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MANUAL NIVEL 5 2020
MANUAL NIVEL 5 2020
PSICOLOGIA DE
LA EMERGENCIA
MANUAL ASPIRANTES A OFICIALES
EN JEFE
ESCUELA PROVINCIAL DE
CAPACITACIÓN
DEPARTAMENTO DE
PSICOLOGÍA
D.P.P.E
2020
D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V
CONTENIDO
OBJETIVOS GENERALES…………………………………………………………………….3
OBJETIVOS ESPECIFICOS…………………………………………………………………..4
INTRODUCCIÓN TEORICA ……………………………………………………………….….5
1. PSICOLOGÍA DE LA EMERGENCIA ..........................................................................5
2. SALUTOGÉNESIS. SALUD Y SALUD MENTAL ........................................................6
Lección 1
1.1. REFLEXIONAR SOBRE LA FUNCION A DESEMPEÑAR .................................10
Lección 2
2.1 LA COMUNICACIÓN COMO FUNCIÓN DEL BUEN DIRIGIR……………………11
Lección 3
3.1 ESTRÉS………………………………………………………………………………….13
3.2 REACCIONES FISICAS Y MENTALES DEL ESTRÉS…………….………………15
3.3 REACCIONES NORMALES FRENTE AL ESTRÉS………………………………..16
Lección 4
4.1 PLAN INTEGRAL DE MANEJO DEL ESTRÉS………………………………………19
4.2 EJERCICIO DE RESPIRACIÓN (TORÁCICA).......................................................19
4.3 ALIMENTACIÓN SALUDABLE E HIDRATACIÓN.................................................20
4.4 TIEMPO LIBRE…………………………………………………………………………..21
4.5 DESCANSO ……………………………………………………………….…….………21
4.6 ACTIVIDAD FÍSICA………………………………………………………………..……21
4.7 ACTIVIDAD PLACENTERA ...................................................................................22
4.8 ACTIVACIÓN RECURSOS....................................................................................22
4.9 PLANILLA “PLAN DE MANEJO INTEGRAL DEL ESTRÉS”………………………..23
Lección 5
5.1 DEFUSING……………………………………………………………………………….25
5.2 PROTOCOLO LARGO………………………………………………………………….27
5.3 PROTOCOLO CORTO…………………………………………………………………27
1
D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V
5.4 PROTOCOLO DE CIERRE…………………………………………………………....27
Lección 6
6.1 OTRAS MEDIDAS DE PROTECCION PSICOLÓGICA……………………………29
Anexo 7
7.1 Anexo I …………………………………………………………………………………..32
7.2 Anexo II ……………………………………………………………………………….…44
7.3 Anexo III …………………………………………………………………………………50
Bibliografía 8
8.1 Bibliografía ………………………………………………………………………………53
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OBJETIVO GENERAL
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OBJETIVOS ESPECIFICOS
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INTRODUCCIÓN TEÓRICA
PSICOLOGÍA DE LA EMERGENCIA
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También se volvió necesario re adaptar modelos o protocolos de acción e
intervenciones que pudieran adecuarse a la idiosincrasia y características
socioculturales de las Regiones donde se trabaja.
El sostén teórico y metodológico de trabajo se apoya en un modelo
integrativo, fundamentado en diversas disciplinas como las neurociencias,
psicología positiva, P.N.L., Salutogénesis, modelos cognitivos conductuales,
humanístico existencial. Se deja de ver y analizar la patogénesis de las
emergencias para enfocarse en la salutogénesis aplicada al bombero. De
esta manera se desplaza el foco hacia la pregunta por la salud y su
desarrollo, comprendiendo a la misma dentro de un continuo
saludenfermedad y como una capacidad que todos poseemos y podemos
desarrollar.
PARADIGMA SALUTOGÉNICO
El término Salutogénesis fue creado en las últimas décadas del Siglo XX, por
Aarón Antonovsky, médico sociólogo, de origen estadounidense israelí. Este
concepto viene del latín Salus, “salud”, y del griego Génesis, “origen”,
“creación de”. Su significado es “Génesis de la Salud” y su contribución
fundamental fue mantener la pregunta ¿Que crea la salud? y la búsqueda
del “origen de la salud”, en lugar de buscar las causas de la enfermedad.
Este modelo promulga que la salud integral de un ser humano se sostiene
en el sentido de coherencia interna que todos poseemos en mayor o menor
grado.
El sentido de coherencia interna se logra y sostiene en la capacidad de
manejar las situaciones que acontecen, comprendiendo qué es lo que
sucede y otorgándole un sentido a eso que ocurrió, para integrarlo de
manera positiva en la vida.
Desde este modelo todas las personas poseen diferentes recursos que
permiten lograr el sentido de coherencia y son aquellos elementos reales,
materiales o simbólicos que permiten afrontar y enfrentar situaciones.
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Pueden ser nuestros o de otros, del pasado (recuerdos, memorias), del
presente (hobbies, trabajo, amigos, dinero, capacidades, habilidades,
familia) y del futuro (sueños, proyectos), de la comunidad o institución a la
que se pertenece.
Desde esta mirada, lo que se pretende es devolver el control al Bombero
Voluntario, reforzando la capacidad de manejar situaciones sin la
intervención de un profesional, otorgándole un papel activo y responsable
para el desarrollo de su salud integral.
La capacidad de manejar situaciones o el control de las mismas en el ámbito
bomberil se logra con la formación teórica y técnica, con la preparación
física, el entrenamiento, con la psicoprevención, favoreciendo el trabajo en
equipo y en red, aplicando ejercicios de respiración y generando el soporte
de pares, entre otros, ya que se considera que para un Bombero nada mejor
que otro Bombero.
La comprensión se obtiene con la psicoeducación, al saber qué cosas
pueden suceder y cómo pueden responder ante situaciones estresantes, y
de ser necesario, el trabajo con diferentes técnicas como defusing,
debriefing individual y grupal, PNL, Mindfulness, E.F.T., técnicas de
estimulación bilateral, entre otras.
Por último, el sentido se alcanza luego, insertando las intervenciones o
situaciones vividas en un todo que tenga significado, un para qué,
mayoritariamente reforzando la elección y decisión de ser Bombero ligado a
valores como la vida, la solidaridad, la ayuda al prójimo, la pertenencia.
Encontrar sentido permite entonces el crecimiento individual, grupal e
institucional.
Pregúntate ¿POR QUÉ SOY BOMBERO? Y ¿PARA QUÉ SOY BOMBERO?
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La salud física y mental son inseparables y tienen una influencia recíproca
múltiple y compleja, siendo la salud mental esencial para logar el bienestar
individual y social.
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LECCIÓN 1
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LECCIÓN 2
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humanos. Saber detectar un rumor, frenarlo y despejar los canales de
comunicación revisten una importancia fundamental.
