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Universidad Abierta Para Adultos

Escuela de

Psicología Educativa

Tarea

Actividad 3 Y 4

Presentado por

Rosangel Cristina García

Matrícula

2019-06660

Asignatura

Neuropsicología

Facilitador

Nataly Corporán Melo

Fecha

24-01-2021

Santiago de los Caballeros República Dominicana


Introducción

A continuación le presento la tarea 3 y 4 la cual trata de indagar sobre los


siguientes artículos científicos sobre Cerebro y Emociones o
Neuropsicología de las emociones, luego presenta un análisis de una
página acerca de estos. Es obligatorio agregar la fuente bibliográfica del
artículo y una captura de pantalla del documento. analizar el artículo:
Amígdala, corteza prefrontal y especialización hemisférica en la
experiencia y expresión emocional Juan Pedro Sánchez-Navarro* y
Francisco Román.

Luego de consultar Capítulo IV: Técnicas de Neuroimagen, elabore un


mapa conceptual sobre estas técnicas, resaltando descripción y
patologías que pueden ser diagnosticadas con cada una. Libro:
Introducción a la Neuropsicología de José Antonio Portellano.
1-Investiga tres artículos científicos sobre Cerebro y Emociones o
Neuropsicología de las emociones, luego presenta un análisis de una página
acerca de estos. Es obligatorio agregar la fuente bibliográfica del artículo y una
captura de pantalla del documento.

1er Artículo , Neuropsicología de las emociones

Un estudio actualizado y transversal

José Víctor Orón Semper

La primera investigación neuropsicológica sobre las emociones llegó a una


comprensión de la emoción entendiéndola como una reacción biológica ante la
contemplación de un objeto cuya carga emocional dispara la emoción en el sujeto. La
educación emocional se entendió como la regulación emocional, y se planteó la
identificación de la emoción para su control realizado gracias a que el módulo cerebral
cognitivo actuaría sobre el módulo cerebral emocional. En esta obra se descubre cómo
esa investigación inicial ha sido ampliamente superada rechazándose la visión
modular del cerebro y acogiéndose a una visión dinámica de sistemas complejos que
implican diversas funciones psicológicas alcanzadas gracias a procesos de
sincronización en los que interviene todo el cerebro. El libro tiene una ordenación que
guía al lector desde lo general a lo particular. Cada capítulo se inicia con el apartado
de objetivos para orientar la lectura y finaliza con un resumen que sintetiza lo expuesto
y al mismo tiempo sirve como una referencia rápida para la localización de los
contenidos de la obra. Se incluye también un anexo de neurociencia para que las
personas no familiarizadas con la terminología puedan hacer una introducción en
función de lo que necesitan para entender el libro y un glosario de términos para
identificarlos, ya que las mismas palabras significan cosas distintas en diversas
disciplinas.

https://www.edicionespiramide.es/libro.php?id=5802670
2do artículo , El cerebro y sus emociones

El cerebro controla nuestras emociones. Sí, por muchos corazones que dibujemos
cuando estamos enamorados o que sintamos que nuestro corazón se puede romper
por tristeza, no es éste el órgano que maneja nuestras emociones. Es cierto que
cerebro y corazón están relacionados, puesto que el corazón palpita a ritmo diferente
en función de las emociones que nuestro cuerpo siente, pero es el cerebro el que tiene
el mando. Y no todo el cerebro, sino una parte muy concreta: el sistema límbico.

El término ‘límbico’ fue acuñado en el año 1878 por el médico y científico francés Paul
Broca, para designar un área compuesta por tres estructuras cuya función está
relacionada con el aprendizaje, la memoria y las respuestas emocionales. Está situado
justo debajo de la corteza cerebral y está formado por el tálamo, el hipotálamo, la
amígdala cerebral y el hipocampo.
El sistema límbico es la zona del cerebro que dirige nuestras emociones y nuestras
sensaciones más primitivas: aquellas relacionadas con la supervivencia (como por
ejemplo el miedo y la ira) y con las sensaciones del ser humano en torno a nuestro
comportamiento sexual. De hecho, muchos científicos han llegado a llamarle el
‘cerebro reptil’ puesto que se encarga de nuestros instintos más básicos. Es una de las
partes de nuestro cerebro que tiene mayor antigüedad. Tiene más de dos millones de
años y aún es capaz de controlar ciertos comportamientos y sensaciones que hoy en
día nos parecen muy racionales: el cortejo, el buscar pareja para casarse, el buscar
otros seres humanos que nos dirijan o buscar una casa.

