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NEUROPSICOLOGÍA
BENZODIACEPINAS Y NEUROPSICOLOGÍA
BENZODIACEPINAS Y
NEUROPSICOLOGÍA
Las benzodiacepinas son sustancias liposolubles que por su estructura química pueden
clasificarse en tres grupos: 1,4 BZD, 1,5 BZD, y las BZD tricíclicas.
En función de su acción se suelen clasificar en benzodiacepinas de acción larga (vida
media 24-60 horas), acción intermedia (12-30h) y acción corta (3-15h).
Las de acción larga suelen dar lugar a metabolitos activos con una vida media de más
de 60 horas que mantienen sus efectos una vez eliminado el fármaco. Las de acción
más corta, su efecto y eliminación comienzan antes, tiene un perfil más hipnótico y
pueden tener mayor riesgo de tolerancia y dependencia, y amnesia anterógrada.
Las BZD son fármacos que se prescriben principalmente para el tratamiento de la
ansiedad y el insomnio.
BENZODIACEPINAS Y
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Mecanismo de acción de las benzodiacepinas.
La acción terapéutica de las benzodiacepinas está relacionada con el sistema GABA, que cuenta
con tres tipos de receptores: los receptores GABA A y GABA C (ionotrópicos) y los receptores
GABA B (metabotrópicos).
Distintos subtipos de receptores GABA A son objetivos de las benzodiacepinas y sedantes
hipnóticos e intervienen en la neurotransmisión tanto tónica como fásica de la sinapsis del GABA.
En humanos, las benzodiacepinas actúan aumentando las acciones del GABA a nivel de la
amígdala y corteza prefrontal en los circuitos cortico-estriado-talamico-cortical para aliviar la
ansiedad y el miedo.
Igualmente moduladores alostéricos positivos, los hipnóticos no benzodiacepínicos zaleplon,
zolpidem y zopiclona se unen a un sitio distinto del receptor GABA A que las benzodiacepinas.
Zaleplon, zolpidem tienen especificidad por el subtipo de receptor α1, y zopiclona por α1, α2, α3 y
α5.
BENZODIACEPINAS Y
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Aplicaciones clínicas
Las benzodiacepinas tienen cinco efectos principales: ansiolítico, hipnótico, miorrelajante,
anticonvulsivo y amnésico (sedación en cirugía menor), además de tratar síntomas de abstinencia de
alcohol.
Las benzodiacepinas como el diacepam y alprazolam también se utilizan para aliviar la ansiedad crónica
en algunas formas de depresión y esquizofrenia.
Midazolam como sedante, ansiolítico y amnésico de efecto rápido y corta duración, en preparación
prequirúrgica.
Entre las usadas para tratar el insomnio se encuentran el flurazepam, triazolam y zolpidem.
Con efectos antiepilépticos se suele utilizar el clonacepam por su baja afectación psicomotora.
Como relajante muscular, el diacepam alivia espasmos musculares provocados por traumatismos, entre
otros.
Los llamados “Fármacos- Z” zaleplon, zolpidem y zopiclona, por su distinta unión al receptor GABA A,
no producen tanta tolerancia y dependencia.
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Reacciones adversas
Dosis altas de benzodiacepinas rara vez causan la muerte, excepto si se combinan
con otros fármacos o drogas (depresores del SNC, analgésicos opioides,
antidepresivos tricíclicos).
El alcohol produce efectos sinérgicos al actuar también sobre los receptores GABA
A e inhibir la correcta metabolización de las benzodiacepinas.
El uso crónico de benzodiacepinas induce tolerancia que puede variar desde 1-2
semanas para el efecto sedante y 6 meses para el efecto ansiolítico y anticonvulsivo.
La administración a altas dosis y durante un tiempo prolongado puede provocar
dependencia física y síndrome de abstinencia cuando se interrumpe de forma brusca
en tratamientos de 6 meses o más.
ALTERACIONES NEUROPSICOLÓGICAS
ASOCIADAS AL CONSUMO DE
BENZODIACEPINAS
BENZODIACEPINAS Y
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Alteraciones neuropsicológicas asociadas al consumo de benzodiacepinas
Los estudios (con animales) indican un aumento de la impulsividad medida
por el paradigma Go/No-go, y disminución en memoria tanto con hipnótico
benzodiacepínico como con el no benzodiacepínico zolpidem, variando en
función del momento de estudio de los efectos:
Inmediatamente tras la ingesta, efectos agudos (han sido los más estudiados), y
tiempo después de la ingesta, efectos a largo plazo.
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Alteraciones neuropsicológicas asociadas al consumo de benzodiacepinas
Una población muy estudiada, por su mayor vulnerabilidad a los efectos
cognitivos y psicomotores derivados de la co-medicación, es la de ancianos, en
la que existe un debate con resultados heterogéneos sobre los efectos negativos
de las benzodiacepinas a largo plazo.
Diferentes estudios no encuentran un declive cognitivo más acelerado con el
tiempo, aunque sí una ejecución cognitiva general pobre.
Otros sí encuentran un efecto cognitivo negativo pero con un tamaño del efecto
muy pequeño y sin diferencias significativas frente a no consumidores en
vigilancia, memoria, aprendizaje y función ejecutiva.
