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TEMA 8.

LA CUESTIÓN DE LAS CATEGORIAS

Uno de los sentidos fundamentales en que se puede entender la Ontología es como una
teoría de las categorías. En este sentido las categorías serían los modos fundamentales
en que se distribuye el ser. Desde su origen en Aristóteles, la reflexión sobre las
categorías ha considerado a éstas como las distintas formas en las que el ser puede ser
dicho en el lenguaje. son las tres formas relacionadas de entender las categorías. Las
categorías es un mecanismo de clasificación en estos tres niveles que nos permiten
ordenar y por tanto conocer la realidad de las cosas: Modos del ser (nivel ontológico,
Aristóteles), formas de hablar (nivel lingüístico, filosofía analítica), estructuras del
pensamiento (nivel mental, Kant).
LAS CATEGORÍAS EN ARISTÓTELES
El pensamiento categorial, es un pensamiento clasificador. Ya en la primera
caracterización rigurosa que se hizo del pensamiento categorial en la obra de
Aristóteles, se observa la ambigüedad fundamental que la cuestión de las categorías
presenta, partiendo de un enfoque linguistico lo convierte finalmente en un enfoque
ontológico. La tabla de Aristóteles de las categorías, la primera y una de las más llenas
de significado, las expresiones sin ningún nexo significan la sustancia (categoría
fundamental), la cantidad, la cualidad, la relación, el lugar, el tiempo, la posición, la
posesión, la acción y la pasión. Esta categorización es un por un lado lingüística,
semántica, formas de hablar y por otro lado ontológica, son las nociones más generales
del ser. Una clasificación categorial es una concepción pluralista de la ontología, pues
ninguna de ellas es reducible.
Y dado el carácter ontológico fundamental del logos griego, es indisolublemente un
enfoque ontológico, según el cual las categorías son los géneros más generales del ser,
son nociones irreductibles entre ellas e irreductibles a un universal supremo y único». Et
enfoque ontológico de las categorías es compartido también por Heidegger el cual no
olvida sin embargo su carácter también lingüístico. Para el filósofo alemán categorein
indica expresamente el hecho de dirigirse a una cosa de manera tal que se la hace
pública y se la revela como es.
La interpretación meramente lingüística de las categorías fue destacada por
Trendelenburg, que las consideró como partes de la oración gramatical, y representan
formas del pensamiento. Las categorías propuestas por Aristóteles son, para Benveniste
«la proyección conceptual de un estado lingüístico dado», «es lo que se puede decir lo
que delimita y organiza lo que se puede pensar. Y así cada categoría se refiere a una
forma lingüística determinada propia de la lengua griega: sustantivo (substancia),
adjetivos derivados de pronombres (cuál, cuánto), adjetivo comparativo (relación),
adverbios (dónde, cuándo), voz media (estar dispuesto), modo perfecto (estar en
estado), activo (hacer), pasivo (padecer). También se pueden ende preguntas: ¿qué
hace?» ¿cómo está?, ¿dónde está?, etc., de mañera que una categoría viene formada por
la clase de respuestas posibles a dichas preguntas.
Esta relación indisoluble con el lenguaje introduce un relativismo en las divisiones
categoriales posibles del mundo, o, cada lengua recorta el mundo de forma distinta
dando lugar a una variedad de posibles tablas categoriales distintas y todas válidas. La
posibilidad definir una serie de invariantes categoriales a partir de esta variedad
lingüistica la analizaremos después a través de la interpretación semántica de la
gramática generativa.
Dentro del propio enfoque aristotélico, la pluralidad de las categorías remite a una doble
escisión: por un lado el ser se escinde en una pluralidad de significaciones, como hemos
visto, pero por otro, en cada ente concreto se produce otra escisión entre un sujeto y la
serie de predicados posibles que se le pueden atribuir. Esta segunda escisión nos plantea
el problema de la relación que se establece entre la substancia (ousía) y las demás
categorías. Pero la substancia es el fundamento inmanente de la tabla aristotélica de las
categorías, es su primer término, y pertenece por tanto a la tabla aunque es su
fundamento porque en ella se basan todas las demás. Las categorías que no son la
substancia no hablan (kata) de la esencia, sólo dicen relación a (pros) la esencia.
Podemos ver aquí una cierta jerarquía ontológica, la substancia y el resto de las
categorías que se dicen de ella, «que dio lugar a la doctrina medieval de la distinción
entre la substancia y sus accidentes y la preeminencia de aquélla sobre éstos. o el ser es
substancia, o un accidente de la substantia, o una actividad de la substancia: siempre y
en todos los casos, es algo que se relaciona con la substancia. Hay que advertir que, a
pesar de que se trata de significados originarios, únicamente la primera categoría posee
una substancia autónoma, mientras que todas las demás presuponen a aquélla y se
fundamentan en su ser (la cualidad y la cantidad se dicen siempre de una 'substancia, las
relaciones se dan entre substancias, y asi sucesivamente).
LIBRO JULIAN MARIAS: IDEA DE LA METAFISICA
SOBRE ARISTÓTELES

