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Elena Marengo en El
discurso como interacción social. T. van Dijk (comp). 2000. Editorial Gedisa. Barclona (pg 367-404)
El ACD estudia el discurso (en su forma oral o escrita) como forma de una práctica social
(Fairclough & Wodak, 2000: 367) Describir esta práctica social es describir la relación dialéctica entre
discurso y sociedad. En la palabras de los autores “[e]l hecho de describir el discurso como práctica
social sugiere una relación dialéctica entre un suceso discursivo particular y las situaciones,
instituciones y estructuras sociales que lo enmarcan” (Fairclough & Wodak, 2000: 367)
La relación dialéctica entre discurso y sociedad se puede describir como lo siguiente: “lo social
moldea el discurso pero que éste, a su vez, constituye lo social (…) [lo] constituye en el sentido de que
contribuye a sustentar y reproducir el statu quo social, y también en el sentido que contribuye a
transformarlo.” (Fairclough & Wodak, 2000: 367)
“El ACD se propone lograr que estos aspectos opacos del discurso se vuelvan más
transparente”1 (Fairclough & Wodak, 2000: 368)
Una de las características del ACD es que apoya a los oprimidos en contra de los dominantes y
“manifiesta abiertamente la vocación emancipadora que la motiva” (Fairclough & Wodak, 2000: 368)
El ACD en contexto
El lenguaje en la sociedad comienza a tener una gran importancia. Ya que tiene mayor grado de
intervención “para controlar y modela las prácticas lingüísticas en un forma acorde con los objetivos
económico, políticos e institucionales” (Fairclough & Wodak, 2000: 369)
Su herencia nace del marxismo occidental del siglo XX: Gramsci, Escuela de Frankfurt,
Hubermas, Althusser.
La escuela francesa
La lingüística crítica
Esta teoría fue desarrollada en Gran Bretaña (Fowlet et al, 1979, Kress & Hodge, 1979)
fuertemente ligada a la LSF (Halliday, 1978, 1985)
Semiótica sociales
Deriva de algunos autores de la lingüística crítica (Hodge & Kress, 1988). Se encarga del
carácter multisemiótico de los discursos/textos. Es decir, de los audiovisual, visual y el lenguaje (Kress
y van Leeuwen, 1990).
Relaciones del cambio sociocultural y cambio en el discurso (Fairclough, 1989, 1992a). Esto
quiere decir cuando los servicios pasaron a ser bienes económicos, por ejemplo, la producción
académica.
Estudios sociocognitivos
Con van Dijk como primer exponente desde los años ‘80. Estudio tridimensional: discurso-
cognición-sociedad.
Propuesto por Ruth Wodak (1975, 1986; Lutz & Wodak, 1987; Wodak et al, 1990; Wodak &
Matouschek, 1993). Rasgo característico de este enfoque es la integración sistemática “de toda la
infrmación disponible del contexto (background information) al análisis y la interpretación de las
numerosas capas que constituyen un texto hablado o escrito” (Fairclough & Wodak, 2000: 378).
También, utilizaron el enfoque sociocognitivo de van Dijk para analizar la “importancia para la
producción y comprensión del texto” (Fairclough & Wodak, 2000: 378)
Análisis de la lectura (Lesartenanalyse)
Proviene del lingüista Utz Maas (1985, 1989a, 1989b) se basa en el pensamiento foucaultiano
junto a una metodología hermeneútica (Lesartenanalyse), El discurso como práctica social formada
históricamente (Maas, 1984: 18)
La Escuela de Duisburg
Con Siegfried Jäger a la cabeza, esta escuela se basó, también, en la teoría foucaultiana del
discurso, específicamente de los símbolos colectivos (topoi), por ejemplo, casa, automóvil, olas de
inmigrantes. Para él, el discurso es una modalidad de habla institucionalizada y convencionalizada que
guarda relación con el comportamiento y la dominación (Jäger & Jäger, 1993 en Fairclough & Wodak,
2000: 379). A diferencia del método de Maas que es más macrodiscursivo, éste enfoque en
microanalítico.