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Alteraciones neuropsicológicas asociadas al consumo de benzodiacepinas
La interrupción del tratamiento por otra parte, mejoraría progresivamente el
funcionamiento psicomotor y la memoria de trabajo y episódica.
Otros resultados sugieren que en población mayor de 60 años los riesgos del
tratamiento con benzodiacepinas podrían ser mayores que las ventajas, al observarse
además de dependencia, problemas de atención, memoria, estados confusionales,
alteraciones psicomotoras y con hipnóticos no benzodiacepinicos como el
zolpidem conductas desorganizadas, caídas, amnesia, alucinaciones y
parasomnias.
Otros estudios encuentran mayor alteración provocada por benzodiacepinas de acción
intermedia (en comprensión verbal) que de acción larga (en recuerdo libre), no
encontrando alteración en las de acción corta.
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Alteraciones neuropsicológicas asociadas al consumo de benzodiacepinas
En población de jóvenes adultos: Destacan los efectos cognitivos de sedación y
somnolencia que disminuyen con el uso continuado, y enlentecimiento mental
y amnesia anterógrada, que serían todos dependientes de la dosis, si bien
persistirían los efectos en memoria.
La abstinencia del consumo mejoraría algo la ejecución cognitiva.
Destacan también los efectos psicomotores de las benzodiacepinas de vida
media más larga en la conducción de vehículos por la acumulación en sangre.
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Alteraciones neuropsicológicas asociadas al consumo de benzodiacepinas
Las de acción corta e intermedia provocarían un efecto similar con gradiente
dosis respuesta en almacenamiento de memoria, atención, tiempo de
reacción y funciones psicomotoras.
Las conclusiones sobre los efectos de las benzodiacepinas de acción larga son
más inconsistentes y afectarían más a ancianos que a adultos jóvenes.
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Alteraciones neuropsicológicas asociadas al consumo de benzodiacepinas
Asimismo, se ha encontrado que en comparación con no consumidores, los
consumidores prolongados de benzodiacepinas ejecutan peor la mayoría de
las pruebas cognitivas, particularmente en memoria verbal.
Tanto en consumo agudo como crónico se ve afectada la velocidad para
mantener la precisión en pruebas simples de atención.
A pesar de la tolerancia a los efectos sedativos y psicomotores continúa
alterada hasta un año la ejecución en tareas de repetición simple, y varios
años la ejecución en atención, aprendizaje, memoria anterógrada y
episódica.
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Alteraciones neuropsicológicas asociadas al consumo de benzodiacepinas
Se vería menos afectada la memoria retrógrada, la memoria implícita o
“priming”, excepto con loracepam en este último caso.
La ratio riesgo/beneficio es positiva en la mayoría de los pacientes en el corto
plazo (2-4 semanas).
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Alteraciones neuropsicológicas asociadas al consumo de benzodiacepinas
En cuanto al tipo de benzodiacepina, las más estudiadas han sido los
ansiolíticos alprazolam, loracepam y diacepam y los hipnóticos midazolam,
flunitracepam y triazolam.
Alprazolam, diacepam y flunitracepam, a suficientes altas dosis
administradas de forma aguda pueden incrementar la toma de decisiones de
riesgo alterando los procesos de aprendizaje y memoria.
BENZODIACEPINAS Y
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Alteraciones neuropsicológicas asociadas al consumo de benzodiacepinas
El alprazolam altera la función cognitiva en función de la dosis y sedación
subjetiva.
Las potenciales consecuencias adversas de un tratamiento prolongado con
Alprazolam se han puesto de manifiesto en pacientes con depresión por el
posible riesgo de dependencia innecesaria a pesar del beneficio a corto plazo
cuando existe ansiedad asociada.
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Alteraciones neuropsicológicas asociadas al consumo de benzodiacepinas
Loracepam se ha visto en la literatura específicamente involucrado en la
mayor alteración en memoria de trabajo y en memoria episódica.
También en otros procesos de la función ejecutiva como el razonamiento
deductivo de dos formas: enlenteciendo el procesamiento de la información
conforme aumenta la carga cognitiva, y aumentando el tiempo en la fase de
validación de las premisas como posible reflejo de alteración de ejecutivo
central.
Generalmente en este proceso, las benzodiacepinas provocan mayor tiempo de
reacción pero sin alterar la precisión del razonamiento.
BENZODIACEPINAS Y
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Alteraciones neuropsicológicas asociadas al consumo de benzodiacepinas
Loracepam se ha visto en la literatura específicamente involucrado en la
mayor alteración en memoria de trabajo y en memoria episódica.
También en otros procesos de la función ejecutiva como el razonamiento
deductivo de dos formas: enlenteciendo el procesamiento de la información
conforme aumenta la carga cognitiva, y aumentando el tiempo en la fase de
validación de las premisas como posible reflejo de alteración de ejecutivo
central.
Diacepam produce disminuciones del control inhibitorio dependientes de la
dosis.
