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“LA IMPORTANCIA DE NUESTRO

TRABAJO ES LO QUE HACEMOS


Y AQUELLO EN LO QUE NOS
CONVERTIMOS”

PSICOLOGIA DE
LA EMERGENCIA
MANUAL ASPIRANTES A OFICIALES
EN JEFE

ESCUELA PROVINCIAL DE
CAPACITACIÓN

DEPARTAMENTO DE
PSICOLOGÍA

D.P.P.E
2020
D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V
CONTENIDO

OBJETIVOS GENERALES…………………………………………………………………….3
OBJETIVOS ESPECIFICOS…………………………………………………………………..4
INTRODUCCIÓN TEORICA ……………………………………………………………….….5
1. PSICOLOGÍA DE LA EMERGENCIA ..........................................................................5
2. SALUTOGÉNESIS. SALUD Y SALUD MENTAL ........................................................6

Lección 1
1.1. REFLEXIONAR SOBRE LA FUNCION A DESEMPEÑAR .................................10

Lección 2
2.1 LA COMUNICACIÓN COMO FUNCIÓN DEL BUEN DIRIGIR……………………11

Lección 3
3.1 ESTRÉS………………………………………………………………………………….13
3.2 REACCIONES FISICAS Y MENTALES DEL ESTRÉS…………….………………15
3.3 REACCIONES NORMALES FRENTE AL ESTRÉS………………………………..16

Lección 4
4.1 PLAN INTEGRAL DE MANEJO DEL ESTRÉS………………………………………19
4.2 EJERCICIO DE RESPIRACIÓN (TORÁCICA).......................................................19
4.3 ALIMENTACIÓN SALUDABLE E HIDRATACIÓN.................................................20
4.4 TIEMPO LIBRE…………………………………………………………………………..21
4.5 DESCANSO ……………………………………………………………….…….………21
4.6 ACTIVIDAD FÍSICA………………………………………………………………..……21
4.7 ACTIVIDAD PLACENTERA ...................................................................................22
4.8 ACTIVACIÓN RECURSOS....................................................................................22
4.9 PLANILLA “PLAN DE MANEJO INTEGRAL DEL ESTRÉS”………………………..23

Lección 5
5.1 DEFUSING……………………………………………………………………………….25
5.2 PROTOCOLO LARGO………………………………………………………………….27
5.3 PROTOCOLO CORTO…………………………………………………………………27
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D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V
5.4 PROTOCOLO DE CIERRE…………………………………………………………....27
Lección 6
6.1 OTRAS MEDIDAS DE PROTECCION PSICOLÓGICA……………………………29
Anexo 7
7.1 Anexo I …………………………………………………………………………………..32
7.2 Anexo II ……………………………………………………………………………….…44
7.3 Anexo III …………………………………………………………………………………50
Bibliografía 8
8.1 Bibliografía ………………………………………………………………………………53

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D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V
OBJETIVO GENERAL

• Reflexionar sobre las funciones de un oficial en jefe


• Fortalecer el desempeño profesional a través de la comunicación y el
liderazgo como parte del buen dirigir.

El quinto nivel de capacitación está dirigido a los Oficiales en Jefe. En este


nivel se pretende trabajar sobre la función a desempeñar, como así también
la comunicación y el liderazgo como parte del buen dirigir al fomentar
acciones para el cuidado de la salud integral de los Bomberos Voluntarios.

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D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V
OBJETIVOS ESPECIFICOS

1. Reflexionar sobre la función a desempeñar.


2. Reconocer la comunicación como función del buen dirigir
3. Reconocer qué es el estrés y cuáles son sus reacciones esperables.
4. Fomentar la aplicación del plan integral de manejo del estrés individual y grupal.
5. Conocer los protocolos de cierre.
6. Fomentar acciones para el autocuidado de la salud integral de los B.V. como
medidas de protección psicológicas.

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D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V
INTRODUCCIÓN TEÓRICA

PSICOLOGÍA DE LA EMERGENCIA

La Psicología de la Emergencia es una disciplina relativamente nueva que


tiene diferentes definiciones, según autores y áreas de aplicación, recibe
aportes y contribuciones de otros campos, por ejemplo, desde las
neurociencias, la psicológica comunitaria y humanista.
Desde nuestro departamento decimos que es una disciplina que estudia el
comportamiento humano en las situaciones de emergencia y proporciona
herramientas para afrontar el antes, durante y después de las situaciones
relacionadas con la emergencia.
Tiene un perfil psicopreventivo que busca reducir o evitar las posibles
consecuencias negativas del trabajo bomberil, propiciando conductas
salutogénicas (conductas que generan salud) y ambientes de trabajo más
seguros para fortalecerse operativamente y reducir la vulnerabilidad. Mejora
la capacidad de respuesta y el desempeño profesional.

Con el transcurso del tiempo y el recorrido a través de la práctica profesional


hemos adoptado el concepto desarrollado por el D.P.P.E. de la F.S.A.B.V.
Es un concepto, abierto y aún en construcción, que la define a la Psicología
de la Emergencia de la siguiente manera:

”…Dentro del ámbito bomberil, la psicología de la emergencia es una


rama de la Salud Mental cuya función se orienta al trabajo con equipos de
primera respuesta. Trabaja desde un paradigma salutogénico,
gestionando un accionar responsable en el autocuidado de la salud
integral de los intervinientes, directos e indirectos, en la vida en general y
en eventos potencialmente traumáticos por ser emocional y
operativamente estresantes…”

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D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V
También se volvió necesario re adaptar modelos o protocolos de acción e
intervenciones que pudieran adecuarse a la idiosincrasia y características
socioculturales de las Regiones donde se trabaja.
El sostén teórico y metodológico de trabajo se apoya en un modelo
integrativo, fundamentado en diversas disciplinas como las neurociencias,
psicología positiva, P.N.L., Salutogénesis, modelos cognitivos conductuales,
humanístico existencial. Se deja de ver y analizar la patogénesis de las
emergencias para enfocarse en la salutogénesis aplicada al bombero. De
esta manera se desplaza el foco hacia la pregunta por la salud y su
desarrollo, comprendiendo a la misma dentro de un continuo
saludenfermedad y como una capacidad que todos poseemos y podemos
desarrollar.

SALUTOGÉNESIS. SALUD Y SALUD MENTAL

PARADIGMA SALUTOGÉNICO
El término Salutogénesis fue creado en las últimas décadas del Siglo XX, por
Aarón Antonovsky, médico sociólogo, de origen estadounidense israelí. Este
concepto viene del latín Salus, “salud”, y del griego Génesis, “origen”,
“creación de”. Su significado es “Génesis de la Salud” y su contribución
fundamental fue mantener la pregunta ¿Que crea la salud? y la búsqueda
del “origen de la salud”, en lugar de buscar las causas de la enfermedad.
Este modelo promulga que la salud integral de un ser humano se sostiene
en el sentido de coherencia interna que todos poseemos en mayor o menor
grado.
El sentido de coherencia interna se logra y sostiene en la capacidad de
manejar las situaciones que acontecen, comprendiendo qué es lo que
sucede y otorgándole un sentido a eso que ocurrió, para integrarlo de
manera positiva en la vida.
Desde este modelo todas las personas poseen diferentes recursos que
permiten lograr el sentido de coherencia y son aquellos elementos reales,
materiales o simbólicos que permiten afrontar y enfrentar situaciones.

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Pueden ser nuestros o de otros, del pasado (recuerdos, memorias), del
presente (hobbies, trabajo, amigos, dinero, capacidades, habilidades,
familia) y del futuro (sueños, proyectos), de la comunidad o institución a la
que se pertenece.
Desde esta mirada, lo que se pretende es devolver el control al Bombero
Voluntario, reforzando la capacidad de manejar situaciones sin la
intervención de un profesional, otorgándole un papel activo y responsable
para el desarrollo de su salud integral.
La capacidad de manejar situaciones o el control de las mismas en el ámbito
bomberil se logra con la formación teórica y técnica, con la preparación
física, el entrenamiento, con la psicoprevención, favoreciendo el trabajo en
equipo y en red, aplicando ejercicios de respiración y generando el soporte
de pares, entre otros, ya que se considera que para un Bombero nada mejor
que otro Bombero.
La comprensión se obtiene con la psicoeducación, al saber qué cosas
pueden suceder y cómo pueden responder ante situaciones estresantes, y
de ser necesario, el trabajo con diferentes técnicas como defusing,
debriefing individual y grupal, PNL, Mindfulness, E.F.T., técnicas de
estimulación bilateral, entre otras.
Por último, el sentido se alcanza luego, insertando las intervenciones o
situaciones vividas en un todo que tenga significado, un para qué,
mayoritariamente reforzando la elección y decisión de ser Bombero ligado a
valores como la vida, la solidaridad, la ayuda al prójimo, la pertenencia.
Encontrar sentido permite entonces el crecimiento individual, grupal e
institucional.
Pregúntate ¿POR QUÉ SOY BOMBERO? Y ¿PARA QUÉ SOY BOMBERO?

SALUD Y SALUD MENTAL

En la actualidad no existe un consenso para definir el concepto de salud,


que ha pasado desde el primario de "ausencia de enfermedad", hasta el
emitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que la concibe como
"el pleno bienestar físico, mental y social del individuo". Esta definición
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supone un estado de salud no alcanzable por el ser humano en su realidad
diaria, e imposible de alcanzar para toda una población.
En realidad, la salud no puede ser considerada como un “estado”, como
tampoco lo es la “enfermedad”. Ambas son parte de un proceso
multidimensional. El individuo, a lo largo de su vida, se desplaza sobre un
eje salud-enfermedad (y muerte), acercándose ya a uno y a otro de sus
extremos, según se refuerza o se rompe el equilibrio entre factores que
están permanentemente interactuando: estos factores son físicos,
biológicos, psicológicos, sociales, culturales y ambientales.
Según Kornblit y Mendes Diz (2000) se podría entonces conceptualizar la
salud como "la posibilidad que tiene una persona de gozar de una armonía
biopsico-social al interrelacionarse dinámicamente con el medio en el que
vive".
Esta definición implica, por un lado, considerar al hombre como unidad y
reconocer que el hombre vive en constante interacción con el medio
ambiente físico-biológico y sociocultural, recibiendo influencias tanto
favorables como desfavorables, y que en esta interacción se configura el
nivel de salud. Así, el hombre tendrá salud en la medida en que pueda
resolver los conflictos que se le plantean, lo cual implica, fundamentalmente,
considerarlo como un SER ACTIVO QUE PARTICIPA EN EL LOGRO DE SU
SALUD.
La salud así entendida se asocia con la vida, con la capacidad de vivir con el
menor sufrimiento posible y de luchar para reproducir la vida; tanto
satisfactoriamente para el individuo como para los conjuntos sociales.

La SALUD MENTAL es definida por la OMS (Organización Mundial de la


Salud) en el 2010 como: “Estado de Bienestar en el cual la persona
• es consciente de sus propias capacidades,
• puede afrontar las tensiones normales de la vida,
• puede trabajar de forma productiva y fructífera
• y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.”

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La salud física y mental son inseparables y tienen una influencia recíproca
múltiple y compleja, siendo la salud mental esencial para logar el bienestar
individual y social.

