Teoría del golpe de Estado
U
n reputado académico y co-
lumnista reclamaba hace
unos días la necesidad de Profesor de Filosofía
que nuestra vida pública se recons-
truyera “con unos niveles de exi-
gencia más elevados”1. Creo que esa
pretensión podría aplicarse a multi-
tud de cuestiones, entre ellas, cabría hacerlo
al ámbito de las relaciones entre nuestros po-
líticos, unas relaciones necesitadas de normas
no escritas como la contención y tolerancia
mutua, que eviten que los líderes “subviertan
el proceso mismo que los condujo al poder”2.
En el ámbito académico tendríamos que
llevarla a cabo en un terreno distinto, la
arena de los conceptos, al exigirnos a nos-
JOSÉ J. JIMÉNEZ Este ensayo confronta dos concepciones
SÁNCHEZ
jurídicas de “golpe de Estado”, la que lo
del Derecho liga a la alteración del funcionamiento del
en la Universidad
de Granada poder judicial y el bloqueo en los órganos
constitucionales (De la Quadra), y la más
clásica de Kelsen, que presupone una
acción de violación de la propia norma
fundamental. El autor estudia ambas
posiciones y aventura que,
paradójicamente, la falta de contención
en las atribuciones puede ser de utilidad
para frenar la destrucción del propio
sistema constitucional.
otros mismos más rigor con
el fin de llegar a establecer
una mayor claridad concep-
tual. Los intelectuales de
este país deberían esforzarse
por utilizar especialmente los
conceptos jurídico-políticos
de una manera más diáfana
con el fin de contribuir a
cumplir con las exigencias
que se derivan de una demo-
cracia deliberativa.
Nuestra contribución no
radicaría tanto en intervenir
en el mismo debate, sino más
bien en ayudar a que las
ideas y conceptos que se uti-
licen en la deliberación
golpe de Estado […] un golpe de Estado ins-
Todo diálogo lo titucional”, la alteración del normal funcio-
primero que namiento del poder judicial provocada por el
exige es manejar bloqueo de su renovación que atribuye al
adecuadamente Partido Popular. Este comportamiento del PP
los conceptos habría supuesto el incumplimiento de sus
obligaciones institucionales. La razón de tal
necesarios para consideración radica en que opina que los
poder entrar en golpes de Estado no tienen necesariamente
cualquier que ver solo con el uso de la violencia por
discusión. Uno parte del ejército o las fuerzas de seguridad ni
de esos tampoco tiene por qué estar tipificado con
tal nombre como delito en el Código Penal.
conceptos De la Quadra añade:
jurídico-políticos
que deberíamos “Un golpe de Estado se produce cuando, para
utilizar con la alterar el normal funcionamiento de alguno
de los tres poderes del Estado o cambiarlos, se
mayor precisión emplean por alguien atribuciones y compe-

estén suficientemente filtra- es el de ‘golpe tencias reconocidas por el ordenamiento para

dos, de manera que se pueda de Estado’
lograr una mejor racionaliza-
ción del diálogo entre nues-
tros políticos, pero también
entre los ciudadanos, así como entre unos y
otros, pues todo diálogo lo primero que exige
es que manejemos de manera adecuada los
conceptos necesarios para poder entrar en
cualquier discusión. Para ello se requiere que
las ideas que se utilizan en la misma estén, en
la medida de lo posible, perfectamente deli-
mitadas. Este sería el primer requisito a fin de
poder conformar una opinión libre y demo-
crática.
Pues bien, uno de esos conceptos jurí-
dico-políticos que deberíamos utilizar con
suma precisión es el de ‘golpe de Estado’. En
este sentido, creo que la contribución de De
la Quadra Salcedo3 aporta suficiente claridad
al respecto. Reputa como “una especie de
dirigirlas (deliberada y fraudulentamente por
activa o por pasiva) a tal alteración contra-
riando su finalidad original […Es decir, que
ese golpe] emana del interior mismo del Es-
tado al emplear, desviadamente, competen-
cias, medios e instrumentos estatales sean
armas o atribuciones para alterar cualquiera
de los poderes”.
Esta caracterización del golpe de Estado
no se parece a la que el mismo Kelsen había
diseñado en su Teoría General cuando afirmó
que un golpe de Estado se produce cuando
“la Constitución de un Estado no es cam-
biada en la forma prescrita por la misma
Constitución, sino de una manera violenta,
es decir, por una violación de la propia ley
fundamental”4.
Kelsen exige la violencia que supone la
violación de la propia ley, lo que no ocurre
en la caracterización de De la Quadra, que
se limita a poner de relieve que el golpe de

