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TEOLÓGICOS (CEFyT)
Año: 2020
Hemos visto hasta aquí desde diversos puntos de vista que el sujeto se vincula con el
mundo desde sus inicios de vida. Principalmente en los primeros años aprende a
interactuar con las personas que lo rodean y su entorno.
Es en este contexto áulico donde podemos ubicar el cuento “El Pequeño” que nos
narra una inercia que poseen las prácticas que se llevan a cabo en las instituciones
educativas; en concreto, la maestra-alumno. Es sabido que la institucionalización de la
educación no garantiza el aprendizaje de los chicos.
1
LELIWA, Susana. Constitución del sujeto psíquico, pp. 45-70
En este marco, es importante mencionar lo que entendemos por este concepto
“aprendizaje” para luego arribar hacia alguna conclusión. El término “aprendizaje” lo
expresamos en el sentido que nos propone Dabas, de línea piagetiana:
“El aprendizaje es el proceso por el cual un sujeto, en su interacción con el medio, incorpora la
información suministrada por éste, según sus necesidades e intereses, la que, elaborada por sus
estructuras cognitivas, modifica su conducta para aceptar nuevas propuestas y realizar transformaciones
inéditas del ámbito que lo rodea.”2
Las preguntas que se me vienes son las siguientes: ¿está a tiempo esta maestra en
desarmar lo que la anterior habría construido en el niño? ¿Una vez que el sujeto se va
constituyendo, ya no hay vuelta atrás? Se dice que el sujeto se hace en el devenir
histórico, entonces ¿es posible que se re-haga mirando para atrás? ¿O es que el
devenir es sólo un movimiento hacia adelante? En fin, ¿puede el pequeño
reencontrarse con sus motivaciones e imaginación inicial?
2
DABAS, Elina Nora. Aprendizaje, creatividad y contexto social, p. 22