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Alteraciones neuropsicológicas asociadas al consumo de benzodiacepinas
Otro grupo de benzodiacepinas que han recibido un estudio específico en base a
la intensa amnesia anterógrada que producen, específicamente en la
codificación en la memoria episódica, han sido los hipnóticos de acción
corta midazolam y triazolam.
Midazolam : efecto sobre la memoria operativa menor que sobre la
memoria episódica.
Efecto diferencial de triazolam comparado con alcohol en metacognición,
memoria episódica incluso con baja dosis, en atención dividida y con altas
dosis en memoria de trabajo, y de forma más específica en velocidad de
procesamiento.
BENZODIACEPINAS Y
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Alteraciones neuropsicológicas asociadas al consumo de benzodiacepinas
Los hipnóticos no benzodiacepínicos (“Z-drugs”) fueron propuestos como
alternativa a las benzodiacepinas para el insomnio.
Sin embargo como los hipnóticos benzodiacepínicos también presenta efectos
adversos.
Pueden encontrarse déficits cognitivos amnésicos y/o no amnésicos, destacando
los procesos de tiempo de reacción y velocidad de procesamiento.
Zopiclona: efecto medio en memoria verbal y atención, menor en memoria de
trabajo.
Zolpidem: efecto medio en memoria verbal y menor en velocidad psicomotora.
ANTIPSICÓTICOS DE PRIMERA
GENERACIÓN
ANTIPSICÓTICOS DE PRIMERA
GENERACIÓN
EFECTOS ADVERSOS. Neurológicos:
Distonía aguda: manifestada por contracción muscular sostenida.
Acatisia aguda: Disforia, inquietud psicomotriz.
Parkinsonismo: rigidez muscular, temblor, acinesia.
Discinesia tardía: Movimientos coreatetoides involuntarios de la cabeza, principalmente
orofaciales, extremidades y tronco que ceden con el sueño.
Síndrome neuroléptico maligno: Hipertermia acompañada de rigidez muscular de tipo
parkinsoniano, junto con una brusca elevación de la creatinkinasa plasmática. El agente
farmacológico más implicado es el haloperidol.
ANTIPSICÓTICOS DE PRIMERA
GENERACIÓN
Amisulprida Melperona
Aripiprazol Olanzapina
Asenapina Paliperidona
Bifeprunox Palmitato de Paliperidona
Blonanserina Perospirona
Brexpiprazol Quetiapina
Cariprazina Risperidona
Carpipramina Sertindol
Clozapina Sulpirida
Iloperidona Tiaprida
Lurasidona Ziprasidona
Zotepina
ANTIPSICÓTICOS ATÍPICOS
EFECTOS ADVERSOS
Efectos Neurológicos:
Destacar por la gran repercusión asistencial que conlleva los efectos motores
extrapiramidales.
Si bien, la incidencia se ha visto notablemente disminuida con la utilización de los
agentes atípicos, no ha sido totalmente erradicada, por lo que siempre hemos de estar
alerta a una posible manifestación de sintomatología extrapiramidal.
De forma general y dentro del grupo de los atípicos, risperidona es el fármaco que con
más frecuencia produce efectos de tipo extrapiramidal y en general guardan relación
con las dosis empleadas (es frecuente detectar efectos de tipo extrapiramidal por encima
de los 7-8 mg / día).
ANTIPSICÓTICOS ATÍPICOS
EFECTOS ADVERSOS
Efectos Neurológicos:
Los principales efectos de tipo extrapiramidal que pueden producir estos fármacos:
Acatisia. Es uno de los efectos más estresantes, para el paciente, y con frecuencia lleva al
abandono del tratamiento. En caso de detectarse, el tratamiento pasa inevitablemente
por una reducción de la dosis.
Parkinsonismo. Definido por temblor, rigidez, bradicinesia, trastornos de la marcha,
alteración de la escritura y el lenguaje.
ANTIPSICÓTICOS ATÍPICOS
EFECTOS ADVERSOS
Efectos Neurológicos:
Reacciones distónicas agudas. Cuadro caracterizado por posturas anormales causadas
por concentraciones involuntarias de músculos opuestos. Afecta, fundamentalmente, a
músculos del cuello y la cara. Se puede prevenir con el empleo de agentes
anticolinérgicos de acción central.
Discinesia Tardía. Se caracteriza por el desarrollo de una discinesia bucofacial con
movimientos de coreoatetosis. Se desarrolla después de meses o años de tratamiento y
puede manisfestarse después incluso de haber suspendido el tratamiento con
antipsicóticos. Cuanto mayor sea la dosis y el tiempo de tratamiento, mayor es el riesgo de
desarrollar discinesia tardía.
ANTIPSICÓTICOS ATÍPICOS
EFECTOS ADVERSOS
Efecto proconvulsivante:
Los antipsicóticos disminuyen el umbral de convulsión, con el riesgo de desencadenar
crisis convulsivas.
Dentro del grupo de los atípicos esclozapina el que presenta una mayor incidencia, que
además es dosis dependiente (4,4 % a dosis superioresa los 600 mg / día), el resto del
grupo presenta una incidencia muy baja.
No obstante, es importante un mayor control del paciente epiléptico o con antecedentes.