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 TEORÍA DEL GOLPE DE ESTADO / JOSÉ J. JIMÉNEZ SÁNCHEZ

Estado tiene lugar simplemente cuando se Desde el punto de vista de De la Quadra, el

emplean de manera desviada las competen-
cias que la propia ley atribuye con el fin de
alterar la finalidad original de las mismas.
Es cierto que, para ambos, el golpe de Estado
viene caracterizado como una acción que no
requiere necesariamente el uso de las armas
y, en consecuencia, tampoco de la violencia,
a no ser que esta se caracterice, como en
Kelsen, como violación de la ley fundamen-
tal. No obstante, Kelsen lo concibe de una
manera más restrictiva que De la Quadra en
la medida en que no estima que pueda con-
siderarse como golpe de Estado la mera falta
de contención en el uso de las atribuciones
que ofrece la misma legalidad. Esto es, que
de su concepto de golpe de Estado cabría di-
ferenciar entre una práctica contraria a la
legalidad y otra abusiva de la misma. Parece
PP debiera volver a la senda constitucional y
cumplir con sus obligaciones.
Ahora bien, la argumentación de De la
Quadra excede el ámbito al que en principio
se ciñe, la alteración del normal funciona-
miento del poder judicial, pues –como él
mismo sostiene– eso puede suceder con cual-
quiera de los otros dos poderes. Pongamos un
ejemplo. Me refiero a un
poder legislativo de carácter
autonómico.
Los días 6 y 7 de septiem-
bre de 2017, el Parlamento
catalán aprobó de manera
fraudulenta las llamadas
leyes de desconexión, la ley

Wikimedia Commons
evidente que el abuso por parte del PP de de referéndum y la de transi-
sus atribuciones para impedir la renovación toriedad. En este caso, la
del CGPJ no cabría calificarlo como golpe aprobación de estas leyes
de Estado de acuerdo con Kelsen, aunque entra plenamente en el con-
Tomás de la Quadra
podría considerarse como una completa cepto de golpe de Estado de-
falta de contención en el disfrute de sus finido por Kelsen, quien lo Para De la
competencias. definió, como acabamos de
Quadra el golpe
ver más arriba, como el uso
Sin embargo, admitamos que De la Qua- de procedimientos no con-
de Estado tiene
dra tuviera razón, pues es innegable que ca- templados en la legalidad, lugar
bría utilizar “las propias instituciones de la sino al margen y contra esta, simplemente
democracia de manera gradual, sutil e incluso con el fin de alterar esa cuando se
legal para liquidarla”5. En este sentido, la misma legalidad. Es decir,
cambiar el orden constitu-
emplean de
práctica del PP supondría en verdad un golpe
de Estado institucional, pues es cierto que al- cional en vigor. No se tra- manera desviada
tera el normal funcionamiento del poder ju- taba en este caso de un mero las competencias
dicial al utilizar las competencias que le atri- abuso de competencias o que la propia ley
buye el ordenamiento traicionando la atribuciones, sino de la asun- atribuye con el
finalidad original de las mismas, que nunca ción de nuevas competen-
irían dirigidas a provocar esa alteración, sino cias no contempladas por
fin de alterar la
justamente lo contrario, pues están pensadas el ordenamiento jurídico vi- finalidad original
para alcanzar su normal funcionamiento. gente. de las mismas

