro Hermano a quien se le ordene
leerla, como sigue:

Adán, nuestro primer Padre, creado a imagen de Dios, el Gran Arqui-


tecto del Universo, debió de tener escritas en su corazón las Ciencias
Liberales, particularmente la Geometría, porque aun después de la Caída,
hallamos los Principios de ella en el corazón de su prole, los cuales, en el
transcurso del tiempo, se expusieron en un conveniente Método de Pro-
posiciones, al observar las Leyes de la Proporción inducidas de la Mecá-
nica. Así como las Artes Mecánicas dieron ocasión a los entendidos para
metodizar los elementos de Geometría, así esta noble ciencia metodizada
es el fundamento de todas las artes (particularmente de la Masonería y la
Arquitectura) y la regla que las guía y realiza.

Indudablemente Adán enseñó Geometría a sus hijos y el uso de ella en


las varias Artes y Oficios convenientes al menos en aquellos primitivos
tiempos; porque vemos que CAÍN edificó una ciudad, a la que puso el
nombre de su hijo primogénito HENOCH. Llegó Caín a ser el Príncipe
de la mitad del género humano y sus descendientes imitaron su regio
ejemplo, fomentando la noble Ciencia y el útil Arte1.

No podemos suponer que SETH estuviese menos instruido, pues siendo


el Príncipe de la otra mitad del género humano, y el primer cultivador de
la Astronomía, tendría mucho cuidado de enseñar Geometría y Maso-
nería a sus hijos, quienes también gozaron de la enorme ventaja de que
ADÁN viviera entre ellos2.
1 También cultivaron otras artes como la Metalurgia por Tubal Caín; la Música por
Jubal; el pastoreo y los alfaneques o tiendas de campaña por Jabal, de que derivó la Ar-
quitectura.
2 Por algunos vestigios de la antigüedad vemos que un descendiente de Seth, el piadoso
Henoch (que no murió sino que fue arrebatado al cielo) profetizó la final conflagración
53
Pero prescindiendo de inciertos relatos, podemos seguramente inferir
que el mundo antiguo, que duró 1656 años, no podía desconocer la Ma-
sonería, y que las familias de Seth y Caín erigieron muy curiosas obras,
hasta que al fin, Noé, el noveno descendiente de Seth, recibió de Dios la
orden de construir la ingente Arca, que, aunque de madera, fue fabricada
según los principios de la Geometría y las reglas de la Masonería.

Noé y sus tres hijos JAFET, SEM y CAM fueron verdaderos masones
que después del diluvio conservaron las tradiciones y artes de los an-
tediluvianos y las transmitieron ampliamente a sus hijos, pues un siglo
después del diluvio, en el año 1810 del mundo y 2194 a. de C. vemos a
gran número de ellos, sino a toda la raza de Noé, congregada en el valle
de Sinar, ocupados en edificar una ciudad y una alta Torre que perpetuase
su nombre y evitara su dispersión. Pero querían levantar la Torre a tan
monstruosa altura, que por su vanidad desbarató Dios su proyecto, con-
fundiendo sus lenguas, de modo que se dispersaron. Sin embargo, no por
ello es menos encomiada su habilidad en Masonería, pues emplearon
más de 53 años en aquella prodigiosa obra, y al dispersarse difundieron
el potente conocimiento por los lejanos países en donde fundaron reinos,
repúblicas y dinastías. Y lo que después se perdió del conocimiento en
muchos puntos de la tierra, se conservó especialmente en Sinar y Asi-
ría, donde NEMROD, el fundador de aquella monarquía después de la
dispersión, edificó grandiosas ciudades como Erech, Acad y Calneh en
Sinar, de donde pasó a Asiría y fundó Nínive, Rebokoth y Retiñí.

En las comarcas entre el Tigris y el Éufrates florecieron después muchos


eruditos sacerdotes y matemáticos, llamados CALDEOS y MAGOS que
preservaron la noble Geometría, y los reyes y magnates estimularon el
Arte Real. Pero no es prudente hablar con más claridad de este asunto a
no ser en una Logia regularmente constituida.

Por lo tanto, la Ciencia y el Arte se transmitieron de edad en edad a


del día del Juicio (según nos dice San Judas Tadeo) y el diluvio universal para castigo de
los malvados. En prevención levantó dos grandes pilares (que algunos adscriben a Seth),
uno de piedra y otro de ladrillo, donde grabó los principios de las ciencias liberales,
etc. Dícese que estos dos pilares todavía subsistían en Siria en tiempo del emperador
Vespasiano.
54
distantes climas a pesar de la confusión de lenguas, que si bien engendró
en los masones la facultad y antigua universal práctica de conversar sin
hablar y de conocerse unos a otros a distancia, no fue obstáculo para el
progreso de la Masonería en cada país y la comunicación de los masones
en su diferente idioma nacional.

No cabe duda de que el Arte Real fue introducido en Egipto por Mit-
zraim, el segundo hijo de Cam, seis años después de la confusión ba-
bilónica y 160 después del diluvio, en 1816 del mundo y 2188 a. de C,
cuando estableció allí una colonia (porque Egipto en hebreo se llama
Mitzraim). Vemos que el Nilo se desborda y estimula este fenómeno el
progreso de la Geometría, al que siguió la necesidad de valerse de la Ma-
sonería, pues las nobles ciudades antiguas y otros magníficos edificios
del país, particular- mente las famosas PIRÁMIDES, denotan el gusto y
el genio de aquel antiguo reino. Además, una de las pirámides de Egipto3
se diputó por la primera de las siete maravillas del mundo, y el relato que
de ella hacen historiadores y viajeros es casi increíble.

Según la Biblia, los once nietos de Canaán (el hijo menor de Cam)
se fortificaron en recios reductos y grandiosas ciudades amuralladas, y
edificaron hermosos templos y mansiones, porque cuando los israelitas,
conducidos por el insigne Josué, invadieron la tierra de Canaán, la en-
contraron tan hábilmente defendida, que sin la inmediata intervención
de Dios en beneficio de su pueblo escogido, los cananeos hubieran sido
inexpugnables e invencibles.

No podemos menos de suponer lo mismo de los demás hijos de Cam,


como Chush, su primogénito, en el sur de Arabia, y Phut o Phuts (ahora
llamado Fez) en el África occidental.

Seguramente la airosa e intrépida posteridad de JAFET (el primogénito


3 La mayoría de las piedras de mármol traídas de las lejanas canteras de la Arabia
medían 30 pies (9,240 mts.) de largo y los cimientos cubrían un cuadrado de 700 pies
(215,6 metros) de lado o sean 2.800 pies (862,4 mts.) de perímetro, y tenía 481 pies
(148,148 mts.) de altura. En la construcción se emplearon durante 20 años 360.000
obreros cada día, por los reyes de Egipto (mucho antes de que los israelitas fuesen un
pueblo) por la honra de su imperio; pero al fin fue su tumba.
55
de Noé), que emigró a las islas de los gentiles, debió de ser igualmente
hábil en Geometría y Masonería, aunque poco sabemos de sus activida-
des y grandiosas obras, hasta que su original conocimiento se perdió casi
del todo entre el estrago y desolación de la guerra, y por no mantener la
debida correspondencia con las naciones cultas, pues cuando en tiempos
posteriores se estableció la correspondencia, entonces fueron habilísimos
arquitectos.

También la posteridad de SEM tuvo las mismas oportunidades de cul-


tivar el útil Arte, tanto los que establecieron colonias en el sur y este de
Asia, como aún mucho más los que en el gran imperio asirio vivieron en
Estado aparte o se entre fundieron con otras familias. Además, la sagrada
estirpe de SEM (de la que descendió CRISTO según la carne) no podía
ser inhábil en las eruditas Artes de Asiría, porque el año 2078 del mundo
y 1916 a. de C, unos 268 años después de la confusión de Babel, salió
ABRAM de Ur de los Caldeos, donde había aprendido Geometría y las
Artes que de ella se derivan, las cuales transmitiría cuidadosamente a
Ismael, a Isaac y a sus hijos por Keturah y por Isaac a Esaú, Jacob y los
doce Patriarcas. Además, los judíos creen que ABRAM instruyó a los
egipcios en la ciencia asiría.

En efecto, la selecta Familia usó durante largo tiempo la Arquitectura


Militar exclusivamente, pues moraban entre extranjeros; pero antes de
terminar los 430 años de su peregrinación, 86 años antes de su éxodo,
los reyes de Egipto obligaron a muchos de ellos a dejar sus instrumentos
pastoriles y sus equipos bélicos, y les enseñaron otra clase de Arquitec-
tura de piedra y ladrillo, como la Escritura y otras historias nos dicen, la
cual permitió Dios que prevaleciese, a fin de que fueran buenos masones
antes de que poseyeran la tierra prometida, entonces famosa por su ele-
gante Masonería.

Y mientras marchaban a Canaán a través de Arabia, le plugo a Dios


inspirar Sabiduría de corazón a BEZALEEL, de la tribu de Judá, y a
AHOLIAB, de la tribu de Dan, para que construyesen, el ano del Mundo
2514 y 1490 a. de C, aquella gloriosísima Tienda o Tabernáculo donde
residía la Sekina, y aunque no era de piedra y ladrillo, fue trazado según
56
la Geometría como una hermosísima pieza arquitectónica (y sirvió des-
pués de modelo al templo de Salomón) de conformidad con las plantillas
mostradas por Dios a Moisés en el Sinaí; y así fue Moisés el MAESTRO
MASÓN GENERAL y rey de Jessurun, pues estaba instruido en toda la
sabiduría de los egipcios y divinamente inspirado con sublime conoci-
miento de la Masonería.

Así es que los israelitas, al salir de Egipto, eran todo un pueblo de ma-
sones, bien instruidos bajo la guía de su GRAN MAESTRE MOISÉS,
quien a veces los reunió en una regular y general Logia mientras andu-
vieron por el desierto y estableció deberes y dictó órdenes que habían de
cumplir y obedecer. Pero no es posible decir más de este asunto.

Una vez posesionados los israelitas de la tierra de Canaán, el año 2554


del Mundo y 1450 a. de C, no sólo igualaron en Masonería a los antiguos
habitantes, sino que la perfeccionaron por especial designio del cie- lo.
Fortificaron mucho mejor y reformaron las viviendas urbanas y los pala-
cios de sus jefes, y sólo se estacionaron en arquitectura sagrada mientras
se mantuvo en pie el Tabernáculo, aunque no más tarde; porque el más
hermoso edificio sagrado de los cananeos era el Templo de Dagón en
Gaza de los filisteos, muy magnificente y capaz de contener 5.000 perso-
nas bajo su techo, hábilmente soportado por dos columnas principales4,
y era una admirable muestra de su exquisita habilidad en la verdadera y
cumplida Masonería.

Pero ni el templo de Dagón ni las magníficas construcciones de Tiro


y Sidón podían compararse con el ETERNO TEMPLO DE DIOS en Je-
rusalén, que para pasmo del mundo construyó en el corto lapso de sie-
te años y seis meses, por mandato divino, aquel sapientísimo varón y
gloriosísimo rey de Israel, el Príncipe de la Paz y de la Arquitectura,
SALOMÓN (hijo de David, a quien se le negó el honor de la edificación
4 El glorioso SANSÓN derribó estas columnas y el templo se derrumbó aplastando
a lo más granado de los filisteos. Sansón halló también la muerte en la que dio a sus
enemigos por haberle arrancado los ojos después que reveló a su mujer el secreto de su
fuerza, y su mujer le traicionó revelándolo a los filisteos en cuyas manos lo puso. Así
la Debilidad no ha de contarse en el número cíe los masones. Pero no conviene escribir
más acerca del particular.
57
por haberse manchado de sangre) y lo construyó sin que se oyera ruido
de herramientas ni rumor de hombres, a pesar de que estaban empleados
3.600 sobrestantes o Maestros Masones para dirigir la obra bajo las ins-
trucciones de Salomón, con 70.000 obreros para llevar cargas y 80.000
compañeros para que cortasen en el monte. Además los reclutados bajo
la dirección de Adoniram para trabajar en el Líbano por turno con los
sidonios, en número de 30.000, entre ambos turnos, resultando en total
general 183.6005.

Mucho tenía que agradecer Salomón a Hiram, rey de Tiro, por tan gran
número de hábiles masones, pues había enviado sus masones y carpinte-
ros a Jerusalén, y al cercano puerto de Joppa la madera de abeto y cedro
del Líbano. Pero el más valioso envío del rey de Tiro fue el de su homó-
nimo Hiram o Huram, el masón más hábil y entendido del mundo6.
5 En 1 Reyes 5:16 se da a los Maestros Masones el nombre genérico de Horodim que
significa sobrestantes, que ayudaban al rey Salomón, y vigilaban la obra, y fija su nú-
mero en 3.300; pero en 2 Crónicas 2:18, se les llama Menatzchim o contramaestres que
hacían trabajar al pueblo, y fija su número en 3.600. Se explica esta diferencia en que
acaso los 300 de más serían más hábiles artífices y los sobrestantes tan sólo 3.300, o
también podían ser suplentes de los Maestros en caso de muerte o ausencia, a fin de que
siempre hubiese 300 Maestros en la obra, y asimismo cabe la suposición de que los 300
de diferencia fuesen los sobrestantes de los 70.000 hombres de carga (Ish Snbal) que no
eran masones, pero servían a los 80.000 desbastadores, canteros, cortadores, escultores,
llamados Ghiblim y también Bonai, parte de los cuales pertenecían a Salomón y parte a
Hiram rey de Tiro (1 Reyes, 5: 18).
6 Según el versículo 13 del cap. 2 del libro segundo de las Crónicas, Hiram rey de Tiro
(llamado en el texto Huram) en su carta al rey Salomón le decía: “Yo, pues, te be en-
viado un hombre hábil y entendido Huram Abhi”. No se debe traducir según el vulgar
griego y latín por Huram mi Padre, como si este arquitecto fuese el padre del rey Hiram,
porque refuta este error la descripción que de él hace el versículo 14, y el texto original
dice claramente: “Huram de mi Padre”; es decir, el principal Maestro Masón de mi
padre el rey Abíbalo (quien ensanchó y embelleció la ciudad de Tiro, según nos dicen
las historias antiguas, pues los sirios eran entonces expertísimos en Masonería); aunque
algunos opinan que el rey Hiram podía llamar Padre a su homónimo Hiram el Arquitec-
to, como era costumbre llamar en tiempos antiguos a los hombres hábiles y entendidos,
pues a José se le llamó Padre de Faraón, y en el versículo 16 del capítulo
IV, del 2.° libro de las Crónicas se llama a Hiram padre de Salomón según el texto: She-
lomoh lammelech Abhif Churam ghnasah Hizo Hiram su padre al rey Salomón
Pero la dificultad se desvanece al punto si consideramos la palabra Abhif como sobre-
nombre de Hiram el Masón, llamado también Hiram Abí (cap. 2: 13), pues al describir
tan ampliamente el versículo 14 a este personaje, cabe suponer que no se ocultaría su
58
Y el prodigioso costo de la obra también acrecentó su magnificencia,
porque además de los copiosos preparativos de David, su hijo Salomón,
todavía más rico, y los israelitas opulentos y los magnates de los reinos
vecinos, contribuyeron espléndidamente a la construcción del templo con
oro, plata y joyas en cantidad que parece increíble.

No hay noticia de que hubiese en Canaán otra obra mayor. Los mu-
ros medían 7.700 pies de circuito7 y ningún edificio sagrado se le podía
comparar en la exactitud y proporcionalidad de las dimensiones, desde
el magnífico pórtico en Oriente hasta el espléndido y venerando Sanctum
Sanctorum en Occidente con muchos y cómodos aposentos para los re-
yes, príncipes, levitas, israelitas y gentiles, pues era una Casa de Oración
para todas las naciones, capaz de contener entre el interior, los aposentos
y los atrios, hasta 300;000 personas, si calculamos la cubicación en un
exaedro o cubo por persona.

Y si consideramos las 1.453 columnas de mármol de Paros, y el duplo


de pilares, con magníficos capiteles de diversos órdenes arquitectónicos,
sobrenombre. El sentido del texto se aclara y completa si leemos que Hiram rey de Tiro
envió al rey Salomón a su homónimo Hiram Abhif, el Príncipe de los Arquitectos, que
según 1 Reyes 7:14 era hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, y en 2. Crónicas 2: 14,
el rey de Tiro le llama hijo de una mujer de las hijas de Dan; y en ambos pasajes se dice
que su padre era de Tiro. La dificultad se solventa suponiendo que su madre era de la
tribu de Dan o de las hijas de una ciudad llamada Dan en la tribu de Neftalí, y su padre
sería neftalita, por lo que a la madre se la llama viuda de la tribu de Neftalí, porque al
padre no se le llama de Tiro por naturaleza sino por residencia, como
al levita Obed Edam se le llama gitita por vivir entre los gititas, y al apóstol Pablo se
le llama un hombre de Tarso. Pero aun suponiendo que hubo error en el transcriptor, y
que realmente fuese el padre de Hiram Abhif natural de Tiro, y su madre de la tribu de
Dan o de la de Neftalí, no por ello se ha de dudar de la vasta capacidad de Hiram Abhif,
porque así como su padre fue metalúrgico en bronce, él estaba “lleno de sabiduría y de
inteligencia y saber en toda obra de bronce”; y cuando el rey Salomón envió por él le
respondió el rey Hiram en una carta diciendo: “Yo, pues, te he enviado un hombre hábil
y entendido, el cual sabe trabajar en oro, plata, bronce, hierro, piedra, madera, púrpura,
cárdeno, lino y carmesí; también para esculpir toda figura y sacar toda suerte de diseño
que se le propusiere, y estar con tus hombres peritos y con los de mi señor David tu pa-
dre”. Este divinamente inspirado artífice mantuvo sus características en la construcción
del templo y sus utensilios, mucho más allá de la habilidad de Aholiab y Bezaleel, y
asimismo fue totalmente capaz de toda obra de masonería.
7 2.371,6 metros. (N. del T.).
59
y unas 2.246 ventanas, y la inexplicable y costosa ornamentación inte-
rior (con mucho más que se podría decir) bien podemos concluir que su
magnificencia excedía a cuanto cabe imaginar, y que justamente se la
consideró como la más hermosa obra de masonería jamás erigida sobre la
Tierra, y la primera maravilla del mundo. El año 3000 del mundo y 1004
a. de C, lo dedicó solemnemente el rey Salomón.