La amígdala, nuestra defensa emocional

Es la estructura más importante dentro del sistema límbico. Es la que guarda y maneja
nuestras emociones más irracionales. Es esta parte del cerebro en la que se genera la
‘defensa’ contra los peores sentimientos que tenemos los seres humanos: el miedo, la
ira, la tristeza, etc. Se encarga de regular estas sensaciones y de protegernos ante
ellas. Gracias a la amígdala podemos escapar de situaciones que ponen en riesgo
nuestra supervivencia; pero también tiene una parte mala: es la que permite que
nuestros miedos más profundos y nuestros traumas infantiles salgan a la luz. La
amígdala nos ayuda a buscar la estrategia necesaria para solventar una situación de
estrés, miedo o peligro y nos da una visión equilibrada de lo que sucede a nuestro
alrededor. En definitiva, es la parte del cerebro que permite que no nos dejemos llevar
por el pánico y la ansiedad

https://positive.varilux.es/bienestar/parte-cerebro-controla-emociones/

3er artículo, neuropsicología de las emociones


Las funciones cognitivas son el reflejo de un cerebro que procesa información (Duque,
2008), si esto es así, las emociones, en tanto en cuanto, información muy relevante
para nuestras vidas, son necesariamente procesadas. De alguna forma las respuestas
más primarias y automatizadas que facilitaron la adaptación al medio, necesitan
paulatinamente ser reguladas para que esa adaptación se siga produciendo a lo largo
de nuestro desarrollo. Durante los primeros años de vida, esta regulación viene del
exterior, las personas significativas, se encargarán de darle sentido y proporcionar
información sobre lo que es o no pertinente mostrar ante una situación personal y /o
social. A lo largo del desarrollo esa regulación se va transformando en autorregulación
y para que este proceso se complete se produce, por así decirlo, la modulación de
patrones neuronales de respuesta en nuestro cerebro que contribuyen a esta
regulación propia. Así, estos procesos acaban por intervenir o mediar, entre otras
funciones superiores, en la toma de decisiones, la discriminación de estímulos
relevantes, memoria de trabajo, regulación y monitorización de las experiencias, en la
adaptación del comportamiento a situaciones o ambientes complejos, etc …Es decir,
acaba siendo un proceso cognitivo más sobre el que inevitablemente hay que
intervenir y abordar durante el proceso de intervención.

¿Se puede establecer el correlato entre un comportamiento emocional observable y


estructuras cerebrales concretas? Se podría pensar que hay algunas estructuras
específicas que se ocupa de los aspectos emocionales pero no es tan sencillo pues la
investigación y el desarrollo en técnicas de neuroimagen, neuroquímica, fisiología,
neuropsicología, etc…, han permitido determinar que son muchas las estructuras que
intervienen en estos procesos además de tener en cuenta las conexiones, tanto
verticales como horizontales, entre unas estructuras y otras. De esta forma se habla
de integración cerebral.

No obstante tratando de realizar un primer acercamiento sencillo que facilite


comprender se puede recurrir a la hipótesis de cerebro triple (Mac Lean, 1970) que
establece una ordenación del cerebro en tres sustratos organizados jerárquicamente.
Podemos imaginar una casa de tres pisos con un sótano, una planta principal y una
segunda planta a modo de ático.

En el sótano, se situaría el cerebro más primitivo, más instintivo y autónomo,


denominado también cerebro reptil, ocupándose de organizar las funciones más
básicas del organismo.

La planta principal sería la sede del sistema límbico o cerebro emocional. Las
estructuras que lo conforman se ocupan de integrar la experiencia más autónoma y
primitiva con la experiencia cotidiana que se va adquiriendo, de tal forma que se
obtiene un mecanismo de supervivencia que sigue siendo muy automático pero que se
activa con la experiencia vivida en relación con el ambiente.