ANTIPSICÓTICOS ATÍPICOS
EFECTOS ADVERSOS
Síndrome Neuroléptico Maligno:
Se caracteriza por hipertermia acompañada de rigidez muscular de tipo parkinsoniano,
junto con una brusca elevación de la creatinkinasa plasmática.
En el caso de los atípicos, la incidencia es muy escasa, si bien se han descrito algunos
casos puntuales especialmente asociados a clozapina, olanzapina y risperidona.
ANTIPSICÓTICOS ATÍPICOS
EFECTOS ADVERSOS
Sedación
Este efecto es particularmente acusado en el caso de olanzapina y quetiapina, dentro
del grupo de los atípicos, y se manifiesta sobre todo al comienzo del trata-miento,
disminuyendo progresivamente a lo largo del mismo.
ANTIPSICÓTICOS ATÍPICOS
EFECTOS ADVERSOS
Alteraciones cerebro vasculares
Recientemente se ha notificado a través de la Agencia Española de Medicamentos
y Productos Sanitarios (AEMPS) el riesgo de episodios isquémicos cerebrales con
la utilización de antipsicóticos atípicos (Olanzapina y Risperidona) en pacientes
ancianos con demencia.
Si bien estos datos se refieren únicamente a estos dos antipsicóticos, por el
momento y a falta de estudios no puede descartarse en el resto del grupo.
FÁRMACOS ANTIEPILÉPTICOS Y
COGNICIÓN
FÁRMACOS ANTIEPILÉPTICOS Y
COGNICIÓN
Fármacos antiepilépticos y cognición:
El objetivo ideal de todo tratamiento antiepiléptico (farmacológico o quirúrgico) es la
supresión total de las crisis, lo que supone una mejora en la calidad de vida de los
pacientes.
En este contexto, los fármacos antiepilépticos (FAE) tratarán de alcanzar este objetivo a
través de una doble vía: por un lado, disminuyendo la hiperexcitabilidad de determinados
circuitos neuronales; y, por otro, incrementando el nivel de neurotransmisión inhibitoria.
No obstante, este doble proceso de acción, que actúa a nivel de todo el encéfalo, puede
conllevar, como contrapartida, un descenso en el correcto funcionamiento cognitivo del
paciente epiléptico y, por extensión, una disminución en dicha calidad de vida.
FÁRMACOS ANTIEPILÉPTICOS Y
COGNICIÓN
Fármacos antiepilépticos y cognición:
Es necesario tener en cuenta si los pacientes están en mono o politerapia, las dosis, los
tiempos de escalada del fármaco, etc.
Habitualmente, cuando se produce algún efecto negativo sobre la cognición, éste tiende a
producirse de manera más significativa en aquellos pacientes en los que se pautan varios
FAE (politerapia), o bien en aquellos casos en los que, a pesar de encontrarse en
monoterapia, los niveles de concentración del fármaco en sangre son anormalmente altos,
o el ritmo de incremento de la dosis es demasiado rápido.
FÁRMACOS ANTIEPILÉPTICOS Y
COGNICIÓN
Fármacos antiepilépticos y cognición:
También conviene tener en cuenta los diferentes perfiles de afectación cognitiva que llevan
asociados los llamados antiepilépticos “clásicos” (p. ej., fenitoína, carbamacepina,
valproato, fenobarbital y benzodiacepinas) frente a los “nuevos” antiepilépticos (p.ej.,
gabapentina, lamotrigina, levetiracetam, oxcarbacepina, tiagabina, topiramato, vigabatrina,
felbamato, pregabalina y zonisamida).
Entre los FAE ‘”clásicos”, el fenobarbital se ha identificado como el que potencialmente
mayor riesgo de afectación cognitiva tiene. No obstante, se podría hablar de un perfil de
afectación común para todos estos fármacos, que incluiría, como rasgos más
sobresalientes, la disminución en los niveles de vigilancia y atención, el enlentecimiento
psicomotor, la disminución de la memoria a corto plazo y las dificultades en la toma
de decisiones complejas.
FÁRMACOS ANTIEPILÉPTICOS Y
COGNICIÓN
Fármacos antiepilépticos y cognición:
Comparativamente, y de una manera global, los “nuevos” FAE se han mostrado más
seguros en cuanto a los efectos cognitivos adversos, en algunos casos con un efecto nulo
sobre el rendimiento cognitivo, tanto de sujetos sanos como de pacientes epilépticos.
Sin embargo, son frecuentes las alusiones a la somnolencia, enlentecimiento y
trastornos del ánimo que pueden ir asociadas (gabapentina, lamotrigina, clobazam,
vigabatrina, tiagabina y oxcarbacepina).
FÁRMACOS ANTIEPILÉPTICOS Y
COGNICIÓN
Fármacos antiepilépticos y cognición:
En cuanto a su efecto sobre la cognición, se relacionan al clonacepam reducciones en la
atención, memorias a corto y a largo plazo, cálculo y agilidad mental.
El uso de etosuximida se vincula a alteraciones mnésicas y lingüísticas.
Menor es el menoscabo que sobre la memoria produce el clobazam.