Pero prescindiendo de lo que no debe ni puede entregarse a la publici-


dad, podemos afirmar categóricamente que por muy celosos que fueran
los paganos en el cultivo del Arte Real, no se perfeccionó hasta que Dios
tuvo a bien instruir a su pueblo escogido para la construcción, primero,
del Tabernáculo y, después, del magnificente Templo, adecuado a la es-
pecial refulgencia de su Gloria, donde moraba entre los querubines en el
Propicia- torio, y desde allí frecuentemente daba oraculares respuestas.

Este suntuosísimo, espléndido, bellísimo y glorioso Templo, atrajo


muy luego a investigadores artífices de otras naciones, que pasaban algún
tiempo en Jerusalén para observar la peculiar excelencia de la construc-
ción, en cuanto se permitía a los gentiles; y no tardaron en convencerse
de que toda la habilidad del mundo no alcanzaba a la sabiduría y destreza
de los israelitas en arquitectura, cuando el sabio rey Salomón era Gran
Maestre de la Logia de Jerusalén, y el cultísimo rey Hiram lo era de la de
Tiro, y el inspirado Hiram Abif era el Maestro de la Obra, y la Masonería
estaba al inmediato cuidado y dirección del Cielo; cuando los nobles y
los sabios tenían a mucha honra ayudar a los hábiles Maestros y Compa-
ñeros; y cuando el Templo del VERDADERO DIOS era la admiración de
los artífices pasajeros que al volver a su país modificaban la arquitectura
de acuerdo con el modelo que les deparaba el Templo.

Así es que después de la construcción del Templo de Jerusalén, pro-


gresó la Masonería en las naciones vecinas, pues los numerosos artífices
que a las órdenes de Hiram Abif habían tomado parte en la obra, una vez
terminada se dispersaron por Siria, Mesopotamia, Asiría, Caldea, Babi-
lonia, Media, Persia, Arabia, África, Asia Menor, Grecia y otras partes de
Europa, donde enseñaron esta liberal arte a los hijos de varones eminen-
tes cuya destreza sirvió a los reyes, príncipes y magnates para construir
60
grandiosos edificios, y llegaron a ser GRANDES MAESTROS, cada uno
en su pro- pio territorio, y porfiaron entre sí en el cultivo del Arte Real.
Lo mismo su- cedió en India, con la que se estableció correspondencia.
Pero ninguna nación, ni todas juntas, podían rivalizar con los israelitas ni
menos superarlos en Masonería, y su Templo fue un constante modelo8.

Además, el gran monarca Nabucodonosor, con todas sus indecibles


ventajas, nunca pudo levantar la Masonería de su país al excelso grado
de esplendor y magnificencia de aquel Templo que en su bélico furor
entregó a las llamas, el año 3416 del mundo y 188 a. de C, después de
haber estado en todo su esplendor durante 416 años contados desde su
dedicación. Ter- minada la guerra y proclamada la paz general, puso Na-
bucodonosor su corazón en la Masonería y fue el GRAN MAESTRO
MASÓN, y secundado por los hábiles artífices que de Judea y otros
países habían llevado cautivos a Babilonia, construyó las murallas9 de
8 Aunque se supone que el Templó de Diana en Éfeso fue obra de algún descendiente de
Jafet, que habitaba en Jonia en tiempo de Moisés, se demolió y reconstruyó varias veces
a causa de los adelantos de la Masonería, y su última
9 Medían estas murallas 87 pies de espesor, 350 de altura y 480 estadios o 60 millas
de circuito cuadrado, o sean 15 millas por cada lado. La obra era de amplios ladrillos
cementados con el duro betún del valle de Sinar. Las murallas tenían 100 puertas de
bronce, 25 en cada lado, y 250 torres, diez pies más altas que las murallas. De las 25
puertas en cada lado arrancaban 25 calles rectas que terminaban en la puerta frontera,
de modo que había en total 50 calles de 15 millas de largo, con cuatro medias calles de
200 pies de ancho inmediatas a las murallas, mientras que las calles enteras medían 150
pies de ancho. Así que- daba la ciudad con 676 plazas cuadradas de dos millas y media
de circuito, a cuyo alrededor se levantaban las viviendas de cuatro pisos, hermosamente
ornamentadas y provistas de patios y jardines. Un brazo del río Éufrates pasaba por el
medio de la ciudad en dirección de norte a sur, salvado por un majestuoso puente de
un estadio de longitud y 30 pies de ancho, cuya construcción era habilísima si se con-
sidera que el constructor hubo de suplir la falta de cimientos en el río. A cada extremo
del puente se levantaba un magnífico palacio. En el extremo oriental, sobre el área de
cuatro plazas, el viejo palacio de los antiguos reyes; y en el extremo occidental, el nuevo
palacio construido por Nabucodonosor sobre el área de nueve plazas con los jardines
colgantes tan encomiados por los griegos, cuyos altísimos árboles medraban tan loza-
namente como en el campo.
Ocupaban estos jardines una serie de terrazas sostenidas por arcadas cuya base de sus-
tentación abarcaba una plaza cuadrada de 400 pies de lado, hasta que la terraza superior
igualaba la altura de las murallas. Un acueducto de curiosa traza fecundaba los jardines.
La ciudad antigua, notablemente reformada, se asentaba en la margen oriental del brazo
del Éufrates, y en la occidental la ciudad nueva, mucho más extensa y construida con
61
esta ciudad, los palacios y jardines colgantes, el puente y el templo, que
fueron la tercera de las siete maravillas del mundo, aunque muy inferior
a la sublime perfección de la Masonería en el hermoso y santo Templo
de Dios. Pero como los judíos cautivos eran útiles para las grandiosas
construcciones de Nabucodonosor, ocupados en estas obras mantuvieron
su habilidad en la Masonería, hasta ser capaces de reconstruir el sagrado
Templo y la ciudad de Salem, sobre sus antiguos cimientos, el año del
mundo 3468 y 536 a. de C, según ordenaba el decreto del gran CIRO, de
acuerdo con la Palabra de Dios que había vaticinado la exaltación de este
monarca y su decreto. Y Ciro constituyó a Zorobabel, hijo de Salariel
(descendiente de David por Natán, hermano de Salomón, cuya directa
estirpe estaba extinguida), caudillo o Príncipe de la Cautividad, y jefe
de los judíos e israelitas que volvieron a Jerusalén y emprendieron la
intento de que superase a la antigua Nínive, aunque nunca llegó a tener la mitad de los
habitantes que ésta tuvo. El río estaba cercado por bancos de ladrillo tan gruesos como
las murallas, de veinte millas de largo, quince dentro de la ciudad y dos y media en una
y otra parte de las afueras, a fin de mantener las aguas en su cauce, y cada calle cruzada
por el río tenía en ambos bancos una puerta de bronce que daba acceso a la orilla. Al
oeste de la ciudad se extendía un majestuoso lago de 160 millas de contorno, que comu-
nicaba con el río por medio de un canal, para evitar las inundaciones en verano.
En la ciudad vieja estaba la antigua torre de Babel, sobre una base cuadrada de media
milla de circuito. Consistía en ocho torres cuadradas superpuestas, con escaleras exte-
riores que conducían al observatorio instalado en la cumbre, a 600 pies de altura, 19
más que la más alta pirámide egipcia, y así fueron los primeros astrónomos. Y en las
estancias de la torre, con techumbres abovedadas sostenidas por pilares de 75 pies de
alto, donde se tributó culto al dios Belo, hasta que el poderoso masón y monarca Na-
bucodonosor erigió junto a la Torre un Templo de dos estadios por lado y una milla de
circuito donde depositó los sagrados trofeos del Templo de Salomón, la imagen de oro
de 90 pies de alto que había consagrado en los llanos de Duna y muchas otras imágenes
y objetos preciosos atesorados en la Torre, de todo lo cual se apoderó Jerjes, y valía más
de 21 millones de esterlinas.
Y cuando todo estuvo terminado, se paseaba Nabucodonosor por los jardines del palacio
de Babilonia, y al contemplar la ciudad, se jactó orgullosamente de su potente obra di-
ciendo: “¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa del reino con la fuerza
de mi poder y para gloria de mi grandeza?” Pero inmediatamente increpó este orgullo
una voz del cielo, y lo castigó con bestial locura durante siete años, hasta que alabó y
glorificó al Dios del cielo, al Omnipotente Arquitecto del Universo. Así lo publicó por
decreto en todo el reino, y murió el año siguiente, antes de que Babilonia estuviese ni
medio habitada, a pesar de que con el propósito de poblarla había traído cautivas gentes
de muchas naciones, ni nunca estuvo completamente poblada, porque 25 años después
de su muerte, la conquistó el gran Ciro y trasladó la corte a Susa en Persia.
62
fundación del segundo Templo, y muy luego lo hubieran terminado si no
muriera Ciro; pero al fin pusieron la última piedra en el sexto año de Da-
río, rey de Persia, 3489 del mundo y 515 antes de Cristo, y Zorobabel, el
Príncipe y Maestro Masón General de los judíos lo dedicó gozosamente
con solemnes sacrificios, 20 años después del decreto de Ci- ro. Y aunque
este templo de Zorobabel distaba mucho de la magnificencia del de Sa-
lomón, pues no estaba tan ricamente ornamentado con oro, diamantes y
toda suerte de piedras preciosas ni tenía la Sechina ni las santas reliquias
de Moisés, estaba construido sobre los mismos cimientos y según el pla-
no del de Salomón, de modo que todavía era el más regular, simétrico y
magnífico edificio del mundo, como los enemigos de los judíos habían
reiteradamente atestiguado y reconocido.

Con el tiempo llegó el Arte Real a Grecia, cuyos habitantes no nos han
dejado prueba de adelanto alguno en la Masonería antes del templo de
Salomón10, porque posteriores a este templo son sus más antiguos edifi-
cios como la Acrópolis de Atenas con su Partenón o Templo de Minerva,
los Templos de Teseo y de Júpiter Olímpico, los Pórticos, el Foro, los
Teatros y Gimnasios, los Mercados públicos, las Fortificaciones, los Bu-
ques de guerra y los Palacios. Algunas de estas construcciones fueron
también posteriores al templo de Zorobabel.

No vemos que los griegos estuviesen muy adelantados en Geometría


antes del filósofo Tales de Mileto, que murió el año 3457 del mundo y
547 a. de C, en la época de Baltasar y de la cautividad de Babilonia. Pero
su discípulo, el insigne PITÁGORAS, evidenció la 47 proposición del
primer libro de EUCLIDES, que si bien se considera es el fundamento de
toda la Masonería sagrada, civil y militar11.
10 Los griegos cayeron en la barbarie y olvidaron su original habilidad en la Masonería
(que sus antepasados importaron de Asiría) a causa de su frecuente entremezcla con
otras naciones bárbaras, sus mutuas invasiones y guerras intestinas, hasta que al comu-
nicarse con Asiría y Egipto, reavivaron su conocimiento en Geometría y Masonería,
aunque pocos griegos se honraron con su posesión.
11Pitágoras se marchó a Egipto el mismo año en que murió Tales, y permaneció 22
años entre los sacerdotes de aquel país, de quienes aprendió mucha ciencia y quedó muy
versado en Geometría, hasta que Cambises, rey de Persia lo envió a Babilonia, donde
cultivó el trato de los magos caldeos y de los judíos eruditos, de quienes se asimiló mu-
chos conocimientos que le hicieron famoso en la Magna Grecia donde fundó su célebre
63
Los pueblos del Asia Menor estimularon vivamente por este tiempo a
los masones, con la construcción de toda suerte de suntuosos edificios,
de los que no debe olvidarse el Mausoleo o sepulcro de MAUSOLEO,
rey de Caria, entre Licia y Jonia, en Halicarnaso, en la falda del monte
Tauro. Lo mandó construir su amante esposa ARTEMISA en espléndido
testimonio de amor conyugal. Era este sepulcro de purísimo mármol y
medía 411 pies de circuito y 25 codos de altura12. Estaba rodeado por
26 columnas primorosamente esculpidas, y abierto por todos lados con
arcos de 73 pies de ancho, construidos y labrados por Scopas, en el lado
oriental; Leocares en el occidental; Briax en el norte, y Timoteo en el sur.
Eran los más famosos maestros masones y artífices de la época. El Mau-
soleo se diputó la cuarta maravilla del mundo.

Después de Pitágoras, la Geometría fue el estudio favorito de Grecia,


y florecieron muchos filósofos, de los que algunos inventaron diversos
postulados geométricos aplicados a las artes mecánicas13. No cabe du- da
de que la Masonería progresó al par de la Geometría, o más bien la fue
siguiendo en gradual proporción de sus progresos, hasta que el admirable
genio de EUCLIDES de Tiro, residente en Alejandría, compiló, el año
5700 del mundo y 304 a. de C, los conocidos elementos de Geometría en
un Método que subsiste todavía sin enmienda, por lo que su nombre será
siempre famoso. Hizo la compilación bajo el patronato de Tolomeo, hijo
de Lago, rey de Egipto, uno de los inmediatos sucesores de Alejandro
Magno.

escuela de Crotona que mantuvo hasta su muerte, ocurrida el año 3498 del mundo y
506 antes de C. siendo Mardoqueo primer ministro de Asuero rey de Persia, y diez años
después de terminado el templo de Zorobabel.
12 Para mejor comprensión del lector señalaremos la equivalencia en medidas métricas:
1 milla = 1.609 metros; 1 estadio = 200 metros; 1 codo = 50 centímetros; 1 pie = 308
milímetros; 1 pie cuadrado = 0,0929 metros cuadrados o sean 929 centímetros cuadra-
dos. (N. del T.).
13 Mejor dicho, los copiaron de Egipto y otras naciones, como así lo hicieron Anaxá-
goras, Oenopides, Briso, Antifo, Demócrito, Hipócrates, y Teodoro Cireneo, el maestro
del divino Platón, quien amplió la Geometría y publicó el Arte Analítico. De su escuela
salieron numerosos discípulos como Leodamo, Teateto, Arquitas, León, Eudoxio, Me-
naichmo y Xenócrates, el maestro de Aristóteles, de cuya academia salieron Eudemo,
Teofrasto, Aristeo, Isidoro, Ilipsicles y muchos otros que difundieron sus conocimientos
por lejanos países.
64
A medida que la enseñanza de la Geometría fue más metódica, tuvo
mayor estima y progresó notablemente el Arte Real entre los griegos,
quienes al fin alcanzaron en él tan alto grado de habilidad y magnificen-
cia como sus maestros los asirios y egipcios.

El rey de Egipto Tolomeo Filadelfos fomentó las artes liberales y todo


conocimiento útil, fundó la biblioteca más copiosa del mundo, mandó
traducir al griego el Antiguo Testamento (por lo menos el Pentateuco) y
fue excelente arquitecto y Maestro Masón General. Entre otros edificios
construyó, el año 3748 del mundo y 256 antes de Cristo, el famoso Faro
de Alejandría14, la quinta de las siete maravillas del mundo.

Es muy posible que las naciones africanas, aun las de la costa atlántica,
muy luego imitaran los progresos de Egipto, aunque la Historia nada
dice, y no hay exploradores con bastante ánimo para descubrir los va-
liosos restos de Masonería de aquellas un tiempo renombradas naciones.

No debemos olvidar la erudita isla de Sicilia, donde, por el año 3792 del
mundo y 212 a. de C, floreció el prodigioso geómetra ARQUÍMEDES15 y
desgraciadamente pereció a manos de un soldado, cuando el general ro-
mano Marcelo se apoderó de Siracusa. Porque de Sicilia, Grecia, Egipto
y Asia aprendieron los antiguos romanos las ciencias y las artes que hasta
entonces sólo conocían rudimentaria e irregularmente; pero al subyugar
14 Se alzaba en una isla contigua a Alejandría, en una de las bocas del Nilo. La torre
del faro era toda de hermosísimo mármol, de portentosa altura y habilísima labra. Costó
800 talentos, equivalentes a 120.000 esterlinas. El maestro de la obra, bajo la dirección
del rey, fue Sistrato masón muy inteligente. Tiempo después admiró mucho el faro Julio
César, que era buen juez en varias cosas, aunque mayormente en cuestiones de guerra
y política. Se construyó con el propósito do alumbrar el puerto de Alejandría, y como
estaba en la isla de Faros, se dio posteriormente el nombre de faros a todas las luces que
iluminaban la entrada de los puertos del Mediterráneo. Algunos autores, en vez del Faro
de Alejandría, mencionan como quinta maravilla del mundo el Obelisco de Semíramis,
de 150 pies de alto, y 24 pies en cuadro de base o sea de 90 pies de circuito. Era un
monolito de forma piramidal, traída de Armenia a Babilonia en la época de la guerra de
Troya, si hemos de creer a la historia del reinado de Semíramis.
15 Mientras florecían en Grecia Eratostenes y Conon a quienes sucedieron el eximio
Apolonio de Perga y muchos más antes de Cristo, todos los cuales aunque no masones
operativos eran muy buenos sobrestantes y estaban versados en Geometría, base de la
Masonería.
65
a las naciones hicieron notables descubrimientos, y como prudentes que
eran, no cautivaron a las gentes, sino que transportaron a Roma las cien-
cias y las artes con los más eminentes sabios y artífices. Así fue Roma
el centro del saber, al parque del poderío imperial, hasta llegar al cénit
de su esplendor en el reinado de CÉSAR AUGUSTO, el año 4004 del
mundo, cuando nació el Mesías de Dios, el Gran Arquitecto de la Iglesia.
Augusto proclamó la paz universal, aquietó el mundo y favoreció mu-
nificentemente a los hábiles artistas educados al amparo de las romanas
libertades y a sus discípulos, y particularmente el insigne Vitrubio, padre
de los verdaderos arquitectos hasta el día de hoy.