Finalmente, en la planta superior se encuentra la corteza o cerebro racional. Se podría


decir que es aquí, en el lugar en el que se desarrollan las funciones ejecutivas, dónde
se regula la respuesta emocional, es decir, el lugar en el que se le da sentido a esas
respuestas automáticas.

Si hay una parte de esta organización que se denomina específicamente cerebro


emocional ¿es ahí dónde están las estructuras cerebrales que se ocupan de todo lo
que tiene que ver con nuestras respuestas emocionales? Una vez más, no es tan
sencillo pues como se ha dicho es en la corteza dónde está la base para conseguir la
auto-regulación emocional y dónde se da sentido a esas respuestas que se van
teniendo. Es cierto que es el lugar en el que se diseña el mecanismo de respuesta
emocional primario, necesario para responder en situaciones extremas en las que no
da tiempo a analizar la situación y en las que probablemente pueda estar en riesgo la
vida. No obstante, los mecanismos que subyacen a las repuestas emocionales
también dependen de otras estructuras y conexiones que llevan a viajar por diferentes
partes del cerebro más allá del sistema límbico.

https://ademmadrid.es/2016/09/01/la-neuropsicologia-de-las-emociones/
2. En relación a la función de la amígdala cerebral y lateralización de las
emociones, debe leer y analizar el artículo: Amígdala, corteza prefrontal y
especialización hemisférica en la experiencia y expresión emocional Juan Pedro
Sánchez-Navarro* y Francisco Román. Luego debe realizar un ensayo critico de
al menos 3 páginas, donde resuma lo abordado por los autores. Ver artículo en
la Unidad.

Amígdala y conducta emocional

De todas las estructuras subcorticales, la amígdala es la que se ha relacionado de un


modo más consistente con la emoción, tanto en animales como en humanos (LeDoux,
1993). La identificación de la amígdala como una región relacionada con la emoción se
inicia a partir de los trabajos, ya clásicos, realizados en monos por Klüver y Bucy
(1937, 1939). Estos estudios mostraron que tras la extirpación bilateral del lóbulo
temporal anterior en estos animales provocaba reacciones de ira, miedo,
mansedumbre, hiperoralidad, cambios en los hábitos alimenticios e hipersexualidad.
Fue algunos años más tarde cuando Weiskrantz (1956) atribuyó dichos cambios a la
lesión de la amígdala. Funcionalmente, la amígdala está considerada como una
estructura esencial para el procesamiento emocional de las señales sensoriales, ya
que recibe proyecciones de todas las áreas de asociación sensorial. Es esta
convergencia de proyecciones anatómicas la que sitúa a la amígdala como la
estructura responsable para la formación de asociaciones entre los estímulos y el
refuerzo o el castigo (Jones y Mishkin, 1972; Rolls, 1986). Además de las
proyecciones corticales procedentes de las distintas áreas de asociación sensorial, la
amígdala también recibe aferencias talámicas (Le Doux, 1987). Este conjunto de
proyecciones, tanto talámicas como corticales, hacia la amígdala es lo que posibilita
que se dote de un significado afectivo a las características estimulares. Mediante las
conexiones tálamo-amigdalinas se producirá un procesamiento del significado afectivo
de las características estimulares sensoriales muy simples (ej. un pitido o un flah
luminoso), mientras que a través de las conexiones tálamo-corticales se produciría el
procesamiento estimular complejo sin componentes afectivos. Por el contrario,
mediante las conexiones córtico-amigdalinas se dota a la información compleja,
elaborada en corteza, del componente emocional. El orden temporal en el que tiene
lugar la activación de cada una de estas proyecciones es diferente, sugiriéndose que
puesto que la vía tálamo-amigdalina es más corta y se activa antes que la tálamo-
cortical, las características estimulares más simples activarían previamente los
circuitos emocionales amigdalinos, preparando a esta estructura para recibir la
información más compleja y elaborada procedente de la corteza y, entonces, dotarla
de su componente emocional (LeDoux, 1989). En humanos, la participación de la
amígdala en la conducta emocional se ha estudiado a partir tanto de pacientes con
afectación amig- Amigdala, corteza prefrontal y especializacion hemisferica en la
experiencia y expresion emocional 225 anales de psicología, 2004, vol. 20, nº 2
(diciembre) dalina como de sujetos neurológicamente normales mediante el empleo de
técnicas de neuroimagen funcional. A continuación presentamos la información
proporcionada por cada uno de estos métodos

