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ARISTOTELES
ARISTOTELES
ARISTÓTELES
POR
CIERTO, INTENTAR UN ARTÍCULO SOBRE ONTOLOGÍA GENERAL: QUÉ ES SER/EXISTIR,
INTERPRETANDO O/Y DIALOGANDO CRÍTICAMENTE CON ARISTÓTELES, AQUINO. PARA ELLO,
CFR. MIS NOTAS A LÁPIZ EN "INTRODUCCIÓN A ARISTÓTELES" DE REALE, PP. 46, 54, 55,
PASSIM, ASÍ COMO EN TEJEDOR,66 COMO FINALMENTE, MIS ANOTACIONES AQUÍ EN LETRA
CURSIVA COMO ÉSTA, MÁS ABAJO. TANTO REALE COMO TEJEDOR, AUNQUE CLARIFICAN,
TIENEN LAGUNAS Y CONTRADICCIONES, COMO QUIZÁ TAMBIÉN GILSON EN ÚLTIMA INSTANCIA
(VER MI CRÍTICA EN SIGUIENTE NOTA 5). Y CFR. LO QUE DICE SOBRE LA SUSTANCIA O LA
ESENCIA O EL SER X. ZUBIRI: SI NO ME GUSTA, ESCRIBIR ARTÍCULO CRÍTICO-TÉTICO. POR OTRA
PARTE, OTRO POSIBLE ARTÍCULO O PUNTO SOBRE SIGNIFICADO TÉTICO DE "METAFÍSICA" EN
LÍNEA CON FINANCE Y SU NOCIÓN DE [CO-]PRINCIPIOS METAFÍSICOS, QUE YO ACLARO EN LAS
NOTAS A LÁPIZ ALUDIDAS. MUY BUENO REALE,55 CUANDO ADVIERTE QUE HAY DOS LÍNEAS
CONFUSAS DE TESIS O ELUCIDACIONES SOBRE LA SUSTANCIA EN ARISTÓTELES. Y ESTUDIAR
"EL PROBLEMA DEL SER EN ARISTÓTELES", DE P. AUBENQUE; Y, POR SUPUESTO, E. SEVERINO,
ASÍ COMO, YA PUESTOS, EL LIBRO DE VÍCTOR GÓMEZ PIN SOBRE ARISTÓTELES, Y J. CONILL; Y
COPLESTON, Y ETC. HACER YO MI LIBRO DE HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, TRATANDO A
ARISTÓTELES EN EL ORDEN QUE A MÍ ME PAREZCA MÁS LÓGICO O/Y CLARIFICADOR O
SISTEMÁTICO, ORDENADO, ASÍ COMO A KANT, ETC. AHORA COMPRENDO POR QUÉ HASTA UN
MANUAL DE Hª Fª PARA SECUNDARIA ES YA UNA OBRA FILOSÓFICA Y SISTEMÁTICA, Y NO
"MERAMENTE DIDÁCTICA" O DOCENTE: PORQUE LO QUE HAY QUE DECIR ES DESDE EL PRINCIPIO
DISCUTIBLE Y DISCUTIDA INTERPRETACIÓN, OPCIÓN INTERPRETATIVA. PERO CFR. CALVO,
SOBRE TODO EN SU TRADUCCIÓN DEL "ACERCA DEL ALMA", SEGUNDA INTRODUCCIÓN.
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1. Metafísica (varias definiciones): filosofía PRIMERA (sistema del saber, noción de ciencia: Tejedor):
ontología--ousiología y luego -- teología.
1.1. Pero hay que partir de las sustancias (la unidad de referencia--significado de "ser")
sensibles/naturales/móviles o en devenir.
1.1.1. Sustancia en general: materia, forma, compuesto (INDIVIDUO: la sustancia PRIMERA, no cualquier
sujeto): crítica a la ontología platónica: a) la Idea está separada; b) la Idea es predicado, no sujeto.
1.1.2. Teología: ¿existen otras sustancias que las sensibles/naturales?
1.1.3. Epistemología: la ciencia versa sobre lo universal (esencia, definición) y necesario (lo que no puede
ser de otro modo: porque es por causas) y opera por demostración (silogismo perfecto) a partir de primeros
principios indemostrables y de principios fruto de inducción (esencias).
2. Física: Filosofía segunda en el orden ontológico, pero primera en el gnoseológico. Una física cuya
perspectiva e intención es meta/física, ontológica. Que vuelve a ser ciencia porque se cuenta con explicación
onto/lógica del movimiento.
2.1. Concepto de Naturaleza (físico/metafísico).
2.2. Se ocupa de las sustancias naturales: reales en primera instancia: HILEMORFISMO.
2.3. Problema del movimiento: característica esencial de lo natural: explicarlo onto-lógicamente.
2.3.1. versión materia (sujeto)/forma (y su privación).
2.3.2. versión teoría POTENCIA/ACTO: una teoría físico-metafísica o metafísica con aplicación a la física, o
física con alcance metafísico.
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realidad y por tanto la Física ciencia, aunque esta tesis se gana mediante fundamentación
metafísica: la tesis de que ser es ser sujeto con una forma dinámica (doctrina hilemórfica y
de la potencia/acto), lo que no viola el principio onto-lógico fundamental de No-contradic-
ción o identidad, sino que implica mera contrariedad o devenir, y la tesis aquí supuesta de
las cuatro causas del ser que es, se ha dicho, el sujeto o la sustancia. Si, por otra parte,
OUSÍA o sustancia resume la tesis ontológica aristotélica no es sino porque ousía es a la vez
sujeto y forma (existencia -independiente, real- y esencia) en tanto sea ousía primera o ousía
segunda. Añadido fundamental: ousía primera también refiere, equívocamente, a Dios, lo
que nos lleva a que la más radical y propia tesis ontológica de Aristóteles es ésta: ser es ser
acto (puro o impuro), o sea, VIDA: la ontología aristotélica culmina en teología, o la
teología es el modelo del ser pleno y por excelencia (la teleología es teológica).
Aún puede intentarse otra síntesis más apretada de la específica aportación aristotélica a la
filosofía qua, fundamentalmente, ontología: EL MOVIMIENTO (POR TANTO, LA
NATURALEZA) ES REAL PORQUE NO ES CONTRADICTORIO, lo cual se muestra con
la teoría de potencia y acto, e igualmente con la teoría hilemórfica, que precisan o aclaran (o
"recuerdan") críticamente a Platón que ser no es sólo Idea o identidad abstracta, sino
existencia subsistente, es decir, sustancialidad o subjetividad (o dinamismo que, en definitiva,
es consciente y pasional); lo cual implica, además, que se abre el marco para una posible
acogida o reconocimiento ontológico al individuo como tal, que en las ontologías esencialistas
es despreciado, reducido, sometido -contra natura, podría decirse- a lo universal, se lo reduce
a un caso, se le somete a la ley común.
(Aparte de mis precisiones, vale absolutamente el magnífico estudio de César Tejedor,
perfectamente adaptado/able a los epígrafes de Selectividad.)
--Fundó un centro de enseñanza superior, el Liceo, en unos edificios adjuntos al templo
dedicado a una advocación del dios Apolo: Apolo Liceo, un Apolo pastoral protector de los
rebaños: "el matador de lobos" (lykos, lobo, de donde licantropía: supuesto fenómeno de
conversión de un hombre en lobo), por cuyos jardines colaterales solía dar sus clases dando un
peripatos o paseo. Después de haber sido veinte años discípulo de Platón en su Academia.