La forma suprema del saber, la sabiduría o sophía, es una ciencia, esto es, un saber de-
mostrativo o epistéme, capaz de demostrar las cosas des- de sus principios y a la vez de ver o
contemplar éstos por ser primeros, son indemostrables— mediante una visión noética. De esta
ciencia, postulada así por sus exigencias, da Aristóteles una triple definición: 1) ciencia que
considera universalmente el ente en cuanto tal; 2) ciencia divina (en dos sentidos: que sería la
ciencia que tendría Dios, y que Dios es su objeto); 3) ciencia de la sustancia. Pero no se trata de
tres cien- cias, sino de una sola, y esta unicidad, que requiere la convergencia de las tres
definiciones, es un problema para Aristóteles como lo será para toda la tradición

posterior.

Mientras las ciencias particulares consideran sólo una parte de la realidad —por ejemplo, los
números o las plantas— y desde un punto de vista parcial, para estu- diar un accidente o atributo
suyo— las propiedades cuantitativas o el carácter de organismos vegetales—, la metafísica se
refiere a la totalidad de las cosas, pero no por lo que tiene de peculiar cada una, sino en cuan- to
son. Ahora bien, al examinar los diversos modos de ser, los diversos tipos de entes, Aristóteles
se ve forzado a una radical innovación intelectual: frente a la idea del ente uno e inmóvil de
Parménides, frente a la proclama- ción por los sofistas de la radical movilidad e inconsis- tencia
de lo real, Aristóteles establece la doctrina de los modos del ser, unidos por un vínculo de
analogía; el ente es uno y múltiple, se dice de muchas maneras»
pero siempre por referencia a una que es primaria y fundamento de las demás; y ésta es la
sustancia (ousta). La metafísica, al estudiar el ente en cuanto tal, culmina en la teoría de la
sustancia; y la forma suprema de sustancia, aquella en que se realizan de modo plenario y
suficiente las condiciones del ente (ón), es Dios, el "primer motor inmóvil", acto puro, en quien
todo es realidad actual, sin mezcla de potencia ni materia. Por último, la contemplación de lo
real en tanto que es, la theoría en la cual las cosas se patentizan y están a la luz, constituye la
sabiduría, la sophía, y ésta la posee sólo Dios de modo estable, permanente y propio; el hombre
sólo la alcanza precariamente y a intervalos; a lo sumo, puede aspirar a un hábito, una forma de
vida definida por una cierta amistad con la sabiduría; ésta es la philosophía, la ciencia divina en
el doble sentido ex- presado; por eso en la vida teorética, cuya cima es la metafísica, el hombre
alcanza una cierta semejanza con la Divinidad.