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LECCIÓN 1

Al finalizar esta lección el participante será capaz de:

1. Reflexionar sobre la función a desempeñar.

Ahora, como Oficiales en Jefe, se encuentran a cargo de un grupo, de una dotación


que esperan de ustedes que cumplan un buen liderazgo.
El liderazgo es el proceso conductual de influencia entre individuos y grupos en el
logro de sus objetivos.
Un líder sabe dónde va el grupo o la dotación y es el que proporciona la
dirección y los recursos necesarios para que puedan llegar hasta allí. Los
líderes suelen ser elegidos por alguien que tiene autoridad para hacerlo, como
es el caso de comisión directiva, aunque a veces surgen simplemente del
grupo, que lo propone y si comisión directiva acepta, éste, asumen la
responsabilidad. Estos líderes suelen tener una habilidad especial para el
liderazgo y funcionan mediante relaciones interpersonales proporcionando
dirección, objetivos y estructura a su equipo.
No existe un conjunto de características que garanticen el liderazgo seguro, ya
que responde a la situación específica y los estilos de liderazgo van
cambiando. Hay líderes orientados a las relaciones que mantienen una
comunicación abierta, cuidan las interacciones sociales y tratan de que todos
se sientan cómodos; y los líderes orientados a la tarea apuntan a la ejecución
del trabajo y al logro de los objetivos de cada salida, ya sea rescate vehicular,
incendio de una casa, o de pastizales.
Para un liderazgo efectivo, es importante que exista una buena comunicación entre
ustedes y el cuerpo activo.

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LECCIÓN 2

Al finalizar esta lección el participante será capaz de:

1. Reconocer la comunicación como función del buen dirigir

Comunicar significa hacer a otro partícipe de lo que uno tiene, transmitir


señales mediante un código común al emisor y al receptor. La comunicación se
debe entender como una habilidad que se puede mejorar y potenciar hasta sus
propios límites.
Se puede decir que la comunicación es un medio y fin a la vez. Un medio para
alcanzar un objetivo y un fin en sí mismo cuando el Oficial en Jefe transmite lo
que piensa y esto concuerda con lo que quiere transmitir.
Es poder utilizar correctamente el lenguaje (ya sea verbal y no verbal) para conseguir
los objetivos a nivel personal y profesional.
Tener en cuenta que “lo importante no es lo que se dice, sino cómo se dice y lo que
los demás entienden”. Como comunicadores debemos comprender que es nuestra
responsabilidad que el mensaje llegue a destino, es decir, que los demás puedan
comprender o entender lo que queremos transmitir es nuestra responsabilidad,
sabiendo que en muchas ocasiones y en diferentes grupos humanos es necesario
repetir varias veces el mensaje o la información.
Comunicar no es simplemente distribuir información, sino que implica transmitir
lo que ha de hacerse, lo que se espera que se haga y cómo se espera que se
haga; atribuir tareas, roles y funciones a las personas en torno a los objetivos,
generar esquemas de motivación que permita ligar las necesidades de las
personas con el cumplimiento de los objetivos propuestos.
Para que un mensaje sea eficaz debe ser claro, preciso, verdadero y auténtico,
oportuno e interesante.
Hacer uso de un lenguaje correcto, de una buena oratoria, de mensajes
directos hace que resultemos más convincentes, así generamos confianza,
seguridad, profesionalidad, credibilidad y es más fácil de esta forma conseguir
lo que nos proponemos. Dentro de la comunicación incluimos a los rumores
como obstáculos que generan mal estar en las instituciones y en los grupos

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humanos. Saber detectar un rumor, frenarlo y despejar los canales de
comunicación revisten una importancia fundamental.
La diferencia generacional que viene manifestándose en las instituciones como
en la sociedad en si puede generar inconvenientes a la hora de transmitir un
mensaje, contar una información, proponer una idea. La información ingresa a
través de diferentes canales sensoriales que deben incluirse en el momento de
comunicar cuestiones importantes

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D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V
LECCIÓN 3

Al finalizar esta lección el participante será capaz de:

1. Reconocer el estrés y cuáles son sus reacciones

El estrés es una función normal del organismo, es sinónimo de vida y es tan


antiguo como el hombre mismo. Es algo básicamente bueno y útil, sirve para
alertarnos defendernos y prepararnos para enfrentar una situación en defensa
de nuestra integridad. Fue Hans Saye quien acuño el término de estrés. Existe
un estrés bueno eustres que nos ayuda a mantenernos alerta y enfrentar
desafíos cuyo nivel de avión no genera trastornos en el organismo y también
un estrés malo o distres donde la intensidad y la perdurabilidad de la activación
originan alteraciones físicas y psicológicas. Existen numerosas definiciones de
estrés. Una definición integradora es aquella que entiende al estrés como una
situación en la cual las demandas externas o las demandas internas superan
nuestra capacidad de respuesta. La misma radica en la habilidad para afrontar
y manejar adecuadamente esas exigencias. Si nuestras posibilidades de
respuestas están a la altura de las circunstancias la balanza del estrés se
mantendrá en equilibrio.
Ante todo, el estrés es adaptativo porque nos permite sobrevivir, ya sea
luchando o huyendo de la situación. En bomberos, el estrés nos permite
adaptarnos y reaccionar para trabajar en las emergencias, estando expuestos a
sucesos estresores y a estresores ocupacionales, ambientales y comunitarios.
En los escenarios de las emergencias existen diferentes situaciones que
pueden actuar incrementando el nivel de estrés por ejemplo:
Sucesos estresores (inherente al hecho en sí mismo)
• muerte o heridas de compañeros
• muerte de niños
• perdida de victimas
• incidentes cargados emocionalmente
• identificación con las víctimas
• incidentes con bajas masivas

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Estresores ocupacionales (inherente a la profesión)
• responsabilidad sobrecargada
• presiones de tiempo
• duración de la intervención
• demandas físicas
• demandas mentales
• demandas emocionales
• recursos limitados a nivel humano,
materiales y de preparación
• diferentes áreas de trabajo
• altas expectativas
• Convivir con el handy
• Conflictos entre los miembros de la
institución
Estresores ambientales
• condiciones climáticas
• peligros ambientales
• momento del día
• características geográficas
Estresores comunitarios
• presencia de medios masivos
• presencia de curiosos
• presencia de personas conocidas / familiares
Estresores personales
• Situaciones personales, (salud, laborales, familiares).

El estrés es una condición de activación psicofísica que cuando es prolongada


en el tiempo es incompatible con el bienestar y en consecuencia con la salud y
la felicidad.
Las reacciones de nuestro cuerpo y cerebro ante las situaciones de trabajo
bomberil no dependen ni de la voluntad, ni de la conciencia y se pone en
marcha automáticamente antes de que la persona se dé cuenta de que la

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situación es peligrosa, hay dos tipos de reacciones operativas frente al estrés:
las reacciones físicas y las reacciones mentales.

DURANTE LA INTERVENCIÓN
Reacciones físicas
Consisten en el aumento de la fuerza muscular, la musculatura estriada
aumenta su contracción y la gente tiene la posibilidad de luchar o huir. La
persona puede usar esta fuerza voluntariamente para luchar, protegerse o huir.
La musculatura no estriada también está más tensa, lo que hace que la gente
tenga diarrea, pérdida de la contención de orina, etc. El corazón tiene
musculatura estriada, no voluntaria y comienza a tener un ritmo mucho más
acelerado (taquicardia), late con más fuerza por lo que el riego sanguíneo
aumenta. La fuerza muscular puede hacer que el cuerpo tiemble por la
concentración alta de adrenalina. En estos momentos muchos interpretan estas
reacciones como miedo, pero no es más que la reacción aguda al estrés. Al
mismo tiempo disminuye la sensibilidad física, la gente siente menos el dolor y
a veces no se dan cuenta de que están heridos, lo mismo pasa con el
cansancio, la sed y el hambre.

Reacciones mentales
Se manifiestan en la percepción y en la emoción. La percepción está
aumentada y focalizada. Mientras que la emoción o sensibilidad emocional está
disminuida. La sensación emocional o emocionalidad está también anestesiada
(como la física), se llama estupor emocional y la gente no se da cuenta cuán
terrible es lo que está ocurriendo.
Estas reacciones las físicas y mentales del estrés son las que nos permiten en
bomberos tener un buen desempeño profesional y funcionan como una buena
medida de protección psicológica generando un fortalecimiento a nivel
profesional y personal.
Luego de trabajar en emergencias pueden aparecer reacciones como
consecuencia de lo vivido e interpretado ante las mismas. Ellas son reacciones
normales y esperables del estrés y pueden ser:

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Reacciones normales del estrés luego de las intervenciones

Reacciones específicas:

o Hiperexcitación: supone agitación, impaciencia, problemas en el sueño,


tanto para conciliarlo como para mantenerlo. El cuerpo se comporta
como si el peligro continuara.

o Recuerdos intrusivos recurrentes: pueden presentarse a la manera de


flash, pueden ser también pesadillas. Los recuerdos generan excitación
y se forma así un círculo vicioso.

o Evitación: puede ser hacia fuera: la gente evita lugares, situaciones o


personas relacionadas con el evento. Puede ser también hacia adentro:
puede dejar de sentir las emociones, lo que se llama embotamiento
emocional, disociación emocional o frialdad.

Reacciones no específicas:

o Impotencia: muchas veces la impotencia vivida en la situación provoca


sentimientos muy desagradables como la vergüenza, rabia, horror,
culpa, asco (siempre que la gente hable de estas situaciones podemos
pensar que detrás de esto se esconde la impotencia).

o Pérdidas: tristeza por las pérdidas del otro.

o Confusión: tiene que ver con las reacciones específicas que la persona
no puede entender, confusión en cuanto a las fechas, a los lugares.

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Reacciones específicas posteriores a una situación de estrés. (Perren Klingler, Gisela).

En HTTP://WWW.INSTITUTPSYCHOTRAUMA.CH/DOWNLOADS/ORIGINALARBEITEN/ES/TECNICAS_DE_PREVENCION.PDF)

Estas reacciones pueden durar aproximadamente entre ocho y doce semanas,


la gente puede continuar viviendo sin que el recuerdo lo invada, esto
dependerá en parte de la persona y de su entorno social.
Es muy importante hablar de reacciones y no de síntomas. No cabe duda de
que estas reacciones son poco agradables, aun así las personas que poseen
salud mental son capaces de cumplir con las exigencias de la vida, tomar
medidas para resolver los problemas a medida que van surgiendo, aceptar sus
responsabilidades, así también se adaptan cuando las circunstancias lo exigen,
planean por anticipado, no le temen al futuro, están abierto a nuevas ideas, se
sirven de sus capacidades naturales, se fijan metas realistas, piensan en forma
independiente y toman su propias decisiones.
Es necesario saber que si luego de trabajar en una emergencia alguien de la
dotación experimenta algunas de estas reacciones (específicas y no
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específicas) son normales y esperables. Si estas reacciones persisten y
continúan presentes luego de las 8 y 12 semanas es importante llamar y/o
ponerse en contacto con el D.P.P.E.
También hay un conjunto de acciones que podemos poner en marcha para las
dotaciones de las que estamos a cargo, se trata del plan integral de manejo del estrés:

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LECCIÓN 4

Al finalizar esta lección el participante será capaz de:

1. Fomentar la aplicación del plan integral de manejo del estrés individual y grupal

PLAN INTEGRAL DE MANEJO INTEGRAL DEL ESTRÉS

La salud es una capacidad que todas las personas pueden desarrollar a través
de las decisiones y acciones cotidianas. En este sentido el plan integral de
manejo del estrés apunta a desarrollar salud y el autocuidado personal.
Aprender a manejar el estrés a través del plan integral de manejo permite estar
más fuertes operativamente tomando un rol activo en el propio autocuidado de
la salud. Este plan consiste en:
• Ejercicio de respiración
• Alimentación saludable e Hidratación
• Tiempo libre
• Descanso diario
• Actividad física
• Actividad placentera
• Activación de recursos

Se recomienda realizar una visita anual al médico para poder determinar nuestro
estado de salud general.