--Aristóteles fue llamado por Dante "maestro de los que saben" y por Hegel el sometedor al
rigor del concepto del universo y fundador de la mayoría de las ciencias. En efecto, a él no sólo
se deben a) la fundación de multitud de ciencias sino b) la formación del concepto mismo de
ciencia (aunque, nota Tomás Calvo, todos los elementos de la noción de ciencia estaban ya en
Platón) y c) el primer sistema del saber, las ciencias o la filosofía. En Aristóteles tenemos el
primer sistema de los saberes, que condicionó (programa de investigación, paradigma) el saber
de toda la Edad Media. El segundo sistema ex novo será el de Descartes. La filosofía es el
nombre de la aspiración al saber, no se distingue de la ciencia, sino que es el sistema de la
ciencia, de las ciencias.
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no puede ser una ciencia porque su objeto no es un género, sino que es transgenérico.). "El ser
--lo que es-- se dice de muchas maneras"...6 ¿A qué viene esta declaración? Inmediatamente
hay que responder que alude al sistema de las categorías y otros sentidos (verdadero y falso;
por sí y por accidente; en potencia o acto): hay muchas categorías o predicamentos de ser
(frente a Platón, y ya en esta terminología aristotélica, no sólo sustancias segundas o esencias o
formas o especies, sino también, sobre todo, sustancias primeras y accidentes que inhieren en
ellas). Pero veamos más ampliamente el asunto. El problema de la filosofía, el tema del logos
desde el comienzo griego es el de la unidad universal y radical del ente que el logos exige a la
experiencia sensible de lo múltiple y cambiante. Los presocráticos dan un respuesta
esencialista, pero es Parménides el que plantea gravemente el problema del ser como existencia
en un sentido existencial confuso con el esencial o lógico (ya que einai en griego funde ambos
significados), porque niega que la razón pueda admitir lo antes supuesto: la existencia del ser
cuya esencia se buscaba en el arché. Parménides sostiene una concepción univocista de "ser". 7
Platón rompe ese univocismo distinguiendo ya no uno sino varios sentidos de ser [no el
existencial y el predicativo o esencial o el ser en sentido absoluto (ser o no ser: sentido
implícito existencial) y el ser en sentido relativo (ser esto o lo otro; es decir, la alteridad; ser es
mismidad o/y alteridad]. La exigencia esencialista de la noción de ser no tiene por qué concluir
en unicidad, cabe interpretarla como determinación: se trata de que cada cosa que sea
(candidata o pretendiente a la atribución de "ser") sea autoidéntica. Con ello, puede admitirse
en el seno del ser la pluralidad, la alteridad o diferencia, se explica onto-lógicamente ya la
multiplicidad o pluralidad, aunque aún se deja sin explicar ontológicamente el devenir,
movimiento o cambio. La exigencia onto-lógica de identidad, de eternidad e inmutabilidad es
compatible con la pluralidad, diferencia o alteridad si se distinguen modos de ser: como
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Ni unicismo parmenídeo ni dispersión o pluralismo ontológico en el sentido de imposibilidad de la
unificación (lógica) del ser (equivocismo), ni univocismo eleático y platónico sino [analogía]: se trata de no
depreciar ninguna región o manifestación del ser, sino de buscar el sentido común de ser a todo ente o región
ontológica posible. En términos lingüísticos: analogía (unidad no genérica sino de referencia o convergencia)
frente a homonimia (equivocidad) o sinonimia (univocidad).Hay un equívoco en el uso de “univocidad”: puede
referirse a si la expresión “ser” se usa o no con diversos significados, como predicativo/existencial y
atributivo/esencial (Platón vs. Parménides, y homonimia polisémica de Aristóteles, que clasifica los significado
según categorías y otros sentidos: por sí o accidental; potencia y acto; verdadero y falso) y como en un doble
sentido que oriente la ontología: sólo esencia o también existencia (es Gilson clasificando las distintas
ontologías o metafísicas). Están estrechamente relacionados. Pero cuando Gilson habla de la univocidad del ser
en todas las ontologías menos la de Aquino quiere decir que son esencialistas, no tienen en cuenta la existencia,
que es el sentido principal de “ser”, con respecto al que se predica la esencia. Esencialismo es logicismo o
racionalismo metafísico.
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Gilson entiende el univocismo griego unívocamente, en un sentido esencialista. Este sentido es aplicable a
Parménides si se piensa que éste aplica el principio de no-contradicción, que es el de identidad, que implica la
exigencia de eternidad, uni[ci]dad e inmutabilidad. Se trata de ser lo que se es: y se es o no se es (lo que se es).
Pero cabe interpretar, como hacen analíticos -creo; Guthrie, sí- y Mosterín y otros, el univocismo ontológico
parmenídeo en el sentido existencial: se trata de ser o no ser, existir o no existir. En cualquier caso, como dicen
éstos últimos, Parménides es inconsciente de la polisemia o equivocidad esencial/existencial de "ser".
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existencia (lo que Platón llama en "El Sofista" "no-ser" como opuesto, y no diferente, de "ser")
y como diferencia (o, literalmente, modos de no ser: oposición -la inexistencia o nada- y la
diferencia: es decir, Platón advierte que hay un significado atributivo, y no sólo existencial, de
"ser"). Pero Platón sigue depreciando el ser sensible físico, que es igual o fundamentalmente
movimiento. Aristóteles es quien intenta salvarlo o recuperarlo ontológicamente, teniendo aún
que distinguir, para lograrlo, más sentidos de ser que expliquen el cambio. Esos sentidos de ser,
pues, son, fundamentalmente, a efectos polémicos, el ser sujeto de atribución (ousía como
sujeto individual concreto) versus atributos (entre ellos la ousía segunda o esencia, además del
resto de categorías, los accidentes) y el ser en potencia o en acto, clave decisiva, junto con la
anteriormente implícita teoría hilemórfica de la sustancia/accidente, para explicar el
movimiento y salvar ontológicamente la physis y epistemológicamente la Física como ciencia.
Por tanto, "ser/es" ni es término unívoco (sinonimia) ni tampoco podríamos aceptar que
fuera equívoco (homonimia confusiva), sino polisémico pero con cierta unidad (llamada
posteriormente analogía), puesto que la ontología, en cualquier caso, es búsqueda de la unidad
de todo lo ente en tanto que tal. "Ser", desde luego, no es un género. Hay muchos géneros o
categorías de ser8. Pero, como nos sugiere el análisis del logos/lenguaje como clave o hilo
conductor de la investigación, posee al menos unidad de referencia en torno a un sentido o
categoría principal, porque el ser se dice principalmente como y en torno a la sustancia o
ousía, sobre todo la ousía primera (única que nunca puede ser predicado, mientras que la ousía
segunda puede ser sujeto pero también, y habitualmente, predicado, el predicado esencial),
mientras que los demás modos de ser son accidentes, accidentales, le ocurren a las sustancias:
reducción de la ontología a la ousiología (Reale; Calvo (1) habla de una doble reducción de la
ontología en Aristóteles: del ser a la ousía y de la ousía a Dios).