La metafísica aristotélica se enlaza estrechamente con la lógica de un lado, con la física de otro,
con la ética por último. El ser se dice de cuatro maneras: 1) ser por esencia o por accidente; 2)
según las categorías; 3) verdadero y falso; 4) en potencia y en acto. En todo caso, lo que se
divide es el ente, pero a esta división acompañan los diversos modos de enunciación o pre-
dicación; así, las flexiones del ser son a la vez los pre- dicamentos o categorías en que puede
decirse (sustan- cia, cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posi- ción, estado, acción,
pasión), todas las cuales están fun- dadas en la primera, la de sustancia, a la que se refieren las
demás. Análoga relación con la lógica presenta la división del ente en verdadero y falso, pues la
verdad y la falsedad se dan primariamente en el enunciado o juicio, A es B, que patentiza lo que
la cosa realmente es (verdad, alétheia) o lo encubre con un ser aparente (falsedad, pseüdos). La
física, por otra parte, es la ciencia de las cosas naturales o que son por naturaleza, y naturaleza
(physis) es el principio del movimiento; la teoría aristotélica de la potencia y el acto, de la ma-
teria y la forma, que explica la estructura de la sustan- cia, hace posible el movimiento y, por
tanto, el carác- ter real de la naturaleza; el movimiento (en su sentido general de cambio) no es
un imposible paso del no ser al ser o del ser al no ser —como habría aparecido entre

los eleáticos— sino un paso de un modo de ser a otro modo de ser, de ser en potencia a ser en
acto. Esto muestra que la Física aristotélica —de la cual forma parte la doctrina del alma—
sería un elemento de la metafísica en el sentido moderno de la palabra. Por úl- timo, la
metafísica como forma acabada del híos iheore' tikós o vida contemplativa, es la clave de la
ética aris- totélica, pues es la vida propiamente humana y aquella en que se puede dar la
felicidad.

De este planteamiento del problema metafísico por Aristóteles ha dependido toda la historia
ulterior de esta disciplina.