OCTUBRE / DICIEMBRE 2022 15

 La aprobación de esas ‘x’, con mayor razón habrá de calificarse
leyes y las prácticas políticas como tal lo más.
que de las mismas se deriva-
ron, la celebración del refe- Esto es por lo que entonces no se en-
réndum y la declaración de tiende la siguiente afirmación de nuestro
independencia, suponían un acreditado académico y columnista: “la mo-

Wikimedia Commons © Georg Fayer

enfrentamiento completo ción de censura de 2018 supuso un impor-
con el sistema jurídico-polí- tante soplo de aire fresco frente a la etapa de
tico de la Constitución de Mariano Rajoy”6. Esta moción de censura
1978. Así lo decidió el Tri- con 180 votos a favor se articuló con el apoyo
bunal Constitucional al cali- de algunos partidos políticos, entre ellos
ficar tales leyes como incons- ERC, que meses antes habían participado en
titucionales. Esta es la razón Hans Kelsen un golpe de Estado. Por eso no se comprende
por la que podemos conside- que se pueda calificar esa moción de censura
rar que la aprobación de La concepción como soplo de aire fresco, más bien habría
aquellas leyes por parte del
de Kelsen es más que tildarla de soplo de aire enrarecido. Fue
Parlamento catalán, una ins- una moción de censura sostenida por parti-
titución reconocida como tal
restrictiva: no dos, no todos, aunque sí algunos, que ponen
por nuestro ordenamiento estima que permanentemente en cuarentena el sistema
jurídico, supuso un ataque pueda constitucional de 1978, del que no se recatan
directo contra el régimen de considerarse en afirmar que quieren destruirlo. Están en
1978, un golpe a la democra-
cia. En términos de Kelsen,
golpe de Estado su derecho, aunque del mismo no se deriva
que tengan derecho a entrar en la dirección
un golpe de Estado. la mera falta de del Estado que quieren destruir, tampoco a
contención en el que se les abra esa puerta.
Si esto es así y en mi opi- uso de las
nión lo es, quiere decirse que atribuciones que Hasta ahora he hablado solo de ERC, un
los acontecimientos de sep- partido que apoyó la moción de censura, se
tiembre de 2017 cubren los
ofrece la misma abstuvo en la investidura del presidente y ha
requisitos que exponía Kel- legalidad votado a favor, entre otras leyes importantes,
sen para considerar una de las de los presupuestos generales de los
práctica política como golpe de Estado. Estos años 2021 y 2022. Los dirigentes de este par-
requisitos son, como hemos visto, más exi- tido fueron condenados por el Tribunal Su-
gentes que aquellos que establece De la Qua- premo por un delito de sedición. De acuerdo
dra. Esto quiere decir que, si podemos consi- con el razonamiento de De la Quadra, su
derar la práctica del PP en relación con el práctica política, aunque no esté contem-
bloqueo del poder judicial como un golpe de plada como tal por el Código Penal, fue la de
Estado, tanto más habría que hacerlo con lo llevar a cabo un golpe de Estado, tal y como
que partidos como ERC llevaron a cabo en Kelsen lo definió. Se aprobaron unas leyes al
septiembre y octubre de 2017. Dicho de ma- margen del sistema jurídico establecido con
nera lógica, si lo menos cabe calificarlo como el fin de destruirlo. Pues bien, este partido