Corteza prefrontal y conducta emocional

Aunque el estudio neurobiológico de la emoción se ha centrado clásicamente en


estructuras subcorticales, diferentes trabajos experimentales y clínicos han asociado la
corteza prefrontal humana con la emoción. En este sentido, a dicha región cerebral se
le ha atribuido una función importante relacionada tanto con la experiencia como con
la expresión emocional. (Borod, 1992; Damasio, 1998; Damasio y Van Hoesen, 1984;
Davidson, 1995, 2003; Davidson e Irwin, 1999; Davidson, Jackson y Kalin, 2000;
Phillips et al., 2003; Sánchez-Navarro, Martínez-Selva y Román, 2004). La región
prefrontal es la parte más anterior de la corteza cerebral, ubicada en la parte
inmediatamente anterior a la corteza motora y premotora, ocupando la porción más
grande de los lóbulos frontales. Distintos autores señalan que esta corteza prefrontal
se puede distinguir de las restantes regiones frontales atendiendo a diversos
indicadores tales como su composición celular, su inervación dopaminérgica o sus
aferencias talámicas (ver Davidson et al., 2000; Fuster, 1980; Groenewen, Wright y
Uyling, 1997). En función de su topografía puede dividirse en tres regiones claramente
diferenciadas (Kaufer y Lewis, 1999): prefrontal dorsolateral, órbitofrontal y medial. De
estas tres regiones la corteza órbitofrontal y la medial son las que se han relacionado
de uno modo más concreto con la emoción. La región orbitofrontal es una región
polimodal que recibe aferencias de todas las áreas sensoriales, además de la
amígdala, corteza entorrinal y circunvolución del cíngulo (Barbas, 2000). A su vez,
envía proyecciones a la córteza temporal inferior, corteza entorrinal, circunvolución del
cíngulo, hipotálamo lateral, amígdala, área tegmental ventral, cabeza del núcleo
caudado y a la corteza motora (Kemp y Powell, 1970; Nauta, 1964; Van Hoesen,
Pandya y Butters, 1975). Esta región se encuentra involucrada en la respuesta
emocional particularmente cuando ésta implica contingencias aprendidas 228 Juan
Pedro Sánchez-Navarro y Francisco Román anales de psicología, 2004, vol. 20, nº 2
(diciembre) de refuerzo, constituyendo una zona de convergencia de la estimulación
exteroceptiva e interoceptiva (Derryberry y Tucker, 1992; Rolls, 1986). De este modo,
esta región inhibe a otras áreas cerebrales cuando un estímulo deja de predecir el
refuerzo (Thorpe, Rolls y Maddison, 1983), lo que explicaría las conductas
perseverativas observadas en sujetos con lesión órbitofrontal. Además, los estudios
animales muestran que la lesión de la corteza órbitofrontal en monos produce una
alteración del control emocional inhibitorio, incapacitándolos para cambiar su conducta
cuando el significado emocional de los estímulos cambia (Días, Robbins y Roberts,
1996). Por su parte, la corteza prefrontal medial recibe proyecciones de las mismas
regiones que la órbitofrontal (Barbas, 2000), aunque existen algunas diferencias.
Mientras que la región órbitofrontal recibe una mayor cantidad de proyecciones
amigdalinas, la región prefrontal medial recibe una mayor cantidad de aferencias
hipocámpicas y una mayor cantidad de proyecciones sensoriales auditivas (Barbas,
1988, 2000; Barbas et al., 1999). Esta región, a diferencia de la órbitofrontal que
estaría relacionada con el control emocional inhibitorio permitiendo el cambio de
conducta en función del significado emocional de los estímulos, parece estar
relacionada con la comunicación emocional, modulando los aspectos emocionales de
la voz, tal y como han mostrado los estudios con monos (MacLean, 1985). Además, se
ha comprobado que las neuronas del cingulado anterior responden ante la
significación y la novedad de los estímulos, por lo que se le ha atribuido un papel
relacionado con la tendencia a la acción (Gabriel, Sparenborg y Stolar, 1986). En
general se considera que la corteza prefrontal medial es una región relacionada tanto
con la experiencia como con la expresión emocional, y es crítica para el
procesamiento de emociones asociadas con situaciones sociales y personales
complejas (Damasio, 1997; Damasio y Van Hoesen, 1984).