Topiramato: tanto en monoterapia como en politerapia ha demostrado tener un efecto
negativo sobre procesos cognitivo-ejecutivos, como la atención selectiva y la atención
sostenida (concentración), la memoria a corto plazo y la memoria de trabajo, así como
sobre la producción oral (denominación y fluidez verbal) y las funciones ejecutivas.
FÁRMACOS ANTIEPILÉPTICOS Y
COGNICIÓN
Fármacos antiepilépticos y cognición:
Topiramato: De entre todas estas manifestaciones cognitivas, la que posiblemente más
curiosidad despierta entre los investigadores es el déficit en la evocación de palabras, ya
sea en tareas de denominación o de fluidez verbal. Si bien estas dificultades se han
interpretado, en ocasiones, como un efecto debido a un incremento rápido en las dosis del
fármaco, lo cierto es que dicho efecto negativo no se produce de forma sistemática en
todos los pacientes tratados con topiramato, sino que parece existir un grupo de pacientes
que, por motivos aún desconocidos, manifiestan problemas lingüísticos (y no otros) cuando
son tratados con este fármaco.
Se han relacionado con la zonisamida efectos secundarios cognitivos similares a los
referidos al topiramato.
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y tercera
generación.
Fenobarbital EA neurotóxicos de clase A en un 61-66%,
incluyendo somnolencia, sedación, astenia,
apatía, deficiente nivel de alerta y atención, así
como pobre coordinación
Visuomotriz. EA paradójicos o estimulantes en
hasta un 50-75%, donde destaca hiperactividad,
impulsividad, déficit de atención, trastornos de
sueño, agresividad y labilidad emocional.
Frecuentes EA neurológicos crónicos con
repercusión sobre aprendizaje global, ejecución
perceptivomotora, memoria y atención Potencial
implicación en trastornos del neurodesarrollo en
hijos de madres epilépticas tratadas con este FAE
durante la gestación.
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Primidona Frecuentes EA neurotóxicos, incluyendo
somnolencia, sedación, astenia, apatía e
incoordinación visuomotriz. Frecuencia variable
de EA paradójicos como alteraciones de la
personalidad, cuadros confusionales y episodios
psicóticos
Frecuentes EA neurológicos evolutivos con
repercusión sobre la memoria y la atención
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Fenitoína Frecuente neurotoxicidad de clase A, con
somnolencia, confusión y descompensación
paradójica de la epilepsia (encefalopatía aguda
por fenitoína). Potencial reacción paradójica con
hiperactividad e impulsividad en niños con
encefalopatías crónicas. Frecuente deterioro
neurocognitivo evolutivo con alteración del
aprendizaje, la atención, la capacidad de
concentración, la memoria operativa y la
velocidad de procesamiento.
Potencial implicación en trastornos del
neurodesarrollo en hijos de madres epilépticas
tratadas con este FAE durante la gestación
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Etosuximida Infrecuentes EA neurológicos tipo A como
somnolencia, lentitud de pensamiento, síndrome
confusional o psicosis aguda. Infrecuentes EA
neurológicos crónicos como trastornos de
aprendizaje, déficit de atención, alteraciones de
la memoria y el lenguaje, depresión, cambios de
personalidad y alteraciones del comportamiento
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Carbamacepina EA neurológicos de clase A en un 30-40% de los
casos, incluyendo sedación, somnolencia,
ansiedad e incoordinación visuomotriz.
Infrecuentes EA neurológicos crónicos como
déficit de atención, hiperactividad, trastornos de
conducta o problemas de aprendizaje. Riesgo de
encefalopatía epiléptica evolutiva al tratar
epilepsias rolándicas benignas.
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Valproato sódico Frecuencia variable de EA neurológicos de clase
A como somnolencia, irritabilidad, alteración del
sueño o incoordinación motriz. Infrecuente
encefalopatía hiperamoniémica con afectación
progresiva del nivel de conciencia,
principalmente en politerapia con fenobarbital o
topiramato. EA neurológicos crónicos en un 15-
20% de los casos con clínica de déficit de
atención, hiperactividad, impulsividad o
trastornos del sueño. Se han descrito casos de
retraso madurativo global y signos de trastorno
del espectro autista como expresión de afectación
neurológica en hijos de madres
gestantes tratadas con VPA.
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Benzodiacepinas, Alta tasa de EA neurológicos de clase A, como
clonacepam, somnolencia, lentitud mental e incoordinación
clobazam visuomotriz, sobre todo con clonacepam.
Potenciales EA paradójicos estimulantes como
hipercinesia, impulsividad, insomnio y delirio.
Frecuente deterioro crónico cognitivo sobre
atención, memoria y capacidad de concentración.
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Vigabatrina Frecuentes EA neurológicos de clase A como
somnolencia, sedación y ansiedad. Potencial
riesgo de reacciones paradójicas estimulantes
como impulsividad, hipercinesia, agitación
psicomotriz, delirio e insomnio. No produce EA
crónicos sobre las funciones intelectuales.
Potencial riesgo evolutivo de alteraciones
conductuales en un 1-4%.
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Lamotrigina Baja incidencia de EA de clase A como
somnolencia, astenia o insomnio. Infrecuentes
reacciones paradójicas como agitación
psicomotriz. No produce EA crónicos sobre las
funciones intelectuales.