16 OCTUBRE / DICIEMBRE 2022

 TEORÍA DEL GOLPE DE ESTADO / JOSÉ J. JIMÉNEZ SÁNCHEZ

sustenta al Gobierno, así como conforma la zan ahora nuestra democracia constitucional,
mayoría parlamentaria que hace posible su es decir, que hubieran dejado de ser nazis. No
pervivencia. sería objetable. ¿Pero qué sucedería si no se
hubieran arrepentido, si no hubieran colabo-
Otro de los partidos necesarios para llevar rado en el esclarecimiento de sus crímenes,
a cabo aquella moción de censura, así como si sus comilitones celebraran y jalearan la
la viabilidad del Gobierno socialista, es vuelta a casa de sus matones y asesinos? ¿Po-
Bildu. Ya sé que no es ETA, sí sus herederos, dríamos considerar como sana tal sociedad?
y que hace tiempo que dejaron, no de matar, ¿Estaría permitido que pactáramos con ellos?
sino de asesinar. Pero eso no me impide re- ¿Admitiríamos su apoyo? ¿Cabría introducir-
conocer que su alianza con el socialismo es los en la dirección del Estado?
muy discutible, especialmente porque la
misma implica un punto de degradación Si estos hechos relatados fueran ciertos, y
moral que es incompatible con las exigencias en mi opinión lo son, cabría entonces pre-
del Estado democrático de derecho. Utilizaré guntarse si la falta de contención por parte
un símil a fin de comprender con claridad lo del PP en relación con las atribuciones que
que tal alianza implica no ya en el terreno nuestro ordenamiento le atribuye estaría o no
político ni jurídico, sino moral. justificada. Si no tuviera justificación, es evi-
dente que constituiría una mala práctica que
Cuando en una sociedad pone en riesgo nuestro sistema constitucio-
no se tiene claro cuáles son nal. Pero también es cierto que podría pen-
sarse que quizá sí lo estuviese, a pesar de que
los límites que no pueden so-
brepasarse comienza su dete-
La aprobación históricamente ninguno de nuestros partidos
rioro, su autodestrucción. de las leyes de mayoritarios, tanto socialistas como popula-
Hamlet hablaba de que desconexión, res, hayan actuado como debieran haberlo
había algo podrido en Dina- de referéndum y hecho con respecto a la preservación de la
marca. De igual modo pode-
de transitoriedad independencia judicial.
mos hoy hablar de una socie-
dad corrupta, en la medida
por el Esto nos exigiría demostrar que en reali-
en que se permiten ciertos Parlamento dad su manera de utilizar sus atribuciones y
comportamientos que serían catalán supuso competencias no son constitutivas de ningún
tachados como inmorales en un ataque golpe de Estado, sino justamente lo contra-
cualquier sociedad que tu-
viese las ideas claras. ¿Qué
directo contra el rio. Están utilizando los instrumentos que la
legalidad pone a su disposición para frenar,
nos parecería pactar con régimen de 1978, justamente, el golpe de Estado que se inició
nazis que hubieran dejado de un golpe a la en septiembre de 2017 y que continúa en
apalear y asesinar a judíos? democracia. En nuestros días, pues el apoyo de los golpistas a
términos de una moción de censura que derrocó el Go-
Bien, podríamos pensar bierno de Rajoy, pervive hoy con el sustento
que se arrepintieron de sus
Kelsen, un golpe a las políticas del Gobierno socialista. Ade-
anteriores fechorías y abra- de Estado más, posee la intención última, pero también

OCTUBRE / DICIEMBRE 2022 17

 primera, de quebrar el sis-
Cuando una tema jurídico-político asen-
sociedad no tiene tado sobre la Constitución
claro los límites de 1978.
que no pueden
sobrepasarse Pondré solo un ejemplo
que nos puede servir para
comienza su comprender la entidad del
deterioro, su problema con el que nos en-
autodestrucción. frentamos. Kelsen defendió
Podemos hablar el control de la constitucio-
nalidad de las leyes como
de sociedad una de las características que
corrupta cuando sirven para definir un régi-
se permiten men político como democrá-
ciertos tico. La Constitución aus-
comportamientos triaca de 1920 preveía que
los miembros del Tribunal
tachados como Constitucional fuesen elegi-
inmorales dos por el Parlamento con la
finalidad de lograr su inde-
pendencia respecto del Go-
bierno, pues no solo las leyes, sino también
los reglamentos, se encontraban sujetos a la
18 OCTUBRE / DICIEMBRE 2022
posibilidad de revisión de constitucionalidad.
Sin embargo, la Constitución se reformó en
1929 con el propósito contrario, pues sus
miembros serían ahora designados por aquel.
De esta manera se consiguió elegir una ma-
yoría de magistrados partidarios de quien los
había nombrado, con lo que se inició, de
acuerdo con Kelsen,
“una evolución política que inevitablemente
tenía que llevarlos al fascismo y que fue res-
ponsable de que la anexión de Austria por los
nazis no encontrase ninguna resistencia”7.
Está claro que no corremos ningún riesgo
de deslizarnos hacia el fascismo por más dete-
riorada que esté la imagen de nuestro Tribunal
Constitucional, al que la prensa califica con
frecuencia de irresponsable e inútil. Tampoco
corremos el riesgo de que el Gobierno tenga en
mente ninguna reforma legislativa por medio
de la que incremente su capacidad de decisión
en los nombramientos de sus miembros. Vivi-
mos en una situación distinta y corremos los
riesgos propios de la misma.