Pero, dicho histórico-polémicamente, y no ya sólo sistemáticamente, para Aristóteles la
ousía, o ser en sentido propio, que puede ser la esencia9, el universal y el género (o el género y
la especie) o el sujeto, no es, como para Platón, la Idea (que en realidad es cualquiera de los
sentidos anteriores) sino, sobre todo, el sujeto -hypokeimenon- radical: sujeto último (o
primero, según se mire) de nuestro discurso o sustrato real de determinaciones atribuibles,
aquel del que se predica todo pero que nunca es predicado. Es lógico: el sujeto es el núcleo del
discurso y de la realidad. La concepción de la ousía como sujeto plantea la aporía de que el
8
Las categorías son predicamentos, formas de predicación. Pero Aristóteles las supone a la vez expresión de
las propiedades o formas del ser en sí o como tal, mientas que en Kant serán sólo modos del entendimiento
para sintetizar los fenómenos. Es decir, las categorías tienen en Aristóteles un significado a la vez lógico-
lingüístico y real; onto—lógico. El logos es del ser. // La escolástica diferenciará dos tipos de conceptos
reales: las categorías o predicamentos, que son conceptos reales o de primera intención, y los trascendentales,
que se predican de todos los seres (son ontológicos, universales, transcategoriales) y son ente, uno, verdadero
y bueno. Luego están los conceptos de razón o predicables, a saber: género, especie, diferencia específica,
propio y accidente.
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9
Término no explicado; significa lo que algo es en el sentido de no poder dejar de serlo sin dejar de ser lo
que es (ser un hombre, por ejemplo, a diferencia de ser alto o guapo). Pero supone ya una concepción no
unicista, parmenídea, de ser, supone la pluralidad: esencia es el ser de algo, pero supuesto que hay más de un ser.
Así, esencia es una clase, un modo, un tipo de ser.
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sujeto sea la materia, pero se resuelve porque de ella no cabe discurso o determinación, es
ininteligible y no subsistente. El sujeto del discurso podrá ser, entonces, bien la ousía primera o
sujeto concreto individual, bien la ousía segunda o forma sustancial. Frente o relativamente a la
materia como sujeto, hay que privilegiar en primer término el sujeto individual concreto10, el
compuesto natural o sensible de materia y forma (teoría hilemórfica), al que llama ousía
primera, porque ni forma ni materia son radicalmente, siempre, sujetos, y no subsisten por sí,
sino que son coprincipios metafísicos, estructurales, estructuras trascendentales del ser, pero no
realidades físicas determinadas, separadas. Por tanto, el compuesto es más ousía que la materia.
Pero, en última instancia, la forma (sustancia segunda; esencia, to tí én éinai; especie) es más
ousía aún que el compuesto mismo: pero esto, planteado por Calvo, es equívoco: la forma no es
más o primera ousía, sino más o primera aitía, causa del ser del ente, que hay que interpretar
que en Aristóteles es/significa no ya sólo el existente (también las formas existen, EN/como los
individuos, hilemórficos o no) sino el EXISTENTE SUBSISTENTE: INDEPENDIENTE, AUTÁRQUICO,
AUTÓNOMO, SEPARADO O SUBSISTENTE O INDEPENDIENTE, CON-CRETO; primariedad o
prioridad son términos relativos a lo que se aplican, y aquí se aplican no a un sólo término
sino a dos (ousía y aitía), de ahí el equívoco o pseudoproblema que sólo es falta de
comprensión. Porque, una vez que en la investigación ontológica hemos ubicado la ousía en el
individuo hilemórfico, hay que preguntar todavía "¿por qué es una X?"11, y la respuesta, pues,
última, es precisamente la esencia o forma sustancial. 12 Es decir: la estructura hilemórfica del
concreto compuesto posibilita la aplicación del término ousía a: materia, compuesto y forma;
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10
Calvo, trad. Metafísica, pg.26: "La entidad es, ciertamente, sujeto, pero no cualquier sujeto es entidad: ha
de tratarse de un sujeto 1) separado (chóriston), es decir, dotado de subsistencia y 2) que sea un esto (tóde ti)[,]
algo esencialmente determinado. Tal es precisamente el caso de los individuos (un hombre, un caballo)
pertenecientes a las distintas especies naturales." Pero esta cita es de las Categorías. Pero también es de Metaph.
VII 1029a 27: cfr. Calvo (1),106 y 103 y ss.
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11
En realidad -cfr. Calvo (1),103 y ss, esp. de 107 a 110- el discurso o la cuestión/pregunta ontológica tiene
tres niveles o momentos. Uno: qué es esto, donde "esto" es el individuo o ousía primera. Dos: la respuesta es la
ousía segunda. Tres: y ¿por qué es [esa ousía segunda]?, donde la respuesta devuelve al compuesto hilemórfico
pero recae sobre la forma específica como estructura funcional de la materia para cumplir un fin: la causa de la
entidad natural [individual] es su eîdos (/télos), causa y fin inmanente. Cfr. nota siguiente para aclarar la
complicada relación y prioridad entre ousía primera y segunda.
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12
Esta concepción se debe a la tensión que el esencialismo griego imprime en el empirismo (prevalencia de
ente como individuo) aristotélico: Reale, "Introducción a Aristóteles",56: "... Aristóteles llamó a la forma 'causa
primera del ser' [Metaph. Z 17, 1041b 26]"). Calvo en la Metafísica,27: "La forma o eîdos, que es la entidad por
antonomasia, es la esencia de cada cosa.... ontología esencialista". Paradoja, entonces, de que la ousía segunda o
forma sea la causa primera del ser, aunque en realidad la calificación del individuo como sustancia primera se
efectúa en el contexto lógico de las Categorías, mientras que la de la sustancia segunda como causa primera del
ser se hace en el contexto de la Metafísica (aunque todavía cabe la consideración de que el objeto de la
metafísica es la sustancia primera en tanto ésta tiene otro significado último y definitivo: Dios como acto puro:
ver lo que dice Calvo en "Acerca del alma", pg. 63 sobre la "doble reducción" del pensamiento metafísico de
Aristóteles). (Bueno, no, aclaración de la paradoja: estriba es la expresión causa primera del ser: teoría de las
causas, metafísica, principios primeros del ser/ente/existente, es decir: una cosa es causa de X=individuo y otra
cosa es el individuo mismo. La causa primera o principal del ser es, entre las cuatro causas, la formal/final. Pero
es causa de los individuos.) Claro que se trata ya, frente a Platón, de una forma de la sustancia primera, forma
sustancial, no subsistente por sí.
1
pero, por lo dicho, prevalece la forma como acepción fundamental de la ousía. Con ello,
Aristóteles privilegia, como Platón, la forma; la razón puede ser que sólo la forma satisface el
requisito ontológico de estabilidad y eternidad, y es objeto de ciencia, pero no: es que lo que
Aristóteles pregunta y privilegia en la respuesta cuando señala la ousía primera/individuo,
frente a la ousía segunda o forma, es LA EXISTENCIA INDEPENDIENTE, SUBSISTENTE,
SEPARADA13. Por eso es congruente y no paradójico el hecho de que Aristóteles pueda coincidir
con Platón en la valoración de la forma como primer principio o causa metafísica explicativa o
estructurante del ente con que Aristóteles, más allá de y críticamente con Platón, señale que
existir propiamente es existir de modo subsistente, y que eso no corresponde a las Ideas o
formas sino sólo a los individuos. La diferencia con Platón estriba en que la forma aristotélica
no existe separadamente, no subsiste por sí misma, no existe independientemente, sino que
existe en composición con la materia, en los individuos concretos (universalia in re, no ante
rem o post rem): Aristóteles bajó las Formas platónicas del cielo a la tierra. Repito el inciso
decisivo: la cuestión ontológica que se plantea Aristóteles en crítica a Platón es qué es lo que
existe chóriston, y no son las Ideas, ni siquiera las aristotélicas formas, sino los individuos.