La diferencia generacional que viene manifestándose en las instituciones como
en la sociedad en si puede generar inconvenientes a la hora de transmitir un
mensaje, contar una información, proponer una idea. La información ingresa a
través de diferentes canales sensoriales que deben incluirse en el momento de
comunicar cuestiones importantes
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LECCIÓN 3
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D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V
Estresores ocupacionales (inherente a la profesión)
• responsabilidad sobrecargada
• presiones de tiempo
• duración de la intervención
• demandas físicas
• demandas mentales
• demandas emocionales
• recursos limitados a nivel humano,
materiales y de preparación
• diferentes áreas de trabajo
• altas expectativas
• Convivir con el handy
• Conflictos entre los miembros de la
institución
Estresores ambientales
• condiciones climáticas
• peligros ambientales
• momento del día
• características geográficas
Estresores comunitarios
• presencia de medios masivos
• presencia de curiosos
• presencia de personas conocidas / familiares
Estresores personales
• Situaciones personales, (salud, laborales, familiares).
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situación es peligrosa, hay dos tipos de reacciones operativas frente al estrés:
las reacciones físicas y las reacciones mentales.
DURANTE LA INTERVENCIÓN
Reacciones físicas
Consisten en el aumento de la fuerza muscular, la musculatura estriada
aumenta su contracción y la gente tiene la posibilidad de luchar o huir. La
persona puede usar esta fuerza voluntariamente para luchar, protegerse o huir.
La musculatura no estriada también está más tensa, lo que hace que la gente
tenga diarrea, pérdida de la contención de orina, etc. El corazón tiene
musculatura estriada, no voluntaria y comienza a tener un ritmo mucho más
acelerado (taquicardia), late con más fuerza por lo que el riego sanguíneo
aumenta. La fuerza muscular puede hacer que el cuerpo tiemble por la
concentración alta de adrenalina. En estos momentos muchos interpretan estas
reacciones como miedo, pero no es más que la reacción aguda al estrés. Al
mismo tiempo disminuye la sensibilidad física, la gente siente menos el dolor y
a veces no se dan cuenta de que están heridos, lo mismo pasa con el
cansancio, la sed y el hambre.
Reacciones mentales
Se manifiestan en la percepción y en la emoción. La percepción está
aumentada y focalizada. Mientras que la emoción o sensibilidad emocional está
disminuida. La sensación emocional o emocionalidad está también anestesiada
(como la física), se llama estupor emocional y la gente no se da cuenta cuán
terrible es lo que está ocurriendo.
Estas reacciones las físicas y mentales del estrés son las que nos permiten en
bomberos tener un buen desempeño profesional y funcionan como una buena
medida de protección psicológica generando un fortalecimiento a nivel
profesional y personal.
Luego de trabajar en emergencias pueden aparecer reacciones como
consecuencia de lo vivido e interpretado ante las mismas. Ellas son reacciones
normales y esperables del estrés y pueden ser:
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Reacciones normales del estrés luego de las intervenciones
Reacciones específicas:
Reacciones no específicas:
o Confusión: tiene que ver con las reacciones específicas que la persona
no puede entender, confusión en cuanto a las fechas, a los lugares.
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Reacciones específicas posteriores a una situación de estrés. (Perren Klingler, Gisela).
En HTTP://WWW.INSTITUTPSYCHOTRAUMA.CH/DOWNLOADS/ORIGINALARBEITEN/ES/TECNICAS_DE_PREVENCION.PDF)
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D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V
LECCIÓN 4
1. Fomentar la aplicación del plan integral de manejo del estrés individual y grupal
La salud es una capacidad que todas las personas pueden desarrollar a través
de las decisiones y acciones cotidianas. En este sentido el plan integral de
manejo del estrés apunta a desarrollar salud y el autocuidado personal.
Aprender a manejar el estrés a través del plan integral de manejo permite estar
más fuertes operativamente tomando un rol activo en el propio autocuidado de
la salud. Este plan consiste en:
• Ejercicio de respiración
• Alimentación saludable e Hidratación
• Tiempo libre
• Descanso diario
• Actividad física
• Actividad placentera
• Activación de recursos
Se recomienda realizar una visita anual al médico para poder determinar nuestro
estado de salud general.
DESCANSO
Durante el sueño el cerebro sigue trabajando por ello está asociado con
funciones inmunes, endócrinas, de aprendizaje y memoria jugando un rol
esencial en el bienestar emocional además de forjar nuevas conexiones
neuronales. Se estipula un general de 8 horas.
ACTIVIDAD FÍSICA
Realizar una actividad de tipo aeróbica con una constancia de 3 veces por
semana durante 45 minutos: caminar, andar en bicicleta, trotar, patinar, bailar,
etc.
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ACTIVIDAD PLACENTERA
ACTIVACIÓN RECURSOS
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LECCIÓN 5
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Durante el trabajo en la emergencia, se produce una disociación entre la
emoción (que disminuye) y la cognición (que aumenta). Con lo cual solo se
logra focalizar la atención en el trabajo a realizar (visión túnel) y no podemos Ni
saber qué pasa en el resto de la escena. Esto facilita el trabajo y fragmenta la
historia.
Debemos conocer toda la historia para integrarla con el resto de nuestros
compañeros y así dar un cierre a la intervención.
PREPARACION
Se debe buscar un espacio cómodo, que no tenga muchos estímulos y libre de
interrupciones.
COORDINADOR DE PROTOCOLO
La misma puede ser dirigida por el que estuvo a cargo de la intervención o
quien él designe. También se puede convocar a personal externo de apoyo a
pares.
Debe adoptar una postura positiva, respetuosa, apoyando a los participantes.
Deberá hacer que los intervinientes hablen por sí mismos, contando sus
propias historias sin ser interrumpidos, que se puedan expresar libremente en
un clima de respeto.
No será el momento de hacer críticas, sino una oportunidad para que los
involucrados completen la historia.
DEFUSING
Es una técnica aplicada en la Cruz Roja Americana. Se trata de una sesión
informal semi estructurada que tiene lugar tan pronto como es posible después
del incidente crítico o en las primeras 24hs.
La duración es de 20 minutos a una hora.
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3. Qué hice mal.
4. Qué necesitamos cómo equipo. Qué necesito para mí.
5. Agradecimiento.
Basados en la experiencia y actualización del Departamento, se realizaron
adaptaciones y modificaciones a este protocolo original, surgiendo como
resultado los siguientes protocolos:
PROTOCOLO LARGO
1. Jefe agradece por la intervención.
2. ¿Qué estaba haciendo antes de ser convocado?
3. ¿Qué hizo?
4. ¿Qué hizo bien?
5. ¿Qué puede mejorar?
6. ¿Qué necesita para volver a casa?
7. Recordar reacciones normales.
8. Jefe agradece por la intervención.
PROTOCOLO CORTO
1. Qué hizo
2. ¿Qué hizo bien?
3. ¿Qué puede mejorar?
4. Recordar reacciones normales.
5. Agradecimiento
PROTOCOLO DE CIERRE
1. Qué hice
2. Qué hice bien
3. Qué puedo mejorar
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Los responsables de los equipos, los jefes de unidades, deben aplicar estas
técnicas después de una intervención, ya que minimizan las reacciones y los
posibles inconvenientes derivados de una intervención.
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LECCIÓN 6
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El saber hacer entonces, es dado por la capacitación y formación, que al mismo
tiempo reduce la vulnerabilidad, los fortalece operativamente y les brinda
seguridad al trabajar.