Por lo tanto es muy razonable creer que el glorioso Augusto fue el


Gran Maestre de la Logia de Roma, y además fomentó el bienestar de
los Compañeros, según denotan los magníficos edificios de su reinado,
cuyos restos sirven de modelo y norma a la verdadera Masonería porque
son un epítome de la arquitectura asiría, egipcia, griega y siciliana, y lo
solemos designar con la denominación de estilo augustiano, que nosotros
estamos ahora imitando sin haber llegado a perfeccionarlo.

Los antiguos códices masónicos insinúan algo acerca de las Logias


instaladas desde el principio del mundo en las naciones cultas, especial-
mente en tiempo de paz y cuando el poder civil, aborrecedor de la tiranía
y de la esclavitud, dio campo libre a la actividad del brillante y libre in-
genio de sus dichosos súbditos. En aquella época, los masones recibían
mayormente que otros artistas el favor del gobernante, y llegaron a ser
necesarios por sus vastos conocimientos en toda clase de materiales de
construcción, no sólo en piedra, ladrillo, madera y yeso, sino también en
telas y pieles y en los diversos tipos y órdenes de arquitectura.

No se ha de olvidar que los pintores, escultores16, canteros, albañiles,


16 No sin justo motivo creían los antiguos que las reglas de las armónicas proporciones
de un edificio estaban tomadas de las naturales proporciones del cuerpo humano. Por
esto se cuenta a Fidias en el número de los antiguos masones porque esculpió la estatua
de la diosa Némesis en Ramno, de diez codos de altura; la de Minerva en Atenas, de
26 codos; y la de Júpiter Olímpico en su templo de Acaya, entre las ciudades de Elís
y Pisa, construida con innumerables piezas menudas de pórfido, y de tan grandioso y
bien proporcionado tamaño que se la diputó por una de las maravillas del mundo. Otra
de estas maravillas fue el renombrado Coloso de Rodas, la estatua más alta de cuantas
66
carpinteros, ensambladores, constructores de tiendas y gran número de
otros artífices fueron reconocidos como buenos masones, porque traba-
jaban de acuerdo con la Geometría y las reglas de la Construcción, aun-
que desde Hiram Abif ninguno sobresalió por extraordinaria habilidad. Y
basta de este asunto.

Los paganos cultivaron debidamente, antes y después del reinado de


Augusto, la noble ciencia de la Geometría17, y en el siglo v de la era cris-
tiana se consideraba a la Masonería en gran estima y veneración. Mien-
tras el imperio romano fue prosperando, el Arte Real se propagó hasta la
última Thule y se instaló una Logia en cada guarnición romana, desde
donde comunicaron generosamente su habilidad a los países del norte
y sur de Europa que habían estado en la barbarie antes de la conquista
romana, aunque no sabemos durante cuánto tiempo, pues algunos opinan
que en algunas partes de Europa hay restos de buena Masonería ante-
rior a aquel período, levantada por los masones que trajeron consigo las
primeras colonias, como las construcciones celtas de los antiguos galos,
y de los británicos, que eran una colonia celta mucho antes de que los
romanos invadieran la isla18.
se habían construido hasta entonces. Era de bronce y estaba dedicada al Sol. Medía 70
codos de altura, y desde lejos parecía una gran torre. La construyó Cares, famoso masón
y escultor de Sicione discípulo del gran Lisipo, y empleó 12 años en la obra. Al cabo
de 56 años de mantenerse erecto este coloso, en la entrada del puerto de Rodas, con los
pies en cada una de las dos partes o bandas del puerto, de modo que los buques pasaban
por entre ambas piernas del Coloso, lo derribó un terremoto y sus ruinas permanecieron
allí hasta el año 600 en que el Sultán de Egipto las transportó a lomos de 900 camellos.
17 Menelao, Claudio, Tolomeo. (el príncipe de los astrónomos) Plutarco, Eutocio (quien
enumera los inventos de Filo, Diocles, Nicomedes, Esforo y Heron el hábil mecánico),
Ketesibio (el inventor de la bomba, celebrado por Vitrubio, Proelo, Plinio y Ateneo),
Gémino (igualado por algunos con Euclides), Diofonto, Nicomaco, Sereno, Proclo, Pa-
ppus, Teón, etc., fueron geómetras e ilustres cultivadores de las artes mecánicas.
18 Los indígenas de las colonias romanas pudieron primeramente aprender la construc-
ción de ciudadelas, puentes y otras fortificaciones necesarias; y después en tiempo de
paz, libertad y abundancia, los aborígenes imitarían a sus conquistadores en la Maso-
nería, pues tendrían tiempo y habilidad para erigir magníficos edificios. Además, los
ingenios de las naciones vecinas no conquistadas, aprendieron mucho de las guarnicio-
nes romanas en tiempo de paz y libre correspondencia, y emularon la habilidad de los
romanos. En cuanto a los pueblos conquistados agradecieron que la conquista hubiese
sido el medio de redimirlos de su ignorancia y prejuicios, y se gozaron en la práctica
del Arte Real.
67
Pero cuando los godos y los vándalos, que no habían sido sometidos
por los romanos, cayeron como un diluvio sobre el imperio, henchidos
de furor bélico y de grosera ignorancia, destruyeron muchos edificios y
es- tropearon otros, de suerte que pocos se libraron de la devastación; y
las naciones de Asia y África sufrieron la misma calamidad acarreada
por las conquistas de los mahometanos, cuyo propósito era convertir a
las gentes a la fe del Islam por el hierro y el fuego, en vez de cultivar las
ciencias y las artes.

En el año 448, cuando las guarniciones romanas de la Gran Bretaña


se disolvieron a causa de la decadencia del imperio, los bretones lla-
maron a los anglosajones en su auxilio contra los escoceses y pictos,
y por fin subyugaron la parte meridional de la Gran Bretaña, a la que
llamaron England o sea tierra de los anglos. Era este pueblo una especie
de rama de los vándalos, tan belicosos como éstos y como ignorantes
paganos sólo se preocuparon de la guerra hasta que se convirtieron al
cristianismo; y entonces deploraron demasiado tarde la ignorancia de sus
antepasados, que tanta Masonería romana destruyeron, y no sabían cómo
restaurarla. Sin embargo, cuando se constituyeron en pueblo libre (según
atestiguan las antiguas leyes sajonas), y con natural disposición a la Ma-
sonería, muy luego imitaron a los asiáticos, griegos y romanos en la ins-
talación de Logias19, y alentaron a los masones que aprendieran no sólo
de las fieles tradiciones y valiosos restos de la arquitectura británica, sino
de reyes extranjeros en cuyos dominios el Arte Real se había librado de
la devastación goda. Particularmente Carlos Martel, rey de Francia, que,
de conformidad con los antiguos documentos masónicos, envió varios
artífices y hábiles arquitectos a Inglaterra, a petición de los reyes sajones.
19 Indudablemente, varios reyes sajones y escoceses, muchos nobles y hacendados,
y conspicuos clérigos, llegaron a ser los Grandes Maestres de aquellas primitivas Lo-
gias, pues el ardoroso celo entonces prevaleciente en la erección de magníficos tem-
plos cristianos, les movería también a investigar lo referente a las leyes, obligaciones,
ordenanzas, usos y costumbres de las antiguas Logias, muchas de las cuales se habían
conservado por tradición, y todas las de las partes de las islas Británicas no dominadas
por los sajones.
De allí las transportarían andando el tiempo los sajones que las preferían a la restau-
ración de la Masonería romana, pues en todo tiempo han mostrado más interés por los
usos, costumbres y leyes de sus respectivas sociedades que por las artes y ciencias. Pero
basta de esto.
68
Así es que durante la Heptarquía, fue tan fomentada allí la arquitectura
gótica como en otros países cristianos.

Aunque las repetidas invasiones de los daneses en Inglaterra, en el


año 832, destruyeron muchos códices, en tiempos de paz y confianza
no estorbaron gran cosa la buena obra; y si bien no construyeron según
él es- tilo augustiano, y fueron muy costosas las extrañas invenciones
de los artífices para suplir la habilidad de los romanos, hicieron cuanto
mejor les fue posible, demostrando su estima y amor por el Arte Real, de
modo que infundieron venerabilidad a los edificios góticos, aunque no
igualados por los restos de la antigua Arquitectura. Cuando en 1066 los
normandos subyugaron a los sajones y daneses, tan pronto como terminó
la guerra y se hizo la paz, recibió alientos la Masonería gótica durante el
reinado del Conquistador20 y en el de su hijo Guillermo Rufo, quien cons-
truyó el Salón de Westminster, quizá el mayor del mundo. Las guerras
de los barones y las muchas y sangrientas guerras de los subsiguientes
reyes normandos y sus contendientes ramas no entorpecieron la cons-
trucción de los grandiosos y magníficos edificios de aquellos tiempos,
levantados por el alto clero (que por gozar de cuantiosas rentas podía
costearlos) y también por la Corona, pues leemos que el rey Eduardo III
tenía un oficial titulado el Francmasón del Rey o Inspector general de
los edificios reales, que se llamaba Enrique Jevfle, que por los años 1362
construyó por orden de aquel monarca varias abadías y la CAPILLA DE
SAN ESTEBAN, en Westminster, donde ahora se reúne la Cámara de
los Comunes. Un códice del año 1475, escrito en el reinado de Eduardo
IV, de la dinastía normanda, para ulterior instrucción de los candidatos y
hermanos noveles, dice así:

“Que aunque muchos antiguos documentos de la Fraternidad en Ingla-


terra se destruyeron o perdieron en las guerras de los sajones y daneses,
el rey Athelstan (nieto del rey Alfredo el Grande e insigne arquitecto),
el primer rey ungido de Inglaterra, que mandó traducir la Santa Biblia a
lengua sajona el año 930, cuando estableció en el país la paz y el sosiego,
20 Guillermo el Conquistador construyó la Torre de Londres y muchas fortalezas en el
país, con varios edificios religiosos, cuyo ejemplo siguieron la nobleza y el clero, parti-
cularmente Rogerio de Montgomery, conde de Arundel, el arzobispo de York, el obispo
de Durham, y Gundolfo, obispo de Rochester y eximio arquitecto
69
construyó grandiosas obras y estimuló a muchos masones venidos de
Francia, a quienes nombró sobrestantes, y trajeron consigo las Obliga-
ciones y Reglas de las Logias, conservadas desde los tiempos de Roma,
y también lograron del rey la reforma de la Constitución de las Logias
inglesas según el modelo extranjero y el aumento de salario de los maso-
nes operativos.

“Que el príncipe Edwin, hijo menor de Athelstan, instruido en la Maso-


nería, tomó sobre sí las obligaciones de un Maestro Masón y por el amor
que había tenido a dicha Orden y a los honrosos principios en que se
funda, obtuvo del rey Athelstan, su padre, una Carta constitutiva, a fin de
que los masones tuviesen entre ellos una censura (como antiguamente se
denominaba) y la libertad y poder de gobernarse por sí mismos, enmen-
dar los yerros y reunirse anualmente en Asamblea general.

“Que en consecuencia, el príncipe Edwin convocó a todos los masones


del reino para que se reuniesen con él en York, donde constituyó una
Logia General de la que fue Gran Maestre. Los masones convocados
llevaron consigo todos los documentos y códices existentes, algunos en
griego, cuales en latín, tales en francés y otros idiomas, de cuyo conte-
nido aquella Asamblea redactó la Constitución y los Deberes u Obliga-
ciones de una Logia inglesa, con fuerza de ley que se había de mantener
y observar en todo tiempo futuro. También señaló buenos salarios a los
masones operativos, etc.

“Que en el transcurso del tiempo, cuando era ya mayor el número de


Logias, el Venerable Maestro y los Compañeros, con licencia de los Se-
ñores del Reino (pues los nobles eran casi todos masones) ordenaron que
de allí en adelante, al admitir a un hermano se leyera la Constitución y los
Deberes anexos, por el Venerable o el Vigilante, y que quienes hubieren
de ser admitidos Maestros masones o Maestros de Obra, debían someter-
se a un examen para probar si serían capaces de servir a sus respectivos
superiores tanto altos como bajos en honra y veneración del Arte y en
provecho de sus superiores, quienes los emplearían y les pagarían sus
servicios.

70
Y además de muchas otras cosas, añade dicho código: “Que nuestro di-
funto soberano, el rey Enrique VI y los Señores de su honorable Consejo,
examinaron y leyeron aquellas Obligaciones y Leyes de los Francma-
sones, y las aprobaron y dijeron que era justo, bueno y razonable man-
tenerlas por cuanto habían sido compiladas de los códices de antiguos
tiempos”21.

En el tercer año de la minoridad del rey Enrique VI promulgó el Par-


lamento una ley que afectaba únicamente a los masones operativos,
quienes contrariamente a los Estatutos de los trabajadores se confede-
raron para no trabajar sino según los salarios que ellos fijasen; y como
se supo- nía que este acuerdo se había tomado en las Logias Generales,
llamadas en el texto de la ley Capítulos o Congregaciones de Masones,
se creyó muy de propósito dirigir la ley contra dichas Congregaciones22.
21 En otro manuscrito más antiguo leemos: “Que cuando el Maestro y los Vigilantes
estén en Logia, el Juez del condado, el Alcalde de la ciudad o el Regidor de la villa, si
hay necesidad de ello, deben asistir al Venerable Maestro como si fuesen compañeros, y
prestarle auxilio contra los rebeldes y mantener los derechos del Reino.
“Que al admitir a los aprendices se les obligaba a no ser ladrones ni cómplices de la-
drones; que debían trabajar honradamente por su salario, amar a los demás aprendices
como a sí mismos y ser fieles al rey de Inglaterra, al Reino y a la Logia.
“Que en tales Congregaciones se ha de averiguar si algún Maestro o Compañero ha que-
brantado alguno de los artículos aceptados. Y si el ofensor, previa y debidamente citado
a comparecer, se declara en rebeldía y no comparece, la Logia debe determinar contra
él la irradiación de la Masonería sin que jamás pueda pertenecer a esta Orden, y si él
persistiere, el Juez del condado deberá prenderlo y confiscar todos sus bienes en favor
del rey, hasta que Su Gracia se digne indultarle. Por esta causa principalmente se han
ordenado estas Congregaciones a fin de que todos sin distinción de categoría deban ser
bien y verdaderamente servidos en este Arte en todo el Reino de Inglaterra. — Amén.
Así sea.
22 Tertio Henrici Sexti, Cap. I, An. Dom. 1425, Título. Los Masones no deben confede-
rarse en Capítulos y Congregaciones.
“Puesto que por las anuales Congregaciones y Confederaciones de los Masones en sus
Asambleas Generales se han violado y quebrantado abiertamente los Estatutos de los
trabajadores con subversión de la ley y grave daño de la comunidad, nuestro dicho
Soberano Señor el Rey, deseoso de remediar este caso, según el consabido Consejo y
Asentimiento y por especial instancia de los Comunes, ha ordenado y establecido que
en adelante no se reúnan dichos Capítulos y Congregaciones y si desobedecieran serán
juzgados como traidores; y que los demás masones que asistieran a dichos Capítulos y
Congregaciones, sean castigados con la prisión de sus personas y paguen multa y res-
cate a voluntad del Rey.”
71
Sin embargo, cuando Enrique VI llegó a la mayor edad, los masones le
presentaron a él y a los Señores de su Consejo, la citada Constitución y
los Deberes anexos y los aprobó por buenos y razonables para ser mante-
nidos. Además, el Rey y los Señores de su Consejo debieron de haberse
tratado con francmasones antes de examinar los documentos, pues en
este reinado, antes de la guerra de las Dos Rosas, estuvieron muy favore-
cidos los masones. Pero ni éste ni ningún otro reinado da ejemplo de que
se cumpliera aquella ley, de modo que no por ello dejaron de asistir los
masones a las Logias ni creyeron que valía la pena de valerse de los no-
bles y conspicuos hermanos para revocarla, pues los masones operativos
que no pertenecen a la Logia, se burlan de la culpabilidad en las referidas
confabulaciones, y los francmasones o masones libres nada tienen que
ver con las contravenciones del Estatuto de trabajadores23.

Los reyes de Escocia fomentaron celosamente el Arte Real, desde los


primitivos tiempos hasta la unión de las Coronas, según denotan los res-
tos de magníficos edificios en aquel antiguo reino, y las Logias que allí
trabajaron sin interrupción durante siglos, y cuyas tradiciones y manus-
critos atestiguan el profundo respeto de aquellos reyes a esta honorable
Fraternidad que dio siempre prueba plena de su amor y lealtad al rey, de
don- de proviene el antiguo brindis de los masones escoceses : Dios ben-
diga al Rey y a la Orden.

No desatendieron el regio ejemplo los nobles, hidalgos y clero de Es-


cocia, que se unieron en todo cuanto beneficiara a la Fraternidad, y reyes

23 Se promulgó este Estatuto en épocas de ignorancia, cuando la cultura era un crimen


y todo se había conjurado contra la Geometría; pero no hay en esto detracción del
honor de la Fraternidad que seguramente nunca favoreció ninguna confederación de
los masones operativos. Pero según la tradición, cabe creer que los parlamentarios de
entonces estaban demasiado influidos por la indocta clerecía, no admitida en las Logias
y desconocedora de la arquitectura (como el clero de alguna época anterior) y general-
mente tenían mal concepto de esta Fraternidad, pues se consideraban con inalienable
derecho a conocer sus secretos en la confesión auricular; y como los masones no los
revelaban, se sentía ofendido el clero, y receloso de que hubiese en ello maldad, los til-
daron de peligrosos para el Estado, durante la minoridad de Enrique VI, e influyeron en
los parlamentarios, para que soprotexto de la confabulación de los masones operativos,
promulgaran una ley que indicara deshonra para la Fraternidad en cuyo favor se habían
dictado antes y después de aquel período varias leyes.
72
hubo que fueron Grandes Maestres, hasta que entre otras cosas, los ma-
sones escoceses llegaron a tal extremo de pobreza que hubieron de tener
un Gran Maestre y un Gran Vigilante con salario pagado por la Corona;
y además, dar conocimiento de cada nuevo hermano admitido a fin de
remediar cualquier disturbio que ocurriese en la Fraternidad, y dirimir
toda controversia suscitada entre el masón y su patrono, para castigar al
masón si lo merecía, y obligar a ambos en equitativos términos. Presidía
es- tos juicios orales el Gran Maestre, que siempre era un noble, y en su
ausencia el Gran Vigilante. Subsistió este privilegio hasta la guerra civil
de 1640, pues ahora está abolido y no puede restaurarse hasta que el rey
sea masón.