LA TEORÍA KANTIANA DE LAS CATEGORÍAS


Para Kant las categorías no son ya divisiones del ser, ni meras formas lingüísticas, sino
que el interesa el aspecto cognoscitivo. Las categorías kantianas son conceptos puros
del entendimiento mediante los cuales éste ordena la experiencia y unifica las
intuiciones sensibles para poder conocer los objetos, son condiciones de posibilidad del
conocimiento de los objetos. Kant intenta elaborar una metafísica a la altura de la física
newtoniana.
Kant deriva su tabla de categorías, no de las especificidades de la lengua (como hizo
Aristóteles) sino de la tabla de los juicios, ya que considera que cada una de ellas es el
predicado de un juicio posible. Kant afirma que sólo por estas categorías se pueden
pensar los objetos, ya que esta división, al contrario que la de Aristóteles, es sistemática
por haber sido deducida de un principio común. Divide la tabla de categorías en
cantidad: unidad, pluralidad, totalidad; categorías de cualidad: realidad, negación,
limitación; categorías de relación: substancia, accidente, causa y efecto, comunidad;
categorías de modalidad; posibilidad-imposibilidad, existencia-no existencia, necesidad-
contingencia. Estas son las condiciones de posibilidad del conocimiento. Pero hay que
considerar que sensibilidad y entendimiento, intuición (recepción mediante espacio y
tiempo) y categorías, son esenciales para producir el conocimiento empírico. Esto exige
que los objetos para poder ser conocidos deben ajustarse a las condiciones formales de
la sensibilidad, y además estén de acuerdo también con las condiciones que impone el
pensamiento. para poder conocer un objeto: «Intuición, mediante la cual se da el objeto
como fenómeno; concepto, mediante el cual se concibe un objeto correspondiente a
dicha intuición». Y dado que los conceptos puros del entendimiento son las categorías,
éstas son condiciones fundamentales de la experiencia posible.
Pero la razón tiende a ir más allá del conocimiento categorial, empírico, que posibilita el
entendimiento, hacia conceptos más metafísicos, como Dios y alma.
Para Kant las categorías son elementos esenciales de una ontología entendida como
teoría del conocimiento, que no aborda directamente los objetos sino a través de sus
condiciones epistemológicas de posibilidad. Este giro epistemológico y subjetivo de la
ontología tiene lugar a partir de la fundamental concepción cartesiana que convierte al
sujeto en el individuo cognoscente y reduce el mundo a su imagen. Frente a esta
reducción de la ontología a la epistemología se han levantado los enfoques directamente
ontológicos que parten de la preeminencia del ser sobre el ser conocido como el de
Heidegger.
LAS CATEGORÍAS EN LA FILOSOFÍA ANALÍTICA
S. Kórner, en línea kantiana, pero desde una crítica neopositivista, considera la
metafísica como propuesta especulativa de las estructuras categoriales, es una forma de
hablar mal de las categoría. Para Körner una estructura categorial es una categorización
del universo, junto con los atributos constitutivos e individualizantes de cada categoría.
La metafísica plantea dos preguntas ante cada categoría «qué es lo que constituye una
entidad de la categoría» y «qué individúa una entidad de la categoría». Las respuestas a
estas preguntas son los atributos constitutivos, definición, e individualizadores de las
entidades correspondientes a cada categoría: los fenómenos externos forman una
categoría de entidades, cuyos atributos constitutivos son las categorías kantianas; sus
atributos individualizadores son su localización espacio-temporal concreta.
Para Kórner toda estructura categorial presupone una lógica, ya que las definiciones de
los atributos se hacen por medio de la implicación lógica, de forma que la pertenencia
de una entidad a una categoría implica lógicamente la aplicabilidad del atributo
constitutivo de las categorías la entidad.
Por otra parte, las estructuras categoriales se conectan con la experiencia a través de las
teorías científicas, pero son en cierta mañera independientes de ellas, ya que dichas
teorías científicas pueden ser abandonadas y mantener, sin embargo, la misma
estructura categorial. Los principios de las estructuras categoriales son inmodificables
considerados desde el interior de dicha estructura, pero dejan de serlo si se analizan
desde el exterior, contra lo que creía Kant en la existencia de única tabla de categorías.
Con Ryle el enfoque de la cuestión de las categorías en la filosofía analítica adquiere un
marcado carácter lingüístico. El método empleado por Ryle en su investigación es el
análisis del lenguaje ordinario. El criterio para ver si una expresión lingüística
corresponde o no a una categoría reside en ver si se dan respuestas adecuadas a tas