Efecto beneficioso neurocognitivo y conductual
crónico al mejorar el nivel de alerta y atención.
Potencial riesgo de alteraciones
comportamentales evolutivas con agresividad y
conducta oposicionista-desafiante.
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Felbamato Baja frecuencia de EA de clase A como
somnolencia, ansiedad, trastornos del lenguaje,
irritabilidad e insomnio.
Ocasionales EA crónicos como problemas de
concentración, déficit de atención y lentitud de
respuestas
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Gabapentina Frecuentes EA neurotóxicos de clase A como
somnolencia, sedación, mareos e incoordinación
visuomotriz. Potencial riesgo de reacciones
paradójicas estimulantes como irritabilidad,
hipercinesia, agitación, agresividad e insomnio.
No produce EA crónicos sobre las funciones
intelectuales
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Tiagabina Los EA neurotóxicos aparecen en un 30-40% de
los casos e incluyen somnolencia, astenia,
nerviosismo, déficit de atención y trastorno del
lenguaje [2,10,18,35]
Potencial riesgo de EA crónicos como
alteraciones conductuales y psicosis en hasta un
0,8% de los tratados
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Pregabalina Frecuentes EA de clase A como somnolencia e
incoordinación visuomotriz. No parece producir
EA crónicos sobre las funciones intelectuales
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Oxcarbacepina Frecuentes EA de clase A como somnolencia e
incoordinación visuomotriz. No hay evidencia de
deterioro cognitivo crónico por oxcarbacepina
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Topiramato Frecuentes EA de clase A como somnolencia,
lentitud mental, nerviosismo, ansiedad y
alteraciones de conducta. Potencial riesgo de
encefalopatía hiperamoniémica en pacientes
tratados con la asociación de valproato sódico y
topiramato. Frecuencia variable de EA
neurológicos crónicos, principalmente en
politerapia, con alteración de atención y
memoria verbal, donde la anomia es el EA más
característico de este cuadro
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Levetiracetam Frecuentes EA de clase A como somnolencia,
astenia, inquietud, irritabilidad e insomnio.
Efecto beneficioso neurocognitivo crónico al
mejorar el nivel de alerta y atención. Potencial
riesgo de alteraciones conductuales evolutivas
como hiperactividad, impulsividad, agresividad
e, incluso, algún caso de psicosis
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Zonisamida Frecuentes EA de clase A como somnolencia,
astenia, agitación, irritabilidad e insomnio.
Potencial afectación neurocognitiva crónica que
incide sobre la atención, la capacidad de
concentración y la memoria verbal. Potencial
riesgo de alteraciones del comportamiento graves
evolutivas
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Rufinamida Frecuentes EA de clase A como somnolencia,
irritabilidad e incoordinación motriz,
principalmente en politerapia con valproato
sódico.
No existe evidencia de potencial deterioro
cognitivo crónico con rufinamida
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Lacosamida Frecuentes EA de clase A que afectan la
coordinación visuomotriz. Perfil cognitivo
crónico seguro
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Estiripentol Hay EA de clase A en un 50-75% de los casos y se
relacionan principalmente con la potenciación de
otros FAE como el valproato sódico y el
clobazam;
destaca somnolencia, incoordinación
visuomotriz, irritabilidad e insomnio.
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Acetato de Frecuentes EA de clase A como somnolencia e
eslicarbacepina incoordinación visuomotriz. No se describe
potencial deterioro neurocognitivo evolutivo.
Efectos adversos cognitivos y conductuales de los
fármacos antiepilépticos de primera, segunda y
tercera generación.
Perampanel Frecuentes EA de clase A, destaca somnolencia e
incoordinación visuomotriz.
ANTIDEPRESIVOS Y
NEUROPSICOLOGÍA
ANTIDEPRESIVOS Y NEUROPSICOLOGÍA
Los principales tipos de antidepresivos que se utilizan actualmente son los siguientes:
Tricíclicos y tetracíclicos (ADT), que se denominan así por su estructura química, que
incluyen como base dos anillos bencénicos unidos por un anillo central de siete elementos
que le dota de una estructura tridimensional, que parece estar ligada a su actividad
terapéutica.
Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), que agrupan a diversos
principios, con diferentes estructuras químicas, que actúan en los receptores presinápticos
de serotonina inhibiendo selectivamente su recaptación.
ANTIDEPRESIVOS Y NEUROPSICOLOGÍA
ADT Amitriptilina:
Amoxapina
Clorimipramina
Maprotilina
Desipramina
Nortriptilina
Trazodona
Nefazodona
Mianserina
ISRS Fluvoxamina:
Fluoxetina
Paroxetina
Sertralina
Citalopram
Escitalopram
IRSN Duloxetina
Milnacipran
Sibutramina
Venlafaxina y desvenlafaxina
NaSSA Mirtazapina
ISRN Atomoxetina y Reboxetina
ISRD Bupropión
ANTIDEPRESIVOS Y NEUROPSICOLOGÍA
EFECTOS ADVERSOS
ADT: El más frecuente es el temblor. También pueden aparecer contracciones
mioclónicas, temblores de lengua y extremidades.