El cuidado que los escoceses tuvieron con la verdadera Masonería


fue después muy útil en Inglaterra, porque la erudita y magnánima reina
Isabel que fomentó otras artes, no fue propicia al Arte Real ya que como
mujer no podía ingresar en la Masonería, aunque como Semíramis y Ar-
temisa hubiera podido aprovechar los servicios de los masones24.

Pero a su muerte heredó la corona de Inglaterra Jaime VI de Escocia, y


como era masón reavivó las Logias inglesas. Fue el primer rey del Reino
Unido de la Gran Bretaña, y también el primer monarca que restauró la
arquitectura romana de las ruinas de la gótica ignorancia. Porque después
de siglos de incultura y tenebrosidad, tan pronto como renació el conoci-
miento y la Geometría recobró su terreno, las naciones cultas echa- ron
de ver la confusión e impropiedad de los edificios góticos y en los siglos
XV y XVI levantaron en Italia de sus ruinas el estilo augustiano, Bra-
bante, Bárbaro, Sansovino, Sangallo, Miguel Ángel, Rafael de Urbi- no,
Julio Romano, Serglio, Labaco, Scamozi, Vignola y muchos otros in- sig-
24 Como quiera que Isabel no gustaba de Asambleas populares cuya finalidad no apre-
ciaba debidamente, intentó prohibir la anual Asamblea de los masones por creerla peli-
grosa para su Gobierno. Pero como los antiguos masones habían transmitido oralmente
los medios de comunicación, se reunieron en la Logia de York el día de San Juan, y
cuando los comisionados de la Reina se presentaron con fuerza armada, los dejaron
entrar en la Logia y no hicieron uso de las armas, sino que volvieron a la corte y le en-
tregaron a Isabel un honroso informe de la antigua Fraternidad, por lo que se disiparon
los temores y recelos de la reina quien dejó en libertad de acción a los masones como
personas tan respetadas de los nobles y sabios de todas las naciones cultas. Sin embargo,
no se cuidó del Arte Real en todo su reinado.
73
nes arquitectos, y sobre todo el gran Palladio, que todavía no ha tenido
imitadores en Italia, aunque justamente lo emuló en Inglaterra nuestro
eximio Maestro Masón Iñigo Jones.

Pero aunque todo fiel masón honra la memoria de aquellos arquitec-


tos italianos, debemos reconocer que ninguna testa coronada restauró el
estilo augustiano antes de que Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra
patrocinase al glorioso Iñigo Jones y le encargara la construcción del
palacio de Whitehall con su salón de banquetes, el más capaz del mundo.
El ingenioso Nicolás Stone fue el Maestro Masón del arquitecto Jones.

A la muerte de Jacobo I le sucedió su hijo Carlos I que también fue


masón y siguió patrocinando a Jones, que continuaba la construcción de
Whitehall; pero desgraciadamente, la guerra civil desbarató el plan25 has-
ta que con la restauración de los Estuardos se restauró también la verda-
dera Masonería, especialmente con el triste motivo del incendio de Lon-
dres en 1666, porque fue necesario reconstruir muchas casas, las más de
estilo romano, y el rey Carlos II mandó edificar la catedral de San Pablo,
trazada y dirigida a imitación de San Pedro de Roma por el famoso arqui-
tecto Cristóbal Wren. También fundó el palacio real de Greenwich, según
los planos que Jones dejó trazados antes de morir. Dirigió las obras el
yerno de Jones, míster Web, y actualmente está convertido en hospital de
marineros. Asimismo fundó Carlos II el Colegio de Chelsea, hospital mi-
litar, y en Edimburgo mandó reconstruir el palacio de Halyrood26, según
25 A juicio de entendidos arquitectos, el proyecto del palacio de Whitehall supera a
cualquier otro palacio del mundo conocido, por la simetría, firmeza, hermosura y co-
modidad de su arquitectura. Todos los proyectos y obras de Jones se distinguen por su
originalidad, y a primera vista se reconoce en ella la mano del autor. Además, su potente
genio influyó en la nobleza y la clase media de toda Bretaña (pues era tan estimado en
Escocia como en Inglaterra) para reavivar el antiguo estilo de Masonería, durante tanto
tiempo desdeñado, como lo demuestran las curiosas obras de la época, entre las que so-
bresale la famosa Puerta del Jardín Botánico de Oxford, costeada por Enrique Danvers,
conde de Danby con centenares de esterlinas. Es una incomparable pieza de arquitectura
que lleva la siguiente inscripción: Gloriae Dei optimi maximi, honori Caroli Regís in
usum academiae et reipublicae. Anno 1632. Henricus Comes Danby.
26 Era un antiguo palacio real que reconstruido según el estilo augustiano quedó tan
pulcro, que críticos competentes lo han diputado por el más hermoso edificio del patri-
monio de la Corona. Y aunque no muy vasto, es magnífico y adecuado, tanto en el inte-
rior como en el exterior, con amenos jardines, un extenso parque y otras comodidades
74
traza y dirección de sir William Bruce, baronet y arquitecto de Cámara de
la corte de Escocia. Así es que aparte de la tradición aún viva de los anti-
guos masones en la que podemos confiar, tenemos muchos motivos para
creer que Carlos II fue francmasón aceptado, así como todos convienen
en que fue entusiasta estimulador de los artífices, artesanos y obreros.

Pero en el reinado de su hermano Jacobo II, aunque se construyeron


algunos edificios de estilo romano27, las Logias de Londres cayeron en la
adyacentes.
27 A ejemplo de su hermano Carlos II, erigió en Londres un monumento conmemora-
tivo del gran incendio. Era todo de piedra, de 202 pies de altura, una columna de orden
dórico de 15 pies de diámetro, con escalera en el centro y un balcón de hierro en el tope
(análoga a las columnas de Trajano y Antonino en Roma) desde donde se abarcaba el
panorama de la ciudad y sus suburbios. Es la mayor columna conocida en el mundo. El
pedestal mide 21 pies cuadrados y 40 pies de alto; el frontis está adornado con ingenio-
sos emblemas en bajorrelieve, obra del famoso escultor Gabriel Cibber con inscripcio-
nes latinas en los lados. Se comenzó a construir en 1671 y se terminó en 1677.
También durante el reinado de Jacobo II, la Sociedad de Mercaderes de Lance recons-
truyó el edificio de la Real Lonja (destruida por el incendio) toda de piedra, de estilo
romano y el más hermoso edificio de su clase en Europa, con la estatua de Carlos II de
tamaño natural, de mármol blanco en el centro del patio,
labrada por el famoso escultor y estatuario GRINLINC GIBBONS, que admiró Europa
entera por emular si no superar las de los más renombrados escultores de Italia. En el
pedestal se esculpió la siguiente inscripción latina en juego con su traducción inglesa:
CAROLO II CAESARI BRITANNICO PATRIAE PATER
REGUM ÓPTIMO CLEMENTISSIMO AUGUSTISSIMO GENERIS HUMANÍ
DELICISS
UTRIUSQUE FORTUNAE VICTORI PACIS EUROPA ARBITRO MAXIUM DO-
MINO AC VINDICI
SOCIETAS MERCATORUM ADVENTUS ANGLI/E QAAE PER CCC JAM PROPE
ANNOS
REGIA BENIGNITATE FLORET
FIDES INTEMERATA ET GRATITUDINES ETERNAE
Hoc TESTIMONIUM VENERABUNDA POSUIT
ANNO SALUTIS HUMANAE MDCLXXXIV
La re traducción inglesa es: A Carlos II, emperador de Bretaña, padre de su país, el
más clemente, augusto y mejor de los reyes, delicia del género humano, ecuánime en la
prosperidad y en la desgracia, árbitro de la paz de Europa, gobernador y soberano de
los mares, la Sociedad de Mercaderes de lance de Inglaterra, que floreció por el favor
regio durante cerca de 300 años, erigió este testimonio de inquebrantable lealtad y
eterna gratitud, en el año de Salvación 1684.
No debemos olvidar el famoso Teatro de Oxford, construido a expensas del arzobispo
75
ignorancia por falta de asistencia y cuidado. Pero después de la revolu-
ción de 1688, el rey Guillermo, aunque de carácter belicoso, tenía buen
gusto arquitectónico y terminó los hospitales de Greenwich y Chelsea,
construyó la parte más notable del palacio real de Hampton Court y el
incomparable palacio de Loo en Holanda. El hermoso ejemplo de este
glorioso monarca (considerado por muchos como francmasón) influyó en
la nobleza, en la clase acaudalada, en la clase media y en los intelectuales
de la Gran Bretaña, para fomentar el estilo augustiano, como denotan
muchos y curiosos edificios construidos desde entonces en todo el reino.

Cuando en el reinado de nuestra difunta soberana la reina Ana, Su


Majestad y el Parlamento acordaron publicar una ley para la construc-
ción de cincuenta nuevas iglesias parroquiales en Londres, Westminster
y suburbios, la reina nombró una Comisión constituida por algunos mi-
nistros de la Corona, nobles conspicuos, hidalgos de viso, ciudadanos
eminentes, los dos arzobispos, algunos obispos y clérigos notables, a fin
de que pusieran la ley en ejecución, y ordenaron que dichas nuevas igle-
sias se construyeran según el antiguo estilo romano, como se ve en las ya
construidas.

Y los actuales honorables Comisionados, que tienen formado el mismo


juicio de la arquitectura, prosiguen la ejecución de tan laudable y gran-
dioso proyecto, y reavivan el antiguo estilo, por orden, patrocinio y estí-
mulo del actual rey Jorge, quien se dignó delegar al obispo de Salisbury,
para que en su nombre colocara la primera piedra de la iglesia parroquial

Sheldon por sir Cristóbal Wren, arquitecto de Cámara, pues justamente lo admiran los
inteligentes. También es notable el Museo contiguo al Teatro, hermoso edificio costeado
por la ilustre universidad de Oxford, así como otros edificios de estilo romano, entre
ellos la Capilla del Colegio de la Trinidad, la iglesia de Todos los Santos en la calle
Mayor, la Imprenta Nueva, la reconstrucción del Colegio de la Reina, etc., con los ge-
nerosos donativos de insignes bienhechores, y por la fidelidad, celo y espíritu cívico de
los rectores de los Colegios que casi todos eran partidarios de la arquitectura romana.
La erudita Universidad de Cambridge no contó con el auxilio de semejantes donativos,
y por lo tanto, no pudo construir tan hermosos edificios como la de Oxford; pero no obs-
tante, cuenta con dos de los más curiosos y excelentes en su clase, en la Gran Bretaña:
uno es la capilla gótica del Colegio del Rey (aunque no iguala a la capilla de Enrique
VII en la abadía de “Westminster); el otro es la biblioteca del Colegio de la Trinidad,
de estilo romano.
76
de San Martín in Campis, que a expensas de los feligreses se está re-
construyendo más sólida, grande y hermosa en el ángulo sudeste28.

Se necesitarían muchos volúmenes para enumerar los, magníficos ejem-


plos que de la poderosa influencia de la Masonería desde la creación, en
toda época y país, podrían entresacarse de los relatos de historiadores y
viajeros; pero especialmente en aquellas partes del mundo con las que los
europeos tuvieron comunicación y comercio, han descubierto los inves-
tigadores tales restos de antiguas, curiosas y magníficas colonias, que no
lamentan bastante la general devastación de godos y mahometanos, y de-
ben confesar que ninguna arte fue tan cultivada como ésta y que ninguna
otra es tan útil a la humanidad29.
28 El obispo de Salisbury vino en ordenada procesión, debidamente asistido y dio en la
primera piedra tres golpes con un mallete, mientras sonaban las trompetas; y una apel-
mazada multitud prorrumpió en exclamaciones de júbilo cuando el obispo colocó sobre
la piedra una bolsa con cien guineas, donativo del rey a los trabajadores en la obra. En
la primera piedra estaba grabada la siguiente inscripción, revestida de una plancha de
plomo:
D. S. SERENISIMUS REX GEORGIUS
PER DEPUTATUM SUUM
REVERENDUM ADMODUM IN CHRISTO PATREM
RICHARDUM EPISCOPUM SARISBURIENSEM
SUMMUM SUUM ELEEMOSINARIUM ADSISTENTE (REGIS JUSSU) DOMINO
THO. EWET EQU. AUR.
EDIFICIORUM REGIORUM CURATORE PRINCIPALI PRIMUM HUJUS ECCLE-
SIA LAPIDEM POSUIT MARTIS 19 ANNO DOM. 1721
ANNOQUE REGNI SUI OCTAVO.
La re traducción del inglés es como sigue: Dedicada a Dios. La excelentísima Majestad
del rey Jorge y en su nombre el Muy Reverendo Padre en Cristo, Ricardo, señor obispo
de Salisbury, primer limosnero de Su Majestad, asistido de orden del rey por el caballe-
ro Sir Thomas Hewet, inspector general de los edificios reales, puso la primera piedra
de esta iglesia el 19 de marzo de 1.721, año octavo de su reinado.
29 Sería interminable la enumeración de los muchos y curiosos edificios romanos eri-
gidos tan sólo en la Gran Bretaña, desde la restauración de la Masonería romana, de los
cuales podemos mencionar unos cuantos además de los ya citados:
La Casa de la Reina, de Greenwich. — Propiedad de la Corona.
La gran Galería de Somerset-Gardens. — Propiedad de la Corona.
Casa de Gunnersbury, cerca de Brentford (Middlesex) — Duque de Quensbury.
Casa Lindsay en Lincoln’s-InnFields. — Duque de Ancáster.
¿Escalera? de York en el Támesis en York-Buildings.
Iglesia de San Pablo con su magnífico pórtico.
77
Edificio y Plaza de Covent-Garden. — Duque de Bedford.
Castillo de Wilton en Wiltshire. — Conde de Pembroke.
Castillo de Afhby en Northamptonshire. — Conde de Strafford.
Parque de Stoke en Northamptonshire. — Caballero Arundel.
Casa Wing en Bedfordshire. — Hon. caballero Guillermo Stanhope.
Casa Chevening en Kent. — Conde de Stanhope.
Ambrose-Bury en Wiltshire. — Lord Carleton.
Todos estos edificios proyectó y los más de ellos dirigió el incomparable Iñigo Jones, o
su yerno míster Web, según los proyectos de su suegro.
Además, otros muchos edificios estuvieron a cargo de arquitectos influidos por el genial
Jones, entre ellos:
El campanario de la iglesia Bow. — Por sir Chris. Wren.
Casa Hotham en Beverley (Yorkshire). — Sir Charles Hotham-baronet.
Casa Melvin, en Fife. — Conde de Levin.
Casa de Longleate en Wiltshire. — Vizconde de Weymouth.
Casa Chesterlee en el condado de Durham. — Caballero John Hedworth.
Casa Montague en Bloomsbury, Londres. — Duque de Montagu.
Castillo Drumlanrig en Nithisdaleshire. — Duque de Queensbury.
Castillo de Howard en Yorkshire. — Conde de Carlisle.
Casa de Stainborough en Yorkshire. — Conde de Strafford.
Castillo de Hopton en Linlithgowshire. — Conde de Hopton.
Castillo de Blenheim en Woodstock (Oxfordshire). — Duque de Marlboroug.
Castillo de Chatsworth en Derbyshire. — Duque de Devonshire.
Palacio de Hammilton en Clydsdaleshire. — Duque de Hammilton.
Casa Wanstead en Epping Forest (Essex). — Lord Castlemain.
Parque Duncomb en Yorkshire. — Caballero Tomás Duncomb.
Castillo Mereworth en Kent. — Hon. caballero John Fanc.
Casa Sterling, cerca del castillo Sterling. — Duque de Argyle.
Casa Kinrofs en Kinrofshire. — Sir William Bruce, baronet.
Castillo de Stourton, en Wildshire. — Caballero Henry Hoar.
Casa Willbury, en Wiltshire. — Caballero William Benson.
Castillo de Bute en la isla de Bute. — Conde de Bute.
Casa Walpole, cerca de Lin Regís (Norfolk). — Hon. caballero Roberto Walpole.
Casa Burlington en Pickadilly St. Jame’s Westminster. — Conde de Burlington.
Dormitorio de la Escuela del Rey, Westminster. — De la Corona.
Parque Tottenham en Wiltshire. — Lord Bruce.
Estos tres últimos edificios han sido proyectados y dirigidos por el conde de Burlington
que promete ser (si ya no lo es) el mejor arquitecto de Bretaña, y sabemos que se pro-
pone publicar para instrucción de otros arquitectos los trabajos inéditos de Iñigo’ Jones.
Aún hay más construcciones de estilo romano y todavía más de imitación de este estilo,
que si bien no puede indicarse con certeza a cuál pertenecen, son bellos, adecuados y
majestuosos edificios, a pesar de los errores de sus arquitectos. En la ingeniosa obra
del arquitecto Campbell titulada Vitrubio Británico se reproducen los antiguos edificios
78
Además, si fuera necesario podríamos demostrar cómo las Órdenes mi-
litares de Caballería y las de carácter religioso, copiaron en el transcurso
del tiempo los usos y reglas de esta antigua Fraternidad; pero ninguna
estuvo mejor instituida ni más decorosamente instalada ni que más sagra-
damente observara sus leyes y obligaciones que los masones aceptados,
que en todo tiempo y nación mantuvieron y propagaron sus intereses
de un modo peculiar que ni los más astutos y eruditos profanos logra-
ron entender aunque frecuentemente lo intentaron, mientras que ellos se
conocían y amaban unos a otros aun sin necesidad de hablar o aunque
hablasen distinto idioma.