preguntas formuladas. Si esto no sucede se producen los llamados «errores categoriales»
que surgen cuando violamos las reglas semánticas del lenguaje, y caemos, por tantoo, en
el absurdo y el sinsentido. Un error categorial es una respuesta sin sentido a una
pregunta, o una pregunta que se produce cuando no tiene sentido seguir preguntando
(línea con Wittegenstein, lo que no se puede hablar es mejor callar), por un intento de
llevar el lenguaje a unos sitios donde el lenguaje no funciona. Ryle considera que los
errores categoriales se producen al construir frases que, aunque son correctas a nivel
sintáctico, no lo son a nivel semántico por combinar de manera indebida lo que Ryle
denomina «factores de las oraciones» (sentence-factors), que son su versión de las
llamadas partes de la oración. Los errores categoriales surgen cuando un factor de
oración se añade a un esquema oracional de forma que no se produce una oración
verdadera o falsa sino un sinsentido. Una limitación del enfoque de Ryle es que al
hablar de verdad o falsedad parece limitar su análisis a las oraciones declarativas o
descriptivas, dejando aparte las interrogativas, prescriptivas, expresivas, etc., que no son
ni verdaderas ni falsas. El enfoque de Ryle, aunque a primera vista sencillo e intuitivo
tiene problemas en las aplicaciones concretas, ya que sólo nos permite decir cuándo dos
expresiones pertenecen a diferentes categorías, pero no cuándo pertenecen a la misma
categoría.
Strawson también elabora su teoría de las categorías en discusión crítica con Ryle.
Strawson elabora su teoría de las categorías a partir de la estructura sujeto-predicado.
Planteamos el problema central para la semántica inspirada por la gramática generativa
de la existencia o no de universales lingüísticos, entendidos como los elementos innatos
que posibilitan que un individuo aprenda cualquier lenguaje humano. Dichos
universales lingüísticos pueden ser considerados como categorías, pero parece preferible
restringir este término a los universales semánticos analizados principalmente por Katz
Y Fodor. Según estos autores, cada elemento léxico contiene un rasgo sintáctico, que
será la parte de la oración a la que pertenece (substantivo, adjetivo, etc.) y tantos
marcadores semánticos como distintos sentidos posea en una lengua dada. El
significado de cada término está constituido por el conjunto de sus diferentes sentidos.
Esta regla de redundancia podría representarse de la siguiente manera según Katz
[<M1) V (M 2) V (M n)] -->Mk. donde los diferentes M son marcadores semánticos
distintos cuya disyunción implica otro marcador semántico más general que esté
supuesto por todos ellos. Según Katz podemos definir las categorías semánticas de un
lenguaje dado como aquellos marcadores semánticos que aparecen siempre en el lado
derecho de las reglas de redundancia de ese lenguaje y no aparecen nunca en el lado
izquierdo de dichas reglas, lo cual intuitivamente supone que dichas categorías son los
términos más generales y abarcadores del lenguaje considerado. o, Aplicando
estrictamente dicha teoría tendríamos que en castellano sólo «Objeto físico» y «Objeto
abstracto» serían categorías auténticas por estar supuestas en todas las expresiones
lingüísticas castellanas y no suponer ninguna. Si pasamos de las categorías semánticas
de un lenguaje concreto a las categorías semánticas del lenguaje, tenemos que para Katz
dichas categorías serían las comunes a todos los conjuntos de categorías semánticas de
todos los lenguajes, o sea, su conjunto intersección, lo que plantea el problema de que
quizás dicho conjunto sea vacío dada la variedad de los lenguajes, con lo que llegamos a
conclusiones análogas a las de Körner, no es posible demostrar que existe una única
tabla de categorías.
OTRAS TEORÍAS CATEGORIALES
Aparte de los análisis lingüísticos de las categorías llevadas a cabo por los filósofos del
lenguaje ordinario, ha habido numerosos intentos de establecer tablas de categorías con
un sentido directamente ontológico.
Hartmann considera una realidad estratificada y las categorías se adecuan a estos
niveles. En sentido tradicional las categorías son los «fundamentos ónticos» de los
dominios de los objetos que tratan las ciencias. Un aspecto importante son las categorías
modales: posibilidad, realidad necesidad, causalidad, imposibilidad, irrealidad. Las
categorías se relacionan entre sí mediante leyes categoriales, cuyos principios
fundamentales son: el de validez, por el que las categorías determinan de manera
incondicional los objetos a que se refieren; el de coherencia, por el que cada categoría se
encuentra sólo en su estrato categorial correspondiente; el de estratificación, según el