Los entrenamientos y las prácticas también son medidas de protección
psicológica ya que brindan la posibilidad de aplicar de manera práctica lo
aprendido.
El trabajar en equipo, con objetivos comunes, interactuando de manera
coordinada, responsable, enfocados en la tarea, permite potenciar la fortaleza
personal en pos de la grupal.
Los recursos psicológicos de los que disponemos como factores de protección
psicológica asociados con la salud y el bienestar, aumentan la resistencia a la
adversidad, al facilitar una adecuada evaluación y afrontamiento de los cambios
o dificultades de la vida. (Remor, Amoros y Carrobles, 2006)
Algunos indicadores de recursos psicológicos son el optimismo, la autoestima,
el sentido de coherencia y la gestión de las emociones, la capacidad de
adaptación, la asertividad, y el apoyo y participación social.
Conocerse a uno mismo, conocer sus límites, sus limitaciones, sus
capacidades y virtudes, es poder reconocer: “con esto me siento cómodo, con
esto otro no”, “soy bueno para trabajar en rescate vehicular”, “no me siento
cómodo trabajando en rescate en altura porque me dan miedo las alturas”. El
reconocer mis propios límites contribuye a mi auto cuidado y el de mi
compañero.
La resiliencia puede entenderse como la capacidad de salir indemne de una
experiencia adversa, aprender de ella y mejorar.
El crecimiento post evento implica no solo sobrevivir y resistir a una
experiencia traumatogénica sin sufrir trastorno, sino que además la experiencia
opera en la persona un cambio positivo que la lleva a una situación mejor
respecto a aquella en la que se encontraba antes de ocurrir el suceso. La
persona que experimenta este tipo de crecimiento, logra un incremento en la
apreciación del valor de la vida, siente que la vida brinda nuevas posibilidades,
aumenta la fortaleza personal, hay un fortalecimiento de las relaciones
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personales especialmente con los más cercanos y se dan cambios espirituales
positivos.
El tener control, comprensión y sentido como lo plantea el paradigma
salutogénico es también una medida de protección psicológica.
• El control lo adquiero a través de: formación teórica, técnica, preparación
física, entrenamiento, psicoprevención, trabajo en equipo. Tiene que ver
con el “saber hacer”
• La comprensión a través de: psicoeducación, técnicas como defusing,
protocolo de cierre, debriefing individual y grupal. Permite entender por
qué suceden las cosas de determinada manera, “entender esto que
hago” y cómo reacciono.
• El sentido: ser bombero ligado a valores como la vida, la solidaridad, la
ayuda al prójimo, etc. Tiene que ver con el “para qué hago o elijo lo que
hago”.
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Anexo I
Historia de la psicología de la emergencia y desastres
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"Evolución histórica de la psicología en emergencias y desastres"
De acuerdo con el psicólogo Valero (s.f.), los antecedentes de la psicología en
emergencias y desastres, se remontan a fines del s. XIX y comienzos del s. XX,
principalmente en dos continentes: América y Europa, ya que por aquellos años
acontecieron grandes conflictos bélicos, lo que despertó el interés en realizar
investigaciones que permitieran brindar ayuda a las personas que habían sufrido
desmanes a causa de las guerras mundiales, propiciando con ello el descubrimiento de
términos como “fatiga de batalla” y “neurosis de guerra”.
En 1944, los estudios de Freud y Burlinghom sobre las reacciones de los niños en la
Segunda Guerra Mundial, permitió estudiar los niveles de ansiedad presente entre
padres y niños.
Tyhurst (1951) da a conocer que después de la fase de impacto psicológico durante un
desastre, acontece la fase de compensación, en la cual los afectados superan el
“pasmo” inicial y estiman de mejor manera la situación en que se encuentran,
planteando así un proceso de 3 fases por los que atraviesan las personas ante un
evento adverso: Período de impacto, período de recuperación y período
postraumático.
En 1957 la Asociación Noruega bajo la dirección de Storm. Itinger, Lonnum y otros,
para efectuar trabajos controlados con sobrevivientes de los campos de concentración,
demostrando el incremento de los índices de morbilidad y mortalidad general, la
influencia del trauma en comparación a la personalidad preexistente, y las limitaciones
en intervención.
A partir de los años 70 en Europa y en Estados Unidos, la Asociación de Psiquiatría
Americana publica un “Manual de Primeros Auxilios Psicológicos en casos de
Catástrofes”, en el cual se mencionan 5 tipos de reacciones clásicas a los desastres:
reacciones normales, pánico individual, reacciones depresivas, respuestas demasiado
activas y reacciones corporales, como se especifican los principios básicos a tener en
cuenta para tratar a personas perturbadas emocionalmente.
En la década de los 80 y 90, se observó un gran interés por el estudio del impacto
psicológico en los equipos de primera respuesta, conocidos como víctimas ocultas de
los desastres y el desarrollo de estrategias de intervención psicológica en emergencias
y desastres a nivel mundial, sobre todo de Estados Unidos, Centro América y Sur
América (Valero, s.f.).
En 1991, la APA en unión con la Cruz Roja Americana desarrollan un proyecto para
brindar asistencia y servicio psicológico a los damnificados y trabajadores por los
desastres, contando desde 1992 con asociaciones en 32 estados y provincias.
En 1995, se funda la Sociedad Peruana de Psicología en Emergencias y Desastres
(SPPED), contando con 15 psicólogos y siendo reconocida por el Colegio de Psicólogos
en 1998. Ha firmado importantes convenios con el Colegio oficial de psicólogos de
Madrid, Universidad de Malaga y otras entidades. Forma parte de la Federación
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Latinoamericana de psicología de emergencias y desastres. Realizó el I Congreso de
Piscología en Emergencias y Desastres en el 2002 y el II Congreso y III Encuentro
Latinoamericano y del Caribe de psicología en emergencias y desastres en el 2011.
Araya (1999, citado por Molina, 2006) define la Psicología en Emergencias y Desastres
como “rama de la psicología general que estudia los distintos cambios y fenómenos
personales, presentes en una situación de peligro, sea natural o provocada por el
hombre en forma casual o intencional”.
En el contexto latinoamericano, se ha apreciado presencia de crisis sociopolíticas y
desastres naturales que han generado una convivencia sistemática inestable y la
ocurrencia de catástrofes, más se ha visto también el desarrollo de poblaciones
resilientes (Molina, 2006).
Los aportes de diversos investigadores y entidades acerca de las situaciones
estresantes producto de los conflictos armados y de los desastres han permitido
entender cómo reaccionan las personas antes y después de un suceso adverso, cuáles
son las diferencias en sus reacciones por edad, sexo, como también comprender los
efectos sobre los equipos de atención primaria al interactuar con el sufrimiento
humano y la manipulación de cadáveres. Además, ha favorecido el desarrollo de
distintos modelos explicativos del estrés desde la perspectiva de las emergencias y
desastres, la terapia multimodal de crisis, los primeros auxilios, etc.
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El evento traumático puede producir una serie de reacciones emocionales,
conductuales y fisiológicas, y tiene el potencial de interferir en las habilidades para
actuar en el lugar de las operaciones en forma inmediata o, posteriormente, en el
retorno a la rutina laboral y familiar. Los problemas emocionales también pueden
promover el mayor consumo de alcohol o drogas.
