1ª- Bio-shock o Psico-Shock Uno de los grandes aportes del Dr. Hamer, llamado Síndrome de Dick Hamer (DHS), en memoria de su hijo. Hay un acontecimiento lo suficientemente impactante que afecta a nivel psíquico y a nivel orgánico. El cerebro y el cuerpo están relacionados permanentemente y, de ese modo, en cada instante se dan shocks biológicos que se resuelven involuntariamente. El shock biológico es permanente. El azúcar que tenemos en sangre, baja cuando trabajamos. Nuestro cerebro que controla todo el organismo, da la orden al hígado para que libere glucógeno. El azúcar vuelve a la sangre y seguimos trabajando. Pero hay un momento en que ya no hay mas reserva: es el resentir: “tengo hambre”. Cuando no hay solución en el interior, la busco en el exterior. Doy la orden a los músculos para poder comer a través de éstos. Así funciona todo el organismo: si me falta oxígeno cuando corro, mi cerebro acelera el corazón y los músculos respiratorios. Cuando no es suficiente, llegará a la conciencia que debemos parar de correr. Si no hay comida en la nevera o necesito correr porque tengo un león detrás, ya no escucho mi biología. Esto es el bio-shock, pues mi necesidad biológica no puede ser satisfecha. Entonces hay una solución de excepción: fabricaré más hígado, para agrandar la reserva, o voy a dilatar mis bronquios. La enfermedad es un plazo suplementario de adaptación de supervivencia. No es una solución definitiva. El conflicto está ahí para que lo superemos. Criterios del Bio-Shock 1- Es imprevisto, inesperado: es un momento preciso, hay que buscar un momento concreto. 2- Vivido en aislamiento: lo que sentimos en nuestro interior (el resentir). 3- No vemos la solución: no puedo cambiar el mundo exterior. 4- Más o menos dramático: dará síntomas diferentes según la intensidad del drama. El Bio-shock puede manifestarse de dos maneras, por sobrepasar el umbral de tolerancia, teniendo en cuenta que este umbral es específico para cada persona; también lo llamamos: límite superior tolerable (LST). - Efecto Misil: la situación es muy estresante en sí misma. - Efecto Jarra: es la gota que colma el vaso. Lo que el Dr. Salomón Sellam llama “conversión repetitiva mínima". Cuando están los cuatro criterios, se produce una Represión y, a veces, una distorsión. Aquí se produce la Programación. Shock->Represión->Automatización del Resentir->Ancla->Programación. 2ª- Rail o Ancla, en el lenguaje de PNL: En el momento en que hay un shock emocional, nuestro cerebro registra todo lo que nos rodea, utilizando los cinco sentidos. Cuando un acontecimiento se repite, aunque sea por semejanza, este rail, por asociación, se activa otra vez: Los humanos y los animales, resentimos sin tener conciencia de ello. En el momento que llamamos anclaje, hay una necesidad que no puede ser satisfecha: necesidad de afecto, la necesidad de proyectos, etc. 3ª- Sentido biológico del síntoma Es bien sabido que nuestras emociones y sentimientos afectan a nuestro estado físico y nos producen diversas alteraciones, en función de cómo vivimos los acontecimientos diarios. Muchas veces, creyendo que lo que podemos hacer es muy poco o nada con respecto a esas emociones, buscamos soluciones más o menos efectivas, desde la toma de un remedio a la práctica, de diversas técnicas manuales, de relajación, etc. Reprimimos nuestras auténticas emociones y sentimientos por tabúes, por educación, por conveniencia social, por creencias familiares o por educación religiosa. Esto lo hacemos la mayoría de las veces de una forma automática, inconsciente. Luego, unas horas o días más tarde, nos encontramos mal, tenemos acidez, nos duele la cabeza o la espalda. Pensamos que eso es debido a una mala postura, a una comida que no está en condiciones o simplemente al estrés cotidiano. No vamos más allá, nos quedamos en la explicación mental, en la explicación que justifica nuestro estado. Si la situación que vivimos se repite una y otra vez, entonces nuestros síntomas se cronifican y nos vemos abocados a tomar un medicamento/remedio de una forma continua. Nos metemos en una rueda de emoción, dolor moral, dolor físico y sufrimientos. No encontramos la salida, buscamos encontrarnos bien lo más pronto posible, pero no hacemos algo fundamental, que es cambiar nuestros hábitos, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, descodificar nuestras emociones atrapadas y censuradas por nosotros mismos. No escuchamos a nuestro interior que nos envía un mensaje a través del síntoma físico. Nos sentimos bloqueados, no sabemos qué dirección tomar, qué camino seguir; nos sentimos vacíos, desorientados, perdidos. Mientras, nuestro inconsciente biológico sigue actuando y mandando el mensaje sin ser escuchado. Pero éste no va a parar, va a seguir y va a aumentar en intensidad ese síntoma para que prestemos atención y, si seguimos intentando apagarlo o silenciarlo, al final el síntoma será de tal índole que tendremos que pararnos ya que nos resultará imposible seguir nuestra vida cotidiana. Es el momento de reflexión, de cuestionarnos nuestra forma de vida, de hacer un alto en el camino, de preguntarnos ¿qué me ha llevado hasta aquí? ¿qué siento? ¿cómo lo siento? ¿dónde lo siento? Es el momento de buscar otras soluciones. Pensar que quizás la respuesta está en Mí. Para ello es necesario interpretar qué me está diciendo mi Inconsciente Biológico. La Biodescodificación es un camino que aporta Luz a nuestro interior y nos ayuda a comprender el significado de los síntomas. Comprende que todo está codificado, que todo es información y que todo tiene un Sentido Biológico y nos sumerge en un viaje hacia nuestro más profundo ser, ampliando nuestra propia perspectiva de cada emoción restringida en un momento de dolor, frustración y desvalorización de nosotros mismos.