Especialización hemisférica en la experiencia y expresión emocional Juan


Pedro Sánchez-Navarro* y Francisco Román.

Los datos provenientes de la neurociencia señalan a varias estructuras, tanto


subcorticales como corticales, relacionadas con la conducta emocional. Tanto los
datos derivados de la investigación con sujetos normales como los procedentes de
estudios que han empleado pacientes con daño cerebral y técnicas de neuroimagen
funcional en sujetos normales, señalan a la amígdala como una estructura
fundamental en la emoción, particularmente en la respuesta a estímulos de contenido
negativo. Además, una creciente cantidad de estudios han encontrado que diferentes
regiones de la corteza prefrontal, concretamente la orbital y medial, participan en
distintos aspectos de la emoción. En este artículo revisaremos los datos que se tienen
en la actualidad acerca de la implicación de estas estructuras en la conducta
emocional así como la especialización hemisférica
3. Luego de consultar Capítulo IV: Técnicas de Neuroimagen, elabore un
mapa conceptual sobre estas técnicas, resaltando descripción y patologías que
pueden ser diagnosticadas con cada una. Libro: Introducción a la
Neuropsicología de José Antonio Portellano.

Resonancia Magnética Estructural


Tomografía Axial
Computarizado La Resonancia Magnética Estructural es una técnica
no invasiva que utiliza el fenómeno de la
La tomografía axial resonancia magnética para obtener información
computarizada o TAC es un
sobre la estructura y composición del cuerpo
procedimiento imagen lógico
de diagnóstico que permite analizado; esta información es procesada por
estudiar el cuerpo humano en computadora y transformada en imágenes
cortes axiales (mayormente)

Tomografía por Emisión de


Positrones

La Tomografía por Emisión de


Positrones o TEP es un examen
imagen ológico no invasivo donde
se utiliza una sustancia radiactiva Resonancia Magnética Funcional
llamada marcador cuya finalidad es
La resonancia magnética funcional
buscar una patología en el cuerpo.
(RMf) es una técnica de
neuroimagen que utiliza los
principios generales que relacionan
la actividad neuronal con el
metabolismo y el flujo sanguíneo
Conclusión

Al concluir estas tarea puedo resaltar los puntos que me mas me llamaron a la
atención, la cuales fueron Cerebro y Emociones o Neuropsicología de las
emociones.

Cabe destacar que el cerebro controla nuestras emociones. Sí, por muchos
corazones que dibujemos cuando estamos enamorados o que sintamos que
nuestro corazón se puede romper por tristeza, no es éste el órgano que maneja
nuestras emociones. Es cierto que cerebro y corazón están relacionados, puesto
que el corazón palpita a ritmo diferente en función de las emociones que nuestro
cuerpo siente, pero es el cerebro el que tiene el mando. Y no todo el cerebro,
sino una parte muy concreta: el sistema límbico.

Bibliografía

https://www.google.com/search?sxsrf=ALeKk01TH1-4xZmLlG5hKtskSg0tNP6Xdw
%3A1612647029164&ei=dQofYJzTCaWK5wLxn5nwDA&

q=Cerebro+y+Emociones+que+hacen&oq=Cerebro+y+Emociones+que+hacen&gs_lc=

https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/d6dac5c4-cfeb-425b-8bf3-
4c6fd0c0bd98/emociones-en-el-cerebro

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