• Amoxapina: Síntomas parkisinsonianos incluso SNM y convulsiones.
• Desipramina:Los que más disminuyen el umbral convulsivo.
• Clorimipramina: Los que más disminuyen el umbral convulsivo.
• Maprotilina: exacerbación de las crisis en el síndrome de Gilles de la Tourette y
convulsiones.
ANTIDEPRESIVOS Y NEUROPSICOLOGÍA
EFECTOS ADVERSOS
ISRS: Temblor, mareo, náuseas, parestesias, ansiedad, apatía.
IRSN: Somnolencia, insomnio, vértigo, astenia, sequedad de boca, mareo, temblor,
ansiedad, fatiga, agitación.
IMAO y RIMA: Mareo, temblor, insomnio, somnolencia diurna.
NaSSA (Mirtazapina): Somnolencia, mareo, sequedad de boca.
ISRN: Sequedad de boca, naúseas, mareo, insomnio.
IRDN: Disminución del umbral convulsivo (si se exceden las dosis, o el paciente tiene
epilepsia, TCE, o toma otros fármacos que reduzcan el umbral convulsivo). También
agitación, ansiedad, comportamiento hostil, sequedad de boca, náuseas. En menor
medida, depresión, manía, psicosis.
FÁRMACOS ANTICOLINÉRGICOS Y
DETERIORO COGNITIVO
FÁRMACOS ANTICOLINÉRGICOS Y
DETERIORO COGNITIVO
Los fármacos con actividad anticolinérgica son frecuentemente prescritos para el
tratamiento de diferentes situaciones, tales como depresión, psicosis, enfermedad de
Parkinson, espasmos musculares, alergia, EPOC y náuseas y vómitos entre otros.
Se trata de fármacos parasimpaticolíticos; antagonistas competitivos de receptores
muscarínicos (antimuscarínicos) y nicotínicos (antinicotínicos), es decir, inhiben las
acciones de la acetilcolina debidas a la activación de dichos receptores.
Los receptores muscarínicos los encontramos en los órganos efectores del sistema
parasimpático, así como los nicotínicos están en ganglios y músculo esquelético.
FÁRMACOS ANTICOLINÉRGICOS Y
DETERIORO COGNITIVO
Los antimuscarínicos tienen debido a su actividad los siguientes efectos farmacológicos:
o Inhibición de las secreciones
o Inhibición del tono peristáltico, del tono del uréter, vejiga y conductos biliares
o Aumento de la frecuencia cardiaca
o Midriasis y ciclopejía de larga duración
o Relajación del músculo liso bronquial
o Sobre el SNC: excitación central, así como a dosis más altas depresión, colapso
circulatorio, parálisis bulbar, insuficiencia respiratoria y coma
FÁRMACOS ANTICOLINÉRGICOS Y
DETERIORO COGNITIVO
La amplia distribución de subtipos de receptores muscarínicos (M1-M5) en el
SNC y en el resto del organismo causan una gran variedad de efectos adversos a
nivel central y periférico.
De entre los periféricos podemos destacar la sequedad de mucosas (ojos,
boca…) y piel, taquicardia, parálisis intestinal y vesical e hipertermia; así
como a nivel central, agitación, confusión, delirio, caídas, alucinaciones y
disfunción cognitiva.
FÁRMACOS ANTICOLINÉRGICOS Y
DETERIORO COGNITIVO
Las personas de mayor edad tienen una mayor probabilidad de estar expuestos a
los fármacos anticolinérgicos, y por tanto a sus efectos adversos, debido a su
elevada comorbilidad y al alto consumo de medicamentos.
En cuanto a sus efectos cognitivos, estos van a depender de la carga total
anticolinérgica, de la función cognitiva de base y de la variabilidad individual
farmacocinética y farmacodinámica.
Tanto el metabolismo como la excreción de estos fármacos se ven disminuidos
con la edad; así como el cerebro, a medida que envejece, tiene una menor
actividad colinérgica (disminuye la síntesis de acetilcolina o el número de
receptores de la misma), facilitándose que se rebase el umbral sintomático por
efecto anticolinérgico a esta edad.
FÁRMACOS ANTICOLINÉRGICOS Y
DETERIORO COGNITIVO
Como consecuencia de esto, encontramos la falta de concentración y pérdida
de memoria y, en personas con déficit cognitivo, exacervación de dichos
síntomas y deterioro funcional originando falsos diagnósticos de demencia o
deterioro cognitivo leve.
Es importante tener en cuenta que la polifarmacia incrementa la acción
anticolinérgica, así como comorbilidades (diabetes tipo 2, enfermedad de
Parkinson) pueden incrementar los efectos adversos cognitivos.
FÁRMACOS ANTICOLINÉRGICOS Y
DETERIORO COGNITIVO
Se ha planteado que en los ancianos existe la posibilidad de instauración de un
círculo vicioso consistente en que necesitan tratamientos que acarrean efectos
secundarios, que a su vez requieran la adición de un tratamiento anticolinérgico,
que a su vez conllevará otros efectos secundarios.