EJERCICIO DE RESPIRACIÓN (TORÁCICA)

La respiración consciente estimula la circulación de energía, calma estados de


agitación y posibilita la recuperación del ritmo cardiaco respiratorio y
circulatorio. Permite a la persona mantener el control de su estado y que
activamente pueda recuperar un estado rítmico necesario para mantener la
calma.
Sentado en una silla, con la espalda en contacto con el respaldo, de modo que
la columna quede totalmente vertical. Los pies (dedos y talón) en contacto con
el suelo. La vista al frente y los ojos abiertos. Se inspira por lo boca (como por
19
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un sorbete) lento y pausado durante 1, 2, 3 , 4, 5 (segundos), se contiene por 1
(segundo) y se larga todo por la boca 5, 4, 3, 2, 1 (segundos) hasta que no
quede nada de aire. Realizar el ejercicio durante 10 minutos dos veces al día,
todos los días.

ALIMENTACIÓN SALUDABLE E HIDRATACIÓN

Alimentación saludable es la que nos aporta los nutrientes y la energía que


necesitamos para mantenernos sanos. Remite a que es acorde a las
necesidades nutricionales de cada cuerpo, respetando los tiempos entre
comidas y tamaño de las porciones. Cada día al respirar, transpirar, a través de
las heces y de la orina, se pierde agua. El agua es la forma más natural y
eficaz para la eliminación de las impurezas del cuerpo. El 70% del peso
corporal de un adulto es agua, por ello es sumamente importante hidratarse.

Desayuno-Merienda: infusiones (té, mate cocido, café), leche, yogurt,


azúcar/edulcorante, galletitas, pan, mermelada/dulce/mieles cereales, queso,
frutas.

Colaciones: frutas, yogurt, barras de cereal Almuerzo-Cena: Comidas que no incluyan


frituras ni comidas chatarra.

Hidratación: Agua, soda, jugos de frutas naturales, aguas saborizadas.


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TIEMPO LIBRE

Es un espacio donde podemos realizar otra actividad diferente a lo cotidiano.


Ayuda al crecimiento y desarrollo personal y al cultivo de la gratitud. No tiene
nada que ver con perder el tiempo, sino con hacer lo que realmente queremos.
Realizar una vez a la semana tener un espacio de al menos 45 minutos donde
se tenga tiempo de descanso, sin realizar ningún tipo de actividad determinada
durante ese tiempo.

DESCANSO

El sueño es clave en la vida:


* Brinda al cuerpo un descanso saludable
* Permite recuperar las energías invertidas en el día
* Prepara al cuerpo para un nuevo día.

Durante el sueño el cerebro sigue trabajando por ello está asociado con
funciones inmunes, endócrinas, de aprendizaje y memoria jugando un rol
esencial en el bienestar emocional además de forjar nuevas conexiones
neuronales. Se estipula un general de 8 horas.

ACTIVIDAD FÍSICA

La práctica regular de actividad física prolonga la vida y mejora la calidad de los


años por vivir, mejora el estado de ánimo y reduce el estrés. Cuando
realizamos actividad física, el cuerpo libera endorfinas que son las sustancias
encargadas de generar la sensación de bienestar y placer.

Realizar una actividad de tipo aeróbica con una constancia de 3 veces por
semana durante 45 minutos: caminar, andar en bicicleta, trotar, patinar, bailar,
etc.

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ACTIVIDAD PLACENTERA

Realizar actividades placenteras tiene beneficios para nuestro estado de


ánimo ya que cuando hacemos algo que disfrutamos se generan emociones
agradables y nos hacen sentir mejor.
Realizar 1 vez por semana una actividad de cualquier tipo, artística, creativa,
musical, deportiva, social considerada como placentera. Por ejemplo: pintar,
leer, jugar al futbol, pescar, encontrase con amigos, familiares, etc.

ACTIVACIÓN RECURSOS

Es una técnica que ayuda a mejorar resultados emocionales. Todos tenemos


anclajes naturales que se han creado en nuestro cerebro con la experiencia y
se disparan de un modo automático. Por ejemplo, al escuchar una canción,
percibir un olor, recordar o ver una persona, entornos físicos, que nos hacen
sentir bien.
Activar recursos emocionales de manera consciente permite generar
voluntariamente sensaciones de satisfacción o bienestar cada vez que lo
necesitemos.
Cada noche buscaremos el mejor momento del día y pasarlo por nuestros sentidos:
vista, gusto, oído, olfato, tacto.
Así estaremos depositando recursos positivos en nuestra cuenta personal.

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LECCIÓN 5

Al finalizar esta lección el participante será capaz de:

1. Conocer protocolos de cierre

Cuando termina la intervención en una emergencia, y se vuelve al cuartel es


necesaria la aplicación de técnicas de desmovilización y descompresión
emocional para cuidar la salud mental de los intervinientes.
Entre ellas está el Defusing, con sus protocolos Largo, Corto y Protocolo de
Cierre.
Dichas técnicas son importantes para mantener los canales de comunicación
abiertos y para comprender que cada uno reacciona diferente ante la misma
situación. Nos permiten hacer un relato coordinado del suceso, y sirven para
ordenar la historia de lo vivido en una intervención. Por ello, es importante que
el relato sea realizado en pasado. No son una sesión de terapia, ni pretenden
tratar o evaluar a alguien. No sirven para hacer un diagnóstico, tampoco se
trata de hacer una ventilación descontrolada de las emociones que se vivieron
en el siniestro. Cuanto más corto sea el periodo de tiempo entre el final del
evento y el comienzo de la desactivación mejores serán los resultados. Deben
aplicarse luego de la salida, coordinada por el jefe que estuvo a cargo en el
siniestro, o por quien sepa aplicar y utilizar la técnica. Deben estar presentes
solo los que participaron de la salida.
Todo lo que pasa en la sesión queda en el grupo, a menos que todos estén de
acuerdo en que lo quieran hacer público. No se deben permitir críticas
destructivas ni culpabilizar, hay que contener el humor negro y respetar la
palabra y el momento del otro.
Son técnicas de autocuidado grupal que permiten cerrar la intervención y son al
cerebro como la limpieza de los equipos y autobomba. En una situación normal,
emoción y cognición están integradas.

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Durante el trabajo en la emergencia, se produce una disociación entre la
emoción (que disminuye) y la cognición (que aumenta). Con lo cual solo se
logra focalizar la atención en el trabajo a realizar (visión túnel) y no podemos Ni
saber qué pasa en el resto de la escena. Esto facilita el trabajo y fragmenta la
historia.
Debemos conocer toda la historia para integrarla con el resto de nuestros
compañeros y así dar un cierre a la intervención.

PREPARACION
Se debe buscar un espacio cómodo, que no tenga muchos estímulos y libre de
interrupciones.

COORDINADOR DE PROTOCOLO
La misma puede ser dirigida por el que estuvo a cargo de la intervención o
quien él designe. También se puede convocar a personal externo de apoyo a
pares.
Debe adoptar una postura positiva, respetuosa, apoyando a los participantes.
Deberá hacer que los intervinientes hablen por sí mismos, contando sus
propias historias sin ser interrumpidos, que se puedan expresar libremente en
un clima de respeto.
No será el momento de hacer críticas, sino una oportunidad para que los
involucrados completen la historia.

DEFUSING
Es una técnica aplicada en la Cruz Roja Americana. Se trata de una sesión
informal semi estructurada que tiene lugar tan pronto como es posible después
del incidente crítico o en las primeras 24hs.
La duración es de 20 minutos a una hora.

El protocolo original consiste en los siguientes pasos:


1. Qué pasó/ qué hice.
2. Qué hice bien.
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3. Qué hice mal.
4. Qué necesitamos cómo equipo. Qué necesito para mí.
5. Agradecimiento.
Basados en la experiencia y actualización del Departamento, se realizaron
adaptaciones y modificaciones a este protocolo original, surgiendo como
resultado los siguientes protocolos:

PROTOCOLO LARGO
1. Jefe agradece por la intervención.
2. ¿Qué estaba haciendo antes de ser convocado?
3. ¿Qué hizo?
4. ¿Qué hizo bien?
5. ¿Qué puede mejorar?
6. ¿Qué necesita para volver a casa?
7. Recordar reacciones normales.
8. Jefe agradece por la intervención.

PROTOCOLO CORTO
1. Qué hizo
2. ¿Qué hizo bien?
3. ¿Qué puede mejorar?
4. Recordar reacciones normales.
5. Agradecimiento

PROTOCOLO DE CIERRE
1. Qué hice
2. Qué hice bien
3. Qué puedo mejorar

Desde el D.P.P.PE. promovemos el uso del PROTOCOLO DE CIERRE O


PDC, ya que luego de diferentes experiencias profesionales arribamos a la
conclusión de su practicidad y eficiencia.

D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V

27
Los responsables de los equipos, los jefes de unidades, deben aplicar estas
técnicas después de una intervención, ya que minimizan las reacciones y los
posibles inconvenientes derivados de una intervención.

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28
LECCIÓN 6

Al finalizar esta lección el participante será capaz de:

1. Fomentar acciones para el autocuidado de la salud integral de los B.V.


como medidas de protección psicológicas

Como Oficiales en Jefe deben poder gestionar acciones de cuidado y desarrollo


de salud para el cuerpo activo

MEDIDAS DE PROTECCION PSICOLOGICA


Considerando que quienes trabajamos en emergencias estamos expuestos
constantemente a situaciones con potencial traumatogénico, el Autocuidado y
sus herramientas de Protección Psicológica adquieren un papel fundamental en
la formación y en el desempeño del bombero.
La protección psicológica hace referencia a los recursos con los que contamos
para afrontar situaciones diversas.
En los diferentes ámbitos y temas de formación, a lo largo de la vida bomberil,
se van adquiriendo un gran número de recursos que sostienen, favorecen y
hacen a la protección psicológica.