SUBSISTENCIA O EXISTENCIA INDEPENDIENTE, SEPARADA, CHÓRISTON, ES LA NOCIÓN
ONTOLÓGICA CENTRAL Y DISTINTIVA DE ARISTÓTELES, Y EN ÉL LA RESPUESTA ES LA OUSÍA
PRIMERA, O ESA, EL INDIVIDUO, AUNQUE SU "CAUSA" O PRINCIPIO PRIMERO (NO "OUSÍA"
PRIMERA, SINO AITÍA PRIMERA) ES LA FORMA. Por otra parte, sin embargo, es también original
concepción aristotélica de la forma, igualmente, el que ella es considerada no sólo lógicamente,
o desde fuera, como mera esencia abstracta/separada, sino físicamente, desde dentro, como acto
o actividad realizadora de la potencialidad del ser natural.
Su concepción de qué es ser, qué es lo que es (tras la polémica precedente en torno a
la cuestión), lo eminente o primeramente real: la sustancia o entidad (ousía) natural primera
(a ella dedica Aristóteles monográficamente los libros VII y VIII de la "Metafísica", y
parcialmente el XII), primero de los géneros o categorías del ser (siempre inmediatamente
dividido en géneros: no hay un único modo de ser, sino que el ser se dice de muchos
modos), de la que se predican y en la que inhieren y en la que y a la que se sujetan los
demás, que reciben en ella si no la unidad del género sí la unidad de referencia (en
Meth.,VII,1, y no sólo en "Categorías"), como núcleo o eje congregador de los demás
?
13
En realidad, no puede decirse que la noción prevalente de "ser" en los griegos es la de ser como esencia, lo
que capta el concepto, frente a ser como existir (esencialismo griego de la ontología o concepción del ser),
porque la forma sustancial también existe, aunque exista in re y no separadamente; no es solamente lo individual
lo que existe, como dice Gilson en su respuesta al problema de los universales -la sustancia existe; los
universales son-, incurriendo con ello forzadamente en una disociación de las dos dimensiones inextricables o
inseparables, aunque distinguibles, de "ser", porque existen tanto los individuos como las formas como todo lo
que se nombre, en realidad, sólo que cada cosa existe en su propia forma; es decir, como dijo Aristóteles, "el ser
se dice de muchos modos", incluso el ser en el sentido de existir. Lo que se plantea Aristóteles no es meramente
la cuestión del existir, que es tan análogo o polisémico como el indistinto "ser", sino la existencia separada o
subsistente o independiente: sólo los individuos, hilemórficos o no, son o existen en ese preciso y decisivo
sentido, y no las Ideas o las formas.
1
modos o sentidos de ser, es decir, como sujetador y reunidor sujeto subsistente y determina-
do del movimiento y del discurso (sujeto lógico y físico), aunque llame "sustancia segunda"
a la esencia (la morphé o eidos como contenido de tó tí en eínai: el contenido de la
definición, que ha de ser demostrativa, silogística) de la sustancias primeras (la especie que
las clasifica o especifica y hace inteligibles al determinarlas: su eidos o aspecto o referencia
de identidad), compuestas de materia (primera; de suyo o en sí indeterminada, informe, y
por tanto no separada --chóriston: subsistente, independiente, autónoma-- ni determinada –
tódeti-; aunque la idea de separación tiene un sentido crítico contrario, frente a Platón y sus
Ideas, inadmisibles porque están separadas de los sujetos de los que se dicen esencias y/o
causas inmanentes de su ser)14 y forma (estructura, morphé, y funciones, éidos); el sujeto
natural es un compuesto o concreto hilemórfico (la noción de sustancia o ousía la aplica
principalmente Aristóteles a la materia (“última” o escháton, la más próxima –como
dice Tejedor-, no la prima, que no puede ser objeto de discurso -onto/lógico-; es
infrainteligible, así como el Bien platónico es suprainteligible), la forma sustancial y el
compuesto; aunque es preeminente, por razones onto/lógicas, la forma -esencialismo
griego, según Gilson-, ya que el compuesto lo es de forma y la materia de suyo ininteligible
y común, aunque ya materia segunda en cuanto informada por la forma). (No obstante, la
tesis de Wilson parece sesgada e injusta, ya que, como observa Savater de paso (en su Las
preguntas de la vida, pg.84), la forma en Aristóteles no es la figura externa sino el principio
vital que nos hace existir. O, como enseña Calvo (ver su trad. De Acerca del alma, pg. 109
y su trad. De la Metafísica, pg. 28), la forma (eîdos a diferencia de morphe) es acto,
principio de actividad o funciones del organismo (la mayor originalidad de Aristóteles
frente a Platón, según Calvo, Metafísica, pg. 28).
Pero mejor presentar la ontología aristotélica genéticamente como crítica a la
ontología platónica. De modo que Aristóteles funda la metafísica y tiene una propia que
comienza como crítica a Platón. ¿Podía aceptar la filosofía la tesis platónica de que este
mundo no es real sólo porque no se hubiera acertado a explicar lógica o racionalmente a la
escuela eleática que lo problematizó el problema del movimiento (Platón sí había resuelto,
pero sólo eso, el problema de la pluralidad)? En absoluto. Entonces, ¿Por qué, cuál es la
razón aducida para situar lo primeramente real en la sustancia primera (natural, compuesta)
en lugar de en las Ideas de Platón (que son el ser o la esencia de los entes? Porque a) no
puede, es un contrasentido e incluso contradicción, estar la esencia separada de algo de ese
algo, lo que es no puede estar fuera de lo que es, ni la causa (la esencia es causa --formal,
?
14
Por tanto, una cosa es la expresión aristotélica "separada" a secas, chóriston, que significa independiente o
autónoma o subsistente: la sustancia frente a los accidentes; y otra, "separada de", que se refiere a las Ideas
platónicas respecto a los seres sensibles, y es una separación inadmisible. Al hablar de los objetos
correspondientes a su división de las ciencias teoréticas en el libro VI de la "Metafísica", Aristóteles se refiere al
criterio de su separación: la mayoría de los comentaristas entienden separación como subsistencia, mientras que
Calvo lee lo que los textos tradicionales, achórista, entendiendo separación respecto de la materia, o sea,
inmaterialidad. Cfr. su edición en Gredos de la "Metafísica", pag. 268, nota 5.
1
dirá Aristóteles-- o principio del sujeto concreto) fuera o alejada de lo causado: la "partici-
pación" por imitación no explica la relación entre los términos del dualismo ontológico
platónico, sino que es mera metáfora. b) las Ideas platónicas son, en realidad, predicados
(aunque sean esenciales y no accidentales), pero lo real que los agrupa y de lo que se
predican, su sujeto, es la sustancia como individuo: concretum compuesto de materia y
forma (la forma es siempre forma de una materia, no puede subsistir o existir
separadamente, independientemente). Platón ha confundido las sustancias segundas o
esencias o formas (sujetos en el discurso esencial) con las primeras o individuos (únicos que
nunca pueden ser otra cosa que sujetos en el discurso). c) sólo cabe ciencia de lo universal y
necesario (el saber requiere como objeto o tema el ser auténtico, un objeto estable: no
tendría sentido decir que conozco algo que inopinadamente deje de ser lo que era), pero lo
que así es, las Ideas platónicas, están en el mundo de la physis, en las cosas, no separadas de
ellas: son sus formas (forma es esencialmente forma-de, no puede subsistir separada de un
sujeto/materia -próxima, no prima-), con lo que la metafísica de Aristóteles nos ubica de
nuevo ontológicamente en el terreno de la physis como objeto del saber/ciencia (mientras
que Platón saltó o resbaló de este mundo físico al de las Ideas, único para él con dignidad
ontológica: porque no tenía una explicación que hiciera ontológicamente inteligible el
movimiento, dice Tejedor). Sólo los individuos subsisten; las Ideas platónicas, no: necesitan
sujetos de inhesión que las soporten o sujeten en la realidad, pues sólo en el pensamiento
son/parecen subsistentes. Se ha recuperado que lo primaria o principalmente real son los
individuos de este mundo (se nos restituye lógicamente al sentido común, se nos explica la
realidad innegable de la naturaleza; además, se abre el marco para una posible acogida o
reconocimiento ontológico al individuo como tal, que en las ontologías esencialistas es
despreciado, reducido, sometido -contra natura, podría decirse- a lo universal, se lo reduce a
un caso, se le somete a la ley común), pero ya con comprensión y justificación filosófica,
ontológica: comprensión o concepción hilemórica de las sustancias naturales.