Y ahora las libres naciones británicas, sin guerras externas ni civiles,


gozando de los dulces frutos de paz y libertad, con recientes ingenios
en toda clase de Masonería y reavivadas las mortecinas Logias de Lon-
dres, florece esta metrópoli, lo mismo que otras partes del país con varias
Logias particulares que tienen una Comunicación trimestral y una gran
Asamblea anual, donde los formulismos y usos de la antiquísima y vene-
rable Fraternidad se propagan sabiamente; se cultiva con acierto el Arte
Real y se conserva la solidaridad fraternal. Así es que la Corporación
masónica se parece a un Arco bien construido, pues varios aristócratas
y caballeros de alto rango, con clérigos y eruditos de varias profesiones
y de- nominaciones se han francamente unido con promesa de cumplir
las obligaciones y llevar las insignias de un libre y aceptado masón a las
órdenes de nuestro digno Gran Maestre actual, el nobilísimo magnate
Juan, duque de Montagu.

góticos, como catedrales, iglesias, capillas, puentes, palacios de los reyes, de los nobles,
de los obispos y de los hidalgos, bien conocidos de los viajeros y de los versados en
Historia. También constan en dicha obra muchos edificios de estilo romano. Y si las
disposiciones de la verdadera antigua Masonería prevalecen por algún tiempo entre los
nobles y personas cultas y de viso (como es probable que suceda) esta Isla llegará a ser
la Maestra del mundo en la traza, dibujo y dirección de edificios y capaz de influir en las
demás naciones en todo lo concerniente al Arte Real.
79
DEBERES DE UN FRANCMASÓN

Entresacados de los antiguos documentos de Logias del Continente y


de las de Inglaterra, Escocia e Irlanda.
Para el uso de las Logias de Londres, y leerlos en el acto de la recepción
de los nuevos hermanos o cuando el Venerable lo considere oportuno.

Puntos capitales

I De Dios y de la Religión.
II Del Jefe del Estado y sus subordinados.
III De las Logias.
IV De los Maestros, Vigilantes, Compañeros y Aprendices.
V De los trabajos del Taller.
VI De la conducta:
1° En la Logia mientras está en trabajos.
2° Cuando cerrados los trabajos permanecen los hermanos en la Logia.
3° Cuando los hermanos tratan con un extranjero fuera de la Logia.
4° En presencia de extranjeros profanos.
5° En el hogar doméstico y en la vecindad.
6° Con un masón forastero.

I De Dios y de la Religión

El Masón está obligado por su carácter a obedecer la ley moral, y si


debidamente comprende el Arte, no será jamás un estúpido ateo ni un li-
bertino irreligioso. Pero aunque en tiempos antiguos los masones estaban
obligados a pertenecer a la religión dominante en su país, cualquiera que
fuere, se considera hoy mucho más conveniente obligarlos tan sólo a pro-
fesar aquella religión que todo hombre acepta, dejando a cada uno libre
en sus individuales opiniones; es decir, que han de ser hombres probos y
rectos, de honor y honradez, cualquiera que sea el credo o denominación
que los distinga. De esta suerte la Masonería es el Centro de Unión y el
medio de conciliar verdadera Fraternidad entre personas que hubieran
permanecido perpetuamente distanciadas.

80
II Del Jefe del Estado y sus subordinados

El Masón ha de ser pacífico súbdito del Poder civil doquiera resida o


trabaje, y nunca se ha de comprometer en conjuras y conspiraciones con-
tra la paz y bienestar de la nación ni conducirse indebidamente con los
agentes de la autoridad; porque como la Masonería recibió siempre mu-
cho daño de la guerra, el derramamiento de sangre y el confusionismo,
los antiguos reyes y príncipes estuvieron siempre dispuestos a favorecer
a los masones a causa de la quietud y lealtad con que prácticamente res-
pondían a las sofisterías de sus adversarios y fomentaban el honor de la
Fraternidad que siempre floreció en tiempo de paz. Así que si un hermano
se rebela contra el Estado, no se le ha de apoyar en su rebelión, aunque se
le compadezca por tal desgracia; y si no está convicto de ningún crimen,
aunque la leal Fraternidad deba condenar la rebelión y no dar al Gobierno
el menor motivo de recelo ni asomo de fundamento sobre el particular, no
podrán expulsarlo de la Logia y su relación con ella permanece incólume.

III De las Logias

La Logia es el lugar en donde los masones se reúnen y trabajan. De


aquí que a una asamblea o reunión de masones regularmente organizada
se le llame Logia, y cada hermano debe pertenecer a una y sujetarse al
reglamento de ella, al propio tiempo que a las Reglas Generales. Una
Logia puede ser particular o general, lo que se entenderá mejor asistien-
do a ellas, y por el reglamento de la Logia general o Gran Logia que
se acompaña. En tiempos pasados ningún Maestro ni Compañero podía
faltar a la Logia, especialmente si se le convocaba, sin incurrir en severa
censura, hasta que el Venerable y los Vigilantes consideraron que a veces
no podían asistir.

Los individuos admitidos como miembros de una Logia han de ser


honrados, de buenas costumbres, libres, de edad discretamente madura,
sin tacha de inmoralidad ni mal ejemplo.

IV De los Maestros, Vigilantes, Compañeros y Aprendices

81
Toda preferencia entre los masones ha de fundarse únicamente en la
valía y mérito personal, a fin de que los Señores estén bien servidos y
no tengan de qué avergonzarse los hermanos ni haya motivo de despre-
ciar el Arte Real. Por lo tanto, los Venerables y Vigilantes no se elegirán
por su antigüedad, sino por su mérito. Es imposible explicar estas cosas
por escrito, y cada hermano debe estar en su puesto, y aprenderlas de la
manera peculiar a la Fraternidad. Pero los candidatos pueden saber que
ningún Maestro ha de tomar Aprendiz a menos que tenga suficiente tarea
en que emplearlo, y que el Aprendiz sea un cumplido joven sin mutila-
ción ni defecto en su cuerpo que le imposibilite para aprender el Arte,
servir al Señor de su Maestro, ser recibido hermano y más tarde ascender
a Compañero después de servir el número de años que se acostumbra en
el país. Ha de pertenecer a familia honrada, y cuando reúna otras cua-
lidades puede tener la honra de ser Vigilante, y después Venerable de la
Logia y Gran Vigilante y al fin Gran Maestre de todas las Logias, según
sus merecimientos.

Ningún hermano podrá ser Vigilante hasta que haya pasado del grado
de Compañero, ni Venerable hasta que haya actuado de Vigilante ni Gran
Vigilante si no ha sido Venerable de una Logia ni Gran Maestre a menos
que haya pasado del grado de Compañero antes de su elección; pero ha
de ser también noble de nacimiento o caballero de buena estirpe o emi-
nente erudito o hábil arquitecto u otro artífice de honrada familia y que
goce de buena opinión por su mérito en el seno de las Logias. Y para el
mejor, más fácil y más honroso desempeño de su cargo, el Gran Maestre
está facultado para nombrar a su Diputado, que debe ser entonces o ha
de haber sido Venerable de una Logia, y tiene el derecho de actuar como
Gran Maestre en delegación escrita en ausencia del titular.

Todos los hermanos han de obedecer con humildad, reverencia, amor


y celo a los Dignatarios y Oficiales de la Gran Logia en sus respectivas
categorías.

V De los Trabajos

Todos los masones deben trabajar honradamente en los días laborables


82
a fin de que puedan pasar decorosamente los días festivos. Se observará
el calendario civil señalado por la ley del país o confirmado por la cos-
tumbre.

El Compañero más experto será elegido o nombrado Maestro o Ins-


pector de la obra del Señor, y le llamarán Maestro los que trabajen a sus
órdenes. Los obreros se abstendrán de proferir malas palabras y de sacar
motes ni llamar por apodo a los demás obreros, sino que los llamarán con
las denominaciones de hermano o compañero y se portarán cortésmente
dentro y fuera de la Logia.

El Maestro, seguro de su habilidad, emprenderá la obra del Señor tan


razonablemente como sea posible y considerará los intereses de la obra
como si fuesen propios, no dando a ningún obrero mayor salario del que
realmente merezca. Tanto el Maestro como los obreros que reciban su
justo salario han de ser fieles al Señor cuyo trabajo han de efectuar hon-
radamente tanto a destajo como a jornal; pero no harán a destajo la obra
que por costumbre se haya hecho siempre a jornal.

Ninguno manifestará envidia por la prosperidad de un hermano ni le su-


plantará ni le quitará de su labor aunque se crea capaz de terminarla, por-
que nadie puede acabar la obra de otro con tanto provecho para el señor a
menos que esté perfectamente enterado de los proyectos y trazas del que
la comenzó. Cuando un Compañero es elegido Vigilante de la obra bajo
la dirección del Maestro, debe ser fiel al Maestro y a los Compañeros, y
en ausencia del Maestro vigilará cuidadosamente la obra en servicio del
Señor y sus hermanos le obedecerán.

Todos los obreros recibirán humildemente su salario sin murmurar ni


amotinarse, y no abandonarán al Maestro hasta que esté terminada la
obra.

Al hermano joven se le enseñará a no desperdiciar material por falta de


discernimiento, y a que acreciente y continúe el amor fraternal.

Todos los útiles usados en los trabajos han de estar aprobados por la
83
Gran Logia.

A ningún labrador se le empleará en obra propia de Masonería ni los


masones libres trabajarán con los que no lo sean a menos que haya ur-
gente necesidad, ni los Maestros enseñarán a profanos, sino tan sólo a los
masones aceptados.

VI De la Conducta

1 En la Logia durante los trabajos

No se han de formar corrillos ni se han de tener conversaciones se- cre-


tas sin permiso del Venerable, ni se ha de hablar de cosas impertinentes
o indecorosas, ni interrumpir al Venerable o a los Vigilantes ni a ningún
hermano que hable con el Venerable. Tampoco se expresará el masón en
términos jocosos o burlescos cuando la Logia esté tratando una cuestión
grave y solemne ni usará de lenguaje inconveniente bajo ningún pretexto,
sino que tributará la debida reverencia y veneración al Maestro, Vigilan-
tes y obreros.

Si se plantea alguna querella, el hermano culpable quedará sujeto al


juicio y determinación de la Logia, cuyos miembros son los propios y
competentes jueces de tales controversias (a menos que el acusado apele
a la Gran Logia), excepto cuando se hubiere de retrasar por ello la obra
del Señor, en cual caso puede nombrarse una comisión particular; pero
nunca se llevará a la jurisdicción civil una cuestión puramente masónica,
sin absoluta necesidad reconocida por la Logia.

2 Cuando cerrados los trabajos, permanecen los hermanos en la


Logia

Se permiten inocentes jovialidades según el ingenio de cada cual, pero


evitando todo exceso en comida o bebida ni obligando a nadie a que
coma o beba más allá de su inclinación, ni estorbando que se marche
cuando le convenga. Tampoco se ha de decir ni hacer nada ofensivo ni
que arriesgue impedir la libre conversación, porque estropearía nuestra
84
armonía y desbarataría nuestros laudables propósitos. Por lo tanto, no
se habrán de promover disputas ni discusiones en el recinto de la Logia
y mucho menos contiendas sobre religión, nacionalidades y formas de
Gobierno, pues como masones sólo pertenecemos a la religión universal
antes citada y también somos de todas las naciones, razas y lenguas, y
nos declaramos contra toda política, que nunca condujo ni conducirá al
bien de la Logia. Este Deber se ha mantenido y observado siempre estric-
ta- mente; pero especialmente desde la Reforma en Britania y la secesión
de la iglesia romana.

3 Cuando se encuentran hermanos, pero no en una Logia y sin la pre-


sencia de profanos

Se saludarán cortésmente, según las instrucciones recibidas, y se llama-


rán uno a otro hermano, dándose mutuos informes respecto a lo que con-
sideren necesario, pero sin reparos fisgones en la indumentaria ni abusar
uno de otro ni faltar al respeto debido a todo hermano y aun a los pro-
fanos. Porque aunque todos los masones son hermanos sobre el mismo
nivel, la Masonería no recibe honor de quien en ella ingresa, sino que
más bien le honra, sobre todo si ha merecido bien de la Fraternidad, por
lo que debe honrar a quien honor se deba, y evitar los modales groseros.

4 En presencia de profanos

Será muy cauto en palabras y comportamiento, a fin de que el más sagaz


profano no logre descubrir ni penetrar lo que no conviene revelar; y a
veces será preciso dar otro giro a la conversación, y proceder prudente-
mente en honor de la venerable Fraternidad.

5 En el hogar doméstico y en la vecindad

Se portará cual corresponde a un varón recto y prudente, sin dar a cono-


cer a los parientes, amigos y vecinos, nada de lo que se refiera a la Logia,
etc., sino que consultará prudentemente su propio honor y el de la anti-
gua Fraternidad, por razones que no conviene mencionar aquí. También
ha de tener en cuenta su salud, a fin de no seguir en conversación hasta
85
muy tarde ni alejarse mucho del hogar doméstico luego de cerrados los
trabajos de la Logia, y evitar las comilonas y las borracheras, con olvido
y daño de la familia e incapacidad personal para el trabajo.

6 Respecto a un masón forastero

Se le observará prudentemente y se aconseja la prudencia, a fin de no


ser víctima de un impostor, a quien se habrá de rechazar despectivamente
con ludibrio, cuidando de no darle ni el más leve indicio de cono- cimien-
to.

Pero si resulta ser un verdadero y genuino hermano, se le respetará en


consecuencia; y si está necesitado, se le debe auxiliar en cuanto sea po-
sible o proporcionarle un buen camino de remedio. Si hay manera fácil,
darle ocupación o recomendarle a quien se la pueda dar. Pero nadie está
obligado a más de lo que consientan sus posibilidades; sólo se exige pre-
ferir a un masón en vez de a un profano si ambos se hallan en las mismas
circunstancias.

Finalmente, el masón ha de cumplir todos estos Deberes y todos los que


por otro medio se le comuniquen. Ha de cultivar el amor fraternal, funda-
mento, clave, cimiento y gloria de esta antigua Fraternidad, evitando toda
disputa, discordia, altercado, murmuración y calumnia, sin permitir que
otros calumnien a un honrado hermano, a quien defenderá con todo ardor
como si de su propia honra y seguridad se tratase. Y si algún herma- no
injuriase a otro, deberá el que se considere injuriado recurrir a su propia
Logia o a la del injuriador, y en caso necesario apelar a la Gran Logia
en su reunión trimestral, y de ésta a la reunión anual, como fue antigua
y loable conducta de nuestros antepasados en todas las naciones. Nunca
se recurrirá a los tribunales civiles sino cuando no haya medio de dirimir
de otro modo la cuestión. Se ha de escuchar pacientemente el honrado y
amistoso consejo de los Maestros y Compañeros contrario a litigar civil-
mente con profanos o al menos que inciten a actuar rápidamente en todo
proceso, a fin de dar preferencia con mayor celo y éxito a los asuntos
masónicos. Pero respecto a los litigios con masones, los Maestros deben
ofrecer amablemente su mediación, a la que deberán someterse los her-
86
manos contendientes, y si esta sumisión es impracticable, proseguirán sin
ira ni rencor el proceso (pero no por los tribunales profanos), sin decir ni
hacer nada en contra del amor fraternal; y los buenos oficios se han de re-
novar y continuar, a fin de que todos vean la benigna influencia de la Ma-
sonería, como todo verdadero masón la experimentó desde el principio
del mundo y la seguirá experimentando hasta el fin de los tiempos. Amén.

Advertencia

Un valioso hermano, versado en Leyes, ha comunicado al autor mien-


tras este pliego estaba en prensa, la opinión del eminente juez Coke sobre
la ley contra los masones, 3. Hen. VI, Cap. I, la cual está citada en este
libro, después de cotejarla con el original.

Instituciones de Coke. — Tercera parte, Fol. 99

La causa por la cual esta ofensa se calificó de traición, fue el haber roto
y violado el buen curso y efecto del Estatuto de Trabajadores. Ahora (dice
mi Señor Coke), todos los Estatutos concernientes a los trabajadores, an-
tes de la promulgación de esta ley y a los que esta ley debe referirse, están
revocados por el Estatuto de 5 Eliz, Capítulo 4, que anula la causa y fin
de la promulgación de esta ley, por lo que carece de fuerza y efecto, pues
cessante ratione legis, cessat ipsa lex. Y como la acusación de felonía
se fundaba en que “los capítulos y congregaciones de masones habían
violado y roto el buen curso y efecto de los Estatutos de Trabajadores”,
resulta que no hay tal violación ni quebrantamiento por cuanto ya estaban
revocados dichos Estatutos. Por lo tanto, los Jueces de Paz no pueden en-
tender en este asunto. Escrito por Maese Lambert, página 117.

Esta cita confirma la tradición de los antiguos masones, de que este


ilustrado juez pertenecía a la antigua Logia y era un fiel hermano.

Reglas generales

Compiladas primeramente por Mr. George Payne, el año 1720, cuan-


do era Gran Maestre, y aprobadas por la Gran Logia el día de San Juan
87
Bautista del año 1721, en el Salón Stationer de Londres, cuando el no-
bilísimo príncipe Juan, duque de Montagu fue elegido por unanimidad
Gran Maestre para el año siguiente, y nombró Diputado a John Beal M.
D. y la Gran Logia eligió Grandes Vigilantes a Mr. Josiah Villeneau y
Mr. Thomas Morris, jun., y ahora, por mandato de nuestro digno y vene-
rable Gran Maestre Montagu, el autor de este libro las ha cotejado con
los antiguos documentos e inmemoriales usos de la Fraternidad y las ha
compila- do en este nuevo Método con varias adecuadas explicaciones
para el uso de las Logias de Londres, Westminster y todo el país.