Entre ellos están:


• Elección consciente de la profesión
• La formación teórico técnica
• El entrenamiento
• El trabajo en equipo
• El plan integral del manejo del estrés
• Los protocolos de cierre
• Los recursos psicológicos
• Autoconocimiento, resiliencia y Crecimiento Post Evento

Todo esto hace a la formación y capacitación un pilar fundamental para que


sepan intervenir en las diversas emergencias y/o eventos

D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V

29
El saber hacer entonces, es dado por la capacitación y formación, que al mismo
tiempo reduce la vulnerabilidad, los fortalece operativamente y les brinda
seguridad al trabajar.
Los entrenamientos y las prácticas también son medidas de protección
psicológica ya que brindan la posibilidad de aplicar de manera práctica lo
aprendido.
El trabajar en equipo, con objetivos comunes, interactuando de manera
coordinada, responsable, enfocados en la tarea, permite potenciar la fortaleza
personal en pos de la grupal.
Los recursos psicológicos de los que disponemos como factores de protección
psicológica asociados con la salud y el bienestar, aumentan la resistencia a la
adversidad, al facilitar una adecuada evaluación y afrontamiento de los cambios
o dificultades de la vida. (Remor, Amoros y Carrobles, 2006)
Algunos indicadores de recursos psicológicos son el optimismo, la autoestima,
el sentido de coherencia y la gestión de las emociones, la capacidad de
adaptación, la asertividad, y el apoyo y participación social.
Conocerse a uno mismo, conocer sus límites, sus limitaciones, sus
capacidades y virtudes, es poder reconocer: “con esto me siento cómodo, con
esto otro no”, “soy bueno para trabajar en rescate vehicular”, “no me siento
cómodo trabajando en rescate en altura porque me dan miedo las alturas”. El
reconocer mis propios límites contribuye a mi auto cuidado y el de mi
compañero.
La resiliencia puede entenderse como la capacidad de salir indemne de una
experiencia adversa, aprender de ella y mejorar.
El crecimiento post evento implica no solo sobrevivir y resistir a una
experiencia traumatogénica sin sufrir trastorno, sino que además la experiencia
opera en la persona un cambio positivo que la lleva a una situación mejor
respecto a aquella en la que se encontraba antes de ocurrir el suceso. La
persona que experimenta este tipo de crecimiento, logra un incremento en la
apreciación del valor de la vida, siente que la vida brinda nuevas posibilidades,
aumenta la fortaleza personal, hay un fortalecimiento de las relaciones
D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V

30
personales especialmente con los más cercanos y se dan cambios espirituales
positivos.
El tener control, comprensión y sentido como lo plantea el paradigma
salutogénico es también una medida de protección psicológica.
• El control lo adquiero a través de: formación teórica, técnica, preparación
física, entrenamiento, psicoprevención, trabajo en equipo. Tiene que ver
con el “saber hacer”
• La comprensión a través de: psicoeducación, técnicas como defusing,
protocolo de cierre, debriefing individual y grupal. Permite entender por
qué suceden las cosas de determinada manera, “entender esto que
hago” y cómo reacciono.
• El sentido: ser bombero ligado a valores como la vida, la solidaridad, la
ayuda al prójimo, etc. Tiene que ver con el “para qué hago o elijo lo que
hago”.

Cuando termina la intervención en una emergencia, y se vuelve al cuartel es


necesaria la aplicación de técnicas de desmovilización y descompresión
emocional para cuidar la salud integral de los intervinientes. Entre ellas está el
defusing, protocolos largo, corto y protocolo de cierre.

Algunas acciones saludables sugeridas dentro del cuartel podrían ser:


• Remplazar gaseosas por agua, aguas saborizadas.
• Las medialunas remplazarlas/ acompañarlas por frutas, cereales, yogurt.
• Tener un cuartel libre de humo.
• Armar un gimnasio.
• Tener juegos recreativos como metegol, pool, pin pon, etc.

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31
Anexo I
Historia de la psicología de la emergencia y desastres

La psicología en emergencias y desastres se sustenta en un amplio bagaje de


investigaciones y constructos teóricos que datan desde principios del siglo XX y que
han ido evolucionando desde los estudios eminentemente descriptivos e individuales
hasta trabajos de corte sociológico y estadísticamente significativos hasta la propuesta
de técnicas específicas de intervención, a continuación presentaremos una muy breve
síntesis de algunos trabajos realizados con el único propósito de que el lector se dé
una idea de los diversos aportes realizados en esta nueva especialidad:
El interés por el estudio del comportamiento humano en situaciones de emergencias y
desastres podemos decir que se remonta a principios de siglo con el trabajo de Eduard
Stierlin (1909) de Zurique el cual investigo a 21 sobrevivientes de un accidente en una
mina en 1906 y a 135 personas dos meses después del terremoto de Messina Italia en
1908.
Sin embargo, el estudio que se considera pionero es del Médico psiquiatra E.
Lindermann (1944) EU el cual trabajo con los sobrevivientes y sus familias de las
víctimas del incendio del Club Nocturno Coconut Grove en Boston.
Su informe clínico sobre los síntomas psicológicos de los sobrevivientes se convirtió en
la piedra angular para las teorizaciones subsecuentes sobre el proceso del duelo.
Fue precisamente que partiendo de estos principios que Gerald Caplan integrante
también del Massachusetts General Hospital y del Harvard School of Public Health, que
formulo el significado de la crisis en la vida.
Las investigaciones descriptivas van descubriendo posteriormente que las reacciones
de las víctimas no son iguales durante el impacto del evento y posterior a este en este
sentido Friedman y Linn (1957) EU, trabajando con los sobrevivientes del barco
"Andrea Dorian" describe que al tratar con víctimas de sucesos traumáticos se debe de
tener en cuenta sus diferentes respuestas a las fases de "Choque inicial" y la
"Recuperación" en una situación de desastre.
Lifton Robert (1967) EU, empieza a describir la conducta que se presenta en las fases o
periodos posteriores al impacto del desastre iniciando su inquietud con el estudio de
los problemas psicológicos a largo plazo que se presentaron después del bombardeo
atómico en Hiroshima.
La Asociación de Psiquiatría Americana (1970) publica un manual de "Primeros Auxilios
Psicológicos en casos de Catástrofes" el cual es traducido y adaptado en el Perú por el
Médico Psiquiatra Baltazar Caravedo, Asesor en Salud Mental de la Dirección General
de Servicios Integrados de Salud del Ministerio de Salud del Perú; en el cual se
describen diversos tipos de reacciones clásicas a los desastres así mismo se exponen
los principios básicos que se deben de tener en cuenta para la ayuda a las personas
"perturbadas emocionalmente".
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"Evolución histórica de la psicología en emergencias y desastres"
De acuerdo con el psicólogo Valero (s.f.), los antecedentes de la psicología en
emergencias y desastres, se remontan a fines del s. XIX y comienzos del s. XX,
principalmente en dos continentes: América y Europa, ya que por aquellos años
acontecieron grandes conflictos bélicos, lo que despertó el interés en realizar
investigaciones que permitieran brindar ayuda a las personas que habían sufrido
desmanes a causa de las guerras mundiales, propiciando con ello el descubrimiento de
términos como “fatiga de batalla” y “neurosis de guerra”.
En 1944, los estudios de Freud y Burlinghom sobre las reacciones de los niños en la
Segunda Guerra Mundial, permitió estudiar los niveles de ansiedad presente entre
padres y niños.
Tyhurst (1951) da a conocer que después de la fase de impacto psicológico durante un
desastre, acontece la fase de compensación, en la cual los afectados superan el
“pasmo” inicial y estiman de mejor manera la situación en que se encuentran,
planteando así un proceso de 3 fases por los que atraviesan las personas ante un
evento adverso: Período de impacto, período de recuperación y período
postraumático.
En 1957 la Asociación Noruega bajo la dirección de Storm. Itinger, Lonnum y otros,
para efectuar trabajos controlados con sobrevivientes de los campos de concentración,
demostrando el incremento de los índices de morbilidad y mortalidad general, la
influencia del trauma en comparación a la personalidad preexistente, y las limitaciones
en intervención.
A partir de los años 70 en Europa y en Estados Unidos, la Asociación de Psiquiatría
Americana publica un “Manual de Primeros Auxilios Psicológicos en casos de
Catástrofes”, en el cual se mencionan 5 tipos de reacciones clásicas a los desastres:
reacciones normales, pánico individual, reacciones depresivas, respuestas demasiado
activas y reacciones corporales, como se especifican los principios básicos a tener en
cuenta para tratar a personas perturbadas emocionalmente.
En la década de los 80 y 90, se observó un gran interés por el estudio del impacto
psicológico en los equipos de primera respuesta, conocidos como víctimas ocultas de
los desastres y el desarrollo de estrategias de intervención psicológica en emergencias
y desastres a nivel mundial, sobre todo de Estados Unidos, Centro América y Sur
América (Valero, s.f.).
En 1991, la APA en unión con la Cruz Roja Americana desarrollan un proyecto para
brindar asistencia y servicio psicológico a los damnificados y trabajadores por los
desastres, contando desde 1992 con asociaciones en 32 estados y provincias.
En 1995, se funda la Sociedad Peruana de Psicología en Emergencias y Desastres
(SPPED), contando con 15 psicólogos y siendo reconocida por el Colegio de Psicólogos
en 1998. Ha firmado importantes convenios con el Colegio oficial de psicólogos de
Madrid, Universidad de Malaga y otras entidades. Forma parte de la Federación
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33
Latinoamericana de psicología de emergencias y desastres. Realizó el I Congreso de
Piscología en Emergencias y Desastres en el 2002 y el II Congreso y III Encuentro
Latinoamericano y del Caribe de psicología en emergencias y desastres en el 2011.
Araya (1999, citado por Molina, 2006) define la Psicología en Emergencias y Desastres
como “rama de la psicología general que estudia los distintos cambios y fenómenos
personales, presentes en una situación de peligro, sea natural o provocada por el
hombre en forma casual o intencional”.
En el contexto latinoamericano, se ha apreciado presencia de crisis sociopolíticas y
desastres naturales que han generado una convivencia sistemática inestable y la
ocurrencia de catástrofes, más se ha visto también el desarrollo de poblaciones
resilientes (Molina, 2006).
Los aportes de diversos investigadores y entidades acerca de las situaciones
estresantes producto de los conflictos armados y de los desastres han permitido
entender cómo reaccionan las personas antes y después de un suceso adverso, cuáles
son las diferencias en sus reacciones por edad, sexo, como también comprender los
efectos sobre los equipos de atención primaria al interactuar con el sufrimiento
humano y la manipulación de cadáveres. Además, ha favorecido el desarrollo de
distintos modelos explicativos del estrés desde la perspectiva de las emergencias y
desastres, la terapia multimodal de crisis, los primeros auxilios, etc.

Protección de la salud mental en los equipos de respuesta


No existe ningún tipo de entrenamiento que pueda eliminar completamente la
posibilidad de que una persona que trabaja con víctimas y cantidades importantes de
lesionados y cadáveres en el marco de una situación de desastre, sea afectada en el
orden psíquico. Los trabajadores de emergencias enfrentan situaciones específicas,
como pueden ser la falla en la misión, la vivencia de excesivo sufrimiento humano, las
muertes traumáticas, los cuerpos mutilados o quemados, las situaciones amenazantes
para su propia integridad física, la pérdida de compañeros de equipo o presenciar
accidentes masivos.
Entendemos como equipos de primera respuesta al conjunto de personas que integran
una determinada organización y prestan sus servicios en los momentos iniciales en
situaciones de emergencias o desastres en diferentes funciones de primera línea,
como ayuda humanitaria y servicios de salud, y otras labores operativas de campo,
como el combate de incendios, el rescate de personas, la atención de heridos, etc.
Todas las personas que realizan este tipo de trabajo, ya sea por largo tiempo o durante
una sola experiencia, son vulnerables al estrés.
El estrés agudo es uno de los riesgos ocupacionales más graves en el servicio de
emergencias, porque afecta la salud y el desempeño en el trabajo, así como la vida
familiar y espiritual.

