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Engramas: las huellas que las

vivencias nos dejan en el cerebro


Te explicamos qué son estas "marcas" cerebrales
y cuál es su papel en la memoria y el aprendizaje.

Oscar Castillero Mimenza

Sufrimos un accidente de tráfico, chocando contra nuestro vehículo un coche


de color rojo. Este accidente nos genera una serie de lesiones de las que nos
terminamos recuperando, pero a costa de gran sufrimiento y ansiedad. Llega
el día en que volvemos a coger el coche, y notamos que ante cualquier coche
rojo, nos estremecemos y nos ponemos muy nerviosos. El porqué de este
hecho, al am ayoría nos resulta lógico. Sin embargo, lo que no resulta tan
conocido es qué lo genera a nivel cerebral.

Es decir, sabemos que se van a activar diversas neuronas que van a generar
diferentes efectos, en gran medida mediados por el sistema límbico. Pero
¿cómo se relacionan exactamente estas neuronas para llegar a reaccionar de
manera concreta a situaciones semejantes a experiencias ya vividas?. En este
sentido existen circuitos neuronales que se van formando a lo largo del
desarrollo y de la vida, y que tras formarse permanecen más o menos
estables: estamos hablando de los engramas.

Engramas: ¿de qué estamos hablando?


Entendemos por engrama a aquella estructura neuronal estable generada por
la estimulación, sea esta externa o interna, y que se encuentra vinculada a la
activación de respuestas concretas sean inconscientes o conscientes. El
engrama es el grupo de neuronas, o circuito neuronal, que se activa ante la
percepción de determinada información.

Otro término frecuente para referirse a este tipo de estructuras es la de bucle


neuronal. En resumen, podría entenderse como la base biológica de una
huella o esquema de funcionamiento derivado de la experimentación, como el
conjunto de cambios cerebrales resultado del aprendizaje y aquello que
memorizamos. Sería el proceso de formación de conexiones neuronales
concretas que al activarse reproducen la experiencia subjetiva que generó
el hecho que les dió origen.

Los engramas pueden ser tanto sensoriales como motores, estando en ellos la
programación básica de cómo percibir o actuar ante la estimulación. Ambos
pueden estar relacionados. Aunque la formación de engramas es
inconsciente, estas estructuras generan e influyen en procesos tanto
conscientes como inconscientes. Pueden desencadenar que se generen
pensamientos, emociones, movimientos o activación de mecanismos
fisiológicos.

En nuestro cerebro existen una gran cantidad de estas estructuras, siendo los
engramas estructuras genéricas neuronales que participan en gran cantidad
de funciones mentales y fisiológicas. Se trata de un sistema que genera la
facilitación sináptica y conexión entre diferentes neuronas, generando un
circuito cerrado que reacciona a la estimulación despertando a su vez otros
engramas que reaccionan y generan diferentes respuestas.

Formación y psicobiología
La formación de engramas se da ante la codificación de la experiencia y la
activación neuronal que ello genera. La exposición repetida a determinada
estimulación o a derivados de esta hace que se activen consistentemente
unas neuronas o vias nerviosas concretas. La información que los activo
puede provenir de muy diferentes vías o modalidades sensoriales.

A nivel celular, el axón de la neurona presináptica genera la excitación de la


neurona postsináptica de manera repetida, lo que a la larga genera un cambio
en ambas de tal manera que se mejora la eficiencia de su
intercomunicación. También permite que se establezcan más sinapsis,
reforzando el circuito y conectando con otros bucles que generen una
respuesta a la estimulación.

A nivel de neurotransmisor, la comunicación de las neuronas que forman


parte de un engrama se ve principalmente realizado por la acetilcolina, si
bien otras hormonas como la noradrenalina también tienen cierto efecto.

Sin embargo, es necesario tener en cuenta para que en engrama quede


fijado se considera necesario que exista una activación del sistema
límbico, especialmente aquellas regiones vinculadas a la motivación, debido
a la necesidad de que le demos importancia a un hecho para poder generar
automatismos.

Su papel en la memoria
Los engramas tienen un importante a la hora de permitir almacenar
información de manera estable y recordar información previa: se trata de
estructuras neuronales estables, que van a activarse de determinada manera
y van a continuar funcionando del mismo modo a menos que se introduzcan
cambios o nazcan nuevas sinapsis.
Resultan fundamentales a la hora de permitir el almacenaje de la
memoria, siendo pues la base biológica sobre la que se sustenta por ejemplo
la repetición de determinadas conductas o maneras de reaccionar ante
determinadas situaciones. Los engramas nos hacen sensibles a
estimulaciones concretas y facilitan que reacciones a ellas de maneras
previamente aprendidas.

Ello por ejemplo provoca que una persona que haya sufrido algún tipo de
agresión o abuso haya generado cambios que hagan que ante estimulaciones
parecidas (por ejemplo el contacto físico de alguien del sexo del atacante,
aunque la persona que ahora se nos aproxima no nos esté atacando y no
tenga malas intenciones) puedan llegar a reaccionar con miedo o a la
defensiva.

No por ello estamos diciendo que todos los engramas se correspondan con
vivencias negativas o traumáticas, sino también con aquellas que nos generan
emociones muy positivas. Por ejemplo, un niño termina generando engramas
que relacionan a la figura materna o paterna con sensaciones de seguridad y
protección, motivo por el que puede sentirse mal si no están o buscar su
cercanía en caso de malestar.

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