I El Gran Maestre, o su Diputado, tienen autoridad y derecho, no sólo


de estar presente en cualquier Logia regular, sino también a presidir do-
quiera se halle, quedando a su izquierda el Venerable de la Logia. Tiene
asimismo el derecho de ordenar que le asistan sus Grandes Vigilantes,
aunque no actúen como Vigilantes en una Logia particular; porque allí el
Gran Maestre puede ordenar a los Vigilantes de la Logia en que se halle,
o a cualesquiera otros hermanos, si le place, a que actúen interinamente
de Vigilantes.

II El Venerable de una Logia particular tiene la autoridad y el derecho


de convocar a reunión cuando lo juzgue conveniente, en casos de urgen-
cia, y de señalar los días y hora de las reuniones ordinarias. En caso de
enfermedad, muerte o forzosa ausencia del Venerable Maestro, actuará
de Venerable accidental el primer Vigilante, si no está presente el herma-
no que haya sido Venerable últimamente, porque en este caso, la autori-
dad del Venerable ausente recae en el ex Venerable allí presente, aunque
no podrá actuar hasta que el primer Vigilante o, en su defecto, el segundo,
hayan reunido la Logia.

III El Venerable de cada Logia particular o uno de los Vigilantes, o


cualquier otro hermano por ellos delegado, llevará un libro que contenga
el reglamento de la Logia, los nombres de sus miembros, la lista de todas
las Logias de la ciudad, el día y hora en que ordinariamente se re-unen, y
los acuerdos y debates merecedores de anotación.

IV Ninguna Logia podrá recibir más de cinco hermanos a un tiempo, ni


88
a ningún profano menor de 35 años, pues ha de ser dueño de sí mismo, a
menos que le dispensen la edad el Gran Maestre o el Diputado.

V Ningún profano podrá ser admitido en una Logia sin dar aviso con
un mes de anticipación, a fin de hacer las oportunas investigaciones res-
pecto a la honradez, reputación y capacidad del candidato, a menos que
intervenga la dispensa antes citada.

VI Pero nadie podrá ingresar como hermano ni ser miembro de una


Logia sin el unánime consentimiento de todos los miembros que de dicha
Logia estén presentes cuando se proponga al candidato, y el Venerable
Maestro preguntará formalmente si todos consienten en admitirlo, y los
miembros significarán su consentimiento o disentimiento, ya implícita
o explícitamente, pero con unanimidad. Este derecho no está sujeto a
dispensa, porque los miembros de una Logia particular son los mejores
jueces de ella, y si algunos quisieran imponerse, arriesgarían quebrantar
su armonía o entorpecer su libertad y hasta deshacer y dispersar la Logia,
lo cual han de evitar los buenos y fieles hermanos.

VII Cada nuevo hermano, a su ingreso, además de lo que esté seña- lado
en el reglamento de la Logia, depositará lo que buenamente pueda en
socorro de los hermanos indigentes o impedidos, y esta limosna quedará
guardada por el Venerable o los Vigilantes, o por el Tesorero si los miem-
bros creen oportuno elegirlo.

Y el candidato prometerá solemnemente obedecer la Constitución, los


Deberes y las Reglas, con todos los buenos usos que se le indiquen en
tiempo y lugar oportunos.

VIII Ningún grupo de hermanos podrá separarse de su Logia madre o


de la en que después fueron admitidos, a menos que la Logia sea ya muy
numerosa, y aun en este caso se necesitará el permiso del Gran Maestre o
de su Diputado. Y si se separan habrán de afiliarse inmediatamente a otra
Logia regular que por unanimidad los admita, o han de obtener del Gran
Maestre carta constitutiva para formar una nueva Logia.

89
Si algún grupo de hermanos formara una Logia sin la carta constitutiva
expedida por el Gran Maestre, las Logias regulares no los ayudarán ni los
considerarán como masones regulares ni aprobarán sus actas ni hechos,
sino que los tratarán como rebeldes, hasta que se humillen según dispon-
ga la prudencia del Gran Maestre y los apruebe en su carta constitutiva,
que comunicará a las otras Logias, como se acostumbra cuando se anota
una nueva Logia en el registro general de Logias.

IX Pero si algún hermano llegase al extremo de ser un elemento per-


turbador de su Logia, le amonestará por dos veces el Venerable o los
Vigilantes en plena Logia; y si no refrena su imprudencia y se somete
humildemente al consejo de los hermanos y enmienda lo que les ofenda,
se le aplicará el reglamento de la Logia o cualquiera otra sanción en la
forma que en su gran prudencia acuerde la Asamblea trimestral, según la
nueva regla que al efecto se establezca.

X La mayoría de una Logia en funciones tiene el derecho de dar ins-


trucciones al Venerable y Vigilantes respecto de lo que han de decir en las
Asambleas trimestral y anual, porque el Venerable y los Vigilantes son
sus representantes y se supone que han de interpretar el pensamiento de
sus hermanos.

XI Todas las Logias particulares han de observar los mismos usos en


cuanto sea posible; a cual efecto y con el fin de mantener buena inteli-
gencia entre los francmasones, se encargará a varios miembros de
cada Logia que visiten a las demás Logias tan a menudo como se crea
conveniente.

XII La Gran Logia estará constituida por los Venerables y Vigilantes


de las Logias particulares inscritas en el Registro, bajo la presidencia del
Gran Maestre con el Diputado a su izquierda y los Grandes Vigilantes en
su propio lugar. Se reunirá trimestralmente por los días de San Miguel,
Navidad y la Anunciación, en el local que designe el Gran Maestre. No
podrá asistir ningún hermano que no pertenezca a la Gran Logia, a menos
que se le dispense; pero en este caso no tendrá voz ni voto, a no ser que
la Gran Logia le pida su opinión o le permita exponerla.
90
Todos los acuerdos se tomarán por mayoría de votos; cada miembro
tendrá un voto y el Gran Maestre dos votos. Podrá la Gran Logia facultar
al Gran Maestre para que resuelva algún asunto urgente.

XIII En las Asambleas trimestrales se discutirán tranquila, serena y de-


tenidamente todos los asuntos concernientes a la Fraternidad en general,
a las Logias particulares o a hermanos individuales. Sólo en esta Asam-
blea, a no ser que haya dispensa, se conferirán los grados de Compañero
y de Maestro. También en estas Asambleas se juzgarán y fallarán las di-
sensiones que no se hayan podido dirimir privadamente ni por una Logia
particular. Y si algún hermano se considera agraviado por la decisión de
la Asamblea trimestral, podrá recurrir en alzada a la próxima Asamblea
anual y dejar el recurso por escrito en poder del Gran Maestre, del Dipu-
tado o de los Grandes Vigilantes.

Asimismo en estas Asambleas trimestrales, el Venerable o los Vigilan-


tes de cada Logia particular presentarán la lista de los nuevos miembros
admitidos o ingresados en su Logia desde la última reunión de la Gran
Logia. Y habrá un libro guardado por el Gran Maestre o su Diputado, o
más bien por algún hermano a quien la Gran Logia nombre Secretario,
donde constarán inscritas todas las Logias con sus acostumbrados lugares
y horas de reunión, y los nombres de todos los miembros de cada Logia,
así como todos los asuntos de la Gran Logia que convenga transcribir.

La Asamblea trimestral tratará de la mejor manera de recaudar y dispo-


ner de los fondos que se le asignen o de las limosnas que se le con- fíen
para auxilio exclusivo de algún hermano pobre o viejo. Pero cada Logia
particular dispondrá de sus peculiares fondos de limosnería en socorro
de los hermanos pobres, según su propio reglamento, hasta que en una
nueva reglamentación general se convenga por todas las Logias aportar
a la Gran Logia las limosnas recibidas y constituir un fondo común para
más eficaz remedio de los hermanos pobres.

La Asamblea trimestral nombrará Tesorero a un hermano de holgada


posición social, que por razón de su «cargo pertenecerá a la Gran Logia, y
estará presente en las Asambleas, con derecho a proponer cualquier asun-
91
to y especialmente los concernientes a la Tesorería. Se le entregará todo
el dinero que para limosnas u otros usos reciba la Gran Logia, y anotará
las cantidades en un Libro con el destino y uso de cada una. Y también
anotará las cantidades que entregue, según orden firmada al efecto, en
la forma que la Gran Logia acuerde en un nuevo Reglamento. Pero el
Tesorero no tendrá voto en la elección de Gran Maestre y de Grandes
Vigilantes, aunque sí en todas las demás votaciones. De la propia suerte
el Secretario pertenecerá a la Gran Logia por razón de su cargo y tendrá
voto en todos los asuntos menos en la elección de Gran Maestre y de
Grandes Vigilantes.

El Tesorero y Secretario tendrán cada uno un dependiente que debe


ser masón, pero nunca miembro de la Gran Logia, y no hablará más que
cuando se le pregunte.

El Gran Maestre o su Diputado tendrán siempre a sus órdenes al Te-


sorero, al Secretario y a los dependientes de ambos, a fin de ver cómo
marchan los asuntos y saber lo que conviene llevar a efecto en cualquier
perentoria ocasión.

Otro hermano, que debe tener el grado de Compañero, será guardián de


la puerta de la Gran Logia, pero no pertenecerá a ella.

Pero estos cargos se especificarán más ampliamente en un nuevo Re-


glamento cuando la necesidad y urgencia de ellos resulten más evidentes
que ahora a la Fraternidad.

XIV Si en una reunión ordinaria o extraordinaria, trimestral o anual,


estuvieren ausentes el Gran Maestre y su Diputado, presidirá el Maestro
más antiguo de los presentes, oficiando de Gran Maestre accidental, con
todas las prerrogativas y facultades inherentes al cargo. Sin embargo, si
en la reunión hubiese algún miembro de la Gran Logia que hubiese sido
Gran Maestre o Diputado, presidirá con preferencia al Maestro más an-
tiguo.

XV En la Gran Logia ocuparán las Vigilancias precisamente los Gran-


92
des Vigilantes; y si están ausentes, el Gran Maestre o quien presida la
reunión designará a dos Vigilantes de Logia particular para que actúen
como Grandes Vigilantes accidentales, y a los designados los substituirán
miembros de la misma Logia a que pertenezcan, nombrados por el Ve-
nerable o, en su defecto, por el Gran Maestre, a fin de que la Gran Logia
esté siempre completa.

XVI Los Grandes Vigilantes, o cualesquiera otros miembros de la Gran


Logia, consultarán primeramente con el Diputado los asuntos que se han
de tratar respecto de la Gran Logia, de una Logia particular o de un her-
mano, y no podrán dirigirse al Gran Maestre sin conocimiento del Di-
putado, a no ser que éste niegue su concurso a un asunto necesitado de
discusión. En este caso, y siempre que haya discrepancia entre el Diputa-
do y los Grandes Vigilantes u otros hermanos, ambas partes someterán
su litigio al arbitraje del Gran Maestre, quien decidirá la controversia y
dirimirá la diferencia por virtud de su suprema autoridad.

El Gran Maestre no recibirá de nadie, más que de su Diputado, las in-


sinuaciones referentes a asuntos propios de la Masonería, excepto en los
casos que pueda juzgar de por sí. Cuando alguien recurra irregularmente
al Gran Maestre, le ordenará éste que se entienda primero con el Diputa-
do, quien preparará el asunto rápidamente para presentarlo en orden al
Gran Maestre.

XVII El Gran Maestre, el Diputado, los Grandes Vigilantes, el Tesore-


ro, el Secretario y los que accidentalmente les substituyan en sus. cargos,
no podrán ser al mismo tiempo Venerables o Vigilantes de una Logia par-
ticular; pero tan pronto como cesen en su cargo en la Gran Logia, podrán
volver al desempeño del que ejercían en su particular Logia.

XVIII Si el Diputado del Gran Maestre estuviera enfermo o ausente,


el Gran Maestre podrá nombrar Diputado accidental a quien le plazca;
pero ni el Diputado en propiedad ni los Grandes Vigilantes podrán ser
de- puestos de sus cargos sin causa motivada a juicio de la mayoría de la
Gran Logia. En caso de que el Gran Maestre no esté satisfecho de ellos,
podrá convocar a la Gran Logia para exponer los motivos y recabar su
93
consejo y concurso; y la mayoría de la Gran Logia, si no logra reconciliar
al Gran Maestre con su Diputado o con los Grandes Vigilantes, autorizará
al Gran Maestre para que destituya al Diputado y nombre otro inmedia-
tamente; y la Gran Logia elegirá otros Grandes Vigilantes si les afectara
el caso, a fin de que prevalezcan la paz y la armonía.

XIX Si el Gran Maestre abusara de su poder y se hiciese indigno de la


obediencia y sumisión de las Logias, será tratado del modo y manera
que estipula un nuevo Reglamento, pues hasta ahora la antigua Fraterni-
dad no se ha visto nunca en este caso, porque todos los Grandes Maestres
han desempeñado digna y honrosamente su cargo.

XX El Gran Maestre, con su Diputado y los Grandes Vigilantes, visitará


todas las Logias al menos una vez durante el período de su magistratura.

XXI Si el Gran Maestre muriese, o por enfermedad o lejana ausen-


cia o por otro motivo se viese imposibilitado de desempeñar su cargo,
el Diputado o, en su ausencia, el primer Gran Vigilante, o en ausencia
de éste el segundo, o si no cualesquiera de los presentes Venerables de
Logia, convocarán inmediatamente la Gran Logia, para acordar lo más
conveniente en semejante contingencia, y encargarán a dos miembros la
misión de entrevistarse con el último Gran Maestre, para que reasuma el
oficio; si rehúsa, se le ofrecerá al penúltimo Gran Maestre, y así, en orde-
nada retro- versión. Pero si no acepta ningún ex Gran Maestre, ejercerá
el cargo presidencial el Maestro más antiguo, hasta la elección de nuevo
Gran Maestre.

XXII Los hermanos de todas las Logias de fuera y dentro de Londres


y Westminster se reunirán en una Asamblea y Banquete anual, en lugar
conveniente, el día de San Juan Bautista o de San Juan Evangelista, se-
gún acuerde la Gran Logia en un nuevo Reglamento, aunque en los últi-
mos años se reunió el día de San Juan Bautista.

Será necesario que la mayoría de Venerables y Vigilantes, con el Gran


Maestre, su Diputado y Grandes Vigilantes, acuerden en la Asamblea
trimestral de tres meses antes, que se efectuará la Asamblea y Banquete
94
anual; porque si, o bien el Gran Maestre o la mayoría de Venerables se
oponen, no se efectuará aquel año el Banquete.

Pero haya o no Banquete anual, la Gran Logia habrá de reunirse anual-


mente en lugar a propósito, el día de San Juan Bautista, o, si cayera en
domingo, el día siguiente, a fin de elegir Gran Maestre, Diputado y Gran-
des Vigilantes.

XXIII Si se considerara conveniente y lo aprobaran el Gran Maestre


con la mayoría de Venerables y Vigilantes efectuar un Gran Banquete,
según la antigua y laudable costumbre de los masones, los Grandes Vigi-
lantes cuidarán de preparar los billetes sellados por el Gran Maestre, de
distribuirlos y recaudar su importe, comprar los materiales para el Ban-
quete, buscar el local apropiado y todo cuanto al caso se refiera.

Mas para que la tarea no les sea demasiado gravosa a los Grandes Vigi-
lantes y que todo se haga pronta y apropiadamente, el Gran Maestre o el
Diputado podrán designar el número de auxiliares que crean necesario,
para que actúen de concierto con los Grandes Vigilantes, de suerte que
todo lo referente al Banquete se decidirá entre ellos por mayoría de vo-
tos, excepto cuando el Gran Maestre o el Diputado intervengan para dar
alguna orden.

XXIV Los Grandes Vigilantes y sus auxiliares o mayordomos recibirán


oportunamente del Gran Maestre o del Diputado las órdenes e instruc-
ciones referentes al caso; pero si ambos estuvieran enfermos o ausentes,
podrán convocar a los Venerables y Vigilantes de las Logias para recibir
su consejo e instrucciones, o también podrán obrar según su propio crite-
rio, lo mejor que les sea dable.

Los Grandes Vigilantes y los auxiliares o mayordomos rendirán cuentas


de los ingresos y gastos de la Gran Logia después del Banquete o cuando
la Gran Logia lo considere oportuno.

Si al Gran Maestre le place, convocará a los Venerables y Vigilantes de


Logias para consultarles acerca de la ordenación del Gran Banque- te, y
95
sobre cualquier eventualidad o contingencia referente al asunto, y pedir-
les consejo, aunque también puede proceder según le parezca.

XXV Los Venerables de Logia designarán un experimentado y discreto


miembro de la suya para que formen conjuntamente una Comisión en-
cargada de recibir en un apropiado aposento a las personas que lleguen
provistas del correspondiente billete, con objeto de negar la entrada a
quien consideren dudoso; pero no lo rechazarán de plano hasta que estén
todos los comensales reunidos, a quienes expondrán los motivos de la
exclusión, para evitar errores y que ningún verdadero hermano quede
excluido ni ningún impostor admitido. La Comisión se hallará en el lugar
del Banquete con la anticipación necesaria para que no llegue antes nadie
con billete.

XXVI El Gran Maestre designará dos o más fieles hermanos para el


cargo de porteros, que estarán tempranamente en su lugar, a las órdenes
de la Comisión.

XXVII Los Grandes Vigilantes o los auxiliares designarán de antemano


el número de hermanos que consideren necesarios para servir a la mesa;
y al efecto podrán consultar con los Venerables y Vigilantes de Logia
respecto de los más indicados para el servicio y tomarlos por su reco-
mendación, porque nadie podrá servir a la mesa aquel día sino libres y
aceptados masones, a fin de que la reunión sea libre y armoniosa.

XXVIII Todos los miembros de la Gran Logia se reunirán en sesión


secreta, en el lugar señalado, mucho antes del Banquete, con el Gran
Maestre y el Diputado al frente, con objeto de celebrar sesión a fin de:

1 Recibir cualquier recurso debidamente formalizado, de modo que se


oiga al recurrente y se dirima amigablemente el asunto antes del banque-
te si es posible; y si no hay avenencia, se diferirá la cuestión hasta des-
pués de electo el nuevo Gran Maestre. Si no es posible decidir el litigio,
después del banquete se nombrará una Comisión especial que lo examine
detenidamente y presente su informe en la próxima Asamblea trimestral,
de modo que no se quebrante el amor fraternal.
96
2 Cuidar de que aquel día no se suscite el más leve disgusto o discusión,
a fin de que no se turbe la placentera armonía del Banquete.