D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V

34
El evento traumático puede producir una serie de reacciones emocionales,
conductuales y fisiológicas, y tiene el potencial de interferir en las habilidades para
actuar en el lugar de las operaciones en forma inmediata o, posteriormente, en el
retorno a la rutina laboral y familiar. Los problemas emocionales también pueden
promover el mayor consumo de alcohol o drogas.
Es responsabilidad de los líderes proteger no solamente la salud física sino también la
salud mental de los integrantes de los equipos de respuesta como única garantía para
cumplir con éxito las tareas y proteger al personal contra los efectos destructivos del
estrés.
El trabajo en desastres y emergencias incluye el enfrentamiento a situaciones
estresantes, como las siguientes:

• Largas horas de esfuerzo continuo.


• Lucha contra el tiempo por salvar vidas.
• Trabajo en ambientes adversos (estructuras colapsadas, derrames químicos, etc.).
• Trabajo en condiciones climáticas adversas (lluvias persistentes, réplicas de sismos y
otras).
• Labores pesadas (como remoción de escombros).
• Presión por tener que trabajar ante la presencia de periodistas.
• Equipo inadecuado o insuficiente.
• Alteración en el ritmo diario de vida (como dormir y comer).
• Labor de triage (procedimiento utilizado para clasificar a los heridos, lesionados y
afectados, en el lugar del incidente, según su gravedad y prioridad para la atención y
evacuación).
• Servicios públicos esenciales destruidos.
• Presión por parte del público por encontrar a sus familiares desaparecidos.
• Información confusa o contradictoria, rumor o desinformación.

Factores de riesgo
Existen condiciones que influyen en la eficiencia de los equipos de respuesta y que
favorecen la aparición de problemas psicosociales. A continuación, abordamos algunos
de ellos.
Factores individuales:
• Enfermedades crónicas como asma, cardiopatías, hipertensión arterial, úlceras y
diabetes, entre otras.
• Problemas o situaciones previas que provocaron estrés, por ejemplo, la pérdida del
empleo, conflictos familiares, divorcio, enfermedades de algún miembro de la familia,
etc. Las experiencias traumáticas anteriores vulneran la capacidad de resistencia y
pueden dar lugar a reacciones violentas o incapacitantes.

D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V

35
• La edad: los más jóvenes están más propensos a sufrir problemas emocionales que
los mayores. Se recomienda que los adolescentes y jóvenes sean destinados a labores
administrativas u organizativas y se evite exponerlos a situaciones de gran sufrimiento
humano.
• Pérdidas personales o lesiones: en ocasiones, los integrantes de los equipos de ayuda
han perdido familiares cercanos o bienes personales en el desastre; esta situación los
puede incapacitar para tomar decisiones objetivas o hacer perder la concentración
necesaria para realizar sus labores.
• El personal de respuesta puede resultar lesionado por las labores encomendadas y
tener que ser retirado del lugar; los sentimientos de frustración y de culpa pueden ser
muy grandes al sentir que no pueden seguir realizando las acciones para las cuales han
sido preparados.
• Las primeras personas que llegan a la emergencia, o los que tienen mayor contacto
con las víctimas, tienen más problemas psicológicos que los que van llegando
posteriormente debido, fundamentalmente, al impacto visual que puede ejercer la
magnitud de la devastación sufrida y el estado en que se encuentren las personas o los
cadáveres.
Factores interpersonales:
• Las responsabilidades laborales pueden generar situaciones de conflicto con la
familia, por ejemplo, por un lado, querer participar en las labores de la emergencia, y,
por otro, la presión familiar para que se cumpla con las responsabilidades, en especial,
si se tienen hijos pequeños o familiares enfermos.
• El tiempo prolongado de separación de los integrantes de los equipos de respuesta
de sus estructuras de soporte social (familia, comunidad, amigos, etc.) puede generar
sentimientos de nostalgia y de haber sido olvidados.
• Muchas peculiaridades propias de cada personalidad (humor negro, conducta
desconfiada, tardanza, mal humor, etc.) son normalmente aceptadas; sin embargo, en
situaciones de emergencias y cuando los colectivos están bajo presión prolongada,
pueden causar conflictos interpersonales.
Factores comunitarios:
• Los medios de comunicación social y los curiosos en la escena de la emergencia
pueden contribuir a aumentar la presión emocional sobre los equipos de respuesta.
• La presencia de grupos armados o de violencia política hace que el desempeñar
labores humanitarias incremente el riesgo y la tensión, en especial, si hay
antecedentes de violaciones de los derechos humanos, secuestros y muertes que
involucran también a los integrantes de los equipos de respuesta.
Factores propios del desastre:
• El tipo de desastre afecta de diferentes formas a la comunidad. Un desastre de tipo
tecnológico produce más estrés para las víctimas y los equipos de respuesta que los
desastres naturales; causan gran sentimiento de cólera porque, tal vez, podría haberse
D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V

36
evitado. También, produce mayor temor e incertidumbre porque el agente causante
del desastre (fuga radioactiva, contaminación química, etc.) no puede verse, es de
difícil control y sus efectos duran mucho tiempo.
• Los desastres que suceden de noche producen más víctimas y problemas
emocionales que los que ocurren durante el día, porque la gente está dormida; su
respuesta inicial es más lenta y más confusa, lo que dificulta la orientación y la
evacuación.
• La duración del desastre también es un factor que afecta, no solamente a la
población, sino también a los equipos de respuesta.
• El grado de incertidumbre y la presencia de réplicas en el caso de los grandes sismos,
la inestabilidad de estructuras colapsadas, la presencia de materiales peligrosos que no
son registrados por los sentidos, los rumores de grupos armados en la zona o la
amenaza de ataques son, entre otras, condiciones que influyen sobre los equipos de
respuesta.
• El cambio repentino del aspecto físico de la comunidad (cuando el evento adverso ha
sido muy devastador) tiende a dificultar la comprensión de lo acontecido y tiene un
fuerte impacto psicológico sobre los sobrevivientes y los equipos de respuesta.
• Las situaciones que generan las emergencias complejas representan una amenaza
permanente a la integridad física de la población y de los equipos de respuesta.
Estímulos traumáticos:
A través de sus experiencias, los integrantes de los equipos de respuesta han
aprendido una serie de estrategias para evitar quedar inmovilizados por las escenas de
un desastre. Sin embargo, hay algunos estímulos traumáticos que afectan seriamente a
este personal como, por ejemplo, los siguientes:
• Entrar en contacto directo con víctimas durante un tiempo prolongado, mientras
luchan por lograr su rescate o atención; en ocasiones, algunas de ellas mueren.
• Encontrar cadáveres de niños o con graves heridas; el personal tiende a identificarse
con ellos, en especial, si tienen hijos con edades similares.
• La presencia de gran número de cadáveres, en especial, si están seriamente
mutilados o tienen varios días, o si descubren conocidos entre ellos.
Problemas de organización:
Son aquéllos provenientes de la misma organización de la estructura en la cual
interactúa el trabajador y son característicos de las situaciones de desastres.
• Ausencia de un lugar dónde descansar, déficit en el suministro oportuno de agua
potable y comida, ausencia de servicios higiénicos y de privacidad.
• Falla en la misión (rescatar personas con vida, apagar un incendio, llegar en forma
oportuna con la ayuda humanitaria, etc.), especialmente, si se presentó por descuido,
impericia, agotamiento o confusión en las órdenes.
• Presión ocupacional: la necesidad de cumplir con muchas tareas en forma rápida y
oportuna.
D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V

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• Demandas del trabajo que requiere de un gran esfuerzo físico y mental por tiempo
prolongado y en condiciones adversas. Además, exige de precisión de criterios, juicio,
habilidad para elaborar cálculos y decidir muchas veces entre la vida y la muerte.
• Interferencia en sus funciones: se presenta cuando equipos de respuesta de
diferentes instituciones trabajan juntos por primera vez o cuando existe rivalidad entre
ellos. Puede ocurrir que intenten imponer sus propios estilos y procedimientos o
traten de captar la atención de los medios de comunicación social.
• Bajas recompensas: los integrantes de los equipos de respuesta son
extremadamente sensibles al reconocimiento de tipo social (no necesariamente
material); tienden a reaccionar con elevados niveles de frustración cuando no son
reconocidos en forma oportuna.
• Conflicto en las funciones: cuando el trabajador se enfrenta ante situaciones de difícil
decisión, como es el caso del personal que tiene que decidir entre su trabajo y su
participación en una emergencia de larga duración, entre su responsabilidad familiar y
su ausencia prolongada por las demandas de un desastre, o cuando se tiene que actuar
como jefe o como amigo.
• Ambigüedad en la función: cuando los trabajadores de los equipos de desastre se
encuentran en una atmósfera de confusión e incertidumbre, en relación con el tipo de
trabajo que tienen que realizar, el alcance de sus responsabilidades o los objetivos por
cumplir, debido a la inexistencia de planes o que estos no son aplicables.
• Incomodidad en la función: cuando el personal tiene que realizar tareas para las
cuales no han sido preparados.

Señales de afectación psicológica en el personal de los equipos de respuesta

Que requieren una acción correctiva Que no requieren una acción correctiva
inmediata inmediata
Aspecto físico Aspecto físico
• dolor en el pecho • náuseas
• dificultad respiratoria • malestar estomacal
• presión arterial alta • temblor
• arritmia cardiaca • sudoración profusa
• señales de choque • diarrea
• deshidratación excesiva • aceleración del pulso
• vértigo • dolores musculares
• vómito excesivo • boca seca
• alteraciones del sueño
• sobresaltos
• problemas en la visión
• fatiga
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Aspecto cognitivo Aspecto cognitivo
• dificultad para tomar decisiones • turbación
• estado hiperalerta • dificultad para el cálculo
• confusión mental generalizada • concentración deficiente
• desorientación en persona, tiempo o • tendencia a culpar a terceras personas
lugar • dificultad para mantener la atención
• dificultad para nombrar artículos
familiares
• dificultad para reconocer a personas
familiares
Aspecto emocional Aspecto emocional
• reacciones fóbicas • pesar
• pérdida del control emocional • tristeza
• reacciones de pánico • extrañamiento
• emociones impropias
Aspecto conductual Aspecto conductual
• violencia • cambio en la forma habitual de actuar
• actos antisociales • alejamiento
• labilidad emocional, como llorar por • suspicacia
cualquier cosa • cambios en su comunicación
• explosiones de enojo interpersonal
• extrema hiperactividad • cambios en las relaciones
interpersonales
• aumento o disminución del apetito
• aumento en el consumo de tabaco o
alcohol
• estado hiperalerta
• excesivo silencio
• comportamiento inusitado
Estrategia de intervención Estrategia de intervención
Cualquiera de estos síntomas demandan, Se recomienda un repliegue a una zona
por lo general, el relevo del trabajador o de descanso acompañado de un proceso
su evacuación a un centro asistencia de apoyo psicológico o la inserción a un
programa de actividades preventivas de
manejo del estrés posterior al incidente
traumático.