Los agentes anticolinérgicos son prescritos frecuentemente en los ancianos,
sobretodo benzodiacepinas de vida media larga, relajantes musculares y
amitriptilina.
GRUPO FÁRMACOS CON EFECTO ANTICOLINÉRGICO COGNITIVO DEMOSTRADO
FARMACOLÓGICO
Analgésicos
Antiarrítmicos
Antibióticos
Antidepresivos amitriptilina, clomipramina, doxepina, imipramina,
paroxetina, desipramina
Antieméticos
Antiespasmódicos flavoxato, oxibutinina, atropina, escopolamina, hiosciamina,
belladona, diciclomina, propantelina
Antiepiléticos carbamacepina, oxcarbamacepina
Antihipertensivos
Antihistamínicos H1 bromfeniramina, carbinoxamina, clemastina,
difenhidramina, hidroxicina
Antiparkinsonianos amantadina, benzotropina, biperideno, prociclidina, trihexifenidilo
Antipsicóticos
Antiulcerosos
Antivertiginosos meclicina, prometacina
Benzodiacepinas
Broncodilatadores
Corticoides
Diuréticos
Neurolépticos clozapina, olanzapina, quetiapina, tioridacina, pimocida, loxapina
Opiáceos petidina
Relajantes musculares ciclobenzaprina, metocarbamol, orfenadrina
SECUELAS
NEUROPSICOLÓGICAS DE
LOS TRAUMATISMOS
CRANEOENCEFÁLICOS
Secuelas neuropsicológicas de los
traumatismos craneoencefálicos
Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) representan la primera causa de muerte
en la población por debajo de los 45 años de edad.
En las últimas décadas se han producido avances significativos tanto en el
conocimiento de los mecanismos básicos de los traumatismos como en su
fisiopatología.
Este conocimiento ha permitido el abordaje terapéutico de muchos de los TCE graves
y con ello la disminución del número de muertes.
Sin embargo, junto con el aumento de la supervivencia, también ha aumentado el
número de personas con graves secuelas neurológicas que sobreviven al TCE,
situando al TCE como uno de los más graves problemas de salud de las sociedades
desarrolladas.
Secuelas neuropsicológicas de los
traumatismos craneoencefálicos
La mayor incidencia de los TCE se observa en tres picos de edad: primera infancia,
final de la adolescencia y en la vejez.
Los hombres tienen mayor riesgo de padecer TCE que las mujeres, sobre todo en la
adolescencia y principio de la edad adulta.
El mecanismo por el que se produce el TCE está fuertemente asociado con la forma
de vida de los países desarrollados: accidentes de tráfico, deportes u ocio, caídas y
agresiones.
Secuelas neuropsicológicas de los
traumatismos craneoencefálicos
El TCE constituye una de las alteraciones que más demandas presenta al
neuropsicólogo clínico.
La exploración neuropsicológica es necesaria para orientar el proceso de
rehabilitación y determinar el tipo y la gravedad de las secuelas.
Las alteraciones neuropsicológicas en los TCE están directamente relacionadas con
los mecanismos fisiopatológicos subyacentes y con variables biológicas y
demográficas.
FISIOPATOLOGÍA DE LOS TCE
Fisiopatología de los TCE
Las contusiones más típicas se observan en los polos frontales, la región orbital de los
lóbulos frontales, los polos temporales, la superficie lateral e inferior de los lóbulos
temporales y el córtex por encima de la cisura de Silvio.
La localización, el tamaño y la evolución o progresión de la lesión focal afectan la
mortalidad y la morbilidad.
Las lesiones focales además de provocar disfunciones neurológicas por el daño
directo del tejido cerebral pueden producir coma cuando alcanzan un tamaño lo
suficientemente importante como para provocar herniaciones cerebrales y
compresión secundaria del tronco del encéfalo.
Fisiopatología de los TCE
El daño difuso es aquel que no ocupa un volumen bien definido dentro del
compartimiento intracraneal.
Los pacientes con daño difuso sufren disfunciones neurológicas que afectan
globalmente al cerebro, normalmente sin daño macroscópico estructural visible.
Se incluyen en la categoría de daño difuso la hinchazón cerebral, el daño axonal
difuso, el daño isquémico global y el edema difuso de origen citotóxico o
vasogénico.
Sin embargo, la lesión difusa más característica y con consecuencias más
devastadoras es la lesión axonal difusa (LAD).
Fisiopatología de los TCE
El daño axonal forma parte de un continuo que abarca desde sólo anormalidades
funcionales a disrupción axonal difusa grave.
Se estima el daño axonal en tres grados. Estos grados se correlacionan además con la
duración y gravedad del coma y su pronóstico final.
El grado 1 se asocia con un coma de más corta duración que el grado 2, y el grado 3
implica en coma persistente o marcada incapacidad.
En el grado 1 se observan esferas de axones retraídos (edema axonal microscópico) en
la sustancia blanca hemisférica.
El grado 2 corresponde al grado 1 más lesión focal en el cuerpo calloso.
En el grado 3 la lesión típica es la que se observa en el grado 2 más una lesión,
típicamente hemorrágica, en el cuadrante dorsolateral del mesencéfalo.
Fisiopatología de los TCE