Es responsabilidad de los líderes proteger no solamente la salud física sino también la
salud mental de los integrantes de los equipos de respuesta como única garantía para
cumplir con éxito las tareas y proteger al personal contra los efectos destructivos del
estrés.
El trabajo en desastres y emergencias incluye el enfrentamiento a situaciones
estresantes, como las siguientes:
Factores de riesgo
Existen condiciones que influyen en la eficiencia de los equipos de respuesta y que
favorecen la aparición de problemas psicosociales. A continuación, abordamos algunos
de ellos.
Factores individuales:
• Enfermedades crónicas como asma, cardiopatías, hipertensión arterial, úlceras y
diabetes, entre otras.
• Problemas o situaciones previas que provocaron estrés, por ejemplo, la pérdida del
empleo, conflictos familiares, divorcio, enfermedades de algún miembro de la familia,
etc. Las experiencias traumáticas anteriores vulneran la capacidad de resistencia y
pueden dar lugar a reacciones violentas o incapacitantes.
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• La edad: los más jóvenes están más propensos a sufrir problemas emocionales que
los mayores. Se recomienda que los adolescentes y jóvenes sean destinados a labores
administrativas u organizativas y se evite exponerlos a situaciones de gran sufrimiento
humano.
• Pérdidas personales o lesiones: en ocasiones, los integrantes de los equipos de ayuda
han perdido familiares cercanos o bienes personales en el desastre; esta situación los
puede incapacitar para tomar decisiones objetivas o hacer perder la concentración
necesaria para realizar sus labores.
• El personal de respuesta puede resultar lesionado por las labores encomendadas y
tener que ser retirado del lugar; los sentimientos de frustración y de culpa pueden ser
muy grandes al sentir que no pueden seguir realizando las acciones para las cuales han
sido preparados.
• Las primeras personas que llegan a la emergencia, o los que tienen mayor contacto
con las víctimas, tienen más problemas psicológicos que los que van llegando
posteriormente debido, fundamentalmente, al impacto visual que puede ejercer la
magnitud de la devastación sufrida y el estado en que se encuentren las personas o los
cadáveres.
Factores interpersonales:
• Las responsabilidades laborales pueden generar situaciones de conflicto con la
familia, por ejemplo, por un lado, querer participar en las labores de la emergencia, y,
por otro, la presión familiar para que se cumpla con las responsabilidades, en especial,
si se tienen hijos pequeños o familiares enfermos.
• El tiempo prolongado de separación de los integrantes de los equipos de respuesta
de sus estructuras de soporte social (familia, comunidad, amigos, etc.) puede generar
sentimientos de nostalgia y de haber sido olvidados.
• Muchas peculiaridades propias de cada personalidad (humor negro, conducta
desconfiada, tardanza, mal humor, etc.) son normalmente aceptadas; sin embargo, en
situaciones de emergencias y cuando los colectivos están bajo presión prolongada,
pueden causar conflictos interpersonales.
Factores comunitarios:
• Los medios de comunicación social y los curiosos en la escena de la emergencia
pueden contribuir a aumentar la presión emocional sobre los equipos de respuesta.
• La presencia de grupos armados o de violencia política hace que el desempeñar
labores humanitarias incremente el riesgo y la tensión, en especial, si hay
antecedentes de violaciones de los derechos humanos, secuestros y muertes que
involucran también a los integrantes de los equipos de respuesta.
Factores propios del desastre:
• El tipo de desastre afecta de diferentes formas a la comunidad. Un desastre de tipo
tecnológico produce más estrés para las víctimas y los equipos de respuesta que los
desastres naturales; causan gran sentimiento de cólera porque, tal vez, podría haberse
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evitado. También, produce mayor temor e incertidumbre porque el agente causante
del desastre (fuga radioactiva, contaminación química, etc.) no puede verse, es de
difícil control y sus efectos duran mucho tiempo.
• Los desastres que suceden de noche producen más víctimas y problemas
emocionales que los que ocurren durante el día, porque la gente está dormida; su
respuesta inicial es más lenta y más confusa, lo que dificulta la orientación y la
evacuación.
• La duración del desastre también es un factor que afecta, no solamente a la
población, sino también a los equipos de respuesta.
• El grado de incertidumbre y la presencia de réplicas en el caso de los grandes sismos,
la inestabilidad de estructuras colapsadas, la presencia de materiales peligrosos que no
son registrados por los sentidos, los rumores de grupos armados en la zona o la
amenaza de ataques son, entre otras, condiciones que influyen sobre los equipos de
respuesta.
• El cambio repentino del aspecto físico de la comunidad (cuando el evento adverso ha
sido muy devastador) tiende a dificultar la comprensión de lo acontecido y tiene un
fuerte impacto psicológico sobre los sobrevivientes y los equipos de respuesta.
• Las situaciones que generan las emergencias complejas representan una amenaza
permanente a la integridad física de la población y de los equipos de respuesta.
Estímulos traumáticos:
A través de sus experiencias, los integrantes de los equipos de respuesta han
aprendido una serie de estrategias para evitar quedar inmovilizados por las escenas de
un desastre. Sin embargo, hay algunos estímulos traumáticos que afectan seriamente a
este personal como, por ejemplo, los siguientes:
• Entrar en contacto directo con víctimas durante un tiempo prolongado, mientras
luchan por lograr su rescate o atención; en ocasiones, algunas de ellas mueren.
• Encontrar cadáveres de niños o con graves heridas; el personal tiende a identificarse
con ellos, en especial, si tienen hijos con edades similares.
• La presencia de gran número de cadáveres, en especial, si están seriamente
mutilados o tienen varios días, o si descubren conocidos entre ellos.
Problemas de organización:
Son aquéllos provenientes de la misma organización de la estructura en la cual
interactúa el trabajador y son característicos de las situaciones de desastres.
• Ausencia de un lugar dónde descansar, déficit en el suministro oportuno de agua
potable y comida, ausencia de servicios higiénicos y de privacidad.
• Falla en la misión (rescatar personas con vida, apagar un incendio, llegar en forma
oportuna con la ayuda humanitaria, etc.), especialmente, si se presentó por descuido,
impericia, agotamiento o confusión en las órdenes.
• Presión ocupacional: la necesidad de cumplir con muchas tareas en forma rápida y
oportuna.
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• Demandas del trabajo que requiere de un gran esfuerzo físico y mental por tiempo
prolongado y en condiciones adversas. Además, exige de precisión de criterios, juicio,
habilidad para elaborar cálculos y decidir muchas veces entre la vida y la muerte.
• Interferencia en sus funciones: se presenta cuando equipos de respuesta de
diferentes instituciones trabajan juntos por primera vez o cuando existe rivalidad entre
ellos. Puede ocurrir que intenten imponer sus propios estilos y procedimientos o
traten de captar la atención de los medios de comunicación social.
• Bajas recompensas: los integrantes de los equipos de respuesta son
extremadamente sensibles al reconocimiento de tipo social (no necesariamente
material); tienden a reaccionar con elevados niveles de frustración cuando no son
reconocidos en forma oportuna.