Actividades preventivas
El personal profesional especializado en salud mental que realice intervenciones
psicosociales con los integrantes de los equipos de primera respuesta debe, en la
D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V

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medida de lo posible, pertenecer a sus filas y conocer internamente las características
de su trabajo.
A continuación, se propone una serie de actividades para prevenir los efectos
negativos del trabajo de los equipos de respuesta:
• Debe existir una cuidadosa selección de los postulantes a integrarse a los equipos de
respuesta, con especial énfasis en el descarte de personas con trastornos de
personalidad.
• Definir perfiles para cada tipo de especialidad o labor en el trabajo de respuesta,
como son las labores de rescate, atención de salud, combate de incendios, manejo de
materiales peligrosos y trabajo humanitario en emergencias complejas, entre otros,
con la finalidad de poder designar al personal más idóneo para cada tipo de tarea.
• Pautar, como rutina anual, un proceso de evaluación en salud mental con la finalidad
de identificar de manera oportuna el agotamiento emocional, los síntomas de estrés
postraumático y otros trastornos psíquicos.
• Establecer anualmente actividades de prevención del estrés ocupacional y
autocuidado de la salud mental orientado, diseñando y difundiendo materiales
educativos de fácil lectura y comprensión.
• Incluir en las acciones de protección de la salud mental una amplia gama de
trabajadores; un ejemplo puede ser el personal que se desempeña en las centrales
telefónicas de emergencias.
• Extender los cuidados de la salud mental a las familias de los integrantes de los
equipos de respuesta, con la finalidad de prevenir la violencia y otros conflictos
familiares, así como para involucrarlas en el conocimiento del trabajo que realizan
estos equipos y el estrés al cual están sujetos.
• Los programas de capacitación y entrenamiento deben evaluar la capacidad de los
participantes para trabajar bajo presión, realizar labores en equipo, tolerar la
frustración y manejar el miedo.
• Incluir temas relacionados con el autocuidado de la salud mental, en los contenidos
temáticos.
• Enseñar a reconocer las reacciones psicológicas que requieren una acción correctiva
inmediata, con la finalidad de dar el apoyo necesario en forma oportuna.
• Preparar un grupo de intervención en crisis conformado por personal con
experiencia, que se encargará de dar la información a la familia, cuando un integrante
de los equipos de respuesta resulte lesionado o fallezca en cumplimiento del servicio.

Alimentación
La alimentación para el personal involucrado en una misión prolongada debe ser de
gran interés para los directivos de los equipos de respuesta, si desean tener al personal
activo y funcionando.
Sugerencias
D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V

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• Durante los períodos de estrés agudo o crónico, las fuentes de vitaminas y sales
minerales en los alimentos pueden resultar insuficientes, por lo que se hace
recomendable la ingestión de cantidades adicionales de vitaminas B y C.
• Se recomienda la ingestión periódica de líquidos, en especial, los que contengan
electrolitos o jugos naturales, que pueden llevarse en cantimploras o termos.
• El personal de emergencias no necesita alimentos ricos en azúcares. Existe una
tendencia a dar caramelos, dulces, gaseosas y chocolates a los trabajadores de
emergencia, con la falsa creencia de que esto ayuda a reponer energías. Se
recomienda su sustitución por frutas.
• La cafeína puede aumentar el ritmo cardiaco, elevar la presión sanguínea y provocar
una mayor demanda de oxígeno; su consumo excesivo puede causar dolores de
cabeza, diarrea, inquietud, arritmia cardiaca, nerviosismo, irritabilidad e insomnio.
Cualquier cantidad de cafeína mayor de 250 mg por día se considera excesiva y casi
siempre ocasiona efectos negativos; algunas personas reaccionan negativamente a la
cafeína a dosis menores. Se debe tener presente que cada taza contiene
aproximadamente 110 mg de cafeína; a esta cantidad se agregan otras cantidades
obtenidas de otras fuentes, como el chocolate, el té y las bebidas de cola. Se
recomienda reducir o evitar el consumo de café, té, bebidas de cola o chocolate; es
mejor sustituirlos por agua mineral, jugo de frutas o leche, sales hidratantes y
electrolitos por vía oral.
• Las grasas no son una buena fuente de energía en situaciones de emergencia en la
cuales el personal de respuesta está sometido, frecuentemente, a una elevada
actividad física, ya que las grasas necesitan tomar oxígeno del cuerpo para poder
desdoblarse.
• Es recomendable una alimentación alta en calorías con productos no perecederos,
como frutas secas, avellanas, granos, nueces, etc.
• Recordar que, en una situación de estrés, la digestión se hace lenta por la
redistribución de la sangre hacia los músculos y el cerebro; por consiguiente, una
comida difícil de digerir o muy abundante puede traer problemas.
• Evitar el consumo de alcohol.

Actividad física
• Practicado como medida preventiva contra el estrés, el ejercicio físico exige cierta
regularidad; 30 minutos, tres veces por semana, aportan efectos beneficiosos.
• Después de un periodo de servicio, no es recomendable dormir de inmediato;
debería hacerse un poco de ejercicio físico antes.
• La actividad física metaboliza los subproductos de la reacción de estrés, los cuales, de
otro modo, podrían ser nocivos.

D.P.P.E. Manual de Psicologia de la Emergencia - Nivel V

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• Sustancias como la noradrenalina hacen más vulnerable a la persona con respecto a
las emociones negativas, como el miedo y la cólera; la actividad física ayuda a su
metabolismo.

Pautas para el cuidado de la salud mental en operaciones de desastres


• Durante la fase de alarma, proporcionar al trabajador de respuesta toda la
información posible sobre lo acontecido.
• Informar de manera regular a los miembros de los equipos de respuesta sobre el
estado de sus familiares y su localización.
• Cada miembro de los equipos de respuesta debe desarrollar un sistema de
acompañamiento con otro trabajador. Los dos deben estar vigilantes y atentos entre
sí, preguntándose cómo se sienten, recordarse la hora de tomar sus alimentos y darse
aliento mutuamente.
• En las operaciones de larga duración, los trabajadores deben tomar un tiempo de
descanso, con la finalidad de evitar la fatiga emocional y los errores.
• Establecer una reunión en cada cambio de turno o de equipo para intercambiar
información y comunicar qué es lo que está ocurriendo; esto también sirve como
oportunidad para desfogar frustraciones y malas interpretaciones. Debe permitirse
que se hable sobre los sentimientos y no censurarlos. Tener a quién recurrir y con
quién hablar, alguien que pueda ofrecer consuelo, ayuda y sugerencias, protege del
impacto negativo de los rigores y las vivencias de las operaciones de emergencias.
• Se sugiere que se realicen caminatas conjuntas lejos del área de trabajo, hablándose
de temas comunes y no solamente lo referido al desastre.
• Organizar actividades sociales y practicar algún deporte, de preferencia no
competitivo.
• Mantener el contacto con los amigos y la familia. Cuando se empacan las cosas para
salir al lugar del desastre, es bueno incluir en el equipo artículos que le permitan
mantener un contacto psicológico con la familia (fotos, tarjetas humorísticas, etc.).
• El contacto telefónico frecuente (cuando es posible) con la familia y las amistades es
vital; permite intercambiar experiencias y saber cómo están sus seres queridos e
impide que cuando se retorne al hogar se sienta como un extraño.
• Fomentar la integración del equipo de trabajo; si el individuo siente que cuenta con
el apoyo del grupo, se verá protegido contra los efectos negativos del estrés.
Los equipos o profesionales de salud mental pueden y deben jugar un importante
papel en la atención de los miembros de equipos de respuesta. Pueden observar el
funcionamiento de los trabajadores, darles soporte, ofrecer atención especializada si
se requiere y avisar a los líderes o tomadores de decisiones sobre el nivel de fatiga, así
como de las reacciones de frustración o de fracaso.

Pautas para el cuidado de la salud mental al retornar a las acciones rutinarias


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• Las técnicas de relajación, el manejo de la respiración profunda y la meditación
ayudan en el proceso de recuperación y de retorno a la actividad rutinaria o la vida
habitual; sin embargo, no se recomiendan cuando el personal tiene que continuar en
las labores humanitarias o de rescate en poco tiempo.
• Involucrar a la familia contribuye a prevenir los conflictos en su interior; muchas
personas guardan, por años, profundos resentimientos porque sus padres, hijos o
parejas no les dedicaron tiempo, no les escucharon sus problemas o, simplemente,
viven con el temor de que algo malo les pueda pasar en sus misiones humanitarias. La
familia debe saber cuáles son las exigencias y las consecuencias sobre la salud física y
mental del trabajo que realizan; así mismo, debe motivarse a las familias para que se
conozcan entre sí y sean capaces de darse apoyo mutuo.
• Evitar el consumo de alcohol; si bien sus efectos iniciales son estimulantes, el efecto
final es depresor y puede provocar la evocación masiva de recuerdos desagradables
con el consiguiente malestar psicológico.
• Escribir relatos de los acontecimientos les ayuda a algunas personas a revalorar lo
sucedido y darle un sentido a las labores que realizaron, y se convierte en una
oportunidad para que expresen sus sentimientos al respecto.

Recomendaciones para los líderes de los equipos de respuesta


Los líderes o personas con responsabilidades en los equipos de respuesta deben tener
presente las siguientes recomendaciones, con la finalidad de facilitar el trabajo,
mantener la motivación y la moral, así como para cuidar la salud mental de sus
subordinados y compañeros de tareas:
• El reconocimiento público y oportuno por el esfuerzo desplegado es muy importante
para mantener la autoestima y la confianza del personal.
• Asegurar un mínimo de condiciones en el trabajo, como facilidades de servicios
higiénicos, alimentación apropiada y oportuna, agua potable, un lugar de descanso
lejos de la escena del desastre y establecer horarios de trabajo.
• No permitir que el personal retorne a su rutina diaria sin antes haber pasado por un
proceso de apoyo psicológico, que consiste básicamente en dar la oportunidad para
que puedan expresar libremente sus sentimientos, lo que piensan sobre lo ocurrido,
las acciones que se han realizado y qué es lo que más les ha afectado en la labor
realizada; así mismo, se les debe instruir sobre los posibles síntomas que pueden
experimentar en los días subsiguientes y otras recomendaciones (por ejemplo,
alimentación, ejercicios, etc.). Esta atención puede realizarla el personal de salud
mental asignado al equipo de respuesta.
• En caso de que algún integrante de los equipos de respuesta sufra una lesión
importante, debe ser atendido y evacuado inmediatamente. Su permanencia
prolongada en el terreno de trabajo tiende a desmoralizar al resto de los integrantes.

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• En caso de un incidente que involucre a un integrante de los equipos de respuesta,
evite que la familia se entere por la prensa u otras vías alternas; debe movilizarse un
grupo de intervención en crisis para informar y atender a la familia.
• Cuando no es posible rotar al personal porque la situación no lo permite, una
estrategia alterna es la de reasignarlo a tareas diferentes. Esto facilita que se rompa la
visión en túnel que frecuentemente acompaña a un estrés prolongado, que se
presenta por el trabajo agotador.
• Se debe tener presente que los líderes también pueden afectarse emocionalmente.
Un líder agotado puede fracasar en su labor de dirección.