cual las categorías de un estrato inferior están contenidas en las de un estrato superior
pero no a la inversa debido a la emergencia de nuevas características en cada estrato
(principio emergentista, donde cada nivel presenta una novedad irreductible a los
niveles inferiores, p.e. en el nivel vital hay propiedades que no están en el nivel físico-
químico, también, nivel social supone un salto respecto al ser meramente vivo, somos
algo más que seres vivos, cada ente en cada nivel resume en sí los niveles de ser
inferiores pero no los superiores. El ser humano es el que resume todos los niveles, es
un ente físico, químico, biológico y sociocultural); y el de dependencia, se refiere a que
las categorías de los estratos superiores están fundadas en las del estrato inferior, pero
no a la inversa. La teoría categorial de Hartmann se concibe como un sistema abierto
que recoge las aportaciones de la ciencia moderna en un enfoque ontológico de tipo
tradicional.
Whitehead podemos decir que éste, dentro de su filosofia organicista y dinamicista
elabora un esquema categorial en el que distingue cuatro tipos de categorías: 1) la
categoría de lo último; 2) categorías de la existencia; 3) categorías de explicación y 4)
las obligaciones categoriales.
Por su parte Bloch en su obra Experimentum mundi, concibe la realidad como un
experimento continuo, la realidad en todos sus niveles experimenta, es un método
evolucionista. La realidad, en la concepción blochiana que en cierto sentido es
aristotélica pues se sitúa en un modo dinamicista de las categorías aristotélicas,
considera el mundo como un experimento, como un continuo desarrollo en el novum, de
lo nuevo, de lo ultimum, Realiza una de las realizaciones ontológicas marxistas más
importantes, junto con Lukacs. Desarrolla su análisis del no-ser-aún como posibilidad a
través de una serie de categorías con influencia kantiana.
Algunos autores postestructuraIistas como Deleuze han criticado la distribución
categorial de las cosas, basada en una noción analógica del ser, que distribuye los entes
según «determinaciones fijas y proporcionales» en territorios separados Y han
propuesto una distribución de los entes nómada, no sujeta a títulos fijos de propiedad,
según la cual, los entes se distribuyen en un espacio abierto, indefinido, de forma
errante y sin leyes categoriales fijas. En línea nietzscheana, defiende la univocidad del
ser, solo hay un ser que se dice de muchas maneras, es un monismo conjugado con la
pluralidad del Ser, que es unívoco, hay un pluralismo óntico pero un monismo
ontológico. Hay muchas cosas, pero todas son de la misma manera en cuanto que son en
su ser. Todos los entes son iguales esencialmente, son distintos grados de potencia, no
es una concepción extensiva, sino intensiva, en línea con Spinoza y Nietzsche, una
concepción dinámica y energética de la realidad. El pensamiento de Deleuze es
acategorial, rechaza las categorías propias del pensar representativo, que de forma
analógica distribuye según determinaciones fijas y separadas, para Deleuze las cosas se
distribuyen según distintos grados de potencia , en cambio, pero en cambio no se priva
del uso de nociones que se muestran como «categorías fantásticas» aplicadas a los
simulacros; defiende un empirismo trascendental, pero su análisis categorial no son
tanto un análisis de las condiciones de posibilidad, sino de las categorías de realidad y
de existencia real; son categorías que expresan acontecimientos más que esencias
(concepción del mundo no como esencias, sino como acontencimientos, como cosas que
pasan), son más pragmáticas que semánticas, se refieren a circunstancias, fechas,
momentos. P.e. la categoría de las 5 de la tarde de Lorca, es una categoría espacio-
temporal muy definida. Estas categorías son sistemas abiertos, cartografía, como mapas,
redes de inteligibilidad que se echan sobre el caos.
Las categorías de Deleuze son el mínimo de ordenación posible para organizar el
Caosmos que constituye el mundo, con el resultado de proyectar redes de inteligibilidad
en un caos parcialmente ordenado o un cosmos que mantiene siempre un Abgrund
amenazando el orden que es es siempre metaestable. Las tres redes de legitimidad son
las ciencias (categorías y leyes científicas), la filosofía (conceptos) y la estética
(percepciones). Deleuze ha abandonado las características fuertes de la noción clásica
de Ser dando paso a una ontología débil orientada en un sentido pragmático, es decir,
puesta a disposición de la acción tanto teórica como práctica, y que más que representar
un Ser previamente dado, constituye en cada momento lo acontecimientos que precisa.

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