• Conflicto en las funciones: cuando el trabajador se enfrenta ante situaciones de difícil
decisión, como es el caso del personal que tiene que decidir entre su trabajo y su
participación en una emergencia de larga duración, entre su responsabilidad familiar y
su ausencia prolongada por las demandas de un desastre, o cuando se tiene que actuar
como jefe o como amigo.
• Ambigüedad en la función: cuando los trabajadores de los equipos de desastre se
encuentran en una atmósfera de confusión e incertidumbre, en relación con el tipo de
trabajo que tienen que realizar, el alcance de sus responsabilidades o los objetivos por
cumplir, debido a la inexistencia de planes o que estos no son aplicables.
• Incomodidad en la función: cuando el personal tiene que realizar tareas para las
cuales no han sido preparados.
Que requieren una acción correctiva Que no requieren una acción correctiva
inmediata inmediata
Aspecto físico Aspecto físico
• dolor en el pecho • náuseas
• dificultad respiratoria • malestar estomacal
• presión arterial alta • temblor
• arritmia cardiaca • sudoración profusa
• señales de choque • diarrea
• deshidratación excesiva • aceleración del pulso
• vértigo • dolores musculares
• vómito excesivo • boca seca
• alteraciones del sueño
• sobresaltos
• problemas en la visión
• fatiga
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Aspecto cognitivo Aspecto cognitivo
• dificultad para tomar decisiones • turbación
• estado hiperalerta • dificultad para el cálculo
• confusión mental generalizada • concentración deficiente
• desorientación en persona, tiempo o • tendencia a culpar a terceras personas
lugar • dificultad para mantener la atención
• dificultad para nombrar artículos
familiares
• dificultad para reconocer a personas
familiares
Aspecto emocional Aspecto emocional
• reacciones fóbicas • pesar
• pérdida del control emocional • tristeza
• reacciones de pánico • extrañamiento
• emociones impropias
Aspecto conductual Aspecto conductual
• violencia • cambio en la forma habitual de actuar
• actos antisociales • alejamiento
• labilidad emocional, como llorar por • suspicacia
cualquier cosa • cambios en su comunicación
• explosiones de enojo interpersonal
• extrema hiperactividad • cambios en las relaciones
interpersonales
• aumento o disminución del apetito
• aumento en el consumo de tabaco o
alcohol
• estado hiperalerta
• excesivo silencio
• comportamiento inusitado
Estrategia de intervención Estrategia de intervención
Cualquiera de estos síntomas demandan, Se recomienda un repliegue a una zona
por lo general, el relevo del trabajador o de descanso acompañado de un proceso
su evacuación a un centro asistencia de apoyo psicológico o la inserción a un
programa de actividades preventivas de
manejo del estrés posterior al incidente
traumático.
Actividades preventivas
El personal profesional especializado en salud mental que realice intervenciones
psicosociales con los integrantes de los equipos de primera respuesta debe, en la
D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V
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medida de lo posible, pertenecer a sus filas y conocer internamente las características
de su trabajo.
A continuación, se propone una serie de actividades para prevenir los efectos
negativos del trabajo de los equipos de respuesta:
• Debe existir una cuidadosa selección de los postulantes a integrarse a los equipos de
respuesta, con especial énfasis en el descarte de personas con trastornos de
personalidad.
• Definir perfiles para cada tipo de especialidad o labor en el trabajo de respuesta,
como son las labores de rescate, atención de salud, combate de incendios, manejo de
materiales peligrosos y trabajo humanitario en emergencias complejas, entre otros,
con la finalidad de poder designar al personal más idóneo para cada tipo de tarea.
• Pautar, como rutina anual, un proceso de evaluación en salud mental con la finalidad
de identificar de manera oportuna el agotamiento emocional, los síntomas de estrés
postraumático y otros trastornos psíquicos.
• Establecer anualmente actividades de prevención del estrés ocupacional y
autocuidado de la salud mental orientado, diseñando y difundiendo materiales
educativos de fácil lectura y comprensión.
• Incluir en las acciones de protección de la salud mental una amplia gama de
trabajadores; un ejemplo puede ser el personal que se desempeña en las centrales
telefónicas de emergencias.
• Extender los cuidados de la salud mental a las familias de los integrantes de los
equipos de respuesta, con la finalidad de prevenir la violencia y otros conflictos
familiares, así como para involucrarlas en el conocimiento del trabajo que realizan
estos equipos y el estrés al cual están sujetos.
• Los programas de capacitación y entrenamiento deben evaluar la capacidad de los
participantes para trabajar bajo presión, realizar labores en equipo, tolerar la
frustración y manejar el miedo.
• Incluir temas relacionados con el autocuidado de la salud mental, en los contenidos
temáticos.
• Enseñar a reconocer las reacciones psicológicas que requieren una acción correctiva
inmediata, con la finalidad de dar el apoyo necesario en forma oportuna.
• Preparar un grupo de intervención en crisis conformado por personal con
experiencia, que se encargará de dar la información a la familia, cuando un integrante
de los equipos de respuesta resulte lesionado o fallezca en cumplimiento del servicio.
Alimentación
La alimentación para el personal involucrado en una misión prolongada debe ser de
gran interés para los directivos de los equipos de respuesta, si desean tener al personal
activo y funcionando.
Sugerencias
D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V
40
• Durante los períodos de estrés agudo o crónico, las fuentes de vitaminas y sales
minerales en los alimentos pueden resultar insuficientes, por lo que se hace
recomendable la ingestión de cantidades adicionales de vitaminas B y C.
• Se recomienda la ingestión periódica de líquidos, en especial, los que contengan
electrolitos o jugos naturales, que pueden llevarse en cantimploras o termos.
• El personal de emergencias no necesita alimentos ricos en azúcares. Existe una
tendencia a dar caramelos, dulces, gaseosas y chocolates a los trabajadores de
emergencia, con la falsa creencia de que esto ayuda a reponer energías. Se
recomienda su sustitución por frutas.
• La cafeína puede aumentar el ritmo cardiaco, elevar la presión sanguínea y provocar
una mayor demanda de oxígeno; su consumo excesivo puede causar dolores de
cabeza, diarrea, inquietud, arritmia cardiaca, nerviosismo, irritabilidad e insomnio.
Cualquier cantidad de cafeína mayor de 250 mg por día se considera excesiva y casi
siempre ocasiona efectos negativos; algunas personas reaccionan negativamente a la
cafeína a dosis menores. Se debe tener presente que cada taza contiene
aproximadamente 110 mg de cafeína; a esta cantidad se agregan otras cantidades
obtenidas de otras fuentes, como el chocolate, el té y las bebidas de cola. Se
recomienda reducir o evitar el consumo de café, té, bebidas de cola o chocolate; es
mejor sustituirlos por agua mineral, jugo de frutas o leche, sales hidratantes y
electrolitos por vía oral.
• Las grasas no son una buena fuente de energía en situaciones de emergencia en la
cuales el personal de respuesta está sometido, frecuentemente, a una elevada
actividad física, ya que las grasas necesitan tomar oxígeno del cuerpo para poder
desdoblarse.