En mi opinión, creo que vivimos un mo-
mento en el que se ha producido un deterioro
o descomposición de nuestras instituciones,
aunque lo preocupante no es tanto esa situa-
ción, como que no tengamos claro cuál sea
su causa profunda. La inmediata la sabemos,
la mala práctica política de los ‘hunos’ y los
‘hotros’. La razón de fondo se encuentra, sin
embargo, en una coalición de fuerzas políti-
cas, las que sostienen a este Gobierno, algu-
nas de las cuales actúan políticamente po-
niendo permanentemente en cuestión la
fuente originaria de su legitimidad, esto es, la
soberanía del pueblo español.
Si el timón del barco del Estado se deja,
por breve que sea el tiempo en que se per-
mite, en manos de quien quiere que naufra-
gue, parece evidente que nuestro rumbo no
se dirige a ningún buen puerto. Si a esto le
añadimos la posibilidad de que esa mayoría
que sostiene al Gobierno tuviera la capacidad
de influir de alguna manera en cualesquiera
de los nombramientos que corresponden
bien al Gobierno, bien a la mayoría que lo
sostiene, las consecuencias debieran ser evi-
dentes. Tendríamos que pensar en lanzar los
PALABRAS CLAVE
• Tribunal Constitucional • Golpe de Estado • Kelsen
• De la Quadra • Deterioro institucional • Legalidad
• Gobierno • Partido Popular
TEORÍA DEL GOLPE DE ESTADO / JOSÉ J. JIMÉNEZ SÁNCHEZ
botes salvavidas al océano. La elección de los
últimos cuatro miembros del Tribunal Cons-
titucional puso de manifiesto lo que acabo de
comentar.
Si a esta situación le sumamos los que
haya de nombrar ahora el mismo Gobierno,
sabiendo que habrá de satisfacer de alguna
manera a sus socios de Gobierno y legislatura,
es lo que nos hace pensar que la falta de con-
tención de los populares pudiera encontrarse
justificada, pues por medio de su conducta
tratarían de evitar que el poder judicial, en-
tendido de manera amplia, cayera en manos
de una coalición de la que forman parte al-
gunos partidos cuya finalidad última y pri-
mera, es la destrucción del sistema constitu-
cional de 1978.
NOTAS
1
I. Sánchez-Cuenca, “La gran resignación”,
El País, 6 de septiembre de 2022, pág. 11.
2
S. Levitsky y D. Ziblatt, Cómo mueren las
democracias, trad. de G. Deza Gil, Planeta,
Barcelona, 2018, pág. 7.
3
T. de la Quadra Salcedo, “Las palabras y
las cosas”, El País, 5 de septiembre de 2022,
pág. 11.
4
H. Kelsen, Teoría General del derecho y del
estado, trad. de E. García Máynez, UNAM,
México, 1995 (1944), pág. 438.
5
Levitsky, Ziblatt, op. cit., pág. 13.
6
Sánchez-Cuenca, art. cit.
7
H. Kelsen, “El control de la constitucionali-
dad de las leyes. Estudio comparado de las
constituciones austriaca y norteamericana”,
Dereito. Revista Xurídica da Universidade
de Santiago de Compostela, trad. de D.
García Belaunde, vol. IV, nº 1, 1995 (1942),
pág. 220. Agradezco al profesor Th. Ole-
chowski que me facilitara los textos de Kel-
sen, tanto su versión original en inglés,
como su traducción al español.
OCTUBRE / DICIEMBRE 2022 19
Ahora en
ORBYT. 76

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