Conclusiones
• Por las condiciones propias del trabajo que se realiza en situaciones de desastres y
emergencia, todos los trabajadores de los equipos de respuesta se afectan
psicológicamente en mayor o menor medida.
• La habilidad del personal disminuye por la fatiga y se comienza a cometer errores
que pueden ser fatales.
• Los integrantes de los equipos de respuesta deben ayudarse entre sí a reconocer
sentimientos de tristeza, duelo, agotamiento, etc.
• Los trabajadores deben ser rotados en sus tareas para evitar la exposición
prolongada al estrés.
• El regreso al trabajo y a la vida familiar puede resultar difícil después de un desastre.
• Los equipos y profesionales de salud mental deben priorizar entre sus tareas la
asistencia a los miembros de los equipos de respuesta.
• El ejercicio físico, practicado de manera regular, es una eficaz medida preventiva
contra el estrés y aporta efectos beneficiosos.
• La alimentación para el personal involucrado en una misión prolongada debe ser de
gran interés para los directivos de los equipos de respuesta, si desean tener al personal
activo y funcionando.
Valero Santiago. Guía práctica de Salud Mental (OPS) (2006). Capítulo VII.
http://www1.paho.org/hq/dmdocuments/2008/GuiaPracticadeSaludMental.pdf?ua=1

Anexo II
Hidratación
¿Por qué es importante tomar agua?
Porque cada día perdemos agua a través de la respiración, de la transpiración, de las
heces y de la orina. Además, el agua es esencial para una eliminación correcta de los
desechos metabólicos del cuerpo, tales como el ácido úrico, la urea y la creatinina, que
son filtradas desde la sangre y removidas por la orina. Es decir que el agua es la forma

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más natural y eficaz para la eliminación de las impurezas del cuerpo ya que no adiciona
aditivos ni calorías al organismo.

Consejos para aumentar el consumo de agua


• Llevar la botella de agua a la mesa y servir todos los vasos.
• Tomar un vaso de agua antes de dormir y al despertarse, ya que, mientras dormimos
el cuerpo también pierde agua.
• Probá tomar agua cuando tengas sueño, dolor de cabeza, falta de energía o
concentración, ya que también pueden ser “llamados del cuerpo” por falta de agua.
• Consumir agua a temperatura natural, ya que las bebidas muy frías o muy calientes
hacen que se consuma menor cantidad.
• Hidratarse antes, durante y después de la realizar cualquier tipo de actividad física ya
que el cuerpo en movimiento pierde más agua.
• En verano o en lugares de alta temperatura aumentar el consumo por el mayor
riesgo de deshidratación.
• Ingerir más agua durante el embarazo y la lactancia, debido a que el líquido
amniótico contiene un 90 % de agua y la leche materna un 85%.
• Los niños tienen mayor riesgo de deshidratación, se encuentran en continuo
movimiento y pueden transpirar mucho.
• Generar en los adolescentes el buen hábito de tomar agua, debido a que ingieren
bebidas azucaradas.
• El exceso de alcohol favorece la deshidratación. Alternativas Agua mineral, agua
saborizada light, jugos exprimido de frutas (evite agregarle azúcar), infusiones, leche
(85 % de agua).
Antonela Plastina, Licenciada en Nutrición y Bombera de Arroyo Dulce, provincia de
Buenos Aires. Miembro del Equipo Multidisciplinario del Programa Bombero Sano.

Pautas alimentarias durante y luego de situaciones de emergencia:


El estrés puede ser definido como la respuesta fisiológica, psicológica y de
comportamiento de un sujeto que busca ajustarse y reajustarse a presiones tanto
internas como externas. El estrés no es una enfermedad, pero sí puede causar en el ser
humano desde ligeros desordenes psicosomáticos hasta la muerte.
También definimos al estrés como un estado que se manifiesta a través de un
Síndrome (conjunto de signos y síntomas que caracterizan a alguna enfermedad o
desorden biológico), que consiste en la totalidad de cambios no específicamente
inducidos en el sistema biológico, un cambio no específicamente inducido es aquel que
afecta a todo el sistema biológico o a la mayor parte de este; pudiendo describir tres
fases claramente diferenciadas: las fases de alarma, resistencia y agotamiento.
El estado de Alarma es el primero y el más importante. Se presenta cuando suena la
llamada de la central de alarma en el caso de los bomberos. En este momento se activa
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el sistema de estrés en todo nuestro organismo. Es un estado de movilización
generalizada de todas nuestras reservas de energía. Uno de los primeros cambios es el
incremento en la secreción de la hormona adenocorticotrofina por parte de la glándula
Pituitaria que se encuentra en la base del cerebro, la cual actúa sobre las glándulas
suprarrenales, motivando la segregación de ADRENALINA, responsable del estado de
máxima alerta de todo nuestro organismo, provocando la liberación de la reserva de
glucosa, ácidos grasos libres, etc. Como consecuencia de este estado de alarma,
aumenta la frecuencia cardíaca y la tensión arterial, la frecuencia respiratoria, la
tensión muscular, la transpiración, la liberación de factores coagulantes de la sangre, la
redistribución de la sangre a favor del cerebro y de los músculos y por consiguiente la
disminución del ritmo digestivo.
Cuando el estrés no es efímero como el trabajo en desastres o en emergencias que
demandan la permanencia en el lugar de las operaciones por varias horas o días,
tienden a permanecer en el organismo los Corticoides que van a favorecer el aumento
de los azúcares en sangre, el colesterol, la presión arterial, se debilitan las defensas
inmunitarias, se favorece la osteoporosis, la atrofia muscular y la retención de agua y
el sodio en el riñón. Existe un limitado volumen de energía adaptativa disponible y
concentrarla en una sola demanda aumenta en forma creciente nuestra vulnerabilidad
a otras demandas, en especial si se tiene en cuenta que el estrés es de carácter
acumulativo, es decir, que si no se hace nada para eliminarlo, los residuos bioquímicos
y la tensión emocional que causan ciertos eventos, estos vana a mermar nuestra
capacidad de respuesta ante otros eventos o demandas.
El estado final es el agotamiento. El estrés prolongado va dejando cicatrices
bioquímicas indelebles que nos predisponen a las enfermedades, a las infecciones, el
envejecimiento y la muerte, y en el contexto operativo estamos hablando de la
disminución significativa del desempeño y por ende de la eficiencia y de la eficacia,
haciéndonos proclives a cometer errores en que los integrantes de los equipos de
respuesta pueden llegar a ser fatales.
Prevención y mitigación de estrés en situaciones de emergencia según el aspecto
nutricional y de selección de alimentos:

Vitaminas:
Durante el período de estrés agudo o crónico las fuentes de alimentación de vitaminas
y minerales pueden resultar insuficientes, por lo que es necesario la ingesta de
cantidades más elevadas de Vitamina C y las del complejo B.

Sales minerales:
Un estrés excesivo provoca carencias de sales minerales esenciales, como el magnesio,
calcio y zinc. Su déficit está relacionado con una amplia variedad de trastornos tales
como la esterilidad, úlceras, problemas coronarios, hipertensión. Por eso se
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recomienda la ingesta de líquidos en especial los que contengan electrolitos
(Gatorade) y/o jugos naturales en termos o cantimploras.

Azúcar:
Existe una tendencia a dar caramelos, dulces, gaseosas, chocolates, a los trabajadores
de emergencia, con la falsa creencia que esto ayuda a reponer energías. La reacción al
estrés es que libera el azúcar que normalmente se encuentra almacenada en el hígado
bajo la forma de glucógeno. Simultáneamente la adrenalina segregada inhibe la
producción de insulina, resultando la circulación excesiva de azúcar al no poder ser
absorbida por las células debido a la insuficiencia de insulina que es quién se encarga
de este proceso.

Cafeína:
La cafeína contenida en el café, té o bebidas cola, así como el chocolate, tienden a
favorecer la respuesta del organismo al estrés, inhibiendo el sueño o bloqueando el
descanso natural del organismo agotado por el esfuerzo prolongado.

Grasas:
El estrés prolongado no solamente tiende a provocar la acumulación de azúcar en
sangre, sino también el de colesterol, por la liberación de los ácidos grasos libres
almacenados en el organismo, en tal sentido una alimentación alta en grasas como
pollo a la parrilla con su piel, papas fritas, fiambres, embutidos, snaks, etc, sólo
contribuyen al aumento de colesterol en sangre.