• Es recomendable una alimentación alta en calorías con productos no perecederos,
como frutas secas, avellanas, granos, nueces, etc.
• Recordar que, en una situación de estrés, la digestión se hace lenta por la
redistribución de la sangre hacia los músculos y el cerebro; por consiguiente, una
comida difícil de digerir o muy abundante puede traer problemas.
• Evitar el consumo de alcohol.
Actividad física
• Practicado como medida preventiva contra el estrés, el ejercicio físico exige cierta
regularidad; 30 minutos, tres veces por semana, aportan efectos beneficiosos.
• Después de un periodo de servicio, no es recomendable dormir de inmediato;
debería hacerse un poco de ejercicio físico antes.
• La actividad física metaboliza los subproductos de la reacción de estrés, los cuales, de
otro modo, podrían ser nocivos.
41
• Sustancias como la noradrenalina hacen más vulnerable a la persona con respecto a
las emociones negativas, como el miedo y la cólera; la actividad física ayuda a su
metabolismo.
42
• Las técnicas de relajación, el manejo de la respiración profunda y la meditación
ayudan en el proceso de recuperación y de retorno a la actividad rutinaria o la vida
habitual; sin embargo, no se recomiendan cuando el personal tiene que continuar en
las labores humanitarias o de rescate en poco tiempo.
• Involucrar a la familia contribuye a prevenir los conflictos en su interior; muchas
personas guardan, por años, profundos resentimientos porque sus padres, hijos o
parejas no les dedicaron tiempo, no les escucharon sus problemas o, simplemente,
viven con el temor de que algo malo les pueda pasar en sus misiones humanitarias. La
familia debe saber cuáles son las exigencias y las consecuencias sobre la salud física y
mental del trabajo que realizan; así mismo, debe motivarse a las familias para que se
conozcan entre sí y sean capaces de darse apoyo mutuo.
• Evitar el consumo de alcohol; si bien sus efectos iniciales son estimulantes, el efecto
final es depresor y puede provocar la evocación masiva de recuerdos desagradables
con el consiguiente malestar psicológico.
• Escribir relatos de los acontecimientos les ayuda a algunas personas a revalorar lo
sucedido y darle un sentido a las labores que realizaron, y se convierte en una
oportunidad para que expresen sus sentimientos al respecto.
43
• En caso de un incidente que involucre a un integrante de los equipos de respuesta,
evite que la familia se entere por la prensa u otras vías alternas; debe movilizarse un
grupo de intervención en crisis para informar y atender a la familia.
• Cuando no es posible rotar al personal porque la situación no lo permite, una
estrategia alterna es la de reasignarlo a tareas diferentes. Esto facilita que se rompa la
visión en túnel que frecuentemente acompaña a un estrés prolongado, que se
presenta por el trabajo agotador.
• Se debe tener presente que los líderes también pueden afectarse emocionalmente.
Un líder agotado puede fracasar en su labor de dirección.
Conclusiones
• Por las condiciones propias del trabajo que se realiza en situaciones de desastres y
emergencia, todos los trabajadores de los equipos de respuesta se afectan
psicológicamente en mayor o menor medida.
• La habilidad del personal disminuye por la fatiga y se comienza a cometer errores
que pueden ser fatales.
• Los integrantes de los equipos de respuesta deben ayudarse entre sí a reconocer
sentimientos de tristeza, duelo, agotamiento, etc.
• Los trabajadores deben ser rotados en sus tareas para evitar la exposición
prolongada al estrés.
• El regreso al trabajo y a la vida familiar puede resultar difícil después de un desastre.
• Los equipos y profesionales de salud mental deben priorizar entre sus tareas la
asistencia a los miembros de los equipos de respuesta.
• El ejercicio físico, practicado de manera regular, es una eficaz medida preventiva
contra el estrés y aporta efectos beneficiosos.
• La alimentación para el personal involucrado en una misión prolongada debe ser de
gran interés para los directivos de los equipos de respuesta, si desean tener al personal
activo y funcionando.
Valero Santiago. Guía práctica de Salud Mental (OPS) (2006). Capítulo VII.
http://www1.paho.org/hq/dmdocuments/2008/GuiaPracticadeSaludMental.pdf?ua=1
Anexo II
Hidratación
¿Por qué es importante tomar agua?
Porque cada día perdemos agua a través de la respiración, de la transpiración, de las
heces y de la orina. Además, el agua es esencial para una eliminación correcta de los
desechos metabólicos del cuerpo, tales como el ácido úrico, la urea y la creatinina, que
son filtradas desde la sangre y removidas por la orina. Es decir que el agua es la forma
44
más natural y eficaz para la eliminación de las impurezas del cuerpo ya que no adiciona
aditivos ni calorías al organismo.
45
el sistema de estrés en todo nuestro organismo. Es un estado de movilización
generalizada de todas nuestras reservas de energía. Uno de los primeros cambios es el
incremento en la secreción de la hormona adenocorticotrofina por parte de la glándula
Pituitaria que se encuentra en la base del cerebro, la cual actúa sobre las glándulas
suprarrenales, motivando la segregación de ADRENALINA, responsable del estado de
máxima alerta de todo nuestro organismo, provocando la liberación de la reserva de
glucosa, ácidos grasos libres, etc. Como consecuencia de este estado de alarma,
aumenta la frecuencia cardíaca y la tensión arterial, la frecuencia respiratoria, la
tensión muscular, la transpiración, la liberación de factores coagulantes de la sangre, la
redistribución de la sangre a favor del cerebro y de los músculos y por consiguiente la
disminución del ritmo digestivo.
Cuando el estrés no es efímero como el trabajo en desastres o en emergencias que
demandan la permanencia en el lugar de las operaciones por varias horas o días,
tienden a permanecer en el organismo los Corticoides que van a favorecer el aumento
de los azúcares en sangre, el colesterol, la presión arterial, se debilitan las defensas
inmunitarias, se favorece la osteoporosis, la atrofia muscular y la retención de agua y
el sodio en el riñón. Existe un limitado volumen de energía adaptativa disponible y
concentrarla en una sola demanda aumenta en forma creciente nuestra vulnerabilidad
a otras demandas, en especial si se tiene en cuenta que el estrés es de carácter
acumulativo, es decir, que si no se hace nada para eliminarlo, los residuos bioquímicos
y la tensión emocional que causan ciertos eventos, estos vana a mermar nuestra
capacidad de respuesta ante otros eventos o demandas.
El estado final es el agotamiento. El estrés prolongado va dejando cicatrices
bioquímicas indelebles que nos predisponen a las enfermedades, a las infecciones, el
envejecimiento y la muerte, y en el contexto operativo estamos hablando de la
disminución significativa del desempeño y por ende de la eficiencia y de la eficacia,
haciéndonos proclives a cometer errores en que los integrantes de los equipos de
respuesta pueden llegar a ser fatales.
Prevención y mitigación de estrés en situaciones de emergencia según el aspecto
nutricional y de selección de alimentos:
Vitaminas:
Durante el período de estrés agudo o crónico las fuentes de alimentación de vitaminas
y minerales pueden resultar insuficientes, por lo que es necesario la ingesta de
cantidades más elevadas de Vitamina C y las del complejo B.