En este apartado Norman Fairclough y Ruth Wodak analizarán desde el ACD una entrevista de
Thatcher. Utilizarán ocho principio teóricos-metodológicos (inmersos o no en los otros enfoques)
El ACD estudia los problemas sociales y su asidero lingüístico. No sólo su uso, sino que su uso
en problemas sociales.
El ACD devela las relaciones de poder dentro del discurso. También existe el poder sobre el
discurso (Fairclough, 1989, en Fairclough & Wodak, 2003: 389), a raíz de esto, se puede manipular y
controlar las prácticas discursivas y las estructuras del orden del discurso. (Fairclough & Wodak, 2000:
389)
La LSG (Halliday, 1994, Hallday & Hasan, 1985) proponen una miltifuncionalidad en el
lenguaje, en donde, la cláusula tiene tres dimensiones: ideacional, interpersonal y textual. En la
primera, crea representaciones en la realidad, la segunda construye representaciones sociales e
identidades y la última integra la coherencia y la cohesión de un texto.
4. El discurso realiza una labor ideológica
Discurso como ideología. La ideología puede ser falta o no fundamentada (ideología de género,
por ejemplo)
5. El discurso es histórico
El ACD relaciona las estructuras y procesos sociales y culturales con las propiedad textuales del
mismo texto. Esta relación no es directa, sino que indirecta y compleja (opaca), por ende, el ACD
busca transparentar esta complejidad. Uno forma de hacerlo, es ver que esta relación yace en los
órdenesdel discurso (Fairclough, 1992a). Otra forma es la mediación entre el texto y la sociedad
(Smith, 1990), una propueesta etnometodológica y márxissta en la práctica de los actores sociales en la
vinculación del texto con la sociedad. Por otra parte, está la teoría de la sociocognición de van Dijk
(1985a, 1989, 1993; Wodak, 1992; Mitten & Wodak, 1993) el vínculo entre discurso-cognición-
sociedad. Aquí, se estable la importancia de “los recursos cognitivos que los actores sociales utilizan en
su práctica y la relación entre los significados o interpretaciones individuales y las representaciones
grupales.” (Fairlcough & Wodak, 2000: 396).
Muchos lingüistas tienen una posición política fija y muchos militan. Estos siempre muestran
sus intereses la momento de analizar los discursos. Muchos estudios del ACD han influenciado para
modificar prácticas antisemitas, sexistas, racistas. Por ende, su estudio puede permitir una acción
social.
Conclusión
“No existe una división neta entre estos dos ámbitos: los analistas críticos del discurso necesariamente
recurren a las actividades críticas de todos los días (en relación, por ejemplo, con las relaciones de
género, el patriarcado y el feminismo), que incluyen su propio compromiso y sus experiencias
personales y a su vez esas actividades puedan ser informadas por el análisis crítico (como sucedió con
el feminismo). No obstante, el análisis crítico del discurso no se limita a ser una réplica de la crítica
cotidiana: puede recurrir a teorías sociales y teorías del lenguaje, puede usar metodologías rigurosas
para el análisis del lenguaje que no están por lo general al alcance de todos y cuenta, además, con
elementos para llevar a cabo investigaciones sistemáticas en profundidad que exceden la experiencia
común. (…) Opinamos que la aspiración de los analistas críticos del discurso debería ser la de operar
como "intelectuales orgánicos" en una diversidad de luchas sociales (sin olvidar los "nuevos
movimientos sociales", como los movimientos ecológicos o los que se oponen a la construcción de
carreteras), con conciencia plena, al mismo tiempo, de que su trabajo corre permanentemente el riesgo
de que el estado y el capital se apoderen de él.” (Fairlcough & Wodak, 2000: 399-400)