b) (lógica, epistemología: noción de ciencia) Esto implica la reasunción de que el universo
o lo real, la ousía, es la naturaleza, pero la ousía primera son los individuos y no las formas
(que son ousías en sentido secundario, relativo a las ousías primeras o individuos que las
sujetan). Se nos restituye al ámbito de los cuerpos sujetos a movimiento en el que, antes de
Parménides, estaban instalados los presocráticos (inmanentistas), y, por tanto, a la Física como,
al contrario que en Platón, ciencia en tanto se ocupa (de lo real, como pedía Platón, por
definición: las sustancias naturales; definición no sólo estipulativa sino justificada
epistemológicamente: lo real no puede ser la Idea porque está separada de aquello, los seres
físicos, sus sujetos, de lo que se dice que la Idea es su esencia y su causa) de captar las
esencias, que están en el mundo físico en forma de formas sustanciales o esencias o sustancias
segundas, que son (de acuerdo con el criterio epistemológico de Platón) universales (comunes
a los individuos) y necesarias (son inmutables en sí mismas, determinadas, no pueden ser de
1
otro modo: por causas que se muestran en la demostración silogística, sin dejar de ser ellas
mismas, y son eternas) y causa (inmanente, como se requiere) del ser y actividad de los
individuos (de suyo, la Física es la ciencia o filosofía --términos equivalentes en Aristóteles, así
como equivalentes a "sabiduría", sofía, que es proporcional o analógica-- "segunda", dentro de
su clasificación de las ciencias teóricas, aparte las productivas o técnicas --relativas al hacer o
producción: poiesis, techné-- y las prácticas o de la acción --relativas al obrar, la praxis--).15
c) Esto implica que la ontología, la "metafísica", lo que Aristóteles llama "Filosofía primera
o ciencia primera" es, respecto de la ciencia Física (que es filosofía segunda o ciencia segunda),
una fundamentación tanto epistemológica (justificación) como ontológica (en la Causa
primera, el Acto puro, el Motor inmóvil inmaterial, Causa final oréctica, por aspiración, por
atracción sin contacto del Universo: Dios: la teología viene exigida por la ontología o filosofía
primera) de la Física y la Naturaleza, respectivamente.
Doctrina aristotélica sobre el ser (sigo aquí el esquema de Reale e integro a Severino): el
principio onto-lógico de no-contradicción (Severino y Calvo insisten en la relevancia de este
principio en la ontología aristotélica); el ser se dice de muchas maneras (nuevos esquemas
conceptuales, que nos ofrecen esquemas perdurables de la cosmovisión occidental y que más
abajo desarrollo a propósito del problema del movimiento, problema tanto físico como
metafísico, o más metafísico que físico): sustancia y accidente (el cuadro categorial) ante todo;
materia y forma, potencia y acto, por sí y por azar, etc.); las cuatro causas (a la vez físicas y
metafísicas, porque la física aristotélica es muy general y metafísica; en realidad implicada en
el cuadro categorial); ser por sí y ser por accidente; ser en potencia y ser en acto. Según
Severino, ser es para Aristóteles síntesis de existencia y determinación (cfr.).
d) Para Aristóteles la NATURALEZA es el principio interno del movimiento de los seres que
son por naturaleza o naturales; es, en todas las cosas que tienen un principio de movimiento, la
forma y la esencia, que a su vez es el fin (ver libro V de la "Metafísica" y libro II de la Física -
apud Tejedor-). Es decir, se re/conoce que el movimiento es característica definidora de lo
real, que el movimiento es nota esencial o constitutiva de los entes de la naturaleza: es real,
frente a Parménides y, en cierto grado, Platón (que reconoció o se empleó en explicar más la
alteridad o diferencia o pluralidad que el movimiento, génesis o devenir o llegar a ser (nacer y
desarrollarse, así como corromperse y fenecer). La naturaleza es la esencia (punto de vista
lógico del ser o la ousía) pero considerada dinámicamente, desde dentro (punto de vista físico).
?
15
Aunque es obvio que en la ontología o metafísica o filosofía primera (o ciencia primera) aristotélica
predomina el método físico frente a la primacía del método lógico de la escuela de Elea y Platón, el cual, por su
concepción univocista del ser y el logos --en realidad, por la falta de reflexión y sutileza lógica y ontológica que
Aristóteles subsana por ejemplo en sus "Categorías"--, llevó a la negación del movimiento. Dicho de otro modo,
la ontología de Aristóteles es física, y los problemas ontológicos específicos, con su carácter general o, mejor
dicho, trascendental en tanto trangenérico, son prolongación o profundización o radicalización de los problemas
suscitados por la Física: el problema del movimiento y la necesidad, para explicarlo, de acudir a la nociones de
potencia y acto, sustancia y accidente, principio de no-contradicción y otros, Dios mismo como acto puro y
motor inmóvil: la teología está exigida por la Física.
1
El principio interno o inmanente del movimiento que lleva a la actualización de las potencias
del ser natural (un tipo del ser, el ente de la physis como una particular, no única, región
ontológica.
Ahora, reinstalado en la physis, Aristóteles se reencuentra con el problema de explicar
onto-lógicamente el movimiento (el fenómeno cuya explicación da lugar al pensamiento
metafísico), un problema que no había resuelto ni el mismo Platón. Su doctrina hilemórfica
(con la que reúne o sintetiza principios que parcialmente había descubierto la tradición
filosófica) y su radicalmente novedosa teoría de la potencia y el acto (que generaliza la
anterior, le da mayor alcance ontológico: aplicable incluso a Dios, al ser suprasensible, que en
absoluto es material: la materia es principio metafísico distinto y, en Aristóteles, hasta separado
de Dios) son los instrumentos o esquemas conceptuales con los que resolverá el problema
(aunque cfr. siguiente nota 9: la demarcación filosófica de la noción de materia también es una
aportación de Aristóteles).
Ante todo hay que distinguir tres clases de movimiento: natural, violento y artificial o
artístico o técnico.16 El natural es el que procede del mismo ser y no de un agente externo. Su
modelo de naturaleza es el orgánico, el de los seres vivos o animados. Así, pues, la naturaleza
es la sustancia segunda, o forma sustancial específica definible como esencia, de los seres
naturales en tanto que principio interno de sus actividades,17 es decir: la forma como acto: no
vista "desde fuera" (=esencia; perspectiva lógica de la definición y clasificación) sino "desde
dentro" (=naturaleza; perspectiva física) (el punto de vista integral, físico y lógico a la vez, u
onto/lógico, nos lleva a la mención "forma").
El movimiento de los seres naturales tiene un fin/finalidad, responde a un plan/objetivo:
actualización o realización de sus potencias (tendencias físicas y no sólo posibilidades lógicas).
Concepción teleológica de los seres naturales, y no mecanicista, como la de Demócrito o
Descartes. A diferencia de Platón, la de Aristóteles es una teleología inmanente. El bien, por
tanto, no es sino realización del fin inmanente de cada ser, el cumplimiento de su
tendencia natural, y no la imitación o aproximación a una Idea de otro mundo.18
Ahora bien, esta concepción ontológica de la Naturaleza supone justificar el movimiento,
"salvarlo" explicándolo como compatibles con las exigencias del logos eleático. Si Parménides
?