Sales minerales:
Un estrés excesivo provoca carencias de sales minerales esenciales, como el magnesio,
calcio y zinc. Su déficit está relacionado con una amplia variedad de trastornos tales
como la esterilidad, úlceras, problemas coronarios, hipertensión. Por eso se
D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V
46
recomienda la ingesta de líquidos en especial los que contengan electrolitos
(Gatorade) y/o jugos naturales en termos o cantimploras.
Azúcar:
Existe una tendencia a dar caramelos, dulces, gaseosas, chocolates, a los trabajadores
de emergencia, con la falsa creencia que esto ayuda a reponer energías. La reacción al
estrés es que libera el azúcar que normalmente se encuentra almacenada en el hígado
bajo la forma de glucógeno. Simultáneamente la adrenalina segregada inhibe la
producción de insulina, resultando la circulación excesiva de azúcar al no poder ser
absorbida por las células debido a la insuficiencia de insulina que es quién se encarga
de este proceso.
Cafeína:
La cafeína contenida en el café, té o bebidas cola, así como el chocolate, tienden a
favorecer la respuesta del organismo al estrés, inhibiendo el sueño o bloqueando el
descanso natural del organismo agotado por el esfuerzo prolongado.
Grasas:
El estrés prolongado no solamente tiende a provocar la acumulación de azúcar en
sangre, sino también el de colesterol, por la liberación de los ácidos grasos libres
almacenados en el organismo, en tal sentido una alimentación alta en grasas como
pollo a la parrilla con su piel, papas fritas, fiambres, embutidos, snaks, etc, sólo
contribuyen al aumento de colesterol en sangre.
Alimento abundante:
Recordar que una situación de estrés, la digestión se hace lenta por la redistribución
de la sangre a favor de los músculos y el cerebro. Por lo consiguiente una comida difícil
de digerir puede traer problemas de indigestión o malestar entre el personal de los
equipos de respuesta que deben retomar al trabajo.
Podríamos concluir que lo que se recomienda durante y luego de una situación de
estrés, como en este caso lo son las salidas de emergencias, que:
Se sustituyan los dulces, golosinas, caramelos, por frutas.
Sustituir café, té, chocolate, bebidas cola, por agua mineral, jugo de frutas, sales
hidratantes por vía oral.
Proveer vitaminas y minerales a través de hortalizas crudas y frutas naturales.
Proveer una alimentación alta en energía no predecible, es decir, con alimentos de alta
densidad calórica pero de pequeños volúmenes, como ser frutas secas, (avellanas,
almendras, nueces).
Reducción de la absorción del colesterol, reemplazando las grasas animales saturadas
por grasas vegetales insaturadas.
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47
Aquí se sugieren algunos ejemplos de menú:
Arroz con pollo y vegetales con guarnición de ensalada de hojas verdes. Naranja. Agua.
El arroz nos aporta gran parte de las vitaminas del complejo B, al igual que el pollo; que
él mismo deberá ser sin su piel, prefiriendo la pechuga, para disminuir el contenido de
grasa animal, lo cual, de esa manera evitaríamos el aumento de colesterol en sangre.
Este plato se complementaría con variedad de verduras frescas a modo de formar una
salsa; como ser el salteado de tomates frescos, cebolla, pimiento verde, rojo, amarillo,
(teniendo en cuenta la variedad de colores ya que cada color aporta un micronutriente
–vitaminas y minerales- distinto), para luego mezclar con el pollo y el arroz,
condimentando con aceite preferentemente crudo, si es posible de oliva por la calidad
de los ácidos grasos. Como guarnición se sugiere una ensalada de hojas verdes, para
colaborar aún más con la recuperación de vitaminas. De postre una fruta, en lo posible
cítrica, por el alto contenido de Vitamina C y como bebida para la reposición de
electrolitos y regulación del balance hídrico lo más aconsejable es abundante cantidad
de agua antes, durante y después de la comida.
Hacemos hincapié en las vitaminas del complejo B porque su déficit causa debilidad,
edemas, irritación en ojos y piel, indigestión, dolor de cabeza, ansiedad, irritabilidad.
Por otra parte; se sugiere una fruta con alto contenido de vitamina C; ya que, para
producir adrenalina, se necesita de la misma. Cuando los niveles de adrenalina se
elevan durante largos periodos de estrés, el consumo de esta vitamina es muy alto. Las
funciones que cumple son: mejorar la visión y ejercer función preventiva ante la
aparición de cataratas; es, por lo tanto neutraliza los radicales libres, evitando así el
daño que los mismos generan en el organismo; su capacidad antioxidante hace que
esta vitamina elimine sustancias toxicas del organismo; es antibacteriana, por lo que
inhibe el crecimiento de ciertas bacterias dañinas para el organismo; reduce las
complicaciones derivadas de la diabetes tipo II; disminuye los niveles de tensión
arterial y previene la aparición de enfermedades vasculares; tiene propiedades
antihistamínicas, por lo que es utilizada en tratamientos antialérgicos, contra el asma y
la sinusitis; ayuda a prevenir o mejorar afecciones de la piel como eccemas o soriasis;
es cicatrizante de heridas, quemaduras, ya que la vitamina C es imprescindible en la
formación de colágeno, mejora el estreñimiento por sus propiedades laxantes; repara
y mantiene cartílagos, huesos y dientes.
Otros ejemplos de Menú con las mismas propiedades nutricionales pueden ser:
Guiso de legumbres (lentejas, garbanzos), carne magra y vegetales (preferentemente
tomate por su aporte de vitamina C, zanahoria y cebolla).
Pechugas de pollo asadas con ensalada de verduras crudas por su mayor aporte de
vitaminas y minerales, (lechuga, tomate, zanahoria).
Carne a la parrilla o al horno desgrasada con ensalada rusa (papa, zanahoria, arvejas,
condimentada con aceite).
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Ensalada de lentejas, lechuga, tomate, zanahoria rallada, papas, choclo y trocitos de
pechuga de pollo.
Fideos con salsa filetto y estofado desgrasado.
Arroz con lentejas, queso rallado o trocitos de queso en barra, arvejas y aceite. (Se
considera una buena opción por su fácil preparación y traslado de ser necesario, y por
su buena complementación proteica, asimilándose a una proteína de alto valor
biológico que contienen las carnes, ya que es una opción que no la incluye).
Sándwich de pan integral (aporta buena cantidad de energía, fibra), queso, lechuga y
tomate (fuente de vitaminas y minerales).
(Tratar de consumir a modo de postre alguna fruta fresca e hidratarse en todo
momento).
En caso de tener que realizar meriendas o desayunos post salidas se recomiendan:
Ensalada de frutas naturales. (Trozos de banana (alto contenido en potasio y
magnesio); gajos de mandarina o trozos de naranja (por su aporte de vitamina C),
trozos de manzana y frutillas (por su aporte de vitamina C)).
Yogur descremado (bebible o firme; lo que sea más fácil de trasladar en caso de dadas
esas condiciones) con frutas frescas (trozos de banana por su contenido de potasio) y
cereales (aporte de energía).