3 Consultar acerca de todo lo relativo a la decencia y decoro de la Gran


Asamblea y evitar toda incorrección.

4 Recibir y considerar cualquier proposición o tema urgente, presen-


tado por alguna Logia particular por mediación de sus representantes el
Venerable y los Vigilantes.

XXIX Discutidos estos asuntos, el Gran Maestre, el Diputado, los Gran-


des Vigilantes, los auxiliares, el Secretario, el Tesorero, los dependientes
de ambos y toda otra persona, se retirarán, y dejarán solos a los Venera-
bles y Vigilantes de las Logias particulares, a fin de que, si no lo hicieron
el día anterior, consulten amigablemente sobre la conveniencia de elegir
un nuevo Gran Maestre o reelegir al actual. Si acuerdan unánimemente
la reelección, llamarán al Gran Maestre suplicándole humilde- mente que
se digne conceder a la Fraternidad el honor de regirla durante el siguiente
año. Después del banquete se sabrá si acepta o no, pues lo ha de decidir
la votación.

XXX Después los Venerables, Vigilantes y todos los hermanos con-


versarán unos con otros sin ceremonia, hasta que, llegada la hora del
banquete, se siente cada cual en el lugar que tenga señalado en la mesa.

XXXI Algún tiempo después de terminado el banquete se reunirá la


Gran Logia en presencia de todos los hermanos, aunque no sean miem-
bros de ella, pero que no tendrán voto ni voz más que cuando se les per-
mita hablar.

XXXII Si en la reunión secreta de los Venerables y Vigilantes aceptó


el Gran Maestre la reelección, un comisionado especial de la Gran Logia
representará a todos los hermanos el buen gobierno del Gran Maestre,
y volviéndose hacia él le pedirá humildemente, en nombre de la Gran
Logia, que conceda a la Fraternidad el gran honor30 de continuar siendo

30 Si no es aristócrata la frase “gran honor”, se substituirá por la de la “eran bondad”


97
su Gran Maestre durante el año entrante. El Gran Maestre manifesta-
rá su consentimiento de palabra o por reverencia, según le plazca; y el
comisionado de la Gran Logia lo proclamará Gran Maestre y todos los
miembros de la Gran Logia le saludarán en debida forma. Y a todos los
hermanos se les permitirá que durante unos minutos manifiesten su satis-
facción, placer y congratulación.

XXXIII Pero si los Venerables y Vigilantes en sesión secreta antes del


banquete, o el día anterior, no hubiesen solicitado del Gran Maestre que
continuara en la Gran Maestría durante el año siguiente, o él hubiese
rehusado continuar, entonces, el Gran Maestre designará un sucesor para
el año próximo, quien, si unánimemente lo aprueba la Gran Logia, y está
presente, será proclamado, saludado y felicitado como antes se indicó,
e inmediatamente le dará posesión el Gran Maestre saliente, según cos-
tumbre.

XXXIV Pero si la designación no se aprueba por unanimidad, se pro-


cederá desde luego a elegir, por el procedimiento de papeletas, al nuevo
Gran Maestre. Cada Venerable y cada Vigilante escribirán en su papeleta
el nombre de su candidato, y el Gran Maestre escribirá en la suya el
nombre del suyo, y el nombre escrito en la primera papeleta que el Gran
Maestre saque de la urna, será el Gran Maestre durante el año próximo;
y si está presente, será proclamado, saludado y felicitado como ya se
indicó, y acto seguido le dará posesión el Gran Maestre saliente, según
costumbre.

XXXV El Gran Maestre reelegido o el nuevo electo designará en segui-


da su Diputado, que podrá ser el mismo o uno nuevo, y se le proclamará,
saludará y felicitará según se indicó. También designará el Gran Maestre
los nuevos Grandes Vigilantes, y si la Gran Logia los aprueba por unani-
midad se les proclamará, saludará y felicitará según queda dicho; pero si
no los aprueba unánimemente, se procederá a la elección por papeletas,
como queda indicado para el Gran Maestre. Los Vigilantes de las Logias
particulares también serán elegidos por papeletas en su Logia respectiva,
si no se aprueba por unanimidad la designación que baca el Venerable.

98
XXXVI Pero si el hermano a quien él actual Gran Maestre ha de- sig-
nado por sucesor o a quien la mayoría de la Logia eligió por papeletas
estuviese ausente del Gran Banquete por enfermedad ti otro motivo, no
podrá ser proclamado nuevo Gran Maestre, a menos que el Gran Maestre
saliente o alguno de los Venerables y Vigilantes de la Gran Logia ates-
tigüe por el honor de masón, que la dicha personalidad, así nombrada
o elegida, aceptará sin reparo alguno el cargo; y en este caso, el Gran
Maestre saliente actuará en nombre del nombrado o electo y designará al
Diputado y a los Grandes Vigilantes, y en su nombre recibirá también los
saludos y felicitaciones.

XXXVII Después el Gran Maestre concederá la palabra a un Compañe-


ro o a un Aprendiz, para que dirijan un discurso a la Gran Maestría o pre-
senten en bien de la Fraternidad alguna moción que será inmediatamente
tomada en consideración y discutida; o cualquiera otra que se proponga
a la consideración de la Gran Logia en su próxima Asamblea trimestral.

XXXVIII Inmediatamente después, el Gran Maestre o su Diputado, o


algún hermano a quien designen, dirigirá una alocución a los hermanos
dándoles buenos consejos. Y finalmente, tras algunas deliberaciones que
no pueden transcribirse en ningún idioma, los hermanos se marcharán o
se quedarán, según les plazca.

XXXIX Cada Gran Logia anual tiene inherente poder y autoridad para
modificar este Reglamento o redactar uno nuevo en positivo beneficio de
esta antigua Fraternidad, con tal que se mantengan invariables las anti-
guas normas y que las modificaciones de este Reglamento o la redacción
del nuevo se propongan y aprueben en la tercera Asamblea trimestral
precedente al Gran Banquete anual, y que todos los hermanos puedan
leerlo antes del banquete en manuscrito, incluso hasta el más moderno
Aprendiz. Es absolutamente necesaria la aprobación y consentimiento de
la mayoría de todos los hermanos presentes para que el nuevo Reglamen-
to o las modificaciones del presente tengan fuerza y vigor de obligación;
y después del banquete y de la instalación del nuevo Gran Maestre, será
solemnemente promulgado, como lo fue el presente Reglamento cuando
la Gran Logia lo propuso, ante 150 hermanos, el día de San Juan Bautista
99
de 1721.

Alcance

Se expone aquí la manera de constituir una nueva Logia, según efectúa


Su Gracia el Duque de Wharton, actual Honorable Gran Maestre, de con-
formidad con los antiguos usos de los masones.

A fin de evitar muchas irregularidades, una nueva Logia será constitui-


da por el Gran Maestre con su Diputado y Vigilantes. Si el Gran Maestre
está ausente, actuará en su nombre el Diputado, quien designará a un Ve-
nerable de Logia ya constituida para que le asista; y si estuviera ausente
el Diputado, el Gran Maestre designará a un Venerable de Logia para que
actúe de Diputado accidental.

Los candidatos a Venerable y Vigilantes de la nueva Logia, estarán ya


entre los hermanos, y el Gran Maestre preguntará a su Diputado si los
examinó y halla al candidato a Venerable muy hábil en la noble Ciencia
y en el Arte Real y debidamente instruido en nuestros Misterios, etcétera.
Y si el Diputado responde afirmativamente, (tornará de la mano al candi-
dato, por orden del Gran Maestre, y se lo presentará diciendo: Honorable
Gran Maestre, los hermanos que aquí están desean constituirse en nueva
Logia, y yo presento a este mi digno hermano para que sea su Maestro,
pues sé que es de buenas costumbres y gran habilidad, muy fiel y de toda
confianza, y amante de la Fraternidad, difundida por la faz de la tierra.
Entonces el Gran Maestre colocará al candidato a su izquierda, y solici-
ta- do y obtenido el unánime consentimiento de todos los hermanos, dirá:
Constituyo y ordeno a estos buenos hermanos en una nueva Logia, y os
designo Venerable Maestro de ella, no dudando de vuestra capacidad y
solicitud para conservar el cemento de la Logia, etc., con algunas otras
expresiones propias y usuales en esta ocasión, pero que no pueden trans-
cribirse.

Después, el Diputado repetirá las obligaciones de un Venerable, y el


Gran Maestre interrogará al candidato diciendo: ¿Cumpliréis estas obli-
gaciones como hicieron los Venerables Maestros en toda época? Y el
100
candidato manifestará su cordial sumisión a ellas; y el Gran Maestre, con
significativas ceremonias y tradicionales usos lo instalará entregándole
un ejemplar de la Constitución, el Libro de la Logia y los instrumentos
de su cargo, no todos de una vez, sino uno después de otro; y después de
cada entrega, el Gran Maestre o su Diputado leerá el deber u obligación
pertinente a cada cosa.

Después, los miembros de esta nueva Logia, inclinándose conjuntamen-


te ante el Gran Maestre, le darán las gracias, e inmediatamente tributarán
homenaje a su nuevo Venerable Maestro, y significarán su promesa de
sumisión y obediencia por medio de la usual congratulación. El Diputa-
do, los Grandes Vigilantes y cualquier otro hermano presente, aunque no
sea miembro de la nueva Logia, felicitarán al nuevo Venerable Maestro,
quien reiterará su gratitud al Gran Maestre y a los demás dignatarios por
orden de categorías.

Después, el Gran Maestre manifestará el deseo de que el nuevo Vene-


rable Maestro entre inmediatamente en el ejercicio de su cargo y nombre
sus Vigilantes. El nuevo Venerable Maestro los nombrará y presentará
al Gran Maestre para que los apruebe, y a la nueva Logia para que dé su
consentimiento.

Y hecho así, el primer Gran Vigilante o el segundo, o algún herma- no


en su nombre, leerá las obligaciones de los Vigilantes; y a la solemne
interrogación del nuevo Venerable Maestro, los candidatos manifestarán
su sumisión a ellas. En consecuencia, el nuevo Venerable Maestro les
pre- sentará los instrumentos de su cargo, y los instalará debidamente
en su propio lugar; y los hermanos de la nueva Logia significarán su
obediencia a los nuevos Vigilantes por medio de la usual congratulación.

Y la Logia así completamente constituida quedará registrada en el libro


del Gran Maestre, y por su orden se notificará a las demás Logias.

Aprobación

En vista de que por la confusión causada en las guerras de los sajones,


101
daneses y normandos, quedaron muy estropeados los documentos de los
masones, los francmasones de Inglaterra pensaron por dos veces que era
necesario reformar su Constitución, Deberes y Reglas, primero en el rei-
nado de Athelstán el danés y mucho más tarde en el de Eduardo IV el
normando. Y como quiera que en la antigua Constitución, en Inglaterra,
hubo muchas interpolaciones, mutilaciones y deplorables corrupciones,
no sólo en la letra, sino en los hechos, con graves errores en Historia y
Cronología, a causa del transcurso del tiempo y de la ignorancia de los
transcriptores, en los siglos de incultura, antes del renacimiento de la
Geometría y de la antigua Arquitectura, hubo grave ofensa de los herma-
nos instruidos y juiciosos, y engaño de los ignorantes.

Y nuestro último Gran Maestre, Su Gracia el Duque de Montagu, encar-


gó al autor examinara, corrigiese y compilase en nuevo y mejor método
la Historia, Deberes y Reglas de la antigua Fraternidad, por lo que el au-
tor examinó varios ejemplares de Italia y Escocia y diversos documentos
de Inglaterra; y de ellos (aunque en muchas cosas erróneos), de varios
otros documentos masónicos compiló la transcrita nueva Constitución
con los Deberes y Reglas generales. El autor ha sometido el manuscrito
al examen y corrección del último y del actual Gran Maestre y Diputados
y de otros doctos hermanos, así como al de los Venerables Maestros y
Vigilantes de las Logias particulares, en la Asamblea trimestral. Entre-
gó también el manuscrito al último Gran Maestre, el citado Duque de
Montagu, para su examen, corrección y aprobación; y Su Gracia, por
consejo de varios hermanos, ordenó que se imprimiera elegantemente y
con profusión para uso de las Logias, aunque todavía no estaba del todo
preparado para la prensa durante su Gran Maestría.

Por lo tanto, Nos, el actual Gran Maestre de la honorable y antiquísima


Fraternidad de libres y aceptados masones, el Diputado del Gran Maes-
tre, los Grandes Vigilantes, los Venerables Maestros y Vigilantes de las
Logias particulares (con el consentimiento de los hermanos de dentro y
fuera de la ciudad de Londres y Westminster), habiendo también exami-
nado esta obra, me adhiero a nuestros loables predecesores, en nuestra
solemne aprobación de ella, pues Nos creemos que responderá plena-
mente al fin propuesto, ya que conserva todo lo valioso de los antiguos
102
documentos y están enmendados los errores en Historia y Cronología,
y se han omitido los falsos hechos y las palabras impropias, y todo está
recopilado en un nuevo y mejor método. Y mandamos que se reciba en
toda Logia particular de nuestra Obediencia como la única Constitución
de los libres y aceptados masones entre nosotros, para que se lea en el
acto de la admisión de nuevos hermanos, o cuando el Venerable Maestro
lo considere conveniente y que los nuevos hermanos la examinen antes
de la admisión.

Felipe, Duque de Wharton, Gran Maestre.

J. T. Desaguliers, doctor en Leyes y miembro de la Real Sociedad, Di-


putado del Gran Maestre.

Joshua Timson, William Hawkins, Grandes Vigilantes.

Y los Venerables Maestros y Vigilantes de las siguientes Logias parti-


culares:

I Thomas Morris, Venerable. John Bris-low, Abraham Abbot, Vigilan-


tes.
II Richard Hail, Venerable. Philip Wolverston, John Doyer, Vigilantes.
III John Turner, Venerable. Anthony Sayer, Edward Cale, Vigilantes.
IV Mr. George Payne, Venerable. Stephen Hall M. D., Francis Sorell
Esq., Vigilantes.
V Mr. Math. Birxhead, Venerable. Francis Baily, Nicholas Abraham,
Vigilantes.
VI William Read, Venerable. John Glover, Robert Cordell, Vigilantes.
VII Henry Branson, Venerable. Henry Lug, John Townbend, Vigilantes.
VIII ……… …….. ……… Venerable. Jonathan Sisson, John Shipton,
Vigilantes.
IX Georges Owen M. D., Venerable. Eman Bowen, John Heath, Vigi-
lantes.
X ……. ………. ……. Venerable. John Lubron, Richard Smith, Vigi-
lantes.
XI Francis conde de Dalkeith, Venerable. Capt. Andrew Robinson, Cor.
103
Thomas Juwood, Vigilantes.
XII John Beal M. D. y F. R. S., Venerable. Edward Pawlet Esq., Charles
More Esq.”, Vigilantes.
XIII Thomas Morris (hijo), Venerable. Joseph Ridler, John Clark, Vi-
gilantes.
XIV Thomas Robbe Esq., Venerable. Thomas Grave, Bray Lañe, Vigi-
lantes.
XV Mr. John Shepherd, Venerable. John Senex, John Bucler, Vigilantes.

104
HIMNO DEL MAESTRO O LA HISTORIA DE LA
MASONERÍA POR EL AUTOR

Para cantarlo a coro, en parte o todo, según plazca, cuando el Vene-


rable lo permita

Parte I

I Adán, el primer hombre, creado con la Geometría impresa en su mente


superior, instruyó muy luego a sus hijos Caín y Seth, quienes aplicaron
la noble ciencia al arte de la Arquitectura, a la que eran aficionados, y la
enseñaron a sus descendientes.

II Caín construyó una hermosa y fuerte ciudad a la que llamó Enoch,


nombre de su hijo primogénito, y toda su raza siguió este ejemplo. Pero
el piadoso Enoch, de la estirpe de Seth, erigió con potente habilidad dos
columnas, y toda su familia formó una colonia.

III Después apareció nuestro padre Noé, un masón divinamente ins-


truido, quien por mandato de Dios construyó el Arca, tan nutridamente
cargada. Construyó, según las reglas de la verdadera Geometría, una her-
mosa pieza de arquitectura, ayudado por sus tres hijos, que cooperaron
en el magno proyecto.

IV Así es que sólo se salvaron del diluvio, masones con sus muje-
res, y como toda la siguiente humanidad descendió de ellos, prosperó la
Arquitectura, porque al multiplicarse prolíferamente se dispersaron para
poblar la Tierra. En la vasta y amena llanura de Senaar tuvo la Masonería
segundo nacimiento.

V La Logia General llenóse de gozo al ver que las gentes, con gran
poder masónico, construían la Ciudad y las Torres, hasta que por vana
ambición desbarató el Hacedor su proyecto; pero aunque con las lenguas
confundidas, siguieron hablando de modo que no olvidaron el aprendido
Arte.

105
Coro. ¿Quién puede descifrar el Arte Real o cantar sus secretos en un
himno? Están seguramente guardados en el corazón del masón y pertene-
cen a la antigua Logia.
(Pausa, para brindar por la salud del Gran Maestre.)

Parte II

I Así cuando se dispersaron de Babel, fundaron colonias los ver- dade-


ros masones, capaces de enseñar el Arte a sus descendientes. El rey
Nemrod fortificó su reino con ciudades, torres y castillos. Mitzraim, que
empuñó el timón de Egipto, construyó allí estupendas Pirámides.

II No menos sobresalieron en Masonería, Jafet y su animosa estirpe, así


como Sem y los que le sucedieron en la herencia vinculada de ben- ditas
promesas. Porque el patriarca Abram trajo de Ur la Geometría que sin
vacilar reveló a los descendientes de su sangre.