16
Los griegos no diferenciaban, recuerda Ross en su libro sobre Platón comentando la alegoría de la línea en
el Diálogo "La República", entre arte y artefacto, entre arte y artesanía.
?
17
"Naturaleza" como conjunto de los seres cuyo movimiento es autónomo, automático, espontáneo, propio,
autógeno (los seres vivos a diferencia de los artificiales o construídos por el hombre) es una acepción que
aparece "a mitad del siglo V [a. C.]", según C. Tejedor,21.
?
18
Aquí procede anticipar o repetir anticipativamente lo dicho en el apartado de la causalidad, de las cuatro
causas, sobre el tópico de que Aristóteles se limitó a bajar las Ideas de Platón del cielo a la tierra, porque eso es
ver la forma aristotélica sólo desde el punto de vista lógico, y no físico, desde fuera y no desde dentro (en tanto
que acto o actividad, eidos o conjunto de funciones o actividades del organismo, o naturaleza como principio de
esas actividades u operaciones).
1
negó tanto el movimiento como la pluralidad fue por pensar que suponían la admisión del no
ser, de la nada. En efecto, Parménides notaba que el movimiento sería un tránsito o paso del ser
al no ser, lo cual es imposible por contradictorio; el movimiento es negado por ininteligible,
puesto que lo único inteligible para el logos es la permanencia y la unidad y en el análisis
parmenídeo del cambio no hay permanencia de nada, sino puro cambio. Pero esto se debía a no
reparar en que el ser se dice de muchas maneras, y no una sola o absoluta (aunque ya Platón,
según advierte Ross, aportó en el Fedón la idea de que hay que distinguir el sentido existencial
y el atributivo de "ser"; así como que no hay que confundir las palabras con las cosas, no sé en
qué Diálogo y quién lo refiere, creo que Guthrie).
Pero el ser se dice de muchas maneras (ver Met. V,7, passim) -hay muchas categorías de
ser- y no de una o unívoca manera (sino [analógica]: con referencia convergente y unificante a
un solo principio o naturaleza en cada caso; a la sustancia, en general). Una de ellas es como
sustancia (primera o segunda) o como accidente (son, en conjunto, las categorías o "géneros
supremos del ser", formas de ser categoriales o predicamentales, de los que la primera es la
sustancia, que puede ser primera o segunda), que implica la distinción entre materia y forma
(aunque no es éste uno de los modos expresamente citados, sí implicados en la de sustancia y
accidente, como Aristóteles, en Meth. V y VI, dice que se dice el ser), como veremos. Otra,
como acto o como potencia (otra, por naturaleza o accidentalmene; otra, como verdad o ser
verdadero). Y estos esquemas conceptuales nuevos utiliza Aristóteles en su explicación y
justificación onto/lógica del movimiento (ver Met. XII,2):
1) Los principios del movimiento son la materia-sujeto-sustrato y la forma (sustancial o
accidental: los contrarios, que en sí mismos no cambian) y su privación alternativa (que
equivale a potencia). El movimiento es, entonces, un paso de una forma [morphé] (aunque esta
acepción de "forma" nos lleva a la distinción entre forma sustancial y forma o determinación
accidental) a otra desde su estado de privación (stéresis) en un sujeto que permanece (tercer
factor, lo que permanece, que se le escapaba a la filosofía anterior) y que es la materia (prima o
segunda/ “última” o más cercana), pues en todo cambio hay algo que permanece, algo que
desaparece y algo que aparece (la nueva forma o contrario a la anterior): la materia segunda o/y
la forma sustancial.
Si se medita la noción misma de cambio y lo que supone o im/plica, se advierte que,
paradójicamente, y eso es lo asombroso del fenómeno, el cambio es de algo permanente: si
no, no hablaríamos de cambio, sino que constataríamos pluralidad. Y, sin embargo, es
cambio, no se trata de ni se puede negar: es cambio de algo permanente. Y ese algo es el
sujeto, lo sub/stante, la materia (prima o segunda), lo soporta o sufre el cambio, puesto que
los contrarios o formas contrarias no cambian ni se transmutan en sí mismos ni se afectan
recíprocamente, simplemente aparecen y desaparecen, son distintos (como no decimos que
Juan y Pedro son cambio el uno del otro, sino distintos): lo que cambia es el sujeto, él es a
quien, a lo que afecta el cambio. No hay cambio sin y sino por el sujeto.
1
mezcla de potencia, sin energeia previa, mientras que los seres naturales aspiran a ser
entelechia o acto pleno, pero para ello necesitan energeia o actividad o movimiento; aunque
según Aristóteles es un ser vivo cuya actividad es pensar en sí mismo): entelechia; aunque, aun
así, la calificación de inmóvil resulta problemática, dado que hay acciones perfectas –cuyo fin
es inmanente-- como la de pensar, y el Acto puro es “pensamiento de sí mismo”). Hay un no
ser absoluto (aparte de la nada; cfr. Met. XII,2, donde se distinguen tres tipos de no-ser: la
nada, la falsedad y el no ser en acto pero siendo en potencia o la potencia como no ser en acto):
cuando algo, como la piedra, ni es ni puede ser un árbol. Pero también un no ser relativo (el
atributivo, sin negar el sujeto existente): como el de la semilla, que no es pero puede ser
(potencia: dynamis) un árbol: cambia entonces su forma, de semilla a árbol, pero no el sujeto,
que en absoluto existe siempre con alguna o cualquier forma accidental (versus forma
sustancial) --de la que se dice entonces que está en acto: enérgeia, actualización, actividad –
acción sería ergon, work--; entelechia: acto cumplido, pleno, realizado, en su plenitud,
perfecto: actualidad: su naturaleza, o forma vista física y no lógicamente, desde dentro y no
desde fuera--. Hay, pues, una nueva definición del movimiento "acto [enteléchia] de lo que
está en potencia en cuanto tal"; o, quizá, mejor, "actualización", en tanto que lo que se quiere
decir es que el movimiento es ser, realidad (por tanto acto), pero en formación, en proceso,
dinámica, que connota fuerza actuante: es potencia, pero ésta no es mera posibilidad lógica,
abstracta, inerte sino posibilidad real; el movimiento es, pero es movimiento, que implica
siempre una defectividad en superación. El movimiento es una realidad intermedia entre el
acto y la potencia, que se explica por la defectividad que supone el proceso de formación, la
génesis de los seres (C. Tejedor); o, según P. Aubenque, un "acto imperfecto", "es decir, aquel
[acto] cuyo acto mismo es, en tanto que movimiento, no estar jamás totalmente en acto", por lo
que se aproxima a la noción de infinito.
Aparte, Aristóteles distingue entre movimientos (kínesis) y acciones perfectas (enérgeiai
esta vez, no entelecheiai), cuyo fin es inmanente, son su acción misma (como pensar o pasear,
a diferencia de la construcción de un edificio, el cual es su fin externo).
La definición del movimiento como paso de la potencia al acto no es aristotélica,
tampoco muy afortunada (C. Tejedor) al utilizar la misma noción (una sinónima) de lo que
se define, aunque es sugerente y comprensible en cuanto indica que la noción de paso,
tránsito, movimiento no es ininteligible en la medida en que no tiene como términos
contrarios ser y no ser absolutamente considerados sino que expresa, podríamos decir, la
actualización de una potencia (como posibilidad real, no como mera posibilidad lógica).