Licuado de frutas (banana o frutillas por su alto aporte de vitaminas y minerales) con
leche descremada o jugo exprimido de naranjas. (En caso de tener las herramientas,
tiempo, y personal para realizarlo; sino se opta por otra opción más simple y con las
mismas características nutricionales)
Muesli de cereales, coco rallado, frutas secas y semillas + 1 Gatorade.
Arroz con leche (buen aporte de energía y una excelente complementación proteica.
Puede ser refrigerado hasta 3 días en heladera, o sea que es una opción para tener
preparada con antelación, siendo fresca y muy nutritiva, y para aquellos que disgusten
de la misma, se puede remplazar por yogur con cereales o leche con cereales).
Frutas naturales (preferentemente banana; naranja, frutillas, o manzanas con cáscara,
por su alto contenido de las mismas de vitaminas y minerales, y por su fácil
manipulación a la hora de su consumo).
(Siempre acompañar con líquido como ser agua mineralizada, jugos naturales, o aguas
con sales).
Como se habrá apreciado anteriormente, los alimentos que sí deben estar incluidos en
un menú luego del trabajo bomberil, ya sea desayuno, merienda, almuerzo o cena, o
alguna colación que necesiten durante dicho labor, son frutas y verduras, en lo posible
frescas, para la reposición de minerales y vitaminas; las carnes por su gran aporte de
vitaminas del complejo B como así también los cereales, como ser arroz, que aporta el
mismo complejo vitamínico además de proveer energía; también cereales como copos
de maíz, arroz inflado, avena y coco rallado, frutas secas en un mix para reponer
energía y ácidos grasos esenciales, siendo estos alimentos una buena estrategia por su
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gran aporte de nutrientes en una ración pequeña, ya que el estrés en algunos casos
puede causar disminución del apetito; también remplazamos las harinas refinadas por
panes integral para el aporte de fibra cuyos efectos son tan beneficiosos para la salud.
Se destaca en todo momento la hidratación permanente, con jugos naturales de
frutas, agua mineralizada o aguas con sales.
Licenciada Romina Piancatelli
Anexo III
Grupos de trabajo
Un conjunto de individuos no constituye necesariamente un grupo; la característica
clave es la interacción entre sus miembros. Éstos comparten objetivos comunes y hay
un sentimiento de atracción interpersonal y comunicación entre ellos, ya que deben
interactuar para lograr su cometido, “salvaguardar vidas y bienes”.
Un grupo necesita un sentimiento de identidad colectiva, que los distinga del resto de
los grupos.
El trabajo en equipo logra grandes resultados cuando todos los miembros que lo
conforman trabajan de manera coordinada y responsable. Para que las personas
logren un buen trabajo de equipo se debe hacer que el grupo se comprometa de
manera conjunta con el proyecto a realizarse.
En un equipo de trabajo siempre habrá un líder que por lo general es la persona con
más experiencia en el grupo. Todos los que conforman el equipo de trabajo tienen una
misión específica pero también el deber de apoyar al compañero que solicite apoyo en
algunas tareas.
Las personas que trabajan en equipo saben que las diferencias personales deben de
quedar de lado para poder lograr un buen resultado.
Los valores necesarios para el logro de un óptimo trabajo en equipo:
Respeto
Tener respeto por nuestros compañeros y por el trabajo que realizan ayuda a que los
miembros de un equipo tengan mayor confianza y comunicación entre ellos. Respeto
no solo es ser educado a la hora de expresarse, uno también demuestra respeto al
escuchar con atención las sugerencias de los más experimentados.
Confianza
Cuando las personas trabajan en equipo tienen que aprender a confiar en la capacidad
de sus otros compañeros. Los miembros de un equipo de trabajo también deben de
tenerse confianza entre sí para poder conocer las dificultades que existen en el trabajo
y juntos poder buscar alternativas de solución. Como también la confianza en aquellos
que toman decisiones.
50
Empeño
El trabajo en equipo puede llegar a ser un trabajo muy arduo pero a su vez gratificante.
Trabajar con empeño es asistir puntualmente a trabajar, ser responsable y proponer
ideas para el bien del equipo. Por ejemplo, si el grupo decide extender el horario de
trabajo para terminar más rápido no pongas objeciones y apoya la decisión.
Solidaridad
En un equipo de trabajo todos deben estar en la capacidad de apoyarse unos a otros y
de asumir roles importantes en cualquier momento.
Las habilidades necesarias para funcionar en un equipo son:
2. Flexibilidad y adaptación
Hay que mostrarse siempre proactivos y resolutivos, los avances en la vida cotidiana,
nos obligan a estar siempre actualizados, atentos a las nuevas demandas y
necesidades. El aprendizaje debe ser constante y, en palabras de Pylayev, “debemos
estar fijándonos siempre en lo que ocurre en la carretera para cambiar de marcha
cuando el momento lo requiera”. Si predomina esta actitud, añade, tendremos la
suficiente confianza y capacidad para enfrentarnos a nuevos retos que en un principio
nos parecían imposibles”. Querer es poder.
3. Motivación y confianza
Para avanzar y alcanzar los objetivos bomberiles es imprescindible contar con una
buena dosis de confianza en nosotros mismos. Si nosotros no creemos en lo que
hacemos, en nuestras capacidades, difícilmente lo van a hacer los demás. El primer
paso para alcanzar las metas es visualizarlas, mentalizarnos de que somos capaces de
llegar a ellas y esforzarnos día a día.
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5. Trabajar en equipo
La colaboración y la coordinación con el resto de compañeros es un requisito cada vez
más importante cuando desempeñamos tareas en grupo.
6. Positivismo
El optimismo es una actitud que facilita el trabajo, ya no sólo de uno, sino del resto de
compañeros. Mirar el vaso medio lleno, en lugar de medio vacío, no sólo hace que el
trabajo sea más agradable, sino también menos estresante e incluso relajado. Además,
diversos estudios han demostrado que mantener una actitud positiva aumenta la
productividad al generar un buen ambiente de trabajo.
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BIBLIOGRAFÍA
Álamo Valero. Manual para el cuidado de la salud mental en los equipos de primera
respuesta.
Balaguer, I (1994). La motivación en el deporte. En Entrenamiento Psicológico en el
deporte. Ed. Albatros.
Kornblit, A. y Mendes Diz, A. (2000). La Salud y la Enfermedad: aspectos biológicos y
sociales (1º ed). Capital Federal: Grupo Editor Aique.
López Rosetti (2005). Epidemia del Siglo XXI Estrés como entenderlo, entenderse y
vencerlo. Ed. Lumen
Organización Panamericana de la Salud (2006). Guía práctica de salud mental en
situaciones de desastres. Washington DC.
Weinberg & Gould (1996). Liderazgo. En Fundamentos de Psicología del deporte y el
ejercicio físico. Ed. Ariel.
Weinberg & Gould (1996). Cohesión del grupo. En Fundamentos de Psicología del
deporte y el ejercicio físico. Ed. Ariel.
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del deporte y el ejercicio físico. Ed. Ariel.
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%20Agua.pdf
http://www1.paho.org/hq/dmdocuments/2008/GuiaPracticadeSaludMental.pdf?ua=1
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