III La raza de Jacob aprendió con el tiempo a dar de mano al cayado


de pastor y a usar la Geometría de modo que cayeron bajo el cruel yugo
de Faraón hasta que se levantó el Maestro Masón Moisés, quien desde
entonces dirigió la Santa Logia y escogió masones a quienes comunicar
sus conocimientos.

IV Aholiab y Bezaleel, varones inspirados, construyeron el Tabernácu-


lo donde la Shechinah quiso morar, y surgió la habilidad geométrica. Y
cuando estos valerosos masones poblaron la tierra de Canaán, los cultos
fenicios vieron que las tribus de Israel eran más hábiles en firme y genui-
na Arquitectura.

V Porque los vigorosos brazos de Sansón derribaron sobre los magnates


filisteos las dos columnas que hábilmente sostenían el templo de Dagón
en la ciudad de Gaza. Y aunque era la más hermosa fábrica erigida por los
hijos de Canaán, no podía compararse con la hermosura y magnificencia
del Templo levantado en alabanza del Creador.

VI Pero aquí nos detendremos para brindar por la salud del Venerable y
106
de los Vigilantes; previniendo a todos contra el peligro en que naufragó la
fama y la fidelidad de Sansón, cuya fuerza se debilitó y se abatió su valor
al revelar su secreto a su mujer. A crueles enemigos se entregó y nunca
más fue masón.
Coro. ¿Quién puede descifrar el Arte Real o cantar sus secretos en un
himno? Están seguramente guardados en el corazón del masón y pertene-
cen a la antigua Logia.
(Pausa para brindar por la salud del Venerable y Vigilantes de la Logia.)

Parte III

I Cantamos la fama de los antiguos masones, cuando en número de


ochenta mil estaban a las órdenes de renombrados Maestros. Había tres
mil seiscientos empleados por el rey Salomón, Maestro Masón General,
como Hiram lo era en la magnífica Tiro. Así los verdaderos masones
construyeron a Salem.

II El Arte Real era entonces divino y los obreros recibían celeste ins-
piración. El Templo brilló entre todas las Obras, y el mundo entero lo
admiró, pues de todas partes llegaron varones ingeniosos a contemplar la
magnificente edificación, y al volver a su país imitaron su excelso estilo.

III Con el tiempo conocieron los griegos la Geometría y aprendieron el


Arte que les mostró el insigne Pitágoras. Se lo enseñaron el glorioso Eu-
clides, el admirable Arquímedes y muchos otros instructores, hasta que
renació el antiguo estilo romano con mayor comprensión de la ciencia y
el arte.

IV Pero cuando, humillada la orgullosa Asia, vencedoras Egipto y Gre-


cia, sobresalieron en Arquitectura y llevaron su cultura a Roma, donde
el sabio Vitrubio, maestro y príncipe de los arquitectos, mejoró el Arte
en los pacíficos tiempos del gran Augusto, protector del Arte y de los
artistas.

V Los romanos recibieron el conocimiento de Oriente, y cuando sub-


yugaron las naciones, lo difundieron por el Norte y el Oeste, y enseñaron
107
al mundo el Arte de la construcción, como atestiguan sus ciudadelas y
torres donde se fortificaron sus selectas legiones; y sus templos, palacios
y arcadas pregonan los magnos proyectos de los masones.

VI Así los reyes orientales, algunos de la estirpe de Abraham y excelen-


tes monarcas de Egipto, Siria, Grecia y Roma, comprendieron la genuina
arquitectura. Por lo tanto, no es maravilla que los masones se congreguen
para honrar la memoria de aquellos reyes masones en solemne festín en
que a coro cantan los hermanos.

Coro. ¿Quién podrá descifrar este Arte Real o cantar sus secretos en un
himno? Están seguramente guardados en el corazón del masón y pertene-
cen a la antigua Logia.
(Pausa para brindar por la gloriosa memoria de emperadores, reyes,
príncipes, nobles, caballeros, clérigos y varones doctos que fomentaron
el Arte.)

Parte IV

I ¡Oh, gloriosos días en que por todo el imperio romano resonaba hasta
los cielos la fama de los sabios masones y los proclamaba honrados y
útiles varones! Durante siglos estuvieron ocupados en su labor basta que
el furor bélico y la brutal ignorancia de los godos destruyó la obra de
muchos siglos cultos.

II Pero cuando los conquistadores godos abrazaron la fe cristiana, com-


prendieron la locura que habían cometido sus antepasados al destruir las
obras arquitectónicas. Y al fin, su celo por majestuosos templos de rica
grandeza cuando estuvieron en paz, los movió a ejercer penosos esfuer-
zos en levantar los edificios góticos.

III Así se construyeron muy altos edificios en todas las tierras cristianas,
que si bien no con-formes con el estilo romano eran dignos de venera-
ción.

El Rey y los obreros convinieron plenamente en formar Logias para


108
suplir la deplorable falta del estilo romano con su nueva forma de Ma-
sonería.

IV Durante siglos prevaleció esta forma y sus obras se juzgaron ar-


quitectónicas, y en Inglaterra, Escocia, Irlanda y Gales, gozaron de gran
estima los obreros por parte de los reyes como padres de la Logia, por la
de muchos nobles y ricos pares, señores y hacendados, clérigos y jueces
y por todas las gentes.

V Así nos lo enseñan los antiguos códices masónicos. El rey Athelstán


de sangre sajona, les dio una Carta para constituir libremente Logias,
con buenas reglas entresacadas de antiguos manuscritos por su hijo el
príncipe Edwin, esclarecido Maestre General, quien reunió en York a los
hermanos y les dirigió una alocución.

VI Entonces se observaron cuidadosamente las leyes y deberes en cada


reino sajón, danés y normando, hasta que se unieron las coronas en el
rey Jaime, que fue masón y el primer rey que restauró el estilo del gran
Augusto. Por lo tanto, cantemos:
Coro. ¿Quién podrá descifrar el Arte Real o cantar sus secretos en un
himno? Están seguramente guardados en el corazón del masón y pertene-
cen a la antigua Logia.
(Pausa para brindar por la feliz memoria de todos los restauradores del
antiguo estilo augustiano.)

Parte V

I Así, aunque en Italia se restauró primero el arte sobre las ruinas góti-
cas, y el insigne Paladio enseñó un estilo justamente alabado por los ma-
sones, su poderoso rival Jones, el primate de los arquitectos británicos,
edificó tan gloriosas pilas de piedra, como nunca se habían hecho desde
la época del César.

II El rey Carlos I, también masón, con varios nobles y ricos hombres,


empleó a Jones y a sus fieles obreros hasta que sobrevino la calami- tosa
guerra civil; pero al restaurarse la paz y la Corona, aunque Londres ardió
109
en llamas, gracias al acuerdo y arte de los masones levantó la cabeza un
Londres más hermoso.

III El rey Carlos el segundo erigió entonces la más bella columna del
mundo, mandó construir el majestuoso templo de San Pablo y la Lonja
Real, con vivo gozo y regocijo. Pero después decayeron las Logias, hasta
que el ilustre Nassau restauró el buen gusto, y su brillante ejemplo preva-
leció de modo que, desde entonces, prosperó el Arte.

IV Dejemos que las otras naciones se vanaglorien como quieran. La


Gran Bretaña no cede a ninguna en la genuina Geometría y habilidad
en construcciones arquitectónicas de madera, piedra y ladrillo y en
Logias donde hallamos fraternalmente reunidos al noble y al sabio, y
brindamos con fieles y amables obreros.

V Así, pues, regocíjense los buenos hermanos y llenen sus vasos con
alegre corazón y expresen con agradecida voz las alabanzas del maravi-
lloso Arte. Que cada hermano sea un genuino masón, no un loco ni un
bellaco y que resuene la fama de nuestro Maestre, el noble Duque de
Montagu.
Coro. ¿Quién puede descifrar el Arte Real o cantar sus secretos en un
himno?
Están seguramente guardados en el corazón del masón y pertenecen a
la antigua Logia.

EL HIMNO DE LOS VIGILANTES O SEA OTRA


HISTORIA DE LA MASONERÍA

Compuesta por el Autor desde que el nobilísimo Príncipe Felipe, Du-


que de Wharton fue elegido Gran Maestre

Para cantarlo en la Asamblea Trimestral

I Cuando nos quedamos solos y se marcharon los extraños, en verano,


otoño, invierno y prima-vera, empezamos a cantar acompañados de la
música, el potente genio de la Logia Superior en toda época, que atrajo e
110
inspiró al príncipe, al clérigo, al juez, al noble y al sabio para realizar el
Magno Proyecto de los masones.

II Siempre cuidaron los masones de realizar este Magno Proyecto, des-


de Adán hasta el diluvio, del que Noé salvó el Arte y lo enseñó a Jafet,
Sem y Cam, quienes lo comunicaron a sus descendientes para construir
prestamente la ciudad y torre de Babel hasta que maravilló a las gentes;
y entonces se dispersaron los Hijos de los hombres.

III Pero aunque usaron en distantes climas sus confundidas lenguas,


llevaron allí desde Senaar, sabias instrucciones para cultivar el Arte que
conocían. Así, cantemos primero a los príncipes de las Islas; después al
insigne Belo que fijó su sede en la antigua Asiría, donde erigió grandio-
sos edificios, y a Mitzraim que levantó las Pirámides.

IV Y a Sem que inspiró en la mente de grandes naciones la útil y ad-


mirable habilidad constructora; y después a Abram que enseñó la ciencia
caldea a sus hijos, quienes cuando estaban en Egipto bajo la mano de
Faraón, aprendieron penosamente a ser hombres más útiles, hasta que
apareció el Gran Maestro Moisés y los libró de sus enemigos.

V Pero ¿quién podrá cantar las alabanzas del que mandó erigir el Ta-
bernáculo? Cantemos a sus obreros, firmes como el acero, a Aholiab y
Bezaleel. Cantemos a Tiro y Sidón y a los antiguos fenicios. No olvide-
mos jamás el error de Sansón que imprudentemente reveló su secreto a
su mujer, y al fin derrocó el templo de Gaza.

VI En solemne festín cantamos al rey Salomón que realizó el Magno


Proyecto con riqueza, poder y arte divino, auxiliado por el docto Hiram
de Tiro, y por los obreros que recibían la encantadora influencia del sabio
Hiram Abif que ayudó brillantemente a los Maestros judíos, y cuya exce-
lente obra no es posible relatar.

VII Todo hermano agradecido canta al rey masón que levantó el Arte
hasta su cénit, y enseñó a todas las naciones la útil habilidad, porque
desde el hermoso Templo marcharon los obreros a extrañas tierras y en-
111
señaron el Magno Proyecto que reyes y magnates y doctos varones ins-
peccionaron.

VIII Cantamos el templo de Diana en Asia Menor; las colosales mura-


llas de Babilonia, sede del gran Nabucodonosor; la tumba de Mausoleo,
rey de Carintia; muchos edificios de soberbio estilo en África, Asia, Gre-
cia, Sicilia y Roma que había conquistado a estas naciones.

IX También cantamos a Augusto el fiel Maestro General, quien por


mano de Vitrubio, refino y difundió el Magno Proyecto de los masones
por el norte y el oeste. Hasta los antiguos bretones practicaron por do-
quier el Arte Real, y la arquitectura romana prevaleció hasta que con la
bélica furia los sajones destruyeron las obras seculares.

X Con el tiempo predominó el estilo gótico en la isla británica, cuando


revivió el Magno Proyecto de los masones, y prosperó en sus Logias re-
gulares, aunque no como en los días de Roma. Sin embargo, cantamos la
fama de sajones, daneses, escoceses, galeses e irlandeses; pero cantemos
primero al rey Athelstan y al príncipe Edwin nuestro influyente Maestro.

XI Y también cantan los masones británicos a los reyes norman- dos,


hasta que revivió en la isla el estilo romano y se unieron las coronas en
la frente del rey Jaime, un rey masón, que levantó grandiosos edificios
por mano de Iñigo Jones el rival del sabio Paladio, justamente alabado en
Italia y en Britania por su firme y genuina arquitectura.

XII Y después, en cada reino prevaleció la Masonería y obtuvo el favor


de reyes, nobles y sabios cuya fama llegó a los cielos, hasta estimular
en la época actual la reunión en Logias y llevar hábil y cuidadosamente
el mandil, para ensalzar el antiguo Magno Proyecto de los masones y
restaurar el estilo augustiano en muchos artísticos y gloriosos edificios.

XIII Desde entonces cantamos al obrero y al rey con dulce música y


poesía, cuya armonía resuene. Y con la Geometría en hábil mano tribute-
mos sin demora, con amor y amistad, nuestro cordial homenaje al Gran
Maestre, el noble Duque de Wharton que rige a los libremente nacidos
112
Hijos del Arte.
Coro. ¿Quién podrá recitar en suave forma poética o en robusta prosa
las alabanzas de los verdaderos masones cuyo Arte trasciende la vulga-
ridad? Nunca han de revelarse sus secretos a un profano, y el fiel masón
ha de preservarlos y sólo descubrirlos en la antigua Logia, porque están
guardados en el corazón de los masones por los hermanos del Arte Real.
Creyó el autor que para llenar esta página de la edición original no sería
inoportuno transcribir un párrafo de un antiguo manuscrito masónico,
titulado: La Compañía de Masones o Francmasones, de antigua constan-
cia y buena consideración, por medio de afables y amistosas reuniones
en diversos tiempos; y como cumplía a una amorosa Fraternidad, efectuó
frecuentemente estas mutuas Asambleas en tiempo del rey Enrique V, el
año 22 de su reinado. Y dicho manuscrito describe un escudo de armas
muy semejante al de la Compañía de Francmasones de Londres. Se cree
generalmente que la ante citada Compañía desciende de la antigua Fra-
ternidad, y que en un principio nadie podía ingresar en dicha Compañía
si antes no ingresaba en una Logia de libres y aceptados masones como
in- dispensable cualidad. Pero tan loable práctica parece que estuvo lar-
go tiempo en desuso. Los hermanos residentes en países extranjeros han
descubierto que varias Asociaciones y Órdenes antiguas de noble con-
dición, adoptaron las Reglas y Deberes de los Francmasones (los cuales
son ahora la más antigua Orden del mundo) y quizá originalmente perte-
necieron dichas Corporaciones a la antigua y venerable Fraternidad. Pero
esto ya se esclarecerá cumplidamente a su debido tiempo.

HIMNO DE LOS COMPAÑEROS

Por nuestro hermano Carlos Delafaye Esq. para cantarlo con música
en el Gran Banquete

I ¡Salve, Masonería! Tu divino Arte es revelación del cielo y gloria de


la tierra. Brillas con refulgentes joyas a todos ocultas menos a los ojos
del masón.
Coro. ¿Quién podrá cantar tus alabanzas en fluida prosa o en sonoros
versos?
II Como el hombre se distingue de los brutos, así el masón supera a los
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demás hombres, porque sólo en su pecho seguramente mora el escogido
y raro conocimiento.
Coro. Su silente pecho y fiel corazón preservan los secretos del Arte.
III El Arte de los masones defiende a la humanidad del sofocante calor
y del penetrante frío; de las fieras cuyo rugido hiende la selva; y de los
asaltos de audaces guerreros.
Coro. Tribútese a este Arte el debido honor porque tal auxilio presta a
la humanidad.
IV Desdeñan los masones como pueriles juguetes las descaradas conde-
coraciones que alimentan el orgullo, y las vanas y molestas distinciones,
porque son libremente nacidos Hijos del Arte.
Coro. Se distinguen por su nombre y por su insignia.
V ¡Que el compañerismo libre de envidia y las amistosas pláticas de
Fraternidad sean el perdurable cemento de la Logia, que firmemente se
mantuvo en el curso de los siglos!
Coro. Una Logia así formada subsistió en los Piados siglos y eterna-
mente subsistirá.
VI Hagan justicia nuestros cantos a quienes enriquecieron el Ar- te,
desde Jaral hasta Bürlington y que todos los hermanos tomen parte.
Coro. Nobles masones, que la salud reine por doquier y sus alabanzas
resuenen en la alta Logia.

HIMNO DE LOS APRENDICES

Por nuestro difunto hermano Mr. Matthew Birkhead

Para cantarlo con permiso del Venerable, después de tratados los asun-
tos importantes.

I Venid, que los hermanos están reunidos en gozosa ocasión. Bebamos,


riamos y cantemos. Nuestro vino da salud al masón aceptado.
II El mundo se apena por descubrir nuestros secretos. Dejemos que los
profanos se admiren y contemplen; pero nunca adivinarán la palabra o el
signo de un libre y aceptado masón.
III Dicen esto es esto y esto es aquello; pero no pueden decir qué, pues
muchos varones eminentes de la nación, se honran con el mandil, para
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identificarse con un libre y aceptado masón.
IV Insignes reyes, duques y señores han honrado nuestros Misterios con
sus juramentos; y nunca se avergonzarán de oírse llamar libre y aceptado
masón.
V En nuestro favor tenemos el privilegio de la antigüedad. La Masone-
ría forma hombres justos en su posición social y solamente lo bueno debe
comprender un libre y aceptado masón.
VI Démonos las manos y sostengámonos unos a otros. Regocijémonos
con rostro alegre. ¿Qué mortal puede brindar tan noblemente como un
libre y aceptado masón?
Como quiera que la música del Himno de los Compañeros contiene
varias hojas y es demasiado larga para imprimirla aquí, la Logia a que
pertenecen los autores de la letra y de la música, la prestarán en manus-
crito a cualquier Logia que lo desee.

Londres, 17 de enero de 1722-23.

Este Libro que se compuso por mandato de Su Gracia el Duque de


Montagu, nuestro último Gran Maestre, y aprobado en manuscrito por la
Gran Logia, se presentó impreso este día en la Asamblea Trimestral, y lo
aprobó la Sociedad. Por lo tanto, ordeno que se publique y se recomiende
para uso de las Logias.

Felipe Duque de Wharton


Gran Maestre.

L. T. Desaguliers
Diputado del Gran Maestre.

Traducido por:
Federico Climent Terrer,
La Constitución de 1723,
Barcelona, 1936.
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