Para Aristóteles del análisis del movimiento en términos de potencia y acto se siguen estas
consecuencias: en primer lugar, hay una anterioridad o primacía ontológica del acto sobre la
potencia, por cuanto "todo lo que se mueve es movido por otro" o bien "lo que es en acto se
genera siempre de lo que es en potencia por la acción de algo que es en acto". El acto es el
modelo de ser en cuanto noción de plenitud de ser: acto que es la forma, pero considerada
dinámicamente, integrando el devenir. Se exige, pues, que el que mueve posea actualmente la
forma o perfección que está sólo en potencia en el sujeto del movimiento. De donde, en
segundo lugar, se seguirá la afirmación de un Acto puro o pleno, Motor inmóvil inmaterial del
Universo, Dios como fundamento o condición de posibilidad del devenir, ya que no es
admisible un regreso al infinito en la búsqueda de un agente 20. Por otra parte, hay que
distinguir entre potencia activa o agente: el poder para actuar o producir un efecto del agente
del movimiento (potentia), y potencia pasiva (possibilitas), que es a la que se refiere aquí
Aristóteles, o sea, la capacidad de pasar de un estado a otro o recibir la acción de un agente. De
todos modos, la potencia es algo real, pertenece al ser, es un modo de ser (cuyo modelo es el
acto, y por eso se define como acto, con esta noción).
Este análisis del movimiento que maneja las nociones de materia y forma puede
decirse que expone y utiliza uno de los diversos sentidos en que se dice el ser: el matriz o
fundamental, para Aristóteles, que distingue entre sustancia y accidentes. Y puede decirse
que Aristóteles viene a objetar a Platón la confusión categorial entre sustancia --el sujeto-- y
accidentes al entender el movimiento como si tuviera lugar entre sustancias y no entre
accidentes inherentes a un sujeto. También supone la objeción a Platón de una confusión
categorial entre sustancia primera y segunda o esencia o especie, que no es sujeto y a la que
Platón tomó por tal, separándola trascendentistamente de los sujetos hilemórficos. Sea
cambio sustancial o movimiento accidental, el movimiento es posible e inteligible si
advertimos el primer sentido en que se distingue la plural significación ser, a saber, el de
sustancia y accidente, según el punto de vista o método lógico que aparece en la
"Categorías"; punto de vista que en la "Metafísica", donde predomina la perspectiva o
método físico, implica el de materia y forma.
En cuanto a Parménides y la tradición eleática, la aporía del movimiento les surgía de
considerar en abstracto el cambio o las nociones de ser y no-ser: de ese modo, creían ver
20
Una pura idea o ideal, que está en nosotros, inmanente, como observa mi alumno Jesús Muyor, curso 2001-
2002 en Aguadulce; hipostasiada (reificada y hecha trascendente, puesta fuera). También observa que “fuera”
no tiene sentido. Gloso: “fuera” significa o nada (no existe nada fuera del ser o del Todo) o una relación
inmanente. También nos preguntamos juntos si el movimiento que explicar el Primer Motor es el teleológico
(porque Aristóteles reduzca todo movimiento natural al teleológico) o también el mecánico (como se
planteará Descartes) y, en este caso, la filosofía aristotélica podría explicarlo. Jesús Muyor comenta que
Aristóteles parece querer demostrar lo físico por lo metafísico y lo físico por lo mental (a propósito de mi
observación sobre que sólo los humanos son conscientes de su télos y pueden querer a Dios).
1
?
22
La distinción de la materia es un logro filosófico, como el de la potencia, pues la chóra de Platón o su
materia no tenía significado técnico filosófico.
1
bajada inmanentistamente a la tierra. Y por ello es la naturaleza como principio interno de las
actividades u operaciones de una sustancia. Ella misma es el fin (causa final): Aristóteles
distingue, en otro lugar (Meth. IX,6), entre dos clases de acciones: movimiento (kínesis), cuyo
fin está fuera de él mismo (como edificar una casa) y por eso cesa una vez alcanzado el fin, y
acto (enérgeia), cuyo fin es sí mismo (como pensar, caminar, etc.) [acciones perfectas, aunque
el movimiento es una acto imperfecto, intermedio entre acto y potencia]. La forma sería un
acto de este tipo, fin de sí mismo. (Teleología inmanente o finalismo naturalista.)
El agente, motor o causa motriz o eficiente: "aquello de donde proviene el inicio primero
del cambio y del reposo" (Met.,V,2). Puesto que los anteriores son principios estructurales
abstracta o/y estáticamente considerados, es el desde dónde que activa el proceso del
movimiento. Actualmente es el único sentido usual de "causa".
El fin, el hacia dónde o "aquello para lo cual", la causa que completa el porqué, y que no es
sino la actualización plena de la forma. Teleología inmanente. Aunque, in concreto, no es otra
cosa que la forma que está en proceso de desarrollo o manifestación. El fin es un punto de vista
ontológico distinguible, no física o local o temporalmente separable, puesto que actúa desde el
principio.
Antropología aristotélica (ver también más abajo, en la ética), porque la psicología
aristotélica forma parte de la Física: unidad sustancial del sujeto humano. Alma como forma y
acto del cuerpo (es decir, función o funcionamiento, animación del mismo), el cual es vida en
potencia; alma sería reducible a vida, se contempla desde un punto de vista físico y,
predominantemente, frente a Platón, no como principio intelectivo sino como principio vital de
las operaciones del ser natural. Esta concepción conlleva la negación, frente a Platón pero
como en la cultura griega común, de la inmortalidad del alma en tanto inseparable del cuerpo
(de ahí que Aristóteles considere un absurdo la reencarnación), pese a hablarse de un
entendimiento agente cósmico del que participa el entendimiento pasivo de los individuos (es
claro: el conocimiento o entendimiento es universal de suyo –que dos y dos son cuatro es
verdadero para todos y aunque no haya ningún humano--, la ciencia versa sobre lo universal, es
teoría; el entendimiento paciente es individual y mortal: la cuota de saber de que participamos
por activación del Entendimiento agente), por lo que en Aristóteles hay un trialismo: alma,
cuerpo, entendimiento agente participado. En realidad, Aristóteles distingue un "alma de otro
género", el nous o entendimiento o intelecto llamado agente por la tradición (cfr. Aubenque en
ed. Siglo XXI), que es divino e inmortal, y al que se llega análogamente a como en la Física se
llega al Motor inmóvil o Acto puro, pero no aclara Aristóteles qué relación tiene con el hombre
individual (es claro: el entendimiento es universal; el agente activa el entendimiento paciente
que es el individual y mortal: la cuota o participación individual de la conciencia universal).