Alimento abundante:
Recordar que una situación de estrés, la digestión se hace lenta por la redistribución
de la sangre a favor de los músculos y el cerebro. Por lo consiguiente una comida difícil
de digerir puede traer problemas de indigestión o malestar entre el personal de los
equipos de respuesta que deben retomar al trabajo.
Podríamos concluir que lo que se recomienda durante y luego de una situación de
estrés, como en este caso lo son las salidas de emergencias, que:
Se sustituyan los dulces, golosinas, caramelos, por frutas.
Sustituir café, té, chocolate, bebidas cola, por agua mineral, jugo de frutas, sales
hidratantes por vía oral.
Proveer vitaminas y minerales a través de hortalizas crudas y frutas naturales.
Proveer una alimentación alta en energía no predecible, es decir, con alimentos de alta
densidad calórica pero de pequeños volúmenes, como ser frutas secas, (avellanas,
almendras, nueces).
Reducción de la absorción del colesterol, reemplazando las grasas animales saturadas
por grasas vegetales insaturadas.
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Aquí se sugieren algunos ejemplos de menú:
Arroz con pollo y vegetales con guarnición de ensalada de hojas verdes. Naranja. Agua.
El arroz nos aporta gran parte de las vitaminas del complejo B, al igual que el pollo; que
él mismo deberá ser sin su piel, prefiriendo la pechuga, para disminuir el contenido de
grasa animal, lo cual, de esa manera evitaríamos el aumento de colesterol en sangre.
Este plato se complementaría con variedad de verduras frescas a modo de formar una
salsa; como ser el salteado de tomates frescos, cebolla, pimiento verde, rojo, amarillo,
(teniendo en cuenta la variedad de colores ya que cada color aporta un micronutriente
–vitaminas y minerales- distinto), para luego mezclar con el pollo y el arroz,
condimentando con aceite preferentemente crudo, si es posible de oliva por la calidad
de los ácidos grasos. Como guarnición se sugiere una ensalada de hojas verdes, para
colaborar aún más con la recuperación de vitaminas. De postre una fruta, en lo posible
cítrica, por el alto contenido de Vitamina C y como bebida para la reposición de
electrolitos y regulación del balance hídrico lo más aconsejable es abundante cantidad
de agua antes, durante y después de la comida.
Hacemos hincapié en las vitaminas del complejo B porque su déficit causa debilidad,
edemas, irritación en ojos y piel, indigestión, dolor de cabeza, ansiedad, irritabilidad.
Por otra parte; se sugiere una fruta con alto contenido de vitamina C; ya que, para
producir adrenalina, se necesita de la misma. Cuando los niveles de adrenalina se
elevan durante largos periodos de estrés, el consumo de esta vitamina es muy alto. Las
funciones que cumple son: mejorar la visión y ejercer función preventiva ante la
aparición de cataratas; es, por lo tanto neutraliza los radicales libres, evitando así el
daño que los mismos generan en el organismo; su capacidad antioxidante hace que
esta vitamina elimine sustancias toxicas del organismo; es antibacteriana, por lo que
inhibe el crecimiento de ciertas bacterias dañinas para el organismo; reduce las
complicaciones derivadas de la diabetes tipo II; disminuye los niveles de tensión
arterial y previene la aparición de enfermedades vasculares; tiene propiedades
antihistamínicas, por lo que es utilizada en tratamientos antialérgicos, contra el asma y
la sinusitis; ayuda a prevenir o mejorar afecciones de la piel como eccemas o soriasis;
es cicatrizante de heridas, quemaduras, ya que la vitamina C es imprescindible en la
formación de colágeno, mejora el estreñimiento por sus propiedades laxantes; repara
y mantiene cartílagos, huesos y dientes.
Otros ejemplos de Menú con las mismas propiedades nutricionales pueden ser:
Guiso de legumbres (lentejas, garbanzos), carne magra y vegetales (preferentemente
tomate por su aporte de vitamina C, zanahoria y cebolla).
Pechugas de pollo asadas con ensalada de verduras crudas por su mayor aporte de
vitaminas y minerales, (lechuga, tomate, zanahoria).
Carne a la parrilla o al horno desgrasada con ensalada rusa (papa, zanahoria, arvejas,
condimentada con aceite).
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Ensalada de lentejas, lechuga, tomate, zanahoria rallada, papas, choclo y trocitos de
pechuga de pollo.
Fideos con salsa filetto y estofado desgrasado.
Arroz con lentejas, queso rallado o trocitos de queso en barra, arvejas y aceite. (Se
considera una buena opción por su fácil preparación y traslado de ser necesario, y por
su buena complementación proteica, asimilándose a una proteína de alto valor
biológico que contienen las carnes, ya que es una opción que no la incluye).
Sándwich de pan integral (aporta buena cantidad de energía, fibra), queso, lechuga y
tomate (fuente de vitaminas y minerales).
(Tratar de consumir a modo de postre alguna fruta fresca e hidratarse en todo
momento).
En caso de tener que realizar meriendas o desayunos post salidas se recomiendan:
Ensalada de frutas naturales. (Trozos de banana (alto contenido en potasio y
magnesio); gajos de mandarina o trozos de naranja (por su aporte de vitamina C),
trozos de manzana y frutillas (por su aporte de vitamina C)).
Yogur descremado (bebible o firme; lo que sea más fácil de trasladar en caso de dadas
esas condiciones) con frutas frescas (trozos de banana por su contenido de potasio) y
cereales (aporte de energía).
Licuado de frutas (banana o frutillas por su alto aporte de vitaminas y minerales) con
leche descremada o jugo exprimido de naranjas. (En caso de tener las herramientas,
tiempo, y personal para realizarlo; sino se opta por otra opción más simple y con las
mismas características nutricionales)
Muesli de cereales, coco rallado, frutas secas y semillas + 1 Gatorade.
Arroz con leche (buen aporte de energía y una excelente complementación proteica.
Puede ser refrigerado hasta 3 días en heladera, o sea que es una opción para tener
preparada con antelación, siendo fresca y muy nutritiva, y para aquellos que disgusten
de la misma, se puede remplazar por yogur con cereales o leche con cereales).
Frutas naturales (preferentemente banana; naranja, frutillas, o manzanas con cáscara,
por su alto contenido de las mismas de vitaminas y minerales, y por su fácil
manipulación a la hora de su consumo).
(Siempre acompañar con líquido como ser agua mineralizada, jugos naturales, o aguas
con sales).
Como se habrá apreciado anteriormente, los alimentos que sí deben estar incluidos en
un menú luego del trabajo bomberil, ya sea desayuno, merienda, almuerzo o cena, o
alguna colación que necesiten durante dicho labor, son frutas y verduras, en lo posible
frescas, para la reposición de minerales y vitaminas; las carnes por su gran aporte de
vitaminas del complejo B como así también los cereales, como ser arroz, que aporta el
mismo complejo vitamínico además de proveer energía; también cereales como copos
de maíz, arroz inflado, avena y coco rallado, frutas secas en un mix para reponer
energía y ácidos grasos esenciales, siendo estos alimentos una buena estrategia por su
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gran aporte de nutrientes en una ración pequeña, ya que el estrés en algunos casos
puede causar disminución del apetito; también remplazamos las harinas refinadas por
panes integral para el aporte de fibra cuyos efectos son tan beneficiosos para la salud.
Se destaca en todo momento la hidratación permanente, con jugos naturales de
frutas, agua mineralizada o aguas con sales.
Licenciada Romina Piancatelli

Anexo III
Grupos de trabajo
Un conjunto de individuos no constituye necesariamente un grupo; la característica
clave es la interacción entre sus miembros. Éstos comparten objetivos comunes y hay
un sentimiento de atracción interpersonal y comunicación entre ellos, ya que deben
interactuar para lograr su cometido, “salvaguardar vidas y bienes”.
Un grupo necesita un sentimiento de identidad colectiva, que los distinga del resto de
los grupos.
El trabajo en equipo logra grandes resultados cuando todos los miembros que lo
conforman trabajan de manera coordinada y responsable. Para que las personas
logren un buen trabajo de equipo se debe hacer que el grupo se comprometa de
manera conjunta con el proyecto a realizarse.
En un equipo de trabajo siempre habrá un líder que por lo general es la persona con
más experiencia en el grupo. Todos los que conforman el equipo de trabajo tienen una
misión específica pero también el deber de apoyar al compañero que solicite apoyo en
algunas tareas.
Las personas que trabajan en equipo saben que las diferencias personales deben de
quedar de lado para poder lograr un buen resultado.
Los valores necesarios para el logro de un óptimo trabajo en equipo:

Respeto
Tener respeto por nuestros compañeros y por el trabajo que realizan ayuda a que los
miembros de un equipo tengan mayor confianza y comunicación entre ellos. Respeto
no solo es ser educado a la hora de expresarse, uno también demuestra respeto al
escuchar con atención las sugerencias de los más experimentados.

Confianza
Cuando las personas trabajan en equipo tienen que aprender a confiar en la capacidad
de sus otros compañeros. Los miembros de un equipo de trabajo también deben de
tenerse confianza entre sí para poder conocer las dificultades que existen en el trabajo
y juntos poder buscar alternativas de solución. Como también la confianza en aquellos
que toman decisiones.

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Empeño
El trabajo en equipo puede llegar a ser un trabajo muy arduo pero a su vez gratificante.
Trabajar con empeño es asistir puntualmente a trabajar, ser responsable y proponer
ideas para el bien del equipo. Por ejemplo, si el grupo decide extender el horario de
trabajo para terminar más rápido no pongas objeciones y apoya la decisión.

Solidaridad
En un equipo de trabajo todos deben estar en la capacidad de apoyarse unos a otros y
de asumir roles importantes en cualquier momento.
Las habilidades necesarias para funcionar en un equipo son:

1. Aprende a aceptar las críticas


La mejor forma de evitar las críticas es escucharlas, reflexionar sobre ellas e introducir
los cambios necesarios para que no se vuelvan a repetir. El día a día laboral debe ser
un aprendizaje continuo, por lo que es normal cometer errores, e incluso positivo si
estos nos ayudan a evolucionar y a aprender.

2. Flexibilidad y adaptación
Hay que mostrarse siempre proactivos y resolutivos, los avances en la vida cotidiana,
nos obligan a estar siempre actualizados, atentos a las nuevas demandas y
necesidades. El aprendizaje debe ser constante y, en palabras de Pylayev, “debemos
estar fijándonos siempre en lo que ocurre en la carretera para cambiar de marcha
cuando el momento lo requiera”. Si predomina esta actitud, añade, tendremos la
suficiente confianza y capacidad para enfrentarnos a nuevos retos que en un principio
nos parecían imposibles”. Querer es poder.

3. Motivación y confianza
Para avanzar y alcanzar los objetivos bomberiles es imprescindible contar con una
buena dosis de confianza en nosotros mismos. Si nosotros no creemos en lo que
hacemos, en nuestras capacidades, difícilmente lo van a hacer los demás. El primer
paso para alcanzar las metas es visualizarlas, mentalizarnos de que somos capaces de
llegar a ellas y esforzarnos día a día.

4. No perder de vista los valores institucionales


En muchos ámbitos la ultra competitividad se está imponiendo por encima de la
colaboración, lo que puede llevarnos a descuidar los valores éticos. En muchas
ocasiones, este ambiente hace que nos olvidemos de que trabajamos para una misma
institución, de que tenemos unos objetivos comunes y de que somos compañeros, en
lugar de enemigos.

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5. Trabajar en equipo
La colaboración y la coordinación con el resto de compañeros es un requisito cada vez
más importante cuando desempeñamos tareas en grupo.

6. Positivismo
El optimismo es una actitud que facilita el trabajo, ya no sólo de uno, sino del resto de
compañeros. Mirar el vaso medio lleno, en lugar de medio vacío, no sólo hace que el
trabajo sea más agradable, sino también menos estresante e incluso relajado. Además,
diversos estudios han demostrado que mantener una actitud positiva aumenta la
productividad al generar un buen ambiente de trabajo.

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BIBLIOGRAFÍA
Álamo Valero. Manual para el cuidado de la salud mental en los equipos de primera
respuesta.
Balaguer, I (1994). La motivación en el deporte. En Entrenamiento Psicológico en el
deporte. Ed. Albatros.
Kornblit, A. y Mendes Diz, A. (2000). La Salud y la Enfermedad: aspectos biológicos y
sociales (1º ed). Capital Federal: Grupo Editor Aique.
López Rosetti (2005). Epidemia del Siglo XXI Estrés como entenderlo, entenderse y
vencerlo. Ed. Lumen
Organización Panamericana de la Salud (2006). Guía práctica de salud mental en
situaciones de desastres. Washington DC.
Weinberg & Gould (1996). Liderazgo. En Fundamentos de Psicología del deporte y el
ejercicio físico. Ed. Ariel.
Weinberg & Gould (1996). Cohesión del grupo. En Fundamentos de Psicología del
deporte y el ejercicio físico. Ed. Ariel.
Weinberg & Gould (1996). Dinámica de grupo y equipo. En Fundamentos de Psicología
del deporte y el ejercicio físico. Ed. Ariel.
http://www.institut-psychotrauma.ch/es/start.html
https://bomberosano.bomberosra.org/2013-01-16-08-00-09/hidratacion.html
https://bomberosano.bomberosra.org/descargas/Aumenta%20el%20consumo%20de
%20Agua.pdf
http://www1.paho.org/hq/dmdocuments/2008/GuiaPracticadeSaludMental.pdf?ua=1

Manual realizado y compaginado por el Departamento de Psicología de la Emergencia


de la Academia Nacional de Bomberos Voluntarios- Consejo Nacional de Federaciones
de Bomberos Voluntarios de la República Argentina.

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