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Teoría del etiquetamiento: así contribuimos a la delincuencia

La teoría del etiquetamiento es una corriente de la sociología que se centra en la


influencia que ejercen los prejuicios y los estereotipos a la hora de juzgar a ciertos
individuos. Según esta teoría, una vez que un individuo es etiquetado como
“desviado” o “outsider”, se enfrentará a nuevos problemas que procederán
precisamente de las reacciones de los demás a los estereotipos negativos que
conlleva esa etiqueta. Incluso él mismo aceptará su condición de desviado y
actuará de acuerdo a las expectativas creadas. Esta teoría es esencial para
entender problemas como la delincuencia como el resultado de unos procesos de
control social.

¿En qué consiste la teoría del etiquetamiento?


La base de la teoría del etiquetamiento reside en la siguiente idea: el
incumplimiento de una norma no va asociada a un acto, sino a que la
persona que lo lleva a cabo forma parte de una minoría. La mayoría social
etiqueta a ese individuo como negativo por alejarse de las normas sociales
comúnmente aceptadas. Por lo tanto, una conducta desviada lo es en realidad
porque así lo determina un grupo mayoritario y no porque obedezca a un
comportamiento reprobable.

Uno de los inspiradores de la teoría del etiquetamiento fue Howard Becker,


un sociólogo estadounidense que, tras numerosas investigaciones realizadas
durante la década de los sesenta, llegó a la conclusión de que la desviación de
una norma no es una cualidad en sí misma, sino que es una abstracción que viene
determinada por una normativa dominante, que no es necesariamente justa. El
peso de los prejuicios es clave a la hora de juzgar la conducta de ciertos
individuos, siendo determinante su origen social y su condición económica.

Según la teoría del etiquetamiento, la mayoría dominante de una sociedad es la


que dicta las normas y la que determina la desviación de las mismas. Si alguien no
las cumple, se le considera un desviado y se le aplican las correspondientes
sanciones.

Es decir, una determinada conducta se considera desviada porque existe una


mayoría que así lo cree, no porque la desviación sea realmente una conducta
reprochable.

Esta etiqueta que se le coloca a ciertas personas puede provocar que utilicen
dicha conducta como medio de defensa. Esta reacción refuerza todavía más su
conducta considerada desviada y puede causarles graves problemas
psicológicos. Dicho de otra forma, si una persona es tratada como un delincuente,
es muy probable que tarde o temprano actúe como un delincuente, aunque
inicialmente no lo sea.
Tipos de desviación

Edwin Lemert, profesor de sociología de la Universidad de California durante


varias décadas, contribuyó al desarrollo de la teoría del etiquetamiento con una
aportación muy interesante: diferenció dos tipos de desviaciones: primaria y
secundaria.

Desviación primaria

Hace alusión al tipo de conducta que desarrolla un individuo y que, aunque esté
incumpliendo alguna norma, no es suficiente para que se le considere un
desviado. Se trata como un hecho aislado, por lo tanto, nadie cree que sea una
actitud habitual o frecuente y no se tiene una visión negativa.

Desviación secundaria

Al contrario que en el caso anterior, en el momento que un individuo incumple una


norma, sí se le considera un individuo desviado por gran parte de la
sociedad. Esto, además, conlleva que ese individuo se considere a sí mismo una
persona desviada. Es decir, las implicaciones son muy importantes, puesto que al
verse de una manera diferente, un individuo puede sufrir numerosos problemas
relacionados con el comportamiento social.

Relación de la teoría del etiquetamiento con la criminología

El etiquetamiento puede llevar a algunas personas a desarrollar diversos


trastornos psicológicos. La criminología tiene muy en cuenta esta teoría, ya que
hay individuos que se comienzan a comportar como delincuentes debido al
encasillamiento al que se ven sometidos. Esta situación suele darse por ejemplo
entre jóvenes de barrios pobres de grandes ciudades. A continuación, te
mostramos algunos de los comportamientos que pueden desarrollar algunas
personas que se encuentran en esta situación.

Retraimiento y rechazo

Las personas que son etiquetadas como delincuentes pueden llegar a sentir que
las demás personas las rechazan por ese motivo. Suelen evitar encuentros
sociales y comienzan a apartarse del resto de las personas porque no se
sienten integrados en una sociedad que les rechaza y les culpa.

Es muy importante destacar que aunque el etiquetado como delincuente pueda


durar un breve periodo de tiempo, los efectos en la persona pueden prolongarse
durante muchos años. Es decir, aunque ya nadie lo etiquete de esta forma, el
impacto en el individuo puede durar incluso toda su vida.

Un concepto de sí mismo desviado

Las personas suelen definirse a sí mismas en función de cómo la ven las demás.
Por lo tanto, las opiniones negativas de los demás y las actitudes negativas hacia
ellas pueden provocar que varíe el concepto que las persona tienen de sí
mismas.

El problema más grave es que además de variar el concepto que la persona tiene
de sí misma, comienza a comportarse como si fuera una persona desviada.

Participación en grupos desviados

Los individuos que han sido etiquetados como desviados encuentran en este tipo
de grupos a personas que están en su misma situación. Son para ellos un
apoyo social y junto a ellos pueden liberar sus comportamientos desviados.

En definitiva, la teoría del etiquetamiento explica cómo una mayoría social puede


provocar que personas completamente normales comiencen a pensar que no
van por el buen camino. Son individuos estigmatizados y el verdadero
problema reside en que ellos mismos se consideran desviados o delincuentes. Por
lo tanto, comienzan a comportarse como si lo fueran, es aquí donde esta teoría
cobra una gran importancia para la rama de la criminología. Sin duda la teoría
del etiquetado sugiere una nueva forma de estudiar la delincuencia y verla en
muchos casos más como una consecuencia de los prejuicios sociales que como
una conducta enfermiza y aislada.

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