2. VIRTUD Y FELICIDAD
Resumen o comentario esencial: la teoría ontológica guía la praxis. La doctrina moral
de Aristóteles acusa su concepción ontológica, que es naturalismo como teleología
inmanente: Aristóteles inmanentiza las formas platónicas como naturaleza específica
dinámica de los seres. En la Naturaleza hay propiamente ser como plenitud de una
forma, sólo que en forma dinámica y procesual, como actualización y manifestación
progresiva de la forma, que es potencia en tanto está en proceso de devenir. Así,
Aristóteles inmanentiza el Bien (que, más que una Idea distinta era interpretable en
Platón, según la metáfora del Sol, como lo que hace ser a las Ideas lo que son, no
siendo él mismo Forma determinada sino principio o fuente de determinación), de
modo que, como el ser, se dice de muchos modos; y este mundo ya no es mero
medio-ser o copia imperfecta. Pues bien, el bien de los seres naturales, actuar bien -
especialmente para el viviente racional- no será sino realizar su fin inmanente que no
es sino su forma: ética de la autorrealización o la perfección.// Ahora bien, este
naturalismo de la moral, que parece una obviedad de sentido común, implica un
objetivismo que contrasta con el subjetivismo arbitrario y sofístico de los sofistas y de
nuestros propios días.// Por otra parte, la ética de Aristóteles enfatiza la noción de
felicidad (que ya aparecía en el primer libro de la República de Platón como su tema):
eudemonismo. Aristóteles enlaza en una tríada las nociones de bien, fin y felicidad: el
fin que busca todo viviente no es sino el bien que aporta la felicidad. Sólo que el
contenido de la felicidad es asunto de disputa: honor/fama, placer, riqueza,
conocimiento, etc. La propuesta de Aristóteles ya está dicha: la realización plena, es
decir: integral, de nuestra naturaleza. // Pero, y esto también es digno de resaltar, para
Aristóteles no hay posibilidad de felicidad (que no es cuestión de suerte o de atajos de
listos) sin virtud. Virtud no es sino la realización, acabamiento, plenificación de
1
nuestra naturaleza en sus distintas dimensiones: donde hemos dicho "pleno", poner
virtud, porque virtud no es sino perfección o perfeccionamiento, acabamiento,
plenitud: ética de la autorrealización o ética de la perfección.// A cada facultad o
potencia, una virtud, aunque una virtud intelectual (frente a las morales o del carácter:
superación del intelectualismo moral socrático o el teoricismo platónico) directiva, la
prudencia, y una virtud general, como en Platón: la justicia en sus distintas
acepciones. Y la virtud de la amistad.// Otra observación interesante: para Aristóteles
no hay bien ni felicidad sino en la acción o actividad, nunca en la pasividad del placer,
como acentúa Erich Fromm.
CLAVE: “Ética” viene de ethos, carácter o costumbre: precisamente por eso, en
sentido estricto, para Aristóteles la ética es un saber práctico, discrecional, porque es la práctica
de unos criterios formales y procedimentales (el término medio individual discernido por la
prudencia), pese a que se funde en una concepción objetivista de la naturaleza humana y sus
virtudes propias.
(Ahora entiendo mejor a Aristóteles cuando dice que el saber práctico versa sobre lo
que puede ser de otro modo. Desde luego que se rige por unos principios que pueden
captarse y establecerse teóricamente, que cabe una objetividad de la (meta-) ética, que
cabe Fromm, y yo. Lo que debe de querer decir es el problema de que de los
principios a las normas no hay secuencia deductiva ni científica (como advirtiera
Descartes entre la deducción desde los principios y la experiencia en la sexta parte del
Discurso del método), sino razonable o prudencial y artística: de los mismos
principios pueden surgir diversos y hasta conflictivos deberes o normas. La moral es
asunto del kairós, se descubre o nos realiza en el tiempo, y es cuestión de comunidad
por afinidad relativa. Qué hacer en cada caso es prudencial, aunque sólo fuera porque
el criterio del término medio es relativo a cada sujeto de modo prudencial y
contextual. Lo que ocurre es que una cosa es la ética o teoría ética o metaética --
reflexión racional sobre los principios de la moral- y otra la moral como tarea
práctica, del mismo modo que una cosa es la ciencia y otra la técnica. La expresión
“lo que puede ser de otro modo”, lo que no es necesario, significa o connota la
libertad, no la falta de principios teóricos normativos de la praxis: la libertad del
humano, no determinado por la naturaleza como los animales, hace que pueda o no
hacer lo que le dicta la razón, la libertad es un asunto práxico, práctico, no mecánico,
meramente lógico; lo lógico o teórico es necesario pero no suficiente en la moral;
aunque no, también es un asunto teórico: la indeterminación e incertidumbre de qué
sea lo mejor.)
(Seguir el hilo de Calvo en ed. Akal, magnífico: en realidad es el de la Ética a Nicómaco,
como en ed. Cincel. Aunque es también muy útil su resumen en la edición de Acerca del alma.
Pero sublime lo es Aubenque en ed. Siglo XXI). Mirar, por cierto, dónde leí que Platón
confunde contrariedad con contradicción (¿Guthrie, Farrington?), aunque quien incurre en este
error -ich- es Parménides, y quizá lo diga Guthrie.
1
23
Se llama “vegetativa” a la función nutritiva porque es la única función orgánica propia de las plantas o
vegetales.
1
ambivalentemente, lo mismo que sumo, que proviene de él: lo más elevado y lo completo) del
hombre;
lo mismo "la felicidad" que "el bien humano" son la "actividad del alma conforme
a virtud, y si las virtudes son varias, conforme a la mejor y más perfecta, y además en
una vida entera". Yo diría, en espíritu aristótelico: funcionamiento óptimo armónico.
Virtud significa excelencia, perfección, optimidad, plenitud, fuerza, competencia,
eficiencia, capacidad, estar en plena forma o acto/actualidad; no simplemente hacer algo, sino
hacerlo bien. Puesto que se trata entonces no de una vida racional/contemplativa sino razonable
(no somos dioses ni animales), se requiere no sólo virtudes intelectuales sino del carácter,
volitivo-conducturales, frente al intelectualismo socrático. Aristóteles distingue o clasifica
sobre todo las dianoéticas o discursivas o intelectuales y ejemplifica las éticas o morales, o
sea, del "carácter" (êthos) como modo de ser (aunque "modo de ser" es la traducción de Julio
Pallí en ed. Gredos para héxis, hábito o disposición actitudinal estable por adquirida;
disposición adquirida (y estabilizada); yo: no hipostasiar el carácter como algo distinto de los
hábitos, y lo mismo estos con respecto a las acciones: carácter sería la estructura habitudinal, la
estructura habitual de los actos), mejor dicho, de comportarse (en Aristóteles ser es acto,
actividad, por tanto prioridad empírica forzosa de la vida activa sobre la contemplativa:
carácter, pues, no es tanto modo de ser como de comportarse), por tanto referido a la praxis
como acción propiamente humana, que proviene o/y se expresa en los hábitos (hexeis, éthoi)
(las acciones son las reveladores del carácter). El carácter, dimensión volitiva de la
personalidad (una estable disposición a elegir o preferir el término medio relativo a nosotros de
modo prudente o deliberativo, reflexivo; es la racionalización o dirección racional de los
elementos no racionales, apetitivos o desiderativos, del alma; por tanto la moral no es mero
saber ni ciencia o contemplación ni basta con ella, sino, sobre todo, una educación del carácter
o modo o hábito de preferir que se revela en las acciones), que hay que educar moral o
consuetudinariamente, es lo que hace que el hombre siga y practique efectivamente el consejo
de la prudencia, la virtud intelectual que versa sobre lo que puede ser de otro modo, lo
contingente, no sobre lo necesario, y no sobre lo universal sino sobre lo particular, todo ello a
diferencia de la ciencia y en el campo de la praxis, que consiste sobre todo en deliberar o
reflexionar sobre los medios adecuados a determinado fin.
La prudencia es "una disposición verdadera [¿veritativa?] que con ayuda de una
regla nos permite obrar en lo concerniente a las cosas buenas y malas para el hombre",
[ich: el uso de la razón como medida, ratio]
tanto en ética como en política, en lo individual (no, en Aristóteles, privado, puesto que
privado significa en la Modernidad "privado de la ciudadanía o participación en la cosa
pública"). (En Aristóteles, al contrario que en Platón, no son/significan lo mismo prudencia,
phrónesis, que sabiduría, sofía: ésta es la suprema capacidad cognoscitiva, que une la episteme
1